Este artículo se publicó en El Newsletter Desde El Sofá el pasado 3 de junio de 2016, De vez en cuando publicaremos alguno por la web, pero si no quieres perderte nada y leerlos antes que nadie, sólo tienes que subscribirte.
Estos días se ha hecho público que la portada de el juego más jugado de basket del planeta será Paul George. La gente de 2K ha elegido al jugador de Pacers para que sea su imagen para su próxima edición de el gran juego actual de baloncesto del mercado.
Durante la historia han habido mucho video juegos con el baloncesto como protagonista, ahora mismo el que domina el mercado es el NBA2K, como te hemos comentado y más que seguramente sabrás, atrás han quedado la mítica saga del NBA Live, el arcade hecho espectáculo de la mano del NBA JAM o el olvidado, pero extremadamente adictivo y molón (y uno de mis favoritos de siempre…) NBA Street.
Si seguimos tirando la mirada atrás podemos acordarnos del PC Basket, aquel manager que quería ser como su hermano, el mítico PC FÚTBOL, que estuvo bien, pero nunca llego a cotas tan altas como el deporte del balón de pentágonos.
Pero yo me voy a ir más atrás, bastante más atrás, me voy a 1987 y al primer juego de baloncesto que jugué, el Fernando Martín Basket Master para el grande, único e inigualable Spectrum.
Para nuestra fanaticada más joven, el Spectrum era un ordenador que se enchufaba a la tv y que en sus primeras versiones funcionaba con cintas de cassette (luego ya llegó la versión disket…), sí, las de música que probablemente tampoco hayáis conocido. El proceso de carga era medianamente sencillo: Metías la cinta, le dabas al play y tocaba esperar a que se cargara el juego, que a veces duraba más otras veces menos, si no se te fastidiaba antes, se cortaba o simplemente no se leía bien la cinta…cosas que solían pasar más pronto que tarde.
Una vez cargado, en este caso el Fernando Martín, te adentrabas en un juego que era un simple 1 vs 1, con jugadores muy cabezones y donde se podía hacer casi de todo, habían faltas, habían tiros de 3 y lo mejor tal vez de todo, habían mates y cada vez que hacías uno, había repetición, con zoom (al estilo Spectrum) de la jugada a cámara lenta, toda una brutalidad para la época de la que hablábamos.
El juego era puro entretenimiento.
Ni habían pantallas, ni niveles, ni modo historia, ni gráficos alucinantes (aunque para la época era la bomba), ni nada parecido, simplemente tu objetivo era ganar al rival, meter más canastas que tu oponente, que bien podía ser ‘la máquina’, la cual tenía un nivel de dificultad bastante aceptable, o bien se podían poner los dos jugadores.
Era diversión extrema y donde la combinación de QAOP y barra de espacio era la clave para poder moverte más que bien en la cancha.