Tras cortar a Deron Williams, los Brooklyn Nets no pagarán impuesto de lujo este año, tras entregar casi 125 millones al resto de equipos de la Liga en el último trienio. La marcha de D-Will, jugador que nunca fue franquicia para los Nets, pone el matasellos de destinatario desconocido a la carta que mandó Prokhorov a los Reyes Magos, sin darse cuenta que los únicos barbudos en Brooklyn son los hipsters de Williamsburg.
Sus propietarios ahorrarán mucho dinero, pero tienen que poner el primer punto y aparte desde que se mudaron, y el momento llega mucho más pronto de lo deseado. Este verano se cumplen cinco años desde que el oligarca ruso se autoimpusiera sin necesidad una fecha límite para que cayera el primer anillo, y el inventario hasta ahora es insoportablemente insípido, lo último que esperábamos de una apuesta pensada en, y para, el blanco y negro.
El equipo nunca ha estado cerca de alcanzar la relevancia soñada, y por no ser, no ha sido capaz ni siquiera de colgar en el Barclays ni uno de esos banners de Campeones de División, que se ríen irónicos de quienes presumen de ellos. La mediocridad de un Este sin clase media les ha mantenido a flote, y lo más cercano a la trascendencia que se les ha visto es apareciendo por la tele algún principio de mayo, coincidiendo en su final de temporada con alguna de esas series de cadena nacional que tras decenas de capítulos empieza a agotar la fórmula.
Un premio muy modesto, que, sin embargo, varios equipos parecen desesperados por alcanzar cada mes de julio, aunque renieguen a regañadientes tras quedarse a la orilla en abril. No nos confundamos, no son la única franquicia que ha arrancado hasta el último cheque de su talonario dejando sólo los resguardos, para el recuerdo y la auditoría. Su conducta de apostante degenerado no es única, ellos simplemente lo han hecho con muchos más fondos.
Tampoco ha acompañado a dar lustre el vecino del otro lado del East River, en depresión aún más aguda. La rivalidad, que lleva más de una década sin una efeméride que echarse a la boca, no ha sido tal casi nunca. Pero en la NBA, las ristras de fuegos artificiales tienen la mecha muy corta. No sé si es un castigo divino a New York, la ciudad que por otra parte todo lo tiene, franquicias deportivas a pares incluidas, que los enemigos íntimos que allí conviven, rara vez sean capaces de encender una chispa. Pero así es.
No voy a ocultar que reconforta comprobar que el camino al éxito requiere de sutilezas que necesitan mucho más que dinero. Pero dejando el romanticismo en un cajón, el proyecto de los Nets en Brooklyn no ha deseado otra cosa que las victorias, algo que es de agradecer. La vía rápida no es heroica, y no siempre es el camino más corto, pero la apuesta por el talento consagrado y las personalidades importantes de la Liga, es una genuflexión muy honesta ante el prestigio. Ante varias aventuras a elegir, en Brooklyn se ha preferido rendir culto a los galones, una apuesta tan digna como cualquier otra, aunque al final haya resultado equivocada.
Muchas veces hemos recriminado que las franquicias, más bien sus propietarios, no hayan puesto toda la carne de los presidentes muertos en el asador, y hayan preferido llevarse de sus equipos antes que poner en ellos. Nos horroriza que sean hombres de negocios cuando los creemos mecenas. No podemos quejarnos por tanto, cuando ocurre lo contrario, y alguien está dispuesto al dispendio sin cortapisas. Sí, tal vez, aún con todos estos gastos, la revalorización de una franquicia NBA sólo por salir a jugar 82 partidos, hará que el día que Prokhorov salga, lo haga con más dinero del que entró. A lo mejor no es más que una inversión muy bien calculada, pero ya será mayor que la de cualquier otro colega suyo. La ambición, si no pasa por encima de nadie, no ha de ser pecado.
Y quizá también quiero ver más allá, y es su dejadez con las elecciones del Draft y todo lo que suene a largo plazo, y no otra cosa, lo que les ha obligado a huir hacia adelante. Prefiero pensar que han tenido suficiente con pasar las excavadoras por Prospect Heights una sola vez.
Y es posible que en un nuevo intento de aspirar, y siendo pudientes otra vez el verano que viene, vuelvan a intentar hacer el mejor equipo que el dinero puede comprar, pretendiendo que no han aprendido nada. Sin embargo, el nuevo convenio les pone complicado propasarse, y la competencia por las (pocas) piezas de caza mayor será grande. O a lo mejor un año con un equipo más modesto, pero tan competitivo como antes mientras Brook Lopez esté en pie, y Lionel Hollins en el banquillo, les haga ver las cosas de otra manera.
Sea como fuere, abandonar la insoportable levedad, cuando has cavado tanto para acabar en ella, no va a ser fácil.
Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…
Me voy a poner hoy en la piel de ese usuario casual de NBA que se engancha a esta maravilloso deporte sólo para los PO. Me pongo en la piel de esa persona que piensa que la NBA en temporada regular son demasiados partidos y no hay emoción y que lo bueno llega con los PO. Me pongo en la piel de esa persona que está viendo por primera vez a Atlanta Hawks y la clara pregunta que se hace: «¿Y estos tíos han ganado 60 partidos?«.
Esa es la sensación que te está dejando Hawks en esta serie contra Nets, un equipo que no parece esa máquina engrasada que ha sido durante la liga regular y eso que anoche el equipo empezó a jugar como ese conjunto de 60 victorias, jugando desde fuera o desde dentro dependiendo de lo que Teague eligiera, con además unos Nets que parecía que habían ido a Georgía a probar Coca Colas extrañas y poco más.
Pero estos Hawks les falta algo, o mejor dicho, les sobra algo, en este caso los numerosos problemas físicos que está teniendo la plantilla, con Horford y Millsap ni de coña al 100%, con la falta de Sefolosha, con Kover no tan fino y con Jodete Hitler en modo Rondo,…más Rondo que nunca. Sólo Carroll parecía mantener a unos Hawks que fueron claramente de más a menos y que esto casi les cuesta un buen susto.
Claro, Nets de los cuales rajamos mucho y demás, cojos tampoco son y López les hace mucho daño a Atlanta y poco a poco se fue notando esto cada vez más. Deron volvió a ser el Deron de siempre (que pena decir que el Deron de siempre es el gris…), cosa que ATL no aprovechó, pero con la eficacia de Jack y sobre todo de Anderson que desde fuera iba cortando la diferencia de Hawks hasta que el Philips Arena empezó a enmudecer de forma sospechosa.
El último cuarto fue un duelo en OK Corral en plena ciudad donde empezó Walking Dead, mucho triple, mucha jugada con intensidad y la cara de los aficionados hogareños era todo un poema cuando Brooklyn anotaba y anotaba acortando de forma alarmante la diferencia.
Finalmente ATL pudo con la embestida de Brooklyn y gana el pivotal, aún así, nos queda esa sensación extraña de que ya hemos visto lo mejor de Hawks esta temporada y eso no es nada bueno…
Sofi del Día
Se lo vamos a dar a VICENTEEEEEEEEE que anoche nos dejó esta perlita…no son los mates de antaño, pero oye… la jugada en si es molona
Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…
Londres, 1999. En un estudio fotográfico, tras una sesión y una partida de ajedrez sugerente, pero poco sutil, Austin Peligro Powers se dispone a darle lo suyo y lo de su prima a la rusa Maria Umpajote. Pese a que había llegado como enemiga, los encantos de Austin la habían dominado, y estaba a punto de ser sometida. Entonces, ocurre una catástrofe, una desgracia, un cataclismo. Powers ha perdido su mojo y no puede culminar la faena. Tendrá que viajar al pasado si quiere recuperarlo.
En idéntica situación se encontraba Deron Williams hasta ayer. Estaba siendo el peor jugador de Brooklyn en la serie, la cabeza de turco de la corta derrota en el segundo partido, el centro de las mofas.
Entonces, de repente, como le ocurrió a Austin Powers, parece que se le activó la lucecita que le recordaba que aunque ese Gordo Cabrón que son las lesiones le hubiera robado físicamente el mojo, eso no se podía quitar. Porque lo llevas dentro.
Williams volvió a ser el de Utah, y como si estuviera en uno de sus mejores días en los Jazz, metió 35 puntos, dio 7 asistencias, y lideró a los Nets a la victoria y al empate a 2 en la serie entre el mejor equipo del Este y aquel que entró el último día.
Y no son sólo los números, Deron lo hizo todo. Metió triples, tanto librados como imposibles, hasta un total de 7. Penetró con precisión por la zona de Atlanta y acabó con seguridad en tráfico o a aro pasado. Surtió de magníficos pases a las continuaciones del bloqueo de Brook Lopez y hasta se permitió algún crossover de aquellos que hace tiempo que no veíamos. Trajo la bolsa de trucos completa al partido, y todos lo agradecemos. Aunque falló la oportunidad de matar el partido en el tiempo reglamentario, y dejó algo de tiempo para que Atlanta tuviera su oportunidad, ese fue el único manchón en un partido por otra parte impoluto, en el que los de Brooklyn se llevaron la victoria.
Al final, un triple de Bogdanovic y un dos+uno a la virulé de Young (aunque no metiera el tiro libre) partieron las esperanzas en la prórroga de unos Hawks que se acababan de poner por delante con un triple de Carroll desde la esquina, pero vieron como Brooklyn, al igual que durante todo el partido, tenía respuesta inmediata y contundente.
Los Nets redujeron la rotación a su mínima expresión, jugando prácticamente con 7 hombres, con Bogdanovic de metralleta titular por el ya defenestrado novato Markel Brown y Jarett Jack y Alan Anderson desde el banquillo. Durante casi todo el último cuarto, se hicieron pequeños, con Anderson de ala-pívot, sabiendo que un mermado Paul Millsap se está viendo más obligado a jugar por fuera y no les iba a castigar. Le dieron a Atlanta su propia medicina: circulación de balón, espaciado perfecto y acierto de larga distancia. El balón no se pegaba en las manos de nadie no llamado Joe Johnson, y los Hawks no podían utilizar su defensa abrasiva, de manos rápidas y dos-contra-uno, porque no tenían a quién atrapar.
De todos modos, los Hawks se pudieron llevar el partido perfectamente. Estuvieron por delante una gran parte del tiempo, y tuvieron una última jugada para ganar, pero en una aparente confusión entre Teague y Millsap, no lograron sacar siquiera un tiro. Kyle Korver tuvo una poco característica noche aciaga con el tiro, que no se debería volver a repetir, y Jeff Teague pareció por fin coger en el último cuarto el punto a la porosa defensa del bloqueo y continuación de los Nets. Y aunque mal físicamente, Horford y Millsap siguen siendo una pareja de muchos kilates.
La cara amable es la de DeMarre Carroll, que continúa realizando un grandísimo papel en estas series, metiendo triples, defendiendo bien a Joe Johnson, penalizando los despistes en el tablero de Brooklyn con rebotes ofensivos, e incluso sorprendiendo con algo de balón en sus manos. Es el jugador más dispuesto a pasar la bola de todo el quinteto, y el que mejor representa ahora mismo el baloncesto de continuidad que hemos visto en Atlanta durante la temporada. Lo único malo sigue siendo su peinado.
Lo que sí parece problemático y preocupante es el banquillo. La baja de Sefolosha se empieza a notar porque Bazemore, Schroder y Scott no están jugando un buen baloncesto, sobre todo el base alemán, una fábrica de balones perdidos. Hollins no bromea y sólo utiliza a sus mejores hombres, lo que les está costando una desgracia en forma de parciales en contra a los Hawks.
La eliminatoria sigue adelante, se garantiza que al menos irá al sexto partido, y dadle una oportunidad, porque está mucho más entretenida de lo que debería. Al menos ayer.
Como ya hemos hecho en otras temporadas, iniciamos los PO Desde El Sofá, donde cada día escribiremos sobre lo que hemos visto el día anterior, a nuestra forma y siempre desde el sofá.
Nos vamos de nuevo al Barclays Center, Brooklyn, la gran manzana, para ver el cuarto partido de la semis del este entre Nets y los Heat, un partido que podía significar un punto y a parte en la serie o bien ser casi el punto y final.
Miami empezó dominando, con un Lebron James que se había puesto en modo ataque y que encima lo hacía con Deron Williams y Paul Pierce visitando el banquillo pronto por problemas de faltas, todo esto sólo hacía que nuestro amigo Culebron se empezara a hinchar a meter, cosa que hacía feliz a sus Heat.
Nets nunca se fue del partido y en un segundo cuarto algo extraño, Deron parecía que quería volver a ser aquel que algunas semanas fue el mejor base de la liga y mediante un parcial de 12-2, el equipo de Jay Z (el cual estaba en el partido junto con Beyoncé…pero sin Solange) se ponía por encima…hasta que se dejó llevar, sí, tal cual. La defensa de Kidd se tomó un respiro y esto frente a un James en Attack Mode, no se puede hacer, Heat 7 arriba al descanso.
Una de las cosas que más me gustó el año pasado de la franquicia de los Nets, era el ambiente que había en el Barclays Center, anoche no se vio nada de ese ambiente, incluso se escuchaba a parte del público celebrando canastas de Miami, algo más que raro. Apagado, muy apagado. Y mientras tanto James seguía sumando, pero sin mucha más ayuda por parte del resto de los Heat, con lo cual Nets siempre al acecho.
Y llegamos a ese último cuarto donde todo se decide y donde en los minutos finales, más concretamente a falta de solo 4, Brooklyn Nets se ponía por delante y ahora sí, esto parecía despertar a la parroquia Net, pero aquí se acabó. El nivel de sequía de anotación de los de BKN fue increíble y no volvieron a meter nada, todo lo contrario en Heat que con un triple desde la esquina de…BOSH! dejaba el partido ya sentenciado para el 3-1. Lebron falló el tiro libre final para irse con 50, casi y a pesar de haber dado un paso tremendo para pasar a las finales de conferencia, su cara era de cabreo por haber fallado ese tiro libre…cosas de Culebron.
Sofi del Día: Se lo lleva Spike Lee que estaba en primera fila viendo el partido con la camiseta de Lincoln de Jesus Shuttlesworth
Como ya hemos hecho en otras temporadas, iniciamos los PO Desde El Sofá, donde cada día escribiremos sobre lo que hemos visto el día anterior, a nuestra forma y siempre desde el sofá.
Miami continúa con la hoja de victorias impoluta, seis en seis partidos, y como el que juega al pádel por primera vez, sin romper a sudar. Con algún moratón que otro quizá de tanto balón sin dueño y algún hachazo a destiempo para proteger la zona, pero poco más.
A ninguna de las estrellas presentes en este partido, de las que son o han sido, se les dijo que vinieran con el traje de los domingos, a lo mejor porque Miami es una ciudad más de sábado noche, pero camisas con chorreras tampoco vimos.
Fue el clásico partido feo del Este, que a diferencia de anteriores de los Heat, al menos tuvo algo de competividad, porque Miami no lo rompió hasta bien entrado el último cuarto, pero que se quedó igualmente sin emoción final. Una ventaja que llegaba por primera vez a la decena, y una posesión interminable en la que Miami mantuvo vivo el rebote ofensivo consumiendo más de un minuto (1:40 según el gráfico de la ESPN), dejaron el encuentro sedado en los dos minutos finales.
Comenzó la cosa especialmente lenta y pastosa, incluso para el estándar. A falta de un minuto para el primer cuarto, habíamos visto 27 puntos… entre los dos equipos. Brooklyn llenó de hombres el centro de la zona, para evitar que volviera a pasar lo del primer partido, retando a Miami a tirar. Es sencillísimo coger un fotograma al azar de ese primer cuarto, y ver a los 5 jugadores de Brooklyn con al menos un pie en esa bandera de España mal dimensionada que es la pintura del AAA, y gracias a que Wade y Battier (que jugó sólo dos minutos en la eliminatoria contra Charlotte, en lo que ahora parece la decisión más natural del mundo) pasaron incontables oportunidades de tiro, Miami fue un equipo tan paciente como plano. Por los Nets, el único jugador que parecía tener algo de ritmo anotador era Shaun Livingston, que emparejado con Wade, aprovechó su, en ocasiones contemplativo enfoque de la defensa, para acercarse al aro y finalizar allí, algo a lo que anoche parecieron alérgicos los de Brooklyn.
El segundo cuarto fue el único rescatable hasta el arreón final, con ambos equipos encontrando las esquinas y el acierto desde ahí, y el marcador se espabiló un poquito con triples de los suplentes: Cole, Teletovic, Lewis. Spoelstra probaba con la segunda unidad a poner bloqueos para tiradores más arriba y eso permitía a Miami desordenar el plan de los Nets, sacándolos de la caja en la que tenían pensado esperar cómodos. Cuando volvieron Chalmers y LeBron a pista, con Lewis y Allen amenazando como tiradores, ya pudieron encontrar los pasillos por los que atacar con rapidez a los de Kidd.
Brooklyn por su parte se econmendaba al Teleto-sistema, dejando al bosnio tirar y meter desde cualquier sitio, lo cual fue una bendición para Deron Williams, al que Miami dictaba en todo momento hacia dónde debía salir en cada bloqueo, con los hombres altos mostrándose y regodéandose, y no tenía acierto con el tiro tampoco (de hecho, acabaría el partido marcándose un RoyHibbert, con 0 puntos al final de su línea en el box-score). Cuando volvieron los titulares, Joe Johnson y Paul Pierce también contribuyeron con alguno de esos tiros difíciles marca de la casa para igualar los de LeBron, y el partido se fue al descanso.
Parecía que los habituales cogían ritmo y había algo bonito gestándose tras la reanudación, pero nada de eso. Lo que vimos fue un calco de la primera parte, con los titulares inoperantes, y el banquillo animando las cosas. Teletovic de nuevo, y Ray Allen esta vez por Miami, cogieron el fusil. Y en el último cuarto: 8 puntos seguidos de Wade, un par de triples de Mario y Ray, y otro día más en la oficina.
Miami ganó sin brillo pero sin esfuerzo tampoco, algo que ayuda tanto como lo primero de cara a lo que queda por delante. A día de hoy, son el favorito más inaccesible del Este sin duda alguna, y siguen acumulando descanso en comparación con sus rivales más directos. La cuarta presencia consecutiva en las Finales no ha pintado tan bien en todo el año.
Sofi del día: Los amantes del juego al poste bajo poco ortodoxo tienen que estar encantados con esta serie: no es posible encontrar dos equipos con mejores jugadores exteriores en estas lides en la Liga. Mi favorito del día,Wade vs. Teletovic. No fue estrictamente un posteo, pero sí una demostración de cómo utilizar tu ventaja en una lucha. Por cierto, Dwyane defendió a Mirza una buena parte del último cuarto, y este no pudo (más bien, ni intentó) devolverle la desventaja en el bloque.
Cuando me planteaba escribir este post, pensaba en sólo un equipo, pero conforme he ido madurando la idea, me he dado cuenta que lo podía extender sin ningún problema a los dos equipos que juegan en La Gran Manzana, a los Knicks y a los Nets.
No se por donde empezar la verdad y no voy a revelar sobre qué equipo iba a hacer el post, pero voy a coger la clasificación actual y voy a ir a por el que peor va…mmmm… ambos están igual… empezamos mal, bueno, pues voy a por el que peor pinta tiene… mmmmm… ambos están igual, ostras, por donde empezamos entonces? Dejame ver un poco más… voy a por el que más lesionados tiene…mmmmm canastos! los dos tienen a tope de bajas… pues nada, voy a tirar una moneda al aire… a ver… WOW! ha caído de canto!!!!!! Bueno, pues lo haremos por orden alfabético, así que empezamos por los Brooklyn Nets.
El segundo año del proyecto ruso en Brooklyn empezaba, sobre el tapete, con una pinta tremenda. Nosotros en nuestra MEGA Guía le dábamos nada más y nada menos que 5 sofás, es decir, la máxima puntuación de cara a ver a este equipo y la verdad es que nos hemos equivocado por completo, ya que el equipo es un auténtico caos. Cierto que están teniendo muchas lesiones en este inicio de campaña, con jugadores que iban a ser claves como Deron Williams, del cual hablaremos luego, y otros que apuntaban a 6o hombre del año, AK47, pero la verdad es que no se ve nada al otro lado del Hudson.
Jason Kidd en su debut en un banquillo está levantando muchas dudas, hasta el punto que ya hay rumores que los propios jugadores están empezando a filtrar que realmente no hace nada. La defensa no hay por donde pillarla y además en ataque es todo un conglomerado de dudas, que al final muchas veces se resuelven con tiro exterior por parte de Pierce o JJ. Cierto, que su baza interior, López, también ha empezado con lesiones, pero lo que hay en banquillo realmente no está aportando casi nada. La verdad es que jugadores como Pierce o Garnett deben de estar echando un poco de menos la dirección desde la banda de Rivers. Jason Kidd está consiguiendo que en Boston le hagan hijo predilecto por estar cargándose el mismo año a los dos equipos de NY.
Otro caso a parte es el de Deron Williams, un jugador del que a veces se ha hablado de mejor base de la liga y que no sabemos muy bien por qué, se está diluyendo cual azucarillo. Podríamos hablar sobre sus lesiones, raras, a veces de estas que tardan más de lo normal en estar al 100%, pero la verdad es que entre unas cosas y otras, tal vez esté entrando en ese peligroso club llamado Se Dejaba Llevar… del cual además puede ayudar el hecho que el equipo no apunte a nada, quién sabe… pero ver a Livingston (supongo) de titular en este equipo que parecía estar diseñado para el anillo…duele y mucho.
Así que habrá que ver si nuestro amigo Prokhorov tiene suficiente paciencia para ver que puede hacer Kidd desde el banquillo, bien esperando a que la gente se recupere o bien que Deron Williams le de por jugar y poner a rodar el equipo. Así que podríamos hablar que en Nets el banquillo está caliente… y más viendo que ya se ha oído algún buuu que otro en el Barclays.
Cruzamos el puente de Brooklyn y nos vamos a la plaza Pennsylvania de Manhattan para ver que los Knicks están exactamente igual. Pero los Knicks tienen aún más cositas interesantes que contar.
Vamos a echarnos para atrás, en la preseason, donde ninguno de sus nuevos jugadores fue presentado. Algo extraño, muy extraño, ya que nos privaron de una rueda de prensa de Ron Ron aka Metta World Peace, cosa que sólo por eso ya tendríamos que encerrarlos, pero es que luego podemos empezar a contar movidas extrañas como la contratación del hermanísimo de JR. Con lo cual, las cosas no empezaban muy allá.
Para colmo, se convierte en el WTF de la liga con la contratación de Andrea Bargnani un jugador que tardó exactamente 1 partido en ser abucheado en el MSG, pabellón que es capaz de hacer esto o encumbrar a gente como Copeland el año pasado. Este pabellón, LA MECA (y de obligada visita al menos 1 vez en la vida), ha visto ya 7 partidos de los Knicks y tan solo una victoria, haciendo que sea el peor equipo en casa de las 30 franquicias que pululan en la NBA.
Luego empezamos a mirar el tema deportivo y se les ha caído Chandler por bastante tiempo con lo cual y sumando a las restricciones de minutos que tienen tanto Amare como Bruto Martin, hacen que el bueno de Bargnani juegue de 5…sí!!! de 5!!!!!!! con lo cual de nuevo tenemos una situación algo caótica por aquí. Felton también se lesiona y el que en teoría iba a ser tercer base del equipo, el esloveno Beno Udrih se ha encontrado con el puesto de titular en los Knickerbockers, algo que creo nadie esperaba al inicio de temporada.
Pero vamos a sumar más cosas: JR quiere ser titular y JR está siendo aquel jugador el cual desapareció en combate después de que le dieran el premio al 6o hombre, un jugador que te puede dar lo mejor y lo más espectacular, pero que es más que irregular (y ya parece que dejándose llevar). Amaré empieza a quejarse de ese límite de minutos, diciendo que claro, en 4 ratos que sale apenas le da tiempo a entrar en calor… Así que entre unas cosas y otras, nos quedamos que Woodson tiene que jugar al ‘balones a Will‘, es decir, Melo Ball!!!! El 7 de los Knicks se está echando el equipo a las espaldas y realmente si él no estuviera jugando en la franquicia de la ciudad que nunca duerme, éstos ya estarían pensando en Wiggins o algo similar, porque como en los Nets, a los Knicks no hay por donde cogerlos. Y en defensa, podríamos aplicar aquello de ‘qué defensa?’, ya que su mejor hombre está lesionado e Iman Shumpert está ya sumido en una vorágine de rumores de traspaso que no ayudan nada ni a nadie.
La verdad es que si la cosa sigue igual, todos estos factores van a ayudar poco a que Melo le apetezca seguir el año que viene en Knicks y esto puede ser muy divertido de cara a la próxima temporada por tierras del MSG.
Lo dicho, hay caos en La Gran Manzana y huele mucho a que uno de los dos entrenadores tenga el bonito y maravilloso honor de ser el primero en caer este año.
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Segundo año del proyecto Prokhorov, aún más espectacular (y caro) que el primero. Con la llegada de la vieja guardia de Boston, los Nets tienen una plantilla que permite pensar en el campeonato si todo sale bien, pero con una ventana que se podría cerrar más bien pronto.
La Temporada Regular obligará seguramente a equilibrar salud y frescura con la posibilidad de obtener el mejor puesto posible en la parrilla de salida para Playoffs, y también servirá de rodaje a un equipo, que pese a tan altas aspiraciones, se la juega con un entrenador novato. Pero Kidd no es un técnico al uso, y los Nets, además de pretensiones deportivas también las tienen mediáticas.
Pese a que el proyecto ha sido desorganizado y persiguiendo siempre el nombre más brillante sin importar la cantidad, al final han logrado juntar una plantilla profunda con jugadores de innegable talento y capacidad para jugar en equipo. Veamos como queda el puzle cuando lo terminen de montar en abril.
Radiografía de los Nets
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En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
Quinteto All-Star
Los Nets van a poder poner en pista un quinteto titular con cinco jugadores que fueron All-Star la pasada campaña o la anterior. Deron Williams, Joe Johnson, Paul Pierce, Kevin Garnett y Brook Lopez es un grupo de ensueño, que hubiese sido imposible de juntar en el mejor momento de sus carreras, y que habrá que disfrutar en la medida que la edad y la salud nos deje.
Consideraciones de egos y años aparte, es posible que el de Brooklyn sea el quinteto con las mayores posibilidades, sobre todo en ataque, de la Liga. Son el único equipo en el que los tres exteriores tienen un buen nivel como triple amenaza (tiro, pase, bote) y lo complementan con dos interiores que pueden anotar de espaldas, tirar a media distancia y pasar dentro y fuera del poste bajo.
Otra de las cualidades de este quinteto, además del buen manejo de balón y tiro en todas las posiciones, es lo enorme que es. Williams no es de los bases más altos, pero está por encima de la media, y es quizá el más fuerte (a veces, con tendencia a caer en fuertecito si se deja llevar). Joe Johnson es un alero grande por tamaño que juega de escolta (de hecho es más alto que Pierce) y The Truth, al igual que Deron, sin liderar por centímetros a los treses de la Liga, es enorme comparado con el prototipo de su posición. Y después en Garnett y Lopez, los Nets tienen a dos 7-footers legítimos.
Esto abre la puerta a cantidad de triquiñuelas basadas en los bloqueos (algo que si se midiera en la Liga por impacto, seguramente liderarían este año). Los Nets ya usaron el pick’n’roll entre Deron Williams y Joe Johnson la temporada pasada, y ahora con Pierce tienen otro compañero que pueden utilizar, tanto para estos emparejamientos poco convencionales entre cualquiera de ellos, como directamente con los pívots. Prácticamente en cualquier momento y lugar pueden plantar uno, con un conductor excelente del balón al mando y un buen tirador poniendo la pantalla.
Otra opción que me encantaría ver y que podrían poner en práctica con efectos devastadores para los rivales es una serie de bloqueos indirectos encadenados, acciones de bloquear para el bloqueador, que con semejante fuerza en todas sus posiciones liberaría al jugador elegido como tirador final ante prácticamente cualquier defensa (quizá Indiana pueda soportarlo. A Memphis y Chicago, creo que llegarían a forzarles). Lo único malo de esta configuración es el desgaste que supone, con todos los jugadores corriendo y chocando, en un equipo que estará pensando en reservar fuerzas como sea. Pero en momentos puntuales, o cuando haya que arriesgar más, en Playoffs, las posibilidades de un quinteto con un tamaño así son magníficas. Y no nos metemos en que los Nets son uno de los pocos equipos de la Liga que podría utilizar de forma satisfactoria el sistema para dominarlos a todos, el Triángulo, porque Jason Kidd ya ha tenido malas experiencias. Y por partida doble en Dallas: cuando llegó Cleamons a utilizarlo en la pista y el que mantenía con Jim Jackson y Toni Braxton fuera.
Así que, aunque sea bonito especular, por lo general, supongo que veremos un sistema mucho más abierto con más acciones individuales. Por lo de mantener a los jugadores frescos (de hecho, Kidd ya ha dicho que es probable que Garnett no juegue back-to-backs, partidos en días consecutivos), porque el entrenador está acostumbrado a darle los galones al base y es su primerito año, y por mantener la tradición: los Nets fueron el cuarto equipo de la Liga que más jugadas acabó con aclarados, y el sexto posteando, una suerte de aclarado para el hombre grande, y también fueron sextos en menos asistencias por 100 posesiones, y quintos en pérdidas.
Y el tamaño, esa gran ventaja teórica, se puede convertir en una pesadilla también. La cara contraria suele ser la lentitud, y es de suponer que muchos equipos intentarán atacarles por ahí, corriendo a su alrededor, quizá atreviéndose a presionarles arriba y sin mucho que perder arriesgando en las líneas de pase. Además, puede que sean autocomplacientes y confíen demasiado en el tiro, sin buscar mucho la penetración hacia el aro. Deron Williams es la clave aquí, y será importante que veamos la versión de después del All-Star (3.5 tiros intentados en el área restringida por partido y 3.6 en Playoffs contra Chicago, por los 2.5 de antes del parón) porque Paul Pierce y Joe Johnson llevan un par de años reduciendo el número de penetraciones (y JoJo además, según ha ido perdiendo potencia, las está acabando con bombitas, eficientes y útiles, pero algo menos)
Aún así, los Nets vienen de acabar en el Top 10 de Índice Ofensivo, con Reggie Evans y Keith Bogans jugando más de 1900 y 1400 minutos respectivamente, muchos con el quinteto titular. Reemplazarlos por Pierce y Garnett (o Kirilenko de Plan B, que cumple con todo lo bueno, incluido el tamaño, si es de alero) sólo debería mejorar lo que hay.
Y eso sí, que esta vez le den los zumitos y le hagan la limpieza a Deron antes de que empiece el curso. Metió 6 puntos más por partido, y su eFG% creció 9 puntos porcentuales después de los retoques durante los días de All-Star, y pese a todo el talento acumulado, es clave que esté sano, fuerte y en forma, porque este año va a seguir siendo el protagonista y la extensión en la cancha de Jason Kidd.
Brook se reivindica
Tras una decepcionante tercera temporada en la que parecía ir para atrás después de dos espectaculares primeros años en la Liga, y perderse la cuarta prácticamente entera por una lesión. Lopez entró en la temporada con un contrato máximo (para jugadores que salen del contrato de novato, que es menor que el de otros más veteranos) y el cartel de ser uno los jugadores más sobrevalorados de acuerdo al público y parte de la crítica. Brook respondió con una magnífica temporada, su mejor hasta la fecha, merecedora de un puesto en el All-Star, y todos los cuchicheos se han transformado en aplausos.
Volvió a ese 57% de porcentaje de tiro verdadero de sus primeros años, ahora con una presencia mucho mayor en el ataque de su equipo, recuperó tasas reboteadoras normales (sigue siendo mejor en el tablero contrario que en el suyo) y nos sorprendió en defensa, aplicando su tamaño para poder intimidar de manera efectiva.
Sigue habiendo margen de mejora, y edad para hacerlo (sólo 25 años), pero parece que su tiro de media distancia, que sigue sin pasar del 40% se quedará ahí, como amenaza para que no le dejen solo. Lo usa más o menos en el 30% de los tiros de campo que hace, pero este año, con un talento superior rodeándole, lo más inteligente sería que lo desechara, y lo utilice simplemente cuando esté solo y la defensa haga trampas. Porque pese a los porcentajes, los equipos rivales no se pueden arriesgar a darle un par de metros y no respetarle en el pick’n’pop, porque con espacio es letal. Contra Indiana y San Antonio, dos equipos que permiten esos tiros de manera más o menos cómoda, para proteger el aro, metió 16 de 26 (61.5%). Así que como recurso está bien, pero no como arma. Además fue décimo en puntos por partido en segundas oportunidades, que es otra manera que tiene de generar un impacto positivo sin que el balón circule a través de él.
Lo de la defensa fue algo más sorprendente e inesperado. Tras tener un RAPM (+/- ajustado y normalizado) negativo en su última temporada completa, algo especialmente malo para los hombres grandes, que suelen tener una mejor valoración, este año con él en pista los Nets fueron 2 puntos por 100 posesiones mejores en defensa. A esta consideración ayuda que sus números destacaban sobre los de cualquier otro pívot de los Nets, una lista que incluía a célebres temeridades como Blatche, Humphries o Reggie Evans, pero aún así, todo apunta a un impacto positivo más allá de eso.
Los kilos que ha añadido le han ayudado a mejorar su presencia, y lo que es más sorprendente, parece un Lopez más ligero y coordinado, que no se deja superar por los bases rivales en toda jugada en la que le encaran, algo a lo que ayudó también el hecho de que defendiera los bloqueos directos más arriba, algo que Lawrence Frank (con el que ya coincidió, único jugador que queda de su era en New Jersey) mantendrá si nos atenemos a su historia reciente. Y este año además tendrá la ayuda de Garnett y Kirilenko, ahí es nada. Eso sí, ya veremos como encaja su personalidad relajada y distendida en un equipo con un alto carácter y mucha rabia acumulada entre los veteranos. Brooklyn este año aspira a todo, y Lopez nunca ha tenido, ni siquiera el año pasado que era casi de prueba, semejante tensión competitiva alrededor.
Como pieza clave más joven del equipo, Brook es muy importante para estos Nets, y será uno de los protagonistas en Temporada Regular, mientras otros descansan. Por fin parece que tienen un pívot que cumple en las dos direcciones, ahora necesitan a todo un hombre.
Jó, Jo
La mayor incógnita del quinteto y el primer jugador al que le caerán los palos si algo va mal, tiene nombre. Y hay una explicación: Johnson no vale lo que cuesta ni de lejos (21.5 millones este año, mejor salario de la plantilla, y quinto que más recibe en toda la Liga) y su actuación en Playoffs fue horrible (aunque la defensa de Chicago haga esto a casi todo el mundo) pero si nos pudiéramos olvidar de esto, es un buen jugador, y como cuarta o quinta opción que se espera que sea esta temporada, es un auténtico lujo. Por números, el año pasado dio un bajón algo preocupante a esta edad, porque la caída fue en todos los frentes: era de esperar que su anotación y porcentaje de utilización se desplomaran por perder protagonismo, pero también lo hizo la eficiencia y no aprovechó su mayor libertad para mejorar las estadísticas periféricas (fue a peor en rebotes, asistencias, robos…).
Siguió utilizando uno de sus recursos más habituales en Atlanta, postear a los escoltas rivales, que siempre son más pequeños que él, pero su efectividad cayó de 1.02 a 0.84 puntos por jugada. Su tiro permaneció en la norma habitual (37.5% de acierto en triples) siendo más efectivo tras salir de un bloqueo indirecto que estando abierto (aunque al año anterior fue al revés) y en Brooklyn utilizó bastante menos el bloqueo y continuación que en Atlanta, tal vez porque tuvo bastantes problemas el año pasado manejando el balón entre el tráfico en un ataque con poco espacio para operar. Con Pierce y Garnett abriendo más la pista en teoría que el año pasado, Johnson debería tener más facilidad para ser partícipe en las jugadas de bloqueo directo y seguir deleitándonos con su magnífico floater.
En lo que sí fue el año pasado destacadísimo Joe Johnson fue con los tiros decisivos. Con cinco segundos o menos en el reloj, con un tiro para ganar o empatar en el último cuarto o en la prórroga, JoJo metió 5 de 5 (1 triple) esta temporada, sin que nadie más llegara a 4 siquiera. Dos canastas ganadoras con el partido empatado en la 2ª prórroga (contra Detroit, donde ya había metido la del empate a 18 segundos para el final del primer tiempo extra, y contra Washington), el triple que forzó la igualada contra Milwaukee a falta de 1.3 y la canasta ganadora quedando 1.4 de la prórroga (dos tiros extra-clutch en el mismo partido), y aquella que forzó la 2ª prórroga (acabaría habiendo 3) en ese espectacular partido de Playoffs contra Chicago, que los Nets acabarían perdiendo 134-142. El año pasado fue infalible cuando el tiempo y el resultado apremiaban, pero si algo tienen estos números es la inconsistencia año a año: sólo metió 2 de 9 las dos temporadas anteriores, por lo que no hay que esperar que el resultado se repita.
De todos modos, con una muestra multianual más grande (2 últimos minutos, perdiendo o ganando de ±3, las últimas 5 temporadas), Johnson ha metido 68 de 146 tiros de campo, para un porcentaje efectivo de 51.4%, muy superior al 42.4% que tuvo la Liga en conjunto la temporada pasada, por ejemplo, y esto sí es suficiente para indicar una parte de habilidad.
Veremos como se desenvuelve este año, porque los 32 años suelen marcar el punto de inflexión en el que el declive de un escolta empieza a ser más agudo, JoJo los cumplió en junio, y viene de una temporada de bajón. Esperemos que la caída no sea tanta en un rol más sencillo.
No estaban bromeando
La noticia sorprendió por inesperada y repentina: Jason Kidd entrenaría a los Nets. Aunque siempre hay dudas sobre un técnico novato, y más aún cuando no tiene la más mínima experiencia como asistente o entrenador en otro nivel, al ex-jugador del equipo en su encarnación en New Jersey le han puesto de red a un viejo conocido: Lawrence Frank, que dirigió a Kidd durante cuatro años y medio en la franquicia y estuvo desde el verano de 2003 hasta el desastroso comienzo en 2009 más de seis temporadas como líder del vestuario Net.
Frank es seguramente el asistente mejor pagado de la Historia de la NBA, cobrando más de un millón de dólares de Brooklyn, que se suman al finiquito que todavía recibirá los dos próximos años de Detroit, y los cuatro millones que cobra en total, superan a muchos entrenadores principales de la NBA, incluido su jefe Kidd (aunque si Frank se hubiera quedado en casa a ver los partidos por televisión, seguiría cobrando lo mismo).
Durante la Liga de Verano de Las Vegas, parece ser que Frank, con cartel de especialista defensivo se encargó algo más del ataque y Kidd de la defensa, pero ya veremos si la separación de poderes continúa de esta manera, o cambia algo durante el curso. Y también, si hay alguna rencilla, porque no sé hasta que punto Lawrence entiende su posición de asistente, o se ve más como un verdadero entrenador titular.
El fantasma de LA opera
Cuando se anunciaba que Garnett y Pierce llegaban a Brooklyn, en medio de la emoción por lo que pintaba a equipazo, surgía el déjà vu: ¿No hemos pasado hace poco por esto de encumbrar a un quinteto brillante y veterano, para ver como luego se caían con todo el equipo?
Pero los Nets no son los Lakers. En primer lugar, hay que recordar que la mala suerte de los angelinos el año pasado, hubiera tumbado a cualquier franquicia. Los problemas de Nash con 38 años podían ser esperados, los de Pau, con 32, algo menos, pero ¿Dwight? ¿Perder a Jordan Hill toda la temporada? ¿Que Steve Blake tuviera un desgarro abdominal y luego la varicela? Creo que hay gente que no se da cuenta de la tremenda cantidad de partidos que se perdieron los jugadores de LA, y no sólo los veteranos. Si Jason Terry, que sería el Jodie Meeks en esta plantilla, acabara como cuarto del equipo con más minutos, está claro que los Nets están fockados y muy fockados. Pero lo de los Lakers fue algo singular, y si le sucede lo mismo a cualquier otro equipo, le podemos decir adiós, sea LA, sea OKC, sea Miami.
Y los Nets no son los Lakers, de nuevo, porque aunque pasaran por la misma epidemia, su plantilla está mucho más completa. Donde los Lakers acabaron con Darius Morris, los Nets tendrían a Alan Anderson. Antawn Jamison aquí es Andrei Kirilenko. Mason Plumlee a lo mejor no menea las toallas como Sacre, pero si tiene que ser titular en 3 partidos lo hará mucho mejor. Lo sexy seguramente sea el quinteto titular y sus posibilidades, pero el trabajo que han hecho los Nets remozando el banquillo será otra de las cuestiones que sujetarán a Brooklyn, incluso si algo malo pasa.
Sin ninguno de los cuatro más titulares en pista el año pasado (Deron, JoJo, Crash y Brook), los Nets fueron avasallados por los banquillos rivales en 12.7 puntos por 100 posesiones, y eso que Blatche tuvo un buen año a nivel individual. Este año, la segunda unidad de los Nets, con Livingston, Terry, Kirilenko, Reggie Evans y Blatche, suena mejor que los quintentos titulares de algunos equipos con pinta de tanqueadores.
De Kirilenko, al que los Nets obtuvieron con un gran descuento mediante, poco más hay que decir que seria titular en media Liga o más, y que gracias a su versatilidad posicional, lo veremos mucho con los titulares si a Pierce y Garnett les limitan los minutos y les dan días de descanso. El PER de Terry cayó por quinto año consecutivo, ya son 35 años, y no defiende ni por casualidad, pero todavía puede ser un jugador útil para liderar en anotación una segunda unidad. Eso sí, si se mantiene la tendencia de los dos últimos años, debería jugar más en el Barclays y menos fuera: la disparidad entre sus estadísticas en casa y a domicilio son significativas, más de 12 puntos porcentuales de diferencia en su porcentaje de tiro verdadero. Blatche como ya dijimos viene de una buena temporada, entrando en los mejores años para un jugador en un ambiente en el que se siente cómodo y Reggie Evans, aunque sea un lastre en un quinteto titular con aspiraciones, es un lujo como especialista temporal del rebote o revolucionario desde el banquillo, donde además puede camuflar una de sus debilidades, la defensa individual en el poste bajo, enfrentándose a jugadores con mucho menos talento anotador. Con Terry, Blatche y Kirilenko a ratos, hay suficiente munición ofensiva para hacer un sitio al inoperante y constringente Reggie y seguir con un ritmo mejor que el del banquillo habitual.
El Plan B del puesto de base, si Deron tuviera algún problema, con Livingston y Taylor como únicos bases típicos es lo más flojo, y la verdad, si ese es el punto más débil de tu equipo en apariencia, no está nada mal. Y siempre podría Terry, o incluso Johnson y Anderson, encargarse de la tarea.
En definitiva, la profundidad de los Nets es muy amplia, mejor que la del año pasado cuando rellenaron demasiadas posiciones de la plantilla a base de contratos mínimos, y a diferencia de otros grandes proyectos, este es de los mejores protegidos ante una serie de catastróficas desdichas.
Mientras un servidor se preparaba para ver el 7o partido de anoche, las promos previas de la TNT y sobre todo la publi del Barclays ponían de nuevo aquello del Blackout, no, no hablo de los del League Pass, los cuales por cierto han apagado casi todo el PO…, hablo de Nets vistiendo de negro en casa, como ya pasó en el primer partido de la serie. La cosa prometía, pero poco después vi mi gozo en un pozo, Nets de blanco… era una señal.
La sensación general que me dio el partido es que Bulls quería ganar y Nets, estaba no se, como esperando una inspiración divina de alguien para sacar una ventaja y con ello ganar el partido, así que claro, se impuso la lógica y los Bulls ganaron con menos esfuerzo de lo esperado la verdad.
De este partido hay que resaltar de gran manera de nuevo a Joakim Noah, brutal el partido del francés que ha demostrado que sin duda alguna es uno de los mejores pivots de la liga, sobre todo en los llamados intangibles que aporta al equipo, con sus ganas y su carácter mega ganador. Otra cosa a destacar, pero ya seria de la serie en general es que Bulls haya ganado dicha serie con factor cancha en contra y con Nate Robinson de base titular… sí, hizo el Nate Game con las 3OT, pero uff, si una cosa es Nate es irregular, y en una serie larga a 7, esto es justamente lo que se castiga. Tom Thibodeau ha sacado petroleo no…. DIAMANTES de esta plantilla con las bajas ya sabidas y con Belinelli (!!!!!!!!) jugando casi un papel estelar ha ganado una serie de PO.
Otro cantar es Nets, equipo apático, gris y con un Joe Johnson que se ha dejado llevar clarísimamente. Deron Williams no ha sido tampoco el de después de PO y Wallace quiere y no puede. Tal vez salvaríamos a López, que sigue avanzando año a año, pero no es suficiente. El típico equipo que promete mucho y se ha quedado en casi nada y donde sinceramente, perder aquel partido de las 3OT en Chicago le mató por completo. Habrá que ver que movimientos hace la franquicia para no estancarse de nuevo en el ni fu ni faismo donde tiene pinta que va a caer…
Ahora vamos a tener un Heat-Bulls que va a ser muyyyy divertido.
El Detalle: Jay-Z no fue al último partido de la temporada, una de dos, o bien iba confiado en el pase a semis o bien pasa ya de Nets… o bien tenía algo mejor que hacer, que puede ser lo más probable…