Viva la PEPE: Toronto Raptors (4) vs. Washington Wizards (5)

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Este año repasamos las 4 eliminatorias de Playoffs en el Este en nuestra primera Previa Épica de los Playoffs en el Este. Si te has perdido alguna, puedes encontrarlas todas aquí.

Cómo han llegado los Raptors

Los Raptors fueron el mejor equipo del Este en los dos primeros meses de competición, entrando en 2015 en cabeza con un registro de 24-8. Liderados por un fulgurante Kyle Lowry que a la postre sería titular en el All-Star, aguantaron a un gran nivel aún tras perder a DeMar DeRozan por la rotura de un tendón en la ingle. Pero el equipo se acabó resintiendo, y en el año actual han ganado sólo el 50% de los partidos. Siguen teniendo uno de los ataques más potentes de la Liga, pero los problemas en defensa no han parado de empeorar en toda la temporada.

DeRozan regresó a mediados de enero, pero su vuelta coincidió con el bajón de rendimiento de Lowry, que apenas ha jugado en este final de temporada (mezcla de problemas físicos en la espalda, tras echarse al equipo ¿literalmente? encima), y el comienzo de los problemas (recurrentes) de Amir Johnson en sus tobillos. Así, el equipo nunca ha recuperado el ritmo de un principio de temporada en el que quizá estaban jugando por encima de sus posibilidades. El escolta ha vuelto a encontrarse, cuajando alguna de las mejores actuaciones de su carrera en las últimas semanas, pero el estado en el que llegan el base y el ala-pívot titular es una incógnita absoluta.

Cómo han llegado los Wizards

Tras ganar 44 partidos y una ronda de Playoffs el año anterior, cambiaron a los Trevor (Ariza y Booker) por Paul Pierce y Kris Humphries, y sólo con el desarrollo de los jóvenes puntales del equipo, los Wizards tenían muy buena pinta, y comenzaron el año muy bien, siguiendo precisamente la estela de Toronto.

Pero al igual que los Raptors, este tampoco parece ser el año que los convierta en aspirantes. Con una buena defensa, pero un ataque estancado, los Wizards han sido un equipo bastante gris, en el que sólo destaca John Wall, y con más pinta de pensar en el año que viene que en este.

Rotación de Toronto

Los Raptors tienen una rotación de 10 jugadores, con un quinteto titular (casi) fijo formado por Lowry, DeRozan, Terrence Ross, Amir Johnson y Jonas Valanciunas. Ross perdió su puesto durante casi mes y medio tras la vuelta de DeRozan, primero a manos de Greivis Vasquez, y luego de James Johnson, en un movimiento que tuvo más que ver con su rendimiento particular, que con el equilibrio de un quinteto que este año ha sido mediocre.

El banquillo, con Vasquez, Louis Williams, James Johnson, Patrick Patterson y Tyler Hansbrough ha sido el factor diferencial del equipo este año. Toronto ha tenido el lujo de mantener en pista anotación exterior de nivel titular durante los 48 minutos en todos los partidos y a Patterson dando espacio instantáneo como hombre alto tirador cuando el equipo lo necesita. Los Raptors tienen uno de los mejores ataques de la Liga, acabando la temporada como 4º en índice ofensivo, con un registro global mejor que el de su propio quinteto titular, algo que no suele ocurrir.

De hecho, los cinco del banquillo han acabado formando un quinteto de facto, jugando en torno a 250 minutos juntos: ningún grupo formado completamente por suplentes se acerca, ni de lejos, a estas cifras. En Playoffs los entrenadores utilizan menos los banquillos, lo que resta algo de ventaja a Toronto, pero aún así, todavía algo tienen que jugar de todas formas, y lo bueno de este grupo es que además complementa las posibles carencias que tenga el quinteto inicial y puede aportarle versatilidad.

Vasquez por Ross y Patterson por cualquiera de los dos hombres altos suelen ser los primeros recambios desde el banquillo, dejando el protagonismo en el comienzo del segundo cuarto para Lou Williams. Toronto nunca cierra los partidos con el quinteto titular, sacrificando habitualmente a los jóvenes, Valanciunas y Ross, por Williams y Patterson. Si Valanciunas está jugando bien, Amir no tiene problemas de faltas, y los emparejamientos invitan a usar a James Johnson de 4 pequeño, la aparición de Hansbrough podría ser testimonial, pero algún minuto de pívot tendrá reservado.

James Johnson, por su parte, puede quedarse cualquier partido sin jugar por decisión técnica (o disciplinaria), si el equipo no necesita colocar un defensor agresivo en el 3 o el 4 rival. Por su falta de tiro, utilizarlo de falso ala-pívot no aporta algunas de las ventajas que se esperan del small-ball, y Casey le deja el contador de minutos a 0.

Rotación de Washington

El quinteto tipo de este equipo es el formado por Wall, Bradley Beal, Pierce, Nene y Marcin Gortat, pero el pívot polaco a veces es reemplazado en los finales de los partidos por un jugador con más tiro, como Drew Gooden o Rasual Butler.

Ramon Sessions es el encargado de suplir a Wall. Si Wittman confía en Garrett Temple tras salir de la lesión para los minutos de escolta suplente, Sessions no tendrá ese tiempo extra que de otra manera podría pasar junto a Wall.

El puesto de alero suplente es un polvorín: Otto Porter está jugando bien en la recta final de la temporada y parece tener ventaja, pero la veteranía y mejor tiro de 3 de Rasual Butler y Martell Webster podrían hacerle competencia en Playoffs. Este grupo puede encontrar también algún minuto extra tanto en el puesto de 2 (también dependiendo de Temple) como en el de 4 (especialmente en finales de partidos, Wittman no es de hacerse pequeño en otras situaciones).

Por dentro, la presencia de un pívot en pista en todo momento, en este caso Kevin Seraphin, parece innegociable, así que la otra pelea por minutos, será entre Kris Humphries y Drew Gooden. Humphries corrió por la pista de dentro durante casi toda la temporada, pero Gooden ha jugado mejor y más al final, y es el único hombre alto de la plantilla que ofrece el recurso del tiro, por lo que entra con ligera ventaja a Playoffs.

Los Raptors en ataque

El ataque de los Raptors está dominado por su agresivo juego exterior, con Lowry, DeRozan y Williams tomando el protagonismo, atacando regularmente la zona rival y finalizando habitualmente las jugadas ellos mismos. Son de los equipos que más posesiones acaban en un aclarado, con un resultado habitualmente positivo, forzando un gran número de faltas rivales cada vez que penetran, pero también usando el tiro tras bote. Kyle y Louis tienen rango desde más allá de la línea de triple, pero DeMar lo hace desde la media distancia (aunque atención a cómo ha acabado la temporada tirando de 3). Los anotadores principales que manejan el balón pueden sacar una suspensión prácticamente sin espacio, o tiros libres sin pisar la pintura. por lo que no necesitan diseños complicados para darles ventaja: a menudo les basta con un bloqueo directo.

La cruz de todo esto es que el equipo se convierte en predecible en momentos decisivos, lo que ha generado críticas a Casey pese a que sólo hay dos equipos en la NBA con un mejor índice ofensivo que el de los Raptors

Los roles de los titulares están bien definidos: Lowry y DeRozan son los playmakers, los jugadores encargados de hacer progresar las jugadas y crear las ventajas para los demás, o sí mismos. Amir Johnson es el interior que más utilizan en el poste alto, como pasador, bloqueador y continuador y ocasional tirador, mientras que Valanciunas suele reducir sus intervenciones con el balón al área más cercano a la canasta. Terrence Ross sirve de válvula de escape, para espaciar el campo como tirador en el lado débil, aprovechando bloqueos indirectos o colapsos de la defensa.

Toronto es un equipo que engaña en cuanto a movimiento de balón. Las jugadas a media pista suelen tener muchos pases y exploran varias opciones, pero toda vez que un jugador exterior encuentra lo que considera como una opción de tiro o un camino libre, finaliza el juego colectivo. Aunque estas oportunidades no sean todo lo favorables que debieran.

Como otros muchos equipos de la Liga, una gran cantidad de las jugadas de los Raptors parten de una situación de cuernos, con los dos hombres altos situados a los lados de la bombilla, los dos alas en las esquinas (habitualmente, DeRozan y Johnson en el lado izquierdo del ataque, y Valanciunas y Ross en el derecho), y el base en el centro de la pista, de esta manera:

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Esta formación es menos reconocible que en otros equipos de la Liga, porque en ocasiones el movimiento de los alas empieza cuando el base aún no ha empezado a subir el balón, o Lowry y DeRozan impulsan la jugada por delante de los hombres altos. Desde aquí, las opciones son innumerables, y los Raptors utilizan un gran número de ellas.

Pueden utilizar a Valanciunas o Johnson para poner un bloqueo directo a Lowry, o indirecto a Ross y DeRozan. Pueden pasar la pelota en el poste alto a Johnson, y que este intente buscar a un jugador cortando, o se la dé a DeRozan a la mano.

De hecho esta última opción es la acción más recurrente en Toronto. Lowry pasa el balón a Amir (1), y se dirige al ala izquierda para poner un bloqueo indirecto a DeRozan, que viene desde la esquina (2). Johnson le entrega el balón a la mano o con un pequeño pitch, y DeRozan utiliza la posición del otro hombre alto, Valanciunas, para hacer un bloqueo directo (3), y tirar una bomba sobre la defensa de los Blazers.

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Otra manera sencilla, directa y muy utilizada por los Raptors para conseguir un tiro a DeRozan, partiendo de la misma formación. Aunque fijaos que, como hablábamos antes, la acción se pone en marcha rápidamente: no esperan a que lleguen los pívots, pero es totalmente reconocible la situación de alas en las esquinas, pívots en los codos.

Lowry se la pasa a Ross y rellena él mismo la esquina izquierda del ataque, mientras Valanciunas establece posición en el poste bajo (1). Mientras, en el otro lado de la pista, Johnson bloquea para liberar a DeRozan (2). DeMar recibe el pase con varias opciones (3), y decide tirar sin esperar siquiera que Johnson vuelva a bloquear para él (4).

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Para muchos otros equipos, una jugada para conseguir un tiro de 2 de larga distancia con 18 segundos en el reloj y no muy liberado no es una opción. Para los Raptors, es parte del libreto, y gracias a DeRozan, no les funciona nada mal.

También parten de cuernos todos los desvíos de atención para buscar un buen espacio o emparejamiento en el poste bajo. Tanto para grandes como para pequeños. En jugadas como la anterior, en las que DeMar recibe un pase tras el bloqueo indirecto de Amir, la otra opción, además del tiro o la penetración hacia el medio de la zona, es botar hacia la línea de fondo (a veces con un segundo bloqueo, de Johnson, este ya directo, para ganar aún mejor posición), y desde allí postear a su par.

Con Lowry lo hacen de otra manera, pero también interviene ese juego de tres hombres en el lado izquierdo del ataque. Ross viene desde la esquina a recibir el pase (1), y Lowry hace el corte UCLA al poste bajo izquierdo, utilizando el bloqueo de Amir (2). La amenaza de Johnson y Valanciunas bloqueando en el lado débil para DeRozan inclina la defensa al otro lado de la pista (3), y Lowry puede recibir de espaldas, aclarado (4). George Hill le ha obligado con buena defensa a salirse más lejos de lo que a Toronto le gustaría, pero aún así, Lowry logra sacar el 2+1.

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Como veis, el lado izquierdo del ataque de Toronto es la zona de moda, y la cosa se pone aún peor porque ahí también es donde favorece recibir Valanciunas. Que en cuernos suela formar en el codo derecho, para no alterar la sociedad JohnsonDeRozan, no es ningún impedimento, los Raptors tienen maneras de pasarle de una posición a otra, utilizando bloqueos de los aleros para que establezca posición.

Algo divertido en lo que fijarse con Jonas y la cantidad de balones que recibe en el poste bajo: fijaos en su posición en la pista. Los Raptors tienen una regla, si Valanciunas está fuera del logo, no puede recibir el balón. Por tanto, sólo tienen permiso para pasarle si ha establecido su cuerpo justo aquí:

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La tarea se hace algo más complicada en el Air Canada Centre, porque como en muchas otras pistas, ya no hay logos en esa zona de la cancha, pero tiene que imaginarlo.

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Valanciunas también contribuye con rebotes ofensivos, o recibiendo el balón tras ofrecerse como opción cerca de la canasta, tanto en cortes, como aprovechando cuando la ayuda intenta parar la penetración, y poco más. El tiro de media distancia y la continuación desde el poste alto son poco habituales, y su carga de trabajo disminuye según avanza el partido: sigue anotando mucho en el primer cuarto, y después se olvidan de él.

Luego está Ross, el quinto titular, que es principalmente utilizado de válvula de escape, como tirador tras pase, para abrir el campo, pero para el que tienen preparadas unas cuantas jugadas para conseguir que se suelte con el balón. Cuando Toronto necesita involucrarlo en la acción, utilizan una jugada llamada Hawk, en la que, partiendo de lo alto de la bombilla, hace un círculo por toda la zona para salir de un doble bloqueo que ponen los dos hombres altos, que se encuentran apilados en el lado débil al lado de la zona, mientras que el base y escolta realizan un bloqueo y continuación que sirve de distracción, antes de pasar el balón a un Ross que aparecerá liberado.

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Fijaos en Patterson agarrando a Valanciunas de la camiseta para mantener la distancia adecuada.

Ya hemos dicho que el banquillo de los Raptors ha sido clave durante la temporada, y especialmente dos piezas: Louis Williams y Patrick Patterson. Williams, candidato a 6º Hombre del Año ha vuelto al nivel de las mejores temporadas de su carrera, destrozando a los equipos desde el bloqueo directo, y tirando triples tras pase, sin necesidad de conducir el balón, desde las esquinas. Patrick Patterson con su buen tiro y manejo de balón, es lo más parecido que tienen los Raptors a un small-ball. Su presencia estira la cancha y le da aún más espacio a los Raptors para anotar.

Los Raptors en defensa

Pese a la fama de su entrenador como gurú defensivo, este es el área del juego en el que los Raptors más sufren. De los equipos de Playoffs, sólo los Nets tienen peor eficiencia defensiva.

Los problemas de los Raptors vienen por ejecutar un esquema defensivo que no funciona con su personal actual. Toronto defiende el bloqueo y continuación de una forma agresivamente tradicional. El jugador exterior, al contrario que en muchos equipos de la Liga, no tiene que intentar negar el bloqueo y forzar a su par a los lados de la pista. Sólo se tiene que preocupar de seguir a su hombre uno contra uno lo mejor posible, tratar de forzar pérdidas atacando el balón, y recuperarle lo antes posible.

El hombre alto por su parte, lo defiende agresivamente, atacando la salida del bloqueo del base, tratando de atraparle allí, pero sin cambiar, recuperando a su hombre en cuanto haya molestado. Este esquema, bien ejecutado, tiene como ventaja, en primer lugar, que de alguna manera, convierte en inútil el bloqueo para el exterior rival. Ya no puede tirar liberado a la salida de este, ni enfilar rápidamente la zona con bote, se ve obligado a tomar un desvío. Puedes permitirte que tu base se quede enganchado en el bloqueo y lo pase por detrás, y en el mejor de los casos, puedes forzar alguna pérdida en un dos-contra-uno.

Lo malo es cuando la teoría no funciona. Como el hombre alto no cumpla con su misión de atrapar al exterior rival…

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…ocurren desastres como este: Zeller continúa sin la más mínima oposición, Williams tiene toda la pista abierta por delante y Amir Johnson ha puesto un magnífico bloqueo… a su compañero Lowry.

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Esto es lo que les ocurre a los Raptors: un equipo espabilado o un jugador habilidoso, pueden manejar el esquema en su contra. De hecho, aunque no os lo haya mostrado previamente, en esta jugada hay una pequeña acción previa que lo condiciona todo: mientras Zeller se dirige a a poner el bloqueo, Henderson bloquea a su vez a Johnson, y por eso Amir llega tarde. Con trucos así, los equipos están convirtiendo en inútil el esquema Raptor.

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Este esquema está muy bien para anular el tiro del conductor de balón rival, y lo han utilizado muy buenas defensas, pero los Raptors no tienen el personal adecuado. Utilizar a dos defensores en cada bloqueo le da ventaja numérica al rival en cuanto salen de la trampa, y aleja a un hombre alto de la pintura.

Un equipo que rote bien sus hombres, disciplinados y atentos, que tenga un protector del aro que necesite las menos ayudas posibles cuando la penetración se dirija hacia él, y que saque toneladas de pérdidas de todo esto, estará bien, gracias. Pero los Raptors no hacen nada de todo eso. Vasquez y DeRozan, especialmente, se despistan mucho, lo que hace que el castillo de naipes se venga abajo. Valanciunas es el único pívot con minutos de la plantilla, y aunque tenga el tamaño para defender bien en estático, no tiene la habilidad para contener a continuadores o bases penetrando.

Y en cuanto a pérdidas, son un equipo en torno a la media de la Liga, y la gran mayoría de ellas no las sacan del producto de la presión del dos-contra-dos, sino de la tenacidad de Lowry en cualquier punto de la pista y situación, o doblando el poste (algo que hacen un montón, fijaos si se enfrentan a un atacante interior dominante).

Además, son uno de los peores equipos de la Liga en el rebote defensivo, y tener a tu hombre alto tantas veces lejos de la jugada sin duda es una de las causas. En una situación como la de la siguiente captura, si Vucevic tira y falla, ¿en qué posición está Hansbrough para coger el rebote?

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El único momento en el que relajan el tono es cuando el bloqueo directo implica al hombre de Valanciunas. El esquema cambia, y él no presiona el bloqueo, sino que espera cerca de la canasta. Esto da un poco más de libertad a los bases rivales, obliga a los exteriores de los Raptors a tener que ser mucho más precavidos con el tiro, y como el base penetre, Jonas es un flan lejos del aro.

Pero superar a Valanciunas aquí no es una catástrofe porque hay una segunda línea. Un equipo que pudiera abrir el campo con un 4 tirador pondría cosas más complicadas, por supuesto, pero la diferencia es que defendiendo así los Raptors tienen un hombre alto más por detrás del balón. Y eso marca diferencias.

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Los Wizards en ataque

Los Wizards, al igual que los Raptors, basan su libreto alrededor de las jugadas desde la formación de cuernos. Lo bueno de esta formación que tanto hemos repasado ya, es que permite aprovechar el tamaño y la habilidad de un hombre alto para poner bloqueos en cualquier parte de la pista, y están tan lejos del aro como su rango se le permite.

Se puede ser muy creativo con la pizarra desde esta configuración, pero este no es el caso de Washington. Los Wizards son un equipo con espaciado pobre, que no tira mucho de 3, que prefiere el uno-contra-uno al movimiento, y jugar a media cancha. Si no tuvieran un base tan redondo entre sus filas, sería desesperante verles atacar.

Es común por desgracia ver en los Wizards situaciones como las de la siguiente captura, con todos los jugadores agrupados en pequeños espacios de pista, grandes zonas del campo (en este caso las esquinas) sin rellenar, y pasividad en los jugadores que no tienen el balón.

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Wall se da cuenta que por su lado la posesión no va a ningún sitio, y la pasa a la otra zona del campo para que Beal y Nene hagan un bloqueo y continuación. Como Washington no ha estirado la defensa de Houston, ni le ha puesto en posición de cometer algún error o perder una rotación, los jugadores de los Rockets pueden ayudar con total tranquilidad, y poblar la pintura.
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Beal tampoco ve el hueco, y la jugada acaba con un pobre tiro a la media vuelta de Gortat. Así mueren tantas y tantas posesiones de los Wizards…

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Por eso Wall es imprescindible: hoy por hoy, es el único jugador de este equipo que obliga a tomar decisiones al rival y su visión de juego saca puntos de jugadas insalvables como esta otra. Si a John no se le ocurre nada, el ataque de los Wizards acaba con un tiro lejano de 2 en los últimos segundos del reloj de posesión.

Su especialidad es además, encontrar a los tiradores en la esquina. Los Wizards son de los equipos de la Liga que menos tiran de 3, pero de los mejores en porcentaje: cuando tiran suele ser tras pase, y John Wall encuentra las mejores opciones, muchas veces en el otro lado de la pista, como en este ejemplo. Ninguna defensa está preparada para que un pick’n’roll que han logrado desviar al lateral, acabe con un triple en la otra esquina.

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Su propia progresión como amenaza de tiro de 3 se ha detenido muy conscientemente. En lugar de seguir progresando por esa vía, ha decidido seguir perfeccionando lo que hace bien, y su seña de identidad es el tiro tras bote desde media distancia, deteniéndose en los codos de la zona para recoger el bote y tirar. Es una fórmula que ha funcionado a bases como Tony Parker o en menor medida, Chris Paul.

Si Bradley Beal hubiera añadido algo a su juego para acompañarle, quizá la cosa sería diferente, pero el jugador que nos sorprendió en los pasados Playoffs manejando el bloqueo y continuación, y dándole de verdad un creador secundario a Washington, no ha seguido progresando esta temporada, un poco rota por lesiones de gravedad media.

El problema en mi opinión es que entiende esta jugada como una manera de buscarse la suspensión, no como una amenaza múltiple a la defensa en la que involucrar a sus compañeros. Para pararlo es suficiente poner un tercer defensor entre él y el camino al aro. Cuando libra el bloqueo, en lugar de apuñalar la defensa, suele dar pasos cortos, tentativos, con mucho movimiento lateral, en los que se le ve pensar en las opciones que se le abren, y cómo no le convence ninguna más que el tiro.

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Y entonces recoge el bote, pero en ese par de segundos clave escaneando la pista ha perdido un tiempo precioso, su defensor se ha recuperado, y ya no tiene ni el tiro disponible.

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Pierce es la otra opción obvia, pero a estas alturas, The Truth es poco más que un buen tirador y un jugador al que pasar la patata caliente. Su protagonismo en ataque nunca ha sido tan pequeño en toda su carrera. Los Wizards a veces ponen bloqueos directos para él en el flujo del ataque, pero muchas veces los abandona y devuelve el pase. A no ser que tenga algo guardado para Playoffs, o que le rejuvenezcan con un cambio de posición como sucedió en Brooklyn, su rol como alero, por desgracia, será secundario

En cuanto a los hombres altos, Nene tiene un perfil más sútil, con mejor pase, juego de espaldas y tiro de media distancia, mientras que Gortat es la fuerza más bruta, el continuador de los bloqueos, reboteador ofensivo y martillo pilón. Marcin ha sido criticado por Wittman por acomodarse lejos de la canasta, y ofrecerse más para tirar desde la media distancia que para continuar a canasta, y es que el polaco es mucho más peligroso cuando su dos-contra-dos con Wall le dirige al aro.

Los jugadores que salen desde el banquillo no ofrecen una gran solución. Sessions es un jugador tan regular como poco importante, que sirve para rellenar minutos durante la temporada regular, no para marcar diferencias en Playoffs. Su rol no es el de sexto hombre anotador, o complemento para abrir el campo si el ataque de los Warriors se cala. Seraphin es su equivalente en cuanto a juego interior, y además, los dos no entienden demasiado bien, prefiriendo ritmos de juego completamente diferentes, y el balón en sus manos.

Si los últimos partidos son una indicación, el jugador que sí puede ser importante es Otto Porter. Es el Wizard más activo sin balón, y siempre está atento para contribuir al equipo con un corte inteligente o cargando el rebote. Pero todavía puede hacer muy poquitas cosas como conductor de balón, y los equipos no necesitan respetarle más que lo justo como triplista.

El único jugador que de verdad ofrece una especial dimensión desde el banquillo es Drew Gooden, único hombre alto capaz de tirar de 3. Mientras Wittman siga sin utilizar a Pierce o Porter de ala-pívot, la única opción de hacer pagar a los rivales cuando defienden un bloqueo a Wall así, es con él. Aunque lo malo es que sigue siendo Drew Gooden.
drewgoodenCon él en pista en estos partidos finales de la temporada, los Wizards han tenido un mayor éxito y una mejor pinta en ataque, utilizando complementariamente mucho y bien el bloqueo y continuación entre Wall y Gortat. Han sido partidos ante malos rivales en algunos casos, y con el poco interés habitual de la recta final de la temporada NBA. Nene es mil veces mejor jugador que Gooden, pero el encaje de un quinteto NBA es un ecosistema muy delicado.

Los Wizards en defensa

Con dos hombres altos siempre en pista, exteriores muy físicos, y un esquema conservador que les ayuda a evitar errores, los Wizards tienen una de las mejores y más sólidas defensas de la Liga.

Washington espera atrás en el bloqueo y continuación, sobre todo en el caso de Gortat, y confían en que Wall, Beal, Pierce y Porter libren los bloqueos de la mejor manera posible. Al igual que en el ataque, es una defensa muy individual, en la que se confía en la habilidad de los jugadores de aguantar a su par uno contra uno.

En el siguiente bloqueo doble de los Hornets se ven las diferencias entre pívots: Nene más cerca de la acción…

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…y Gortat defendiéndolo esperando atrás.

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Tienden a ayudar a la penetración en la zona, sobre todo con los hombres que defienden las alas, haciendo venir al jugador del lado débil a la pintura en la defensa del pick-n-roll, y siendo algo más cautos con el de la esquina.

En el rebote defensivo son uno de los mejores equipos de la Liga. Les ayuda mucho jugar muy juntos, el buen tamaño en todas las posiciones y estar muy cerca de la canasta, pero también son un equipo muy disciplinado en la tarea. El jugador en el que fijarse cuando el ataque rival tira es Nene, uno de los mejores cerradores del rebote de la Liga.

Un punto negativo de esta defensa es que por conservadora, no provoca muchas pérdidas, algo que les vendría perfecto para salir al contraataque, teniendo además en sus filas a uno de los mejores jugadores de la Liga en esas lides, John Wall.

Las tramas

Defensa contra ataque contra ataque contra defensa El tercer ataque de la Liga se enfrenta a la quinta defensa, el 19º ataque a la 23º defensa. ¿Por dónde se romperá el equilibrio?

El mejor base del Este En esta serie se cruzan los dos exteriores titulares del All Star del Este. Kyrie Irving y Jeff Teague tienen algo que decir, por supuesto, pero el que gane esta serie puede salir reivindicado, al menos por unos días.

Pierce contra los Raptors Aunque nunca se enfrentó a ellos como Celtic, ya van dos años seguidos en los que a Paul Pierce le toca viajar a Toronto en Playoffs. Y por supuesto, ya ha calentado un poquito a un equipo y una ciudad que se toma a los Raptors como algo personal.

Maestro contra tutor Randy Wittman trabajó para Dwane Casey en Minnesota, y aunque mucho ha llovido desde entonces, algo sacarían uno del otro de aquel encuentro.

El enfrentamiento

Esta es sin duda la eliminatoria más igualada en el Este, pese al tremendo contraste estilístico. Ninguno de los dos equipos puede castigar una debilidad rival con una fortaleza propia.

Los Raptors sufren contra equipos abiertos, con múltiples conductores del balón que manipulen el agresivo esquema defensivo en su contra. Los Wizards son un equipo con espaciado terrible que depende mucho de una sola persona. Los Raptors van a poner muchísima presión sobre Wall, que tendrá que zafarse de ella, o esperar que otros hagan las jugadas por él.

Los Wizards retan a los equipos rivales a que les batan desde la media distancia y niega las canastas fáciles en la zona, Toronto acepta el desafío, pero confiar el ataque al acierto en la suspensión puede ser peligroso. DeRozan y Williams están en racha, Lowry no sabemos, pero si la espalda no le molesta, puede ser la sentencia de muerte para Toronto.

Ninguno de los dos equipos puede imponer tamaño, porque ambos juegan con dos hombres altos. El banquillo de los Raptors es muy superior a los Wizards, y una de las razones por las que Toronto barrió a Washington en la temporada regular, pero la propia dinámica de Playoffs, con más descanso entre partidos y más minutos para titulares, les niega esa ventaja.

Me aterroriza la posibilidad de que esta serie pueda acabar dependiendo del comodín de Drew Gooden. Es muy difícil mejorar una defensa sobre la marcha o con el personal de un banquillo, pero un poquito de espacio en ataque hace maravillas. Él (o una solución inexplorada como Pierce de 4) es el único jugador que introduce una variante táctica lo suficientemente importante para desnivelar la eliminatoria.

Ganará el que mejor ejecute el plan, el equipo con mejores actuaciones personales… o el que tenga una carta guardada.

Avance de temporada 2013-2014: Toronto Raptors

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Otro equipo más en una amplia lista de candidatos factibles a Playoffs en el Este. Después de traspasar a su base de toda la vida, y adquirir a cambio a Rudy Gay, el jugador de mayor perfil que ha tenido este equipo desde que se fue Chris Bosh, fueron el sexto equipo del Este, con 18 victorias y 18 derrotas. El quinteto titular que logró ese récord, se mantiene intacto, de hecho los Raptors son junto a Miami, Oklahoma City, Indiana y San Antonio, uno de los cinco equipos que presumiblemente empezará esta temporada con el mismo quinteto que más minutos tuvo el pasado año, y hay muchas esperanzas puestas en ver cómo funcionan más tiempo juntos, y si se mantiene el nivel de equipo de Playoffs con el que despidieron la temporada.

Además, este verano se hicieron con los servicios del Ejecutivo del Año, Masai Ujiri, y aunque su impacto se verá a medio plazo, ha retocado el banquillo y se ha despedido de un Andrea Bargnani que cada vez contaba menos.

  • Radiografía de los Raptors

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Intriga absoluta

Los Raptors son para mí uno de los equipos más intrigantes de la Liga. Su quinteto titular en la segunda mitad del año, con Kyle Lowry, DeMar DeRozan, Rudy Gay, Amir Johnson y Jonas Valanciunas fue tremendamente exitoso, 12.9 puntos por 100 posesiones mejores que el rival, siendo especialmente incisivo en defensa, donde tuvieron una marca excelente, que sería la mejor de la Liga de poder mantenerla (y si ellos jugaran 48 minutos). También hay que tener en cuenta los milagros que se producen en la NBA en marzo y abril, cuando algunos equipos desconectan, cosa que no ocurrió en Toronto, que no tenía elección de Draft por la que luchar, y que colorean resultados especialmente buenos, como tal vez este.

Sin Bargnani en la plantilla que quizá podía reclamar un puesto por veteranía, parece casi seguro que este quinteto se mantendrá, al menos hasta que haya algún nuevo cambio de personal, y habrá que ver qué tal lo hace a lo largo de un año completo, porque salvo por el proletario Amir Johnson, es un grupo con un marcado carácter individualista, que la perdió bastante cuando coincidió en pista, sin jugadores que hayan demostrado ser capaces de pasar en las alas, y con una pareja con poco rango anotador para su posición (DeRozan y Johnson) que podrían atascar ligeramente el espaciado del equipo.

Pero el potencial existe. Es un quinteto bastante joven, en el que Lowry y Gay, de la cosecha del ’86, con 27 años cumplidos son los más «viejos» y por tanto a punto de entrar en los mejores años de su carrera deportiva, y con varios jugadores que da la impresión que todavía pueden explotar, y añadir una marcha más a su juego, sobre todo Kyle, Rudy y, por supuesto, el yogurín lituano Valanciunas.

Expectantes nos hallamos ante el destino de este equipo. Y más sabiendo que ahora el jefe es Ujiri, y que si ve la cosa va mal empieza a hacer cambios como si esto fuera un capítulo de «Los reyes del trueque»

  • El valor y Rudy Gay

Rudy Gay es uno de los jugadores más polarizantes e interesantes para el análisis de la Liga. Está encerrado en esa discusión todavía abierta al debate y pendiente de encontrar una solución, sobre cómo cuantificar cuánto vale crear tiros con una eficiencia mediocre, similar a la de media de la Liga, y la recta final de la temporada no nos ayudó a resolver demasiado el misterio.

Los Grizzlies, el equipo de toda su carrera, funcionó mejor sin él, pero es indudable que Memphis le echó de menos cuando eran incapaces de anotar en Playoffs ante San Antonio, pero en parte fue por la terrible carencia de anotación que había en las alas (si tuvieran a un verdadero jugador 3D quizá no estaríamos hablando de esto ahora). Los Raptors también tuvieron buenos resultados desde su llegada, pero no marcó una diferencia acorde al impacto que se le presupone por quien le tiene estima. Los dos equipos fueron mejores tras el intercambio, pero tiene pinta de ser una victoria pequeña y pírrica en ambos casos.

Si tuviéramos que explicar a Rudy Gay a vuelapluma, diríamos que tira mucho y puede hacerlo desde cualquier lugar bajo cualquier pretexto, mete regular, es muy mal pasador (no sólo es que no pase mucho, sino que es muy poco certero) y pese a que tiene un excelente tamaño para su posición, no lo traduce en una contribución positiva a la defensa por ser despistado, remolón y no ayudar todo lo que debería en los tableros.

Además, tiene una reputación ganada a pulso de jugador clave en momentos decisivos habiendo metido 9 de 17 canastas para ponerse por delante o empatar un partido a falta de 5 segundos o menos en los últimos 5 años (2 de ellas sobre la bocina), una de las mejores marcas de la Liga.

Claramente, alguien que coquetea con los 20 puntos por partido sin conceder nada en defensa es un jugador útil, que no hace peor a un equipo. Pero hay que tener en cuenta lo que cuesta (casi 18 millones este año, y podría salir al mercado el verano que viene) en una Liga en la que cada vez es más importante la flexibilidad financiera, y que hay que encontrar el punto idóneo de utilización, ¿de qué debería estar más cerca Gay, de acabar una de cada tres jugadas en Toronto, o una cada cinco?

Pensar en potencial a estas alturas, cuando ya lleva 7 temporadas en la Liga sea seguramente iluso (a no ser que el problema fuera que no veía bien, algo que ya arregló operándose los ojos). El problema con este tipo de jugadores no es simplemente la selección de tiro, porque no tienen un lugar o un recurso infalible al que puedan acogerse desechando todo lo superfluo e ineficiente. Sí, cambiar los tiros de dos lejanos por casi cualquier otra cosa, tuya, o de otro jugador es rentable para el equipo, Pero en lo individual, al igual que hay jugadores infalibles en unas zonas e incapaces en otras, tenemos que comprender que hay quien puede utilizar todo el frente de ataque razonablemente bien, sin sobresalir en ningún punto, así a secas. Y eso es difícilmente mejorable a según que edad, y no te permite elegir demasiado.

Y es que al final, irónicamente, jugadores como Rudy Gay no son irregulares, sino los más consistentes de todos. Sólo hay que cambiar la dimensión en la que miramos.

  • Jonas, año II

Hay que tener mucho valor para escribir a estas alturas sobre Jonas Valanciunas. Hay muchos signos que apuntan a grandeza a corto plazo, y al mismo tiempo es fácil ver lo débiles que son esas señales.

Fue el MVP de la Summer League en Las Vegas, algo que en los últimos años fueron Josh Shelby, Damian Lillard, John Wall y Anthony Randolph. Tiene unas estadísticas excelentes por minuto en el EuroBasket, pero no deja de ser el EuroBasket, y su seleccionador Kazlauskas, ha limitado sus minutos, poniéndole en pista menos tiempo que al resto de líderes de su equipo. Y los 7 kilos de músculo que según dicen (y se puede observar) se ha puesto encima en veranito, cambiarán algo en su forma de jugar: será más contundente, pero ¿que sucederá con su rapidez y su agilidad? Estas quizá son las características más destacables de su juego el año pasado.

La suerte está echada con Valanciunas, y podemos esperar cualquier cosa de su corto, medio y largo plazo. Tiene el tamaño, para empezar, y demostró una progresión constante en todo lo que hacía a lo largo del año, lo que demuestra que es capaz de aprender.

Finaliza bien de espaldas desde la izquierda, sin muchos recursos, pero con un reverso hacia el tablero y un gancho que ya tienen el nivel, y también continúa hacia el aro en jugadas de bloqueo con una exuberancia increíble (aunque a veces va demasiado rápido y acaba por delante, hay varios ejemplos de cómo pide el balón cuando ya se ha metido debajo del tablero, y esto también se aplica a cuando postea, donde los deseos de moverse rápido le llevan a perder el equilibrio y el balón). Se ofrece para poner bloqueos constantemente (entre él y Johnson, los Raptors fueron magníficos en la recta final en este aspecto) y su tiro de media distancia ya anda por el 40%, algo que está muy bien como recurso en un pívot, pero ojalá no se convierta en un arma de doble filo. Como porcentaje de acierto es un punto de partida desde el que mejorar si hay ambición, pero es suficiente como motivo para conformarse y alejarse del aro a vivir una vida más cómoda. Más de una carrera se estropeó así.

Anotó muy fácil y eficientemente, pero también es verdad que los Raptors pasaron pocas veces el balón en su dirección, e intentaron aprovechar cuando tenía ventaja, algo que debería cambiar, ya que ahora será una opción en todo momento. Al mismo tiempo, una vez que la pelota llegaba a Jonas, rara vez volvía de vuelta. Eso, que la pase, se le va a pedir este año, sobre todo cuando le junten con tiradores (o lo que puedan) en pista, y habrá que ver cómo se desenvuelve, porque apenas pudimos verle en este aspecto el año pasado.

En defensa tuvo los problemas típicos de un novato, y más en un equipo con sistemas tan complejos como los de Casey, en los que se mezclan las zonas más o menos disimuladas con la defensa individual, pero fue corrigiendo el problema de las faltas poco a poco, y este año, con Bill Bayno tomando las riendas como coordinador, cambiará alguna cosa.

Estuvo mejor en tareas que requieren de rapidez (salir a por tiradores, aparecer en las ayudas, parar los bloqueos en el poste alto) que aquellas más orientadas a la fuerza (le buscaron mucho los rivales, y con éxito, en el poste bajo). Su cuerpo ha cambiado, y veremos como se traduce en su juego, porque a lo mejor en vez de solucionar el problema se han creado uno nuevo.

En definitiva, hay razones para creer en Valanciunas, pero no es ni es mucho menos una apuesta segura o inmediata. Pero para que aspiren a Playoffs, es imprescindible.

  • ¿Un nuevo Lowry?

Lowry fue una ligera decepción la temporada pasada para aquellos que esperábamos un año revelación. Empezó muy fuerte, promediando un 23.7/7.3/7 en los tres primeros partidos, en los que parecía que los All-Star en el Este iban a ser Kyle y 11 más, pero se lesionó en el siguiente encuentro, y cuando volvió, no acabó de sentirse confortable compartiendo equipo con Calderón.

Sus números anotando tras pase son manifiestamente mejores que los que consiguió creándose su propio tiro tras bote (de hecho, estaría entre los jugadores más dominantes de la pasada campaña como «tirador«), pero paradójicamente, son peores con el hombre que mejor le podía asistir en cancha, Calde, lo que es otra muestra de su incomodidad con el extremeño.

Alternaba actuaciones meritorias con partidos desastrosos en los que se le veía fuera de sitio, y las sensaciones que transmitía al espectador y las comparaciones mediante +/- indicaban que Calderón era más beneficioso para el equipo (aunque el RAPM ha situado finalmente a Lowry 3 puntos por 100 posesiones mejor, con los mismos cuartetos acompañando, en parte por sus contribuciones defensivas).

A finales de enero, Calderón se fue a Detroit, vino Rudy Gay, y Lowry aunque siguió con terribles problemas de inconsistencia anotadora, aguantó la incontinencia: moderó su volumen de tiro y apostó por repartir un poco más el juego y alimentar a sus compañeros. Esa es la versión que seguramente le gustaría ver a Casey la próxima temporada, y el quinteto titular no anda precisamente sobrado de jugadores solidarios.

Este año, en el que por primera vez en un tiempo no debe sentirse amenazado por la competencia, puede tomarse las cosas con calma y seguir virando su juego hacia el de director que amenaza con su tiro al rival para crear espacio, no a su propio equipo. Es trabajador, y seguirá aportando en defensa, rebote y mentalidad. Los mejores años de su carrera los tiene justo delante. Veremos como los aprovecha.

  • Revelación Amir

Si estos Raptors tienen algún tipo de arma secreta, ese es Amir Johnson. El traspaso de Davis y la defenestración de Bargnani le permitieron jugar más que nunca, y cumplió, vaya si cumplió. Todavía bastante joven para su experiencia (26 añitos), ya que llegó desde el instituto, Johnson es el rey del trabajo sucio en Toronto.

A pesar de que a mitad de temporada le quitaron a su compañero favorito, Jose Calderon, con el que había desarrollado a lo largo de los años una química inmejorable, mantuvo sus prestaciones en ataque rebañando rebotes ofensivos y como continuador tras bloqueos cuando este se fue, siguió poniendo esas pantallas marca de la casa con agarrones y enganchones posteriores incluidos, que son perfectos cuando los árbitros no los ven (que no suelen), y continúo causando estragos en defensa, con un cuerpo y unas condiciones que le permiten defender a prácticamente cualquier tipo de ala-pívot e intimidar con la posibilidad de poner un tapón en cualquier momento en una ayuda.

Los Raptors encajaron 6.4 puntos menos por 100 posesiones con él en pista, y la tendencia se repite desde hace varias campañas: el equipo era mejor en 3.4 por 100 puntos en 2012 y en 2011 y 8.5 en 2010. El RAPM (+/- ajustado y normalizado) estima que su valor individual en defensa fue de 3.6 puntos en la pasada temporada, el mejor entre los ala-pívots y unido a una contribución positiva en ataque (con Johnson en el banquillo, los Raptors tenían una marca equivalente al peor equipo de la Liga ofensivamente) le sitúa como uno de los mejores jugadores de la pasada temporada, el 14º concreta y sorprendentemente.

Es muy dudoso que Johnson pueda tener semejante impacto en el juego, aún teniendo en cuenta todos los signos que apuntan a que es un excelente defensor y un jugador que no resta en ataque, pero ciertamente, su producción está siendo infravalorada, y es una de las claves del buen final de temporada de Toronto.

  • Es lo que hay

DeRozan cobrará 9.5 millones por temporada durante los próximos 4 años, y tal vez sea caro, pero nadie puede quejarse de las horas que hecha en el trabajo: 5º jugador con más minutos la pasada temporada, y sólo se ha perdido 8 partidos en 4 años.

Otra cosa de la que nadie se puede quejar, es de su consistencia. Salvo por un pequeño bajón en la eficiencia anotadora el año pasado (que ocurrió a muchos otros jugadores, y a la Liga en general por culpa del cierre patronal), DeRozan lleva tres temporadas siendo básicamente el mismo jugador, y produciendo de la misma manera. Ha sustituido un poco parte de la gran cantidad de tiros de 2 lejanos por triples, pero sólo anota un 26-28% de ellos, lo que es equivalente en porcentaje efectivo a un 39-42%, más o menos el mismo (y pauperrísimo) acierto que tiene en la media distancia.

Pero ataca el aro las suficientes veces (60 mates el año pasado, más los viajes a la línea, ya que es 28º en sacar tiros libres adicionales por partido) y tiene un juego de espaldas interesante ante escoltas pequeños en el bloque izquierdo del ataque, que le permite acabar con un porcentaje de tiro verdadero cerca de la media, algo que no le convierte en estrella, pero está bien para alguien que mete 18 puntos por partido. Su manera de jugar no tiene pinta de envejecer bien, pero ahora tiene 24 años, así que no nos tenemos que preocupar de eso en una buena temporada.

El tema es que salvo por un acierto en la media con un volumen grandecito (algo meritorio pero no tan difícil de reemplazar, y además, ensanchando el campo menos de lo habitual en un escolta), DeRozan no ofrece ningún añadido más. Su defensa es también terriblemente normal, no genera juego para sus compañeros cuando penetra y rebotea poco. Y aquí es donde enlazamos con una constante en estas series: los equipos triunfadores, se suelen cimentar en una superestrella y para complementarlos, mejor jugadores que defiendan y metan eficientemente 10 puntitos por partido a base de triples, que un «18 puntos por partido» a su bola.

Hay muchas maneras de ganar, y los Raptors no tienen un creador omnipotente, así que en este contexto, no les viene mal un jugador que se lo sepa montar por su cuenta. Pero Toronto, tal y como está formado, con gente como Gay, el Lowry tira-zapatillas, o él, va por el camino difícil.

  • Otro problema, no la solución

Supongo que los Raptors han tenido en cuenta el buen rendimiento en defensa del quinteto tiular porque el perfil de las incorporaciones al banquillo está claramente orientado al ataque. Con la llegada de dos jugadores de uno de los peores banquillos de la Liga, el de Indiana (Augustin, Hansbrough), el único 2.10 que rebotea menos que Bargnani, pero que la mete de 3 como el que más (Steve Novak), el irregularísimo Austin Daye, y la sensación de la Summer League, Dwight Buycks, acompañando a Landry Fields, Terrence Ross, Quincy Acy o Aaron Gray los Raptors son también una incógnita en el banquillo.

Al quinteto titular no le vendría mal un tirador que abriera la lata cuando el equipo se atasca (y cuando no se atasca también: los Raptors fueron el quinto peor equipo en porcentaje, y eso incluye los servicios durante más de media temporada del mejor en la Liga en este aspecto, Calderón), y seguramente que preferirían que Landry Fields redescubriera el rango de su primera temporada (acojonante lo suyo, y me vais a permitir el exabrupto, de un 39.3% en 219 intentos, a un 14.3% en 14 el año pasado), o Ross empezara a demostrar que lo tiene noche sí, noche también, antes de tener que tirar de un recurso tan unidimensional como Novak.

Hansbrough también puede venir bien para alborotar algún partido, pero sus mejores atributos, que son la intensidad, el rebote en ataque y la capacidad de sacar faltas (está entre los mejores de toda la Liga en este aspecto, 4º en viajes a la línea por minuto) no tapan puntos flacos del quinteto titular, ni le hacen una mejor opción que Johnson en general.

Sigo creyendo que Hansbrough es mejor de lo que parecía en Indiana, y podría ser un maravilloso sexto hombre si hubiera caído en un banquillo que no pusiera el balón en sus manos jamás en el poste alto, y tuviera un base puro que le alimentará en la zona en la que de verdad hace daño, pero repite con Augustin, así que será como si no hubiera salido de allí, por desgracia. La posición de director de orquesta suplente, sin duda la más floja de este equipo, que está a una lesión de Lowry del desastre total y absoluto.

En general, la segunda unidad de los Raptors no parece ofrecer a priori una respuesta a los problemas que se le intuye al quinteto titular, no tiene proyección más allá de Ross, y podría tener serios problemas de creación en la manos de Augustin y Buycks.

Los Playoffs en el Este estarán este año más caros (sí, ya sé que eso es lo que decimos todos los años, pero qué queréis que haga…) y un banquillo como este puede marcar la diferencia… para mal.

Avance de temporada: Indiana Pacers

El tercer mejor equipo del Este es de los pocos que mantiene intacto el (productivísimo) quinteto con el que finalizaron la temporada pasada, y solo han cambiado un banquillo que fue habitualmente superado por el rival.

Con tres jugadores todavía al lado bueno de la montaña de la progresión, y solo un treintañero, los Pacers deberían tener uno de los quintetos más interesantes el año que viene.

Altas: D.J. Augustin (Charlotte Bobcats), Ian Mahinmi (Dallas Mavericks), Gerald Green (Brooklyn Nets), Miles Plumlee (Draft), Orlando Johnson (Draft), Sundiata Gaines (Brookly Nets),  Sam Young (Philadelphia 76ers)

Bajas: Darren Collison (58.7% de los minutos), Dahntay Jones (32.9%), Louis Amundson (23.5%), A.J. Price (17.8%), Leandro Barbosa (13.6%), Jeff Foster (4.4%), Kyrylo Fesenko (0.5%)

Empezamos:

Indiana Pacers en ataque 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.O.
23º
  • The decision… ¿Hill o Collison?

El quinteto de los Pacers fue una de las mejores unidades de la Liga, sin duda alguna. George, Granger, West y Hibbert, bien con Collison o con Hill, superaron en 10 puntos por 48 minutos a su rival la pasada Temporada Regular, en una muestra enorme de 1238 minutos. Eso es territorio de 67 victorias.

El quinteto fue un poco mejor incluso con Hill que con Collison, lo que puede explicar la decisión de los Pacers de renovar a uno, y traspasar al otro. Con Hill al mando, los Pacers metieron 112.5 puntos por 100 posesiones y recibieron solo 95.9 en 229 minutos de muestra. Con Collison, los índices empeoraron a 110.6 y 100.7.

Y en Playoffs, el quinteto con Hill funcionó aún mejor: 113.5-94.1, en 240 minutos, muchos de ellos jugados contra el eventual campeón, Miami, al que superaron con estos cinco en pista.

Hay dos motivos por los que el equipo funciona mejor en ataque con Hill. El primero, es que pese a una producción anotadora similar, Hill es más eficiente porque tira más de 3. Como podéis ver en el siguiente gráfico, Hill utiliza más los triples que la media distancia, y por un lado mejora la eficiencia personal, y por el otro abre más espacios al resto.

La comparación Hill/Collison, es un caso curioso de como, si se ven los porcentajes habituales sin tener en cuenta la proporción según el tipo de tiros, llegaremos a la conclusión errónea. Los dos jugadores empatan prácticamente en FG% y 3PT% (44.2% y 36.7% de Hill, 44.0% y 36.2% de Collison), y Collison parece compensar y sacarle la ventaja definitiva siendo mejor en tiros libres (83.0% a su favor vs. 77.8%). Pero debido a que Hill tira de 3 y va a la línea con una mayor frecuencia, su TS%, los puntos por posesión, es mayor: 55.7% vs. 52.6%. De hecho, el recién renovado jugador, lidera a los Pacers en esta métrica.

El otro motivo para quedarse con él, es que Hill protege mejor el balón: Collison la pierde 3 veces por cada 2 de su ahora ex-compañero. Aunque no tenga todavía los instintos de un base que juega a tiempo completo, y de hecho, asista mucho menos que el nuevo jugador de Dallas, Hill toma muy pocas malas decisiones, y es un mucho mejor base en el bloqueo y continuación, representando además una mayor amenaza desde la línea de 3, así, los Pacers funcionan mejor con él llevando la manija.

En defensa, además, Hill es posiblemente uno de los mejores bases en la Liga. Con muestras tan grandes, los casi 5 puntos menos por 100 posesiones que recibe el quinteto al intercambiarlo por Collison son significativas. Ante él, los bases rivales anotaron un minúsculo 38.7 eFG% de los tiros, ante Collison, un 47.1%. Los 5 centímetros y 10 kilos de más, unidos a su voluntad, marcan una gran diferencia.

  • Y esto… ¿por qué funciona?

El quinteto de los Pacers carbura tan bien en ataque, porque tiene 5 anotadores de los que te tienes que preocupar, ocupando una enorme cantidad de espacio. Los 3 exteriores (contando con Hill) tiraron más de 4 triples por 36 minutos cada uno, y ninguno bajó del 36% de acierto. Solo 40 jugadores (más de 1000 minutos) alcanzaron esos números la pasada campaña y 4 de ellos (estos 3 más Barbosa) jugaban en Indiana. Solo Orlando, otro de los mejores ataques de la Liga, puso un trío con tanto acierto desde el perímetro en pista.

Si le añadimos que David West es una amenaza desde cualquier punto de la media distancia, donde puede aparecer en cualquier momento, tener a 4 jugadores abiertos, permite operar solo con su hombre a Hibbert en el poste bajo, algo que él, que aunque tiene recursos, no es el anotador más natural en el poste, no podría hacer tan bien si le empezaran a mandar dos-contra-uno.

El ataque de Indiana fue eficiente y muy bien repartido. El TS% medio de la Liga la temporada pasada estuvo en 52.7%, y todos los jugadores del quinteto de Indiana superaron el 53%. Solo ellos, San Antonio y Denver tienen un quinteto con cinco jugadores capaces de anotar por encima de la media. El porcentaje de utilización (estadística que mide como se distribuyen los tiros entre los jugadores) en un caso de reparto ideal debería ser de un 20% para cada uno de los cinco. En este caso, todos los Pacers revolotean cerca de ese umbral con Granger (25.9%) siendo el que más y Hill (17.2%) el que menos, una de las distribuciones más igualadas de la Liga.

Y la eficiencia no vine de un gran acierto en tiros de campo, sino de las contribuciones de más esfuerzo: fueron uno de los mejores equipos yendo a la línea y reboteando en ataque, y por tanto creando opciones eficientes a través de segundas oportunidades, además de perder poco la bola.

Pero lo importante… ¿este ritmo se puede mantener? Hay un indicador poco halagüeño, que es la salud. La buena salud. Granger se perdió solo 4 partidos, Hibbert 1, y West y George ninguno. No son lesionados habituales, pero mantener un quinteto completo sano dos temporadas seguidas no es normal, y es muy posible que este año les toque.

Pero el resto no hace pensar mal. Los números de los más veteranos, Granger y West, salvo por la mejora de Danny con las pérdidas, regresaron un poco incluso, lo que era esperable. Hibbert mejoró algo el porcentaje de tiro y el rebote ofensivo, pero redujo la utilización, y fue un poco peor en tiros libres: el cambio es una consecuencia directa de disminuir un poco su rol, y asumible dentro de su progreso como jugador. Y a pesar del aparente salto que dio (que fue más especial en defensa), los números de Paul George ajustados a ritmo y minutos son clavados a los de su primer año, salvo por una considerable mejora en porcentajes de 3 y desde la línea, que fue lo que marcó la diferencia.

Desde que se empezó a utilizar el tiro de 3, Paul George es el undécimo jugador que mejora su porcentaje de 3 en al menos 5 puntos porcentuales con un volumen de 3.8 triples por 36 minutos, y su incremento de 8.8 es el tercer mayor del grupo. De estos 10 jugadores, solo dos, Peja Stojakovic y Greg Sutton, siguieron mejorando el tercer año, y en 5 de los casos, los jugadores cayeron por debajo incluso del nivel de su primera temporada.

De todos modos, si con tres jugadores por debajo de los 27 años, las únicas trazas de probable regresión son la salud y el acierto desde el triple de George (que yendo unido a un aumento de 4 puntos en el de tiros libres podría ser mejora real de la mecánica), Indiana tiene toda la pinta de mantener o mejorar el nivel el año que viene.

  • La banda del banquillo

Aunque el quinteto titular de Indiana rindiera a un nivel espectacular, el equipo no estuvo entre los mejores la temporada pasada por culpa de un mal banquillo, especialmente en el frontcourt: Hansbrough, Jones y Amundson tienen un +/- negativo, lo que indica que la segunda unidad fue superada por sus rivales. De hecho, en los minutos sin el cuarteto de cuerda titular en pista, los Pacers recibieron más puntos de los que anotaron. Hansbrough, el sexto hombre del equipo, dio un paso atrás la temporada pasada, y a 15 días de cumplir los 27 años, la edad que suele marcar la cumbre de la progresión de un jugador, es lo que es. Pocos se lo toman tan en serio y juegan tantas ganas como Psycho-T, pero la profesionalidad no es suficiente.

Cada año está reboteando menos, tanto en ataque como en defensa, y el 11.3% de los rebotes que cogió el año pasado es una muy mala cifra para un ala-pívot. Sin ser nada especial defendiendo al hombre, ni aportar nada al ataque del equipo pasando (es uno de los mayores agujeros negros de la Liga, y su tasa de asistencias, al igual que el rebote, va decayendo año a año, sin ser nada especial en primer lugar), Hansbrough es un hombre alto anotador unidimensional, que abusa del long 2 y no tiene rango de 3, y que el año pasado ni siquiera fue capaz de meter ese tiro.

Si en 2011, como podéis ver en la imagen, fue uno de los mejores jugadores de la Liga, anotando a media distancia, especialmente desde la bombilla, el año pasado solo fue efectivo desde el codo izquierdo:

Como por edad no le tocaba aún entrar en declive, es de esperar que recupere algo el nivel, regresando a la media el año que viene, pero al mismo tiempo, que lo único que haya mejorado en su carrera haya sido el tiro a media distancia del primer al segundo año, antes de volver al punto de partida en el tercero, da que pensar si no estaremos ante un jugador que cada vez se ve más superado por el nivel NBA. Habrá que ver que tal se entiende con Mahinmi, un jugador muy diferente a Amundson y una bendición para la defensa del segundo grupo, y si no espabila, este año, a diferencia del anterior, Pendergraph está sano detrás de él para darle guerra, y los Pacers, por los fichajes que han hecho, podrían optar por correr, algo que le sacaría de su zona de confort… y puede que del estado de Indiana.

Y en el perímetro, los Pacers van a tener que reemplazar a un grupo que fue muy bueno: Hill al principio de año, Barbosa y Collison al final, y lo van a hacer con una gran elección, y una apuesta con mucho potencial. Augustin no tiene nada que envidiarles, y si no fuera por la defensa, tiene nivel de sobra para rivalizar con Hill por el puesto en el equipo titular. Según han ido pasando las temporadas en Bobcats, D.J. se ha ido convirtiendo en un base de los que pasan primero, segundo y tercero, y su habilidad para encontrar a los hombres altos, algo deficientes en ataque, en las mejores posiciones, será capital para el éxito del equipo. Si Vogel decide mover el control de la segunda unidad de Hansbrough en el poste alto, a la conducción de Augustin, la teoría pinta bien.

Y la apuesta final, que de salirle bien a Indiana los convertiría en favoritos a la 2ª posición en el Este, es Gerald Green. Tras más de dos años completos y unos cuantos meses fuera de la Liga, Green fue excelente en 31 partidos en los Nets, llegando desde la D-League. Debería ser el anotador del grupo, y si Vogel fue capaz de encontrarle situaciones de tiro en estático a Dahntay Jones, en Green tiene un tirador mucho mejor, aunque Jones tuviera un fabuloso año la temporada pasada.

Veremos como funciona, pero el banquillo de los Pacers, tiene mejor pinta en conjunto.

  • La otra cara
Indiana Pacers en defensa 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.D.
17º 22º 12º 21º

Los Pacers, como todo equipo de nivel que se precie, también son buenos en defensa, aunque por motivos casi opuestos. Si en ataque están en la parte alta forzando faltas y cogiendo rebotes, en defensa conceden como los que más. Sin embargo, son un gran conjunto evitando al rival anotar, siendo 6º en eFG% en contra.

Si examinamos el quinteto inicial jugador por jugador, dependiendo de lo que penséis de Danny Granger, todos son defensas productivos, y en algún caso, como el de George, estelares. Como ocurría en ataque, con Hill en pista son un grupo con parciales de élite, físico y correoso, y mucho más malencarado de lo que parece. No suelen aparecer en las listas de bad boys, pero las malas pulgas de West o Granger son notorias, y el año pasado se pudo ver una vez más.

El as de la unidad, desde luego,es George, jugador destinado a aparecer en el All-Defensive Team durante muchos años. Viendo las votaciones, yo estoy casi seguro que en las papeletas debe venir lo de Defensive en letra pequeña, y muchos no lo ven, lo cual sumado a los que votan por reputación, completa el festival. Cuando Jeff Van Gundy pronuncia la palabra fraude para referirse a alguna de las elecciones, poco más voy yo a añadir. Ah, sí, Boozer recibió un voto el año pasado. En serio. Pero paro que nos vamos de tema.

De George se remarca siempre su tamaño para jugar de escolta (2.03 m.) y sus largos brazos, pero lo que realmente le hace especial es la manera de seguir al rival como un perro de presa por la pista: rara vez da espacio al rival, y es tremendamente hábil para evitar engancharse en las pantallas. Sería por esto, tanto o más que por su envergadura, el motivo por el cual lo eligiría a él antes que a cualquier otro escolta para defender una última posesión de partido.

Con magníficos defensores de aclarados, y la amenaza de George en las líneas de pase, tratar de hacer circular el balón manteniendo a Paul en el lado débil, buscando al hombre de Granger, el eslabón más débil, o a West cuando el ala-pívot le gane por centímetros, es la receta a la que se ven obligados los equipos rivales, ante una de las unidades más competentes de la Liga. Corrigieron dos debilidades, ya que a Hibbert desde que está más ligerito es más difícil pillarle en el bloqueo directo, y con Hill por Collison a tiempo completo, la defensa gana aún más amperios y ahora, enfrentarse a Indiana es cada vez más farragoso.

  • En resumen

Los Pacers 2013 tienen el núcleo de los de 2012, reforzado en sus puntos débiles, y con un cierto margen de mejora como equipo joven, y este año deberían volver a repetir puesto entre los mejores ataques y defensas. Anotar 109.5 puntos por 100 posesiones y recibir 105.0 en contra, para una esperanza de 53 victorias es una predicción continuista que confía en que los de Vogel mantienen el nivel.

Rose dijo la última palabra

Los PO han empezado y ayer estuvimos siguiendo el primer partido, el Bulls-Pacers, partido que fue mucho más divertido de lo que todo el mundo podía esperar.

La verdad es que habían ganas de PO, creo que todo el mundo baloncestístico lo esperaba, los PO y empezó con una de las series que a priori iban a estar más desequilibradas de toda la primera ronda, pero pronto nos dimos cuenta que el baloncesto es bonito de verdad.

Pacers salió serio, muy serio, apretando a muerte en defensa y sin miedo a hacer faltas y más faltas, es decir, marcar una linea evitando canastas fáciles, es decir, la lección muy aprendida de como parar a la ofensiva de Bulls.

Los Bulls por su parte hacían agua por cualquier lado, con Boozer cargado de faltas y con un Noah algo dormido. Rose en cambio iba a lo suyo, mientras Collinson se destapaba en los PO como un base más que solvente para manejar a un equipo…y de repente apareció el factor inesperado: Tyler Hansbrough.

El jugador con cara de psycokiller, se mostró muy seguro con su tirito desde 5 metros al cual ni Boozer, ni Kurt Thomas (aún sigue jugando!!!!), ni Noah podían hacer nada… pero no sólo eso, defendía y atacaba el aro, que lo veía del tamaño del United Center, es decir ENORME!.

Mientras el amigo Danny Granger entraba en juego, poco a poco se veía en la cara de Rose que esto sólo lo podía solucionar él. Se puso el traje de MVP y levantó él solito (con ayuda de algún triple que otro de Kyle ‘Kutcher’ Korver) un partido que estaba más en Indiana que en Chicago. Pacers jugó muy, pero que muy bien, pero no pudieron con Rose.

Ha sido una gran forma de empezar, grande, grande… veremos si todo sigue hoy también.