PO Desde El Sofá (XI): Los mismos demonios

Como el Madrid con la Champions: lo de los Raptors frente a los Cavaliers parece ya obra de un hacedor mayor, de un narrador omnisciente, con mucha mala leche y algo de sadismo. Toronto tuvo oportunidades para llevarse el primer partido de la serie, pero fue Cleveland, que no estuvo por delante ni un solo segundo durante todo el tiempo reglamentario, quien finalmente salió vencedor en la prórroga.

Y además pueden torturarse con una serie de amargas acciones que no cayeron de su lado, algunas por puro azar, otras por problemas de ejecución o de claridad mental, que pesarán como losas de aquí al próximo partido. Nunca habían venido en mejor posición, ni habían pillado tan débil a LeBron. Los Cavs estaban cansados, magullados y vivos por muy poco. Pero hicieron su mejor partido de Playoffs, que no es mucho decir, y dan un primer golpe fuera de casa que aunque por supuestísimo, no es definitivo, es muy duro por todos los antecedentes.

Y es que esta vez no se puede señalar a nadie, ni apuntar a un claro punto de mejoría. Toronto, sobre todo con Anunoby, hizo un buen trabajo sobre LeBron, que no tuvo tanto protagonismo como en la serie contra Indiana. Lowry y DeRozan estuvieron bien: no fue para nada una de sus típicas actuaciones desoladoras en los Playoffs. Valanciunas hizo mucho daño por dentro, y los Bench Broskis pusieron su energía habitual. Simplemente, Cleveland también estuvo al nivel: fueron un equipo en lugar de un hombre orquesta, y estando más finos en los minutos finales se llevaron la victoria y recuperan la ventaja de campo.

Korver y JR Smith (cinco triples cada uno, uno por cabeza para abrir la prórroga) hicieron mucho daño desde fuera, y Green (sobre todo en la primera parte) y Tristan Thompson, que perdió la titularidad, pero no la importancia en la rotación, dieron muy buenos minutos realizando todo tipo de tareas ofensivas y defensivas. Los únicos puntos negros fueron Love, que a pesar de mostrarse muy voluntarioso (otras veces puede ser cosa de actitud, no ahora), está reñido con el acierto, y fue blanco fácil (como el juego de palabras) en defensa, sobre todo para Valanciunas, y Hood y Clarkson, para los que Lue no parece encontrar otro acomodo que esperar a que entren en buena racha, para exprimirlos mientras dure, cosa que ayer no sucedió.

LeBron por su parte, se va con la victoria en primer lugar y un triple doble en segundo, pero facturando un partido diferente y menos espectacular de a lo que nos tiene acostumbrados. Con sólo 26 puntos en 32 posesiones de tiro, apenas pisó la pintura ni fue a la línea, en la que fue su noche menos eficiente en estos Playoffs. Tiró mucho de suspensiones lejanas, y no entró a canasta apenas hasta la recta final del partido, en la que fue más agresivo. También dejó para el final el uso del bloqueo y continuación, en cualquiera de los dos roles (y cuando lo hizo fue casi siempre con uno o dos «pequeños», casi siempre Korver, bloqueando para él, sin intención de conseguir una ventaja de velocidad), prefiriendo a menudo recibir en aclarado a un lado de la pista, pero para pasar o tirar, sin penetrar muy a menudo. A diferencia del segundo partido frente a Indiana, en este, cada vez que salió a pista, su intención era implicar al resto de jugadores, repartir asistencias, y no quedársela para él hasta que viera la situación propicia para ello. De todos modos, metió la que tenía meter: el empate a 105, en un fadeaway precioso sobre Anunoby en el poste bajo que evitaba a Cleveland tener que entrar por debajo en el juego de las faltas.

El mayor acierto de sus compañeros en comparación con otros días sin duda le ayuda a ejercer más el papel de distribuidor, pero James parece estar reservándose, calculando cuánto le queda y cuándo y cómo es mejor usarlo. Otro detalle fue el cambio de su descanso habitual, de principio del segundo y último cuartos, a finales del primero y tercero. Eso podría ser para evitar que los Raptors hagan tanto daño con sus suplentes como suelen en los momentos en los que LBJ habitualmente se sienta, pero cuesta creer que él vaya a alterar su rutina por lo que sucede con un banquillo rival.

El partido tuvo cosas de otra época. Ambos equipos jugaron muy grande, con Toronto cerrando con los titulares y prácticamente siempre con un pívot en pista, y Cleveland con varios minutos, en dos tandas, de Love, Green y Thompson juntos en cancha. Ningún equipo cerró bien su tablero: Thompson capturó 9 rebotes ofensivos, y Valanciunas 8, y Toronto tuvo tres ocasiones de ganar el partido en tiempo reglamentario con un palmeo, pero ni el lituano, ni Miles, ni DeRozan acertaron a embocar el balón, tras un triple errado de VanVleet.

Y la otra gran oportunidad de los Raptors, su última posesión de la prórroga, fue estropeada también por un problema no tan habitual en la NBA actual: el pobre espaciado de la pista. LeBron, deja la marca de Lowry para ir ayudar a Thompson que se ha quedado en el cambio con DeRozan, pero el base de los Raptors, en lugar de terminar el cambio de lado a lado de la pista, lo que hubiera dado a DeMar la opción de pasar a dos tiradores y/o haber sacado a Jeff Green o JR Smith de la pintura, decide quedarse en el poste bajo…

…para acabar siendo el mejor protector del aro Cavalier: su presencia (y una muy buena recuperación de Thompson también) impide a DeRozan buscar el tablero para una bandeja, y tiene que pararse y sacar un pase fuera para que VanVleet marre en su segunda oportunidad de ganar el partido para Toronto de la noche.

Podríamos hablar también de la decisión de Casey de poner a VanVleet, con el hombro maltrecho y golpeado de nuevo en este encuentro, y además frío porque no estaba en pista, como tirador en las dos posesiones que les hubieran dado el encuentro, pero lo cierto es que lo más seguro es que ninguna de esas dos jugadas le tenían a él en la pizarracomo protagonista, sino más bien como señuelo para alejar defensores, y que además de CJ Miles, que ya estaba en pista, los Raptors no tienen tiradores más fiables que él.

Tampoco pareció tener mucha consecuencia la otra pobre decisión del equipo, el tiempo muerto que gastó Lowry poco antes de los dos minutos para salvar una posesión a la que le quedaban 2.2 segundos, y que acabó en el limbo igualmente, al no ser capaz de poner el balón en juego en los cinco segundos que tiene para realizar el saque lateral. Como Toronto fue por delante, no pidieron tiempo muerto hasta su última jugada, y no parecieron necesitar más. Quedan como dos anécdotas, pero al final también pueden ser un indicador de cómo en estos finales de partido tan tensos ante Cleveland, quizá no tienen la mente tan fría como en otras ocasiones.

Veremos cómo se recuperan de este golpe, y si los Raptors enfocan esta derrota con filosofía. En el fondo es sólo un partido, Indiana ya ganó en Cleveland, LeBron está cansado, sus estrellas no han desaparecido, y han anotado bien contra la porosa defensa de los Cavaliers.

Pero es otra pintada de cara más, y cuando por fin se podían creer mejores.

Sofi del día: Anoche Drake estuvo sentadito, espero que haya habido llamada de Smithers, Kiki Vadeguay u otro jerifalte similar para explicarle que ya se han acabado las tonterías, y que como dijo Paco Jémez, si no tiene el título de entrenador, no puede estar de pie.

PO Desde El Sofá (XXIX): Se cumple la profecía

El guión del Este no ha tenido giros argumentales: los Cavs de LeBron James y James Jones despacharon con holgura a los Raptors, y ya están en Los Finales, y en el caso de estos dos, es su sexto viaje consecutivo.

Como ha sido tónica dominante en la serie, dónde sólo el cuarto partido fue disputado, el equipo que se alzó con la victoria ganó todo lo cómodo que se puede en una Final de Conferencia, y ahora Cleveland espera rival para el jueves. Los Cavs volvieron a encontrar acierto desde el triple, y LeBron dominó en un partido que luego paso a Irving, y acabó con minutos de la basura y Drake cambiando otra vez de chaqueta.

Los Raptors encomendaron este vida o muerte a los dos de siempre, y aunque la actuación individual de Lowry y DeRozan fue correcta, cerrando la mejor serie de la temporada para ambos, no fue suficiente. Ayer nadie dio un paso adelante, y se quedaron solos, tratando de defender el terruño por tercera vez, y esta vez fue la vencida. Como el resto de equipos del Este, no tienen la munición necesaria para hacer frente a unos Cavs plenos, y tras 20 partidos les toca irse a casa.

Casey mantuvo a Scola en el quinteto titular, y el partido se les fue desde el principio, con LeBron haciendo lo que quería: anotando mucho, con acierto desde el triple, y alimentando a los tiradores que Toronto ha acabado dejando libres tras mantener la disciplina una buena parte de las series.

El partido se puso feo con una serie de codazos leves y de poca consecuencia, pero que llevaron a una mini-tangana y varias insufribles revisiones arbitrales al principio del segundo cuarto. Una flagrante a Biyombo, que le hubiera dejado fuera del hipotético G7, y más LeBron, que no salió de la pista en la primera mitad, enfriaron a unos Raptors que parecían capaces de hacer la goma, pero nada más lejos de la realidad. Un final en tromba antes del descanso puso a los Cavs con demasiada ventaja por delante, e Irving dio la respuesta a todos los intentos de Lowry en un brillante tercer cuarto de mantener la eliminatoria viva en la distancia. Kyrie hasta nos dejó con canasta desde su propia línea de tiros libres (no contó) para cerrar el cuarto.

Cuando en la entrevista de Doris Burke, Casey contestaba con ojillos y voz lastimosa a la pregunta de qué tenía que pasar para remontar el partido, como si este ya hubiera acabado, era hora de apuntar en el bloc de notas «Partido terminado»,  Gregg Easterbrook style.

Y a por el siguiente, que hay que freír peces más grandes.

Sofi del día: El Jurassic Park y la afición mola, los Raptors son una historia bonita, en el fondo son un equipo que al final ha estado incluso por encima de sus posibilidades… pero yo ya he tenido suficiente Toronto por estos Playoffs. Buenas noches y buena suerte.

PO Desde El Sofá (XVIII): Ha vuelto

Costó, pero la versión que todos conocemos de Kyle Lowry, ya está en Playoffs, y ha llegado justo a tiempo, para recuperar la ventaja de campo, y evitar un partido a vida o (casi) muerte en terreno enemigo.

Si bien el bloqueo de DeRozan en Playoffs puede tener una explicación en que es más difícil penetrar y sacar faltas en esta época del año, en la que pueden aparecer hombres extra ayudando en la pintura en cualquier momento, lo de Lowry no es tan fácil. Lo que hace el base, sus tiros tras bote y triples en jugadas rotas, los stepback y los side steps, no podían desaparecer de un plumazo. Puedes eliminar por completo esas jugadas mandando un dos contra uno, haciéndole pasar el balón, y que te batan sus compañeros. O con un defensor bulldog que no le deje armar el brazo cómodo, como le ocurrió a DeMar con un titán como Paul George en la serie anterior. Pero ese no estaba siendo el caso: eran los mismos tiros de siempre, con el espacio habitual. Estaban ahí, pero no entraban.

Tras un buen final de tiempo reglamentario en el G2, por fin se enchufó un periodo largo de tiempo, toda la segunda mitad del partido de ayer, en la que metió 29 de sus 33 puntos, cargó con el equipo en los momentos decisivos, y reencontró su alcance, anotando 5 triples. No falló con Dwyane Wade dándole la réplica, y defendiéndole al final, cuando la cosa se puso caliente, liderando la segunda victoria en una serie que ha cogido buena pinta para los Raptors.

Y no sólo por la victoria: ayer Miami perdía a Hassan Whiteside en el segundo cuarto, y aunque todavía no conocemos cuanto tiempo estará fuera, el diagnóstico inicial de esguince de rodilla le debería apartar como mínimo toda esta ronda de semifinales del Este. La cuestión no es simplemente no contar con su aportación: es que Miami no va muy bien de recambios. Stoudemire, McRoberts y Haslem no han llegado a 1.000 minutos en temporada regular, y entre ellos tendrán que sujetar todo el instalache interior de Miami. Spoelstra acabó la temporada con un bajito jugando de 4, y aunque en Playoffs ha tirado muy puntualmente incluso de quintetos con Justise Winslow de pívot, lo normal sería necesitar sacar 45-50 minutos de sus hombres grandes, más de lo que desearía.

Y el estropicio ayer no fue más grande, porque Valanciunas también se retiró lesionado para no volver poco después, aunque su pronóstico tiene mejor pinta. Estuvo dominante en el primer cuarto como ya es habitual en Playoffs, y la lesión de Whiteside parecía abrirle camino, pero apenas tuvo tiempo para disfrutarlo. Hubo dos signos claros de que el apocalipsis se avecinaba: el primero, el taponazo que McRoberts le pusó en todo el aro cuando pintaba póster, y otro, que justo en ese momento estábamos hablando muy bien de él y su partido en El Podcast desde el Sofá LIVE! Así que lo raro es que viviera para contarlo. De todos modos, metidos en la segunda parte, ya le tocaba su momento de ostracismo, porque todos queremos verle con más balón y protagonismo menos su entrenador, sus compañeros, el pívot rival y el irritante Jon Barry. Así que a lo mejor, a los 16 puntos y 12 rebotes personales, y 13 puntos de ventaja colectiva (va en +40 en tres partidos) que dejó, los podemos considerar trabajo hecho.

Y Miami fue Wade otra vez: 38 puntos, 4 de 6 en triples (uno de los fallos fue un intento semi-desesperado con el partido y reloj en contra), y la marca de Lowry cuando más quemaba. Las expresiones recurrentes para hablar de estos partidos que nos está dando Dwyane en Playoffs van en la línea de «vuelve el viejo Wade«, «como en sus mejores tiempos«, anglicismos varios sobre retrasar el reloj… cuando lo cierto es que aunque el resultado sea el mismo, el proceso de dominación del rival es diferente. No es el Wade de toda la vida, sino su versión de 34 años en pleno 2016. Más económica en el bote y el contacto, y de repente, confiada en su tiro. Ojalá la reinvención se estire en el tiempo y sigamos disfrutando de Flash en esta versión.

Y fijaos si estaba suelto, que Spo sentó a Dragic en la recta final (al principio parecía que por cuestión de faltas, cinco, pero no pisó pista), para que todo, absolutamente todo, partiera de Wade. No fue bonito pero casi funciona: Joe Johnson tuvo la oportunidad de poner el partido muy cerca con un triple después de que Wade atrajera toda la atención, pero con su fallo se fue la última esperanza de Miami, como aquel amante de Laura Pausini, y la remontada de la segunda parte quedaba en nada.

Otro de los defenestrados anoche fue Justise Winslow, que no jugó ni un minuto, y cuyos minutos parecen haber ido a Gerald Green, que al menos crea la ilusión del espaciado, supongo. Miami no tiene demasiado miedo de DeRozan, y ese parece ahora el único motivo que tiene el entrenador ahora mismo para sacar al novato a pista.

Veremos que consecuencias tienen en la rotación de Miami estas dos decisiones y la baja de Whiteside, porque a Spoelstra le toca volver a montar el puzzle… y se juegan mucho más en el siguiente.

Sofi del día: Qué diferencia de ambiente en el pabellón tras ir del Norte al Sur…

Episodio 87: Entrenando PO

En el Podcast de hoy hablamos del baile de entrenadores que estamos viviendo estos días en la NBA, tratamos también la actualidad de los PO, gafamos a Valanciunas y acabamos dando recomendaciones visuales…ahhh!! y una sorpresa…

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PO Desde el Sofá (XIV): Por fin

Los Raptors ganaron su primera serie de Playoffs en 14 años, no sin susto final, y se verán con Miami en segunda ronda, que se clasificó un ratito antes que ellos.

DeRozan anotó 30 puntos (aunque en 36 posesiones de tiro), Norman Powell 13 puntos y 3 triples, y entre todos cogieron 18 rebotes ofensivos. Los Raptors, incluyendo tiros libres, tiraron 21 veces más a canasta que los Pacers (97 a 76), por lo que no necesitaron tanto acierto para acabar imponiéndose por tan solo 5 puntos a Indiana.

Toronto salió con sus dos All-Star agresivos y decididos a anotar, en lugar de delegar en Valanciunas como a veces ocurre en los primeros cuartos, y las tres pérdidas en las tres primeras posesiones de Indiana les ayudaron a conseguir puntos a la contra. DeRozan acabó el cuarto con 13 puntos, triple incluido, aprovechando para atacar siempre que era defendido por alguien diferente a George… que puso 12 puntos, con mate 360º por su parte, y vio en este rato el único momento de descanso: acabó jugando 46 minutos, lo que le supuso dejar la marca de DeMar durante un buen rato, algo que Indiana, pese a no tener remedio, acabó pagando.

En el segundo cuarto, la actividad de Cory Joseph y el novato Norman Powell, junto al trabajo de todo el equipo en el rebote en ambos tableros, permitió a Toronto mantenerse varios puntos por encima. Y con un par de parciales (11-2 para abrir el tercer cuarto, y un 8-0 poco después), detrás de los triples de PattersonDeRozan, que volvió a anotarlas de todos los sabores, se fueron con una ventaja de 14 puntos a afrontar el último cuarto de las series.

A falta de 7:30, Toronto abría la mayor ventaja del partido, un +16 que parecía sentenciar la eliminatoria, pero sólo anotarían 6 puntos en el resto del partido, dedicándose a especular con el reloj, y más preocupados de que las posesiones aprovecharan los 24 segundos que de conseguir un resultado favorable en cada viaje. Y si los árbitros se animan a pitar una falta de DeRozan sobre Mahinmi mientras intentaba coger un rebote con +3 a falta de 16 segundos, el resultado final podría haber sido diferente.

Otra cosa que inclinó el resultado fue la diferencia en prestaciones entre los novatos. Normal Powell fue elegido 35 puestos más abajo que Myles Turner, pero tiene tres años más de experiencia, y se notó anoche. El pívot de Indiana, que ha funcionado muy bien durante la serie, estuvo ayer apresurado, soltando balones al aro o lanzando suspensiones sin tener el equilibrio adecuado. El futuro es brillante, y lo de ayer es un bonito ejercicio de aprendizaje, pero es posible que los minutos y los fallos de Turner el día de ayer costarán la eliminatoria. Por el contrario, Powell dio 23 minutos brillantes, de trabajo, energía y acierto anotador. El respeto al escalafón le mantuvo fuera de los minutos finales, pero quizá Toronto no lo habría pasado tan mal con él en pista.

Finalmente, los Raptors se libran de ser renombrados como los Toronto EsQueEraUnMalEmparejamiento, y vuelven a empezar de cero en la siguiente ronda. A ver si se les da un poco mejor.

Sofi del día: La jugada tonta de la noche

salto

El salto lo gana Solomon Hill, pero Indiana no puede recuperar la pelota por la poca fe en su compañero.

PO Desde El Sofá (I): Los Raptors vuelven a mearse en la cama

Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…

Como ya es tradición en el mes de abril, al igual que el día de los Inocentes anglosajón, o el regalar un libro o una rosa, Toronto abría los Playoffs en horario matutino… y lo hacía con derrota. Tercer año consecutivo que Casey y los suyos dejan a todos los fans del Air Canada Centre (y los muchos que esperan fuera en el Jurassic Park) cual niñas decepcionadas al enterarse de que su ídolo adolescente ya convertido en adulto les cancela un concierto de la gira en sus morros.

Esta vez eran más favoritos que nunca: segundos en el Este, mejor récord de la franquicia en su historia, dos All-Star por primera vez, Paul Pierce no estaba enfrente para comerles la moral, Kyle Lowry nunca había estado tan delgado (vamos por el noveno mes de la cantinela Skinny Lowry ya), en verano habían llegado veteranos con experiencia en campeonar… pero dio igual. Los Pacers, liderados por Paul George, aguantaron a rueda todo el partido, y demarraron al final para ganar incluso con comodidad y sin agobios.

Este año parecía el bueno, aquel en el que por primera vez, tras ocho intentos, Toronto ganaba en su primer partido en Playoffs, y el comienzo del partido así lo presagiaba. En tres minutos de partido estaban en el bonus, Mahinmi sentado con dos faltas, y el ataque de Indiana lucía tan inoperante como es habitual con Lavoy Allen en el quinteto titular. Estaba todo de cara para lanzar el partido, pero sólo Valanciunas, que dominó al novato Myles Turner y cogió todo rebote disponible (8 puntos y 9 capturas en el primer cuarto) dio la cara entre los titulares de Toronto. Pero como en los viejos y malos tiempos, se fueron olvidando de él según avanzó el partido, y los problemas de faltas (acabó eliminado con 6) le fueron convirtiendo en invisible según pasaban los minutos.

En el segundo cuarto y gracias a su potente banquillo, los Raptors abrieron un poco de hueco con Joseph y Patterson (llegó a ocho puntos la ventaja) pero Indiana, sin Mahinmi que se volvía a retirar con la 3ª, jugó más rápido y pequeño, y con triples de Miles y Ellis cerró la diferencia antes del descanso.

La segunda parte, sólo tuvo un nombre propio: Paul George. Tras no participar mucho en ataque en la primera mitad, preocupándose más de tener controlado a DeRozan, explotó con 17 puntos en el tercer cuarto, e Indiana comenzó a tomar sus primeras ventajas. La perdieron al mandar a George al banco (y podría haber sido peor de no ser por el poco habitual Solomon Hill, que percutió con penetración la pintura Raptors, sacando faltas muy importantes), pero cuando volvió a 7:49 para el final, la volvió a recuperar casi el solito. En el tercer cuarto hizo un destrozo a los Raptors con suspensiones y triples, y esto le permitió poder establecerse en el poste en el último periodo, desde donde anotó y distribuyó a todo aquel que cortara hacia el aro con precisión ganadora. Acabó con 33 puntos en 25 posesiones de tiro y 6 asistencias, mientras que su par, DeMar DeRozan, añadía un 5/19 a su legendaria historia en Playoffs.

George jugó como el All-NBA que ha sido durante largos tramos de la temporada, y fue claramente el mejor sobre la pista. En Indiana lo van a necesitar porque no pueden confiar mucho en nadie más en ataque (Ellis ya está en declive, Lawson ni te cuento), y han tenido una noche prácticamente perfecta desde la línea de tres (11 de 21, 52.4%), que no se repetirá con regularidad. La mejor noticia es que hayan sido capaces de sacar esta victoria, utilizando a su líder menos de 38 minutos.

Por parte de Toronto es fácil pensar que esto es una pesadilla que no volverá a suceder, que sus dos All-Star no volverán a marcarse un 8 de 32 más 9 pérdidas, y que podrán utilizar más de 20 minutos a un Valanciunas que parece una clarísima ventaja en esta eliminatoria. Joseph, Patterson y Biyombo son jugadores que puedes poner en pista en Playoffs, y poco a poco van recuperando a Carroll, sin necesidad de prisas, ya que el novato Norman Powell cumplió con su papel. Pero ya llevamos dos años (especialmente el anterior) viviendo algo parecido, y la cosa no fue a mejor. Esta derrota tiene que haber sido un jarro de agua fría y si hay un equipo al que le iba a sentar mal entregar el G1, ese era Toronto.

Necesitan inventar algo contra Paul George, sobre todo cuando Indiana está sin un segundo hombre alto, con Miles o Solomon Hill o el propio George en ese papel, que es cuando no pueden mandar un hombre extra sin preocupación. Y tienen que evitar caer en los (no tan) viejos vicios de baloncesto de aclarados cuando las cosas se ponen cuesta arriba.

Por parte de Indiana, repetir el guión sería suficiente. Los Raptors deberían mejorar en ataque, pero los Pacers también pueden contar con más minutos de su pilar en defensa, Mahinmi, y con Carroll fuera de forma, saben que nadie en Toronto puede defender uno contra uno a George. Tienen que estar preparados para que el hombre de PG reciba ayudas, pero ya se vio en el tramo final del partido que ya han pensado en ello. Y a diferencia de Toronto, presión ninguna, todo lo que consigan sería bienvenido. Están en manos de un solo hombre, pero pueden estar tranquilos. Como se le ha oído decir por el micro que la tele les planta para darnos un par de pildoritas por partido, I got us!

Ya veremos si hay sorpresa o no.

El sofi del día: El equipo de márketing de los Raptors regaló anoche camisetas de cuatro modelos para crear un patrón de «camuflaje» en el público (que se ve mucho mejor en la teoría en sillas, que en la práctica, puestas en gente), y hay un par de diseños curiosos. Por un lado la zapatilla dinosaurio, que mola mil, y por el otro, la hoja de arce canadiense peleona, que, ummm, vista de lejos parece otra cosa.

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Viva la PEPE: Toronto Raptors (4) vs. Washington Wizards (5)

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Este año repasamos las 4 eliminatorias de Playoffs en el Este en nuestra primera Previa Épica de los Playoffs en el Este. Si te has perdido alguna, puedes encontrarlas todas aquí.

Cómo han llegado los Raptors

Los Raptors fueron el mejor equipo del Este en los dos primeros meses de competición, entrando en 2015 en cabeza con un registro de 24-8. Liderados por un fulgurante Kyle Lowry que a la postre sería titular en el All-Star, aguantaron a un gran nivel aún tras perder a DeMar DeRozan por la rotura de un tendón en la ingle. Pero el equipo se acabó resintiendo, y en el año actual han ganado sólo el 50% de los partidos. Siguen teniendo uno de los ataques más potentes de la Liga, pero los problemas en defensa no han parado de empeorar en toda la temporada.

DeRozan regresó a mediados de enero, pero su vuelta coincidió con el bajón de rendimiento de Lowry, que apenas ha jugado en este final de temporada (mezcla de problemas físicos en la espalda, tras echarse al equipo ¿literalmente? encima), y el comienzo de los problemas (recurrentes) de Amir Johnson en sus tobillos. Así, el equipo nunca ha recuperado el ritmo de un principio de temporada en el que quizá estaban jugando por encima de sus posibilidades. El escolta ha vuelto a encontrarse, cuajando alguna de las mejores actuaciones de su carrera en las últimas semanas, pero el estado en el que llegan el base y el ala-pívot titular es una incógnita absoluta.

Cómo han llegado los Wizards

Tras ganar 44 partidos y una ronda de Playoffs el año anterior, cambiaron a los Trevor (Ariza y Booker) por Paul Pierce y Kris Humphries, y sólo con el desarrollo de los jóvenes puntales del equipo, los Wizards tenían muy buena pinta, y comenzaron el año muy bien, siguiendo precisamente la estela de Toronto.

Pero al igual que los Raptors, este tampoco parece ser el año que los convierta en aspirantes. Con una buena defensa, pero un ataque estancado, los Wizards han sido un equipo bastante gris, en el que sólo destaca John Wall, y con más pinta de pensar en el año que viene que en este.

Rotación de Toronto

Los Raptors tienen una rotación de 10 jugadores, con un quinteto titular (casi) fijo formado por Lowry, DeRozan, Terrence Ross, Amir Johnson y Jonas Valanciunas. Ross perdió su puesto durante casi mes y medio tras la vuelta de DeRozan, primero a manos de Greivis Vasquez, y luego de James Johnson, en un movimiento que tuvo más que ver con su rendimiento particular, que con el equilibrio de un quinteto que este año ha sido mediocre.

El banquillo, con Vasquez, Louis Williams, James Johnson, Patrick Patterson y Tyler Hansbrough ha sido el factor diferencial del equipo este año. Toronto ha tenido el lujo de mantener en pista anotación exterior de nivel titular durante los 48 minutos en todos los partidos y a Patterson dando espacio instantáneo como hombre alto tirador cuando el equipo lo necesita. Los Raptors tienen uno de los mejores ataques de la Liga, acabando la temporada como 4º en índice ofensivo, con un registro global mejor que el de su propio quinteto titular, algo que no suele ocurrir.

De hecho, los cinco del banquillo han acabado formando un quinteto de facto, jugando en torno a 250 minutos juntos: ningún grupo formado completamente por suplentes se acerca, ni de lejos, a estas cifras. En Playoffs los entrenadores utilizan menos los banquillos, lo que resta algo de ventaja a Toronto, pero aún así, todavía algo tienen que jugar de todas formas, y lo bueno de este grupo es que además complementa las posibles carencias que tenga el quinteto inicial y puede aportarle versatilidad.

Vasquez por Ross y Patterson por cualquiera de los dos hombres altos suelen ser los primeros recambios desde el banquillo, dejando el protagonismo en el comienzo del segundo cuarto para Lou Williams. Toronto nunca cierra los partidos con el quinteto titular, sacrificando habitualmente a los jóvenes, Valanciunas y Ross, por Williams y Patterson. Si Valanciunas está jugando bien, Amir no tiene problemas de faltas, y los emparejamientos invitan a usar a James Johnson de 4 pequeño, la aparición de Hansbrough podría ser testimonial, pero algún minuto de pívot tendrá reservado.

James Johnson, por su parte, puede quedarse cualquier partido sin jugar por decisión técnica (o disciplinaria), si el equipo no necesita colocar un defensor agresivo en el 3 o el 4 rival. Por su falta de tiro, utilizarlo de falso ala-pívot no aporta algunas de las ventajas que se esperan del small-ball, y Casey le deja el contador de minutos a 0.

Rotación de Washington

El quinteto tipo de este equipo es el formado por Wall, Bradley Beal, Pierce, Nene y Marcin Gortat, pero el pívot polaco a veces es reemplazado en los finales de los partidos por un jugador con más tiro, como Drew Gooden o Rasual Butler.

Ramon Sessions es el encargado de suplir a Wall. Si Wittman confía en Garrett Temple tras salir de la lesión para los minutos de escolta suplente, Sessions no tendrá ese tiempo extra que de otra manera podría pasar junto a Wall.

El puesto de alero suplente es un polvorín: Otto Porter está jugando bien en la recta final de la temporada y parece tener ventaja, pero la veteranía y mejor tiro de 3 de Rasual Butler y Martell Webster podrían hacerle competencia en Playoffs. Este grupo puede encontrar también algún minuto extra tanto en el puesto de 2 (también dependiendo de Temple) como en el de 4 (especialmente en finales de partidos, Wittman no es de hacerse pequeño en otras situaciones).

Por dentro, la presencia de un pívot en pista en todo momento, en este caso Kevin Seraphin, parece innegociable, así que la otra pelea por minutos, será entre Kris Humphries y Drew Gooden. Humphries corrió por la pista de dentro durante casi toda la temporada, pero Gooden ha jugado mejor y más al final, y es el único hombre alto de la plantilla que ofrece el recurso del tiro, por lo que entra con ligera ventaja a Playoffs.

Los Raptors en ataque

El ataque de los Raptors está dominado por su agresivo juego exterior, con Lowry, DeRozan y Williams tomando el protagonismo, atacando regularmente la zona rival y finalizando habitualmente las jugadas ellos mismos. Son de los equipos que más posesiones acaban en un aclarado, con un resultado habitualmente positivo, forzando un gran número de faltas rivales cada vez que penetran, pero también usando el tiro tras bote. Kyle y Louis tienen rango desde más allá de la línea de triple, pero DeMar lo hace desde la media distancia (aunque atención a cómo ha acabado la temporada tirando de 3). Los anotadores principales que manejan el balón pueden sacar una suspensión prácticamente sin espacio, o tiros libres sin pisar la pintura. por lo que no necesitan diseños complicados para darles ventaja: a menudo les basta con un bloqueo directo.

La cruz de todo esto es que el equipo se convierte en predecible en momentos decisivos, lo que ha generado críticas a Casey pese a que sólo hay dos equipos en la NBA con un mejor índice ofensivo que el de los Raptors

Los roles de los titulares están bien definidos: Lowry y DeRozan son los playmakers, los jugadores encargados de hacer progresar las jugadas y crear las ventajas para los demás, o sí mismos. Amir Johnson es el interior que más utilizan en el poste alto, como pasador, bloqueador y continuador y ocasional tirador, mientras que Valanciunas suele reducir sus intervenciones con el balón al área más cercano a la canasta. Terrence Ross sirve de válvula de escape, para espaciar el campo como tirador en el lado débil, aprovechando bloqueos indirectos o colapsos de la defensa.

Toronto es un equipo que engaña en cuanto a movimiento de balón. Las jugadas a media pista suelen tener muchos pases y exploran varias opciones, pero toda vez que un jugador exterior encuentra lo que considera como una opción de tiro o un camino libre, finaliza el juego colectivo. Aunque estas oportunidades no sean todo lo favorables que debieran.

Como otros muchos equipos de la Liga, una gran cantidad de las jugadas de los Raptors parten de una situación de cuernos, con los dos hombres altos situados a los lados de la bombilla, los dos alas en las esquinas (habitualmente, DeRozan y Johnson en el lado izquierdo del ataque, y Valanciunas y Ross en el derecho), y el base en el centro de la pista, de esta manera:

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Esta formación es menos reconocible que en otros equipos de la Liga, porque en ocasiones el movimiento de los alas empieza cuando el base aún no ha empezado a subir el balón, o Lowry y DeRozan impulsan la jugada por delante de los hombres altos. Desde aquí, las opciones son innumerables, y los Raptors utilizan un gran número de ellas.

Pueden utilizar a Valanciunas o Johnson para poner un bloqueo directo a Lowry, o indirecto a Ross y DeRozan. Pueden pasar la pelota en el poste alto a Johnson, y que este intente buscar a un jugador cortando, o se la dé a DeRozan a la mano.

De hecho esta última opción es la acción más recurrente en Toronto. Lowry pasa el balón a Amir (1), y se dirige al ala izquierda para poner un bloqueo indirecto a DeRozan, que viene desde la esquina (2). Johnson le entrega el balón a la mano o con un pequeño pitch, y DeRozan utiliza la posición del otro hombre alto, Valanciunas, para hacer un bloqueo directo (3), y tirar una bomba sobre la defensa de los Blazers.

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Otra manera sencilla, directa y muy utilizada por los Raptors para conseguir un tiro a DeRozan, partiendo de la misma formación. Aunque fijaos que, como hablábamos antes, la acción se pone en marcha rápidamente: no esperan a que lleguen los pívots, pero es totalmente reconocible la situación de alas en las esquinas, pívots en los codos.

Lowry se la pasa a Ross y rellena él mismo la esquina izquierda del ataque, mientras Valanciunas establece posición en el poste bajo (1). Mientras, en el otro lado de la pista, Johnson bloquea para liberar a DeRozan (2). DeMar recibe el pase con varias opciones (3), y decide tirar sin esperar siquiera que Johnson vuelva a bloquear para él (4).

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Para muchos otros equipos, una jugada para conseguir un tiro de 2 de larga distancia con 18 segundos en el reloj y no muy liberado no es una opción. Para los Raptors, es parte del libreto, y gracias a DeRozan, no les funciona nada mal.

También parten de cuernos todos los desvíos de atención para buscar un buen espacio o emparejamiento en el poste bajo. Tanto para grandes como para pequeños. En jugadas como la anterior, en las que DeMar recibe un pase tras el bloqueo indirecto de Amir, la otra opción, además del tiro o la penetración hacia el medio de la zona, es botar hacia la línea de fondo (a veces con un segundo bloqueo, de Johnson, este ya directo, para ganar aún mejor posición), y desde allí postear a su par.

Con Lowry lo hacen de otra manera, pero también interviene ese juego de tres hombres en el lado izquierdo del ataque. Ross viene desde la esquina a recibir el pase (1), y Lowry hace el corte UCLA al poste bajo izquierdo, utilizando el bloqueo de Amir (2). La amenaza de Johnson y Valanciunas bloqueando en el lado débil para DeRozan inclina la defensa al otro lado de la pista (3), y Lowry puede recibir de espaldas, aclarado (4). George Hill le ha obligado con buena defensa a salirse más lejos de lo que a Toronto le gustaría, pero aún así, Lowry logra sacar el 2+1.

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Como veis, el lado izquierdo del ataque de Toronto es la zona de moda, y la cosa se pone aún peor porque ahí también es donde favorece recibir Valanciunas. Que en cuernos suela formar en el codo derecho, para no alterar la sociedad JohnsonDeRozan, no es ningún impedimento, los Raptors tienen maneras de pasarle de una posición a otra, utilizando bloqueos de los aleros para que establezca posición.

Algo divertido en lo que fijarse con Jonas y la cantidad de balones que recibe en el poste bajo: fijaos en su posición en la pista. Los Raptors tienen una regla, si Valanciunas está fuera del logo, no puede recibir el balón. Por tanto, sólo tienen permiso para pasarle si ha establecido su cuerpo justo aquí:

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La tarea se hace algo más complicada en el Air Canada Centre, porque como en muchas otras pistas, ya no hay logos en esa zona de la cancha, pero tiene que imaginarlo.

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Valanciunas también contribuye con rebotes ofensivos, o recibiendo el balón tras ofrecerse como opción cerca de la canasta, tanto en cortes, como aprovechando cuando la ayuda intenta parar la penetración, y poco más. El tiro de media distancia y la continuación desde el poste alto son poco habituales, y su carga de trabajo disminuye según avanza el partido: sigue anotando mucho en el primer cuarto, y después se olvidan de él.

Luego está Ross, el quinto titular, que es principalmente utilizado de válvula de escape, como tirador tras pase, para abrir el campo, pero para el que tienen preparadas unas cuantas jugadas para conseguir que se suelte con el balón. Cuando Toronto necesita involucrarlo en la acción, utilizan una jugada llamada Hawk, en la que, partiendo de lo alto de la bombilla, hace un círculo por toda la zona para salir de un doble bloqueo que ponen los dos hombres altos, que se encuentran apilados en el lado débil al lado de la zona, mientras que el base y escolta realizan un bloqueo y continuación que sirve de distracción, antes de pasar el balón a un Ross que aparecerá liberado.

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Fijaos en Patterson agarrando a Valanciunas de la camiseta para mantener la distancia adecuada.

Ya hemos dicho que el banquillo de los Raptors ha sido clave durante la temporada, y especialmente dos piezas: Louis Williams y Patrick Patterson. Williams, candidato a 6º Hombre del Año ha vuelto al nivel de las mejores temporadas de su carrera, destrozando a los equipos desde el bloqueo directo, y tirando triples tras pase, sin necesidad de conducir el balón, desde las esquinas. Patrick Patterson con su buen tiro y manejo de balón, es lo más parecido que tienen los Raptors a un small-ball. Su presencia estira la cancha y le da aún más espacio a los Raptors para anotar.

Los Raptors en defensa

Pese a la fama de su entrenador como gurú defensivo, este es el área del juego en el que los Raptors más sufren. De los equipos de Playoffs, sólo los Nets tienen peor eficiencia defensiva.

Los problemas de los Raptors vienen por ejecutar un esquema defensivo que no funciona con su personal actual. Toronto defiende el bloqueo y continuación de una forma agresivamente tradicional. El jugador exterior, al contrario que en muchos equipos de la Liga, no tiene que intentar negar el bloqueo y forzar a su par a los lados de la pista. Sólo se tiene que preocupar de seguir a su hombre uno contra uno lo mejor posible, tratar de forzar pérdidas atacando el balón, y recuperarle lo antes posible.

El hombre alto por su parte, lo defiende agresivamente, atacando la salida del bloqueo del base, tratando de atraparle allí, pero sin cambiar, recuperando a su hombre en cuanto haya molestado. Este esquema, bien ejecutado, tiene como ventaja, en primer lugar, que de alguna manera, convierte en inútil el bloqueo para el exterior rival. Ya no puede tirar liberado a la salida de este, ni enfilar rápidamente la zona con bote, se ve obligado a tomar un desvío. Puedes permitirte que tu base se quede enganchado en el bloqueo y lo pase por detrás, y en el mejor de los casos, puedes forzar alguna pérdida en un dos-contra-uno.

Lo malo es cuando la teoría no funciona. Como el hombre alto no cumpla con su misión de atrapar al exterior rival…

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…ocurren desastres como este: Zeller continúa sin la más mínima oposición, Williams tiene toda la pista abierta por delante y Amir Johnson ha puesto un magnífico bloqueo… a su compañero Lowry.

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Esto es lo que les ocurre a los Raptors: un equipo espabilado o un jugador habilidoso, pueden manejar el esquema en su contra. De hecho, aunque no os lo haya mostrado previamente, en esta jugada hay una pequeña acción previa que lo condiciona todo: mientras Zeller se dirige a a poner el bloqueo, Henderson bloquea a su vez a Johnson, y por eso Amir llega tarde. Con trucos así, los equipos están convirtiendo en inútil el esquema Raptor.

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Este esquema está muy bien para anular el tiro del conductor de balón rival, y lo han utilizado muy buenas defensas, pero los Raptors no tienen el personal adecuado. Utilizar a dos defensores en cada bloqueo le da ventaja numérica al rival en cuanto salen de la trampa, y aleja a un hombre alto de la pintura.

Un equipo que rote bien sus hombres, disciplinados y atentos, que tenga un protector del aro que necesite las menos ayudas posibles cuando la penetración se dirija hacia él, y que saque toneladas de pérdidas de todo esto, estará bien, gracias. Pero los Raptors no hacen nada de todo eso. Vasquez y DeRozan, especialmente, se despistan mucho, lo que hace que el castillo de naipes se venga abajo. Valanciunas es el único pívot con minutos de la plantilla, y aunque tenga el tamaño para defender bien en estático, no tiene la habilidad para contener a continuadores o bases penetrando.

Y en cuanto a pérdidas, son un equipo en torno a la media de la Liga, y la gran mayoría de ellas no las sacan del producto de la presión del dos-contra-dos, sino de la tenacidad de Lowry en cualquier punto de la pista y situación, o doblando el poste (algo que hacen un montón, fijaos si se enfrentan a un atacante interior dominante).

Además, son uno de los peores equipos de la Liga en el rebote defensivo, y tener a tu hombre alto tantas veces lejos de la jugada sin duda es una de las causas. En una situación como la de la siguiente captura, si Vucevic tira y falla, ¿en qué posición está Hansbrough para coger el rebote?

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El único momento en el que relajan el tono es cuando el bloqueo directo implica al hombre de Valanciunas. El esquema cambia, y él no presiona el bloqueo, sino que espera cerca de la canasta. Esto da un poco más de libertad a los bases rivales, obliga a los exteriores de los Raptors a tener que ser mucho más precavidos con el tiro, y como el base penetre, Jonas es un flan lejos del aro.

Pero superar a Valanciunas aquí no es una catástrofe porque hay una segunda línea. Un equipo que pudiera abrir el campo con un 4 tirador pondría cosas más complicadas, por supuesto, pero la diferencia es que defendiendo así los Raptors tienen un hombre alto más por detrás del balón. Y eso marca diferencias.

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Los Wizards en ataque

Los Wizards, al igual que los Raptors, basan su libreto alrededor de las jugadas desde la formación de cuernos. Lo bueno de esta formación que tanto hemos repasado ya, es que permite aprovechar el tamaño y la habilidad de un hombre alto para poner bloqueos en cualquier parte de la pista, y están tan lejos del aro como su rango se le permite.

Se puede ser muy creativo con la pizarra desde esta configuración, pero este no es el caso de Washington. Los Wizards son un equipo con espaciado pobre, que no tira mucho de 3, que prefiere el uno-contra-uno al movimiento, y jugar a media cancha. Si no tuvieran un base tan redondo entre sus filas, sería desesperante verles atacar.

Es común por desgracia ver en los Wizards situaciones como las de la siguiente captura, con todos los jugadores agrupados en pequeños espacios de pista, grandes zonas del campo (en este caso las esquinas) sin rellenar, y pasividad en los jugadores que no tienen el balón.

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Wall se da cuenta que por su lado la posesión no va a ningún sitio, y la pasa a la otra zona del campo para que Beal y Nene hagan un bloqueo y continuación. Como Washington no ha estirado la defensa de Houston, ni le ha puesto en posición de cometer algún error o perder una rotación, los jugadores de los Rockets pueden ayudar con total tranquilidad, y poblar la pintura.
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Beal tampoco ve el hueco, y la jugada acaba con un pobre tiro a la media vuelta de Gortat. Así mueren tantas y tantas posesiones de los Wizards…

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Por eso Wall es imprescindible: hoy por hoy, es el único jugador de este equipo que obliga a tomar decisiones al rival y su visión de juego saca puntos de jugadas insalvables como esta otra. Si a John no se le ocurre nada, el ataque de los Wizards acaba con un tiro lejano de 2 en los últimos segundos del reloj de posesión.

Su especialidad es además, encontrar a los tiradores en la esquina. Los Wizards son de los equipos de la Liga que menos tiran de 3, pero de los mejores en porcentaje: cuando tiran suele ser tras pase, y John Wall encuentra las mejores opciones, muchas veces en el otro lado de la pista, como en este ejemplo. Ninguna defensa está preparada para que un pick’n’roll que han logrado desviar al lateral, acabe con un triple en la otra esquina.

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Su propia progresión como amenaza de tiro de 3 se ha detenido muy conscientemente. En lugar de seguir progresando por esa vía, ha decidido seguir perfeccionando lo que hace bien, y su seña de identidad es el tiro tras bote desde media distancia, deteniéndose en los codos de la zona para recoger el bote y tirar. Es una fórmula que ha funcionado a bases como Tony Parker o en menor medida, Chris Paul.

Si Bradley Beal hubiera añadido algo a su juego para acompañarle, quizá la cosa sería diferente, pero el jugador que nos sorprendió en los pasados Playoffs manejando el bloqueo y continuación, y dándole de verdad un creador secundario a Washington, no ha seguido progresando esta temporada, un poco rota por lesiones de gravedad media.

El problema en mi opinión es que entiende esta jugada como una manera de buscarse la suspensión, no como una amenaza múltiple a la defensa en la que involucrar a sus compañeros. Para pararlo es suficiente poner un tercer defensor entre él y el camino al aro. Cuando libra el bloqueo, en lugar de apuñalar la defensa, suele dar pasos cortos, tentativos, con mucho movimiento lateral, en los que se le ve pensar en las opciones que se le abren, y cómo no le convence ninguna más que el tiro.

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Y entonces recoge el bote, pero en ese par de segundos clave escaneando la pista ha perdido un tiempo precioso, su defensor se ha recuperado, y ya no tiene ni el tiro disponible.

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Pierce es la otra opción obvia, pero a estas alturas, The Truth es poco más que un buen tirador y un jugador al que pasar la patata caliente. Su protagonismo en ataque nunca ha sido tan pequeño en toda su carrera. Los Wizards a veces ponen bloqueos directos para él en el flujo del ataque, pero muchas veces los abandona y devuelve el pase. A no ser que tenga algo guardado para Playoffs, o que le rejuvenezcan con un cambio de posición como sucedió en Brooklyn, su rol como alero, por desgracia, será secundario

En cuanto a los hombres altos, Nene tiene un perfil más sútil, con mejor pase, juego de espaldas y tiro de media distancia, mientras que Gortat es la fuerza más bruta, el continuador de los bloqueos, reboteador ofensivo y martillo pilón. Marcin ha sido criticado por Wittman por acomodarse lejos de la canasta, y ofrecerse más para tirar desde la media distancia que para continuar a canasta, y es que el polaco es mucho más peligroso cuando su dos-contra-dos con Wall le dirige al aro.

Los jugadores que salen desde el banquillo no ofrecen una gran solución. Sessions es un jugador tan regular como poco importante, que sirve para rellenar minutos durante la temporada regular, no para marcar diferencias en Playoffs. Su rol no es el de sexto hombre anotador, o complemento para abrir el campo si el ataque de los Warriors se cala. Seraphin es su equivalente en cuanto a juego interior, y además, los dos no entienden demasiado bien, prefiriendo ritmos de juego completamente diferentes, y el balón en sus manos.

Si los últimos partidos son una indicación, el jugador que sí puede ser importante es Otto Porter. Es el Wizard más activo sin balón, y siempre está atento para contribuir al equipo con un corte inteligente o cargando el rebote. Pero todavía puede hacer muy poquitas cosas como conductor de balón, y los equipos no necesitan respetarle más que lo justo como triplista.

El único jugador que de verdad ofrece una especial dimensión desde el banquillo es Drew Gooden, único hombre alto capaz de tirar de 3. Mientras Wittman siga sin utilizar a Pierce o Porter de ala-pívot, la única opción de hacer pagar a los rivales cuando defienden un bloqueo a Wall así, es con él. Aunque lo malo es que sigue siendo Drew Gooden.
drewgoodenCon él en pista en estos partidos finales de la temporada, los Wizards han tenido un mayor éxito y una mejor pinta en ataque, utilizando complementariamente mucho y bien el bloqueo y continuación entre Wall y Gortat. Han sido partidos ante malos rivales en algunos casos, y con el poco interés habitual de la recta final de la temporada NBA. Nene es mil veces mejor jugador que Gooden, pero el encaje de un quinteto NBA es un ecosistema muy delicado.

Los Wizards en defensa

Con dos hombres altos siempre en pista, exteriores muy físicos, y un esquema conservador que les ayuda a evitar errores, los Wizards tienen una de las mejores y más sólidas defensas de la Liga.

Washington espera atrás en el bloqueo y continuación, sobre todo en el caso de Gortat, y confían en que Wall, Beal, Pierce y Porter libren los bloqueos de la mejor manera posible. Al igual que en el ataque, es una defensa muy individual, en la que se confía en la habilidad de los jugadores de aguantar a su par uno contra uno.

En el siguiente bloqueo doble de los Hornets se ven las diferencias entre pívots: Nene más cerca de la acción…

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…y Gortat defendiéndolo esperando atrás.

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Tienden a ayudar a la penetración en la zona, sobre todo con los hombres que defienden las alas, haciendo venir al jugador del lado débil a la pintura en la defensa del pick-n-roll, y siendo algo más cautos con el de la esquina.

En el rebote defensivo son uno de los mejores equipos de la Liga. Les ayuda mucho jugar muy juntos, el buen tamaño en todas las posiciones y estar muy cerca de la canasta, pero también son un equipo muy disciplinado en la tarea. El jugador en el que fijarse cuando el ataque rival tira es Nene, uno de los mejores cerradores del rebote de la Liga.

Un punto negativo de esta defensa es que por conservadora, no provoca muchas pérdidas, algo que les vendría perfecto para salir al contraataque, teniendo además en sus filas a uno de los mejores jugadores de la Liga en esas lides, John Wall.

Las tramas

Defensa contra ataque contra ataque contra defensa El tercer ataque de la Liga se enfrenta a la quinta defensa, el 19º ataque a la 23º defensa. ¿Por dónde se romperá el equilibrio?

El mejor base del Este En esta serie se cruzan los dos exteriores titulares del All Star del Este. Kyrie Irving y Jeff Teague tienen algo que decir, por supuesto, pero el que gane esta serie puede salir reivindicado, al menos por unos días.

Pierce contra los Raptors Aunque nunca se enfrentó a ellos como Celtic, ya van dos años seguidos en los que a Paul Pierce le toca viajar a Toronto en Playoffs. Y por supuesto, ya ha calentado un poquito a un equipo y una ciudad que se toma a los Raptors como algo personal.

Maestro contra tutor Randy Wittman trabajó para Dwane Casey en Minnesota, y aunque mucho ha llovido desde entonces, algo sacarían uno del otro de aquel encuentro.

El enfrentamiento

Esta es sin duda la eliminatoria más igualada en el Este, pese al tremendo contraste estilístico. Ninguno de los dos equipos puede castigar una debilidad rival con una fortaleza propia.

Los Raptors sufren contra equipos abiertos, con múltiples conductores del balón que manipulen el agresivo esquema defensivo en su contra. Los Wizards son un equipo con espaciado terrible que depende mucho de una sola persona. Los Raptors van a poner muchísima presión sobre Wall, que tendrá que zafarse de ella, o esperar que otros hagan las jugadas por él.

Los Wizards retan a los equipos rivales a que les batan desde la media distancia y niega las canastas fáciles en la zona, Toronto acepta el desafío, pero confiar el ataque al acierto en la suspensión puede ser peligroso. DeRozan y Williams están en racha, Lowry no sabemos, pero si la espalda no le molesta, puede ser la sentencia de muerte para Toronto.

Ninguno de los dos equipos puede imponer tamaño, porque ambos juegan con dos hombres altos. El banquillo de los Raptors es muy superior a los Wizards, y una de las razones por las que Toronto barrió a Washington en la temporada regular, pero la propia dinámica de Playoffs, con más descanso entre partidos y más minutos para titulares, les niega esa ventaja.

Me aterroriza la posibilidad de que esta serie pueda acabar dependiendo del comodín de Drew Gooden. Es muy difícil mejorar una defensa sobre la marcha o con el personal de un banquillo, pero un poquito de espacio en ataque hace maravillas. Él (o una solución inexplorada como Pierce de 4) es el único jugador que introduce una variante táctica lo suficientemente importante para desnivelar la eliminatoria.

Ganará el que mejor ejecute el plan, el equipo con mejores actuaciones personales… o el que tenga una carta guardada.

Avance de temporada 2013-2014: Toronto Raptors

Recuerda que puedes hacerte con esta previa (y todas las de la temporada, juntas, en PDF) en La Primera (y quizás última) Mega Guía de La Crónica Desde El Sofá para la temporada 13/14. Es totalmente gratuita, tan sólo os pedimos que hagáis una mención por Twitter o compartirla por Facebook mediante este botón:

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Otro equipo más en una amplia lista de candidatos factibles a Playoffs en el Este. Después de traspasar a su base de toda la vida, y adquirir a cambio a Rudy Gay, el jugador de mayor perfil que ha tenido este equipo desde que se fue Chris Bosh, fueron el sexto equipo del Este, con 18 victorias y 18 derrotas. El quinteto titular que logró ese récord, se mantiene intacto, de hecho los Raptors son junto a Miami, Oklahoma City, Indiana y San Antonio, uno de los cinco equipos que presumiblemente empezará esta temporada con el mismo quinteto que más minutos tuvo el pasado año, y hay muchas esperanzas puestas en ver cómo funcionan más tiempo juntos, y si se mantiene el nivel de equipo de Playoffs con el que despidieron la temporada.

Además, este verano se hicieron con los servicios del Ejecutivo del Año, Masai Ujiri, y aunque su impacto se verá a medio plazo, ha retocado el banquillo y se ha despedido de un Andrea Bargnani que cada vez contaba menos.

  • Radiografía de los Raptors

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Intriga absoluta

Los Raptors son para mí uno de los equipos más intrigantes de la Liga. Su quinteto titular en la segunda mitad del año, con Kyle Lowry, DeMar DeRozan, Rudy Gay, Amir Johnson y Jonas Valanciunas fue tremendamente exitoso, 12.9 puntos por 100 posesiones mejores que el rival, siendo especialmente incisivo en defensa, donde tuvieron una marca excelente, que sería la mejor de la Liga de poder mantenerla (y si ellos jugaran 48 minutos). También hay que tener en cuenta los milagros que se producen en la NBA en marzo y abril, cuando algunos equipos desconectan, cosa que no ocurrió en Toronto, que no tenía elección de Draft por la que luchar, y que colorean resultados especialmente buenos, como tal vez este.

Sin Bargnani en la plantilla que quizá podía reclamar un puesto por veteranía, parece casi seguro que este quinteto se mantendrá, al menos hasta que haya algún nuevo cambio de personal, y habrá que ver qué tal lo hace a lo largo de un año completo, porque salvo por el proletario Amir Johnson, es un grupo con un marcado carácter individualista, que la perdió bastante cuando coincidió en pista, sin jugadores que hayan demostrado ser capaces de pasar en las alas, y con una pareja con poco rango anotador para su posición (DeRozan y Johnson) que podrían atascar ligeramente el espaciado del equipo.

Pero el potencial existe. Es un quinteto bastante joven, en el que Lowry y Gay, de la cosecha del ’86, con 27 años cumplidos son los más «viejos» y por tanto a punto de entrar en los mejores años de su carrera deportiva, y con varios jugadores que da la impresión que todavía pueden explotar, y añadir una marcha más a su juego, sobre todo Kyle, Rudy y, por supuesto, el yogurín lituano Valanciunas.

Expectantes nos hallamos ante el destino de este equipo. Y más sabiendo que ahora el jefe es Ujiri, y que si ve la cosa va mal empieza a hacer cambios como si esto fuera un capítulo de «Los reyes del trueque»

  • El valor y Rudy Gay

Rudy Gay es uno de los jugadores más polarizantes e interesantes para el análisis de la Liga. Está encerrado en esa discusión todavía abierta al debate y pendiente de encontrar una solución, sobre cómo cuantificar cuánto vale crear tiros con una eficiencia mediocre, similar a la de media de la Liga, y la recta final de la temporada no nos ayudó a resolver demasiado el misterio.

Los Grizzlies, el equipo de toda su carrera, funcionó mejor sin él, pero es indudable que Memphis le echó de menos cuando eran incapaces de anotar en Playoffs ante San Antonio, pero en parte fue por la terrible carencia de anotación que había en las alas (si tuvieran a un verdadero jugador 3D quizá no estaríamos hablando de esto ahora). Los Raptors también tuvieron buenos resultados desde su llegada, pero no marcó una diferencia acorde al impacto que se le presupone por quien le tiene estima. Los dos equipos fueron mejores tras el intercambio, pero tiene pinta de ser una victoria pequeña y pírrica en ambos casos.

Si tuviéramos que explicar a Rudy Gay a vuelapluma, diríamos que tira mucho y puede hacerlo desde cualquier lugar bajo cualquier pretexto, mete regular, es muy mal pasador (no sólo es que no pase mucho, sino que es muy poco certero) y pese a que tiene un excelente tamaño para su posición, no lo traduce en una contribución positiva a la defensa por ser despistado, remolón y no ayudar todo lo que debería en los tableros.

Además, tiene una reputación ganada a pulso de jugador clave en momentos decisivos habiendo metido 9 de 17 canastas para ponerse por delante o empatar un partido a falta de 5 segundos o menos en los últimos 5 años (2 de ellas sobre la bocina), una de las mejores marcas de la Liga.

Claramente, alguien que coquetea con los 20 puntos por partido sin conceder nada en defensa es un jugador útil, que no hace peor a un equipo. Pero hay que tener en cuenta lo que cuesta (casi 18 millones este año, y podría salir al mercado el verano que viene) en una Liga en la que cada vez es más importante la flexibilidad financiera, y que hay que encontrar el punto idóneo de utilización, ¿de qué debería estar más cerca Gay, de acabar una de cada tres jugadas en Toronto, o una cada cinco?

Pensar en potencial a estas alturas, cuando ya lleva 7 temporadas en la Liga sea seguramente iluso (a no ser que el problema fuera que no veía bien, algo que ya arregló operándose los ojos). El problema con este tipo de jugadores no es simplemente la selección de tiro, porque no tienen un lugar o un recurso infalible al que puedan acogerse desechando todo lo superfluo e ineficiente. Sí, cambiar los tiros de dos lejanos por casi cualquier otra cosa, tuya, o de otro jugador es rentable para el equipo, Pero en lo individual, al igual que hay jugadores infalibles en unas zonas e incapaces en otras, tenemos que comprender que hay quien puede utilizar todo el frente de ataque razonablemente bien, sin sobresalir en ningún punto, así a secas. Y eso es difícilmente mejorable a según que edad, y no te permite elegir demasiado.

Y es que al final, irónicamente, jugadores como Rudy Gay no son irregulares, sino los más consistentes de todos. Sólo hay que cambiar la dimensión en la que miramos.

  • Jonas, año II

Hay que tener mucho valor para escribir a estas alturas sobre Jonas Valanciunas. Hay muchos signos que apuntan a grandeza a corto plazo, y al mismo tiempo es fácil ver lo débiles que son esas señales.

Fue el MVP de la Summer League en Las Vegas, algo que en los últimos años fueron Josh Shelby, Damian Lillard, John Wall y Anthony Randolph. Tiene unas estadísticas excelentes por minuto en el EuroBasket, pero no deja de ser el EuroBasket, y su seleccionador Kazlauskas, ha limitado sus minutos, poniéndole en pista menos tiempo que al resto de líderes de su equipo. Y los 7 kilos de músculo que según dicen (y se puede observar) se ha puesto encima en veranito, cambiarán algo en su forma de jugar: será más contundente, pero ¿que sucederá con su rapidez y su agilidad? Estas quizá son las características más destacables de su juego el año pasado.

La suerte está echada con Valanciunas, y podemos esperar cualquier cosa de su corto, medio y largo plazo. Tiene el tamaño, para empezar, y demostró una progresión constante en todo lo que hacía a lo largo del año, lo que demuestra que es capaz de aprender.

Finaliza bien de espaldas desde la izquierda, sin muchos recursos, pero con un reverso hacia el tablero y un gancho que ya tienen el nivel, y también continúa hacia el aro en jugadas de bloqueo con una exuberancia increíble (aunque a veces va demasiado rápido y acaba por delante, hay varios ejemplos de cómo pide el balón cuando ya se ha metido debajo del tablero, y esto también se aplica a cuando postea, donde los deseos de moverse rápido le llevan a perder el equilibrio y el balón). Se ofrece para poner bloqueos constantemente (entre él y Johnson, los Raptors fueron magníficos en la recta final en este aspecto) y su tiro de media distancia ya anda por el 40%, algo que está muy bien como recurso en un pívot, pero ojalá no se convierta en un arma de doble filo. Como porcentaje de acierto es un punto de partida desde el que mejorar si hay ambición, pero es suficiente como motivo para conformarse y alejarse del aro a vivir una vida más cómoda. Más de una carrera se estropeó así.

Anotó muy fácil y eficientemente, pero también es verdad que los Raptors pasaron pocas veces el balón en su dirección, e intentaron aprovechar cuando tenía ventaja, algo que debería cambiar, ya que ahora será una opción en todo momento. Al mismo tiempo, una vez que la pelota llegaba a Jonas, rara vez volvía de vuelta. Eso, que la pase, se le va a pedir este año, sobre todo cuando le junten con tiradores (o lo que puedan) en pista, y habrá que ver cómo se desenvuelve, porque apenas pudimos verle en este aspecto el año pasado.

En defensa tuvo los problemas típicos de un novato, y más en un equipo con sistemas tan complejos como los de Casey, en los que se mezclan las zonas más o menos disimuladas con la defensa individual, pero fue corrigiendo el problema de las faltas poco a poco, y este año, con Bill Bayno tomando las riendas como coordinador, cambiará alguna cosa.

Estuvo mejor en tareas que requieren de rapidez (salir a por tiradores, aparecer en las ayudas, parar los bloqueos en el poste alto) que aquellas más orientadas a la fuerza (le buscaron mucho los rivales, y con éxito, en el poste bajo). Su cuerpo ha cambiado, y veremos como se traduce en su juego, porque a lo mejor en vez de solucionar el problema se han creado uno nuevo.

En definitiva, hay razones para creer en Valanciunas, pero no es ni es mucho menos una apuesta segura o inmediata. Pero para que aspiren a Playoffs, es imprescindible.

  • ¿Un nuevo Lowry?

Lowry fue una ligera decepción la temporada pasada para aquellos que esperábamos un año revelación. Empezó muy fuerte, promediando un 23.7/7.3/7 en los tres primeros partidos, en los que parecía que los All-Star en el Este iban a ser Kyle y 11 más, pero se lesionó en el siguiente encuentro, y cuando volvió, no acabó de sentirse confortable compartiendo equipo con Calderón.

Sus números anotando tras pase son manifiestamente mejores que los que consiguió creándose su propio tiro tras bote (de hecho, estaría entre los jugadores más dominantes de la pasada campaña como «tirador«), pero paradójicamente, son peores con el hombre que mejor le podía asistir en cancha, Calde, lo que es otra muestra de su incomodidad con el extremeño.

Alternaba actuaciones meritorias con partidos desastrosos en los que se le veía fuera de sitio, y las sensaciones que transmitía al espectador y las comparaciones mediante +/- indicaban que Calderón era más beneficioso para el equipo (aunque el RAPM ha situado finalmente a Lowry 3 puntos por 100 posesiones mejor, con los mismos cuartetos acompañando, en parte por sus contribuciones defensivas).

A finales de enero, Calderón se fue a Detroit, vino Rudy Gay, y Lowry aunque siguió con terribles problemas de inconsistencia anotadora, aguantó la incontinencia: moderó su volumen de tiro y apostó por repartir un poco más el juego y alimentar a sus compañeros. Esa es la versión que seguramente le gustaría ver a Casey la próxima temporada, y el quinteto titular no anda precisamente sobrado de jugadores solidarios.

Este año, en el que por primera vez en un tiempo no debe sentirse amenazado por la competencia, puede tomarse las cosas con calma y seguir virando su juego hacia el de director que amenaza con su tiro al rival para crear espacio, no a su propio equipo. Es trabajador, y seguirá aportando en defensa, rebote y mentalidad. Los mejores años de su carrera los tiene justo delante. Veremos como los aprovecha.

  • Revelación Amir

Si estos Raptors tienen algún tipo de arma secreta, ese es Amir Johnson. El traspaso de Davis y la defenestración de Bargnani le permitieron jugar más que nunca, y cumplió, vaya si cumplió. Todavía bastante joven para su experiencia (26 añitos), ya que llegó desde el instituto, Johnson es el rey del trabajo sucio en Toronto.

A pesar de que a mitad de temporada le quitaron a su compañero favorito, Jose Calderon, con el que había desarrollado a lo largo de los años una química inmejorable, mantuvo sus prestaciones en ataque rebañando rebotes ofensivos y como continuador tras bloqueos cuando este se fue, siguió poniendo esas pantallas marca de la casa con agarrones y enganchones posteriores incluidos, que son perfectos cuando los árbitros no los ven (que no suelen), y continúo causando estragos en defensa, con un cuerpo y unas condiciones que le permiten defender a prácticamente cualquier tipo de ala-pívot e intimidar con la posibilidad de poner un tapón en cualquier momento en una ayuda.

Los Raptors encajaron 6.4 puntos menos por 100 posesiones con él en pista, y la tendencia se repite desde hace varias campañas: el equipo era mejor en 3.4 por 100 puntos en 2012 y en 2011 y 8.5 en 2010. El RAPM (+/- ajustado y normalizado) estima que su valor individual en defensa fue de 3.6 puntos en la pasada temporada, el mejor entre los ala-pívots y unido a una contribución positiva en ataque (con Johnson en el banquillo, los Raptors tenían una marca equivalente al peor equipo de la Liga ofensivamente) le sitúa como uno de los mejores jugadores de la pasada temporada, el 14º concreta y sorprendentemente.

Es muy dudoso que Johnson pueda tener semejante impacto en el juego, aún teniendo en cuenta todos los signos que apuntan a que es un excelente defensor y un jugador que no resta en ataque, pero ciertamente, su producción está siendo infravalorada, y es una de las claves del buen final de temporada de Toronto.

  • Es lo que hay

DeRozan cobrará 9.5 millones por temporada durante los próximos 4 años, y tal vez sea caro, pero nadie puede quejarse de las horas que hecha en el trabajo: 5º jugador con más minutos la pasada temporada, y sólo se ha perdido 8 partidos en 4 años.

Otra cosa de la que nadie se puede quejar, es de su consistencia. Salvo por un pequeño bajón en la eficiencia anotadora el año pasado (que ocurrió a muchos otros jugadores, y a la Liga en general por culpa del cierre patronal), DeRozan lleva tres temporadas siendo básicamente el mismo jugador, y produciendo de la misma manera. Ha sustituido un poco parte de la gran cantidad de tiros de 2 lejanos por triples, pero sólo anota un 26-28% de ellos, lo que es equivalente en porcentaje efectivo a un 39-42%, más o menos el mismo (y pauperrísimo) acierto que tiene en la media distancia.

Pero ataca el aro las suficientes veces (60 mates el año pasado, más los viajes a la línea, ya que es 28º en sacar tiros libres adicionales por partido) y tiene un juego de espaldas interesante ante escoltas pequeños en el bloque izquierdo del ataque, que le permite acabar con un porcentaje de tiro verdadero cerca de la media, algo que no le convierte en estrella, pero está bien para alguien que mete 18 puntos por partido. Su manera de jugar no tiene pinta de envejecer bien, pero ahora tiene 24 años, así que no nos tenemos que preocupar de eso en una buena temporada.

El tema es que salvo por un acierto en la media con un volumen grandecito (algo meritorio pero no tan difícil de reemplazar, y además, ensanchando el campo menos de lo habitual en un escolta), DeRozan no ofrece ningún añadido más. Su defensa es también terriblemente normal, no genera juego para sus compañeros cuando penetra y rebotea poco. Y aquí es donde enlazamos con una constante en estas series: los equipos triunfadores, se suelen cimentar en una superestrella y para complementarlos, mejor jugadores que defiendan y metan eficientemente 10 puntitos por partido a base de triples, que un «18 puntos por partido» a su bola.

Hay muchas maneras de ganar, y los Raptors no tienen un creador omnipotente, así que en este contexto, no les viene mal un jugador que se lo sepa montar por su cuenta. Pero Toronto, tal y como está formado, con gente como Gay, el Lowry tira-zapatillas, o él, va por el camino difícil.

  • Otro problema, no la solución

Supongo que los Raptors han tenido en cuenta el buen rendimiento en defensa del quinteto tiular porque el perfil de las incorporaciones al banquillo está claramente orientado al ataque. Con la llegada de dos jugadores de uno de los peores banquillos de la Liga, el de Indiana (Augustin, Hansbrough), el único 2.10 que rebotea menos que Bargnani, pero que la mete de 3 como el que más (Steve Novak), el irregularísimo Austin Daye, y la sensación de la Summer League, Dwight Buycks, acompañando a Landry Fields, Terrence Ross, Quincy Acy o Aaron Gray los Raptors son también una incógnita en el banquillo.

Al quinteto titular no le vendría mal un tirador que abriera la lata cuando el equipo se atasca (y cuando no se atasca también: los Raptors fueron el quinto peor equipo en porcentaje, y eso incluye los servicios durante más de media temporada del mejor en la Liga en este aspecto, Calderón), y seguramente que preferirían que Landry Fields redescubriera el rango de su primera temporada (acojonante lo suyo, y me vais a permitir el exabrupto, de un 39.3% en 219 intentos, a un 14.3% en 14 el año pasado), o Ross empezara a demostrar que lo tiene noche sí, noche también, antes de tener que tirar de un recurso tan unidimensional como Novak.

Hansbrough también puede venir bien para alborotar algún partido, pero sus mejores atributos, que son la intensidad, el rebote en ataque y la capacidad de sacar faltas (está entre los mejores de toda la Liga en este aspecto, 4º en viajes a la línea por minuto) no tapan puntos flacos del quinteto titular, ni le hacen una mejor opción que Johnson en general.

Sigo creyendo que Hansbrough es mejor de lo que parecía en Indiana, y podría ser un maravilloso sexto hombre si hubiera caído en un banquillo que no pusiera el balón en sus manos jamás en el poste alto, y tuviera un base puro que le alimentará en la zona en la que de verdad hace daño, pero repite con Augustin, así que será como si no hubiera salido de allí, por desgracia. La posición de director de orquesta suplente, sin duda la más floja de este equipo, que está a una lesión de Lowry del desastre total y absoluto.

En general, la segunda unidad de los Raptors no parece ofrecer a priori una respuesta a los problemas que se le intuye al quinteto titular, no tiene proyección más allá de Ross, y podría tener serios problemas de creación en la manos de Augustin y Buycks.

Los Playoffs en el Este estarán este año más caros (sí, ya sé que eso es lo que decimos todos los años, pero qué queréis que haga…) y un banquillo como este puede marcar la diferencia… para mal.