Justo el curso baloncestístico en el que
me estreno como colaborador en esta magnífica página que estás leyendo (y si no
lo haces no sé a qué esperas, la verdad) con un artículo que puedes leer aquí
ensalzando las bondades de la NBA como mejor liga deportiva del mundo, ha
ocurrido un hecho con vistas a ser histórico para la competición. Un hecho que
ha cambiado toda la temporada y que incluso puede hacer que la temporada
2019/2020 ya haya finalizado sin nosotros saber que ya habíamos visto el último
partido.
La irrupción del COVID-19 o coronavirus y su elevada tasa de contagio junto con el riesgo que supone para la salud, ha hecho que el mundo tenga que pararse por completo salvo aquellos servicios básicos e indispensables como son las tintorerías y las peluquerías (ah, y supermercados y farmacias también). Este parón incluye por supuesto el deporte a todos los niveles incluyendo el que nos ocupa aquí como es la NBA.
La NBA ya ha dejado caer que como mínimo
(y siendo optimistas) hasta Junio no vamos a poder disfrutar del mejor
baloncesto del planeta; y luego tendríamos que ver de qué forma lo haríamos:
sin aficionados en las gradas o pasando directamente a los playoffs y
probablemente con series más cortas. Eso sí al final no se decide suspender la
temporada directamente.
Ahora bien, ¿significa esto que no
podemos ver nada relacionado con esa liga que tantas veces nos tiene pegados al
sofá?
Ni por asomo.
Ahora es el momento para aprovechar y hacer todas esas cosas que por falta de tiempo no podías hacer antes y desde La Crónica desde el Sofá quiero desmontarte todas esas excusas que siempre has tenido para de una forma u otra no ver nada de NBA.
Empezamos:
– Es que la NBA se juega muy tarde y claro, así no se puede ver ningún partido. Es verdad que aquí en España los horarios son bastante intempestivos (aunque eso es parte de su encanto) pero será que ahora no tienes tiempo de sobra para ver el partido que te dé la gana, que al ritmo que vamos puedes ver incluso una temporada entera. De hecho, el canal oficial de NBA está subiendo a Youtube partidos míticos que puedes ver tanto en directo cuando lo emitan y seguir disfrutando de ese encanto de ver baloncesto de madrugada, o verlo más tarde a la hora que prefieras.
– Es que el baloncesto de hoy en día es muy blandito y a la mínima te pitan falta, molaba más antes. Perfecto, pues abre el NBA Vault y mira partidos antiguos igual o más molones que los de ahora: los Bulls de Jordan, los Lakers de Kobe y Shaq, los Suns de Nash, la mítica rivalidad Magic-Bird o el último anillo de los Spurs (unas finales increíbles) Con esto puedes disfrutar de auténticos partidazos y profundizar en la historia de la liga. Un 2×1 de manual.
– Yo es que era muy fan de (inserte aquí su jugador favorito) y como él no ha habido ninguno. Pues lo mismo que antes, seguro que puedes ponerte partidos de ese jugador en concreto y disfrutar de tu jugador favorito, ya sea Jerry West, Nate Robinson o Brian Scalabrine.
– Es que los partidos son muy largos, preferiría otra forma de enterarme de todo sin estar pegado 3h al televisor. ¿Perdón? Aquí y aquí te dejo tanto los podcasts como los artículos desde el sofá, así que esa excusa ni se sostiene.
Hoy más que nunca vuelvo a recalcar lo que ya dije en su día: la NBA es la mejor competición deportiva del planeta y tiene la increíble capacidad de mantenerte enganchado a ella durante todo el año. La diferencia esta vez es que durante unos meses va a ser sin partidos, pero que eso no sea impedimento para que sigamos disfrutando de una forma o de otra del mejor basket del planeta.
Así que ya sabes, que esta vez where amazing happens sea en tu casa.
P.D. Uno de los motivos por los que espero que se reanude la temporada es para que una auténtica LEYENDA como Vince Carter tenga la oportunidad de despedirse del baloncesto sobre el parqué y siendo consciente de que ha jugado su último partidohaciendo lo que ha hecho durante las últimas 22 temporadas: dándolo todo por amor a este deportey a esta liga.
Como ya hemos hecho en otras temporadas, iniciamos los PO Desde El Sofá, donde cada día escribiremos sobre lo que hemos visto el día anterior, a nuestra forma y siempre desde el sofá.
A veces tenemos el difícil trabajo de tratar de recrearnos en explicar por qué un equipo ganó. De poner en blanco y negro lo que diferenció una sola posesión, de las 185 que vimos.
La verdad es que el tercer partido, pudo ir para cualquier lado. Dallas y San Antonio anotaron en 11 de las últimas 12 jugadas, incluidas las 9 finales, a cada cual más complicada, finalizando en el culmen que fue el triple sin equilibrio sobre la bocina de Vince Carter. Pero no os perdáis las tres canastas en la pintura anteriores, el show de Monta Ellis y Ginobili, el goteo constante e inadvertido de Dirk y Tim, Dalembert cerrando el espacio aéreo al volver del descanso, el segundo cuarto desde la media distancia de Tony Parker y el comienzo de Calderón. Un montón de protagonistas, dirigidos por dos excelentes estrategas, dando uno de los espectáculos del año.
Carlisle, que bien sabe que la defensa en la NBA es una manta corta que no te llega a todo el cuerpo, es excepcional reconociendo qué día tiene que tapar los pies, y cuándo la cabeza. Dallas ganó los dos últimos porque no han parado de anotar, y San Antonio está acertando cada vez a mejor ritmo frente a ellos, pero a lo largo de la serie ha logrado que San Antonio no hilvane su peligrosa secuencia de pases hasta triple abierto por el perímetro, aún a costa de ceder la media distancia a Tony Parker, el pase a Ginobili en el bloqueo y continuación, o el enfrentamiento favorable a Kawhi Leonard en el poste por haber cambiado en la defensa. El enfoque de control de daños de Rick, que prefiere resignarse a que sean 2 puntos de Splitter, que 3 de Danny Green, permite que los Spurs estén a una distancia razonable, para que los Mavs lleguen con opciones si son capaces de desplegar su propio ataque.
Y aquí, el rey de la noche fue Monta. Aunque pasó un mal momento cuando San Antonio le retó a tirar y fallar, pasando todo bloqueo por detrás, esto quizá le dio cierto ritmo para acertar todos esos lanzamientos más tarde, y sirvió de acicate para que penetrara. Finalizar ante un equipo tan grande como San Antonio es complicado, pero la atención con la que tratan a Nowitzki los Spurs (las ganas de doblar, aunque no acabe sucediendo, están ahí prácticamente cada vez que toca el balón) le permitió finalizar en varias ocasiones con placidez, solo incluso, recogiendo el balón de las manos del propio Dirk y galopando a la canasta en un único movimiento. Se recuperó maravillosamente bien del bache, y fue el faro de los Mavs, hasta para servir de señuelo en la jugada final.
Y si San Antonio aprovecha su profundidad y la cantidad de talento que ha ido trayendo a la franquicia y desarrollando, para presentar a los equipos rivales una amenaza que dura 48 minutos sin respiro, Dallas puede seguir el ritmo. Con una rotación del 6º al 10º hombre igual o mejor, los Mavs son otro equipo de partido completo, al menos cuando todos sus jugadores, alguno más perro que otro, están dispuestos a ello. Hoy faltó el desempeño de Devin Harris de los dos primeros partidos, pero siempre es fácil encontrar a alguien que vaya recogiendo el guante en cada tramo. Y así es como encajaron y devolvieron golpe por golpe todo a San Antonio, en un partido que no vio ninguna ventaja de 10 puntos o más.
Otro detalle para apuntar de este partido, es la gestión de los tiempos muertos y las posesiones finales. Después de ver a gente como McHale o Wittman, uno piensa que la cosa será más difícil de lo que parece. Pero entonces llegan Popovich y Carlisle, y vuelve a parecer facilísimo lo de pedir un respiro siempre que el equipo lo necesite, y aún así, guardar tiempos muertos suficientes en la mochila para utilizarlos en un final apretado. Y el uso del reloj fue sublime. San Antonio logró sacar el dos-por-uno, pero Dallas le obligó a darse prisa para conseguirlo, y consiguieron dejar unas décimas por si hacía falta la heroica. Esto es casi más responsabilidad de la inteligencia de los jugadores (Dirk, Monta, Manu), pero es evidente el aliento de Rick y Gregg.
Por la suficiencia que han demostrado durante la temporada y más allá, los Spurs partían como claros favoritos. Y si se lanzaron pronósticos de 4-0 ó 5-1, no es descabellado pedirles un 3-1 ahora. Pero ahora van de copiloto, y el coche lo conduce Cuban. Si los Mavs siguen anotando, tendremos el sorpresón de los Playoffs. Y Dirk Diggler todavía no ha hecho acto de presencia…
Sofi del día: Jaime Maggio en TV nacional. Sager, ponte bueno muy pronto, pero… ¿no es más divertido quedarse en Atlanta jugando al golf que andar viajando por toda América? Piénsalo, Craig.
Recuerda que puedes hacerte con esta previa (y todas las de la temporada, juntas, en PDF) en La Primera (y quizás última) Mega Guía de La Crónica Desde El Sofá para la temporada 13/14. Es totalmente gratuita, tan sólo os pedimos que hagáis una mención por Twitter o compartirla por Facebook mediante este botón:
O si insistís, no os vamos a decir que no tampoco, podéis comprárnosla sin tener que poner tuits ni likes…
Tras ganar el título en 2011, Cuban empezó una reconstrucción competitiva, con la esperanza de que Nowitzki pasara los últimos años de su carrera junto a otra estrella de su nivel. Los intentos no fructificaron, y tras un verano en el que muchos jugadores firmaron con los Mavs por un año para mantener su flexibilidad, esta temporada ya se han mojado un poco más repartiendo contratos multianuales.
Así, vuelven a presentar por segundo año consecutivo una plantilla muy diferente a aquella con la que acabaron la temporada anterior, en la que hay 9 caras nuevas (una de ellas, la de Devin Harris, viejo conocido) y sólo conserva a Dirk y Marion del equipo que ganó el anillo. Llegan Monta Ellis y José Calderón, una pareja qué abre muchas preguntas, pero con impepinable talento, y con Dalembert vuelven a tener alguien para cerrar el espacio aéreo dos años después. No sorprendería verles dentro ni fuera de los Playoffs, pero si el Robin Hood alemán sigue envejeciendo bien, junto a un maestro como Rick Carlisle, conviene apostar por ellos.
Radiografía de los Mavericks
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En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
Have Dirk, will travel
Con 35 años cumplidos en verano, Nowitzki no está en su plenitud deportiva, pero de momento no ha mostrado signos de perder sus habilidades de golpe pronto. Es verdad que bajó de los 20 puntos por primera vez desde su segunda temporada en la Liga, para los que nos tendríamos que ir al milenio anterior, pero fue una cuestión de volumen: sus porcentajes, rebotes, asistencias y pérdidas son mejores a los del año pasado, simplemente compartió más el balón que nunca, lo cual es una noticia regular, porque hasta ahora, no se podía encontrar a nadie mejor para tirar que él (y este año seguramente, sigue sin haberlo en este equipo). Lo que parece quedar claro, viendo como el hito coincide además con la última vez que no se clasificaron a Playoffs, es que según las estadísticas (no) avanzadas, si Dirk mete más de 20 puntos por partido, los Mavericks se clasifican para las eliminatorias por el título.
Profundizando un poco, su RAPM es el 24º mejor de la Liga, con él en pista, los Mavs fueron 1.8 puntos por 100 posesiones mejores y su diferencial en minutos de Dirk pasaría a ser 14º en Liga, en la zona de Playoffs. Desde que se recuperó, los Mavs tuvieron un récord de 28-25, y cuando juega más de 25 minutos, de 26-22, es decir, sigue siendo un jugador de gran impacto aunque la última temporada la pasara un poco de puntillas.
Simplificando muy groseramente, en la NBA puedes separar en tres grupos a un jugador de perímetro. A los que les encomiendas el balón porque saben moverse con él, penetrar, pasar, etc… es decir, los playmakers, por un lado. Aquellos que lo que hacen es tirar bien, y por tanto, están pendientes de recibir el balón y no de distribuirlo, por otro. Y los que pueden hacer las dos cosas y por tanto se ponen en el papel que mejor se les da o el que complementa a su compañero.
Aquí estaría bien tener una nota al pie a lo Grantland. Existe un cuarto grupo, el de aquellos que ni son playmakers ni tiradores, pero han hecho carrera en base a la defensa. Les cuesta minutos en el campo y millones en el banco, pero ahí están. Y si no tiras bien, ni creas juego, ni defiendes, entonces supongo que estoy hablando con Sam Young, y por tanto es normal que hasta el 26 de septiembre nadie te haya ofrecido un contrato (no garantizado).
Imaginemos dos jugadores que los más listos del lugar identificaréis rápido. Uno de ellos lideró la Liga tirando de 3, con un 46.1%. El otro, fue el peor de los 134 que realizaron el número mínimo de intentos según el criterio de la NBA, con un 28.7% de acierto. Los dos miden 1.91 y son sospechosos en defensa, pero el primero pesa 12 kilos más. La solución parece clara. Que el segundo haga de base playmaker y el primero de escolta tirador.
Así es como torticeramente (o no) cambiamos los papeles a Monta Ellis y Jose Calderon. Si los Mavs pudieran sumar las virtudes de ambos en un solo super-jugador, a este no le faltaría casi nada en ataque. El español pone el acierto en el tiro, la solidaridad y el liderazgo y Monta su mentalidad agresiva, el control de su cuerpo y el descaro. Pero son dos jugadores que se encuentran más cómodos y habituados a operar con el balón (aunque Ellis lleva año y algo ya compartiéndolo) y que no casan bien en la teoría.
Carlisle tiene una tarea hercúlea por delante para sacar el máximo rendimiento a los nuevos fichajes, y por suerte, es uno de los mejores entrenadores a los que encomendarse. Alguien con su imaginación y versatilidad seguro que encuentra la manera de aprovecharlos y, después de todo, ya está acostumbrado a extrañas parejas como esta.
En su primer año como entrenador, los Pistons tenían a la pareja Chucky Atkins–Jerry Stackhouse. Atkins, correcto en el tiro exterior, pero nada del otro mundo, era mucho menos trascendente que Calderón y Stackhouse es de los pocos jugadores en la Liga con peor tiro de 3 aún que Monta a lo largo de sus carreras. De hecho, en aquella temporada con Carlisle, metió lo mismo que Ellis el pasado año: 28.7%. Aún así, tuvieron una eficiencia más que respetable en ataque (12º en la Liga), y eso que contaban con mucha menos ayuda de lo que se espera en Dallas (Clifford Robinson con 35 años, Ben Wallace, Jon Barry…) Y el año siguiente puso los cimientos de la pareja Billups–Hamilton, otro escolta que apenas tiraba de 3, aunque ni Calde es el creador tras bote que Mr. Big Shot era, ni Ellis se desenvuelve tan bien en la media distancia.
Para mí, el Factor X, y la primera pieza a poner en marcha, es Monta. De Jose ya sabemos lo que puede y no puede hacer, y que seguramente cumplirá en lo que se le mande, como lo que es, uno de los jugadores más consistentes de la Liga. Pero Ellis tiene gen de estrella, uno de esos jugadores que pueden hacer cosas a un nivel que muy pocos superan. Es muy buen pasador, pero a estas alturas de su carrera no sabemos si nunca ha podido, o no ha querido, aprovecharlo. Con Dirk, uno de los mejores hombres altos en la Liga (por no decir el #1) con el que hacer un bloqueo directo y el ya mencionado Carlisle, se acaban las excusas y las preguntas. Por un lado ha dicho que quiere volver a atacar la canasta, que lleva un tiempo conformándose demasiado con tiros, y que va a volver el «Monta Basketball» pero en los Media Day se dicen muchas cosas.
Uno de los jugadores más excitantes, pero, hasta ahora también, más ineficaces de la Liga, tiene encima un reloj de arena ya girado, contando los minutos que le quedan. Los Mavericks tienen una amplísima rotación en el perímetro, con 8 jugadores en lugar de los 6 habituales (unos 3 por puesto), donde 7 son nuevos en el equipo y ante Carlisle. Devin Harris regresa en diciembre-enero, y hace mejor pareja con Calderón porque su tiro, que ha mejorado con los años, le permite jugar de escolta con menos dudas, y es buen defensor en ambas posiciones. En su mano está no acabar saliendo del banquillo de este equipo.
Y es que esa es otra: la pareja promete ser terrorífica (de mala) en defensa. Ninguno de los dos puede defender escoltas convincentemente, a Calde le cuesta mantenerse delante de los bases rivales, y a Monta poner la tensión suficiente para perseguir jugadores. Al igual que en ataque, no me extrañaría que viéramos a Jose con el papel habitual cambiado, ocupándose de los escoltas/jugadores sin balón. En la NBA actual creo que esto es un trabajo más de constancia (estar dispuesto a correr entre múltiples bloqueos, no perder la vista a tu jugador en los cortes), mientras que la defensa sobre el balón requiere menor tiempo de reacción y explosividad, y además, teniendo en cuenta que el español es también algo más grande, me parece una decisión lógica sobre el papel.
La suerte está echada, y los contratos firmados. Otros equipos necesitan salud, desarrollo de sus jóvenes, que su banquillo no dé mucho asco, o un milagro. Los Mavs probablemente empiecen y acaben donde termine esta pareja. ¿Y eso dónde puede ser? Pues… casi en cualquier lado, me temo.
La interesante madurez de Calde
Los años le están sentando bien a José Manuel Calderón, que está jugando su mejor basket desde que los Raptors llegaron a Playoffs, hace 5 años ya. Líder de la Liga en porcentaje de tiro de 3 (con un menor volumen de lo que otros jugadores cerca de él, pero ahí está), estuvo mejor en la primera mitad de la temporada en Toronto, en competencia directa con Kyle Lowry, que en los últimos compases de otro año en la sombra para Detroit. Luego, no descansó, se fue con la selección española al EuroBasket, donde pasó muchos minutos de escolta, algo que no sé qué tal le venía al equipo, pero para él, de cara a lo que tal vez le espera este año en Dallas, fue un entrenamiento magnífico.
Calderón es el ejemplo más claro de jugador que se limita a hacer lo que puede, y a tratar de no restar. Tiene un excelente porcentaje de 3 porque sólo tira si lo ve claro (no necesariamente tras pase), es de los mejores bases en puntos por lanzamiento cerca del aro (también porque se acerca cuando ve que puede nada más), y este tipo de cosas realzan más cuando hay buenos compañeros que recogen el guante y utilizan bien todas las posesiones que quedan libres, que rodeado de jugadores poco hábiles o eficientes.
Sería muy buen jugador de equipo aspirante, no porque sea español y queramos que gane así por la cara, como suele pasar, sino porque realmente su juego es de gregario convencido, de esos que tan bien complementan cuando tienes más estrellas. Al final cayó en Dallas, que no es mala situación si Dirk y Monta están a buen nivel.
Mejor cuando es agresivo y crea ventajas que cuando amasa el balón, tiene una pequeña e inoportuna tendencia a esperar demasiado en lo alto de la pista en muchas jugadas. La paciencia puede ser una virtud, y más en un deporte que muchos juegan acelerados, pero Calde lo lleva demasiado al extremo. Si no divides la defensa penetrando, o tus pases no se van encadenando con otros, lo único que haces deambulando por el exterior es esperar a que alguien se libere un poco, para que acabe tirando un apresurado e ineficiente tiro de dos lejano. Y eso no es dirigir bien, es lavarse las manos, y Calde muchos partidos los acaba que podría amasar pan. El contrato de 4 años, teniendo en cuenta que tiene ya 32 (aunque pinta de cuidarse bien) se le puede hacer un poco largo a los Mavs, pero este año tienen un muy buen valor por dólar con él.
Vuelve a tener incentivo competitivo, y esperamos ver al Jose más guerrero, el mejor.
Póntelo, pónselo
Y para tapar los estropicios que Calde y Monta puedan montar, los Mavs necesitaban un protector del aro y reboteador. Con la ventaja que da tener un ala-pívot como Nowitzki de cara al espaciado en pista en ataque, Dallas se puede permitir un pívot sin mucho rango en ataque, y con su presupuesto lo hicieron bastante bien.
Dalembert es un especialista defensivo. Su RAPM (+/- ajustado u normalizado), aunque todavía sólido, lleva un tiempo bajando y para un jugador de 32 años, empieza a preocupar, pero recordemos que el contexto importa, y por mucho ajuste que se haga, estos números tienen todavía una componente que depende de los jugadores que te rodean y a los que sustituyes, y Dalembert en este caso era el suplente del tercer mejor defensor por la métrica esta temporada. Además, su perfil es perfecto para recuperar páginas del libreto de la defensa en zona de Dwane Casey, que el año pasado se usó mucho más intermitentemente.
Pero no todo va a ser la defensa. Carlisle ya ha dicho que «está un poco infravalorado en ataque» y cuando ha tenido minutos de titular siempre ha rascado los 10 puntitos con buenos porcentajes. De hecho, este año, metió 35 saliendo desde el banquillo, en 27 minutos, contra Denver, en uno de los partidos WTF? del año, algo que muchos pívots de un nível comparable al suyo jamás han podido rascar.
Tiene un buen tiro desde ambas líneas de fondo, lo que le permite estacionarse algo lejos del aro si no participa de la jugada, y ofrecerse en los bloqueos laterales (que tanto le gustan a Monta) dando la opción de lanzamiento además de la de continuación. También carga mucho y bien el rebote de ataque, con una de las mejores tasas en la Liga, y lo puede hacer también en movimiento, llegando desde los laterales, no sólo cogiendo la posición bajo el aro. Lo malo es que desde el poste alto no presenta una amenaza creíble, lo que limita las oportunidades de Dallas de comenzar sus jugadas partiendo de la formación cuernos.
En definitiva, Dalembert puede mejorar a la triste versión del Kaman en declive que hubo el año pasado en Dallas, y es un complemento necesario en un equipo habituado a tirar y con problemas teóricos en defensa como van a ser los nuevos Mavericks. Y lo hace por una fracción del dinero.
¿Quién será el 3?
La mayor duda ahora mismo, seguramente, es saber quién acabará la temporada como alero titular de este equipo. Frente a Atlanta el 30 de octubre, Shawn Marion tiene más papeletas que nadie, por antigüedad, pero su contrato acaba y puede que no finalice el año, y Jae Crowder, o incluso Vince Carter, huyendo de la superpoblación en los puestos exteriores, llamarán a la puerta si se queda.
Como ya lleva un tiempo siendo costumbre, Marion produce más estadísticamente de ala-pívot que de alero, aunque me temo que por el baile que le dan, su posición no la define su propia actuación sino la de sus compañeros. Shawn cumple en ambos puestos, así que Carlisle puede preocuparse del resto, y luego dejar que la pieza Matrix caiga en el hueco que haya. Sigue siendo un comodín en defensa, ayudando mucho en los tableros, y con el tiempo ha ido ganando como pasador, pero su juego, a diferencia del de Dirk, por ejemplo, está eminentemente basado en su capacidad física y se supone que va a ir erosionándose poco a poco. Y aunque ha sido un jugador al que las lesiones apenas le han maltratado, el año pasado se perdió 15 partidos con distintas dolencias.
Si Jae Crowder acertara con el triple de manera regular, podría ser importante en un equipo acostumbrado a vivir y morir de la suspensión, que juntando a Ellis, Marion y Dalembert quizá tenga carencia, aún con Dirk y Calde. Con los mismos grupos de los restantes 4 jugadores, los Mavericks fueron 3 puntos por 100 posesiones mejores con Crowder que con Marion, aunque estos números son un tanto inestables, y la más utilizada en común, la casi-titular, con James, Mayo, Nowitzki y Kaman, fue un desastre con el novato de Marquette. Los Mavs seguramente estén interesados en el potencial de Jae como 3D, pero puede que no esté listo aún esta temporada.
Habrá que ver a lo largo de la temporada, porque este es otro puesto que quizá no acabe como empieza.
Banquillo completo
Con Devin Harris (cuando llegue), Vince Carter (mientras siga teniendo cuerda) y Brandan Wright (otro jugador fetiche, pena lo del rebote) saliendo presumiblemente desde el banquillo, la segunda unidad de los Mavs es. de forma indiscutible, una de las que más talento ofensivo tiene en la Liga, y además pueden ser complementados con piezas que juegan de una manera oportunista, sin necesidad de manejar el balón, como Wayne Ellington tirando (lo que le podría ganar minutos con la unidad titular incluso) o DeJuan Blair barriendo el rebote de ataque. En defensa tendrían que servir para algo los kilos que dicen que ha ganado Wright (y perdido Crowder), pero a las segundas unidades siempre se le pueden permitir estas cosillas.
Viendo la profundidad en conjunto de la plantilla, los Mavs son un poco débiles en el juego interior, donde sólo tienen 5 hombres con contrato garantizado además de Marion o Crowder, y una lesión de Dalembert les deja bastante vendidos en el puesto de pívot. Blair es pequeño para la posición, aunque haya jugado ya ahí y Bernard James, que pese a ser su segundo año en la Liga, en realidad es un veterano en cuanto a edad y físico (28 años), no da mucha confianza. Viendo como nadie le reclamó al ser cortado, no imagino mucha confianza alrededor de la Liga en sus posibilidades, y me pondría nervioso si tuviera que ser importante.
El jugador más apetecible para el espectador neutral de este grupo es sin duda Vince Carter. (Para nuestra desgracia) ya han avisado de que le van a poner un límite de minutos (unos 25 por partido) para que esté fresco, y pueda repetir lo del año pasado, es decir, su papel como uno de los mejores (y verdaderos) sextos hombres de la Liga. Si hace unos años hubiéramos dicho que Vince seguiría jugando a los 37 años, haciendo el trabajo más o menos sucio desde el banquillo, peleando y tirándose al suelo a por balones, en un equipo que ni siquiera estaba entre los aspirantes, creo que ninguno lo hubiéramos creído. Con casos como este, aquello de que los jugadores más atléticos envejecen mal es un axioma que deberíamos revisitar (aunque lo hayamos utilizado en este mismo espacio con Marion).
Pero lo cierto es que ya lleva algo de tiempo esforzándose sinceramente en defensa, y pese a la edad, tuvo el mejor porcentaje de tiro verdadero en su carrera: un 57.1%, y no es que lo consiguiera gracias a tirar menos o conformarse con menos protagonismo, ya que su porcentaje de utilización está en consonancia con lo que venía haciendo el último trienio. Más anotador que creador desde que dejó New Jersey, que marcara máximos de su carrera o casi (en porcentaje de 3 coqueteó con el registro), apunta a que el año pasado, en el que no cambió el contexto, los resultados fueron algo mejor de lo esperado, y eso casi siempre implica que este le espera algo de regresión a la media. Y sería una pena que algo cambiara porque la experiencia Vince Carter sigue siendo entretenida, 15 años después.
Esta pasada semana Tracy McGrady anunciaba por twitter, que dejaba la NBA, que no volvería a jugar en la liga y con ello se nos fue un trozo de nosotros
Thank all of you who have supported me over 16 NBA seasons, 7 All-Stars, and countless exciting moments. Retiring from NBA. Stay tuned. #mac
Podría tirar de números, estadísticas y demás para hacer este post o bien poner sus grandes momentos, como los míticos 13 puntos en 33 segundos, pero prefiero hacer algo desde la memoria, desde mis recuerdos de Tracy McGrady, ese jugador con cara acabar de levantarse de la siesta, pero con la sonrisa del jugón por bandera.
De la época de Raptors siempre le recordaremos por ser primo de Vicente y por participar en uno de los concursos más tremendos de mates jamás realizados, el del 2000, donde su primo dejó a medio mundo con la boca abierta y donde si no lo habéis visto (en serio????) os recomendamos que volváis a ver el concurso ya mirando de forma diferente a McGrady, donde hizo unos mates que tal vez hubieran ganado alguno de los concursos de los últimos años, sí, os lo voy a poner fácil, aquí lo téneis:
Tremendo verdad?, pues no ganó.
Ya nos vamos a Orlando, donde demostró ser un anotador puro y duro y llevar a una franquicia como Orlando a ser uno de esos equipos que molaba mucho ver, uno por su increíble equipaje de las estrellitas y otra por tener a McGrady en él. Sabías que iba a meter, mucho además con medias cercanas a los 30 puntos por partido, era sin duda alguna uno de los grandes favoritos del público, para mi lo era.
Recuerdo un partido en Orlando contra los Grizzlies de un joven Pau Gasol que acababa de aterrizar a la liga aún con su pelito corto y su raya perfecta en el pelo, un partido de esos normales de liga regular que hacían Montes & Daimiel, básicamente porque jugaba Gasol, pero que te dejaban ver a los otros equipos o a jugones como McGrady. En este partido T-Mac hizo una primera parte sublime, cogía la pelota y sabías que la iba a meter, fue realmente impresionante. Ni recuerdo el resultado final (creo que al final ganó Grizzlies), ni nada más, pero esa primera parte de orgía ofensiva por parte de McGrady probablemente no la olvide nunca. Tracy McGrady hacía cosas así y no una vez, ya que contra los Cavs de un jovenzuelo LeBron también hizo una de estas:
Por aquella época, Tracy McGrady era considerado como uno de los mejores jugadores de la NBA, y muchas veces como el mejor, con adidas haciéndole zapatillas ultra jugonas. Aunque nunca estuvo cerca en las votaciones de MVP por coincidir con el estallido Duncan entre otras cosas, pero siempre fue uno de los grandes favoritos del público y muestra de ello son sus nominaciones en el All-Star donde dejó otro sello para la eternidad.
All-Star Game del 2002, Philadelphia, el oeste sube el balón, lo sube Dirk, en este partido los equipos cada uno jugaba con su equipaje, una norma molona que duró pocos años… Dirk se la pasa a Stojakovic que falla un tiro exterior. Jermaine O’Neal coge el rebote que en seguida se lo pasa a T-Mac, que sube la pelota rápidamente… encara a Nash en la bombilla y derepente con una mano lanza la pelota al tablero, para, ante el estupor de todos, coger su propio rebote y meterla abajo. Increíble. Tremendo. Impresionante:
Creo que se nos quedan cortos los adjetivos para describir lo que vimos en esa noche de febrero en Philly. Sí, era un ASG, pero hay que imaginar hacer esto y…hacerlo. McGrady dejó su sello. Un servidor estaba viendo el partido en casa, a altas horas de la madrugada, al verlo sólo pude saltar del sofá, quedarme de pie, con las manos en la cabeza sin saber que decir ni hacer, sólo alucinando con las repeticiones.
Luego llegó la época en Rockets, donde su duo con Yao Ming prometía mucho en tierras de la NASA, pero los problemas físicos empezaron a acompañar al bueno de T-Mac (y también a Ming) y la franquicia de Houston nunca pudo disfrutar 100% de esa pareja que parecía destinada a algo más que simplemente llegar a los PO.
Luego llegaron más y más problemas físicos y su peregrinar por diferentes franquicias (leñe que llegó a jugar en los Knicks!!!) hasta quedarse el año pasado a 25 segundos de conseguir su primer anillo (testimonial, pero anillo hubiera sido).
Se va McGrady, uno de los mayores jugones que ha conocido toda una generación, y siempre nos seguiremos preguntado aquello que decía Montes: ¿por qué eres tan bueno McGrady?
Año 2041, una masacre en el mundo hace que la gran mayoría de los jugadores de baloncesto hayan desaparecido de la Tierra, se llamó el Mate Del Caos, un mate que fue tan potente que provocó semejante apocalípsis, sólo quedaron unos cuantos vivos entre ellos Charles Barkley.
Así reza el inicio del RPG llamado (ojo al nombre…) Barkley, Shut Up & Jam: Gaiden, Chapter 1 of the Hoopz Barkley SaGa donde manejaremos al bueno de Charles Barkley para devolver al mundo, ya en el año 2053 el baloncesto.
En el juego también aparece gente como Carter, Jordan o Rodman. El juego carece de cualquier licencia ni nada por el estilo, ha sido realizado por el estudio indie Tales Of Game y ahora mismo mediante Kickstarter, está buscando financiación para lo que será la segunda parte, que se llamará The Magical Realms of Tír na nÓg: Escape from Necron 7 – Revenge of Cuchulainn: The Official Game of the Movie – Chapter 2 of the Hoopz Barkley SaGa (tremendo!).
Tras 5 partidos los Mavs son el equipo que mejor tira de la Liga. 48.5% de acierto en triples, que sería la mejor marca de la Historia de la NBA, y lideran la Liga en puntos por jugada en tiro tras pase (no solo de tres) con 1.28 ppj, por delante de equipos que han empezado de manera terrorífica como New York o Miami. Y todo esto, sin un tal Dirk Nowitzki. Pero, ¿esto es sostenible?
Parece claro que a ese nivel general, o en algunos casos, en particular (O.J. Mayo anotando 4 triples por partido con un 63.6% de acierto), no. Pero, ¿es posible que coqueteen con el 39-40% lo que le daría una de las mejores marcas del la Liga al final del año? Sí.
En primer lugar, veamos como han distribuido sus tiros de 3, comparados con el líder en porcentaje de acierto el año pasado, San Antonio, por los datos de Synergy.
Vemos que el reparto es parecido, pero con alguna diferencia. Tiran menos tras pase, por comparación, pero en el caso de San Antonio eran menos efectivos de esa forma y en Dallas, sucede al contrario. Deberían empeorar en esa situación, pero probablemente, también tienen un margen de mejora al contraataque, donde solo están acertando un 33% de los tiros, pese a tener un número elevado de intentos. No están abusando de recursos más egoístas como el aclarado, y los números indican una solidaridad similar a la que tenía San Antonio, buena señal.
Otra situación a analizar son las defensas a las que se han enfrentado. Con la temporada todavía tierna y los rankings cambiando de un día para otro, se han enfrentado a 4 de las 9 peores defensas, y Utah que es 16ª. Charlotte y Toronto están siendo horribles en la defensa del perímetro, fuera de posición, rotando mal y tarde y jugar contra ellos probablemente les ha ayudado bastante. Por suerte, los próximos enfrentamientos son favorables en este aspecto ya que New York (5º equipo que mejor porcentaje de 3 permite al rival), Charlotte de nuevo (2º) y Minnesota (3º) esperan los siguientes, por lo cual no sería de extrañar que mantengan este nivel un poco más, antes de regresar a la media.
Ahora, veamos la cinta. Dallas siempre ha sido un equipo de tiradores y diestro en el arte del triple, pero la nueva dimensión que han añadido al equipo este año con Collison (y los que no lo son) penetrando más de lo que estaban acostumbrados a ver en Texas, y sin tener que pasar el balón por Dirk, han permitido que veamos ese juego de penetración-y-pase tan de moda en la Liga, y como efecto colateral, al concentrar a la defensa, están ganando ese espacio que les permite dar el pase extra en el perímetro:
O.J. Mayo, que es el que se lo está montando un poco más por su cuenta y ha embocado los triples más espectaculares (y por tanto, más propensos a no volver a repetirse) ha metido más de la mitad, 12 de sus 21 triples, tras pase en estático, y no nos extrañaría que acabará la temporada en un 40% si sigue tirando en armonía con el flujo del ataque.
Hasta, Vince Carter, el jugador que más triples ha fallado y con peor porcentaje (Troy Murphy aparte) no lo ha hecho con malos tiros tampoco. Todavía es proclive a tirarse el ocasional WTF?, pero la penetración (o simplemente su amenaza) y el pase extra, le han permitido tener buenas oportunidades de cara el aro incluso en los fallos, como podéis ver:
Otra pieza importante en el acierto desde el perímetro está siendo Jae Crowder (9 de 18). Comparado con Kenneth Faried (a ver si adivináis el motivo, que por su porcentaje reboteador del 7.9% no es) su juego en realidad se está pareciendo muchísimo más al de otro rookie del año pasado con peinado característico: Kawhi Leonard. Los dos venían con dudas sobre su tiro y las han solucionado de la mejor manera posible: demostrando una inteligencia tremenda para quedarse solo. Todos sus intentos han sido tras pase, y aunque a medida que los seguimientos a su juego obliguen a su par a prestarle más atención cuando merodee la línea de tres, su porcentaje bajará del 50% que tiene ahora mismo, pero ayudará a descongestionar la zona para Collison y cía. En las siguientes jugadas vemos como en ataque está siempre abierto y dispuesto para aprovechar la penetración de los exteriores de Dallas o un balón que le llegue desde el poste bajo:
En definitiva, los Mavericks no deberían seguir anotando de 3 a niveles históricos, pero pueden ser un buen equipo durante el perímetro a lo largo de toda la temporada. Cuando llegue Nowitzki, su identidad mutará un poco… pero si acierto desde el triple nos estamos refiriendo, es Robin Freaking Hood.
44 puntos (en solo 29 posesiones), 8 rebotes y 10 asistencias, 3 robos y 3 pérdidas en 53 minutos de partido jugando sin descanso. Impresionante partido de Rajon Rondo. Una obra maestra. Muy probablemente el mejor que hemos visto y vamos a ver por un jugador estos Playoffs.
Pero que la hipérbole pare aquí por favor.
Twitter ebullía al día siguiente entre proclamas que venían de diferentes puntos a nombrarle el mejor base de la NBA o a refirmar el sapo que había soltado Magic Johnson que dijo que había sido la mejor actuación en Playoffs de un guard, es decir, de un base/escolta. Forofos Célticos, gente que cree que la Historia empezó en la última quincena o los boxscoristas más cerriles. Había de todo y el mensaje es el mismo.
Y nosotros, que no tenemos una manía ni una inquina especial a Rondo, y al que valoramos su partido del otro día con gran cariño, no podemos con según qué aseveraciones.
Ya para empezar, dudamos (y lo ponemos con negrita porque a diferencia de lo que leemos y nos molesta, no somos de verdades absolutas ni de dogmas de fe, al contrario, nos encanta dudar, y dudar mucho) si es el mejor partido en Playoffs de este año o lo es el de 40 puntos (34 posesiones), 18 rebotes, 9 asistencias, 2 tapones, 2 robos y 5 pérdidas de LeBron en el 4º ante Indiana. Eligiríamos como mejor el de Rajon por la eficiencia tirando y las menores pérdidas, no por el hecho que Rondo no descansara, uno de los factores sobrevalorados para analizar su épico partido: es muy reseñable el esfuerzo, pero un arma de doble filo: más tiempo en pista, a la vez que más descanso, trae más oportunidades para producir. Es más, sin el extra dela prórroga, Rondo se va con 32 puntos, y seguramente no tenemos que oír a Magic exagerando.
Porque por muy espectacular que fuera el partido de Rondo, tal vez el mejor (y lo mejor de todo, nunca lo sabremos) me parece una falta de respeto para actuaciones históricas como la de Jordan ante los Celtics en el ’86 (en la que también jugó 53 minutos, aunque con 5 de descanso, ya que hubo 2 prórrogas) con un 63/5/6 o una ante Miami en el ’92 que acabó con un 56/5/5/4/2 y solo 2 pérdidas o el mismísimo Flu Game, que valió un título con los mismos puntos que posibles grados de fiebre: 38. O el mítico Sleepy Floyd Game en el que los todopoderosos Lakers del 87 perdían el único partido que se dejaron atrás en el Oeste tras 51 puntos en 32 posesiones y 10 asistencias con solo 2 pérdidas del Warrior. O el de 43 puntos, 8 asistencias, 6 robos con un esguince de tobillo de Isiah Thomas en las finales del 89. Le perdonaremos porque es posible que no viera el 5º partido de las Finales del 62, en el que Baylor metió 61 puntos y cogió 22 rebotes en el Garden, pero del resto de hazañas (incluidas todas las suyas, aunque en su más destacable partido en Playoffs, el 42/15/7 en las finales de 1980 vino jugando como pívot), él estaba, en algunas incluso, presente en esa misma cancha.
Creo que es muy difícil negar que el impacto de todos estos partidos en la Historia y el recuerdo de los Playoffs perdurará mucho más que la gema de Rondo el otro día, que en perspectiva histórica quedará más cerca de actuaciones como la de Vince Carter en los Playoffs de 2001: 50(34 posesiones)/6/7 con 4 tapones, perdiéndola una vez, o el 41/6/7/3 en tan solo 20 tiros, y con una sola pérdida de Terry Porter en las finales de Conferencia del 1992. El tiempo dirá. Y nos hemos limitado solo a partidos de bases/escoltas.
La otra proclamación dudosa para nosotros es el nombramiento de Rajon Rondo como mejor base de la NBA. Podríamos pasar por ese aro, colocando la coletilla «cuando tiene el día», «cuando le apetece» o «si nos olvidamos y guardamos bajo llave las cintas de sus partidos malos». Si no, pues lo siento, pero para nosotros, no. Ni de lejos.
En primer lugar, porque nos cuesta pensar que si Rondo es, de verdad, el mejor base de la Liga, los Celtics hayan ocupado esta temporada el puesto 25 de 30 en eficiencia ofensiva. Solo Wizards, Pistons, Raptors, Hornets y Bobcats son menos efectivos en ataque que Boston. Y eso teniendo en cuenta que a diferencia de estos equipos, y de algunos que están algo más arriba, y aunque el Big 3 ya no es lo que era, Rondo está siempre rodeado en pista por gente capaz de anotar el balón, incluída la quinta pieza del quinteto Brandon Bass. Los 4 jugadores que más tiempo le rodean en pista saben anotar, y tienen rango. Tiene el lujo que no solo uno, sus dos jugadores interiores, son aptos desde media distancia, y podría ejecutar pick-and-pops y pick-and-rolls con ellos indistintamente, cosa que otros bases no pueden hacer.
Rondo esta temporada no ha llegado a anotar el 60% de sus tiros libres este año, ni el 24% de sus triples. A pesar de la sorprendente y alucinante facilidad que tiene para plantarse bajo la canasta, incluso cuando le flotan descaradamente, su finalización es desastrosa por lo que le cuesta finalizar las jugadas: rehuye el contacto para evitar tener que ir a la línea, y muchas veces renuncia a la canasta por un pase fácil para engordar la cuenta de las asistencias, lo que en muchos casos ha supuesto un fallo.
A Rondo le cuesta anotar, y eso coagula el ataque de Boston. Los Celtics se han atascado muchos partidos y muchos cuartos durante esta temporada, durante estos Playoffs. El sexto partido ante los 76ers. El primero de esta misma serie ante Miami. Y en esos momentos en los que el equipo no sabe qué hacer, en que llegar a los 80 puntos supone una tarea hercúlea, en que pese a no tener en muchos instantes ni un solo jugador sumando cero al ataque, no son capaces de ver aro, nadie ha podido pensar que ese equipo estaba dirigido por el mejor base. Que un partido no cambie nada.
A la fascinación por Rondo, ayuda el deslumbramiento del triple doble, al que le ayuda el hecho de que rebotea muy bien, especialmente en defensa, y gracias a eso, en nuestra opinión se sobrevalora su aportación. Muchísimos aficionados, ocasionales o permanentes, se dejan llevar por ese triple doble a punto de suceder, cuando hay que cogerlo con unas pinzas tamaño XXL. ¿Por qué?
Primero porque las estadísticas, cuando se empiezan a poner cortes arbitrarios, como es en este caso en las decenas, pasan muchas veces de ser estadísticas a ser efemérides. Un partido de 25 puntos, 13 asistencias y 8 rebotes no es un triple doble, un 14/11/10 si lo es, y a ver con cual os quedabais. Muchísimos grandes partidos no pasan ese corte, pero los que lo hacen dan un lustre tremendo.
Y segundo, porque hay una categoria en la que el trabajo del base es muy poco importante. Los rebotes. Especialmente el defensivo. Si un base no coge el rebote, en muchos casos, otro jugador del equipo lo puede coger. Y eso por no hablar de los equipos en los que los bases están directamente apartados de este trabajo, por lo que están en desventaja perpetua con Rondo en esta categoría. El día que Rondo coge sus 10 rebotes, 6 ó 7 más que el base medio normalmente, está beneficiando a su equipo dándole 2, 3 ó en el mejor de los casos 4 posesiones más. Eso puede llegar, como mucho, a compensar el miedo en la bombilla, el tiro tembloroso, el TS% bajo par con hándicap. Que Rondo cargue tan bien el rebote es un extra, que se ha de apreciar, pero que tiene un impacto en su prestigio a través del triple doble mucho mayor que el que tiene en su equipo. La gente en una boxscore mira 3 casillas, no se pone a contar los tiros fallados.
Si nos ponemos efeméricos y cambiamos el 10-10-10 por un 20-10, en el que los rebotes quedaran fuera, Rondo quedaría sexto este año, con 5 partidos de ese tipo, por detrás de Nash, Rose (en 39 partidos), Williams, Parker y el líder absoluto, Chris Paul, que hizo 12 de estos.
Rondo es un magnífico jugador, que puede seguir progresando y mejorando en su tiro, y tal vez en algún momento logre ser el mejor base de la NBA, con consistencia, y dar partidos que vayan directos a la Historia de los Playoffs. También nos parece el mejor base en defensa, y mostramos nuestra disconformidad en Twitter de que eligieran a Chris Paul en el All-NBA 1st Team Defense por delante de él. Podemos estar equivocados, o incluso muy equivocados, pero lo hacemos sin tirrias y sin rencores personales. Vemos lo que vemos, y los números que hay detrás, y lo justo que va el ataque de los Celtics, y lo sentimos, pero no. Rondo, ahora mismo, no puede ser el mejor base del mundo.
Entre lockouts y mercado pre-liga, nos olvidamos de los actuales campeones, los Mavs que vuelven este año con un equipo más veterano todavía del que ya de por si tenían el año pasado, pero listos para dar de nuevo ‘el susto’.
El equipo del gran Cuban han perdido entre otros a JJ Barea (28 años) y Tyson Chadler (29 años) y para substituirlos han ido a por el gran Vicente aka Vince Carter (35 años) y a por Lamar Odom (33 años). Es decir hemos ganado unos añitos.
Si a esto sumamos los 35 Kidd, Terry, Cardinal y Stojakovic, los 34 de Robin Hood y Marion, hacen sin duda alguna una de las plantillas (tal vez la que más) con más veteranía de toda la NBA, son los nuevos viejos Mavericks.
Pero esta plantilla puede hacer un quinteto que si está inspirado puede ser temible: Kidd, Carter, Marion, Odom y Nowizki, un quinteto con 4 All-Stars y el Mejor Sexto Hombre de la pasada temporada… no pinta mal no?
La verdad es que si las lesiones respetan al equipo de Carlisle, van a ser de nuevo los tapados de la Liga, ya que como nadie se acuerda que son los actuales campeones, nadie contará con ellos y puede pasar lo del año pasado. La gran duda es si esta veteranía les puede pasar factura en una temporada tan exigente como la de este año, con partidos tan condensados, esa es la grandísima duda.
Lo que está claro es que Cuban, sin hacer cosas raras ha pasado de un equipo muy joven y prometedor (Devin Harris, Josh Howard, Marquis Daniels…) a uno muy veterano y experimentado que ya el año pasado le dio el anillo y que este año promete más veteranía, habrá que ver si pueden contra otros equipos mucho más atléticos y jovenes como pueden ser Grizzlies, Thunder o los propios Heat.
El tiempo dirá, pero hay ganas de ver a estos nuevos viejos Mavs…