Episodio 137: ICE, ICEEEE

En el primer episodio del año de El Podcast Desde El Sofá hemos hablado de destitución de Tom Thibodeau en Timberwolves y todas las incidencias que trae y demás.

También comentamos lo que está haciendo Harden durante estos últimos partidos, así como un bonito debate sobre su tipo de juego y el de Houston Rockets.

Acabamos el programa con un par de apuntes rápidos sobre la situación de McCaw y el futuro fin de mercado y lo que puede pasar con Anthony Davis.

Hoy en El Podcast Desde El Sofá estuvo Javier Martín, Roberto Vázquez, Mario Maruenda y David Chanzá.

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La ventana

Hay un término en el ámbito periodístico norte americano que siempre me ha fascinado. Una expresión que seguro que todos vosotros habéis oído y habéis leído en multitud ocasiones y que muchas veces probablemente haya pasado por delante sin dar mucha importancia, la ventana.

Tendría que investigar bien, pero probablemente el origen sea algo militar, ya que en alguna película que otra también aparece. La traducción directa al castellano sería algo así como la oportunidad, pero claro, una oportunidad no se abre o se cierra o está algo cerrada o algo abierta, en cambio una ventana sí.

Cuando se habla de la ventana en deporte, se habla de eso, de una serie de oportunidades que están ahí y como una ventana, cuanto más abierta, más oportunidades hay. Esa ventana se puede abrir, se puede cerrar o simplemente puede dejar de existir.

La ventana de Houston Rockets para asaltar el anillo no sabemos si está más abierta o cerrada que lo estuvo el año pasado.

Hagamos un poco de memoria. Houston Rockets el año pasado fue el mejor equipo durante la temporada regular de la NBA, con 65 victorias (!!!) haciendo una de las mejores temporadas en la historia de la liga, con el récord de triples anotados en lo que de momento es el momento cumbre del MoreyBall, es decir, 3>2.

La llegada de Chris Paul el año pasado trajo consigo muchas dudas, ya que ver a un jugador como Paul, muy acostumbrado al tiro de media distancia a la filosofía de tirar de 3 o hacer bandeja, fue uno de los puntos clave en la temporada pasada. Pero el resultado no pudo ser mejor. Paul quitaba a Harden de su faceta organizativa del juego, con lo cual, el 13 de Houston podía hacer y deshacer en ataque casi a su antojo y con ello consiguió su anhelado MVP. Todo era perfecto, todo funcionaba extremadamente engrasado.

El equipo confeccionado por Morey estuvo exactamente a un partido de ganar a Golden State Warriors en las finales del Oeste, estuvo probablemente a unos 27 triples fallados de ganar el Oeste en el séptimo partido de dichas finales, es decir, estuvo a nada de jugar la final de la NBA, donde probablemente hubiera tenido un amplio porcentaje de posibilidades de asaltar un nuevo anillo para la franquicia de Texas, desde que allá por los 90, aprovecharan de forma genial los años sabáticos de Jordan.

Pero no fue así.

La sensación de oportunidad perdida ha llegado a la franquicia de Houston y este verano tenían que afrontar cosas importantes para su espacio salarial.

Chris Paul renovó por 4 años a 40 millones por temporada. Un contrato de niveles everísticos y siendo claramente un pequeño peaje a su incorporación la pasada temporada. Además, una de las grandes incógnitas del verano que era Clint Capela, también finalmente acabó firmando su renovación en Houston por 5 años a 18 millones la temporada. Con este espacio claramente cubierto y con Harden también con un contrato sabroso, las renovaciones de Ariza y Mbah a Moute se antojaban complicadas al menos y así fue.

Trevor Ariza ha decidido llevar su talento al desierto de Arizona, donde formará parte de Phoenix Suns, mientras que Mbah a Moute volvía a Clippers dejando un poco huérfano el apartado defensivo de un equipo, que precisamente en ese apartado fue lo que hizo ponerse a nada de asaltar el Oeste.

Con estas salidas y con el espacio salarial cogido con pinzas, las incorporaciones que ha hecho Morey sólo podían ser por contratos mínimos, como han sido la de Michael Carter-Williams (ex-Rookie del año, sí, así fue la clase ese año…), Gerald Green que nunca sabes si realmente te puede aportar o restar, James Ennis, es decir, intendencia pero nada realmente para substituir lo perdido, ahhhh y también llegó… Carmelo Anthony.

Melo, de la clase de 2003, entra en su 16º año como profesional y llega en el momento más bajo de su carrera, siendo carne de traspaso por pipas y siendo una leyenda viva en Atlanta Hawks, a un equipo donde todo va sobre ruedas y donde su aportación puede ser como lo que vimos en Thunder o tal vez algo más. Su nuevo entrenador: Mike D’Antoni.

Volvemos ahora unos años atrás. Linsanity en el momento cúspide cuando aquellos Knicks aprovecharon la lesión del 7 ex de Nuggets, para darle las llaves del equipo a un joven semi asiático que puso patas arriba el Madison Square Garden en varias ocasiones (aún recuerdo el partido contra Lakers…) y donde su historia llegó a sitios donde nadie pensaba que podía llegar. A Melo, un jugador al que le gusta ser el foco de todas las miradas, todo esto no le acabó de convencer mucho e hizo que la relación empezara a no funcionar. Si a esto le sumamos los malos resultados, así como un equipo que no estaba hecho a la idea de D’Antoni, hizo que esa relación se desgastara de forma casi insuperable. Ahora, unos años después, se vuelve a encontrar con el mismo entrenador.

Ambos no se han cansado en decir que está todo superado y que no será problema, pero siempre estará ahí.

Habrá que ver también el rol de Anthony dentro del equipo. Nos hemos cansado de oír que el FIBAMELO es lo que realmente vendría bien a este equipo, pero ahí creo que no estoy de acuerdo. FIBAMELO es un jugador tirando mucho de 3 (en distancia FIBA) que realmente son tiros de 2 de larga distancia, como en su día hacía Chris Paul, eso para el sistema de Morey-D’Antoni es básicamente una herejía, así que no veo que ese FIBAMELO sea lo mejor para el sistema. Además, parece que el rol de salir de banquillo era otra posibilidad, algo que nunca tampoco le ha gustado al jugador de la Universidad de Siracusa, pero por mi parte voy a dejar un gran voto de confianza, ya que tampoco se pensaba que Paul podría encajar en este equipo y si no se llega a lesionar estaríamos hablando ahora del primer anillo de Harde, Paul…

Melo tendrá que poner de su parte, así como D’Antoni y va a ser uno de esos checks que tenemos todos en mente en comprobar este año, ver como Carmelo Anthony se acopla a un sistema tan determinado como el de Houston Rockets. Una auténtica incógnita.

Además, Houston Rockets probablemente vuelva un poco a la media y la brutal temporada del año pasado no se repita, con un Oeste donde Warriors se ha reforzado, donde Spurs tiene ahora a DeRozan, donde Nuggets pintan bien y donde, no lo olvidemos, está LeBron James en Lakers, los cuales probablemente no sean un rival directo de estos Rockets, pero no deja de ser otro foco de atención en una conferencia ya de por si cargada de focos y estrellas.

Con todo esto, tenemos que volver a la ventana y no sabemos si sigue corriendo bien el aire o si por lo contrario está ya un poco cerrándose y dejando pasar una ocasión única que tuvieron el año pasado mientras fallaban triple tras triple.

Y es que ya lo dice el dicho: Vivir o morir del triple.

PO Desde El Sofá (XIV): Cajón de sastre

Hoy saltamos la estructura original de las crónicas para soltar unos cuantos pensamientos deslavazados sobre los dos primeros partidos de los Finales de Conferencia.

  • Empezamos por la primera, la del Este, que tiene hoy su reanudación. Los Cavs han mostrado en estos Playoffs sus dos caras (sobre todo en ataque, en defensa este año es la del hermano feo de los Calatrava permanentemente), y esta vez toco la mala. Y si Indiana casi se la pinta, que no harán con ella los Celtics, un equipo con todos los atributos positivos de los Pacers, y alguno más. Al igual que su primer rival en estos Playoffs, si hubiera que destacar algo de Boston, sería para mí también la versatilidad de su ataque (sobre todo sin Baynes). Todos los jugadores de su quinteto titular son una triple amenaza: pueden pasar, tirar o botar sin problemas, y están dispuestos a ello. Ninguno tiene una debilidad acuciante ni miedo de utilizar sus armas. Puede que no haya un tirador de élite o un creador de tiro perfecto entre ellos, pero a ninguno le va a dar vergüenza de iniciar o acabar una jugada como buenamente pueda. Esto les hace impredecibles por un lado, y peligrosos atacando emparejamientos o eslabones débiles: no puedes esconder un defensa en ninguno de ellos. Esta claro que preferirás forzar a ciertos jugadores a hacer ciertas cosas, y hay ciertos momentos que se congelan un poco, pero cuando hay un nivel de competencia mínimo en todos los aspectos, y no hay opción verdaderamente mala para el ataque rival, tienes un problema. En defensa también tiene un planteamiento similar al de Indiana, con una vuelta de tuerca: físicos, peleones, luchando los bloqueos y cambiando sólo cuando es necesario e inevitable, volviendo a cambiar incluso detrás de la jugada si el emparejamiento en el poste bajo es demasiado desfavorable. Defendiendo a LeBron con un sólo hombre, pero con ayuda alerta y bien posicionada, para cuando sea estrictamente necesario. Y sabiendo que James encontrará al hombre libre en cuanto vea venir el segundo defensor, por lo que más vale que haya alguien en camino cuando el pase llegue allí. LeBron tomó la decisión correcta rápidamente siempre que los Celtics le tiraron el dos contra uno, pero ese atacante nunca tuvo un tiro liberado, porque alguien apareció en todo momento para ponerle las cosas difíciles.
  • Además de un talento aún mayor y de la diferencia entre McMillan y el mago Stevens, Boston es mucho más peligroso que Indiana, porque su baloncesto sí puede ser verdaderamente aposicional. Los Pacers, con Collison por abajo y Sabonis y Turner por arriba, no podían ser 100% intercambiables. El quinteto titular del G1 de los Celtics, añadiéndole a Smart como sexto hombre, está cerquísima de ese ideal. Además son un equipo mucho más democrático en ataque: Indiana dependía demasiado al final de Oladipo, pero Boston no es el equipo de nadie. Sólo en un par de ocasiones un jugador ha alcanzado la barrera de los 30 puntos, pero raro es el día que tres o cuatro de sus jugadores no lleguen a los 20. Pueden permitirse un mal día de cualquiera porque nadie es imprescindible, y todos están enchufados y con ritmo. En ese sentido la baja de Irving no se acusa tanto como debería.
  • Otra cosa que es diferencial y les da ventaja en comparación con Indiana es que tienen muchos más jugadores de tamaño similar al de LeBron para tirarle encima en defensa. Poder emplear varios pares en el mismo atacante siempre es útil, para repartir cansancio y faltas. Pero además con James, la defensa por comité tiene un valor extra. Extremadamente analítico, como demostró en la rueda de prensa,  una de sus mayores virtudes es su tremenda habilidad para entender el juego y saber lo que va a pasar. Mantenerle en continúa rotación de defensores, mientras todos ellos estén capacitados, hace más difícil para él encontrar puntos débiles y patrones que explotar. El mejor defensor de James es y será siempre él mismo, pero los Celtics están en una posición para enfrentarse a él en la que muy pocos se han encontrado.
  • Marcus Morris, dos faltas en tres minutos. Stevens le deja en pista. Finaliza el partido con 34 minutos jugados y tres faltas. McMillan pudo costar a su equipo un partido en una eliminatoria que fue a 7, por sentar a Oladipo en la misma situación. Los Celtics no van a cometer el mismo error.
  • Parece que los Cavs van a salir con Thompson de inicio, en parte, para obligar a que Baynes esté en pista, y que los Celtics no sean esa entidad polimorfa indestructible que les machacó en el primer encuentro. Con el australiano en pista los Celtics tuvieron un +17 bastante reshulón en el primer partido, pero comparado con el resto de principales de la rotación de Boston es a lo mejor que pueden aspirar. La esperanza de los Cavaliers, si los Celtics no pican en hacerse grandes y prefieren mantenerse versátiles, es atacar el rebote ofensivo, una antigua debilidad de Boston, que este año parece mucho más controlada. Veremos si surte efecto esta argucia táctica, y cuándo ajusta Stevens: si lo hace de inicio, o espera a ver qué ocurre.
  • Vaya pedazo de Playoffs se está cascando Al Horford, haga lo que haga, parece imposible que salga mal, y es la encarnación personal de los dos atributos que hemos destacado en este equipo: lo versátil y lo impredecible viven en El Estabilizador. Y Jayson Tatum es increíble: los Celtics pueden tener dos estrellas y muchos millones en cabestrillo en el banquillo, pero en pista tienen otras dos indiscutiblemente.
  • Dicho todo esto, y habiendo echado todas las flores posibles a Boston… si hay un equipo del que no me preocupa si pierden por 1 ó 35, ese es Cleveland. Han vivido entre la espada y la pared con demasiada frecuencia, tienen tendencia a desconectar ante la adversidad presente para preparar la oportunidad futura, y han hecho callo con derrotas vergonzantes en batallas de guerras que finalmente ganaron. El golpe psicológico del primer partido lo vería mucho más preocupante de ser al revés. Además, no hemos de olvidar que los Celtics están intratables en casa (8-0 estos Playoffs), pero se hacen mucho más pequeños fuera (1-4, y en el único partido que ganaron hubo confetti en el suelo celebrando prematuramente la victoria de su rival), cuando se cambian las tornas en el acierto con el tiro y las jugadas más complicadas. Se me antoja imprescindible un 2-0 que mantenga la ventaja de campo para Boston, mientras que para los Cavaliers un 0-2 sería el típico déficit manejable con el que están acostumbrados a lidiar, con la eliminatoria volviendo el sábado, con tres días de descanso, a su terreno. Muy poco importará la soba del primer partido si roban este segundo, y el verdadero golpe Boston no lo daría hasta que ganara uno en Cleveland. Para mí, por simple respeto a los mayores, aunque jueguen peor y se vea que lo tienen crudo, los Cavaliers siguen siendo favoritos. Ahora bien, sí vuelven a Boston con un 3-1, para mí sí habrán cambiado las tornas y me bajaría de ese barco más rápido que el capitán Schettino. Los Celtics tienen que no perder la eliminatoria esta noche, y ganarla en uno de los dos próximos encuentros.
  • Cojamos el avión a la otra costa: con qué poco aparentemente los Warriors ganaron claramente a Houston. Durant y Thompson lo hicieron parecer fácil, la defensa de Houston sin balón de por medio fue atroz, y los secundarios de los Rockets no dieron la talla. Queda mucho por jugar, pero este primer partido es la típica apertura de serie corta.
  • El plan de los Warriors pareció bastante claro: no nos preocupa que Paul y Harden jueguen uno contra uno, incluso les vamos a dejar que apunten a quien quieran (Looney y Curry, por orden de preferencia), pero no nos van a desorganizar, ni vamos a dejar que sus compañeros nos den la puntilla. Que la defensa individual lo haga lo mejor que pueda, y si no está Capela en pista, Draymond Green (partidazo el suyo) aparecerá bajo la canasta, pero el resto, que no suelte un tirador para ayudar. Houston sacó buen rédito de los aclarados, pero no lo suficiente para seguir el ritmo de Golden State. Sin el extra de eficiencia de los triples desde la esquina o de los mates de Capela, los Rockets no van a llegar a anotar como los Warriors, especialmente si no son capaces de defenderles de manera precisa.
  • Las canastas de Durant (imperial) fueron prácticamente inevitables. Así es la vida, aplaudes y te vas. El verdadero problema, y así lo reconoció D’Antoni, fueron las de Klay Thompson. No puedes dejar que se te pierda por la pista uno de los mejores tiradores de la Historia como si fuera Marcus Smart. La defensa de cambios de los Rockets puede ser impecable sobre el balón, pero ayer estuvieron terribles lejos de él, con errores de esfuerzo y comunicación durante todo el partido. Durante la temporada regular puedes flojear en el lado débil, que la gran mayoría de las noches nadie te va a castigar duramente por ello. Pero esto es el jefe final del videojuego, así que o espabilan, o Harden puede volver prontito a hacerlo llover con Travis Scott en el Dreams.
  • Tampoco sobre el balón estuvo bien Harden, que dejó que un Curry mermado le rebasara como un runner pasa a las abuelas por la calle. Entiendo que guarde energía, y está claro que acabó el partido habiendo dado todo lo que tenía, pero quizá tendría que reservar un poco más en ataque, que para eso trajeron a Paul. No tengo acceso al número exacto de jugadas que protagonizaron cada uno, pero 40 finalizaron con tiro, asistencia o pérdida suya, por tan sólo 24 de CP3, y me da la impresión de que si añadimos a la ecuación las asistencias potenciales (tiros fallados) y jugadas con más pases posteriores, la diferencia sería aún mayor. Estuvo más efectivo y eficiente que el base, pero en defensa y al final del partido pagó el precio.
  • Los Rockets estuvieron también flojísimos con los tiros rápidos de los Warriors: no es cosa sólo de la defensa de las contras, donde es comprensible que pierdan emparejamientos y sucumban en la confusión, y en la estuvieron indudablemente flojos. También en situaciones que deberían ser ataques a media pista, los Warriors lograban tiros cómodos (para su nivel de excelencia), tras bote o con un simple pase, sin tener siquiera que poner un pie dentro del arco. Es Golden State: Durant, Thompson y Steph son una amenaza tan pronto como pisan la línea de medio campo, nada de esperarles atrás plácidamente.
  • Prácticamente la única jugada «elaborada» que ejecutaron con éxito los Rockets fueron los pick’n’roll con un jugador exterior, en los que Harden penetraba con fuerza y obligaba a Green a dar un par de pasos adelante, dejando espacio para el pase a Capela cerca del aro. Apenas jugaron el 2 contra 2 con Capela directamente, lo que me da que pensar que tienen miedo de que Green lo destruya. O simplemente, consideraron mejor seguir aprovechando los aclarados favorables que los Warriors estuvieron dispuestos a concederles toda la noche. Aunque te debería mosquear cuando el equipo rival se queda en una situación aparentemente perjudicial toda la santa noche, y parece importarle bien poco.
  • Como ocurre con el LeBronSistema, el HardenSistema y el CP3Sistema necesitan un mínimo de apoyo para llegar a puerto a estas alturas de la temporada. Gordon no se entonó hasta el final, Anderson tiene que ser capaz de calentarse en la única ventana que parece que le van a dar (los minutos de West en pista) y Mbah-a-Moute fue un desastre, fallando triples y bandejas por igual. Houston tuvo la buena idea de atacar con bote el closeout desesperado las (pocas) ocasiones en las que generaron un triple desde la esquina, pero no culminaron, y al final es meterlas o irte a casa.
  • Mucho se ha hablado, tanto en Cleveland y Houston de cómo tanto aclarado puede suponer que los jugadores secundarios estén sin ritmo y confianza cuando les llega su turno, mientras que en Golden State y Boston, al estar mucho más implicados, pueden ser más eficaces. Cavaliers y Rockets llevan toda la temporada, incluso años atrás, jugando así, y siendo de los mejores ataques, no sólo de la temporada, sino de la Historia. Aunque haya noches que les suceda esto, por regla general, no ha resultado un impedimento. Houston estuvo mucho peor en defensa que en ataque, si perdieron por algo el partido fue por esto, no por tanto aclarado.

PO Desde El Sofá (XVI): Colorín colorado

Sin Leonard ni Parker los Spurs se van a la Bahía, diciéndole a los Rockets «vida mía, qué calor; qué calor, qué calor, tengo; qué guapa soy, qué tipo tengo«. 39 puntos de diferencia anoche, mayor paliza de estos Playoffs y mayor victoria a domicilio de toda la temporada.  Con en el equipo rival jugándose la vida, parece mentira. Pero ciertamente no lo es.

Aunque el quinto pudo caer de cualquier lado, este sexto, sólo tuvo un color, y no fue el rojo de los Rockets. Los de Popovich han logrado poco a poco eliminar los rasgos de identidad de Houston, que sin (tantos) triples ni tiros libres no tienen más a lo que agarrarse para competir a este nivel. Con un Harden desconocido, que no intentó un tiro de campo en el primer cuarto, no anotó fuera de la línea de tiros libres hasta la segunda parte, y que pasó medio partido con más pérdidas que puntos, los Rockets no fueron rival para los consistentes aunque mermados Spurs.

Salió un notable Jonathon Simmons en el lugar de Leonard en el quinteto titular, y D’Antoni volvió a apostar por Gordon en el quinteto titular para sacar a Anderson desde el banquillo, lo que dejaba a Harden defendiendo dentro, habitualmente a Pau Gasol. Fueron el español y Aldridge los que con posteos y rebotes ofensivos empezaron castigando a Houston y montando las primeras ventajas. Los Rockets, con Harden más pendiente de pasar que de anotar, perdían el balón y las oportunidades de seguir a San Antonio en el marcador.

Cuando el base reconvertido se fue al banquillo, los Rockets tampoco eran capaces de pasar la pelota por el aro. Mills desde el triple abría el primer gran hueco y cuando el candidato a MVP volvía a pista tras unos minutos de descanso en el segundo cuarto, la diferencia ya era de 18. Sólo Ariza, enchufadísimo desde el triple en casi toda la serie, y Capela, parecían tener ganas de jugar. Los dos jugadores que tenían que servir de generadores secundarios, Gordon y Williams tampoco mostraban interés o precisión, y sin resistencia, a San Antonio le bastaba con seguir el plan para continuar ampliando la ventaja. Houston era el equipo triste del año pasado, no la máquina que vimos, sin ir más lejos, hace un par de partidos, y el resto del partido fue una visita al purgatorio.

Aldridge no fue perfecto pero jugó su mejor (y más cómodo) partido y Pau volvió a parecer un protector de aro de élite. Popovich pudo aprovechar para dar carrete a dos jugadores inexpertos a los que va a necesitar en la próxima ronda, Simmons y Murray, y estos respondieron. San Antonio no tuvo siquiera que jugar el baloncesto explosivo que se presupone a una paliza de este tipo en 2017: la hemorragia de Houston fue interna.

En el polo opuesto, la noche de Harden, que sólo ha estado brillante en momentos muy puntuales en estos Playoffs, pero que ayer se marcó el partido más decepcionante que es posible imaginar. Fue la clase de actuación que hace pensar que hay algún problema detrás. No se si será físico, psicológico, sentimental, resaca de un quinto partido psicotrópico (que perfectamente le pudo dejar una conmoción cerebral, tras un codazo de Gasol que no pareció para tanto) o la maldición de Lil’ B a tope de power, pero el resultado fue tan paupérrimo que lo único que no parece es un simple mal día. Por lo que probablemente, lo será.

Los Playoffs siguen y los Spurs tienen un día más para recuperar a Leonard porque no se enfrentan a los Warriors hasta el domingo. A los Dioses del Baloncesto pedimos un poco más de lo que aquí hemos visto.

Sofi del día: Jimmy es un ídolo entre otras muchas cosas porque pese a que le gusten delgadas no se va hasta que canta la gorda. Quiere por igual a James Harden que a Bryn Forbes: si ha pagado, se ve el partido enterito.

PO Desde El Sofá (IV): El 1 vs el 2

Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá (hasta que dure) cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…

Si le das para ver un partido al League Pass y la primera imagen que te sale es conforme llegó Russell Westbrook al Toyota Center (más sobre esto en el Sofi Del Día), sabes que algo grande va a pasar.

Oklahoma City Thunder empezó muy bien el partido, saliendo del vestuario con la idea clara de lo que querían hacer, con todo el equipo sorprendentemente aportando y con un Westbrook que hoy sí que quería ser el de la temporada regular. Además, si a esto sumábamos que James Harden estaba algo fallón y que el tiro exterior de Houston no entraba, lo agitamos todo y nos sale una diferencia que llego a ser de 15 puntos para los de Donovan.

Pero, si hay un equipo con el cual no te puedes confiar con las ventajas en la NBA, ese es Rockets, su MoreyBall hace que en menos de un minuto, al más puro estilo Warriors, te puedan hacer un parcial de 15 puntos y no te has dado ni cuenta, con una aportación del banquillo por parte de Gordon y Louuuuuuuuu, Rockets hizo que la diferencia nunca se fuera a números ya no remontables. Aún así, Westbrook iba a la suya tirando, tirando y tirando.

El cambio del partido llegó al final del 3Q.

Aquí Donovan sentó a Westbrook como viene haciéndolo en casi toda la temporada, para aprovechar ese tiempo, más el descanso entre cuartos, aquí D’Antoni hizo una jugada, no se si decir maestra, pero sí muy inteligente. Con Westbrook en el banquillo, Rockets salió con un arsenal por fuera que ni en un concurso de triples, con Lou Williams, Eric Gordon, Trevor Ariza y Harden. Y claro, esto se notó, ya que Rockets metió un parcial de 12-3 en ese tiempo y se fueron al inicio del último cuarto con sólo 3 puntos de desventaja. La balanza había cambiado.

El último cuarto fue todo lo que a priori pensábamos que iba a pasar en esta serie, además, con todos los detalles. Por una parte, el tiro exterior que ni a Harden ni a la mayoría de Rockets le estaba entrando, empezó a funcionar y por otra la fuente de alimentación de puntos de Thunder era solamente el número 0, algo que estaba en todos los análisis, y que se vio 100% en este cuarto final.

A falta de 8 minutos Houston se puso por encima para ya no dejar esa ventaja, aún así, un Westbrook desatado y con un Harden totalmente enchufado ya al partido, para hacer un final que estuvo más apretado de lo que realmente pudo parecer.

Al final, se cumplió lo que se esperaba, y ni el enésimo triple doble de Russ pudo con el poderío ofensivo del equipo de D’Antoni, que cuando se pone a enchufar, es una máquina de meter canastas. 2-0 y todo como se esperaba…

Sofi Del Día: La entrada triunfal de Russell Westbrook en el pabellón. Por todo, por el baile, por la ropa, por las pintas…todo.

Nuestros picks para el All-Star 2017

Como viene siendo ya una tradición en La Crónica Desde El Sofá, aquí os vamos a traer nuestros picks para el próximo All-Star Game que se disputará en Charlotte New Orleans el próximo mes de febrero…

Mario Maruenda

Con todos los respetos para los merecedores aspirantes, me he puesto delante de la página de votaciones con varios jugadores ya elegidos: Harden, Westbrook, Durant, Davis, James, Antetokounmpo, Butler y Lowry estaban dentro. La mezcla de desempeño, números y rol dentro de sus equipos de estos ocho jugadores en el primer tramo de la temporada me ha parecido por encima del resto. No digo que sean los mejores jugadores de la Liga ahora mismo, pero si los ocho… ¿protagonistas? de lo que llevamos. Cinco repiten de mi lista del año pasado, uno estuvo lesionado, otro ha vuelto este año en mejor forma, sin Kardashian, y con venganza pendiente y el octavo es el puto Greek Freak. Suerte tengo de no tener que haber elegido entre ellos (podría haber añadido a la lista anterior a Paul o Curry perfectamente, pero es que van contra el candidato 1a y 1b para MVP, y ni me he molestado), y así puedo plantearme con más calma los dos que me faltan: un jugador interior en el Oeste y un exterior en el Este.

La lista corta de candidatos para la primera plaza la forman Cousins, Gasol, Leonard y Green (Draymond), con Griffin, Gobert y el voto antisistema a Pachulia un poco más atrás. En la segunda me he obligado a elegir entre Irving, Thomas, DeRozan, Walker y Wall.

En el último puesto del Oeste me pasa lo de siempre: qué fácil y qué difícil resulta para estas cosas dejar fuera a Cousins. Me resulta imposible justificar que Anthony Davis sea un fijo y él no, cuando sus estadísticas a día de hoy están calcadas, y si cambiaras a los dos jugadores de franquicia, da la impresión de que la posición de ambos equipos podría ser idéntica. Pero lo dicho, qué fácil es dejarlo fuera. Draymond Green es el corazón del equipo que más partidos ha ganado en la Liga, y Marc Gasol está haciendo una temporada fabulosa y los Grizzlies son la historia más bonita de la temporada, pero… en la prueba del algodón (empezamos la temporada, tienes un equipo que es un lienzo en blanco, con lo que sabes a día de hoy, te quedas con…) me sale Kawhi, y no me lo he pensado mucho.

En el Este, donde Wall y Walker, mereciendo mención, están un poco descolgados del resto, la elección está entre tres máquinas de anotar en primer, segundo y tercer lugar, que no ofrecen mucho en defensa. DeRozan, Irving y Thomas, parte indiscutible de la élite anotadora de la liga, se encuentra, tirando de tópicazo, en plena madurez: es el mejor momento de sus carreras. Pero hay que cribar, y tiro a DeRozan el primero, porque es menos eficiente (sí, los triples cuentan), pero sobre todo, porque comparado con los otros dos se desentiende de la tarea de distribución: tiene que hacer menos que Irving y Thomas.

Y así llegamos a la primera gran decisión de 2017: Kyrie o Isaiah. Thomas está teniendo una temporada ligeramente mejor por números, pero Irving ha sido protagonista de los mejores momentos de Cleveland esta temporada, y tras su papel en los últimos Finales, su perfil como estrella es más alto. Kyrie tiene una ayuda en LeBron con la que Isaiah no puede soñar, pero al mismo tiempo, tener que repartir con él el liderazgo, le quita las oportunidades que podría tener para coger estadísticamente a Thomas, que es líder y alma en su equipo (lo que también conlleva más responsabilidad). Creo que no cambiaría a Irving por Thomas si fuera Cleveland, pero tras pensarlo un poco, sí al contrario, así que en la prueba del nueve en este caso gana Irving.

Aún así, cuando los ponemos frente a frente, es inevitable recordar aquella gráfica de cuando Thomas aún estaba en Sacramento, y en plena fiebre Irving allá por 2013, alguien nos hizo ver que no eran tan diferentes. En el momento parecía una boutade, hasta con los números delante, pero el tiempo le ha dado la razón. Por este gráfico y aquella curiosidad de ser primero y último de un mismo Draft, han quedado conectados, pero a Isaiah siempre le ha tocado la pajita más corta. Thomas se fue de los Kings por la puerta de atrás, llegando a un equipo que tenía dos bases, por un contrato de mierda en el contexto multimillonario de la NBA, del que le traspasaron por unos cacahuetes. En Boston ya por fin le aprecian y gana partidos, pero tiene que seguir oyendo que a los Celtics «les falta una estrella», como si él no lo fuera. Por todo eso, y porque encima parece que su temporada va a más, esta vez gana él.

David Chanzá

Este año las elecciones del All-Star son algunas más fáciles que nunca. Este año tenemos el hueco que deja Kobe, sí, yo soy de los que lo seguiría eligiendo pues porque me da la gana y porque sí, así de claro.

Así que partiendo de la base que hay una serie de jugadores que lo tiene claro, vamos a ver los picks en las dos conferencias para ver al final con que quedamos.

Empiezo por el Oeste donde el trio de OKC debe estar sí o sí en este quinteto inicial, ya que en esta primera de liga está siendo lo mejor de lo mejor. Sí, tres jugadores que han estado no hace mucho en el mismo equipo son candidatos al MVP y es muy divertido que ahora mismo sólo uno de ellos esté… cosas de decisiones, trades y movimientos extraños.

Con esto tenemos a Durant en su nueva etapa en Warriors por una parte, por otra tenemos al amigo Westbrook haciendo triples-dobles hasta para pedir pizzas y finalmente tenemos a un Harden que hace dos años coqueteó con el MVP, incluso en aquellos chungo-premios de los jugadores, se le dio a él, que ha vuelto con una sistema en su equipo que le beneficia al 3540% y que está cogiendo como propio y explotándolo a la máxima potencia.

Esta triple elección ya te deja con un susto… Curry?!?!?!?! Pues sí, amiguitos, el doble MVP este año se queda fuera de mis elecciones para el All-Star, no se si víctima del sistema o que simplemente ha querido coger un segundo plano dentro de su propio equipo con la llegada de KD. Lo cierto es, es que ahora mismo está haciendo números de su primer MVP, pero ey!, lo tenemos claro por aquí y se convierte en una víctima de la llegada de Durant a la Bahía…quién lo iba a decir.

Luego nos quedan las dos plazas de los ‘grandes‘. Desde que la NBA se cepillara a los pivots esta parte es a veces hasta complicada, pero vamos… hemos venido a jugar.

Por una parte Kawhi Leonard debe estar sí o sí. Es un jugador total en un equipo que está en Modo Popovich, es decir, sin casi hacer ruido y ahora mismo siendo el segundo mejor de la liga, jugando un baloncesto más que efectivo, pero vamos, ese es otro cantar. Leonard sigue a la suya, mejorando el tiro exterior (y todos los tiros en general) y siendo el puntal defensivo del equipo que sigue buscando (y encontrando) a Lupita, temporada sí, temporada también.

Para el último puesto, el cual todo el mundo decía que iba a ser para KAT, pero oh… decepción de temporada y a mirar hacia otro lado. Tal vez Davis?, sus números probablemente lo merezcan, pero un servidor va a ir un poco más allá y voy a bajar al Mississippi para ver que una de las historias de esta primera parte de temporada es ver como nuestros Ositos siguen a la suya, con un nuevo estilo de juego y con un pivot que ha sido jugador defensivo del año y que encima ha sumado a su faceta la de tirador de 3, acoplándose de forma perfecta a esa nueva filosofía y haciéndola suya. Marc Gasol.

Y tranquilos que no es un pick chovinista ni mucho menos, los que sois seguidores de La Crónica Desde El Sofá, sabéis que aquí probablemente de todo menos eso, pero la temporada de Gasol está siendo un lujo, sobre todo con esa baja que parecía que iba a ser mayor de Conley y haciendo que el equipo no pierda un ápice de competitividad en una conferencia donde gallitos hay por todos lados.

Cogemos nuestro SofiJet Privado y cambiamos de conferencia.

Aquí tenemos a Culebron James que de nuevo tiene que estar sí o sí, por motivos que creo que no hace falta perder mucho el tiempo para ello. Por otra parte tenemos a Jimmy Butler que lo está reventando en Bulls, no probablemente haciendo que su equipo pueda aspirar a ‘algo’, pero si en el plano personal donde claramente ha dado un paso adelante y ha adelantado por la izquierda y casi sin avisar a Paul George, uno de mis jugadores favoritos, pero que se va a tener que quedar fuera de mis picks.

Luego cruzamos el muro y allí tenemos que ver la tremenda temporada jugando a lo old school que está haciendo el anteriormente-futureLaker y ahora hombre casi franquicia de los Raptors de Toronto, el bueno de DeMar DeRozan (qué nombre más molón!) y un servidor también va a coger a Lowry. El base del equipo de Ujiri está de nuevo al nivel del año pasado, en un equipo que mantiene su base, con lo cual todo va mucho más rodado.

Mención especial aquí a Isaiah Thomas, que aunque no defiende ni al tato, es uno de los jugadores actualmente más tremendos de ver con su look Iversariano y sus actuaciones, merece estar en el All-Star la verdad y en este caso, en mi caso vamos, se queda de nuevo a las puertas.

El último puesto tengo que ponerme  el himatión e irme a Grecia para rendir pleitesía a Giannis Antetokounmpo (prometo que lo he escrito CASI bien a la primera…me faltó la n!!!) el cual está siendo la sensación de la liga en esta primera mitad. Sencillamente tiene que estar para esta fiesta del baloncesto llamada All-Star y que cada año nos gusta menos, pero que sigue ahí.

PO Desde El Sofá (XXVI): Números

JAMES HARDEN

Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…

4-0?. Rockets venía al partido de nuevo encarando la eliminación y de momento en los partidos donde veía está posibilidad salía victorioso, anoche salió al Toyota Center con esta mentalidad y gracias a ese inicio, puso el 3-1 en la eliminatoria, pero pasaron muchas cosas anoche…a parte de la lluvia.

19-3. Esa fue la ventaja inicial del equipo de McHale, con un Josh Smith más que enchufado metiendo esos triples que tanto sueño le quitaba a Stan Van Gundy, con todo esto la ventaja de Rockets llegó a 23 puntos y con un 45-22 que era el cuarto con más puntos de la temporada por parte de Houston y el cuarto con más recibidos para Warriors. Algo raro.

18. Las veces que la ESPN ofreció esto:

12. Fueron los minutos de juego real que se perdió Stephen Curry. Leñazo en toda regla que puso a todo el mundo en alerta y a más de uno a punto de sumar otro nombre a la lista de caídos en estos PO. A su vuelta, un airball para ajustar y luego volvió todo a ser lo de siempre.

2. Así debió ser la flagrante de Howard. No me tira el equpo que no me caiga del todo bien, pero leñe, el castañazo que le suelta a Bogut (un santo!) es para flagrante 2 y más viendo lo que le pasó a Horford el día anterior. De todos modos, hay que ver si actualizan la sanción. Si finalmente es así, Howard se perdería el siguiente partido, lo cual puede ser clave.

7. A esa diferencia se quedó Warriors en el último cuarto después de dos triples de Klay Thompson. Sinceramente, un servidor pensaba que tendríamos remontada y de hecho Barbosa y Iguodala tuvieron triples librados para bajar más aún la diferente, pero los fallaron y Harden desde el otro lado no perdono…hablando de la barba…

45. James Harden ayer sí apareció y realmente haciendo lo que le gusta, tirando desde fuera y entrando a canasta cual locomotora alocada a millones de kilometros por hora. Fue clave para cortar los intentos de remontado de unos Warriors que nunca se dieron por vencidos. Estos 45 puntos es el record de Harden en PO.

78. Los triples que se jugaron entre los dos equipos, record de tiros desde fuera de la linea en unos PO, pero…

37. Este es el nuevo record de triples METIDOS en PO!! el anterior record databa de 1996 en un partido entre Sonics y…Rockets.

5. El quinto partido vuelve a la Bahía donde habrá que ver si Curry está ya en condiciones y cómo queda finalmente el tema Howard. Además, habrá que ver si el equipo de Kerr quiere finiquitar esto cuanto antes para conseguir esos días de descanso hasta el 4, donde empezarán The Finals…

Sofi del Dia

Se lo damos a estos dos aficionados de Rockets:

PO Desde El Sofá (XXIV): Uno para la historia

Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…

Los Warriors no juegan solamente por un anillo, que no tienen ni mucho menos conseguido aún, sino también por ser uno de los mejores equipos que hemos visto jamás. Para ello, a los 67 partidos ganados en Temporada Regular, se le tienen que sumar una de serie de momentos que puedan ser calificados de históricos en Playoffs, y un dominio aplastante de sus rivales. La victoria de ayer podría formar parte perfectamente de ese compendio imaginario de hazañas, al que todavía le quedan páginas por escribir, si es que tiene que ser.

Cuando creíamos que los Rockets tenían un bosquejo de cómo hacer las Finales de Conferencia competitivas, Golden State les cambió el tema de la composición. Un Steph Curry pletórico, que dejó 40 puntos en 24 posesiones de tiro, lideró a su equipo en Houston, dejando las Finales de Conferencia prácticamente sentenciadas, y debido a cómo se está desarrollando la situación también en el Este, la posibilidad de que estemos 8 días sin baloncesto antes de las Finales, empieza a vislumbrarse posible.

El primer cuarto de Golden State fue tan perfecto como creíble. No requirió de heroicidades, de actuaciones fuera de la norma, de ningún juego de espejos. Lo único chocante, tenía sentido. Entre ello, los 10 puntos de Bogut, obtenidos cómodamente, como jugador que menos atención recibía para lo cerca de la canasta que paraba. O lograr acabar sin ninguna pérdida, algo que, con lo delante que estuvieron de los Rockets en todo momento, tendría que haber sido un error no forzado.

Los Warriors jugaron con sentido, propósito y paciencia, esperando que los Rockets, obligados a cambiar en todo bloqueo a Curry, pero sin acierto ni acuerdo en cuando descambiar, o qué hacer con el resto, se descubrieran ellos solos. A veces costaba más, a veces menos, pero siempre acababa apareciendo una grieta por la que acabar en canasta.

En el otro lado de la pista, Harrison Barnes era el nuevo encargado de James Harden, que se tuvo que enfrentar a diferentes defensores, tratando de ofrecerle todos la misma opción: la parte derecha del ataque, y un hombre alto esperando. Después de dos partidos cocinando desde la media distancia, se acabó el gas de la bombona, y como cada vez que eso pasa, vimos los Rockets del ataque claustrofóbico, aquellos presa del pánico por haberse quedado sin espacio. Sólo Howard, que es poco más que un secundario en este ataque, causaba daño, pero no están acostumbrados a buscarle. El resto estaba todo más que controlado.

El segundo cuarto siguió por el mismo camino. Kerr les dijo en un tiempo muerto en la serie contra Pelicans que en Playoffs se gana con cerebro y corazón, y ayer no faltaron ninguna de las dos cosas. Enlazando coreografías perfectas con acciones más corajudas, la ventaja iba creciendo sin estridencias, a la par de la desazón de Houston, y el partido se veía silenciosamente sentenciado al descanso: 25 puntos de ventaja.

Y por si fuera poco, en el tercer cuarto, Steph, que ya se había cansado de manipular los cambios de Houston, de flotar como una mariposa cubierto por el Josh Smith de turno y descargar en Bogut cortando al aro, o cualquiera de los tiradores surtidos que esperaban su pase por fuera de la línea de 3, decidió pasar a picar como una abeja.

Curry metió 19 puntos en este periodo (4 de sus 7 triples), bailando sobre la tumba de los Rockets, tratando de hacer conversos en el público del Toyota Center, si acaso uno de los pocos lugares, por aquello de la rivalidad en torno al MVP, que no se han rendido a su cara de niño.

Mientras los Warriors puedan seguir jugando como si no fueran tan buenos cuando sí lo son, seguirán dando puñetazos en mesas tan altas como estas.

El sofi del día: Lo que está sufriendo en esta serie Mark Jackson, que nos tiene que recordar constantemente la importancia de aquellas piezas (Ezeli, Livingston) que no estuvieron (o no sanos) en sus asaltos al anillo. A JVG se le ocurrió comentar que un amigo pensaba que Ezeli jugaría de titular en un par de equipos, y Jackson nos atizó con ello cada vez que Festus hacía una buena acción. Si Ezeli se va con un doble-doble del partido de anoche, MJax nos acaba vendiendo un All-NBA 2nd Teamer. Y uno no oía un tono de decepción semejante como el que tenía anoche con Harden desde que dejó de vivir con sus padres.

No debe de ser un trabajo fácil ser cornudo y apaleado, no, pero, Mark, tápate, porfa please.