Los Celtics anoche se llevaron la que, me atrevo a decir, es la victoria más clara en la Historia de los Playoffs NBA para un equipo que tardase, como los toros, seis minutos seis, en coger su primer rebote.
Washington abrió con un parcial de 16-0, con Marcin Gortat dominante, mientras los Celtics tardaban menos en hacer un cambio y volver a su anterior quinteto titular que en anotar un punto. Pese a todo, ganaron de 12, y como se suele decir, no pareció siquiera tan ajustado.
Isaiah Thomas, que venía de pasar la noche anterior en Washington (estado) en el entierro de su hermana, en lo que parece la pesadilla que nunca acaba, perdió un diente por el camino, y pese a ello, fue con sus triples, y junto a Kelly Olynyk, el que redujo la brecha inicial y evitó que el inicio pasara de malo a terrible. Y no paró ahí, porque fue un dolor de muelas constante (chiste intencionado) para la defensa de los Wizards toda la noche, hasta acabar con 33 puntos. Bien acompañado en ataque por un Al Horford que se quedó a un rebote del triple doble, Jae Crowder que anotó 6 triples y Marcus Smart y Avery Bradley que le echaron una mano con la defensa a Wall (al que amargaron pese a lo redondo de su número de asistencias) y Beal, prácticamente todos los jugadores importantes de Boston salieron ayer enchufados y eso les permitió una victoria tan clara.
Fue un partido con mucho cambio de quinteto, acrecentado por la falta de hombre altos de los Wizards, que perdieron por una fuerte torcedura de tobillo a Markieff Morris en el segundo cuarto. Tras el fulgurante inicio de Washington, Stevens volvió a los dos hombres altos, sacando de nuevo a pista tres partidos después a Amir Johnson, pero cuando Brad identificó que el problema no era ese, el ala-pívot no volvió a pista. En su lugar, y debido a las circunstancias, se inició una carrera que ríete tú de la espacial en la Guerra Fría por ver quién podía jugar más pequeño y rápido sin sufrir las consecuencias, que alcanzó el punto álgido cuando Brooks puso en pista un quinteto con Porter de pívot. Al inicio de la segunda parte, Stevens salió con el que probablemente sea su mejor quinteto, con Smart por Gerald Green y fue el mejor periodo de los Celtics. En esta serie, y sin tanta necesidad de escalonar para enfrentarse al desangelado banquillo de los Wizards, no me extrañaría que pasase a ser el titular, y veremos cómo responde Brooks, que (sin Morris) no tuvo respuesta para ese grupo.
Al final, todo el esfuerzo de los Wizards fue en vano, porque los Celtics no pararon de anotar, y como lograron según avanzaba la serie contra Chicago, fueron capaces de parar la sangría en los tableros. Pese a que tardaron casi un cuarto en igualar el partido y otro en ponerse por primera vez por delante, a mediados del tercero, entraron con una ventaja de 15 puntos al último periodo, un vuelco de +31 puntos en lo que era poco más de medio partido. Un último cuarto inspirado de Bojan Bogdanovic acercó mucho a los capitalinos, que llegaron a ponerse a 3 pese a no jugar mucho mejor, pero entonces Stevens sacó de lo más profundo de su perrera al Bogdanovic-stopper novato Jaylen Brown, que además le recompensó con un triple en una noche en la que los Celtics metieron casi la mitad de sus 39 intentos.
No pudieron o no supieron los Wizards atacar a IT en defensa: Stevens incluso abrió el partido enfrentándole directamente a Wall, y aunque ese parcial de 16-0 parezca desde fuera lodo de aquel polvo, fue no el caso. Eso sí, con la necesidad de cambiar cosas, el final del parcial coincidió con el cambio en la estrategia del entrenador Celtic, que no volvió a emparejar a los bases estrella y cuya apuesta salió bien porque siempre estuvo lejos de la acción para no ser castigado. Y cuando sí lograron ponerle uno contra uno, en una ocasión en la que Porter se lo llevó al poste bajo, ni siquiera fueron capaces de salir con puntos de ahí. En el otro lado, el p’n’r central en el corazón de la acción, y la circulación de balón si Thomas se veía abocado a soltarlo, fue suficiente para sacar buenos tiros todo el partido. Cuando empezaron a entrar, la cosa estuvo finiquitada.
Magnífica apertura de serie para los Celtics, y sí, la determinación, el corazón, el orgullo, el coraje, el #ItsNotLuck y todo eso, pero en el partido de ayer, y en la racha de cinco victorias seguidas en Playoffs que llevan, hay también muchísimo talento.
Sofi del día: Washington no puso de su parte para que este partido fuera memorable, y es una pena porque el partido tenía nombre: el «You can’t handle the tooth«, el mismo día que en la otra punta del país retiraban a Paul Pierce no podía ser más perfecto.