Rudy Fernández: «Ahora mismo estoy muy centrado en estar aquí y hacerlo lo mejor posible»

Quedaban dos segundos para que acabara el tercer cuarto, y con el reloj apremiando, Corey Brewer lanzaba por compromiso un tiro tan desesperado como desangelado, que claramente no tenía ninguna opción de alcanzar, no ya la canasta, sino el tablero. Rudy Fernández, que en ese momento se encontraba corriendo hacia la canasta, aún estaba pasando por la línea de triple cuando Brewer tiraba. Viendo la oportunidad, engrana una marcha más para llegar a ese balón, que queda a aro pasado de donde él se encontraba, y viendo la imposibilidad de convertirlo en un improvisado alley oop, palmea el balón de espaldas hacia la tabla, sin mirar, para anotar sobre la bocina. Fue la jugada del partido, y sería la del día si a Kyrie Irving no se le hubiera ocurrido anotar la canasta ganadora en Boston culebreando por la zona de los Celtics, ni a LeBron James saltar por encima de la cabeza de John Lucas III.

La afición de Denver rompió en un estruendo, solo comparable al momento en el que Rocky y el videomarcador delataban que Tim Tebow estaba sentado en primera fila del Pepsi Center. Los ojeadores que venían a ver el partido, desmontaban por única vez su gesto hierático, y se permitían compartir un murmullo. La canasta ponía al equipo de casa 6 puntos arriba a falta del último cuarto, pero fue una de las pocas alegrías para el público local en lo que restó de partido.

«Fue un golpe de suerte», Rudy, decepcionado por el resultado final, le restaba importancia tras el partido. «Vi el tiro de Corey, y que probablemente me daba tiempo a llegar a la pelota… y lo hice».

Después de sufrir una lesión en el talón de aquiles que le hizo perderse cuatro partidos, Rudy volvió el viernes pasado ante Toronto para anotar 23 puntos, su máximo esta temporada, en un actuación que George Karl definió como «fantástica». Ante los Clippers, anotó 12, y dejó la jugada del día. En estos dos partidos ha jugado más de 30 minutos, saliendo desde el banquillo, acertando 7 de 12 triples lanzados para acabar con un espectacular registro de 1.84 puntos por posesión.

«(El viernes) no me esperaba jugar tantos minutos, al ser mi primer partido después de la lesión, pero estuve acertado y bastante a gusto dentro de la pista», nos contaba Rudy. «Estoy en la dinámica de jugar lo que resta de temporada si la lesión aguanta (toca la madera del vestuario) y contento de haber podido descansar estos días para poder estar a tope a lo largo del resto de la temporada»

George Karl también le ve bien físicamente para el futuro. «Durante toda la temporada va a haber esos susurros: ten cuidado, cuánto tiempo juega cada uno, quién se encuentra bien… pero Rudy este fin de semana, tenía esa cara de confianza que no había tenido antes», dijo Karl. «Dice que está sano, dice que se siente bien, no ha tenido ninguna reacción negativa… y eso que el viernes jugó más minutos de los que creo que debería haber jugado.»

Parece importante que el escolta español se encuentre bien porque el enfrentamiento a los Clippers señala el comiezo de un ciclo de cinco en siete días para los Nuggets, que termina con el temido back-to-back-to-back, las tres noches seguidas. «Son cinco partidos contra equipos de nuestra conferencia, de mucho nivel, todos equipos que aspiran a Playoffs, y tenemos que estar muy concentrados en todos para intentar ganar», reconocía Rudy. 16 de los próximos 18 partidos de los Nuggets serán frente a equipos con registro ganador. «Sabremos mucho más de este equipo el 1 de marzo», apostillaba Karl.

Este martes jugarán en Memphis, y el jueves tienen la oportunidad de vengarse en el Staples de los Clippers, antes de volar de vuelta a Broncoville para enfrentarse el viernes a los Lakers, y coger otro avión el sábado para visitar Portland en esta semana de locos. «Es cierto que a nosotros también nos está sorprendiendo lo bien que vamos en la Liga regular, y sí que estamos contentos pero esto casi acaba de empezar, y ahora vienen partidos muy complicados que tenemos que estar a tope y en los que hay que dar un paso adelante», comentaba un centrado Rudy.

Lo que está claro es que Rudy se encuentra feliz y disfrutando de la NBA después de un par de temporadas bastante duras. «Con Nate (McMillan) no tenía la misma complicidad que tengo con George Karl, son entrenadores diferentes y gracias a este cambio pues estoy aportando cosas muy positivas a este equipo y estoy a gusto. Hace tiempo que no me sentía así», declaraba Fernández. Con Lawson lesionado y el rookie no drafteado Julyan Stone como único recambio en el puesto de base, George Karl le hizo subir el balón en varias jugadas, incluidas algunas con Stone en pista. «Creo que Rudy es muy importante, sobre todo por sus pases y su habilidad para crear juego y también por su defensa. Aunque venga con un cartel de anotador, creo que es mucho mejor jugador que un simple tirador», valoraba Karl.

Una clara muestra de la confianza que George Karl tiene en él, es que lo tuvo en pista, los últimos 16 minutos de partido, incluido el último cuarto completo, y fue el cuarto jugador con más minutos en los Nuggets por detrás de Gallinari, Nene y Miller. «He tenido dos decisiones (al principio del último cuarto) que podría haber penetrado en lugar de haber pasado y he perdido dos balones importantes. Si eso hubiera pasado el año pasado, acababa en el banquillo,. Ahora el entrenador me da confianza, y eso me hace seguir mejorando». Confianza, la palabra clave. «Me siento muy a gusto dentro de la dinámica del equipo y el equipo también está a gusto con mi estilo de juego».

En la ciudad de Denver, al pie de las Rocosas, se siente bien: «Estoy muy contento de como me está tratando la franquicia, y de como me he acoplado a la ciudad. Ya conocia a Andre Miller, y a los internacionales, Kosta (Koufos), Timo (Mozgov), Gallo o Nene, así que no me ha costado adaptarme al vestuario. Hay muy buen ambiente en este equipo, ya se vio el día que hicimos el baile casi todos los jugadores, hay muy buena sintonía»

Cauto al preguntarle antes del partido por la posible ventaja que tenían sobre un equipo que emplea prácticamente bases (Billups, Williams, Foye) en la posición de escolta, advertía que «esto puede ser positivo o negativo. Estaba echándole un vistazo a las estadisticas, y anotan muchos puntos sobre todo Chauncey Billups y Mo Williams, pues siguen teniendo mucha responsabilidad en el tiro. Están anotando bien, será dificil, son un equipo muy competitivo, que se ha reforzado muy bien.» Y fue precisamente Billups, con 32 puntos el día que volvía a casa el que desequilibró la balanza. Rudy también tuvo que ver como Williams, del que estaba más que avisado, clavaba una de las dagas del partido.

Con Denver 5 arriba en un parcial 6-0 a falta de 3:51, Rudy tocó y estuvo a punto de robar el balón a Chris Paul en el intento de penetración, que lo recuperó y lo mando a la esquina, desde donde Mo, al que había llegado a cerrar con el cuerpo perfectamente Fernández, anotaba sin equilibrio y poco ángulo una de esas canastas desmoralizantes, por como y cuando se producen. «Chauncey hoy tuvo un partido increíble y jugaron muy bien, tenemos que jugar juntos, y luchar los cinco en los tableros». Esta era una orden expresa de Karl, que les pidió un esfuerzo extra, que todos cargaran el rebote para poder salir al contraataque. «Nuestro recurso contra los Clippers tiene que ser jugar rápido. Ellos van a querer jugar rápido, pero no tanto como nosotros», remarcaba Karl antes del comienzo.

Rudy cogió 6 rebotes, su mejor registro esta temporada, pero el equipo no fue todo lo rápido que Karl deseaba: el ritmo del partido (92 posesiones) quedó por debajo de la media del equipo esta temporada (96, liderando la NBA) y más cerca del de los Clippers (91 en media). «Luchamos para intentar ganar el partido, pero pasaron algunas cosas, y ahora nos tenemos que preparar para el siguiente. Nos ganaron en los tableros: cuando conseguimos coger los rebotes y salir al contraataque jugamos mejor, pero el cinco contra cinco hoy lo defendieron bien.» comentaba al final el español.

¿Y el futuro? Rudy podía haber extendido su contrato este año al igual que dos de sus compañeros, Koufos y Gallinari, pero la fecha límite pasó el miércoles 25 sin que fuera renovado. «Eso es trabajo de mi representante, yo intento centrarme en mi trabajo que ahora mismo es estar con el equipo, aportar las cosas que suelo aportar en la pista y lo que surja, surgirá, ahora mismo estoy muy centrado en estar aquí y hacerlo lo mejor posible».

Según los datos, en Denver sale el sol casi el doble de días que en la lluviosa Portland. Rudy Fernández puede dar fe de ello.

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