Si la dominación de Cleveland en el primer partido de las ECF en plena resaca Celtic te pareció irrepetible, no creerás lo que sucedió en el segundo asalto. Los Cavaliers siguen inmaculados tras 10 partidos de Playoffs, llegando en cada uno más lejos que el anterior. Victoria por 44 puntos (que llegaron a ser 50) en el TD Garden, y ahora la serie vuelve a Cleveland, donde visto lo visto, y con Isaiah Thomas posiblemente lesionado, salir del Este sin perder un partido parece la posibilidad más plausible. Aunque ojo, que así estábamos el año pasado (con otro factor cancha), y los Raptors al menos robaron un par de ellos.
Pero aún así, ningún partido en 2016 fue como este. Esto estaba más que acabado ya al descanso (si no antes), cuando Cleveland, tras acrobacia chepuda sobre la bocina de JR Smith, mandaba por 41 puntos (récord histórico en Playoffs) sobre unos Celtics cabizbajos a los que no les respondía ni la salud.
Pero volvamos al principio. Stevens intentó de inicio ser más rápido, poniendo a Gerald Green de titular, y aunque a nivel de equipo no funcionó, los dos triples tempraneros del escolta fueron la única acción exitosa del ataque de los Celtics en los primeros compases. Los Cavs confundían a Thomas con diferentes defensas, tanto sobre el balón como lejos de él, y el base nunca fue capaz de coger el hilo. Tan pronto veía un dos contra uno, como un cambio en el bloqueo, o ningún hombre extra dirigido a su dirección. Y en la segunda línea de la defensa de Cleveland, la misma incertidumbre: la ayuda, de haberla, podía venir de cualquier lado. Ni siquiera probando a hacerle recibir tras dejar tirado a Irving en bloqueos indirectos la cosa funcionaba. Los Cavs ejecutaban un(a aparente falta de) esquema sin errores, y cuando los cometían, y dejaban algún hueco por el que colarse, o un tirador libre, Boston tampoco tuvo acierto.
Los Cavs forzaron pérdidas desde el principio y con canastas fáciles a la contra empezaron a abrir hueco. De protagonista, Kevin Love muy acertado de nuevo al principio. La voluntad de Boston, que no estaba haciendo nada demostrablemente mal (incluso reboteaban bien en defensa, yendo más a por Thompson que a por el balón) se empezaba a derretir, y un tapón contra tabla de LeBron a Bradley tan espectacular (salvo por el escenario) como el de los Finales, era la viva imagen de dónde residía el poder.
Con los banquillos moviéndose, el único momento del primer cuarto en el que los Celtics pudieron hilvanar tres jugaditas seguidas de acierto ofensivo fue posteando a Korver, con Brown y Smart, pero al otro lado estaban lloviendo triples. El único Cavalier que no estaba en su mejor nivel era Irving, y Lue le dejó en pista con los suplentes tratando de conseguir un efecto parecido al que tuvo el principio del segundo cuarto del partido anterior con Kevin Love, pero Kyrie no aprovechó demasiado esos minutos. No es tampoco que lo necesitaran.
En el segundo cuarto, y tras desviarse de ello como ya comentamos en el Game 1, los Cavs recuperaron el quinteto de LeBron y cuatro del banquillo, pero esta vez con James de pívot, y así empezaban los 12 minutos más aplastantes de unos Playoffs NBA 2017 que nos han dado muchos (demasiados) de estos cuartos. Los Celtics también se hicieron pequeñísimos, con Crowder de pívot, pero lo que se esperaba un tiroteo, fue una simple ejecución. En Boston perdían los nervios y la cabeza por no poder anotar ante un quinteto de Cleveland que invitaba a ello, recibiendo técnicas, y cometiendo pérdidas ridículas como un campo atrás de Rozier. Volvían los hombres grandes a Boston pero el LeBron imperial anotaba en suspensiones sobre ellos como si no estuvieran ahí, sin darles la más mínima opción en la otra parte de la pista. Quedaban poco más de tres minutos para el descanso, y Boston sólo había anotado 24 puntos. Cuando un Thomas renqueante malgastaba la última posesión del periodo de Celtics con un airball, Stevens cerraba los ojos unos segundos porque no creía que esto pudiera estar pasando. Sí, al final, sí eran los Monstars.
De aquí al final, los Cavs sólo tuvieron que aguantar la diferencia por la cuestión estética en el tercer cuarto, ahora sí con Irving también apuntado a la fiesta, y a falta de dos minutos para el final del tercero, y casi con un 100-50 en el marcador (99-53, para ser exactos), y ambiente de entrenamiento con público bostezante, los titulares en bloque de Cleveland salían del partido para no volver, dando el pistoletazo de salida a la sesión de pulsado compulsivo de «Adelantar por un minuto» del League Pass. La única noticia buena para Boston: más minutos de Playoffs para estar satisfechos de Jaylen Brown, el que más dio la cara anoche.
Veremos si los Celtics, presumiblemente sin su mejor jugador, tienen algo más de pelea dentro. Es de agradecer lo que ya nos dieron la ronda anterior, pero les seguimos necesitando en esta.
Sofi del día: Si os coincide algún día de ir a un partido NBA, os toca sentaros en Preferencia en primera fila, y lleváis un vestido, recordad siempre: cuidado con la merienda.
Era la guerra cabalística: el equipo en casa estaba 9-0 en los enfrentamientos entre Celtics y Wizards esta temporada, pero 0-10 en estos Playoffs afrontando un partido de eliminación. Al final se impuso la primera racha y con un triple de Wall en los últimos segundos, Washington se convierte en el primer equipo esta temporada que salva una bola de partido (de temporada, más bien) en su pista, y el segundo que logra estirar su vida para ver otro día (sólo los Clippers habían ganado un partido de eliminación este año).
Los perímetros titulares lideraron a ambos equipos en un partido tan tenso como soso y desacertado, pero que tuvo un gran y emocionante final, que permite a los Wizards seguir aspirando a avanzar en Playoffs.
El primer cuarto fue de baja anotación, y se empieza a notar que estamos en ese punto de la serie en el que los dos equipos ya se conocen bien y se depende más que nunca de los jugadores. John Wall e Isaiah Thomas no eran capaces de hacer daño a las defensas a media pista que esperaban cerca del aro al primero, y acorralaban en el perímetro al segundo, y ambos equipos tenían que aprovechar el maná del contraataque. Hasta la manera en la que movían los banquillos los entrenadores daba la sensación de punto muerto y tablas, con Brown en pista tan pronto como empezó Bogdanovic, o Wall y Thomas saliendo al mismo tiempo.
Beal y Bradley, los mejores de sus equipos en el global de la noche, hicieron un buen trabajo al comienzo del segundo cuarto, pero el partido seguía protagonizado por la falta de acierto general. Los Celtics no metían triples y los Wizards no aprovechaban las ventajas interiores o en la línea de tiros libres. Con la vuelta de los (casi) titulares a Wizards, con Smith sustituyendo a Gortat (problema de faltas), Washington logró abrir la mayor brecha del partido, 10 puntos de ventaja. Pero rápidamente se hizo notar Isaiah Thomas, sacando una falta en ataque, anotando un triple, y mandando un pase a toda la pista que acabó en dos tiros libres, y Boston llegó un punto por encima al descanso, en un partido que seguía siendo de baja anotación y muy poco acierto desde el perímetro.
Boston siguió mandando al reanudarse el partido y con Bradley corriendo la pista incluso tras canasta Wizard, como ocurrió en el quinto partido, los Celtics empezaron a acumular puntos fáciles a la contra. Pero mientras, John Wall, que había pasado desapercibido la primera parte empezó a sentirse cómodo con siete puntos consecutivos. Los ataques de ambos equipos funcionaron mejor, aunque encontrar un triple era tan difícil como una trufa al final de la campaña, y el partido llegó al periodo final con todo por decidir.
Los perímetros tomaron el control, con Thomas, Beal (fantástico cada vez que penetraba, no tanto tirando), Bradley y Wall intercambiando golpes y sin que ningún equipo pusiera tierra de por medio. Dos fantásticas suspensiones tras bote de Thomas ponían a los Celtics cinco arriba a falta de minuto y medio, pero con la oportunidad de sentenciar tras una falta en ataque cobrada a Wall por Smart con la ayuda del Replay Center, el base de Boston perdió el balón tras ser atrapado en el ala y Beal lo convirtió en un triple, su primero de la noche, en la otra canasta. Wall a continuación empató el partido tras taponar a Isaiah y sacar dos tiros libres en la contra posterior. El empate se mantuvo tras intercambiar canastas Bradley (tras pizarrazo en un tiempo muerto) y Beal, que certificaban haber sido los mejores de sus equipos a lo largo de la noche, y Al Horford puso a los Celtics por delante a falta de 7.7 segundos con una canasta de media distancia a tablero con poco ángulo: nadie fallaba. Entre la espada y la pared, Brooks pareció apostar por Beal, pero el que quedó libre fue Wall, que anotó el triple sobre Bradley que les daba la victoria y parecía alejar el olor a pupas sobre la capital del país.
Pero no demasiado, porque Washington dejó unos segundos en el reloj, demasiados quizá para la magia de Stevens. Aquí su mejor aliado fue la falta que tenían por hacer: aunque le pudo costar caro si de alguna manera se hubiera convertido en falta de tiro, la infracción de Oubre sobre Olynyk (sí, la ironía), restó un par de segundos a Boston y borró la jugada que el entrenador de los Celtics había diseñado para poner el balón debajo del aro a uno de sus hombres altos. La intentona real fue un tiro desesperado muy defendido de Thomas que no llegó, y los Wizards siguen adelante, con una segunda parte especialmente que valida (por si hacía falta) a John Wall.
Así, volvemos a oír las dos palabras más dulces que se puedan escuchar después de «A comer». Este lunes, Game 7!
Sofi del día: La carita de todos los miembros del banquillo de los Wizards cuando Horford ponía a los Celtics por delante con la ayuda del tablero fue para verla… Por suerte para ellos, les duró poquito.
Los Celtics anoche se llevaron la que, me atrevo a decir, es la victoria más clara en la Historia de los Playoffs NBA para un equipo que tardase, como los toros, seis minutos seis, en coger su primer rebote.
Washington abrió con un parcial de 16-0, con Marcin Gortat dominante, mientras los Celtics tardaban menos en hacer un cambio y volver a su anterior quinteto titular que en anotar un punto. Pese a todo, ganaron de 12, y como se suele decir, no pareció siquiera tan ajustado.
Isaiah Thomas, que venía de pasar la noche anterior en Washington (estado) en el entierro de su hermana, en lo que parece la pesadilla que nunca acaba, perdió un diente por el camino, y pese a ello, fue con sus triples, y junto a Kelly Olynyk, el que redujo la brecha inicial y evitó que el inicio pasara de malo a terrible. Y no paró ahí, porque fue un dolor de muelas constante (chiste intencionado) para la defensa de los Wizards toda la noche, hasta acabar con 33 puntos. Bien acompañado en ataque por un Al Horford que se quedó a un rebote del triple doble, Jae Crowder que anotó 6 triples y Marcus Smart y Avery Bradley que le echaron una mano con la defensa a Wall (al que amargaron pese a lo redondo de su número de asistencias) y Beal, prácticamente todos los jugadores importantes de Boston salieron ayer enchufados y eso les permitió una victoria tan clara.
Fue un partido con mucho cambio de quinteto, acrecentado por la falta de hombre altos de los Wizards, que perdieron por una fuerte torcedura de tobillo a Markieff Morris en el segundo cuarto. Tras el fulgurante inicio de Washington, Stevens volvió a los dos hombres altos, sacando de nuevo a pista tres partidos después a Amir Johnson, pero cuando Brad identificó que el problema no era ese, el ala-pívot no volvió a pista. En su lugar, y debido a las circunstancias, se inició una carrera que ríete tú de la espacial en la Guerra Fría por ver quién podía jugar más pequeño y rápido sin sufrir las consecuencias, que alcanzó el punto álgido cuando Brooks puso en pista un quinteto con Porter de pívot. Al inicio de la segunda parte, Stevens salió con el que probablemente sea su mejor quinteto, con Smart por Gerald Green y fue el mejor periodo de los Celtics. En esta serie, y sin tanta necesidad de escalonar para enfrentarse al desangelado banquillo de los Wizards, no me extrañaría que pasase a ser el titular, y veremos cómo responde Brooks, que (sin Morris) no tuvo respuesta para ese grupo.
Al final, todo el esfuerzo de los Wizards fue en vano, porque los Celtics no pararon de anotar, y como lograron según avanzaba la serie contra Chicago, fueron capaces de parar la sangría en los tableros. Pese a que tardaron casi un cuarto en igualar el partido y otro en ponerse por primera vez por delante, a mediados del tercero, entraron con una ventaja de 15 puntos al último periodo, un vuelco de +31 puntos en lo que era poco más de medio partido. Un último cuarto inspirado de Bojan Bogdanovic acercó mucho a los capitalinos, que llegaron a ponerse a 3 pese a no jugar mucho mejor, pero entonces Stevens sacó de lo más profundo de su perrera al Bogdanovic-stopper novato Jaylen Brown, que además le recompensó con un triple en una noche en la que los Celtics metieron casi la mitad de sus 39 intentos.
No pudieron o no supieron los Wizards atacar a IT en defensa: Stevens incluso abrió el partido enfrentándole directamente a Wall, y aunque ese parcial de 16-0 parezca desde fuera lodo de aquel polvo, fue no el caso. Eso sí, con la necesidad de cambiar cosas, el final del parcial coincidió con el cambio en la estrategia del entrenador Celtic, que no volvió a emparejar a los bases estrella y cuya apuesta salió bien porque siempre estuvo lejos de la acción para no ser castigado. Y cuando sí lograron ponerle uno contra uno, en una ocasión en la que Porter se lo llevó al poste bajo, ni siquiera fueron capaces de salir con puntos de ahí. En el otro lado, el p’n’r central en el corazón de la acción, y la circulación de balón si Thomas se veía abocado a soltarlo, fue suficiente para sacar buenos tiros todo el partido. Cuando empezaron a entrar, la cosa estuvo finiquitada.
Magnífica apertura de serie para los Celtics, y sí, la determinación, el corazón, el orgullo, el coraje, el #ItsNotLuck y todo eso, pero en el partido de ayer, y en la racha de cinco victorias seguidas en Playoffs que llevan, hay también muchísimo talento.
Sofi del día: Washington no puso de su parte para que este partido fuera memorable, y es una pena porque el partido tenía nombre: el «You can’t handle the tooth«, el mismo día que en la otra punta del país retiraban a Paul Pierce no podía ser más perfecto.
Los Celtics se reconciliaron con el acierto en el triple, mantuvieron a Jimmy Butler y el rebote ofensivo de los Bulls a raya hasta que el partido estuvo controlado y aprovecharon la baja por un pulgar roto de Rajon Rondo para no dar oportunidades a la contra a Chicago y volver a meterse en una serie en la que todavía están por detrás.
Boston salió con Gerald Green ocupando el lugar de Amir Johnson en el quinteto titular, y dio resultado, con 33 puntos para el equipo en el primer cuarto. Stevens debió de pensar que puestos a perder el rebote, al menos algo habrá que sacar algo de ventaja en el otro lado. De perdidos al río. Y no fue ni tan mal, porque al poder defender cambiando toda acción y sin preocuparse mucho de los emparejamientos en toda contra, los Celtics pudieron mantenerse en defensa siempre delante de su hombre y cerrar mucho mejor su tablero. Los Bulls sólo cogieron un rebote en ataque en el primer cuarto (pondrá dos en el boxscore, pero no hagáis caso), pese a que oportunidades tuvieron porque no anduvieron muy acertados.
En ataque, los Celtics tenían a favor el espacio extra y una mayor familiaridad con los dos contra uno de los Bulls, que fueron menos efectivos: es muy difícil que una misma táctica dé réditos una serie entera. Thomas dividía el bloqueo o se deshacía del balón rápido y con buen criterio, y pese a que le faltó acierto anotador estuvo muy agudo tomando decisiones y empezando a poner en desventaja a la defensa de los Bulls desde el inicio de la jugada. Y aunque él no, el resto de sus compañeros sí que encontraban aro. En el otro lado, con Rondo en forma de cromo (en el banquillo con un traje púrpura de manga corta y escayola en el brazo), no tenían a nadie que proporcionara dirección al equipo: fueron los Bulls sin cabeza que hemos conocido durante gran parte de la temporada, con el agravante de que Butler no los pudo rescatar.
Aún así, Boston dilapidó una ventaja inicial de 20 puntos anotando sólo 11 en el segundo cuarto y dejando que Chicago se acercara a 3 al descanso. Tal y como le está yendo esta post-temporada a los célticos era fácil pensar que volvía a pasar el gato negro. Pudieron desmoralizarse perfectamente, pero volvieron a repetir el primer cuarto en el tercero, Thomas encontró la senda de la anotación, los cinco titulares metieron al menos un par de triples cada uno durante la noche, y Smart, Jerebko, Olynyk y Rozier no dejaron esta vez que el banquillo volviera a tirar la ventaja. El movimiento de balón en Boston fue fluido (casi) toda la noche y atacaron desde todos los flancos.
Veremos cómo sigue una serie más interesante de lo esperado, pero a la que la baja de Rondo, de al menos 7 a 10 días, le puede haber quitado parte de la gracia (quién lo iba a decir). Los Celtics son el mejor equipo pero los Bulls son mucho más físicos y pueden pegar el golpe en su propia pista. Como no nos cansamos de repetir año tras año, pese a que la fama la tiene el quinto partido, el cuarto es el nudo de una serie, y si Chicago quiere dar la sorpresa, es prácticamente imprescindible.
Sofi del día: La ESPN puso como reportero en la banda a… Adam Schefter, el Woj de la NFL. Lo curioso no es tanto que lo haga (empezó esta temporada a aparecer en algún partido), sino el cuándo: a menos de una semana del Draft de la NFL. Y yo aquí agobiado porque no me da para ver la NBA…
Como viene siendo ya una tradición en La Crónica Desde El Sofá, aquí os vamos a traer nuestros picks para el próximo All-Star Game que se disputará en Charlotte New Orleans el próximo mes de febrero…
Mario Maruenda
Con todos los respetos para los merecedores aspirantes, me he puesto delante de la página de votaciones con varios jugadores ya elegidos: Harden, Westbrook, Durant, Davis, James, Antetokounmpo, Butler y Lowry estaban dentro. La mezcla de desempeño, números y rol dentro de sus equipos de estos ocho jugadores en el primer tramo de la temporada me ha parecido por encima del resto. No digo que sean los mejores jugadores de la Liga ahora mismo, pero si los ocho… ¿protagonistas? de lo que llevamos. Cinco repiten de mi lista del año pasado, uno estuvo lesionado, otro ha vuelto este año en mejor forma, sin Kardashian, y con venganza pendiente y el octavo es el puto Greek Freak. Suerte tengo de no tener que haber elegido entre ellos (podría haber añadido a la lista anterior a Paul o Curry perfectamente, pero es que van contra el candidato 1a y 1b para MVP, y ni me he molestado), y así puedo plantearme con más calma los dos que me faltan: un jugador interior en el Oeste y un exterior en el Este.
La lista corta de candidatos para la primera plaza la forman Cousins, Gasol, Leonard y Green (Draymond), con Griffin, Gobert y el voto antisistema a Pachulia un poco más atrás. En la segunda me he obligado a elegir entre Irving, Thomas, DeRozan, Walker y Wall.
En el último puesto del Oeste me pasa lo de siempre: qué fácil y qué difícil resulta para estas cosas dejar fuera a Cousins. Me resulta imposible justificar que Anthony Davis sea un fijo y él no, cuando sus estadísticas a día de hoy están calcadas, y si cambiaras a los dos jugadores de franquicia, da la impresión de que la posición de ambos equipos podría ser idéntica. Pero lo dicho, qué fácil es dejarlo fuera. Draymond Green es el corazón del equipo que más partidos ha ganado en la Liga, y Marc Gasol está haciendo una temporada fabulosa y los Grizzlies son la historia más bonita de la temporada, pero… en la prueba del algodón (empezamos la temporada, tienes un equipo que es un lienzo en blanco, con lo que sabes a día de hoy, te quedas con…) me sale Kawhi, y no me lo he pensado mucho.
En el Este, donde Wall y Walker, mereciendo mención, están un poco descolgados del resto, la elección está entre tres máquinas de anotar en primer, segundo y tercer lugar, que no ofrecen mucho en defensa. DeRozan, Irving y Thomas, parte indiscutible de la élite anotadora de la liga, se encuentra, tirando de tópicazo, en plena madurez: es el mejor momento de sus carreras. Pero hay que cribar, y tiro a DeRozan el primero, porque es menos eficiente (sí, los triples cuentan), pero sobre todo, porque comparado con los otros dos se desentiende de la tarea de distribución: tiene que hacer menos que Irving y Thomas.
Y así llegamos a la primera gran decisión de 2017: Kyrie o Isaiah. Thomas está teniendo una temporada ligeramente mejor por números, pero Irving ha sido protagonista de los mejores momentos de Cleveland esta temporada, y tras su papel en los últimos Finales, su perfil como estrella es más alto. Kyrie tiene una ayuda en LeBron con la que Isaiah no puede soñar, pero al mismo tiempo, tener que repartir con él el liderazgo, le quita las oportunidades que podría tener para coger estadísticamente a Thomas, que es líder y alma en su equipo (lo que también conlleva más responsabilidad). Creo que no cambiaría a Irving por Thomas si fuera Cleveland, pero tras pensarlo un poco, sí al contrario, así que en la prueba del nueve en este caso gana Irving.
Aún así, cuando los ponemos frente a frente, es inevitable recordar aquella gráfica de cuando Thomas aún estaba en Sacramento, y en plena fiebre Irving allá por 2013, alguien nos hizo ver que no eran tan diferentes. En el momento parecía una boutade, hasta con los números delante, pero el tiempo le ha dado la razón. Por este gráfico y aquella curiosidad de ser primero y último de un mismo Draft, han quedado conectados, pero a Isaiah siempre le ha tocado la pajita más corta. Thomas se fue de los Kings por la puerta de atrás, llegando a un equipo que tenía dos bases, por un contrato de mierda en el contexto multimillonario de la NBA, del que le traspasaron por unos cacahuetes. En Boston ya por fin le aprecian y gana partidos, pero tiene que seguir oyendo que a los Celtics «les falta una estrella», como si él no lo fuera. Por todo eso, y porque encima parece que su temporada va a más, esta vez gana él.
David Chanzá
Este año las elecciones del All-Star son algunas más fáciles que nunca. Este año tenemos el hueco que deja Kobe, sí, yo soy de los que lo seguiría eligiendo pues porque me da la gana y porque sí, así de claro.
Así que partiendo de la base que hay una serie de jugadores que lo tiene claro, vamos a ver los picks en las dos conferencias para ver al final con que quedamos.
Empiezo por el Oeste donde el trio de OKC debe estar sí o sí en este quinteto inicial, ya que en esta primera de liga está siendo lo mejor de lo mejor. Sí, tres jugadores que han estado no hace mucho en el mismo equipo son candidatos al MVP y es muy divertido que ahora mismo sólo uno de ellos esté… cosas de decisiones, trades y movimientos extraños.
Con esto tenemos a Durant en su nueva etapa en Warriors por una parte, por otra tenemos al amigo Westbrook haciendo triples-dobles hasta para pedir pizzas y finalmente tenemos a un Harden que hace dos años coqueteó con el MVP, incluso en aquellos chungo-premios de los jugadores, se le dio a él, que ha vuelto con una sistema en su equipo que le beneficia al 3540% y que está cogiendo como propio y explotándolo a la máxima potencia.
Esta triple elección ya te deja con un susto… Curry?!?!?!?! Pues sí, amiguitos, el doble MVP este año se queda fuera de mis elecciones para el All-Star, no se si víctima del sistema o que simplemente ha querido coger un segundo plano dentro de su propio equipo con la llegada de KD. Lo cierto es, es que ahora mismo está haciendo números de su primer MVP, pero ey!, lo tenemos claro por aquí y se convierte en una víctima de la llegada de Durant a la Bahía…quién lo iba a decir.
Luego nos quedan las dos plazas de los ‘grandes‘. Desde que la NBA se cepillara a los pivots esta parte es a veces hasta complicada, pero vamos… hemos venido a jugar.
Por una parte Kawhi Leonard debe estar sí o sí. Es un jugador total en un equipo que está en Modo Popovich, es decir, sin casi hacer ruido y ahora mismo siendo el segundo mejor de la liga, jugando un baloncesto más que efectivo, pero vamos, ese es otro cantar. Leonard sigue a la suya, mejorando el tiro exterior (y todos los tiros en general) y siendo el puntal defensivo del equipo que sigue buscando (y encontrando) a Lupita, temporada sí, temporada también.
Para el último puesto, el cual todo el mundo decía que iba a ser para KAT, pero oh… decepción de temporada y a mirar hacia otro lado. Tal vez Davis?, sus números probablemente lo merezcan, pero un servidor va a ir un poco más allá y voy a bajar al Mississippi para ver que una de las historias de esta primera parte de temporada es ver como nuestros Ositos siguen a la suya, con un nuevo estilo de juego y con un pivot que ha sido jugador defensivo del año y que encima ha sumado a su faceta la de tirador de 3, acoplándose de forma perfecta a esa nueva filosofía y haciéndola suya. Marc Gasol.
Y tranquilos que no es un pick chovinista ni mucho menos, los que sois seguidores de La Crónica Desde El Sofá, sabéis que aquí probablemente de todo menos eso, pero la temporada de Gasol está siendo un lujo, sobre todo con esa baja que parecía que iba a ser mayor de Conley y haciendo que el equipo no pierda un ápice de competitividad en una conferencia donde gallitos hay por todos lados.
Cogemos nuestro SofiJet Privado y cambiamos de conferencia.
Aquí tenemos a Culebron James que de nuevo tiene que estar sí o sí, por motivos que creo que no hace falta perder mucho el tiempo para ello. Por otra parte tenemos a Jimmy Butler que lo está reventando en Bulls, no probablemente haciendo que su equipo pueda aspirar a ‘algo’, pero si en el plano personal donde claramente ha dado un paso adelante y ha adelantado por la izquierda y casi sin avisar a Paul George, uno de mis jugadores favoritos, pero que se va a tener que quedar fuera de mis picks.
Luego cruzamos el muro y allí tenemos que ver la tremenda temporada jugando a lo old school que está haciendo el anteriormente-futureLaker y ahora hombre casi franquicia de los Raptors de Toronto, el bueno de DeMar DeRozan (qué nombre más molón!) y un servidor también va a coger a Lowry. El base del equipo de Ujiri está de nuevo al nivel del año pasado, en un equipo que mantiene su base, con lo cual todo va mucho más rodado.
Mención especial aquí a Isaiah Thomas, que aunque no defiende ni al tato, es uno de los jugadores actualmente más tremendos de ver con su look Iversariano y sus actuaciones, merece estar en el All-Star la verdad y en este caso, en mi caso vamos, se queda de nuevo a las puertas.
El último puesto tengo que ponerme el himatión e irme a Grecia para rendir pleitesía a Giannis Antetokounmpo (prometo que lo he escrito CASI bien a la primera…me faltó la n!!!) el cual está siendo la sensación de la liga en esta primera mitad. Sencillamente tiene que estar para esta fiesta del baloncesto llamada All-Star y que cada año nos gusta menos, pero que sigue ahí.
Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…
Tras todo un partido sufriendo con la protección del aro, los Celtics la encontraron en los momentos más decisivos en el lugar más inesperado: sus locos bajitos.
Isaiah Thomas (que acabó con 42 puntazos, anotando en todo tipo de situaciones) y Marcus Smart, detuvieron en los minutos finales bandejas de Millsap y Horford respectivamente, en jugadas que acabaron en puntos a la contra en la otra canasta para Boston, y permitieron abrir un pequeño hueco que Atlanta ya no rebajaría hasta acabar con un 111-103 final, que mantiene viva la que pinta como serie más interesante de esta primera ronda.
Tras los problemas con los inicios de partido que se remontan a los últimos partidos de la Temporada Regular, los Celtics esta vez sí salieron como un tiro con los dos cambios en el quinteto titular: dentro Turner y Jerebko por Smart (que cubría la baja de Bradley a su vez) y Sullinger, que contribuyeron con triples en los primeros minutos de tromba céltica.
El acierto desde el perímetro de Boston y las faltas de Korver dejaron a ATL sin respuesta, en el limbo, hasta que les dio vida Schröder, que descubrió que el equipo de Stevens no tenía respuesta a sus penetraciones, y además, espoleó a un equipo adormilado tratando de meterse en la cabeza de Thomas con marrullerías, aunque no lo consiguiera.
Ese pasaje del encuentro en el segundo cuarto, el único en el que los Hawks trataron de aprovechar la ventaja en el poste bajo con Horford, fue lo que impidió que se rompiera el partido, pero los Hawks no cerrarían una ventaja que llegó casi a la veintena hasta finales del tercero.
Los Celtics empezaron muy bien la segunda parte con su nuevo quinteto titular con un parcial de 7-0, pero tras el tiempo muerto de Budenholzer, Atlanta comenzó a ganar terreno hasta hacer desaparecer la ventaja, con triples de Korver, penetraciones de PlayoffTeague, y un ambicioso Bazemore, que lideró a Atlanta en posesiones de tiro. A los Celtics se les secó el tiro exterior, que tuvieron disponible toda la noche ante unos Hawks parapetados en la pintura, y vuelta a empezar de cero en el cuarto.
Los Hawks lograron meterse en el partido, pero seguían sin involucrar en ataque a Horford ni a Millsap (mientras en el otro lado, curiosamente, sí lo conseguía Amir Johnson), y el último cuarto se mantuvo en un ritmo alocado en el que el jugador que mejor se lo pasa es el más bajito. Sólo los árbitros podían parar a dos equipos con ganas de correr, con los repetidos parones para revisar faltas flagrantes, que acabaron siendo insufribles. Y todo por poner un estándar demasiado bajo en un partido que fue tenso, como todos aquellos igualados de Playoffs, pero al que hicieron parecer más bronco de lo que en realidad fue.
En la recta final, tras una bonita sesión de intercambio de triples entre los dos equipos, Atlanta empezó a fallar en las proximidades del aro, con las acciones providenciales de Thomas y Smart ya comentadas de por medio, y los Celtics se encontraron con una pequeña ventaja que la ansiedad de Atlanta se empeñó en proteger. Un triple tras bote en un aclarado y un robo poco después del mejor de la noche, pondrían la puntilla, y evitaron que los Celtics cayeran en ese hoyo del 0-3 del que nadie ha podido salir.
Primera victoria de Brad Stevens, Isaiah Thomas o Marcus Smart en Playoffs, y el futuro nos dirá si de muchas. Por lo pronto, tengo el presentimiento que esta no será la última de las crónicas dedicadas a la serie.
Sofi del día: Conozco la NBA demasiado bien como para atreverme a decir que el número 17 recortado y dorado en la nuca de Schröder va a ser indiscutiblemente el peor numerito capilar de los Playoffs, pero hace falta cierto valor para plantarse precisamente en Boston, con un número tan icónico detrás de tu cabeza. Entre unas cosas y otras, normal que le cayeran tantos pitos.
Este año repasamos las 4 eliminatorias de Playoffs en el Este en nuestra primera Previa Épica de los Playoffs en el Este. Si te has perdido alguna, puedes encontrarlas todas aquí.
Cómo han llegado los Cavs
Tras juntar en verano a LeBron James, Kevin Love y Kyrie Irving, el cielo parecía el límite. Había dudas sobre la defensa y la durabilidad de su único pívot, Anderson Varejao, pero el ataque pintaba tan potente que una pequeña debilidad no podía importar.
Avance rápido a mediados de enero: Kevin Love no se integra, LeBron se ha tenido que coger dos semanas de vacaciones en medio de la temporada, Varejao está lesionado para lo que queda de año, David Blatt no se apaña en la NBA, sólo hay cuatro equipos en toda la NBA con peor defensa, y son sextos en el Este con más partidos perdidos que ganados. Los Cleveland Cavaliers son carne de meme y mofa.
Pero entonces llegaría el punto de inflexión: LeBron vuelve de descanso, y cambian a Dion Waiters y elecciones de Draft por Timofey Mozgov, JR Smith e Iman Shumpert. Desde el día del regreso de James, los Cavs son el segundo mejor equipo de la NBA (sólo por detrás de los Warriors), cimentados sobre el mejor ataque de la NBA, y una defensa, ya, por lo menos, correcta.
Cómo han llegado los Celtics
Tras ganar solamente 25 partidos, sin dólares que gastar en verano y con Rajon Rondo y Jeff Green, sus mejores jugadores sobre el papel, en último año de contrato, pintaban bastos para Boston, que no habían logrado forjar una identidad en la primera temporada de Brad Stevens.
Entonces, empieza el baloncesto, y nos encontramos un equipo diferente a lo esperado: salían a correr, había más movimiento de balón, y tenían el gatillo más suelto para tirar desde el triple. Jugaban duro, luchaban, competían. Eran un placer de ver, uno de los equipos más divertidos del Este.
Eso sí, seguían sin ganar partidos, muchas veces, viendo como se le escapaban importantes ventajas que obtenían en sus momentos lúcidos. El 12 de enero, día que traspasaban a Green, después de haberse deshecho de Rondo, el registro era de 12-23. Pero eso en el Este significa estar a 3 victorias de los Playoffs. Y un poco después, ademá,s empezaron a ganar.
Los Celtics han sido uno de los mejores equipos desde el All-Star, con un jugador con chispa anotadora como Isaiah Thomas por fin entre sus filas. Hay quien habla de sorpresa o de milagro, pero tal y como habían estado jugando todo el año, entendiendo que las pérdidas de Rondo y Green no son para tanto, y que en el Este no necesitas ganar más partidos de los que pierdes para entrar en Playoffs… lo es menos.
Rotación de Cleveland
Desde que remodelaron la plantilla en enero, Blatt está jugando con una rotación de 8 hombres, con un quinteto inamovible formado por Irving, Smith, James, Love y Mozgov, con Tristan Thompson, Shumpert y Matthew Dellavedova como únicos jugadores con minutos importantes desde el banquillo.
El grupo de veteranos que forman James Jones, Shawn Marion, Kendrick Perkins y Mike Miller han visto reducir tanto su papel, que su contribución apunta a mínima durante los Playoffs, y Joe Harris, el novato que llegó a ser titular a principio de la temporada, ha pasado a tener un rol directamente marginal. El tiro de Jones es la característica más aprovechada por Blatt, y es el mayor candidato a recibir minutos de todos ellos.
El salseo en el reparto de minutos está en los puestos interiores: dos para tres jugadores. Aunque Mozgov sea el titular, Thompson juega más minutos, y suele adelantar al ruso también en los momentos decisivos de partidos igualados. Blatt usa casi siempre a dos de ellos en pista, es decir, James apenas está jugando de ala-pívot, pero cuando lo hace, suele ser con Thompson como cinco, nunca con Love. Si destapara en Playoffs un quinteto con cinco tiradores, con LeBron y Kevin como juego interior, estaríamos viendo algo prácticamente inédito.
Otro detalle importante: Blatt escala los cambios para que Irving o LeBron estén siempre en pista, sustituyendo a LeBron por Shumpert en los cuartos impares para que este vuelva al principio de los pares con los no titulares (Dellavedova, Thompson y el propio Shumpert).
Rotación de Boston
Los Celtics son seguramente el equipo con la rotación menos definida de cualquier equipo de Playoffs. 10 jugadores deberían ser parte importante, y eso sin contar las últimas apariciones de Gigi Datome, y el hecho de que a un equipo que mira al futuro, quizá les interesa foguear un poco a James Young. Con un entrenador protagonista y valiente como Stevens, cualquier cosa es posible.
Desde el All-Star, momento en el que Jared Sullinger dejó de jugar, el quinteto titular lo forman, si están sanos, Marcus Smart, Avery Bradley, Evan Turner, Brandon Bass y Tyler Zeller, pero sólo Bradley llega a los 30 minutos por partido esta temporada.
Isaiah Thomas es el sexto hombre en el sentido más clásico de la palabra y juega poco menos que los exteriores titulares, y Jae Crowder el hombre para todo, que igual sirve para cubrir necesarios minutos de alero en una plantilla partida por la mitad, que para hacer al equipo más pequeño jugando de 4, algo que sucede en una buena cantidad de minutos. Además, ambos han desarrollado algo de química en el dos-contra-dos, y se han convertido en habituales para cerrar los partidos, cuando Stevens no duda en aprovechar las oportunidades para hacer cambios ataque/defensa y sacar todo el jugo a su plantilla.
A los minutos de Crowder y el juego interior titular por dentro, hay que sumarles los de Kelly Olynyk y Jonas Jerebko, que además compiten por un mismo papel, el de hombre alto raza blanca tirador. Por si fuera poca competencia, además, la vuelta de un Sullinger que en principio estaba fuera para el resto de la temporada, contribuye en el atasco. Será interesante ver si en Playoffs los Celtics siguen la política de repartir los minutos más o menos equitativamente, o maximizan los minutos de los mejores jugadores en el contexto del enfrentamiento.
Los Cavs en ataque
El éxito del excelente ataque de los Cavs reside en su talento individual. Cuentan con tres jugadores que pueden anotar cerca y lejos de la canasta, con poca ayuda y sin importar mucho a quien tengan delante. Además, tienen dos piezas complementarias como son Smith y Mozgov, que tienen habilidades (el tiro del primero, la habilidad para continuar hacia canasta del segundo) que obligan a las defensas a respetarles, y a mantener un espaciado impecable.
Ningún equipo en la Liga utiliza más el aclarado, y es habitual ver también a sus estrellas sacar petróleo de un bloqueo y continuación o del juego al poste bajo. Es increíble la cantidad de veces que salen con canastas de jugadas como esta o esta o esta otra o muchas más sin prácticamente esfuerzo colectivo. Este equipo no necesita un libro de jugadas tan grande como el de otros, pero lo tienen. Más pequeño de lo que a Blatt le gustaría, pero más grande de lo que los haters creen.
Esto es lo que los rivales ven en un simple bloqueo y continuación lateral, James cuesta abajo contra tu 2.16 con Smith, Irving y Love abiertos, sabiendo que si osas ayudar, LeBron no dudará en encontrarlos, y Mozgov continuando hacia el aro, preparado para coger el alley oop si se lo tiran. Por si fuera poco, defiendes con uno menos.
En este caso, Chandler frena a LeBron en mitad de la zona, Nowiztki se desplaza lateralmente para negarle el aro a Mozgov… pero se lo regala a Love que corta desde la esquina. Mate. 2 puntos.
Cuando el bloqueo lo hacen Irving y James te encuentras en una situación igual o peor, ¿con quién ayudas la penetración de Kyrie?
¿En qué cosas fijarnos en el ataque de los Cavs además de lo obvio e improvisado? Cuando el pívot rival es intimidatorio en defensa, al principio del partido comienzan moviendo el balón a través de Mozgov un poco más, haciéndole subir al poste alto y dándole a sus compañeros opción de pase o de bloqueo y continuación.
Quizá pueda parecer que utilizan demasiado en ataque a Mozgov, siendo el jugador con menos capacidad del quinteto, pero el problema es que si no lo implicas en la acción, corres el riesgo de que sí se convierta en un problema para tu espaciado, por lo que los Cavs le buscan cada poco, para recordar a las defensas que no puedes olvidarte de él.
Utilizan mucho los dobles bloqueos, tanto los escalonados como directos. Estos últimos les son muy útiles en bloqueos laterales en los que uno de los bloqueadores es Love y sirven para hacer más difícil la decisión a la defensa, y dar opción de bote al base cuando Kevin caiga al tiro de tres. Splitter tiene que decidir aquí si se queda a detener la penetración de Irving o presta atención a Love.
Lo hacen muchas veces con un jugador de perímetro que llega un poco después, así su defensor llega tarde a la jugada y sin tener muy claro qué hacer.
Pese a que durante gran parte de la temporada Kevin Love ha servido simplemente para estar escondido en la esquina, y dar más espacio y oxígeno al ataque de Cleveland, poco a poco le han ido haciendo más partícipe del juego, y utilizando una de sus mejores cualidades, la de pasador.
Cleveland es devastador cuando juntan a Irving, Love y James en la misma opción, y una de las jugadas más espectaculares viene cuando tras un bloqueo y continuación de los dos exteriores en un ala, el balón llega a Kevin, que está abierto como tirador en el otro ala, y suelta un pase instantáneo a LeBron cortando.
Y con Dellavedova en pista el equipo desempolva alguna de las jugadas de la Princeton Offense que a Blatt le hubiera encantado instalar… pero que no ha podido.
Los Cavs en defensa
Después de empezar el año defendiendo como Miami, con hombres altos agresivos en el bloqueo directo, para atrapar al conductor del balón, el fracaso absoluto del esquema hizo que los Cavs se movieran a un sistema más conservador, negando los bloqueos y llevándoos a la banda, incluso antes de que llegara Mozgov, que ya hizo imprescindible este sistema.
El gigante ruso ya venía de sufrir en sus propias carnes un esquema de alta intensidad en Denver, y tuvo la suerte de que al llegar aquí se encontró algo para lo que está mucho más preparado.
La defensa de los Cavaliers de los bloqueos directos ha mejorado considerablemente, también porque Love no es un defensor tan terrible como su reputación indica. Es indiscutible que necesita jugar con un pívot que le ayude, y que necesita un sistema poco especulativo. Él no puede sostener una defensa ni ser un factor en toda la pista, pero defendiendo con otro al lado es inteligente para canalizar a los rivales a la zona adecuada, y aguantar con fuerza las continuaciones de los interiores. Ahora mismo no es una debilidad que los ataques rivales puedan explotar, salvo quizá, aquellos equipos con un exterior de élite con muy buen tiro.
La asignatura pendiente de los Cavs es prestar atención constante a lo que ocurre sin balón. Todos sus jugadores exteriores se toman jugadas de descanso en defensa, cuando no tienen una predisposición más bien dudosa hacia ella. Si te tomas tu tiempo pasando alrededor de la defensa de Cleveland, puedes sacar rédito.
Otra diferencia con Miami, y consecuencia directa del cambio de tono, es que los Cavaliers no fuerzan muchas pérdidas. No son un grupo intenso en defensa, y el cuerpo técnico les prefiere no arriesgando. Con Shumpert y Dellavedova en pista sí que tienen que andar con más cuidado los conductores de balón rivales.
Los Celtics en ataque
Boston es uno de los equipos que se ha sumado últimamente al carro del baloncesto fluido, dando libertad y espacio a sus jugadores en un sistema que más que jugadas concretas, pide de ellos que lean la defensa y la posición de sus compañeros, y reaccionen. Hay que decidir y moverse rápidos, ser solidario, y tener todo el tiro posible, para que el espacio haga las cosas más fáciles.
Una posesión normal de los Celtics puede encadenar bloqueos (directos e indirectos), pases a la mano e inversiones del lado del juego, hasta que se encuentran con un tiro o una oportunidad de atacar la zona. Habitualmente lo primero, porque Isaiah Thomas aparte, los exteriores del quinteto inicial son muy poco incisivos. En cuanto se abre la oportunidad de tirar de media o larga distancia, la toman, tanto tras pase, como tras bote: no tienen la paciencia de los grandes equipos de la Liga que predican el movimiento, pero también encuentran menos oportunidades.
Por ello quizá tenían problemas para cerrar partidos y mantener ventajas a principios de año, por la falta de un jugador que se metiera al corazón de la defensa y obligara al rival a que lo manden a la línea. Los mejores argumentos de este equipo para sacar faltas hasta la llegada de Thomas no podían ser menos ortodoxos: dependían de los tumbos de Bass y el manejo de balón al borde de la pérdida de Turner.
Los hombres altos juegan muy arriba, para lanzar con sus pases y pantallas a los exteriores hacia una zona lo más libre posible. Zeller y Bass no son especialmente buenos pasadores ni conductores, por lo que, a diferencia de otros interiores que reciben en el mismo codo de la zona, no manejan opciones como el pase preciso a un cortador, o atacar de frente con el bote a su defensor. Ellos están en constante movimiento, pendientes de qué bloqueo van a poner casi antes de entregar el balón, y de leer la defensa para saber si les conviene más continuar al aro (la especialidad de Zeller), o abrirse al tiro (la de Bass).
La funcionalidad de los interiores titulares en muchas posesiones queda recogida en la siguiente imagen: Bass recibe el pase tras poner un bloqueo directo a Turner que no lleva a nada, e inmediatamente busca la siguiente opción de ataque, pendiente de darle el balón a Smart en el momento y lugar más adecuado para poder molestar a Vasquez. Hansbrough cambia, dejando la opción de tiro abierto para Bass.
Otro detalle que se puede ver en la anterior secuencia es como los exteriores de los Celtics intentan entrar al bloqueo con la mayor velocidad posible, aprovechando todo el espacio que da el campo para coger aceleración, sobre todo Smart y Bradley.
Turner es un jugador más metódico y sútil, y utiliza más el manejo de balón y el bote corto que la explosividad. Pese a que debería ser el alero del quinteto, funciona como el base de facto, porque es sin duda el mejor del quinteto en encontrar a sus compañeros. Pero pese a las llamativas estadísticas que de vez en cuando consigue, sigue siendo desesperante con su propia anotación. En la siguiente captura acaba de salir de un bloqueo directo de Zeller y sin poner a prueba la defensa (la ayuda de Chalmers de hecho, es un farol, recupera inmediatamente a Bradley), recoge el bote y tira de dos, fallando.
Está pasando el balón más que nunca en su carrera, y tirando menos, y este tipo de jugadas cada vez son más infrecuentes. Entiendo que de vez en cuando tiene que tirar, porque le cuesta mucho llegar el aro y hay que mantener a las defensas preocupadas por al menos mostrar ayuda, como en el caso anterior, cuando se acerque a los codos de la zona. Pero cuando hay secuencias de dos o tres tiros de este tipo consecutivos, salvo que tenga el día de meterlos, la impresión que deja es muy mala.
Y no todo es culpa suya. Lo malo de la unidad titular de los Celtics es que pese a que hagan lo posible para estirarlo, el espacio no se puede inventar. Cuando el mejor tirador de tu quinteto es Avery Bradley, te vas a encontrar defensas así al ejecutar un bloqueo directo central.
Los rivales no tienen miedo de poblar la pintura cuando los titulares de Boston atacan, y hacen muy difícil llegar al aro. Smart es mejor tirador de lo que parecía, pero no llega a lo que necesita una unidad con déficit, y sus hombres altos pueden tirar de media distancia, algo que algunas defensas están inclusos dispuestas a conceder, pero no de 3.
Trabajando con las unidades con mejor espaciado, Thomas ha sido fantástico en Boston, como en el resto de su carrera, en realidad. Puede llegar hasta el aro siempre que quiera pese a su tamaño, y tampoco le puedes dejar que se ponga cómodo desde el triple.
Casi no necesita ni bloqueos, es un maestro dividiendo la defensa o yendo de costa a costa en un abrir y cerrar los ojos. Pero aún así los Celtics hacen algún esfuerzo por liberarle aún más, como esta jugada en la que le dan una vuelta de tuerca al motion loop.
Los Celtics comienzan con dos jugadores apilados al lado derecho del ataque, y otro al izquierdo, Thomas con el balón en un ala, y Crowder en lo alto de la bombilla. Isaiah se la pasa a Crowder, y se dispone a girar de lado a lado de la pista (1), pasando por los dos bloqueos del lado débil (2). La novedad de la jugada en comparación con otras versiones aparece justo en ese momento, cuando Bradley, después de bloquear a Thomas, vuelve a bloquear a Jerebko, que va del poste medio izquierdo al alto derecho a poner el tercer bloqueo a Isaiah en ese lado, este ya directo porque ya tiene el balón (3). Así, Pizza Guy enfila la zona de Toronto sin que nadie pueda llegar a ayudar.
Este tipo de jugadas también funcionan porque al contrario de lo que vimos antes, con Jerebko, Crowder y Olynyk, la pista sí está abierta. La atención que los rivales tienen que prestar al tiro actúa como un Vicks VapoRub en la zona, limpiándola de incómodos rivales. La mejor versión en ataque de los Celtics aparece cuando tiene múltiples tiradores en diferentes posiciones.
Otra cosa que en la que están funcionando muy bien los quintetos de Crowder y Jerebko concretamente: el rebote ofensivo. Están limitados con sus rivales habituales en altura y peso, pero lo suplen con esfuerzo y habiendo creado un pequeño tag-team en el que Jonas lucha por palmea los rebotes hacia fuera, si es en las inmediaciones de Jae mejor, y este hace el resto.
Por último, una parte clave del ataque de los Celtics, es la brillantez de Stevens con la pizarra. Sus jugadas tras tiempo muerto o en los finales de los partidos están siendo muy interesantes, y momentos como el tiempo muerto, más cambio de jugada como el que le dio la victoria al equipo frente a Toronto el otro día ya son pequeños clásicos de esta Liga. Os dejamos con un vídeo muy reciente repasando muchas de ellas.
Los Celtics en defensa
Pese a que gran parte de la historia durante todo el año ha sido que los Celtics no tenían ni un protector del aro, y por tanto, no podían defenderse, desde el All-Star son la 8ª mejor defensa de la Liga por índice y durante el resto de la temporada un equipo del montón, no un desastre.
Cierto es que los Celtics no tienen a nadie que intimide a los rivales, y que si les ganan la zona están condenados, pero Boston pone de su parte para que eso no suceda con una excelente defensa exterior. Capitaneada por Avery Bradley y Marcus Smart, más Jae Crowder desde el banquillo, y Evan Turner que a veces tiene ventaja de tamaño contra el atacante más flojo rival, los Celtics ponen una gran cantidad de presión en los exteriores rivales, forzando pérdidas.
Pasan los bloqueos por delante, niegan pases a la mano y hacen un grandísimo esfuerzo de desgaste para que los rivales prefieran no adentrarse en la zona.
Como todos ellos pueden defender varias posiciones Stevens va cambiando las asignaciones. Aún cuando Smart y Bradley son dos perros de presa, al entrenador le gusta colocar al jugador más grande que tenga en el base, y no es difícil ver a Turner o Crowder defendiendo al 1 rival. Y a veces los emparejamientos se resuelven solos: cuando encajan una contra por ejemplo, se quedan con el hombre más cercano.
Por ejemplo, los Celtics vienen de defender una posesión a media pista con Bradley en Dragic, Thomas en Chandler, Crowder en Deng, y Turner en Ennis. Tras un tiro fallado de Bass, Miami monta una contra, y los Celtics se defienden cambiando las cuatro asignaciones de una jugada a otra. Por eso son uno de los mejores equipos de la Liga defendiendo a la contra.
El único problema que tienen es que el exceso de celo al ayudar les hace conceder triples desde las esquinas. Aquí los cinco Celtics tienen un pie en la pintura o casi, y sí, efectivamente logran contener la penetración de Dragic, pero han dejado a tres tiradores solos, y Ennis, en la parte baja de la imagen, meterá un triple bastante cómodo.
Las tramas
LeBron vs. Celtics Esta será la quinta vez que LeBron se cruce con Boston en Playoffs y la que rompa el empate. Aunque el equipo en la pista sea muy diferente, todos los seguidores de Boston y el propio James tienen presente la rivalidad.
Kyrie Irving vs. Isaiah Thomas Aunque estén en dos universos diferentes en cuanto a estatus, desde que en algún partido clandestino el año pasado sacaron este gráfico…
Desflore generalizado: Primera serie de Playoffs de, esperemos muchas, para Love, Irving, Thomas y Smart. Cuatro jugadores que son un placer para el aficionado.
Los pívots vuelven Zeller regresa al equipo que en verano prácticamente lo regaló. Y vuelve a Boston el Campeón de la NBA Kendrick Perkins, el primero en salir del equipazo de 2008, y el segundo en juntarse con LBJ en el lado oscuro (o claro, según por donde se mire).
El enfrentamiento
Los dos equipos llegan en racha, habiendo estado entre los mejores del Este en la segunda mitad, y con todos los jugadores importantes (salvo por Sullinger en Boston) en buenas condiciones.
Pese a su grandísimo final de temporada, tengo miedo de que los Celtics sean un equipo demasiado explotable si tienes tiempo para prepararte contra ellos, y elegir cuidadosamente a qué jugador atacar, o qué jugador no defender de su quinteto. Cuando estudias a los Celtics ves que en realidad, el tiro que parece que tienen es más que amenaza que realidad, que la pintura está bien defendida porque otra zona está despoblada, o que si tapas las oportunidades de pase, algunos jugadores tienen argumentos individuales muy pobres.
Probablemente veamos mucho y pronto a Jae Crowder e Isaiah Thomas. El primero es el mejor emparejamiento para tratar de detener a LeBron, y como el equipo necesite coger en anotación a los Cavaliers, el diminuto base va a ser muy necesario.
La profundidad de Boston durante la temporada regular no les servirá de tanto frente a Cleveland, ya que siempre tendrán que lidiar con Irving o LeBron en pista, pero mantener la rotación larga puede tener la ventaja de exigir un poco más físicamente a Cleveland.
No tengo duda de que van a jugar con garra y esfuerzo, pero es una eliminatoria muy complicada para ellos. Y por muy bueno que sea un entrenador, hay cosas contra las que poco se pueden planear. Los Cavaliers son simplemente demasiado buenos.
Recuerda que puedes hacerte con esta previa (y todas las de la temporada, juntas, en PDF) en La Primera (y quizás última) Mega Guía de La Crónica Desde El Sofá para la temporada 13/14. Es totalmente gratuita, tan sólo os pedimos que hagáis una mención por Twitter o compartirla por Facebook mediante este botón:
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Los Kings llevan 5 años sin alcanzar las 30 victorias, y un par de ellos más, desde que se fue Adelman, sin llegar a Playoffs. Sólo los Wolves llevan más tiempo sin clasificarse para las eliminatorias por el título, y este año lo tienen mucho más fácil a priori que estos Kings que dan la bienvenida a un nuevo entrenador, Mike Malone (asistente en media Liga, el último lugar por el que pasó fue Golden State), después de que Musselman, Theus, Westphal y Smart no funcionaran.
En estos 7 años metidos en la Lotería del Draft, no han aprovechado mucho el talento, ya que sólo conservan a Cousins, Thompson, Fredette y la elección de este año, McLemore. Aunque la explosión de un par de jugadores les podría poner cerca, pinta a otro año de sufrimiento y bastantes más derrotas que victorias. Ahora que su situación institucional ha sido normalizada, cambiando a los dañinos Maloof por Ranadivé, veremos si algo empieza a cambiar también en lo deportivo.
Radiografía de los Kings
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En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
Espejismo ofensivo
De un año desastroso, se puede sacar algún motivo para el optimismo: tras el All-Star, los Kings fueron el 7º mejor equipo en ataque de la Liga. Aún así, su diferencial fue negativo, con la 25ª defensa en ese periodo, y un récord de 9-19, bastante peor de lo que podíamos esperar. De hecho, los Kings perdieron un mayor porcentaje de partidos en la segunda parte del año, pese a reducir la diferencia con sus rivales de 7.8 puntos por 100 posesiones a 1.5, un extraño y curioso hecho.
Marcus Thornton (candidato legítimo a Sexto Hombre del Año, porque él ocupó ese lugar verdaderamente en la rotación) e Isaiah Thomas, se convirtieron en máquinas de hacer puntos, anotando 14.6 por partido con un 60.4% de porcentaje de tiro verdadero el primero, y 17.3 puntos en 60.3 TS% el segundo. Durante la primera fase del año, entre los dos sólo aportaron 23.6 (con algo menos de tiempo de juego y peores porcentajes), pero la defensa no mejoró un ápice, y los Kings no tradujeron más anotación en victorias.
En cuanto a personal, Isaiah Thomas produjo más como ya hemos dicho, porque pasó de jugar 24.8 minutos a 30.6 por partido (aunque su subida en tiempo en pista fue algo previa al ecuador que marcamos), Tyreke Evans sólo se perdió un partido tras no estar en 16 antes del All-Star, y el cambio con Houston que hizo que Patrick Patterson, cogiera el sitio de Thomas Robinson y James Johnson, y trajo a Toney Douglas para mejorar en defensa sin desmerecer en ataque a Aaron Brooks (lo que dice poco de él), fue alrededor de esa fecha.
Y fueron estas incorporaciones las que reforzaron el juego del banquillo, porque el quinteto titular fue superado de la misma forma en la primera mitad del año que en la segunda, y fueron los suplentes los que recortaron parte de la diferencia. Douglas, Thornton, Patterson y Hayes parcheaban algunas deficiencias de la unidad de inicio aquí y allá, y explican parte de la insuficiente mejora.
De cara a este año, nos volvemos a encontrar con un equipo con mucho especialista: jugadores que saben hacer algo bien, pero con carencias difíciles de tapar en conjunto, sobre todo en defensa, donde vienen de ser el segundo peor equipo de la Liga, sólo superado en futilidad por Charlotte.
Y aunque haya una acuciante falta de condiciones individuales para rendir en esa parte del campo, Smart no hizo un buen trabajo, en un equipo que era habitual ver perdido y descoordinado, y que ni siquiera parecía tener un plan. Clifford y Charlotte fracasaron porque intentaron poner en marcha una idea un tanto extremista, que los rivales reconocieron y explotaron, pero las reglas parecían claras. Con Portland o New Orleans sucedía algo parecido, tenían la forma de la defensas más o menos clara, pero quizá fue un error aplicarlas con un personal que no estaba preparado, y no logró aprovechar lo que tenían que ser los puntos fuertes de sus propuestas. Sacramento se comportó más bien como el otro equipo del Top 5 inverso: Cleveland, variando la cobertura y el enfoque casi jugada a jugada.
Mike Malone vendrá pensando en no permitir esto, y su fama le precede, habiendo sido asistente defensivo en tres equipos que mejoraron una barbaridad en defensa tras su llegada (y algún cambio de personal): los Warriors del año pasado, los Hornets en 2011 y Cleveland en 2007. No sabemos si tendrá mucho éxito, porque los mimbres son los que son, y están un poco hechos polvo. Pero no esperamos, ni más ni menos, que un equipo ordenado, que parezca que sabe lo que hace.
A ver cómo se apañan…
En la NBA es más sencillo encontrar buenos jugadores en ataque que en defensa. El baloncesto es un deporte en el que es más difícil anotar que tratar de impedirlo, y es precisamente para lo que se necesita un talento especial: prácticamente cualquier persona con el tamaño adecuado, que haya sido entrenada en los fundamentos más básicos y sea capaz de correr, puede al menos molestar al rival; lo de meter puntos, penetrar, pasar… es otra cosa.
Pero una balanza tan descompensada como la del perímetro de Sacramento, es bastante difícil de conseguir. Isaiah Thomas es el jugador más bajito de la Liga, Greivis Vasquez, con su 1.98 es el base más alto, pero a la vez, seguramente, el más lento. Marcus Thornton es algo pequeño para la posición de escolta, pero su trabajo defensivo es horrible. Jimmer Fredette es definitivamente muy pequeño para la posición de escolta y su trabajo defensivo es horrible. Y este año da un poco igual cómo son McLemore y McCallum, porque todos los novatos, hasta aquellos que acaban conviertiéndose en ases defensivos, lo hacen fatal en su primer año.
Jimmer (41.7% en triples, no puede defender pero la mete cuando quiere, a ver si cae en algún equipo que pueda taparle para por lo menos hacer carrera en una rotación) y Marcus (que fue traspasado de New Orleans a Sacramento mientras Mike Malone estaba allí) fueron dos de los cinco peores jugadores de la Liga en defensa según RAPM, y tanto Greivis como Isaiah costaron más de 2 puntos por 100 posesiones a su equipo en esa parte del campo según está herramienta. No hay ninguna duda de que el perímetro de los Kings puede anotar, pero en defensa, eso va a ser la Boda Roja.
Aunque personalmente veo más desequilibrante (y joven) a Thomas, creo que Vásquez tiene un papel de titular casi asegurado porque es el único del grupo con una mentalidad de pase en un equipo, que sin Tyreke Evans se ha quedado sin un creador efectivo en ninguna otra posición exterior (John Salmons nunca acabó de serlo y está ya rodando cuesta abajo). El venezolano fue el jugador que más asistencias dio en la NBA la temporada pasada, y Mike Malone, que quiere implementar un sistema con mayor movimiento de balón, y solidaridad entre compañeros (los Kings fueron uno de los equipos que más aclarados utilizaron el pasado año) debería empezar con él.
Aunque no es nada seguro ni mucho menos. Malone ha dicho que su ataque será «defender, rebotear y correr» y las dos primeras, no, pero los Kings el año pasado consiguieron muchos puntos fáciles saliendo al contraataque, y sin pérdidas, ni errores estúpidos: fueron un equipo eficiente en transición… con Thomas. Se hace más difícil imaginar a Sacramento a la carrera con Vásquez, y esa es la debilidad que puede atacar Isaiah. Pero por otro lado, el entrenador también habla de rebotear, y los Kings fueron el peor equipo de la Liga en el tablero defensivo, y en esa tarea, Greivis es mucho más.
Aún así, tendría muchas dudas en este puesto y trataría de fomentar la competencia. Soy algo escéptico con un Vásquez que creo que se aprovechó de un sistema y un personal muy concreto y apropiado para destacar estadísticamente. Compartió cancha con el mejor tirador entre los hombres altos de la Liga para un base pasador, Ryan Anderson (no nos olvidamos de Nowitzki, pero se perdió muchos partidos, y además, Dirk puede crear su propio lanzamiento, y genera más opciones de bote) y me hace sospechar bastante que los 5 partidos en los que fue titular Brian Roberts, novato no drafteado de 27 años, diera 50 asistencias. Además, los por entonces Hornets estuvieron entre los 10 equipos que menos dieron proporcionalmente, y apenas hubo diferencia (3 puntos porcentuales, 5 puestos del ránking) entre que Greivis estuviera o no en pista. Vásquez también mejoró en tareas de anotación y de tiro de 3, pero su candidatura al premio de «Jugador más mejorado» y sus galones de titular se basan en esas 9 temblorosas asistencias por partido.
Pero partiendo de que Malone saldrá con él, y dejando mis dudas sobre reputaciones aparte, el problema es con quién le juntan, ya que todas las posibilidades dejan a los Kings en desventaja.
La opción de utilizar a Isaiah como 2 junto a Greivis no parece mala, pero no es tan bonito como parece a primera vista. Hasta cierto punto, el venezolano puede defender escoltas, y Thomas coger a los bases, pero el equipo rival también haría este cambio seguramente en la otra zona del campo, y Vásquez tiene problemas cuando es defendido por jugadores más grandes, que le tapan más fácilmente las líneas de pase y le hacen más difícil anotar cerca del aro cuando elige penetrar. Y por otro lado, Thomas es un anotador tras bote, utiliza su crossover, su rapidez y su control de la pelota para crear las oportunidades, y no está acostumbrado al papel de correr por los bloqueos y tirar tras pase. No es que lo haga mal (mete 1.17 puntos por jugada cuando recibe el balón, y un 40% desde la línea de 3), pero sería desperdiciar una buena parte de su talento, y si sólo necesitas un tirador acompañante, quizá puedas buscar otra opción con menos talento que Thomas, pero más sacrificado en defensa (y lo tendrías que buscar fuera de esta plantilla, por cierto). Y el Greivis anotador está en una situación similar: fue el quinto jugador, tras Paul, Rondo, Westbrook y Wall que mayor porcentaje de canastas metió sin asistencias.
Soltar ya a McLemore al ruedo, que tiene el perfil de futuro jugador 3D, y que vaya conociendo el ritmo de la NBA y los matices de la defensa colectiva es la opción de futuro, que supongo que este equipo, no muy preocupado por ganar todavía, es la que acabará ejerciendo. Salvo que Malone se enamore de otro jugador o el novato decepcione durante el periodo de entrenamientos, la ventaja la tiene él. Y eso significaría que Isaiah Thomas y Marcus Thornton serían la pareja desde el banquillo, e inmediatamente estaríamos hablando de una de las segundas unidades más divertidas de la Liga, aunque la completen con tres jugadores de cartón-piedra.
Todo apunta a que el perímetro de los Kings cambiará, pero sus problemas defensivos continuarán, al igual que el año anterior. Malone quiere poner énfasis en la retaguardia esta temporada, y tal vez el cuerpo técnico fuera una parte del problema, y ahora de la solución. Pero no esperaría muchas cosas de cualquier pareja que salga de aquí
El efecto dominó
Con la situación de perímetro que ya hemos comentado, me temo que el recién fichado Luc Richard Mbah a Moute tiene ventaja para afianzarse como el alero titular esta temporada, aunque Salmons le disputará los minutos. LRMAM viene de una temporada miserable en cuanto a anotación, y no es capaz de abrir el campo (sólo intentó 37 triples el año pasado, y eso es más que en sus 4 primeras temporadas juntas), ni siquiera, de anotar a media distancia (30.5% de acierto en este tipo de lanzamientos). Sus únicos argumentos para anotar son los cortes en jugadas rotas, las ocasiones tras rebote ofensivo (de los que cada vez ha ido cogiendo menos), el juego de espaldas cuando el alero rival es bajo o le emparejan con alguien que esté en desventaja de altura con él (no es un gran anotador posteando, pero es un poco flopper y saca la falta), y la salida en transición (que pintaría mejor al lado de Thomas, y no de Vásquez). Pero es un jugador que deja huella en defensa, en un quinteto que hace aguas por todos lados en este aspecto.
¿Y será esto suficiente y conveniente? ¿Cuánto impacto puede tener un único magnífico defensor desde el puesto de alero? ¿No serán los Kings un equipo condenado a naufragar, al que le vendría mejor una huida hacia delante y un intercambio de golpes? Aquí es donde entraría en juego Salmons. Sin las condiciones de Mbah a Moute, es correcto defendiendo, seguramente, ni da ni quita en esa zona del campo, y puede ayudar en algún momento defendiendo a un escolta, mientras que Luc tira más hacia arriba, a enfrentarse a ala-pivots si cambia de posición. John tiene un tiro de tres respetable, puede poner un poco la pelota en el suelo, y pasar. Tras un miserable 2012, se recuperó un poco la pasada campaña, y eso le ha servido para entender en qué punto de su carrera se encuentra, y tras ser un jugador más bien egoísta durante sus mejores años, ahora comprende su rol de secundario.
Las dos opciones de este equipo (y la tercera y poco deseable, Travis Outlaw) están muy lejos de ser óptimas, y plantean tantos problemas como parecen resolver, tónica general de esta plantilla. Un trabajo duro para Malone.
Same ol’, same ol’
El puesto de ala-pívot, en el que ya se presagiaba una dura competición este año entre Jason Thompson y Patrick Patterson, será un polvorín con la llegada de Carl Landry. Y como no podría ser de otra manera en estos Kings, los tres son jugadores de corte más bien ofensivo.
Operan y se sienten cómodos en diferentes zonas del campo, por ejemplo, Patterson juega mejor cuanto más lejos de la canasta está, y tiene trazas de alero, tanto en defensa como en ataque, y a Thompson le sucede al contrario, pero con el aro y un juego más cercano al del pívot tradicional, aunque este año se atrevió muchísimo más con la media distancia (de tirar el 17% de sus tiros desde allí, al 33%, casi el doble) y es bastante efectivo desde las líneas de fondo, donde tiene buenos porcentajes (especialmente en la derecha, un 55%).
Carl Landry, que regresa al equipo donde pasó un par de medias temporadas, tras compartir destino con Malone el año pasado, y es la opción intermedia y aparentemente superior tras ver lo bien que funcionó en Golden State, pero su carrera, para bien y mal, está construida saliendo desde el banquillo. Landry en cuanto a espacio, es la opción intermedia, con un juego en el que utiliza mucho la media distancia para tirar (es una válvula de aire desde la línea de fondo derecha) y también para enfrentarse cara a cara al defensor y llevarle hasta el aro con su bote, sacando una grandísima cantidad de faltas.
Como al equipo no le falta anotación, y ninguna de las otras opciones tiene problemas para meterla, creo que Landry seguirá en su rol de suplente (no es que al banquillo le falten puntos tampoco, me temo que no fue el fichaje más inteligente que podía haber hecho Sacramento, pero… son los Kings) y entre Patterson y Thompson se jugarán las castañas de la titularidad… y la posibilidad de caer en la rotación si no la consiguen. Patrick es la opción con más potencial por edad (3 años más joven) y posibilidades (si sigue desarrollando el tiro de 3 afianzándose como ala-pívot será un jugador interesante), pero Thompson es la consistencia personificada, y hace al equipo más grande, fuerte y potente en defensa y en el rebote, donde sin ser suficiente su contribución, es el mejor de los tres, algo que Malone perseguirá de primeras.
La decisión podría estar interconectada con la del puesto de alero, con Patterson complementando mejor a Mbah a Moute y viceversa, y Salmons–Thompson por otro lado. Si Patrick fuera el elegido, Jason siempre podría hacerse con los minutos de pívot suplente, a disputar con el muy pequeño pero aguerrido defensor, y cada vez más unidimensional Chuck Hayes. En todo caso, como pasa en el resto de posiciones de la plantilla, los Kings tienen muchos jugadores de rotación que se solapan, pero pocos que justifican sin dudas ser titulares a estas alturas, y los que lo hacen tienen claros problemas (DEFENSA por lo general) que necesitan ser complementados. Quitando al indiscutible jugador franquicia, creo que se podrían hacer dos quintetos diferentes con el resto de Kings entre los que sería difícil escoger cuál es mejor. ¿Podéis asegurarme, qué, por ejemplo, Greivis, McLemore, Salmons, Landry y Hayes es manifiestamente superior a Thomas, Thornton, Mbah a Moute, Patterson y Thompson? Mezclad las piezas como queráis, que seguramente nunca quedaréis contentos.
Cabecita loca
Dejamos al mejor y lo mejor para el final: se viene cuarta temporada para DeMarcus Cousins, una de las mayores incógnitas de la Liga a estas alturas.
Cousins lo tiene absolutamente todo. Tamaño, fuerza, envergadura, pies ligeros, manos hábiles para pasar o tirar e incluso es capaz de ponerla en el suelo muy por encima del estándar en su posición. Hace que el deporte parezca fácil. Lo que se le achaca es una terrible falta de interés y esfuerzo, y en parte, de entendimiento de cualquier aspecto del juego colectivo, más allá de sus espectaculares acciones individuales. En defensa no es capaz de sujetar un equipo como la mayoría de pívots titulares, y su porcentaje de tiro verdadero, aunque haya ido creciendo año a año, todavía ve la media a una cierta distancia desde abajo.
Han sido tres años en una franquicia disfuncional, con Westphal y Smart, así que todavía hay fe en que en cualquier momento lo pille, y se convierta en la fuerza imparable que parece que puede ser, pero a la que no ha llegado ni de lejos. Malone le dará directrices en defensa, pondrá unas reglas al equipo, y esto ayudará a su desarrollo. Por primera vez seguramente en su carrera, Cousins jugará con un propósito concreto asignado, lo que hará que se acaben las excusas. Es un año clave en su desarrollo, porque si este año no es capaz de marcas diferencias, muchos le darán por perdido, y no me extrañaría que en los Kings, con un nuevo grupo ejecutivo, empezaran a ver con buenos ojos su traspaso.
Vamos a aprovechar también la figura de DeMarcus, para una digresión de las habituales, esta sobre elegancia y efectividad. Es curioso ver como el juego de Cousins, que de anotador y pasador es técnico e impecable, con movimientos resultones y agradables, y un tiro con muy buena forma, está visto con una mayor estima entre el público (o eso siento yo), en contrapunto a otros jugadores de fuerza bruta. La diferencia es que pese a la apariencia, muchos de esos jugadores consiguen más fácilmente el objetivo final al que está subordinada toda la parafernalia: meter puntos.
Vamos, la discusión sobre el fin y los medios, que es más antigua que la prostitución, y si grandes hombres no lo han resuelto, no lo vamos a hacer nosotros.