Viva la PEPE: Chicago Bulls (3) vs. Milwaukee Bucks (6)

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Cómo han llegado los Bulls

Candidatos al título en un principio, la temporada en Chicago ha sido agridulce. Si en verano nos dicen que Jimmy Butler iba a ser el mayor candidato a jugador más mejorado, que Pau Gasol lideraría la Liga en dobles-dobles y que encima Nikola Mirotic sería el candidato contestatario a Rookie del Año, pensaríamos en Chicago como favoritos indiscutibles.

Pero la defensa ha pasado de ser una fija entre las mejores de la Liga a estar mucho más cerca de la media; Joakim Noah, después de operarse la rodilla, ha jugado posiblemente la peor temporada desde de su carrera y parece un jugador mundano, y Derrick Rose ha vuelto a tener problemas, aunque llegue de milagro (y no sabemos a qué precio) a estos Playoffs.

Los Bulls han sido brillantes por momentos, tienen la plantilla más redonda desde el mágico 2011 y un ataque más fresco. Simplemente no han sido capaces de juntar todo lo bueno a la vez y mantenerlo con regularidad en ningún momento de la temporada. Y aún así son terceros.

Cómo han llegado los Bucks

El equipo que más partidos perdió la temporada pasada se rejuvenecía hasta en el banquillo… y aún así se clasifican para Playoffs. Encallados en la sexta posición del Este desde que Cleveland les adelantó el 19 de enero, los Bucks llevan todo el año en una isla, por debajo de los verdaderos pretendientes, pero un poco por encima de los equipos que han perdido más partidos que ganado. Han bajado el ritmo de victorias, pero han jugado sin presión.

Jason Kidd ha montado un equipo basado en la defensa y en la envergadura infinita y ha sabido extraerle la cantidad de ataque justa para sacar partidos adelante, pese a que durante el camino se han encontrado con varias piedras. Perdieron durante la temporada por problemas personales al que debería haber sido el ancla de su zona Larry Sanders, se les lesionó su flamante novato Jabari Parker y traspasaron al jugador que más rendimiento les estaba dando, Brandon Knight, por Michael Carter-Williams, un base que encaja más con el biotipo buscado por los arquitectos de la plantilla. Pero el equipo ha seguido aguantando, viendo como se desarrollan jugadores tan interesantes como Giannis Antetokounmpo o Khris Middleton.

Rotación de Chicago

Por lo visto durante la temporada, el quinteto titular que Thibs usa cuando todos están sanos es el formado por Rose, Butler, Dunleavy, Gasol y Noah. Tras ellos, Taj Gibson, Mirotic, Aaron Brooks y Tony Snell se han ganado los minutos, y por ahí revolotea un Hinrich que apenas tiene sitio cuando todos están sanos, pero como el malo de un slasher, siempre acaba volviendo a aparecer.

Brooks es el suplente de Rose, pero no su complementario, por lo que sus minutos serán los que Derrick no juegue. Snell entrará en el hueco que deje Dunleavy y lo poquito que se rescate de las minutadas que previsiblemente le esperan a Butler, aunque Hinrich puede recortar algo en el puesto de 2, y Mirotic en el de 3, donde es menos efectivo.

El encaje de bolillos será necesario por dentro: 96 minutos parecen muy poquitos para repartir entre Gasol, Noah, Gibson y Mirotic, y los del último cuarto serán especialmente jugosos. Thibodeau ha dado bola a todas las combinaciones de los cuatro durante la temporada, y Gasol ha sido el único casi fijo al final de los partidos decisivos. Thibs ha utilizado mucho últimamente en esa posición a su fetiche, Gibson, pero este llega a Playoffs con el hombro maltrecho. Y en partidos que vengan desde atrás, la opción de abrir el campo con Mirotic será muy golosa.

Rotación de Milwaukee

Tras mucho ensayo y error, por obligación o sin ella, Kidd parece que tiene definida ya una rotación para Playoffs. La llegada de MCW coincidió con la puesta a punto de Ersan Ilyasova, y el entrenador aprovechó la oportunidad para añadir también a Zaza Pachulia al quinteto. Después de dar vueltas y vueltas al cinco inicial y al reparto de minutos durante todo el año, se ha quedado con un Carter-Williams, Middleton, Antetokounmpo, Ilyasova y Pachulia, que lleva más de 20 partidos junto y que sólo rompió para que Dudley formara como 4 titular ante los Warriors y castigar a Antetokounmpo por razones desconocidas contra Cleveland.

Además, el quinteto se ha asentado también para cerrar los partidos (con Jerryd Bayless o OJ Mayo presentes en algunas ocasiones cuando el equipo necesita un extra anotador). Esto marca un claro contraste con la locura que imperó el resto de la temporada. A Kidd le gusta jugar con los emparejamientos, las combinaciones y las rachas, pero parece que cuando ha visto acercarse los Playoffs ha decidido poner fin a las probaturas.

Tras dar un poco de bola a jugadores como Johnny O’Bryant, Miles Plumlee o Tyler Ennis, estas últimas semanas Kidd ha concentrado la rotación en 9 hombres, con Bayless, Mayo, Jared Dudley y John Henson saliendo desde un banquillo con mucho nivel. Bayless o Dudley suelen ser el primer cambio del quinteto titular, y Mayo se encarga de llevar el peso ofensivo al comienzo de los cuartos pares, pero los Bucks de momento no tienen un patrón definido de sustituciones: los jugadores exteriores son altamente intercambiables, y siempre juegan con cuatro pequeños (si haciendo un poco de trampa, contamos a Ilyasova como uno), sin juntar a Henson y Pachulia en el juego interior, pero siempre con uno de ellos en pista.

Los Bulls en ataque

Por comparación con otros años, aún con lo poco que hemos visto de Rose, este es el equipo más dinámico y alegre en ataque de la era Thibodeau: el del primer año fue claramente mejor, pero con más tiro, pase y capacidad atlética repartida por toda la plantilla, este equipo es más directo.

Nadie los va a confundir con los Warriors, pero esas posesiones de yo-yo durante quince segundos o Noah entrenando abdominales oblicuos esperando que uno de los miles de bloqueos indirectos libere a alguien, han sido menos habituales este año.

Tener a Rose operando la defensa desde el bloqueo directo le da otro ritmo al ataque de los Bulls. No siempre es bonito, porque Derrick no está al 100%, pero es poético que su dirección de juego sea un microcosmos de lo que le sucede a Chicago: una mezcla de destellos con momentos olvidables. Hay penetraciones con el vigor de antaño, seguidas por momentos en los que se conforma con tirar de 3 con el defensor delante, sin muchos preámbulos. Quizá los Bulls sean ciclotímicos precisamente por esto, porque se mueven a su ritmo.

Con esta situación, y con Noah reducido a la más mínima expresión en ataque, cuando no haciendo daño a su propio equipo, la contratación de Pau Gasol y la aparición de Jimmy Butler como capaz anotador individual han sido una bendición.

El año de nuestro compatriota ha sido muy reseñable, aunque ligeramente diferente a lo imaginado, al menos en esta casa. Esperábamos encontrar la mejor versión del Gasol distribuidor, haciendo daño con el juego entre postes con Noah, y verlo en un plano más discreto en la tarea anotadora. Todo lo contrario.

Pau este año ha sido, sobre todas las cosas, un finalizador. La sociedad con Noah no ha alcanzado todo su potencial, y los Bulls le han tenido que buscar como una primera opción para anotar, tanto en balones al poste, como implicándole en bloqueos directos, tanto como continuador, como de tirador. Y ha cumplido.

Por su parte, Butler, ha pasado de ser un jugador que sólo utilizaban como tirador o cortador, a tener responsabilidad en los bloqueos directos y pases a la mano que todo protagonista exterior del ataque de Chicago debe manejar. El año pasado hubiera sido impensable verle meter triples tras bote con semejante tranquilidad, este año, no esperamos menos del «20 puntos por partido» más sorprendente de los últimos tiempos.

Un arma de los Bulls en finales apretados este año cuando han tenido al quinteto titular sano es precisamente juntar a los dos exteriores en un bloqueo directo entre bajitos. Las ventajas de este dos contra dos, son, por un lado, que el tiro de Butler es más respetado que el de los hombres altos, lo que da más maniobrabilidad a Rose. Por el otro, los exteriores no están acostumbrados a defender al bloqueador, y sufren de una indecisión que a veces resulta crítica.

También lo utilizan como una manera de conseguir un cambio favorable para que Butler pueda postear, o sacar una oportunidad de lanzarle hacia el aro en carrera, donde es muy bueno sacando faltas.

Aquí vemos a Butler, defendido por Jason Richardson poniendo un bloqueo directo a Rose en lo alto de la bombilla.

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Jimmy aplana a Sampson y Rose, en lugar de dirigirse hacia la canasta, pasando el bloqueo frotándose con Butler, da una gran zancada hacia el ala para crear separación. El cambio ya está hecho.

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Los Bulls han logrado fácilmente el emparejamiento que querían, pero se van a encontrar con uno de los problemas que tiene este juego de dos-contra-dos con exteriores: si no involucras a tus hombres altos, estarán los dos del rival preparados para defenderte, y más cuando los tuyos no infunden terror como tiradores y no estiran la pista.

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Jerami Grant estropea la jugada para Chicago protegiendo el aro, algo que se podría haber evitado quizá con más acción entre Gasol y Gibson, o esperar a quintetos pequeños con Mirotic de ala-pívot para ejecutar la jugada. Imaginad como cambiaría la situación si Gibson estuviera esperando en el ala, más allá de la línea de 3. En ese hipotético caso, la ayuda de Grant acabaría sirviendo para conseguirle un mate a Gasol.

Y así llegamos a Mirotic, el jugador que cambia la dimensión del ataque de Chicago, si y sólo si, juega de 4. No es que individualmente no rinda como alero. La mayor preocupación cuando le buscábamos puesto a priori, era el qué sucedería cuando tuviera que defender a alguien más pequeño. En eso, más o menos ha cumplido, sin penalizar al equipo. Puede jugar de 3 y no ser un lastre, demostrado está. El problema es que entonces, tampoco es un factor diferencial.

Ha hecho más daño por rapidez que por talla (y tiro, un 31.6% desde el triple este año), y para que Chicago note una mejora del espaciado ofensivo, Mirotic tiene que entrar por un jugador interior: si reemplaza a Dunleavy o Snell, la cosa queda muy parecida a como estaba.

Mirotic está haciendo daño de todas las formas posibles: con tiro, posteando, continuando, cortando e incluso como manejador de balón en el bloqueo directo. Pero donde ha encontrado un filón es en la penetración más finta. Los cuatros abiertos suelen ser los jugadores con más tiempo para tirar de 3, porque es a los que más tarde y más desesperadamente les llegan a cerrar. Pero muy pocos aprovechan esto para fintar, dejar volar a su rival, y penetrar cómodamente a canasta.

mirotic1Mirotic sí lo hace.

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También desde el banquillo está teniendo una gran temporada Aaron Brooks, el nuevo base de contrato mínimo al que Thibs hace internacional. Brooks nunca ha tenido problemas para sacar triples del más mínimo amago de bloqueo durante toda su carrera, pero eso te deja presa de rachas y condenado a la irregularidad.

Este año, su progresión como penetrador ha sido muy divertida de ver, y ahora tiene las dos herramientas en su arsenal, sobre todo cuando juega con Mirotic y contra suplentes. Thibodeau regala el medio de la pista a sus bases, y a medida que ha ido aprendiendo a utilizar la reputación y los movimientos de sus compañeros para atacar el aro, se ha ido animando más. Sigue siendo un jugador muy pequeño como para destacar cerca del aro, rehuye el contacto, y sus bandejas son más bien fadeaways laterales a tablero. Pero hacerle penetrar es la única manera de que le pique el gusanillo de ser distribuidor, ya que de pases desde el triple no vive un base.

Os dejamos para terminar con el ataque de Chicago con una jugada que están usando mucho este final de temporada para encontrarle una canasta fácil a Gasol. Los Bulls comienzan con una acción típica de ataques basados en la motion offense con Derrick Rose pasando el balón a Butler, y haciendo el corte UCLA hacia el poste bajo izquierdo. Tras bloquear para Rose, Noah bloquea además para Dunleavy, y Gasol, que tiene el balón en el ala izquierda, tiene la posibilidad de pasar a cualquiera de los dos, pero declina lo que parecía una buena oportunidad para volver a pasársela a Butler y resetear la jugada.

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En este momento la defensa de Philadelphia está descompensada, e inclinada al lado fuerte, donde han ido a defender a los dos cortadores, que parecen haberse rendido tras no recibir el pase. En este momento, y muy rápidamente, Noah sube al poste alto, a recibir, estirando la pista, mientras Dunleavy bloquea para Gasol.

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Pau aprovecha entonces que no hay protección del aro en Philly para cortar hacia el aro y hacer un mate con toda tranquilidad. Aquí tenéis otro ejemplo de la misma ejecución.

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Los Bulls en defensa

Una de las grandes sorpresas de este año es ver como la defensa del entrenador más copiado en este apartado en toda la NBA se ha diluido. Siguen siendo un equipo por encima de la media, pero donde antes había un esquema dominante, ahora hay un equipo al que cualquier atacante sólido en el bloqueo directo puede abrir en canal.

Mover de posición a Noah, que no está bien físicamente, ha sido un fracaso, ya que la diferencia entre tener en última línea de la defensa al Joakim DPOY de otras temporadas o a Pau en la recta final de su carrera, es considerable. El esquema de Chicago puede dejarte sin ayudas, y los exteriores rápidos se aprovechan de Gasol, que se coloque donde se coloque, pierde. Si presiona la salida del bloqueo le superan por rapidez y le dejan detrás de la acción, y si espera muy atrás da todo el medio de la zona a un jugador que habitualmente es lo suficientemente hábil para aprovecharlo. No tiene la rapidez para colocarse en ese punto justo de la pista en el que está lo suficientemente cerca de la acción para perturbar la jugada, y del aro para protegerlo, y no puede cambiar en los jugadores exteriores con la ligereza del Noah sano.

También están reboteando peor que otro años, pese a los números de Gasol, y sufren especialmente con reboteadores ofensivos rápidos y atléticos que se escabullen alrededor de los interiores de Chicago, que no pueden cerrar el rebote. Y el mayor protagonismo de Jimmy Butler en ataque viene a costa de una menor implicación con la defensa.

Empezamos por lo malo porque en los Bulls es noticia, pero como ya hemos dicho, este equipo no es en absoluto un desastre. Pau no puede contener la penetración rival, pero su colocación al menos impide al hombre alto rival continuar al aro, y fuerza a su par a muchos tiros de media distancia, algo considerado positivo en el esquema. Son un equipo grande en casi todas las posiciones de la rotación, lo que ayuda mucho en defensa.

Y no han perdido lo más mínimo defendiendo la linea de 3: ningún equipo pone más difícil conseguir un triple desde la esquina que los Bulls, y ya son muchas temporadas a este nivel. Ante la disyuntiva de ayudar en la penetración o defender el triple, Chicago elige casi siempre la mejor opción. La ayuda nunca puede venir a costa de regalar una opción de triple, y es preferible que lo haga desde el lado débil, para que sea algo más fácil recuperar.

Además, muchas veces, la ayuda es solo un farol: los jugadores de Chicago amagan con acercarse a la pintura solo con la intención de disuadir a su rival, algo que consiguen si llegan en el momento justo, y luego vuelven a su emparejamiento.

Utilicemos la siguiente jugada de ilustración. Tras un poco de acción, los Wizards intentan ejecutar un bloqueo directo con Gortat y Wall. Rose hace lo que se le pide a los defensores en Chicago: tratar de negar el bloqueo, que no pueda utilizarlo. Fijaos también en la posición de los alas, Butler y Snell, defendiendo la jugada. La intención de Chicago es que Wall salga por la izquierda, y ese es en este momento el lado fuerte del ataque. El alero defensor de esta mitad del campo, Butler, permanece cerca de su tirador, aunque sea el que está más cerca de la ayuda. Mientras Snell, en el lado débil, tiene el permiso y la obligación moral de separarse un poco de su hombre y poner un pie en la pintura.chiice1Rose no tiene éxito en su misión y Gortat es capaz de bloquearlo. Wall da un par de pasos a la derecha y se queda en el centro de la pista más o menos, a punto de decidir si utiliza la pantalla o la niega. Fijaos como Butler y Snell han dado también un par de pasos en esa dirección, ahora su posición respecto a la pintura es simétrica.

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Gortat cambia el sentido del bloqueo y Wall ya lo tiene claro: que sí, que al final se va por la izquierda. Ipso facto, Jimmy Butler se acerca a Beal, Snell se aleja del otro Butler (Rasual) para defender la pintura. Como un balancín perfecto con dos pesos iguales a los extremos.

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Puede parecer totalmente contraintuitivo, ¿no? Fijaos como Jimmy Butler está en el anterior fotograma en la posición perfecta para cerrar a Wall en el codo de la zona si John va por allí… ¿y decide alejarse? Así es justo como no se conceden triples.

Wall se va a encontrar con un Noah con una postura defensiva perfecta en la zona y Gasol está detrás protegiendo el aro si le rebasa. Si Butler se dirige al encuentro del base, corre el riesgo de dejar solo a Beal. De primero de preescolar: si te levantas de golpe del balancín, lo más seguro es que a tu compañero le duelan las pelot(ill)as.

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Finalmente, Wall se tiene que conformar con el tiro de media distancia. Fijaos como los Bulls tienen perfectamente defendidos a Nene, Gortat y Beal. Rasual Butler está solo, pero encontrarlo necesita un pase que cruce la pista, y Snell debería estar atentísimo a la posibilidad, no es una amenaza. Si Rose no se queda en el bloqueo y se mantiene pegado a la cadera de Wall, la defensa ya habría sido perfecta.

Esta disciplina y lo genial del esquema es lo que permite que los Bulls se mantengan como una defensa de aprobado. Cuando un cuatro tirador saca a Noah de la zona, el equipo y Pau son vulnerables (imaginaos la situación de la captura con Gortat en la línea de triple y Joakim fuera de la foto). Pero a la debilidad que tienen, no le suman más errores.

Los Bucks en ataque

Desde que los Bucks han integrado en el quinteto a Ilyasova y Pachulia, Milwaukee basa casi todos su juego en una de esas jugadas que te enseñan en infantiles: cuernos. Recordamos lo que significa la configuración de cuernos: los dos pívots en el poste alto, los dos aleros en las alas-esquinas y el base empezando la jugada en el medio:

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La eficiencia del quinteto titular estaría cerca del Top 10 global de la Liga, por lo que podríamos clasificar el resultado final de competente, pero gran parte del éxito se debe a la cantidad de pérdidas que fuerzan, y lo bien que salen al contraataque, documentando en múltiples Vines con Antetokounmpo cruzando la pista en cuatro zancadas. Pero a media pista, los problemas de MCW con el tiro y las pérdidas les impiden sacar de las jugadas en torno a los cuernos todo el rendimiento esperado de un equipo que, en realidad, tiene buen tiro en el resto de posiciones.

Ilyasova y Middleton (la frecuencia y acierto de este último está siendo comparable a la de los aleros casi All-Star de la Liga, como Chandler Parsons o Wesley Matthews) suponen una importante amenaza como tiradores. También se aprovechan bien las características de Pachulia en el poste alto, como tirador de media distancia o pasador, y con él pueden descargar un poco de responsabilidad a Carter-Williams conduciendo las decisiones en ataque a través del pívot. Además es una distribución que da varias opciones a los jugadores, pero sencilla de entender, lo que simplifica mucho el juego para que MCW y Antetokounmpo sigan con su evolución, y utilicen sus herramientas de la mejor manera posible.

Aunque a partir de cuernos se puede generar mucho movimiento de balón, los ataques de Milwaukee suelen ser directos, y depender de sus exteriores. Ilyasova se dedica principalmente a estirar el campo cayendo a la línea de tres en cuanto pone el bloqueo, con la continuación o el posteo ocasional para mantener a las defensas honestas. Aquí es donde se encuentra Ersan en la mayoría de jugadas nada más que empieza la reacción en cadena.

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Pachulia está más envuelto en acciones intermedias, dando la opción de doblar el balón cuando el pívot defiende demasiado abajo, o sirviendo los pases a la mano con posterior bloqueo en los codos de la zona, cuando los aleros de Milwaukee vienen desde las esquinas para girar hacia el medio de la pista. También es una amenaza de tiro cuando tras poner un bloqueo lateral, cae a la línea de fondo derecha

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Carter-Williams utiliza a los dos bloqueadores directamente para atacar el aro, y Antetokounmpo le ha cogido el gusto a recoger un pase a la mano de MCW y aprovechar el bloqueo del interior en el poste alto para tirar desde lo alto de la bombilla o seguir penetrando hasta canasta.

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Aquí y allá Kidd prueba a reinterpretar la fórmula, cambiando el papel de aleros y pívots en la formación, con los dos aleros en el poste alto y los hombres altos en las esquinas; o con Middleton y Giannis a un lado, y los hombres altos al otro, como en la siguiente imagen. Eso envía a uno de los interiores rivales (o a los dos) a la esquina, alejándoles del aro y la acción.

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Los Bucks son también otro de esos equipos que usa la formación de cuernos para crear un poco de confusión previa antes de postear a uno de sus jugadores. Además en Milwaukee cobra especial sentido, porque los que más juegan de espaldas en este equipo son los exteriores: a Kidd le encanta aprovechar la ventaja que tiene en altura con su perímetro titular, e incluso, durante la temporada hemos visto aprovechar muy bien al lesionado y traspasado Kendall Marshall en esta faceta. No empezar a postear nada más empezar la jugada, les permite alejar ligeramente al hombre alto de la jugada.

La única nota agridulce en mi opinión del elevado uso de cuernos por parte de Milwaukee es que creo que marginaliza un poco a Giannis en la esquina del ataque. Los Bucks cada vez le dan más oportunidades de atacar el bloqueo nada más empezar la jugada, postear e incluso de intentar aclarados, pero cuando insisten en cuernos una y otra vez, lo pueden llegar a sacar un poco del partido.

Al igual que reconocemos que Carter-Williams está teniendo problemas como tirador (los equipos le dejan tirar de media distancia y no es capaz de hacerles pagar aprovechando los bloqueos en el poste alto) y como director de juego (todavía no tiene la visión de los mejores bases y comete un gran número de pérdidas, muchas sin sentido aparente), su juego al poste bajo está siendo muy bueno en Milwaukee, y está sacando réditos inmediatos. De hecho, Kidd ni siquiera necesita un preámbulo y le aclara en el poste bajo directamente y de manera repetida, con muy buenos resultados, tanto en anotación individual como haciendo de vehículo para otras jugadas. De hecho, cuando funciona, pueden llegar a repetir la jugada varias veces, añadiendo nuevas vueltas de tuerca.

Es habitual ver a Antetokounmpo cortar salvajemente la zona en tres zancadas para recibir el balón de un MCW de espaldas si el equipo rival manda ayuda, y los Bucks han incluido también en su libreto un snug con Giannis. El snug es simplemente un bloqueo directo en el poste medio-bajo que se pone al jugador mientras ataca de espaldas a su defensor y lo libera para encarar el aro o tirar de media distancia.

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El snug también lo practican con Middleton, pero en contraste con Giannis, sus bloqueos, en vez de seguir con la continuación hacia el aro, le sirven para caer a la línea de fondo a tirar.

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Otro caso en el que Milwaukee se sale de cuernos es para buscar oportunidades de tiro para el jugador revelación esta temporada, Khris Middleton. Aunque también puede utilizar los bloqueos indirectos en la configuración habitual para buscarse su tiro, fijaos en él cuando los dos interiores de Milwaukee se sitúen más cerca del aro, en el poste medio, al empezar la jugada, porque seguramente sea tiempo de KM.

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En esos casos, los Bucks suelen utilizar una floppy para él, formación en la que 3 jugadores se preparan para hacer un bloqueo indirecto cerca de la canasta, 2 en un lado escalonados, y un tercero del contrario, y el jugador que espera debajo del aro, elige por cual de los dos lados saldrá del bloqueo (o bloqueos) a recibir el balón del base, que está en lo alto de la bombilla preparado para pasar. En la captura anterior, utilizar la pantalla de Pachulia es una opción, y salir por el lado de Antetokounmpo e Ilyasova la otra.

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En este caso, Middleton decide salir por el lado de Pachulia, y encuentra una opción de tiro en media distancia. En el otro lado, Giannis también se ha movido para tratar de despistar a la defensa. Es posible ver también como señuelo a Ilyasova, que cae a la línea de tres.

Con tanto tiro, los Bucks son también un equipo que encuentra oportunidades en el rebote ofensivo pese a que no lo cargan mucho, pero la ventaja en altura de sus exteriores les concede muchas oportunidades puntuales ante equipos que no lo cierran bien, con las que un equipo normal no se suele encontrar. Aquí es importante también el trabajo de Pachulia y Henson, y fijaos como el primero suele palmear los rebotes hacia el exterior en lugar de tratar de acorrarlos él mismo (lo que alguna vez les cuesta un pequeño disgusto en forma de contraataque rival).

Por último, destacar el trabajo de este equipo en las jugadas tras tiempo muerto o de saque de fondo. Hay muchos equipos y entrenadores haciéndolo muy bien (StottsStevens, Bud y los viejos rockeros, Rivers, Pop y Carlisle) pero Kidd (quién lo diría cuando empezó su carrera tirando cubatas a la pista) y su excelente staff técnico están al nivel de los mejores.

Además de algunas de las jugadas de moda como la de las puertas de ascensor, o apilar jugadores para crear confusión, los Bucks están obteniendo muchos réditos de un concepto muy simple: diseñarla para el jugador más olvidado de todos, el que saca de banda. Así ganaron un partido en Phoenix, y siguen utilizando la jugada una y otra vez (el airball es terrible, pero el diseño, perfecto) consiguiendo tiros en lo alto de bombilla, haciendo que toda acción paralela sirviendo de mero despiste. No sé si se atreverán a usarla en Playoffs porque un equipo bien preparado debería verlo venir a millas, pero por si acaso, ya sabéis a quién debéis prestar atención cuando los Bucks tengan que sacar el balón.

Los Bucks en defensa

Milwaukee ha acabado la temporada como el segundo mejor equipo por índice defensivo después de ser el segundo peor el año pasado porque… la NBA es fantástica.

Kidd y el gurú defensivo que se trajo de Brooklyn, Sean Sweeney, han montado una defensa muy agresiva y versátil, en la que los jugadores ayudan y presionan mucho más que la media, no tiene miedo a hacer dos-contra-uno, y cambian cuando es necesario.

Todo esto lo pueden hacer, porque tienen una plantilla con mucho tamaño, y jugadores con una gran envergadura y rapidez (y eso que perdieron a Larry Sanders). Así, se han convertido en el mejor equipo de la Liga forzando pérdidas, y una de las zonas más difíciles de pisar para un atacante rival. Y sus defensas duran 24 segundos, forzando a muchos equipos a tragarse el reloj.

Los Bucks no tienen miedo de nadie, aquí están defendiendo un bloqueo lateral contra Atlanta haciendo un dos-contra-uno al base, pese a la amenaza del tiro de tres de Antic, y con los 3 jugadores restantes ayudando rodeando la zona, incluido un tal Kyle Korver en pista. Esta defensa es mucho más valiente de lo que podrías esperar en un equipo NBA.
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Y no sólo son los bloqueos: tienen las mismas agallas los aclarados al poste bajo, defendiendo al jugador por delante, con la ayuda del jugador (o jugadores, en plural) más cercano en el lado débil, que hace su aparición tan pronto como llega el balón

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Otro punto fuerte de la defensa es su transición defensiva, la mejor de la NBA. No atacan mucho el rebote ofensivo, es un equipo disciplinado volviendo a defender, y la versatilidad posicional les permite coger a cualquier atacante cuando se repliegan, sin crear un barullo sobre quién defiende a quién.

Lo peor que le puede ocurrir a Milwaukee es encontrarse con un ataque que mueva bien el balón y tenga buenos tiradores (como a cualquier otro equipo, la verdad). Si nadie se queda pegado al balón ni hace la guerra por su cuenta, es más difícil atraparlo. Cuando el balón vuela de lado a lado de la cancha, lo más probable es que el error lo acabe cometiendo algún jugador de Milwaukee, olvidando alguna rotación o confundiendo la asignación.

Si la carrera de Larry Sanders no hubiera acabado mal, quizá no tendrían que arriesgar tantísimo, sabiendo que tienen intimiadación de élite. Pero con Pachulia como última línea defensiva, a Milwaukee no le basta con defender el aro: tienen que proteger la pintura entera.

En esta posesión altamente ilustrativa, se ve casi todo lo bueno de la defensa de Milwaukee, y lo que se necesita para batirla

Manos arriba: El staff técnico de los Bucks lleva la cuenta del porcentaje del tiempo que un defensor de los Bucks tiene sus brazos arriba, entorpeciendo la visión y las líneas de pase del rival. Millsap está arrancando la jugada casi en mitad del campo, pero su defensor, Ilyasova, ya está ondeando los brazos.

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Primer pase a Korver, que se encuentra con lo mismo, y así, ad nauseam.

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Manos activas: Los Bucks no tiene miedo a meter la mano, aunque eso pueda suponer un gran número de faltas. Aunque no consigan la pérdida, si logran desviar el balón, ya han conseguido parte de su propósito. Fijaos en el corte de Carroll desde la esquina izquierda: si Millsap recibe el balón limpiamente, podría haber dado una asistencia inmediatamente. Así, han roto el flujo del ataque de Atlanta, y les obligan a consumir unos segundos más del reloj.mil3Cuando Millsap recupera el balón se dirige a lo alto de la bombilla a dar un pase a la mano a Korver. Los Bucks entonces atacan el intercambio haciendo un dos-contra-uno rápido y agresivo al ala-pívot de Atlanta, que casi vuelve a perder el balón.
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Cambios constantes: Por atacar el balón sin éxito, Khris Middleton ha concedido algo de espacio a un jugador muy delicado, Korver. Ilyasova está atento y dispuesto para cambiar y quedarse con él. Siempre es preferible un mal emparejamiento… a que no lo haya.mildef5La zona es lo último que se concede: Millsap pasa el balón al ala izquierdo donde Teague y Horford ejecutan un bloqueo y continuación lateral. MCW no es capaz de negar el bloqueo, pero Pachulia está muy atento para dar un paso clave lateral: Teague ya no podrá atacar el medio y se ve obligado a continuar hasta la línea de fondo. Además Ilyasova está atento para detener la continuación: en caso de duda, la defensa de Milwaukee tiene como prioridad ayudar en la zona primero, y preocuparse de los balones al perímetro después (como veis, en contraste absoluto con lo que ya vimos que hacía Chicago).

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Pese a lo agresivo de todo su esquema, la defensa del bloqueo y continuación de los Bucks se podría calificar de «templada». El hombre alto no intenta atrapar en un dos-contra-uno al bloqueado (salvo que vea opción de hacer una jugada en el balón, y forzar el robo), pero tampoco espera cayendo tan atrás como en Chicago. Simplemente intentan ponerse delante de la salida de la pantalla, para obstaculizar el progreso del jugador exterior, sin tener que despistarse de su hombre si continúa.

Las líneas de pase se tapan: Carter-Williams ha sido batido en el bloqueo pero todavía puede redimirse: con Pachulia en Teague alguien tiene que defender a Horford. O al menos, la línea de pase, con manos arriba.

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Antetokounmpo también ayuda, quitándole a Teague la opción de la bandeja fácil. Observad que el sacrificio que tiene que realizar a cambio es dejar a Carroll solo en la esquina.

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Recuperar, recuperar, recuperar: Pese a la aparente ventaja, no es aquí cuando los Hawks rompen a Milwaukee. Los brazos de Giannis obligan a Teague a saltar y contorsionarse para dar el pase y Antetokounmpo recupera a tiempo para desactivar la opción del triple. Los Bucks cuentan con que sus jugadores exteriores, especialmente The Greek Freak, son capaces de moverse rápido, recuperar a tiempo y disuadir a los tiradores.

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El error: Carroll trata de aprovechar el mínimo desequilibrio de Giannis para amagar y penetrar, pero Pachulia está atento para no conceder el camino a la canasta, obligarle a parar y permitir a Anteotkounmpo que recupere. Las líneas de pase hacia el corazón de la zona están cerradas, y tienen a un secundario como Carroll, atrapado en la línea de fondo, con 4 segundos en el reloj de posesión. Desgraciadamente para ellos, Carter-Williams ha tenido exceso de celo protegiendo la zona, y ha dejado a Teague irse a una posición donde ya no le podrá alcanzar.nikdef11Carroll pasa a Teague, e Ilyasova amaga con defenderle, pero sabiendo que Korver está un solo pase más allá y que tiene que elegir a uno de los dos, prefiere que tire Jeff a KyleCarter-Williams piensa lo mismo, y Jeff vende bien el pase antes de quedársela para sí mismo.

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Al final los Hawks salen de la posesión con un triple, pero han tenido que esperar al último segundo de la posesión. Y esa es la esperanza para doblegar a la defensa de Milwaukee, seguir moviendo el balón, no cometer errores hasta que ellos no lo hagan y cuidarse de los muchos peligros que ponen. No es nada fácil.

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Las tramas

Rivalidad local Unos 150 km. separan Chicago de Milwaukee, y con una distancia en popularidad y relevancia grande entre los dos equipos, los Bulls van a estar como en casa.

El regreso de Rose a Playoffs Su último partido en Playoffs fue aquel en el que se lesionó por primera vez de gravedad. Ha tardado 3 años, pero por fin está de vuelta.

Los 46 de Pau Gasol logró su mejor registro anotador individual ante este mismo rival, este mismo año. Y pese a que la plantilla ha cambiado, los dos encargados de defenderle son los mismos que aquella vez: Henson y Pachulia.

El enfrentamiento

Los Bulls son mejor equipo, tienen más experiencia y van a jugar prácticamente en casa. Además, son mal emparejamiento para unos Bucks que hubieran preferido encontrarse con Toronto aquí.

Aunque solo lo demuestren intermitentemente, los Bulls tienen la combinación de movimiento y pase que puede desarbolar una defensa guerrillera como la de Milwaukee. Sufren ante bases con buenos instintos para manejar un bloqueo directo e interiores atléticos que les discutan la lucha en el tablero, pero MCW y Pachulia no son de esos (aunque Zaza tenga el único partido de la temporada con ¡18! rebotes ofensivos).

A Milwaukee le encanta postear a sus exteriores, pero buena suerte tratando de ganarle la posición a Rose y a Butler. En el último enfrentamiento entre ambos equipos, MCW metió 15 puntos seguidos, principalmente abusando de Brooks en el poste. Esto no debería suceder otra vez. Los Bucks te dejan sin poder salir al contraataque, pero los Bulls no lo necesitan para anotar. La gran mayoría de equipos no pueden castigar el uso de Dudley como ala-pívot con sus hombres de banquillo, pero en esta serie, se enfrenta a Mirotic y Gibson.

En definitiva, parece que cada fortaleza o pequeña ventaja de los Bucks pincha en hueso contra Chicago.

Aunque la cosa pinta bien para los Bulls, para Rose personalmente podría ser una serie complicada para coger ritmo, por la intensa presión que ponen los Bucks en los conductores de balón. Sería importante que mantenga la confianza incluso si tiene un partido duro, cargado de pérdidas, de los que Milwaukee puede provocar. También será un buen momento para comprobar su complicidad con Butler porque atacar a Carter-Williams sin balón es una de las maneras más inmediatas de hacer daño a Milwaukee.

Esta serie también va a dar a Noah más protagonismo de lo que en Chicago desearían. Jugando como ala-pívot olvida demasiado a menudo a su hombre en la línea de 3, e Ilyasova está encantando con vivir a 7 metros del aro y no se para de mover por el perímetro. Por la presión de Milwaukee, también lo necesitarán como distribuidor secundario con el balón. A no ser que otorguen estas tareas a Gasol, que en Illinois está pasando menos de lo que estábamos acostumbrados. Capaz es.

Viendo además como sobrepuebla Milwaukee la pintura, que no os extrañe ver a Pau ofreciéndose como alternativa para tirar de 3, especialmente si el reloj avanza y la jugada no progresa. Si se pudiera apostar a una cosa tan tonta como si Gasol mete o no 2 triples o más en estas series, cogería el over.

Aunque los Bulls sean el favorito prohibitivo en esta eliminatoria, y el emparejamiento parezca muy favorable, no olvidemos que los Bucks son un equipo correoso, con una defensa de élite, que debería dejar una imagen mejor de la esperada. Y Giannis está golpeando con fuerza el cascarón. No sé si será esta serie, o el año que viene. Pero el huevo está a punto de romper.

PO Desde El Sofá (V): Vuelta al rumbo

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Como ya hemos hecho en otras temporadas, iniciamos los PO Desde El Sofá, donde cada día escribiremos sobre lo que hemos visto el día anterior, a nuestra forma y siempre desde el sofá.

Chicago evitó meterse en el Gran Hoyo de la Muerte del que nunca nadie salió en la NBA, con una victoria en Washington que ya pone en 12-10 el registro de los equipos visitantes en estos Playoffs, y viendo como está funcionando esta temporada la ventaja de campo, y la que puede haber liado Nene, seguramente hayan vuelto a poner la eliminatoria al 50%, aunque se encuentren un partido por detrás, y tengan que ganar otro más de los dos que les quedan en el Verizon Center.

Y este será, indudablemente, el Mike Dunleavy Jr. Game. El hijo de Mike Dunleavy Sr. se disfrazó de Dios disfrazado de jugador de baloncesto para meter 35 puntos con la camiseta de Chicago, y lo más importante, dar opciones y facilidades a media cancha a los Bulls, que pudieron abandonar una de sus mayores armas en ataque, el rebote ofensivo, para recogerse de manera más rápida y precisa ante la velocidad del equipo capitalino. Así que irónicamente, esta explosión anotadora, donde más pudo ayudar a los Bulls fue en defensa, consiguiendo frenar una salida potente, con muchas oportunidades fáciles para Wall y los Wizards.

Uno se dio más o menos cuenta de que ese iba a ser el día del veterano jugador cuando le entró hasta esto. Pero lo que siguió y precedió fue una gran demostración de puntería (8 de 10 desde el triple), y un clínic en el uso de los bloqueos indirectos.

Thibodeau, cuando no tiene un base que marque diferencias en el pick’n’roll, o incluso con uno de esos en cancha, basa casi todo el juego de su equipo en situaciones que parten de la floppy, esa jugada que hace parecer la pista una máquina de pinball, en la que tres jugadores (dos a un lado, uno a otro) ponen pantallas para liberar a un tirador, y que luego este haga lo que sea pertinente con la ventaja o la variante que se haya utilizado. El problema es que siempre les ha faltado un jugador capaz de hacer algo con el espacio y la confusión que se puede crear de manera consistente, pero cuando esa persona aparece, Deng, en su momento en bastantes ocasiones, o el Dunleavy de anoche, los Bulls se convierten en un equipo bonito de ver. Fijaos cómo utiliza aquí la propia ansiedad de Trevor Ariza por pararle, para que vaya a donde no debe, y obtener un tiro abierto. Precioso.

Y para que veáis el timo que es eso del clutch: tras anotar un triple en la primera posesión del último cuarto y poner 32 en su casillero, Mike sólo metió 3 puntos en los últimos 11:48 y cometió un par de costosas pérdidas. ¿Le quita importancia a su actuación? ¿Habría ganado Chicago sin él, pese a ser poco más que un señuelo en los últimos minutos de un partido apretado? La respuesta a ambas preguntas, como podéis imaginar, es 42.

Otra clave del partido para mí fue la apuesta de Thibodeau por mantener a Noah en el partido pese a que le pitaran la segunda falta muy pronto. Washington se emperró en sacar la tercera del nuevo DPOY (que podía haber caído perfectamente, la verdad) yendo con Nene al poste bajo una y otra vez, más pendiente del silbato que del aro, lo que supuso una gran serie de posesiones fallidas cuando los Wizards podían haber abierto un gran hueco. Y Noah no vio la 3ª hasta el último cuarto, y llegó con 3 a los últimos 6 minutos (cuando volvió a encadenar dos seguidas), pudiendo jugar 41 minutos. Si Thibs lo manda al banco, se autoimpone el castigo. Casi mejor dejar que decidan los árbitros.

Y por supuesto, muy importante para este partido, y potencialmente para la serie, fue también la expulsión de Nene. Cuando se estaba volviendo a meter en el partido, con un par de canastas, una a media distancia y otra a la contra, cayó en un pique con Jimmy Butler que no encajó muy bien un agresivo bloqueo anterior en la jugada que le liberó para acertar la suspensión, y acabó siendo él el expulsado del partido.

Ahora, Nene, que por el motivo que sea, y los ha habido de todo tipo, parece incapaz de encadenar tres partidos redondos en su carrera, deja en manos de Adam Silver perderse algún partido de la serie ante una gran oportunidad: la de lograr una tempranera tercera victoria, lo que equivale a poner pie y medio en la siguiente ronda.

Lo cierto es que Washington no se derrumbó tras el incidente, incluso se pusieron por delante, con Beal jugando muy bien y con acierto en el último cuarto, y Wall dejando los habituales detalles de jugador impresionante, pero quién sabe qué hubiera pasado con el ala-pívot en pista, y los problemas de Chicago para cerrar los partidos ante los Wizards. Y su baja en el próximo partido, de producirse, se me antoja especialmente sensible, no sólo por lo bueno que es el Nene 100% en ambos lados de la cancha, sino por el poquito talento que tienen los Wizards detrás: Trevor Booker es un pedazo de pan y un tío que te llevarías a Crimea, pero no es muy buen jugador de baloncesto (y si por cualquier casualidad se saliera, y se marcara algo parecido al 24/12 de principios de año frente a Atlanta, no seáis la clase de soplapollas que mencionan en Twitter diciendo «¿Hoy no habláis de Trevor Booker?». Casi 250 partidos de NBA le contemplan) y las opciones Al Harrington y Drew Gooden estarían bien si esto fuera 2009 y no tuvieran un monstruo como Taj Gibson delante. ¿Hacerse pequeños con Webster? A tramos quizá, pero Chicago es muy mal equipo para probar a encogerse.

Cada partido se convierte en una final cuando el equipo de fuera gana los dos primeros. El siguiente será todavía imprescindible para Chicago, y simplemente una muy buena oportunidad para Washington, pero no la última. Los Bulls han tardado, pero han logrado ajustarse al vértigo, ahora les queda conseguirlo incluso cuando no encuentran a alguien que les sujete el ataque. Que no es baladí.

El sofi del día: ¡PELEA! Siempre molará ver una tanganilla que no va a a más de vez en cuando…

Avance de temporada 2013-2014: Chicago Bulls

Recuerda que puedes hacerte con esta previa (y todas las de la temporada, juntas, en PDF) en La Primera (y quizás última) Mega Guía de La Crónica Desde El Sofá para la temporada 13/14. Es totalmente gratuita, tan sólo os pedimos que hagáis una mención por Twitter o compartirla por Facebook mediante este botón:

O si insistís, no os vamos a decir que no tampoco, podéis comprárnosla sin tener que poner tuits ni likes…

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Los Bulls añaden a un equipo que ha ganado 45 partidos y plantó toda la cara que pudo a Miami en Playoffs a Derrick Rose por Nate Robinson, Mike Dunleavy por Marco Belinelli y más minutos de Jimmy Butler por Rip Hamilton. Una de las franquicias más estables las últimas temporadas, reteniendo una gran cantidad de jugadores importantes y a su entrenador, Tom Thibodeau, Chicago es un equipo que juega de memoria y más duro que nadie, que perdió la chispa en una desafortunada lesión.

No es sorpresa en absoluto, que con el MVP de la temporada 2011 de vuelta, en muchos círculos los coloquen como segundo equipo en el Este. Con Thibs y Rose, los Bulls tienen un registro de 94-26, que equivale a 64 victorias de cada 82. No sabemos aún cuánto y cómo jugará el base nacido en el mismo Chicago, pero si lo hace lo suficiente, los Bulls pueden volver, tras dos años con la ilusión asesinada antes de tiempo, a luchar por el anillo sin cortapisas.

  • Radiografía de los Bulls

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • The real return

La vuelta de un reciente MVP que está todavía en sus mejores años, si es en buenas condiciones, siempre ayudará una barbaridad a cualquier equipo. Pero aquí es aún más importante porque Rose sostenía una parte descomunal del ataque de Chicago.

Los Bulls fueron en 2012 el quinto mejor equipo en ataque, y si separásemos sólo los minutos con Rose en pista, con una marca de 107.6 puntos por 100 posesiones, hubieran sido segundos. Este año fueron vigésimocuartos, y un auténtico desastre en todos los aspectos, menos en el rebote ofensivo.

El de Chicago, uno de los ataque más estructurados de la Liga, con más jugadas, recursos y bloqueos que la mayoría, son la prueba de que si falta talento y acierto, la pizarra puede hacer muy poco. El enorme trabajo que realizan los Bulls en cada posesión por liberar a sus jugadores, se queda en nada por no tener a nadie que pueda abrir en canal una defensa. A menudo acaba en tiros de media distancia, que además no meten: tienen uno de los peores porcentajes de la Liga además de una de las mayores frecuencias. El equipo prácticamente no salía a la contra el año pasado, y su ataque a media cancha resultaba inoperante e incapaz.

Con Rose de vuelta, se espera que las cosas cambien. No son sólo los más de 20 puntos y constantes viajes a la línea que esperamos de él, sino la atención que recibe, la posibilidad de recuperar la transición y lo que atrae al medio de la pista.

Hay muchas ganas de verle jugar con Jimmy Butler, que acabó muy bien el año tirando de 3 (desde que empezó a jugar el 19 de enero, y hasta Playoffs, metió el 40.6% de los triples), y es un término medio entre la falta de rango de Rip Hamilton, el escolta con el que más minutos compartía Derrick en el quinteto titular, y lo que aportaba Kyle Korver, que formaba parte de la plantilla la última vez que Rose pisó la pista. Aunque apenas coincidía con el ahora jugador de Atlanta unos 14 minutos por partido, el ataque del equipo era dinamita pura en esos momentos (111.7 puntos por 100 posesiones, mejor pareja en Chicago).

Butler no sólo puede ofrecerse como una opción de tiro para ensanchar la pista y ayudar a Rose, también puede servir para que los Bulls recuperen el juego en transición y pillen a los rivales desprevenidos. Noah, gran pasador,  puede perfectamente tirar los outlet tras rebote para lanzar un contraataque si tiene dos jugadores corriendo a los lados de la pista, así que si Thibs lo permite… personal hay.

Y es que pese a que la fama la ha ganado como técnico defensivo, Thibodeau también es un buen estratega en ataque, y este año está obligado a plantear cosas diferentes a las del último año. La floppy (jugada típica en la NBA, en la que el escolta parte sin balón de debajo de la canasta, y los tres hombres altos se encuentran a los lados de la zona, preparados para dar varias opciones de bloqueo indirecto al jugador, que saldrá a recibir al poste alto) tenía su principal razón de ser para este equipo en Rip Hamilton, pero los Bulls la han seguido utilizando muchísimo porque tanto Deng como Butler se atreven a tirar desde la media distancia (y Luol de hecho le pone mucho picante pasando cuando la defensa se desequilibra), pero no creo que sea la jugada más indicada para este equipo, no al menos en grandes dosis, porque no es el tiro el punto fuerte de la franquicia, y quita protagonismo y opciones a Rose, jugador sobre el que se va a construir el nuevo libreto.

Si el base puede jugar al 100%, está claro el ataque de los Bulls este año tendrá más libertad y creatividad, y será mejor, porque lo contrario, es muy difícil. Pero lo suyo… será ver cuánto.

  • Cosas de casa

El frontcourt titular de Chicago, y el primer cambio desde el banquillo y/o sustituto cuando hay lesiones o problemas de faltas, ya se conoce de memoria tras 3 temporadas jugando juntos en los mismos roles, lo que en la NBA son años luz. El cuarteto DengBoozerNoahGibson (no todos a la vez en pista, claro) ha compartido 159 partidos (24 de Playoffs) y no hay que descontar el factor de la familiaridad, muy importante, y muy singular en una Liga donde los equipos renuevan casi todas sus piezas en periodos de tiempo muy cortos.

Deng, Noah y Gibson son todos de 1985 (nacieron sólo con 4 meses de diferencia) y  tienen ahora mismo la edad que habitualmente se corresponde con el punto álgido de la carrera de un jugador NBA, pero llegan con cuentakilómetros diferentes a lo habitual. Deng ha jugado muchos más minutos que Joakim y Taj juntos (22.000 contra 18.000 en total) y tiene 9 años de experiencia NBA, contra 6 y 4 de los hombres altos.

Parte de estas diferencias, además de ser consecuencia de cuándo entraron en la Liga, tienen que ver con las lesiones que han ido arrastrando, sobre todo Noah, y el casi maltrato que ha sufrido Deng, que se ha comido la mayor carga de trabajo en la NBA el último trienio. El alero lleva dos años liderando la Liga en minutos por partido (y fue 4º en 2011) y su cuerpo dijo basta en los últimos Playoffs: una punción lumbar para descartar (o confirmar) que Deng sufría meningitis acabó mal, y  finiquitó su temporada repentinamente.

Por tanto, pese a no tener un frontcourt veterano (Boozer sí es algo más mayor, cumplirá 32 en noviembre), los Bulls tampoco están exactamente frescos, y el juego interior está a una mala lesión de tener que darle 20 minutos por partido a Mohammed a sus 36 años.

Pero cuando estén juntos, sabemos lo que se puede esperar de todos ellos, que ya son viejos conocidos. Deng pone el trabajo en las alas, algo de tiro (tras muy buenos años, su porcentaje de 3 cayó, al mismo tiempo que su número de intentos tras bote crecía) y estará en una situación mucho más cómoda para él, siendo el tercer o cuarto jugador al que se busca en ataque.

Boozer ofrece consistencia anotando de espaldas y de media distancia, es un buen compañero de bloqueos directos, rebotea bien, se esfuerza regular, y es un poco perro en defensa individual, pero el esquema de Chicago le tapa bien. Su porcentaje de tiro, siempre estable, tuvo un bajón el año pasado a 47.7 TC%, peor marca de su carrera, y por debajo del 50% por segunda vez. Una caída así, en un jugador aparentemente sano al pasar de los 30, suele ser preocupante, pero como el juego de Boozer no se basa en su capacidad atlética y Chicago no presentaba otra amenaza anotadora de garantías el año pasado, lo vamos a considerar un producto de la situación.

Noah, si está sano (ya se ha dicho en el primer día que tratarán de controlar sus minutos), es para mí uno de los mejores pívots de la Liga en las dos direcciones. Especialmente su defensa superlativa, merecedora de un DPOY, mezclando intensidad, protección del aro, rebote y rango. No es el clásico pívot intimidatorio que se estaciona como última línea de la defensa, y si le pidieran hacer eso seguramente no brillaría, pero es el jugador perfecto para hacer de ancla en el sistema Thibodeau, en el que prima la movilidad e inteligencia en los desplazamientos, y recompensa a los jugadores que destacan en la ayuda. Y con Carlitos de compañero, tiene que echar una mano demasiadas veces. En ataque deja que desear, pero logra ser efectivo gracias a una de las mejores tasas de rebote ofensivo de la Liga y una excelsa visión de juego y capacidad de pase. Los Bulls pueden utilizar a Noah como intermediario en el poste alto siempre que quieran, con garantías de éxito, y es una pena que no pueda postear y atraer marcajes dobles, porque se hincharía a asistencias hacia los tiradores que le esperaran fuera. Anotando, finaliza regular (le taponan bastante) pero se puede contar con él en un bloqueo y continuación, tiene un curioso y particular, pero efectivo, gancho en carrera con la izquierda si se encuentra en una situación de uno contra uno, y su forma de tiro, aunque horrible y dañina para los ojos del espectador, es efectiva, sin estridencias, desde la zona izquierda del ataque, si le dejan solo. Sus capacidades en este lado de la cancha, salvo por el pase, están llenas de asteriscos y condicionantes como veis, pero Joakim es de esos tipos ultra inteligentes, que busca su propia suerte y sabe ponerse en la posición que puede aprovechar.

Gibson es un complemento interesante a los titulares, ya que tiene la defensa de poste bajo más robusta del grupo (pese a ser algo pequeño para defender pivots, ha llegado al Training Camp con más peso encima) pero el tiro de media distancia que tan buena pinta tenía en su año de novato ha perdido toda su efectividad. Todavía es un buen finalizador y cortador, rebotea bien en ataque y puede postear de manera efectiva por fuerza (sacando muchas faltas), pero el balón no puede circular a través de él, su repertorio queda siempre a expensas de los demás. Por eso sus números son más brillantes con el resto de titulares.

En definitiva, los Bulls tienen un cuarteto de excelentes gregarios, que quedaron expuestos el año pasado a falta de un líder (ninguno de los cuatro paso del 48.5% de tiro efectivo, con la media de la Liga situada la temporada anterior en un 49.6%). La última temporada nos sirvió para comprobar lo que pueden sufrir un grupo de jugadores acostumbrados a ser secundarios si su papel y responsabilidad aumenta. Volviendo al lugar y la cantidad de tiros que les corresponde, se espera que todos vayan a mejor.

  • Ahogando los triples

Chicago es, junto a Indiana, el equipo que mejor defiende el triple en la Liga, sobre todo el de la esquina. Las reglas y las prioridades que marca Thibodeau son claras, y las rotaciones que ejecutan los Bulls, sencillamente perfectas. Fijaos siempre como Chicago, tiene a sus jugadores pendientes de los tiradores, con exceso de celo hasta que cruzan el arco, siempre con más jugadores en el lado fuerte de la pista (en el que está el balón, por donde discurre la jugada) y como cuando se invierte el balón, aparecen las ayudas, siempre dando prioridad al hombre de la esquina: si hay sólo un defensor para dos posibles lanzadores, es preferible dejar que tire el del ala.

También por la manera que defienden el bloqueo y continuación, con el defensor perpendicular a la canasta tratando de intentar no utilice la pantalla, y dándole a cambio un camino a seguir , que normalmente acaba a los lados del campo o ante una ayuda, es muy difícil también para los bases o escoltas tratar de utilizar el bloqueo directo para sacar triples tras bote. Como el hombre alto de los Bulls suele esperar cerca de la pintura,  si entre bloqueado y bloqueador logran entenderse bien para engañar al defensa, y dejarlo enganchado en la pantalla, ahí se crea una opción, que es prácticamente la única para el juego exterior de buscar un triple semi-cómodo, pero claro, es más fácil contarlo que hacerlo.

Otra posibilidad que tienen los equipos de atacar este esquema es el pick’n’pop, el bloqueo directo en el que el hombre alto, en lugar de continuar hacia la canasta, se queda esperando un pase para jugársela de larga distancia. Pero no hay tantos bigs que puedan tirar bien de 3, o muy bien (por encima del 50%) en lanzamientos de 2 lejanos, por lo que es casi tan fortaleza como debilidad. De vez en cuando, sale mal, porque llega, por ejemplo, Nowitzki. En un encuentro que les ganaron los Mavericks en marzo (sin Noah, hay que añadir), el alemán metió 15 puntos y 3 triples en el último cuarto. Ninguna defensa es perfecta, y este es el punto débil, pero no todo equipo tiene un Dirk, y si está Joakim, espectacular cerrando el tiro, son capaces de ajustar y encontrar el equilibrio casi perfecto en el riesgo que conlleva mandar al defensor interior más arriba.

En definitiva, los Bulls tienen muy claro cómo han de hacer, y así se gana media batalla. Por algo media Liga está copiando a Thibodeau.

  • Dunleavy vendrá bien

Pese a su veteranía (cumple 33 años en septiembre), Mike Dunleavy Jr. me parece un jugador más completo e interesante en este contexto que el jugador al que sustituye, Belinelli. En los últimos tres años, Dunleavy ha metido el 41.1% de sus triples en 5.4 intentos por 36 minutos, mejor registro que el 38.6% en 5.1 del italiano. Es un gran pasador, solidario, y no la pierde tanto cuando pone el balón en el suelo. Además, es más grande y con el tiempo ha acabado resultando bastante buen defensor en equipo, le irá bien dentro del sistema de los Bulls.

Edad aparte, la única desventaja del cambio sea quizá también la pérdida de versatilidad, ya que a estas alturas es difícil poner a Mike de escolta, aunque es la posición menos poblada de la plantilla. De hecho, podríamos decir que a estas alturas los Bulls no tienen ningún jugador cuya posición ideal sea la de 2. Con Butler y Snell por arriba y Hinrich por abajo, Chicago no tiene a nadie en la plantilla en la horquilla entre el 1.93-2 metros en la que están la gran mayoría de escoltas de la Liga (quizá acabe llegando Dahntay Jones, que firmó un contrato no garantizado), y donde se encontraban Belinelli y Hamilton. Aunque esto es casi anecdótico con el buen nivel que mostró jugando de 2 Jimmy Butler la pasada temporada, este año sería más difícil sustituir una posible lesión del de Marquette.

El banquillo y la profundidad siguen siendo un problema en un equipo en el que su propietario, que accedió por primera vez a pagar el impuesto de lujo el año pasado, y fue el primero en probar cómo se vive al borde del límite duro, prefiere gastar cuanto menos mejor. Esta temporada, estarán bastante por encima, al menos si no hay movimientos antes de que acabe el año, y así tienen que cerrar el grupo con jugadores como el inmortal Mike James.

Si los Bulls se mantienen razonablemente sanos (por lo pronto, malo ha de ser que el base se pierda el año entero otra vez), con Teague, HinrichDunleavy, Gibson y Mohammed, además de los novatos Snell y Murphy debería ser suficiente. Pero sigue siendo un banquillo algo flojo comparado con el resto de aspirantes, y teniendo en cuenta que está plantilla presenta más riesgos de lesión que otras.

  • Pagando la novatada

A veces se crea una injusta fama alrededor de cómo un entrenador no cuenta con sus novatos, pero las experiencias con Asik, Butler y Teague, y las minutadas que sigue recetando a sus titulares, son pruebas de que Thibodeau carda la lana. El rookie que más llegó a jugar fue el turco, que se acercó a los 1000 minutos en un año plagado de lesiones para Noah, sin ser muy joven (tenía 24 años y experiencia profesional), y sin pasar de ser el quinto hombre alto de la rotación.

Entre Deng, Butler y Dunleavy, al Thibs del pasado le sobrarían minutos para rellenar los 96 por partido de los dos puestos de ala, y eso por no hablar de la opción de utilizar a Hinrich de escolta. Veremos si el del presente prefiere ser un poco más conservador con el reparto, y hace uso de Snell, que podría ser el mejor tirador de la plantilla actual y beneficiarse del tamaño del resto para escarbar minutos de escolta.

Y si Snell no es el mejor desde el perímetro de este equipo, entonces el candidato al título es Erik Murphy, el otro novato. Lleva 3 años anotando más del 40% de los triples en Florida (los dos últimos con volúmenes especialmente impresionantes) y su habilidad anotadora quizá le permita adelantar a Mohammed como cuarto hombre alto, si los Bulls le necesitan más a él. Será el recurso de 4 abierto que el año pasado buscaron y no consiguieron de Radmanovic, y que está plantilla no tiene desde Brad Miller.

  • Cuidado con la estabilidad

Hablábamos al principio de como Chicago es uno de los equipos que más tiempo lleva conservando su núcleo, pero no sería de extrañar que se rompiera en cualquier momento. Luol Deng es agente libre al final de esta temporada, a Boozer se le podría aplicar la cláusula de amnistía (y ya sólo habría que pagarle un último año de contrato) y los Bulls podrían presentarse con siete jugadores bajo contrato, y unos 12 millones de espacio salarial libre la próxima temporada, simplemente con estos dos movimientos, pudiendo añadir presupuesto si colocan a Dunleavy o Gibson.

Muy catastrófica tendría que ser la temporada y muy clara tendrían que tener la decisión de no renovarle para desprenderse de Deng antes de la fecha límite para traspasos, porque no está la NBA como para perder un año en el que tienes la más mínima posibilidad de ser campeón (y Chicago se ha visto forzado, por la misma rodilla, las dos últimas veces), por lo que no veo que su puesto peligre tanto como piensan algunos analistas, pero Luol no está contento por cómo se gestionó su enfermedad, ni por la falta de interés en la renovación de su contrato, y los Bulls ahora mismo, con el nuevo impuesto de lujo, pagarían unos 20 millones más en salarios que el año pasado: descargar a Deng en el paquete adecuado, a costa de no recibir casi nada, supondría un gran ahorro para un equipo que ya no sobrepasaría el tope superior.

Creo que tendría que torcerse algo muy mucho para tomar una decisión tan drástica, pero lo que es verdad es que de los equipos de élite en el Este, los Bulls son seguramente los que más cerca tienen el botón de semi-reconstrucción. Y también son la franquicia que sigue apareciendo en los rumores de operaciones por ala-pívots que podrían estar disgustados si su equipo vuelve a estar sin aspiraciones este año, como Aldridge o Love.

Los Bulls tienen más flexibilidad de la que parece, y habrá que estar atentos, porque hay posibilidades de que aprieten el gatillo.

PO Desde El Sofá (XVI): La batalla del hielo

Joakim Noah dijo que esta serie iba a ser «una guerra». Pues la primera batalla ha parecido seguir el guión de una de las famosas en la Historia, la del Lago Peipus.

Los Caballeros Teutónicos, reforzados con las armaduras más contundentes conocidas en la época, siglo XIII, iniciaban su cruzada contra los cristianos ortodoxos de la República de Nóvgorod, que se encontraban diezmados tras sus luchas contra invasores mongoles y suecos. La Deutscher Orden era la gran favorita y como su ejército estaba formado por caballería pesada, en contraste con la aparente ligereza rusa, la utilizaron de ariete para arremeter contra su débil oponente.

Pero no contaron con una cosa, el territorio en el que estaban librando la batalla era un lago helado. La menor fuerza de rozamiento les convertía en un grupo lento para la superficie en la que se encontraban, y cuando su rival no se arrugó tras la primera carga, se vieron rodeados. Intentaron retroceder, pero entonces fue la gravedad, que atraía esa contundencia hacia un hielo a punto de quebrar, la que hundió al ejército en el agua. Cayeron por su propio peso, y nunca mejor dicho.

Dirigidos por Tim Aleksandr Nevski Thibodeau, que entiende de física, de la cosa bélica, y también un poquito de baloncesto, los Bulls, aunque jugaban fuera, transformaron el rectángulo de 94 por 50 pies del AmericanAirlines Arena en su terreno, aguantaron la embestida con oficio, y observaron como la superpotencia moría bajo el agua. No estaba Deng, ni Hinrich, ni, por supuesto, Rose. Pero cuando pararon el contador de partidos consecutivos invictos de los Heat en su día, tampoco les hizo falta Noah.

Si en la victoria con la que acabaron con la histórica racha de Miami ganaron gracias al ataque (alto número de rebotes ofensivos, y un 50% de acierto efectivo fuera de la pintura), en esta se impusieron con su seña de identidad: la sempiterna (desde Thibs) defensa. Ajustando a ritmo, dejaron a Miami en 94.5 puntos por 100 posesiones, una cifra que está por debajo, y con un buen colchón, de la del peor equipo de la Liga esta temporada. Esta marca es la 6ª más baja para Miami este año, y en todos los partidos en los que no han llegado al 95 en Índice Ofensivo, han perdido.

Cambiaron el dominio en el rebote en ataque (esta vez sólo cogieron el 26.5% de los disponibles, por debajo de su media habitual) por el defensivo, donde Miami sólo capturó 7 de 44 oportunidades (un 16%). Es curioso como Chicago, que no es un equipo que este año haya sido especialmente incisivo en esta faceta (se encuentran alrededor de la media de la Liga) ha logrado mantener a Miami por debajo del 20% 4 veces (de las 23 veces que les ha sucedido esta temporada), y en 3 de ellas se alzaron con la victoria. De hecho, 3 de los 5 mejores partidos de la temporada (y el décimo) de los Bulls en su propio tablero han venido contra Miami: ya está claro que hay una orden precisa de no conceder segundas oportunidades a este equipo.

Nombres propios en esta victoria de la tropa poco ortodoxa (pese a nuestra comparación) de Thibodeau hay, lo difícil es elegir por donde empezar. Noah fue el corazón, como siempre, con ese latido convulso y espídico de su juego. Su omnipresencia defensiva hace que te entren ganas de rebobinar y ver si se teletransporta de un sitio a otro. Jimmy Butler, que jugaba su tercer partido completo en cinco noches, defendió a LeBron como el que mejor lo haya podido hacer en este año. Robinson tenía una canasta guardada siempre que Chicago la necesitaba, e hizo falta sobre todo al final, cuando con el partido empatado a 86 restando minuto y medio, metió los 7 puntos que le quedaban a este partido. Belinelli sólo metió dos triples, pero lo hizo en los 5 minutos finales, y ambos servían para empatar y notificar a Miami que estaban allí, y no se iban a ir. Los dos jugadores de perímetro, además, se tuvieron que comer una minutada, porque de los dos únicos sustitutos que tenían, uno, Teague era un muñeco ante la presión y los dos-contra-uno de Miami, y el otro, Cook perdió dos balones en minuto y medio por no ser capaz de mantener sus pies en la pista. Ese era el nivel.

El único que tal vez dio un poco la nota fue Carlos Boozer. A pesar de la ventaja que tiene sobre Haslem cuando Miami sale con dos hombres altos tradicionales en el quinteto inicial, no fue capaz de aprovecharla (y dejó algún momento vergonzoso como el tapón que LeBron le puso en una vaga bandeja), y de hecho Gibson jugó casi tanto como él. Pese a que lo fácil sea atizarle, porque a veces se lo gana… y por lo que gana, Boozer es un jugador notable, y fue una bestia en la (ya penúltima) victoria ante Miami. Pero en aquel partido pudo jugar a ratos de falso pívot emparejado con Bosh, y ahora está Noah, que es el que ocupa la posición. Cuando Miami se hace pequeño, Gibson es mucho más apropiado, y el Dukie tendrá que darle motivos a Thibs para justificar su presencia.

¿Tiene Miami que preocuparse? Relativamente. Han perdido la ventaja de campo, y está claro que Chicago es un gran y corajudo rival. Pero si se quiere ver de una manera optimista, la varianza, la suerte, la aleatoriedad o como queráis llamarla le jugó una mala pasada a los Heat. Metieron sólo el 29.7% de los triples (ni el peor equipo en este aspecto, los Wolves, acabó con un porcentaje tan malo), y muchos de ellos fueron buenos intentos, con jugadores solos, que deberían acabar entrando. También acertaron solamente el 55.6% de los tiros cerca del aro, cuando durante la temporada lo hacen en el 66.4% de las ocasiones, mejor marca de la Liga. El buen hacer en las rotaciones, la defensa de los bloqueos y la intimidación de Chicago tienen algo que ver, por supuesto, pero Miami se dejó buenas oportunidades, de las que suelen meter, colgando por el camino.

No dio la impresión de falta de agresividad o conformismo con las suspensiones por parte de Miami, y los números lo corroboran, 27 tiros a menos de 5 pies de Miami, 25 tiros libres y 20 faltas pitadas a Chicago anoche, cifras clavadas al 26.3/24.6/21.3 que promedian en casa en Temporada Regular en estas categorías. Tampoco recibieron un empujón arbitral que se lamentarían de desperdiciar, simplemente, el equipo de enfrente acertó más que ellos.

En definitiva, Chicago ganó la batalla, pero le quedan seis partidos para conseguir otras tres. Fue una victoria merecida, pero no dominante, les queda por hacer. Aunque, como decían en aquella obra maestra de la Nouvelle Vague, Blade, «Hay cabrones que se empeñan en patinar sobre hielo cuesta arriba «. Y nosotros encantados de que lo hagan.

El detalle: Aunque no haya crónica, no os perdáis el otro partido de la noche, el Warriors-Spurs.

PO Desde El Sofá (XIV): Más ganas de ganar

Mientras un servidor se preparaba para ver el 7o partido de anoche, las promos previas de la TNT y sobre todo la publi del Barclays ponían de nuevo aquello del Blackout, no, no hablo de los del League Pass, los cuales por cierto han apagado casi todo el PO…, hablo de Nets vistiendo de negro en casa, como ya pasó en el primer partido de la serie. La cosa prometía, pero poco después vi mi gozo en un pozo, Nets de blanco… era una señal.

La sensación general que me dio el partido es que Bulls quería ganar y Nets, estaba no se, como esperando una inspiración divina de alguien para sacar una ventaja y con ello ganar el partido, así que claro, se impuso la lógica y los Bulls ganaron con menos esfuerzo de lo esperado la verdad.

De este partido hay que resaltar de gran manera de nuevo a Joakim Noah, brutal el partido del francés que ha demostrado que sin duda alguna es uno de los mejores pivots de la liga, sobre todo en los llamados intangibles que aporta al equipo, con sus ganas y su carácter mega ganador. Otra cosa a destacar, pero ya seria de la serie en general es que Bulls haya ganado dicha serie con factor cancha en contra y con Nate Robinson de base titular… sí, hizo el Nate Game con las 3OT, pero uff, si una cosa es Nate es irregular, y en una serie larga a 7, esto es justamente lo que se castiga. Tom Thibodeau ha sacado petroleo no…. DIAMANTES de esta plantilla con las bajas ya sabidas y con Belinelli (!!!!!!!!) jugando casi un papel estelar ha ganado una serie de PO.

Otro cantar es Nets, equipo apático, gris y con un Joe Johnson que se ha dejado llevar clarísimamente. Deron Williams no ha sido tampoco el de después de PO y Wallace quiere y no puede. Tal vez salvaríamos a López, que sigue avanzando año a año, pero no es suficiente. El típico equipo que promete mucho y se ha quedado en casi nada y donde sinceramente, perder aquel partido de las 3OT en Chicago le mató por completo. Habrá que ver que movimientos hace la franquicia para no estancarse de nuevo en el ni fu ni faismo donde tiene pinta que va a caer…

Ahora vamos a tener un Heat-Bulls que va a ser muyyyy divertido.

El Detalle: Jay-Z no fue al último partido de la temporada, una de dos, o bien iba confiado en el pase a semis o bien pasa ya de Nets… o bien tenía algo mejor que hacer, que puede ser lo más probable…

 

PO Desde El Sofá (III): La casta

Anoche tenía unas ganas tremendas de ver el partido en Brooklyn, los Nets habían dicho que iban a jugar toda la serie de negro, pero… no, anoche de blanco… la primera en la frente.

Siempre se ha dicho que el segundo partido en unas series de PO es un partido de ajustes y el equipo de Thibodeau lo hizo pero a base de bien: defensa. Los Bulls fueron los Bulls y se sobrepusieron a las bajas apretando todo lo apretable en defensa y saliendo rápidos nada más coger el rebote, pero sobre todo, hubieron 2 factores diferenciables, Noah y la defensa a Deron.

El base de los Nets estaba teniendo unos números brutales desde el All-Star, actuación que repitió en el primer partido, así que aquí llegó el primer ajuste: Hinrich en modo lapa sobre él y adiós Williams, y con ello, adiós Nets. Además, casi literal, adiós Nets. La sensación que dio el equipo de Brooklyn era de un equipo que se sostiene demasiado en uno de los bases más jugones de la liga, y cuando éste no está, el resto del equipo lo nota, ya que jugadores como Gerald Wallace o Joe Johnson están siendo un poco pluf la verdad, pero el potencial como se dice en estos casos, haberlo, haylo. Sin encima en labores defensivas no aparece Evans, entonces ya…

Sólo López parecía que quería hacer algo decente en el lado de los del Brooklyn, incluso Joe Johnson pareció asomar mínimamente con 2 triples seguidos, pero era el partido de la defensa, del equipo, del conjunto, y la franquicia de Chicago sabe muy bien lo que es esto.

Noah, el cual está limitado en minutos por su lesión, demostró que hace más el que quiere, que el que puede, y sacó de quicio al ataque de los Nets, si encima sumamos la inoperancia ofensiva de estos, tenemos lo que más le gusta a Thibodeau, un partido controlado. Noah no está ni por asomo al 100%, pero esa casta que siempre ha demostrado hacen que jugadas como el tapón casi al final de partido, levante al resto de compañeros y jugadores como Nate Robinson, que siempre ha sido algo sospechoso, rinda a un nivel más que decente.

Los Bulls roban el factor cancha y sólo me queda pensar en que cuando dos plantillas son parecias (contando las bajas), la dirección de banquillo es clave y aquí el de Bulls,… es superior.

El Detalle: Rose en el banquillo… vestido de calle, no quiero ni imaginar lo que podrían dar de si estos Bulls con todos sanos…

Avance de temporada: Chicago Bulls

La baja de Rose (y la retirada de Scalabrine, no olvidéis) son el nubarrón negro que amenaza el futuro de un equipo, que si mira al pasado no tiene tanto que temer. Thibodeau ha montado un equipo de ensueño, de esos en los que la suma de las partes es un pedazo pequeño del total, y aunque tengan la rodilla temblando y hayan perdido un poco de músculo y altura, la columna vertebral se mantiene.

Altas: Kirk Hinrich (Atlanta Hawks), Marco Belinelli (New Orleans Hornets), Nazr Mohammed (Oklahoma City Thunder), Nate Robinson (Golden State Warriors), Vladimir Radmanovic (Atlanta Hawks), Marquis Teague (Draft)

Bajas:  Ronnie Brewer (51.3% de los minutos), Kyle Korver (46.1%), C.J. Watson (36.4%), Omer Asik (30.4%), John Lucas (22.8%), Mike James (3.8%), El hombre, el mito, la leyenda (3.8%)

Empecemos con el análisis:

Chicago Bulls en ataque 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.O.
14º 26º

Los Bulls estuvieron entre los 5 mejores ataques de la Liga, pese a ser, como Atlanta, Charlotte y Boston, de esos equipos que más se la juegan con el tiro de 2 lejano. Pero a diferencia del resto, que ya vimos que acababan con un Índice Ofensivo muy por debajo de su acierto, Chicago no pierde mucho la pelota, y son el mejor equipo de la Liga, y con diferencia, reboteando en ataque. Nadie tiene tantas segundas oportunidades como Chicago, y lo aprovechan.

Atacar el tablero de ataque tiene una gran recompensa, porque suele ayudar a conseguir tiros más fáciles, por proximidad a la canasta, y además, ayuda incluso en defensa, ya que si se anota tras la captura en un balón que de otra manera hubiera ido a parar al otro equipo, se ganan unos segundos para colocarte y replegarte, obligando al contrario a sacar de fondo en lugar de poner la pelota en marcha instantáneamente. No soy muy fan personalmente de la métrica Wins Produced, un modelo para tratar de calcular a cuantas victorias contribuye un jugador cada año, ni sobre todo de como la usan, por muchos motivos, largos de explicar. Pero sus autores, tras un análisis matemático de que guarismos se correlan más con las victorias, otorgan al rebote ofensivo el mayor valor de todas las estadísticas que se recogen en el box-score. De nuevo, no estoy de acuerdo con su trabajo en general y los pesos que asignan a los eventos en particular, pero las conclusiones que sacan entendidas lo más ampliamente posible (el baloncesto no es solo meter puntos, hay que ser eficiente, el rebote ofensivo es muy importante, no hay que perderla, la defensa suele ser un trabajo colectivo…) me parece que dan en el clavo, y el éxito de estos Bulls es un ejemplo.

En cuanto a las pérdidas, los Bulls cambian a un base que entregaba la pelota 3 veces por cada 36 minutos por otro que el año pasado solo lo hizo 1.7 veces (aunque la tasa de pérdidas es más pareja entre Hinrich y Watson), dicen adiós al 8º jugador con peor porcentaje de los que jugaron más de 500 minutos (Asik), y aunque Korver y Brewer estaban entre los mejores escoltas protegiendo el balón, Belinelli la pierde aún menos, y Robinson, poco más, y porque la conduce con más frecuencia. La pérdida de la familiaridad que tenía este equipo el año pasado se puede traducir en más robos para el rival, pero los Bulls debería seguir en el Top 10 de los más cuidadosos, con posibilidad de escalar posiciones.

Veíamos en su día como los Celtics, con el 10º mejor EFG% de la Liga fueron 25º en Índice Ofensivo, y con los Bulls sucede al contrario. Por porcentajes de tiro de campo ajustados, son 14º en la Liga, van menos aún a la línea que Boston (26º contra 17º), pero pierden el balón menos, y sobre todo, por la diferencia que hay entre el equipo que mejor rebotea en ataque y el que peor lo hace, los Bulls meten 6.4 puntos por 100 posesiones más que los Celtics, una diferencia más que significativa. Teniendo en cuenta que las defensas fueron 1ª y 2ª de la Liga, la diferencia entre estos dos, que fue de 11 victorias, estuvo en el ataque. Apúntenle una parte a la protección del balón, y otra más grande de esos 11 triunfos al rebote ofensivo.

  • La vie sans Rose

Derrick Rose se perderá la primera mitad de la temporada, y evidentemente, la baja de todo un reciente MVP es un golpe de enormes proporciones a las aspiraciones de este equipo. Los Bulls ya experimentaron como se vive sin él, porque el año pasado no jugó 27 de los 66 partidos de la Temporada Regular, y su presencia fue testimonial en los Playoffs tras romperse la rodilla en el primer partido, pero la cosa no pinta tan mal sin él.

Los Bulls fueron un muy buen equipo sin Rose. Lo que pasa es que con él son históricos. Sin el base, su registro fue de 18-9, que de estirarlo a 66 partidos, hubiera acabado en un récord final de 44 victorias, solo por debajo de Miami en el Este, y San Antonio y Oklahoma en el Oeste. Si añadimos a Rose, con el que ganaron 32 partidos, perdiendo solo 7, la proyección es de 54 victorias, 4 mejor que cualquier otro equipo el año pasado, y equivalente a 67 triunfos en una temporada de 82, registro solo alcanzado por 5 equipos en la Historia. Los Bulls saben ganar.

Pero para ilustrar la relevancia de Rose, vamos a utilizar el +/-, una estadística que fuera de contexto, la carga el diablo, pero que bien utilizada es tremendamente explicativa. Como Chicago repite juego interior, con la única baja de Asik, podemos comparar como funcionó el equipo con y sin Rose, en los momentos que Deng, Boozer o Gibson, y Noah, estuvieron en pista, ya que tenemos una muestra bastante grande y estable:

+/- de Chicago con Deng y Boozer/Gibson/Noah
Minutos +/- +/- por 48
Con Rose 756 +197 +12.5
Sin Rose 668 +4 +0.3

Y la diferencia como podéis ver es impresionante. Con una muestra grande de minutos, en los dos casos más de 650, los Bulls son mejores que su rival 12.5 puntos por cada 48 minutos con su base estrella, y solo 0.3 sin él. Si pudieran jugar 82 partidos, los 48 minutos, a ese ritmo, pondrían en riesgo a los mejores Bulls de la historia: su esperanza de victorias sería de 70 partidos. Al mismo tiempo, con Watson, Lucas o James sustituyéndole, ese +0.3 equivaldría a ganar solo 42.

Tras la revolución de este año en Chicago, sin Korver y Brewer, el escolta que más minutos jugó con el grupo antes analizado fue Richard Hamilton. Si le incluimos a él en el cálculo del +/-, para tratar de ver que le puede esperar a los Bulls este año, sucede algo curioso:

+/- de Chicago con Deng, Boozer/Gibson/Noah y Hamilton
Minutos +/- por 48 % de tiempo con Rip +/- por 48 Incremento con Rip
Con Rose 260 +30 35% +5.5 -7
Sin Rose 136 +22 20% +7.8 +7.5

Cuando Rip juega con los cuatro hombres altos, la muestra, más pequeña, sugiere que Chicago es mejor sin Rose que con él, pero con un margen mucho menor de victoria. A la vista de estos números, parece que el hombre de la máscara solo ayudaba al equipo con los bases suplentes en pista, y que no se entendía tan bien con el de Englewood.

Ahora bien, si con Hamilton la media de la unidad titular baja 7 puntos, ¿con qué otro escolta Derrick Rose y compañía go H.A.M.? Con Ronnie Brewer. +16.7 puntos por 48 minutos en 289 minutos de juego, que les convierte en la tercera mejor unidad en la Liga de las que estuvieron juntas más de 200 minutos la pasada temporada tras NelsonRedickTurkogluAndersonHoward (¡+21.9 puntos por 48!) y el quinteto RondoBradleyPierceBassGarnett (+18.0 por 48). Con Korver al lado la eficiencia fue parecida, +16.2, pero solo en 71 minutos de muestra. Una pena que no renovaran.

Una vez que los Bulls ya decidieron quitar de la circulación esos posibles quintetos que tan espectacularmente bien funcionarion cuando estuvieron juntos,dejemos de mirar al pasado y veamos otro posible apunte para el futuro. Con la posibilidad de amnihostiar a Carlos Boozer en el horizonte para evitar pagar el impuesto de lujo o incluso tener espacio bajo el límite salarial, y con un posible relevo ya en casa, Taj Gibson, sería interesante ver como se desempeñan las otras piezas fijas del futuro, Rose, Deng y Noah, junto a ellos:

+/- de Chicago junto a Rose, Deng y Noah
Minutos +/- +/- por 48
Boozer 628 +157 +12.0
Gibson 106 +37 +16.8

Aunque la muestra con Gibson en pista es poco mayor que la sexta parte, los Bulls son bastante mejores con Taj jugando de ala-pívot, y en la segunda mitad de la temporada, cuando Rose vuelva, no nos extrañaría nada que la proporción 1:7 de tiempo que Rose, Deng y Noah comparten con él, crezca bastante. Primero, porque en el pasado ha sido mejor. Y segundo, porque hay que asegurarse y comprobar que puede tener consistencia en el futuro.

  • Asik, rico por hacer dos cosas bien

Omer Asik ayudaba y era muy importante en este equipo con básicamente, las dos únicas cosas que hace (muy) bien: defender, y rebotear, sobre todo en ataque.

Con él en pista, los Bulls solo recibían 81.5 puntos por 48 minutos, y su Índice Defensivo de 92 puntos por 100 posesiones, fue 2º en la Liga, tras Stiemsma. Es cierto que a la defensa ayudan al resto de compañeros (y Brewer, Lucas o Gibson cooperaron bastante), que Asik se solía enfrentar a las segundas unidades, y que el sistema de Thibodeau ayuda y mucho. Los puestos más altos en la clasificación individual son monopolio de Celtics y Bulls, Boozer, ugh, incluido, y eso de segundo mejor defensa hay que cogerlo con pinzas XXL. Pero aún así, que Asik tenga la mejor marca del equipo es relevante. Y cualquiera que haya visto a este equipo jugar, lo sabe, no hace falta que le vendamos nada con números.

La otra faceta en la que Asik se hace importante, es atacando el tablero en ataque. Ya hemos cantado loas al rebote ofensivo, y Omer fue el hombre que tuvo la mayor tasa por jugada, en el equipo que mejor lo hizo el año pasado.  Aunque Gibson y Noah tuvieron porcentajes parecidos, nadie se hizo tan grande en el cristal tras fallos de sus compañeros como el pívot europeo en Chicago.

Después de que los Rockets hicieran una oferta que el turco no pudo rechazar, y la franquicia que lo descubrió no pudo igualar, lo único que les quedaba a los Bulls era encontrar un buen sustituto. Y no lo han hecho tan mal. Pívots de 7 pies y 116 kilos que defienden bien no se encuentran en rebajas de la agencia libre. Bueno, hay uno incluso más grande, y al cual casi todas las métricas avanzadas apuntan como gran defensor en los pocos minutos que disputó, que todavía está libre, Kyrylo Fesenko. Pero que un jugador así, lleve ya prácticamente dos años sin equipo, ya que la pasada temporada también estuvo un tiempo largo como agente libre, con la necesidad que tienen muchas franquicias de una figura similar, no pinta muy bien. Pero sí los hay que puedan rebotear bien en ataque.

Nazr Mohammed tiene ya 35 años, pero está relativamente sano (el año pasado jugó 63 partidos), nació en Chicago, tiene un anillo de campeón NBA (y 2 NCAA) y lo que es más importante para estos Bulls: durante su carrera ha cogido el 13.4% de los rebotes ofensivos disponibles mientras estaba en pista. La temporada pasada, entre todos los jugadores con más de 500 minutos, solo 12 tuvieron un ORB% superior al 13.4%. Uno de ellos fue Asik, y en el resto de la lista, solo había dos agentes libres y uno de ellos, por cierto, también está sin equipo. Reggie EvansLouis Amundson, podían haber sido tenidos en cuenta, pero son más bien ala-pívots que no llegan a los 2.05, y una cosa es no poder reemplazar la defensa de Asik, y otra entregar la cuchara tan abiertamente. La otra opción con números parecidos hubiera sido Camby, que aunque durante su carrera ha sido peor reboteando en ataque que Mohammed, tiene números parecidos estos últimos años, y tiene más nombre (que no rendimiento) en defensa. Pero Samurai se fue a New York, tiene 3 años más, y además, no estaba pensando en cobrar el mínimo como Nazr.

Mohammed, a pesar de la edad, podría en un principio con la carga de trabajo de Asik, que solo jugó 14.7 minutos por partido ya que él mismo jugó 11 minutos el año pasado, y 17 el anterior. Aunque no vaya a defender igual de bien, es una amenaza mayor en ataque que el turco, que solo mete el 48.4% de los tiros libres (Nazr un 63.9%), no tira nunca fuera de la pintura (solo 4 de los 156 tiros de Asik la pasada temporada fueron a más de 3 metros) y es una máquina de perder balones (1 de 4 cada veces que le llegan en ataque).

Asik va a entrar en los mejores años de su carrera y está a un paso (explotar en ataque) que muchos creen que puede dar, de convertirse en uno de los mejores pívots de la Liga. Pero para un equipo que ya paga más de 11 millones a Noah, no era una opción. Y con lo limitado de las posibilidades y el presupuesto de este equipo, no han hecho mal negocio.

  • Reemplazar un perímetro

Entre Brewer, Korver, Watson, Lucas y James, el año pasado ocuparon gran parte de los minutos de la posición de escolta, unos cuantos de alero, y casi el 60% en la posición de base.

Con la esperanza de que Butler cubra el vacío que se liberará en el puesto de 3, habrá unos 4000 minutos, menos los que juegue Hamilton para escoltas, y probablemente unos 2500-3000 para los bases, dependiendo de la prisa que tengan en el regreso de Rose, que habrá que cubrir a tiempo completo hasta que Derrick vuelva, con jugadores que llegan por primera vez a la franquicia.

Empezando por los escoltas, es increíble el parecido que tienen los números de anotación de Korver y Brewer a los de Belinelli y Robinson (de aquí en adelante, escolta para nosotros, aunque cuando Rose este fuera, y sobre todo si no llega ningún otro refuerzo, supongo que lo veremos jugando de base) el año pasado. Aunque se consiguieron en diferentes situaciones, por supuesto, jugaron prácticamente el mismo número de minutos (3104 y 3158) y anotaron con idéntico TS%, 52.9%, con una diferencia, los que llegan anotaron mucho más, 20.5 por 48 minutos, frente a los 15.2 de Korver y Brewer. Kyle es el mejor anotador del grupo, pero de los dos que llegan, ninguno es tan ineficiente como Brewer, y lo compensan:

Comparación entre escoltas
Minutos Puntos por 48 TS% TL/TC 3PT/TC % Asistidos
Korver-Brewer 3104 15.2 52.9% 19.4% 39.7% 84.0%
Belinelli-Robinson 3158 20.5 52.9% 20.7% 39.7% 60.7%

Como podéis ver el porcentaje de acierto no es el único número clavado: tienen la misma proporción de número de triples respecto al de tiros de campo, y el número de veces que van a la línea por tiro también es prácticamente idéntico. La única gran diferencia es la manera de conseguir esos puntos. Mientras que Korver y Brewer lo hacen mayoritariamente tras ser asistidos, Belinelli y Robinson, sobre todo Nate, crea más tiros. Esto también tiene su reflejo en otras estadísticas, ya que mayor manejo de balón implica más pases (5.0 vs. 3.9 asistencias por 18 minutos) y más pérdidas (2.2 vs. 1.7).

En teoría, si se integran de igual manera en el ataque de Chicago, Belinelli y Robinson tendrán un papel más de tiradores que de creadores. Si vemos que tal lo hicieron en ese tipo de jugada especifícamente, nos volvemos a encontrar con una igualdad tan absoluta, que parece que el GM de los Bulls haya elegido a los jugadores por esto: las dos parejas anotaron exactamente 339 puntos en jugadas etiquetadas como tiro tras pase la pasada temporada. La ventaja es que los nuevos, lo hicieron en 15 tiros menos, 313 contra 328 (1.08 vs. 1.03 puntos por jugada).

Los números por tanto sugieren que el puesto de escolta podría ser tan productivo el año que viene como lo fue el anterior en ataque, pero es en defensa donde puede haber más problemas. Con Belinelli y Korver en empate técnico (aunque Kyle es un poco más grande, Marco es algo más atlético, y ninguno de los dos van a acabar en un All-Defensive Team) es el cambio de Nate Robinson y su 1.75 y 82 kilos por Ronnie Brewer sus 2.01 y 103 kilos la diferencia más grande. Enorme, diríamos. Thibodeau tiene la carta de poder usar a Hinrich en el escolta rival mandando a Nate con el base, o utilizar a Robinson con los dos mejores hombres altos defensivamente (Gibson y Noah) y una mente privilegiada como la suya lo acabará colocando en la mejor posición. Pero el impacto se sentirá.

En el otro puesto, el de base, Kirk Hinrich vendrá para tener un protagonismo igual o mayor que el de Watson la pasada temporada, por la posibilidad de que también lo veamos de escolta cuando Rose regrese de la lesión. Los dos jugaron un número de minutos comparable la temporada pasada(1237 Kirk, 1159 C.J.) y en ataque, no sé si sorprendentemente, fue mejor el ahora jugador de los Nets. Anotó más por 48 minutos (19.6 vs. 12.3) con casi idéntico número de puntos por tiro (1.08 vs. 1.07) porque aunque acierta menos, tiró más de 3 y fue más a la línea y repartió más asistencias (8.3 vs. 5.1), perdiendo más el balón, eso sí (4.0 vs. 2.3) y rodeado de mejores compañeros. Al menos, Hinrich coincide con Watson en que su mejor tiro es el triple desde la esquina izquierda, y aquí la ventaja en tamaño y defensa está del lado del que llega.

Otra cosa a la que parece que no va a poder ayudar el nuevo perímetro, es a forzar pérdidas. Como podéis ver en la siguiente tabla, los Bulls fueron una de las mejores defensas de la Liga porque lo hicieron casi todo bien, pero apenas robaron el balón al rival:

Chicago Bulls en defensa 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.D.
27º

Todas las categorías tienen pinta de ir a peor el año que viene (no llega ningún exterior que se acerque al trabajo de Brewer en el rebote defensivo), y el porcentaje de pérdidas provocadas no es una excepción. El trío BelinelliRobinsonHinrich roba 3.1 balones por 48 minutos, y el BrewerWatsonKorver, 3.6, así que ni a eso podrán ayudar.

  • En conclusión

Los Bulls el año pasado tuvieron un Índice Ofensivo de 109.2 puntos por 100 posesiones, y el defensivo de 99.5 los 39 partidos en los que Derrick Rose jugó. Los 27 en los que no participó, los registros de los Bulls fueron de 104.9 en ataque y 96.6 en defensa, unos valores muy parecidos. Creo que en ataque Chicago no va a perder comba, ya que de los jugadores que se han ido, solo Korver era un gran anotador, y Asik y Brewer dejaban bastante que desear, pero en defensa van a notar mucho sus bajas de y la de Lucas.

Partiendo de los números del año pasado, estimando que Rose jugará el 30% de la temporada, y que la defensa perderá unos 3 puntos por 100 posesiones (lo que aún les mantendría entre las 5 mejores, pero con una diferencia significativa) y ajustándolo a temporada de 82 partidos, pronosticamos un ORtg de 108.8 puntos y un DRtg de 103.8, que les daría una esperanza de 54 victorias, todavía en la parte alta del Este. Los Bulls han sido muy buenos, tanto con Rose como sin él, para descartarlos tan pronto.

A no ser que el truco del éxito de este equipo estuviera solo en las manos de White Mamba, que no lo descartamos. Larga vida al Rey.

Minoría silenciosa

La NBA, prácticamente desde sus inicios, ha estado lejos de polémicas raciales. La Asociación se ha mantenido siempre distante de la discriminación a los atletas negros, al menos por comparación con las otras grandes Ligas. Es indiscutible que a los jugadores actualmente no se les mira el color de la piel (el All-NBA First Team al completo está formado por jugadores afroamericanos), pero es más allá, donde se puede ver la verdadera distinción y la distancia que guardan con el resto del deporte profesional americano.

En los banquillos, por ejemplo, donde solo hay dos franquicias que jamás han tenido a un entrenador principal negro, la relativamente joven Miami, que a cambio ha sido la primera en contratar a un entrenador de ascendecia filipina, y los Lakers, donde la llegada de Brian Shaw podría tachar al equipo de la lista. El primer entrenador en ganar un título de NBA fue Bill Russell hace 45 años. En la NFL, Tony Dungy fue el primero. Hace 4.

También los árbitros. Hace 43 años que hombres de raza negra empezaron a pitar partidos, con Jackie White y Ken Hudson como pioneros. Desde hace 14 años la NBA tiene un árbitro negro y mujer: Violet Palmer.

Y lo más importante, quizá, los despachos. Robert Johnson fue el primer propietario negro de una franquicia de las cuatro grandes Ligas al hacerse con los Bobcats, y Charlotte, con Jordan ahora al frente permanece como único equipo con dueño afroamericano. Wayne Embry se convirtió en Manager General de los Bucks hace 39 años. En ninguna Gran Liga hay tantos hombres negros tomando decisiones.

Pero nadie es perfecto. La NBA tiene sus esqueletos en el armario. Aunque Chuck Cooper, Nat Clifton y Earl Lloyd abrieron el camino en el año 50, hasta finales de los 60 algunos equipos se empecinaban en mantener un límite no reconocido de jugadores afroamericanos en plantilla, pese a que los Celtics y los 76ers de Russell y Chamberlain mostraban el camino a seguir, con quintetos completos de jugadores negros. Y también hay lacras bien vivas. El código de vestimenta despertó viejos fantasmas que nos llevaban a la época que los Fab Five todavía estaban en la Universidad. Y como olvidarnos, en la familia se sigue manteniedo a un repetidamente acusado de racista y hombre de dudosa reputación, el propietario de los Clippers, Donald Sterling.

Aún así, hay que aplaudir, con toda la moderación que cada uno quiera, a la NBA, que ha estado muy por encima de la curva que marcaban organizaciones comparables y la sociedad americana en cuanto a equiparar hombres y mirar más allá del color de la piel. Ahora, en 2011, la NBA se enfrenta a una nueva situación potencial de racismo, que debe gestionar de la mejor manera posible: la homofobia.

Muchos titulares de todo tipo han circulado esta semana en torno a este tema. El pasado lunes, Rick Welts presidente de los Phoenix Suns, se convertía en el primer ejecutivo deportivo en reconocer su homosexualidad. Ayer, lunes, uno de sus jugadores, el siempre elegante Steve Nash, aparecía en una campaña de publicidad del lobby Human Rights Campaign, para dar su apoyo al matrimonio gay, que por cierto, es legal y bastante aceptado socialmente en su país, Canadá. Estos movimientos de Welts y Nash ganan valor poniéndolos en su contexto local: los Suns juegan en Arizona, estado tremendamente conservador, en el que no parece que la unión entre dos personas del mismo sexo se vaya a ver pronto. De hecho, Nash ya recibió ayer mismo alguna crítica por Twitter (aunque el apoyo a la causa era mayoritario) que toreó con la misma eficiencia con la que pone el balón siempre en el mejor lugar de la cancha.

La normalidad con la que se ha acogido la situación en Phoenix era una buena noticia para una Liga a la que de repente le toco apagar por otro lado la barbacoa que había montado Joakim Noah. De manera parecida a Kobe Bryant hace unos meses, el pivot de los Bulls volvió a juntar fuck y faggot en una misma frase que recogieron las cámaras, y esta vez, en vez de dirigirse al árbitro Bernie Adams, lo hizo a un espectador.

Noah ha sido multado, pero sorprende el castigo, su multa, de 50.000 dólares, es la mitad de la de Kobe Bryant. Uno podría entender la diferencia si atendemos a la proporcionalidad en los salarios, pero es que la NBA ha decidido torpemente que el agravante es dirigirse a un árbitro en comparación con un aficionado que se estaba dedicando a incordiar al Chichitos. Sorprende que con los ojos puestos esta semana en el asunto, y con un problema que ahora se convierte en reincidente, la multa se haya reducido, ya que demuestra que la NBA estaba mucho más preocupada por la falta de respeto al árbitro que por el comentario homófobo.

Noah se ha disculpado como ha hecho Bryant, nos ha recordado que tiene amigos homosexuales, y creo que no hay que hacer leña del árbol caído. La expresión utilizada, nos guste o no, está dentro del vocabulario habitual de un joven, al igual que otras frases machistas o racistas que tan a menudo se utilizan sin pensar, totalmente despojadas de ese significado. No quiero dármelas de moralista, cuando yo soy el primero que a veces utiliza expresiones parecidas. Yo no estoy orgulloso, seguro que ellos tampoco lo están. Verte afeado en público, tener que mirar y responder a la cara a personas a las que has ofendido y el empujón al bolsillo, que por muy millonarios que sean, siempre duele, me parecen un castigo adecuado.

Pero la NBA, como compañía que no piensa en frío y que puede controlar las consecuencias de sus acciones, tiene que hacer el mayor esfuerzo para seguir siendo un modelo de referencia. Los niños se fijan e imitan su producto, y mostrarse inflexible de cara a la galería es la única opción para evitar que se repitan estas cosas. Después de ver una dirección positiva con las multas a Bryant y la situación en Phoenix, acaban de desaprovechar una oportunidad para seguir rechazando este comportamiento sin ambages.

Todavía ningún jugador ha revelado sus preferencias sexuales en activo. John Amaechi lo hizo después de retirarse hace 4 años, y pese a que la tolerancia era la tónica común, las reacciones de algunos jugadores ponen en duda que un vestuario NBA al completo pudiera aceptar a un jugador que revele su homosexualidad. De hecho, uno de los jugadores que declaró que actuaría con normalidad ante un compañero gay, no tuvo problema en comparar a un rival con una drag-queen en su día. Y Shaq no recibió multa alguna por llamar a Chris Bosh, el RuPaul de los hombres altos.

La Liga ya se estaba encargando de hacer anuncios públicos, los famosos PSA’s concienciando sobre la homofobia, incluso antes de los incidentes de Bryant y Noah. A Welts se le ha acogido con toda la normalidad del mundo, y con un gran abrazo. Pero si todavía ningún jugador se ha atrevido a compartir su condición sexual con sus compañeros, es que no existe un clima de confianza suficiente.

Creo que, por fortuna, los homosexuales en la NBA no son una minoría silenciada. Pero sí silenciosa. Cuando arreglen lo de los salarios, Stern ahí tiene trabajo.