Avance de temporada 2013-2014: Denver Nuggets

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Después de batir el récord de partidos ganados por la franquicia en la NBA y finalizar terceros en el Oeste, los Nuggets se estamparon en primera ronda de Playoffs, y de repente, son un equipo diferente. Ya no está el entrenador que llevaba más de 8 años en esta franquicia, ni su General Manager (el titular y el asistente), ni su jugador de mayor perfil. Además, también perdieron al pívot titular y, para empezar la temporada, a una de las piezas más brillantes del equipo: el que empezaba los partidos de alero y los acababa de ala-pívot, que se lesionó el ligamento cruzado y el menisco de la pierna en abril, y no volverá, como mínimo, hasta diciembre.

A pesar de todo, mantienen una buena parte de lo que era un equipo joven y en progresión, que tiene una serie de singulares ventajas y un estilo claro de juego. Los Playoffs que parecían seguros salvo catástrofe para la temporada 2013-2014 hace cinco meses, son un reto ahora, pero tampoco extrañaría que lo consiguieran sin muchos problemas.

  • Radiografía de los Nuggets

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • De Karl a Shaw

Tras ocho años en el equipo, la salida por la puerta de atrás en Playoffs y alguna otra diferencia más (como el tiempo de juego de McGee o la renovación de su contrato que acababa el próximo verano) provocó que los Nuggets cortaran su relación con Karl un año antes de tiempo.

George dotó a este equipo de una identidad, aprovechó la altitud de Denver para basar todo en la carrera, y sabía convertir a jugadores desconocidos o rebotados de equipo en equipo en piezas útiles para una franquicia. Pero su random basketball, el baloncesto aleatorio, no servía en Playoffs donde siempre le entra el pánico y es el primer entrenador en renunciar a su estilo y corregir cuando no debe. A la hora de la verdad, acaba quitando el liderazgo de los jóvenes, y tirando de la vieja guardia que siempre esconde en cada plantilla (de Anthony Carter a Andre Miller pasando por Ed Najera) y la falta de estructura del ataque lo colapsa sobre sí mismo cuando le cierran la vía del caos.

Pero ahora, el rey ha muerto, viva el rey, y que entre Brian Shaw. Uno de los nombres que sonaban verano tras verano en cantidad de equipos, con un currículum impresionante pese a la falta de experiencia como entrenador principal, que le llevó por muchos sitios, incluido Europa, como jugador, y le forjó al lado de Phil Jackson en los Lakers, y más recientemente, Frank Vogel en una organización modelo como es Indiana.

Era la esperanza negra de volver a ver el triángulo en la Liga, pero ya ha dicho que no cree que vaya a ser lo que utilice en los Nuggets, con buen criterio a mi gusto. Pese a las muchas virtudes y cantidad de posibilidades que ofrece el sistema de Tex Winter, requiere que prácticamente todos los jugadores tengan una habilidad de crear juego, ser capaces de abrir posibilidades con su bote, pase y tiro. En un repaso rápido a la plantilla, Denver es probablemente una de las plantillas peor preparadas para hacer algo de esto, en un equipo falto de acierto exterior y con muchos finalizadores y pobres pasadores. Además, fueron uno de los peores equipos de la Liga posteando, tanto por cantidad como efectividad.

Así que, aunque utilice alguno de los conceptos (quizá la obligación de mantener unos 5 metros aproximadamente de espacio entre jugadores al moverse) tendrá que pensar otra manera de utilizar este ataque, sabiendo que a mitad de temporada, con la vuelta de Gallinari, tal vez tenga que volver a cambiar el enfoque.

Y en defensa, Shaw viene de uno de los mejores equipos de la Liga, y aquí sí tiene sentido aplicar un sistema con el de los Pacers… con jugadores muy inferiores. Con Karl, los Nuggets siempre han sido un equipo con problemas en la retaguardia, en parte por la plantilla que siempre ha habido, en otra por el sistema. La constante con George era aplicar la rapidez, también al otro lado de la cancha, y tratar  de contener las acciones rivales con una alta presión: cambios en casi todos los bloqueos directos, envío de dos-contra-uno’s… como el propio Karl confesó a Matt Moore este año, ha tenido que oír como la gente, medio en serio, medio en broma, insinuaba que los equipos de Karl mandarían dos jugadores a defender a una máquina dispensadora de Coca-Cola.

El mayor reto del nuevo entrenador para construir una buena defensa, que pase de ser una de las que menos tiros en la media distancia y más en triples desde la esquina otorga a lo contrario, es conseguir un jugador que intimide y cierre el aro en la última línea de la defensa, como Roy Hibbert en Indiana. Los Nuggets tienen un jugador enorme y atlético, líder en tapones por minuto/posesión en la Liga el año pasado, con todas las condiciones físicas para tener ese papel, y al que además, los directivos estarían encantados de ver en pista después de la inversión que han hecho en él. El único problema es que ese jugador es… JaVale McGee. La clave de tu defensa va a ser un tipo que, si pones su nombre en YouTube, los tres primeros vídeos que te aparecen son uno en cuya descripción hablan de «stupidity«un recopilatorio de bloopers, vamos, metidas de pata, y un especial sobre su figura en el Shaqtin’ a Fool.

Lo cierto es que su RAPM defensivo (+/- ajustado y normalizado) sin estar en la élite, siempre ha sido bastante bueno, aunque los números de su equipo con él y sin él en pista muestran algo de diferencia negativa. Difícil saber qué nos vamos a encontrar, porque un papel que le obliga a caer más atrás en la zona, explota sus defectos y virtudes a partes iguales.

Poniéndonos en el mejor caso, en el que Shaw consiguiera cerrar el espacio aéreo con McGee, e intimide lo suficiente para defender sin ayudas, de manera que el resto de jugadores no dejen nunca a los tiradores solos, especialmente a los lados (algo que Karl jamás consiguió… o intentó siquiera) obteniendo un balance positivo de JaVale pese al ocasional desliz, aún hay más problemas. Los Pacers tratan de dictar con sus defensores de perímetro a dónde se dirigen los bloqueos directos, mandando a los rivales a la banda y contra Hibbert, algo para lo que se necesita una cierta dureza que los Lawson, Miller, Robinson, FournierFoye y compañía no tienen. La baja de Iguodala como defensor en unos-contra-uno, o de la estrella rival, creo que puede ser suplida con ciertas garantías por Chandler (el año pasado, con los mismos 4 jugadores completando el quinteto, los Nuggets tenían el mismo índice defensivo con Wilson y Andre), pero la falta de fuerza en el perímetro puede estropear alguno de los planes de Shaw en las tareas de defensa colectiva y redireccionamiento de jugadas.

Otro problema para los Nuggets fue el rebote defensivo, en el que fueron 27º, concediendo multitud de oportunidades al rival, y es algo que también tendrán que mejorar este año, y puede que no sea fácil. Los números individuales y parte del sentido común invitaban a echar la culpa en la sangría al hecho de que Gallinari,  4º peor reboteador de la Liga (y 2º italiano de la lista) midiendo más de 2.07 jugara más de mil minutos de ala-pívot, teniendo en cuenta que pese a esta ventaja, además tiene peor tasa de capturas que muchos aleros a tiempo casi completo: DengArizaGayGeorgeDurantLeonard, Pierce, Wallace, Beasley, Kidd-Gilchrist, Turner o su propio compañero Wilson Chandler entre otros. Pero es con él en pista con quien los Nuggets rebotean mejor colectivamente, y los números con small-ball no fueron malos tampoco.

Así que habría que mirar en otra dirección. La tasa de rebote defensivo con McGee en pista es horrible (los tapones o su intento a destiempo son un filón para el reboteador en ataque rival) y no ayudaba tampoco que Brewer, que a cambio da una rápida salida a la contra, estuviera en pista. Aunque Connelly ha traído al equipo a JJ Hickson, 4º mejor reboteador por posesión con más de 1000 minutos el pasado año (aunque los números a lo largo de su carrera son peores) y Brewer se marchó rumbo a Minnesota, el cambio de personal ha sido un movimiento más lateral de lo que parece. Corey será sustituido por el peor reboteador de la Liga la temporada pasada con más de 1000 minutos en pista, Randy Foye, y  Hickson llega a ocupar más o menos los minutos de Koufos, sólido en la tarea, y con unas tasas de rebote comparables a las del nuevo fichaje el resto de su carrera, y lo que esperaríamos de él si regresara a la media.

Así que la mejora tendrá que ser tarea del entrenador y del desarrollo de McGee (recordemos, todavía 25 años). Quintetos más tradicionales con dos hombres altos siempre ayudan (aunque repetimos, el small-ball no fue el problema en Denver) y con Shaw seguramente veremos a los hombres altos más cerca del aro, en lugar de perseguir bases a las salidas del bloqueo, que también tiene incidencia en el rebote.

En definitiva, Shaw tiene una gran tarea por delante, pero es un reto apasionante. Él cita su pasado reciente en Indiana como ejemplo de lo que puede hacer un equipo joven y sin super-estrellas, pero aquí la tarea será bien diferente. En los Pacers, la diferencia entre titulares y banquillo eran claras, los roles estaban definidos, y los jugadores se complementaban bien. La situación en Denver es mucho más nebulosa, con una profundidad mayor, y muchas direcciones por explorar antes de decidirse por una. Veremos cómo se maneja.

  • Mejorar el tiro

El tiro exterior de los Nuggets ha sido un drama desde que Carmelo, Smith y Billups se fueron, y uno de los motivos por los que este equipo no podría construir un ataque efectivo a media pista. 22º en triples intentados (ajustado a posesiones) y 26º en porcentaje, los aficionados de los Nuggets tuvieron que comprobar como el segundo jugador que más lanzaba desde el perímetro no llegaba al 30% de acierto (Oppa Brewer Style), y su mejor hombre en volumen es el lesionado Gallinari.

Alguno de los refuerzos vienen a tratar de cubrir este problema. Si entre Corey Brewer e Iguodala, metieron 182 triples en 594 intentos (30.6%), eso lo compensarían más que de sobra con lo que Randy Foye hizo en Utah el pasado año: 178 canastas, pero necesitando sólo 434 lanzamientos (41%). A medida que el nuevo escolta ha ido subiendo sus intentos por partido durante su carrera, ha mejorado su acierto, y ya lleva un par de años entre los mejores tiradores de la Liga. Unido a Nate Robinson, Evan Fournier (y su preciosa forma de tiro) y Wilson Chandler, los Nuggets tienen 4 jugadores con un acierto por encima del 40% la pasada temporada en más de 4 intentos por 36 minutos, y de repente, parece que un tiro exterior está tomando forma al pie de las Rocosas.

Eso sí, luego te das cuenta que hablamos de tres jugadores irregulares, que vienen de hacer el mejor año desde el perímetro de sus respectivas carreras, y que en 17 temporadas conjuntas, sólo habían pasado de esa línea mágica del 40% una vez, y el otro, Fournier, lleva sólo 52 intentos en la Liga. Si todos estos regresaran a la media, el tapado aquí puede ser Jordan Hamilton, que tuvo pocos minutos con George Karl, pero los aprovechó bien, y pese a la fama de tirador a rachas con la que llegó a la Liga, ha sido mucho más regular de lo esperado.

Los Nuggets también han añadido algo más de tiro a su rotación de hombres altos, en la que ni McGee, ni Faried, ni Koufos, tenían nada parecido a un juego a media distancia, y era Gallo cuando jugaba de 4 el único en ofrecer el recurso. Entra en escena JJ Hickson, que con un 47% de acierto fuera de la pintura el pasado año, puede tirar tras poner el bloqueo directo (pick’n’pop) o esperando en las líneas de fondo (buenos porcentajes desde ambos lados) que ningún hombre alto tradicional daba en Denver el pasado año.

El que me convence bastante menos es la otra solución a este problema, Darrell Arthur. En lo del tiro es verdad que es impecable, con un monstruoso (de bueno) 62.8% en tiros desde la bombilla (que no es sostenible, pero aunque baje, sigue siendo excelente), pero si es algo más que el cuarto o quinto hombre alto de la rotación, Denver tendrá problemas.

Los Grizzlies fueron 5.2 puntos peores por 100 posesiones con él en el quinteto (y no es el clásico caso de diferencia entre titulares y banquillo, jugó bastantes minutos con Z-Bo o Marc), y su RAPM (+/- ajustado y normalizado) es de los peores de la Liga, más concretamente el tercer peor en jugadores con 970 minutos o más (no llegó a 1.000 por 30). Además, es el 18º peor jugador en rebote de todos aquellos por encima de 2.05 y 500 minutos (casi todo el resto de jugadores peores que él pasaron minutos jugando de alero), su porcentaje de tiro verdadero a lo largo de su carrera es un bajo-par 49.2% (47.7% el año pasado) y aunque abre la oportunidad de pick’n’pop, no acaba de estirar el rango completamente porque no tira de tres. Como además, es un habitual de la enfermería (tras perderse la temporada entera en 2012, el año pasado no apareció en 23 encuentros), su prometedor temporada en 2011 no ha visto continuidad y ahora mismo no parece un jugador que vaya a pasar de ser un parche de emergencia o un recurso puntual.

  • Vaya papeleta…

Decíamos antes, y ya es otra seña de identidad de este equipo casi tan grande como la altitud, que la plantilla de los Nuggets es de las más profundas de la Liga. Y esto, que es una bendición y ayuda a ganar muchos partidos, puede ser un problema a la hora de gestionar una plantilla. Karl navegó con mucha mano izquierda en la complejidad del entramado diplomático que es repartir los minutos, un aspecto infravalorado de su mandato, pero Shaw tiene una auténtica papeleta por delante.

Los únicos puestos fijos a día de hoy parecen el de Ty Lawson y el de Kenneth Faried (aunque su candidatura casi entra a la lista de puestos seguros, no incluimos de momento a Gallinari cuando vuelva de la lesión, ya que si Wilson Chandler empieza la temporada contra los titulares al nivel que acabó la anterior frente a las unidades suplentes, no tiene nada garantizado) y tratar de adivinar cuál será la distribución de puestos y tiempo en pista de los Nuggets es un ejercicio con el que corres el riesgo de ver explotar tu cabeza.

Sin el italiano las cosas parecen un poco más claras, con Wilson Chandler como alero titular, y el puesto de pívot a repartirse entre McGee y Hickson, con el incumbente por delante si por los que mandan en Denver fuera, con Mozgov esperando su oportunidad. Hickson es mejor ala-pívot, y tendría también ventaja en la lucha por los minutos de suplente en esta posición.

El puesto de escolta y base suplente va a ser un polvorín todo el año que se puede poner peor si Chandler viene a pegar un bocado a los minutos de la posición tras la vuelta de Gallinari, que seguramente también recorte un poco de tiempo a los hombres altos.

El trabajo en el puesto de escolta seguramente vaya a quien tire mejor sacrificando lo menos posible la defensa. Por altura, y con el resto de candidatos muy bajitos, y más para acompañar a Lawson, ese sería Fournier, aunque si no ha ganado cuerpo y por su bisoñez, tampoco es una opción perfecta. Nate Robinson es seguramente la posibilidad más popular, tras un buen año en Chicago, y habernos dejado alguna que otra heroicidad en Playoffs. Con otro base diferente a Lawson, alguien más alto, aguerrido, y efectivo en defensa, podría ser el favorito, pero en estos Nuggets, se antoja muy complicado. De su papel, esperamos que sea microondas, y poco más, aunque tiene a otro jugador que está en su misma situación, con la misma problemática y amenazando sus minutos, incluso desde el banquillo: Randy Foye.

Lo que me sorprendería ver de nuevo es a Andre Miller en esa posición. No puede tirar de tres lo más mínimo (su 21% de acierto a lo largo de su carrera es, como su juego, cosa de otras épocas) y Karl lo hacía en parte para tener la correa de Lawson bien apretada en la pista, pero no creo que Shaw se ande con los mismos juegos psicológicos utilizando al veterano jugador (que cumplirá 38 años al final de la temporada), que además, si hacemos caso a la rumorología, estuvo en el mercado este verano.

Poner dos bases en pista fue habitual en la Liga el pasado año (con mis clasficaciones personales de quién es base y quién no, encontramos 9 parejas que coincidieron más de 500 minutos, con resultados dispares) y la de Denver, con 866 minutos, fue la quinta con mayor presencia. Con ellos dos en pista el resultado es positivo (+5.2 puntos por 100 posesiones) pero algo menor que la diferencia que conseguían los Nuggets en general (+5.6), así que el LawsonMiller va directo al grupo ni fu ni fa. Mejor en ataque que en defensa, pese a los problemas de espacio, puede ser una solución a momentos en los que el equipo esté atrancado, pero si sigue siendo la pareja a la que acudir en los momentos finales del partido, significará que ninguna otra de las opciones para el puesto funcionó en Denver.

  • Último adiós a Iggy

Los Nuggets perdieron a Iguodala tras tenerlo en préstamo durante un año, y le echarán de menos. Andre tenía el mejor RAPM del equipo (que estimaba que su presencia hacia mejor al equipo en 3.3 puntos por cada 100 posesiones en defensa) y el segundo mejor entre los escoltas de la Liga tras Tony Allen, y acercó a los Nuggets al Top 10 en defensa de la Liga.

Pero no es sólo aquí donde el equipo le echará de menos. Iguodala es un excelente pasador, que dio 5.4 asistencias por partido el año pasado, siendo el 6º en cantidad por minuto entre los no bases, sólo detrás de Ginobili, Luke Walton (!!!), LeBron, Monta y Kobe.

Los Nuggets seguirán saliendo a la contra y tirando de rapidez porque su base es un rayo, los hombres altos tienen una enorme capacidad y energía para adelantar a los rivales y coger un pase imposible a su espalda, y la altitud juega a su favor. Y otra de las cosas en las que este equipo destacó en ataque es con un fantástico rebote ofensivo. Por eso, su necesidad de tener jugadores que creen tiros para sus compañeros no es tan acuciante como en otras franquicias, porque Denver hace las cosas de otra manera. Pero la falta de jugadores solidarios que puedan conseguir ventajas a partir del pase empieza a ser alarmante, sobre todo si este equipo quiere ser mejor a media cancha. Veremos si la imaginación de Shaw y un poquito más de espacio y tiro en ataque sirven para compensar, pero creo que este equipo echará mucho de menos ese aspecto tan infravalorado del juego del gran Iggy.

Avance de temporada: Denver Nuggets

La franquicia de Colorado estuvo entre las mejores la pasada temporada, y con un núcleo lleno de jugadores de 25 años o menos (Lawson, Chandler, Gallinari, Faried o McGee) es un buen grupo destinado a mejorar. De todos los equipos que están rondando los Playoffs en el Oeste son los más jóvenes tras Oklahoma City y cuentan con una de las mejores ventajas de campo, traducida en estilismo, de la Liga. Por si fuera poco, también son un equipo profundo y versátil que puede encontrar en su plantilla todo tipo de perfiles, salvo, en principio, un anotador de espaldas a la canasta.

Potencial de aspirante legítimo, realidad de animador. Veremos en dónde acaban al final.

Altas: Andre Iguodala (Philadelphia 76ers), Anthony Randolph (Minnesota Timberwolves), Evan Fournier (Draft), Quincy Miller (Draft)

Bajas: Arron Afflalo (65.0% de los minutos), Al Harrington (23.7%), Rudy Fernandez (22.1%), Chris Andersen (15.1%)

Empezamos:

Denver Nuggets en ataque 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.O.
23º 18º 12º
  • Wishing on a star

La mayor objeción a los Nuggets el año pasado era el que les faltaba una estrella. Y no sé por qué me da, que el discurso va a ser el mismo tras la llegada de Iguodala.

Iggy (diminutivo que no le gusta, por cierto) fue, el año pasado, casi por cualquier medida que se elija uno de los 30 mejores jugadores de la Liga. Estadísticamente, se fijen en lo que se fijen (+/- de su equipo, los números del boxscore…), prácticamente todas las métricas le colocan en ese rango. En Wins Produced fue el 5º mejor jugador la temporada pasada. En ezPM fue 20º. Por Win Shares, 21º y en ASPM 23º. Solo el EWA, la conversión a victorias del PER de Hollinger, que le coloca 43º, disiente.

Para los que gusten de valoraciones más subjetivas, estuvo entre los 24 elegidos para ir al All-Star y la ESPN lo ha nombrado 28º mejor jugador en su #NBArank, y CBS Sports lo coloca 27º en su lista Elite 100. Habiendo 30 equipos en la NBA, Iguodala es un jugador franquicia.

Pero esto no será suficiente, porque cuando la narrativa tradicional habla de estrella, se está refiriendo a un jugador que lleve el peso de los puntos, sobre todo sacando las castañas del fuego al equipo en los minutos finales y que se pueda creer su propio tiro. ¿Por qué lo llamas estrella, entonces, si quieres decir anotador de volumen? Los Nuggets ya fueron el tercer mejor ataque la temporada pasada, y lo hicieron precisamente basándose en un estilo opuesto al que tendrían si un jugador parara su balón en ataque. Chris Paul, con su estilo yo-yo, sería miserable en estos Nuggets. Durant sí que los mejoraría en ataque, Howard en defensa y LeBron en los dos sitios. Pero, vamos, que hay 27 equipos que no tienen a ninguno de estos tres, no es cosa solo de los Nuggets. Por ejemplo, tengo muchas dudas que mejoraran en absoluto en ataque con Kobe. Al fin y al cabo, este equipo atacó mejor que los Lakers. Luego, cuando los resultados fueran iguales o peores, los mismos que ahora piden a gritos una estrella para este equipo, desempolvarían el libro de clichés para sacarse un «La defensa es lo que gana campeonatos», o «El manejo de los egos también es importante» o una soplapollez similar.

Veamos el mito de la caverna. ¿Ayudan las estrellas en finales apretados? Si miramos unos cuantos registros, no lo tengo muy claro. En partidos perdidos o ganados por 3 puntos, los Nuggets tienen 6 victorias y 6 derrotas. Otros equipos con estrellas como Miami (5-2), Oklahoma City (5-4), Los Angeles Lakers (9-4) o los New York Knicks (6-3, 4-3 sin Carmelo) fueron algo mejores, pero no parece muy significativo. Si lo subimos a partidos decididos por 5 puntos,  el récord de los Nuggets es 12-9 por el 8-3 de Heat, 11-8 de Thunder,  18-8 de Lakers y 8-9 (6-8 con Carmelo) de los Knicks. Ahora están casi a la par con Oklahoma City y mejor que New York.

Los Nuggets no han sido muy diferentes a otros equipos con estrellas, pero no es ese el único argumento que quería explicar con estos resultados. Si miramos los números de otra forma, nos damos cuenta que el 70-80% de los partidos acaba en una diferencia de más de 5 puntos. En las Finales, en las que se supone igualdad máxima, los márgenes de victoria fueron 11, 4, 6, 6, 15. En las Finales de Conferencia del Este, 4 de 7 partidos se decidieron por más de 10 puntos o más. En el Oeste, 5 de 6 por 5 o más. Es decir, en los 18 enfrentamientos que cerraron la temporada, en 13 hubo una diferencia de 5 o más puntos y en 7 la diferencia pasó los 10. En la mitad de los encuentros cumbres, los minutos finales apenas importaron.

Las estrellas no se esperan al último minuto para ganar un partido. Para algo tienen 48.

Afinemos un poco más, personalizando en jugadores. La definición de qué son los minutos decisivos, qué es el clutch, y demás es muy subjetiva. ¿5 minutos, 2 minutos, los 24 segundos de reloj? ¿Separación de más menos 5 puntos, 3 puntos, tiros para empatar y ponerse por delante? Dependiendo de lo que elijas, tendrás unos resultados u otros. Nosotros vamos a hacer el ejercicio con 2 minutos o menos en el reloj, y tiros para ganar o ponerse por delante. En ese espacio, los Nuggets como equipo, metieron 59 puntos en 61 tiros, un 48.4 EFG%. Esta cifra es mejor que las individuales en el mismo periodo de Wade (46.4%), Durant (38.6%) o Westbrook (38.5%) y ligerísimamente por debajo del 50.0% justo de Bryant, Rose o Pierce.

Reduzcámoslo a la última posesión: 24 segundos o menos en el reloj, tiro para empatar o ponerse por delante. 17 puntos en 22 intentos, el EFG% de los Nuggets baja a 38.6%. Wade, Durant y Rose ahora están por encima, pero unas cuantas estrellas siguen por debajo: Kevin Love, 37.5% en 8 intentos. Pierce, 25.0% en 6. Kobe, 23.3% en 15. Westbrook, 0 de 4.

¿Existen las estrellas en el clutch? vamos a hacer una tabla con las estadísticas de trece jugadores que se han ganado la reputación, o se han jugado bastantes balones en los instantes finales, durante los últimos 3 años.

2012 eFG%2012 FGA2011 eFG%2011 FGA2010 eFG%2010 FGAeFG% a 3 años
Correlación -0,02Correlación-0,04
Carmelo Anthony68,8855,6944,4955,8
Rudy Gay50,0545,01070,0552,5
Dirk Nowitzki43,8850,0657,1750,0
Kobe Bryant23,31562,5870,81248,5
Chris Paul40,0100,0480,0542,1
Deron Williams100,0136,41140,0541,2
Dwyane Wade50,0637,5431,3838,9
Derrick Rose61,1943,8816,71238,0
Steve Nash100,0320,0516,7635,7
Kevin Durant44,71921,41417,91429,8
LeBron James75,0212,5830,81328,3
Paul Pierce25,0625,040,0319,2
Russell Westbrook0,0420,0512,5811,8

LeBron y Durant, que posiblemente son las mayores estrellas en la NBA ahora mismo, tienen un eFG% menor del 30% en tiros para empatar o ponerse por delante los últimos 24 segundos del partido durante los últimos tres años. Si cambiáramos la definición por minutos, márgenes de victoria y demás, cambiarían los personajes y los porcentajes, pero no la idea: el cuento del jugador decisivo no existe. Las estadísticas en los momentos finales son muestras pequeñas, que no se correlan de un año para otro, y muy fuertemente influenciadas por nuestra percepción y nuestra memoria selectiva. Si ampliáramos la prueba a más jugadores y más años, la cosa iría dando bandazos de un lado a otro.

Lo que mejor se correla con victorias no es el rendimiento en los últimos minutos, es el margen por el que se gana. Los buenos equipos no tienen que ganar finales apretados, porque (casi) no los tienen, y esto no se hace solo anotando, también hay que defender. Quieres una estrella contigo, no por lo que pueda hacer al final por ti, sino por lo que aporta durante todo el partido.

Iguodala es un gran jugador, que además va a ayudar donde más lo necesitan en Denver, que es en la defensa. Los cuentos de estrellas los dejamos  para cuando toque hablar de vender zapatillas.

  • Corred, malditos

Los Nuggets fueron 2º tras Sacramento en ritmo de juego y número de posesiones finalizadas en 10 segundos o menos, y al mismo tiempo lograron llegar a ser el 2º mejor equipo por eFG% en esas jugadas tan rápidas: solo San Antonio tuvo un porcentaje mejor que su 57.6% cuando llegan a la carrera. Lideran la Liga en mates junto a Clippers y Thunder y todo esto les permite ser los mejores con diferencia en la Liga en la estadística de la que os hablábamos ayer, que mide la calidad de los tiros lanzados, el XeFG%.

El XeFG% es la esperanza de puntos de un ataque en la media, de acuerdo a como se distribuyen los tiros por zonas. Esta medida da una idea de que equipos tiran más eficientemente, en función de la distancia a la canasta, y los Nuggets, gracias a sus estilo de contraataque están primeros pese a que anotan por debajo de la media en general.

Y con eso, y yendo a la línea, que es una relación directa en muchas ocasiones, es como un equipo que no es bueno en el rebote ofensivo, no es especialmente cuidadoso con las pérdidas y está en el vagón de cola tirando de 3, tienen el tercer mejor ataque de la Liga.

Los Nuggets este año van a correr como demonios. Los momentos en los que se junten a una milla de altura Lawson, Chandler, Iguodala, Faried y McGee, todos entre los más atléticos y rápidos en su posición, va a ser un frenesí. La falta de aire y el ritmo de Denver siempre ha molestado a los rivales, pero este año va a ser odio directamente lo que sientan en el Pepsi Center. Alguno va a salir con el juramento de que solo beberá Coca-Cola de ahora en adelante.

Un ejemplo claro de que los equipos no quieren seguir el ritmo de Denver, y que prefieren tomárselo con calma, es que si bien los Nuggets son el 2º equipo que más posesiones acaba en 10 segundos o menos, son los 3º a los que menos posesiones en contra les generan en ese primer periodo de tiempo. Nadie quiere correr con ellos (y eso que tiene premio: permiten el 4º mayor eFG% en contra en los 10 primeros segundos tras Charlotte, Sacramento y New Je…Brooklyn), porque saben que ese juego lo tienen perdido. Aunque los Nuggets habitualmente tengan la defensa mal plantada, los equipos prefirieron pausarse contra ellos. Este dato me parece muy significativo para validar algo que ya sabíamos, por otra parte, pero que siempre es interesante comprobar. Por otro lado, la temporada acortada también habría tenido un mayor efecto en sus rivales, que en ellos, equipo joven y ya acostumbrado al fino aire de Denver, y es posible que con una diferencia tan extrema se mitigue el año que viene.

Karl adora el correr casi tanto como nosotros queremos la pizza del Papa John’s, y este año tiene el mejor entorno que ha disfrutado jamás para ello. Que no os extrañe ver bombonas de óxido nitroso en el vestuario de Denver.

  • El rebote ofensivo puede ser dominante

El año pasado los Nuggets acabaron 12º en rebote ofensivo, nada especial, pero la temporada que viene podrían ser, ya no digo de los mejores, el mejor directamente. La manera que tuvieron de acabar el año y atacar los tableros en Playoffs fue impresionante. En los 7 partidos contra los Lakers, cogieron un 33.0% de los rebotes ofensivos, que hubiera sido registro líder en Temporada Regular, por delante del 32.6% de Chicago. Y esto fue en 7 partidos contra Los Angeles, el 5º mejor equipo en los tableros en defensa de la Liga.

Los que auparon a los Nuggets en la fase final de la temporada fueron Faried y McGee. Manimal fue ganando minutos, y acabó el año líder en ORB% con el 16.5%. Eso quiere decir que uno de cada 6 fallos de los Nuggets cuando Faried estaba en pista, volvió a sus manos. McGee por su parte acabó la temporada rondando el Top 25 y además, cogió casi el doble de rebotes que el hombre al que vino a sustituir, Nene. Además Kosta Koufos, fue 6º entre todos los jugadores con más de 500 minutos y Andre Miller fue el 5º mejor base de la Liga.

Este año, van a aumentar considerablemente los minutos de esos dos sementales de los tableros, Faried y McGee, y además lo hacen a costa de los de Nene, un pobre reboteador ofensivo, y Harrington, mucho más pobre aún y que estuvo disputando minutos hasta en los Playoffs, con un ORB% del 4.9%, el mismo que Marcus Thornton y su 1.93 de altura. Y aunque Andre Iguodala no llegue a la media de su posición siquiera en este aspecto, el hombre del que más minutos se lleva, Afflalo, era peor que él.

Entre que el estilo de agresión al tempo de los Nuggets, principal motivo de que fueran uno de los mejores ataques de la Liga, no va a cambiar, y que cuando les fuercen a jugar en estático podrían cargar el rebote con la mejor batería de la Liga, los de Denver son el tapado a convertirse en el mejor ataque de la Liga la próxima temporada. Ni más ni menos.

  • En aquel momento no parecí­a una buena idea

Cuando George Karl empezó a utilizar a Ty Lawson con Raymond Felton me llevé las manos a la cabeza. «Ya está Georgy Porgy enchufando a sus chicos de North Carolina como sea…». En serio, ¿qué NO podía salir mal? Juntar a uno de los 5 jugadores más pequeños de la NBA con con otro base que anda por el 1.95. ¿Really?

Pero el experimento fue bueno, qué digo bueno, fue un éxito rotundo (la mejor pareja por +/- del año 2011 de este equipo y con muchísima diferencia), y por cosas como estas George Karl es un entrenador NBA y yo escribo sobre él después de trabajar, tomando café en un McDonald’s.

Al traspasar el pasado verano a Felton por Miller, la cosa parecía que quedaría ahí. Felton había anotado el 45.9% de sus triples en Denver, pero Miller no sabe tirar, y semejante cifra no la iba ni a oler. Además llegaba con 35 años, el mismo peso y con un 1.90 pelao, y ponerle delante de escoltas podría ser pedirle mucho.

Pero Karl lo volvió a hacer. Lo de ponerlos juntos, y lo de que le saliera bien. En total, Lawson y Miller han compartido 887 minutos en pista (unos 14:30 por los 61 partidos que han coincidido) y su +/- es de +147, la tercera mayor diferencia en Denver. Efectivamente, Andre Miller es un pobrísimo tirador (21.7% en triples, y quedó 169 de 177 jugadores con más de 100 posesiones en tiro tras pase, con solo 0.72 puntos por jugada) pero de alguna forma esta pareja sigue dando resultados. Su margen de victoria por 48 minutos de 8.0 es muy superior al 2.8 total de los Nuggets, y lo hacen siendo mejores en defensa y ataque a la vez: el Índice Ofensivo pasa de 107.9 a 112.3 puntos (una mejoría de 4.4) y el Defensivo cae de 107.0 a 103.9 (3.1 de diferencia a su favor) cuando comparten tiempo de juego. Lo destacable en este caso además, es que el resto del tiempo, casi siempre uno de los dos está en la pista, no es que sean reemplazados por un director de juego inferior. De los 2321 minutos sin doble base, 2159, el 93%, fueron con Miller o Lawson.

Si esta pareja funcionó bien ya de por sí, al unírsele Gallinari, es una locura. La muestra de minutos se reduce mucho, a 322, pero el Índice Ofensivo pasa a 116.3, el defensivo a 98.0 y el margen de victoria por 48 minutos a 17.3. ¿Tal vez sea el mover a Gallinari al puesto de ala-pívot, que fue el que habitualmente ocupó con esta pareja, y no tanto juntar a los dos bases? Puede.

Otra razón es que Andre Miller, tal vez con la ayuda del equipo, parece encontrarse más cómodo defendiendo a los escoltas. Cuando ha jugado de 2, el eFG% de su rival ha sido del 49.5%, algo por encima de la media, pero no está mal. Sobre todo si tenemos en cuenta que en los 921 minutos que pasó de base, su par anotó con el 53% de eFG%.

Miller ya no tiene (y eso si alguna vez la tuvo…) la velocidad para andarse peleando con los bases, pero pese a la falta de talla, la experiencia le ayuda un poco más con los escoltas. Su saber hacer consigue que a pesar de la diferencia de altura, los rivales no se sientan cómodos posteándole y no sean capaces de llevarlo hacia dentro con facilidad. En las dos posiciones permitió más puntos a su par que la media de la Liga, pero la diferencia fue menor cuando jugó junto a Lawson.

Esta temporada creo que no los veremos juntos tanto porque la edad ya se empieza a notar en Miller, que aunque es un hombre de hierro todo se acumula. Solo se ha perdido 6 partidos en 13 años de carrera. Sí, habéis leído bien, 6, y uno de ellos fue en medio del traspaso que le mandó a Philly. 9 de esas 13 temporadas las ha jugado completas, y aunque no se lesione, supongo que el hombre se irá cansando. De hecho, el año pasado fue el primero desde su año de novato que jugó menos de 30 minutos por partido. Sus minutos deberían caer aún un poco más, y con Julyan Stone como tercer base, es más probable que Karl prefiera quitar minutos al doble-base que dárselos al de UTEP. Y el otro gran motivo para el cambio es que con el cambio de Afflalo por Iguodala, uno de los alas que mejor pasan de la Liga (el PPR de Hollinger lo coloca como el mejor y en AST% está solo detrás de LeBron, Ginobili, Wade, Pierce y Turkoglu), George puede mantener dos playmakers en pista sin que tengan que ser necesariamente los dos bases.

Por cierto, y siguiendo el tema Iguodala y el ataque. El mayor problema de los Nuggets es probablemente su tiro exterior: 23º desde el triple en la Liga y pierden a Afflalo, su mejor tirador, un hombre que ha metido el 40.0% en su carrera, y prácticamente la única ventaja en teoría que AAA tiene sobre Iguodala, (33.1% tirando de 3 como profesional), en un área de necesidad además. No creo que los Nuggets mejoren, pero tampoco descarto la sorpresa: el año pasado, Iguodala tuvo un porcentaje clavado al de Afflalo (39.4 en 3.1 intentos vs. 39.8 en 3.6) y metió 1.16 puntos por jugada tras pase, por los 1.08 del nuevo jugador de Orlando. De hecho, fue 13º entre esos 177 con más de 100 posesiones, y nadie acertó mejor en Philly, ni Meeks, ni Williams, ni Turner.

Los números del resto de su carrera hacen pensar que este último año pueda ser más la excepción que la norma, pero su 3P% lleva 4 años creciendo, al tiempo que su porcentaje de utilización baja. Poco a poco, según toma un papel más secundario en ataque, parece estar convirtiéndose en un mejor tirador de lo que nadie damos crédito. Si realmente le sienta tan bien alejarse un poco del protagonismo desde el punto de vista de los porcentajes, esto es de nuevo una magnífica noticia para un equipo tan cargado como Denver, que necesita más eficiencia que volumen.

  • ¿Gallo de pelea o de corral?

Tras el traspaso de Anthony, los Nuggets tenían la esperanza de que Gallinari explotara, y convirtiera la salida de Melo un robo histórico a mano armada, y aunque no lo ha hecho todavía, no se pueden quejar del rendimiento hasta ahora. De hecho, en los 25 primeros partidos hasta que se lesionó, estuvo a un nivel que lo metía en el debate del All-Star. Después, con molestias incordiándole toda la temporada parecía otro jugador. Y una de las mayores incógnitas del futuro de este equipo es esa. ¿Cuál de esos dos es Gallo? ¿O tal vez, es el jugador intermedio? . Veamos sus números en los dos periodos.

PartidosMinutosPuntosRebotesAsistenciasTS%3P%FTA/FGA
Antes de la lesión2533.017.05.22.659.731.249.5
Después de la lesión1829.311.24.02.850.235.237.0

La mayor diferencia fue en anotación. Pese a mejorar su acierto tirando de 3 en la segunda parte de la temporada, acercándose más al nível que ha mostrado en su carrera, metió casi 6 puntos menos por partido y con una diferencia de 9.5% en la eficiencia, principalmente porque dejó de ir a la línea. Los 5.8 intentos que promedió por partido en los 25 primeros encuentros le hubieran colocado 16º en toda la Liga. Y su 89.0% de acierto durante ese periodo sería el 2º mejor del Top 25, solo por detrás de Dirk Nowitzki. De hecho, Gallinari fue básicamente Dirk yendo a la línea antes de lesionarse: 5.8 vs 5.7 tiros por partido, 89.0 vs. 89.6 de acierto. Incluso un poco mejor, porque lo hacía en menos posesiones.

Ya comentamos que los Nuggets son mucho mejores cuando Lawson y Miller están juntos y juegan con el quinteto de small-ball, y esto no es cosa solo de estos dos: los Nuggets en general y Gallo en particular son mejores cuando el italiano está de ala pívot. Ha defendido bien a los 4 con los que le emparejaron y creó problemas en ataque al rival.

Con 24 años le quedan 3 para llegar al punto álgido de su carrera, y tal vez todavía no hayamos visto todo lo que Gallinari es. Pero con mezclar el nivel del principio de la temporada pasada y el acierto desde el perímetro del final, ya sería suficiente para estar contentos.

  • El verdadero talón de Aquiles
Denver Nuggets en defensa 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.D.
21º 27º 30º

Lo que realmente separa a estos Nuggets de ser un equipo de élite no es una estrella, sino la defensa. Es muy habitual atribuir a esta fase del juego todos los males de Denver (si cogéis análisis previos e incluso posteriores a temporadas pasadas, se lo veréis hacer a más de uno) y no siempre ha sido así. Desde la temporada 2002-2003, Año I antes de Melo, en el que solo ganaron 17 partidos con un pútrido ataque acompañado de una sólida defensa, hasta 2009, han estado 7 años por encima de la media, llegando incluso a ser la sexta mejor de la Liga, pero llevan 3 años en retroceso. Fuerzan pérdidas, rebotean bien, no hacen faltas… pero les meten mucho, mucho, mucho. Son el equipo club de carretera por excelencia.

En principio, aquí es donde la llegada de Andre Iguodala y también, no nos olvidemos, una temporada completa integrado en el equipo de Wilson Chandler, excelentes defensores en el perímetro, deberían ayudar, sustituyendo a un Afflalo que según fue teniendo más oportunidades de anotar, se fue olvidando de defender.

Iguodala viene de ser el corazón de la tercera mejor defensa del campeonato, pero la cabeza se quedó en Philly. Aunque todo sean alabanzas al Otro AI o a Brand, hace 2 años, cuando los 76ers fueron el 24º equipo en Índice Defensivo, también estaban, y liderando al equipo en minutos. Que la misma columna vertebral de aquel equipo de Eddie Jordan subiera 21 posiciones en 2 años podría significar que el verdadero Jugador Defensivo del Año en los Sixers fue Doug Collins.

Pero indudablemente Iggy es un gran defensor. Los jugadores a los que se emparejó la pasada temporada fuera del poste bajo (lo de ponerle de ala-pívot no fue un buen experimento en Philly, veremos si lo intentan en Denver) anotaron con un eFG% del 40.4%, un 8-9% menos que el escolta-alero medio, y Chandler también ha mantenido a lo largo de su carrera a los escoltas rivales por debajo de la media (con los aleros ha sufrido un poco más). Por su parte Afflalo permitió anotar un 54.0 y un 52.0 eFG% a los escoltas y a los aleros a los que se enfrentó, lo que supone una diferencia de entre 11 y 14 puntos porcentuales con Iguodala. Evidentemente el resto del equipo también tiene que ver en esa discrepancia, y los Sixers eran mejor que los Nuggets como bloque, pero si Iguodala redujera un 10% la eficiencia del rival, tendría un impacto de Estrella, así, con mayúsculas en los Nuggets. Haga lo que haga en el último minuto de un partido igualado.

Los Nuggets el año pasado permitieron el mayor porcentaje de tiro de 3 rival, un escandaloso 38.3%, acompañado además de ser el equipo al que más tiraron desde downtown. Si los minutos de Chandler e Iguodala logran frenar la hemorragia, el impacto se va a notar en la defensa y el número de victorias. No es transferible, y los Sixers tienen otros excelentes defensores en el perímetro como Holiday, pero Philly fue la 6ª franquicia que peor porcentaje de 3 permitió al rival, y los Knicks con Chandler también estuvieron arriba. Pero al mismo tiempo los Sixers de 2010 en el annus horribilis con Jordan fueron los peores de toda la Liga. Iguodala jugó casi 3200 minutos ¿cuánto puede hacer un hombre solo?

Se pueden mantener entre los equipos que menos faltas hacen, incluso con la llegada de McGee, porque Faried será un año menos pardillo e Iguodala es excelente en este aspecto, uno de los mejores de la Liga sin duda alguna, y también es magnífico en otro apartado en el que Afflalo era el peor del equipo: forzando pérdidas. Denver estuvo entre los mejores en estos dos aspectos, y por ahí se mantendrá gracias a su nuevo fichaje.

Donde no deberían mejorar en principio, y tal vez hasta den un paso atrás, es en el rebote defensivo. El año pasado fueron 9º, y hemos dicho que este año podrían convertirse en el mejor equipo de la Liga en el ofensivo, pero son precisamente las razones que convierten a este grupo en una amenaza en ataque, las que nos hacen dudar atrás. El estilo agresivo y atlético de Faried y McGee en un lado de la pista es demasiado peligroso en el otro. Arriesgan mucho para poner tapones, se olvidan por completo de bloquear (perdieron un partido entre los Grizzlies porque en uno de los primeros encuentros en los que Karl dejó al Manimal hasta el final, Faried dejó a Cunningham palmear el balón plácidamente por encima suyo sobre la bocina) y en muchos bloqueos directos no salen, para gorronear el rebote o el tapón. Bueno, esto última en realidad les ayuda un poco a apilar rebotes en el box-score, pero no al equipo. Si la diferencia de esta pareja con Nene y Harrington en los tableros de ataque se medía en años luz, aquí están a la par, y los dos jovenzuelos además lo consiguen de manera un poco sospechosa.

Todavía son jóvenes y Karl puede convencerles de que se apliquen un poco más y sacrifiquen números por el equipo, y como sucedia con el triple en contra o con las pérdidas, el cambiar a Afflalo, peor reboteador defensivo del equipo el año pasado (por detrás de Lawson, Rudy o Miller incluso) por minutos de Andre Iguodala y Wilson Chandler (un excelente reboteador, y no solo para su posición, en su carrera promedia un 14.6 DRB% y en los 857 minutos que lleva en Denver repartidos en dos temporadas ha subido el promedio al 16.7%, número comparable al de Bargnani, Leonard, Blair, Bass o… Iguodala precisamente) que rebotean justo el doble que él minimizaría el impacto, pero este equipo seguirá siendo Top 10 si y solo si se aplica.

La mejoría en defensa también podría sufrir un grandísimo empujón con McGee. Las cualidades están casi todas ahí, y sustituye a Nene, que defendía bien pero también un poco a lo Afflalo, cuando le apetecía, y a Harrington que conoce uno y solo un movimiento en defensa, quitarle la silla al rival. Pese a ser el segundo mejor taponador, motivo que algunos esgrimirían para que fuera subcampeón en la clasificación de mejor jugador defensivo (Oh… wait! A lo mejor al no ser ÑBA con él lo de los tapones no vale) y tener ese cuerpo de armario ropero, todavía no es un buen defensor. Y en realidad, eso es buena noticia para el futuro en Denver, supongo. 24 años, y solo puede ir a mejor.

  • En conclusión

Estuvieron entre los mejores ataques del año pasado, mantienen un bloque de los más jóvenes, y por tanto, con margen de mejora, y solo les separan un par de cosas de la élite: la defensa de la anotación (¿se entiende?), sobre todo en el perímetro, y el tiro exterior. Y esta temporada han dado un paso de gigante para solucionar el primero trayendo al que es, en teoría, uno de los mejores en el negocio en ese aspecto, y si nos fijamos en su última temporada, podría ser también una gran ayuda para el segundo.

Me mantengo en la predicción de que Denver es el gran tapado para ser el mejor ataque de la Liga, si es que tras serlo ya en 2011 se les puede considerar así, y acabarán por los 112.1 puntos por 100 posesiones. Y en defensa, Iguodala y la extenuación rival les va a ayudar a rebasar la media, pero McGee y Faried no están preparados todavía para meterles en el Top 10. 106.6 puntos de Índice Defensivo en contra, una esperanza de 55 victorias, más que ayer pero menos que mañana, y probable factor cancha a favor en la primera ronda de Playoffs. Muy mala noticia para el que le toque el partido extra en el infierno. Que ya no está bajo tierra, está a una milla sobre el nivel del mar.

La noche de Sleepy Floyd

Nos vamos a ir 25 años atrás, al Oakland Coliseum, cancha de los Golden State Warriors que se jugaban no salir con 4-0 de las semis de conferencia oeste frente a los Lakers de Magic, Kareem, AC Green & Cia.

Todo parecía que se iba a convertir en una victoria más para los de Pat Riley, sin mucho sudor la verdad, pero en el equipo de George Karl, entrenador por aquel entonces de los Warriors surgió la figura de Eric ‘Sleepy’ Floyd.

Sleepy Floyd hizo esa noche del 10 mayo del 1987, 51 puntos en total, pero sobre todo lo que quedará para la historia es un record que aún está por superar: 29 puntos en un solo cuarto con 12 canastas seguidas para darle la victoria final a Warriors 129-121 y poner el 3-1 en la serie. Hasta hoy, nadie ha hecho más puntos en un cuarto en partido de PlayOff.

Una de esas pequeñas historias que nos encanta…

PO Desde El Sofá (VI): A otro ritmo

Nos vamos a las Rocosas, al estado de Colorado, al Pepsi Center… estás situado ya? pues bien, parece que los Denver Nuggets también lo estuvieron y decidieron hacer lo que mejor saben: correr.

El otro día en el segundo partido ya lo advertíamos y pronto se vio que el equipo de Karl lo tenía bastante claro, había que cambiar el ritmo, subirlo y para eso Ty Lawson era el elegido. Denver cogió enseguida una diferencia que casi se antojaba definitiva con un +24 en el segundo cuarto que casi hacía preveer que veríamos a Eyenga y demás…

Pero a partir de este momento Denver se dejó un poco ir, como guardando cosas y esto casi le cuesta un susto, ya que Lakers se llegó a poner a 4 puntos y el Pepsi Center enmudeció, pero el equipo de Brown fuera de casa es como diría yo… lo más parecido a un equipo ACB?? pues eso.

2-1. Y se pone la cosa interesante, ya que tendremos que ver como Lakers ajusta alguna que otra cosa para ralentizar el partido y que Bynum & Gasol entren más en juego, sobre todo debajo del aro.

Con todo esto, destacar a McGee… pero no a JaVale, el cual hizo un ‘gran y sorprendente’ partido, si no a Pam!! la madre de JaVale que estaba detrás de una canasta y era una hooligan más. De hecho, cada acción de su hijo hacía una cucamona más grande que la anterior, siempre muy pendiente de cámaras y demás… tremendo.

PO Desde El Sofá (III): Kobe, Kobe, Kobe

Segundo partido de la serie en el Staples y los Lakers ya empiezan a poner tierra de por medio ante unos Nuggets que empiezan (tal vez algo tarde…) a mostrar sus verdaderas armas.

Lakers sabe lo que tiene que hacer frente a Nuggets: meter balones dentro. Esta táctica le vino perfecta durante el primer partido donde Bynum hizo su triple-doble y donde claramente los de Denver se vieron desbordados por el juego interior, pero en este segundo partido George Karl empezó a ajustar cosas… como buen segundo partido.

El primer ajuste, la defensa doble sobre Bynum, esto le ha causado muchos problemas al bueno de Andrew durante este año, pero claro, esto hace que alguien esté libre… y el más listo del lugar es Kobe.

El Bryant que vimos anoche en el Staples nos recordó al de años atrás, con una muy buena elección de tiro y sobre todo manteniendo muy implicados a sus compañeros. Esto no significa que él no se tire todo lo tirable, esto significa que sabe mejor elegir el tiro, con lo cual sus compañeros se mueven mejor…

El arreón de Denver a base de contra ataques, es el mejor equipo de la NBA en esta faceta, no vino sino a reflejar lo que se va a encontrar LA en Colorado, un equipo que va a presionar y va a intentar correr todo lo que pueda y más. De nuevo Bryant será clave, su % cuanto más alto mejor para Lakers, ya que esto evitará esos contra ataques… eso pasó ayer. Eso y que Bynum sigue a un nivel tremendo….

Rudy Fernández: «Ahora mismo estoy muy centrado en estar aquí y hacerlo lo mejor posible»

Quedaban dos segundos para que acabara el tercer cuarto, y con el reloj apremiando, Corey Brewer lanzaba por compromiso un tiro tan desesperado como desangelado, que claramente no tenía ninguna opción de alcanzar, no ya la canasta, sino el tablero. Rudy Fernández, que en ese momento se encontraba corriendo hacia la canasta, aún estaba pasando por la línea de triple cuando Brewer tiraba. Viendo la oportunidad, engrana una marcha más para llegar a ese balón, que queda a aro pasado de donde él se encontraba, y viendo la imposibilidad de convertirlo en un improvisado alley oop, palmea el balón de espaldas hacia la tabla, sin mirar, para anotar sobre la bocina. Fue la jugada del partido, y sería la del día si a Kyrie Irving no se le hubiera ocurrido anotar la canasta ganadora en Boston culebreando por la zona de los Celtics, ni a LeBron James saltar por encima de la cabeza de John Lucas III.

La afición de Denver rompió en un estruendo, solo comparable al momento en el que Rocky y el videomarcador delataban que Tim Tebow estaba sentado en primera fila del Pepsi Center. Los ojeadores que venían a ver el partido, desmontaban por única vez su gesto hierático, y se permitían compartir un murmullo. La canasta ponía al equipo de casa 6 puntos arriba a falta del último cuarto, pero fue una de las pocas alegrías para el público local en lo que restó de partido.

«Fue un golpe de suerte», Rudy, decepcionado por el resultado final, le restaba importancia tras el partido. «Vi el tiro de Corey, y que probablemente me daba tiempo a llegar a la pelota… y lo hice».

Después de sufrir una lesión en el talón de aquiles que le hizo perderse cuatro partidos, Rudy volvió el viernes pasado ante Toronto para anotar 23 puntos, su máximo esta temporada, en un actuación que George Karl definió como «fantástica». Ante los Clippers, anotó 12, y dejó la jugada del día. En estos dos partidos ha jugado más de 30 minutos, saliendo desde el banquillo, acertando 7 de 12 triples lanzados para acabar con un espectacular registro de 1.84 puntos por posesión.

«(El viernes) no me esperaba jugar tantos minutos, al ser mi primer partido después de la lesión, pero estuve acertado y bastante a gusto dentro de la pista», nos contaba Rudy. «Estoy en la dinámica de jugar lo que resta de temporada si la lesión aguanta (toca la madera del vestuario) y contento de haber podido descansar estos días para poder estar a tope a lo largo del resto de la temporada»

George Karl también le ve bien físicamente para el futuro. «Durante toda la temporada va a haber esos susurros: ten cuidado, cuánto tiempo juega cada uno, quién se encuentra bien… pero Rudy este fin de semana, tenía esa cara de confianza que no había tenido antes», dijo Karl. «Dice que está sano, dice que se siente bien, no ha tenido ninguna reacción negativa… y eso que el viernes jugó más minutos de los que creo que debería haber jugado.»

Parece importante que el escolta español se encuentre bien porque el enfrentamiento a los Clippers señala el comiezo de un ciclo de cinco en siete días para los Nuggets, que termina con el temido back-to-back-to-back, las tres noches seguidas. «Son cinco partidos contra equipos de nuestra conferencia, de mucho nivel, todos equipos que aspiran a Playoffs, y tenemos que estar muy concentrados en todos para intentar ganar», reconocía Rudy. 16 de los próximos 18 partidos de los Nuggets serán frente a equipos con registro ganador. «Sabremos mucho más de este equipo el 1 de marzo», apostillaba Karl.

Este martes jugarán en Memphis, y el jueves tienen la oportunidad de vengarse en el Staples de los Clippers, antes de volar de vuelta a Broncoville para enfrentarse el viernes a los Lakers, y coger otro avión el sábado para visitar Portland en esta semana de locos. «Es cierto que a nosotros también nos está sorprendiendo lo bien que vamos en la Liga regular, y sí que estamos contentos pero esto casi acaba de empezar, y ahora vienen partidos muy complicados que tenemos que estar a tope y en los que hay que dar un paso adelante», comentaba un centrado Rudy.

Lo que está claro es que Rudy se encuentra feliz y disfrutando de la NBA después de un par de temporadas bastante duras. «Con Nate (McMillan) no tenía la misma complicidad que tengo con George Karl, son entrenadores diferentes y gracias a este cambio pues estoy aportando cosas muy positivas a este equipo y estoy a gusto. Hace tiempo que no me sentía así», declaraba Fernández. Con Lawson lesionado y el rookie no drafteado Julyan Stone como único recambio en el puesto de base, George Karl le hizo subir el balón en varias jugadas, incluidas algunas con Stone en pista. «Creo que Rudy es muy importante, sobre todo por sus pases y su habilidad para crear juego y también por su defensa. Aunque venga con un cartel de anotador, creo que es mucho mejor jugador que un simple tirador», valoraba Karl.

Una clara muestra de la confianza que George Karl tiene en él, es que lo tuvo en pista, los últimos 16 minutos de partido, incluido el último cuarto completo, y fue el cuarto jugador con más minutos en los Nuggets por detrás de Gallinari, Nene y Miller. «He tenido dos decisiones (al principio del último cuarto) que podría haber penetrado en lugar de haber pasado y he perdido dos balones importantes. Si eso hubiera pasado el año pasado, acababa en el banquillo,. Ahora el entrenador me da confianza, y eso me hace seguir mejorando». Confianza, la palabra clave. «Me siento muy a gusto dentro de la dinámica del equipo y el equipo también está a gusto con mi estilo de juego».

En la ciudad de Denver, al pie de las Rocosas, se siente bien: «Estoy muy contento de como me está tratando la franquicia, y de como me he acoplado a la ciudad. Ya conocia a Andre Miller, y a los internacionales, Kosta (Koufos), Timo (Mozgov), Gallo o Nene, así que no me ha costado adaptarme al vestuario. Hay muy buen ambiente en este equipo, ya se vio el día que hicimos el baile casi todos los jugadores, hay muy buena sintonía»

Cauto al preguntarle antes del partido por la posible ventaja que tenían sobre un equipo que emplea prácticamente bases (Billups, Williams, Foye) en la posición de escolta, advertía que «esto puede ser positivo o negativo. Estaba echándole un vistazo a las estadisticas, y anotan muchos puntos sobre todo Chauncey Billups y Mo Williams, pues siguen teniendo mucha responsabilidad en el tiro. Están anotando bien, será dificil, son un equipo muy competitivo, que se ha reforzado muy bien.» Y fue precisamente Billups, con 32 puntos el día que volvía a casa el que desequilibró la balanza. Rudy también tuvo que ver como Williams, del que estaba más que avisado, clavaba una de las dagas del partido.

Con Denver 5 arriba en un parcial 6-0 a falta de 3:51, Rudy tocó y estuvo a punto de robar el balón a Chris Paul en el intento de penetración, que lo recuperó y lo mando a la esquina, desde donde Mo, al que había llegado a cerrar con el cuerpo perfectamente Fernández, anotaba sin equilibrio y poco ángulo una de esas canastas desmoralizantes, por como y cuando se producen. «Chauncey hoy tuvo un partido increíble y jugaron muy bien, tenemos que jugar juntos, y luchar los cinco en los tableros». Esta era una orden expresa de Karl, que les pidió un esfuerzo extra, que todos cargaran el rebote para poder salir al contraataque. «Nuestro recurso contra los Clippers tiene que ser jugar rápido. Ellos van a querer jugar rápido, pero no tanto como nosotros», remarcaba Karl antes del comienzo.

Rudy cogió 6 rebotes, su mejor registro esta temporada, pero el equipo no fue todo lo rápido que Karl deseaba: el ritmo del partido (92 posesiones) quedó por debajo de la media del equipo esta temporada (96, liderando la NBA) y más cerca del de los Clippers (91 en media). «Luchamos para intentar ganar el partido, pero pasaron algunas cosas, y ahora nos tenemos que preparar para el siguiente. Nos ganaron en los tableros: cuando conseguimos coger los rebotes y salir al contraataque jugamos mejor, pero el cinco contra cinco hoy lo defendieron bien.» comentaba al final el español.

¿Y el futuro? Rudy podía haber extendido su contrato este año al igual que dos de sus compañeros, Koufos y Gallinari, pero la fecha límite pasó el miércoles 25 sin que fuera renovado. «Eso es trabajo de mi representante, yo intento centrarme en mi trabajo que ahora mismo es estar con el equipo, aportar las cosas que suelo aportar en la pista y lo que surja, surgirá, ahora mismo estoy muy centrado en estar aquí y hacerlo lo mejor posible».

Según los datos, en Denver sale el sol casi el doble de días que en la lluviosa Portland. Rudy Fernández puede dar fe de ello.

Retorciendo los números (II)

  • Pau Gasol (19.6/11.4) ha tenido un bache anotador que le ha sacado por poco de la lista de jugadores promediando un 20/10 en la que quedan Kevin Love (20.5/15.6), Dwight Howard (21.5/12.0) y Blake Griffin (20.3/11.9). De conseguir un 20/10 al final de temporada, Blake sería el 29° rookie en hacerlo en la historia de la NBA y la ABA, el primero en 11 años desde el 20.1/10.0 de Elton Brand en la temporada 99/00.
  • En la victoria del domingo ante los Nuggets, Amar’e Stoudemire metió 30 puntos por octavo partido consecutivo, récord de la franquicia neoyorquina. Si siguiera así podría amenazar la mejor racha reciente, los 16 partidos de Kobe Bryant entre enero y febrero de 2003. Me imagino que de aquí al récord de Wilt Chamberlain, 65 partidos del 4 de noviembre de 1961 al 22 de febrero de 1962, ya tendríamos tiempo de hablar.
  • Josh Smith tenía un porcentaje de 0.266 en lanzamientos desde la línea de 3 durante su carrera. En su tercera temporada llegó incluso a promediar más de 2 tiros por partido. Alguien, con buen criterio, le emplazó la temporada pasada a no volver a tirar triples, y solo lanzó 7. Y esta temporada, alguien con mejor criterio aún le he pedido que vuelva a tirarlos: lleva 17 de 38 un 0.447 de acierto y es el 18° octavo jugador con mejor porcentaje. ¿Los mejores? Mike Bibby y DeShawn Stevenson con un 0.536.
  • Aunque Kevin Love esté siendo el mejor reboteador con diferencia de la Liga por partido (15.6, el segundo Bogut con 12.2) no es el que más rebotes coge percentualmente. El TRB%, una estadística que estima el porcentaje de los rebotes disponibles que un jugador ha cogido, la lidera Reggie Evans, que se queda con el 26.4% de los balones que repele el aro. Love con 24.6% es el segundo, y Marcus Camby con 23.1% el tercero.
  • Nunca un equipo de Phil Jackson que haya perdido 4 partidos seguidos en una temporada como los Lakers hicieron del 26 de noviembre al 1 de diciembre ante Utah, Indiana, Memphis y Houston ha ganado el título. Equipos no entrenados por Phil, sí que lo han hecho, los últimos, los Miami Heat de 2006 que perdieron 4 en diciembre contra Denver, Los Angeles (Clippers), San Antonio, y de nuevo Denver.
  • La velocidad a la que juegan los equipos se mide con el Pace Factor o Factor de Ritmo, que cuenta el número de posesiones en un partido de estos equipos en 48 minutos. Los equipos con más ritmo son los Wolves (97.7), Nuggets (96.5) y Knicks (96.4). Los que menos, Blazers (88.5), Pistons (89.1) y Nets (89.2).
  • Desde 1987 el jugador que más partidos de su carrera ha jugado sin llegar en ninguno a los 10 rebotes ha sido Steve Kerr, 910 partidos de Liga Regular y 128 de Play-Off sin llegar a los 10. Entre los jugadores en activo, Jason Williams, el base de los Magic, es el líder. En sus 774 partidos de Liga Regular y 67 de Play-Off, ha llegado a 9 rebotes tres veces, pero nunca a la decena.
  • Como ya comentamos aquí, George Karl llegó esta semana a las 1000 victorias en Temporada Regular, uniéndose a Don Nelson (1335), Lenny Wilkens (1332), Pat Riley (1210), Jerry Sloan (1207), Phil Jackson (1115) y Larry Brown (1097). Su porcentaje de victorias (0.595) es el cuarto del grupo, por detrás de Jackson (0.705), Riley (0.636) y Sloan (0.605) y por delante de Brown (0.549), Nelson (0.557) y Wilkens (0.536). Los próximos entrenadores en activo en la lista son son Rick Adelman (911), Gregg Popovich (756) y Flip Saunders (619). Adelman llegará lo más seguro en la 2012-2013 si mantiene el trabajo, ya que solo necesita promediar 33 partidos ganados durante estos tres años, pero podría incluso ser la temporada que viene si promedia 49 partidos ganados durante esta y la siguiente campaña.
  • Otro que se hizo milenario esta semana fue Tim Duncan. 1000 partidos de Liga Regular para él, 998 como titular. La lista de jugadores en activo con más partidos la lidera Jason Kidd con 1210 y Duncan es el décimo, tras Shaquille O’Neal, Kevin Garnett, Juwan Howard, Derek Fisher, Ray Allen, Kobe Bryant, Steve Nash y Joe Smith. El próximo en llegar a 1000 será Ben Wallace, que tiene 996. Eso sí, todavía están todos muy lejos de los 1611 partidos de Robert Parish que lideran la Historia de la Liga.

Quinteto de la semana (12.12.10)

George Karl – Por sus mil y 2 victorias.
Rick CarlisleSe rapó el pelo y le va bien… muy bien, 12 victorias seguidas para Mavs.
Derrick Rose – Está llevando como sólo el sabe a los Bulls.
Amaré Stoudemire – Lleva +30 en los últimos 7 partidos…y todo victorias para Knicks.
JaVale McGee – A parte de por tener el nombre molón, por hacer el Mejor Mate Fallado del Año.