Avance de temporada 2013-2014: Orlando Magic

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Equipo en plena y completa reconstrucción y con el peor registro de victorias la pasada temporada, los Magic empiezan a formar un gran núcleo joven (8 jugadores por debajo de los 25 años), pero todavía tienen en plantilla unos cuantos veteranos que no casan con el proyecto como Jameer Nelson, Arron Afflalo, Glen Davis o el amenazado con el corte, Hedo Turkoglu.

Veremos como se las apaña Jacque Vaughn para tenerles contentos e integrarlos junto a las promesas en crecimiento de este equipo, que no tiene prisa por ser competitivo aún. La plantilla apenas se ha renovado, con la llegada de Oladipo, número 2 del Draft y un par de jugadores destinados a ser fondo de armario de la rotación (Jason Maxiell y Ronnie Price), por lo que será difícil no ver más de lo mismo, o algo muy parecido.

Pero esto se trata de aprender y de seguir construyendo de cara al futuro de la franquicia, que luce mucho mejor que el presente.

  • Radiografía de los Magic

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • To-do list

La lista de cosas que en Orlando deberían mejorar, si es que tienen ganas de hacerlo ya, es larga. Jacque Vaughn es un entrenador astuto y  que está al día de estos problemas y cómo resolverlos, pero muchos han sido producto del personal con el que tuvo que trabajar y resignarse. Para empezar, este equipo fue horrible yendo a la línea, acertando desde la línea de 3, y forzando pérdidas rivales.

En el contexto de una Liga que tira cada vez más de fuera, y en la que por tanto, el número de intentos de tiro libre está disminuyendo con el tiempo, los Magic de la temporada pasada fueron el equipo que menos tiros libres lanzó por partido en la Historia de la NBA (y los 76ers no estuvieron muy lejos de ellos). Fueron un grupo comodón, que se conformaba con tirar y encomendarse a las suspensiones, sin ser tan buenos como deberían para meterlas. La llegada de Oladipo puede ser una infusión de carácter al equipo, y si lograra contagiar algo de esa mentalidad al equipo, al modo de Westbrook en OKC, sería una muy buena noticia para el equipo.

Lo del tiro de tres, no tiene mucho arreglo a priori. A algunos de los miembros de la plantilla les faltaba el año pasado el rango para ser amenazas desde aquí, y otros como Afflalo, buen pistolero tras pase y como opción secundaria del ataque, no pudo crearse el propio tiro con garantías, quizá producto de la falta de talento anotador alrededor y debido a sus problemas físicos en la recta final del año. Ninguna nueva incorporación resuelve este problema a priori (Oladipo fue fantástico en acierto en Indiana el año pasado, pero con un bajo volumen y tras naufragar en su primera temporada), y este año no tendrán ni a Udrih ni a Redick durante buena parte de la temporada, así que tendrá que ser el desarrollo interno de los jugadores ya en plantilla (Harris, Harkless, que el espléndido tirador Doron Lamb justifique más minutos) lo que evite una marca que podría amenazar los récords en futilidad más recientes. El equipo tiró muchísimo de media distancia, tiros de 2 lejanos, y quizá estén limitados a ello por el personal, pero eso es una fórmula perdedora en la NBA: necesitan a quien pueda dar un paso atrás.

Y en lo de forzar más pérdidas, es igual que con los tiros libres, otro aspecto en el que el nuevo y flamante novato puede ayudar a poner el tono. Los Magic estuvieron entre los peores equipos de la Liga sacando faltas de ataque, forzando fallos en la línea de pase y fueron el peor con diferencia provocando errores sobre el balón. Así es como un equipo joven acaba tercero por la cola en puntos a la contra, sólo detrás de las franquicias de New York. Lo cierto es que en la segunda mitad de la temporada, con más minutos de Harkless, el mejor causando pérdidas y Harris, dispuesto a correr, los números mejoraron algo, pero todavía estaban en el tercio inferior. Este equipo, tal y como está construido, seguramente intente correr algo más este año, especialmente con Oladipo de base, aunque si no pueden forzar pérdidas, las ocasiones serán mucho menos claras: casi les viene mejor trabajar más la jugada de contra secundaria que la directa, con AfflaloHarris como tiradores rezagados.

Los mayores problemas están identificados, pero ¿la conveniencia de resolverlos? Eso tal vez es lo que más falla.

  • Regreso al futuro

Una de las pocas cosas en claro que sacó Orlando el año pasado es que Nikola Vucevic y Tobias Harris son jugadores de quinteto titular NBA.

A estas alturas hace 12 meses, estábamos hablando de dos incógnitas, que ahora ya son realidad. Vucevic fue uno de los mejores reboteadores de la temporada pasada (5º en la Liga por porcentaje) y aunque no es habitual que le hagan partícipe del juego, su tiro desde la bombilla, donde alcanza el 50% y su actividad en el tablero ofensivo, le permiten ser un buen y efectivo secundario en ataque. El siguiente paso en su desarrollo le tiene que llevar a finalizar en carrera y con potencia cerca del aro. Tiene manos seguras para recibir pases y elegantes para finalizar, pero aún carece de la fuerza para aguantar el contacto y sacar faltas. Orlando es el equipo de la Liga que menos va a la línea, y es en parte por culpa de su hombre grande: de los 85 jugadores de 2.08 metros o más con suficente tiempo de juego, Nikola es el octavo que menos va a la línea por minuto. Si se repartieran papeles en la NBA, ahora mismo el montenegrino caería en el grupo de los blanditos, pero no es un caso perdido. Y cuando sea algo más fuerte para anotar mejor, le llegará más el balón, y por tanto, también podrá devolverlo más, porque su habilidad pasando también es destacable.

Tobias Harris por su parte, se desmelenó al llegar a Orlando. Aunque hay mucho riesgo en las estadísticas de la última mitad de la temporada, sus 17.3 puntos por partido desde que llegó a Orlando están en línea con lo que hacía en Milwaukee en las pocas oportunidades que Skiles (y Boylan) le daba. Un anotador elegantísimo, es uno de los claros candidatos a ser jugador revelación el año que viene, y un favorito de los aficionados en cuanto se propague de boca en boca la necesidad de echarle un ojo a este chico, porque está en esa lista glamourosa de jugadores que tienen éxito haciendo difícil lo difícil, que atrae mucha más gente a la tele y los pabellones que los que simplifican lo imposible.

Harris es un jugador singular y contradictorio. Atrapado entre la duda sobre si es alero o ala-pívot. Verde, pero con gestos de veterano. No es un tirador regular, aunque anote desde cualquier lado de la cancha. Deja una serie de ganchos, floaters y tiros a tabla en lugar de finalizar con autoridad en el aro, y aún así va a la línea tantas veces por minuto como muchos hombres altos de los que se pegan. No es atlético, y, sin embargo, su primer paso es explosivo. Es versátil, porque hace muchas cosas bien, no porque no destaque en nada.

Jugar de ala-pívot ayuda mucho a su juego ofensivo porque coge desprevenido con su bote y su juego de cara a casi todos los rivales, y es demasiado rápido para ellos. Tiene tamaño para llevar a los aleros al poste si finalmente cambia de posición, pero no sé muy bien como anda exactamente de juego de espaldas. Por su habilidad y destreza en las proximidades del aro cuando lanza sus brazos arriba, tiene maneras, pero tendríamos que verlo. Como ya hemos comentado en el análisis de algún otro equipo, las noticias sobre el giro al small-ball a lo largo y ancho de la Liga han sido ampliamente exageradas, y siguen imperando los 4’s tradicionales, por lo que si quiere mantener la ventaja actual, tendrá que trabajar en todas esas pequeñas cosas que le permitan defenderse en el puesto. Por lo pronto, en el rebote, cumplió.

Y otra cosa mala que le podría pasar a Harris es enamorarse mucho de sí mismo, y enrocarse en el onanismo de todo lo que puede hacer. Su perfil, el de anotador solitario, de cantautor que escribe y toca el mismo su canción, puede ser dañino para un equipo si no es efectivo.Quizá sea muy injusto que en el reparto de papeles en la NBA no estén los de más talento individual, pero es así. La Liga está llena de gente que fracasaría en uno-contra-uno con jugones repartidos por China o ligas poco reputadas en Europa. Si no eres lo suficientemente bueno para echarte un equipo a la espalda a este nivel, mejor ser cola de león que cabeza de ratón.

Tiene 21 años y apenas pasó un año por la Universidad, en un programa que no está entre los destacados produciendo jugadores NBA (Tennessee) pero del que salieron Allan Houston o Bernard King. Lo que quiero decir con esto no tiene nada que ver con su linaje, sino con el hecho de que es un melón todavía por abrir. Sólo 11 jugadores de la NBA eran el año pasado más jóvenes que él. Necesitaba minutos y ya los tiene, para equivocarse y aprender, que son dos cosas que a menudo van de la mano.

Ahora, si la cuestión es si estos dos (magníficos) jugadores, como pareja, son el futuro de este equipo la respuesta es más nebulosa. No es porque con ellos en pista los Magic tuvieran una mala marca (el diferencial de -7.1 por 100 posesiones está en línea con el -7.8 en conjunto), algo de lo que no les podemos culpar, y no es que no puedan llegar a serlo, pero la NBA sigue siendo un juego de grandes hombres, especialmente fuertes y agresivos en el interior, y con estos dos, los Magic tendrían una de las parejas más dúctiles. Si ambos ponen kilos en el cuerpo (más fácil que lo haga Vucevic) y en el corazón, quizá acaben siendo compatibles, pero ahora mismo, parece fácil que los mejores equipos de la Liga abusen de su falta de dureza y contundencia.

Por eso no sorprende que uno de los dos agentes libres que han contratado los Magic, pese al perfil bajo de la contratación, cubra ese hueco de testiculina. Jason Maxiell quizá no juegue demasiado, pero además de poder enseñar a todos los jóvenes interiores de Orlando el arte del palmeo del rebote a un compañero, es un tipo duro que hará crecer como hombres a los niños con los que le van a juntar (recordemos que también están Nicholson y O’Quinn, que entran en su segundo año en la Liga).

Y otra cosa que hay que esperar: que los minutos a Glen Big Baby Davis no vayan a costa de los Baby Magic. Si en Orlando quieren tanquear, y perder partidos a esgalla, ponerle de titular es la mejor opción que pueden tener. Con los dedos de una mano de los Simpson se cuentan los jugadores que tiran tanto metiendo tan poco y defendiendo tan mal. Por lo pronto, no participará con el equipo en el Training Camp, y eso quiere decir que no estará al 100% para comenzar la temporada.

Pero nos tememos que con Harris y Vucevic, una gran cantidad de derrotas también se antoja inevitable por bisoñez y falta de acompañamiento. Así que ojalá sean los titulares. Porque ellos son su futuro, ya sea dentro de este equipo, o como relucientes piezas para poner en el mercado… y así nos lo pasaremos mejor todos.

  • Heart-Less

Si Harris es el duodécimo jugador más joven de la Liga (sin incluir los novatos que llegan este año), Maurice Harkless es el cuarto, y sin duda el jugador más verde (no por ser fan de Boston) de la plantilla de Orlando. Tuvo mucha suerte en caer en un equipo en el que pudieran darle tiempo en pista, y apostar por él: desde que recuperó la titularidad a finales de enero tras una lesión de Afflalo, no la volvió a soltar, promediando 35.7 minutazos por partido, lo que le convirtió en el 20º jugador con más presencia en toda la Liga durante los últimos tres meses.

Aunque tiene muy buenas condiciones físicas, más aún comparadas por ejemplo con las de Harris, lo que mostró la pasada temporada en su caso  pinta más a jugador secundario que referencia, aunque por supuesto, tenga tiempo para darnos la sorpresa. No crea diferencias en ataque , donde su caja de herramientas sólo tiene aquellas destinadas para finalizar, y la penetración ocasional cuando ve el camino más o menos libre, y no participa del juego colectivo.

En defensa tiene los típicos problemas de un recién llegado a la Liga en la comunicación y ejecución de los sistemas en grupo, pero destaca individualmente gracias a sus condiciones, brillando además en las categorías box-scoristas y de ligas fantásticas: fue 38º en stocks, robos+tapones, por minuto jugado.

La falta de tiro es un problema que ya era conocido cuando se le eligió, especialmente para jugar de alero, pero al menos hay una puntita de esperanza con el 35% de acierto (en tan solo 35 intentos) desde la esquina izquierda. Si puede mantenerlo, teniendo en cuenta su habilidad para hacer el movimiento «finta-y-ataque-recto-al-aro-si-el defensor-me-dejo-solo-y-ahora-vuelve-volando» puede que haya encontrado un sitio en ataque. Y también tiene que mejorar en tiros libres.

Lo más problemático es su aparente pasividad y la falta de participación. Mejoró según creció la confianza en él, pero en muchos partidos pasaban los minutos, y no había noticias de Harkless. No aprovechó demasiado los minutos para mi gusto, siendo un jugador con bastantes cosas que mejorar. Habrá que ver como sigue su progresión.

  • ¿¡Oladipo de base!?

Orlando probará, si no nos han engañado, a Oladipo de base esta temporada. El riesgo es mínimo si a Orlando no le preocupa perder partidos, y aunque el titular actual, Jameer Nelson, no es desastroso, ha caído en picado desde su cumbre personal en 2009 y ahora mismo es discutible que esté entre los 30 mejores en el puesto para este año alrededor de la Liga, y con 32 años a cumplir durante la temporada, seguro que no es Top 30 a medio plazo.

La progresión de Victor Oladipo me recuerda mucho a la de Russell Westbrook. No aparecían en las listas de mejores jugadores de insituto en 2006 y 2010 respectivamente. Los dos pasaron un par de años en universidades de postín, y antes de comenzar su segunda, y a la postre, última, temporada, las previsiones del Draft no les incluían en ningún puesto. Pero un gran año sophomore, en el que se hicieron notar por su intensidad, les catapulta directamente al Top 5 del Draft, con dudas sobre si deberían ocupar en la NBA de bases, la posición en la que no jugaron habitualmente en la universidad.

Pero dos carreras se desarrollan igual, hasta que dejan de hacerlo. Con Westbrook, su altura hacía obligada la transición al puesto de base, mientras que con Oladipo es una apuesta más arriesgada e innecesaria, que puede tener éxito siguiendo el molde que precisamente la figura de Russell ha creado. Victor tiene pinta de que puede atacar el aro con el mismo desenfreno, pero habrá que ver si esto tiene un efecto positivo en sus compañeros.

Aunque no cristalice en la posición, seguramente le venga bien a su desarrollo la experiencia en conducción del balón, conciencia de las líneas de pase y creación tras bote. También es interesante que vaya cogiendo ritmo tirando tras pase, pero hay muchas jugadas y maneras (que Vaughn bien conoce de su paso por San Antonio) para lograr que un jugador que sube el balón e inicia la jugada, pueda tirar posteriormente.

En general, será un año de desarrollo donde seguramente prime más el aprendizaje y el proceso que los resultados.

  • El resto de la tropa

A no ser que Orlando pegue el petardazo al principio de temporada, y empiece a ganar partidos y ver con buenos ojos pensar en los Playoffs, los Magic tendrán que escuchar ofertas por sus veteranos. Afflalo y Davis en realidad son relativamente jóvenes para crecer con este grupo, y el primero especialmente, tiene talento y ocupa ahora mismo una posición con hueco (si Oladipo es base, eso deja a E’Twaun Moore y Doron Lamb como el resto de escoltas de la plantilla), pero están en el mercado por el precio adecuado.

Por tanto, es muy posible que la plantilla que comienza la temporada en Orlando sea diferente de la que veamos al final (como el año pasado en parte, también) pero por lo pronto, Afflalo empezará presumiblemente como titular. Su reconversión de jugador secundario 3D (triples y defensa) a segunda o incluso primera opción en ataque ha sido infructuosa, y por el camino ha perdido ambas cosas. Cuando vuelva a su rol, seguro que será diferente, pero no sabemos si eso podrá ser pronto, o en este equipo.

A la sombra de los tres jóvenes que más prometen y de los que ya hemos hablado, están Andrew Nicholson y Kyle O’Quinn, elecciones del Draft de los Magic el pasado año. Son relativamente veteranos, ya que ambos pasaron 4 años en la universidad, y cumplirán 24 años a lo largo de la temporada, pero todavía encajan en el proyecto de reconstrucción de Orlando.

Nicholson demostró el año pasado que puede anotar. Vaya si puede. De hecho, sus 16.9 puntos por cada 36 minutos son más de los que nunca consiguió hasta esta temporada Glen Davis, y lo hizo con un porcentaje de tiro verdadero que Big Baby no había visto en su vida. Así que si Orlando necesita un anotador chuponcete unidimensional que juegue por dentro, pero con algo de tiro de media distancia, Nicholson>Davis. Peor reboteador de lo esperado (tiene una gran envergadura), y sin rango de 3 (lanzó 1.7 triples por partido con un 43.4% de acierto en su último año en la NCAA, pero no intentó ninguno en Orlando), su tiro desde las líneas de fondo fue automático y metió un 45.3% de los tiros a más de 5 metros de la canasta. Jugó muchos minutos de la basura, así que habría que ver lo que hace frente a una mayor y más dura competición, pero fue un año esperanzador para un jugador que puede hacer carrera de sexto hombre, sobre todo si resuelve los problemas en los tableros.

Por su parte, si Nicholson era una buena receta de anotación casi inmediata, O’Quinn lo mismo con el rebote. 17º de la Liga en capturas por oportunidad (más de 500 minutos jugados), entre Larry Sanders y Kenneth Faried, Kyle limpió los tableros cuando salió a cancha. Juega duro, hace el trabajo sucio, y no se complica ni intenta hacer lo que no puede. También metió más de un 45% de los tiros de media distancia, lo que le puede convertir en un jugador más útil en el futuro que otros reboteadores que no se han hecho un hueco en la Liga, como Haddadi, Dorsey o Shavlik Randolph. Lo que debería intentar de controlar es el número de faltas, no porque le puedan eliminar y le recorte los minutos, ya que eso es algo menos problemático como suplente, pero se van acumulando para el equipo: fue 6º en la Liga en infracciones por minuto.

Hola baloncesto

Qué empiece el show!

Ya hemos llegado al 30 de octubre, el día que teníamos todos apuntado en nuestros calendarios como el inicio de la mejor liga del mundo de basket: la NBA (Sandy mediante…).

Además este año llega con temporada completa, después del lockout del pasado año y de la temporada de 66 partidos, tenemos ganas de volver a esos 82 partidos que cada equipo juega y que dejan por suelo las quejas futboleras de ‘el calendario está sobrecargado‘…

Pero vayamos a lo nuestro, esta noche la NBA empieza con un BRUTAL Cavs-Wizards, sí sí, tal cual lo veis, supongo que la misma persona que eligió esto fue la encargada del diseño de la nueva web de la NBA, no puede ser de otra forma… Después de ese gran duelo entre Irving vs Wall (ojo que puede ser divertido y todo… si Wall no estuviera lesionado), tendremos los dos platos fuertes, Heat vs Celtics y Lakers vs Mavs.

Culebron recibirá hoy su preciado anillo, ese que tanto le ha costado ganar y que hizo que The Decision dejara cabreados a la gente de Cleveland… ahora que lo pienso, por eso se juega el Cavs vs Wizards antes!! para que no tengan que ver a Lebron con el anillo… muy listo Mr. Stern, muy listo.

Luego tendremos el debut de los Lakers de Nash, Howard, Kobe, Gasol, World Peace, Jamison, Jack Nicholson, David Beckham y Andy Garcia. Será contra unos descafeinados Mavericks sin Robin Hood pero con el G R A N Curry como center titular. Divertido.

Pero quitando de los platos de esta noche, la liga se presenta apasionante:

Brooklyn con equipo.
Harden con Lin en Houston.
OKC sin Harden.
Los Old York Knicks.
Unibrow en NO.
El mega pantallón del pabellón de los Rockets.
Los Clippers de Hill, Barnes y Odom.
Jennings y Ellis tirándoselo todo en Milwaukee.
Lebron buscando la temporada del triple doble.
Lakers con un big four.
Allen en las esquinas de Miami.
Terry en las esquinas de Boston.
McGee con año entero en Denver.
Jermaine O’Neal con los servicios médicos de los Suns.
La nueva camiseta de los Spurs.
Claver llevando el Gatorade en Portland.
Los Kings de momento en Sacramento.
Bobcats con esperanzas de no ser el peor.
Magic con Afflalo de jugador franquicia.
Las lesiones de Bynum.
Las pintas de Bynum.

Y así podríamos seguir hasta esta noche la hora del partido, pero lo mejor de todo, es que podremos de nuevo sentarnos en el sofá, echarnos hacia atrás y disfrutar de ese balón anaranjando dando botes por canchas norte americanas con mucha gente mirando…

Hola baloncesto.

Avance de temporada: Denver Nuggets

La franquicia de Colorado estuvo entre las mejores la pasada temporada, y con un núcleo lleno de jugadores de 25 años o menos (Lawson, Chandler, Gallinari, Faried o McGee) es un buen grupo destinado a mejorar. De todos los equipos que están rondando los Playoffs en el Oeste son los más jóvenes tras Oklahoma City y cuentan con una de las mejores ventajas de campo, traducida en estilismo, de la Liga. Por si fuera poco, también son un equipo profundo y versátil que puede encontrar en su plantilla todo tipo de perfiles, salvo, en principio, un anotador de espaldas a la canasta.

Potencial de aspirante legítimo, realidad de animador. Veremos en dónde acaban al final.

Altas: Andre Iguodala (Philadelphia 76ers), Anthony Randolph (Minnesota Timberwolves), Evan Fournier (Draft), Quincy Miller (Draft)

Bajas: Arron Afflalo (65.0% de los minutos), Al Harrington (23.7%), Rudy Fernandez (22.1%), Chris Andersen (15.1%)

Empezamos:

Denver Nuggets en ataque 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.O.
23º 18º 12º
  • Wishing on a star

La mayor objeción a los Nuggets el año pasado era el que les faltaba una estrella. Y no sé por qué me da, que el discurso va a ser el mismo tras la llegada de Iguodala.

Iggy (diminutivo que no le gusta, por cierto) fue, el año pasado, casi por cualquier medida que se elija uno de los 30 mejores jugadores de la Liga. Estadísticamente, se fijen en lo que se fijen (+/- de su equipo, los números del boxscore…), prácticamente todas las métricas le colocan en ese rango. En Wins Produced fue el 5º mejor jugador la temporada pasada. En ezPM fue 20º. Por Win Shares, 21º y en ASPM 23º. Solo el EWA, la conversión a victorias del PER de Hollinger, que le coloca 43º, disiente.

Para los que gusten de valoraciones más subjetivas, estuvo entre los 24 elegidos para ir al All-Star y la ESPN lo ha nombrado 28º mejor jugador en su #NBArank, y CBS Sports lo coloca 27º en su lista Elite 100. Habiendo 30 equipos en la NBA, Iguodala es un jugador franquicia.

Pero esto no será suficiente, porque cuando la narrativa tradicional habla de estrella, se está refiriendo a un jugador que lleve el peso de los puntos, sobre todo sacando las castañas del fuego al equipo en los minutos finales y que se pueda creer su propio tiro. ¿Por qué lo llamas estrella, entonces, si quieres decir anotador de volumen? Los Nuggets ya fueron el tercer mejor ataque la temporada pasada, y lo hicieron precisamente basándose en un estilo opuesto al que tendrían si un jugador parara su balón en ataque. Chris Paul, con su estilo yo-yo, sería miserable en estos Nuggets. Durant sí que los mejoraría en ataque, Howard en defensa y LeBron en los dos sitios. Pero, vamos, que hay 27 equipos que no tienen a ninguno de estos tres, no es cosa solo de los Nuggets. Por ejemplo, tengo muchas dudas que mejoraran en absoluto en ataque con Kobe. Al fin y al cabo, este equipo atacó mejor que los Lakers. Luego, cuando los resultados fueran iguales o peores, los mismos que ahora piden a gritos una estrella para este equipo, desempolvarían el libro de clichés para sacarse un «La defensa es lo que gana campeonatos», o «El manejo de los egos también es importante» o una soplapollez similar.

Veamos el mito de la caverna. ¿Ayudan las estrellas en finales apretados? Si miramos unos cuantos registros, no lo tengo muy claro. En partidos perdidos o ganados por 3 puntos, los Nuggets tienen 6 victorias y 6 derrotas. Otros equipos con estrellas como Miami (5-2), Oklahoma City (5-4), Los Angeles Lakers (9-4) o los New York Knicks (6-3, 4-3 sin Carmelo) fueron algo mejores, pero no parece muy significativo. Si lo subimos a partidos decididos por 5 puntos,  el récord de los Nuggets es 12-9 por el 8-3 de Heat, 11-8 de Thunder,  18-8 de Lakers y 8-9 (6-8 con Carmelo) de los Knicks. Ahora están casi a la par con Oklahoma City y mejor que New York.

Los Nuggets no han sido muy diferentes a otros equipos con estrellas, pero no es ese el único argumento que quería explicar con estos resultados. Si miramos los números de otra forma, nos damos cuenta que el 70-80% de los partidos acaba en una diferencia de más de 5 puntos. En las Finales, en las que se supone igualdad máxima, los márgenes de victoria fueron 11, 4, 6, 6, 15. En las Finales de Conferencia del Este, 4 de 7 partidos se decidieron por más de 10 puntos o más. En el Oeste, 5 de 6 por 5 o más. Es decir, en los 18 enfrentamientos que cerraron la temporada, en 13 hubo una diferencia de 5 o más puntos y en 7 la diferencia pasó los 10. En la mitad de los encuentros cumbres, los minutos finales apenas importaron.

Las estrellas no se esperan al último minuto para ganar un partido. Para algo tienen 48.

Afinemos un poco más, personalizando en jugadores. La definición de qué son los minutos decisivos, qué es el clutch, y demás es muy subjetiva. ¿5 minutos, 2 minutos, los 24 segundos de reloj? ¿Separación de más menos 5 puntos, 3 puntos, tiros para empatar y ponerse por delante? Dependiendo de lo que elijas, tendrás unos resultados u otros. Nosotros vamos a hacer el ejercicio con 2 minutos o menos en el reloj, y tiros para ganar o ponerse por delante. En ese espacio, los Nuggets como equipo, metieron 59 puntos en 61 tiros, un 48.4 EFG%. Esta cifra es mejor que las individuales en el mismo periodo de Wade (46.4%), Durant (38.6%) o Westbrook (38.5%) y ligerísimamente por debajo del 50.0% justo de Bryant, Rose o Pierce.

Reduzcámoslo a la última posesión: 24 segundos o menos en el reloj, tiro para empatar o ponerse por delante. 17 puntos en 22 intentos, el EFG% de los Nuggets baja a 38.6%. Wade, Durant y Rose ahora están por encima, pero unas cuantas estrellas siguen por debajo: Kevin Love, 37.5% en 8 intentos. Pierce, 25.0% en 6. Kobe, 23.3% en 15. Westbrook, 0 de 4.

¿Existen las estrellas en el clutch? vamos a hacer una tabla con las estadísticas de trece jugadores que se han ganado la reputación, o se han jugado bastantes balones en los instantes finales, durante los últimos 3 años.

2012 eFG%2012 FGA2011 eFG%2011 FGA2010 eFG%2010 FGAeFG% a 3 años
Correlación -0,02Correlación-0,04
Carmelo Anthony68,8855,6944,4955,8
Rudy Gay50,0545,01070,0552,5
Dirk Nowitzki43,8850,0657,1750,0
Kobe Bryant23,31562,5870,81248,5
Chris Paul40,0100,0480,0542,1
Deron Williams100,0136,41140,0541,2
Dwyane Wade50,0637,5431,3838,9
Derrick Rose61,1943,8816,71238,0
Steve Nash100,0320,0516,7635,7
Kevin Durant44,71921,41417,91429,8
LeBron James75,0212,5830,81328,3
Paul Pierce25,0625,040,0319,2
Russell Westbrook0,0420,0512,5811,8

LeBron y Durant, que posiblemente son las mayores estrellas en la NBA ahora mismo, tienen un eFG% menor del 30% en tiros para empatar o ponerse por delante los últimos 24 segundos del partido durante los últimos tres años. Si cambiáramos la definición por minutos, márgenes de victoria y demás, cambiarían los personajes y los porcentajes, pero no la idea: el cuento del jugador decisivo no existe. Las estadísticas en los momentos finales son muestras pequeñas, que no se correlan de un año para otro, y muy fuertemente influenciadas por nuestra percepción y nuestra memoria selectiva. Si ampliáramos la prueba a más jugadores y más años, la cosa iría dando bandazos de un lado a otro.

Lo que mejor se correla con victorias no es el rendimiento en los últimos minutos, es el margen por el que se gana. Los buenos equipos no tienen que ganar finales apretados, porque (casi) no los tienen, y esto no se hace solo anotando, también hay que defender. Quieres una estrella contigo, no por lo que pueda hacer al final por ti, sino por lo que aporta durante todo el partido.

Iguodala es un gran jugador, que además va a ayudar donde más lo necesitan en Denver, que es en la defensa. Los cuentos de estrellas los dejamos  para cuando toque hablar de vender zapatillas.

  • Corred, malditos

Los Nuggets fueron 2º tras Sacramento en ritmo de juego y número de posesiones finalizadas en 10 segundos o menos, y al mismo tiempo lograron llegar a ser el 2º mejor equipo por eFG% en esas jugadas tan rápidas: solo San Antonio tuvo un porcentaje mejor que su 57.6% cuando llegan a la carrera. Lideran la Liga en mates junto a Clippers y Thunder y todo esto les permite ser los mejores con diferencia en la Liga en la estadística de la que os hablábamos ayer, que mide la calidad de los tiros lanzados, el XeFG%.

El XeFG% es la esperanza de puntos de un ataque en la media, de acuerdo a como se distribuyen los tiros por zonas. Esta medida da una idea de que equipos tiran más eficientemente, en función de la distancia a la canasta, y los Nuggets, gracias a sus estilo de contraataque están primeros pese a que anotan por debajo de la media en general.

Y con eso, y yendo a la línea, que es una relación directa en muchas ocasiones, es como un equipo que no es bueno en el rebote ofensivo, no es especialmente cuidadoso con las pérdidas y está en el vagón de cola tirando de 3, tienen el tercer mejor ataque de la Liga.

Los Nuggets este año van a correr como demonios. Los momentos en los que se junten a una milla de altura Lawson, Chandler, Iguodala, Faried y McGee, todos entre los más atléticos y rápidos en su posición, va a ser un frenesí. La falta de aire y el ritmo de Denver siempre ha molestado a los rivales, pero este año va a ser odio directamente lo que sientan en el Pepsi Center. Alguno va a salir con el juramento de que solo beberá Coca-Cola de ahora en adelante.

Un ejemplo claro de que los equipos no quieren seguir el ritmo de Denver, y que prefieren tomárselo con calma, es que si bien los Nuggets son el 2º equipo que más posesiones acaba en 10 segundos o menos, son los 3º a los que menos posesiones en contra les generan en ese primer periodo de tiempo. Nadie quiere correr con ellos (y eso que tiene premio: permiten el 4º mayor eFG% en contra en los 10 primeros segundos tras Charlotte, Sacramento y New Je…Brooklyn), porque saben que ese juego lo tienen perdido. Aunque los Nuggets habitualmente tengan la defensa mal plantada, los equipos prefirieron pausarse contra ellos. Este dato me parece muy significativo para validar algo que ya sabíamos, por otra parte, pero que siempre es interesante comprobar. Por otro lado, la temporada acortada también habría tenido un mayor efecto en sus rivales, que en ellos, equipo joven y ya acostumbrado al fino aire de Denver, y es posible que con una diferencia tan extrema se mitigue el año que viene.

Karl adora el correr casi tanto como nosotros queremos la pizza del Papa John’s, y este año tiene el mejor entorno que ha disfrutado jamás para ello. Que no os extrañe ver bombonas de óxido nitroso en el vestuario de Denver.

  • El rebote ofensivo puede ser dominante

El año pasado los Nuggets acabaron 12º en rebote ofensivo, nada especial, pero la temporada que viene podrían ser, ya no digo de los mejores, el mejor directamente. La manera que tuvieron de acabar el año y atacar los tableros en Playoffs fue impresionante. En los 7 partidos contra los Lakers, cogieron un 33.0% de los rebotes ofensivos, que hubiera sido registro líder en Temporada Regular, por delante del 32.6% de Chicago. Y esto fue en 7 partidos contra Los Angeles, el 5º mejor equipo en los tableros en defensa de la Liga.

Los que auparon a los Nuggets en la fase final de la temporada fueron Faried y McGee. Manimal fue ganando minutos, y acabó el año líder en ORB% con el 16.5%. Eso quiere decir que uno de cada 6 fallos de los Nuggets cuando Faried estaba en pista, volvió a sus manos. McGee por su parte acabó la temporada rondando el Top 25 y además, cogió casi el doble de rebotes que el hombre al que vino a sustituir, Nene. Además Kosta Koufos, fue 6º entre todos los jugadores con más de 500 minutos y Andre Miller fue el 5º mejor base de la Liga.

Este año, van a aumentar considerablemente los minutos de esos dos sementales de los tableros, Faried y McGee, y además lo hacen a costa de los de Nene, un pobre reboteador ofensivo, y Harrington, mucho más pobre aún y que estuvo disputando minutos hasta en los Playoffs, con un ORB% del 4.9%, el mismo que Marcus Thornton y su 1.93 de altura. Y aunque Andre Iguodala no llegue a la media de su posición siquiera en este aspecto, el hombre del que más minutos se lleva, Afflalo, era peor que él.

Entre que el estilo de agresión al tempo de los Nuggets, principal motivo de que fueran uno de los mejores ataques de la Liga, no va a cambiar, y que cuando les fuercen a jugar en estático podrían cargar el rebote con la mejor batería de la Liga, los de Denver son el tapado a convertirse en el mejor ataque de la Liga la próxima temporada. Ni más ni menos.

  • En aquel momento no parecí­a una buena idea

Cuando George Karl empezó a utilizar a Ty Lawson con Raymond Felton me llevé las manos a la cabeza. «Ya está Georgy Porgy enchufando a sus chicos de North Carolina como sea…». En serio, ¿qué NO podía salir mal? Juntar a uno de los 5 jugadores más pequeños de la NBA con con otro base que anda por el 1.95. ¿Really?

Pero el experimento fue bueno, qué digo bueno, fue un éxito rotundo (la mejor pareja por +/- del año 2011 de este equipo y con muchísima diferencia), y por cosas como estas George Karl es un entrenador NBA y yo escribo sobre él después de trabajar, tomando café en un McDonald’s.

Al traspasar el pasado verano a Felton por Miller, la cosa parecía que quedaría ahí. Felton había anotado el 45.9% de sus triples en Denver, pero Miller no sabe tirar, y semejante cifra no la iba ni a oler. Además llegaba con 35 años, el mismo peso y con un 1.90 pelao, y ponerle delante de escoltas podría ser pedirle mucho.

Pero Karl lo volvió a hacer. Lo de ponerlos juntos, y lo de que le saliera bien. En total, Lawson y Miller han compartido 887 minutos en pista (unos 14:30 por los 61 partidos que han coincidido) y su +/- es de +147, la tercera mayor diferencia en Denver. Efectivamente, Andre Miller es un pobrísimo tirador (21.7% en triples, y quedó 169 de 177 jugadores con más de 100 posesiones en tiro tras pase, con solo 0.72 puntos por jugada) pero de alguna forma esta pareja sigue dando resultados. Su margen de victoria por 48 minutos de 8.0 es muy superior al 2.8 total de los Nuggets, y lo hacen siendo mejores en defensa y ataque a la vez: el Índice Ofensivo pasa de 107.9 a 112.3 puntos (una mejoría de 4.4) y el Defensivo cae de 107.0 a 103.9 (3.1 de diferencia a su favor) cuando comparten tiempo de juego. Lo destacable en este caso además, es que el resto del tiempo, casi siempre uno de los dos está en la pista, no es que sean reemplazados por un director de juego inferior. De los 2321 minutos sin doble base, 2159, el 93%, fueron con Miller o Lawson.

Si esta pareja funcionó bien ya de por sí, al unírsele Gallinari, es una locura. La muestra de minutos se reduce mucho, a 322, pero el Índice Ofensivo pasa a 116.3, el defensivo a 98.0 y el margen de victoria por 48 minutos a 17.3. ¿Tal vez sea el mover a Gallinari al puesto de ala-pívot, que fue el que habitualmente ocupó con esta pareja, y no tanto juntar a los dos bases? Puede.

Otra razón es que Andre Miller, tal vez con la ayuda del equipo, parece encontrarse más cómodo defendiendo a los escoltas. Cuando ha jugado de 2, el eFG% de su rival ha sido del 49.5%, algo por encima de la media, pero no está mal. Sobre todo si tenemos en cuenta que en los 921 minutos que pasó de base, su par anotó con el 53% de eFG%.

Miller ya no tiene (y eso si alguna vez la tuvo…) la velocidad para andarse peleando con los bases, pero pese a la falta de talla, la experiencia le ayuda un poco más con los escoltas. Su saber hacer consigue que a pesar de la diferencia de altura, los rivales no se sientan cómodos posteándole y no sean capaces de llevarlo hacia dentro con facilidad. En las dos posiciones permitió más puntos a su par que la media de la Liga, pero la diferencia fue menor cuando jugó junto a Lawson.

Esta temporada creo que no los veremos juntos tanto porque la edad ya se empieza a notar en Miller, que aunque es un hombre de hierro todo se acumula. Solo se ha perdido 6 partidos en 13 años de carrera. Sí, habéis leído bien, 6, y uno de ellos fue en medio del traspaso que le mandó a Philly. 9 de esas 13 temporadas las ha jugado completas, y aunque no se lesione, supongo que el hombre se irá cansando. De hecho, el año pasado fue el primero desde su año de novato que jugó menos de 30 minutos por partido. Sus minutos deberían caer aún un poco más, y con Julyan Stone como tercer base, es más probable que Karl prefiera quitar minutos al doble-base que dárselos al de UTEP. Y el otro gran motivo para el cambio es que con el cambio de Afflalo por Iguodala, uno de los alas que mejor pasan de la Liga (el PPR de Hollinger lo coloca como el mejor y en AST% está solo detrás de LeBron, Ginobili, Wade, Pierce y Turkoglu), George puede mantener dos playmakers en pista sin que tengan que ser necesariamente los dos bases.

Por cierto, y siguiendo el tema Iguodala y el ataque. El mayor problema de los Nuggets es probablemente su tiro exterior: 23º desde el triple en la Liga y pierden a Afflalo, su mejor tirador, un hombre que ha metido el 40.0% en su carrera, y prácticamente la única ventaja en teoría que AAA tiene sobre Iguodala, (33.1% tirando de 3 como profesional), en un área de necesidad además. No creo que los Nuggets mejoren, pero tampoco descarto la sorpresa: el año pasado, Iguodala tuvo un porcentaje clavado al de Afflalo (39.4 en 3.1 intentos vs. 39.8 en 3.6) y metió 1.16 puntos por jugada tras pase, por los 1.08 del nuevo jugador de Orlando. De hecho, fue 13º entre esos 177 con más de 100 posesiones, y nadie acertó mejor en Philly, ni Meeks, ni Williams, ni Turner.

Los números del resto de su carrera hacen pensar que este último año pueda ser más la excepción que la norma, pero su 3P% lleva 4 años creciendo, al tiempo que su porcentaje de utilización baja. Poco a poco, según toma un papel más secundario en ataque, parece estar convirtiéndose en un mejor tirador de lo que nadie damos crédito. Si realmente le sienta tan bien alejarse un poco del protagonismo desde el punto de vista de los porcentajes, esto es de nuevo una magnífica noticia para un equipo tan cargado como Denver, que necesita más eficiencia que volumen.

  • ¿Gallo de pelea o de corral?

Tras el traspaso de Anthony, los Nuggets tenían la esperanza de que Gallinari explotara, y convirtiera la salida de Melo un robo histórico a mano armada, y aunque no lo ha hecho todavía, no se pueden quejar del rendimiento hasta ahora. De hecho, en los 25 primeros partidos hasta que se lesionó, estuvo a un nivel que lo metía en el debate del All-Star. Después, con molestias incordiándole toda la temporada parecía otro jugador. Y una de las mayores incógnitas del futuro de este equipo es esa. ¿Cuál de esos dos es Gallo? ¿O tal vez, es el jugador intermedio? . Veamos sus números en los dos periodos.

PartidosMinutosPuntosRebotesAsistenciasTS%3P%FTA/FGA
Antes de la lesión2533.017.05.22.659.731.249.5
Después de la lesión1829.311.24.02.850.235.237.0

La mayor diferencia fue en anotación. Pese a mejorar su acierto tirando de 3 en la segunda parte de la temporada, acercándose más al nível que ha mostrado en su carrera, metió casi 6 puntos menos por partido y con una diferencia de 9.5% en la eficiencia, principalmente porque dejó de ir a la línea. Los 5.8 intentos que promedió por partido en los 25 primeros encuentros le hubieran colocado 16º en toda la Liga. Y su 89.0% de acierto durante ese periodo sería el 2º mejor del Top 25, solo por detrás de Dirk Nowitzki. De hecho, Gallinari fue básicamente Dirk yendo a la línea antes de lesionarse: 5.8 vs 5.7 tiros por partido, 89.0 vs. 89.6 de acierto. Incluso un poco mejor, porque lo hacía en menos posesiones.

Ya comentamos que los Nuggets son mucho mejores cuando Lawson y Miller están juntos y juegan con el quinteto de small-ball, y esto no es cosa solo de estos dos: los Nuggets en general y Gallo en particular son mejores cuando el italiano está de ala pívot. Ha defendido bien a los 4 con los que le emparejaron y creó problemas en ataque al rival.

Con 24 años le quedan 3 para llegar al punto álgido de su carrera, y tal vez todavía no hayamos visto todo lo que Gallinari es. Pero con mezclar el nivel del principio de la temporada pasada y el acierto desde el perímetro del final, ya sería suficiente para estar contentos.

  • El verdadero talón de Aquiles
Denver Nuggets en defensa 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.D.
21º 27º 30º

Lo que realmente separa a estos Nuggets de ser un equipo de élite no es una estrella, sino la defensa. Es muy habitual atribuir a esta fase del juego todos los males de Denver (si cogéis análisis previos e incluso posteriores a temporadas pasadas, se lo veréis hacer a más de uno) y no siempre ha sido así. Desde la temporada 2002-2003, Año I antes de Melo, en el que solo ganaron 17 partidos con un pútrido ataque acompañado de una sólida defensa, hasta 2009, han estado 7 años por encima de la media, llegando incluso a ser la sexta mejor de la Liga, pero llevan 3 años en retroceso. Fuerzan pérdidas, rebotean bien, no hacen faltas… pero les meten mucho, mucho, mucho. Son el equipo club de carretera por excelencia.

En principio, aquí es donde la llegada de Andre Iguodala y también, no nos olvidemos, una temporada completa integrado en el equipo de Wilson Chandler, excelentes defensores en el perímetro, deberían ayudar, sustituyendo a un Afflalo que según fue teniendo más oportunidades de anotar, se fue olvidando de defender.

Iguodala viene de ser el corazón de la tercera mejor defensa del campeonato, pero la cabeza se quedó en Philly. Aunque todo sean alabanzas al Otro AI o a Brand, hace 2 años, cuando los 76ers fueron el 24º equipo en Índice Defensivo, también estaban, y liderando al equipo en minutos. Que la misma columna vertebral de aquel equipo de Eddie Jordan subiera 21 posiciones en 2 años podría significar que el verdadero Jugador Defensivo del Año en los Sixers fue Doug Collins.

Pero indudablemente Iggy es un gran defensor. Los jugadores a los que se emparejó la pasada temporada fuera del poste bajo (lo de ponerle de ala-pívot no fue un buen experimento en Philly, veremos si lo intentan en Denver) anotaron con un eFG% del 40.4%, un 8-9% menos que el escolta-alero medio, y Chandler también ha mantenido a lo largo de su carrera a los escoltas rivales por debajo de la media (con los aleros ha sufrido un poco más). Por su parte Afflalo permitió anotar un 54.0 y un 52.0 eFG% a los escoltas y a los aleros a los que se enfrentó, lo que supone una diferencia de entre 11 y 14 puntos porcentuales con Iguodala. Evidentemente el resto del equipo también tiene que ver en esa discrepancia, y los Sixers eran mejor que los Nuggets como bloque, pero si Iguodala redujera un 10% la eficiencia del rival, tendría un impacto de Estrella, así, con mayúsculas en los Nuggets. Haga lo que haga en el último minuto de un partido igualado.

Los Nuggets el año pasado permitieron el mayor porcentaje de tiro de 3 rival, un escandaloso 38.3%, acompañado además de ser el equipo al que más tiraron desde downtown. Si los minutos de Chandler e Iguodala logran frenar la hemorragia, el impacto se va a notar en la defensa y el número de victorias. No es transferible, y los Sixers tienen otros excelentes defensores en el perímetro como Holiday, pero Philly fue la 6ª franquicia que peor porcentaje de 3 permitió al rival, y los Knicks con Chandler también estuvieron arriba. Pero al mismo tiempo los Sixers de 2010 en el annus horribilis con Jordan fueron los peores de toda la Liga. Iguodala jugó casi 3200 minutos ¿cuánto puede hacer un hombre solo?

Se pueden mantener entre los equipos que menos faltas hacen, incluso con la llegada de McGee, porque Faried será un año menos pardillo e Iguodala es excelente en este aspecto, uno de los mejores de la Liga sin duda alguna, y también es magnífico en otro apartado en el que Afflalo era el peor del equipo: forzando pérdidas. Denver estuvo entre los mejores en estos dos aspectos, y por ahí se mantendrá gracias a su nuevo fichaje.

Donde no deberían mejorar en principio, y tal vez hasta den un paso atrás, es en el rebote defensivo. El año pasado fueron 9º, y hemos dicho que este año podrían convertirse en el mejor equipo de la Liga en el ofensivo, pero son precisamente las razones que convierten a este grupo en una amenaza en ataque, las que nos hacen dudar atrás. El estilo agresivo y atlético de Faried y McGee en un lado de la pista es demasiado peligroso en el otro. Arriesgan mucho para poner tapones, se olvidan por completo de bloquear (perdieron un partido entre los Grizzlies porque en uno de los primeros encuentros en los que Karl dejó al Manimal hasta el final, Faried dejó a Cunningham palmear el balón plácidamente por encima suyo sobre la bocina) y en muchos bloqueos directos no salen, para gorronear el rebote o el tapón. Bueno, esto última en realidad les ayuda un poco a apilar rebotes en el box-score, pero no al equipo. Si la diferencia de esta pareja con Nene y Harrington en los tableros de ataque se medía en años luz, aquí están a la par, y los dos jovenzuelos además lo consiguen de manera un poco sospechosa.

Todavía son jóvenes y Karl puede convencerles de que se apliquen un poco más y sacrifiquen números por el equipo, y como sucedia con el triple en contra o con las pérdidas, el cambiar a Afflalo, peor reboteador defensivo del equipo el año pasado (por detrás de Lawson, Rudy o Miller incluso) por minutos de Andre Iguodala y Wilson Chandler (un excelente reboteador, y no solo para su posición, en su carrera promedia un 14.6 DRB% y en los 857 minutos que lleva en Denver repartidos en dos temporadas ha subido el promedio al 16.7%, número comparable al de Bargnani, Leonard, Blair, Bass o… Iguodala precisamente) que rebotean justo el doble que él minimizaría el impacto, pero este equipo seguirá siendo Top 10 si y solo si se aplica.

La mejoría en defensa también podría sufrir un grandísimo empujón con McGee. Las cualidades están casi todas ahí, y sustituye a Nene, que defendía bien pero también un poco a lo Afflalo, cuando le apetecía, y a Harrington que conoce uno y solo un movimiento en defensa, quitarle la silla al rival. Pese a ser el segundo mejor taponador, motivo que algunos esgrimirían para que fuera subcampeón en la clasificación de mejor jugador defensivo (Oh… wait! A lo mejor al no ser ÑBA con él lo de los tapones no vale) y tener ese cuerpo de armario ropero, todavía no es un buen defensor. Y en realidad, eso es buena noticia para el futuro en Denver, supongo. 24 años, y solo puede ir a mejor.

  • En conclusión

Estuvieron entre los mejores ataques del año pasado, mantienen un bloque de los más jóvenes, y por tanto, con margen de mejora, y solo les separan un par de cosas de la élite: la defensa de la anotación (¿se entiende?), sobre todo en el perímetro, y el tiro exterior. Y esta temporada han dado un paso de gigante para solucionar el primero trayendo al que es, en teoría, uno de los mejores en el negocio en ese aspecto, y si nos fijamos en su última temporada, podría ser también una gran ayuda para el segundo.

Me mantengo en la predicción de que Denver es el gran tapado para ser el mejor ataque de la Liga, si es que tras serlo ya en 2011 se les puede considerar así, y acabarán por los 112.1 puntos por 100 posesiones. Y en defensa, Iguodala y la extenuación rival les va a ayudar a rebasar la media, pero McGee y Faried no están preparados todavía para meterles en el Top 10. 106.6 puntos de Índice Defensivo en contra, una esperanza de 55 victorias, más que ayer pero menos que mañana, y probable factor cancha a favor en la primera ronda de Playoffs. Muy mala noticia para el que le toque el partido extra en el infierno. Que ya no está bajo tierra, está a una milla sobre el nivel del mar.

Decisiones rocosas

Pinta una pretemporada muy movidita en Denver, que va a ser uno de los puntos de interés de este periodo de fichajes. Warkentien y Chapman fueron planteado el equipo para tener espacio libre y poder volver a reconstruir el equipo este verano, en 2011, en el que el colosal compromiso que el equipo hizo con Kenyon Martin terminaba, y Carmelo Anthony, Nene y Chauncey Billups entrarían en nuevos contratos. Ahora, ese plantel anda desperdigado: parte en New York, parte en China, parte en la agencia libre… Solo Chris Andersen permanece del equipo que hace solo dos años, por increíble que parezca, llegó a las Finales de Conferencia en el Oeste.

A día de hoy, los Nuggets tienen bajo contrato 7 jugadores, más otros dos que tienen que firmar, sus elecciones de primera ronda este año. Los bases Ty Lawson y Andre Miller (que regresa a casa después del traspaso con Portland en la noche del Draft), Danilo Gallinari y el novato Jordan Hamilton en el puesto de aleros, y el juego interior, que ahora mismo lo forman Chris Andersen, Al Harrington, Timofey Mozgov, Kosta Koufos y el rookie Kenneth Faried es lo que queda en un plantel que en abril parecía el más completo de la NBA, y ahora mismo está lleno de agujeros: solo el puesto de base parece doblemente cubierto.

Los contratos garantizados que suman 29.7 millones más los 2.4 millones que cobrarán este primer año Hamilton y Faried, dejan al equipo con 25.9 millones de espacio salarial para rellenar los 6 huecos en la plantilla, de los que tendrán que gastar, obligatoriamente, como mínimo 17.2 para llegar al suelo que impone el nuevo convenio colectivo para este año, un 85% del tope salarial. Y podrían liberar aún 5.7 millones más utilizando la nueva cláusula que permite cortar a un jugador, si la utilizan con Al Harrington.

Parte de ese dinero está reservado para volver a traer a casa a Arron Afflalo, que rellena un hueco (el equipo está sin escoltas) y es agente libre restringido, por lo que los Nuggets pueden (y deben) igualar cualquier oferta, salvo que algún equipo vea en él una mezcla de Kobe Bryant y Ray Allen, y actúe en consecuencia. No creo que cueste más de 7~8 millones traerle de vuelta, en el peor de los casos. Debería firmar por menos.

Y estoy seguro que no les importaría lo más mínimo gastar buena parte o toda la hucha en uno de los cuatro agentes libres que formaban parte de su disciplina, Nene. El problema es que tanto él, como el resto, están muy lejos de las Rocosas. Solo uno de ellos, Wilson Chandler, es agente libre restringido, y para más inri, a día de hoy, está atado a China hasta marzo, junto a otros dos viejos conocidos: Kenyon Martin y JR Smith. Pero el auténtico golpe bajo lo ha dado Nene, ha dicho que se siente decepcionado porque el equipo no le ofreciera la extensión deseada el año pasado, que quiere ganar y que va a probar las aguas del mercado. ¡Ouch!

Denver, ahora mismo, y contando que Afflalo renovará, no necesitaba tanto, y tienen el dinero para conseguirlo. Una pareja ala-pivot/pivot de nível titular y un escolta reserva es lo único que necesitan. Chandler no es imprescindible, y con Gallinari tiene la posición cubierta, creo que les gustaría más traer de vuelta a Smith, al que Karl ya la he debido coger hasta cariño, pero es reemplazable, y en Faried esperan los Nuggets haber encontrado un jugador con personalidad en la pintura para los minutos de Martin, que por cierto, según las malas lenguas, no le tiene mucho cariño a un tal Andre Miller que acaba de entrar por la puerta. Líos de faldas. Bueno, una sola falda. La de la mujer tiempo ha de Kenyon.

Con Nene solucionaban uno de sus problemas, y la posición de pívot (sigo creyendo que Nene daría un salto de calidad como 4) tiene varios jugadores interesantes en esta cosecha: una intentona de forzar la mano de otras franquicias con Marc Gasol o DeAndre Jordan, tratar de seguir montando la buena suerte de Tyson Chandler, o aprovechar que hay flexibilidad económica para tragarse un posible error y apostar por la posible vuelta en enero de Greg Oden son las opciones que podrían darle la pieza que le faltaba a los Nuggets en un Oeste más abierto que nunca.

Un quinteto Lawson/Afflalo/Gallinari/Nene/Fichaje con Miller y Harrington (que jugarán muchos minutos juntos, ya que se complementan perfectamente) anotando y Andersen y Faried (que debería ser el prototípico ala-pívot de finales de primera ronda/principios de segunda que luego todos los equipos lamentan no haber elegido antes de este año) trabajando desde el banquillo, suena más que bien. Suficiente en teoría para Playoffs en el Oeste, y luego, los emparejamientos y los estados de forma dirán.

Pero para poder pensar en ello, hay que pasar primero por la pretemporada, que para empezar gira en torno a un solo punto.

Nene no quiere renovar, si hacemos caso a sus declaraciones, ya que se siente mal porque los Nuggets prefirieron esperar al último minuto, tratando de ver en que quedaba el nuevo convenio, antes de garantizarle dinero.

Pero él no es nadie para reprochar a esta franquicia. Es más, debería estarles muy agradecido. En 2006 le dieron un contrato con 60 millones garantizados después de jugar solo 3 minutos la temporada anterior por culpa de una terrible lesión en la rodilla, y perderse 27 partidos en su penúltima temporada por lesiones. Aunque el contrato a día de hoy parece bastante justo, en su momento todos los analistas se tiraban de los pelos: ¡cómo han podido los Nuggets cometer tal locura! Pues sí, lo hicieron, y además cuando era un agente libre restringido: se podrían haber sentado tranquilamente a esperar a igualar ofertas que jamás iban a superar la que ellos hicieron.

Dar un buenísimo contrato a un agente libre restringido, en una posición en la que una franquicia tiene prácticamente todo el control, es una enorme muestra de compromiso, y más teniendo en cuenta las dos temporadas de las que salía Nene. Confiaban en él y pusieron el dinero donde declaraban sus intenciones.

Es más, no es que no le ofrecieran renovar este año, todo lo contrario. Le pusieron 50 millones por 4 años encima de la mesa antes del cierre patronal, que a 12.5 millones por año es una oferta muy cercana a la que va a acabar firmando, y mejoraba los 11.3 millones que cobraba. Era una oferta al alza, en un momento en el que se temía que el nuevo acuerdo sería aún peor para los jugadores. No era para nada una mala extensión, no era irrespetuosa, no demostraba falta de compromiso.

Pero según él, el problema es que se la habían ofrecido tarde. Que durante la temporada la hubiera firmado. Pero que en julio, ya no, porque le toco esperar y vivir con incertidumbre el verano. Pues vale.

Y la segunda parte: ahora ya no es problema de dinero, si no de ganar, dice. Jugar para un equipo que opte al campeonato. Que es incompatible con ganar dinero. Si bien es verdad que el brasileño ha dicho, palabras textuales, que el dinero no importa, que ha ahorrado y que se podría retirar mañana, pasar de un contrato de 12~15 millones a uno de 3 o 5 que le podrían ofrecer los equipos en la lucha por el título, que es lo que implica con sus palabras, es algo que simplemente no va a suceder. Como declaraciones son muy bonitas, pero si tan poco le importaran las caras de los presidentes en papel verde, no habría negociado una extensión con Denver, y no se habría cabreado porque llegara tarde.

Y para recochineo, los equipos que andan detrás de él, en teoría, son Houston, que solo está más cerca que Denver de la playa, Indiana, que está aún más lejos, y los Nets que aunque a día de hoy no sean nada, es la única opción que al menos parece tener futuro. Es por ello, que salvo que realmente tenga fe ciega en el proyecto Prokhorov, la decisión no tendrá nada que ver con ganar. Sorpresa.

Pienso que si los Nuggets ponen encima de la mesa lo que Nene pide, lo tendrán de vuelta. Es tan simple como eso. El jugador decidió esperar y jugársela en la agencia libre, y le ha salido bien, su contrato debería estar en una horquilla entre 50 y 60 millones que mejoraría lo que le ofrecieron. Es comprensible que en Denver haya escalofríos recorriendo espaldas, porque la última vez que alguien allí esgrimió argumentos parecidos e igual de peregrinos, acabó en la Gran Manzana, haciendo planking en todos los millones que por supuesto, no iba a dejar escapar, pero esto no es lo mismo.

No hay que tener en cuenta todavía las palabras de nadie, porque en el periodo de agencia libre todo el mundo juega al póker. Nene se ha tirado un farol, mientras dejaba las cartas al descubierto para que todos se las viéramos. A los Nuggets les vendría muy bien renovar a un jugador de su talla antes de tapar el resto de grietas, pero este va a poner un precio mínimo para sentarse a jugar. Que por cierto, a lo mejor no lo vale.

Ya veremos como acaba la partida.