Avance de temporada 2013-2014: Dallas Mavericks

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O si insistís, no os vamos a decir que no tampoco, podéis comprárnosla sin tener que poner tuits ni likes…

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Tras ganar el título en 2011, Cuban empezó una reconstrucción competitiva, con la esperanza de que Nowitzki pasara los últimos años de su carrera junto a otra estrella de su nivel. Los intentos no fructificaron, y tras un verano en el que muchos jugadores firmaron con los Mavs por un año para mantener su flexibilidad, esta temporada ya se han mojado un poco más repartiendo contratos multianuales.

Así, vuelven a presentar por segundo año consecutivo una plantilla muy diferente a aquella con la que acabaron la temporada anterior, en la que hay 9 caras nuevas (una de ellas, la de Devin Harris, viejo conocido) y sólo conserva a Dirk y Marion del equipo que ganó el anillo. Llegan Monta Ellis y José Calderón, una pareja qué abre muchas preguntas, pero con impepinable talento, y con Dalembert vuelven a tener alguien para cerrar el espacio aéreo dos años después. No sorprendería verles dentro ni fuera de los Playoffs, pero si el Robin Hood alemán sigue envejeciendo bien, junto a un maestro como Rick Carlisle, conviene apostar por ellos.

  • Radiografía de los Mavericks

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Have Dirk, will travel

Con 35 años cumplidos en verano, Nowitzki no está en su plenitud deportiva, pero de momento no ha mostrado signos de perder sus habilidades de golpe pronto. Es verdad que bajó de los 20 puntos por primera vez desde su segunda temporada en la Liga, para los que nos tendríamos que ir al milenio anterior, pero fue una cuestión de volumen: sus porcentajes, rebotes, asistencias y pérdidas son mejores a los del año pasado, simplemente compartió más el balón que nunca, lo cual es una noticia regular, porque hasta ahora, no se podía encontrar a nadie mejor para tirar que él (y este año seguramente, sigue sin haberlo en este equipo). Lo que parece quedar claro, viendo como el hito coincide además con la última vez que no se clasificaron a Playoffs, es que según las estadísticas (no) avanzadas, si Dirk mete más de 20 puntos por partido, los Mavericks se clasifican para las eliminatorias por el título.

Profundizando un poco, su RAPM es el 24º mejor de la Liga, con él en pista, los Mavs fueron 1.8 puntos por 100 posesiones mejores y su diferencial en minutos de Dirk pasaría a ser 14º en Liga, en la zona de Playoffs. Desde que se recuperó, los Mavs tuvieron un récord de 28-25, y cuando juega más de 25 minutos, de 26-22, es decir, sigue siendo un jugador de gran impacto aunque la última temporada la pasara un poco de puntillas.

Nos sorprendería a estas alturas ver a Dirk arrastrar a un equipo él sólo al Campeonato, las Finales del Oeste o a las 50 victorias, pero con un reparto que le ayude no se pueden descartar las 45 y los Playoffs. Si Dirk Diggler (© Simmons) está en buena forma los Mavs tienen la mejor combinación jugador franquicia/entrenador entre los aspirantes en el Oeste (Love y Aldridge: show me, don’t tweet me. Y Adelman, tú nivel es comparable a Carlisle, pero, primero, cuenta el anillo, y segundo, se te van a lesionar todos igual), así que en caso de desempate… ¿por qué no Dallas? Lo que puedan hacer los secundarios, es lo que marca el techo.

  • La extraña pareja

Simplificando muy groseramente, en la NBA puedes separar en tres grupos a un jugador de perímetro. A los que les encomiendas el balón porque saben moverse con él, penetrar, pasar, etc… es decir, los playmakers, por un lado. Aquellos que lo que hacen es tirar bien, y por tanto, están pendientes de recibir el balón y no de distribuirlo, por otro. Y los que pueden hacer las dos cosas y por tanto se ponen en el papel que mejor se les da o el que complementa a su compañero.

Aquí estaría bien tener una nota al pie a lo Grantland. Existe un cuarto grupo, el de aquellos que ni son playmakers ni tiradores, pero han hecho carrera en base a la defensa. Les cuesta minutos en el campo y millones en el banco, pero ahí están. Y si no tiras bien, ni creas juego, ni defiendes, entonces supongo que estoy hablando con Sam Young, y por tanto es normal que hasta el 26 de septiembre nadie te haya ofrecido un contrato (no garantizado).

Imaginemos dos jugadores que los más listos del lugar identificaréis rápido. Uno de ellos lideró la Liga tirando de 3, con un 46.1%. El otro, fue el peor de los 134 que realizaron el número mínimo de intentos según el criterio de la NBA, con un 28.7% de acierto. Los dos miden 1.91 y son sospechosos en defensa, pero el primero pesa 12 kilos más. La solución parece clara. Que el segundo haga de base playmaker y el primero de escolta tirador.

Así es como torticeramente (o no) cambiamos los papeles a Monta Ellis y Jose Calderon. Si los Mavs pudieran sumar las virtudes de ambos en un solo super-jugador, a este no le faltaría casi nada en ataque. El español pone el acierto en el tiro, la solidaridad y el liderazgo y Monta su mentalidad agresiva, el control de su cuerpo y el descaro. Pero son dos jugadores que se encuentran más cómodos y habituados a operar con el balón (aunque Ellis lleva año y algo ya compartiéndolo) y que no casan bien en la teoría.

Carlisle tiene una tarea hercúlea por delante para sacar el máximo rendimiento a los nuevos fichajes, y por suerte, es uno de los mejores entrenadores a los que encomendarse. Alguien con su imaginación y versatilidad seguro que encuentra la manera de aprovecharlos y, después de todo, ya está acostumbrado a extrañas parejas como esta.

En su primer año como entrenador, los Pistons tenían a la pareja Chucky AtkinsJerry Stackhouse. Atkins, correcto en el tiro exterior, pero nada del otro mundo, era mucho menos trascendente que Calderón y Stackhouse es de los pocos jugadores en la Liga con peor tiro de 3 aún que Monta a lo largo de sus carreras. De hecho, en aquella temporada con Carlisle, metió lo mismo que Ellis el pasado año: 28.7%. Aún así, tuvieron una eficiencia más que respetable en ataque (12º en la Liga), y eso que contaban con mucha menos ayuda de lo que se espera en Dallas (Clifford Robinson con 35 años, Ben Wallace, Jon Barry…) Y el año siguiente puso los cimientos de la pareja BillupsHamilton, otro escolta que apenas tiraba de 3, aunque ni Calde es el creador tras bote que Mr. Big Shot era, ni Ellis se desenvuelve tan bien en la media distancia.

Para mí, el Factor X, y la primera pieza a poner en marcha, es Monta. De Jose ya sabemos lo que puede y no puede hacer, y que seguramente cumplirá en lo que se le mande, como lo que es, uno de los jugadores más consistentes de la Liga. Pero Ellis tiene gen de estrella, uno de esos jugadores que pueden hacer cosas a un nivel que muy pocos superan. Es muy buen pasador, pero a estas alturas de su carrera no sabemos si nunca ha podido, o no ha querido, aprovecharlo. Con Dirk, uno de los mejores hombres altos en la Liga (por no decir el #1) con el que hacer un bloqueo directo y el ya mencionado Carlisle, se acaban las excusas y las preguntas. Por un lado ha dicho que quiere volver a atacar la canasta, que lleva un tiempo conformándose demasiado con tiros, y que va a volver el «Monta Basketball» pero en los Media Day se dicen muchas cosas.

Uno de los jugadores más excitantes, pero, hasta ahora también, más ineficaces de la Liga, tiene encima un reloj de arena ya girado, contando los minutos que le quedan. Los Mavericks tienen una amplísima rotación en el perímetro, con 8 jugadores en lugar de los 6 habituales (unos 3 por puesto), donde 7 son nuevos en el equipo y ante Carlisle.  Devin Harris regresa en diciembre-enero, y hace mejor pareja con Calderón porque su tiro, que ha mejorado con los años, le permite jugar de escolta con menos dudas, y es buen defensor en ambas posiciones. En su mano está no acabar saliendo del banquillo de este equipo.

Y es que esa es otra: la pareja promete ser terrorífica (de mala) en defensa. Ninguno de los dos puede defender escoltas convincentemente, a Calde le cuesta mantenerse delante de los bases rivales, y a Monta poner la tensión suficiente para perseguir jugadores. Al igual que en ataque, no me extrañaría que viéramos a Jose con el papel habitual cambiado, ocupándose de los escoltas/jugadores sin balón. En la NBA actual creo que esto es un trabajo más de constancia (estar dispuesto a correr entre múltiples bloqueos, no perder la vista a tu jugador en los cortes), mientras que la defensa sobre el balón requiere menor tiempo de reacción y explosividad, y además, teniendo en cuenta que el español es también algo más grande, me parece una decisión lógica sobre el papel.

La suerte está echada, y los contratos firmados. Otros equipos necesitan salud, desarrollo de sus jóvenes, que su banquillo no dé mucho asco, o un milagro. Los Mavs probablemente empiecen y acaben donde termine esta pareja. ¿Y eso dónde puede ser? Pues… casi en cualquier lado, me temo.

  • La interesante madurez de Calde

Los años le están sentando bien a José Manuel Calderón, que está jugando su mejor basket desde que los Raptors llegaron a Playoffs, hace 5 años ya. Líder de la Liga en porcentaje de tiro de 3 (con un menor volumen de lo que otros jugadores cerca de él, pero ahí está), estuvo mejor en la primera mitad de la temporada en Toronto, en competencia directa con Kyle Lowry, que en los últimos compases de otro año en la sombra para Detroit. Luego, no descansó, se fue con la selección española al EuroBasket, donde pasó muchos minutos de escolta, algo que no sé qué tal le venía al equipo, pero para él, de cara a lo que tal vez le espera este año en Dallas, fue un entrenamiento magnífico.

Calderón es el ejemplo más claro de jugador que se limita a hacer lo que puede, y a tratar de no restar. Tiene un excelente porcentaje de 3 porque sólo tira si lo ve claro (no necesariamente tras pase), es de los mejores bases en puntos por lanzamiento cerca del aro (también porque se acerca cuando ve que puede nada más), y este tipo de cosas realzan más cuando hay buenos compañeros que recogen el guante y utilizan bien todas las posesiones que quedan libres, que rodeado de jugadores poco hábiles o eficientes.

Sería muy buen jugador de equipo aspirante, no porque sea español y queramos que gane así por la cara, como suele pasar, sino porque realmente su juego es de gregario convencido, de esos que tan bien complementan cuando tienes más estrellas. Al final cayó en Dallas, que no es mala situación si Dirk y Monta están a buen nivel.

Mejor cuando es agresivo y crea ventajas que cuando amasa el balón, tiene una pequeña e inoportuna tendencia a esperar demasiado en lo alto de la pista en muchas jugadas. La paciencia puede ser una virtud, y más en un deporte que muchos juegan acelerados, pero Calde lo lleva demasiado al extremo. Si no divides la defensa penetrando, o tus pases no se van encadenando con otros, lo único que haces deambulando por el exterior es esperar a que alguien se libere un poco, para que acabe tirando un apresurado e ineficiente tiro de dos lejano. Y eso no es dirigir bien, es lavarse las manos, y Calde muchos partidos los acaba que podría amasar pan. El contrato de 4 años, teniendo en cuenta que tiene ya 32 (aunque pinta de cuidarse bien) se le puede hacer un poco largo a los Mavs, pero este año tienen un muy buen valor por dólar con él.

Vuelve a tener incentivo competitivo, y esperamos ver al Jose más guerrero, el mejor.

  •  Póntelo, pónselo

Y para tapar los estropicios que Calde y Monta puedan montar, los Mavs necesitaban un protector del aro y reboteador. Con la ventaja que da tener un ala-pívot como Nowitzki de cara al espaciado en pista en ataque, Dallas se puede permitir un pívot sin mucho rango en ataque, y con su presupuesto lo hicieron bastante bien.

Dalembert es un especialista defensivo. Su RAPM (+/- ajustado u normalizado), aunque todavía sólido, lleva un tiempo bajando y para un jugador de 32 años, empieza a preocupar, pero recordemos que el contexto importa, y por mucho ajuste que se haga, estos números tienen todavía una componente que depende de los jugadores que te rodean y a los que sustituyes, y Dalembert en este caso era el suplente del tercer mejor defensor por la métrica esta temporada. Además, su perfil es perfecto para recuperar páginas del libreto de la defensa en zona de Dwane Casey, que el año pasado se usó mucho más intermitentemente.

Pero no todo va a ser la defensa. Carlisle ya ha dicho que «está un poco infravalorado en ataque» y cuando ha tenido minutos de titular siempre ha rascado los 10 puntitos con buenos porcentajes. De hecho, este año, metió 35 saliendo desde el banquillo, en 27 minutos, contra Denver, en uno de los partidos WTF? del año, algo que muchos pívots de un nível comparable al suyo jamás han podido rascar.

Tiene un buen tiro desde ambas líneas de fondo, lo que le permite estacionarse algo lejos del aro si no participa de la jugada, y ofrecerse en los bloqueos laterales (que tanto le gustan a Monta) dando la opción de lanzamiento además de la de continuación. También carga mucho y bien el rebote de ataque, con una de las mejores tasas en la Liga, y lo puede hacer también en movimiento, llegando desde los laterales, no sólo cogiendo la posición bajo el aro. Lo malo es que desde el poste alto no presenta una amenaza creíble, lo que limita las oportunidades de Dallas de comenzar sus jugadas partiendo de la formación cuernos.

En definitiva, Dalembert puede mejorar a la triste versión del Kaman en declive que hubo el año pasado en Dallas, y es un complemento necesario en un equipo habituado a tirar y con problemas teóricos en defensa como van a ser los nuevos Mavericks. Y lo hace por una fracción del dinero.

  • ¿Quién será el 3?

La mayor duda ahora mismo, seguramente, es saber quién acabará la temporada como alero titular de este equipo. Frente a Atlanta el 30 de octubre, Shawn Marion tiene más papeletas que nadie, por antigüedad, pero su contrato acaba y puede que no finalice el año, y Jae Crowder, o incluso Vince Carter, huyendo de la superpoblación en los puestos exteriores, llamarán a la puerta si se queda.

Como ya lleva un tiempo siendo costumbre, Marion produce más estadísticamente de ala-pívot que de alero, aunque me temo que por el baile que le dan, su posición no la define su propia actuación sino la de sus compañeros. Shawn cumple en ambos puestos, así que Carlisle puede preocuparse del resto, y luego dejar que la pieza Matrix caiga en el hueco que haya. Sigue siendo un comodín en defensa, ayudando mucho en los tableros, y con el tiempo ha ido ganando como pasador, pero su juego, a diferencia del de Dirk, por ejemplo, está eminentemente basado en su capacidad física y se supone que va a ir erosionándose poco a poco. Y aunque ha sido un jugador al que las lesiones apenas le han maltratado, el año pasado se perdió 15 partidos con distintas dolencias.

Si Jae Crowder acertara con el triple de manera regular, podría ser importante en un equipo acostumbrado a vivir y morir de la suspensión, que juntando a Ellis, Marion y Dalembert quizá tenga carencia, aún con Dirk y Calde. Con los mismos grupos de los restantes 4 jugadores, los Mavericks fueron 3 puntos por 100 posesiones mejores con Crowder que con Marion, aunque estos números son un tanto inestables, y la más utilizada en común, la casi-titular, con James, Mayo, Nowitzki y Kaman, fue un desastre con el novato de Marquette. Los Mavs seguramente estén interesados en el potencial de Jae como 3D, pero puede que no esté listo aún esta temporada.

Habrá que ver a lo largo de la temporada, porque este es otro puesto que quizá no acabe como empieza.

  • Banquillo completo

Con Devin Harris (cuando llegue), Vince Carter (mientras siga teniendo cuerda) y Brandan Wright (otro jugador fetiche, pena lo del rebote) saliendo presumiblemente desde el banquillo, la segunda unidad de los Mavs es. de forma indiscutible, una de las que más talento ofensivo tiene en la Liga, y además pueden ser complementados con piezas que juegan de una manera oportunista, sin necesidad de manejar el balón, como Wayne Ellington tirando (lo que le podría ganar minutos con la unidad titular incluso) o DeJuan Blair barriendo el rebote de ataque. En defensa tendrían que servir para algo los kilos que dicen que ha ganado Wright (y perdido Crowder), pero a las segundas unidades siempre se le pueden permitir estas cosillas.

Viendo la profundidad en conjunto de la plantilla, los Mavs son un poco débiles en el juego interior, donde sólo tienen 5 hombres con contrato garantizado además de Marion o Crowder, y una lesión de Dalembert les deja bastante vendidos en el puesto de pívot. Blair es pequeño para la posición, aunque haya jugado ya ahí y Bernard James, que pese a ser su segundo año en la Liga, en realidad es un veterano en cuanto a edad y físico (28 años), no da mucha confianza. Viendo como nadie le reclamó al ser cortado, no imagino mucha confianza alrededor de la Liga en sus posibilidades, y me pondría nervioso si tuviera que ser importante.

El jugador más apetecible para el espectador neutral de este grupo es sin duda Vince Carter. (Para nuestra desgracia) ya han avisado de que le van a poner un límite de minutos (unos 25 por partido) para que esté fresco, y pueda repetir lo del año pasado, es decir, su papel como uno de los mejores (y verdaderos) sextos hombres de la Liga. Si hace unos años hubiéramos dicho que Vince seguiría jugando a los 37 años, haciendo el trabajo más o menos sucio desde el banquillo, peleando y tirándose al suelo a por balones, en un equipo que ni siquiera estaba entre los aspirantes, creo que ninguno lo hubiéramos creído.  Con casos como este, aquello de que los jugadores más atléticos envejecen mal es un axioma que deberíamos revisitar (aunque lo hayamos utilizado en este mismo espacio con Marion).

Pero lo cierto es que ya lleva algo de tiempo esforzándose sinceramente en defensa, y pese a la edad, tuvo el mejor porcentaje de tiro verdadero en su carrera: un 57.1%, y no es que lo consiguiera gracias a tirar menos o conformarse con menos protagonismo, ya que su porcentaje de utilización está en consonancia con lo que venía haciendo el último trienio. Más anotador que creador desde que dejó New Jersey, que marcara máximos de su carrera o casi (en porcentaje de 3 coqueteó con el registro), apunta a que el año pasado, en el que no cambió el contexto, los resultados fueron algo mejor de lo esperado, y eso casi siempre implica que este le espera algo de regresión a la media. Y sería una pena que algo cambiara porque la experiencia Vince Carter sigue siendo entretenida, 15 años después.

Avance de temporada 2013-2014: Cleveland Cavaliers

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Los Cavs de este año, con sus diferencias, parecen encontrarse en el mismo lugar que los Warriors de la temporada pasada. Una joven superestrella que puede anotar cuándo y desde donde quiera con alguna duda sobre su salud, un joven escudero que puede ser su pareja durante muchos años, un tweener novato y jugón para cubrir los huecos que haya en el puesto de 3 y 4 y un pívot (Cleveland tiene 2 en realidad) al que si le acompaña la salud, estará entre aquellos con más impacto en la Liga. Ah, claro y Jarrett Jack. Si David Lee fuera negro, canadiense y más joven, lo habríamos clavado.

Los Warriors llegaron a Playoffs el año pasado, y los Cavs esperan hacer lo mismo este en el Este. Pero para seguir los pasos de Golden State, tienen que salir bien unas cuantas cosas. Corregir una defensa que fue de las peores en la Liga el año pasado, ser más solidarios, encontrar más jugadores con recursos en ataque, y mantener la salud serán los principales deberes.

  • Radiografía de los Cavaliers

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • God save Kyrie

El número de Irvingliebers ha crecido merecidamente este año, y ahora el australiano de nacimiento está en el radar de todo el mundo. Con el bombo en torno a su figura en máximos históricos en torno al All-Star, Curry le robó el protagonismo como anotador joven de moda gracias a los Playoffs y a los partidos que Kyrie se perdió, pero a estas alturas su nombre ya es conocido hasta para el espectador más ocasional.

La mayor preocupación con él es la salud. Contando su año en Duke, Irving se ha perdido al menos un 20% de los partidos en sus 3 años como profesional (sólo dos remunerados). Sus equipos han tratado los problemas con paciencia, y por eso quizá haya perdido más tiempo que en otros casos, y sus dolencias (rodilla, hombro, dedo del pie) parecen desconectadas, pero sigue siendo algo problemático que tener en cuenta.

Otra de las cosas que se le van a pedir, y Mike Brown no lo va a perdonar, es echar una mano en defensa. Con su ataque ya al dente, este es el aspecto del juego de Irving en el cual, una mejora, más ayudaría al equipo. Su protagonismo en ataque y su figura no le convertirán nunca en un seca-rivales, y a los Cavs les faltaba una segunda línea de intimidación detrás, pero al menos se le pedirá atención en las rotaciones e intención de dirigir a los rivales a posiciones menos cómodas.

Y también se espera algo más del Irving distribuidor este año. Está rodeado de mejores anotadores cada vez, y con un equipo con una mayor variedad de opciones, que involucre a más hombres en cada jugada de ataque, puede empezar a repartir la carga con el resto, y tratar de aprovechar su diabólico control del balón para ayudar también a sus compañeros, lo que le ayudará también a reducir las pérdidas.

Debe seguir siendo protagonista en ataque, porque la mejor manera de aprovechar su juego es dejarle anotar, no encorsetarlo con milongas sobre cómo debe jugar un base e historias de dirigir a sus compañeros, pero si ayuda a convertir a algunos de sus acompañantes en amenazas, también acabará ganando a la larga él, ya que cada vez será más difícil de planificar el cómo defenderle, y la manera de quitarle los espacios.

El año pasado en este mismo rincón ya contamos todo lo bueno, y ahora que todo el mundo le conoce, recordamos lo menos mejor como contraste. Pero nos sigue pareciendo un jugador excepcional y uno de nuestros favoritos en el League Pass. ¡Larga vida a Kyrie!

  • El escudero de lujo

Su pareja de baile, Dion Waiters, no tuvo un año de novato tan brillante como el de Irving, pero fue bastante bueno, y muy satisfactorio si tenemos en cuenta que una de las dudas del verano pasado era si Dion podría ser alguna vez algo más que un microondas que sale del banquillo.

Empezó la temporada con un grandísimo y sorprendente acierto con sus tiros en suspensión, pero el tamaño de los jugadores interiores de la NBA le molestaba bastante: se le hacía de noche en la pintura, donde tendía a tomar malas decisiones por su indecisión para atacar las ayudas. A lo largo del año recortó bastante las pérdidas, y ha sido efectivo saliendo del pick’n’roll (me aventuro a decir que ya es de los mejores en la Liga dividiendo un bloqueo), pero no finaliza bien, ni saca muchas faltas, en parte por todo lo que conlleva ser novato, y eso es algo que un jugador con fama de inefable penetrador necesita sí o también en la NBA.

Sobre todo, porque si decide no atacar el aro, la alternativa puede ser fatal. Sus porcentajes tirando tras bote son bastante feos, y es algo que Waiters debería mejorar inmediatamente, o desterrar del repertorio, ya que si se acostumbra a hacerlo sin ser eficaz, no tendrá un buen futuro. A cambio, ha sorprendido favorablemente su rendimiento en tiros de media y larga distancia tras pase, algo a lo que con Irving como compañero, sí se puede dedicar, aunque debería practicar más desde las esquinas, donde su acierto fue bastante escaso.

De todos modos, el de Waiters no es el conjunto de habilidades típico del jugador acompañante. Hay muchos ejemplos de escoltas, que sin llegar a ser grandes tiradores, ni hábiles en el manejo de balón, utilizan su capacidad atlética para ser efectivos con una tercera vía. Si tiras lo suficientemente bien como para que el defensa, aunque no te respete y juegue a varios pasos de ti, cierre duro cuando el pase llega a tus manos, te vas al lado débil campo, y se te abrirá una opción, además de la de tirar, si el defensa llega tarde: fintar y dirigirte al aro en una línea recta y de manera autoritaria. Waiters ahora mismo se encuentra en una posición en la que no está preparado para aprovechar los close-out desesperados de manera consistente. Está sobrecualificado como conductor del balón para realizar los sencillos ataques rectos desde el lado menos poblado del campo, pero no se atreve, porque todavía no se le da bien, a atacar el aro si ve tráfico. Esta temporada hemos visto grandes mates con su nombre, pero en casi todos se aprovecha de una pintura más o menos abierta y un jugador interior que duda o decide no cerrarle el paso al aro.

Durante el año fue aprendiendo a utilizar mejor su cuerpo en el aire, protegerlo, y sacar faltas, y de seguir la progresión que vimos a lo largo de la temporada, Dion puede ser un anotador explosivo, pero de momento, es un jugador con un potencial especial, relegado a un papel de comparsa para el que no estaba preparado, pero en el que cumplió. Y en defensa, se le aplica lo que dijimos antes de Irving, sumándole que tiene una pequeña desventaja de tamaño para su posición.

Comparando estadísticamente la producción global de su temporada con otros novatos tras dos años de NCAA, para hacernos una idea sobre el valor de lo que ya ha conseguido Waiters, los números por posesión sacan una comparación que roza la coincidencia: Jerry Stackhouse. El de North Carolina tiró algo más eficientemente porque lograba sacar bastantes faltas (es más grande que Waiters), y la perdió con más frecuencia con una mucho mayor carga de minutos (jugó 37.5 por partido aquel año 1996 en Philadelphia), pero en el resto de aspectos sus temporadas iniciales son clavadas. ¿Quiere esto decir algo? No mucho, porque Stacky y Waiters son muy diferentes y no hay dos carreras iguales, pero pone en contexto un año rookie del que pese a muchas críticas, es para estar más que satisfecho.

Y por último, no nos podemos resistir al chiste malo. Esperábamos que un tío que se apellida Camareros, lo haga mejor con las bandejas: no llega al 50% de acierto.

  • La tercera pieza

Si Irving se lesionara o Waiters tuviera un bajón de segundo año, los Cavs este año tienen un jugador que puede sustituirlos, o simplemente darles descanso si todo va bien. Mejorando mucho las alternativas de la temporada pasada, Jarrett Jack es el tercero en discordia del perímetro del equipo de Ohio, y ayuda a añadir al vestuario al clásico buen tío, respetado, gran profesional, amigo de media liga y que siempre puede animar el cotarro haciendo playback de alguna canción de Ne-Yo.

Ya comentamos las similitudes de este equipo con los Warriors de la temporada pasada y tal vez Jack pueda ayudar a la nueva gran pareja de base-escolta como hizo el año pasado con los Splash Brothers. Además, para un equipo que este año, después de pasar tres tanqueando de manera más o menos disimulada, quiere empezar a ganar ya, seguro que han visto con buenos ojos sus estadísticas a falta de poco tiempo en partidos igualados (a falta de 30 segundos, con una diferencia de +/- 3 puntos, los Warriors con él tienen un registro de 14-7 con muchos puntos y buenos porcentajes a su cargo).

Pero yo no tengo tan claro que tenga el mismo impacto en los Cavaliers. En primer lugar, empezando por el final, y como solemos decir, los números en los minutos finales rara vez guardan relación de año a año, y su efectividad en el pasado no tiene porque continuar este. Y en segundo lugar, porque habría que preguntarse si más que ayudar a hacer mejores a Thompson y Curry, no sucedió al contrario. Jack tuvo su mejor temporada desde 2010, y mucha fama la ganó gracias a sus buenas actuaciones en los últimos cuartos en los que compartía pista con los Klay y Steph.

Pero ni Irving ni Waiters tienen el tamaño para jugar de aleros (Thompson le saca unos 8 centímetros a Dion) y eso significaría que los Cavs tendrían que poner en pista 3 jugadores de 1.93 o menos, algo que los rivales podrían castigar si Brown tiene el atrevimiento. Además, aunque Irving quizá tenga poco que envidiar a Curry como tirador (el trofeo que acredita al ganador del Concurso de Triples está en su casa, después de todo), no está tan acostumbrado a jugar sin balón, ni Cleveland tiene la cantidad de jugadas en el libreto, con magníficos entramados, que los Warriors prepararon para liberarle, al menos que algo cambie (podrían robárselas, incluso).

Jack es un buen jugador, uno de los mejores en la Liga en la media distancia, y un jugador con nivel de titular de bajo postín dispuesto a ser un sexto hombre, algo que otros en su situación no tolerarían tan bien (es verdad, eso sí, que cobra generosamente). Puede ocupar dos posiciones, tiene personalidad y es un líder en el vestuario. Ayudará a Cleveland, pero el rol en el que triunfó en su último trabajo, no lo tendrá tan claro aquí.

  • Un último apunte en el perímetro

La rotación exterior, rookies aparte, la completa CJ Miles, del que tenemos dos apuntes que hacer: su handle en Twitter es un Top 5 de la Liga muy fácilmente (@masfresco), y es la prueba viviente de que el corolario «Nunca subestimes a un tirador, aunque parezca regular, si viene de Utah» sigue viviendo más allá de Sloan. 38.4% en 5 intentos por partido, muchos más de los que se había atrevido a tirar nunca, así lo atestiguan. Aunque al ver los números de Foye y Hayward este año, quizá haya acabado la auto-impuesta maldición.

El banquillo en general ha mejorado bastante. Las llegadas de Jack y Earl Clark son interesantes, Tyler «el malo de los» Zeller estará menos superado y podría ser útil si sale con la segunda unidad, y los Cavaliers quizá encuentren oro en sangre nueva (Karasev, Felix o Dellavedova) en lugar de darle los últimos puestos de la plantilla a gente que viene ya rebotada como Pargo o Sloan.

Miles podría incluso llegar a ser titular en el puesto de alero si Mike Brown tiene paciencia con los novatos o prefiere otro perfil distinto. Gee, Bennett, Karasev o Clark son el resto de opciones, y no nos sorprendería que para empezar el año apostara por el tiro exterior de CJ. Lo cierto es que hay minutos por repartir, jugadores diferentes y más competencia, veremos quién los aprovecha.

  • La verdadera clave

Para mí, las opciones de que Cleveland entren en Playoffs este año, y que incluso, sean incómodos en la primera ronda a algún equipo que venga despistado, pasan inexorablemente por Anderson Varejao y Andrew Bynum.

Varejao lleva tres años jugando 31 partidos o menos y cerró la temporada tras serle detectado un coágulo en el pulmón y Bynum por su parte no pisó la pista en toda la pasada campaña, con múltiples operaciones y tratamientos diversos en ambas rodillas. Se esperaba que el brasileño jugara con su país el Campeonato FIBA Americas, algo que al final no hizo, pero estará participando a tope en el Training Camp de los Cavs. El que seguro no lo hará es es Andrew, que no participará en ningún partido de la pretemporada, no tiene fecha de regreso y parece que no se encuentra muy cerca de está preparado.

Si estuvieran bien, ambos son dominantes, uno en defensa y otro en ataque (además de ser buenos en las dos direcciones, ninguno de los dos deja la otra parte del juego descuidada) y complementarios (Varejao ha sido ala-pívot una buena parte de su carrera, y Bynum está acostumbrado a jugar con Pau Gasol o Lamar Odom). El reparto de minutos entre ellos podría ayudar a mantenerlos frescos, pero aún así, los problemas de salud que tienen suelen ir más allá de la frecuencia con la que juegan.

Si entre los dos pudieran dar los 2.400 minutos habituales de un pívot titular, los Cavs seguramente estén luchando por los Playoffs en abril, tan sencillo como eso. Si no, habrá otra vez mucho Tyler Zeller, una defensa absolutamente plana, y será mucho más difícil. Y última pregunta…¿quién llevará el 17?

  • El tercero en discordia

Si Bynum y Varejao están a buen nivel, los Cavaliers irán mucho mejor, pero el damnificado podría ser Tristan Thompson, que pese a su mejoría la pasada temporada, ve como esta le ha crecido la competencia por arriba y por abajo, con la elección de otro canadiense, Anthony Bennett como número 1 del Draft.

Aunque no hay ningún otro ala-pívot en la plantilla ahora mismo, y por tanto hay minutos para repartir por detrás de él sin comerle terreno, y Bynum ya por lo pronto no empieza, habrá que ver dónde decide Mike Brown utilizar a Bennett, porque si lo ve como 4 del futuro del equipo, la lucha podría empezar ya.

A diferencia del nuevo novato, un jugador con buen tiro de media distancia y rango que se extiende a la línea de 3, y que por tanto puede cumplir en el papel de ala-pívot abierto, Thompson apenas sale de la pintura en ataque. Con la intención de cambiar esto, esta pretemporada estuvo probando a utilizar la mano derecha para tirar, en lugar de la izquierda, al comprobar que su tiro con esta era más fluido, así que quizá veamos añadir las suspensiones a su repertorio este año. Al menos, en los tiros libres, tiene pinta de mejorar. En el Torneo FIBA Americans, acertó un 78.7% en 47 intentos, mucho mejor que su 60.8% de la pasada campaña en la NBA. No es normal que un jugador añada las suspensiones a su repertorio de manera drástica, pero esto es un caso tan singular y radical… que hasta podría funcionar. Algo en lo que fijarse cuando empiece el curso.

La única habilidad en la que Thompson ha destacado hasta el momento, es el rebote ofensivo (13º cogiéndolos entre aquellos con más de 1000 minutos) y además tiene olfato para anotar tras la captura. También se ha encontrado con un equipo poco organizado y muy orientado al perímetro (Cleveland está entre los equipos de la Liga con mayor número de jugadas resueltas con un aclarado, un bloqueo directo utilizado por el hombre bajito o pase a la mano) que no se ha preocupado de buscarle en posiciones ventajosas, y cuando le tocaba atacar, en muchas ocasiones, lo tenía que hacer en uno contra uno, de frente, donde se ha desenvuelto bastante bien (su manejo de balón está muy bien para ser un hombre alto) teniendo en cuenta la situación y su falta de tiro.

En defensa tampoco está nada mal, aunque quizá es lo contrario a lo que se espera de un jugador con su cuerpo. Pese a no ser de los ala-pívots más altos, es bastante sólido manteniendo la posición y molestando en el poste bajo, pero sus ayudas a los tiros de media distancia dejan que desear para lo rápido que es. Parte del problema es el caos conjunto que tenía el equipo el año pasado, con un quinteto titular formado por jugadores de primer y segundo año (junto al poco experimentado Alonzo Gee), que podía ser fácilmente despistado tras una serie de pases o pillado a la contra.

En definitiva Tristan Thompson es un jugador interesante, que está progresando, pero en los Cavaliers actuales, su presente es peor que el de un Bynum o Varejao en buena forma (que sí, que a lo mejor es mucho pedir) y su techo parece más limitado que el de Anthony Bennett. Supongo que los Cavs experimentarán un poco este año con el novato (otro que llega justo tras lesión, pero está listo para el Training Camp), aprovechando para probarle en las dos posiciones, y por tanto Thompson tiene un año más para demostrar que puede ser titular a largo plazo en este proyecto ganador. Si no lo hace, un cambio de aires en su caso me extrañaría más bien poco.

  • Una banda

No entiendo gran parte del cariño que se le tiene a Byron Scott en la NBA, sobre todo después de ver a este equipo la pasada campaña. Sí, fueron los segundos más jóvenes de la Liga, tras New Orleans (aunque los Hornets ganaron 3 partidos más, y en el Oeste), y su quinteto titular a la postre, estaba formado por jugadores sacados del Rising Stars challenge (cuatro lo jugaron este año), pero sólo Sacramento les puede disputar el puesto en lo más alto de la pirámide del caos, la desorganización absoluta en ataque y defensa.

Tal vez haya sido muy didáctico dejar que los jugadores se peguen de morros contra la realidad NBA, y hayan tenido que hacer la guerra ellos solos frente al mundo, y a gente como Kyrie parece que le ha servido, pero si quieren empezar a ganar partidos, necesitan un propósito general, y hacer las cosas, todos juntos, como un equipo de verdad.

Mike Brown, vilipendiado tras su paso por la picadora de Los Angeles, logra un buen equilibrio entre la cercanía a los jugadores y la construcción de un colectivo. En los Lakers, rodeado de estrellas, quizá no le respetaron como es debido, pero este es un grupo con menos egos, que no necesita de tanto mantenimiento, debería hacer un buen trabajo.

Avance de temporada 2013-2014: Chicago Bulls

Recuerda que puedes hacerte con esta previa (y todas las de la temporada, juntas, en PDF) en La Primera (y quizás última) Mega Guía de La Crónica Desde El Sofá para la temporada 13/14. Es totalmente gratuita, tan sólo os pedimos que hagáis una mención por Twitter o compartirla por Facebook mediante este botón:

O si insistís, no os vamos a decir que no tampoco, podéis comprárnosla sin tener que poner tuits ni likes…

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Los Bulls añaden a un equipo que ha ganado 45 partidos y plantó toda la cara que pudo a Miami en Playoffs a Derrick Rose por Nate Robinson, Mike Dunleavy por Marco Belinelli y más minutos de Jimmy Butler por Rip Hamilton. Una de las franquicias más estables las últimas temporadas, reteniendo una gran cantidad de jugadores importantes y a su entrenador, Tom Thibodeau, Chicago es un equipo que juega de memoria y más duro que nadie, que perdió la chispa en una desafortunada lesión.

No es sorpresa en absoluto, que con el MVP de la temporada 2011 de vuelta, en muchos círculos los coloquen como segundo equipo en el Este. Con Thibs y Rose, los Bulls tienen un registro de 94-26, que equivale a 64 victorias de cada 82. No sabemos aún cuánto y cómo jugará el base nacido en el mismo Chicago, pero si lo hace lo suficiente, los Bulls pueden volver, tras dos años con la ilusión asesinada antes de tiempo, a luchar por el anillo sin cortapisas.

  • Radiografía de los Bulls

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • The real return

La vuelta de un reciente MVP que está todavía en sus mejores años, si es en buenas condiciones, siempre ayudará una barbaridad a cualquier equipo. Pero aquí es aún más importante porque Rose sostenía una parte descomunal del ataque de Chicago.

Los Bulls fueron en 2012 el quinto mejor equipo en ataque, y si separásemos sólo los minutos con Rose en pista, con una marca de 107.6 puntos por 100 posesiones, hubieran sido segundos. Este año fueron vigésimocuartos, y un auténtico desastre en todos los aspectos, menos en el rebote ofensivo.

El de Chicago, uno de los ataque más estructurados de la Liga, con más jugadas, recursos y bloqueos que la mayoría, son la prueba de que si falta talento y acierto, la pizarra puede hacer muy poco. El enorme trabajo que realizan los Bulls en cada posesión por liberar a sus jugadores, se queda en nada por no tener a nadie que pueda abrir en canal una defensa. A menudo acaba en tiros de media distancia, que además no meten: tienen uno de los peores porcentajes de la Liga además de una de las mayores frecuencias. El equipo prácticamente no salía a la contra el año pasado, y su ataque a media cancha resultaba inoperante e incapaz.

Con Rose de vuelta, se espera que las cosas cambien. No son sólo los más de 20 puntos y constantes viajes a la línea que esperamos de él, sino la atención que recibe, la posibilidad de recuperar la transición y lo que atrae al medio de la pista.

Hay muchas ganas de verle jugar con Jimmy Butler, que acabó muy bien el año tirando de 3 (desde que empezó a jugar el 19 de enero, y hasta Playoffs, metió el 40.6% de los triples), y es un término medio entre la falta de rango de Rip Hamilton, el escolta con el que más minutos compartía Derrick en el quinteto titular, y lo que aportaba Kyle Korver, que formaba parte de la plantilla la última vez que Rose pisó la pista. Aunque apenas coincidía con el ahora jugador de Atlanta unos 14 minutos por partido, el ataque del equipo era dinamita pura en esos momentos (111.7 puntos por 100 posesiones, mejor pareja en Chicago).

Butler no sólo puede ofrecerse como una opción de tiro para ensanchar la pista y ayudar a Rose, también puede servir para que los Bulls recuperen el juego en transición y pillen a los rivales desprevenidos. Noah, gran pasador,  puede perfectamente tirar los outlet tras rebote para lanzar un contraataque si tiene dos jugadores corriendo a los lados de la pista, así que si Thibs lo permite… personal hay.

Y es que pese a que la fama la ha ganado como técnico defensivo, Thibodeau también es un buen estratega en ataque, y este año está obligado a plantear cosas diferentes a las del último año. La floppy (jugada típica en la NBA, en la que el escolta parte sin balón de debajo de la canasta, y los tres hombres altos se encuentran a los lados de la zona, preparados para dar varias opciones de bloqueo indirecto al jugador, que saldrá a recibir al poste alto) tenía su principal razón de ser para este equipo en Rip Hamilton, pero los Bulls la han seguido utilizando muchísimo porque tanto Deng como Butler se atreven a tirar desde la media distancia (y Luol de hecho le pone mucho picante pasando cuando la defensa se desequilibra), pero no creo que sea la jugada más indicada para este equipo, no al menos en grandes dosis, porque no es el tiro el punto fuerte de la franquicia, y quita protagonismo y opciones a Rose, jugador sobre el que se va a construir el nuevo libreto.

Si el base puede jugar al 100%, está claro el ataque de los Bulls este año tendrá más libertad y creatividad, y será mejor, porque lo contrario, es muy difícil. Pero lo suyo… será ver cuánto.

  • Cosas de casa

El frontcourt titular de Chicago, y el primer cambio desde el banquillo y/o sustituto cuando hay lesiones o problemas de faltas, ya se conoce de memoria tras 3 temporadas jugando juntos en los mismos roles, lo que en la NBA son años luz. El cuarteto DengBoozerNoahGibson (no todos a la vez en pista, claro) ha compartido 159 partidos (24 de Playoffs) y no hay que descontar el factor de la familiaridad, muy importante, y muy singular en una Liga donde los equipos renuevan casi todas sus piezas en periodos de tiempo muy cortos.

Deng, Noah y Gibson son todos de 1985 (nacieron sólo con 4 meses de diferencia) y  tienen ahora mismo la edad que habitualmente se corresponde con el punto álgido de la carrera de un jugador NBA, pero llegan con cuentakilómetros diferentes a lo habitual. Deng ha jugado muchos más minutos que Joakim y Taj juntos (22.000 contra 18.000 en total) y tiene 9 años de experiencia NBA, contra 6 y 4 de los hombres altos.

Parte de estas diferencias, además de ser consecuencia de cuándo entraron en la Liga, tienen que ver con las lesiones que han ido arrastrando, sobre todo Noah, y el casi maltrato que ha sufrido Deng, que se ha comido la mayor carga de trabajo en la NBA el último trienio. El alero lleva dos años liderando la Liga en minutos por partido (y fue 4º en 2011) y su cuerpo dijo basta en los últimos Playoffs: una punción lumbar para descartar (o confirmar) que Deng sufría meningitis acabó mal, y  finiquitó su temporada repentinamente.

Por tanto, pese a no tener un frontcourt veterano (Boozer sí es algo más mayor, cumplirá 32 en noviembre), los Bulls tampoco están exactamente frescos, y el juego interior está a una mala lesión de tener que darle 20 minutos por partido a Mohammed a sus 36 años.

Pero cuando estén juntos, sabemos lo que se puede esperar de todos ellos, que ya son viejos conocidos. Deng pone el trabajo en las alas, algo de tiro (tras muy buenos años, su porcentaje de 3 cayó, al mismo tiempo que su número de intentos tras bote crecía) y estará en una situación mucho más cómoda para él, siendo el tercer o cuarto jugador al que se busca en ataque.

Boozer ofrece consistencia anotando de espaldas y de media distancia, es un buen compañero de bloqueos directos, rebotea bien, se esfuerza regular, y es un poco perro en defensa individual, pero el esquema de Chicago le tapa bien. Su porcentaje de tiro, siempre estable, tuvo un bajón el año pasado a 47.7 TC%, peor marca de su carrera, y por debajo del 50% por segunda vez. Una caída así, en un jugador aparentemente sano al pasar de los 30, suele ser preocupante, pero como el juego de Boozer no se basa en su capacidad atlética y Chicago no presentaba otra amenaza anotadora de garantías el año pasado, lo vamos a considerar un producto de la situación.

Noah, si está sano (ya se ha dicho en el primer día que tratarán de controlar sus minutos), es para mí uno de los mejores pívots de la Liga en las dos direcciones. Especialmente su defensa superlativa, merecedora de un DPOY, mezclando intensidad, protección del aro, rebote y rango. No es el clásico pívot intimidatorio que se estaciona como última línea de la defensa, y si le pidieran hacer eso seguramente no brillaría, pero es el jugador perfecto para hacer de ancla en el sistema Thibodeau, en el que prima la movilidad e inteligencia en los desplazamientos, y recompensa a los jugadores que destacan en la ayuda. Y con Carlitos de compañero, tiene que echar una mano demasiadas veces. En ataque deja que desear, pero logra ser efectivo gracias a una de las mejores tasas de rebote ofensivo de la Liga y una excelsa visión de juego y capacidad de pase. Los Bulls pueden utilizar a Noah como intermediario en el poste alto siempre que quieran, con garantías de éxito, y es una pena que no pueda postear y atraer marcajes dobles, porque se hincharía a asistencias hacia los tiradores que le esperaran fuera. Anotando, finaliza regular (le taponan bastante) pero se puede contar con él en un bloqueo y continuación, tiene un curioso y particular, pero efectivo, gancho en carrera con la izquierda si se encuentra en una situación de uno contra uno, y su forma de tiro, aunque horrible y dañina para los ojos del espectador, es efectiva, sin estridencias, desde la zona izquierda del ataque, si le dejan solo. Sus capacidades en este lado de la cancha, salvo por el pase, están llenas de asteriscos y condicionantes como veis, pero Joakim es de esos tipos ultra inteligentes, que busca su propia suerte y sabe ponerse en la posición que puede aprovechar.

Gibson es un complemento interesante a los titulares, ya que tiene la defensa de poste bajo más robusta del grupo (pese a ser algo pequeño para defender pivots, ha llegado al Training Camp con más peso encima) pero el tiro de media distancia que tan buena pinta tenía en su año de novato ha perdido toda su efectividad. Todavía es un buen finalizador y cortador, rebotea bien en ataque y puede postear de manera efectiva por fuerza (sacando muchas faltas), pero el balón no puede circular a través de él, su repertorio queda siempre a expensas de los demás. Por eso sus números son más brillantes con el resto de titulares.

En definitiva, los Bulls tienen un cuarteto de excelentes gregarios, que quedaron expuestos el año pasado a falta de un líder (ninguno de los cuatro paso del 48.5% de tiro efectivo, con la media de la Liga situada la temporada anterior en un 49.6%). La última temporada nos sirvió para comprobar lo que pueden sufrir un grupo de jugadores acostumbrados a ser secundarios si su papel y responsabilidad aumenta. Volviendo al lugar y la cantidad de tiros que les corresponde, se espera que todos vayan a mejor.

  • Ahogando los triples

Chicago es, junto a Indiana, el equipo que mejor defiende el triple en la Liga, sobre todo el de la esquina. Las reglas y las prioridades que marca Thibodeau son claras, y las rotaciones que ejecutan los Bulls, sencillamente perfectas. Fijaos siempre como Chicago, tiene a sus jugadores pendientes de los tiradores, con exceso de celo hasta que cruzan el arco, siempre con más jugadores en el lado fuerte de la pista (en el que está el balón, por donde discurre la jugada) y como cuando se invierte el balón, aparecen las ayudas, siempre dando prioridad al hombre de la esquina: si hay sólo un defensor para dos posibles lanzadores, es preferible dejar que tire el del ala.

También por la manera que defienden el bloqueo y continuación, con el defensor perpendicular a la canasta tratando de intentar no utilice la pantalla, y dándole a cambio un camino a seguir , que normalmente acaba a los lados del campo o ante una ayuda, es muy difícil también para los bases o escoltas tratar de utilizar el bloqueo directo para sacar triples tras bote. Como el hombre alto de los Bulls suele esperar cerca de la pintura,  si entre bloqueado y bloqueador logran entenderse bien para engañar al defensa, y dejarlo enganchado en la pantalla, ahí se crea una opción, que es prácticamente la única para el juego exterior de buscar un triple semi-cómodo, pero claro, es más fácil contarlo que hacerlo.

Otra posibilidad que tienen los equipos de atacar este esquema es el pick’n’pop, el bloqueo directo en el que el hombre alto, en lugar de continuar hacia la canasta, se queda esperando un pase para jugársela de larga distancia. Pero no hay tantos bigs que puedan tirar bien de 3, o muy bien (por encima del 50%) en lanzamientos de 2 lejanos, por lo que es casi tan fortaleza como debilidad. De vez en cuando, sale mal, porque llega, por ejemplo, Nowitzki. En un encuentro que les ganaron los Mavericks en marzo (sin Noah, hay que añadir), el alemán metió 15 puntos y 3 triples en el último cuarto. Ninguna defensa es perfecta, y este es el punto débil, pero no todo equipo tiene un Dirk, y si está Joakim, espectacular cerrando el tiro, son capaces de ajustar y encontrar el equilibrio casi perfecto en el riesgo que conlleva mandar al defensor interior más arriba.

En definitiva, los Bulls tienen muy claro cómo han de hacer, y así se gana media batalla. Por algo media Liga está copiando a Thibodeau.

  • Dunleavy vendrá bien

Pese a su veteranía (cumple 33 años en septiembre), Mike Dunleavy Jr. me parece un jugador más completo e interesante en este contexto que el jugador al que sustituye, Belinelli. En los últimos tres años, Dunleavy ha metido el 41.1% de sus triples en 5.4 intentos por 36 minutos, mejor registro que el 38.6% en 5.1 del italiano. Es un gran pasador, solidario, y no la pierde tanto cuando pone el balón en el suelo. Además, es más grande y con el tiempo ha acabado resultando bastante buen defensor en equipo, le irá bien dentro del sistema de los Bulls.

Edad aparte, la única desventaja del cambio sea quizá también la pérdida de versatilidad, ya que a estas alturas es difícil poner a Mike de escolta, aunque es la posición menos poblada de la plantilla. De hecho, podríamos decir que a estas alturas los Bulls no tienen ningún jugador cuya posición ideal sea la de 2. Con Butler y Snell por arriba y Hinrich por abajo, Chicago no tiene a nadie en la plantilla en la horquilla entre el 1.93-2 metros en la que están la gran mayoría de escoltas de la Liga (quizá acabe llegando Dahntay Jones, que firmó un contrato no garantizado), y donde se encontraban Belinelli y Hamilton. Aunque esto es casi anecdótico con el buen nivel que mostró jugando de 2 Jimmy Butler la pasada temporada, este año sería más difícil sustituir una posible lesión del de Marquette.

El banquillo y la profundidad siguen siendo un problema en un equipo en el que su propietario, que accedió por primera vez a pagar el impuesto de lujo el año pasado, y fue el primero en probar cómo se vive al borde del límite duro, prefiere gastar cuanto menos mejor. Esta temporada, estarán bastante por encima, al menos si no hay movimientos antes de que acabe el año, y así tienen que cerrar el grupo con jugadores como el inmortal Mike James.

Si los Bulls se mantienen razonablemente sanos (por lo pronto, malo ha de ser que el base se pierda el año entero otra vez), con Teague, HinrichDunleavy, Gibson y Mohammed, además de los novatos Snell y Murphy debería ser suficiente. Pero sigue siendo un banquillo algo flojo comparado con el resto de aspirantes, y teniendo en cuenta que está plantilla presenta más riesgos de lesión que otras.

  • Pagando la novatada

A veces se crea una injusta fama alrededor de cómo un entrenador no cuenta con sus novatos, pero las experiencias con Asik, Butler y Teague, y las minutadas que sigue recetando a sus titulares, son pruebas de que Thibodeau carda la lana. El rookie que más llegó a jugar fue el turco, que se acercó a los 1000 minutos en un año plagado de lesiones para Noah, sin ser muy joven (tenía 24 años y experiencia profesional), y sin pasar de ser el quinto hombre alto de la rotación.

Entre Deng, Butler y Dunleavy, al Thibs del pasado le sobrarían minutos para rellenar los 96 por partido de los dos puestos de ala, y eso por no hablar de la opción de utilizar a Hinrich de escolta. Veremos si el del presente prefiere ser un poco más conservador con el reparto, y hace uso de Snell, que podría ser el mejor tirador de la plantilla actual y beneficiarse del tamaño del resto para escarbar minutos de escolta.

Y si Snell no es el mejor desde el perímetro de este equipo, entonces el candidato al título es Erik Murphy, el otro novato. Lleva 3 años anotando más del 40% de los triples en Florida (los dos últimos con volúmenes especialmente impresionantes) y su habilidad anotadora quizá le permita adelantar a Mohammed como cuarto hombre alto, si los Bulls le necesitan más a él. Será el recurso de 4 abierto que el año pasado buscaron y no consiguieron de Radmanovic, y que está plantilla no tiene desde Brad Miller.

  • Cuidado con la estabilidad

Hablábamos al principio de como Chicago es uno de los equipos que más tiempo lleva conservando su núcleo, pero no sería de extrañar que se rompiera en cualquier momento. Luol Deng es agente libre al final de esta temporada, a Boozer se le podría aplicar la cláusula de amnistía (y ya sólo habría que pagarle un último año de contrato) y los Bulls podrían presentarse con siete jugadores bajo contrato, y unos 12 millones de espacio salarial libre la próxima temporada, simplemente con estos dos movimientos, pudiendo añadir presupuesto si colocan a Dunleavy o Gibson.

Muy catastrófica tendría que ser la temporada y muy clara tendrían que tener la decisión de no renovarle para desprenderse de Deng antes de la fecha límite para traspasos, porque no está la NBA como para perder un año en el que tienes la más mínima posibilidad de ser campeón (y Chicago se ha visto forzado, por la misma rodilla, las dos últimas veces), por lo que no veo que su puesto peligre tanto como piensan algunos analistas, pero Luol no está contento por cómo se gestionó su enfermedad, ni por la falta de interés en la renovación de su contrato, y los Bulls ahora mismo, con el nuevo impuesto de lujo, pagarían unos 20 millones más en salarios que el año pasado: descargar a Deng en el paquete adecuado, a costa de no recibir casi nada, supondría un gran ahorro para un equipo que ya no sobrepasaría el tope superior.

Creo que tendría que torcerse algo muy mucho para tomar una decisión tan drástica, pero lo que es verdad es que de los equipos de élite en el Este, los Bulls son seguramente los que más cerca tienen el botón de semi-reconstrucción. Y también son la franquicia que sigue apareciendo en los rumores de operaciones por ala-pívots que podrían estar disgustados si su equipo vuelve a estar sin aspiraciones este año, como Aldridge o Love.

Los Bulls tienen más flexibilidad de la que parece, y habrá que estar atentos, porque hay posibilidades de que aprieten el gatillo.

Avance de temporada 2013-2014: Charlotte Bobcats

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En Charlotte se han cansado de perder y este año, a priori, no van a jugar pensando en el próximo Draft. Comenzando con un entrenador diferente al que empezó la temporada anterior por cuarto año consecutivo, y con Al Jefferson como primer veterano con buen cartel que llega al equipo desde aquella aparición en Playoffs en 2010 (sólo han pasado tres años y algo, pero parece un mundo), esperan que el último año con el nombre Bobcats, acabe con una nota positiva.

Walker, Kidd-Gilchrist, Henderson, Zeller y compañía arroparán a Big Al, formando un grupo joven e interesante, pero que tampoco lo tendrá fácil para salir del pozo. Muchas incógnitas en defensa, que no tienen fácil solución para Steve Clifford, y en ataque necesitan mejorar mucho el tiro exterior sin que haya habido un gran cambio de personal. Están yendo hacia arriba (lo contrario era difícil), pero seguramente no lo suficiente.

Y si no, ya volverán a intentarlo cuando vuelvan a ser los Hornets

  • Radiografía de los Bobcats

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Big in Charlotte

Al Jefferson llega con un contrato de 3 años para mejorar un ataque que fue el 30º de la Liga en la desastrosa temporada de hace dos años, y 28º en la anterior.

Durante las últimas seis temporadas, Big Al ha sido un reloj, clavando su porcentaje de tiro entre el 49.2 y el 50%, y metiendo entre 17 y 23 puntos por partido. Su tasa de pérdidas es la más baja de la Liga entre aquellos jugadores con un 25% o más de utilización, y a medida que ha estado rodeado de mejores tiradores (nunca ha tenido mucha suerte con sus compañeros en esta faceta) su porcentaje de asistencias ha ido creciendo. Decía la leyenda que cuando el balón entraba al bloque izquierdo del ataque del equipo en el que Jefferson jugaba, sólo tenía una dirección de salida: el aro. Ahora, Big Al, no es un Gasol, pero busca y encuentra a sus compañeros de vez en cuando.

Lo que me preocupa algo más es el hecho de llevar el ataque del equipo a través del poste bajo. En el magnífico artículo de Zach Lowe en Grantland sobre los Bobcats, Clifford comentó que Jefferson utilizaría todo el frente de ataque y estaría mucho más involucrado en el bloqueo-y-continuación de lo que lo hizo en Utah, lo cual tiene mucho sentido para poder aprovechar más a Kemba Walker. Pero no me acabo de creer que puedan cambiar del todo la zona de confort del pívot, y seguramente estén entre los equipos con más posesiones utilizadas de espaldas al aro.

Queda muy homenaje a la vieja escuela y suele suscitar buenos comentarios de los más viejos del lugar lo de que el balón pase al hombre grande de cerquita del aro cada posesión, pero en la NBA actual es una tarea más difícil de lo que parece. Utah tuvo el 10º ataque la pasada temporada en puntos por posesión, pero los dos otros equipos que más jugadas al poste bajo utilizaron, Indiana y Memphis, son 19º y 17º respectivamente en índice ofensivo. Y el peor equipo de la Liga, los Wizards, fueron Top 5 en porcentaje de jugadas de este tipo. Además, suele conllevar un gran número de pérdidas, ya que con la longitud actual de los jugadores NBA, meter la pelota a la pintura en estático, sin aprovechar la penetración o una serie de bloqueos antes, es cada vez más complicado.

Y Jefferson, como hemos dicho, la pierde muy poco, pero eso es una vez que tiene la pelota, no tiene en cuenta el esfuerzo en hacérsela llegar. Cada vez se utiliza menos el pase directo del base/escolta al pívot que ha plantado su culo en el poste bajo desde el primer segundo de la posesión, y tendemos a ver esquemas complicados, en los que los jugadores altos necesitan disfrazar su intención y hacer algún tipo de movimiento antes de situarse, mientras el balón circula en otras jugadas, esperando. Otra opción habitual, es la de usar al otro pívot, si tiene buenos instintos con el pase y un gran tamaño, para que sirva de asistente desde los codos de la zona.

Este matiz podría convertir a Cody Zeller en su pareja titular más pronto que tarde, si el de la Universidad de Indiana demuestra visión de juego desde el poste alto. Los otros candidatos seguramente son Biyombo, McRoberts, o la posibilidad de utilizar a MKG de ala-pívot, pero si Zeller es tan bueno como esperan en Charlotte, debería acabar el año con su nombre en el puesto.

Lo malo con Jefferson siempre ha sido su defensa (Zach Lowe acribilla sus pies planos defendiendo el pick’n’roll) pero en el sistema de Clifford seguramente se le pida esperar atrás donde puede hacer un buen trabajo de ocupar espacio, intimidar y coger rebotes en defensa, tareas en las que tiene un muy buen valor.

Los rivales intentarán hacerle salir a defender los bloqueos directos, y si Clifford, el hombre con la fama de haber convertido a Howard en el mejor defensor de la Liga se rinde y abandona su libreto, necesitará emparejar a Jefferson con un hombre alto que pueda cerrar el aro con ayudas defensivas, es decir, Biyombo, lo que heriría de muerte el ya por si escaso rango en ataque de los Bobcats.

Pero en general, los Bobcats necesitaban algún jugador capaz de anotar en grandes cantidades si querían ganar más partidos, y Jefferson lo es. Ayudará mucho.

  • Dame espacio

Hablábamos de los problemas con los Bobcats y el espacio en ataque, y no parece que la solución vaya a llegar ya. El equipo sólo tiene dos tiradores, y uno de ellos era el jugador habitual en cuyas manos reposaba el balón (Walker) y del otro, ya hablaremos, pero fue el peor jugador en defensa de la NBA sin discusión posible. Estoy más seguro de que Ben Gordon es el DPOY inverso, que de que LeBron James mereció el MVP. El año pasado también estaba Byron Mullens, pero yo más que un tirador, lo pondría en el grupo de los falladores (31.7% de desacierto en lo que, mayoritariamente, fueron tiros menos defendidos de lo habitual)

Gerald Henderson y Michael Kidd-Gilchrist son seguramente la peor pareja titular de alas (los que típicamente se encargan de abrir el campo) de la Liga tirando de tres. MKG metió 2 (sí, dos) la temporada pasada, y tirando a más de 5 metros su porcentaje no llega al 31%, y aunque Henderson, que había metido sólo 22 triples en 3 temporadas, con un risible 22% de acierto a juego, nos sorprendió con un prometedor 33% en 1.5 intentos por partido, ese número está por debajo de lo aceptable.

Ambos jugadores siguen trabajando en ello, y espero ver mejora este año, pero todavía están muy lejos de los 3.3 triples por partido que se espera de los alas titulares de un equipo en la media. Como 2.8 triples por partido de lejos. Y a esto se une el hecho de que los Bobcats no tienen ningún hombre alto que pueda contribuir (McRoberts o Tolliver, desde el banquillo, y no es que den mucha confianza).

Por tanto, y con Jefferson con plaza fija, será muy difícil volver a ver a Biyombo jugando 65 partidos de titular a menos que se Ibakice. Añadir un jugador sin aptitud ofensiva ni rango alguno a un ataque que ya está completamente colapsado no compensa lo que pueden ofrecer sus ayudas en defensa. Así que, o Biyombo trabaja esta faceta en la que aún no nos ha enseñado nada, aunque sea de otra forma (no es imprescindible que tenga que ser tirando: puede cargar el rebote ofensivo, demostrar que puede coger la pelota y finalizar un bloqueo directo…), o el año se le hará largo.

Y Charlotte en general, tendrá que confiar en…

  • El magnífico Kemba Walker

Perdido en un equipo de 21 victorias, y rodeado de una generación de bases anotadores brutal, con un nivel de competición inédito en la posición hasta ahora, el gran año del jugador de UConn ha pasado lamentablemente desapercibido.

Con el panorama que hemos expuesto antes, y sin un hombre alto con el que desarrollar cualquier tipo de química, fue 26º en la lista de anotadores por partido (justo debajo de su nuevo compañero, Al Jefferson) por encima de Holiday, Jennings o Lawson, y en números por minuto también supera a Lillard. Y de los 25 bases con más de 1000 minutos y mayor porcentaje de utilización, sólo Ramon Sessions perdió menos balones por jugada que él. Y con todo y con eso, se apañó para dar 5.7 asistencias por partido, un número bajo sin contexto, pero interesante cuando hablamos de los Bobcats. Habrá que verle cuando tenga que equilibrar más su parte anotadora con la solidaria, empezando por esta temporada, pero la cosa tiene buena pinta.

Pese a tener poca o ninguna ayuda de su hombre alto, Walker fue uno de los jugadores más eficientes y prolíficos de la Liga en el bloqueo y continuación: hasta 7 veces por partido finalizó una jugada de esta manera, entre los que más de la Liga. Logra anotar cómodamente también en aclarados a este nivel, y los mayores lunares que veo en su juego son su querencia por los tiros tras parada (pull-up) en los primeros segundos de la posesión y sus problemas a la contra, donde la pierde demasiado y abusa de los lanzamientos ya mencionados. Charlotte como equipo salió mucho a la contra, pero con una efectividad por debajo de la media, en parte porque Walker no toma las mejores decisiones a la carrera. Y podría seguir siendo un recurso para este equipo este año, así que haría bien trabajando en ello.

Su tercera temporada en la Liga debería ser la de la consolidación. Todavía tiene tiempo de trabajar en su juego, porque aún es joven, pero si va a ser un jugador importante, tiene que, al menos, meter su nombre entre los candidatos al All-Star. Veremos.

  • El jurado sigue deliberando

MKG no tuvo un mal año en absoluto, pero es normal que el aficionado se sienta un tanto decepcionado con el número 2 del Draft. La receta para Kidd-Gilchrist es clara: que meta los tiros, y el resto ya vendrá casi solo.

Tiene el 11º mejor RAPM defensivo para un jugador novato de 19 años desde 2001 (64 en la lista), y es el primer jugador exterior del grupo, el resto son todo hombres altos. Su tasa reboteadora también es fantástica para su posición, y anota y ve bien el campo en transición. Los Bobcats fueron mejor equipo con él en pista, pero no sé si es suficiente  que sus expectativas se queden en las de un secundario de lujo.

Ni si, desde luego, podemos hablar de lujo hasta que aporte al ataque a media cancha. Los defensores le esperan y le retan a tirar, lo cual ha quitado buena parte de sus opciones de penetrar. Finaliza bien, pero la pierde demasiado por el camino por culpa de los angostos caminos que le dejan, y si no puedes anotar es muy difícil que veas 30 minutos por partido en la NBA ahora mismo. La solución no es fácil, pero al menos el problema está diagnosticado.

  • Cambio en los banquillos

Una de las misiones de Dunlap, que para mí hizo un buen trabajo, salvo por la parte de conseguir que la gran mayoría del equipo acabara el año odiándole, era reducir los malos tiros (los lejanos de 2, la media distancia) e ir a por los que receta la farmacología estadística: tiros libres, cerca del aro, y triples. Con los dos primeros lo consiguió, Charlotte estuvo en el percentil 90 en viajes a la línea, y en el 70 en intentos desde el área restringida. Pero Dunlap no pudo alejar la media distancia con un equipo que no tenía personal para ello. La idea era buena, pero los mimbres no tanto.

El auténtico caos, llegó en defensa. Los Bobcats aplicaron la receta inversa aquí, siendo el equipo que más triples desde la esquina permitió al rival (con increíbles porcentajes además) y estuvieron en el percentil 95 entre los que más lanzamientos cerca del aro recibieron. Desde donde jamás les tiraban era a media distancia. Dunlap se obsesionó con cerrar el aro, que había sido el mayor problema el año anterior, jugándosela a que el rival lo tuviera que intentar de lejos, y no consiguió ni una cosa ni la otra. Su engendro zonal les permitió detener las penetraciones de sus oponentes (y eso lo consiguieron), pero estos, no se inmutaban, porque sabían que aunque esa vía estuviera cerrada, había un camino de rosas para intentar triple tras triple, y la acumulación de hombres para proteger el área restringida era susceptible a cortes, puertas de atrás y rebotes de ataque.

En general, Charlotte defendió como un equipo de gente que no ha jugado junta en su vida en una pachanga, filosofía «nos apretamos aquí, y si quieren meter que tiren de lejos» y luego a la hora de jugar, todo el mundo se queda mirando, pensando siempre que todo jugador que pasa no es el suyo, sino el de otro. Y eso, en la NBA, pues ya sabemos…

Veremos que corrige este año Steve Clifford, que tiene fama de gurú defensivo tras trabajar durante años con los Van Gundy, y ser el arquitecto de la defensa que tanto éxito tuvo en Orlando alrededor de Dwight Howard, donde pasó un lustro. Su último año no ayuda a su reputación (asistente en los Lakers) pero siempre queda el consuelo de pensar que no le dejaron hacer mucho. Por lo pronto, habrá que esperar una propuesta mucho menos extrema.

  • Camaleónico Sessions

Tras haber pasado por 5 equipos en 6 años de carrera, siempre como suplente, salvo emergencias, la de Sessions es una carrera particular y curiosa, en la que sigue reinventándose a cada paso, y tiene pinta de que apunta a larga.

Fue el primer jugador de la NBA asignado a la D-League en 2007, después de ser elegido en la segunda ronda por Milwaukee, y no jugó hasta bien entrada la temporada (debutó en marzo), pero cuando los Bucks finalizaron el año de Mo Williams por lesiones, y le dieron unos cuantos partidos como titular, deslumbró de base puro, dando 10.2 asistencias por 36 minutos el resto del año, con dobles cifras en esta categoría estadística en los últimos 5 encuentros que jugó, incluyendo 24 pases para canasta en el penúltimo encuentro, récord de la franquicia.

Al año siguiente los Bucks le dieron su gran oportunidad, y con más minutos, descubrimos a un base más anotador de lo que pensábamos pese a un mal tiro exterior, penetrador a partir del bloqueo y continuación, y nos dimos cuenta que en defensa era permeable. Firmó un contrato bastante modesto al acabar la campaña en Minnesota (donde coincidió, además, con Al Jefferson) y tuvo un año miserable con una mala plantilla, en el que Flynn, peor jugador, estaba por delante de él. Al final de la temporada, le traspasaron a Cleveland, donde tuvo un gran año, que pasó desapercibido detrás de Baron Davis y Mo Williams (otra vez) y porque no dejaba de ser un equipo de 19 victorias, en el que lo más destacable era que se había ido LeBron.

La siguiente temporada a mitad de año le traspasaron a los Lakers, y parecía que de repente, el polivalente Sessions había añadido una nueva muesca a su juego: la de tirador. Un 44% de acierto desde el triple, que se evaporó en su primer viaje a Playoffs donde sólo metió 4 de 25. Y así, agente libre de nuevo, es como acabó en Charlotte, donde la pasada temporada nos mostró un truco nuevo: fue el quinto jugador que más tiros libres intentó por minuto en toda la Liga. Más que Kobe, Carmelo, Westbrook

Es verdad que salvo por su media temporada en Lakers siempre ha estado en malos equipos, muchos de sus números están conseguidos con suplentes enfrente, y no es buen defensor, pero Ramon Sessions en el conjunto de su carrera ha metido 16.3 puntos en 1.06 puntos por tiro, y dado 6.7 asistencias por cada 36 minutos. Además, ha demostrado una increíble capacidad de adaptación a lo que cada equipo necesitaba, o se le permitía hacer, pasando algunos minutos de escolta, por ejemplo, el año pasado junto a Kemba Walker.

Todavía no se puede confiar en su tiro, y la defensa y una edad que ya no guarda ninguna proyección seguramente le aparten de un puesto de trabajo titular a estas alturas, pero Sessions será un suplente útil y polivalente muchos años en esta Liga, y a un banquillo flojo como el de Charlotte le viene muy bien una pieza así.

  • Ben…

Prometimos hablar de Gordon, que cobrará 13 millones en su último año de contrato, y vamos a hacerlo.

Ben Gordon puede ganar algún partido en el que se pone espléndido. Cuando empieza a funcionar, es un espectáculo que te obliga a poner a Charlotte en el League Pass. Si tiene su día, él sólo te paga la entrada.

Este año hubo tres partidos Ben Gordon. El primero fue el cuarto de la temporada, contra New Orleans. 34 puntos, incluyendo 13 en 6 posesiones en el último cuarto. Los Bobcats perdieron de 8, y Gordon tuvo un -11. El segundo fue contra Atlanta, cinco triples en el último cuarto, y esta vez con +/- positivo, +5, pero el equipo perdió de 3. Unos días después en Portland, acabaría su temporada mágica, 7 triples en los últimos 15:21 de tiempo reglamentario, y él cargó un -16, en un partido que se perdió de 6. Estábamos 3 de diciembre, y ya se nos había apagado la luz en apenas un mes sin que lo supiéramos.

En algún momento, no mucho más tarde, visto el resultado y cómo empieza a perder minutos, comenzaría su cabreo con Mike Dunlap. Difícil saber qué fue primero, si la gallina (los entrenamientos infinitos y el ambiente universitario del entrenador) o el huevo (la falta de interés de Gordon en defender, en un sistema casi zonal y muy cerrado que pide esfuerzo al jugador para cerrar a los tiradores), pero al final, nos quedamos ante una de las temporadas más desastrosas en la historia reciente de la Liga, algo que duele más con el talento subyacente del inglés de nacimiento.

Con él en pista, los Bobcats recibieron 113.3 puntos por 100 posesiones, sin él, sólo 106, una diferencia de 7.3. Nadie que haya jugado más de 300 minutos el año pasado tiene peor marca. Ni el año anterior. Ni el anterior. Su RAPM (+/- ajustado y normalizado) considera que costó a la defensa de su equipo 5.6 puntos por 100 posesiones, peor marca de la Liga,y segunda más lamentable desde 2001 que se empezó a medir, sólo superada por una temporada (sólo una) de Lentejita Boykins y su 1.65. Los escoltas del equipo rival metían 21.3 puntos por 48 minutos con un eFG% de 56.8, y los triples defendidos por él, se convertían con un 44.6% de acierto. Básicamente, es como si Ben Gordon sacara una varita mágica y convirtiera al de enfrente todas las noches en Ray Allen en 2011.

Sin la más mínima intención de defender, sus 113 triples (debajo de él en la lista de canastas de 3 puntos conseguidas: Irving, Walker, LeBron, Westbrook… y en muchísimos más minutos) no valen para nada. Y es una pena, porque podrían ser muy útiles.

Como está en año de buscar un nuevo contrato, con Clifford empieza de cero, y aunque nunca fuera un buen defensor, jamás perpetró el escándalo del año pasado, puede que todavía haya manera de aprovecharlo. Y también, porque como el equipo no ha fichado a nadie para el puesto de escolta suplente, y la alternativa es Jannero Pargo, que ahora mismo es también un Gordon de imitación, con todo lo bueno y todo lo malo, le veremos jugar.

Y así, al aficionado neutral siempre nos quedarán los partidos Ben Gordon que vaya espolvoreando por la temporada; al de los Bobcats, la primera ronda de Detroit que consiguieron por las molestias de hacerse cargo de él y al del equipo rival, el placer de tenerlo enfrente.

Avance de temporada 2013-2014: Brooklyn Nets

Recuerda que puedes hacerte con esta previa (y todas las de la temporada, juntas, en PDF) en La Primera (y quizás última) Mega Guía de La Crónica Desde El Sofá para la temporada 13/14. Es totalmente gratuita, tan sólo os pedimos que hagáis una mención por Twitter o compartirla por Facebook mediante este botón:

O si insistís, no os vamos a decir que no tampoco, podéis comprárnosla sin tener que poner tuits ni likes…

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Segundo año del proyecto Prokhorov, aún más espectacular (y caro) que el primero. Con la llegada de la vieja guardia de Boston, los Nets tienen una plantilla que permite pensar en el campeonato si todo sale bien, pero con una ventana que se podría cerrar más bien pronto.

La Temporada Regular obligará seguramente a equilibrar salud y frescura con la posibilidad de obtener el mejor puesto posible en la parrilla de salida para Playoffs, y también servirá de rodaje a un equipo, que pese a tan altas aspiraciones, se la juega con un entrenador novato. Pero Kidd no es un técnico al uso, y los Nets, además de pretensiones deportivas también las tienen mediáticas.

Pese a que el proyecto ha sido desorganizado y persiguiendo siempre el nombre más brillante sin importar la cantidad, al final han logrado juntar una plantilla profunda con jugadores de innegable talento y capacidad para jugar en equipo. Veamos como queda el puzle cuando lo terminen de montar en abril.

  • Radiografía de los Nets

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Quinteto All-Star

Los Nets van a poder poner en pista un quinteto titular con cinco jugadores que fueron All-Star la pasada campaña o la anterior. Deron Williams, Joe Johnson, Paul Pierce, Kevin Garnett y Brook Lopez es un grupo de ensueño, que hubiese sido imposible de juntar en el mejor momento de sus carreras, y que habrá que disfrutar en la medida que la edad y la salud nos deje.

Consideraciones de egos y años aparte, es posible que el de Brooklyn sea el quinteto con las mayores posibilidades, sobre todo en ataque, de la Liga. Son el único equipo en el que los tres exteriores tienen un buen nivel como triple amenaza (tiro, pase, bote) y lo complementan con dos interiores que pueden anotar de espaldas, tirar a media distancia y pasar dentro y fuera del poste bajo.

Otra de las cualidades de este quinteto, además del buen manejo de balón y tiro en todas las posiciones, es lo enorme que es. Williams no es de los bases más altos, pero está por encima de la media, y es quizá el más fuerte (a veces, con tendencia a caer en fuertecito si se deja llevar). Joe Johnson es un alero grande por tamaño que juega de escolta (de hecho es más alto que Pierce) y The Truth, al igual que Deron, sin liderar por centímetros a los treses de la Liga, es enorme comparado con el prototipo de su posición. Y después en Garnett y Lopez, los Nets tienen a dos 7-footers legítimos.

Esto abre la puerta a cantidad de triquiñuelas basadas en los bloqueos (algo que si se midiera en la Liga por impacto, seguramente liderarían este año). Los Nets ya usaron el pick’n’roll entre Deron Williams y Joe Johnson la temporada pasada, y ahora con Pierce tienen otro compañero que pueden utilizar, tanto para estos emparejamientos poco convencionales entre cualquiera de ellos, como directamente con los pívots. Prácticamente en cualquier momento y lugar pueden plantar uno, con un conductor excelente del balón al mando y un buen tirador poniendo la pantalla.

Otra opción que me encantaría ver y que podrían poner en práctica con efectos devastadores para los rivales es una serie de bloqueos indirectos encadenados, acciones de bloquear para el bloqueador, que con semejante fuerza en todas sus posiciones liberaría al jugador elegido como tirador final ante prácticamente cualquier defensa (quizá Indiana pueda soportarlo. A Memphis y Chicago, creo que llegarían a forzarles). Lo único malo de esta configuración es el desgaste que supone, con todos los jugadores corriendo y chocando, en un equipo que estará pensando en reservar fuerzas como sea. Pero en momentos puntuales, o cuando haya que arriesgar más, en Playoffs, las posibilidades de un quinteto con un tamaño así son magníficas. Y no nos metemos en que los Nets son uno de los pocos equipos de la Liga que podría utilizar de forma satisfactoria el sistema para dominarlos a todos, el Triángulo, porque Jason Kidd ya ha tenido malas experiencias. Y por partida doble en Dallas: cuando llegó Cleamons a utilizarlo en la pista y el que mantenía con Jim Jackson y Toni Braxton fuera.

Así que, aunque sea bonito especular, por lo general, supongo que veremos un sistema mucho más abierto con más acciones individuales. Por lo de mantener a los jugadores frescos (de hecho, Kidd ya ha dicho que es probable que Garnett no juegue back-to-backs, partidos en días consecutivos), porque el entrenador está acostumbrado a darle los galones al base y es su primerito año, y por mantener la tradición:  los Nets fueron el cuarto equipo de la Liga que más jugadas acabó con aclarados, y el sexto posteando, una suerte de aclarado para el hombre grande, y también fueron sextos en menos asistencias por 100 posesiones, y quintos en pérdidas.

Y el tamaño, esa gran ventaja teórica, se puede convertir en una pesadilla también. La cara contraria suele ser la lentitud, y es de suponer que muchos equipos intentarán atacarles por ahí, corriendo a su alrededor, quizá atreviéndose a presionarles arriba y sin mucho que perder arriesgando en las líneas de pase. Además, puede que sean autocomplacientes y confíen demasiado en el tiro, sin buscar mucho la penetración hacia el aro. Deron Williams es la clave aquí, y será importante que veamos la versión de después del All-Star (3.5 tiros intentados en el área restringida por partido y 3.6 en Playoffs contra Chicago, por los 2.5 de antes del parón) porque Paul Pierce y Joe Johnson llevan un par de años reduciendo el número de penetraciones (y JoJo además, según ha ido perdiendo potencia, las está acabando con bombitas, eficientes y útiles, pero algo menos)

Aún así, los Nets vienen de acabar en el Top 10 de Índice Ofensivo, con Reggie Evans y Keith Bogans jugando más de 1900 y 1400 minutos respectivamente, muchos con el quinteto titular. Reemplazarlos por Pierce y Garnett (o Kirilenko de Plan B, que cumple con todo lo bueno, incluido el tamaño, si es de alero) sólo debería mejorar lo que hay.

Y eso sí, que esta vez le den los zumitos y le hagan la limpieza a Deron antes de que empiece el curso. Metió 6 puntos más por partido, y su eFG% creció 9 puntos porcentuales después de los retoques durante los días de All-Star, y pese a todo el talento acumulado, es clave que esté sano, fuerte y en forma, porque este año va a seguir siendo el protagonista y la extensión en la cancha de Jason Kidd.

  • Brook se reivindica

Tras una decepcionante tercera temporada en la que parecía ir para atrás después de dos espectaculares primeros años en la Liga, y perderse la cuarta prácticamente entera por una lesión. Lopez entró en la temporada con un contrato máximo (para jugadores que salen del contrato de novato, que es menor que el de otros más veteranos) y el cartel de ser uno los jugadores más sobrevalorados de acuerdo al público y parte de la crítica. Brook respondió con una magnífica temporada, su mejor hasta la fecha, merecedora de un puesto en el All-Star, y todos los cuchicheos se han transformado en aplausos.

Volvió a ese 57% de porcentaje de tiro verdadero de sus primeros años, ahora con una presencia mucho mayor en el ataque de su equipo, recuperó tasas reboteadoras normales (sigue siendo mejor en el tablero contrario que en el suyo) y nos sorprendió en defensa, aplicando su tamaño para poder intimidar de manera efectiva.

Sigue habiendo margen de mejora, y edad para hacerlo (sólo 25 años), pero parece que su tiro de media distancia, que sigue sin pasar del 40% se quedará ahí, como amenaza para que no le dejen solo. Lo usa más o menos en el 30% de los tiros de campo que hace, pero este año, con un talento superior rodeándole, lo más inteligente sería que lo desechara, y lo utilice simplemente cuando esté solo y la defensa haga trampas. Porque pese a los porcentajes, los equipos rivales no se pueden arriesgar a darle un par de metros y no respetarle en el pick’n’pop, porque con espacio es letal. Contra Indiana y San Antonio, dos equipos que permiten esos tiros de manera más o menos cómoda, para proteger el aro, metió 16 de 26 (61.5%). Así que como recurso está bien, pero no como arma. Además fue décimo en puntos por partido en segundas oportunidades, que es otra manera que tiene de generar un impacto positivo sin que el balón circule a través de él.

Lo de la defensa fue algo más sorprendente e inesperado. Tras tener un RAPM (+/- ajustado y normalizado) negativo en su última temporada completa, algo especialmente malo para los hombres grandes, que suelen tener una mejor valoración, este año con él en pista los Nets fueron 2 puntos por 100 posesiones mejores en defensa. A esta consideración ayuda que sus números destacaban sobre los de cualquier otro pívot de los Nets, una lista que incluía a célebres temeridades como Blatche, Humphries o Reggie Evans, pero aún así, todo apunta a un impacto positivo más allá de eso.

Los kilos que ha añadido le han ayudado a mejorar su presencia, y lo que es más sorprendente, parece un Lopez más ligero y coordinado, que no se deja superar por los bases rivales en toda jugada en la que le encaran, algo a lo que ayudó también el hecho de que defendiera los bloqueos directos más arriba, algo que Lawrence Frank (con el que ya coincidió, único jugador que queda de su era en New Jersey) mantendrá si nos atenemos a su historia reciente. Y este año además tendrá la ayuda de Garnett y Kirilenko, ahí es nada. Eso sí, ya veremos como encaja su personalidad relajada y distendida en un equipo con un alto carácter y mucha rabia acumulada entre los veteranos. Brooklyn este año aspira a todo, y Lopez nunca ha tenido, ni siquiera el año pasado que era casi de prueba, semejante tensión competitiva alrededor.

Como pieza clave más joven del equipo, Brook es muy importante para estos Nets, y será uno de los protagonistas en Temporada Regular, mientras otros descansan. Por fin parece que tienen un pívot que cumple en las dos direcciones, ahora necesitan a todo un hombre.

  • Jó, Jo

La mayor incógnita del quinteto y el primer jugador al que le caerán los palos si algo va mal, tiene nombre. Y hay una explicación: Johnson no vale lo que cuesta ni de lejos (21.5 millones este año, mejor salario de la plantilla, y quinto que más recibe en toda la Liga) y su actuación en Playoffs fue horrible (aunque la defensa de Chicago haga esto a casi todo el mundo) pero si nos pudiéramos olvidar de esto, es un buen jugador, y como cuarta o quinta opción que se espera que sea esta temporada, es un auténtico lujo. Por números, el año pasado dio un bajón algo preocupante a esta edad, porque la caída fue en todos los frentes: era de esperar que su anotación y porcentaje de utilización se desplomaran por perder protagonismo, pero también lo hizo la eficiencia y no aprovechó su mayor libertad para mejorar las estadísticas periféricas (fue a peor en rebotes, asistencias, robos…).

Siguió utilizando uno de sus recursos más habituales en Atlanta, postear a los escoltas rivales, que siempre son más pequeños que él, pero su efectividad cayó de 1.02 a 0.84 puntos por jugada. Su tiro permaneció en la norma habitual (37.5% de acierto en triples) siendo más efectivo tras salir de un bloqueo indirecto que estando abierto (aunque al año anterior fue al revés) y en Brooklyn utilizó bastante menos el bloqueo y continuación que en Atlanta, tal vez porque tuvo bastantes problemas el año pasado manejando el balón entre el tráfico en un ataque con poco espacio para operar. Con Pierce y Garnett abriendo más la pista en teoría que el año pasado, Johnson debería tener más facilidad para ser partícipe en las jugadas de bloqueo directo y seguir deleitándonos con su magnífico floater.

En lo que sí fue el año pasado destacadísimo Joe Johnson fue con los tiros decisivos. Con cinco segundos o menos en el reloj, con un tiro para ganar o empatar en el último cuarto o en la prórroga, JoJo metió 5 de 5 (1 triple) esta temporada, sin que nadie más llegara a 4 siquiera. Dos canastas ganadoras con el partido empatado en la 2ª prórroga (contra Detroit, donde ya había metido la del empate a 18 segundos para el final del primer tiempo extra, y contra Washington), el triple que forzó la igualada contra Milwaukee a falta de 1.3 y la canasta ganadora quedando 1.4 de la prórroga (dos tiros extra-clutch en el mismo partido), y aquella que forzó la 2ª prórroga (acabaría habiendo 3) en ese espectacular partido de Playoffs contra Chicago, que los Nets acabarían perdiendo 134-142. El año pasado fue infalible cuando el tiempo y el resultado apremiaban, pero si algo tienen estos números es la inconsistencia año a año: sólo metió 2 de 9 las dos temporadas anteriores, por lo que no hay que esperar que el resultado se repita.

De todos modos, con una muestra multianual más grande (2 últimos minutos, perdiendo o ganando de ±3, las últimas 5 temporadas), Johnson ha metido 68 de 146 tiros de campo, para un porcentaje efectivo de 51.4%, muy superior al 42.4% que tuvo la Liga en conjunto la temporada pasada, por ejemplo, y esto sí es suficiente para indicar una parte de habilidad.

Veremos como se desenvuelve este año, porque los 32 años suelen marcar el punto de inflexión en el que el declive de un escolta empieza a ser más agudo, JoJo los cumplió en junio, y viene de una temporada de bajón. Esperemos que la caída no sea tanta en un rol más sencillo.

  • No estaban bromeando

La noticia sorprendió por inesperada y repentina: Jason Kidd entrenaría a los Nets. Aunque siempre hay dudas sobre un técnico novato, y más aún cuando no tiene la más mínima experiencia como asistente o entrenador en otro nivel, al ex-jugador del equipo en su encarnación en New Jersey le han puesto de red a un viejo conocido:  Lawrence Frank, que dirigió a Kidd durante cuatro años y medio en la franquicia y estuvo desde el verano de 2003 hasta el desastroso comienzo en 2009 más de seis temporadas como líder del vestuario Net.

Frank es seguramente el asistente mejor pagado de la Historia de la NBA, cobrando más de un millón de dólares de Brooklyn, que se suman al finiquito que todavía recibirá los dos próximos años de Detroit, y los cuatro millones que cobra en total, superan a muchos entrenadores principales de la NBA, incluido su jefe Kidd (aunque si Frank se hubiera quedado en casa a ver los partidos por televisión, seguiría cobrando lo mismo).

Durante la Liga de Verano de Las Vegas, parece ser que Frank, con cartel de especialista defensivo se encargó algo más del ataque y Kidd de la defensa, pero ya veremos si la separación de poderes continúa de esta manera, o cambia algo durante el curso. Y también, si hay alguna rencilla, porque no sé hasta que punto Lawrence entiende su posición de asistente, o se ve más como un verdadero entrenador titular.

  • El fantasma de LA opera

Cuando se anunciaba que Garnett y Pierce llegaban a Brooklyn, en medio de la emoción por lo que pintaba a equipazo, surgía el déjà vu: ¿No hemos pasado hace poco por esto de encumbrar a un quinteto brillante y veterano, para ver como luego se caían con todo el equipo?

Pero los Nets no son los Lakers. En primer lugar, hay que recordar que la mala suerte de los angelinos el año pasado, hubiera tumbado a cualquier franquicia. Los problemas de Nash con 38 años podían ser esperados, los de Pau, con 32, algo menos, pero ¿Dwight? ¿Perder a Jordan Hill toda la temporada? ¿Que Steve Blake tuviera un desgarro abdominal y luego la varicela? Creo que hay gente que no se da cuenta de la tremenda cantidad de partidos que se perdieron los jugadores de LA, y no sólo los veteranos. Si Jason Terry,  que sería el Jodie Meeks en esta plantilla, acabara como cuarto del equipo con más minutos, está claro que los Nets están fockados y muy fockados. Pero lo de los Lakers fue algo singular, y si le sucede lo mismo a cualquier otro equipo, le podemos decir adiós, sea LA, sea OKC, sea Miami.

Y los Nets no son los Lakers, de nuevo, porque aunque pasaran por la misma epidemia, su plantilla está mucho más completa. Donde los Lakers acabaron con Darius Morris, los Nets tendrían a Alan Anderson. Antawn Jamison aquí es Andrei Kirilenko. Mason Plumlee a lo mejor no menea las toallas como Sacre, pero si tiene que ser titular en 3 partidos lo hará mucho mejor. Lo sexy seguramente sea el quinteto titular y sus posibilidades, pero el trabajo que han hecho los Nets remozando el banquillo será otra de las cuestiones que sujetarán a Brooklyn, incluso si algo malo pasa.

Sin ninguno de los cuatro más titulares en pista el año pasado (Deron, JoJo, Crash y Brook), los Nets fueron avasallados por los banquillos rivales en 12.7 puntos por 100 posesiones, y eso que Blatche tuvo un buen año a nivel individual. Este año, la segunda unidad de los Nets, con Livingston, Terry, Kirilenko, Reggie Evans y Blatche, suena mejor que los quintentos titulares de algunos equipos con pinta de tanqueadores.

De Kirilenko, al que los Nets obtuvieron con un gran descuento mediante, poco más hay que decir que seria titular en media Liga o más, y que gracias a su versatilidad posicional, lo veremos mucho con los titulares si a Pierce y Garnett les limitan los minutos y les dan días de descanso. El PER de Terry cayó por quinto año consecutivo, ya son 35 años, y no defiende ni por casualidad, pero todavía puede ser un jugador útil para liderar en anotación una segunda unidad. Eso sí, si se mantiene la tendencia de los dos últimos años, debería jugar más en el Barclays y menos fuera: la disparidad entre sus estadísticas en casa y a domicilio son significativas, más de 12 puntos porcentuales de diferencia en su porcentaje de tiro verdadero. Blatche como ya dijimos viene de una buena temporada, entrando en los mejores años para un jugador en un ambiente en el que se siente cómodo y Reggie Evans, aunque sea un lastre en un quinteto titular con aspiraciones, es un lujo como especialista temporal del rebote o revolucionario desde el banquillo, donde además puede camuflar una de sus debilidades, la defensa individual en el poste bajo, enfrentándose a jugadores con mucho menos talento anotador. Con Terry, Blatche y Kirilenko a ratos, hay suficiente munición ofensiva para hacer un sitio al inoperante y constringente Reggie y seguir con un ritmo mejor que el del banquillo habitual.

El Plan B del puesto de base, si Deron tuviera algún problema, con Livingston y Taylor como únicos bases típicos es lo más flojo, y la verdad, si ese es el punto más débil de tu equipo en apariencia, no está nada mal. Y siempre podría Terry, o incluso Johnson y Anderson, encargarse de la tarea.

En definitiva, la profundidad de los Nets es muy amplia, mejor que la del año pasado cuando rellenaron demasiadas posiciones de la plantilla a base de contratos mínimos, y a diferencia de otros grandes proyectos, este es de los mejores protegidos ante una serie de catastróficas desdichas.

Avance de temporada 2013-2014: Boston Celtics

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Quizá suene tópico y evidente hablar del fin de un era con estos Celtics, pero es que la marcha de un jugador de los de toda la vida, como Paul Pierce y dejar de aspirar al anillo tras seis temporadas consecutivas partiendo como equipo a tener en cuenta a estas alturas del año, no hay otra forma tan sencilla de explicarlo.

Pero aquí miramos hacia delante, refugiándonos en el pasado más inmediato sólo para imaginar qué y cómo cambiará, y esta temporada pinta más a demolición de los restos, que a puesta de cimientos. La fecha de regreso de Rajon Rondo es la incógnita que se hace extensible al juego de todo el equipo, porque pocos jugadores tendrán más impacto que él en un grupo esta temporada. Sin su base estrella, los Celtics tienen una alarmante carencia de talento ofensivo y consistencia en todo el resto de su plantilla, bastante profunda, pero llena de jugadores que no han pasado de tener un rol bastante secundario durante sus carreras.

  • Radiografía de los Celtics

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  • Brad Stevens y la nueva filosofía

Los Celtics tienen nuevo entrenador, sin experiencia, y más joven que Kevin Garnett, pero que trae una inmejorable fama de su trabajo en la NCAA con los Butler Bulldogs. Lo que Stevens hacía con su equipo en la universidad no tiene por qué traducirse a Boston (además, una de las cosas que resalta quien conoce a Brad, es su flexibilidad y capacidad de adaptación) pero si queremos pistas, tenía uno de los equipos más lentos y pacientes de la nación.

Los Bulldogs jugaban a pocas posesiones por partido y apenas salían a la contra, pero el entrenador ya ha dicho que a lo mejor con este equipo, falto de creadores mientras estén huérfanos de Rondo, se pone a correr, y buscar muchas oportunidades en transición. En definitiva, dejará que el personal dicte lo que debe hacer, por lo que no deberíamos sacar muchas conclusiones.

Pero siempre es interesante ver qué le gusta. Su ataque a media cancha solía partir de un bloqueo directo, con cualquiera de los dos hombres altos, uno haciendo el papel tradicional (continuando hacia el aro si participa en la acción o colocándose para cortar o postear si no es el caso) y otro buscando el tiro de media-larga distancia (sobre todo larga, con bloqueos muy altos prefiriendo triples a lanzamientos desde la bombilla) y quedándose en el perímetro, por lo general, según avanza la jugada. Aplicado a Boston, podría permitir perfectamente a Jeff Green ser partícipe del esquema como 4 si Stevens lo desea, Olynyk también tendría su nombre en ese papel, y Sullinger haría un gran trabajo en el otro puesto, con posibilidades de jugar, aunque de manera menos eficaz, en el de ala-pívot abierto. El pívot que en muchos sitios consideran que será el titular, Kris Humphries… pues no es ninguna de las dos cosas, la verdad. Cuenta la leyenda que un día tiraba regular de media distancia, y poco más.

Con Brandon Bass también hay un pequeño problema. En principio ninguno de los dos papeles le convienen, porque no es una amenaza convincente continuando el bloqueo ni posteando, y su falta de tiro de 3 le hace mucho menos eficaz que Olynyk o Green para jugar de 4. Pero Stevens también utilizaba bloqueos laterales y en este caso, es muy buen tirador de media distancia, especialmente en las líneas de fondo, y más aún al lado derecho, por lo que puede ser una manera de implicarle en el pick’n’pop. Ahora bien, estas jugadas no se utilizan por lo general con tanta frecuencia en la NBA como sucedía en Butler, y suelen estar reservadas a los mejores playmakers, aquellos que ya dominan la versión más fácil, en la que ven el campo entero desde el centro. Y esto hila con el gran problema de Boston para basar su ataque en los bloqueos directos.

Los Celtics comenzaron utilizando más a Rondo en situaciones de pick’n’roll este año, y de manera muy satisfactoria, con un Rajon que por fin añadió el tiro desde todo el frente de media distancia, y no sólo en su punto dulce a la derecha de la línea de tiros libres, pero tras su lesión, cuando el balón pasaba por Bradley, el equipo tenía algo más de libertad para correr, en parte por los problemas de Avery a media cancha, y si no, solía ser Pierce el creador. Así, salvo que nos sorprenda alguno de los Lee, Crawford, Brooks, o el propio Bradley, por lo que hemos visto hasta ahora, Rondo sigue siendo el único jugador, ya no digo bueno, sino capaz siquiera, de crear la triple amenaza (anotar, pasar al bloqueador, pasar a los jugadores abiertos) en este tipo de jugadas a un nivel NBA, y por tanto, de dirigir este ataque.

Lo bueno del sistema de bloqueos sobre el balón de Stevens es que no acaba ahí, sino que ofrece acciones secundarias alternativas. De hecho, el ritmo de Butler era lento porque la jugada rara vez acababa inmediatamente tras la pantalla inicial, y el balón circulaba por todo el equipo, invirtiendo el balón de lado a lado. Lo malo de nuevo en su aplicación en Boston es el personal: requiere que los alas muevan el balón rápido y con inteligencia, y el único jugador que ha demostrado que puede ser un pasador hábil de este grupo es alguien que no suele estar por la labor, Jordan Crawford. Como dijimos antes, para que los Celtics sean efectivos en ataque sin su número 9, especialmente si Stevens se mantiene fiel a sus principios y no da un giro marxiano hacia otros, alguien en el perímetro nos tendrá que sorprender.

Eso sí, como hay varios jugadores que pueden tirar bien de 3, incluido alguno de los hombres altos, los Celtics pueden tener un espaciado bastante interesante, que simplificaría bastante el trabajo del hombre con el balón. Ya que falta el talento en la conducción, por lo menos las cosas no serán más difíciles por culpa de una acumulación de defensores, y esa puede ser la esperanza.

En el otro lado, la defensa, varios jugadores de Butler han declarado que más que esquemas complicados, a Stevens le gustaba que sus jugadores se esforzaran, corrieran y trabajaran en una defensa, que, habitualmente se basaba en el hombre a hombre (va a adorar a Gerald Wallace entonces).

Los Celtics llevan bastante tiempo ya utilizando el mismo sistema, el que dejó Thibodeau, y tal vez Stevens renuncie a su idea habitual, y mantenga una línea continuista. En la versión de Boston del famoso esquema, el hombre alto presionaba bastante al base, algo que encaja mucho mejor con la idea que tiene Stevens de que haya mucho movimiento, que aquellas interpretaciones en las que se espera atrás. Pero también, los Celtics lo podían hacer porque tenían a Garnett, que apretaba al jugador que lleva el balón según dobla la esquina como nadie, y podía recuperar increíblemente bien si su hombre continuaba, mientras que en este grupo, salvo por los aleros jugando de 4, hay falta de velocidad de pies.

Otra de las cosas que puede cambiar en Boston, y esta, tal vez, para mejor, es que quizá veamos que renuncian a renunciar al rebote ofensivo como método de defensa. Butler cargaba el rebote de ataque por encima de la media, por lo que está en principio dentro de la filosofía Stevens, y la táctica tuvo retornos decrecientes para Boston el pasado año. Evitar las salidas a la carrera rivales mandando a los jugadores de vuelta a la defensa les funcionó en teoría (sólo Indiana se enfrentó a un menor número de jugadas a la contra que Boston), pero la práctica salió algo peor, ya que comparten junto a los Kings el liderato negativo en puntos recibidos en transición: 1.22 por jugada. En parte puede ser porque con menos contraataques en contra, las opciones que se producen son las más claras, pero los equipos buenos reduciendo las oportunidades rivales (Indiana, Philly, San Antonio) también lo hicieron limitando su eficiencia.

Los Celtics tuvieron una cierta displicencia al enfrentarse a esta tarea la pasada temporada, quizá por pensar que con regresar pronto lo solucionaban todo, quizá por ver las contras como irrecuperables y pensar en proteger las piernas y no cansarse. Sin los tres jugadores más veteranos de la plantilla, y de momento sin Rondo (que el año pasado vagueó en la tarea) y con la llegada de un suicida corriendo de lado a lado como Wallace, Boston será bastante más rápido, y podría defender bien la transición sin tener que volver antes de tiempo. Sin duda alguna, será un buen empujón a un ataque que lo va a necesitar.

Hay muchas ganas de ver cómo decide al final adaptarse a su plantilla, si opta por defender en grupo, y si los Celtics se convierten en un equipo rápido, algo que no sucede seguramente desde la época de Jim O’Brien. También, si el bueno de Brad tiene algún truco guardado en la manga. No podemos esperar: seguro que nos sorprenderá.

  • Vuelve pronto, Rajon

De momento, no hay fecha de regreso (y Ainge ya ha dicho que duda que vuelve antes de diciembre), y no sabemos si su futuro está atado a la franquicia, pero los Celtics (si quieren ser competitivos en lugar de tanquear, claro), necesitan a Rondo más que nunca.

Sabéis de la relación amor-odio que tenemos en este Imperio con Rajon, pero ahora que la rodilla le ha dejado fuera, es imposible echar de menos a uno de los jugadores más eléctricos de la Liga, aquel que siempre prometía espectáculo en la TV nacional y en los Playoffs. Siempre hemos creído que podría brillar más y ser práctico en un equipo joven, que corriera y metiera el turbo, y justo cuando Boston parece que tiene algo parecido a ello, él, de momento, no está.

Con Bradley (hablamos prontito algo más) y Phil Pressey (hijo de Paul, al que Boston se cepilló 3 veces en los Playoffs en los 80 cuando jugaba en Milwaukee, dos de ellas en las Finales de Conferencia del Este) la rotación de bases de los Celtics da miedo, y si ya de por sí un jugador bueno es muy difícil de reemplazar, en este caso no hay sustituto de garantías, y esta vez no está Pierce para sacar las castañas como creador y protagonista de los bloqueos directos.

De todos modos, de lo que suceda con él, o las ramificaciones que tengan las decisiones alrededor de su figura dependerá una buena parte del total de las victorias de este equipo. Las predicciones hechas por analistas y casas de apuestas sobre los Celtics este año parecen destinadas a fallar por bastante. La pregunta es… ¿hacia qué dirección?

  • Avery, Avery…

La vuelta de Avery Bradley marcó un antes y un después en el rendimiento defensivo del equipo (volvió el 2 de enero, y los Celtics fueron el 5º mejor equipo en defensa en 2013 tras ser el 13º en los dos meses de 2012), y aunque en esa faceta sea superlativo (apareció en el segundo equipo NBA All-Defense y parece el único candidato de los jugadores bajitos para poder discutir un DPOY a los pívots en el futuro próximo), necesitará mejorar en ataque para que no le suceda como a otro jugador que comenzó su carrera en Boston (*cough* Tony Allen *cough*) que juega poco más de 25 minutos por partido.

El bueno de Bradley es aún joven (cumplirá 23 cuando empiece la temporada, ya que entró con sólo un año de Universidad a sus espaldas) y tiene menos experiencia que los jugadores de su Draft por culpa de las lesiones y pasarse un primer año casi en blanco, por lo que todavía tiene margen de mejora, pero a estas alturas todavía no le vemos un rol definido: no parece preparado para dirigir un ataque, ni para ser el otro que complementa con su tiro al playmaker principal.

Su 31.7% en triples deja bastante que desear, y aunque se siente cómodo en varias zonas de la media distancia (línea de fondo derecha, ala izquierda) dos pasos más adelante de la línea de tres, en la NBA actual se pide que un escolta sea capaz de estirar más el campo.

Y como director, al menos, su tasa de pérdidas bajó considerablemente, pero en Playoffs fue totalmente superado por los Knicks y dio una horrible imagen como general en plaza, volviendo a recaer en este tipo de problemas. Y lo que es peor, un número grande de pérdidas se perdonaría si creara juego para sus compañeros. Pero como no anota tras bote, ni es la amenaza que Rondo, por ejemplo, presenta cuando penetra, no puede buscar al resto de jugadores en posiciones ventajosas para ellos, porque en primer lugar, no las genera para él.

En definitiva, sólo jugó 50 partidos, y no pudo trabajar durante la pretemporda, por lo que tiene un pase, pero estamos en el mismo punto que el año pasado con él, apenas nos hemos movido. O en todo caso, lo hemos hecho en el mal sentido, ya que el porcentaje de tiro el año del cierre patronal que invitaba al optimismo para una carrera como pseudo-escolta, parece un espejismo. Y el verano que viene (si no le dan una extensión antes del 31 de octubre), hay que pagarle. Prestaremos atención.

  • ¿Jeff Green? ¡Jeff Green!

El consuelo de Bradley es que el año pasado, en este mismo espacio, planteábamos una serie de dudas similares sobre Jeff Green, y al final, yendo de menos a más, tuvo una más que interesante quinta temporada en la Liga.

La primera estadística que yo resaltaría fueron los 81 partidos jugados, toda la temporada al completo. Antes de su problema del corazón sólo se había perdido 13 partidos en 4 temporadas, y parecía estar como un roble, pero es importante que tras su aneurisma pudiera aguantar sin problemas la carga de la temporada.

Después, su 38.5% en triples, tras promediar un triste 33.7% en su carrera. Selecciona algo más los triples frontales y aprovecha principalmente a tirar desde las esquinas. Eso sí, de cara a la nueva temporada, puede que no se repita la frecuencia con la que se prodiga a los lados de la pista, que está ligada a compartir cancha con Paul Pierce: 46.7% junto a The Truth y 30.4% sin él, con muestras de más de 1000 minutos en cada caso. Jugar de acompañante le permite tirar mucho más a los lados del campo, desde donde acierta muchísimo más. Veremos que sucede este año, en el que se le presupone un papel más protagonista, y no de secundario, que es donde brilló la pasada temporada.

Y en tercer lugar, son buena señal también los 6 tiros libres intentados por 100 posesiones, después de moverse por los 4-5 durante el resto de su carrera, un incremento que demuestra que está aprendiendo a utilizar mejor su capacidad atlética, y que, además, sube a 6.4 cuando no está Paul Pierce, para compensar su bajón en el triple. La clave para ser eficiente si Stevens le convierte en el foco principal del ataque es que logre sacar cuantas más faltas mejor.

Otra cosa que está aún pendiente es ver en qué puesto acabará la temporada. El año pasado repartió sus minutos casi a partes iguales entre el 3 y el 4, con mucha mejor producción de ala-pívot, sobre todo por quién le acompañaba en esa situación, pero en defensa funciona mucho (mucho) mejor de 3. Como ya hemos dicho, Stevens suele utilizar un 4 abierto, por lo que no tendría ningún problema en el sistema. De nuevo, supongo que dependerá un poco del resto de jugadores y de las fases del partido. Si Gerald Wallace está sano y a buen nivel, es un jugador más interesante que casi toda la batería de hombres altos, y seguramente desplazaría a Green al puesto de 4… o de 2, ya que Stevens dijo a los medios que jugará algo aquí y allá de escolta, y lo que convertiría a los Celtics en un mega quinteto (en tamaño).

Pero al mismo tiempo, la falta de un 5 claro, y de otro alero de garantías (Keith «no me explico cómo acaba rascando 1500 minutos al año» Bogans completa la rotación) podría hacer que el entrenador prefiriera compensar con Green de 3. El año pasado, bastantes de sus minutos de ala-pívot vinieron compartiendo pintura con Bass, pero eran habitualmente contra segundas unidades, y Jeff se ha ganado el derecho a ser titular. Otra incógnita a resolver.

  • Profundidad… mal repartida

Lo decíamos al principio: la plantilla de los Celtics es escasa en cuanto a líderes y jugadores creativos, pero bastante profunda. Hay 10 jugadores (11 con Bogans) que han demostrado que tienen nivel para estar en una rotación NBA, y Olynyk y Faverani tienen buena pinta para añadir más nombres a un atasco que podría llegar hasta a 13. Después de años con Rivers, uno de los entrenadores más fieles a las rotaciones y roles definidos en la Liga, Stevens se encuentra con una papeleta bastante seria, y pinta a que tendremos una situación de inestabilidad importante durante todo el año.

El problema es que pese a tanto jugador aprovechable, parece haber sólo un base (que empieza lesionado) y todavía no sabemos si hay algún pívot. El grupo de hombres altos (Sullinger, Bass, Humphries, Olynyk, Faverani con algún cameo de Jeff Green y/o Gerald Wallace) tiene los mismos problemas que el equipo en general: es un conjunto interesante (un lujo tener al que sea el peor de todos ellos como tu 5º o 6º big), pero mal repartido, pequeño o en centímetros (Bass, SullingerHumphries y Green están entre el 2.03 y el 2.06, Wallace 2 metros justitos) o en tamaño (Olynyk es el único 7-pies del equipo, pero es el que menos pesa del grupo). Faverani es el que más cerca está de las dimensiones prototípicas, pero tendrá que demostrar unas cuantas cosas, y llegar sin problemas de fascitis, antes de ganarse el puesto.

Al igual que ocurre con el puesto de escolta, en el que Brooks, Crawford y Lee (con Bradley quizá sumándose dentro de una temporada) luchan por minutos, los Celtics tendrán una competición feroz en la que no siempre ganará el mejor, sino el que se adapte más fácilmente a una posición que tal vez no sea la suya, o la pieza que mejor encaje cuando el resto hayan sido puestas.

  • Se les echará de menos

Las estadísticas no son perfectas, pero la distancia que marcó Garnett con el resto del equipo en el apartado defensivo es abismal. Cuando Kevin se sentaba en el banquillo, los Celtics recibían 104.6 puntos por 100 posesiones. Con (o mejor dicho, sin) ningún otro jugador llegaban a recibir más de 102. La diferencia entre los 96.2 que reciben con él y esos 104.6 es de 8.4 puntos por 100 posesiones, una distancia sideral en la NBA. Como siempre, estos números a veces hablan más de un contexto que da la habilidad individual: dependiendo de junto a quién juegas, y la identidad del que te sustituya las cosas cambian bastante. Pero semejante agujero cuando hay varios jugadores que han registrado un buen número de minutos junto a Garnett (Rondo el 60% de los que jugó, Pierce el 57% , Terry el 52%, Bradley el 47%, Bass el 45%…) es llamativo, y su RAPM (+/- ajustado y normalizado) todavía le considera uno de los mejores defensores de la Liga, en el Top 10, y con mucho mejores números junto a cuartetos que cualquiera de sus compañeros.

Un fantástico jugador, que pese a su veteranía sujetaba al equipo en defensa, quizá más de lo que nos podíamos imaginar, y que ya es historia de una franquicia con tanta ídem.

Y de Pierce, ni te digo. Mejor que hablen otros que le conocen bien.

Avance de temporada 2013-2014: Atlanta Hawks

Recuerda que puedes hacerte con esta previa (y todas las de la temporada, juntas, en PDF) en La Primera (y quizás última) Mega Guía de La Crónica Desde El Sofá para la temporada 13/14. Es totalmente gratuita, tan sólo os pedimos que hagáis una mención por Twitter o compartirla por Facebook mediante este botón:

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Con Al Horford, Lou Williams y John Jenkins como únicos jugadores con contrato garantizado en vigor, Danny Ferry tenía la oportunidad de construir unos Hawks que no fueran reconocidos ni por la madre que los parió. Pero al final, retuvieron a Jeff Teague (oferta de Milwaukee mediante), a Kyle Korver, y se trajeron de Utah a Paul Millsap, que pese a ser diferente a Josh Smith, puede replicar su carga de minutos y protagonismo, partiendo de la misma posición, y ofreciendo la misma solución de moverse al puesto de 3 puntualmente.

Así, estos Hawks serán diferentes, como casi todos los equipos de la NBA que cada verano cambian un buen montón de piezas, pero seguirán una línea continuista. La temporada pasada quedaron 10 victorias por encima del equipo que ocupó la novena posición en el Este, y aunque este año se espera que Wizards, Cavaliers o Pistons den guerra, y que los 5 de arriba no bajen, Budenholzer tiene un grupo que debería ser de Playoffs, o luchar hasta el último momento, si la salud los respeta.

  • Radiografía de los Hawks

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En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.

  •  Big Big Al y Pauly-M

Al Horford es, quizá tras Duncan, el jugador que mayor debate sobre si es un 4 o un 5 levanta en la NBA ahora mismo. Y es curioso que llegue Coach Bud, precisamente, alguien que lleva años tratando con Tim como asistente en San Antonio. Que la mayor inversión de este equipo este año, haya sido en un ala-pívot como Millsap, y que el tercer hombre grande a priori sea el rugoso, pero pequeño para el puesto de cinco, Elton Brand, indica que en Atlanta tienen claro que Horford será el ancla del juego interior a tiempo casi completo.

Los números respaldan tímidamente la noción (los Hawks fueron 3.8 puntos mejores por 100 posesiones con Horford de C que de PF, aunque, poner a Al de ala-pívot significaba que los poco inspiradores Pachulia y Petro estaban en el campo) y la dirección que parece estar tomando la Liga hacia el small-ball invita a contar con el dominicano como principal referencia interior. Pero con los orígenes de Budenholzer tengo todavía la esperanza de que Horford pueda ser esa pieza versátil, que cambia su posición jugada a jugada dependiendo del rival y su compañero. Con Gustavo Ayón caído del cielo gracias a Milwaukee, tal vez podamos verlo cuando se recupere, pero la planificación de la plantilla ha ido en una clara dirección.

Y eso que con la acumulación de ala-pívots que parece tener el equipo, y con Korver que empezará como escolta, es posible que sigamos viendo quintetos grandes, como los del año pasado con Josh Smith jugando de 3, pero con Paul Millsap en su lugar, y algún otro hombre alto (¿Brand? ¿Antic para que haya tiro?) entrando al quinteto titular por Carroll. El ex de Utah sólo jugó 122 minutos en esta demarcación, anotando 16.8 puntos por 36 minutos (por encima de su media habitual) con 4 de 7 en triples (uno cada 17 minutos de media, cuando el resto de su carrera lo ha hecho cada 138). Su 10 de 20 en triples desde las esquinas en los últimos 3 años, aunque sea una muestra ínfima, invita al optimismo para ser tenido en cuenta como alternativa puntual.

Su tiro de media distancia, independientemente de donde juegue, no es brillante por culpa del abuso (37.3 FG% fuera de la pintura el pasado año) pero mejora bastante a Josh Smith y su 30.5%. Y él no ha visto como su tiro libre se autodestruía y bajaba al 51.7% como ha sucedido con el nuevo Piston. En total, Millsap anotó 1.07 puntos por posesión el año pasado frente al paupérrimo 0.97 de Smith, con un porcentaje de utilización y de número de canastas asistidas muy similar, por lo que el ataque no será un problema.

Será en el pase y la defensa donde veamos cuánto valor tenía J-Smoove para este equipo.

Millsap no pasa mal, y en Utah no había mucho tirador con el que practicar, pero para que Atlanta funcione bien tendrá que ser capaz de atravesar la pista para encontrar a Korver y compañía y buscar un compañero rápido para salir al contraataque, aportaciones infravaloradas de Josh. En cambio, acostumbrado a jugar con Al Jefferson, Paul sí que maneja bien la distribución entre pívots, pero puede que tarde un tiempo en desarrollar la excelente química que había entre Smith y Horford, y es posible que los roles se cambien y veamos más pases de Al para que Millsap posteé y corte, una solución inferior. También ponían en práctica cosas, como el pick’n’roll entre pívots, con Smith como conductor del balón, que parecen demasiado para el nuevo.

Y en defensa, los Hawks estuvieron en el Top-10 la pasada temporada con Larry Drew y esta posición podría resentirse sin Smith. Atlanta fue de los mejores equipos de la Liga evitando hacer faltas, y Millsap ha hecho 60% más por minuto a lo largo de su carrera que el jugador al que sustituye. También fueron uno de los equipos que peor porcentaje permitió al rival en las proximidades del aro, con Josh en el Top 10 en tapones por partido aportando intimidación, algo que es difícil de ver en Paul. Y aunque el nuevo fichaje sea mejor reboteador de ataque (que faltó, y mucho, en Atlanta el año pasado) sus tasas en el tablero defensivo son similares.

Hay un punto para la esperanza, y es que el RAPM (+/- ajustado y normalizado, que tiene en cuenta las contribuciones de todos los jugadores por combinaciones, para tratar de separar el efecto individual), considera que Paul Millsap el año pasado tuvo el mismo impacto (positivo) en defensa que Josh Smith, algo más de 3 puntos por 100 posesiones. Las estadísticas son falibles: a veces se enamoran del jugador equivocado, y no tienen en cuenta un montón de efectos, o cómo pueden afectar los cambios, de equipo, compañero y sistema a un jugador. Pero el RAPM, que utilizaremos mucho en estas guía, no como Santo Grial, sino otro elemento más de discusión, tiene un interesante poder predictivo y explicativo, y además he encontrado que casa bastante bien con el valor que subjetivamente asocio yo a los jugadores. A toda métrica, aunque fuera perfecta, y caracterizara bien a muchos, se le pueda escapar la valoración de un jugador, y este podría ser uno de los casos. Además, por mucho ajuste que haya, siempre hay algún efecto residual, para bien o mal, del resto de compañeros, y jugar al lado de un defensor tan limitado como Al Jefferson quizá resalta su valor.

Hay varios motivos para ser escépticos y pensar que esto puede ser un fallo. Pero ver cómo sus valores llevan estando consistentemente en ese rango, hace que tengamos que tener en cuenta la posibilidad de que Millsap, algo lento en el perímetro, y pequeño ante ala-pívots rocosos, sea un defensor más efectivo de lo que parece. Ya otros lo han insinuado antes viendo los números de los ala-pívots de élite contra él, y reduce a sus emparejamientos a un 17.4 de PER en media, el valor de la pasada temporada de Amir Johnson/Derrick Favors/Carl Landry, y prácticamente lo mismo que el 17.3 que alcanzan frente a Smith.

En definitiva, los Hawks cambian teóricamente peras por manzanas, pero se quedan más o menos con las mismas piezas, porque Millsap es un gran jugador, tanto o más que Smith. O a lo mejor vemos a Millsap de 3 en un equipo que empieza la temporada con un perímetro inexperto, esperando la recuperación de Lou Williams, y no cambiamos frutas, sino velocidad por tocino.

  • Jeff, tu turno

Con un contrato con excelente valor (unos 8 millones anuales por un titular indiscutible de 25 años), Teague podría ser más protagonista aún este año. Aunque el Coach Bud no replique al dedillo el libreto de San Antonio, sí hay que esperar que el base y los bloqueos y continuación tengan más protagonismo este año en un equipo que estuvo por debajo de la media tanto en frecuencia como en eficiencia en este aspecto. Y con Jenkins y Korver, grandes tiradores, pero con poca capacidad para generar juego, se tiene que encargar él de todo en el perímetro.

Teague, sin llegar al nivel de Tony Parker, comparte con el francés una característica como la rapidez, y Budenholzer seguro que está pensando en cómo aprovecharla. Ya tiene muy buena química en el pick’n’roll con Al Horford, uno de los jugadores élite de la Liga en este aspecto finalizando 3.7 por partido (una de las tasas más altas) con un buen índice de acierto (1.01 puntos por jugada), y esto no incluye los pases o acciones secundarias que genera su participación en bloqueos anteriores a la jugada de tiro. Con Millsap habrá algo más de trabajo, porque no se ha prodigado lo suficiente en los Jazz como bloqueador y continuador (de hecho viene de la flex offense de Utah, parecida a la motion offense que utilizó Atlanta el año pasado, que se basan en un movimiento más variado por parte de todo el equipo, y descentralizan el trabajo del base), pero si Smith se hubiera quedado partirían de una situación similar, ya que no era habitual verle en un pick’n’roll.

Además de los dos contra dos con el hombre alto, a Parker se le estaba utilizando cada vez más sin balón en San Antonio, no en la típica configuración de diseñar bloqueos indirectos para coger y tirar, sino paseándole por varias pantallas, para que pierda a su defensor y coja separación con él, y luego continúe penetrando tras el pase. Por tanto, que no os extrañe si de vez en cuando un jugador distinto a Jeff sube el balón en ataque, y este luego se lo da a la mano, o le busca también según salga desde debajo del aro en un bloqueo vertical, buscando recibir el pase según gira para volver otra vez hacia la canasta. Será más fácil cuando Lou Williams esté sano, porque la defensa nunca se puede asegurar de que no se le va a jugar él, mientras que canta mucho que es sólo es un señuelo si son Korver o Carroll los que de repente están botando.

Y también es posible que utilice alguna jugada más del perfil Ginóbili, en las que el playmaker entra en una carrera que empieza casi en el centro del campo a un bloqueo directo puesto muy arriba, más allá de la línea de tres. Y por supuesto, tendremos otro equipo apuntado a la moda de los Cuernos (la jugada de toda la vida, dos hombres altos más o menos a la altura del tiro libre, dos abiertos en las esquinas, perfecta para este personal), con todas las triquiñuelas que han ido desarrollando los Spurs, en las que los hombres altos disfrazan sus intenciones de quién, cómo y por dónde va a bloquear.

Se le pedirá que finalice muchísimo, pero con los buenos tiradores que tiene Atlanta, tendrá buen espacio para poder hacerlo. Los mimbres están ahí para seguir parte del espíritu Spurs (Danny Ferry, el General Manager también se crió en esa casa), y ya veremos si los Hawks hacen algo interesante con ello el año que viene.

  • Bien firmado

Kyle Korver fue el jugador que más triples metió el año pasado en la Conferencia Este, segundo en porcentaje con un impresionante 45.7% (mejor registro para jugadores con cuatro o más intentos por partido), metió al menos un triple durante 78 partidos consecutivos, incluyendo Playoffs (sólo falló en el primero y último de la temporada) y como lo que cuenta para este tipo de cosas es la Temporada Regular, mantiene su racha intacta, a 16 partidos de igualar el récord histórico de Dana Barros.

Su superlativo nivel como tirador y lo que puede ayudar a un ataque, no lo pone en duda nadie: los Hawks fueron predeciblemente mejores en ataque (6.9 puntos por 100 posesiones), porcentaje de tiro verdadero (3.9 puntos porcentuales más) y de tres (de 33.8 a 39.4% de acierto) con Korver en pista que sin él.

Gracias a esto Kyle casi firma en Brooklyn (por su mini-excepción de nivel medio), pero al final, encontró un contrato el doble de grande para quedarse en Georgia. Con 32 años, es posible que las últimas temporadas se hagan largas (aunque los Hawks le han firmado un contrato de carga frontal, el cuarto año sólo cobra 5.2 millones, por los 6.7 en que empieza en este) y por eso la recepción general a su fichaje ha sido negativa… pero en esto influye la noción de Korver como mal defensor que me parece bastante equivocada.

Protagonista de un famoso meme, no dejéis que las famosas imágenes os empañen la realidad: los Hawks fueron mejor defensivamente con Korver en pista, y la muestra parece lo suficientemente significativa para pensar que desde que vino de Chicago es, como mínimo, un defensor aceptable. Habrá que ver cómo lo hace si juega, como parece que va a suceder, de escolta, pero viendo los números del año pasado, hubo cuatro combinaciones de cuatro jugadores que jugaron al menos 90 minutos con y sin Korver, y en todos los casos, el quinteto era mejor con el alero incluido. Teague, Smith y Horford están presentes en todos los grupos y juntándolos con Harris, Atlanta recibía 2.5 puntos más por 100 posesiones cuando Kyle no estaba. El trío más Stevenson es 11.3 puntos peor sin Korver, con Lou Williams como cuarta pieza la diferencia es 13.4 y con Tolliver, sólo 0.5. En general, tras juntar a Jeff, Josh y Al, en pista, tener a Korver en lugar de cualquier otro cuarto hombre mejoraba al equipo en 4.9 puntos por 100 en defensa. Y su RAPM, lo considera un jugador en la media como defensor, los Hawks apenas pierden 0.2 puntos por 100 con él en defensa.

Pero, hay que destacar, que gran parte de su valor defensivo se basa en conceptos de trabajo en equipo, que sin Smith dispuesto a ayudar detrás de él, podrían perderse. Kyle tiene buenos destellos de técnica y habilidad individual (cierra bien al tirador rival evitando hacer faltas) pero resultados sorprendentes como el que le sitúa como 5º mejor defensor del pick’n’roll en puntos por posesión (18 de 78 para un eFG% rival de 24.3%) están atados al buen hacer colectivo. Que no se convierta en un jugador sobrepagado dependerá de que pueda tener un rendimiento parecido, y mantener ese nivel de defensor que ni da ni quita, con una cobertura inferior.

  • Ra-tá-tá-tá-tá… en las dos direcciones

Si los Hawks empezaran la temporada con Jenkins y Korver de titulares, Atlanta tendría una de las mejores parejas de tiradores de la Liga. Ya hablamos de Kyle, pero John (el hijo ilegítimo de Bubbles de The Wire), en su primer año, metió el 38.4% de los 5.5 intentos por cada 36 minutos, y puede ser el sucesor de Jamal Crawford como especialista en la jugada de 4 puntos, porque sabe forzar faltas mientras tira. En su 31º partido, con menos de 400 minutos en la Liga, ya había sacado dos jugadas de 4 puntos, y otra más casi, ya que pisó la línea (una de las buenas, y la pisando, fueron en el mismo partido contra mismo rival, Indiana y Stephenson). Al final, su ritmo se detuvo y acabó el año sólo con esas 2+1 jugadas de 4 puntos en 902 minutos, y además le hicieron falta en otros 3 tiros que no llegó a meter. Jamal, el líder histórico en la NBA en la combinación «triple más tiro libre adicional», lleva ya 38 en su carrera, pero eso equivale a una cada 738 minutos, así que el jugador de Atlanta tiene mejor ritmo de momento.

El caso es que, anécdotas aparte, Atlanta va a tirar muy bien si juegan pequeño y Jenkins recorta minutos a Carroll (ya fueron el 5º equipo en triples metidos el año pasado, y el 7º en porcentaje), y eso es muy buena señal de cara a llegar a Playoffs. De hecho, 12 de los 16 primeros equipos en la lista de canastas de 3 encestadas por 100 posesiones, y 9 de los 10 en cabeza, llegaron este año a las eliminatorias por el título. Sólo Portland, cuarta peor defensa de la Liga, falla del Top 10, y los otros tres equipos que se cuelan (Sacramento, Dallas y Toronto) estuvieron entre los 10 que más puntos por posesión recibían. En los últimos 5 años, sólo 4 equipos de 36 se han perdido los Playoffs estando en el Top 10 en triples metidos, y con una defensa fuera de las 10 peores, y son los Pacers de 2010, y tres veces los Rockets (con equipos que quedaron novenos y a las puertas en el Oeste, con registros que hubieran bastado en el Este de 42, 43 y 34 victorias en el año que se jugaron 66 partidos).  O cambiando las palabras para recoger la idiosincrasia de Houston, sólo 2 de 36 equipos han ganado menos del 50% de los partidos, cumpliendo esas condiciones: los Pacers de 2010, y los que llegaron a Playoffs con 37 victorias en 2011.

Si Korver está sano (con 189 dianas en 74 partidos, 60 de titular, hizo un tercio del trabajo), Atlanta seguramente vuelva a lograr meterse en el Top 10 en triples este año con facilidad. La defensa fue 10ª en la Liga el año pasado, y nos tememos que se resentirá al cambiar a Smith por Millsap, y en el puesto de escolta, a Harris/Stevenson por Korver/Jenkins/Williams, pero añaden un especialista como Carroll, y tienen buen colchón en esa combinación defensa/tiro, que prácticamente te asegura un puesto.

  • Proyección y banquillo

En Schröder, Atlanta va a tener un jugador joven con potencial al que descubrir, algo que llevan sin hacer un par de años, ya que John Jenkins tiene un techo que parece marcado a confinarle como especialista.

La falta de Louis Williams a principio de temporada (cada vez parece más difícil que esté la primera noche, ya que continúa recuperándose de una rotura en los ligamentos de la rodilla que sufrió en enero), trastoca un poco los planes, porque los Hawks tienen un perímetro bastante débil ahora mismo. DeMarre Carroll empieza previsiblemente de titular con Korver, dejando a John Jenkins, James Johnson y Jared Cunningham como alas desde el banquillo.

Pero esto puede servir de oportunidad y reto a Schröder. A falta de algún cambio de última hora, el puesto de base suplente y 1200-1500 minutos de juego están esperándole, por si quiere o puede aprovecharlos y bate a Shelvin Mack. A este banquillo ahora mismo, le falta algo de imaginación, que es lo que Dennis puede poner. Atlanta tiene una muy buen trío de hombres altos suplentes, Elton Brand, un buen compañero de bloqueo y continuación; Gustavo Ayón, mejor cortador, y Pero Antic, raza blanca, tirador, que a estas alturas, por diferentes motivos, necesitan un buen base para alimentarles.

Por tanto la situación es perfecta si su habilidad como creador y general en pista se corresponde con lo esperado. Seguramente sea propenso a tener errores como novato, algo que puede afectar al rendimiento de una unidad con buena pinta, pero es una oportunidad maravillosa para aprender. Veremos luego qué pasa cuando vuelva Williams, que apunta a regresar a su típico papel de sexto hombre, y que le puede disputar el protagonismo y el balón. La situación perfecta para él sería que integraran a Lou con los titulares y manden a Carroll o Korver de vuelta al banquillo, pero tendrá que adaptarse a lo que venga.

Y no hay que descartar alguna incorporación de última hora, porque cuando no esté Williams, la rotación del puesto de base y escolta es muy fina. Tras Teague, están Jenkins, Cunningham, Schröder, Mack y Lighty, o lo que es lo mismo, ningún jugador con más de 1.200 minutos de experiencia en la NBA.

Hay muchas esperanzas puestas en el alemán, y este grupo dará oportunidades, veremos si cumple con las expectativas.