Viva la PEPE: Toronto Raptors (4) vs. Washington Wizards (5)

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Este año repasamos las 4 eliminatorias de Playoffs en el Este en nuestra primera Previa Épica de los Playoffs en el Este. Si te has perdido alguna, puedes encontrarlas todas aquí.

Cómo han llegado los Raptors

Los Raptors fueron el mejor equipo del Este en los dos primeros meses de competición, entrando en 2015 en cabeza con un registro de 24-8. Liderados por un fulgurante Kyle Lowry que a la postre sería titular en el All-Star, aguantaron a un gran nivel aún tras perder a DeMar DeRozan por la rotura de un tendón en la ingle. Pero el equipo se acabó resintiendo, y en el año actual han ganado sólo el 50% de los partidos. Siguen teniendo uno de los ataques más potentes de la Liga, pero los problemas en defensa no han parado de empeorar en toda la temporada.

DeRozan regresó a mediados de enero, pero su vuelta coincidió con el bajón de rendimiento de Lowry, que apenas ha jugado en este final de temporada (mezcla de problemas físicos en la espalda, tras echarse al equipo ¿literalmente? encima), y el comienzo de los problemas (recurrentes) de Amir Johnson en sus tobillos. Así, el equipo nunca ha recuperado el ritmo de un principio de temporada en el que quizá estaban jugando por encima de sus posibilidades. El escolta ha vuelto a encontrarse, cuajando alguna de las mejores actuaciones de su carrera en las últimas semanas, pero el estado en el que llegan el base y el ala-pívot titular es una incógnita absoluta.

Cómo han llegado los Wizards

Tras ganar 44 partidos y una ronda de Playoffs el año anterior, cambiaron a los Trevor (Ariza y Booker) por Paul Pierce y Kris Humphries, y sólo con el desarrollo de los jóvenes puntales del equipo, los Wizards tenían muy buena pinta, y comenzaron el año muy bien, siguiendo precisamente la estela de Toronto.

Pero al igual que los Raptors, este tampoco parece ser el año que los convierta en aspirantes. Con una buena defensa, pero un ataque estancado, los Wizards han sido un equipo bastante gris, en el que sólo destaca John Wall, y con más pinta de pensar en el año que viene que en este.

Rotación de Toronto

Los Raptors tienen una rotación de 10 jugadores, con un quinteto titular (casi) fijo formado por Lowry, DeRozan, Terrence Ross, Amir Johnson y Jonas Valanciunas. Ross perdió su puesto durante casi mes y medio tras la vuelta de DeRozan, primero a manos de Greivis Vasquez, y luego de James Johnson, en un movimiento que tuvo más que ver con su rendimiento particular, que con el equilibrio de un quinteto que este año ha sido mediocre.

El banquillo, con Vasquez, Louis Williams, James Johnson, Patrick Patterson y Tyler Hansbrough ha sido el factor diferencial del equipo este año. Toronto ha tenido el lujo de mantener en pista anotación exterior de nivel titular durante los 48 minutos en todos los partidos y a Patterson dando espacio instantáneo como hombre alto tirador cuando el equipo lo necesita. Los Raptors tienen uno de los mejores ataques de la Liga, acabando la temporada como 4º en índice ofensivo, con un registro global mejor que el de su propio quinteto titular, algo que no suele ocurrir.

De hecho, los cinco del banquillo han acabado formando un quinteto de facto, jugando en torno a 250 minutos juntos: ningún grupo formado completamente por suplentes se acerca, ni de lejos, a estas cifras. En Playoffs los entrenadores utilizan menos los banquillos, lo que resta algo de ventaja a Toronto, pero aún así, todavía algo tienen que jugar de todas formas, y lo bueno de este grupo es que además complementa las posibles carencias que tenga el quinteto inicial y puede aportarle versatilidad.

Vasquez por Ross y Patterson por cualquiera de los dos hombres altos suelen ser los primeros recambios desde el banquillo, dejando el protagonismo en el comienzo del segundo cuarto para Lou Williams. Toronto nunca cierra los partidos con el quinteto titular, sacrificando habitualmente a los jóvenes, Valanciunas y Ross, por Williams y Patterson. Si Valanciunas está jugando bien, Amir no tiene problemas de faltas, y los emparejamientos invitan a usar a James Johnson de 4 pequeño, la aparición de Hansbrough podría ser testimonial, pero algún minuto de pívot tendrá reservado.

James Johnson, por su parte, puede quedarse cualquier partido sin jugar por decisión técnica (o disciplinaria), si el equipo no necesita colocar un defensor agresivo en el 3 o el 4 rival. Por su falta de tiro, utilizarlo de falso ala-pívot no aporta algunas de las ventajas que se esperan del small-ball, y Casey le deja el contador de minutos a 0.

Rotación de Washington

El quinteto tipo de este equipo es el formado por Wall, Bradley Beal, Pierce, Nene y Marcin Gortat, pero el pívot polaco a veces es reemplazado en los finales de los partidos por un jugador con más tiro, como Drew Gooden o Rasual Butler.

Ramon Sessions es el encargado de suplir a Wall. Si Wittman confía en Garrett Temple tras salir de la lesión para los minutos de escolta suplente, Sessions no tendrá ese tiempo extra que de otra manera podría pasar junto a Wall.

El puesto de alero suplente es un polvorín: Otto Porter está jugando bien en la recta final de la temporada y parece tener ventaja, pero la veteranía y mejor tiro de 3 de Rasual Butler y Martell Webster podrían hacerle competencia en Playoffs. Este grupo puede encontrar también algún minuto extra tanto en el puesto de 2 (también dependiendo de Temple) como en el de 4 (especialmente en finales de partidos, Wittman no es de hacerse pequeño en otras situaciones).

Por dentro, la presencia de un pívot en pista en todo momento, en este caso Kevin Seraphin, parece innegociable, así que la otra pelea por minutos, será entre Kris Humphries y Drew Gooden. Humphries corrió por la pista de dentro durante casi toda la temporada, pero Gooden ha jugado mejor y más al final, y es el único hombre alto de la plantilla que ofrece el recurso del tiro, por lo que entra con ligera ventaja a Playoffs.

Los Raptors en ataque

El ataque de los Raptors está dominado por su agresivo juego exterior, con Lowry, DeRozan y Williams tomando el protagonismo, atacando regularmente la zona rival y finalizando habitualmente las jugadas ellos mismos. Son de los equipos que más posesiones acaban en un aclarado, con un resultado habitualmente positivo, forzando un gran número de faltas rivales cada vez que penetran, pero también usando el tiro tras bote. Kyle y Louis tienen rango desde más allá de la línea de triple, pero DeMar lo hace desde la media distancia (aunque atención a cómo ha acabado la temporada tirando de 3). Los anotadores principales que manejan el balón pueden sacar una suspensión prácticamente sin espacio, o tiros libres sin pisar la pintura. por lo que no necesitan diseños complicados para darles ventaja: a menudo les basta con un bloqueo directo.

La cruz de todo esto es que el equipo se convierte en predecible en momentos decisivos, lo que ha generado críticas a Casey pese a que sólo hay dos equipos en la NBA con un mejor índice ofensivo que el de los Raptors

Los roles de los titulares están bien definidos: Lowry y DeRozan son los playmakers, los jugadores encargados de hacer progresar las jugadas y crear las ventajas para los demás, o sí mismos. Amir Johnson es el interior que más utilizan en el poste alto, como pasador, bloqueador y continuador y ocasional tirador, mientras que Valanciunas suele reducir sus intervenciones con el balón al área más cercano a la canasta. Terrence Ross sirve de válvula de escape, para espaciar el campo como tirador en el lado débil, aprovechando bloqueos indirectos o colapsos de la defensa.

Toronto es un equipo que engaña en cuanto a movimiento de balón. Las jugadas a media pista suelen tener muchos pases y exploran varias opciones, pero toda vez que un jugador exterior encuentra lo que considera como una opción de tiro o un camino libre, finaliza el juego colectivo. Aunque estas oportunidades no sean todo lo favorables que debieran.

Como otros muchos equipos de la Liga, una gran cantidad de las jugadas de los Raptors parten de una situación de cuernos, con los dos hombres altos situados a los lados de la bombilla, los dos alas en las esquinas (habitualmente, DeRozan y Johnson en el lado izquierdo del ataque, y Valanciunas y Ross en el derecho), y el base en el centro de la pista, de esta manera:

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Esta formación es menos reconocible que en otros equipos de la Liga, porque en ocasiones el movimiento de los alas empieza cuando el base aún no ha empezado a subir el balón, o Lowry y DeRozan impulsan la jugada por delante de los hombres altos. Desde aquí, las opciones son innumerables, y los Raptors utilizan un gran número de ellas.

Pueden utilizar a Valanciunas o Johnson para poner un bloqueo directo a Lowry, o indirecto a Ross y DeRozan. Pueden pasar la pelota en el poste alto a Johnson, y que este intente buscar a un jugador cortando, o se la dé a DeRozan a la mano.

De hecho esta última opción es la acción más recurrente en Toronto. Lowry pasa el balón a Amir (1), y se dirige al ala izquierda para poner un bloqueo indirecto a DeRozan, que viene desde la esquina (2). Johnson le entrega el balón a la mano o con un pequeño pitch, y DeRozan utiliza la posición del otro hombre alto, Valanciunas, para hacer un bloqueo directo (3), y tirar una bomba sobre la defensa de los Blazers.

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Otra manera sencilla, directa y muy utilizada por los Raptors para conseguir un tiro a DeRozan, partiendo de la misma formación. Aunque fijaos que, como hablábamos antes, la acción se pone en marcha rápidamente: no esperan a que lleguen los pívots, pero es totalmente reconocible la situación de alas en las esquinas, pívots en los codos.

Lowry se la pasa a Ross y rellena él mismo la esquina izquierda del ataque, mientras Valanciunas establece posición en el poste bajo (1). Mientras, en el otro lado de la pista, Johnson bloquea para liberar a DeRozan (2). DeMar recibe el pase con varias opciones (3), y decide tirar sin esperar siquiera que Johnson vuelva a bloquear para él (4).

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Para muchos otros equipos, una jugada para conseguir un tiro de 2 de larga distancia con 18 segundos en el reloj y no muy liberado no es una opción. Para los Raptors, es parte del libreto, y gracias a DeRozan, no les funciona nada mal.

También parten de cuernos todos los desvíos de atención para buscar un buen espacio o emparejamiento en el poste bajo. Tanto para grandes como para pequeños. En jugadas como la anterior, en las que DeMar recibe un pase tras el bloqueo indirecto de Amir, la otra opción, además del tiro o la penetración hacia el medio de la zona, es botar hacia la línea de fondo (a veces con un segundo bloqueo, de Johnson, este ya directo, para ganar aún mejor posición), y desde allí postear a su par.

Con Lowry lo hacen de otra manera, pero también interviene ese juego de tres hombres en el lado izquierdo del ataque. Ross viene desde la esquina a recibir el pase (1), y Lowry hace el corte UCLA al poste bajo izquierdo, utilizando el bloqueo de Amir (2). La amenaza de Johnson y Valanciunas bloqueando en el lado débil para DeRozan inclina la defensa al otro lado de la pista (3), y Lowry puede recibir de espaldas, aclarado (4). George Hill le ha obligado con buena defensa a salirse más lejos de lo que a Toronto le gustaría, pero aún así, Lowry logra sacar el 2+1.

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Como veis, el lado izquierdo del ataque de Toronto es la zona de moda, y la cosa se pone aún peor porque ahí también es donde favorece recibir Valanciunas. Que en cuernos suela formar en el codo derecho, para no alterar la sociedad JohnsonDeRozan, no es ningún impedimento, los Raptors tienen maneras de pasarle de una posición a otra, utilizando bloqueos de los aleros para que establezca posición.

Algo divertido en lo que fijarse con Jonas y la cantidad de balones que recibe en el poste bajo: fijaos en su posición en la pista. Los Raptors tienen una regla, si Valanciunas está fuera del logo, no puede recibir el balón. Por tanto, sólo tienen permiso para pasarle si ha establecido su cuerpo justo aquí:

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La tarea se hace algo más complicada en el Air Canada Centre, porque como en muchas otras pistas, ya no hay logos en esa zona de la cancha, pero tiene que imaginarlo.

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Valanciunas también contribuye con rebotes ofensivos, o recibiendo el balón tras ofrecerse como opción cerca de la canasta, tanto en cortes, como aprovechando cuando la ayuda intenta parar la penetración, y poco más. El tiro de media distancia y la continuación desde el poste alto son poco habituales, y su carga de trabajo disminuye según avanza el partido: sigue anotando mucho en el primer cuarto, y después se olvidan de él.

Luego está Ross, el quinto titular, que es principalmente utilizado de válvula de escape, como tirador tras pase, para abrir el campo, pero para el que tienen preparadas unas cuantas jugadas para conseguir que se suelte con el balón. Cuando Toronto necesita involucrarlo en la acción, utilizan una jugada llamada Hawk, en la que, partiendo de lo alto de la bombilla, hace un círculo por toda la zona para salir de un doble bloqueo que ponen los dos hombres altos, que se encuentran apilados en el lado débil al lado de la zona, mientras que el base y escolta realizan un bloqueo y continuación que sirve de distracción, antes de pasar el balón a un Ross que aparecerá liberado.

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Fijaos en Patterson agarrando a Valanciunas de la camiseta para mantener la distancia adecuada.

Ya hemos dicho que el banquillo de los Raptors ha sido clave durante la temporada, y especialmente dos piezas: Louis Williams y Patrick Patterson. Williams, candidato a 6º Hombre del Año ha vuelto al nivel de las mejores temporadas de su carrera, destrozando a los equipos desde el bloqueo directo, y tirando triples tras pase, sin necesidad de conducir el balón, desde las esquinas. Patrick Patterson con su buen tiro y manejo de balón, es lo más parecido que tienen los Raptors a un small-ball. Su presencia estira la cancha y le da aún más espacio a los Raptors para anotar.

Los Raptors en defensa

Pese a la fama de su entrenador como gurú defensivo, este es el área del juego en el que los Raptors más sufren. De los equipos de Playoffs, sólo los Nets tienen peor eficiencia defensiva.

Los problemas de los Raptors vienen por ejecutar un esquema defensivo que no funciona con su personal actual. Toronto defiende el bloqueo y continuación de una forma agresivamente tradicional. El jugador exterior, al contrario que en muchos equipos de la Liga, no tiene que intentar negar el bloqueo y forzar a su par a los lados de la pista. Sólo se tiene que preocupar de seguir a su hombre uno contra uno lo mejor posible, tratar de forzar pérdidas atacando el balón, y recuperarle lo antes posible.

El hombre alto por su parte, lo defiende agresivamente, atacando la salida del bloqueo del base, tratando de atraparle allí, pero sin cambiar, recuperando a su hombre en cuanto haya molestado. Este esquema, bien ejecutado, tiene como ventaja, en primer lugar, que de alguna manera, convierte en inútil el bloqueo para el exterior rival. Ya no puede tirar liberado a la salida de este, ni enfilar rápidamente la zona con bote, se ve obligado a tomar un desvío. Puedes permitirte que tu base se quede enganchado en el bloqueo y lo pase por detrás, y en el mejor de los casos, puedes forzar alguna pérdida en un dos-contra-uno.

Lo malo es cuando la teoría no funciona. Como el hombre alto no cumpla con su misión de atrapar al exterior rival…

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…ocurren desastres como este: Zeller continúa sin la más mínima oposición, Williams tiene toda la pista abierta por delante y Amir Johnson ha puesto un magnífico bloqueo… a su compañero Lowry.

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Esto es lo que les ocurre a los Raptors: un equipo espabilado o un jugador habilidoso, pueden manejar el esquema en su contra. De hecho, aunque no os lo haya mostrado previamente, en esta jugada hay una pequeña acción previa que lo condiciona todo: mientras Zeller se dirige a a poner el bloqueo, Henderson bloquea a su vez a Johnson, y por eso Amir llega tarde. Con trucos así, los equipos están convirtiendo en inútil el esquema Raptor.

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Este esquema está muy bien para anular el tiro del conductor de balón rival, y lo han utilizado muy buenas defensas, pero los Raptors no tienen el personal adecuado. Utilizar a dos defensores en cada bloqueo le da ventaja numérica al rival en cuanto salen de la trampa, y aleja a un hombre alto de la pintura.

Un equipo que rote bien sus hombres, disciplinados y atentos, que tenga un protector del aro que necesite las menos ayudas posibles cuando la penetración se dirija hacia él, y que saque toneladas de pérdidas de todo esto, estará bien, gracias. Pero los Raptors no hacen nada de todo eso. Vasquez y DeRozan, especialmente, se despistan mucho, lo que hace que el castillo de naipes se venga abajo. Valanciunas es el único pívot con minutos de la plantilla, y aunque tenga el tamaño para defender bien en estático, no tiene la habilidad para contener a continuadores o bases penetrando.

Y en cuanto a pérdidas, son un equipo en torno a la media de la Liga, y la gran mayoría de ellas no las sacan del producto de la presión del dos-contra-dos, sino de la tenacidad de Lowry en cualquier punto de la pista y situación, o doblando el poste (algo que hacen un montón, fijaos si se enfrentan a un atacante interior dominante).

Además, son uno de los peores equipos de la Liga en el rebote defensivo, y tener a tu hombre alto tantas veces lejos de la jugada sin duda es una de las causas. En una situación como la de la siguiente captura, si Vucevic tira y falla, ¿en qué posición está Hansbrough para coger el rebote?

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El único momento en el que relajan el tono es cuando el bloqueo directo implica al hombre de Valanciunas. El esquema cambia, y él no presiona el bloqueo, sino que espera cerca de la canasta. Esto da un poco más de libertad a los bases rivales, obliga a los exteriores de los Raptors a tener que ser mucho más precavidos con el tiro, y como el base penetre, Jonas es un flan lejos del aro.

Pero superar a Valanciunas aquí no es una catástrofe porque hay una segunda línea. Un equipo que pudiera abrir el campo con un 4 tirador pondría cosas más complicadas, por supuesto, pero la diferencia es que defendiendo así los Raptors tienen un hombre alto más por detrás del balón. Y eso marca diferencias.

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Los Wizards en ataque

Los Wizards, al igual que los Raptors, basan su libreto alrededor de las jugadas desde la formación de cuernos. Lo bueno de esta formación que tanto hemos repasado ya, es que permite aprovechar el tamaño y la habilidad de un hombre alto para poner bloqueos en cualquier parte de la pista, y están tan lejos del aro como su rango se le permite.

Se puede ser muy creativo con la pizarra desde esta configuración, pero este no es el caso de Washington. Los Wizards son un equipo con espaciado pobre, que no tira mucho de 3, que prefiere el uno-contra-uno al movimiento, y jugar a media cancha. Si no tuvieran un base tan redondo entre sus filas, sería desesperante verles atacar.

Es común por desgracia ver en los Wizards situaciones como las de la siguiente captura, con todos los jugadores agrupados en pequeños espacios de pista, grandes zonas del campo (en este caso las esquinas) sin rellenar, y pasividad en los jugadores que no tienen el balón.

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Wall se da cuenta que por su lado la posesión no va a ningún sitio, y la pasa a la otra zona del campo para que Beal y Nene hagan un bloqueo y continuación. Como Washington no ha estirado la defensa de Houston, ni le ha puesto en posición de cometer algún error o perder una rotación, los jugadores de los Rockets pueden ayudar con total tranquilidad, y poblar la pintura.
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Beal tampoco ve el hueco, y la jugada acaba con un pobre tiro a la media vuelta de Gortat. Así mueren tantas y tantas posesiones de los Wizards…

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Por eso Wall es imprescindible: hoy por hoy, es el único jugador de este equipo que obliga a tomar decisiones al rival y su visión de juego saca puntos de jugadas insalvables como esta otra. Si a John no se le ocurre nada, el ataque de los Wizards acaba con un tiro lejano de 2 en los últimos segundos del reloj de posesión.

Su especialidad es además, encontrar a los tiradores en la esquina. Los Wizards son de los equipos de la Liga que menos tiran de 3, pero de los mejores en porcentaje: cuando tiran suele ser tras pase, y John Wall encuentra las mejores opciones, muchas veces en el otro lado de la pista, como en este ejemplo. Ninguna defensa está preparada para que un pick’n’roll que han logrado desviar al lateral, acabe con un triple en la otra esquina.

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Su propia progresión como amenaza de tiro de 3 se ha detenido muy conscientemente. En lugar de seguir progresando por esa vía, ha decidido seguir perfeccionando lo que hace bien, y su seña de identidad es el tiro tras bote desde media distancia, deteniéndose en los codos de la zona para recoger el bote y tirar. Es una fórmula que ha funcionado a bases como Tony Parker o en menor medida, Chris Paul.

Si Bradley Beal hubiera añadido algo a su juego para acompañarle, quizá la cosa sería diferente, pero el jugador que nos sorprendió en los pasados Playoffs manejando el bloqueo y continuación, y dándole de verdad un creador secundario a Washington, no ha seguido progresando esta temporada, un poco rota por lesiones de gravedad media.

El problema en mi opinión es que entiende esta jugada como una manera de buscarse la suspensión, no como una amenaza múltiple a la defensa en la que involucrar a sus compañeros. Para pararlo es suficiente poner un tercer defensor entre él y el camino al aro. Cuando libra el bloqueo, en lugar de apuñalar la defensa, suele dar pasos cortos, tentativos, con mucho movimiento lateral, en los que se le ve pensar en las opciones que se le abren, y cómo no le convence ninguna más que el tiro.

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Y entonces recoge el bote, pero en ese par de segundos clave escaneando la pista ha perdido un tiempo precioso, su defensor se ha recuperado, y ya no tiene ni el tiro disponible.

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Pierce es la otra opción obvia, pero a estas alturas, The Truth es poco más que un buen tirador y un jugador al que pasar la patata caliente. Su protagonismo en ataque nunca ha sido tan pequeño en toda su carrera. Los Wizards a veces ponen bloqueos directos para él en el flujo del ataque, pero muchas veces los abandona y devuelve el pase. A no ser que tenga algo guardado para Playoffs, o que le rejuvenezcan con un cambio de posición como sucedió en Brooklyn, su rol como alero, por desgracia, será secundario

En cuanto a los hombres altos, Nene tiene un perfil más sútil, con mejor pase, juego de espaldas y tiro de media distancia, mientras que Gortat es la fuerza más bruta, el continuador de los bloqueos, reboteador ofensivo y martillo pilón. Marcin ha sido criticado por Wittman por acomodarse lejos de la canasta, y ofrecerse más para tirar desde la media distancia que para continuar a canasta, y es que el polaco es mucho más peligroso cuando su dos-contra-dos con Wall le dirige al aro.

Los jugadores que salen desde el banquillo no ofrecen una gran solución. Sessions es un jugador tan regular como poco importante, que sirve para rellenar minutos durante la temporada regular, no para marcar diferencias en Playoffs. Su rol no es el de sexto hombre anotador, o complemento para abrir el campo si el ataque de los Warriors se cala. Seraphin es su equivalente en cuanto a juego interior, y además, los dos no entienden demasiado bien, prefiriendo ritmos de juego completamente diferentes, y el balón en sus manos.

Si los últimos partidos son una indicación, el jugador que sí puede ser importante es Otto Porter. Es el Wizard más activo sin balón, y siempre está atento para contribuir al equipo con un corte inteligente o cargando el rebote. Pero todavía puede hacer muy poquitas cosas como conductor de balón, y los equipos no necesitan respetarle más que lo justo como triplista.

El único jugador que de verdad ofrece una especial dimensión desde el banquillo es Drew Gooden, único hombre alto capaz de tirar de 3. Mientras Wittman siga sin utilizar a Pierce o Porter de ala-pívot, la única opción de hacer pagar a los rivales cuando defienden un bloqueo a Wall así, es con él. Aunque lo malo es que sigue siendo Drew Gooden.
drewgoodenCon él en pista en estos partidos finales de la temporada, los Wizards han tenido un mayor éxito y una mejor pinta en ataque, utilizando complementariamente mucho y bien el bloqueo y continuación entre Wall y Gortat. Han sido partidos ante malos rivales en algunos casos, y con el poco interés habitual de la recta final de la temporada NBA. Nene es mil veces mejor jugador que Gooden, pero el encaje de un quinteto NBA es un ecosistema muy delicado.

Los Wizards en defensa

Con dos hombres altos siempre en pista, exteriores muy físicos, y un esquema conservador que les ayuda a evitar errores, los Wizards tienen una de las mejores y más sólidas defensas de la Liga.

Washington espera atrás en el bloqueo y continuación, sobre todo en el caso de Gortat, y confían en que Wall, Beal, Pierce y Porter libren los bloqueos de la mejor manera posible. Al igual que en el ataque, es una defensa muy individual, en la que se confía en la habilidad de los jugadores de aguantar a su par uno contra uno.

En el siguiente bloqueo doble de los Hornets se ven las diferencias entre pívots: Nene más cerca de la acción…

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…y Gortat defendiéndolo esperando atrás.

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Tienden a ayudar a la penetración en la zona, sobre todo con los hombres que defienden las alas, haciendo venir al jugador del lado débil a la pintura en la defensa del pick-n-roll, y siendo algo más cautos con el de la esquina.

En el rebote defensivo son uno de los mejores equipos de la Liga. Les ayuda mucho jugar muy juntos, el buen tamaño en todas las posiciones y estar muy cerca de la canasta, pero también son un equipo muy disciplinado en la tarea. El jugador en el que fijarse cuando el ataque rival tira es Nene, uno de los mejores cerradores del rebote de la Liga.

Un punto negativo de esta defensa es que por conservadora, no provoca muchas pérdidas, algo que les vendría perfecto para salir al contraataque, teniendo además en sus filas a uno de los mejores jugadores de la Liga en esas lides, John Wall.

Las tramas

Defensa contra ataque contra ataque contra defensa El tercer ataque de la Liga se enfrenta a la quinta defensa, el 19º ataque a la 23º defensa. ¿Por dónde se romperá el equilibrio?

El mejor base del Este En esta serie se cruzan los dos exteriores titulares del All Star del Este. Kyrie Irving y Jeff Teague tienen algo que decir, por supuesto, pero el que gane esta serie puede salir reivindicado, al menos por unos días.

Pierce contra los Raptors Aunque nunca se enfrentó a ellos como Celtic, ya van dos años seguidos en los que a Paul Pierce le toca viajar a Toronto en Playoffs. Y por supuesto, ya ha calentado un poquito a un equipo y una ciudad que se toma a los Raptors como algo personal.

Maestro contra tutor Randy Wittman trabajó para Dwane Casey en Minnesota, y aunque mucho ha llovido desde entonces, algo sacarían uno del otro de aquel encuentro.

El enfrentamiento

Esta es sin duda la eliminatoria más igualada en el Este, pese al tremendo contraste estilístico. Ninguno de los dos equipos puede castigar una debilidad rival con una fortaleza propia.

Los Raptors sufren contra equipos abiertos, con múltiples conductores del balón que manipulen el agresivo esquema defensivo en su contra. Los Wizards son un equipo con espaciado terrible que depende mucho de una sola persona. Los Raptors van a poner muchísima presión sobre Wall, que tendrá que zafarse de ella, o esperar que otros hagan las jugadas por él.

Los Wizards retan a los equipos rivales a que les batan desde la media distancia y niega las canastas fáciles en la zona, Toronto acepta el desafío, pero confiar el ataque al acierto en la suspensión puede ser peligroso. DeRozan y Williams están en racha, Lowry no sabemos, pero si la espalda no le molesta, puede ser la sentencia de muerte para Toronto.

Ninguno de los dos equipos puede imponer tamaño, porque ambos juegan con dos hombres altos. El banquillo de los Raptors es muy superior a los Wizards, y una de las razones por las que Toronto barrió a Washington en la temporada regular, pero la propia dinámica de Playoffs, con más descanso entre partidos y más minutos para titulares, les niega esa ventaja.

Me aterroriza la posibilidad de que esta serie pueda acabar dependiendo del comodín de Drew Gooden. Es muy difícil mejorar una defensa sobre la marcha o con el personal de un banquillo, pero un poquito de espacio en ataque hace maravillas. Él (o una solución inexplorada como Pierce de 4) es el único jugador que introduce una variante táctica lo suficientemente importante para desnivelar la eliminatoria.

Ganará el que mejor ejecute el plan, el equipo con mejores actuaciones personales… o el que tenga una carta guardada.

Un verdadero clásico

Esta noche tendremos el placer de disfrutar de uno de los duelos clásicos del baloncesto, un choque entre dos selecciones enfrentadas, que se odian con admiración. Brasil y Argentina, Argentina y Brasil. Desde 1930, entre Mundiales, Juegos Olímpicos, Preolímpicos, FIBA Américas y Sudamericanos han jugado entre ellos de manera oficial hasta en 88 ocasiones, incluyendo los cruces del último Mundobasket en 2010 y Juegos Olímpicos en 2012. Argentina se cobró ambos, el primero en octavos de final, y el segundo en cuartos, por lo que esta noche tiene ambiente de revancha.

En realidad, todas lo tienen, porque todos los protagonistas han ganado o perdido alguna vez (incluso con los dos equipos), y siempre queda una cuenta pendiente. Pero sin duda, esta vez, es Brasil quien tiene la presión. «Es un tema muy pre-partido eso de buscar antecedentes» comenta Prigioni, con algo de desdén «ellos son el mismo equipo, nosotros no.» De la plantilla de los Juegos Olímpicos se han caído los dos jugadores con más minutos (Manu Ginóbili, Carlos Delfino) y algún gregario mítico como los Gutiérrez, mientras que Brasil llega muy completa, con casi todo lo que tiene. «Somos un equipo diferente, jugamos de otra manera y con estas armas que tenemos hoy, intentaremos jugarle al Brasil completo, que sí lleva mucho tiempo jugando junto.»

El ambiente que se respira en lo que hemos podido ver de ambos equipos es muy diferente. Argentina se muestra distendida y relajada, pasando la presión a Brasil siempre que tienen oportunidad y recordando la diferencia entre las convocatorias de ambos equipos. Brasil luce más seria y concentrada, con más gravedad en todas sus declaraciones, y transmitiendo la idea de que esta vez sólo vale la victoria.

«Existe una fuerte rivalidad, y mucha tradición«, reconoce Nene. «Lo importante es que estamos dispuestos a seguir en el campeonato y buscar algo grande para nuestro país».

  • El recuerdo de Magnano

Mientras estos dos equipos se sigan enfrentando y Rubén Magnano ocupe el banquillo de Brasil, esto seguirá siendo noticia. El técnico con el que el equipo argentino logró el mayor éxito de su Historia (ese oro olímpico del que se cumplen ya 10 años), está ahora en el otro bando. ¿Para ellos también sigue siendo reseñable? «Ya no. Supongo que a los jugadores les habrá pasado en 2010 al ver a su entrenador en el plástico rival, yo lo sentí cuando llegue en 2011, después nos tocó otra vez en el cruce y ya me acostumbré«, dice Julio Lamas.

En Argentina, mientras, hablan de manera jocosa de «prueba de Dios» para Rubén cruzarse con ellos tantas veces desde su llegada,  «El problema es suyo. No sé que pensará él al jugar contra su país, nosotros somos todos argentinos«, apuntilla Lamas. El caso es que lo que pase hoy puede tener repercusiones para el trabajo de ambos. Por poco favoritos que se vean o digan verse, en Argentina siempre dolerá caer contra su némesis tan pronto. Y en Brasil, con Rio 2016 en el horizonte, y sin llegar a semifinales en lo que serían ya 3 torneos mundiales en la era Magnano, se plantearán un par de cosas. Un poco más de picante para la ensalada.

  • El ambiente

Con dos comunidades bastante grandes en Madrid, espero un buen color y nivel de ruido en las gradas. No se han vendido todavía todos los tickets, pero al no jugar España, se presupone que los que los hayan comprado están interesados. El ambiente debería ser mucho mejor que en los últimos enfrentamientos en Londres o Turquía, y estos jugadores se alimentan del ruido. Esperemos buena entrada esta noche.

Lo que también esperamos ver es un encuentro bastante limpio, pese a la rivalidad. Recordemos que aunque haya jugadores con mucho pronto en ambos equipos, otros son amigos entre sí (Prigioni, Nocioni, Scola, Herrmann, Huertas o Splitter han pasado todos por Baskonia, por ejemplo, compartiendo tiempo entre ellos, Laprovittola ha estado la pasada campaña con en el Flamengo con Marcelinho Machado y Marquinhos Viera, donde este año se unirá Herrmann, etc.). En la pista sólo habrá baloncesto. O eso esperamos.

  • El partido en sí

En parte, el partido de esta noche también es la historia de dos estilos de juego diferentes. «Si los conseguimos poner 5 contra 5, tendremos más opciones«, dice Prigioni. Sin ser ninguno de los dos el prototipo más puro de cada modelo juego, no sería pecado separar en técnica a Argentina y físico a Brasil, aunque como toda generalización, sea algo injusta.

«Están muy fuertes en defensa para correr al contraataque y creo que es fundamental cortarles eso.», apunta Prigioni. «Tambien en el rebote, tienen gente muy grande. Es donde más daño nos pueden hacer. No podemos tomar malos tiros, hay que mover la bola, que les cueste, que tengan que defender largo.» Pero en duelos tan tensos como estos, salvo que un equipo aplaste al otro, lo normal es ver varias fases, no una única historia. Más que tratar de imponer un estilo, teniendo en cuenta que las dos selecciones pueden mostrar varios registros, lo fundamental es encajar bien los golpes: es crucial sobrevivir a las fortalezas rivales.

«Fuimos eliminados en los Juegos Olímpicos por pequeños detalles que, con certeza, esta vez no vamos a cometer» remarca Nene. Para Prigioni «creo que irá más por el lado de acierto de jugadores, de la inspiración, que de cosas tácticas. No creo que nosotros vayamos a descubrir muchas cosas nuevas. Intentaremos imponer lo que hacemos bien, a ver quién lo consigue y pone más trabas».

  • El duelo de bases

Marcelinho Huertas y Facundo Campazzo son dos de los mejores, y más divertidos (muy importante) bases fuera de la NBA. A partir de ahora se verán varias veces al año, coincidiendo con el Barça-Madrid, que es un poco el Brasil-Argentina de selecciones, pero su historia común empieza hoy. Campazzo era parte pequeña de la rotación en los Juegos Olímpicos de 2012, pero hoy es uno de los jugadores más importantes de este equipo, y tendrá la misión de parar a un Marcelinho que en Londres lideró a los brasileños con 22 puntos.

Muchos equipos han intentado con rotundo fracaso parar los bloqueos y continuación de Huertas, y Argentina en el pasado reciente ha sido de los más extremos en su propuesta, flotándole para que tire, y quitándole el pase interior. Los resultados han sido desiguales en lo individual, pero todo un éxito en lo colectivo. Campazzo no es un defensor insistente y el quinteto titular de Brasil tiene a dos de los mejores jugadores poniendo bloqueos del mundo en Splitter y Nene. Seguir el ritmo a Huertas con esta compañía requiere mucho esfuerzo y pundonor, hay que estar dispuesto a negociar varios bloqueos sobre el balón en la misma jugada, que vendrán además por diferentes lugares. Viendo quién lo va a defender (Prigioni y Laprovittola también podrían pasar un rato con él) y cómo lo han hecho hasta ahora, el partido puede acabar dependiendo perfectamente del acierto de Huertas desde lejos.

Que prepare la pierna.

  • Los tres gigantes contra Scola

El juego interior NBA de Brasil es potentísimo, pero Scola es de esos jugadores que pueden crear caos sin importarle el rival. «Es el corazón y la cabeza de este equipo, la cara que lleva su energía, pasando la bola y siendo su anotador este campeonato. Tenemos que pararlo, y las cosas mejorarán»

Nene cree que al menos conoce la teoría para detenerlo «Es puro talento, pero siempre utiliza la ventaja del espacio. En cuanto los pívots ayudan al base, él hace el pick-n-pop, sale fuera y es eficiente. Pero cerrando ese espacio, él lo tendrá complicado, y nosotros sabemos marcarlo. Tendremos que estar encima de él«.

También habla de encimarlo Varejao. «Es un jugador que tiene un volumen de juego muy grande. Tenemos que darle una atención especial, porque muchos balones pasan por sus manos. Lo estamos entrenando todos, y no lo marcará sólo uno. Será una defensa especial y estaremos muy encima, preparados«.

Lo que quizá no sepa es que Argentina planea sacar este espacio por lo civil o por lo criminal. Ayer, al final de la sesión del entrenamiento, Scola y Campazzo repitieron en solitario un bloqueo-y-continuación central, que a mitad de su ejecución se convertía repentinamente en bloqueo-y-apertura para el tiro desde el codo derecho. La reacción era tan súbita, que parecían estar entrenando su sincronización. Si Nene y los suyos realmente quieren estar encima de él, van a necesitar trabajo y reflejos.

«Creo que nos conocemos demasiado«, decía Prigioni «no hay mucho espacio para las sorpresas.» Qué va, Pablo. Siempre lo hay.

PO Desde El Sofá (V): Vuelta al rumbo

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Como ya hemos hecho en otras temporadas, iniciamos los PO Desde El Sofá, donde cada día escribiremos sobre lo que hemos visto el día anterior, a nuestra forma y siempre desde el sofá.

Chicago evitó meterse en el Gran Hoyo de la Muerte del que nunca nadie salió en la NBA, con una victoria en Washington que ya pone en 12-10 el registro de los equipos visitantes en estos Playoffs, y viendo como está funcionando esta temporada la ventaja de campo, y la que puede haber liado Nene, seguramente hayan vuelto a poner la eliminatoria al 50%, aunque se encuentren un partido por detrás, y tengan que ganar otro más de los dos que les quedan en el Verizon Center.

Y este será, indudablemente, el Mike Dunleavy Jr. Game. El hijo de Mike Dunleavy Sr. se disfrazó de Dios disfrazado de jugador de baloncesto para meter 35 puntos con la camiseta de Chicago, y lo más importante, dar opciones y facilidades a media cancha a los Bulls, que pudieron abandonar una de sus mayores armas en ataque, el rebote ofensivo, para recogerse de manera más rápida y precisa ante la velocidad del equipo capitalino. Así que irónicamente, esta explosión anotadora, donde más pudo ayudar a los Bulls fue en defensa, consiguiendo frenar una salida potente, con muchas oportunidades fáciles para Wall y los Wizards.

Uno se dio más o menos cuenta de que ese iba a ser el día del veterano jugador cuando le entró hasta esto. Pero lo que siguió y precedió fue una gran demostración de puntería (8 de 10 desde el triple), y un clínic en el uso de los bloqueos indirectos.

Thibodeau, cuando no tiene un base que marque diferencias en el pick’n’roll, o incluso con uno de esos en cancha, basa casi todo el juego de su equipo en situaciones que parten de la floppy, esa jugada que hace parecer la pista una máquina de pinball, en la que tres jugadores (dos a un lado, uno a otro) ponen pantallas para liberar a un tirador, y que luego este haga lo que sea pertinente con la ventaja o la variante que se haya utilizado. El problema es que siempre les ha faltado un jugador capaz de hacer algo con el espacio y la confusión que se puede crear de manera consistente, pero cuando esa persona aparece, Deng, en su momento en bastantes ocasiones, o el Dunleavy de anoche, los Bulls se convierten en un equipo bonito de ver. Fijaos cómo utiliza aquí la propia ansiedad de Trevor Ariza por pararle, para que vaya a donde no debe, y obtener un tiro abierto. Precioso.

Y para que veáis el timo que es eso del clutch: tras anotar un triple en la primera posesión del último cuarto y poner 32 en su casillero, Mike sólo metió 3 puntos en los últimos 11:48 y cometió un par de costosas pérdidas. ¿Le quita importancia a su actuación? ¿Habría ganado Chicago sin él, pese a ser poco más que un señuelo en los últimos minutos de un partido apretado? La respuesta a ambas preguntas, como podéis imaginar, es 42.

Otra clave del partido para mí fue la apuesta de Thibodeau por mantener a Noah en el partido pese a que le pitaran la segunda falta muy pronto. Washington se emperró en sacar la tercera del nuevo DPOY (que podía haber caído perfectamente, la verdad) yendo con Nene al poste bajo una y otra vez, más pendiente del silbato que del aro, lo que supuso una gran serie de posesiones fallidas cuando los Wizards podían haber abierto un gran hueco. Y Noah no vio la 3ª hasta el último cuarto, y llegó con 3 a los últimos 6 minutos (cuando volvió a encadenar dos seguidas), pudiendo jugar 41 minutos. Si Thibs lo manda al banco, se autoimpone el castigo. Casi mejor dejar que decidan los árbitros.

Y por supuesto, muy importante para este partido, y potencialmente para la serie, fue también la expulsión de Nene. Cuando se estaba volviendo a meter en el partido, con un par de canastas, una a media distancia y otra a la contra, cayó en un pique con Jimmy Butler que no encajó muy bien un agresivo bloqueo anterior en la jugada que le liberó para acertar la suspensión, y acabó siendo él el expulsado del partido.

Ahora, Nene, que por el motivo que sea, y los ha habido de todo tipo, parece incapaz de encadenar tres partidos redondos en su carrera, deja en manos de Adam Silver perderse algún partido de la serie ante una gran oportunidad: la de lograr una tempranera tercera victoria, lo que equivale a poner pie y medio en la siguiente ronda.

Lo cierto es que Washington no se derrumbó tras el incidente, incluso se pusieron por delante, con Beal jugando muy bien y con acierto en el último cuarto, y Wall dejando los habituales detalles de jugador impresionante, pero quién sabe qué hubiera pasado con el ala-pívot en pista, y los problemas de Chicago para cerrar los partidos ante los Wizards. Y su baja en el próximo partido, de producirse, se me antoja especialmente sensible, no sólo por lo bueno que es el Nene 100% en ambos lados de la cancha, sino por el poquito talento que tienen los Wizards detrás: Trevor Booker es un pedazo de pan y un tío que te llevarías a Crimea, pero no es muy buen jugador de baloncesto (y si por cualquier casualidad se saliera, y se marcara algo parecido al 24/12 de principios de año frente a Atlanta, no seáis la clase de soplapollas que mencionan en Twitter diciendo «¿Hoy no habláis de Trevor Booker?». Casi 250 partidos de NBA le contemplan) y las opciones Al Harrington y Drew Gooden estarían bien si esto fuera 2009 y no tuvieran un monstruo como Taj Gibson delante. ¿Hacerse pequeños con Webster? A tramos quizá, pero Chicago es muy mal equipo para probar a encogerse.

Cada partido se convierte en una final cuando el equipo de fuera gana los dos primeros. El siguiente será todavía imprescindible para Chicago, y simplemente una muy buena oportunidad para Washington, pero no la última. Los Bulls han tardado, pero han logrado ajustarse al vértigo, ahora les queda conseguirlo incluso cuando no encuentran a alguien que les sujete el ataque. Que no es baladí.

El sofi del día: ¡PELEA! Siempre molará ver una tanganilla que no va a a más de vez en cuando…

Avance de temporada 2013-2014: Washington Wizards

Recuerda que puedes hacerte con esta previa (y todas las de la temporada, juntas, en PDF) en La Primera (y quizás última) Mega Guía de La Crónica Desde El Sofá para la temporada 13/14. Es totalmente gratuita, tan sólo os pedimos que hagáis una mención por Twitter o compartirla por Facebook mediante este botón:

O si insistís, no os vamos a decir que no tampoco, podéis comprárnosla sin tener que poner tuits ni likes…

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Otro equipo más con opciones en el Este, que ha decidido no tocar el núcleo durante el verano. Los Wizards pudieron guardar algo de espacio salarial para juntarlo en el mercado del verano que viene con el que se abrirá cuando, y si, se marchan Gortat y Ariza, agentes libres, pero han optado por añadir todo el salario posible, e intentarlo ya este año alrededor de Wall y Beal.

Con muchas apuestas fallidas en pasados Drafts y lesiones por doquier, Washington ha tenido materia prima para haber llegado a la tierra prometida algo antes, pero ahora, por fin, han juntado a dos jugadores súper talentosos y sanos en el perímetro, y han subsanado el problema que era la baja de inicio de Emeka Okafor, trayendo en su lugar al Martillo Polaco. Esta incorporación era más que necesaria, ya que con Nene, que va de problema en problema, el juego interior se puede quedar muy corto para el asalto. Wittman necesita meterse entre los 8 primeros del Este ya, para mantener su trabajo, pero las aspiraciones (y el atractivo) de los Wizards seguirá dependiendo de cómo de llena tengan la enfermería.

  • Radiografía de los Wizards

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Optimismo con base

Desde el regreso de John Wall el 12 de enero, los Wizards tuvieron el 13º mejor diferencial de la Liga (+1.4 puntos por 100 posesiones) y 5º en el Este, y hubieran sido sextos en su conferencia en victorias, con un 24-25 en esos 49 partidos con su jugador franquicia.

El quinteto con Wall, Nene, Okafor, Beal y Webster fue magnífico en los 142 minutos (pocos) que estuvieron en pista, y Washington, por encima del tope salarial, apostó por la continuidad: Otto Porter, 3ª elección del Draft, Eric Maynor y Al Harrington son los tres principales refuerzos, y es muy posible que ninguno de los tres sean titulares, con todo el mundo sano. A última hora, días antes del inicio del curso, reemplazaron al lesionado para al menos tres meses, Emeka Okafor, por Marcin Gortat, y aunque de habilidades muy diferentes, comparten un rol y un caché seguramente muy similar: no ha sido ningún volantazo.

Eso sí, nos quedamos sin ver si lo que parecía un quinteto de lujo (demasiado incluso: el diferencial de +24 puntos por 100 posesiones que tenían parece de mentira), era o no un espejismo. En el conjunto global de la temporada, Washington fue un equipo muy desequilibrado, con una defensa en el Top 10, y el peor ataque de la Liga. Cuando volvió Wall, la defensa mantuvo su ránking (de hecho, fue superior), y el ataque mejoró 8 puntos por 100 posesiones, una diferencia enorme, pero seguía sin ser bueno: sólo fue 23º desde el 12 de enero en adelante.

El problema es que cuando AJ Price llevaba la manija de este equipo, el resultado fue históricamente malo. Hasta ese día del regreso de Wall, había tanta diferencia entre ellos, peor equipo de la Liga en ataque, y el 29º clasificado (por entonces, aunque quizá no lo creáis, Indiana), como entre los Pacers y los Hawks, que en esa fecha eran 13º. Los Wizards iban camino de una marca de futilidad que no se veía en la NBA desde los Nuggets de 2003.

Así que la intención de este año debe ser esa, seguir progresando en ataque con Wall sano, sin descuidar los elementos que colocan a este equipo en la zona noble entre las defensas de la NBA. El cambio GortatOkafor también puede ayudar a compensar un poco esa diferencia, ya que empuja a la balanza del lado del ataque, pero habrá que ver si no se han pasado, y los Wizards este año son un sube y baja de parque.

Lo bueno que tiene es que la llegada de Gortat evita tener que tirar de Kevin Seraphin. La pareja NeneOkafor (y más gente claro, que eso influye) fue 4.2 puntos en defensa y 3.4 en ataque mejor que los quintetos que juntan a Nene con Seraphin (sólo 318 minutos de la pareja francés-brasileño), lo cual está en línea con los ajustes que hace RAPM teniendo en cuenta los mismos grupos de 4 compañeros, que estiman que con Okafor fueron 3 puntos por 100 posesiones mejor en ambos lados de la pista, y 6 en total que con Seraphin.

Otra opción era utilizar a Nene de pívot, aunque a él no le guste, haciendo a los Wizards más pequeños, con el veterano Al Harrington, que ya hizo pareja interior con el brasileño ocasionalmente en Denver (aquí lo de pequeños es relativo, porque mide lo mismo que Seraphin, pero por juego y anchura podemos decirlo) en el puesto de 4. Pero ojo que Nene es un clásico de la enfermería NBA, y cuanto menos estopa se dé mejor: se ha perdido el 30% de los partidos desde que llegó a la Liga, incluidos 21 el año pasado y 27 el anterior.

Desde aquí, seguimos pidiendo minutos para Harrington, el Nate Robinson de los hombres altos, que siempre parece garantizar unos 16-18 divertidos puntos por 36 minutos, juegue dónde y con quien sea (si está sano: 10 partidos sólo el año pasado, aunque jugó menos por no entrar en los planes del equipo). Además, nos encanta verle defendiendo en el poste bajo con el único (y muy efectivo, por cierto) movimiento que parece que tiene, el de «quitar la silla» al rival. En eso, Not Big Al, es el número 1.

  • El salto

Los Wizards han soltado la pasta y han renovado por 5 años el contrato de un John Wall del que el verano pasado teníamos más dudas, y no sólo por la salud. Su juego en la recta final del anterior curso fue mucho mejor a todo lo que hizo en sus dos primeras temporadas, y aunque sigue sin tener rango desde la línea de triple, ha encontrado un punto caliente a la derecha de la bombilla desde donde mete el 49% de sus intentos, que no tenían las versiones anteriores de este jugador.

La entrada de dos tiradores en el quinteto titular como Beal y Webster, que han puesto a los Wizards en el Top 10 en porcentaje de acierto desde el triple después de un par de años en la 28ª posición, además de este recurso que ha añadido en la media distancia, han abierto sus opciones, obligando a los defensores a estirarse mucho más frente a Washington, y por tanto, ha podido mejorar su eficiencia como anotador y distribuidor.

Es un demonio en el uno contra uno y en el dos para dos (curiosamente, y pese a que uno de sus puntos fuertes es la velocidad, en transición pierde más el control) y es uno de esos jugadores agresivos e incisivos que tanto nos gustan cuando no se conforma con la suspensión lejana. Cuando ataca el aro directamente, tiene mucho mejor acierto si llega en carrera a tumba abierta en lugar de entrar de manera más sibilina, parando, botando y haciendo cambios de aceleración, pero cuando no le dejan salir escopetado y le obligan a tomárselo con paciencia, ha añadido a su juego un floater (o bomba) y un tiro tras parada a un par de metros del aro bastante efectivo. Además, el número de faltas que fuerza por minuto ha ido creciendo año a año, y sus 6.9 por 36 minutos ya están en la élite, Top 10 de la NBA la pasada temporada.

El número de asistencias también ha ido para arriba visto por posesiones, aunque ya sabíamos que era un buen distribuidor, que no tiene problema conectando ni con los hombres altos ni con sus tiradores. Esa parte de su juego no estaba en duda. Pero la que sí lo sigue estando es el acierto con las suspensiones, porque, la verdad que salvo por esa zona en la derecha del poste alto tras bloqueo y el área enfrente del aro, tira mal y demasiado desde lejos.

Pero es muy difícil tenerlo todo, y en conjunto estamos hablando de un jugador que por 36 minutos promediaba un 20.4/8.4/4.4 con un porcentaje de tiro verdadero de 52.1%, mejorable, pero razonable para su volumen (y que si recorta los tiros de dos lejanos que le sobran, es muy factible que lo incremente).

Wall merece su contrato, y es el principal argumento de este equipo para aspirar a los Playoffs la temporada que viene.

  • Beal, the real deal

Pueden estar contentos en Washington con su elección del Draft de 2012, porque parece que tienen pareja de baile con la que juntar a Wall por mucho tiempo.

El juego de John es mejor si tiene un jugador que pueda operar sin balón y rango infinito, que le abra espacios y sea una válvula de escape cuando necesite pasar a alguien. En su primer año en la Liga, Bradley metió 91 triples en 56 partidos con un excelente nivel de acierto para su volumen, y entra en una lista de tan solo 13 jugadores que fueron capaces de meter más del 38% en al menos 4 intentos por partido en su primer año, y todos esos jugadores mantuvieron un buen nivel el resto de sus carreras (o están en ello).

Es espectacular desde la esquina izquierda, desde donde acertó un 57.1% de los intentos (y además se compenetra bien con Webster, con similar tino, pero desde la derecha), aunque desarrolló una manía que cuesta bastantes puntos a su equipo, que es dar un paso adelante cuando le vienen a cerrar, y lanzar un tiro de 2 lejano. No se le puede recriminar mucho, porque casi siempre los mete y sigue siendo una opción rentable (mantiene precisamente el 57%), pero cada vez que da el paso, es un punto menos.

Cuando tuvo que crearse su propio tiro la cosa no fue tan bien. Gran parte de esta tarea fue a principio de temporada, rodeado de un equipo deprimente (el partido en el que más lanzamientos de campo intentó, en diciembre, frente a Atlanta, jugó junto a Jordan Crawford, Martell Webster, Chris Singleton y Emeka Okafor de titulares, con Earl Barron de sexto hombre), pero se conforma con tirar, y no ataca el aro, y pese a lo dulce de su lanzamiento, no es tan bueno tras bote todavía. Fue 107º en la clasificación de más tiros de campo intentados, pero 194º en lanzamientos a un metro del aro, vamos que no le gusta. Lo cierto es que salvo por sus dos hombres altos, y Wall a ratos, los Wizards mostraron preocupantes indicios de una incipiente alergia al aro.

Veremos si la salud le respeta este año, porque es un jugador muy joven, que puede garantizarse minutos sólo con su tiro y buen nivel de esfuerzo en defensa, y aún pinta a tener gran margen para crecer.

  • Lucha por el 3

Los Wizards son otro equipo que tendrá una feroz competición en el puesto de alero. Martell Webster, Trevor Ariza y Otto Porter además del ya aparentemente defenestrado, cambiado el año pasado sin éxito a la posición de ala-pívot, lesionado para el primer mes de competición y no renovado por un cuarto año (en 2014), Chris Singleton, lucharán por minutos.

La pole parece tenerla Webster, dueño de la posición la pasada temporada en los mejores momentos del equipo, en los que cumplió a la perfección su papel, metiendo un 42.2% de los triples, incluyendo un 58.5% desde la esquina derecha. Pero Porter, un talento a priori más amplio, que jugó en la NCAA en la ciudad de Washington (y compartió época de instituto en Missouri con Beal) y Ariza, el mejor pagado del equipo en el puesto, no lo pondrán fácil.

Escogido en la posición número 6 del Draft en 2005, y habiendo sido cortado en Minnesota, Martell llegó por la puerta de atrás a este equipo y se ha convertido en una pieza muy importante, abrazándose al papel de secundario que en su día habría parecido poco para él, un especialista 3D (que mete triples y defiende) que los Wizards supieron identificar. Webster lideró al equipo en porcentaje de tiro verdadero, y tras promediar durante su carrera un 37.4% de acierto desde el triple, nos sorprendió con ese 42.2% en Washington. Pero su fabuloso porcentaje desde la esquina derecha, que tanta admiración suscita, ha oscilado año a año (y en conjunto los 5 años anteriores fue un 66 de 173, un 38.2%), por lo que a lo mejor los Wizards han pagado por la excepción.

No podemos saber cómo será esta temporada Webster (quizá lo único que necesitaba era un poco de confianza), pero el año pasado, desde luego que fue un excepcional gregario para los Wizards, y tras ver la prisa que se dieron en renovarle, queda claro por qué no le pusieron en el mercado en febrero, cuando seguro que más de un equipo candidato habría hecho una oferta por sus servicios.

Jugando con la misma compañía, los Wizards fueron 7 puntos por 100 posesiones mejores en ataque con Webster en el lugar de Ariza, y concedían 4 puntos más en defensa. Aunque Trevor fuera mejor opción según los números de la pasada temporada para detener a los rivales, no estoy seguro que Ariza sea mejor defensor para este equipo. Webster es más versátil porque también puede enfrentarse a los escoltas rivales, y es más fuerte ante los aleros.

El que lo tiene algo más difícil seguramente sea Porter. A no ser que los ejecutivos de Washington hayan tirado la toalla, y le den una buena razón y mucha estabilidad para que el novato tenga muchos minutos, Wittman necesita ganar ya si quiere mantener su trabajo y Webster es mejor opción a (muy) corto plazo. Si el equipo sigue viéndose atacado por las lesiones, y se queda sin opciones más pronto que tarde, podría ser un protagonista a final de temporada, pero de momento tendrá competencia con el propio Ariza por ser el suplente en su posición, principalmente porque tiene pinta de que su repertorio, también de 3D, no se diferencia del de los otros dos, y aunque puede que a la larga llegue a aportar cositas con el balón, esas habilidades no tienen pinta de estar listas este año.

La llegada de Gortat cierra un poco la puerta a utilizar a algún jugador de este grupo como 4 por largos periodos, pero a cambio, Ariza, que acaba contrato, y no parece que pinte mucho en el futuro de la franquicia tal y como está la plantilla ahora mismo, podría ser traspasado en cualquier momento. Así, quizá Porter vea más la pista de lo esperado. Incluso puede que lo estemos infravalorando, y se gane el puesto en pocas semanas. Pero ahora mismo, la elección número 3 del pasado Draft, parece que ha caído en una situación regular. Y eso por no hablar de cómo desarrollan el talento por Washington…

  • Potente mientras duró

Nene y Okafor hicieron buena pareja en su primer año juntos, en los 53 partidos y casi 1000 minutos que pudieron jugar. Con ambos en pista, los Wizards fueron 4.6 puntos por 100 posesiones mejores que el equipo rival, pero curiosamente, el récord fue de 22-31. Eso sí, contando sólo esas 31 derrotas, en los minutos de la pareja, Washington sólo resultó -0.8 puntos por 100 peor, una tasa muy pequeña teniendo en cuenta eso, que todas las muestras pertenecen a partidos perdidos, de lo que seguramente no tienen la culpa ellos dos.

Con ellos en pista los Wizards tienen una defensa equivalente a la 2ª de la Liga, con el mejor rebote defensivo con mucha diferencia (79% de las capturas, cuando los líderes, los Warriors, se quedaron con un 75.5% de los fallos rivales). Los Wizards fueron 6º en su propio tablero, y mucha culpa de eso la tienen los minutos de esta pareja en pista, que, curiosamente, dejaron una marca que estaría entra las 5 peores en rebote en ataque.

Nene es un fabuloso jugador al que las lesiones y enfermedades de todo tipo han castigado demasiado. Con un tiro a media distancia en condiciones y un poco de mejor suerte, estaría en la élite. Pero esta abuelita no tiene ruedas, y es lo que vemos. Cuando está en pista puede hacer casi de todo en las dos posiciones interiores a ambos lados de la cancha, y tiene la combinación de tamaño, agilidad, rapidez y habilidad casi perfecta para un hombre alto en la NBA. Por tener tiene hasta unas enormes manos, que hacen que el Spalding parezca una naranja.

Su porcentaje de tiro verdadero durante su carrera roza el 60% (59.5%, aunque en Washington el último año estuviera por debajo, 53.8%) en 15 puntos por 36 minutos, 12 en los 30 que habitualmente juega (y veremos si no se los regulan aún más). Y este año, con una mayor tasa de utilización que nunca en su carrera, se ha destapado como pasador, asistiendo en el 19% de los tiros de campo anotados de su equipo, tasa que le coloca entre Marc Gasol y Greg Monroe. De hecho, si hubiera que marcar un defecto suyo, quizá tendríamos que hablar de una exagerada solidaridad, y su querencia por el perfil bajo: nunca intentó ser el protagonista, no le apeteció dominar. Parece que a la experiencia Nene siempre le faltó algo.

No habrá podido colarse entre los mejores, pero con el brasileño como segundo mejor jugador (que es lo que es en estos Wizards hasta que Beal crezca), se puede entrar en los Playoffs. Luego, que llegue bien a jugarlos…

  • Anexo Gortat

Haciendo una excepción, hemos actualizado la parte Wizard de la guía pare recoger la llegada de Gortat. Recordamos que ya comentamos algunos aspectos de su juego en el apartado de Phoenix (https://lacronicadesdeelsofa.com/2013/10/27/avance-de-temporada-2013-2014-phoenix-suns/) que os invitamos a leer, y se han escrito cosas muy interesantes sobre el traspaso (en inglés, esto en SB Nation, esto en Grantland).

El resumen es claro: los Wizards sacrifican la protección del aro y la defensa en los bloqueos y continuación que ofrecía Okafor, y a cambio la dan a Wall otro jugador con posibilidades en ataque, uno de los mejores finalizadores del bloqueo directo en la Liga, y con el tiro de media distancia justo para abrir aún un poco más el ataque. Sin Okafor, más por la falta de sustitutos que por la suya propia, el equipo parecía peligrosamente cerca de otro año sin Playoffs, pero ahora parecen estar de vuelta en la pomada.

  • Mogollón de personajes

Aunque las incorporaciones de Eric Maynor (veremos qué tal en el segundo año tras la rotura del ligamento cruzado, la pasada temporada fue algo decepcionante, pero en Blazers, sorprendentemente lejos del balón a ratos, mejoró), Otto Porter y Al Harrington por AJ Price, Cartier Martin y Jason Collins son suficientes para considerar que la plantilla de los Wizards y su banquillo son mejores esta temporada, todavía me sigue poniendo nervioso que los Chris Singleton, Garrett Temple, Trevor Booker, Jan Vesely y Kevin Seraphin vayan a tener minutos.

Entre los 5 sumaron 5.290 minutos (ninguno jugó menos de 600) y aunque deberían jugar menos con las nuevas contrataciones, las lesiones ocurren, y como vuelvan a tener una carga similar, y no hayan mejorado mágicamente en verano, los Wizards pueden tener muchos problemas.

Seraphin parecía que iba para más el año pasado, pero esta última temporada ha sido horrible, un agujero negro en ataque, con dudosa defensa, que por suerte ya no tiene que ser titular al principio del curso. Es pequeño en altura para jugar de pívot, y su envergadura no es suficiente para suplirlo, como demuestran sus pobres tasas de rebote, que fueron a menos aún en 2013. En ataque hay un cierto hueco para el optimismo porque es un grandísimo jugador, maestro del gancho en el bloque izquierdo del ataque, y atroz en el lado derecho, pero utiliza todo por igual. Lo peor es que Seraphin se coloca para recibir a ambos lados por igual, así que o es muy cabezón, o en Washington no han considerado esta diferencia importante, y le siguen dejando recorrer ambos flancos del frente de ataque con igual frecuencia. Tal vez este año, según se va acumulando la evidencia, a alguien en Washington se le ocurra alimentarle sólo del lado correcto, para que pueda ser ese jugador de 15-8 con buenos porcentajes en minutos de titular, que los Wizards creyeron que podría llegar a ser en algún momento, aún a costa delos sacrificios defensivos.

En el resto, tenemos a un jugador trabajador, pero limitado físicamente que no puede anotar en Booker; alguien con algo más de presencia física en su posición pero sin tanta energía, y que tampoco puede anotar en Temple; un jugador que venía a ser un 3D y de 3 nada, y de D en al puesto de ala-pívot donde le recolocaron más bien poco (Chris Singleton) y nos dejamos para el final a Jan Vesely un hombre que el año pasado sólo metió 19 puntos más que faltas hizo. Nuff said.

Esta NBA está adulterada

Por si alguien de vosotros ha estado en alguna burbuja temporada y se levanta ahora con Chris Paul en los Clippers, os recordamos que no hace nada CP3 estuvo durante unas horas en la plantilla de Lakers, luego vino El Veto y a partir de ahí muchas cosas pasaron que hacen que la NBA de este año esté adulterada.

Empezamos por a los que les toca directamente, es decir Lakers, Rockets y Hornets.

Lakers sin duda es el que peor lo tiene, gracias a este veto a parte de quedarse sin Paul, se ha quedado sin Odom, cabreado por verse incluido en un trade (parece mentira que después de tantos años no sepa de qué va esto llamado NBA…) pidió sin dudarlo el trade con lo cual, adiós Odom. Lakers mientras se queda con Gasol, con lo cual no está mal, para que nos vamos a engañar. Rockets pierde a Gasol, que iba a ser lo que iba a recibir, pero a cambio retiene a dos de sus jugadores principales, Scola y Martin. Y Hornets pues no recibe nada de Rockets de momento.

Luego tenemos a los siguientes afectados. Mavs se encuentra casi sin querer con Odom, una pieza que le viene muy bien para su veterana plantilla.

En el caso que se hubiera hecho el trade, Rockets hubiera puesto todo lo ponible para poder conseguir a Marc Gasol y juntar a los dos hermanos, con lo cual Grizzlies lo hubiera tenido ‘algo’ más complicado retener a Marc.

La llegada de CP3 a Lakers hubiera supuesto el primer paso para hacerse con Howard, que finalmente se queda en Orlando, fastidiando de paso a Nets que lo tenían entre ceja y ceja. Nets piensa entonces en Nene, pero Nene visto lo visto se queda en Nuggets.

Celtics que veía que Hornets se movía fue a por el sign-and-trade para coger a West, pero entre que éste pedía mucha pasta y que Stern tenía el modo «de-aquí-no-se-mueve-nadie» desestimaron la operación, que al final la hizo Pacers.

Los Sixers tenían acuerdo con Denver para traspasar a Speights a Nuggets, en caso de no hacerse lo de Nene, pero claro, al hacerse, pues nanai.

Y llegamos a Clippers que han tenido que dar a Gordon, Kaman y Aminu para poder recibir a CP3.

Resumiendo, en el caso de que Stern no se hubiera disfrazado de dictador, tendríamos a unas 12 franquicias de la NBA que ahora mismo no tendrían los jugadores que tienen y seguro que detrás de las cortinas habían más cosas medio hechas o hechas enteras… y Kobe cabreado.

Paridad imposible

El cierre patronal no ha valido nada ¿Menuda sorpresa, no? Tras ver como acabó la historia, parecía clarísimo que el cierre patronal había sido en vano: toda la monserga del cambio de sistema y de la paridad no aparecía en ningún lado, tras un acuerdo lleno de movimientos laterales (de los de pívot torpe, además) pero tampoco esperaba uno tanta muestra de la inutilidad de la reforma, ni tan pronto.

Si se hubieran cambiado las cosas, no hubiéramos estado toda esta semana hablando de Chris Paul y Dwight Howard. Es verdad que a cada fecha de mercado persa que pasa, Twitter se va haciendo más grande y los que estamos metidos en ese ciclo de noticias 24/7 vemos las cosas sobredimensionadas tal vez, pero cuando en teoría parecía que el deseo era un convenio fuerte para que ninguna franquicia tuviera que sufrir el circo de los Ringling Brothers que le montaron el año pasado a los Nuggets, tenemos que abrir el mercado con el espectáculo de Sigfried y Roy, Roy y Sigfried, como la primera noticia.

No sé, y no me importa hasta que se confirme, dónde acabarán. El mercado me divierte, pero lo de estos dos me aburre, y la vorágine actual me agota. Lo que sí está claro es que los jugadores siguen forzando su salida de mercados pequeños, y siguen eligiendo destino. Las franquicias se ven, primero obligadas a traspasarlos, y luego, encima, ni siquiera al mejor postor, sino al sitio donde el niño quiera ir. Los que esperaban algún cambio con el nuevo convenio colectivo ya han visto lo que se ha tardado en volver a la casilla de salida.

Otro indicio de que como diría Julito, la vida sigue igual es el calendario que se dio a conocer el martes.

En la ABC, única cadena en abierto que retransmite la NBA, (TNT y ESPN son televisiones de ámbito nacional, pero forman parte del paquete de cable, así que aunque cualquier hijo de vecino las tenga aquí en Estados Unidos, estrictamente, no son en abierto) solo se podrán ver partidos de 8 equipos. Aunque la cifra engaña un poco, porque solo dan 15 partidos (por tanto solo hay 30 huecos), entre Miami, Los Angeles y Chicago pasarán por su señal de TV 16 veces, mientras que 22 equipos serán invisibles para el público de esta cadena. Para esto no hacía falta paridad.

Tampoco se han creído su propio cuento de la paridad al hacer el calendario. En esta temporada de 66 partidos en la que no todos juegan contra todos, no se ha dejado al azar que enfrentamientos quedaban fuera. En gráficos como el generado por el blog Eye on Basketball, de CBS Sports que aquí adjuntamos, se puede ver como la media del porcentaje de victorias de los equipos de la conferencia contraria que visitan más de una vez está altamente correlado con el récord del propio equipo:

Esta distribución, no es casualidad, en absoluto. De hecho, hasta las cosas que parezcan más raras, tienen su explicación. Por ejemplo, si miramos el gráfico, comprobamos que de los 8 equipos con mejor récord, 6 se enfrentan a los rivales más duros más veces en los enfrentamientos interconferencia. ¿Por qué San Antonio y Chicago no lo hacen? Tal vez para compensar factores como que los Spurs son el único equipo de ese grupo que tiene jugar 2 back-to-back-to-back (el temido 3 partidos en 3 días) o que Chicago, junto a Boston, juega en dos ocasiones, 5 partidos en 6 días (Los Angeles, Orlando y Miami nunca tendrán un 5 en 6, y Dallas, San Antonio y Oklahoma solo una vez).

Cuanto más se mira a la obra de ingeniería que es el nuevo calendario (es increíble la de factores de todo tipo, que a veces ni imaginamos que hay que tener en cuenta para cuadrar esto) más se nota que no hay nada que haya quedado al azar. Por ejemplo, Melo no vuelve a Denver este año. Hasta que pise el Pepsi Center va a pasar, como mínimo, año y medio de su traspaso. Eso que se ahorran.

La NBA tiene todos los cabos de calendario atados y bien atados, y lo tiene claro: los buenos que jueguen con los buenos, que es lo gente la quiere ver. Y es verdad que queremos los grandes enfrentamientos, pero no somos nosotros los que tenemos que explicar a los equipos de mercados pequeños lo de la paridad y la igualdad de oportunidades.

Y siguiendo con las muestras de que el sistema ha cambiado tanto como ese capitalismo que íbamos a refundar, atentos a que se abra el mercado de agentes libres el viernes. Cualquiera que escuchara hablar a los propietarios durante el cierre patronal pensaría que la hemorragia de pérdidas de los equipos era comparable a la de los países del mediterráneo. Cuando se empiecen a repartir contratos, ya veremos lo preocupadísimos que estaban los equipos en gastar. Contaremos cuantos contratos por el máximo (dos candidatos, Nene y Marc Gasol) se reparten, cuando a mi parecer, ningún jugador de esta cosecha lo sea por precio de mercado, cuántos pasan de 10 millones por año (si hay puja, Tyson Chandler y Afflalo, si la puja es de las muy feas, DeAndre Jordan y Thad Young, amén de David West, podrían estar ahí) sin merecerlo tampoco, y cuantos contratos en la horquilla de 20 a 30 millones garantizados se reparten en jugadores de los que en un año estarán como locos por deshacerse. Cada compra irracional por encima del precio de mercado será una bofetada a todos los seguidores que no han podido disfrutar de baloncesto durante estos meses y un combo breaker a los trabajadores de pequeño salario asociados a los equipos que han perdido dos meses de cheques.

Si los ingresos de todas las franquicias se repartieran entre todos y todos tuvieran lo mismo. Si la escala salarial estuviera hecha en términos de ingresos netos, en lugar de ingresos brutos para que ciertos estados que no tienen impuesto de la renta estatal no tuvieran una ventaja financiera competitiva. Si los Knicks dejaran de jugar en el Madison porque con su brillo atrae a los jugadores, y está mucho mejor preparado que el PowerBalance (¿cómo se llamara ahora?) Pavilion y empezarán a jugar, por ejemplo, en el Carnesecca Arena. Si en Los Angeles no dejaran salir de fiesta a las actrices de todas las listas del alfabeto locas por hacer un Kardashian (Kim o Kourtney, make no difference, they ballin’ the same) que tanto incitan a los jóvenes y millonarios jugadores. Si en Miami no hubiera 25 grados en diciembre. Si Antoine Walker tuviera ruedas.

El día que verdaderamente se ejecuten medidas drásticas, por las que merezca luchar. El día que un convenio obligue a todos los equipos a dar un giro de 180 grados (luego Kidd girará a los Mavericks 360º más) sus estrategias de negocio. El día que la paridad no sea una utopía imposible. Ese día habrá merecido la pena un cierre patronal. Pero, hoy lo que teníamos que ver es a Charles Barkley disparando su ballesta contra el equipo que hubiera empezado mal el primer mes, en el descanso del Lakers-Heat que estaba programado para este 8 de diciembre.

Que alguien avise a Scariolo

Hoy he podido ver por fin un partido de la serie entre los Thunder y los Nuggets, y la verdad, es que a parte de la gran sorpresa de ver que las cosas van 3-0… ver a Ibaka es una aunténtica delicia.

En los pronósticos que hice en su día, ni por asomo pensaba que la serie entre OKC y Denver iba a ponerse 3-0 para ninguno de los dos, ni por asomo, veía algo mucho más igualado, algo que iba a dar muuucho más juego, pero la verdad es que por unas cosas o por otras, la cosa no está como esperábamos.

El Pepsi Center se llenó hasta la bandera para ver a estos Nuggets post-Melodrama, encarar unos PO ilusionantes, ante el equipo tal vez más ilusionante para todos com0 son los Thunder, pero el gran equipo (lo repito, me gusta mucho el roster de Nuggets) de Denver no supo encarar de buena forma este partido. Gallinari ni se le vió u ni Lawson ni Felton se aprovecharon del día más que gris de Westbrook, algo que no se puede perdonar, porque si de un sitio te van a venir seguro por parte de los Thunder, va a ser de su PG y si no aprovechas su día gris estás muerto.

Tan sólo el juego interior, con un gran Nene y una muy buena aportación de Birdman desde el banquillo, estuvieron a la altura de lo que se esperaba de este 3er partido de la serie.

Por parte de los Thunder, Ibaka destapó el tarro de las esencias con canastas de todos los colores y demostrando que es un portento físico, sus 22 puntos y 16 rebotes fueron una muestra más que ni la llegada de Perkins le hace sombra. Intimida y anota, algo que hoy en día escasea mucho en la liga, algo que le puede hacer (junto con Durant y Westbrook claro) a los Thunder, ser un equipo más y más peligroso conforme vaya avanzando este PO.

Así que lo tengo claro, que alguien avise a Scariolo y le diga que hay que convocarlo YA y por cierto, esto me lleva a otra pregunta… por qué Scariolo sigue siendo seleccionador?