Avance de temporada 2013-2014: Denver Nuggets

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Después de batir el récord de partidos ganados por la franquicia en la NBA y finalizar terceros en el Oeste, los Nuggets se estamparon en primera ronda de Playoffs, y de repente, son un equipo diferente. Ya no está el entrenador que llevaba más de 8 años en esta franquicia, ni su General Manager (el titular y el asistente), ni su jugador de mayor perfil. Además, también perdieron al pívot titular y, para empezar la temporada, a una de las piezas más brillantes del equipo: el que empezaba los partidos de alero y los acababa de ala-pívot, que se lesionó el ligamento cruzado y el menisco de la pierna en abril, y no volverá, como mínimo, hasta diciembre.

A pesar de todo, mantienen una buena parte de lo que era un equipo joven y en progresión, que tiene una serie de singulares ventajas y un estilo claro de juego. Los Playoffs que parecían seguros salvo catástrofe para la temporada 2013-2014 hace cinco meses, son un reto ahora, pero tampoco extrañaría que lo consiguieran sin muchos problemas.

  • Radiografía de los Nuggets

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • De Karl a Shaw

Tras ocho años en el equipo, la salida por la puerta de atrás en Playoffs y alguna otra diferencia más (como el tiempo de juego de McGee o la renovación de su contrato que acababa el próximo verano) provocó que los Nuggets cortaran su relación con Karl un año antes de tiempo.

George dotó a este equipo de una identidad, aprovechó la altitud de Denver para basar todo en la carrera, y sabía convertir a jugadores desconocidos o rebotados de equipo en equipo en piezas útiles para una franquicia. Pero su random basketball, el baloncesto aleatorio, no servía en Playoffs donde siempre le entra el pánico y es el primer entrenador en renunciar a su estilo y corregir cuando no debe. A la hora de la verdad, acaba quitando el liderazgo de los jóvenes, y tirando de la vieja guardia que siempre esconde en cada plantilla (de Anthony Carter a Andre Miller pasando por Ed Najera) y la falta de estructura del ataque lo colapsa sobre sí mismo cuando le cierran la vía del caos.

Pero ahora, el rey ha muerto, viva el rey, y que entre Brian Shaw. Uno de los nombres que sonaban verano tras verano en cantidad de equipos, con un currículum impresionante pese a la falta de experiencia como entrenador principal, que le llevó por muchos sitios, incluido Europa, como jugador, y le forjó al lado de Phil Jackson en los Lakers, y más recientemente, Frank Vogel en una organización modelo como es Indiana.

Era la esperanza negra de volver a ver el triángulo en la Liga, pero ya ha dicho que no cree que vaya a ser lo que utilice en los Nuggets, con buen criterio a mi gusto. Pese a las muchas virtudes y cantidad de posibilidades que ofrece el sistema de Tex Winter, requiere que prácticamente todos los jugadores tengan una habilidad de crear juego, ser capaces de abrir posibilidades con su bote, pase y tiro. En un repaso rápido a la plantilla, Denver es probablemente una de las plantillas peor preparadas para hacer algo de esto, en un equipo falto de acierto exterior y con muchos finalizadores y pobres pasadores. Además, fueron uno de los peores equipos de la Liga posteando, tanto por cantidad como efectividad.

Así que, aunque utilice alguno de los conceptos (quizá la obligación de mantener unos 5 metros aproximadamente de espacio entre jugadores al moverse) tendrá que pensar otra manera de utilizar este ataque, sabiendo que a mitad de temporada, con la vuelta de Gallinari, tal vez tenga que volver a cambiar el enfoque.

Y en defensa, Shaw viene de uno de los mejores equipos de la Liga, y aquí sí tiene sentido aplicar un sistema con el de los Pacers… con jugadores muy inferiores. Con Karl, los Nuggets siempre han sido un equipo con problemas en la retaguardia, en parte por la plantilla que siempre ha habido, en otra por el sistema. La constante con George era aplicar la rapidez, también al otro lado de la cancha, y tratar  de contener las acciones rivales con una alta presión: cambios en casi todos los bloqueos directos, envío de dos-contra-uno’s… como el propio Karl confesó a Matt Moore este año, ha tenido que oír como la gente, medio en serio, medio en broma, insinuaba que los equipos de Karl mandarían dos jugadores a defender a una máquina dispensadora de Coca-Cola.

El mayor reto del nuevo entrenador para construir una buena defensa, que pase de ser una de las que menos tiros en la media distancia y más en triples desde la esquina otorga a lo contrario, es conseguir un jugador que intimide y cierre el aro en la última línea de la defensa, como Roy Hibbert en Indiana. Los Nuggets tienen un jugador enorme y atlético, líder en tapones por minuto/posesión en la Liga el año pasado, con todas las condiciones físicas para tener ese papel, y al que además, los directivos estarían encantados de ver en pista después de la inversión que han hecho en él. El único problema es que ese jugador es… JaVale McGee. La clave de tu defensa va a ser un tipo que, si pones su nombre en YouTube, los tres primeros vídeos que te aparecen son uno en cuya descripción hablan de «stupidity«un recopilatorio de bloopers, vamos, metidas de pata, y un especial sobre su figura en el Shaqtin’ a Fool.

Lo cierto es que su RAPM defensivo (+/- ajustado y normalizado) sin estar en la élite, siempre ha sido bastante bueno, aunque los números de su equipo con él y sin él en pista muestran algo de diferencia negativa. Difícil saber qué nos vamos a encontrar, porque un papel que le obliga a caer más atrás en la zona, explota sus defectos y virtudes a partes iguales.

Poniéndonos en el mejor caso, en el que Shaw consiguiera cerrar el espacio aéreo con McGee, e intimide lo suficiente para defender sin ayudas, de manera que el resto de jugadores no dejen nunca a los tiradores solos, especialmente a los lados (algo que Karl jamás consiguió… o intentó siquiera) obteniendo un balance positivo de JaVale pese al ocasional desliz, aún hay más problemas. Los Pacers tratan de dictar con sus defensores de perímetro a dónde se dirigen los bloqueos directos, mandando a los rivales a la banda y contra Hibbert, algo para lo que se necesita una cierta dureza que los Lawson, Miller, Robinson, FournierFoye y compañía no tienen. La baja de Iguodala como defensor en unos-contra-uno, o de la estrella rival, creo que puede ser suplida con ciertas garantías por Chandler (el año pasado, con los mismos 4 jugadores completando el quinteto, los Nuggets tenían el mismo índice defensivo con Wilson y Andre), pero la falta de fuerza en el perímetro puede estropear alguno de los planes de Shaw en las tareas de defensa colectiva y redireccionamiento de jugadas.

Otro problema para los Nuggets fue el rebote defensivo, en el que fueron 27º, concediendo multitud de oportunidades al rival, y es algo que también tendrán que mejorar este año, y puede que no sea fácil. Los números individuales y parte del sentido común invitaban a echar la culpa en la sangría al hecho de que Gallinari,  4º peor reboteador de la Liga (y 2º italiano de la lista) midiendo más de 2.07 jugara más de mil minutos de ala-pívot, teniendo en cuenta que pese a esta ventaja, además tiene peor tasa de capturas que muchos aleros a tiempo casi completo: DengArizaGayGeorgeDurantLeonard, Pierce, Wallace, Beasley, Kidd-Gilchrist, Turner o su propio compañero Wilson Chandler entre otros. Pero es con él en pista con quien los Nuggets rebotean mejor colectivamente, y los números con small-ball no fueron malos tampoco.

Así que habría que mirar en otra dirección. La tasa de rebote defensivo con McGee en pista es horrible (los tapones o su intento a destiempo son un filón para el reboteador en ataque rival) y no ayudaba tampoco que Brewer, que a cambio da una rápida salida a la contra, estuviera en pista. Aunque Connelly ha traído al equipo a JJ Hickson, 4º mejor reboteador por posesión con más de 1000 minutos el pasado año (aunque los números a lo largo de su carrera son peores) y Brewer se marchó rumbo a Minnesota, el cambio de personal ha sido un movimiento más lateral de lo que parece. Corey será sustituido por el peor reboteador de la Liga la temporada pasada con más de 1000 minutos en pista, Randy Foye, y  Hickson llega a ocupar más o menos los minutos de Koufos, sólido en la tarea, y con unas tasas de rebote comparables a las del nuevo fichaje el resto de su carrera, y lo que esperaríamos de él si regresara a la media.

Así que la mejora tendrá que ser tarea del entrenador y del desarrollo de McGee (recordemos, todavía 25 años). Quintetos más tradicionales con dos hombres altos siempre ayudan (aunque repetimos, el small-ball no fue el problema en Denver) y con Shaw seguramente veremos a los hombres altos más cerca del aro, en lugar de perseguir bases a las salidas del bloqueo, que también tiene incidencia en el rebote.

En definitiva, Shaw tiene una gran tarea por delante, pero es un reto apasionante. Él cita su pasado reciente en Indiana como ejemplo de lo que puede hacer un equipo joven y sin super-estrellas, pero aquí la tarea será bien diferente. En los Pacers, la diferencia entre titulares y banquillo eran claras, los roles estaban definidos, y los jugadores se complementaban bien. La situación en Denver es mucho más nebulosa, con una profundidad mayor, y muchas direcciones por explorar antes de decidirse por una. Veremos cómo se maneja.

  • Mejorar el tiro

El tiro exterior de los Nuggets ha sido un drama desde que Carmelo, Smith y Billups se fueron, y uno de los motivos por los que este equipo no podría construir un ataque efectivo a media pista. 22º en triples intentados (ajustado a posesiones) y 26º en porcentaje, los aficionados de los Nuggets tuvieron que comprobar como el segundo jugador que más lanzaba desde el perímetro no llegaba al 30% de acierto (Oppa Brewer Style), y su mejor hombre en volumen es el lesionado Gallinari.

Alguno de los refuerzos vienen a tratar de cubrir este problema. Si entre Corey Brewer e Iguodala, metieron 182 triples en 594 intentos (30.6%), eso lo compensarían más que de sobra con lo que Randy Foye hizo en Utah el pasado año: 178 canastas, pero necesitando sólo 434 lanzamientos (41%). A medida que el nuevo escolta ha ido subiendo sus intentos por partido durante su carrera, ha mejorado su acierto, y ya lleva un par de años entre los mejores tiradores de la Liga. Unido a Nate Robinson, Evan Fournier (y su preciosa forma de tiro) y Wilson Chandler, los Nuggets tienen 4 jugadores con un acierto por encima del 40% la pasada temporada en más de 4 intentos por 36 minutos, y de repente, parece que un tiro exterior está tomando forma al pie de las Rocosas.

Eso sí, luego te das cuenta que hablamos de tres jugadores irregulares, que vienen de hacer el mejor año desde el perímetro de sus respectivas carreras, y que en 17 temporadas conjuntas, sólo habían pasado de esa línea mágica del 40% una vez, y el otro, Fournier, lleva sólo 52 intentos en la Liga. Si todos estos regresaran a la media, el tapado aquí puede ser Jordan Hamilton, que tuvo pocos minutos con George Karl, pero los aprovechó bien, y pese a la fama de tirador a rachas con la que llegó a la Liga, ha sido mucho más regular de lo esperado.

Los Nuggets también han añadido algo más de tiro a su rotación de hombres altos, en la que ni McGee, ni Faried, ni Koufos, tenían nada parecido a un juego a media distancia, y era Gallo cuando jugaba de 4 el único en ofrecer el recurso. Entra en escena JJ Hickson, que con un 47% de acierto fuera de la pintura el pasado año, puede tirar tras poner el bloqueo directo (pick’n’pop) o esperando en las líneas de fondo (buenos porcentajes desde ambos lados) que ningún hombre alto tradicional daba en Denver el pasado año.

El que me convence bastante menos es la otra solución a este problema, Darrell Arthur. En lo del tiro es verdad que es impecable, con un monstruoso (de bueno) 62.8% en tiros desde la bombilla (que no es sostenible, pero aunque baje, sigue siendo excelente), pero si es algo más que el cuarto o quinto hombre alto de la rotación, Denver tendrá problemas.

Los Grizzlies fueron 5.2 puntos peores por 100 posesiones con él en el quinteto (y no es el clásico caso de diferencia entre titulares y banquillo, jugó bastantes minutos con Z-Bo o Marc), y su RAPM (+/- ajustado y normalizado) es de los peores de la Liga, más concretamente el tercer peor en jugadores con 970 minutos o más (no llegó a 1.000 por 30). Además, es el 18º peor jugador en rebote de todos aquellos por encima de 2.05 y 500 minutos (casi todo el resto de jugadores peores que él pasaron minutos jugando de alero), su porcentaje de tiro verdadero a lo largo de su carrera es un bajo-par 49.2% (47.7% el año pasado) y aunque abre la oportunidad de pick’n’pop, no acaba de estirar el rango completamente porque no tira de tres. Como además, es un habitual de la enfermería (tras perderse la temporada entera en 2012, el año pasado no apareció en 23 encuentros), su prometedor temporada en 2011 no ha visto continuidad y ahora mismo no parece un jugador que vaya a pasar de ser un parche de emergencia o un recurso puntual.

  • Vaya papeleta…

Decíamos antes, y ya es otra seña de identidad de este equipo casi tan grande como la altitud, que la plantilla de los Nuggets es de las más profundas de la Liga. Y esto, que es una bendición y ayuda a ganar muchos partidos, puede ser un problema a la hora de gestionar una plantilla. Karl navegó con mucha mano izquierda en la complejidad del entramado diplomático que es repartir los minutos, un aspecto infravalorado de su mandato, pero Shaw tiene una auténtica papeleta por delante.

Los únicos puestos fijos a día de hoy parecen el de Ty Lawson y el de Kenneth Faried (aunque su candidatura casi entra a la lista de puestos seguros, no incluimos de momento a Gallinari cuando vuelva de la lesión, ya que si Wilson Chandler empieza la temporada contra los titulares al nivel que acabó la anterior frente a las unidades suplentes, no tiene nada garantizado) y tratar de adivinar cuál será la distribución de puestos y tiempo en pista de los Nuggets es un ejercicio con el que corres el riesgo de ver explotar tu cabeza.

Sin el italiano las cosas parecen un poco más claras, con Wilson Chandler como alero titular, y el puesto de pívot a repartirse entre McGee y Hickson, con el incumbente por delante si por los que mandan en Denver fuera, con Mozgov esperando su oportunidad. Hickson es mejor ala-pívot, y tendría también ventaja en la lucha por los minutos de suplente en esta posición.

El puesto de escolta y base suplente va a ser un polvorín todo el año que se puede poner peor si Chandler viene a pegar un bocado a los minutos de la posición tras la vuelta de Gallinari, que seguramente también recorte un poco de tiempo a los hombres altos.

El trabajo en el puesto de escolta seguramente vaya a quien tire mejor sacrificando lo menos posible la defensa. Por altura, y con el resto de candidatos muy bajitos, y más para acompañar a Lawson, ese sería Fournier, aunque si no ha ganado cuerpo y por su bisoñez, tampoco es una opción perfecta. Nate Robinson es seguramente la posibilidad más popular, tras un buen año en Chicago, y habernos dejado alguna que otra heroicidad en Playoffs. Con otro base diferente a Lawson, alguien más alto, aguerrido, y efectivo en defensa, podría ser el favorito, pero en estos Nuggets, se antoja muy complicado. De su papel, esperamos que sea microondas, y poco más, aunque tiene a otro jugador que está en su misma situación, con la misma problemática y amenazando sus minutos, incluso desde el banquillo: Randy Foye.

Lo que me sorprendería ver de nuevo es a Andre Miller en esa posición. No puede tirar de tres lo más mínimo (su 21% de acierto a lo largo de su carrera es, como su juego, cosa de otras épocas) y Karl lo hacía en parte para tener la correa de Lawson bien apretada en la pista, pero no creo que Shaw se ande con los mismos juegos psicológicos utilizando al veterano jugador (que cumplirá 38 años al final de la temporada), que además, si hacemos caso a la rumorología, estuvo en el mercado este verano.

Poner dos bases en pista fue habitual en la Liga el pasado año (con mis clasficaciones personales de quién es base y quién no, encontramos 9 parejas que coincidieron más de 500 minutos, con resultados dispares) y la de Denver, con 866 minutos, fue la quinta con mayor presencia. Con ellos dos en pista el resultado es positivo (+5.2 puntos por 100 posesiones) pero algo menor que la diferencia que conseguían los Nuggets en general (+5.6), así que el LawsonMiller va directo al grupo ni fu ni fa. Mejor en ataque que en defensa, pese a los problemas de espacio, puede ser una solución a momentos en los que el equipo esté atrancado, pero si sigue siendo la pareja a la que acudir en los momentos finales del partido, significará que ninguna otra de las opciones para el puesto funcionó en Denver.

  • Último adiós a Iggy

Los Nuggets perdieron a Iguodala tras tenerlo en préstamo durante un año, y le echarán de menos. Andre tenía el mejor RAPM del equipo (que estimaba que su presencia hacia mejor al equipo en 3.3 puntos por cada 100 posesiones en defensa) y el segundo mejor entre los escoltas de la Liga tras Tony Allen, y acercó a los Nuggets al Top 10 en defensa de la Liga.

Pero no es sólo aquí donde el equipo le echará de menos. Iguodala es un excelente pasador, que dio 5.4 asistencias por partido el año pasado, siendo el 6º en cantidad por minuto entre los no bases, sólo detrás de Ginobili, Luke Walton (!!!), LeBron, Monta y Kobe.

Los Nuggets seguirán saliendo a la contra y tirando de rapidez porque su base es un rayo, los hombres altos tienen una enorme capacidad y energía para adelantar a los rivales y coger un pase imposible a su espalda, y la altitud juega a su favor. Y otra de las cosas en las que este equipo destacó en ataque es con un fantástico rebote ofensivo. Por eso, su necesidad de tener jugadores que creen tiros para sus compañeros no es tan acuciante como en otras franquicias, porque Denver hace las cosas de otra manera. Pero la falta de jugadores solidarios que puedan conseguir ventajas a partir del pase empieza a ser alarmante, sobre todo si este equipo quiere ser mejor a media cancha. Veremos si la imaginación de Shaw y un poquito más de espacio y tiro en ataque sirven para compensar, pero creo que este equipo echará mucho de menos ese aspecto tan infravalorado del juego del gran Iggy.

PO Desde El Sofá (I): Empieza el show

Empieza lo bueno y divertido. Anoche empezaron los PO de la NBA y como ya os dijimos, vamos a contar cada día lo que vamos viendo.

Anoche ya tuvimos un primer grandioso partido, el jugado en el Pepsi Center, entre los Nuggets y Warriors, en lo que tiene pinta de ser la serie más divertida de ver, aunque la lesión de Lee puede cambiar bastante las cosas.

Nuggets se plantaba en el partido sin Faried, aunque vestido de corto, ya se comentó que o hacía excesivamente falta o no jugaría y no lo hizo, esto más la baja de Gallinari dejaba al equipo de Karl un poco cojo, pero bueno, son los Nuggets y si por algo son conocidos es por su laaaaaaaaargo banquillo.

El partido fue intenso, digno de PO, pero se notaba que habían nervios, muchos nervios, como por ejemplo en un debutante como Curry, que se cascó un 0-9 para empezar, estamos en PO y cosas así suelen pasar. McGee también debutaba e hizo uno de los mates de la temporada tirando a Bogut al suelo y tal vez ganándose una técnica no pitada, pero bah, nos da igual, el mate fue brutalísimo. En breve, otra del bueno de JaVale… un tapón agarrando el balón más que dudoso que creo que podemos hablar del tapón ilegal del año. Todo 100% JaVale.

El partido seguía a un ritmo intenso, con unos Warriors jugando a lo suyo y apretando el defensa y unos Nuggets que hacían exactamente lo mismo. Hasta que llegó la lesión de Lee. Ahí los Warriors echaron de casta, toda la del mundo para poder afrontar el final del partido, aunque Curry estaba algo más apagado, su triple casi al final del partido fue uno de los de marca de la casa para empatar el partido a falta de 15 segundos fue BRUTAL.

Pero apareció Andre Miller, que se estaba marcando un partido casi épico y a sus 37 años de edad metía su primer game-winner de su carrera, dejando a los Warriors muy al borde de la orilla y encima con bajas.

Esta serie va a ser divertida, todos sabemos que Curry va a tener un día que se irá a los tropecientos puntos, mientras que en los Nuggets cualquier día puede salir cualquiera…además, está McGee…

El Detalle: La brutalísima defensa de Iguodala a Jack en las jugadas finales del partido…

¿Truco o trato? El ataque de los Nuggets

Tras ser terceros hace un año en Índice Ofensivo, anotando 109.2 puntos por 100 posesiones, los Nuggets son decimosextos este año promediando tan solo 103.8.

Con Faried y McGee a tiempo completo son el equipo que más rebotes de ataque coge de la Liga, y han reducido el número de pérdidas, por lo que  si el acierto se hubiera mantenido igual, los Nuggets deberían ser un ataque aún más potente, porque son el equipo que, ajustado a ritmo, más tira de la Liga. Por 100 posesiones, tiran (bien de campo, bien desde la línea) 7 veces más que la media.

Y gracias a crear más oportunidades que nadie, se están manteniendo a flote, y no han pasado a ser un horror de ataque, porque en puntos por jugada, han caído aún más, del tercer puesto… al vigésimoséptimo según Synergy.

A Denver este año le está costando anotar una barbaridad. Se le echa mucha culpa a la falta de acierto desde el triple tras perder a Harrington y a Afflalo, y aunque ha habido un descenso en en el acierto, ya que han pasado del 33.2% al 30.0% con el mismo volumen (24.3% y 24.4% del total de los tiros), la diferencia no llega a un punto por partido. Ya el año pasado fueron un equipo muy flojo desde el exterior, e Iguodala está prácticamente reproduciendo el acierto de Afflalo. El porcentaje de AI, aunque parezca un poco peor, sería igual si hubiera metido un solo triple más, y tira más por partido. La culpa es de alguien que ya estaba en el equipo, Gallinari, que tras acertar con el 36.8% de aciertos en su carrera, está metiendo solo el 22.2%, múltiples airballs incluidos, y por su alto volumen, es sobre todo él, el que está marcando la diferencia negativa, pero su reputación se mantiene lo suficientemente alta para seguir siendo una amenaza desde el exterior que los equipos deben defender, y el espacio en el ataque de Denver no se ha reducido.

En lo que han visto un descenso dramático los Nuggets, es en el número de tiros libres que intentan. A lo largo y ancho de la Liga se ha reducido el número en este comienzo de la temporada en un séptimo, como estudiaron en la ESPN, pero para los Nuggets la diferencia es mucho peor ¡Han pasado de ser 3º a 28º en la ratio tiros libres/tiros de campo intentados! Este descenso en el tiro más eficiente que puedes tener en una pista de baloncesto (salvo para algún pívot del Geppetto Brothers Club) hace que el ataque de los Nuggets haya pasado de potente, a uno de los más inofensivos de la Liga.

Han reducido tanto la frecuencia con la que van a la línea, donde han pasado de ser 2º y tirar dos tiros libres por cada seis de campo, a ser 26º, y cobrarse dos lanzamientos de falta personal por cada ocho. Además, tienen el peor porcentaje de acierto de la Liga, un 64.7%, un balance, que de mantenerse a lo largo de toda la temporada, sería el más bajo visto en la NBA desde el año 1968.

Según Kevin Pelton, si todos los jugadores de los Nuggets estuvieran metiendo los tiros libres al ritmo previsto para ellos, teniendo en cuenta la distribución por jugadores, los Nuggets deberían estar metiendo el 73.7% de sus tiros libres, una diferencia de 9 puntos porcentuales, y que les daría 2 puntos más por partido. Como cada punto por partido supone, a lo largo de la temporada, unas 3 victorias, los Nuggets perderían unos 6 partidos esta temporada, sola y exclusivamente por su (des)acierto en la línea, si mantuvieran todo el año este nivel.

Pero los Nuggets no están siendo solo 2 puntos peores por partido que el año pasado en ataque, sino unos 4.6, por lo que no solo es el retroceso desde el triple y la línea, hay algo más.

El uso del pick’n’roll cuando lo finaliza el bloqueado ha sufrido un gran descenso en su eficacia. El año pasado, lo utilizaron en el 10% de sus jugadas y metían 0.81 puntos cada vez que lo utilizaban, en media. Este año, recurren más a él (11.9%) pero peor, 0.62 puntos por posesión. Todos los jugadores que lo ejecutan en Denver (Lawson, Miller, Gallinari e Iguodala) lo hacen con menos eficiencia que el año pasado, y especialmente paupérrimo es el rendimiento de Gallinari que ha sacado 7 puntos de 16 intentos.

Pero no solo Danilo ha retrocedido este año: Ty Lawson está teniendo un principio de temporada un tanto complicado. Ha reducido sus porcentajes en todo tipo de tiro: tanto en el aro, como la media distancia, como desde la línea de tiros libres, como en el triple (su 25% rivaliza con el 22.2% de Gallo) y aunque viéndole jugar da la impresión que está sin ganas de lanzar, y que se está dejando oportunidades en la mesa, lo cierto es que está tirando tanto como el año pasado: incluyendo tiros libres, 14.2 intentos por los 14.1 del año pasado, aunque en 3 minutos por partido más. Así que ese bajón de los 16,4 a los 12 puntos por partido, es cosa del acierto, no del volumen.

Y luego, para terminar, Karl, tampoco está ayudando mucho. En el último partido de los Nuggets, contra Heat, Denver entró en el último cuarto 13 puntos abajo. McGee entró en ritmo, anotando 3 canastas casi seguidas (con un triple de Miller por el medio), y con un parcial 13-4 se pusieron a 4. ¿Qué hace George tras una preciosa canasta y un tapón de McGee culminando 6 canastas seguidas de su equipo? Sienta a JaVale porque en la recta final del partido no se fía de la pareja que hacen Faried y él en defensa, y prefiere quedarse con Manimal.

Aunque el razonamiento es más que lógico, y sobre todo ante un rival como Miami, posiblemente el peor enfrentamiento para una pareja tan tramposa, ¿no podría haber esperado un poco más, al menos hasta el primer fallo? Los 4 minutos que estuvieron los dos juntos solo permitieron 4 puntos, McGee había anotado 9 de 12 tiros de campo durante el partido, y estaba claro que Miami no tenía respuesta para él… hasta que se la dieron desde el banquillo de los Nuggets.

Como no es normal que los Nuggets mantengan un ritmo de anotación negativo desde la línea inédito desde a la unión ABA-NBA, y que sus máximos anotadores parezcan Cory Higgins y Toney Douglas, es fácil pensar que los Nuggets solo pueden mejorar, y su mal comienzo lo vamos a calificar de truco.

Repasando el vídeo, no parece que los Nuggets tengan un problema estructural en su ataque, al menos comparado con el año pasado, sino que la bola, no está entrando. Les vendría bien algo más de tiro exterior, para que Lawson y Miller vieran menos ayudas penetrando, pero el año pasado supieron sobrevivir con idéntico espacio, e Iguodala quizá paraliza un poco el ataque en alguna ocasión, pero no hasta el punto de coagularlo. El rebote ofensivo, mientras Faried, McGee y Koufos sigan jugando se va a mantener, por lo que aunque los Nuggets no puedan repetir el éxito de ser 3º en puntos por jugada, sí deberían estar mucho más arriba en el ránking de Índice Ofensivo en el futuro próximo.

Avance de temporada: Denver Nuggets

La franquicia de Colorado estuvo entre las mejores la pasada temporada, y con un núcleo lleno de jugadores de 25 años o menos (Lawson, Chandler, Gallinari, Faried o McGee) es un buen grupo destinado a mejorar. De todos los equipos que están rondando los Playoffs en el Oeste son los más jóvenes tras Oklahoma City y cuentan con una de las mejores ventajas de campo, traducida en estilismo, de la Liga. Por si fuera poco, también son un equipo profundo y versátil que puede encontrar en su plantilla todo tipo de perfiles, salvo, en principio, un anotador de espaldas a la canasta.

Potencial de aspirante legítimo, realidad de animador. Veremos en dónde acaban al final.

Altas: Andre Iguodala (Philadelphia 76ers), Anthony Randolph (Minnesota Timberwolves), Evan Fournier (Draft), Quincy Miller (Draft)

Bajas: Arron Afflalo (65.0% de los minutos), Al Harrington (23.7%), Rudy Fernandez (22.1%), Chris Andersen (15.1%)

Empezamos:

Denver Nuggets en ataque 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.O.
23º 18º 12º
  • Wishing on a star

La mayor objeción a los Nuggets el año pasado era el que les faltaba una estrella. Y no sé por qué me da, que el discurso va a ser el mismo tras la llegada de Iguodala.

Iggy (diminutivo que no le gusta, por cierto) fue, el año pasado, casi por cualquier medida que se elija uno de los 30 mejores jugadores de la Liga. Estadísticamente, se fijen en lo que se fijen (+/- de su equipo, los números del boxscore…), prácticamente todas las métricas le colocan en ese rango. En Wins Produced fue el 5º mejor jugador la temporada pasada. En ezPM fue 20º. Por Win Shares, 21º y en ASPM 23º. Solo el EWA, la conversión a victorias del PER de Hollinger, que le coloca 43º, disiente.

Para los que gusten de valoraciones más subjetivas, estuvo entre los 24 elegidos para ir al All-Star y la ESPN lo ha nombrado 28º mejor jugador en su #NBArank, y CBS Sports lo coloca 27º en su lista Elite 100. Habiendo 30 equipos en la NBA, Iguodala es un jugador franquicia.

Pero esto no será suficiente, porque cuando la narrativa tradicional habla de estrella, se está refiriendo a un jugador que lleve el peso de los puntos, sobre todo sacando las castañas del fuego al equipo en los minutos finales y que se pueda creer su propio tiro. ¿Por qué lo llamas estrella, entonces, si quieres decir anotador de volumen? Los Nuggets ya fueron el tercer mejor ataque la temporada pasada, y lo hicieron precisamente basándose en un estilo opuesto al que tendrían si un jugador parara su balón en ataque. Chris Paul, con su estilo yo-yo, sería miserable en estos Nuggets. Durant sí que los mejoraría en ataque, Howard en defensa y LeBron en los dos sitios. Pero, vamos, que hay 27 equipos que no tienen a ninguno de estos tres, no es cosa solo de los Nuggets. Por ejemplo, tengo muchas dudas que mejoraran en absoluto en ataque con Kobe. Al fin y al cabo, este equipo atacó mejor que los Lakers. Luego, cuando los resultados fueran iguales o peores, los mismos que ahora piden a gritos una estrella para este equipo, desempolvarían el libro de clichés para sacarse un «La defensa es lo que gana campeonatos», o «El manejo de los egos también es importante» o una soplapollez similar.

Veamos el mito de la caverna. ¿Ayudan las estrellas en finales apretados? Si miramos unos cuantos registros, no lo tengo muy claro. En partidos perdidos o ganados por 3 puntos, los Nuggets tienen 6 victorias y 6 derrotas. Otros equipos con estrellas como Miami (5-2), Oklahoma City (5-4), Los Angeles Lakers (9-4) o los New York Knicks (6-3, 4-3 sin Carmelo) fueron algo mejores, pero no parece muy significativo. Si lo subimos a partidos decididos por 5 puntos,  el récord de los Nuggets es 12-9 por el 8-3 de Heat, 11-8 de Thunder,  18-8 de Lakers y 8-9 (6-8 con Carmelo) de los Knicks. Ahora están casi a la par con Oklahoma City y mejor que New York.

Los Nuggets no han sido muy diferentes a otros equipos con estrellas, pero no es ese el único argumento que quería explicar con estos resultados. Si miramos los números de otra forma, nos damos cuenta que el 70-80% de los partidos acaba en una diferencia de más de 5 puntos. En las Finales, en las que se supone igualdad máxima, los márgenes de victoria fueron 11, 4, 6, 6, 15. En las Finales de Conferencia del Este, 4 de 7 partidos se decidieron por más de 10 puntos o más. En el Oeste, 5 de 6 por 5 o más. Es decir, en los 18 enfrentamientos que cerraron la temporada, en 13 hubo una diferencia de 5 o más puntos y en 7 la diferencia pasó los 10. En la mitad de los encuentros cumbres, los minutos finales apenas importaron.

Las estrellas no se esperan al último minuto para ganar un partido. Para algo tienen 48.

Afinemos un poco más, personalizando en jugadores. La definición de qué son los minutos decisivos, qué es el clutch, y demás es muy subjetiva. ¿5 minutos, 2 minutos, los 24 segundos de reloj? ¿Separación de más menos 5 puntos, 3 puntos, tiros para empatar y ponerse por delante? Dependiendo de lo que elijas, tendrás unos resultados u otros. Nosotros vamos a hacer el ejercicio con 2 minutos o menos en el reloj, y tiros para ganar o ponerse por delante. En ese espacio, los Nuggets como equipo, metieron 59 puntos en 61 tiros, un 48.4 EFG%. Esta cifra es mejor que las individuales en el mismo periodo de Wade (46.4%), Durant (38.6%) o Westbrook (38.5%) y ligerísimamente por debajo del 50.0% justo de Bryant, Rose o Pierce.

Reduzcámoslo a la última posesión: 24 segundos o menos en el reloj, tiro para empatar o ponerse por delante. 17 puntos en 22 intentos, el EFG% de los Nuggets baja a 38.6%. Wade, Durant y Rose ahora están por encima, pero unas cuantas estrellas siguen por debajo: Kevin Love, 37.5% en 8 intentos. Pierce, 25.0% en 6. Kobe, 23.3% en 15. Westbrook, 0 de 4.

¿Existen las estrellas en el clutch? vamos a hacer una tabla con las estadísticas de trece jugadores que se han ganado la reputación, o se han jugado bastantes balones en los instantes finales, durante los últimos 3 años.

2012 eFG%2012 FGA2011 eFG%2011 FGA2010 eFG%2010 FGAeFG% a 3 años
Correlación -0,02Correlación-0,04
Carmelo Anthony68,8855,6944,4955,8
Rudy Gay50,0545,01070,0552,5
Dirk Nowitzki43,8850,0657,1750,0
Kobe Bryant23,31562,5870,81248,5
Chris Paul40,0100,0480,0542,1
Deron Williams100,0136,41140,0541,2
Dwyane Wade50,0637,5431,3838,9
Derrick Rose61,1943,8816,71238,0
Steve Nash100,0320,0516,7635,7
Kevin Durant44,71921,41417,91429,8
LeBron James75,0212,5830,81328,3
Paul Pierce25,0625,040,0319,2
Russell Westbrook0,0420,0512,5811,8

LeBron y Durant, que posiblemente son las mayores estrellas en la NBA ahora mismo, tienen un eFG% menor del 30% en tiros para empatar o ponerse por delante los últimos 24 segundos del partido durante los últimos tres años. Si cambiáramos la definición por minutos, márgenes de victoria y demás, cambiarían los personajes y los porcentajes, pero no la idea: el cuento del jugador decisivo no existe. Las estadísticas en los momentos finales son muestras pequeñas, que no se correlan de un año para otro, y muy fuertemente influenciadas por nuestra percepción y nuestra memoria selectiva. Si ampliáramos la prueba a más jugadores y más años, la cosa iría dando bandazos de un lado a otro.

Lo que mejor se correla con victorias no es el rendimiento en los últimos minutos, es el margen por el que se gana. Los buenos equipos no tienen que ganar finales apretados, porque (casi) no los tienen, y esto no se hace solo anotando, también hay que defender. Quieres una estrella contigo, no por lo que pueda hacer al final por ti, sino por lo que aporta durante todo el partido.

Iguodala es un gran jugador, que además va a ayudar donde más lo necesitan en Denver, que es en la defensa. Los cuentos de estrellas los dejamos  para cuando toque hablar de vender zapatillas.

  • Corred, malditos

Los Nuggets fueron 2º tras Sacramento en ritmo de juego y número de posesiones finalizadas en 10 segundos o menos, y al mismo tiempo lograron llegar a ser el 2º mejor equipo por eFG% en esas jugadas tan rápidas: solo San Antonio tuvo un porcentaje mejor que su 57.6% cuando llegan a la carrera. Lideran la Liga en mates junto a Clippers y Thunder y todo esto les permite ser los mejores con diferencia en la Liga en la estadística de la que os hablábamos ayer, que mide la calidad de los tiros lanzados, el XeFG%.

El XeFG% es la esperanza de puntos de un ataque en la media, de acuerdo a como se distribuyen los tiros por zonas. Esta medida da una idea de que equipos tiran más eficientemente, en función de la distancia a la canasta, y los Nuggets, gracias a sus estilo de contraataque están primeros pese a que anotan por debajo de la media en general.

Y con eso, y yendo a la línea, que es una relación directa en muchas ocasiones, es como un equipo que no es bueno en el rebote ofensivo, no es especialmente cuidadoso con las pérdidas y está en el vagón de cola tirando de 3, tienen el tercer mejor ataque de la Liga.

Los Nuggets este año van a correr como demonios. Los momentos en los que se junten a una milla de altura Lawson, Chandler, Iguodala, Faried y McGee, todos entre los más atléticos y rápidos en su posición, va a ser un frenesí. La falta de aire y el ritmo de Denver siempre ha molestado a los rivales, pero este año va a ser odio directamente lo que sientan en el Pepsi Center. Alguno va a salir con el juramento de que solo beberá Coca-Cola de ahora en adelante.

Un ejemplo claro de que los equipos no quieren seguir el ritmo de Denver, y que prefieren tomárselo con calma, es que si bien los Nuggets son el 2º equipo que más posesiones acaba en 10 segundos o menos, son los 3º a los que menos posesiones en contra les generan en ese primer periodo de tiempo. Nadie quiere correr con ellos (y eso que tiene premio: permiten el 4º mayor eFG% en contra en los 10 primeros segundos tras Charlotte, Sacramento y New Je…Brooklyn), porque saben que ese juego lo tienen perdido. Aunque los Nuggets habitualmente tengan la defensa mal plantada, los equipos prefirieron pausarse contra ellos. Este dato me parece muy significativo para validar algo que ya sabíamos, por otra parte, pero que siempre es interesante comprobar. Por otro lado, la temporada acortada también habría tenido un mayor efecto en sus rivales, que en ellos, equipo joven y ya acostumbrado al fino aire de Denver, y es posible que con una diferencia tan extrema se mitigue el año que viene.

Karl adora el correr casi tanto como nosotros queremos la pizza del Papa John’s, y este año tiene el mejor entorno que ha disfrutado jamás para ello. Que no os extrañe ver bombonas de óxido nitroso en el vestuario de Denver.

  • El rebote ofensivo puede ser dominante

El año pasado los Nuggets acabaron 12º en rebote ofensivo, nada especial, pero la temporada que viene podrían ser, ya no digo de los mejores, el mejor directamente. La manera que tuvieron de acabar el año y atacar los tableros en Playoffs fue impresionante. En los 7 partidos contra los Lakers, cogieron un 33.0% de los rebotes ofensivos, que hubiera sido registro líder en Temporada Regular, por delante del 32.6% de Chicago. Y esto fue en 7 partidos contra Los Angeles, el 5º mejor equipo en los tableros en defensa de la Liga.

Los que auparon a los Nuggets en la fase final de la temporada fueron Faried y McGee. Manimal fue ganando minutos, y acabó el año líder en ORB% con el 16.5%. Eso quiere decir que uno de cada 6 fallos de los Nuggets cuando Faried estaba en pista, volvió a sus manos. McGee por su parte acabó la temporada rondando el Top 25 y además, cogió casi el doble de rebotes que el hombre al que vino a sustituir, Nene. Además Kosta Koufos, fue 6º entre todos los jugadores con más de 500 minutos y Andre Miller fue el 5º mejor base de la Liga.

Este año, van a aumentar considerablemente los minutos de esos dos sementales de los tableros, Faried y McGee, y además lo hacen a costa de los de Nene, un pobre reboteador ofensivo, y Harrington, mucho más pobre aún y que estuvo disputando minutos hasta en los Playoffs, con un ORB% del 4.9%, el mismo que Marcus Thornton y su 1.93 de altura. Y aunque Andre Iguodala no llegue a la media de su posición siquiera en este aspecto, el hombre del que más minutos se lleva, Afflalo, era peor que él.

Entre que el estilo de agresión al tempo de los Nuggets, principal motivo de que fueran uno de los mejores ataques de la Liga, no va a cambiar, y que cuando les fuercen a jugar en estático podrían cargar el rebote con la mejor batería de la Liga, los de Denver son el tapado a convertirse en el mejor ataque de la Liga la próxima temporada. Ni más ni menos.

  • En aquel momento no parecí­a una buena idea

Cuando George Karl empezó a utilizar a Ty Lawson con Raymond Felton me llevé las manos a la cabeza. «Ya está Georgy Porgy enchufando a sus chicos de North Carolina como sea…». En serio, ¿qué NO podía salir mal? Juntar a uno de los 5 jugadores más pequeños de la NBA con con otro base que anda por el 1.95. ¿Really?

Pero el experimento fue bueno, qué digo bueno, fue un éxito rotundo (la mejor pareja por +/- del año 2011 de este equipo y con muchísima diferencia), y por cosas como estas George Karl es un entrenador NBA y yo escribo sobre él después de trabajar, tomando café en un McDonald’s.

Al traspasar el pasado verano a Felton por Miller, la cosa parecía que quedaría ahí. Felton había anotado el 45.9% de sus triples en Denver, pero Miller no sabe tirar, y semejante cifra no la iba ni a oler. Además llegaba con 35 años, el mismo peso y con un 1.90 pelao, y ponerle delante de escoltas podría ser pedirle mucho.

Pero Karl lo volvió a hacer. Lo de ponerlos juntos, y lo de que le saliera bien. En total, Lawson y Miller han compartido 887 minutos en pista (unos 14:30 por los 61 partidos que han coincidido) y su +/- es de +147, la tercera mayor diferencia en Denver. Efectivamente, Andre Miller es un pobrísimo tirador (21.7% en triples, y quedó 169 de 177 jugadores con más de 100 posesiones en tiro tras pase, con solo 0.72 puntos por jugada) pero de alguna forma esta pareja sigue dando resultados. Su margen de victoria por 48 minutos de 8.0 es muy superior al 2.8 total de los Nuggets, y lo hacen siendo mejores en defensa y ataque a la vez: el Índice Ofensivo pasa de 107.9 a 112.3 puntos (una mejoría de 4.4) y el Defensivo cae de 107.0 a 103.9 (3.1 de diferencia a su favor) cuando comparten tiempo de juego. Lo destacable en este caso además, es que el resto del tiempo, casi siempre uno de los dos está en la pista, no es que sean reemplazados por un director de juego inferior. De los 2321 minutos sin doble base, 2159, el 93%, fueron con Miller o Lawson.

Si esta pareja funcionó bien ya de por sí, al unírsele Gallinari, es una locura. La muestra de minutos se reduce mucho, a 322, pero el Índice Ofensivo pasa a 116.3, el defensivo a 98.0 y el margen de victoria por 48 minutos a 17.3. ¿Tal vez sea el mover a Gallinari al puesto de ala-pívot, que fue el que habitualmente ocupó con esta pareja, y no tanto juntar a los dos bases? Puede.

Otra razón es que Andre Miller, tal vez con la ayuda del equipo, parece encontrarse más cómodo defendiendo a los escoltas. Cuando ha jugado de 2, el eFG% de su rival ha sido del 49.5%, algo por encima de la media, pero no está mal. Sobre todo si tenemos en cuenta que en los 921 minutos que pasó de base, su par anotó con el 53% de eFG%.

Miller ya no tiene (y eso si alguna vez la tuvo…) la velocidad para andarse peleando con los bases, pero pese a la falta de talla, la experiencia le ayuda un poco más con los escoltas. Su saber hacer consigue que a pesar de la diferencia de altura, los rivales no se sientan cómodos posteándole y no sean capaces de llevarlo hacia dentro con facilidad. En las dos posiciones permitió más puntos a su par que la media de la Liga, pero la diferencia fue menor cuando jugó junto a Lawson.

Esta temporada creo que no los veremos juntos tanto porque la edad ya se empieza a notar en Miller, que aunque es un hombre de hierro todo se acumula. Solo se ha perdido 6 partidos en 13 años de carrera. Sí, habéis leído bien, 6, y uno de ellos fue en medio del traspaso que le mandó a Philly. 9 de esas 13 temporadas las ha jugado completas, y aunque no se lesione, supongo que el hombre se irá cansando. De hecho, el año pasado fue el primero desde su año de novato que jugó menos de 30 minutos por partido. Sus minutos deberían caer aún un poco más, y con Julyan Stone como tercer base, es más probable que Karl prefiera quitar minutos al doble-base que dárselos al de UTEP. Y el otro gran motivo para el cambio es que con el cambio de Afflalo por Iguodala, uno de los alas que mejor pasan de la Liga (el PPR de Hollinger lo coloca como el mejor y en AST% está solo detrás de LeBron, Ginobili, Wade, Pierce y Turkoglu), George puede mantener dos playmakers en pista sin que tengan que ser necesariamente los dos bases.

Por cierto, y siguiendo el tema Iguodala y el ataque. El mayor problema de los Nuggets es probablemente su tiro exterior: 23º desde el triple en la Liga y pierden a Afflalo, su mejor tirador, un hombre que ha metido el 40.0% en su carrera, y prácticamente la única ventaja en teoría que AAA tiene sobre Iguodala, (33.1% tirando de 3 como profesional), en un área de necesidad además. No creo que los Nuggets mejoren, pero tampoco descarto la sorpresa: el año pasado, Iguodala tuvo un porcentaje clavado al de Afflalo (39.4 en 3.1 intentos vs. 39.8 en 3.6) y metió 1.16 puntos por jugada tras pase, por los 1.08 del nuevo jugador de Orlando. De hecho, fue 13º entre esos 177 con más de 100 posesiones, y nadie acertó mejor en Philly, ni Meeks, ni Williams, ni Turner.

Los números del resto de su carrera hacen pensar que este último año pueda ser más la excepción que la norma, pero su 3P% lleva 4 años creciendo, al tiempo que su porcentaje de utilización baja. Poco a poco, según toma un papel más secundario en ataque, parece estar convirtiéndose en un mejor tirador de lo que nadie damos crédito. Si realmente le sienta tan bien alejarse un poco del protagonismo desde el punto de vista de los porcentajes, esto es de nuevo una magnífica noticia para un equipo tan cargado como Denver, que necesita más eficiencia que volumen.

  • ¿Gallo de pelea o de corral?

Tras el traspaso de Anthony, los Nuggets tenían la esperanza de que Gallinari explotara, y convirtiera la salida de Melo un robo histórico a mano armada, y aunque no lo ha hecho todavía, no se pueden quejar del rendimiento hasta ahora. De hecho, en los 25 primeros partidos hasta que se lesionó, estuvo a un nivel que lo metía en el debate del All-Star. Después, con molestias incordiándole toda la temporada parecía otro jugador. Y una de las mayores incógnitas del futuro de este equipo es esa. ¿Cuál de esos dos es Gallo? ¿O tal vez, es el jugador intermedio? . Veamos sus números en los dos periodos.

PartidosMinutosPuntosRebotesAsistenciasTS%3P%FTA/FGA
Antes de la lesión2533.017.05.22.659.731.249.5
Después de la lesión1829.311.24.02.850.235.237.0

La mayor diferencia fue en anotación. Pese a mejorar su acierto tirando de 3 en la segunda parte de la temporada, acercándose más al nível que ha mostrado en su carrera, metió casi 6 puntos menos por partido y con una diferencia de 9.5% en la eficiencia, principalmente porque dejó de ir a la línea. Los 5.8 intentos que promedió por partido en los 25 primeros encuentros le hubieran colocado 16º en toda la Liga. Y su 89.0% de acierto durante ese periodo sería el 2º mejor del Top 25, solo por detrás de Dirk Nowitzki. De hecho, Gallinari fue básicamente Dirk yendo a la línea antes de lesionarse: 5.8 vs 5.7 tiros por partido, 89.0 vs. 89.6 de acierto. Incluso un poco mejor, porque lo hacía en menos posesiones.

Ya comentamos que los Nuggets son mucho mejores cuando Lawson y Miller están juntos y juegan con el quinteto de small-ball, y esto no es cosa solo de estos dos: los Nuggets en general y Gallo en particular son mejores cuando el italiano está de ala pívot. Ha defendido bien a los 4 con los que le emparejaron y creó problemas en ataque al rival.

Con 24 años le quedan 3 para llegar al punto álgido de su carrera, y tal vez todavía no hayamos visto todo lo que Gallinari es. Pero con mezclar el nivel del principio de la temporada pasada y el acierto desde el perímetro del final, ya sería suficiente para estar contentos.

  • El verdadero talón de Aquiles
Denver Nuggets en defensa 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.D.
21º 27º 30º

Lo que realmente separa a estos Nuggets de ser un equipo de élite no es una estrella, sino la defensa. Es muy habitual atribuir a esta fase del juego todos los males de Denver (si cogéis análisis previos e incluso posteriores a temporadas pasadas, se lo veréis hacer a más de uno) y no siempre ha sido así. Desde la temporada 2002-2003, Año I antes de Melo, en el que solo ganaron 17 partidos con un pútrido ataque acompañado de una sólida defensa, hasta 2009, han estado 7 años por encima de la media, llegando incluso a ser la sexta mejor de la Liga, pero llevan 3 años en retroceso. Fuerzan pérdidas, rebotean bien, no hacen faltas… pero les meten mucho, mucho, mucho. Son el equipo club de carretera por excelencia.

En principio, aquí es donde la llegada de Andre Iguodala y también, no nos olvidemos, una temporada completa integrado en el equipo de Wilson Chandler, excelentes defensores en el perímetro, deberían ayudar, sustituyendo a un Afflalo que según fue teniendo más oportunidades de anotar, se fue olvidando de defender.

Iguodala viene de ser el corazón de la tercera mejor defensa del campeonato, pero la cabeza se quedó en Philly. Aunque todo sean alabanzas al Otro AI o a Brand, hace 2 años, cuando los 76ers fueron el 24º equipo en Índice Defensivo, también estaban, y liderando al equipo en minutos. Que la misma columna vertebral de aquel equipo de Eddie Jordan subiera 21 posiciones en 2 años podría significar que el verdadero Jugador Defensivo del Año en los Sixers fue Doug Collins.

Pero indudablemente Iggy es un gran defensor. Los jugadores a los que se emparejó la pasada temporada fuera del poste bajo (lo de ponerle de ala-pívot no fue un buen experimento en Philly, veremos si lo intentan en Denver) anotaron con un eFG% del 40.4%, un 8-9% menos que el escolta-alero medio, y Chandler también ha mantenido a lo largo de su carrera a los escoltas rivales por debajo de la media (con los aleros ha sufrido un poco más). Por su parte Afflalo permitió anotar un 54.0 y un 52.0 eFG% a los escoltas y a los aleros a los que se enfrentó, lo que supone una diferencia de entre 11 y 14 puntos porcentuales con Iguodala. Evidentemente el resto del equipo también tiene que ver en esa discrepancia, y los Sixers eran mejor que los Nuggets como bloque, pero si Iguodala redujera un 10% la eficiencia del rival, tendría un impacto de Estrella, así, con mayúsculas en los Nuggets. Haga lo que haga en el último minuto de un partido igualado.

Los Nuggets el año pasado permitieron el mayor porcentaje de tiro de 3 rival, un escandaloso 38.3%, acompañado además de ser el equipo al que más tiraron desde downtown. Si los minutos de Chandler e Iguodala logran frenar la hemorragia, el impacto se va a notar en la defensa y el número de victorias. No es transferible, y los Sixers tienen otros excelentes defensores en el perímetro como Holiday, pero Philly fue la 6ª franquicia que peor porcentaje de 3 permitió al rival, y los Knicks con Chandler también estuvieron arriba. Pero al mismo tiempo los Sixers de 2010 en el annus horribilis con Jordan fueron los peores de toda la Liga. Iguodala jugó casi 3200 minutos ¿cuánto puede hacer un hombre solo?

Se pueden mantener entre los equipos que menos faltas hacen, incluso con la llegada de McGee, porque Faried será un año menos pardillo e Iguodala es excelente en este aspecto, uno de los mejores de la Liga sin duda alguna, y también es magnífico en otro apartado en el que Afflalo era el peor del equipo: forzando pérdidas. Denver estuvo entre los mejores en estos dos aspectos, y por ahí se mantendrá gracias a su nuevo fichaje.

Donde no deberían mejorar en principio, y tal vez hasta den un paso atrás, es en el rebote defensivo. El año pasado fueron 9º, y hemos dicho que este año podrían convertirse en el mejor equipo de la Liga en el ofensivo, pero son precisamente las razones que convierten a este grupo en una amenaza en ataque, las que nos hacen dudar atrás. El estilo agresivo y atlético de Faried y McGee en un lado de la pista es demasiado peligroso en el otro. Arriesgan mucho para poner tapones, se olvidan por completo de bloquear (perdieron un partido entre los Grizzlies porque en uno de los primeros encuentros en los que Karl dejó al Manimal hasta el final, Faried dejó a Cunningham palmear el balón plácidamente por encima suyo sobre la bocina) y en muchos bloqueos directos no salen, para gorronear el rebote o el tapón. Bueno, esto última en realidad les ayuda un poco a apilar rebotes en el box-score, pero no al equipo. Si la diferencia de esta pareja con Nene y Harrington en los tableros de ataque se medía en años luz, aquí están a la par, y los dos jovenzuelos además lo consiguen de manera un poco sospechosa.

Todavía son jóvenes y Karl puede convencerles de que se apliquen un poco más y sacrifiquen números por el equipo, y como sucedia con el triple en contra o con las pérdidas, el cambiar a Afflalo, peor reboteador defensivo del equipo el año pasado (por detrás de Lawson, Rudy o Miller incluso) por minutos de Andre Iguodala y Wilson Chandler (un excelente reboteador, y no solo para su posición, en su carrera promedia un 14.6 DRB% y en los 857 minutos que lleva en Denver repartidos en dos temporadas ha subido el promedio al 16.7%, número comparable al de Bargnani, Leonard, Blair, Bass o… Iguodala precisamente) que rebotean justo el doble que él minimizaría el impacto, pero este equipo seguirá siendo Top 10 si y solo si se aplica.

La mejoría en defensa también podría sufrir un grandísimo empujón con McGee. Las cualidades están casi todas ahí, y sustituye a Nene, que defendía bien pero también un poco a lo Afflalo, cuando le apetecía, y a Harrington que conoce uno y solo un movimiento en defensa, quitarle la silla al rival. Pese a ser el segundo mejor taponador, motivo que algunos esgrimirían para que fuera subcampeón en la clasificación de mejor jugador defensivo (Oh… wait! A lo mejor al no ser ÑBA con él lo de los tapones no vale) y tener ese cuerpo de armario ropero, todavía no es un buen defensor. Y en realidad, eso es buena noticia para el futuro en Denver, supongo. 24 años, y solo puede ir a mejor.

  • En conclusión

Estuvieron entre los mejores ataques del año pasado, mantienen un bloque de los más jóvenes, y por tanto, con margen de mejora, y solo les separan un par de cosas de la élite: la defensa de la anotación (¿se entiende?), sobre todo en el perímetro, y el tiro exterior. Y esta temporada han dado un paso de gigante para solucionar el primero trayendo al que es, en teoría, uno de los mejores en el negocio en ese aspecto, y si nos fijamos en su última temporada, podría ser también una gran ayuda para el segundo.

Me mantengo en la predicción de que Denver es el gran tapado para ser el mejor ataque de la Liga, si es que tras serlo ya en 2011 se les puede considerar así, y acabarán por los 112.1 puntos por 100 posesiones. Y en defensa, Iguodala y la extenuación rival les va a ayudar a rebasar la media, pero McGee y Faried no están preparados todavía para meterles en el Top 10. 106.6 puntos de Índice Defensivo en contra, una esperanza de 55 victorias, más que ayer pero menos que mañana, y probable factor cancha a favor en la primera ronda de Playoffs. Muy mala noticia para el que le toque el partido extra en el infierno. Que ya no está bajo tierra, está a una milla sobre el nivel del mar.

PO Desde El Sofá (X): Ración doble

Decíamos ayer, en nuestro Twitter, que si bien me daría miedo que mi equipo tuviera a los Celtics enfrente, lo mismo me ocurriría si fuera su seguidor. Apunten lo mismo para Lakers. Kobe te puede meter 4 triples en 5 minutos, Rondo sacarse una triple docena de la manga, Bynum sentirse flex y calzarte 10 tapones, Garnett hacer todo lo que él hace, para que los Celtics, a lo largo de la serie, superen en 65 puntos a Atlanta los 188 minutos que ha estado él en pista… Y ambos equipos lo alternan, con ratos que parecen los inmortales Knicks de Isiah.

Boston se está manteniendo con la defensa, ayer solo dejaron a Atlanta meter 87 puntos, y es la mayor anotación para los Hawks de las series. Pero cuidado, porque ellos solo han pasado de 87 dos de las cinco veces, y una fue metiendo 90 con prórroga.

Durante muchísimos periodos, como dice el escritor Bill Simmons sacan su ataque retrete atascado, y no salen de ahí. Lo más grave, es que no es el fácil hero ball con lo que se atascan: no es que los Celtics se dediquen a hacer aclarados en todas las posesiones y dejar que sus estrellas se repartan los tiros, que es la manera habitual de un equipo de gripar su ofensiva (Atlanta lo está haciendo constantemente con Joe Johnson, e irremisiblemente pierde ventajas cada vez que lo intentan), es más bien una sensación que este equipo pasa muchas jugadas sin saber que hacer. Para muestra, la ultimísima del partido, con el que podían haber finiquitado la eliminatoria.

La vuelta de Al Horford, que ayer además jugó como si nunca le hubiera pasado nada, acorta las distancias en una oportunidad que Boston no debe dejar pasar en el Garden. Por el bien de su salud mental, los Celtics deberían cerrar esta serie cuanto antes mejor, porque este año no son nada fiables.

Y ahora toda hablar de los Lakers, a los que damos un diagnóstico de exagerada displicencia. Las declaraciones de Bynum el día anterior sobre como los partidos eliminatorios pueden acabar siendo fáciles si el equipo rival baja pronto los brazos son perfectas para aplicar a Lakers. Normal que Bynum piense que esto es así, porque su equipo sí se comporta de esa forma, y hay muchas muestras de ello. De hecho, el año pasado contra Dallas, no esperaron ni al partido eliminatorio para pasar de todo.

Los Angeles tiene margen de error, y extenso margen de mejora, porque ayer se presentaron en el Staples sin juego interior, y aún así estuvieron a una canasta de llevárselo. Y uno se puede convencer que si Andrew y Pau se lo toman en serio y les apetece jugar contra Oklahoma, son un trío lo suficientemente talentoso para ganar. Pero si el equipo no es capaz de parar a Ty Lawson, o peor aún, a Andre Miller, como sucedió ayer, ¿qué va a pasar cuando tengan enfrente a Westbrook? Si Pau no aprovecha cuando doblan a Bynum, ni el hecho de que Faried defiende tarde y mal a media distancia porque se queda a acampar en busca de rebotes y tapones, ¿qué va a pasar cuando venga Ibaka, la versión mejorada de Manimal?

Kobe sí que se presentó, e hizo un partidazo ayer, y casi lo gana él solito. Es la esperanza Laker en la siguiente ronda, no ya solo como jugador, sino como motivador de las tropas. Los Lakers pueden ganar bien en el Pepsi Center, pero necesitan el esfuerzo completo de los All-Stars.

Y para los Nuggets, esta temporada ya ha sido un éxito. No podrían pasar jamás de San Antonio y Oklahoma, pero la experiencia de poder alargar la serie al máximo posible para los jóvenes es lo que deseas cuando un equipo así se planta en Playoffs. Lograr un séptimo partido en el que seguir viendo como se comportan Gallo, Faried y McGee, aunque solo sea para morir en la orilla, sería la guinda al pastel. Y atención a la situación de Javale, porque este verano es agente libre restringido, y va a ir a por su gran contrato. Las esperanzas de renovarlo barato se iban yendo ayer con cada uno de los 21 puntos y los 14 rebotes, y ahora en Denver tienen la tarea más difícil de todas, decidir cuánto es verdad, y cuánto es engaño. Pobre Ujiri.

Decisiones rocosas

Pinta una pretemporada muy movidita en Denver, que va a ser uno de los puntos de interés de este periodo de fichajes. Warkentien y Chapman fueron planteado el equipo para tener espacio libre y poder volver a reconstruir el equipo este verano, en 2011, en el que el colosal compromiso que el equipo hizo con Kenyon Martin terminaba, y Carmelo Anthony, Nene y Chauncey Billups entrarían en nuevos contratos. Ahora, ese plantel anda desperdigado: parte en New York, parte en China, parte en la agencia libre… Solo Chris Andersen permanece del equipo que hace solo dos años, por increíble que parezca, llegó a las Finales de Conferencia en el Oeste.

A día de hoy, los Nuggets tienen bajo contrato 7 jugadores, más otros dos que tienen que firmar, sus elecciones de primera ronda este año. Los bases Ty Lawson y Andre Miller (que regresa a casa después del traspaso con Portland en la noche del Draft), Danilo Gallinari y el novato Jordan Hamilton en el puesto de aleros, y el juego interior, que ahora mismo lo forman Chris Andersen, Al Harrington, Timofey Mozgov, Kosta Koufos y el rookie Kenneth Faried es lo que queda en un plantel que en abril parecía el más completo de la NBA, y ahora mismo está lleno de agujeros: solo el puesto de base parece doblemente cubierto.

Los contratos garantizados que suman 29.7 millones más los 2.4 millones que cobrarán este primer año Hamilton y Faried, dejan al equipo con 25.9 millones de espacio salarial para rellenar los 6 huecos en la plantilla, de los que tendrán que gastar, obligatoriamente, como mínimo 17.2 para llegar al suelo que impone el nuevo convenio colectivo para este año, un 85% del tope salarial. Y podrían liberar aún 5.7 millones más utilizando la nueva cláusula que permite cortar a un jugador, si la utilizan con Al Harrington.

Parte de ese dinero está reservado para volver a traer a casa a Arron Afflalo, que rellena un hueco (el equipo está sin escoltas) y es agente libre restringido, por lo que los Nuggets pueden (y deben) igualar cualquier oferta, salvo que algún equipo vea en él una mezcla de Kobe Bryant y Ray Allen, y actúe en consecuencia. No creo que cueste más de 7~8 millones traerle de vuelta, en el peor de los casos. Debería firmar por menos.

Y estoy seguro que no les importaría lo más mínimo gastar buena parte o toda la hucha en uno de los cuatro agentes libres que formaban parte de su disciplina, Nene. El problema es que tanto él, como el resto, están muy lejos de las Rocosas. Solo uno de ellos, Wilson Chandler, es agente libre restringido, y para más inri, a día de hoy, está atado a China hasta marzo, junto a otros dos viejos conocidos: Kenyon Martin y JR Smith. Pero el auténtico golpe bajo lo ha dado Nene, ha dicho que se siente decepcionado porque el equipo no le ofreciera la extensión deseada el año pasado, que quiere ganar y que va a probar las aguas del mercado. ¡Ouch!

Denver, ahora mismo, y contando que Afflalo renovará, no necesitaba tanto, y tienen el dinero para conseguirlo. Una pareja ala-pivot/pivot de nível titular y un escolta reserva es lo único que necesitan. Chandler no es imprescindible, y con Gallinari tiene la posición cubierta, creo que les gustaría más traer de vuelta a Smith, al que Karl ya la he debido coger hasta cariño, pero es reemplazable, y en Faried esperan los Nuggets haber encontrado un jugador con personalidad en la pintura para los minutos de Martin, que por cierto, según las malas lenguas, no le tiene mucho cariño a un tal Andre Miller que acaba de entrar por la puerta. Líos de faldas. Bueno, una sola falda. La de la mujer tiempo ha de Kenyon.

Con Nene solucionaban uno de sus problemas, y la posición de pívot (sigo creyendo que Nene daría un salto de calidad como 4) tiene varios jugadores interesantes en esta cosecha: una intentona de forzar la mano de otras franquicias con Marc Gasol o DeAndre Jordan, tratar de seguir montando la buena suerte de Tyson Chandler, o aprovechar que hay flexibilidad económica para tragarse un posible error y apostar por la posible vuelta en enero de Greg Oden son las opciones que podrían darle la pieza que le faltaba a los Nuggets en un Oeste más abierto que nunca.

Un quinteto Lawson/Afflalo/Gallinari/Nene/Fichaje con Miller y Harrington (que jugarán muchos minutos juntos, ya que se complementan perfectamente) anotando y Andersen y Faried (que debería ser el prototípico ala-pívot de finales de primera ronda/principios de segunda que luego todos los equipos lamentan no haber elegido antes de este año) trabajando desde el banquillo, suena más que bien. Suficiente en teoría para Playoffs en el Oeste, y luego, los emparejamientos y los estados de forma dirán.

Pero para poder pensar en ello, hay que pasar primero por la pretemporada, que para empezar gira en torno a un solo punto.

Nene no quiere renovar, si hacemos caso a sus declaraciones, ya que se siente mal porque los Nuggets prefirieron esperar al último minuto, tratando de ver en que quedaba el nuevo convenio, antes de garantizarle dinero.

Pero él no es nadie para reprochar a esta franquicia. Es más, debería estarles muy agradecido. En 2006 le dieron un contrato con 60 millones garantizados después de jugar solo 3 minutos la temporada anterior por culpa de una terrible lesión en la rodilla, y perderse 27 partidos en su penúltima temporada por lesiones. Aunque el contrato a día de hoy parece bastante justo, en su momento todos los analistas se tiraban de los pelos: ¡cómo han podido los Nuggets cometer tal locura! Pues sí, lo hicieron, y además cuando era un agente libre restringido: se podrían haber sentado tranquilamente a esperar a igualar ofertas que jamás iban a superar la que ellos hicieron.

Dar un buenísimo contrato a un agente libre restringido, en una posición en la que una franquicia tiene prácticamente todo el control, es una enorme muestra de compromiso, y más teniendo en cuenta las dos temporadas de las que salía Nene. Confiaban en él y pusieron el dinero donde declaraban sus intenciones.

Es más, no es que no le ofrecieran renovar este año, todo lo contrario. Le pusieron 50 millones por 4 años encima de la mesa antes del cierre patronal, que a 12.5 millones por año es una oferta muy cercana a la que va a acabar firmando, y mejoraba los 11.3 millones que cobraba. Era una oferta al alza, en un momento en el que se temía que el nuevo acuerdo sería aún peor para los jugadores. No era para nada una mala extensión, no era irrespetuosa, no demostraba falta de compromiso.

Pero según él, el problema es que se la habían ofrecido tarde. Que durante la temporada la hubiera firmado. Pero que en julio, ya no, porque le toco esperar y vivir con incertidumbre el verano. Pues vale.

Y la segunda parte: ahora ya no es problema de dinero, si no de ganar, dice. Jugar para un equipo que opte al campeonato. Que es incompatible con ganar dinero. Si bien es verdad que el brasileño ha dicho, palabras textuales, que el dinero no importa, que ha ahorrado y que se podría retirar mañana, pasar de un contrato de 12~15 millones a uno de 3 o 5 que le podrían ofrecer los equipos en la lucha por el título, que es lo que implica con sus palabras, es algo que simplemente no va a suceder. Como declaraciones son muy bonitas, pero si tan poco le importaran las caras de los presidentes en papel verde, no habría negociado una extensión con Denver, y no se habría cabreado porque llegara tarde.

Y para recochineo, los equipos que andan detrás de él, en teoría, son Houston, que solo está más cerca que Denver de la playa, Indiana, que está aún más lejos, y los Nets que aunque a día de hoy no sean nada, es la única opción que al menos parece tener futuro. Es por ello, que salvo que realmente tenga fe ciega en el proyecto Prokhorov, la decisión no tendrá nada que ver con ganar. Sorpresa.

Pienso que si los Nuggets ponen encima de la mesa lo que Nene pide, lo tendrán de vuelta. Es tan simple como eso. El jugador decidió esperar y jugársela en la agencia libre, y le ha salido bien, su contrato debería estar en una horquilla entre 50 y 60 millones que mejoraría lo que le ofrecieron. Es comprensible que en Denver haya escalofríos recorriendo espaldas, porque la última vez que alguien allí esgrimió argumentos parecidos e igual de peregrinos, acabó en la Gran Manzana, haciendo planking en todos los millones que por supuesto, no iba a dejar escapar, pero esto no es lo mismo.

No hay que tener en cuenta todavía las palabras de nadie, porque en el periodo de agencia libre todo el mundo juega al póker. Nene se ha tirado un farol, mientras dejaba las cartas al descubierto para que todos se las viéramos. A los Nuggets les vendría muy bien renovar a un jugador de su talla antes de tapar el resto de grietas, pero este va a poner un precio mínimo para sentarse a jugar. Que por cierto, a lo mejor no lo vale.

Ya veremos como acaba la partida.

Repasando el Draft del 2011

El pasado 23 de junio se celebró como todos los años el Draft de la NBA, un Draft que estaba ya algo condicionado por los grandes rumores que empezaban a haber por aquellos días sobre un más que posible Lockout…

Desde La Crónica cubrimos el Draft de una forma que no puedes dejar de visitar, ya que hora a hora fuimos publicando todos los movimientos que se iban produciendo.

En esa noche, a parte del Draft en si, donde Kyrie Irving fue elegido por los Cavs como no.1, vivimos traspasos como el que mandó a Rudy Fernández a los actuales campeones los Mavs o el intercambio de bases entre Portland y Denver con Miller y Felton implicados.

Una noche que creo que debes recordar…

+ Draft 2011 en vivo: rumores, elecciones, comentarios…

Hitos para 2011

El día después que toda la atención se centrara en el béisbol y en Derek Jeter, que consiguió el hit número 3000 de su carrera, engrosando así una selecta lista de jugadores, vamos a repasar que hitos podrían conseguirse el próximo año en la NBA… si es que hay temporada.

Empezando por los puntos, Kobe Bryant tiene a tiro de piedra adelantar a Shaquille O’Neal, y ponerse 5º en la lista de anotadores históricos. Les separan 728 puntos, un promedio de 8.9 en una temporada de 82 partidos… y de 14.6 en una de 50. Si anotara al promedio del año pasado, 25.3 puntos por partido, solo le harían falta 29 para adelantar a Shaq. El siguiente en la lista es Wilt Chamberlain del que le separán 3551 puntos. Incluso en una temporada de 82 partidos, el promedio de 43.3 puntos parece imposible de obtener, por lo que el puesto de Wilt parece asegurado… pero en 2013 podría ser otro cantar.

Otro jugador que adelantará posiciones en el Top 25 de anotadores, es Kevin Garnett, que podría pasar de la posición 20 a la 17. Casi seguro que adelantará muy pronto a Robert Parish (lo tiene a 12 puntos), y es posible que pueda pasar a Charles Barkley que está a 434, pero necesitará mantener el nivel y los minutos de la temporada pasada, en la que hizo 1056 puntos para pasar a Allen Iverson: lo tiene a 1045.

Aunque la llegada al puesto 17 de Garnett podría tener otro rival… que vendría de atrás. Si el flamante campeón de la NBA, Dirk Nowtizki repetiera la actuación del año pasado, en el que hizo 1681 puntos, adelantaría desde la posición 23 a Elgin Baylor, Adrian Dantley, Parish, Barkley, Iverson y previsiblemente a Garnett para ponerse en el 17.

Otro que subiría puestos desde el 24 sería Ray Allen, que repitiendo un año como el pasado, quedaría justo por debajo de Barkley, como hipotético número 21.

Además podríamos tener algún nuevo miembro del Top 25: la última posición de Clyde Drexler, peligra con Tim Duncan a 532 puntos y Paul Pierce a 785, acechándole.

Pasamos ahora a partidos jugados, donde Jason Kidd, el único en activo en el Top 25, en la posición 18 con 1267, podría subir hasta la 8ª de haber temporada completa. 68 partidos le separán del jugador que ocupa esa posición, Gary Payton, y solo con 3 más avanzaría a la número 17 donde descansa Hondo. Y Kidd podría no estar solo en el Top 25 como único jugador en activo por mucho tiempo. Garnett está a 4 partidos, y Juwan Howard a 26, de ingresar en el grupo.

Otro que podría conseguir un hito importante es Ben Wallace. Con 1026 partidos a sus espaldas, está a 28 de los 1054 del Pequeño General, Avery Johnson, el jugador no drafteado con más partidos en su carrera. Aunque a minutos ya le superó en la temporada 2008-2009, tendremos que esperar a este año para ver si en partidos también lo hace.

Y hasta 10 jugadores podría llegar a los 1000 partidos jugados de temporada regular si hay temporada completa, y juegan lo suficiente. Empezando por Nowitzki, a 7 del millar y acabando en Antawn Jamison, que necesitaría 80 (en 6 temporadas ha jugado esa cantidad de partidos o más), Billups, Andre Miller, Dampier, Pierce, Bibby, Terry, Hill y Carter podrían ser milenarios en la NBA.

Garnett además, puede escalar en alguna categoría más. Ahora mismo, tras el retiro de Shaq, es el mejor reboteador en activo, 16º de la lista histórica, y tendría fácil subir algún escalón: Bob Pettit a 30 rebotes, Jerry Lucas a 123, Buck Williams a 198 y el propio Shaq a 280 están a tiro de un jugador que cogío 631 en 71 partidos de la temporada pasada. Subir a la 11ª posición, donde espera Olajuwon con 929 rebotes más, parece tarea para próximas temporadas.

Duncan, el otro jugador en activo en la lista, en el puesto 21, podría pasar a Oakley, Silas, Mutombo y Barkley con 533 rebotes, bastantes menos de los que cogió la temporada pasada.

Estos dos también podrían avanzar, aunque lo tienen difícil, en la lista de tapones. En este caso, Duncan va por delante, de 9º, y le hacen falta 162 para llegar al puesto de Tree Rollins, por lo que tendría que volver a la forma de 2007, temporada desde la cual no consigue superar esa cifra. El año pasado puso 146. Garnett por su parte está 19º a 122 de Theo Ratliff, pero también nos tendríamos que ir a 2007 para encontrar un año que le hubiera permitido superar esa cifra: lleva 4 años sin pasar del centenar.

Con Marcus Camby duodécimo, a 125 tapones de Mourning, lo más probable es que solo escalen puestos en la lista Ben Wallace, a 33 de Shawn Bradley que es 13º, y Jermaine O’Neal, que con 31 cogería a Kevin McHale en la 23ª posición.

Vamos a terminar el repaso con las asistencias, donde el trono de Stockton sigue impenetrable: le harían falta unos 6 años más a este ritmo al segundo, Jason Kidd, para llegar a las 15806 del mago de los Jazz. El que se puede meter en el Top 5 es Steve Nash, a 635 asistencias de Oscar Robertson o incluso discutirle la cuarta plaza a Magic: a 889 está nuestro canadiense favorito, cantidad que ha superado pírricamente en dos temporadas recientes: dio 898 en la 2007/2008 y 892 en la 2009/2010. 748 le bastarían, eso sí, para convertirse en el 5º jugador en la Historia en llegar a 10000.

El otro jugador en activo en el Top 25, Andre Miller puede avanzar varias posiciones, incluso llegar al Top 10 histórico, pero dependerá de los minutos y oportunidades que tenga en los Nuggets y la longitud de la temporada: tiene a 64 asistencias a Tim Hardaway (13º), a 129 a Terry Porter (12º), a 180 a Lenny Wilkens (11º), a 361 a Mo Cheeks (10º) y a unas prácticamente inalcanzables 956 a Rod Strickland (9º). El año pasado dio 566, y jamás ha dado menos de 445 en una temporada, por lo que de jugarse completa, si le respetan las lesiones, debería acabar el año en la élite. En el Top 25 podría entrar este año Baron Davis, que está a 348 asistencias de Jerry West, que cierra la lista. B-Diddy lleva desde 2003, temporada en la que solo jugó 50 partidos, por encima de esa cifra, por lo que será interesante ver si llega a cumplir el reto.

En cuanto a entrenadores, Rick Adelman está a 45 victorias de convertirse en el 7º entrenador con 1000 victorias, siguiendo la senda que marcó el pasado año George Karl, pero ahora mismo le falta un pequeño detalle: está sin equipo.

En cuanto a procentaje de victorias, Mike Brown es un candidato a adelantar puestos con su llegada al banquillo de los Lakers: ganando 55 partidos o más, aumentaría su porcentaje de victorias y avanzaría desde la 11ª posición. Podría incluso superar a Phil Jackson, que actualmente es 2º, si los Lakers hicieran una improbable temporada para la historia: 75 victorias se necesitarían.

Por otra parte, el entrenador con mejor porcentaje histórico, gracias a las 62 victorias su único año entrenando, Tim Thibodeau, mantendría ese estatus por encima de Phil Jackson si los Bulls ganan por lo menos 54 partidos sobre una temporada de 82.

En cuanto a franquicias, podrían pasar la marca de .500, es decir, más partidos ganados que perdidos a lo largo de su historia varios equipos. Los Heat necesitarían 49 victorias, los Nuggets 50, los Hornets 55, los Knicks 57, los Pistons 71 y los Hawks 77 para ser franquicias ganadoras. Por su parte, Orlando tendría que ganar 5 partidos, Houston 7, Indiana 29 y Dallas 32, para mantenerse por encima de .500.

Al acabar la temporada teníamos 14 equipos con registros ganadores, y viendo los números, es muy posible que al acabar el año que viene, si todo va según lo esperado, pueda haber 15, o incluso 16, ya que parece muy probable que todos los que lo son, mantengan el récord, Miami supere las 49 victorias con comodidad y los Nuggets lleguen a 50, como han hecho en los últimos 4 años. New Orleans y New York parecen aún un tanto lejos.