Avance de temporada 2013-2014: Washington Wizards

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Otro equipo más con opciones en el Este, que ha decidido no tocar el núcleo durante el verano. Los Wizards pudieron guardar algo de espacio salarial para juntarlo en el mercado del verano que viene con el que se abrirá cuando, y si, se marchan Gortat y Ariza, agentes libres, pero han optado por añadir todo el salario posible, e intentarlo ya este año alrededor de Wall y Beal.

Con muchas apuestas fallidas en pasados Drafts y lesiones por doquier, Washington ha tenido materia prima para haber llegado a la tierra prometida algo antes, pero ahora, por fin, han juntado a dos jugadores súper talentosos y sanos en el perímetro, y han subsanado el problema que era la baja de inicio de Emeka Okafor, trayendo en su lugar al Martillo Polaco. Esta incorporación era más que necesaria, ya que con Nene, que va de problema en problema, el juego interior se puede quedar muy corto para el asalto. Wittman necesita meterse entre los 8 primeros del Este ya, para mantener su trabajo, pero las aspiraciones (y el atractivo) de los Wizards seguirá dependiendo de cómo de llena tengan la enfermería.

  • Radiografía de los Wizards

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Optimismo con base

Desde el regreso de John Wall el 12 de enero, los Wizards tuvieron el 13º mejor diferencial de la Liga (+1.4 puntos por 100 posesiones) y 5º en el Este, y hubieran sido sextos en su conferencia en victorias, con un 24-25 en esos 49 partidos con su jugador franquicia.

El quinteto con Wall, Nene, Okafor, Beal y Webster fue magnífico en los 142 minutos (pocos) que estuvieron en pista, y Washington, por encima del tope salarial, apostó por la continuidad: Otto Porter, 3ª elección del Draft, Eric Maynor y Al Harrington son los tres principales refuerzos, y es muy posible que ninguno de los tres sean titulares, con todo el mundo sano. A última hora, días antes del inicio del curso, reemplazaron al lesionado para al menos tres meses, Emeka Okafor, por Marcin Gortat, y aunque de habilidades muy diferentes, comparten un rol y un caché seguramente muy similar: no ha sido ningún volantazo.

Eso sí, nos quedamos sin ver si lo que parecía un quinteto de lujo (demasiado incluso: el diferencial de +24 puntos por 100 posesiones que tenían parece de mentira), era o no un espejismo. En el conjunto global de la temporada, Washington fue un equipo muy desequilibrado, con una defensa en el Top 10, y el peor ataque de la Liga. Cuando volvió Wall, la defensa mantuvo su ránking (de hecho, fue superior), y el ataque mejoró 8 puntos por 100 posesiones, una diferencia enorme, pero seguía sin ser bueno: sólo fue 23º desde el 12 de enero en adelante.

El problema es que cuando AJ Price llevaba la manija de este equipo, el resultado fue históricamente malo. Hasta ese día del regreso de Wall, había tanta diferencia entre ellos, peor equipo de la Liga en ataque, y el 29º clasificado (por entonces, aunque quizá no lo creáis, Indiana), como entre los Pacers y los Hawks, que en esa fecha eran 13º. Los Wizards iban camino de una marca de futilidad que no se veía en la NBA desde los Nuggets de 2003.

Así que la intención de este año debe ser esa, seguir progresando en ataque con Wall sano, sin descuidar los elementos que colocan a este equipo en la zona noble entre las defensas de la NBA. El cambio GortatOkafor también puede ayudar a compensar un poco esa diferencia, ya que empuja a la balanza del lado del ataque, pero habrá que ver si no se han pasado, y los Wizards este año son un sube y baja de parque.

Lo bueno que tiene es que la llegada de Gortat evita tener que tirar de Kevin Seraphin. La pareja NeneOkafor (y más gente claro, que eso influye) fue 4.2 puntos en defensa y 3.4 en ataque mejor que los quintetos que juntan a Nene con Seraphin (sólo 318 minutos de la pareja francés-brasileño), lo cual está en línea con los ajustes que hace RAPM teniendo en cuenta los mismos grupos de 4 compañeros, que estiman que con Okafor fueron 3 puntos por 100 posesiones mejor en ambos lados de la pista, y 6 en total que con Seraphin.

Otra opción era utilizar a Nene de pívot, aunque a él no le guste, haciendo a los Wizards más pequeños, con el veterano Al Harrington, que ya hizo pareja interior con el brasileño ocasionalmente en Denver (aquí lo de pequeños es relativo, porque mide lo mismo que Seraphin, pero por juego y anchura podemos decirlo) en el puesto de 4. Pero ojo que Nene es un clásico de la enfermería NBA, y cuanto menos estopa se dé mejor: se ha perdido el 30% de los partidos desde que llegó a la Liga, incluidos 21 el año pasado y 27 el anterior.

Desde aquí, seguimos pidiendo minutos para Harrington, el Nate Robinson de los hombres altos, que siempre parece garantizar unos 16-18 divertidos puntos por 36 minutos, juegue dónde y con quien sea (si está sano: 10 partidos sólo el año pasado, aunque jugó menos por no entrar en los planes del equipo). Además, nos encanta verle defendiendo en el poste bajo con el único (y muy efectivo, por cierto) movimiento que parece que tiene, el de «quitar la silla» al rival. En eso, Not Big Al, es el número 1.

  • El salto

Los Wizards han soltado la pasta y han renovado por 5 años el contrato de un John Wall del que el verano pasado teníamos más dudas, y no sólo por la salud. Su juego en la recta final del anterior curso fue mucho mejor a todo lo que hizo en sus dos primeras temporadas, y aunque sigue sin tener rango desde la línea de triple, ha encontrado un punto caliente a la derecha de la bombilla desde donde mete el 49% de sus intentos, que no tenían las versiones anteriores de este jugador.

La entrada de dos tiradores en el quinteto titular como Beal y Webster, que han puesto a los Wizards en el Top 10 en porcentaje de acierto desde el triple después de un par de años en la 28ª posición, además de este recurso que ha añadido en la media distancia, han abierto sus opciones, obligando a los defensores a estirarse mucho más frente a Washington, y por tanto, ha podido mejorar su eficiencia como anotador y distribuidor.

Es un demonio en el uno contra uno y en el dos para dos (curiosamente, y pese a que uno de sus puntos fuertes es la velocidad, en transición pierde más el control) y es uno de esos jugadores agresivos e incisivos que tanto nos gustan cuando no se conforma con la suspensión lejana. Cuando ataca el aro directamente, tiene mucho mejor acierto si llega en carrera a tumba abierta en lugar de entrar de manera más sibilina, parando, botando y haciendo cambios de aceleración, pero cuando no le dejan salir escopetado y le obligan a tomárselo con paciencia, ha añadido a su juego un floater (o bomba) y un tiro tras parada a un par de metros del aro bastante efectivo. Además, el número de faltas que fuerza por minuto ha ido creciendo año a año, y sus 6.9 por 36 minutos ya están en la élite, Top 10 de la NBA la pasada temporada.

El número de asistencias también ha ido para arriba visto por posesiones, aunque ya sabíamos que era un buen distribuidor, que no tiene problema conectando ni con los hombres altos ni con sus tiradores. Esa parte de su juego no estaba en duda. Pero la que sí lo sigue estando es el acierto con las suspensiones, porque, la verdad que salvo por esa zona en la derecha del poste alto tras bloqueo y el área enfrente del aro, tira mal y demasiado desde lejos.

Pero es muy difícil tenerlo todo, y en conjunto estamos hablando de un jugador que por 36 minutos promediaba un 20.4/8.4/4.4 con un porcentaje de tiro verdadero de 52.1%, mejorable, pero razonable para su volumen (y que si recorta los tiros de dos lejanos que le sobran, es muy factible que lo incremente).

Wall merece su contrato, y es el principal argumento de este equipo para aspirar a los Playoffs la temporada que viene.

  • Beal, the real deal

Pueden estar contentos en Washington con su elección del Draft de 2012, porque parece que tienen pareja de baile con la que juntar a Wall por mucho tiempo.

El juego de John es mejor si tiene un jugador que pueda operar sin balón y rango infinito, que le abra espacios y sea una válvula de escape cuando necesite pasar a alguien. En su primer año en la Liga, Bradley metió 91 triples en 56 partidos con un excelente nivel de acierto para su volumen, y entra en una lista de tan solo 13 jugadores que fueron capaces de meter más del 38% en al menos 4 intentos por partido en su primer año, y todos esos jugadores mantuvieron un buen nivel el resto de sus carreras (o están en ello).

Es espectacular desde la esquina izquierda, desde donde acertó un 57.1% de los intentos (y además se compenetra bien con Webster, con similar tino, pero desde la derecha), aunque desarrolló una manía que cuesta bastantes puntos a su equipo, que es dar un paso adelante cuando le vienen a cerrar, y lanzar un tiro de 2 lejano. No se le puede recriminar mucho, porque casi siempre los mete y sigue siendo una opción rentable (mantiene precisamente el 57%), pero cada vez que da el paso, es un punto menos.

Cuando tuvo que crearse su propio tiro la cosa no fue tan bien. Gran parte de esta tarea fue a principio de temporada, rodeado de un equipo deprimente (el partido en el que más lanzamientos de campo intentó, en diciembre, frente a Atlanta, jugó junto a Jordan Crawford, Martell Webster, Chris Singleton y Emeka Okafor de titulares, con Earl Barron de sexto hombre), pero se conforma con tirar, y no ataca el aro, y pese a lo dulce de su lanzamiento, no es tan bueno tras bote todavía. Fue 107º en la clasificación de más tiros de campo intentados, pero 194º en lanzamientos a un metro del aro, vamos que no le gusta. Lo cierto es que salvo por sus dos hombres altos, y Wall a ratos, los Wizards mostraron preocupantes indicios de una incipiente alergia al aro.

Veremos si la salud le respeta este año, porque es un jugador muy joven, que puede garantizarse minutos sólo con su tiro y buen nivel de esfuerzo en defensa, y aún pinta a tener gran margen para crecer.

  • Lucha por el 3

Los Wizards son otro equipo que tendrá una feroz competición en el puesto de alero. Martell Webster, Trevor Ariza y Otto Porter además del ya aparentemente defenestrado, cambiado el año pasado sin éxito a la posición de ala-pívot, lesionado para el primer mes de competición y no renovado por un cuarto año (en 2014), Chris Singleton, lucharán por minutos.

La pole parece tenerla Webster, dueño de la posición la pasada temporada en los mejores momentos del equipo, en los que cumplió a la perfección su papel, metiendo un 42.2% de los triples, incluyendo un 58.5% desde la esquina derecha. Pero Porter, un talento a priori más amplio, que jugó en la NCAA en la ciudad de Washington (y compartió época de instituto en Missouri con Beal) y Ariza, el mejor pagado del equipo en el puesto, no lo pondrán fácil.

Escogido en la posición número 6 del Draft en 2005, y habiendo sido cortado en Minnesota, Martell llegó por la puerta de atrás a este equipo y se ha convertido en una pieza muy importante, abrazándose al papel de secundario que en su día habría parecido poco para él, un especialista 3D (que mete triples y defiende) que los Wizards supieron identificar. Webster lideró al equipo en porcentaje de tiro verdadero, y tras promediar durante su carrera un 37.4% de acierto desde el triple, nos sorprendió con ese 42.2% en Washington. Pero su fabuloso porcentaje desde la esquina derecha, que tanta admiración suscita, ha oscilado año a año (y en conjunto los 5 años anteriores fue un 66 de 173, un 38.2%), por lo que a lo mejor los Wizards han pagado por la excepción.

No podemos saber cómo será esta temporada Webster (quizá lo único que necesitaba era un poco de confianza), pero el año pasado, desde luego que fue un excepcional gregario para los Wizards, y tras ver la prisa que se dieron en renovarle, queda claro por qué no le pusieron en el mercado en febrero, cuando seguro que más de un equipo candidato habría hecho una oferta por sus servicios.

Jugando con la misma compañía, los Wizards fueron 7 puntos por 100 posesiones mejores en ataque con Webster en el lugar de Ariza, y concedían 4 puntos más en defensa. Aunque Trevor fuera mejor opción según los números de la pasada temporada para detener a los rivales, no estoy seguro que Ariza sea mejor defensor para este equipo. Webster es más versátil porque también puede enfrentarse a los escoltas rivales, y es más fuerte ante los aleros.

El que lo tiene algo más difícil seguramente sea Porter. A no ser que los ejecutivos de Washington hayan tirado la toalla, y le den una buena razón y mucha estabilidad para que el novato tenga muchos minutos, Wittman necesita ganar ya si quiere mantener su trabajo y Webster es mejor opción a (muy) corto plazo. Si el equipo sigue viéndose atacado por las lesiones, y se queda sin opciones más pronto que tarde, podría ser un protagonista a final de temporada, pero de momento tendrá competencia con el propio Ariza por ser el suplente en su posición, principalmente porque tiene pinta de que su repertorio, también de 3D, no se diferencia del de los otros dos, y aunque puede que a la larga llegue a aportar cositas con el balón, esas habilidades no tienen pinta de estar listas este año.

La llegada de Gortat cierra un poco la puerta a utilizar a algún jugador de este grupo como 4 por largos periodos, pero a cambio, Ariza, que acaba contrato, y no parece que pinte mucho en el futuro de la franquicia tal y como está la plantilla ahora mismo, podría ser traspasado en cualquier momento. Así, quizá Porter vea más la pista de lo esperado. Incluso puede que lo estemos infravalorando, y se gane el puesto en pocas semanas. Pero ahora mismo, la elección número 3 del pasado Draft, parece que ha caído en una situación regular. Y eso por no hablar de cómo desarrollan el talento por Washington…

  • Potente mientras duró

Nene y Okafor hicieron buena pareja en su primer año juntos, en los 53 partidos y casi 1000 minutos que pudieron jugar. Con ambos en pista, los Wizards fueron 4.6 puntos por 100 posesiones mejores que el equipo rival, pero curiosamente, el récord fue de 22-31. Eso sí, contando sólo esas 31 derrotas, en los minutos de la pareja, Washington sólo resultó -0.8 puntos por 100 peor, una tasa muy pequeña teniendo en cuenta eso, que todas las muestras pertenecen a partidos perdidos, de lo que seguramente no tienen la culpa ellos dos.

Con ellos en pista los Wizards tienen una defensa equivalente a la 2ª de la Liga, con el mejor rebote defensivo con mucha diferencia (79% de las capturas, cuando los líderes, los Warriors, se quedaron con un 75.5% de los fallos rivales). Los Wizards fueron 6º en su propio tablero, y mucha culpa de eso la tienen los minutos de esta pareja en pista, que, curiosamente, dejaron una marca que estaría entra las 5 peores en rebote en ataque.

Nene es un fabuloso jugador al que las lesiones y enfermedades de todo tipo han castigado demasiado. Con un tiro a media distancia en condiciones y un poco de mejor suerte, estaría en la élite. Pero esta abuelita no tiene ruedas, y es lo que vemos. Cuando está en pista puede hacer casi de todo en las dos posiciones interiores a ambos lados de la cancha, y tiene la combinación de tamaño, agilidad, rapidez y habilidad casi perfecta para un hombre alto en la NBA. Por tener tiene hasta unas enormes manos, que hacen que el Spalding parezca una naranja.

Su porcentaje de tiro verdadero durante su carrera roza el 60% (59.5%, aunque en Washington el último año estuviera por debajo, 53.8%) en 15 puntos por 36 minutos, 12 en los 30 que habitualmente juega (y veremos si no se los regulan aún más). Y este año, con una mayor tasa de utilización que nunca en su carrera, se ha destapado como pasador, asistiendo en el 19% de los tiros de campo anotados de su equipo, tasa que le coloca entre Marc Gasol y Greg Monroe. De hecho, si hubiera que marcar un defecto suyo, quizá tendríamos que hablar de una exagerada solidaridad, y su querencia por el perfil bajo: nunca intentó ser el protagonista, no le apeteció dominar. Parece que a la experiencia Nene siempre le faltó algo.

No habrá podido colarse entre los mejores, pero con el brasileño como segundo mejor jugador (que es lo que es en estos Wizards hasta que Beal crezca), se puede entrar en los Playoffs. Luego, que llegue bien a jugarlos…

  • Anexo Gortat

Haciendo una excepción, hemos actualizado la parte Wizard de la guía pare recoger la llegada de Gortat. Recordamos que ya comentamos algunos aspectos de su juego en el apartado de Phoenix (https://lacronicadesdeelsofa.com/2013/10/27/avance-de-temporada-2013-2014-phoenix-suns/) que os invitamos a leer, y se han escrito cosas muy interesantes sobre el traspaso (en inglés, esto en SB Nation, esto en Grantland).

El resumen es claro: los Wizards sacrifican la protección del aro y la defensa en los bloqueos y continuación que ofrecía Okafor, y a cambio la dan a Wall otro jugador con posibilidades en ataque, uno de los mejores finalizadores del bloqueo directo en la Liga, y con el tiro de media distancia justo para abrir aún un poco más el ataque. Sin Okafor, más por la falta de sustitutos que por la suya propia, el equipo parecía peligrosamente cerca de otro año sin Playoffs, pero ahora parecen estar de vuelta en la pomada.

  • Mogollón de personajes

Aunque las incorporaciones de Eric Maynor (veremos qué tal en el segundo año tras la rotura del ligamento cruzado, la pasada temporada fue algo decepcionante, pero en Blazers, sorprendentemente lejos del balón a ratos, mejoró), Otto Porter y Al Harrington por AJ Price, Cartier Martin y Jason Collins son suficientes para considerar que la plantilla de los Wizards y su banquillo son mejores esta temporada, todavía me sigue poniendo nervioso que los Chris Singleton, Garrett Temple, Trevor Booker, Jan Vesely y Kevin Seraphin vayan a tener minutos.

Entre los 5 sumaron 5.290 minutos (ninguno jugó menos de 600) y aunque deberían jugar menos con las nuevas contrataciones, las lesiones ocurren, y como vuelvan a tener una carga similar, y no hayan mejorado mágicamente en verano, los Wizards pueden tener muchos problemas.

Seraphin parecía que iba para más el año pasado, pero esta última temporada ha sido horrible, un agujero negro en ataque, con dudosa defensa, que por suerte ya no tiene que ser titular al principio del curso. Es pequeño en altura para jugar de pívot, y su envergadura no es suficiente para suplirlo, como demuestran sus pobres tasas de rebote, que fueron a menos aún en 2013. En ataque hay un cierto hueco para el optimismo porque es un grandísimo jugador, maestro del gancho en el bloque izquierdo del ataque, y atroz en el lado derecho, pero utiliza todo por igual. Lo peor es que Seraphin se coloca para recibir a ambos lados por igual, así que o es muy cabezón, o en Washington no han considerado esta diferencia importante, y le siguen dejando recorrer ambos flancos del frente de ataque con igual frecuencia. Tal vez este año, según se va acumulando la evidencia, a alguien en Washington se le ocurra alimentarle sólo del lado correcto, para que pueda ser ese jugador de 15-8 con buenos porcentajes en minutos de titular, que los Wizards creyeron que podría llegar a ser en algún momento, aún a costa delos sacrificios defensivos.

En el resto, tenemos a un jugador trabajador, pero limitado físicamente que no puede anotar en Booker; alguien con algo más de presencia física en su posición pero sin tanta energía, y que tampoco puede anotar en Temple; un jugador que venía a ser un 3D y de 3 nada, y de D en al puesto de ala-pívot donde le recolocaron más bien poco (Chris Singleton) y nos dejamos para el final a Jan Vesely un hombre que el año pasado sólo metió 19 puntos más que faltas hizo. Nuff said.

Avance de temporada 2013-2014: Utah Jazz

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Los Jazz eran otro de esos equipos que este verano podría haber gastado una pasta en agentes libres, y haber remodelado el equipo de cabo a rabo, pero prefirieron tomar un par de primeras rondas de manos de los Warriors a cambio de realquilarles su espacio salarial, para que dejaran ahí los restos de Andris Biedrins, Richard Jefferson y Brandon Rush.

Tras decir adiós a Jefferson y Millsap, es la hora de la juventud en Utah, y a diferencia de otros equipos, con los Jazz hay cierta intriga sobre lo que podrían llegar a hacer. Favors y Kanter pasarán a ser titulares, Hayward se convertirá en uno de los referentes del equipo, y junto a Trey Burke, base por el que escalaron en el Draft, Utah podría tener la columna vertebral lista para mucho tiempo. El que tal vez tenga mucho menos crédito es Ty Corbin, que después de no llegar a Playoffs el año pasado, tendrá que hacer un buen trabajo esta temporada y demostrar que ha servido al desarrollo de sus jugadores.

  • Radiografía de los Jazz

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Born in the 90’s

Todavía ningún equipo ha puesto en pista a la vez 5 jugadores nacidos en los 90 (aunque los Hornets y Magic pudieron haberlo hecho el año pasado), y pese a que este año hay unos cuantos equipos en los que más tarde o más temprano parece que coincidirá (los propios Orlando y New Orleans; Cleveland, Portland, Philly, OKC en los minutos de la basura, y algún otro más que se nos olvide), Utah hubiera sido el primer equipo en apostar por ello con el quinteto titular, ya que parecía que iban a salir de inicio este año (y en el segundo partido de pretemporada lo hicieron) con BurkeBurks (cacofónico perímetro), Hayward, Favors y Kanter. Ahora la lesión de Trey le pone freno a la historia, y tal vez sean los Cavs los primeros, si Varejao se lesiona (por desgracia, más que factible), y los Cavs apuestan por Zeller y su flamante novato y número 1 del Draft, Anthony Bennett, como pívot y alero titulares.

Lo que no cambia es que a estos cinco noventeros en plantilla, se les une Rudy Gobert para ser seis, y junto a Jeremy Evans, son los únicos siete jugadores con contrato más allá del próximo verano. Sumándoles dos elecciones de primera ronda en el próximo Draft (la suya y la de los Warriors), si los Jazz no tocan nada, tendrían en julio 8 jugadores por debajo de los 25 años (más Evans), y entre 38-40 millones de masa salarial (incluidas las retenciones que le permiten renovar por cualquier cantidad a Favors y Hayward), lo que supondría unos 18-20 de espacio, que el año que viene tendrían que capitalizar, porque en 2015 ya entraría también en juego los nuevos contratos de Kanter y Burks, y cantidades potencialmente mayores por Derrick y Gordon (si no les extienden el contrato y esas cifras entran ya en vigor este año).

Básicamente, una vez que empiezas a reconstruir tienes una ventana de varios años para ir acumulando elecciones y deshaciéndote de malos contratos, y ese periodo se te acaba cuando tienes que empezar a pagar a tus jóvenes, y ellos fagocitan el espacio salarial. La de Utah se acaba en principio en 2014, así que este es otro año más de recoger cuanto más talento barato mejor.

Es impresionante el futuro de este equipo si alguno de sus jugadores da el espaldarazo, y además se ponen en buena posición con su propia elección en este Draft. Es por ello, que pese a que pueden hacer algo de ruido, quizá lo más inteligente sea esperar y disimular un poquito esta temporada. Pero atención a partir de la siguiente, donde ya deberían ser mucho más agresivos en el mercado.

  • Burks y Hayward, dos níveles

Los planes parecía que pasaban por poner al quinteto de pipiolos de inicio, pero los dos o tres meses que se perderá Burke serán un alivio para Burks, cuya posición era la que más peligraba como titular, y ahora, de repente, su habilidad como playmaker tiene un valor añadido si se inserta en el quinteto titular a John Lucas, buen tirador que va un poco por libre como base. Si Burke y Hayward estuvieran sanos, la habilidad de Alec para conducir el balón quizá no sería tan necesaria, y para los Jazz sería más rentable utilizar a un especialista 3D como Brandon Rush que a un jugador como él, completo y polivalente, que hace un poco de todo, pero que desgraciadamente, aún no destaca en nada.

Los cuatro jóvenes el año pasado (cuando aún no estaba Burke, con E al final, ojo) coincidieron 169 minutos, y el resultado no fue demasiado bueno: correoso grupo en defensa, pero con una marca paupérrima en ataque, muy lejos de la del peor equipo de la Liga, y eso que la tasa de rebote de ataque (más de un 38%), fue espectacular (luego elaboraremos). El caso es que en esta pequeña muestra, lastrada por la trospidez del año pasado en los Jazz en el puesto de base (gran parte del tiempo de esta unidad conjunta se pasó con Earl Watson), Utah fue superado en 7.1 puntos por 100 posesiones por el rival, lo cual, con toda la cautela del mundo, no es muy halagüeño.

Por tanto, hay motivos para pensar que Corbin puede esperar para concederle la titularidad. En primer lugar, porque es Corbin y si le costaba darle ese privilegio a Hayward o Favors, imaginaos con Burks. Después, porque la segunda unidad quizá necesite un creador, ya que  el resto de escoltas o aleros apenas tienen imaginación y habilidad colectiva, y tendrían que confiar en el novato no drafteado Clark, o el casi inédito Machado, para llevar las riendas. Así Alec podría poner algo de cordura, e irse acostumbrando a un posible papel de sexto hombre/tercer jugador de perímetro, que quizá sea el rol que le espera en un futuro.

Otra opción muy interesante para empezar, es contar con Burks de base en lugar de Lucas, posición que no le es extraña (498 minutos el año pasado) utilizando a Marvin Williams (que está saliendo de una lesión en el talón de Aquiles), o alguno de los jugadores llegados de Golden State como Rush o (lo que queda de) Richard Jefferson, acompañando a Hawyard en las alas.

El caso es que estos quintetos sin Burks, o con él de base, consiguen otra cosa muy interesante: permiten precisamente poner a Hayward de escolta, donde su envergadura y altura son un arma, su poca fuerza no le pone en desigualdad y parece un jugador más desequilibrante. El año pasado estuvo prácticamente el mismo tiempo en las dos posiciones, y los Jazz ganaron el 50% de los partidos con Gordon de escolta (40% cuando fue alero, evidentemente algunos partidos jugando de ambas cosas a la vez), y mejoraron en 6.2 puntos por 100 posesiones si ocupaba esa posición, comparando con el desempeño del equipo con él de 3. En 2012, cuando jugó el 66% de los minutos de alero, los Jazz también fueron mejores si Hayward era el 2 (53% vs. 45% en victorias, +9.2 puntos por 100 posesiones), por lo que además de lo que nos parece ver, los números apoyan la idea.

Burks cerró en buena forma la pasada temporada y es un jugador interesante, que la franquicia puede controlar durante muchos años y con cierto margen de mejora, por lo que pase lo que pase con su condición de titular, debería tener muchos minutos y oportunidades. Pero si los Jazz creyeran que es mejor para la situación o el desarrollo de Hayward darle minutos de escolta, no se va a interponer ni el entrenador, ni un jugador como Alec, que prometedor como es, quizá nunca rompa en titular seguro NBA, y a falta de definir su posición, todavía podría estar destinado a hacer carrera como base.

Gordon es muy importante para el futuro de este equipo, y se perfila como máximo anotador, y líder de la franquicia en ataque para esta temporada. Hayward empezó y terminó la temporada de titular, pero por el medio fue el sexto hombre del equipo desde mediados de noviembre a marzo, una de las decisiones de Corbin que más cuesta defender, pero me imagino que este año Ty no se andará con esas, digamos… gilipolleces. Sublime tirador, ha acertado más de un 40% de los triples a lo largo de su carrera, muchos de ellos tras bote, y en ese entorno habitualmente hostil para los anotadores de larga distancia que es Utah (aunque desde que se fue Sloan han cambiado unas cuantas cosas).

El sistema de proyecciones SCHOENE estima que este año promediará 16.2 puntos, 3.9 rebotes y 3.7 asistencias por partido, con un 41.1% desde el triple, que con 23 años son números de Reggie Miller (una temporada antes de que diera el gran salto en su tercer año y se convirtiera en Reggie Miller), y para una 4ª temporada en la Liga son parecidos a los que hizo en su día Hornacek (en Phoenix, no en Utah), una comparación mucho más apropiada en casi todos los sentidos (a los Jazz sólo les falta que Burke haga de Stockton y Favors de Malone). Teniendo en cuenta que viene de un 17.4/3.8/3.6 con 41.5 3P% por cada 36 minutos de juego el año pasado, no son ninguna locura, sólo pronostican que mantendría el nivel jugando más con sus nuevos compañeros y un papel de protagonista, por lo que podría ser hasta lo mínimo que se espera de él.

  • Es su turno también

Tras tener que esperar tras Big Al y Millsap, Derrick Favors y Ener Kanter tendrán ahora la oportunidad, obligación y responsabilidad de ser los titulares. Sin recambios de garantías (Jeremy Evans, Andris Biedrins y Rudy Gobert son el resto de hombres altos, o una broma pesada, depende de cómo queráis verlo), su hora ha llegado.

El año pasado compartieron 705 minutos, por lo general ante segundas unidades, por lo que habría que tener cuidado con las conclusiones, pero al igual que ocurría cuando les juntábamos con Hayward y Burks, son una gran unidad en defensa (marca equivalente a las mejores de la Liga), y mucho peor en ataque, donde andaban cerca de las peores, pero con margen positivo al final, lo que equivaldría a unas 41-43 victorias, para que os hagáis una idea (de nuevo, no necesariamente se traducirá con otros compañeros, ante formaciones titulares, y habría que sumarle, o más bien, restarle, lo que haga el banquillo de Utah, que pinta atroz).

El rebote en ataque con la pareja es apabullante y descomunal (37.5%, se convierten en un equipo aún mejor que Indiana contra Miami en Playoffs), pero en su propio tablero, la marca es absurdamente insípida: 71.6%, equivalente a la cuarta peor de la Liga. Parece mentira tanta discrepancia, y la culpa la tiene el turco, que se activa a un lado de la pista simplemente.

Sólo Evans, Drummond y Hibbert crearon más segundas oportunidades que Enes (al menos 1.000 minutos de juego), pero en su propio tablero su marca está con la de los mejores aleros reboteadores: entre Paul George y Evan Turner, que no es lo que se espera precisamente de un 2.11. Así, no nos sorprende que el RAPM, que ajusta los +/- a compañeros y rivales, considere que Derrick Favors es mucho mejor defensor (+3.15 puntos por 100 posesiones, Kanter sólo 0.31, marca muy mala para un pívot, posición cuya media está por encima del cero), a pesar de que en los números dentro/fuera de pista sin procesar, Enes aparece como mejor defensor. En realidad, el turco me recuerda mucho a Pekovic, otro rocoso jugador difícil de mover y superar en el propio poste bajo, porque es imposible ganarle la posición, pero al que le falta esa parte de juego vertical, y algo de desplazamiento horizontal, que les convertiría en defensores polivalentes.

Favors sin embargo es magnífico en casi todas las tareas defensivas: en movimiento, en ayudas, en los tableros… y este año su tasa de tapones creció un 50%, además de alcanzar la 6ª mejor marca defensiva a los 21 años de los 277 jugadores de los que hay números en 13 años de RAPM. Como pasa con todo lo que atañe a esta pareja: veremos qué sucede cuando se enfrente cada dos noches a lo mejor de lo mejor (y recordamos que en su división están Aldridge, Love, Faried e Ibaka), pero su potencial es excelente y es uno de los jugadores más infravalorados de la Liga en esta tarea. En serio, fijaos cuando pongan un partido de Utah en él, yo me he sorprendido bastante al verlo con calma, arreglando algún desaguisado que otro de los que montaba Kanter.

En ataque es donde despierta más dudas, y el año pasado no solucionó ninguna. Es un jugador al que no te extrañaría ver metiendo esos 13-16 puntitos como titular, alimentado por un buen base (aquí está por ver), que unido a su defensa le convierte en un jugador de dos direcciones que tiene más que garantizada su titularidad y un papel importante en un buen equipo. Lo que estamos negociando ahora es dónde poner el techo.

Y para finalizar con Favors, es una pena que Corbin (horrible con sus rotaciones y reparto de minutos para mi gusto y el de más de uno el pasado año), no tuviera los cajones de tirar del quinteto súper-grande. Tras superar a los rivales en 29.6 puntos por 100 posesiones (sólo 113 minutos) en 2012, el entrenador de los Jazz utilizó aún menos a Favors con Millsap y Jefferson (sólo 85 minutos) pese a que siguió siendo una unidad que puntúo en positivo (+4.3 puntos por 100), o también, la alternativa con Kanter por Big Al (+4 puntos en 36 minutos).

Lo llegó a poner de titular, incluso, durante dos partidos, y como la cosa fue tan mal  (victoria en Washington, y otro triunfo, de 11 puntos, frente a Houston), cambió a Favors por Marvin Williams en el siguiente partido. Y  el daño colateral de esta prueba fue Hayward, al que mandó a hacer de sexto hombre para la ocasión, y luego se le olvidó, dejando al chaval cinco meses en el banquillo junto a Favors.

Está clarísimo que son grupos demasiado extremos para que funcionen a largo plazo, y si nos ponemos a ver combinaciones de 3 jugadores que en una muestra de 100 minutos tienen un balance increíble, encontraremos un puñado de ellas (por ejemplo, Burks, Foye y Millsap fue un +28.2 en 133 minutos) y eso obviamente no quiere decir que un entrenador tenga que partir de ese trío para poner los cimientos.

Pero cuando el resultado es mero producto de la idea revolucionaria de juntar a tus 3 mejores jugadores de frontcourt (si consideramos a Hayward como escolta), y funciona bien siempre que sale, aunque esté algo descompensado en teoría, hay que intentarlo, Ty, ¡hay que intentarlo! En un equipo que estuvo hasta los últimos partidos luchando por los Playoffs, no tanqueando, no me puedo creer que no fuera un recurso utilizado unas cuantas veces más.

Pero bueno, eso ya queda en el pasado, y lo que tenemos para hoy es el FavorsKanter. Que además, como pareja titular, son imparables: ganan un 100% de los partidos con un margen de victoria promedio de 30 puntos por partido (el único día que coincidieron, contra los Bobcats). A ver si siguen con la racha.

  • El problema de la distribución

Con sólo 46 partidos de Mo Williams, en Utah el año pasado se tuvieron que comer 2.000 minutos de Jamaal Tinsley+Earl Watson, la pareja más aburrida e intrascendente a cualquier lado del Mississippi. Después de eso, todo sólo puede ir a mejor, pero con un equipo joven, sin una estrella clarísima (aunque Hayward tal vez esté preparado, su porcentaje de utilización no tiene pinta de poder aguantar el salto a los números de las superestrellas) y dos buenos e imponentes hombres altos, pero con cero creatividad, a este equipo le vendría bien un base proactivo, con iniciativa y algo de experiencia.

Trey Burke, coger los matices y trucos de la posición de base, le llevara tiempo, y más si se pierde el inicio de la temporada. Además, tiene un perfil anotador, algo que nunca está mal en general, y este equipo no tiene pinta que vaya a ser bueno en ataque la próxima temporada, por lo que toda ayuda es buena, pero al mismo tiempo, hay un cierto talento ofensivo por descubrir esperando en esos dos grandes finalizadores que son Favors y Kanter, y por eso quizá el contexto de Utah pedía otra cosa: alguien que ayudara al desarrollo de los hombres altos, para que en Utah supieran qué tienen y a qué atenerse. Pero bueno, si un talento como él se pone a tiro en una posición que tenían vacía, son cosas de las que puedes preocuparte luego, y más cuando el proyecto de esta franquicia es a medio plazo. Quizá su maestría en el bloqueo y continuación funciona desde el primer día (allá por diciembre), desarrolla una gran química con Favors, y nos tenemos que tragar las dudas de una en una.

Por otro lado, caer en Utah es también una de las mejores situaciones que le podían tocar si sigue teniendo problemas cerca del aro (que sí en la NCAA estaban, en la NBA sólo se pueden multiplicar), ya que este juego interior barre y friega el tablero en ataque, y los tiros que habitualmente más acaban en segundas oportunidades son aquellos cercanos. Burke podría liderar la Liga en lo que Goldsberry llamó «Kobe-asistencias«, y no nos extrañaría que en momentos puntuales sirviera incluso como recurso: Trey tiene pinta de que no va a tener muchos problemas precisamente penetrando hasta el corazón de una defensa NBA (algo que se le atraganta a muchos), y una vez que llegue allí, bastará con hacerlo lo mejor posible y confiar en sus hombres altos si (como es previsible) no le sale.

  • Vaya banquillo

La profundidad que tienen los Jazz es nula. Y conociendo a Corbin, después del espectáculo del año pasado, es dejar a McGyver encerrado bajo llave en la ferretería, con cuatro cafeses, tres Red-Bulls y un par de rayas. El reparto está formado por Lucas, Rush, Jefferson (el Richal), Marvin Williams lesionado al principio, Jeremy Evans, Biedrins y Gobert. Es lo que hay, y luego tenemos algunos prometedores jugadores en contratos no garantizados luchando por entrar en el equipo (como el héroe de la Liga de Verano Ian Clarke o el mito boxscorista NCAA Scott Machado), veteranos rebotados habituales de los banquillos más denunciables de los últimos años (Dominic McGuire o Lester Hudson) el hermano de Jrue Holiday que estuvo en Philly e incluso el mismísimo Brian Cook.

Además, como veis, salvo por Gobert, Machado o Clark, no son ni siquiera un banquillo joven y de proyección, más bien un grupo que han rellenado con lo que tenían, y lo que han podido. De nuevo repetimos, no les preocupa quizá ser muy competitivos este año, y por eso no sería de extrañar que los pezqueñines tuvieran algo de protagonismo dentro de la rotación e igual alguno triunfara. Pero si ya había dudas sobre si un quinteto tan joven podría llegar a los Playoffs, un banquillo como este las disipa. La única esperanza, que como casi todos acaban contrato, igual a alguno le da por jugar. Ojo a la avaricia de Marvin y Biedrins.

Sería una grandísima sorpresa que este equipo llegara a eso de las 40 victorias, e implicaría que varios jugadores de este equipo han dado pasos de gigante. Aunque… cosas más raras se han visto, claro.

Avance de temporada 2013-2014: Toronto Raptors

Recuerda que puedes hacerte con esta previa (y todas las de la temporada, juntas, en PDF) en La Primera (y quizás última) Mega Guía de La Crónica Desde El Sofá para la temporada 13/14. Es totalmente gratuita, tan sólo os pedimos que hagáis una mención por Twitter o compartirla por Facebook mediante este botón:

O si insistís, no os vamos a decir que no tampoco, podéis comprárnosla sin tener que poner tuits ni likes…

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Otro equipo más en una amplia lista de candidatos factibles a Playoffs en el Este. Después de traspasar a su base de toda la vida, y adquirir a cambio a Rudy Gay, el jugador de mayor perfil que ha tenido este equipo desde que se fue Chris Bosh, fueron el sexto equipo del Este, con 18 victorias y 18 derrotas. El quinteto titular que logró ese récord, se mantiene intacto, de hecho los Raptors son junto a Miami, Oklahoma City, Indiana y San Antonio, uno de los cinco equipos que presumiblemente empezará esta temporada con el mismo quinteto que más minutos tuvo el pasado año, y hay muchas esperanzas puestas en ver cómo funcionan más tiempo juntos, y si se mantiene el nivel de equipo de Playoffs con el que despidieron la temporada.

Además, este verano se hicieron con los servicios del Ejecutivo del Año, Masai Ujiri, y aunque su impacto se verá a medio plazo, ha retocado el banquillo y se ha despedido de un Andrea Bargnani que cada vez contaba menos.

  • Radiografía de los Raptors

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Intriga absoluta

Los Raptors son para mí uno de los equipos más intrigantes de la Liga. Su quinteto titular en la segunda mitad del año, con Kyle Lowry, DeMar DeRozan, Rudy Gay, Amir Johnson y Jonas Valanciunas fue tremendamente exitoso, 12.9 puntos por 100 posesiones mejores que el rival, siendo especialmente incisivo en defensa, donde tuvieron una marca excelente, que sería la mejor de la Liga de poder mantenerla (y si ellos jugaran 48 minutos). También hay que tener en cuenta los milagros que se producen en la NBA en marzo y abril, cuando algunos equipos desconectan, cosa que no ocurrió en Toronto, que no tenía elección de Draft por la que luchar, y que colorean resultados especialmente buenos, como tal vez este.

Sin Bargnani en la plantilla que quizá podía reclamar un puesto por veteranía, parece casi seguro que este quinteto se mantendrá, al menos hasta que haya algún nuevo cambio de personal, y habrá que ver qué tal lo hace a lo largo de un año completo, porque salvo por el proletario Amir Johnson, es un grupo con un marcado carácter individualista, que la perdió bastante cuando coincidió en pista, sin jugadores que hayan demostrado ser capaces de pasar en las alas, y con una pareja con poco rango anotador para su posición (DeRozan y Johnson) que podrían atascar ligeramente el espaciado del equipo.

Pero el potencial existe. Es un quinteto bastante joven, en el que Lowry y Gay, de la cosecha del ’86, con 27 años cumplidos son los más «viejos» y por tanto a punto de entrar en los mejores años de su carrera deportiva, y con varios jugadores que da la impresión que todavía pueden explotar, y añadir una marcha más a su juego, sobre todo Kyle, Rudy y, por supuesto, el yogurín lituano Valanciunas.

Expectantes nos hallamos ante el destino de este equipo. Y más sabiendo que ahora el jefe es Ujiri, y que si ve la cosa va mal empieza a hacer cambios como si esto fuera un capítulo de «Los reyes del trueque»

  • El valor y Rudy Gay

Rudy Gay es uno de los jugadores más polarizantes e interesantes para el análisis de la Liga. Está encerrado en esa discusión todavía abierta al debate y pendiente de encontrar una solución, sobre cómo cuantificar cuánto vale crear tiros con una eficiencia mediocre, similar a la de media de la Liga, y la recta final de la temporada no nos ayudó a resolver demasiado el misterio.

Los Grizzlies, el equipo de toda su carrera, funcionó mejor sin él, pero es indudable que Memphis le echó de menos cuando eran incapaces de anotar en Playoffs ante San Antonio, pero en parte fue por la terrible carencia de anotación que había en las alas (si tuvieran a un verdadero jugador 3D quizá no estaríamos hablando de esto ahora). Los Raptors también tuvieron buenos resultados desde su llegada, pero no marcó una diferencia acorde al impacto que se le presupone por quien le tiene estima. Los dos equipos fueron mejores tras el intercambio, pero tiene pinta de ser una victoria pequeña y pírrica en ambos casos.

Si tuviéramos que explicar a Rudy Gay a vuelapluma, diríamos que tira mucho y puede hacerlo desde cualquier lugar bajo cualquier pretexto, mete regular, es muy mal pasador (no sólo es que no pase mucho, sino que es muy poco certero) y pese a que tiene un excelente tamaño para su posición, no lo traduce en una contribución positiva a la defensa por ser despistado, remolón y no ayudar todo lo que debería en los tableros.

Además, tiene una reputación ganada a pulso de jugador clave en momentos decisivos habiendo metido 9 de 17 canastas para ponerse por delante o empatar un partido a falta de 5 segundos o menos en los últimos 5 años (2 de ellas sobre la bocina), una de las mejores marcas de la Liga.

Claramente, alguien que coquetea con los 20 puntos por partido sin conceder nada en defensa es un jugador útil, que no hace peor a un equipo. Pero hay que tener en cuenta lo que cuesta (casi 18 millones este año, y podría salir al mercado el verano que viene) en una Liga en la que cada vez es más importante la flexibilidad financiera, y que hay que encontrar el punto idóneo de utilización, ¿de qué debería estar más cerca Gay, de acabar una de cada tres jugadas en Toronto, o una cada cinco?

Pensar en potencial a estas alturas, cuando ya lleva 7 temporadas en la Liga sea seguramente iluso (a no ser que el problema fuera que no veía bien, algo que ya arregló operándose los ojos). El problema con este tipo de jugadores no es simplemente la selección de tiro, porque no tienen un lugar o un recurso infalible al que puedan acogerse desechando todo lo superfluo e ineficiente. Sí, cambiar los tiros de dos lejanos por casi cualquier otra cosa, tuya, o de otro jugador es rentable para el equipo, Pero en lo individual, al igual que hay jugadores infalibles en unas zonas e incapaces en otras, tenemos que comprender que hay quien puede utilizar todo el frente de ataque razonablemente bien, sin sobresalir en ningún punto, así a secas. Y eso es difícilmente mejorable a según que edad, y no te permite elegir demasiado.

Y es que al final, irónicamente, jugadores como Rudy Gay no son irregulares, sino los más consistentes de todos. Sólo hay que cambiar la dimensión en la que miramos.

  • Jonas, año II

Hay que tener mucho valor para escribir a estas alturas sobre Jonas Valanciunas. Hay muchos signos que apuntan a grandeza a corto plazo, y al mismo tiempo es fácil ver lo débiles que son esas señales.

Fue el MVP de la Summer League en Las Vegas, algo que en los últimos años fueron Josh Shelby, Damian Lillard, John Wall y Anthony Randolph. Tiene unas estadísticas excelentes por minuto en el EuroBasket, pero no deja de ser el EuroBasket, y su seleccionador Kazlauskas, ha limitado sus minutos, poniéndole en pista menos tiempo que al resto de líderes de su equipo. Y los 7 kilos de músculo que según dicen (y se puede observar) se ha puesto encima en veranito, cambiarán algo en su forma de jugar: será más contundente, pero ¿que sucederá con su rapidez y su agilidad? Estas quizá son las características más destacables de su juego el año pasado.

La suerte está echada con Valanciunas, y podemos esperar cualquier cosa de su corto, medio y largo plazo. Tiene el tamaño, para empezar, y demostró una progresión constante en todo lo que hacía a lo largo del año, lo que demuestra que es capaz de aprender.

Finaliza bien de espaldas desde la izquierda, sin muchos recursos, pero con un reverso hacia el tablero y un gancho que ya tienen el nivel, y también continúa hacia el aro en jugadas de bloqueo con una exuberancia increíble (aunque a veces va demasiado rápido y acaba por delante, hay varios ejemplos de cómo pide el balón cuando ya se ha metido debajo del tablero, y esto también se aplica a cuando postea, donde los deseos de moverse rápido le llevan a perder el equilibrio y el balón). Se ofrece para poner bloqueos constantemente (entre él y Johnson, los Raptors fueron magníficos en la recta final en este aspecto) y su tiro de media distancia ya anda por el 40%, algo que está muy bien como recurso en un pívot, pero ojalá no se convierta en un arma de doble filo. Como porcentaje de acierto es un punto de partida desde el que mejorar si hay ambición, pero es suficiente como motivo para conformarse y alejarse del aro a vivir una vida más cómoda. Más de una carrera se estropeó así.

Anotó muy fácil y eficientemente, pero también es verdad que los Raptors pasaron pocas veces el balón en su dirección, e intentaron aprovechar cuando tenía ventaja, algo que debería cambiar, ya que ahora será una opción en todo momento. Al mismo tiempo, una vez que la pelota llegaba a Jonas, rara vez volvía de vuelta. Eso, que la pase, se le va a pedir este año, sobre todo cuando le junten con tiradores (o lo que puedan) en pista, y habrá que ver cómo se desenvuelve, porque apenas pudimos verle en este aspecto el año pasado.

En defensa tuvo los problemas típicos de un novato, y más en un equipo con sistemas tan complejos como los de Casey, en los que se mezclan las zonas más o menos disimuladas con la defensa individual, pero fue corrigiendo el problema de las faltas poco a poco, y este año, con Bill Bayno tomando las riendas como coordinador, cambiará alguna cosa.

Estuvo mejor en tareas que requieren de rapidez (salir a por tiradores, aparecer en las ayudas, parar los bloqueos en el poste alto) que aquellas más orientadas a la fuerza (le buscaron mucho los rivales, y con éxito, en el poste bajo). Su cuerpo ha cambiado, y veremos como se traduce en su juego, porque a lo mejor en vez de solucionar el problema se han creado uno nuevo.

En definitiva, hay razones para creer en Valanciunas, pero no es ni es mucho menos una apuesta segura o inmediata. Pero para que aspiren a Playoffs, es imprescindible.

  • ¿Un nuevo Lowry?

Lowry fue una ligera decepción la temporada pasada para aquellos que esperábamos un año revelación. Empezó muy fuerte, promediando un 23.7/7.3/7 en los tres primeros partidos, en los que parecía que los All-Star en el Este iban a ser Kyle y 11 más, pero se lesionó en el siguiente encuentro, y cuando volvió, no acabó de sentirse confortable compartiendo equipo con Calderón.

Sus números anotando tras pase son manifiestamente mejores que los que consiguió creándose su propio tiro tras bote (de hecho, estaría entre los jugadores más dominantes de la pasada campaña como «tirador«), pero paradójicamente, son peores con el hombre que mejor le podía asistir en cancha, Calde, lo que es otra muestra de su incomodidad con el extremeño.

Alternaba actuaciones meritorias con partidos desastrosos en los que se le veía fuera de sitio, y las sensaciones que transmitía al espectador y las comparaciones mediante +/- indicaban que Calderón era más beneficioso para el equipo (aunque el RAPM ha situado finalmente a Lowry 3 puntos por 100 posesiones mejor, con los mismos cuartetos acompañando, en parte por sus contribuciones defensivas).

A finales de enero, Calderón se fue a Detroit, vino Rudy Gay, y Lowry aunque siguió con terribles problemas de inconsistencia anotadora, aguantó la incontinencia: moderó su volumen de tiro y apostó por repartir un poco más el juego y alimentar a sus compañeros. Esa es la versión que seguramente le gustaría ver a Casey la próxima temporada, y el quinteto titular no anda precisamente sobrado de jugadores solidarios.

Este año, en el que por primera vez en un tiempo no debe sentirse amenazado por la competencia, puede tomarse las cosas con calma y seguir virando su juego hacia el de director que amenaza con su tiro al rival para crear espacio, no a su propio equipo. Es trabajador, y seguirá aportando en defensa, rebote y mentalidad. Los mejores años de su carrera los tiene justo delante. Veremos como los aprovecha.

  • Revelación Amir

Si estos Raptors tienen algún tipo de arma secreta, ese es Amir Johnson. El traspaso de Davis y la defenestración de Bargnani le permitieron jugar más que nunca, y cumplió, vaya si cumplió. Todavía bastante joven para su experiencia (26 añitos), ya que llegó desde el instituto, Johnson es el rey del trabajo sucio en Toronto.

A pesar de que a mitad de temporada le quitaron a su compañero favorito, Jose Calderon, con el que había desarrollado a lo largo de los años una química inmejorable, mantuvo sus prestaciones en ataque rebañando rebotes ofensivos y como continuador tras bloqueos cuando este se fue, siguió poniendo esas pantallas marca de la casa con agarrones y enganchones posteriores incluidos, que son perfectos cuando los árbitros no los ven (que no suelen), y continúo causando estragos en defensa, con un cuerpo y unas condiciones que le permiten defender a prácticamente cualquier tipo de ala-pívot e intimidar con la posibilidad de poner un tapón en cualquier momento en una ayuda.

Los Raptors encajaron 6.4 puntos menos por 100 posesiones con él en pista, y la tendencia se repite desde hace varias campañas: el equipo era mejor en 3.4 por 100 puntos en 2012 y en 2011 y 8.5 en 2010. El RAPM (+/- ajustado y normalizado) estima que su valor individual en defensa fue de 3.6 puntos en la pasada temporada, el mejor entre los ala-pívots y unido a una contribución positiva en ataque (con Johnson en el banquillo, los Raptors tenían una marca equivalente al peor equipo de la Liga ofensivamente) le sitúa como uno de los mejores jugadores de la pasada temporada, el 14º concreta y sorprendentemente.

Es muy dudoso que Johnson pueda tener semejante impacto en el juego, aún teniendo en cuenta todos los signos que apuntan a que es un excelente defensor y un jugador que no resta en ataque, pero ciertamente, su producción está siendo infravalorada, y es una de las claves del buen final de temporada de Toronto.

  • Es lo que hay

DeRozan cobrará 9.5 millones por temporada durante los próximos 4 años, y tal vez sea caro, pero nadie puede quejarse de las horas que hecha en el trabajo: 5º jugador con más minutos la pasada temporada, y sólo se ha perdido 8 partidos en 4 años.

Otra cosa de la que nadie se puede quejar, es de su consistencia. Salvo por un pequeño bajón en la eficiencia anotadora el año pasado (que ocurrió a muchos otros jugadores, y a la Liga en general por culpa del cierre patronal), DeRozan lleva tres temporadas siendo básicamente el mismo jugador, y produciendo de la misma manera. Ha sustituido un poco parte de la gran cantidad de tiros de 2 lejanos por triples, pero sólo anota un 26-28% de ellos, lo que es equivalente en porcentaje efectivo a un 39-42%, más o menos el mismo (y pauperrísimo) acierto que tiene en la media distancia.

Pero ataca el aro las suficientes veces (60 mates el año pasado, más los viajes a la línea, ya que es 28º en sacar tiros libres adicionales por partido) y tiene un juego de espaldas interesante ante escoltas pequeños en el bloque izquierdo del ataque, que le permite acabar con un porcentaje de tiro verdadero cerca de la media, algo que no le convierte en estrella, pero está bien para alguien que mete 18 puntos por partido. Su manera de jugar no tiene pinta de envejecer bien, pero ahora tiene 24 años, así que no nos tenemos que preocupar de eso en una buena temporada.

El tema es que salvo por un acierto en la media con un volumen grandecito (algo meritorio pero no tan difícil de reemplazar, y además, ensanchando el campo menos de lo habitual en un escolta), DeRozan no ofrece ningún añadido más. Su defensa es también terriblemente normal, no genera juego para sus compañeros cuando penetra y rebotea poco. Y aquí es donde enlazamos con una constante en estas series: los equipos triunfadores, se suelen cimentar en una superestrella y para complementarlos, mejor jugadores que defiendan y metan eficientemente 10 puntitos por partido a base de triples, que un «18 puntos por partido» a su bola.

Hay muchas maneras de ganar, y los Raptors no tienen un creador omnipotente, así que en este contexto, no les viene mal un jugador que se lo sepa montar por su cuenta. Pero Toronto, tal y como está formado, con gente como Gay, el Lowry tira-zapatillas, o él, va por el camino difícil.

  • Otro problema, no la solución

Supongo que los Raptors han tenido en cuenta el buen rendimiento en defensa del quinteto tiular porque el perfil de las incorporaciones al banquillo está claramente orientado al ataque. Con la llegada de dos jugadores de uno de los peores banquillos de la Liga, el de Indiana (Augustin, Hansbrough), el único 2.10 que rebotea menos que Bargnani, pero que la mete de 3 como el que más (Steve Novak), el irregularísimo Austin Daye, y la sensación de la Summer League, Dwight Buycks, acompañando a Landry Fields, Terrence Ross, Quincy Acy o Aaron Gray los Raptors son también una incógnita en el banquillo.

Al quinteto titular no le vendría mal un tirador que abriera la lata cuando el equipo se atasca (y cuando no se atasca también: los Raptors fueron el quinto peor equipo en porcentaje, y eso incluye los servicios durante más de media temporada del mejor en la Liga en este aspecto, Calderón), y seguramente que preferirían que Landry Fields redescubriera el rango de su primera temporada (acojonante lo suyo, y me vais a permitir el exabrupto, de un 39.3% en 219 intentos, a un 14.3% en 14 el año pasado), o Ross empezara a demostrar que lo tiene noche sí, noche también, antes de tener que tirar de un recurso tan unidimensional como Novak.

Hansbrough también puede venir bien para alborotar algún partido, pero sus mejores atributos, que son la intensidad, el rebote en ataque y la capacidad de sacar faltas (está entre los mejores de toda la Liga en este aspecto, 4º en viajes a la línea por minuto) no tapan puntos flacos del quinteto titular, ni le hacen una mejor opción que Johnson en general.

Sigo creyendo que Hansbrough es mejor de lo que parecía en Indiana, y podría ser un maravilloso sexto hombre si hubiera caído en un banquillo que no pusiera el balón en sus manos jamás en el poste alto, y tuviera un base puro que le alimentará en la zona en la que de verdad hace daño, pero repite con Augustin, así que será como si no hubiera salido de allí, por desgracia. La posición de director de orquesta suplente, sin duda la más floja de este equipo, que está a una lesión de Lowry del desastre total y absoluto.

En general, la segunda unidad de los Raptors no parece ofrecer a priori una respuesta a los problemas que se le intuye al quinteto titular, no tiene proyección más allá de Ross, y podría tener serios problemas de creación en la manos de Augustin y Buycks.

Los Playoffs en el Este estarán este año más caros (sí, ya sé que eso es lo que decimos todos los años, pero qué queréis que haga…) y un banquillo como este puede marcar la diferencia… para mal.

Avance de temporada 2013-2014: San Antonio Spurs

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Tras sufrir un par de derrotas dolorosas y tempraneras en Playoffs, San Antonio agarró con mano y media un O’Brien, que hubiera sido el cierre perfecto a la dictadura de Duncan y Popovich, que ya va para 14 años desde aquel título en 1999.

No pudo ser, pero los Spurs tienen la maquinaria preparada para un nuevo asalto. La defensa volvió a ser de las mejores de la Liga (llevaban 4 años fuera del Top 5, dos del top 10), y el ataque, como desde que tomaron el testigo de los Suns como estandarte del ataque basado en el bloqueo directo, conducción y distribución a los tiradores, sigue siendo imparable. Mismo quinteto, rotación prácticamente intacta, y el genio de siempre a los mandos. Será duro, y necesitará que su gran trío siga haciendo historia, pero es una plantilla completa y profunda, con los roles bien marcados, y que vuelve a partir como uno de los candidatos más claros del Oeste.

  • Radiografía de los Spurs

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Un modelo

Decir que los Spurs, como organización, desde el presidente hasta el último jugador del banquillo son el equipo más inteligente de la Liga es algo que sigue siendo verdad, pese a que haya sido repetido tantísimas veces en tantos foros.

Cada vez que la comunidad analítica (o los frikazos de las estadísticas, como son conocidos también dependiendo a quién le preguntes) llega al consenso sobre cómo un equipo debería enfocar una situación o tomar una decisión en base a los datos, descubre que coincide al milímetro con lo que San Antonio ya estaba haciendo.

Van siempre un paso por delante, porque no tienen miedo de aprender y corregir, de copiar a quien tiene éxito, de poner todo en duda. Los Spurs son el triunfo del escepticismo, aunque Popovich diga que «sólo tuvo suerte de draftear a Tim Duncan«. Algo que además es falso, porque no sólo la suerte intervino en esa situación, ejem, tanking, ejem.

Los Spurs son también el éxito de la consistencia, de no hacer casi nada mal. Si repasáis el gráfico de puntos por tiro según la localización, o por tipo de jugada en ataque de San Antonio, veréis que en ninguno bajan de la media: de ahí, siempre para arriba. Pasando hasta llegar al de localización de tiro del rival, podréis observar también algo maravilloso, tienen, como Indiana, la distribución en contra casi perfecta: muy pocas faltas, tiros cerca del aro, o triples, obligando al rival a que acierte desde la parte menos útil de la pintura, y fuera de ella. Los rivales tienen un elevado porcentaje de acierto en tiros de 2 lejanos contra ellos, concretamente el 3º de la Liga. Pero, ¿qué más les da a los Spurs que sus rivales gasten una enorme cantidad de intentos en un tiro que sólo entra un 41.3% de las veces, y es más difícil de rebotear en ataque?

Obviamente, una defensa así necesita de mucho trabajo y el personal adecuado, no se puede obligar simplemente con la mente y el deseo a que el rival elija las peores opciones, pero ese es el concepto sobre el que se construye la tercera mejor defensa de la Liga la pasada campaña. Y en ataque, podrían ir más a la línea y coger más rebotes en el tablero ofensivo, pero nunca es posible tenerlo todo, y ahora mismo tienen un personal magnífico tirando, por lo que pueden ser eficientes sin la necesidad de ser agresivos.

Y en cuanto al rebote en ataque, esa es una de las discusiones todavía abiertas. Yo estoy en el grupo de los defensores de este arte y todas las ventajas que tiene, pero ver como los Spurs apuestan tan claramente en su contra, da que pensar (recortaron por ejemplo el número de veces que Kawhi Leonard atacaba el tablero, y no le volvieron a desatar hasta que se enfrentaron a Miami, equipo horrible recogiendo los fallos rivales).

Puede significar caer en el principio de autoridad, pero… si lo Spurs lo están haciendo así, será por algo.

  • Dos hombres y medio

El Big 3 de los Spurs es más bien 2 hombres y medio a estas alturas, pero sigue teniendo un insuperable caché.

Tony Parker a sus 30 años tuvo la que es posiblemente la mejor temporada en ataque que le hemos visto (2009, con menos ayuda, quizá sea más meritoria) y no hay base que acabara el año más en forma a ese lado de la pista que él. Es una amenaza para el rival en cualquier punto y situación dentro del arco del triple, y muchos opinan que estamos ante el que es ahora mismo el mejor base del mundo (aunque nos arrodillemos ante él, aquí nos resistimos a quitarle el cinturón aún a Chris Paul).

El EuroBasket con Francia y el tiro imposible que sirvió para poner la puntilla a Miami en el primer partido ayudan aún más a la valoración, que si no es la acertada, tampoco puede estar muy lejos. Lo que es sorprendente es que parece que muchos han conocido a Parker desde este verano, cuando ya son 8 años a este nivel. En algún momento, le dijo a Pop que él no quería convertirse en el nuevo Avery Johnson, un simple director de orquesta, y dejaron de intentar que fuera lo que no es, dándole un mayor peso anotador. 2005, tras ganar su segundo anillo, fue su año revelación, el del final de la transformación: recortaron sus infructuosos intentos desde el triple, llegó por primera vez al All-Star, y no volvió a mirar atrás ni a bajar el pistón, salvo por problemas puntuales de lesiones que le convirtieron en menos importante en alguna otra temporada aquí y allá.

Anotó un increíble 56% de los tiros de media distancia desde la bombilla, y a lo largo del año parecía que cada vez lograba poner un pie en el lado derecho de la pintura, eran dos puntos, más posible tiro adicional. Es el octavo base con más tiros dentro del área restringida, y el tercero con más canastas, ya que con su 64.5% de acierto, es el único que supera el 60% de aquellos con más de 300 intentos. Y aunque su porcentaje de utilización, y sus números en puntos por minuto/partido son los mayores que ha tenido en las últimas cuatro temporadas, su tasa de asistencias es la más grande de su carrera. De hecho, los 20.3 puntos por partido con un 58.8% de tiro verdadero, acompañado de un 40% de asistencias a compañeros, es algo que sólo han superado 4 jugadores en la historia de la NBA. Podría esforzarse un poco más en defensa, pero con la extraordinaria brillantez que demostró en ataque el pasado año, se le perdona, faltaría más.

El otro líder, Tim Duncan tuvo una temporada casi inédita en cuanto a producción para alguien que cumplió 37 años durante los Playoffs (Karl Malone es el único que le supera en números), y volvió a un nivel que parecía haber dejado… casi un lustro atrás, como si fuera un chaval. Ya no salta, pero da igual, porque rebotea, pone los tapones y postea con dos pies en el suelo. Tan tranquilo.

No metía tantos puntos por minuto desde 2007, ha cogido más rebotes que en las cuatro últimas temporadas y nunca, repetimos, nunca, puso tantos pinchos de merluza como este año, mientras sigue sin hacer (o sin que le piten) faltas. El RAPM  (+/- normalizado y ajustado) le considera el jugador con más impacto en defensa de toda la NBA, y cuarto mejor en conjunto tras LeBron, Paul y Durant. No había jugado tan bien en general según esta herramienta desde 2008, y en defensa desde 2005. Esperemos que el pacto con el Diablo no le pase luego factura.

Del que no podemos decir lo mismo es de Manu Ginóbili, al que se le notó la edad a lo largo de un año cargado de altibajos, pero que nos sorprendió a ratos con sus trucos de magia habituales (como el Game 5 de las Finales). Habrá que disfrutarle como enanos en todos aquellos momentos de lucidez que tenga, porque muchísimo me temo que estos dos años serán los últimos. Y este tiempo extra que tenemos de él, se lo debemos también seguramente a la victoria de Miami en las Finales.

Según se ha ido haciendo menos joven, Manu ha cambiado su papel por el de distribuidor. Dio 7.1 asistencias por 36 minutos, el máximo de su carrera, y los números por posesión/jugada le colocan como el segundo mayor pasador de la Liga tras LeBron entre todos aquellos que no están considerados bases, algo en lo que él, la verdad, prácticamente se ha convertido. El resto de números individuales dieron un considerable paso hacia atrás, pero pese a todo, el RAPM le consideró el 10º mejor jugador en ataque de la Liga, justo por encima de su compañero Tony Parker (aunque curiosamente, con los mismos grupos de compañeros, el francés es brutalmente superior), lo que suena a uno de esos desajustes que a veces aparecen entre números. O no, que con Ginóbili, quién sabe…

Como los Spurs han formado una de las plantillas más completas que les hemos visto en los últimos 10 años, Duncan y Manu podrán seguir regulando los minutos y los viajes, para estar preparados al final de año. Pero es evidente que sin ellos a un buen nivel, pueden sobrevivir una Temporada Regular, pero no unos Playoffs.

  • El futuro es Leonard

Si uno mira a los números tradicionales de Kawhi Leonard por minuto, no hay mucha diferencia entre su primer y segundo año en la Liga. Pero sigue mejorando poco a poco, y aunque la excelente forma de Parker o Duncan no le ha permitido que tenga más oportunidades, Popovich ya le está preparando para la sucesión, dándole tareas cada vez un poco más complicadas.

Magnífico cortador, espectacular contragolpista y buen tirador desde las esquinas (un 43% a los lados de la cancha, en contraste con un triste 24.5% en los frontales), a Leonard le dejaron salirse un poco de su papel de finalizador, y se le permitió probar cosas nuevas. Por ejemplo, cuando el equipo rival ponía un defensor grande en Parker y trataba de esconder a alguien más pequeño en él, lo llevaba al poste bajo (muchas veces dando marcha atrás directamente desde su sitio típico en la esquina), y sacaba un precioso y efectivo gancho por encima de su hombre. Y también le involucraron en bloqueos directos como conductor del balón, con esperanzadores resultados.

Y su defensa sigue mejorando y es uno de los más temidos en su posición en la Liga. El RAPM corrobora su valor, considerándole el 11º mejor defensa entre escoltas y aleros de la Liga, y también es bastante superior a la media en la evaluación jugada a jugada.

Ahora mismo los Spurs sólo necesitan un secundario de lujo, que perfeccione y domine el arte del trabajo sucio y las canastas fáciles, pero todo añadido es bueno para un equipo que aspira a todo, y que puede necesitarle más adelante. Su evolución determinará si es un All-Star a medio plazo, o la versión 2.0 de Bruce Bowen. Que ya es algo muy bueno que tener.

  • El otro 3D

Y con Danny Green los Spurs han tenido un éxito similar. Con un potencial más limitado (26 años por los 22 de Kawhi), el ex-jugador de la Universidad de North Carolina ha metido el 42.9% de los triples desde que llegó a San Antonio y el 43.2% en Playoffs (y ya van dos años completos), y es otro jugador 3D (triples y defensa) más, perfecto para un equipo que ya tiene generadores de lujo.

A diferencia de Leonard, él mete un 43.2% de los triples fuera de las esquinas y es una amenaza desde cualquier punto fuera del arco, como demostró en las Finales frente a Miami, acertando 26 de 49, más de un 50%, y batiendo el récord en un partido de la eliminatoria por el título con 7 canastas.

Si no está tirando un triple o esperando para ello, no se puede esperar mucho más de él que el pase extra a otro tirador aún más solitario, o la penetración en línea recta ante una defensa apurada. Que es nada más y nada menos lo que todo equipo de la Liga querría de su cuarta o quinta opción a media pista. Y con un buen tamaño para jugar de escolta, no tiene la misma talla como defensor que Kawhi pero yo diría que anda por encima por la media (y si sólo contarán las Finales, difícil no darle el título imaginario de «Mejor parador de contraataques» de la Liga).

Otro secundario perfecto para el equipo, que al mismo tiempo le da la situación perfecta para él, jugador que lo tuvo muy complicado para manterse en la NBA

  • La torre melliza

A Splitter le pagaron bien este verano, firmando una renovación por 36 millones en 4 años, que indica que en San Antonio cuenta con él como pieza importante a medio plazo. Los Spurs le han formado despacito, y tras cocinarle tres años a fuego lento, en este por fin se ganó un puesto de titular.

El RAPM indica que fue mejor con los mismos grupos de gente a su lado que el resto de hombres altos de la plantilla (Bonner, Blair, Diaw), y apunta a que su contribución marca la diferencia sobre todo en defensa, algo en lo que los números se ponen de acuerdo con los ojos.

Por fin recortó el número de faltas, lo que le permite por un lado ser más efectivo, y por otro que Popovich no le haga volver al banquillo cada poco, y la sociedad que formó con Duncan fue aplastante en defensa: con los dos en pista los Spurs reciben 4 puntos por 100 posesiones menos que Indiana, mejor equipo en defensa de la Liga en conjunto (y la marca baja 3 puntos más si lo convertimos en trío y añadimos a Kawhi Leonard, lo que sería la mejor entre los 250 grupos de tres con más minutos de la Liga si hubieran jugado juntos unos 50 minutos más).

Es precisamente con dos torres en cancha, Duncan y Splitter, como los Spurs puedan forzar esa selección de tiro de la que hablábamos antes, en la que el rival no puede acercarse al aro. Lo que ganan los Spurs juntando técnicamente dos pívots, lo pierden cuando a él le toca hacer el papel de ala-pívot móvil y rápido, que no pega del todo con sus habilidades (en la comparación con Indiana, el trabajo de David West), y eso es lo que provoca parte del acierto rival en la media distancia, pero en todo caso, es algo con lo que los Spurs están encantados de vivir en general.

Y lo importante al mismo tiempo, es que con la pareja SplitterDuncan se anota a buen ritmo. Con Boris Diaw, excelente pasador y triplista ocasional, los Spurs son un equipo más dinámico y efectivo en ataque (3.6 puntos por 100 mejores con DuncanDiaw que con Tim y Tiago), pero no compensa la diferencia en defensa si con el brasileño los Spurs se mantienen competentes. Pese a no anotar jamás fuera de la pintura, lo que no ayuda al espaciado de San Antonio, es uno de los mejores finalizadores tras bloqueo directo en la Liga, y ya van dos años en los que los números le sitúan en la élite (quizá en otro equipo en el que no tuviera la oportunidad de bloquear para Ginóbili o Parker, la cosa sería diferente, pero está aquí, y lo hace muy bien). Su compenetración con Duncan ha ido mejorando, y también se alimenta cortando bien y recibiendo los pases de The Big Fundamental, y el sistema de San Antonio, al igual que le da inmejorables compañeros con los que cooperar, le roba de una posible fuente de puntos fáciles, ya que es un buen reboteador ofensivo, al que no le dejan trabajar mucho en la tarea.

Es comprensible la cierta decepción con su papel teniendo en cuenta cómo acabó el año, en la serie contra Miami, jugando en cada partido menos tiempo que en el anterior hasta acabar de suplente y sólo 4 minutos en pista en el partido decisivo, pero los Heat son el peor equipo posible al que enfrentarse con dos pívots, y él no es tan bueno como para marcar diferencias. Pero es un titular sólido, que defiende increíblemente bien dentro de las reglas de los Spurs, y al que seguirán necesitando en el Oeste. Aunque tengan que preparar un plan B que no le incluya, por si llegan, y vuelve a tocar Miami.

  •  Más profundos que ¿nunca?

Decíamos antes que los Spurs tenían una de las plantillas más completas, porque además de un quinteto de garantías, con piezas sólidas en todas las posiciones, algo que no siempre han podido disfrutar (recordemos que DeJuan Blair, Roger Mason, Matt Boner, Francisco Elson o Rasho Nesterovic han sido titulares durante largas temporadas en años pasados), el banquillo también es profundo. Repiten 12 jugadores de la plantilla de Playoffs y desde el banquillo saldrán el propio Ginóbili, un lujazo si está bien como sexto hombre, Boris Diaw, Matt Boner (no es lo mismo tener a la Red Mamba como octavo o noveno hombre que como titular), Cory Joseph o el recién llegado Marco Belinelli.

Y la tercera oleada, en la que están De Colo, Mills, el artista antes conocido como Jeff Pendergraph (y ahora como Jeff Ayres) o Aron Baynes esconde como siempre a jugadores sólidos que intentan conservar un tiempo en la franquicia, para que si las lesiones les dan minutos, puedan salir y cumplir en un ambiente familiar (los Spurs sólo cambian cuando es necesario e imprescindible, y deben ser uno de los equipos que mejor aguantan a sus hombres del final de rotación de un año para otro, esta temporada, tres de cuatro). Además han traído una serie de veteranos como Sam Young o Corey Maggette (e incluso invitaron al lesionado Mike Bibby) para tratar de rellenar el último puesto en una plantilla con 14 jugadores con contrato garantizado, en lo que es parte de otro clásico Spur: el reciclaje.

Ayres, Young o Maggette no participarán mucho (Jeff viene a cubrir el papel de Blair, y los otros dos, el de McGrady), así que la única incorporación con pinta de ser importante, es la de Belinelli. Primer jugador transalpino en pasar por esa delegación de la ONU que tienen en San Antonio, tiene nivel más que suficiente para salir desde el banquillo, es una pequeña garantía por si Green tiene un bajón de rendimiento e incluso puede encargarse del balón y ofrecer un Plan B si Ginobili y Parker se perdieran una temporada, y Popovich no confiara en dar la manija a cualquiera del resto del grupo (Joseph, De Colo o Mills). Marco es un tirador que funciona a rachas, que parece mejor de lo que es, y por eso no se ha ganado un puesto de titular, pero también es de esos que se hacen mejores en lugares como San Antonio con un poco de estabilidad. Su mejor temporada fue la de 2011 junto a Chris Paul, y aunque no se le presuponen muchos minutos con Parker, si no hay lesiones de por medio, sí que será interesante verle junto a un Manu, que como ya dijimos, es cada vez más base. A diferencia de Gary Neal, es de esos que se deja hacer mejor por sus compañeros, y pocos hay más apropiados que los de los Spurs.

Avance de temporada 2013-2014: Sacramento Kings

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Los Kings llevan 5 años sin alcanzar las 30 victorias, y un par de ellos más, desde que se fue Adelman, sin llegar a Playoffs. Sólo los Wolves llevan más tiempo sin clasificarse para las eliminatorias por el título, y este año lo tienen mucho más fácil a priori que estos Kings que dan la bienvenida a un nuevo entrenador, Mike Malone (asistente en media Liga, el último lugar por el que pasó fue Golden State), después de que MusselmanTheus, Westphal y Smart no funcionaran.

En estos 7 años metidos en la Lotería del Draft, no han aprovechado mucho el talento, ya que sólo conservan a Cousins, Thompson, Fredette y la elección de este año, McLemore. Aunque la explosión de un par de jugadores les podría poner cerca, pinta a otro año de sufrimiento y bastantes más derrotas que victorias. Ahora que su situación institucional ha sido normalizada, cambiando a los dañinos Maloof por Ranadivé, veremos si algo empieza a cambiar también en lo deportivo.

  • Radiografía de los Kings

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Espejismo ofensivo

De un año desastroso, se puede sacar algún motivo para el optimismo: tras el All-Star, los Kings fueron el 7º mejor equipo en ataque de la Liga. Aún así, su diferencial fue negativo, con la 25ª defensa en ese periodo, y un récord de 9-19, bastante peor de lo que podíamos esperar. De hecho, los Kings perdieron un mayor porcentaje de partidos en la segunda parte del año, pese a reducir la diferencia con sus rivales de 7.8 puntos por 100 posesiones a 1.5, un extraño y curioso hecho.

Marcus Thornton (candidato legítimo a Sexto Hombre del Año, porque él ocupó ese lugar verdaderamente en la rotación) e Isaiah Thomas, se convirtieron en máquinas de hacer puntos, anotando 14.6 por partido con un 60.4% de porcentaje de tiro verdadero el primero, y 17.3 puntos en 60.3 TS% el segundo. Durante la primera fase del año, entre los dos sólo aportaron 23.6 (con algo menos de tiempo de juego y peores porcentajes), pero la defensa no mejoró un ápice, y los Kings no tradujeron más anotación en victorias.

En cuanto a personal, Isaiah Thomas produjo más como ya hemos dicho, porque pasó de jugar 24.8 minutos a 30.6 por partido (aunque su subida en tiempo en pista fue algo previa al ecuador que marcamos), Tyreke Evans sólo se perdió un partido tras no estar en 16 antes del All-Star, y el cambio con Houston que hizo que Patrick Patterson, cogiera el sitio de Thomas Robinson y James Johnson, y trajo a Toney Douglas para mejorar en defensa sin desmerecer en ataque a Aaron Brooks (lo que dice poco de él), fue alrededor de esa fecha.

Y fueron estas incorporaciones las que reforzaron el juego del banquillo, porque el quinteto titular fue superado de la misma forma en la primera mitad del año que en la segunda, y fueron los suplentes los que recortaron parte de la diferencia. Douglas, Thornton, Patterson y Hayes parcheaban algunas deficiencias de la unidad de inicio aquí y allá, y explican parte de la insuficiente mejora.

De cara a este año, nos volvemos a encontrar con un equipo con mucho especialista: jugadores que saben hacer algo bien, pero con carencias difíciles de tapar en conjunto, sobre todo en defensa, donde vienen de ser el segundo peor equipo de la Liga, sólo superado en futilidad por Charlotte.

Y aunque haya una acuciante falta de condiciones individuales para rendir en esa parte del campo, Smart no hizo un buen trabajo, en un equipo que era habitual ver perdido y descoordinado, y que ni siquiera parecía tener un plan. Clifford y Charlotte fracasaron porque intentaron poner en marcha una idea un tanto extremista, que los rivales reconocieron y explotaron, pero las reglas parecían claras. Con Portland o New Orleans sucedía algo parecido, tenían la forma de la defensas más o menos clara, pero quizá fue un error aplicarlas con un personal que no estaba preparado, y no logró aprovechar lo que tenían que ser los puntos fuertes de sus propuestas. Sacramento se comportó más bien como el otro equipo del Top 5 inverso: Cleveland, variando la cobertura y el enfoque casi jugada a jugada.

Mike Malone vendrá pensando en no permitir esto, y su fama le precede, habiendo sido asistente defensivo en tres equipos que mejoraron una barbaridad en defensa tras su llegada (y algún cambio de personal): los Warriors del año pasado, los Hornets en 2011 y Cleveland en 2007. No sabemos si tendrá mucho éxito, porque los mimbres son los que son, y están un poco hechos polvo. Pero no esperamos, ni más ni menos, que un equipo ordenado, que parezca que sabe lo que hace.

  • A ver cómo se apañan…

En la NBA es más sencillo encontrar buenos jugadores en ataque que en defensa. El baloncesto es un deporte en el que es más difícil anotar que tratar de impedirlo, y es precisamente para lo que se necesita un talento especial: prácticamente cualquier persona con el tamaño adecuado, que haya sido entrenada en los fundamentos más básicos y sea capaz de correr, puede al menos molestar al rival; lo de meter puntos, penetrar, pasar… es otra cosa.

Pero una balanza tan descompensada como la del perímetro de Sacramento, es bastante difícil de conseguir. Isaiah Thomas es el jugador más bajito de la Liga, Greivis Vasquez, con su 1.98 es el base más alto, pero a la vez, seguramente, el más lento. Marcus Thornton es algo pequeño para la posición de escolta, pero su trabajo defensivo es horrible. Jimmer Fredette es definitivamente muy pequeño para la posición de escolta y su trabajo defensivo es horrible. Y este año da un poco igual cómo son McLemore y McCallum, porque todos los novatos, hasta aquellos que acaban conviertiéndose en ases defensivos, lo hacen fatal en su primer año.

Jimmer (41.7% en triples, no puede defender pero la mete cuando quiere, a ver si cae en algún equipo que pueda taparle para por lo menos hacer carrera en una rotación) y Marcus (que fue traspasado de New Orleans a Sacramento mientras Mike Malone estaba allí) fueron dos de los cinco peores jugadores de la Liga en defensa según RAPM, y tanto Greivis como Isaiah costaron más de 2 puntos por 100 posesiones a su equipo en esa parte del campo según está herramienta. No hay ninguna duda de que el perímetro de los Kings puede anotar, pero en defensa, eso va a ser la Boda Roja.

Aunque personalmente veo más desequilibrante (y joven) a Thomas, creo que Vásquez tiene un papel de titular casi asegurado porque es el único del grupo con una mentalidad de pase en un equipo, que sin Tyreke Evans se ha quedado sin un creador efectivo en ninguna otra posición exterior (John Salmons nunca acabó de serlo y está ya rodando cuesta abajo). El venezolano fue el jugador que más asistencias dio en la NBA la temporada pasada, y Mike Malone, que quiere implementar un sistema con mayor movimiento de balón, y solidaridad entre compañeros (los Kings fueron uno de los equipos que más aclarados utilizaron el pasado año) debería empezar con él.

Aunque no es nada seguro ni mucho menos. Malone ha dicho que su ataque será «defender, rebotear y correr» y las dos primeras, no, pero los Kings el año pasado consiguieron muchos puntos fáciles saliendo al contraataque, y sin pérdidas, ni errores estúpidos: fueron un equipo eficiente en transición… con Thomas. Se hace más difícil imaginar a Sacramento a la carrera con Vásquez, y esa es la debilidad que puede atacar Isaiah. Pero por otro lado, el entrenador también habla de rebotear, y los Kings fueron el peor equipo de la Liga en el tablero defensivo, y en esa tarea, Greivis es mucho más.

Aún así, tendría muchas dudas en este puesto y trataría de fomentar la competencia. Soy algo escéptico con un Vásquez que creo que se aprovechó de un sistema y un personal muy concreto y apropiado para destacar estadísticamente. Compartió cancha con el mejor tirador entre los hombres altos de la Liga para un base pasador, Ryan Anderson (no nos olvidamos de Nowitzki, pero se perdió muchos partidos, y además, Dirk puede crear su propio lanzamiento, y genera más opciones de bote) y me hace sospechar bastante que los 5 partidos en los que fue titular Brian Roberts, novato no drafteado de 27 años, diera 50 asistencias. Además, los por entonces Hornets estuvieron entre los 10 equipos que menos dieron proporcionalmente, y apenas hubo diferencia (3 puntos porcentuales, 5 puestos del ránking) entre que Greivis estuviera o no en pista. Vásquez también mejoró en tareas de anotación y de tiro de 3, pero su candidatura al premio de «Jugador más mejorado» y sus galones de titular se basan en esas 9 temblorosas asistencias por partido.

Pero partiendo de que Malone saldrá con él, y dejando mis dudas sobre reputaciones aparte, el problema es con quién le juntan, ya que todas las posibilidades dejan a los Kings en desventaja.

La opción de utilizar a Isaiah como 2 junto a Greivis no parece mala, pero no es tan bonito como parece a primera vista. Hasta cierto punto, el venezolano puede defender escoltas, y Thomas coger a los bases, pero el equipo rival también haría este cambio seguramente en la otra zona del campo, y Vásquez tiene problemas cuando es defendido por jugadores más grandes, que le tapan más fácilmente las líneas de pase y le hacen más difícil anotar cerca del aro cuando elige penetrar. Y por otro lado, Thomas es un anotador tras bote, utiliza su crossover, su rapidez y su control de la pelota para crear las oportunidades, y no está acostumbrado al papel de correr por los bloqueos y tirar tras pase. No es que lo haga mal (mete 1.17 puntos por jugada cuando recibe el balón, y un 40% desde la línea de 3), pero sería desperdiciar una buena parte de su talento, y si sólo necesitas un tirador acompañante, quizá puedas buscar otra opción con menos talento que Thomas, pero más sacrificado en defensa (y lo tendrías que buscar fuera de esta plantilla, por cierto). Y el Greivis anotador está en una situación similar: fue el quinto jugador, tras Paul, Rondo, Westbrook y Wall que mayor porcentaje de canastas metió sin asistencias.

Soltar ya a McLemore al ruedo, que tiene el perfil de futuro jugador 3D, y que vaya conociendo el ritmo de la NBA y los matices de la defensa colectiva es la opción de futuro, que supongo que este equipo, no muy preocupado por ganar todavía, es la que acabará ejerciendo. Salvo que Malone se enamore de otro jugador o el novato decepcione durante el periodo de entrenamientos, la ventaja la tiene él. Y eso significaría que Isaiah Thomas y Marcus Thornton serían la pareja desde el banquillo, e inmediatamente estaríamos hablando de una de las segundas unidades más divertidas de la Liga, aunque la completen con tres jugadores de cartón-piedra.

Todo apunta a que el perímetro de los Kings cambiará, pero sus problemas defensivos continuarán, al igual que el año anterior. Malone quiere poner énfasis en la retaguardia esta temporada, y tal vez el cuerpo técnico fuera una parte del problema, y ahora de la solución. Pero no esperaría muchas cosas de cualquier pareja que salga de aquí

  • El efecto dominó

Con la situación de perímetro que ya hemos comentado, me temo que el recién fichado Luc Richard Mbah a Moute tiene ventaja para afianzarse como el alero titular esta temporada, aunque Salmons le disputará los minutos. LRMAM viene de una temporada miserable en cuanto a anotación, y no es capaz de abrir el campo (sólo intentó 37 triples el año pasado, y eso es más que en sus 4 primeras temporadas  juntas), ni siquiera, de anotar a media distancia (30.5% de acierto en este tipo de lanzamientos). Sus únicos argumentos para anotar son los cortes en jugadas rotas, las ocasiones tras rebote ofensivo (de los que cada vez ha ido cogiendo menos), el juego de espaldas cuando el alero rival es bajo o le emparejan con alguien que esté en desventaja de altura con él (no es un gran anotador posteando, pero es un poco flopper y saca la falta), y la salida en transición (que pintaría mejor al lado de Thomas, y no de Vásquez). Pero es un jugador que deja huella en defensa, en un quinteto que hace aguas por todos lados en este aspecto.

¿Y será esto suficiente y conveniente? ¿Cuánto impacto puede tener un único magnífico defensor desde el puesto de alero? ¿No serán los Kings un equipo condenado a naufragar, al que le vendría mejor una huida hacia delante y un intercambio de golpes? Aquí es donde entraría en juego Salmons. Sin las condiciones de Mbah a Moute, es correcto defendiendo, seguramente, ni da ni quita en esa zona del campo, y puede ayudar en algún momento defendiendo a un escolta, mientras que Luc tira más hacia arriba, a enfrentarse a ala-pivots si cambia de posición. John tiene un tiro de tres respetable, puede poner un poco la pelota en el suelo, y pasar. Tras un miserable 2012, se recuperó un poco la pasada campaña, y eso le ha servido para entender en qué punto de su carrera se encuentra, y tras ser un jugador más bien egoísta durante sus mejores años, ahora comprende su rol de secundario.

Las dos opciones de este equipo (y la tercera y poco deseable, Travis Outlaw) están muy lejos de ser óptimas, y plantean tantos problemas como parecen resolver, tónica general de esta plantilla. Un trabajo duro para Malone.

  • Same ol’, same ol’

El puesto de ala-pívot, en el que ya se presagiaba una dura competición este año entre Jason Thompson y Patrick Patterson, será un polvorín con la llegada de Carl Landry. Y como no podría ser de otra manera en estos Kings, los tres son jugadores de corte más bien ofensivo.

Operan y se sienten cómodos en diferentes zonas del campo, por ejemplo, Patterson juega mejor cuanto más lejos de la canasta está, y tiene trazas de alero, tanto en defensa como en ataque, y a Thompson le sucede al contrario, pero con el aro y un juego más cercano al del pívot tradicional, aunque este año se atrevió muchísimo más con la media distancia (de tirar el 17% de sus tiros desde allí, al 33%, casi el doble) y es bastante efectivo desde las líneas de fondo, donde tiene buenos porcentajes (especialmente en la derecha, un 55%).

Carl Landry, que regresa al equipo donde pasó un par de medias temporadas, tras compartir destino con Malone el año pasado, y es la opción intermedia y aparentemente superior tras ver lo bien que funcionó en Golden State, pero su carrera, para bien y mal, está construida saliendo desde el banquillo. Landry en cuanto a espacio, es la opción intermedia, con un juego en el que utiliza mucho la media distancia para tirar (es una válvula de aire desde la línea de fondo derecha) y también para enfrentarse cara a cara al defensor y llevarle hasta el aro con su bote, sacando una grandísima cantidad de faltas.

Como al equipo no le falta anotación, y ninguna de las otras opciones tiene problemas para meterla, creo que Landry seguirá en su rol de suplente (no es que al banquillo le falten puntos tampoco, me temo que no fue el fichaje más inteligente que podía haber hecho Sacramento, pero… son los Kings) y entre Patterson y Thompson se jugarán las castañas de la titularidad… y la posibilidad de caer en la rotación si no la consiguen. Patrick es la opción con más potencial por edad (3 años más joven) y posibilidades (si sigue desarrollando el tiro de 3 afianzándose como ala-pívot será un jugador interesante), pero Thompson es la consistencia personificada, y hace al equipo más grande, fuerte y potente en defensa y en el rebote, donde sin ser suficiente su contribución, es el mejor de los tres, algo que Malone perseguirá de primeras.

La decisión podría estar interconectada con la del puesto de alero, con Patterson complementando mejor a Mbah a Moute y viceversa, y SalmonsThompson por otro lado. Si Patrick fuera el elegido, Jason siempre podría hacerse con los minutos de pívot suplente, a disputar con el muy pequeño pero aguerrido defensor, y cada vez más unidimensional Chuck Hayes. En todo caso, como pasa en el resto de posiciones de la plantilla, los Kings tienen muchos jugadores de rotación que se solapan, pero pocos que justifican sin dudas ser titulares a estas alturas, y los que lo hacen tienen claros problemas (DEFENSA por lo general) que necesitan ser complementados. Quitando al indiscutible jugador franquicia, creo que se podrían hacer dos quintetos diferentes con el resto de Kings entre los que sería difícil escoger cuál es mejor. ¿Podéis asegurarme, qué, por ejemplo, GreivisMcLemoreSalmonsLandry Hayes es manifiestamente superior a  ThomasThorntonMbah a MoutePatterson Thompson? Mezclad las piezas como queráis, que seguramente nunca quedaréis contentos.

  • Cabecita loca

Dejamos al mejor y lo mejor para el final: se viene cuarta temporada para DeMarcus Cousins, una de las mayores incógnitas de la Liga a estas alturas.

Cousins lo tiene absolutamente todo. Tamaño, fuerza, envergadura, pies ligeros, manos hábiles para pasar o tirar e incluso es capaz de ponerla en el suelo muy por encima del estándar en su posición. Hace que el deporte parezca fácil. Lo que se le achaca es una terrible falta de interés y esfuerzo, y en parte, de entendimiento de cualquier aspecto del juego colectivo, más allá de sus espectaculares acciones individuales. En defensa no es capaz de sujetar un equipo como la mayoría de pívots titulares, y su porcentaje de tiro verdadero, aunque haya ido creciendo año a año, todavía ve la media a una cierta distancia desde abajo.

Han sido tres años en una franquicia disfuncional, con Westphal y Smart, así que todavía hay fe en que en cualquier momento lo pille, y se convierta en la fuerza imparable que parece que puede ser, pero a la que no ha llegado ni de lejos. Malone le dará directrices en defensa, pondrá unas reglas al equipo, y esto ayudará a su desarrollo. Por primera vez seguramente en su carrera, Cousins jugará con un propósito concreto asignado, lo que hará que se acaben las excusas. Es un año clave en su desarrollo, porque si este año no es capaz de marcas diferencias, muchos le darán por perdido, y no me extrañaría que en los Kings, con un nuevo grupo ejecutivo, empezaran a ver con buenos ojos su traspaso.

Vamos a aprovechar también la figura de DeMarcus, para una digresión de las habituales, esta sobre elegancia y efectividad. Es curioso ver como el juego de Cousins, que de anotador y pasador es técnico e impecable, con movimientos resultones y agradables, y un tiro con muy buena forma, está visto con una mayor estima entre el público (o eso siento yo), en contrapunto a otros jugadores de fuerza bruta. La diferencia es que pese a la apariencia, muchos de esos jugadores consiguen más fácilmente el objetivo final al que está subordinada toda la parafernalia: meter puntos.

Vamos, la discusión sobre el fin y los medios, que es más antigua que la prostitución, y si grandes hombres no lo han resuelto, no lo vamos a hacer nosotros.

Avance de temporada 2013-2014: Portland Trail Blazers

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Los Blazers son otro equipo joven (Aldridge, con 28 años, es el mayor del quinteto titular), que quiere intentar aspirar a las plazas de Playoffs que queden libres en el Oeste. Tendrán competencia (el consenso general apunta a Minnesota, New Orleans y Dallas luchando con ellos por lo que podría ser sólo un plaza, la de los Lakers) pero empieza a haber urgencias por parte de su jugador franquicia de volver a ser relevantes, ya que no ganan una serie de Playoffs desde 2000 (sequía más larga de la Liga).

El núcleo se mantiene intacto, con sus cuatro mejores jugadores todavía en el equipo, han remozado un banquillo que estaba entre los peores de la Liga (siendo generosos con la afirmación), sus cinco novatos tendrán este año una temporada más de experiencia, y además han añadido al pívot que les faltaba el año pasado. Pero es posible que todavía, pese a todo ello, no sea aún suficiente, porque en el Oeste, desde hace muchísimo, no hay nada sencillo.

  • Radiografía de los Blazers

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Tic-tac

El reloj está en la cuenta final para que LaMarcus Aldridge tenga el control de su futuro y decida sobre la continuidad en la franquicia. Su contrato acaba en 2015, dentro de dos veranos, así que este año es vital, para que no empiece a pedir, con más insistencia aún, el traspaso a un equipo aspirante. Los Blazers, tal y como están ahora mismo, no tienen espacio salarial libre en 2014, así que se verán limitados al intercambio de cromos, y a realizar un buen papel esta misma temporada, para poder convencerle.

A los Blazers les falló la pasada temporada, principalmente, la defensa, 4ª peor de la Liga. Jugaron sin pívot todo el año, con JJ Hickson tratando de cumplir en el papel, y fallando en toda tarea defensiva que no tuviera nada que ver con el rebote. De hecho, el cuarteto titular junto a él tuvo un diferencial de -1.8 puntos por 100 posesiones en 1078 minutos, y un magnífico y esperanzador +7.6 en los 348 restantes, 137 de ellos con Aldridge como 5. No es que estas unidades hayan defendido mucho mejor, pero es que en esos ratos sin Hickson, se convierten en una máquina de anotar, especialmente con LaMarcus de pívot.

Es una pena que no esté por la labor de hacerse cargo de la posición, porque los Blazers lucieron un magnífico +96, con un índice ofensivo que rivalizaría con los mejores de la Liga, en los 348 minutos que estuvo de 5 (hay que tener en cuenta, que a veces este tipo de cambios posicionales, se producen sólo cuando las condiciones del emparejamiento son ventajosas, y el éxito no se mantendría incondicionalmente). En los 5 últimos años, salvo en el del lockout, los Blazers siempre han sido excelentes (al menos, +7.4 puntos frente al rival por 48 minutos) con él de pívot.

Al equipo seguramente le iría mejor así, pero le falta la actitud, que se extiende por más aspectos de su juego, en los que se le ve un tanto autocomplaciente. Quizá sea culpa de que en los dos últimos años no ha jugado por nada importante, pero el espaldarazo definitivo que pegó en 2011 ha sido su techo, no otro paso más sobre el que seguir creciendo, y aunque este nivel sea excelente, es otra de sus trazas de Elvin Hayes de imitación. Aquel año revelación sólo intentó un 40% de los tiros de campo desde la media distancia, y ese porcentaje ha ido creciendo al 52% el año del cierre patronal, y el 57% esta temporada, mientras que sus viajes a la línea de tiros libres han ido cayendo recíprocamente campaña a campaña, lo que nunca es buena receta. LaMarcus corre el riesgo de quedarse en buen anotador de volumen, y para de contar. Seguirá siendo el ala-pívot más anotador de la Liga, y el más elegante (eufemismo de otras cosas a veces), pero así difícilmente el mejor.

El caso es que él no quiere ser pívot, ni pegarse, y punto. Como en esta franquicia es el niño mimado, le han traído a Robin Lopez (a cambio de casi nada, además). Pero no sé si será la solución, porque este no deja de ser el hombre que estaba en la última línea de uno de los únicos tres equipos con peor defensa que los Blazers el año pasado, y si Portland fue, junto a Milwaukee, la franquicia que más puntos por partido recibió en el área restringida, unos 37.5 por cada 36 minutos, los Pelicans con Lopez en pista tienen una tasa clavada, de intentos y acierto rival. Lo cierto es que el gemelo malo con nombre de porn-star femenina latina, hizo mejores a los Pelicans cuando estuvo en cancha, y el RAPM (+/- ajustado y normalizado) estima que tiene una contribución positiva en la defensa, de unos 2 puntos por 100 posesiones, pero no es desde luego un impacto suficiente para marcar diferencias, y este equipo lo necesita, porque tiene mucho terreno que recortar.

En el caso de los Blazers, mucha culpa del pobre rendimiento la tiene la manera en la que defienden los bloqueos y continuación, atrapando al base con dos-contra-uno’s. Uno de los ejemplos de que no lo hicieron bien fueron las numerosas oportunidades rivales bajo el aro de Portland, y cómo, pese a que una de las ventajas de este esquema es que genera pérdidas sobre el balón, los Blazers fueron últimos de la Liga provocando este tipo de equivocaciones al rival. Este efecto se ve en los gráficos superiores de la radiografía de los Blazers, que recogen como son uno de los peores equipos ante los cortes de los rivales (que es la situación que se produce cuando el dos-contra-uno falla, el rival tiene ventaja numérica, y acaba encontrando un pase fácil para la anotación cerca del aro).

Otro problema grave que tuvo este equipo en defensa fue contener los contraataques. Portland no cargó mucho el rebote de ataque, pero Hickson sí que estuvo entre los mejores en la lista individual, y la agresividad del reconvertido en pívot les costó el poder recogerse bien ante las transiciones rivales. Lopez tiene una tasa algo menor de rebotes en ataque, pero todavía entre las más grandes de la Liga. El consuelo es que al menos, lo tradujo en canastas mucho mejor, adelantándole y siendo el 7º jugador de la Liga en puntos por partido en segundas oportunidades.

Y hablando de rebotes, Hickson fue un monstruo en el tablero defensivo, quedándose más del 28% de los fallos rivales, mientras que Lopez tiene un mal balance: apenas el 13.4%, menos de la mitad. Robin jugaba al lado de Davis, lo cual le quitaba oportunidades, pero nunca llegó ni al 16% en sus 4 años en Phoenix. Stotts hace hincapié en esto, y obliga a trabajar a sus dos hombres altos, que tuvieron las mejores marcas de sus carreras el año pasado, así que si Lopez este año no lo consigue, sí que lo podemos dar por imposible.

En los motivos para ser optimistas, tenemos la reconversión de Lopez en un intimidador limpio. Uno de los problemas en sus años en los Suns residía en el alto número de faltas que cometía (5 por cada 36 minutos en Arizona), pero el año pasado, actuando como titular, bajó la tasa a 2.8, casi la mitad, mientras que su porcentaje de tapones por jugada marcaba un máximo personal histórico: 5%, o lo que es lo mismo, 1 por cada 20 tiros de 2 rivales, una marca en el Top 20. La intimidación por parte de Hickson es inexistente por lo que ganan algo aquí.

Veremos si el cambio funciona en Portland. La idea de que Lopez pueda ser el ancla en defensa de un equipo enciende un par de luces rojas (la del rebote en defensa, y otra en lo mal que han rendido sus equipos en temporadas pasadas), que pueden ser culpa suya, o de sus anteriores compañeros. Los Blazers cambiarán este año el sistema tras el fracaso del año pasado, retrasando al equipo y siendo menos agresivos, y Robin encaja, ya que en los Hornets (Pelicans, a partir de este año), ya defendía los bloqueos directos esperando atrás.

No sé si esto será suficiente para acercar al equipo a la media de la Liga, pero para entrar en Playoffs, es imprescindible que hagan algo que funcione.

  • No tan joven, aunque preparado

Damian Lillard tuvo un magnífico año de novato, ganando el premio a Rookie del Año con la gorra, liderando la Liga en minutos jugados, y siendo uno de los 56 jugadores que meten al menos 19 puntos por partido en su primera temporada (y sexto miembro desde 2000, juntándose a LeBron, KD, Melo, Griffin y Tyreke Evans), una lista en la que hay 22 superestrellas que están en el Salón de la Fama, y así a ojo, pinta que tiene 10 jugadores más que llegarán.

Su porcentaje de tiro verdadero, 54.6% está en la media, algo impresionante para semejante volumen y estar a estar alturas de su carrera, y su 36.8% en triples pese a la gran cantidad de bombas tras bote que soltó, es también tremendo en contexto. Pero como ya os hemos recordado una vez en Twitter, la proyección de Damian está más limitada que la del novato habitual. Pasó 4 años en la universidad, por lo que es del mismo año que otros jugadores que llevan ya tiempo en la Liga como Paul George, DeMarcus Cousins, Klay Thompson, Greg Monroe o sus coetáneos de la espectacular generación de bases de 1990: Wall, Rubio, Holiday y Walker (a adidas sólo le falta robar a Kemba a Under Armour para hacerse con todos, aunque siempre puede dar el cambiazo con Shumpert, otro hijo de 1990).

Aparte de ver que 1990 fue un buen año para ser jugador de baloncesto (Vucevic, Bradley, Stephenson o Hayward también son de esa generación, y quién sabe si también Shabazz Muhammad…) esto quiere decir que hay que esperar de él un punto de desarrollo parecido al de estos jugadores. Con una menor experiencia NBA que todos ellos, tiene todavía cosas que aprender, y se puede esperar de él un pelín más de mejora que del resto de esa lista. Pero al mismo tiempo, no va a seguir el ritmo de progresión que esperamos ir viendo en Davis, Kidd-Gilchrist, Drummond y compañía.

Pero olvidándonos de lo que puede ser, y volviendo al presente, Lillard es magnífico. Parece un veterano y en momentos finales y partidos igualados, siempre quiere el balón, y muchas cumple. Es un triple a punto de suceder desde cualquier punto, y una solución de ataque instantánea. Tiene pendiente hacer más partícipes de su éxito al resto de compañeros, y mejorar en defensa (algo que quizá no tiene el cuerpo para permitirse), pero, como mínimo, el suelo lo tiene en excelente y moderno anotador.

  • Nic&Wes

Batum y Matthews son una buena pareja, que va a entrar además a la que será su cuarta temporada juntos, pero da la impresión que el francés no ha acabado de arrancar. Nicolas parecía aspirar a ser uno de los aleros más interesantes de la Liga, aquello en lo que Paul George se está convirtiendo: alguien capaz de tirar, crear juego, participar en bloqueos directos y ser un as en defensa. Pero lo cierto es que de momento parece mejor de lo que es, con su elegancia, porte y figura. Es un tipo versátil, que no destaca, ni marca diferencias en nada.

En los Blazers esperaban un líder, y les ha quedado un buen jugador complementario, un tercer espada. Sólo por la posibilidades que tienen sus herramientas, hay que quedarse con él, pero lo cierto es que Matthews, mejor defensor en realidad pese a que Batum tiene el punto de espectacularidad en sus acciones, se amolda mejor el papel de secundario, y es difícil de decidir quién aportó más al equipo la pasada temporada.

Ninguno de los dos es ahora mismo una solución. Pero tampoco un problema.

  • Tremendo maquillaje

El mejor retoque de los Blazers este verano es el banquillo. El quinteto titular de Portland, en más de 1.000 minutos de juego, era 1.8 puntos peor que el oponente por 100 posesiones, pero es que el equipo al completo tenía una marca bastante peor, -4.2 por 100. Esta diferencia es de aproximadamente unas 5 victorias en ese rango, una cantidad importante para una segunda unidad. Además de todos los efectos secundarios que tiene en los que juegan unos suplentes tan horribles: los titulares se tienen que comer unas minutadas importantes (Lillard, novato, lideró la Liga en minutos totales, y tuvieron 3 jugadores entre los 10 con más tiempo por partido en pista), esto puede generar cansacio y lesiones, y Stotts apenas tiene margen o influencia para corregir los errores, porque sabe que por detrás no tiene una alternativa, tiene un castifo.

Como los jugadores del banquillo se mezclan con los de la primera unidad (y hay equipos que no tienen clara la separación entre titulares y suplentes) es muy difícil cuantificar perfectamente el impacto en general de los reservas de un equipo, pero de las maneras en las que podemos hacerlo, es evidente que el de los Blazers se disputa con el de Indiana el título de peor de la Liga.

Fueron el grupo con menos minutos en pista por partido (13.3), menos puntos (18.5), 2º peor eFG% (sólo superados negativamente por los Pacers) y peor porcentaje de acierto desde el triple. No somos fans acérrimos del PER, pero da una idea aproximada de la producción boxscorista, y ningún jugador del grupo supera al 12.1: por ponerlo en perspectiva, de los 344 jugadores con más de 500 minutos por partido, no hay ningún suplente de los Blazers entre los 225 primeros, pero hay 5 entre los 40 últimos, y 3 entre los 10 que cierran la lista.

Los Blazers han reconstruido este grupo, diciendo adiós a 6 de los 10 jugadores que formaban parte de su banquillo (se han quedado con 4 novatos, dos americanos, el prometedor Meyers Leonard y Will Barton, y los dos europeos, Freeland y Claver), y de los que se fueron, sólo Maynor ha vuelto a firmar un contrato NBA a fecha de redacción de este documento.

Eso sí, Neil Olshey no ha tropezado en la piedra dos veces, y este año ha invertido para formar un grupo que parece más fuerte y con más recursos, y en el que todavía hay apuestas jóvenes y con proyección.

Mo Williams, Earl Watson, el número 10 del Draft, CJ McCollum, y el 31, Allen Crabbe, son un gran avance ante los Ronnie Price, Nolan Smith y Sasha Pavlovic del año pasado en el perímetro. Este Mo Williams que pasa la treintena está seguramente en la parte baja del Top 30 de bases de la Liga para esta temporada, pero al mismo tiempo, por temas de edad, proyección y aspiraciones, no se encuentra entre los 30 directores de juego con más motivos para ser titular. Una vez que se quedó sin silla en el juego, los Blazers hicieron un buen trabajo, arrancando por un buen precio a quien ya hizo bien el papel de sexto hombre en Los Angeles en 2012. Además, su habilidad para jugar con y sin balón, permite a los Blazers utilizarle como complemento de McCollum, dándole al rookie el papel en el que más les interese formarle, y dejando para Williams el otro que sobre.

Con Dorell Wright sucede algo parecido que con Williams, en el sentido de que su nivel está en el límite entre merecer la titularidad y ser más que comprensible su suplencia, pero pese a sus 9 años de experiencia, el alero tan solo tiene 27 años, y está a punto de entrar en las que en teoría serán sus mejores temporadas. Por lo pronto, mejorará muchísimo a un Claver, que pese a su «notable alto», decepcionó en su año de novato. La inexperiencia se notó, y la verdad es que fue de menos a más, encadenando algún partido resultón en la recta final del año, así que Víctor todavía tiene crédito en Portland, pero este año será mucho más complicado conseguir minutos y si los quiere, tendrá que ganárselos a base de triples. Mantener el 35.5% en 3.4 intentos por partido en los 9 jugados en abril, tras acertar un 25% el resto del año, sería un buen comienzo.

Lo que puede quedar algo más flojo es el juego interior, que sólo tiene a Leonard, Freeland y Thomas Robinson, jugadores con un año de experiencia nada más (con la posibilidad de añadir a Wright o Claver haciendo de ala-pívot abierto puntualmente). Leonard fue el único jugador que demostró algo en el banquillo Blazer el año pasado, y de hecho, el equipo jugó mejor cuantitativamente con él que con Hickson la pasada campaña (aunque curiosamente perdieran los 9 partidos en los que él fue titular).

Leonard es un jugador enorme, con unas fabulosas condiciones físicas, pero que todavía está intentando entender el juego a este nivel. Ya no son sólo los problemas habituales con comprender cómo y hacia donde se debe mover una defensa, o de qué maneras distintas en función del tipo de rival tiene que asfixiar los bloqueos directos: tiene problemas de colocación en otro tipo de asuntos que jugadores de su edad y experiencia ya manejan perfectamente como el de situación ante un rebote o para sellar a su hombre y pedir un balón en el poste bajo. Compartió pista habitualmente con jugadores incapaces de hacer un pase de entrada, lo que acrecentó el problema, pero no hemos visto a Leonard jugar de espaldas, porque nunca estuvo en una posición para reclamar el balón.

Cuando la colocación no es un problema, en situaciones que puede recibir en carrera o en transición, Leonard consigue anotar con más facilidad que el pívot habitual, por lo que su carrera no parece peligrar ni mucho menos todavía. Además, su 40% en tiros de fuera de la pintura, no es brillante, pero no está nada mal teniendo en cuenta su punto de desarrollo. Son los minutos los que tal vez no se gane si no mejora la defensa, el rebote y la frecuencia de sus faltas (7º en personales realizadas por minuto). Si lo hace, es posible que a final de año el que ocupe el puesto de banquillo sea Robin Lopez.

Y acabamos la ronda a los suplentes de los Blazers con Thomas Robinson, que hace un año por estas fechas era el número 5 del Draft, y ahora comenzará una nueva aventura en el que será su tercer equipo hasta la fecha. Sorprende lo suyo, teniendo en cuenta que en teoría una de sus cualidades era estar preparado más o menos inmediatamente para dar el salto a la NBA, y lo dudoso era su techo, no el suelo.

La realidad es que nos hemos encontrado con un jugador absolutamente incapaz de anotar con ritmo en este nivel, al que no le funciona ningún recurso. Está anotando un 21.4% de las suspensiones, no se involucra en los bloqueos y continuacion, y no puede aprovechar la agilidad para levantarse del suelo en ataque.

Lo positivo es el rebote, donde esperábamos un titán, y el primer año en este apartado ha cumplido (28º en tasa entre jugadores con más de 1.000 minutos), pero destaca más en el tablero de ataque, lo cual no aprovecha mucho, porque gran parte de esas segundas oportunidades quedan ceremoniosamente taponadas por el rival.

De todos modos el talento está ahí y viene de una organización disfuncional donde muchos han fracasado como es Sacramento (por Houston estuvo de paso). Con Aldridge, no va a tener ni la presión ni la carga de ser titular, pero tendrá que hacerse un nombre ante los suplentes de otros equipos.

Avance de temporada 2013-2014: Phoenix Suns

Recuerda que puedes hacerte con esta previa (y todas las de la temporada, juntas, en PDF) en La Primera (y quizás última) Mega Guía de La Crónica Desde El Sofá para la temporada 13/14. Es totalmente gratuita, tan sólo os pedimos que hagáis una mención por Twitter o compartirla por Facebook mediante este botón:

O si insistís, no os vamos a decir que no tampoco, podéis comprárnosla sin tener que poner tuits ni likes…

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El peor equipo del Oeste la temporada pasada, ha transformado casi la mitad de la plantilla sin firmar a un solo agente libre: con los traspasos de Scola y Dudley (y reinvirtiendo lo que consiguieron en ellos) más sus dos elecciones de primera ronda, han conseguido algo que parece casi imposible. Sumado a su cambio de imagen, reemplazando el morado por el negro, los Suns de este año son renovación.

Phoenix está pasando por algo así como una «reconstru-blanda«, en la que las derrotas no fueron causa de ser un equipo especialmente joven, y todavía no han presionado el botón de reinicio: Gortat, Dragic, Tucker, Frye o Brown siguen, y llega Gerald Green. Pero al mismo tiempo, aparecen jóvenes como Bledsoe, Len o Goodwin que podrán ayudar a reciclar el equipo, sin renunciar a ser competitivos con Hornacek. Pero no parece tampoco que los Suns vayan camino de triunfar y ganar muchos partidos este año… ni a ellos parece que les importe demasiado.

  • Radiografía de los Suns

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Doble base

Nadie se extrañaría que pese a ser un suplente la pasada campaña, el jugador franquicia de esta en Phoenix fuera Eric Bledsoe. El problema es que juega en la misma posición que su mejor jugador ahora mismo, Goran Dragic. Así, los Suns tienen pinta de ser el próximo equipo que probará con el doble-base la próxima temporada, y el que más prominentemente lo haga, además.

Con reservas debido a las consideraciones sobre quién es y no es base, 9 equipos probaron más de 500 minutos con dos de ellos en pista, pero sólo mantuvieron fija la apuesta en el quinteto titular Minnesota (RidnourRubio) y Detroit (CalderónKnight). 6 de esas 9 parejas fueron rotas este año, pero como casi siempre sucede, se crearán otras nuevas (JackIrving, JenningsBillups, LillardMo Williams, la historia rara que tienen en Dallas). Los resultados fueron dispares, como los equipos y tipos de jugadores que  las formaron, pero no desaconsejan la prueba en absoluto, de hecho, en parte deberían animar, si se va a juntar a los dos mejores jugadores posibles.

Y Bledsoe y Dragic son con mucha diferencia los mejores exteriores de los Suns, pero tienen un problema, además de la posición que comparten, y es que son bastante iguales. Los dos se sienten más cómodos penetrando y desde el bloqueo directo, por lo que necesitarán un tiempo de adaptación, y veremos como les organiza Hornacek para que no se pisen la manguera.

Para defender, Dragic tiene buena altura y Bledsoe fuerza y capacidad atlética, y cuando coincidieron él y Chris Paul, Eric defendía a los escoltas rivales, pero habrá que ver cuál de los dos se encarga al final y de qué manera. El esloveno también tiene algo de experiencia en este tipo de parejas, habiendo jugado unos 300 minutos junto a Kyle Lowry hace un par de años en Houston. Con el tiro ocurre algo parecido, ambos son razonablemente buenos para que nos podamos permitir plantear que pueden jugar sin balón (si Bledsoe mantiene lo que ha mostrado este año), pero no lo suficiente como para no tener dudas, ni tienen la trayectoria necesaria como para que aseguremos el éxito: habrá que esperar y ver cómo funciona.

Parte de la decisión la hace fácil precisamente el reparto de Phoenix en el puesto de escolta. Shannon Brown y Archie Goodwin (con PJ Tucker, que competirá más bien por el puesto de alero) son las otras opciones de los Suns aquí, y a priori son jugadores algún escalón por debajo de ellos, y que también comparten los problemas de tamaño y tiro, sin la habilidad de la creación: en realidad los dos tienen ese perfil de combo-guard, sin posición definida del todo, más por lo que no pueden hacer que por lo que saben. Si quizá hubiera algún otro perfil en los Suns… pero no es el caso. Los Suns tienen prácticamente, y con sus diferencias en nivel, claro, 4 jugadores repes.

Así que Dragic y Bledsoe empezarán juntos, y lo que sí podría ayudar a la compenetración bastante es el hecho de que Goran sea zurdo. No es que en baloncesto haya mucha diferencia en qué líneas se ocupan al penetrar entre jugadores que utilizan manos distintas, pero puede ayudar a diseñar jugadas a Hornacek en la que los dos partan desde un lado distinto del campo hacia el centro, como las de Ellis y Jennings en Milwaukee el año pasado, un libreto del que debería tomar nota Jeff teniendo en cuenta lo que tiene aquí, aunque al menos sea como base sobre la que ir añadiendo cosas.

Veremos cómo funciona este experimento, y si tiene o no fecha de caducidad. Dragic seguramente esté de manera más o menos disimulada en el mercado, y aunque el puesto de base sea quizá el que goza de mejor salud a lo largo y ancho de la Liga, siempre alguna franquicia tendrá un puesto para él. La cuestión es si alguien querrá pagar el precio que convenga a Phoenix.

  • Resuciten al Martillo Polaco

Gortat, ya está camino de Washington tras haber sido traspasado junto a Kendall Marshall, Shannon Brown y Malcolm Lee por Emeka Okafor, haciendo parte de lo que hemos escrito inútil, y otra parte, aún interesante. Se ve que Washington era uno de esos equipos desesperados.
Marcin Gortat tuvo un fabuloso año 2012, en el que estableció máximos personales en minutos, puntos y rebotes por partido, y en eficiencia general (mejor PER de su carrera). Pero el año pasado cayó en todos los apartados estadísticos tradicionales, y en los que no lo son tanto.

Su porcentaje de utilización cayó del 20.8 al 17.2%, y creo que nadie echo más de menos a Steve Nash que él. El base de los Lakers le dio 217 asistencias, mientras que Goran Dragic este año sólo conectó con él 81 veces, y pasó de finalizar 319 pick’n’rolls, mayor cantidad en la Liga el año pasado, a tan sólo 145 este año. Lo cierto es que su eficacia en el 2×2 sigue intacta y en la élite, ya que hace dos temporadas fue el 2º mejor de la Liga con 1.22 puntos por jugada (mínimo 100 posesiones) y esta no se ha ido muy lejos, ya que es el 8º, con 1.16. Es sorprendente, porque Dragic es uno de los jugadores de la Liga que más veces pasa tras bloqueo directo, pero nada, que con el polaco no hay conexión.

Nash tenía una manera diferente de moverse al doblar la esquina, con pausas, gestos de duda (no suya, sino para provocarla al rival), varias velocidades, y la amenaza constante de recoger su bote para lanzar a media distancia. Dragic cuando pasa el bloqueo sólo tiene una marcha, y un sentido, el que marca el camino del aro. Lo curioso es que cuando crea para sí mismo, en unos contra uno, tiene habilidad para serpentinear y cambiar direcciones, y encuentra una grandísima cantidad de veces al jugador que corta por línea de fondo (igual que Bledsoe por cierto, otro rasgo más del juego que comparten) aprovechando las ayudas que se le vienen encima por su habilidad para penetrar.

Además, el espaciado de Phoenix el último año tampoco ayudó, las defensas más aplicadas sabían que la continuación de Gortat era uno de los pocos recursos de este equipo, y la penetración de Dragic otro, que los dos se paraban de manera parecida (cerrando el aro), y no tenían ningún problema en que el balón fuera doblado a los tiradores o que Marcin lanzara de media distancia. Los Suns fueron de los equipos que menos jugadas acabaron con bloqueos directos, pero yo diría que empezaban bastante, pero simplemente les tocaba resetear cuando el base se daba cuenta que no tenía a dónde ir. Frye, y un par de alas que pudieran tirar le vendrían muy bien, pero de lo segundo no hay, y lo primero veremos cómo vuelve.

El caso es que entre europeos no se han entendido, el sistema del equipo no le ayudaba, y con Bledsoe a lo mejor tampoco será fácil desarrollar esa química (aunque sus números como anotador sean fantásticos e inviten a utilizar bastante el pick’n’roll con él, no es lo mismo como pasador), y eso le quita a Gortat una grandísima parte de su atractivo como jugador. Aunque puede anotar de espaldas o tirar un poquito, es bastante normal y corriente haciéndolo, y apenas barre el tablero en ataque.

Como en defensa tampoco pasa de servicial (que los tapones no os engañen, los Suns fueron uno de los equipos que más tiros cerca del aro concedió), Marcin pierde casi todo su valor si su equipo no utiliza con regularidad el bloqueo y continuación, y los Suns y su personal, pues no son mucho de buscar al hombre alto para esa tarea ni de abrir el campo para que corte con potencia a canasta. Quizá Hornacek, alguien que vivió los años dorados en Utah en primera fila, trate de recrear la magia, salvando las insalvables distancias, en este equipo. Si no, Alex Len viene pidiendo minutos, y Gortat, que acaba contrato el verano que viene (otro factor que afectará a su juego y rendimiento), no parece formar parte del futuro.

El nuevo convenio, que hace más complicado gastar, ha conseguido que los equipos sean mucho más cuidadosos, y valoren mucho mejor los contratos económicos, la calidad por cada dólar de salario. Eso significa que las elecciones de Draft, que vienen acompañadas de un manejable contrato de 4 años, hayan ganado mucha popularidad, y cada vez sea más difícil verlas en traspasos, y más con el nivel que se le presupone al del año 2014. Por eso, el retorno ideal que un equipo aspirante podría ofrecer por Gortat (un pick de primera ronda, aunque fuera bajo y lejos de la lotería), no parece posible de conseguir a estas alturas, salvo que algún equipo esté desesperado. Y las elecciones altas de segunda ronda, que también podrían ser un retorno razonable, no parecen estar en manos de equipos interesados: Philly y Charlotte retienen las suyas, la de Sacramento iría a Milwaukee después de haber pasado por Phoenix y haberla colocado en el traspaso de Bledsoe, la de Orlando va a Cleveland (si Varejao y Bynum se lesionan y quisieran entrar en Playoffs… ), y la de Phoenix, que claro, ya la tienen ellos mismos.

Como se encuentran en la misma situación que Orlando con Redick, pueden preguntar alrededor de la Liga por jóvenes que no hayan explotado como Tobias Harris (aunque ese traspaso precisamente hará que los equipos alrededor de la Liga sean cautos con este modelo de intercambio), pero encontrar valor por Gortat pensando en una reconstrucción es una tarea complicada. Por eso no sería tan extraño verle el año entero aquí, y se tendrá que encomendar a que Hornacek le vuelva a hacer sentir importante.

  • Hablando de Hornacek

No teníamos referencias de él como entrenador, porque sólo ha pasado un par de años como asistente en Utah, pero con la entrevista que hizo Zach Lowe, en la que hacia referencia al porcentaje de tiro efectivo, y la necesidad de tirar menos lanzamientos de 2 lejanos e improductivos de los que abusaron el pasado año (ya sólo con perder a Beasley, MVP de este tipo de chuflas, mejorarán bastante), me enamoró. También es verdad que al último entrenador que me impresionó tanto con unas declaraciones en julio fue Mike Dunlap, y el sistema de los Bobcats fue el desastre más absoluto, pero en tiempos de guerra…

Quiere darle marcha al ataque, y aumentar el ritmo de juego, algo idóneo con la pareja DragicBledsoe, más que preparada para encender los motores y echar a correr. Lo cierto es que los Suns ya jugaron bastante rápido el pasado año por lo que muchos jugadores no notarán demasiado la diferencia, y a jugadores como Tucker, Green o Brown les vendría bien, y les podría convertir en serviciales. Le falta muchísimo tiro exterior a este equipo para ser productivo a media cancha, donde tendrán que tirar de acciones individuales por lo general, pero hay juventud, una gran capacidad atlética, y también, por qué no decirlo, pocas expectativas. Eso permite siempre arriesgar algo más.

Con él vienen en un conjunto completamente nuevo formado el coordinador defensivo de los Celtics los últimos 6 años (Mike Longabardi), Kenny Gattison que ocupó un puesto similar en su último trabajo durante 2 años en los Hawks y Jerry Sichting, un trotamundos de los banquillos que hace dos años entrenó a un instituto.

La contratación de Longabardi quiere decir que los Suns se apuntan a, o por lo menos explorarán, la defensa Thibodeau, una proposición un tanto atrevida con Gortat o un novato como Len en la última línea de defensa, pero por otro lado, será bueno que el que ellos esperan que sea su pívot del futuro, empiece a controlar todos los matices del esquema. Y si realmente juegan con los dos bases sin importarles mucho los emparejamientos (no es fácil para un escolta postear a Dragic), podrían tratar de utilizar a Bledsoe siempre con el hombre que lleva el balón, ya que es magnífico e incansable denegando el bloqueo a los rivales, una de las máximas del sistema.

Habrá que ver qué tal sale la apuesta, pero por lo visto en verano, pese al desconocimiento absoluto sobre lo que nos ofrecerá, gusta la idea. El reto es duro.

  • Vuelve el Chanante

Channing Frye regresará si todo va bien en torno a diciembre tras estar un año entero apartado por problemas del corazón, y su muñequita linda (39% desde el triple a lo largo de su carrera) podría venir bien a uno de los peores equipos de la Liga tirando triples en cantidad y acierto. Pero al mismo tiempo, nunca ha jugado en Phoenix sin Steve Nash al lado, y tal vez acuse la diferencia.

La necesidad de abrir el campo en Phoenix con dos penetradores creando juego es imperiosa, y más si tenemos en cuenta que quizá no logren mucha producción desde el triple de sus puestos de escolta y alero, y ya sea él quien juegue, o uno de los Morris, será importante que se conviertan una amenaza de larga distancia, no sólo para los pick’n’pops con el base, sino como tiradores puros estacionados en las esquinas o en las alas.

Nunca fue un gran defensor (es de esos jugadores David Lee, que no son ni rápidos ni fuertes y parece que cualquier emparejamiento al que se enfrentan, sea contra quien sea, están en desigualdad), pero este año, con el puesto de pívot bien cubierto entre Gortat y Len, podrá jugar casi siempre de ala-pívot, y esa seguramente sea su mejor posición. En 2012, en los minutos en los que él y Gortat formaban el juego interior, recibieron 102.8 puntos por 100 posesiones, una marca que anda por la media, lo cual en Phoenix ahora mismo es un avance, y creo que lo firmaría cualquier aficionado de los Suns.

Pese a que tengamos muchas ganas de verlo y sabiendo que un buen Frye ayudaría muchísimo a este equipo, tenemos que reconocer que tras estar un año parado, y aparecer en un equipo casi nuevo por completo, su rendimiento es una incógnita absoluta. A ver si llega pronto.

  • ¿Quién es el alero?

Cuando Caron Butler llegaba a Phoenix en la operación Eric Bledsoe, parecía cubrir una necesidad, la del alero titular. Al ser reenviado a Milwaukee, los Suns tienen ahora un buen agujero en ese puesto. Las opciones para rellenarlo son utilizar a jugadores que no tienen la talla idónea por arriba (los gemelos Morris) o por abajo (PJ Tucker), teniendo en cuenta que el equipo ya podría tener un problema de tamaño si juega con dos bases, o la otra, sacar a un jugador que cumple con el prototipo perfecto, pero que sólo ha jugado bien un par de meses de su carrera en un equipo de 22 victorias en un año de cierre patronal: Gerald Green.

Y el problema no es sólo eso: la habilidad de tirar triples de estos cuatro jugadores es sospechosa, ya que ninguno supera el 35.2% a lo largo de sus carreras. De momento parece que el mejor situado es PJ Tucker, quizá porque es el que tiene una cualidad más clara y segura: la defensa. Ya jugó un 20% de sus minutos aproximadamente de 3 el año pasado, y aunque sea bajito, y por tanto no pueda ser tan efectivo aquí como lo sería de escolta (aunque, curiosamente, sus números como defensor fueron mejores ante aleros, quizá porque pese al tamaño siempre jugó grande), los Suns puede que tengan bastantes problemas, ya que resuelvan como la resuelvan, la posición de ala-pívot, también estará por debajo de lo esperado defensivamente.

Por otro lado, Tucker es el jugador más veterano de los 4, con 28 años (pese a tener la menor experiencia NBA), acaba contrato, y los Morris (sobre todo Marcus), parecen que podría tener un mayor techo y más futuro dentro de esta plantilla. Si el equipo se pone en modo reconstrucción, el puesto de titular de Tucker podría ser un daño colateral, sobre todo si alguno de los aspirantes a su puesto comienzan tirando bien de 3.

Una pena por cierto, que Archie Goodwin se quede un poco corto para la posición, porque hay unas ganas terribles de ver al Wildcat, casi donde sea. Uno de los jugadores más prometedores de su promoción, sus talentos se inclinan más hacia compartir el puesto de escolta con el de base que con el de alero, sobre todo al principio, en lo que coge algo de fuerza. Encaja «perfectamente» en los Suns porque es otro magnífico penetrador, de dudoso tiro, y por tanto  no puede ofrecer algo nuevo. Si hubiese sido un tirador cañero quizá probarían con él, pero en esta situación, parece difícil.

De todos modos, esperamos que se le habrá un hueco entre Shannon Brown y el decepcionante Kendall Marshall (aunque para un base pasador, la colección de compañeros del pasado año debe ser lo más parecido que hay al infierno, aquí esperamos a ponerle nota) y aprovechamos este espacio para bancarle, como hicimoss hecho el año pasado con el propio Marshall. Esperamos más suerte esta vez.

  • Los gemelos Morris

Los Suns, acostumbrados a llevarse el hermano malo siempre (por su plantilla han pasados los últimos años Taylor Griffin, Jarron CollinsRobin Lopez, o Luke Zeller y este año añaden a la plantilla a Miles Plumlee, quedándose a un Justin Holiday y un Ben Hansbrough de hacer pleno), se ve que no sabían elegir en el caso de los Morris y en torno a la fecha límite para traspasos, juntaron a los dos, en un homenaje a los Van Arsdale, que ya pasaron por Arizona. Lo raro es que con los buenos ratos de EuroBasket que tuvo Zoran Dragic, no le hayan pegado un toque.

Lindsay Hunter les pusó en pista 205 minutos, a veces con un pívot, otras con ellos como pareja interior, pero la táctica de confusión no funcionó muy bien: los Suns fueron 19.2 puntos peores que su rival por cada 48 minutos. En lo que vuelve y no Frye, un puesto de titular como ala-pívot (y prácticamente los 48 minutos en la posición, porque no parece que Len, Plumlee o Kravtsov les adelanten en esta posición en concreto) es para ellos, más lo que puedan rascar como aleros, por lo que es posible que los volvamos a ver juntos, incluso aún más que el año pasado. Cuando Channing vuelva, si tiene ritmo, podría darle un buen bocado a los minutos de la pareja, así que el comienzo de temporada será crucial para ellos.

Si este año prueban con la catapulta infernal, a lo mejor…

Avance de temporada 2013-2014: Philadelphia 76ers

Recuerda que puedes hacerte con esta previa (y todas las de la temporada, juntas, en PDF) en La Primera (y quizás última) Mega Guía de La Crónica Desde El Sofá para la temporada 13/14. Es totalmente gratuita, tan sólo os pedimos que hagáis una mención por Twitter o compartirla por Facebook mediante este botón:

O si insistís, no os vamos a decir que no tampoco, podéis comprárnosla sin tener que poner tuits ni likes…

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Lo mejor que pdoríamos hacer en esta previa para representar el año que nos espera de los Sixers, es tanquear nosotros también: empezarla con poco interés, dejar que algunas partes las rellene alguien poco cualificado, y fingir una lesión cuando estemos llegando al final para dejarla a la mitad.

El objetivo de Philly parece claro, y en el contexto de la NBA nos parece respetable (debate para otro día), pero es difícil escribir sobre un equipo en el que sus veteranos estarán en el mercado todo el año, pueden adquirir cualquier peso muerto a cambio de elecciones de Draft o prometedores jugadores en cualquier momento, alargarán la recuperación de las lesiones más de lo necesario, probarán jugadores que quizá no repitan en la NBA y no harán movimientos con la lógica razonable de quien persigue ganar partidos. Ver progresar a sus jóvenes, esperar la redención de Evan Turner y el morbo de si superan o no las derrotas de los propios Sixers del ’73 (peor equipo de la Historia en 82 partidos con un 9-73) serán los alicientes.

  • Radiografía de los 76ers

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • No new friends

Pese a que los 76ers eran uno de los equipos con más espacio salarial tras su operación la noche del Draft, no firmaron ni un solo agente libre hasta mediados de septiembre, cuando abrieron fuego con Darius Morris, y todo lo que han traído son jugadores de perfil muy bajo o peor.

Además de los dos novatos, han llegado tres jugadores que son sobras que Sam Hinkie, anterior mano derecha de Daryl Morey en Houston, se ha traído de allí (los contratos no garantizados de Tim Ohlbrecht y James Anderson, un Royce White que no sabemos aún si jugará, y hay que añadir los derechos futuros sobre Furkan Aldemir), Tony Wroten, el base que los Grizzlies han decidido soltar a los 20 años, el ya mencionado Darius MorrisKhalif Wyatt, producto local que jugó con el equipo en la Summer League y un grupo de jugadores que lucharán por los últimos puestos de la plantilla con veteranos de las ligas de verano y los training camps como Gani Lawal, junto a novatos no drafteados (Vander Blue o Rodney Williams).

En el apartado de bajas, no es que hayan perdido una cantidad de talento descomunal. Toda vez que Bynum no jugó con este equipo jamás, la única pérdida sensible de aquel equipo que estuvo hasta el parón del All-Star cerca de los Playoffs, es la de Holiday, base All-Star de 23 años gracias a como empezó la pasada temporada. Pero lo cierto es que es muy posible que Jrue no se encuentre en el Top 10 de su posición ahora mismo, y el resto de jugadores que hicieron las maletas (Dorell Wright, Nick Young, Damien Wilkins, Royal Ivey), no son exactamente titulares.

De hecho, los 76ers podrían haber seguido siendo competitivos aún, tras el Noel por Holiday, e incluso haber tenido posibilidades de rozar los Playoffs con algo de esfuerzo, porque mantienen el frontcourt titular intacto: Evan Turner, Thaddeus Young y Spencer Hawes se han quedado.

Para ello tendrían que haber hecho algo de esfuerzo con toda la pasta que tenían, que era mucha (unos 16 millones), y haber contratado algún escolta, ya que ahora mismo sólo tienen a James Anderson y a Wyatt en la posición (Jason Richardson se desgarró el cartílago de la derecha izquierda, y hasta febrero/marzo no estaba prevista una recuperación de la que ya se dice que se estirará a todo el año, pero también podría recolocar a Evan Turner, lo que supondría crear un hueco en otro lado del quinteto), y también hubiera sido bueno el no fiar el puesto de base a un novato, otro que casi y el innombrable: Carter-WilliamsWroten y Morris.

Por ejemplo, y por decir algo, podrían haber añadido la pareja CalderónMonta, o algo similar, y haber luchado. Pero prefirieron no hacerlo, y por tanto, tal y como están las cosas, con un perímetro que podría aparecer en una de las presentaciones de Bleacher Report sobre los peores grupos de la Historia de este deporte, sólo un milagro libraría a los 76ers del abono a la derrota continua que se avecina. Las casas de apuestas les ponen entre las 16-18 victorias, lo que está lejos de los récords de futilidad, pero sigo pensando que a este equipo se le pueden poner las cosas feas muy pronto, porque en caso de problema o lesión, la intención está clara.

  • ET sigue perdido

Año 4 de la era Evan Turner, y no sólo no es la estrella que casi todos creíamos que podría llegar a ser: creo que no estuvo ni entre los 30 mejores aleros de la Liga la campaña anterior. Seguimos sin ver nada nuevo del número 2 del Draft de 2010, y como pasó tres años en Ohio State, no es especialmente joven para su experiencia: entrará a la temporada con 25 años, por lo que el reloj y tiempo para progresar están contra él.

La NBA nos ha enseñado que no se puede dar por perdido a un jugador hasta que no haya cambiado de aires un par de veces, y en todas el resultado sea el mismo. En sus tres años en Philadelphia ha tenido un bloque muy parecido, y un mismo y estresante entrenador como es Collins. Doug, que sabe mejor que nadie lo que significa tener un año malo en Philadelphia tras ser elegido en lo más alto del Draft, se ha preocupado de su desarrollo y de corregirle en todo momento, pero sus dos fuertes personalidades (tras pasar por el tamiz la exageración y el cachondeo, el perfil de Turner que pinta su compañero en OSU Mark Titus, en su libro «Don’t put me in, coach» no es muy halagüeño) chocaron a menudo: no fue titular habitual hasta esta temporada y en conjunto su relación fue más bien tumultuosa.

Sin cambiar de ciudad ni de equipo, la llegada de Brett Brown este año es lo más parecido a un empezar de nuevo que va a tener, pero la manera en la que adapta las posibilidades que tiene a su rol, seguirá siendo un problema. Turner es un alero que se imagina a sí mismo como base, y que en cuanto recibe el balón, lo secuestra para crear su propia jugada. Collins le apartaba de la pelota al principio de las posesiones y le ponía a correr entre bloqueos, y cuando Evan recibía, estaba más pendiente de ponerla en el suelo que de aprovechar la ventaja para tirar o dar un pase extra. Así, detiene el juego de Philly, y convierte en inútil todo el movimiento anterior.

La débil situación en los puestos exteriores de los Sixers podría permitirle subir el balón y actuar como pseudo-base a menudo (aunque ojo que Carter-Williams y Wroten son más del perfil de base puro, pasador, que del de anotador, y por tanto sería interesante para su desarrollo que manejaran el balón), pero tampoco es que Turner haya destacado como creador de juego y tiro propio cuando ha tenido oportunidad. Pierde bastantes balones y se obceca en su tiro de media distancia, donde sólo metió el 42.3% de los aciertos, y eso implica además que hace pocos viajes a la línea de tiros libres. El año pasado tiró más de dos desde fuera de la pintura (485 intentos) que dentro de ella y desde el triple junto (466), lo que no es una receta ganadora, y menos con un porcentaje tan mediocre. Así, han pasado tres años, y Turner todavía no ha superado el 48.5% en porcentaje de tiro verdadero en ninguna campaña, cifra muy por debajo de la media.

Brown, que viene de la escuela de San Antonio, seguramente le hará ver lo desastroso del asunto (o no, que recordamos que están tanqueando) y tratará de convencerle para que llegue al aro, o utilice el tiro de tres puntos. Tiene buen manejo y aptitudes para atacar mucho más la canasta de lo que lo hace, pero hasta que no sea consistente haciéndolo, forma parte de la teoría. Por ver algo bueno, la temporada pasada dobló el número de intentos por minuto desde el triple y empezó a tener una puntería aceptable, lo cual es un añadido interesante, de esos que salvan carreras y titularidades a flote, pero su porcentaje, de mantenerlo, estaría en la media de la Liga, y el volumen sigue siendo pequeño para lo que se espera de un escolta o alero. Además, el acierto está repartido uniformemente: no tiene un punto de mayor acierto en el que pueda encontrar un sitio mortífero, como otros jugadores hallan en las esquinas o algún ala, para hacerlo su rincón favorito. Hay que tener en cuenta que casi todos esos triples, además, fueron tras pase (54 de los 58 que metió), a diferencia de sus aportaciones desde la media distancia en la que el 64% de las canastas fueron tras bote.

Otra pequeña e interesante mejora, por buscar los pocos aspectos en los que ha progresado, es un mañoso y efectivo juego de espaldas posteando en la zona derecha del ataque, en el que utiliza una suspensión a la media vuelta una vez que ha clavado a su defensor, que acierta con regularidad. Lo utiliza como recurso cuando juega de escolta, que son los momentos en los que tiene una ventaja de tamaño sobre el rival, y viendo la configuración de la plantilla en Philly, y el tiempo que puede pasar en la posición, es posible que tenga la oportunidad de desempolvarlo bastante este año, en el que, por cierto, se le acaba el contrato y tiene que renovar, algo a lo que hay que estar atento.

En parte, Turner no es nada más que otro de los damnificados de la especialización que ha provocado la evolución intelectual de la NBA. Tiene un talento y una versatilidad obviamente superior a muchos otros jugadores a los que se enfrenta cada noche, y puede aportar en áreas en las que otros no lo harían ni en sueños. Es un muy buen jugador uno-contra-uno, con un saco lleno de trucos, pero también con algún que otro gamusino, como su falta del sentido colectivo. Puede anotar desde cualquier lado, pero no tiene un sitio ni un recurso fijo desde el que pueda anotar en cualquier momento, que es lo que se pide ahora.

Por eso no está en la élite, que es el único nivel que justifica la individualidad. Así, en la era actual de la NBA, si no eres una superestrella que desequilibra todas y cada una de las posesiones, se valora más a un Jared Dudley, que en ataque no estorbe, meta sus triples cuando le llegue tras pase, y ponga ganas en defensa, que alguien que controle el balón la mayoría del tiempo si no es magna cum laude.

Así, aunque este año pueda tener un mayor protagonismo para volverlo a intentar, lo visto en los tres primeros años de Turner nos hace pensar que en lo que debería estar centrado desde ya, es en como convertirse en un buen secundario. Ya que no es Humphrey Bogart, si quiere salir en la peli tendrá que ser Janfri Topera.

  • Forever Young

Thaddeus Young es lo más parecido que tienen los 76ers a un jugador franquicia ahora mismo. Él es el que más tiempo lleva en Philadelphia, 6 temporadas ya, y con un contrato alto pero razonable (2 años más, y una opción para el jugador en el tercero, entre 9 y 10 millones cada año) y joven aún (25 años cumplidos en junio) los Sixers podrían convertirlo perfectamente en parte del núcleo futuro y quedárselo para que sea el veterano que rodee a los jóvenes que están por llegar cuando entren en su plenitud (tampoco sería de extrañar que contaran con Evan Turner de una manera similar)

Salvo que pegue otro estirón en su juego, el papel ideal de Young es el de secundario efectivo en un equipo. Pese a sus inicios en el puesto de alero, no es precisamente un ala-pívot abierto, ya que ha renunciado al tiro de tres (sólo 12 intentados en los últimos dos años), aunque este era bastante funcional (entre su segunda y tercera campaña en la Liga, tiró unos 300 triples, con un 34.4% de acierto, lo que se traduce a un tiro de campo efectivo de 51.7%, que supera un poco la media), y aunque sigue utilizando la media distancia, su porcentaje de acierto (39.6%) es demasiado bajo como para considerar su tiro tras pase una opción, aunque este año la situación seguramente fuerce a ello, y se haya estado preparando.

Pero es un buen finalizador, hábil continuando los bloqueos y cortando por la línea de fondo, con manos seguras para no perderla. Pone la pelota bien en el suelo para conducir, sin florituras, pero con efectividad, desde la bombilla hacia el aro, y pese a que suele ser más bajito que sus defensores, aprovecha su envergadura y la confusión que crea siendo zurdo para tener un eficiente juego de espaldas en el poste bajo. Es muy bueno también corriendo la pista, sobre todo para ser un hombre grande, pero los Sixers no han aprovechado sus condiciones en la era Collins, ya que salían poco al contraataque.

Sus números reboteadores no son muy brillantes en el plano individual, pero hay un atenuante, ya que juega junto a Evan Turner, que es magnífico en los tableros, sobre todo en el defensivo, de los mejores en el puesto de alero. Pese a esto, desde luego que no marca diferencias, y con él en pista, los Sixers pierden la batalla del rebote: sólo cogieron el 47.9% de aquellos disponibles durante sus partidos. Y en defensa, aunque sufre en el poste bajo, algo que los equipos rivales se propusieron atacar, es fantástico atrapando al base en los bloqueos directos. Los Sixers son agresivos en la defensa del pick’n’roll cuando él es el defensor, y lo hicieron bastante bien contra bases rivales estadísticamente, en gran parte, gracias a él.

En general, es un jugador que aporta de manera positiva a ambos lados del campo, pero no uno sobre el que construir un esquema. Con él en pista, los Sixers eran -0.2 puntos por 100 posesiones peores que el rival, que es la mejor marca de los 8 jugadores de rotación con más de 1.000 minutos. Sin él, Philly se desmoronaba a un -10 (mayor diferencia en la plantilla de lejos) y con similar impacto en defensa y ataque. La pasada campaña también tuvo la mejor diferencia a favor del equipo en este tipo de estadísticas, y el RAPM (+/- ajustado y normalizado) lo considera el 39º mejor jugador de la pasada campaña en la Liga.

Pese a que las dudas sobre cual es su posición ya están disipadas por completo después de dos años jugando de ala-pívot de manera exclusiva, el efecto dominó que tal vez provoque la configuración de la plantilla sin escoltas de los Sixers de este año podría obligar a Brown a colocarle en una posición de 3 para la que ahora mismo, después de ir adaptando su juego en la otra dirección, estaría poco preparado. Ningún otro 4 del equipo (Arnett Moultrie, que además comienza el año lesionado, o Lavoy Allen) puede jugar de alero si no contamos con Royce White, así que si no hay una contratación de última hora que aquí seguimos esperando, aunque sea de perfil bajo, el trabajo podría ser suyo.

Al menos, hay un consuelo, juntar al novato de 1.98 Michael Carter-Williams de base, y Turner y Young en las alas, convertiría a los Sixers en el equipo con el perímetro más alto de la Liga, lo cual supondría que la defensa tendría un pequeño potencial por descubrir, de cara a ganar unos cuantos partidos. Pero no demasiados.

  • I got Hawes… in different area codes

Imaginad que os digo que hay un pívot sólo 4 meses más viejo que Claver, que promedia 14.6 puntos, 9.5 rebotes, 3 asistencias y 1.8 tapones por 36 minutos, que mete el 35.6% de sus triples con más de un intento por partido, que se marcó un partido de 18 puntos, 16 rebotes, 8 asistencias y 7 tapones contra Indiana (sin bajas), un 24-10-7-2 contra Brooklyn, un 20-9 con 5 tapones en Memphis… os aseguro que tardaríais en adivinar quién es.

La palabra potencial y los «y si fuera regular» sobre este jugador tendrían que estar recorriendo blogs y análisis sesudos, pero… no lo hacen. Quizá si fuera negro y no pareciera que pasa la treintena, Spencer Hawes, que no cumple 26 años hasta que acabe la temporada, suscitaría más debate. Pero nos hemos rendido con y no ante él. Los que nos sigáis en Twitter sabéis que tenemos un rinconcito muy especial en nuestra patata que late por el pívot republicano, porque es tan capaz de parecer imparable en la primera parte de un partido, tirando de tres, anotando en el poste bajo, dando pases increíbles, reboteando todo, y defendiendo e intimidando en el otro lado de la pista, como de salir en la segunda parte y parecer un espontáneo, un tío alto del público al que le han dado una camiseta y le han sacado a jugar porque le ha tocado en un sorteo de su compañía de seguros. Es imposible saber si vamos a tener en nuestras pantallas al Hawes bueno o al malo en la próxima temporada, el próximo partido, el próximo cuarto, la próxima posesión. Y esa, salvo para los sufridos aficionados de los Sixers, es la gracia.

Ningún equipo con aspiraciones querrá semejante irregularidad para cubrir un puesto titular, pero aquel que sufra una lesión en alguna pieza clave de su juego interior, vendrá preguntando por él. Con Noel representando al futuro de la franquicia, y su contrato finalizando el próximo verano, es fácil apostar a que Hawes no terminará la temporada en Philadelphia. Otros años sería una predicción casi segura, pero con el panorama actual, y ante un Draft como el de 2014, la primera ronda tardía que los Sixers podrían intentar sacar por él, quizá nunca sea ofrecida.

Pero mientras esté, os aseguro que es un aliciente, por razones poco habituales.

  • Falta de experiencia

Experimentos con Evan Turner o quién-sabe-qué aparte, los Sixers tienen una alarmante falta de experiencia en el puesto de base. Michael Carter-Williams y Tony Wroten suman 272 minutos jugados en la NBA, y 2740 en la universidad, lo que significa que el año pasado hubo 5 jugadores en la NBA con más minutos en una sola temporada, de los que llevan en el baloncesto profesional (el que se paga, y el que no) desde que salieron desde el instituto. Y el último fichaje, el inmortal Darius Morris, tiene un ratio canastas/pérdidas de 1.42 en la NBA y de 40/1 en amenazas de muerte/saludos de fans de Lakers en Twitter.

Las pérdidas y la inconsistencia están garantizadas en Philly, pero son tres jugadores jóvenes que precisamente lo que necesitan son minutos, equivocarse y corregirlo. MCW y Wroten son buenos y creativos pasadores, de gran tamaño para la posición y con problemas con el tiro (más acusados en el ex de Memphis), y Morris, es su contrapunto, mentalidad de anotador y con buen tamaño, pero algo más tradicional, al que su intrigante tiro de tres tras bloqueo directo es seguramente la cualidad que le ha conseguido una segunda oportunidad, porque como director de juego deja muchísimo que desear.

Y a Noel, me temo que por desgracia lo veremos más bien poco y con un buen límite de minutos. Porque, aunque seguramente esté listo a principio de 2014… ¿para qué van a arriesgar?