Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…
Primer día de PO. Siempre se coge con ganas, con muchas ganas y si encima empezamos fin de semana y con horario más que decente para estos lados del Atlántico todo mola más.
Masai Ujiri el año pasado soltó una F-Bomb en el Jurassic Park, por el cual fue multado por la liga. En el último podcast, hacíamos coñas sobre la posibilidad de otra cosa igual y tanto Mario como un servidor lo descartábamos, pero la NBA es algo maravilloso, que nunca dejará de sorprendernos y gustarnos y ayer Masai la volvió a liar antes del Raptors v Wizs, soltando un ‘we don’t give a shit about it‘ al hablar de Paul Pierce mientras la gente soltaba un bonito ‘Fuck Paul Pierce‘, todo muy bonito y precioso en plenos PO.
Pero vamos al partido, donde el propio Pierce se vengó cosa mala de los Raptors siendo el alma del equipo por encima de Beal o Wall. Washington tuvo el partido controlado medianamente, callando a la gente de The 6 por momentos, hasta que llegó un final apretado con varios triples de Louuuuuuuuuuuuuuu y con uno final de Vasquez con su shimmy incluído para llevar al partido a la prorroga, donde Raptors fueron cazados por los Wizards que tranquilamente se llevaron el factor cancha para la capital.
El segundo plato del día nos llevaba a San Francisco para ver al equipo ye-ye de la liga frente a unos Pelicans con el PERPlayer aka Davis. El partido se pareció de forma tremendísima al Warriors al que jugaron contra Grizzlies a principios de semana, donde el equipo de Kerr llegó a ir ganando de 30 y el final fue más que apretado. Lo de anoche fue algo parecido: Warriors dominando desde el inicio a unos Pelicans donde Davis se le notaba nervioso, hasta que entre que unos se dejaron llevar y otro empezó a ser el jugador de la temporada regular…llegamos a un final de partido donde casi los de Monty Williams dan un susto morrocotudo. Qué gozada ver a estos Warriors cuando se ponen a jugar con Curry a la cabeza…
Sofi Del Día
Aunque seguro que pensáis que se lo daríamos a Ujiri, no! el Sofi del día va para Gilbert Arenas, por hacer cosas que sólo haría Gilbert Arenas:
Este año repasamos las 4 eliminatorias de Playoffs en el Este en nuestra primera Previa Épica de los Playoffs en el Este. Si te has perdido alguna, puedes encontrarlas todas aquí.
Cómo han llegado los Raptors
Los Raptors fueron el mejor equipo del Este en los dos primeros meses de competición, entrando en 2015 en cabeza con un registro de 24-8. Liderados por un fulgurante Kyle Lowry que a la postre sería titular en el All-Star, aguantaron a un gran nivel aún tras perder a DeMar DeRozan por la rotura de un tendón en la ingle. Pero el equipo se acabó resintiendo, y en el año actual han ganado sólo el 50% de los partidos. Siguen teniendo uno de los ataques más potentes de la Liga, pero los problemas en defensa no han parado de empeorar en toda la temporada.
DeRozan regresó a mediados de enero, pero su vuelta coincidió con el bajón de rendimiento de Lowry, que apenas ha jugado en este final de temporada (mezcla de problemas físicos en la espalda, tras echarse al equipo ¿literalmente? encima), y el comienzo de los problemas (recurrentes) de Amir Johnson en sus tobillos. Así, el equipo nunca ha recuperado el ritmo de un principio de temporada en el que quizá estaban jugando por encima de sus posibilidades. El escolta ha vuelto a encontrarse, cuajando alguna de las mejores actuaciones de su carrera en las últimas semanas, pero el estado en el que llegan el base y el ala-pívot titular es una incógnita absoluta.
Cómo han llegado los Wizards
Tras ganar 44 partidos y una ronda de Playoffs el año anterior, cambiaron a los Trevor (Ariza y Booker) por Paul Pierce y Kris Humphries, y sólo con el desarrollo de los jóvenes puntales del equipo, los Wizards tenían muy buena pinta, y comenzaron el año muy bien, siguiendo precisamente la estela de Toronto.
Pero al igual que los Raptors, este tampoco parece ser el año que los convierta en aspirantes. Con una buena defensa, pero un ataque estancado, los Wizards han sido un equipo bastante gris, en el que sólo destaca John Wall, y con más pinta de pensar en el año que viene que en este.
Rotación de Toronto
Los Raptors tienen una rotación de 10 jugadores, con un quinteto titular (casi) fijo formado por Lowry, DeRozan, Terrence Ross, Amir Johnson y Jonas Valanciunas. Ross perdió su puesto durante casi mes y medio tras la vuelta de DeRozan, primero a manos de Greivis Vasquez, y luego de James Johnson, en un movimiento que tuvo más que ver con su rendimiento particular, que con el equilibrio de un quinteto que este año ha sido mediocre.
El banquillo, con Vasquez, Louis Williams, James Johnson, Patrick Patterson y Tyler Hansbrough ha sido el factor diferencial del equipo este año. Toronto ha tenido el lujo de mantener en pista anotación exterior de nivel titular durante los 48 minutos en todos los partidos y a Patterson dando espacio instantáneo como hombre alto tirador cuando el equipo lo necesita. Los Raptors tienen uno de los mejores ataques de la Liga, acabando la temporada como 4º en índice ofensivo, con un registro global mejor que el de su propio quinteto titular, algo que no suele ocurrir.
De hecho, los cinco del banquillo han acabado formando un quinteto de facto, jugando en torno a 250 minutos juntos: ningún grupo formado completamente por suplentes se acerca, ni de lejos, a estas cifras. En Playoffs los entrenadores utilizan menos los banquillos, lo que resta algo de ventaja a Toronto, pero aún así, todavía algo tienen que jugar de todas formas, y lo bueno de este grupo es que además complementa las posibles carencias que tenga el quinteto inicial y puede aportarle versatilidad.
Vasquez por Ross y Patterson por cualquiera de los dos hombres altos suelen ser los primeros recambios desde el banquillo, dejando el protagonismo en el comienzo del segundo cuarto para Lou Williams. Toronto nunca cierra los partidos con el quinteto titular, sacrificando habitualmente a los jóvenes, Valanciunas y Ross, por Williams y Patterson. Si Valanciunas está jugando bien, Amir no tiene problemas de faltas, y los emparejamientos invitan a usar a James Johnson de 4 pequeño, la aparición de Hansbrough podría ser testimonial, pero algún minuto de pívot tendrá reservado.
James Johnson, por su parte, puede quedarse cualquier partido sin jugar por decisión técnica (o disciplinaria), si el equipo no necesita colocar un defensor agresivo en el 3 o el 4 rival. Por su falta de tiro, utilizarlo de falso ala-pívot no aporta algunas de las ventajas que se esperan del small-ball, y Casey le deja el contador de minutos a 0.
Rotación de Washington
El quinteto tipo de este equipo es el formado por Wall, Bradley Beal, Pierce, Nene y Marcin Gortat, pero el pívot polaco a veces es reemplazado en los finales de los partidos por un jugador con más tiro, como Drew Gooden o Rasual Butler.
Ramon Sessions es el encargado de suplir a Wall. Si Wittman confía en Garrett Temple tras salir de la lesión para los minutos de escolta suplente, Sessions no tendrá ese tiempo extra que de otra manera podría pasar junto a Wall.
El puesto de alero suplente es un polvorín: Otto Porter está jugando bien en la recta final de la temporada y parece tener ventaja, pero la veteranía y mejor tiro de 3 de Rasual Butler y Martell Webster podrían hacerle competencia en Playoffs. Este grupo puede encontrar también algún minuto extra tanto en el puesto de 2 (también dependiendo de Temple) como en el de 4 (especialmente en finales de partidos, Wittman no es de hacerse pequeño en otras situaciones).
Por dentro, la presencia de un pívot en pista en todo momento, en este caso Kevin Seraphin, parece innegociable, así que la otra pelea por minutos, será entre Kris Humphries y Drew Gooden. Humphries corrió por la pista de dentro durante casi toda la temporada, pero Gooden ha jugado mejor y más al final, y es el único hombre alto de la plantilla que ofrece el recurso del tiro, por lo que entra con ligera ventaja a Playoffs.
Los Raptors en ataque
El ataque de los Raptors está dominado por su agresivo juego exterior, con Lowry, DeRozan y Williams tomando el protagonismo, atacando regularmente la zona rival y finalizando habitualmente las jugadas ellos mismos. Son de los equipos que más posesiones acaban en un aclarado, con un resultado habitualmente positivo, forzando un gran número de faltas rivales cada vez que penetran, pero también usando el tiro tras bote. Kyle y Louis tienen rango desde más allá de la línea de triple, pero DeMar lo hace desde la media distancia (aunque atención a cómo ha acabado la temporada tirando de 3). Los anotadores principales que manejan el balón pueden sacar una suspensión prácticamente sin espacio, o tiros libres sin pisar la pintura. por lo que no necesitan diseños complicados para darles ventaja: a menudo les basta con un bloqueo directo.
La cruz de todo esto es que el equipo se convierte en predecible en momentos decisivos, lo que ha generado críticas a Casey pese a que sólo hay dos equipos en la NBA con un mejor índice ofensivo que el de los Raptors
Los roles de los titulares están bien definidos: Lowry y DeRozan son los playmakers, los jugadores encargados de hacer progresar las jugadas y crear las ventajas para los demás, o sí mismos. Amir Johnson es el interior que más utilizan en el poste alto, como pasador, bloqueador y continuador y ocasional tirador, mientras que Valanciunas suele reducir sus intervenciones con el balón al área más cercano a la canasta. Terrence Ross sirve de válvula de escape, para espaciar el campo como tirador en el lado débil, aprovechando bloqueos indirectos o colapsos de la defensa.
Toronto es un equipo que engaña en cuanto a movimiento de balón. Las jugadas a media pista suelen tener muchos pases y exploran varias opciones, pero toda vez que un jugador exterior encuentra lo que considera como una opción de tiro o un camino libre, finaliza el juego colectivo. Aunque estas oportunidades no sean todo lo favorables que debieran.
Como otros muchos equipos de la Liga, una gran cantidad de las jugadas de los Raptors parten de una situación de cuernos, con los dos hombres altos situados a los lados de la bombilla, los dos alas en las esquinas (habitualmente, DeRozan y Johnson en el lado izquierdo del ataque, y Valanciunas y Ross en el derecho), y el base en el centro de la pista, de esta manera:
Esta formación es menos reconocible que en otros equipos de la Liga, porque en ocasiones el movimiento de los alas empieza cuando el base aún no ha empezado a subir el balón, o Lowry y DeRozan impulsan la jugada por delante de los hombres altos. Desde aquí, las opciones son innumerables, y los Raptors utilizan un gran número de ellas.
Pueden utilizar a Valanciunas o Johnson para poner un bloqueo directo a Lowry, o indirecto a Ross y DeRozan. Pueden pasar la pelota en el poste alto a Johnson, y que este intente buscar a un jugador cortando, o se la dé a DeRozan a la mano.
De hecho esta última opción es la acción más recurrente en Toronto. Lowry pasa el balón a Amir (1), y se dirige al ala izquierda para poner un bloqueo indirecto a DeRozan, que viene desde la esquina (2). Johnson le entrega el balón a la mano o con un pequeño pitch, y DeRozan utiliza la posición del otro hombre alto, Valanciunas, para hacer un bloqueo directo (3), y tirar una bomba sobre la defensa de los Blazers.
Otra manera sencilla, directa y muy utilizada por los Raptors para conseguir un tiro a DeRozan, partiendo de la misma formación. Aunque fijaos que, como hablábamos antes, la acción se pone en marcha rápidamente: no esperan a que lleguen los pívots, pero es totalmente reconocible la situación de alas en las esquinas, pívots en los codos.
Lowry se la pasa a Ross y rellena él mismo la esquina izquierda del ataque, mientras Valanciunas establece posición en el poste bajo (1). Mientras, en el otro lado de la pista, Johnson bloquea para liberar a DeRozan (2). DeMar recibe el pase con varias opciones (3), y decide tirar sin esperar siquiera que Johnson vuelva a bloquear para él (4).
Para muchos otros equipos, una jugada para conseguir un tiro de 2 de larga distancia con 18 segundos en el reloj y no muy liberado no es una opción. Para los Raptors, es parte del libreto, y gracias a DeRozan, no les funciona nada mal.
También parten de cuernos todos los desvíos de atención para buscar un buen espacio o emparejamiento en el poste bajo. Tanto para grandes como para pequeños. En jugadas como la anterior, en las que DeMar recibe un pase tras el bloqueo indirecto de Amir, la otra opción, además del tiro o la penetración hacia el medio de la zona, es botar hacia la línea de fondo (a veces con un segundo bloqueo, de Johnson, este ya directo, para ganar aún mejor posición), y desde allí postear a su par.
Con Lowry lo hacen de otra manera, pero también interviene ese juego de tres hombres en el lado izquierdo del ataque. Ross viene desde la esquina a recibir el pase (1), y Lowry hace el corte UCLA al poste bajo izquierdo, utilizando el bloqueo de Amir (2). La amenaza de Johnson y Valanciunas bloqueando en el lado débil para DeRozan inclina la defensa al otro lado de la pista (3), y Lowry puede recibir de espaldas, aclarado (4). George Hill le ha obligado con buena defensa a salirse más lejos de lo que a Toronto le gustaría, pero aún así, Lowry logra sacar el 2+1.
Como veis, el lado izquierdo del ataque de Toronto es la zona de moda, y la cosa se pone aún peor porque ahí también es donde favorece recibir Valanciunas. Que en cuernos suela formar en el codo derecho, para no alterar la sociedad Johnson–DeRozan, no es ningún impedimento, los Raptors tienen maneras de pasarle de una posición a otra, utilizando bloqueos de los aleros para que establezca posición.
Algo divertido en lo que fijarse con Jonas y la cantidad de balones que recibe en el poste bajo: fijaos en su posición en la pista. Los Raptors tienen una regla, si Valanciunas está fuera del logo, no puede recibir el balón. Por tanto, sólo tienen permiso para pasarle si ha establecido su cuerpo justo aquí:
La tarea se hace algo más complicada en el Air Canada Centre, porque como en muchas otras pistas, ya no hay logos en esa zona de la cancha, pero tiene que imaginarlo.
Valanciunas también contribuye con rebotes ofensivos, o recibiendo el balón tras ofrecerse como opción cerca de la canasta, tanto en cortes, como aprovechando cuando la ayuda intenta parar la penetración, y poco más. El tiro de media distancia y la continuación desde el poste alto son poco habituales, y su carga de trabajo disminuye según avanza el partido: sigue anotando mucho en el primer cuarto, y después se olvidan de él.
Luego está Ross, el quinto titular, que es principalmente utilizado de válvula de escape, como tirador tras pase, para abrir el campo, pero para el que tienen preparadas unas cuantas jugadas para conseguir que se suelte con el balón. Cuando Toronto necesita involucrarlo en la acción, utilizan una jugada llamada Hawk, en la que, partiendo de lo alto de la bombilla, hace un círculo por toda la zona para salir de un doble bloqueo que ponen los dos hombres altos, que se encuentran apilados en el lado débil al lado de la zona, mientras que el base y escolta realizan un bloqueo y continuación que sirve de distracción, antes de pasar el balón a un Ross que aparecerá liberado.
Fijaos en Patterson agarrando a Valanciunas de la camiseta para mantener la distancia adecuada.
Ya hemos dicho que el banquillo de los Raptors ha sido clave durante la temporada, y especialmente dos piezas: Louis Williams y Patrick Patterson. Williams, candidato a 6º Hombre del Año ha vuelto al nivel de las mejores temporadas de su carrera, destrozando a los equipos desde el bloqueo directo, y tirando triples tras pase, sin necesidad de conducir el balón, desde las esquinas. Patrick Patterson con su buen tiro y manejo de balón, es lo más parecido que tienen los Raptors a un small-ball. Su presencia estira la cancha y le da aún más espacio a los Raptors para anotar.
Los Raptors en defensa
Pese a la fama de su entrenador como gurú defensivo, este es el área del juego en el que los Raptors más sufren. De los equipos de Playoffs, sólo los Nets tienen peor eficiencia defensiva.
Los problemas de los Raptors vienen por ejecutar un esquema defensivo que no funciona con su personal actual. Toronto defiende el bloqueo y continuación de una forma agresivamente tradicional. El jugador exterior, al contrario que en muchos equipos de la Liga, no tiene que intentar negar el bloqueo y forzar a su par a los lados de la pista. Sólo se tiene que preocupar de seguir a su hombre uno contra uno lo mejor posible, tratar de forzar pérdidas atacando el balón, y recuperarle lo antes posible.
El hombre alto por su parte, lo defiende agresivamente, atacando la salida del bloqueo del base, tratando de atraparle allí, pero sin cambiar, recuperando a su hombre en cuanto haya molestado. Este esquema, bien ejecutado, tiene como ventaja, en primer lugar, que de alguna manera, convierte en inútil el bloqueo para el exterior rival. Ya no puede tirar liberado a la salida de este, ni enfilar rápidamente la zona con bote, se ve obligado a tomar un desvío. Puedes permitirte que tu base se quede enganchado en el bloqueo y lo pase por detrás, y en el mejor de los casos, puedes forzar alguna pérdida en un dos-contra-uno.
Lo malo es cuando la teoría no funciona. Como el hombre alto no cumpla con su misión de atrapar al exterior rival…
…ocurren desastres como este: Zeller continúa sin la más mínima oposición, Williams tiene toda la pista abierta por delante y Amir Johnson ha puesto un magnífico bloqueo… a su compañero Lowry.
Esto es lo que les ocurre a los Raptors: un equipo espabilado o un jugador habilidoso, pueden manejar el esquema en su contra. De hecho, aunque no os lo haya mostrado previamente, en esta jugada hay una pequeña acción previa que lo condiciona todo: mientras Zeller se dirige a a poner el bloqueo, Henderson bloquea a su vez a Johnson, y por eso Amir llega tarde. Con trucos así, los equipos están convirtiendo en inútil el esquema Raptor.
Este esquema está muy bien para anular el tiro del conductor de balón rival, y lo han utilizado muy buenas defensas, pero los Raptors no tienen el personal adecuado. Utilizar a dos defensores en cada bloqueo le da ventaja numérica al rival en cuanto salen de la trampa, y aleja a un hombre alto de la pintura.
Un equipo que rote bien sus hombres, disciplinados y atentos, que tenga un protector del aro que necesite las menos ayudas posibles cuando la penetración se dirija hacia él, y que saque toneladas de pérdidas de todo esto, estará bien, gracias. Pero los Raptors no hacen nada de todo eso. Vasquez y DeRozan, especialmente, se despistan mucho, lo que hace que el castillo de naipes se venga abajo. Valanciunas es el único pívot con minutos de la plantilla, y aunque tenga el tamaño para defender bien en estático, no tiene la habilidad para contener a continuadores o bases penetrando.
Y en cuanto a pérdidas, son un equipo en torno a la media de la Liga, y la gran mayoría de ellas no las sacan del producto de la presión del dos-contra-dos, sino de la tenacidad de Lowry en cualquier punto de la pista y situación, o doblando el poste (algo que hacen un montón, fijaos si se enfrentan a un atacante interior dominante).
Además, son uno de los peores equipos de la Liga en el rebote defensivo, y tener a tu hombre alto tantas veces lejos de la jugada sin duda es una de las causas. En una situación como la de la siguiente captura, si Vucevic tira y falla, ¿en qué posición está Hansbrough para coger el rebote?
El único momento en el que relajan el tono es cuando el bloqueo directo implica al hombre de Valanciunas.El esquema cambia, y él no presiona el bloqueo, sino que espera cerca de la canasta. Esto da un poco más de libertad a los bases rivales, obliga a los exteriores de los Raptors a tener que ser mucho más precavidos con el tiro, y como el base penetre, Jonas es un flan lejos del aro.
Pero superar a Valanciunas aquí no es una catástrofe porque hay una segunda línea. Un equipo que pudiera abrir el campo con un 4 tirador pondría cosas más complicadas, por supuesto, pero la diferencia es que defendiendo así los Raptors tienen un hombre alto más por detrás del balón. Y eso marca diferencias.
Los Wizards en ataque
Los Wizards, al igual que los Raptors, basan su libreto alrededor de las jugadas desde la formación de cuernos. Lo bueno de esta formación que tanto hemos repasado ya, es que permite aprovechar el tamaño y la habilidad de un hombre alto para poner bloqueos en cualquier parte de la pista, y están tan lejos del aro como su rango se le permite.
Se puede ser muy creativo con la pizarra desde esta configuración, pero este no es el caso de Washington. Los Wizards son un equipo con espaciado pobre, que no tira mucho de 3, que prefiere el uno-contra-uno al movimiento, y jugar a media cancha. Si no tuvieran un base tan redondo entre sus filas, sería desesperante verles atacar.
Es común por desgracia ver en los Wizards situaciones como las de la siguiente captura, con todos los jugadores agrupados en pequeños espacios de pista, grandes zonas del campo (en este caso las esquinas) sin rellenar, y pasividad en los jugadores que no tienen el balón.
Wall se da cuenta que por su lado la posesión no va a ningún sitio, y la pasa a la otra zona del campo para que Beal y Nene hagan un bloqueo y continuación. Como Washington no ha estirado la defensa de Houston, ni le ha puesto en posición de cometer algún error o perder una rotación, los jugadores de los Rockets pueden ayudar con total tranquilidad, y poblar la pintura.
Beal tampoco ve el hueco, y la jugada acaba con un pobre tiro a la media vuelta de Gortat. Así mueren tantas y tantas posesiones de los Wizards…
Por eso Wall es imprescindible: hoy por hoy, es el único jugador de este equipo que obliga a tomar decisiones al rival y su visión de juego saca puntos de jugadas insalvables como esta otra. Si a John no se le ocurre nada, el ataque de los Wizards acaba con un tiro lejano de 2 en los últimos segundos del reloj de posesión.
Su especialidad es además, encontrar a los tiradores en la esquina. Los Wizards son de los equipos de la Liga que menos tiran de 3, pero de los mejores en porcentaje: cuando tiran suele ser tras pase, y John Wall encuentra las mejores opciones, muchas veces en el otro lado de la pista, como en este ejemplo. Ninguna defensa está preparada para que un pick’n’roll que han logrado desviar al lateral, acabe con un triple en la otra esquina.
Su propia progresión como amenaza de tiro de 3 se ha detenido muy conscientemente. En lugar de seguir progresando por esa vía, ha decidido seguir perfeccionando lo que hace bien, y su seña de identidad es el tiro tras bote desde media distancia, deteniéndose en los codos de la zona para recoger el bote y tirar. Es una fórmula que ha funcionado a bases como Tony Parker o en menor medida, Chris Paul.
Si Bradley Beal hubiera añadido algo a su juego para acompañarle, quizá la cosa sería diferente, pero el jugador que nos sorprendió en los pasados Playoffs manejando el bloqueo y continuación, y dándole de verdad un creador secundario a Washington, no ha seguido progresando esta temporada, un poco rota por lesiones de gravedad media.
El problema en mi opinión es que entiende esta jugada como una manera de buscarse la suspensión, no como una amenaza múltiple a la defensa en la que involucrar a sus compañeros. Para pararlo es suficiente poner un tercer defensor entre él y el camino al aro. Cuando libra el bloqueo, en lugar de apuñalar la defensa, suele dar pasos cortos, tentativos, con mucho movimiento lateral, en los que se le ve pensar en las opciones que se le abren, y cómo no le convence ninguna más que el tiro.
Y entonces recoge el bote, pero en ese par de segundos clave escaneando la pista ha perdido un tiempo precioso, su defensor se ha recuperado, y ya no tiene ni el tiro disponible.
Pierce es la otra opción obvia, pero a estas alturas, The Truth es poco más que un buen tirador y un jugador al que pasar la patata caliente. Su protagonismo en ataque nunca ha sido tan pequeño en toda su carrera. Los Wizards a veces ponen bloqueos directos para él en el flujo del ataque, pero muchas veces los abandona y devuelve el pase. A no ser que tenga algo guardado para Playoffs, o que le rejuvenezcan con un cambio de posición como sucedió en Brooklyn, su rol como alero, por desgracia, será secundario
En cuanto a los hombres altos, Nene tiene un perfil más sútil, con mejor pase, juego de espaldas y tiro de media distancia, mientras que Gortat es la fuerza más bruta, el continuador de los bloqueos, reboteador ofensivo y martillo pilón. Marcin ha sido criticado por Wittman por acomodarse lejos de la canasta, y ofrecerse más para tirar desde la media distancia que para continuar a canasta, y es que el polaco es mucho más peligroso cuando su dos-contra-dos con Wall le dirige al aro.
Los jugadores que salen desde el banquillo no ofrecen una gran solución. Sessions es un jugador tan regular como poco importante, que sirve para rellenar minutos durante la temporada regular, no para marcar diferencias en Playoffs. Su rol no es el de sexto hombre anotador, o complemento para abrir el campo si el ataque de los Warriors se cala. Seraphin es su equivalente en cuanto a juego interior, y además, los dos no entienden demasiado bien, prefiriendo ritmos de juego completamente diferentes, y el balón en sus manos.
Si los últimos partidos son una indicación, el jugador que sí puede ser importante es Otto Porter. Es el Wizard más activo sin balón, y siempre está atento para contribuir al equipo con un corte inteligente o cargando el rebote. Pero todavía puede hacer muy poquitas cosas como conductor de balón, y los equipos no necesitan respetarle más que lo justo como triplista.
El único jugador que de verdad ofrece una especial dimensión desde el banquillo es Drew Gooden, único hombre alto capaz de tirar de 3. Mientras Wittman siga sin utilizar a Pierce o Porter de ala-pívot, la única opción de hacer pagar a los rivales cuando defienden un bloqueo a Wall así, es con él. Aunque lo malo es que sigue siendo Drew Gooden.
Con él en pista en estos partidos finales de la temporada, los Wizards han tenido un mayor éxito y una mejor pinta en ataque, utilizando complementariamente mucho y bien el bloqueo y continuación entre Wall y Gortat. Han sido partidos ante malos rivales en algunos casos, y con el poco interés habitual de la recta final de la temporada NBA. Nene es mil veces mejor jugador que Gooden, pero el encaje de un quinteto NBA es un ecosistema muy delicado.
Los Wizards en defensa
Con dos hombres altos siempre en pista, exteriores muy físicos, y un esquema conservador que les ayuda a evitar errores, los Wizards tienen una de las mejores y más sólidas defensas de la Liga.
Washington espera atrás en el bloqueo y continuación, sobre todo en el caso de Gortat, y confían en que Wall, Beal, Pierce y Porter libren los bloqueos de la mejor manera posible. Al igual que en el ataque, es una defensa muy individual, en la que se confía en la habilidad de los jugadores de aguantar a su par uno contra uno.
En el siguiente bloqueo doble de los Hornets se ven las diferencias entre pívots: Nene más cerca de la acción…
…y Gortat defendiéndolo esperando atrás.
Tienden a ayudar a la penetración en la zona, sobre todo con los hombres que defienden las alas, haciendo venir al jugador del lado débil a la pintura en la defensa del pick-n-roll, y siendo algo más cautos con el de la esquina.
En el rebote defensivo son uno de los mejores equipos de la Liga. Les ayuda mucho jugar muy juntos, el buen tamaño en todas las posiciones y estar muy cerca de la canasta, pero también son un equipo muy disciplinado en la tarea. El jugador en el que fijarse cuando el ataque rival tira es Nene, uno de los mejores cerradores del rebote de la Liga.
Un punto negativo de esta defensa es que por conservadora, no provoca muchas pérdidas, algo que les vendría perfecto para salir al contraataque, teniendo además en sus filas a uno de los mejores jugadores de la Liga en esas lides, John Wall.
Las tramas
Defensa contra ataque contra ataque contra defensa El tercer ataque de la Liga se enfrenta a la quinta defensa, el 19º ataque a la 23º defensa. ¿Por dónde se romperá el equilibrio?
El mejor base del Este En esta serie se cruzan los dos exteriores titulares del All Star del Este. Kyrie Irving y Jeff Teague tienen algo que decir, por supuesto, pero el que gane esta serie puede salir reivindicado, al menos por unos días.
Pierce contra los Raptors Aunque nunca se enfrentó a ellos como Celtic, ya van dos años seguidos en los que a Paul Pierce le toca viajar a Toronto en Playoffs. Y por supuesto, ya ha calentado un poquito a un equipo y una ciudad que se toma a los Raptors como algo personal.
Maestro contra tutorRandy Wittman trabajó para Dwane Casey en Minnesota, y aunque mucho ha llovido desde entonces, algo sacarían uno del otro de aquel encuentro.
El enfrentamiento
Esta es sin duda la eliminatoria más igualada en el Este, pese al tremendo contraste estilístico. Ninguno de los dos equipos puede castigar una debilidad rival con una fortaleza propia.
Los Raptors sufren contra equipos abiertos, con múltiples conductores del balón que manipulen el agresivo esquema defensivo en su contra. Los Wizards son un equipo con espaciado terrible que depende mucho de una sola persona. Los Raptors van a poner muchísima presión sobre Wall, que tendrá que zafarse de ella, o esperar que otros hagan las jugadas por él.
Los Wizards retan a los equipos rivales a que les batan desde la media distancia y niega las canastas fáciles en la zona, Toronto acepta el desafío, pero confiar el ataque al acierto en la suspensión puede ser peligroso. DeRozan y Williams están en racha, Lowry no sabemos, pero si la espalda no le molesta, puede ser la sentencia de muerte para Toronto.
Ninguno de los dos equipos puede imponer tamaño, porque ambos juegan con dos hombres altos. El banquillo de los Raptors es muy superior a los Wizards, y una de las razones por las que Toronto barrió a Washington en la temporada regular, pero la propia dinámica de Playoffs, con más descanso entre partidos y más minutos para titulares, les niega esa ventaja.
Me aterroriza la posibilidad de que esta serie pueda acabar dependiendo del comodín de Drew Gooden. Es muy difícil mejorar una defensa sobre la marcha o con el personal de un banquillo, pero un poquito de espacio en ataque hace maravillas. Él (o una solución inexplorada como Pierce de 4) es el único jugador que introduce una variante táctica lo suficientemente importante para desnivelar la eliminatoria.
Ganará el que mejor ejecute el plan, el equipo con mejores actuaciones personales… o el que tenga una carta guardada.
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Los Kings llevan 5 años sin alcanzar las 30 victorias, y un par de ellos más, desde que se fue Adelman, sin llegar a Playoffs. Sólo los Wolves llevan más tiempo sin clasificarse para las eliminatorias por el título, y este año lo tienen mucho más fácil a priori que estos Kings que dan la bienvenida a un nuevo entrenador, Mike Malone (asistente en media Liga, el último lugar por el que pasó fue Golden State), después de que Musselman, Theus, Westphal y Smart no funcionaran.
En estos 7 años metidos en la Lotería del Draft, no han aprovechado mucho el talento, ya que sólo conservan a Cousins, Thompson, Fredette y la elección de este año, McLemore. Aunque la explosión de un par de jugadores les podría poner cerca, pinta a otro año de sufrimiento y bastantes más derrotas que victorias. Ahora que su situación institucional ha sido normalizada, cambiando a los dañinos Maloof por Ranadivé, veremos si algo empieza a cambiar también en lo deportivo.
Radiografía de los Kings
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En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
Espejismo ofensivo
De un año desastroso, se puede sacar algún motivo para el optimismo: tras el All-Star, los Kings fueron el 7º mejor equipo en ataque de la Liga. Aún así, su diferencial fue negativo, con la 25ª defensa en ese periodo, y un récord de 9-19, bastante peor de lo que podíamos esperar. De hecho, los Kings perdieron un mayor porcentaje de partidos en la segunda parte del año, pese a reducir la diferencia con sus rivales de 7.8 puntos por 100 posesiones a 1.5, un extraño y curioso hecho.
Marcus Thornton (candidato legítimo a Sexto Hombre del Año, porque él ocupó ese lugar verdaderamente en la rotación) e Isaiah Thomas, se convirtieron en máquinas de hacer puntos, anotando 14.6 por partido con un 60.4% de porcentaje de tiro verdadero el primero, y 17.3 puntos en 60.3 TS% el segundo. Durante la primera fase del año, entre los dos sólo aportaron 23.6 (con algo menos de tiempo de juego y peores porcentajes), pero la defensa no mejoró un ápice, y los Kings no tradujeron más anotación en victorias.
En cuanto a personal, Isaiah Thomas produjo más como ya hemos dicho, porque pasó de jugar 24.8 minutos a 30.6 por partido (aunque su subida en tiempo en pista fue algo previa al ecuador que marcamos), Tyreke Evans sólo se perdió un partido tras no estar en 16 antes del All-Star, y el cambio con Houston que hizo que Patrick Patterson, cogiera el sitio de Thomas Robinson y James Johnson, y trajo a Toney Douglas para mejorar en defensa sin desmerecer en ataque a Aaron Brooks (lo que dice poco de él), fue alrededor de esa fecha.
Y fueron estas incorporaciones las que reforzaron el juego del banquillo, porque el quinteto titular fue superado de la misma forma en la primera mitad del año que en la segunda, y fueron los suplentes los que recortaron parte de la diferencia. Douglas, Thornton, Patterson y Hayes parcheaban algunas deficiencias de la unidad de inicio aquí y allá, y explican parte de la insuficiente mejora.
De cara a este año, nos volvemos a encontrar con un equipo con mucho especialista: jugadores que saben hacer algo bien, pero con carencias difíciles de tapar en conjunto, sobre todo en defensa, donde vienen de ser el segundo peor equipo de la Liga, sólo superado en futilidad por Charlotte.
Y aunque haya una acuciante falta de condiciones individuales para rendir en esa parte del campo, Smart no hizo un buen trabajo, en un equipo que era habitual ver perdido y descoordinado, y que ni siquiera parecía tener un plan. Clifford y Charlotte fracasaron porque intentaron poner en marcha una idea un tanto extremista, que los rivales reconocieron y explotaron, pero las reglas parecían claras. Con Portland o New Orleans sucedía algo parecido, tenían la forma de la defensas más o menos clara, pero quizá fue un error aplicarlas con un personal que no estaba preparado, y no logró aprovechar lo que tenían que ser los puntos fuertes de sus propuestas. Sacramento se comportó más bien como el otro equipo del Top 5 inverso: Cleveland, variando la cobertura y el enfoque casi jugada a jugada.
Mike Malone vendrá pensando en no permitir esto, y su fama le precede, habiendo sido asistente defensivo en tres equipos que mejoraron una barbaridad en defensa tras su llegada (y algún cambio de personal): los Warriors del año pasado, los Hornets en 2011 y Cleveland en 2007. No sabemos si tendrá mucho éxito, porque los mimbres son los que son, y están un poco hechos polvo. Pero no esperamos, ni más ni menos, que un equipo ordenado, que parezca que sabe lo que hace.
A ver cómo se apañan…
En la NBA es más sencillo encontrar buenos jugadores en ataque que en defensa. El baloncesto es un deporte en el que es más difícil anotar que tratar de impedirlo, y es precisamente para lo que se necesita un talento especial: prácticamente cualquier persona con el tamaño adecuado, que haya sido entrenada en los fundamentos más básicos y sea capaz de correr, puede al menos molestar al rival; lo de meter puntos, penetrar, pasar… es otra cosa.
Pero una balanza tan descompensada como la del perímetro de Sacramento, es bastante difícil de conseguir. Isaiah Thomas es el jugador más bajito de la Liga, Greivis Vasquez, con su 1.98 es el base más alto, pero a la vez, seguramente, el más lento. Marcus Thornton es algo pequeño para la posición de escolta, pero su trabajo defensivo es horrible. Jimmer Fredette es definitivamente muy pequeño para la posición de escolta y su trabajo defensivo es horrible. Y este año da un poco igual cómo son McLemore y McCallum, porque todos los novatos, hasta aquellos que acaban conviertiéndose en ases defensivos, lo hacen fatal en su primer año.
Jimmer (41.7% en triples, no puede defender pero la mete cuando quiere, a ver si cae en algún equipo que pueda taparle para por lo menos hacer carrera en una rotación) y Marcus (que fue traspasado de New Orleans a Sacramento mientras Mike Malone estaba allí) fueron dos de los cinco peores jugadores de la Liga en defensa según RAPM, y tanto Greivis como Isaiah costaron más de 2 puntos por 100 posesiones a su equipo en esa parte del campo según está herramienta. No hay ninguna duda de que el perímetro de los Kings puede anotar, pero en defensa, eso va a ser la Boda Roja.
Aunque personalmente veo más desequilibrante (y joven) a Thomas, creo que Vásquez tiene un papel de titular casi asegurado porque es el único del grupo con una mentalidad de pase en un equipo, que sin Tyreke Evans se ha quedado sin un creador efectivo en ninguna otra posición exterior (John Salmons nunca acabó de serlo y está ya rodando cuesta abajo). El venezolano fue el jugador que más asistencias dio en la NBA la temporada pasada, y Mike Malone, que quiere implementar un sistema con mayor movimiento de balón, y solidaridad entre compañeros (los Kings fueron uno de los equipos que más aclarados utilizaron el pasado año) debería empezar con él.
Aunque no es nada seguro ni mucho menos. Malone ha dicho que su ataque será «defender, rebotear y correr» y las dos primeras, no, pero los Kings el año pasado consiguieron muchos puntos fáciles saliendo al contraataque, y sin pérdidas, ni errores estúpidos: fueron un equipo eficiente en transición… con Thomas. Se hace más difícil imaginar a Sacramento a la carrera con Vásquez, y esa es la debilidad que puede atacar Isaiah. Pero por otro lado, el entrenador también habla de rebotear, y los Kings fueron el peor equipo de la Liga en el tablero defensivo, y en esa tarea, Greivis es mucho más.
Aún así, tendría muchas dudas en este puesto y trataría de fomentar la competencia. Soy algo escéptico con un Vásquez que creo que se aprovechó de un sistema y un personal muy concreto y apropiado para destacar estadísticamente. Compartió cancha con el mejor tirador entre los hombres altos de la Liga para un base pasador, Ryan Anderson (no nos olvidamos de Nowitzki, pero se perdió muchos partidos, y además, Dirk puede crear su propio lanzamiento, y genera más opciones de bote) y me hace sospechar bastante que los 5 partidos en los que fue titular Brian Roberts, novato no drafteado de 27 años, diera 50 asistencias. Además, los por entonces Hornets estuvieron entre los 10 equipos que menos dieron proporcionalmente, y apenas hubo diferencia (3 puntos porcentuales, 5 puestos del ránking) entre que Greivis estuviera o no en pista. Vásquez también mejoró en tareas de anotación y de tiro de 3, pero su candidatura al premio de «Jugador más mejorado» y sus galones de titular se basan en esas 9 temblorosas asistencias por partido.
Pero partiendo de que Malone saldrá con él, y dejando mis dudas sobre reputaciones aparte, el problema es con quién le juntan, ya que todas las posibilidades dejan a los Kings en desventaja.
La opción de utilizar a Isaiah como 2 junto a Greivis no parece mala, pero no es tan bonito como parece a primera vista. Hasta cierto punto, el venezolano puede defender escoltas, y Thomas coger a los bases, pero el equipo rival también haría este cambio seguramente en la otra zona del campo, y Vásquez tiene problemas cuando es defendido por jugadores más grandes, que le tapan más fácilmente las líneas de pase y le hacen más difícil anotar cerca del aro cuando elige penetrar. Y por otro lado, Thomas es un anotador tras bote, utiliza su crossover, su rapidez y su control de la pelota para crear las oportunidades, y no está acostumbrado al papel de correr por los bloqueos y tirar tras pase. No es que lo haga mal (mete 1.17 puntos por jugada cuando recibe el balón, y un 40% desde la línea de 3), pero sería desperdiciar una buena parte de su talento, y si sólo necesitas un tirador acompañante, quizá puedas buscar otra opción con menos talento que Thomas, pero más sacrificado en defensa (y lo tendrías que buscar fuera de esta plantilla, por cierto). Y el Greivis anotador está en una situación similar: fue el quinto jugador, tras Paul, Rondo, Westbrook y Wall que mayor porcentaje de canastas metió sin asistencias.
Soltar ya a McLemore al ruedo, que tiene el perfil de futuro jugador 3D, y que vaya conociendo el ritmo de la NBA y los matices de la defensa colectiva es la opción de futuro, que supongo que este equipo, no muy preocupado por ganar todavía, es la que acabará ejerciendo. Salvo que Malone se enamore de otro jugador o el novato decepcione durante el periodo de entrenamientos, la ventaja la tiene él. Y eso significaría que Isaiah Thomas y Marcus Thornton serían la pareja desde el banquillo, e inmediatamente estaríamos hablando de una de las segundas unidades más divertidas de la Liga, aunque la completen con tres jugadores de cartón-piedra.
Todo apunta a que el perímetro de los Kings cambiará, pero sus problemas defensivos continuarán, al igual que el año anterior. Malone quiere poner énfasis en la retaguardia esta temporada, y tal vez el cuerpo técnico fuera una parte del problema, y ahora de la solución. Pero no esperaría muchas cosas de cualquier pareja que salga de aquí
El efecto dominó
Con la situación de perímetro que ya hemos comentado, me temo que el recién fichado Luc Richard Mbah a Moute tiene ventaja para afianzarse como el alero titular esta temporada, aunque Salmons le disputará los minutos. LRMAM viene de una temporada miserable en cuanto a anotación, y no es capaz de abrir el campo (sólo intentó 37 triples el año pasado, y eso es más que en sus 4 primeras temporadas juntas), ni siquiera, de anotar a media distancia (30.5% de acierto en este tipo de lanzamientos). Sus únicos argumentos para anotar son los cortes en jugadas rotas, las ocasiones tras rebote ofensivo (de los que cada vez ha ido cogiendo menos), el juego de espaldas cuando el alero rival es bajo o le emparejan con alguien que esté en desventaja de altura con él (no es un gran anotador posteando, pero es un poco flopper y saca la falta), y la salida en transición (que pintaría mejor al lado de Thomas, y no de Vásquez). Pero es un jugador que deja huella en defensa, en un quinteto que hace aguas por todos lados en este aspecto.
¿Y será esto suficiente y conveniente? ¿Cuánto impacto puede tener un único magnífico defensor desde el puesto de alero? ¿No serán los Kings un equipo condenado a naufragar, al que le vendría mejor una huida hacia delante y un intercambio de golpes? Aquí es donde entraría en juego Salmons. Sin las condiciones de Mbah a Moute, es correcto defendiendo, seguramente, ni da ni quita en esa zona del campo, y puede ayudar en algún momento defendiendo a un escolta, mientras que Luc tira más hacia arriba, a enfrentarse a ala-pivots si cambia de posición. John tiene un tiro de tres respetable, puede poner un poco la pelota en el suelo, y pasar. Tras un miserable 2012, se recuperó un poco la pasada campaña, y eso le ha servido para entender en qué punto de su carrera se encuentra, y tras ser un jugador más bien egoísta durante sus mejores años, ahora comprende su rol de secundario.
Las dos opciones de este equipo (y la tercera y poco deseable, Travis Outlaw) están muy lejos de ser óptimas, y plantean tantos problemas como parecen resolver, tónica general de esta plantilla. Un trabajo duro para Malone.
Same ol’, same ol’
El puesto de ala-pívot, en el que ya se presagiaba una dura competición este año entre Jason Thompson y Patrick Patterson, será un polvorín con la llegada de Carl Landry. Y como no podría ser de otra manera en estos Kings, los tres son jugadores de corte más bien ofensivo.
Operan y se sienten cómodos en diferentes zonas del campo, por ejemplo, Patterson juega mejor cuanto más lejos de la canasta está, y tiene trazas de alero, tanto en defensa como en ataque, y a Thompson le sucede al contrario, pero con el aro y un juego más cercano al del pívot tradicional, aunque este año se atrevió muchísimo más con la media distancia (de tirar el 17% de sus tiros desde allí, al 33%, casi el doble) y es bastante efectivo desde las líneas de fondo, donde tiene buenos porcentajes (especialmente en la derecha, un 55%).
Carl Landry, que regresa al equipo donde pasó un par de medias temporadas, tras compartir destino con Malone el año pasado, y es la opción intermedia y aparentemente superior tras ver lo bien que funcionó en Golden State, pero su carrera, para bien y mal, está construida saliendo desde el banquillo. Landry en cuanto a espacio, es la opción intermedia, con un juego en el que utiliza mucho la media distancia para tirar (es una válvula de aire desde la línea de fondo derecha) y también para enfrentarse cara a cara al defensor y llevarle hasta el aro con su bote, sacando una grandísima cantidad de faltas.
Como al equipo no le falta anotación, y ninguna de las otras opciones tiene problemas para meterla, creo que Landry seguirá en su rol de suplente (no es que al banquillo le falten puntos tampoco, me temo que no fue el fichaje más inteligente que podía haber hecho Sacramento, pero… son los Kings) y entre Patterson y Thompson se jugarán las castañas de la titularidad… y la posibilidad de caer en la rotación si no la consiguen. Patrick es la opción con más potencial por edad (3 años más joven) y posibilidades (si sigue desarrollando el tiro de 3 afianzándose como ala-pívot será un jugador interesante), pero Thompson es la consistencia personificada, y hace al equipo más grande, fuerte y potente en defensa y en el rebote, donde sin ser suficiente su contribución, es el mejor de los tres, algo que Malone perseguirá de primeras.
La decisión podría estar interconectada con la del puesto de alero, con Patterson complementando mejor a Mbah a Moute y viceversa, y Salmons–Thompson por otro lado. Si Patrick fuera el elegido, Jason siempre podría hacerse con los minutos de pívot suplente, a disputar con el muy pequeño pero aguerrido defensor, y cada vez más unidimensional Chuck Hayes. En todo caso, como pasa en el resto de posiciones de la plantilla, los Kings tienen muchos jugadores de rotación que se solapan, pero pocos que justifican sin dudas ser titulares a estas alturas, y los que lo hacen tienen claros problemas (DEFENSA por lo general) que necesitan ser complementados. Quitando al indiscutible jugador franquicia, creo que se podrían hacer dos quintetos diferentes con el resto de Kings entre los que sería difícil escoger cuál es mejor. ¿Podéis asegurarme, qué, por ejemplo, Greivis, McLemore, Salmons, Landry y Hayes es manifiestamente superior a Thomas, Thornton, Mbah a Moute, Patterson y Thompson? Mezclad las piezas como queráis, que seguramente nunca quedaréis contentos.
Cabecita loca
Dejamos al mejor y lo mejor para el final: se viene cuarta temporada para DeMarcus Cousins, una de las mayores incógnitas de la Liga a estas alturas.
Cousins lo tiene absolutamente todo. Tamaño, fuerza, envergadura, pies ligeros, manos hábiles para pasar o tirar e incluso es capaz de ponerla en el suelo muy por encima del estándar en su posición. Hace que el deporte parezca fácil. Lo que se le achaca es una terrible falta de interés y esfuerzo, y en parte, de entendimiento de cualquier aspecto del juego colectivo, más allá de sus espectaculares acciones individuales. En defensa no es capaz de sujetar un equipo como la mayoría de pívots titulares, y su porcentaje de tiro verdadero, aunque haya ido creciendo año a año, todavía ve la media a una cierta distancia desde abajo.
Han sido tres años en una franquicia disfuncional, con Westphal y Smart, así que todavía hay fe en que en cualquier momento lo pille, y se convierta en la fuerza imparable que parece que puede ser, pero a la que no ha llegado ni de lejos. Malone le dará directrices en defensa, pondrá unas reglas al equipo, y esto ayudará a su desarrollo. Por primera vez seguramente en su carrera, Cousins jugará con un propósito concreto asignado, lo que hará que se acaben las excusas. Es un año clave en su desarrollo, porque si este año no es capaz de marcas diferencias, muchos le darán por perdido, y no me extrañaría que en los Kings, con un nuevo grupo ejecutivo, empezaran a ver con buenos ojos su traspaso.
Vamos a aprovechar también la figura de DeMarcus, para una digresión de las habituales, esta sobre elegancia y efectividad. Es curioso ver como el juego de Cousins, que de anotador y pasador es técnico e impecable, con movimientos resultones y agradables, y un tiro con muy buena forma, está visto con una mayor estima entre el público (o eso siento yo), en contrapunto a otros jugadores de fuerza bruta. La diferencia es que pese a la apariencia, muchos de esos jugadores consiguen más fácilmente el objetivo final al que está subordinada toda la parafernalia: meter puntos.
Vamos, la discusión sobre el fin y los medios, que es más antigua que la prostitución, y si grandes hombres no lo han resuelto, no lo vamos a hacer nosotros.
Vamos a repasar ahora las reglas de los contratos de los rookies, y la situación en la que se encuentran. Desde 1995, la temporada después de aquella en la que GlennBig Dog Robinson pidió 100 millones de dólares, la NBA implantó una escala salarial para los rookies, que para los elegidos en la primera ronda funciona de la siguiente manera:
Los jugadores firman por dos temporadas, y el equipo tiene la opción unilateral de renovarlos para una tercera y una cuarta.
Los salarios están tipificados por posición en el Draft. Este año, la primera elección tiene asignado un valor de 4.29 millones, 3.84 la segunda, 3.44 la tercera… y así progresivamente hasta los 850.000 de la 30ª. Los equipos pueden ofrecer desde un 80 al 120% sobre este valor, es decir, por ejemplo, los Wizards este año podrían haberlo ofrecido a John Wall desde 3.429.520 hasta 5.144.280 dólares. La práctica habitual en toda la liga, es dar siempre el 120%, excepto si eres Memphis que este año ha intentado regatear esa diferencia a Xavier Henry y Greivis Vásquez ofreciéndola en concepto de (difíciles de lograr) incentivos. La escala para el segundo año del contrato es de nuevo entre un 80% y un 120% del 107.5% de la escala del primero.
El tercer y cuarto año, como ya hemos dicho, son opcionales para el equipo. Si se retiene a un jugador, habrá que pagarle la escala del tercer año, que es un aumento de un 106.9% sobre la escala del segundo año, y en el cuarto, el incremento es variable según posición: empieza en un 26.1% para la elección número 1, y acaba en un 80.5% en la 30ª.
Si el equipo no ejerce las opciones de tercer y cuarto año de contrato, se convierte al final de la temporada en agente libre no restringido, es decir, cualquier equipo podría ficharle, y su equipo de origen no tiene ningún derecho a igualarle.
Si el equipo ha hecho valer las dos opciones, el equipo tiene hasta el 31 de octubre, el tiempo en el que aproximadamente comienza su cuarta temporada, para ofrecerle una extensión. Esta extensión, que sería efectiva el año siguiente puede ser de hasta 5 años más, y puede ir desde el salario mínimo (992.680 $ este año en la NBA) hasta el salario máximo (13.603.750 en la 2010/2011) estipulado para jugadores de quinto año, que es cuando comienza la extensión, y a partir de ahí incrementarse (o reducirse) hasta en un 10.5% cada año.
Si el jugador no tiene una extensión al final del cuarto año, se convierte en agente libre restringido, es decir, cualquier equipo puede hacerle una oferta por cinco años que va desde el mínimo hasta el máximo para jugadores de quinto año, con aumentos (decrementos) del 8% cada temporada. Su equipo tiene derecho a igualar la oferta y quedarse con el jugador en los mismo términos que este hubiese firmado.
Otra opción al final del cuarto año es la llamada oferta cualificante, que un equipo puede extender a un jugador para una quinta temporada con ellos, al final de la cual, el jugador se puede convertir en agente libre no restringido. De nuevo, esto significa que el equipo de origen no tiene ningún derecho de tanteo sobre él.
Los equipos pueden pasarse del límite salarial para renovar a sus jugadores con contrato de novato (no hace falta que hayan sido drafteados por ellos, pero han tenido que ser traspasados a ese equipo mientras dicho contrato esté vigente), pero para fichar jugadores que terminan el contrato de novato con otros equipos, las opciones son más reducidas: lo máximo que podrían ofrecerle el primer año es el espacio salarial por debajo del límite que tengan, alguna de las dos excepciones de las que disponen los equipos por encima del límite: la excepción de nivel medio (5.765 millones en la temporada 2010-2011) o la bianual que solo se puede gastar cada dos años (2.08 millones), o acordar una firma-y-traspaso con el equipo origen, que lo firmaría con el contrato deseado (recordemos que el club de origen puede renovarlo por la cantidad que deseé hasta el máximo) y después lo traspasaría. Esta última opción tiene que contar, evidentemente, con el beneplácito del club de origen.
Ahora veamos los ejemplos de estas situaciones con los rookies que entran en su cuarto año de contrato, la clase de 2007. De los 30 jugadores de primera ronda, con 23 se han ejercido las opciones de tercer y cuarto año, y por tanto eran elegibles para una extensión hasta el 31 de octubre, que de no recibir, los convierte en agentes libres restringidos el verano de 2011. Las excepciones son Acie Law y Javaris Crittenton, a los que los Bulls y Wizards respectivamente no ofrecieron este verano el cuarto año de contrato, Alando Tucker que fue cortado en marzo por los Timberwolves sin llegar a completar su tercera temporada, Morris Almond al que los Jazz no ofrecieron el tercer año de contrato, Sean Williams al que los Nets cortaron antes de terminar su segundo año (sin ejercer las opciones del tercero y cuarto evidentemente), Tiago Splitter que al llegar esta temporada a la Liga, su primer año de contrato empieza a contar ahora, y Petteri Koponen que no ha jugado aún en la NBA.
De estos 23 jugadores en los que se ha ejercido la opción para una tercera y cuarta temporada, sólo cinco han recibido una extensión. Empezamos con el jugador al que le faltó tiempo para recibir una extensión: Kevin Durant. Como fue elegido en la sgunda posición, el salario que le correspondía en 2007 era de 3.476.000 dólares, pero los entonces Seattle SuperSonics le ofrecieron ese incremento habitual 20%, por lo que en su primer año cobró 4.171.200 dólares. El segundo año su sueldo subió un 7.5% (4.484.040 $), el tercero un 6.9% (4.793.438 $) y el cuarto, esta temporada 2010/2011 está cobrando el 126.2% del año anterior, 6.053.663 dólares. La extensión que entra en vigor el 1 de julio de 2011 está hecha por el máximo tiempo permitido, 5 años, hasta la 2015/2016, y comienza en el salario máximo para los jugadores de quinto año: 13.603.750 dólares. A partir de aquí su contrato se va incrementando un 10.5% al año: 15.032.144 $ (2012/2013), 16.460.538 $ (2013/2014), 17.888.932 $ (2014/2014) y 19.317.326 $ (2015/2016). Un total de 82.3 millones en 5 temporadas.
Otros dos que recibieron extensiones, con cifras bastante bien acogidas por los analistas y managers de la NBA fueron hombres altos: Al Horford y Joakim Noah. Elegidos 3° y 9° respectivamente por Atlanta y Chicago, recibieron la misma extensión: 60 millones de dólares por la longitud de extensión máxima, cinco temporadas. La estructura del contrato de Horford no la conocemos, pero si es la estándar, empezando en una cantidad baja, con subidas del 10.5% cada temporada, cobrará la próxima temporada 9.73 millones y acabará ganando 14.5 en la 2015/2016. Con Noah han sido más creativos, y en lugar de recibir incrementos anuales del 10.5%, el contrato está organizado de otra forma, cobrando 12 millones en la primera, y 13.4 en la última, oscilando el salario durante la duración del contrato. De esta manera, aunque los Bulls tengan que pagarle algo más el año que viene, se ahorrarán dinero y tendrán flexibilidad en las siguientes temporadas.
Otra extensión bastante razonable es la que los Phoenix Suns dieron a Jared Dudley: 22.5 millones por 5 temporadas, una media de 4.25 millones al año, por debajo del salario medio habitual en la Liga. Tampoco conocemos detalles de la estructura de la extensión, que con la forma estándar de subidas empezaría en 3.65 millones para acabar en 5.44.
La extensión polémica fue la última: 45 millones por 5 temporadas para Mike Conley. Teniendo en cuenta como hemos dicho antes, que la única manera de firmar a un agente libre restringido por encima de la excepción de nivel medio (que solo le daría a Conley 33.78 millones en el periodo) es con espacio salarial o con un traspaso, Memphis estaba simplemente luchando contra equipos que tuvieran 9 millones de espacio salarial el próximo verano.
Es decir, a día de hoy, asumiendo un límite salarial como el de este año para la próxima temporada (lo cual con la nueva CBA, es mucho suponer), sus rivales son Cleveland con Mo Williams y Ramon Sessions, Golden State con Curry o Ellis, Indiana con Collison, Minny con Flynn, Ridnour y Ricky esperando, Oklahoma con Westbrook, Sacramento con Tyreke, Toronto que añadiría un cuarto base a Calderon, Jack y Barbosa a los que ya paga 23 millones y Washington que tiene a Wall.
Otros equipos que podrían tener algo de espacio condicional son, Houston si no renueva ni a Yao ni a Brooks (y tendrían a Lowry en plantilla), New York y New Jersey si no se lo gastan antes en un ‘Melo, pero seguirían teniendo a Felton y Harris con contratos de larga duración, y Phoenix si no renovaran ni a Richardson ni a Hill, pero todavía contarían con Nash.
De todos los equipos que tendrían 9 millones para ofrecer a Conley, no veo a ninguno dispuesto a gastarlo en un base. Y si tienen 9 millones, y quisieran un PG, es muy posible que prefirieran dárselos en sus compañeros de promoción Rodney Stuckey y Aaron Brooks, en la misma situación contractual que él.
Por eso, aunque dentro de 5 años miremos en restrospectiva y Conley se convierta en un All-NBA, mereciéndose el contrato que le han dado y más (algo que ahora mismo parece improbable, pero, peores cosas se han visto), la extensión que ha ofrecido Memphis seguirá siendo lamentable. Porque luchaban contra ellos mismos, y nada más. Porque ningún equipo hubiera puesto más de 35 millones encima de la mesa. Porque esos 10 millones, por lo menos, que han regalado, les van a restar una tremenda flexibilidad a la hora de renovar este verano a Marc Gasol y Zach Randolph y O.J. Mayo el que viene.
Mike Conley era el que tenía el contrato de novato. Pero Memphis son los que pagan la novatada.