PO Desde El Sofá (VI): Thomas al rescate

Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…

Tras todo un partido sufriendo con la protección del aro, los Celtics la encontraron en los momentos más decisivos en el lugar más inesperado: sus locos bajitos.

Isaiah Thomas (que acabó con 42 puntazos, anotando en todo tipo de situaciones) y Marcus Smart, detuvieron en los minutos finales bandejas de MillsapHorford respectivamente, en jugadas que acabaron en puntos a la contra en la otra canasta para Boston, y permitieron abrir un pequeño hueco que Atlanta ya no rebajaría hasta acabar con un 111-103 final, que mantiene viva la que pinta como serie más interesante de esta primera ronda.

Tras los problemas con los inicios de partido que se remontan a los últimos partidos de la Temporada Regular, los Celtics esta vez sí salieron como un tiro con los dos cambios en el quinteto titular: dentro Turner y Jerebko por Smart (que cubría la baja de Bradley a su vez) y Sullinger, que contribuyeron con triples en los primeros minutos de tromba céltica.

El acierto desde el perímetro de Boston y las faltas de Korver dejaron a ATL sin respuesta, en el limbo, hasta que les dio vida Schröder, que descubrió que el equipo de Stevens no tenía respuesta a sus penetraciones, y además, espoleó a un equipo adormilado tratando de meterse en la cabeza de Thomas con marrullerías, aunque no lo consiguiera.

Ese pasaje del encuentro en el segundo cuarto, el único en el que los Hawks trataron de aprovechar la ventaja en el poste bajo con Horford, fue lo que impidió que se rompiera el partido, pero los Hawks no cerrarían una ventaja que llegó casi a la veintena hasta finales del tercero.

Los Celtics empezaron muy bien la segunda parte con su nuevo quinteto titular con un parcial de 7-0, pero tras el tiempo muerto de Budenholzer, Atlanta comenzó a ganar terreno hasta hacer desaparecer la ventaja, con triples de Korver, penetraciones de Playoff Teague, y un ambicioso Bazemore, que lideró a Atlanta en posesiones de tiro. A los Celtics se les secó el tiro exterior, que tuvieron disponible toda la noche ante unos Hawks parapetados en la pintura, y vuelta a empezar de cero en el cuarto.

Los Hawks lograron meterse en el partido, pero seguían sin involucrar en ataque a Horford ni a Millsap (mientras en el otro lado, curiosamente, sí lo conseguía Amir Johnson), y el último cuarto se mantuvo en un ritmo alocado en el que el jugador que mejor se lo pasa es el más bajito. Sólo los árbitros podían parar a dos equipos con ganas de correr, con los repetidos parones para revisar faltas flagrantes, que acabaron siendo insufribles. Y todo por poner un estándar demasiado bajo en un partido que fue tenso, como todos aquellos igualados de Playoffs, pero al que hicieron parecer más bronco de lo que en realidad fue.

En la recta final, tras una bonita sesión de intercambio de triples entre los dos equipos, Atlanta empezó a fallar en las proximidades del aro, con las acciones providenciales de Thomas y Smart ya comentadas de por medio, y los Celtics se encontraron con una pequeña ventaja que la ansiedad de Atlanta se empeñó en proteger. Un triple tras bote en un aclarado y un robo poco después del mejor de la noche, pondrían la puntilla, y evitaron que los Celtics cayeran en ese hoyo del 0-3 del que nadie ha podido salir.

Primera victoria de Brad Stevens, Isaiah Thomas o Marcus Smart en Playoffs, y el futuro nos dirá si de muchas. Por lo pronto, tengo el presentimiento que esta no será la última de las crónicas dedicadas a la serie.

Sofi del día: Conozco la NBA demasiado bien como para atreverme a decir que el número 17 recortado y dorado en la nuca de Schröder va a ser indiscutiblemente el peor numerito capilar de los Playoffs, pero hace falta cierto valor para plantarse precisamente en Boston, con un número tan icónico detrás de tu cabeza. Entre unas cosas y otras, normal que le cayeran tantos pitos.

 

Viva la PEPE: Cleveland Cavaliers (2) vs. Boston Celtics (7)

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Este año repasamos las 4 eliminatorias de Playoffs en el Este en nuestra primera Previa Épica de los Playoffs en el Este. Si te has perdido alguna, puedes encontrarlas todas aquí.

Cómo han llegado los Cavs

Tras juntar en verano a LeBron James, Kevin Love y Kyrie Irving, el cielo parecía el límite. Había dudas sobre la defensa y la durabilidad de su único pívot, Anderson Varejao, pero el ataque pintaba tan potente que una pequeña debilidad no podía importar.

Avance rápido a mediados de enero: Kevin Love no se integra, LeBron se ha tenido que coger dos semanas de vacaciones en medio de la temporada, Varejao está lesionado para lo que queda de año, David Blatt no se apaña en la NBA, sólo hay cuatro equipos en toda la NBA con peor defensa, y son sextos en el Este con más partidos perdidos que ganados. Los Cleveland Cavaliers son carne de meme y mofa.

Pero entonces llegaría el punto de inflexión: LeBron vuelve de descanso, y cambian a Dion Waiters y elecciones de Draft por Timofey Mozgov, JR Smith e Iman Shumpert. Desde el día del regreso de James, los Cavs son el segundo mejor equipo de la NBA (sólo por detrás de los Warriors), cimentados sobre el mejor ataque de la NBA, y una defensa, ya, por lo menos, correcta.

Cómo han llegado los Celtics

Tras ganar solamente 25 partidos, sin dólares que gastar en verano y con Rajon Rondo y Jeff Green, sus mejores jugadores sobre el papel, en último año de contrato, pintaban bastos para Boston, que no habían logrado forjar una identidad en la primera temporada de Brad Stevens.

Entonces, empieza el baloncesto, y nos encontramos un equipo diferente a lo esperado: salían a correr, había más movimiento de balón, y tenían el gatillo más suelto para tirar desde el triple. Jugaban duro, luchaban, competían. Eran un placer de ver, uno de los equipos más divertidos del Este.

Eso sí, seguían sin ganar partidos, muchas veces, viendo como se le escapaban importantes ventajas que obtenían en sus momentos lúcidos. El 12 de enero, día que traspasaban a Green, después de haberse deshecho de Rondo, el registro era de 12-23. Pero eso en el Este significa estar a 3 victorias de los Playoffs. Y un poco después, ademá,s empezaron a ganar.

Los Celtics han sido uno de los mejores equipos desde el All-Star, con un jugador con chispa anotadora como Isaiah Thomas por fin entre sus filas. Hay quien habla de sorpresa o de milagro, pero tal y como habían estado jugando todo el año, entendiendo que las pérdidas de Rondo y Green no son para tanto, y que en el Este no necesitas ganar más partidos de los que pierdes para entrar en Playoffs… lo es menos.

Rotación de Cleveland

Desde que remodelaron la plantilla en enero, Blatt está jugando con una rotación de 8 hombres, con un quinteto inamovible formado por Irving, Smith, James, Love y Mozgov, con Tristan ThompsonShumpert y Matthew Dellavedova como únicos jugadores con minutos importantes desde el banquillo.

El grupo de veteranos que forman James JonesShawn Marion, Kendrick Perkins y Mike Miller han visto reducir tanto su papel, que su contribución apunta a mínima durante los Playoffs, y Joe Harris, el novato que llegó a ser titular a principio de la temporada, ha pasado a tener un rol directamente marginal. El tiro de Jones es la característica más aprovechada por Blatt, y es el mayor candidato a recibir minutos de todos ellos.

El salseo en el reparto de minutos está en los puestos interiores: dos para tres jugadores. Aunque Mozgov sea el titular, Thompson juega más minutos, y suele adelantar al ruso también en los momentos decisivos de partidos igualados. Blatt usa casi siempre a dos de ellos en pista, es decir, James apenas está jugando de ala-pívot, pero cuando lo hace, suele ser con Thompson como cinco, nunca con Love. Si destapara en Playoffs un quinteto con cinco tiradores, con LeBron y Kevin como juego interior, estaríamos viendo algo prácticamente inédito.

Otro detalle importante: Blatt escala los cambios para que Irving o LeBron estén siempre en pista, sustituyendo a LeBron por Shumpert en los cuartos impares para que este vuelva al principio de los pares con los no titulares (DellavedovaThompson y el propio Shumpert).

Rotación de Boston

Los Celtics son seguramente el equipo con la rotación menos definida de cualquier equipo de Playoffs. 10 jugadores deberían ser parte importante, y eso sin contar las últimas apariciones de Gigi Datome, y el hecho de que a un equipo que mira al futuro, quizá les interesa foguear un poco a James Young. Con un entrenador protagonista y valiente como Stevens, cualquier cosa es posible.

Desde el All-Star, momento en el que Jared Sullinger dejó de jugar, el quinteto titular lo forman, si están sanos, Marcus Smart, Avery Bradley, Evan Turner, Brandon Bass y Tyler Zeller, pero sólo Bradley llega a los 30 minutos por partido esta temporada.

Isaiah Thomas es el sexto hombre en el sentido más clásico de la palabra y juega poco menos que los exteriores titulares, y Jae Crowder el hombre para todo, que igual sirve para cubrir necesarios minutos de alero en una plantilla partida por la mitad, que para hacer al equipo más pequeño jugando de 4, algo que sucede en una buena cantidad de minutos. Además, ambos han desarrollado algo de química en el dos-contra-dos, y se han convertido en habituales para cerrar los partidos, cuando Stevens no duda en aprovechar las oportunidades para hacer cambios ataque/defensa y sacar todo el jugo a su plantilla.

A los minutos de Crowder y el juego interior titular por dentro, hay que sumarles los de Kelly Olynyk y Jonas Jerebko, que además compiten por un mismo papel, el de hombre alto raza blanca tirador. Por si fuera poca competencia, además, la vuelta de un Sullinger que en principio estaba fuera para el resto de la temporada, contribuye en el atasco. Será interesante ver si en Playoffs los Celtics siguen la política de repartir los minutos más o menos equitativamente, o maximizan los minutos de los mejores jugadores en el contexto del enfrentamiento.

Los Cavs en ataque

El éxito del excelente ataque de los Cavs reside en su talento individual. Cuentan con tres jugadores que pueden anotar cerca y lejos de la canasta, con poca ayuda y sin importar mucho a quien tengan delante. Además, tienen dos piezas complementarias como son Smith y Mozgov, que tienen habilidades (el tiro del primero, la habilidad para continuar hacia canasta del segundo) que obligan a las defensas a respetarles, y a mantener un espaciado impecable.

Ningún equipo en la Liga utiliza más el aclarado, y es habitual ver también a sus estrellas sacar petróleo de un bloqueo y continuación o del juego al poste bajo. Es increíble la cantidad de veces que salen con canastas de jugadas como esta o esta o esta otra o muchas más sin prácticamente esfuerzo colectivo. Este equipo no necesita un libro de jugadas tan grande como el de otros, pero lo tienen. Más pequeño de lo que a Blatt le gustaría, pero más grande de lo que los haters creen.

Esto es lo que los rivales ven en un simple bloqueo y continuación lateral, James cuesta abajo contra tu 2.16 con Smith, Irving y Love abiertos, sabiendo que si osas ayudar, LeBron no dudará en encontrarlos, y Mozgov continuando hacia el aro, preparado para coger el alley oop si se lo tiran. Por si fuera poco, defiendes con uno menos.

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En este caso, Chandler frena a LeBron en mitad de la zona, Nowiztki se desplaza lateralmente para negarle el aro a Mozgov… pero se lo regala a Love que corta desde la esquina. Mate. 2 puntos.

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Cuando el bloqueo lo hacen Irving y James te encuentras en una situación igual o peor, ¿con quién ayudas la penetración de Kyrie?

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¿En qué cosas fijarnos en el ataque de los Cavs además de lo obvio e improvisado? Cuando el pívot rival es intimidatorio en defensa, al principio del partido comienzan moviendo el balón a través de Mozgov un poco más, haciéndole subir al poste alto y dándole a sus compañeros opción de pase o de bloqueo y continuación.

Quizá pueda parecer que utilizan demasiado en ataque a Mozgov, siendo el jugador con menos capacidad del quinteto, pero el problema es que si no lo implicas en la acción, corres el riesgo de que sí se convierta en un problema para tu espaciado, por lo que los Cavs le buscan cada poco, para recordar a las defensas que no puedes olvidarte de él.

Utilizan mucho los dobles bloqueos, tanto los escalonados como directos. Estos últimos les son muy útiles en bloqueos laterales en los que uno de los bloqueadores es Love y sirven para hacer más difícil la decisión a la defensa, y dar opción de bote al base cuando Kevin caiga al tiro de tres. Splitter tiene que decidir aquí si se queda a detener la penetración de Irving o presta atención a Love.cavs_blo

Lo hacen muchas veces con un jugador de perímetro que llega un poco después, así su defensor llega tarde a la jugada y sin tener muy claro qué hacer.

  • Pese a que durante gran parte de la temporada Kevin Love ha servido simplemente para estar escondido en la esquina, y dar más espacio y oxígeno al ataque de Cleveland, poco a poco le han ido haciendo más partícipe del juego, y utilizando una de sus mejores cualidades, la de pasador.
  • Cleveland es devastador cuando juntan a Irving, Love y James en la misma opción, y una de las jugadas más espectaculares viene cuando tras un bloqueo y continuación de los dos exteriores en un ala, el balón llega a Kevin, que está abierto como tirador en el otro ala, y suelta un pase instantáneo a LeBron cortando.

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Y con Dellavedova en pista el equipo desempolva alguna de las jugadas de la Princeton Offense que a Blatt le hubiera encantado instalar… pero que no ha podido.

Los Cavs en defensa

Después de empezar el año defendiendo como Miami, con hombres altos agresivos en el bloqueo directo, para atrapar al conductor del balón, el fracaso absoluto del esquema hizo que los Cavs se movieran a un sistema más conservador, negando los bloqueos y llevándoos a la banda, incluso antes de que llegara Mozgov, que ya hizo imprescindible este sistema.

El gigante ruso ya venía de sufrir en sus propias carnes un esquema de alta intensidad en Denver, y tuvo la suerte de que al llegar aquí se encontró algo para lo que está mucho más preparado.

La defensa de los Cavaliers de los bloqueos directos ha mejorado considerablemente, también porque Love no es un defensor tan terrible como su reputación indica. Es indiscutible que necesita jugar con un pívot que le ayude, y que necesita un sistema poco especulativo. Él no puede sostener una defensa ni ser un factor en toda la pista, pero defendiendo con otro al lado es inteligente para canalizar a los rivales a la zona adecuada, y aguantar con fuerza las continuaciones de los interiores. Ahora mismo no es una debilidad que los ataques rivales puedan explotar, salvo quizá, aquellos equipos con un exterior de élite con muy buen tiro.

La asignatura pendiente de los Cavs es prestar atención constante a lo que ocurre sin balón. Todos sus jugadores exteriores se toman jugadas de descanso en defensa, cuando no tienen una predisposición más bien dudosa hacia ella. Si te tomas tu tiempo pasando alrededor de la defensa de Cleveland, puedes sacar rédito.

Otra diferencia con Miami, y consecuencia directa del cambio de tono, es que los Cavaliers no fuerzan muchas pérdidas. No son un grupo intenso en defensa, y el cuerpo técnico les prefiere no arriesgando. Con Shumpert y Dellavedova en pista sí que tienen que andar con más cuidado los conductores de balón rivales.

Los Celtics en ataque

Boston es uno de los equipos que se ha sumado últimamente al carro del baloncesto fluido, dando libertad y espacio a sus jugadores en un sistema que más que jugadas concretas, pide de ellos que lean la defensa y la posición de sus compañeros, y reaccionen. Hay que decidir y moverse rápidos, ser solidario, y tener todo el tiro posible, para que el espacio haga las cosas más fáciles.

Una posesión normal de los Celtics puede encadenar bloqueos (directos e indirectos), pases a la mano e inversiones del lado del juego, hasta que se encuentran con un tiro o una oportunidad de atacar la zona. Habitualmente lo primero, porque Isaiah Thomas aparte, los exteriores del quinteto inicial son muy poco incisivos. En cuanto se abre la oportunidad de tirar de media o larga distancia, la toman, tanto tras pase, como tras bote: no tienen la paciencia de los grandes equipos de la Liga que predican el movimiento, pero también encuentran menos oportunidades.

Por ello quizá tenían problemas para cerrar partidos y mantener ventajas a principios de año, por la falta de un jugador que se metiera al corazón de la defensa y obligara al rival a que lo manden a la línea. Los mejores argumentos de este equipo para sacar faltas hasta la llegada de Thomas no podían ser menos ortodoxos: dependían de los tumbos de Bass y el manejo de balón al borde de la pérdida de Turner.

Los hombres altos juegan muy arriba, para lanzar con sus pases y pantallas a los exteriores hacia una zona lo más libre posible. Zeller y Bass no son especialmente buenos pasadores ni conductores, por lo que, a diferencia de otros interiores que reciben en el mismo codo de la zona, no manejan opciones como el pase preciso a un cortador, o atacar de frente con el bote a su defensor. Ellos están en constante movimiento, pendientes de qué bloqueo van a poner casi antes de entregar el balón, y de leer la defensa para saber si les conviene más continuar al aro (la especialidad de Zeller), o abrirse al tiro (la de Bass).

La funcionalidad de los interiores titulares en muchas posesiones queda recogida en la siguiente imagen: Bass recibe el pase tras poner un bloqueo directo a Turner que no lleva a nada, e inmediatamente busca la siguiente opción de ataque, pendiente de darle el balón a Smart en el momento y lugar más adecuado para poder molestar a Vasquez. Hansbrough cambia, dejando la opción de tiro abierto para Bass.

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Otro detalle que se puede ver en la anterior secuencia es como los exteriores de los Celtics intentan entrar al bloqueo con la mayor velocidad posible, aprovechando todo el espacio que da el campo para coger aceleración, sobre todo Smart y Bradley.

Turner es un jugador más metódico y sútil, y utiliza más el manejo de balón y el bote corto que la explosividad. Pese a que debería ser el alero del quinteto, funciona como el base de facto, porque es sin duda el mejor del quinteto en encontrar a sus compañeros. Pero pese a las llamativas estadísticas que de vez en cuando consigue, sigue siendo desesperante con su propia anotación. En la siguiente captura acaba de salir de un bloqueo directo de Zeller y sin poner a prueba la defensa (la ayuda de Chalmers de hecho, es un farol, recupera inmediatamente a Bradley), recoge el bote y tira de dos, fallando.

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Está pasando el balón más que nunca en su carrera, y tirando menos, y este tipo de jugadas cada vez son más infrecuentes. Entiendo que de vez en cuando tiene que tirar, porque le cuesta mucho llegar el aro y hay que mantener a las defensas preocupadas por al menos mostrar ayuda, como en el caso anterior, cuando se acerque a los codos de la zona. Pero cuando hay secuencias de dos o tres tiros de este tipo consecutivos, salvo que tenga el día de meterlos, la impresión que deja es muy mala.

Y no todo es culpa suya. Lo malo de la unidad titular de los Celtics es que pese a que hagan lo posible para estirarlo, el espacio no se puede inventar. Cuando el mejor tirador de tu quinteto es Avery Bradley, te vas a encontrar defensas así al ejecutar un bloqueo directo central.

bosmem1Los rivales no tienen miedo de poblar la pintura cuando los titulares de Boston atacan, y hacen muy difícil llegar al aro. Smart es mejor tirador de lo que parecía, pero no llega a lo que necesita una unidad con déficit, y sus hombres altos pueden tirar de media distancia, algo que algunas defensas están inclusos dispuestas a conceder, pero no de 3.

Trabajando con las unidades con mejor espaciado, Thomas ha sido fantástico en Boston, como en el resto de su carrera, en realidad. Puede llegar hasta el aro siempre que quiera pese a su tamaño, y tampoco le puedes dejar que se ponga cómodo desde el triple.

Casi no necesita ni bloqueos, es un maestro dividiendo la defensa o yendo de costa a costa en un abrir y cerrar los ojos. Pero aún así los Celtics hacen algún esfuerzo por liberarle aún más, como esta jugada en la que le dan una vuelta de tuerca al motion loop.

Los Celtics comienzan con dos jugadores apilados al lado derecho del ataque, y otro al izquierdo, Thomas con el balón en un ala, y Crowder en lo alto de la bombilla. Isaiah se la pasa a Crowder, y se dispone a girar de lado a lado de la pista (1), pasando por los dos bloqueos del lado débil (2). La novedad de la jugada en comparación con otras versiones aparece justo en ese momento, cuando Bradley, después de bloquear a Thomas, vuelve a bloquear a Jerebko, que va del poste medio izquierdo al alto derecho a poner el tercer bloqueo a Isaiah en ese lado, este ya directo porque ya tiene el balón (3). Así, Pizza Guy enfila la zona de Toronto sin que nadie pueda llegar a ayudar.

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Este tipo de jugadas también funcionan porque al contrario de lo que vimos antes, con Jerebko, Crowder y Olynyk, la pista sí está abierta. La atención que los rivales tienen que prestar al tiro actúa como un Vicks VapoRub en la zona, limpiándola de incómodos rivales. La mejor versión en ataque de los Celtics aparece cuando tiene múltiples tiradores en diferentes posiciones.

Otra cosa que en la que están funcionando muy bien los quintetos de Crowder y Jerebko concretamente: el rebote ofensivo. Están limitados con sus rivales habituales en altura y peso, pero lo suplen con esfuerzo y habiendo creado un pequeño tag-team en el que Jonas lucha por palmea los rebotes hacia fuera, si es en las inmediaciones de Jae mejor, y este hace el resto.

Por último, una parte clave del ataque de los Celtics, es la brillantez de Stevens con la pizarra. Sus jugadas tras tiempo muerto o en los finales de los partidos están siendo muy interesantes, y momentos como el tiempo muerto, más cambio de jugada como el que le dio la victoria al equipo frente a Toronto el otro día ya son pequeños clásicos de esta Liga. Os dejamos con un vídeo muy reciente repasando muchas de ellas.

Los Celtics en defensa

Pese a que gran parte de la historia durante todo el año ha sido que los Celtics no tenían ni un protector del aro, y por tanto, no podían defenderse, desde el All-Star son la 8ª mejor defensa de la Liga por índice y durante el resto de la temporada un equipo del montón, no un desastre.

Cierto es que los Celtics no tienen a nadie que intimide a los rivales, y que si les ganan la zona están condenados, pero Boston pone de su parte para que eso no suceda con una excelente defensa exterior. Capitaneada por Avery Bradley y Marcus Smart, más Jae Crowder desde el banquillo, y Evan Turner que a veces tiene ventaja de tamaño contra el atacante más flojo rival, los Celtics ponen una gran cantidad de presión en los exteriores rivales, forzando pérdidas.

Pasan los bloqueos por delante, niegan pases a la mano y hacen un grandísimo esfuerzo de desgaste para que los rivales prefieran no adentrarse en la zona.

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Como todos ellos pueden defender varias posiciones Stevens va cambiando las asignaciones. Aún cuando Smart y Bradley son dos perros de presa, al entrenador le gusta colocar al jugador más grande que tenga en el base, y no es difícil ver a Turner o Crowder defendiendo al 1 rival. Y a veces los emparejamientos se resuelven solos: cuando encajan una contra por ejemplo, se quedan con el hombre más cercano.

Por ejemplo, los Celtics vienen de defender una posesión a media pista con Bradley en Dragic, Thomas en Chandler, Crowder en Deng, y Turner en Ennis. Tras un tiro fallado de Bass, Miami monta una contra, y los Celtics se defienden cambiando las cuatro asignaciones de una jugada a otra. Por eso son uno de los mejores equipos de la Liga defendiendo a la contra.

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El único problema que tienen es que el exceso de celo al ayudar les hace conceder triples desde las esquinas. Aquí los cinco Celtics tienen un pie en la pintura o casi, y sí, efectivamente logran contener la penetración de Dragic, pero han dejado a tres tiradores solos, y Ennis, en la parte baja de la imagen, meterá un triple bastante cómodo.

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Las tramas

  • LeBron vs. Celtics Esta será la quinta vez que LeBron se cruce con Boston en Playoffs y la que rompa el empate. Aunque el equipo en la pista sea muy diferente, todos los seguidores de Boston y el propio James tienen presente la rivalidad.
  • Kyrie Irving vs. Isaiah Thomas Aunque estén en dos universos diferentes en cuanto a estatus, desde que en algún partido clandestino el año pasado sacaron este gráfico…
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  • Desflore generalizado: Primera serie de Playoffs de, esperemos muchas, para Love, Irving, Thomas y Smart. Cuatro jugadores que son un placer para el aficionado.
  • Los pívots vuelven Zeller regresa al equipo que en verano prácticamente lo regaló. Y vuelve a Boston el Campeón de la NBA Kendrick Perkins, el primero en salir del equipazo de 2008, y el segundo en juntarse con LBJ en el lado oscuro (o claro, según por donde se mire).

El enfrentamiento

Los dos equipos llegan en racha, habiendo estado entre los mejores del Este en la segunda mitad, y con todos los jugadores importantes (salvo por Sullinger en Boston) en buenas condiciones.

Pese a su grandísimo final de temporada, tengo miedo de que los Celtics sean un equipo demasiado explotable si tienes tiempo para prepararte contra ellos, y elegir cuidadosamente a qué jugador atacar, o qué jugador no defender de su quinteto. Cuando estudias a los Celtics ves que en realidad, el tiro que parece que tienen es más que amenaza que realidad, que la pintura está bien defendida porque otra zona está despoblada, o que si tapas las oportunidades de pase, algunos jugadores tienen argumentos individuales muy pobres.

Probablemente veamos mucho y pronto a Jae Crowder e Isaiah Thomas. El primero es el mejor emparejamiento para tratar de detener a LeBron, y como el equipo necesite coger en anotación a los Cavaliers, el diminuto base va a ser muy necesario.

La profundidad de Boston durante la temporada regular no les servirá de tanto frente a Cleveland, ya que siempre tendrán que lidiar con Irving o LeBron en pista, pero mantener la rotación larga puede tener la ventaja de exigir un poco más físicamente a Cleveland.

No tengo duda de que van a jugar con garra y esfuerzo, pero es una eliminatoria muy complicada para ellos. Y por muy bueno que sea un entrenador, hay cosas contra las que poco se pueden planear. Los Cavaliers son simplemente demasiado buenos.

Avance de temporada 2013-2014: Philadelphia 76ers

Recuerda que puedes hacerte con esta previa (y todas las de la temporada, juntas, en PDF) en La Primera (y quizás última) Mega Guía de La Crónica Desde El Sofá para la temporada 13/14. Es totalmente gratuita, tan sólo os pedimos que hagáis una mención por Twitter o compartirla por Facebook mediante este botón:

O si insistís, no os vamos a decir que no tampoco, podéis comprárnosla sin tener que poner tuits ni likes…

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Lo mejor que pdoríamos hacer en esta previa para representar el año que nos espera de los Sixers, es tanquear nosotros también: empezarla con poco interés, dejar que algunas partes las rellene alguien poco cualificado, y fingir una lesión cuando estemos llegando al final para dejarla a la mitad.

El objetivo de Philly parece claro, y en el contexto de la NBA nos parece respetable (debate para otro día), pero es difícil escribir sobre un equipo en el que sus veteranos estarán en el mercado todo el año, pueden adquirir cualquier peso muerto a cambio de elecciones de Draft o prometedores jugadores en cualquier momento, alargarán la recuperación de las lesiones más de lo necesario, probarán jugadores que quizá no repitan en la NBA y no harán movimientos con la lógica razonable de quien persigue ganar partidos. Ver progresar a sus jóvenes, esperar la redención de Evan Turner y el morbo de si superan o no las derrotas de los propios Sixers del ’73 (peor equipo de la Historia en 82 partidos con un 9-73) serán los alicientes.

  • Radiografía de los 76ers

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • No new friends

Pese a que los 76ers eran uno de los equipos con más espacio salarial tras su operación la noche del Draft, no firmaron ni un solo agente libre hasta mediados de septiembre, cuando abrieron fuego con Darius Morris, y todo lo que han traído son jugadores de perfil muy bajo o peor.

Además de los dos novatos, han llegado tres jugadores que son sobras que Sam Hinkie, anterior mano derecha de Daryl Morey en Houston, se ha traído de allí (los contratos no garantizados de Tim Ohlbrecht y James Anderson, un Royce White que no sabemos aún si jugará, y hay que añadir los derechos futuros sobre Furkan Aldemir), Tony Wroten, el base que los Grizzlies han decidido soltar a los 20 años, el ya mencionado Darius MorrisKhalif Wyatt, producto local que jugó con el equipo en la Summer League y un grupo de jugadores que lucharán por los últimos puestos de la plantilla con veteranos de las ligas de verano y los training camps como Gani Lawal, junto a novatos no drafteados (Vander Blue o Rodney Williams).

En el apartado de bajas, no es que hayan perdido una cantidad de talento descomunal. Toda vez que Bynum no jugó con este equipo jamás, la única pérdida sensible de aquel equipo que estuvo hasta el parón del All-Star cerca de los Playoffs, es la de Holiday, base All-Star de 23 años gracias a como empezó la pasada temporada. Pero lo cierto es que es muy posible que Jrue no se encuentre en el Top 10 de su posición ahora mismo, y el resto de jugadores que hicieron las maletas (Dorell Wright, Nick Young, Damien Wilkins, Royal Ivey), no son exactamente titulares.

De hecho, los 76ers podrían haber seguido siendo competitivos aún, tras el Noel por Holiday, e incluso haber tenido posibilidades de rozar los Playoffs con algo de esfuerzo, porque mantienen el frontcourt titular intacto: Evan Turner, Thaddeus Young y Spencer Hawes se han quedado.

Para ello tendrían que haber hecho algo de esfuerzo con toda la pasta que tenían, que era mucha (unos 16 millones), y haber contratado algún escolta, ya que ahora mismo sólo tienen a James Anderson y a Wyatt en la posición (Jason Richardson se desgarró el cartílago de la derecha izquierda, y hasta febrero/marzo no estaba prevista una recuperación de la que ya se dice que se estirará a todo el año, pero también podría recolocar a Evan Turner, lo que supondría crear un hueco en otro lado del quinteto), y también hubiera sido bueno el no fiar el puesto de base a un novato, otro que casi y el innombrable: Carter-WilliamsWroten y Morris.

Por ejemplo, y por decir algo, podrían haber añadido la pareja CalderónMonta, o algo similar, y haber luchado. Pero prefirieron no hacerlo, y por tanto, tal y como están las cosas, con un perímetro que podría aparecer en una de las presentaciones de Bleacher Report sobre los peores grupos de la Historia de este deporte, sólo un milagro libraría a los 76ers del abono a la derrota continua que se avecina. Las casas de apuestas les ponen entre las 16-18 victorias, lo que está lejos de los récords de futilidad, pero sigo pensando que a este equipo se le pueden poner las cosas feas muy pronto, porque en caso de problema o lesión, la intención está clara.

  • ET sigue perdido

Año 4 de la era Evan Turner, y no sólo no es la estrella que casi todos creíamos que podría llegar a ser: creo que no estuvo ni entre los 30 mejores aleros de la Liga la campaña anterior. Seguimos sin ver nada nuevo del número 2 del Draft de 2010, y como pasó tres años en Ohio State, no es especialmente joven para su experiencia: entrará a la temporada con 25 años, por lo que el reloj y tiempo para progresar están contra él.

La NBA nos ha enseñado que no se puede dar por perdido a un jugador hasta que no haya cambiado de aires un par de veces, y en todas el resultado sea el mismo. En sus tres años en Philadelphia ha tenido un bloque muy parecido, y un mismo y estresante entrenador como es Collins. Doug, que sabe mejor que nadie lo que significa tener un año malo en Philadelphia tras ser elegido en lo más alto del Draft, se ha preocupado de su desarrollo y de corregirle en todo momento, pero sus dos fuertes personalidades (tras pasar por el tamiz la exageración y el cachondeo, el perfil de Turner que pinta su compañero en OSU Mark Titus, en su libro «Don’t put me in, coach» no es muy halagüeño) chocaron a menudo: no fue titular habitual hasta esta temporada y en conjunto su relación fue más bien tumultuosa.

Sin cambiar de ciudad ni de equipo, la llegada de Brett Brown este año es lo más parecido a un empezar de nuevo que va a tener, pero la manera en la que adapta las posibilidades que tiene a su rol, seguirá siendo un problema. Turner es un alero que se imagina a sí mismo como base, y que en cuanto recibe el balón, lo secuestra para crear su propia jugada. Collins le apartaba de la pelota al principio de las posesiones y le ponía a correr entre bloqueos, y cuando Evan recibía, estaba más pendiente de ponerla en el suelo que de aprovechar la ventaja para tirar o dar un pase extra. Así, detiene el juego de Philly, y convierte en inútil todo el movimiento anterior.

La débil situación en los puestos exteriores de los Sixers podría permitirle subir el balón y actuar como pseudo-base a menudo (aunque ojo que Carter-Williams y Wroten son más del perfil de base puro, pasador, que del de anotador, y por tanto sería interesante para su desarrollo que manejaran el balón), pero tampoco es que Turner haya destacado como creador de juego y tiro propio cuando ha tenido oportunidad. Pierde bastantes balones y se obceca en su tiro de media distancia, donde sólo metió el 42.3% de los aciertos, y eso implica además que hace pocos viajes a la línea de tiros libres. El año pasado tiró más de dos desde fuera de la pintura (485 intentos) que dentro de ella y desde el triple junto (466), lo que no es una receta ganadora, y menos con un porcentaje tan mediocre. Así, han pasado tres años, y Turner todavía no ha superado el 48.5% en porcentaje de tiro verdadero en ninguna campaña, cifra muy por debajo de la media.

Brown, que viene de la escuela de San Antonio, seguramente le hará ver lo desastroso del asunto (o no, que recordamos que están tanqueando) y tratará de convencerle para que llegue al aro, o utilice el tiro de tres puntos. Tiene buen manejo y aptitudes para atacar mucho más la canasta de lo que lo hace, pero hasta que no sea consistente haciéndolo, forma parte de la teoría. Por ver algo bueno, la temporada pasada dobló el número de intentos por minuto desde el triple y empezó a tener una puntería aceptable, lo cual es un añadido interesante, de esos que salvan carreras y titularidades a flote, pero su porcentaje, de mantenerlo, estaría en la media de la Liga, y el volumen sigue siendo pequeño para lo que se espera de un escolta o alero. Además, el acierto está repartido uniformemente: no tiene un punto de mayor acierto en el que pueda encontrar un sitio mortífero, como otros jugadores hallan en las esquinas o algún ala, para hacerlo su rincón favorito. Hay que tener en cuenta que casi todos esos triples, además, fueron tras pase (54 de los 58 que metió), a diferencia de sus aportaciones desde la media distancia en la que el 64% de las canastas fueron tras bote.

Otra pequeña e interesante mejora, por buscar los pocos aspectos en los que ha progresado, es un mañoso y efectivo juego de espaldas posteando en la zona derecha del ataque, en el que utiliza una suspensión a la media vuelta una vez que ha clavado a su defensor, que acierta con regularidad. Lo utiliza como recurso cuando juega de escolta, que son los momentos en los que tiene una ventaja de tamaño sobre el rival, y viendo la configuración de la plantilla en Philly, y el tiempo que puede pasar en la posición, es posible que tenga la oportunidad de desempolvarlo bastante este año, en el que, por cierto, se le acaba el contrato y tiene que renovar, algo a lo que hay que estar atento.

En parte, Turner no es nada más que otro de los damnificados de la especialización que ha provocado la evolución intelectual de la NBA. Tiene un talento y una versatilidad obviamente superior a muchos otros jugadores a los que se enfrenta cada noche, y puede aportar en áreas en las que otros no lo harían ni en sueños. Es un muy buen jugador uno-contra-uno, con un saco lleno de trucos, pero también con algún que otro gamusino, como su falta del sentido colectivo. Puede anotar desde cualquier lado, pero no tiene un sitio ni un recurso fijo desde el que pueda anotar en cualquier momento, que es lo que se pide ahora.

Por eso no está en la élite, que es el único nivel que justifica la individualidad. Así, en la era actual de la NBA, si no eres una superestrella que desequilibra todas y cada una de las posesiones, se valora más a un Jared Dudley, que en ataque no estorbe, meta sus triples cuando le llegue tras pase, y ponga ganas en defensa, que alguien que controle el balón la mayoría del tiempo si no es magna cum laude.

Así, aunque este año pueda tener un mayor protagonismo para volverlo a intentar, lo visto en los tres primeros años de Turner nos hace pensar que en lo que debería estar centrado desde ya, es en como convertirse en un buen secundario. Ya que no es Humphrey Bogart, si quiere salir en la peli tendrá que ser Janfri Topera.

  • Forever Young

Thaddeus Young es lo más parecido que tienen los 76ers a un jugador franquicia ahora mismo. Él es el que más tiempo lleva en Philadelphia, 6 temporadas ya, y con un contrato alto pero razonable (2 años más, y una opción para el jugador en el tercero, entre 9 y 10 millones cada año) y joven aún (25 años cumplidos en junio) los Sixers podrían convertirlo perfectamente en parte del núcleo futuro y quedárselo para que sea el veterano que rodee a los jóvenes que están por llegar cuando entren en su plenitud (tampoco sería de extrañar que contaran con Evan Turner de una manera similar)

Salvo que pegue otro estirón en su juego, el papel ideal de Young es el de secundario efectivo en un equipo. Pese a sus inicios en el puesto de alero, no es precisamente un ala-pívot abierto, ya que ha renunciado al tiro de tres (sólo 12 intentados en los últimos dos años), aunque este era bastante funcional (entre su segunda y tercera campaña en la Liga, tiró unos 300 triples, con un 34.4% de acierto, lo que se traduce a un tiro de campo efectivo de 51.7%, que supera un poco la media), y aunque sigue utilizando la media distancia, su porcentaje de acierto (39.6%) es demasiado bajo como para considerar su tiro tras pase una opción, aunque este año la situación seguramente fuerce a ello, y se haya estado preparando.

Pero es un buen finalizador, hábil continuando los bloqueos y cortando por la línea de fondo, con manos seguras para no perderla. Pone la pelota bien en el suelo para conducir, sin florituras, pero con efectividad, desde la bombilla hacia el aro, y pese a que suele ser más bajito que sus defensores, aprovecha su envergadura y la confusión que crea siendo zurdo para tener un eficiente juego de espaldas en el poste bajo. Es muy bueno también corriendo la pista, sobre todo para ser un hombre grande, pero los Sixers no han aprovechado sus condiciones en la era Collins, ya que salían poco al contraataque.

Sus números reboteadores no son muy brillantes en el plano individual, pero hay un atenuante, ya que juega junto a Evan Turner, que es magnífico en los tableros, sobre todo en el defensivo, de los mejores en el puesto de alero. Pese a esto, desde luego que no marca diferencias, y con él en pista, los Sixers pierden la batalla del rebote: sólo cogieron el 47.9% de aquellos disponibles durante sus partidos. Y en defensa, aunque sufre en el poste bajo, algo que los equipos rivales se propusieron atacar, es fantástico atrapando al base en los bloqueos directos. Los Sixers son agresivos en la defensa del pick’n’roll cuando él es el defensor, y lo hicieron bastante bien contra bases rivales estadísticamente, en gran parte, gracias a él.

En general, es un jugador que aporta de manera positiva a ambos lados del campo, pero no uno sobre el que construir un esquema. Con él en pista, los Sixers eran -0.2 puntos por 100 posesiones peores que el rival, que es la mejor marca de los 8 jugadores de rotación con más de 1.000 minutos. Sin él, Philly se desmoronaba a un -10 (mayor diferencia en la plantilla de lejos) y con similar impacto en defensa y ataque. La pasada campaña también tuvo la mejor diferencia a favor del equipo en este tipo de estadísticas, y el RAPM (+/- ajustado y normalizado) lo considera el 39º mejor jugador de la pasada campaña en la Liga.

Pese a que las dudas sobre cual es su posición ya están disipadas por completo después de dos años jugando de ala-pívot de manera exclusiva, el efecto dominó que tal vez provoque la configuración de la plantilla sin escoltas de los Sixers de este año podría obligar a Brown a colocarle en una posición de 3 para la que ahora mismo, después de ir adaptando su juego en la otra dirección, estaría poco preparado. Ningún otro 4 del equipo (Arnett Moultrie, que además comienza el año lesionado, o Lavoy Allen) puede jugar de alero si no contamos con Royce White, así que si no hay una contratación de última hora que aquí seguimos esperando, aunque sea de perfil bajo, el trabajo podría ser suyo.

Al menos, hay un consuelo, juntar al novato de 1.98 Michael Carter-Williams de base, y Turner y Young en las alas, convertiría a los Sixers en el equipo con el perímetro más alto de la Liga, lo cual supondría que la defensa tendría un pequeño potencial por descubrir, de cara a ganar unos cuantos partidos. Pero no demasiados.

  • I got Hawes… in different area codes

Imaginad que os digo que hay un pívot sólo 4 meses más viejo que Claver, que promedia 14.6 puntos, 9.5 rebotes, 3 asistencias y 1.8 tapones por 36 minutos, que mete el 35.6% de sus triples con más de un intento por partido, que se marcó un partido de 18 puntos, 16 rebotes, 8 asistencias y 7 tapones contra Indiana (sin bajas), un 24-10-7-2 contra Brooklyn, un 20-9 con 5 tapones en Memphis… os aseguro que tardaríais en adivinar quién es.

La palabra potencial y los «y si fuera regular» sobre este jugador tendrían que estar recorriendo blogs y análisis sesudos, pero… no lo hacen. Quizá si fuera negro y no pareciera que pasa la treintena, Spencer Hawes, que no cumple 26 años hasta que acabe la temporada, suscitaría más debate. Pero nos hemos rendido con y no ante él. Los que nos sigáis en Twitter sabéis que tenemos un rinconcito muy especial en nuestra patata que late por el pívot republicano, porque es tan capaz de parecer imparable en la primera parte de un partido, tirando de tres, anotando en el poste bajo, dando pases increíbles, reboteando todo, y defendiendo e intimidando en el otro lado de la pista, como de salir en la segunda parte y parecer un espontáneo, un tío alto del público al que le han dado una camiseta y le han sacado a jugar porque le ha tocado en un sorteo de su compañía de seguros. Es imposible saber si vamos a tener en nuestras pantallas al Hawes bueno o al malo en la próxima temporada, el próximo partido, el próximo cuarto, la próxima posesión. Y esa, salvo para los sufridos aficionados de los Sixers, es la gracia.

Ningún equipo con aspiraciones querrá semejante irregularidad para cubrir un puesto titular, pero aquel que sufra una lesión en alguna pieza clave de su juego interior, vendrá preguntando por él. Con Noel representando al futuro de la franquicia, y su contrato finalizando el próximo verano, es fácil apostar a que Hawes no terminará la temporada en Philadelphia. Otros años sería una predicción casi segura, pero con el panorama actual, y ante un Draft como el de 2014, la primera ronda tardía que los Sixers podrían intentar sacar por él, quizá nunca sea ofrecida.

Pero mientras esté, os aseguro que es un aliciente, por razones poco habituales.

  • Falta de experiencia

Experimentos con Evan Turner o quién-sabe-qué aparte, los Sixers tienen una alarmante falta de experiencia en el puesto de base. Michael Carter-Williams y Tony Wroten suman 272 minutos jugados en la NBA, y 2740 en la universidad, lo que significa que el año pasado hubo 5 jugadores en la NBA con más minutos en una sola temporada, de los que llevan en el baloncesto profesional (el que se paga, y el que no) desde que salieron desde el instituto. Y el último fichaje, el inmortal Darius Morris, tiene un ratio canastas/pérdidas de 1.42 en la NBA y de 40/1 en amenazas de muerte/saludos de fans de Lakers en Twitter.

Las pérdidas y la inconsistencia están garantizadas en Philly, pero son tres jugadores jóvenes que precisamente lo que necesitan son minutos, equivocarse y corregirlo. MCW y Wroten son buenos y creativos pasadores, de gran tamaño para la posición y con problemas con el tiro (más acusados en el ex de Memphis), y Morris, es su contrapunto, mentalidad de anotador y con buen tamaño, pero algo más tradicional, al que su intrigante tiro de tres tras bloqueo directo es seguramente la cualidad que le ha conseguido una segunda oportunidad, porque como director de juego deja muchísimo que desear.

Y a Noel, me temo que por desgracia lo veremos más bien poco y con un buen límite de minutos. Porque, aunque seguramente esté listo a principio de 2014… ¿para qué van a arriesgar?

Li-Ning Turningpoint Year Of The Dragon

Anoche no tuvimos NBA, así que os traemos una de zapatillas, más concretamente las Li-Ning Turningpoint en su edición Year Of The Dragon.

Tremendas, brutales, poco más que añadir a uno de los diseños más jugones que hemos visto en mucho tiempo.

Estas zapatillas ya las pudimos ver insitu en el All-Star de Orlando, donde Evan Turner las lucía más que contento mientras hablaba con nosotros en la zona de prensa:

Dinamismo en Phila

Creo que poca gente daba un euro o un dolar por los Philadelphia 76’ers, pero ahí están, terceros en la conferencia este sólo detrás de Chicago y Miami… pero cual es su secreto?

Si miramos el roster de los Sixers, pocos nombres le sonarían a la gran masa de seguidores NBA, sin duda Iguodala sería ese jugador que todo el mundo señalaría, pero a partir de ahí? Pues bien, los Sixers, después de unos años donde la sombra de Iverson ha sido extremadamente larga han salido a la luz, con un equipo joven, dinámico, donde todo el mundo aprieta en defensa y donde la primera premisa es irse rápido hacia el aro.

Iguodala es la base, de eso no hay duda. El jugador salido de la Universidad de Arizona, después de muchos rumores de traspaso e incluso de pedirlo él mismo, es ha dado cuenta que puede ser el franquicia y ha visto que el modelo actual de los Sixers es uno al cual se puede acoplar con una precisión casi suiza. La semana que viene en Orlando será All-Star y atrás quedarán todos esos rumores de traspasos y demás. Cómodo y a gusto…

Holiday es el lugarteniente, un jugador muy a lo Pippen, es decir, de esos que parece que no están pero que son clave para que el equipo funcione y más con la idea de Collins de defender, correr y meter. Luego metemos a un buen pivot, como es Elton Brand que a veces recuerda al de Clippers, lo juntamos a un Spencer Hawes que si las lesiones ‘raras’ le permiten, tiene muy buena pinta y nos da un juego interior muy digno para el Este.

El año pasado tuvieron el pick no.2 en el draft. Evan Turner fue el elegido, pero apenas contó para el equipo y su paso por la liga fue casi anecdótico, poca gente recordaba incluso quien era el no.2 detrás de Wall. Este año, aunque Turner sigue sin mostrar aquello que prometía, él mismo ha comprendido su rol y su salida desde banquillo son más que beneficiosas para el equipo que ha creado Doug Collins.

Y luego desde el banquillo o tal vez titular sale Lou Williams, un tirador de estos que si tiene el día tontorrón te puede destrozar, como hizo contra Lakers. Luego gente como Young, Meeks, Vucevic o el según la ESPN peor jugador de la liga, Lavoy Allen, saben de que va el tema y va ayudar, porque esa es la idea de Collins y todos están con ella en la cabeza…

Es un equipo joven, dinámico, de esos que mola ver y eso es raro por el este, pero es que Doug Collins ha sido muy listo, ha visto lo que había, ha visto a su estrella y ha sabido como juntar todo eso para sacar la mejor forma de jugar…

Algo pasa con Evan

Evan Turner, la elección número 2 del Draft de este año, está decepcionando en su primer año en la Liga. Está claro que todavía es muy pronto para sacar cualquier tipo de conclusión, pero de Turner se esperaba más, mucho más. De hecho, uno de los atributos que más se reseñaba en los informes de los ojeadores, era su capacidad para contribuir desde el primer día en la Liga. Lo más preocupante no está siendo el hecho de que su temporada, tanto estadísticamente como estéticamente, esté siendo mala, algo que ha ocurrido a muchos rookies, incluso a algunos de los mejores jugadores de la Liga, sino que su progreso ha ido en retroceso, algo mas difícil de asumir.

Doug Collins, tras darle la titularidad en la séptima jornada y ver como respondía con un 14/10 y un 15/8 jugando 35 y 38 minutos respectivamente (con Andre Iguodala lesionado, por cierto), empezó a alternar partidos buenos con otros en los que era incapaz de anotar o asistir, luciendo desamparado en la cancha. Tras 12 partidos de titular, un 1/2/3 en 19 minutos le volvió a mandar al banquillo, para poner a Jodie Meeks. Este mes, incluso, en tres partidos, ha visto su tiempo sobre el parqué reducido a menos de 10 minutos. Y la última jornada, en la que Igoudala no jugó por problemas en su tendón de Aquiles derecho, Collins prefirió poner en el quinteto inicial a Andres Nocioni, en lugar de tirar de Turner como hizo cuando Iggy se perdió 5 partidos en noviembre.

Las tres primeras causas del diagnóstico de lo que le sucede a Turner, son claras: Evan necesita tener el balón en las manos para crear y en los 76ers Igoudala monopoliza la bola, su tiro más allá de 4 metros necesita un par de años de trabajo, y Turner es un jugador que tarda en coger confianza para asumir su rol en el equipo.

La solución en el primer caso pasaría por traspasar a Iguodala, que se solapa en juego con él, o esperar a que Turner utilize sus capacidades para jugar eficientemente de otra manera. Los números respaldan la incompatibilidad: en los 6 partidos que Andre no ha jugado, ET ha promediado 11.5 puntos, 8.2 rebotes y 2.5 asistencias en 35:35 minutos. ¿Con él? 4.9 puntos, 3.4 rebotes y 1.7 asistencias en 20:48 minutos. Ajustando los números a 36 minutos, Turner anota 3.1 puntos más, recoge 2.3 rebotes más y da 0.4 asistencias menos los días que no coincide con el otro AI en el campo. Igoudala, con 26 años ya parece haber llegado al máximo de su potencial, y los 76ers podrían conseguir un buen valor por su traspaso. Pero que dos jugadores no sean capaces de coexistir ahora mismo, no quiere decir que no tengan un futuro juntos.

Lo que nos lleva al segundo problema. Turner jugaría mejor sin el balón… si tirara mejor. Su paupérrimo 0.143% de tiro de tres (2 de 14 intentos), y su no mucho mejor 0.384% de tiros de campo para un horrible 0.438% TS%, está luciendo peor en la NBA de lo que hacía en la NCAA cuando sus porcentajes eran más que respetables (0.502% FG, 0.362% 3P). Si miramos a sus porcentajes de tiro con una mayor profundidad, vemos como en el aro finaliza bien, algo que le suele resultar muy difícil a un rookie, con un FG% de 0.667%. Entre tres y cinco metros, convierte un 40.6% de los intentos de los cuales el 46.2% son asistidos. El problema es que el tiro que más realiza, es altamente ineficiente: solo anota un 30% de 5 metros para detrás, donde es asistido en un 85.7% de las ocasiones. Evan está tirando más en una posición que no le es habitual para él, a 5 metros, y sin crear él mismo el tiro. Su tiro de tres también es asistido en un 50% de las ocasiones, y pese a no encontrar datos similares de su paso por la universidad para comparar, por lo que recuerdo de las ocasiones que le vi jugar en Ohio State, los porcentajes de balones asistidos que le llegaban era inferiores.

Así que los 76ers se encuentran en una encrucijada. Tienen dos jugadores que necesitan el balón en sus manos, para hacer cosas diferentes (Andre para crearse su tiro y atacar la pintura, Evan con más rango y más gusto de crear para sus compañeros) y ninguno de los dos es capaz (de momento) de ser un anotador eficiente a la salida del bloqueo, el prototipo ideal para colocar al lado de un dominador del balón. Me cuesta creer que un jugador que es capaz de anotar con eficiencia y determinación con la pelota en sus manos, le cueste tanto hacerlo sin ella, pero creo que el papel de Turner no tendría que ser el anotador en la pareja, sino que deberían aprovechar su excepcional sentido del juego en la posición de point forward. En Philadelphia están esperando lo contrario, que Evan redescubra la forma de su tiro, y aprenda a jugar sin balón. Sea como fuere, si siguen con esta pareja en el futuro, algo de talento se va a desaprovechar, por coincidente. Tal vez, uno de los dos sea capaz de reinventarse y hacer más pequeña la extensión de la incompatibilidad. Un recambio más indicado para el puesto pero inferior en calidad, que será lo que consigan si malvenden con premura a AI9, haría inferior la suma de las partes. El tiempo, como siempre, ayudará a la decisión, si hay paciencia.

El tercer problema puede ser de confianza. Asociado indiscutiblemente a los otros dos, a nadie se le escapa la pinta de buenazo que tiene Evan, y como en una situación así puede jugar en su contra. Su entrada en el equipo hasta ahora ha sido piano piano, falta de agresividad y ambición, con un claro afán de agradar a todos sus compañeros. Al contrario que, por ejemplo, Brandon Jennings, que el año pasado en Milwaukee decidió tirar de descaro y liderar al equipo, aunque algunas veces lanzara a canasta demasiado, Turner tiene respeto, mucho respeto, por el ya mencionado hasta la saciedad Iguodala o Elton Brand, e incluso por jugadores con menos galones como Thaddeus Young. No sé si por decisión suya, del entrenador, o del GM, los 76ers no son su equipo, y él no va a tomar las riendas sin que nadie se las ofrezca. En la universidad le sucedió algo parecido, en contraste con otros jugadores que lideran durante toda su estancia, su protagonismo creció año a año, sin forzar, de manera totalmente orgánica. En su instituto, el St. Joseph’s de Illinois, por el que pasó Isiah Thomas , también se tomó con calma eso de destacar. Indicios hay de que Turner se toma su tiempo para salir de la crisálida, y tal vez, lo único que le suceda sea eso.

La comparación más clara para Evan al salir de OSU era la de Brandon Roy, y yo creo que va a llegar a su nivel. Uno sabe que más allá de los detalles, el símil es muy bueno, cuando el apodo del número 7 Blazer, «The Natural» sirve como un guante también para definir a ET. De hecho, le ayudaría más un alias con los pies en la tierra, que el extraterrestre personaje de Spielberg que va a juego con sus iniciales. Pero en Philly pueden estar tranquilos. Doug Collins sabe perfectamente lo que significa ser una elección altísima del Draft (además, curiosamente, en Philadelphia) y hacer un primer año discretito. Así que nadie mejor para ayudar a Evan.