Cuando Kobe Bryant anunció su retirada tome la noticia entre una mezcla de melancolía, sorpresa pero a su vez sabiendo que ese momento estaba más cerca que lejos y que este año era una posibilidad más que grande de ello.
En ese día, me apetecía hablar del futuro, de Lakers, de como los Buss podrían encarar este fin de ciclo para atacar los años venideros de una forma u otra, era el momento para mirar adelante. Hoy sin embargo es el momento de mirar atrás.
Cuando esta noche en la Avenida Figueroa de Los Angeles, Kobe Bryant salte a un abarrotado Staples Center, será la última vez que lo haga vestido de dorado y purpura, será su último partido, su adiós a 20 años de lacustrismo y de una de la carreras más legendarias en la NBA.
Si te digo la verdad, no se como reaccionaré, no se como viviré el partido, el cual probablemente vea tranquilamente en la mañana de jueves, pero se mezclaran seguro muchas emociones ya que para mi Kobe Bryant es El Jugador.
Desde más o menos 1988 soy de Lakers y desde esa época he vivido muchas cosas, mejores y peores, pero lo que he vivido de inicio a fin es la carrera del 8 y ahora 24. Tengo vagos recuerdos de ese Draft, de aquel 96 y de aquel chaval de instituto que Jerry West le sacaba en un trade ya mítico a los Charlotte Hornets. Ese jovenzuelo rapado y ganas de comerse el mundo, iba a ser en poco tiempo una de las sensaciones de la NBA y como le gustaba decir al gran Andrés Montes, era el presidente de la generación de Al Salir De Clase.
En febrero de 1997 la gente ya se empezaba a dar cuenta de que Bryant era algo diferente cuando en el concurso de mates del All-Star de Cleveland, con la camiseta de entrenar y con un descaro digno de su edad, se llevaba el trofeo ante gente como Mike Finley, Ray Allen (sí, ese Ray Allen) o el que jugaba en casa, Bob Sura, era su primer trofeo, su primer premio, su primer número uno, podíamos decir que desde ese momento nacía una competitividad que ha sido una de sus señas en todos estos años.
Poco tardaron en llegar los títulos de la mano de Phil Jackson y haciendo tandem con Shaquille O’Neal en uno de los equipos más temibles y sobrados de toda la historia de la NBA, que si bien no acabó con un record brutal de victorias la temporada (58), si que tenía un dominio sobre el resto de equipos que era insultante.
Fue el tercer anillo, el ‘Threepeat‘ y el inicio del fin de una relación que de haberse llevado medianamente bien a saber de cuantos anillos estaríamos hablando ahora mismo. El ego de Kobe pudo con el de O’Neal que dejó Lakers después de que aquel invento con Malone y Payton no saliera todo lo bien que se esperaba, todo sea dicho, culpa de las lesiones.
Este fue el peor momento deportivamente hablando. Los rumores de traspaso siguieron en los años posteriores y claro, uno que es fan de Lakers y de Kobe (en ese orden), no quería que la relación se viera truncada…¿quién se imagina a Bryant en Clippers? Pues estuvo a punto de darse…más cerca de lo que muchos se creen.
Los años venideros fueron un poco travesía en el desierto, pero llegó el 1 de enero de 2006 y el partido entre Los Angeles Lakers y Toronto Raptors. Mucho se ha contado de esa hazaña y mucho se seguirá contando en años posteriores hasta que un día a Curry le dé por enchufar 1000 triples en un partido o algo similar. Aquello que hizo Kobe será por siempre su marca y esa estampa dirigiéndose al banquillo con el dedo en alto, supongo que será la estatua que algún día la franquicia le dedique en la plaza donde ya están Magic, Kareem o Chick Hearn. Los 81 serán su legado eterno y eso ya nadie, amor o odio a parte, va a poder quitarle. De aquel partido me quedo con el recuerdo de verlo tranquilamente al día después, no estaba nuestra pareja favorita, pero sí Daimiel, que justo ese día cambió turno con otro y tuvo la suerte de comentar los 81 de Kobe. La cinta VHS del partido en castellano sigue por aquí cerca a mi lado.
Ese año Kobe Bryant debió ganar el MVP, se lo llevó Nash repitiendo, cuando era el comandante jefe de aquellos Suns de los ‘7 seconds or less‘, ese MVP era de Kobe, por su temporada, con 35.4 puntos por partido y dejando cosas míticas como los 81 y actuaciones brutales como la contra Dallas con 62 puntos o sus 4 partidos con más de 50 puntos. Una barbaridad que no se vio recompensada con un trofeo que debió ser suyo.
Años complicados, donde seguir a Lakers era algo parecido a lo de hoy en día, con la promesa de Bynum, pero el 1 de febrero de 2008, pasó lo que todos sabéis, Mitch Kupchak sacaba su magia y traspasaba engañaba a Grizzlies para conseguir que Pau Gasol vistiera de dorado y purpura. Ese mismo año se llegó a la final de la NBA y ese año consiguió el MVP que se le negó en 2006. Algo había cambiado y la gran prueba de ello fueron los dos consiguientes anillos, uno de ellos vengando la derrota contra Celtics en un séptimo partido que ya es historia viva tanto para él como para Lakers.
Pero sin lugar a dudas mi mayor recuerdo de Kobe Bryant lo viví en directo y no, no hablo de los cientos de partidos que le he visto jugar en estos 20 años, las miles de canastas que le he visto hacer, no, todo pasó el 11 de febrero de 2011, cuando estuve en el Madison Square Garden para disfrutar de un Lakers vs Knicks en la catedral. Lakers venía de un back to back contra Boston, donde por cierto ganaron y sinceramente no esperaba mucho de este partido, el último de Phil Jackson como entrenador en la que ahora es su casa, sólo quería disfrutar del momento y del espectáculo. Y vaya que lo hice.
Lakers jugó un partido tremendo y Kobe hizo de Kobe en el Madison, cascándose 19 puntos en el primer cuarto que fue una auténtica barbaridad y que dejó un buzzer beater donde Felton aún está clavado al parqué del MSG.
Estos años han llegado las lesiones, el no-trade de Paul, el fiasco de Howard y mil cosas más que no son para este momento de recordar, y finalmente Kobe decidió que ya era momento de dejarlo y de que los 20 años como jugador de Los Angeles Lakers acabaran donde tenía que hacerlo en el Staples Center, en su casa y ante su público.
Yo lo veré mañana, tranquilamente, pero siempre por casa tendré sus camisetas, sus zapatillas, sus bobbleheads, sus figuritas, del que para mi es y será el mejor jugador que he visto jugar a esto llamado baloncesto.
Hoy se cumplen 10 años de uno de los momentos más épicos en la historia de la NBA, los 81 puntos de Kobe Bryant ante los Raptors.
Como por aquel entonces no había Crónica como la conoces ahora…aunque sí hablé del partido, ni tampoco Twitter, hoy tenemos algo especial en La Cheslón, en nada, voy a ponerme de nuevo el partido y lo voy a ir comentando aquí en directo conforme voy viendo cosas, algo diferente, algo que no pude hacer hace 10 años, pero que hoy va con todos vosotros… empieza el partido.
Bosh, Peterson, Bonner, JALEN ROSE y Mike WHO???? por Toronto, mientras que por Lakers, Smush Parker (!!!!), Odom, Kwame Brown (!!!!!!!!), Chris Mihm y… Kobe Bryant. Estaría bien decirle alguna cosa a Smush ahora mismo, pero vamos, con el salto inicial: Mihm vs Bosh. Primera bola para Toronto.
La primera canasta del partido…un mate de Smush Parker. Tremendo, la de vueltas que da la vida, Jalen Rose pone cara de WTF, vamos la misma cara que estamos ahora mismo poniendo todos. Más que divertido que los siguientes puntos de Lakers llegaran de la mano de Kwame Brown, todo muy cómico.
Kobe Bryant se estrena al poco tiempo, con una bandeja marca de la casa, que tremendo es verle con esa agilidad de aquel entonces con el 8 a la espalda. Mientras Smush Parker sigue pareciendo un base competente y todo anotando con facilidad.
Raptors empezó el partido muy serio, en los primeros 6 minutos, Con Charlie Villanueva saliendo desde el banquillo y haciendo cosas muy interesantes. Lakers perdidos con jugadas esporádicas, pero sin un plan de juego definido.
Enfocan ahora en banquillo lacustre, y Sasha Vujacic sale a escena con cara de chavalin y de no haber roto nunca un plato, y a su lado el mejor entrenador de la actual NBA… Y ya que estamos con pintillas, tremendo Sam Mitchell y su look de componente de Boyz II Men.
Chris Bosh por aquel entonces llevaba sólo 3 años en la liga y ya demostraba cosas tremendas, todavía no era el amo de Toronto, pero vamos, ya quedaba poco.
Primer tiempo muerto, 25-19 para Raptors a falta de 2:50 en el primer cuarto, de momento, la cosa tranquila, mientras el 43 de Lakers salía a la pista, es decir, sí, amigos, Mr Brian Cook!!. Vaya tela el equipito que tenía Lakers por entonces…
Bryant ya con 10 puntos en 10 minutos… Pero la defensa de Phil Jackson hacía aguas por los cuatro costados y Raptors tenía muuuuucha facilidad para cabar sus ataques en canasta…de qué me suena todo esto? Por cierto, sale Calderon.
El primer cuarto acaba con un marcador muy alto, 36-29 y de momento las defensas se han quedado fuera del pabellón, por la avenida Figueroa.
El segundo cuarto es un poco más de lo mismo, Toronto a su ritmo y Lakers viéndolas pasar, con unas defensas que eso, que no estan, pero con un mayor acierto ofensivo por parte de Chris Bosh & cia. Kobe, sigue anotando y a mediados de cuarto ya lleva 17, y el resto de Lakers, 20.
Tiros libres par Pape Sow, sí, alguien con ese nombre jugó en la NBA.
Acabando el segundo cuarto, Lakers totalmente perdidos en la pista, cometiendo errores, perdidas y haciendo faltas tontas. Mientras, Toronto haciendo un partido infinitamente serio con Mike James anotando con facilidad y Chris Bosh dominando bajo tableros. En Lakers a parte de Kobe, el cual ya empezaba a anotar más fluidamente, Smush Parker es la única referencia ofensiva de los de LA.
Kobe 26 puntos a a media parte. El resultado, 63-49 cuando llegamos al descanso. Toronto sigue dominando con un 62% de tiros de campo frente a la no-defensa de los de Tio Phil.
Lo bueno de ver el partido así, es que ahora puedo darle al pause tranquilamente y beber agua, escribir por aquí y quien sabe si coger algo de comer. Me espera la segunda parte. Quiero ver más a Pape Sow.
Buah, en serio, si los Lakers actuales son una banda, en lo que llevamos de partido, estos Lakers de 2006 eran banda y media. Smush Parker ya se había quitado la cinta, a ver si así hacía algo más. Kobe en el momento que tenía la pelota, sólo pensaba en atacar y atacar, lo tenía claro, o él o nadie, pero 18 arriba Raptors a falta de 10 min para acabar el 3Q. Mala pinta para Lakers.
Empieza el show. Kobe ya lleva 38 y tiene esa mirada de: hoy me entra todo. 2 triples seguidos y la ventaja que rozaba los 20 ya está más cerca de los 10. Pero esa mirada, ya no recordaba esa mirada…
A todo esto, en Lakers, quitando de Kobe, el resto de jugadores seguían con la apatía de la primera parte, vamos o Kobe o nada, así estaban las cosas en 2006. Odom estaba con 0 puntos a estas alturas de la película. Bryant ya había metido 19 puntos seguidos para Lakers hasta un tiro libre de Odom. Es lo que hay. Otro triple. 3 seguidos y Sam Mitchell pide tiempo muerto porque la ventaja ya está en 10 y Bryant lleva 41 a mitad del 3Q. Era ya el 13o partido de la temporada con más de 40 puntos para Bryant.
Stu Lanz y Bill MacDonald, los locutores de Lakers, comentan que Kobe está ‘in the zone‘, y sí, lo está y de forma tremenda, empezando a tirar casi conforme tiene la pelota, pero metiéndolas limpias que es lo mejor de todo, aún así, Raptors sigue arriba a falta de 5 min. para acabar el 3Q.
A falta de 4 minutos para acabar el cuarto, Kobe 21, Raptors 15, ese es el parcial y ya la gente empieza a levantarse de sus asientos cada vez que el 8 de Lakers lleva la pelota…Y mientras Odom, haciendo sus míticas Lamarodomadas que tanto de quicio me sacaban.
En cuarto se va cerrando y la igualdad manda en el marcador, mientras en la tv muestran el calendario de Lakers, cuyo siguiente partido iba a ser frente a los Warriors. 49 Kobe, 23 ya en el cuarto a falta de 120 segundos para acabar el tercer cuarto.
Kobe roba el balón a Calderon, lo lucha en la media pista, casi sale, pero llega a canasta solo y hace mate con violencia mientras grita a la grada. Primera ventaja de Lakers en el partido a falta de 1 minuto para acabar el cuarto, y el de Lower Marion ya con 51 a sus espaldas. Lakers estaba desatados y el Staples ya patas arriba, rendido a Kobe Bryant y todavía quedaba un cuarto. 91-85 al final del 3o. 53 para Bryant.
Chris Bosh jugando con unas Converse, cosas que cambian en 10 años.
Kobe sigue atacando la canasta, pero ahora con menos acierto. Se le empieza a notar cansado y claro, Raptors lo usa para atar a Lakers en el marcador y no irse del partido.
El partido empieza a meterse en la zona divertida, donde se decide quien gana y quien no y Bryant está en fire. En la retransmisión sacan que hace poco consiguió su marca personal contra Dallas, pero vamos, eso iba a quedar en breve en el olvido.
Lakers estaba 7 arriba, pero a parte de lo que se estaba cascando Kobe, los % de Raptors habían bajado de forma alarmante hasta el 30%, con una defensa más presionante de Lakers y para que nos vamos a engañar, no era normal el nivel de acierto de Toronto de la primera parte. Sale Vujacic al campo, cara de chavalin y con el 18 a la espalda…ahhh y con pelo corto.
61 a falta de 6 minutos y a nada de superar esa récord personal que hemos comentado antes, aún queda muuuuuch, demasiado tal vez para Raptors. Con 3 tiros libres, llega a los 64 y supera su récord personal. El público en pie.
70 después de 2 triples. El Staples es una orgía brutal de los aficionados celebrando que están viendo historia, mientras Bryant seguía enchufándolas de todos los colores y Raptors estaba sumidos en una catarsis colectiva que no les hacía hacer nada de nada. Y Kobe seguía con esa mirada a falta de 4:24 para acabar el partido.
15 arriba para Lakers a falta de 3 minutos, Kobe había conseguido dar la vuelta al partido, mientras seguía buscando puntos y más puntos. El partido ya había pasado a segundo plano y todo se resumía en ver en cuantos puntos se quedaría Bryant al acabar. La gente en pie siguiendo los minutos finales. Historia.
Los compañeros quieren sumarse a la fiesta y constantemente buscan a Kobe para que este pueda tirar y subir sus puntos, los cuales a estas alturas del partido vienen en su mayoría a partir de tiros libres donde la grada aprovechar para gritar aquello de M-V-P. 79 a falta de 90 segundos.
Tiros libres. 43 segundos. Bryant mete ambos. 81 puntos y Phil Jackson decide cambiar a Kobe (Devin Green entra por él). Dedo en todo lo alto en una de las imágenes más icónicas de la NBA moderna.
Se acaba el partido, el público se queda a oir a Bryant hablar sobre el partido y sobre sus 81 puntos. Noche histórica en el Staples quedándose a ‘solo’ 19 de la mítica marca de Wilt Chamberlain. La gente grita Kobe, Kobe, Kobe mientras el 8 de Lakers se retira al vestuario.
Un séptimo partido en unos PO de la NBA es de las cosas más jugonas que un amante a este deporte de la canasta puede ver. 3-3, todo por decidir donde un equipo ya ha tenido la oportunidad de ganar y donde otro viene por debajo. El punto máximo de competitividad y donde cada pequeño detalle importa.
Como vosotros, yo he visto ya bastantes, cada temporada tenemos la suerte de vivir alguno, sin ir más lejos la temporada pasada nos ofreció uno de los mejores en bastante tiempo, el Clippers vs Spurs de primera ronda, donde los de Paul dejaron a Popovich sin la oportunidad de encontrar a Lupita de nuevo.
Y qué pasa cuando ese 7o partido sucede en la final de la NBA? Una temporada de 1230 partidos de liga regular (más muchos de PO) se deciden en 48 minutos de basket (si no hay OT), lo máximo. Si encima juega tu equipo, más todavía y si encima es un Lakers vs Celtics. El orgasmo absoluto.
Mañana del 18 del junio del 2010. Ya se sabía el ganador, ya se había jugado ese 7o partido entre las dos franquicias más laureadas de la NBA, algunos estarían celebrándolo y otros pensando en la oportunidad perdida. Yo me levantaba, nervioso y poniendo en funcionamiento todos y cada uno de los mecanismos anti spoiler que los años y la experiencia me han hecho ir creando. En esta ocasión ni iba a encender el móvil el cual estaba en su modo avión.
Me sentaba delante del ordenador, sí, en esta ocasión no hubo sofá ya que por aquel entonces aun no tenía de un mecanismo eficiente para ver el Lp en la tv. Play. Empieza el partido.
Tranquilos que no os voy a resumir el partido, ni voy a aburrios con números y estadísticas, yo ese día tampoco estaba para eso. Sólo quería que al acabar el partido Lakers tuviera un punto más que el rival, sólo eso, nada más.
Recuerdo nervios infinitos, durante esta época, en el LP cuando había un tiempo muerto, no estaba cortado como ahora, es decir, te comías la mítica pantalla de Game Break que ahora mismo todos tenéis en mente. En esos momentos yo me levantaba de la silla, bebía agua, caminaba un poco…, porque claro, no quería pasar adelante no fuera que el reproductor hiciera algo raro y pam…spoiler. No, no quería.
No fue el mejor partido de Kobe, para nada, pero eso daba igual, había que ganar fuera como fuera y aquellos tiros libres de Vujacic o el triple de el amigo Ron Ron fueron claves para que Bryant finalmente cogiera la bola y saliera corriendo para celebrar el anillo.
El anillo era lacustre y lo celebré casi como si estuviera en el Staples, unas horas más tarde eso si.
Enchufaba el móvil, casi a medio día y efectivamente, varios mensajes al respecto del partido, alguno de ellos enviado ‘en directo’ durante el encuentro, así que de nuevo mis mecanismos anti-spoiler habían hecho su función. Mucho se habló a posteriori de que Celtics no tenía a Perkins e incluso Doc Rivers siempre ha dicho (y dirá) que nunca perdió una serie con su quinteto inicial, pero fue anillo para los de dorado y purpura, el 5o anillo de Kobe, el 2o de Gasol, el último de Phil Jackson… y se había ganado en un 7o partido en el Staples ante Boston Celtics…
El otro día hablamos de que algo pasaba en LA y justo a las pocas horas, todas las sospechas de que algo pasaba se vieron confirmadas con la salida de Mike Brown de Lakers. Con todo esto, enseguida la maquinaria en LA se puso a carburar y después de un más que acercamiento a Phil Jackson, Lakers se decidió por otro Mike, D’Antoni para dirigir la nave lacustre los próximos 3 años (con otro opcional), pero cómo van a ser los Lakers de este otro Mike?.
Para empezar a ver que puede pasar con estos Lakers hay que ver que ha hecho D’Antoni anteriormente y claro, nuestra mente se va a Phoenix y aquellos Suns del ‘Corre corre que te pillo y tira a canasta ya leñe!‘, que es un poco la traducción del ‘Seven Secods Or Less‘ de los Suns. Allí Nash mandaba y junto a Amaré dominaban el Pick & Roll como nadie, con Shawn Marion y Joe Johnson en las alas tirando brutalmente de 3, esos eran los Suns que estuvieron a nada de las finales si no llega a ser por aquellas sanciones extrañas en SA… Luego vino la época en Knicks, unas temporadas raras, con el equipo intentando hacer hueco para un Lebron que nunca llegó y con un Melo que puso mucho de su parte para que fracasase el proyecto D’Antoni en la Gran Manzana, aún así, aquellos Knicks de Amare, Felton, Gallinari,… era un equipo molón de ver y después del Melodrama fue otra cosa…
Si hablamos de la defensa o de la poca defensa que pueden tener los equipos de D’Antoni, tenemos que empezar a decir que esto es un poco tontería y vamos a ver el por qué… El ideal del nuevo entrenador de Lakers es como el de los concursantes de cierto programa que hacen en cierta cadena con un 5 es decir, meter, meter y meter. Con lo cual, si a tu equipo le meten 115 puntos pero tu llegas a 120… qué más da? además, estos Lakers van a tener algo que no tenían aquellos Suns y es el poder intimidatorio y la defensa de Howard, otro plus más.
Otro punto para desmontar la teoría de la defensa de D’Antoni, es que sus equipos siempre han estado en la zona media en cuanto a defensas, es decir no eran desastrosos como mucha gente quiere hacer parecer, así que Lakers seguirá siendo un agujero defensivo (más o menos) pero todo parece indicar que vamos a ver muchos puntos en el equipo angelino ya que sin duda D’Antoni es un entrenador de ataque y eso es lo que demostró en Suns, pero de un ataque bastante alejado de lo que Lakers pretendía hacer con la famosa Princeton Offense, este ataque es más para Nash… y Howard.
Y donde deja esto a Kobe & Pau? pues donde ellos quieran, así de claro. Creo que Kobe va a ser inteligente y viendo la muy buena temporada que lleva a nivel personal, es de esperar que deje hacer a D’Antoni, el cual ya ha entrenado a Kobe en los dos últimos JJOO. Pau va a tirar más… para que os hagáis una idea, tiene pinta que será el Diaw de aquellos Suns, pero con un cobertura inferior al francés.
No olvidemos una cosa, este movimiento es un movimiento para esos 3/4 años y no para la inminencia que era el de Phil Jackson, algo extraño en estos Lakers que siempre se mueven en el ahora, pero la apuesta de Ketchup y los Buss es clara, quieren de vuelta algo de Showtime y D’Antoni es el perfil que puede darles eso.
Así que eso es lo que hay o mejor dicho, lo que puede haber, por que no os olvidéis que todo esto (y lo que leáis por ahí de diferentes gurus y demás…) son todo especulaciones porque hasta que no lo veamos no sabremos como son estos Lakers de Mike… D’Antoni.
El día que se acabó el mercado de traspasos, hubo una noticia que conmocionó a todo el mundo Laker… Derek Fisher era traspasado a Houston Rockets, a partir de ahí un mito se acabó…
Podría escribir este post basándome en números, años de carrera, anillos y demás logros, pero como buen lacustre lo mejor es hacerlo con sensaciones. Derek Fisher es un mito para los aficionados de Lakers. Desde que llegó en el 96 no ha dejado de producir y sobre todo no ha dejado de demostrar que era algo más que un jugador, era uno de los que mandaban fuera de la pista.
Kobe siempre ha dicho que era al que iba a ir a hablar, que era un poco como el padre de todos, cosa que también ejerce oficialmente como presidente de la asociación de jugadores. Fisher, un base normalito, lento y que conforme pasaban los años esa normalidad y esa lentitud se veían agrandadas, pero aún así, todos estabamos seguros con él en la pista.
El triángulo ofensivo de Phil Jackson estaba hecho a su medida y lo demostró en los Lakers campeones, llevando al equipo a 5 anillos, siempre al lado de Kobe, siempre al lado del 8/24 de Lakers…
Muchos momentos que guardamos todos los lacustres en la retira del 2 dorado y purpura. Esta noche vuelve, pero con el 37 y con la (fea) camiseta de los Thunder. No será igual, pero Fisher seguirá con esa cara de reflexión, pensativo y calculando lo que irá a decir o hacer…
Ayer decía adiós uno de los jugadores más importantes, carismáticos y polifacéticos de la Historia de la NBA. 19 años estuvo con nosotros Shaquille O’Neal jugando en 6 equipos, y con un palmarés de 4 anillos, 3 MVP’s de las Finales y 1 de la Temporada Regular, 15 aparaciones en el All Star y 8 presencias en el All NBA 1st Team. Aquí le dedicamos nuestro homenaje, de la A a la Z, a la carrera de Shaq.
Anillos: Cuatro en total, tres consecutivos con Lakers y otro más con Miami. El quinto lo siguió buscando al final de su carrera con LeBron en Cleveland y Boston, pero nunca llegó, muy a su pesar. Porque no era ya solo ganarlo, teniendo en cuenta que su rol en estos dos últimos años ha sido marginal, sino que este quinto anillo sería el que le empataba con Kobe, y el que le daba uno de ventaja sobre Duncan, los dos mayores rivales que tiene para elegir al mejor jugador de su generación.
Big Fundamental: Shaq tiene el monopolio de casi todos los apodos que empiezan por Big (ya llegaremos a ello), pero uno se le escapa. Tim Duncan, The Big Fundamental, es la única competencia que tiene Shaq ahora mismo en el debate de mejor hombre alto DMJ (despues de Michael Jordan). Duncan tiene un MVP más que él, 3 MVP’s de las finales y entre ellos se repartieron 8 de los 9 anillos de 1999 a 2007, 4 cada uno. Se enfrentaron en Play-Off 5 veces en 6 años (de 1999 a 2004 el único año que no coincidieron fue en 2000) y otra vez más en 2008 con Shaq ya en Phoenix. Nos dieron algún partido memorable, como el 6º de las semifinales de Conferencia en 2003 en el que los Spurs avanzaban con un 37/16/2 de Duncan contrarrestando al 31/10/3 de Shaq, pero pese a encontrarse tantas veces y ser los dos mejores hombres altos en activo, la rivalidad entre ellos nunca fue exagerada, seguramente porque nunca jugaron un partido de vida o muerte. Jamás coincidieron ni en las Finales, ni en un séptimo partido y la única vez que jugaron en una Final de Conferencia, los Lakers barrieron 4-0 a los Spurs. Lo más cerca a un partido decisivo, fueron los 5ºs partidos de las Semifinales de Conferencia de 2003 y 2004 con los dos equipos empatados a victorias 2-2, en los que ambos tuvieron actuaciones discretas para lo habitual, y se decidieron por los secundarios, el fallo de Horry y el acierto en 0.4 segundos de Fisher. Con O’Neal retirándose, y teniendo en cuenta que parece improbable que Duncan vuelva a ganar un anillo como líder de su equipo, los méritos de uno y otro están ya prácticamente todos sobre la mesa. Aquí, de momento, votamos empate técnico.
Cuartos: Muchos en su cuenta. 292 millones ha ganado en su carrera, como salario por jugar al baloncesto. Esta cifra solo incluye lo que le han pagado los seis equipos en los que ha militado durante estos 19 años. Contratos publicitarios o del resto de sus aventuras, aparte, la cantidad es estratosférica. Aunque declaró que se iba a entrar en la Biblia de la NBA «jugando hasta los 60 años, y todavía cobrando el máximo hasta los 60 años«, acabó su carrera cobrando el mínimo con 39 en Boston, aunque sí que cobró el máximo hasta los 33 años, cuando firmó una extensión por 5 años y 101 millones de dólares que no se quedaba muy lejos.
Dominante: Esta es la palabra que mejor define al Shaq jugador, sin dudarlo. Su tamaño, unido a la velocidad e inteligencia en su juego le convertían durante una buena temporada, en el jugador más difícil de defender de la NBA. Cuando un hombre de esa envergadura se compara (aunque fuera por él mismo, con toda su verborrea y su hipérbole) con un bailarín de ballet, sabes que te encuentras ante algo muy especial. Shaq será Hall of Fame el primer año que sea elegible para serlo, y su presencia entre los 5 mejores jugadores de los últimos 20 años y 5 mejores pívots de la Historia es indiscutible, aunque la posición pueda bailar según el gusto. Hasta que la llegada de LeBron coincidió con su cuesta abajo, Shaquille era el especimen con el físico más perfecto de la NBA. Y de lejos.
Espectáculo: Años y años de espectáculo, dentro y fuera de la cancha, forman parte del legado de Shaq. El nivel que alcanzaron sus excentricidades estaba a la altura de lo que hacía en la pista. Seguro que vosotros tenéis vuestros momentos favoritos de la extensa lista de apariciones, pero aquí van los míos: su llegada con pistola de agua incluída en un trailer a su presentación en Miami, el número de break dance que se marcó junto a Jabbawockeez en las presentaciones del All-Star 2009 y el teléfono móvil que añadió a su zapatilla al más puro estilo Superagente 86 en el All-Star de 2005.
Fu: Shaq-Fu, otra de sus personalidades, nos sirve para seguir ilustrando su polivalencia, baloncesto aparte. Shaq-Fu no solo es el nombre de un videojuego de lucha para Sega y Nintendo que él protagonizó en el año 1994, sino que también es el nombre del segundo de los cuatro discos de rap que sacó del 93 al 98. Por Shaq Fu le dieron un disco de oro, después de haber llegado a la posición número 25 de la Lista de Ventas general, y la número 10 de R&B y Hip Hop con su primer álbum, Shaq Diesel, que fue certificado platino. Durante su carrera musical trabajó con algunos de los productores y cantantes más influyentes del hip hop, como Q-Tip, Erick Sermon, Jay Z o Notorious BIG, y llegó a colocar su primer single, (I Know I Got) Skillz en el número 3 de la lista Rap.
Grande: Con sus 2.16 metros de altura, entró en la Liga pesando 136 kilos, pero el resto de su carrera se ha movido de los 150 a los 160. En la vorágina de apodos que ha recogido a lo largo de los años, el prefijo Big ha sido una constante a casi todos. El Gran Aristóteles. El Gran Papi. El Gran Baryshnikov. El Gran Cactus. El Gran Trébol. Todo en él es grande. Pena que ese cuerpo antinatura, le haya pasado las facturas de todos aquellos festines que se dio con las piezas desechables que tenían como misión ir a la guerra contra él cada dos noches y algo.
Hack-A-Shaq: Don Nelson lo inventó, muchos lo pusieron en práctica con resultados desiguales y Popovich lo perfeccionó hasta llevarlo al hiriente sarcasmo, cuando sus Spurs hicieron falta a un incrédulo Shaq en el salto inicial de un partido. La táctica no tiene mucha ciencia: por qué dejar a Shaq tirar un tiro de campo, de esos de los que ha anotado el 58.2% durante su carrera, en lugar de tiros libres, con los que solo acierta un 52.7% de las ocasiones. Los equipos turnaban hombres altos, sacaban su fondo de banquillo para gastar sus 6 faltas contra un Shaq que volvía impotente a la línea. Sus intentos de mejorar en los tiros libres siempre se han quedado en eso, intentos. Documentados están los consejos que gente como el gurú Dennis Hans le dio o el trabajo de Riley, que estaba convencido de que podría solucionarlo y puso un equipo a su disposición para trabajar en su mecánica. Pero él siempre confiaba en que los metía «cuando contaban» y qué mayor honor, que darle tu nombre a una táctica que reconoce implícitamente tu dominio.
IDGAF: Sobre su taquilla en Los Angeles colgaban estas crípticas siglas con dos significados. Preguntado por los periodistas, explicaba que el significado era «I Dominate Games Always and Forever.» con un gran guiño. La realidad que conocían sus compañeros era algo distinta. I. Don’t Give. A. Fuck. Los dos O’Neal resumidos perfectamente. El que domina y al que le importa todo una mierda. El de los porcentajes récord: el de campo por arriba, y el de los tiros libres por abajo. El que ha sido. El que podría haber llegado a ser. De hecho, la segunda acepción tiene double entendre en sí misma. No le importaba una mierda su rival, al que destrozaba con voracidad, pero tampoco le importaba ser mejor él mismo.
Justicia: Los escarceos de Shaq con la justicia, no son los habituales en los jugadores de baloncesto. A O’Neal jamás le han detenido conduciendo borracho, ni golpeando a su mujer. Al contrario, gracias a su colaboración fueron detenidas dos personas en Miami en 2005 con cargos por agresión y racismo y en 2007 persiguió él mismo al conductor que chocó contra su Escalade y se dio a la fuga. En todas las ciudades en las que ha estado ha solicitado puestos de ayudante de Sheriff, con un carácter habitualmente honorífico y ha llegado a pasar por la academia del condado de Los Angeles para ser Oficial en reserva de la policía portuaria de LA. Además fue nombrado Ayudante Honorífico de los US Marshal, oficina federal. El único borrón lo tiene en Arizona, donde el Sheriff del condado de Maricopa le retiró su placa por utilizar lenguaje malsonante en aquel rap en el que le preguntó a Kobe «a que sabía su culo«.
Kobe: Su pareja de hecho, el hombre con el que logró el Three-peat, el enemigo que le empujó por la puerta de Los Angeles, después amigo, enemigo otra vez, ahora es todo broma y siempre nos llevamos bien, pero cuando Kobe gana su quinto anillo se empieza acordando de Shaq. Yo creo que se odian y se envidian. Kobe no aguanta que la opinión pública crea que los tres primeros anillos son más de O’Neal que suyos y que el Artículo 34 diera el primer golpe sin él mientras a él le rodeaban Kwames y Smushes;Shaq por su parte se lamenta de que ahora Bryant haya levantado un O’Brien más que él, como líder casi indiscutible del show. Como aquí somos más de baloncesto que de revista rosa, preferimos quedarnos con los momentos que nos dio la mejor sociedad de la pasada década.
Longevidad: 19 temporadas llevaba jugando, el que más de los jugadores en activo esta temporada. Con sus 39 años, era el jugador más viejo de la Liga (honor que ahora deja a Kurt Thomas casi ex-aequo con Grant Hill, un día más joven) y el más veterano, ya que los siguientes en la línea sucesoria, Jason Kidd, Juwan Howard y Hill llevan dos temporadas menos en la élite. Se irá habiendo jugado 1207 partidos, lo que le pone en el puesto 23 de la Historia (a solo 2 de igualar a Dale Ellis en el 22). Haber logrado todo esto, con un cuerpo tan grande y el riesgo de lesiones que esto conlleva, es admirable.
MVP: La temporada 99-00, en la que alcanzó su plenitud y se convirtió en el MVP, ganando el primero de los tres anillos consecutivos con los Lakers, fue impresionante, la mejor desde Jordan para mí. 29.7 puntos, 13.6 rebotes, 3 tapones por partido, que pasaron a ser 30.7/15.4/2.4 en Play-Off. Además, fue MVP de las Finales en tres ocasiones, las tres con los Lakers, y se quedó a 34 puntos de Steve Nash en la votación de la temporada ’04-’05, su primera con Miami y en la que muchos creen que debería haber sido el ganador del premio. Un par de terceros puestos en las votaciones de 2001 y 2002 y una segunda posición en 1995, llevan a 5 el total de veces que apareció en el podio a final de temporada.
Nietzsche: En el habitual reparto de libros que Phil Jackson hace entre su plantilla cuando emprenden el viaje más largo del año (habitualmente el llamado Grammy Trip en febrero), en 2000, se le ocurrió darle el Ecce Homo de Nietzsche a su niño grande. El libro, del que, según reconoció el propio Shaq Attack en una entrevista con TIME, no pasó del primer capítulo, cuenta entre otras cosas como el superhombre es encarnación de la voluntad de poder. El truquillo del maestro Zen de juntar la palabra superman con la voluntad y la superación surtió el efecto contrario, ya que O’Neal comentó «Phil piensa que soy demasiado único, hasta el punto que puedo estar loco«. De todos modos, aunque no se leyera el libro, al genial Diesel le valió para colar el nombre de Friedrich en una de sus descacharrantes citas: «Nietzsche era tan inteligente y avanzado. Y así soy yo. Soy el Nietzsche negro del baloncesto«.
Oro: Shaq formó parte del combinado nacional de EEUU que ganó el Oro en el Mundial del 94, en el que fue el MVP y en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96. A partir de ahí no volvió a ir con el equipo, pese a ser invitado, porque en 1999 se sintió rechazado al no ser incluído en el Torneo de las Américas clasificatorio para los Juegos Olímpicos, pese a que la intención de USA Basketball era que el jugador descansara. Yo, siendo un poco mal pensado, aparte de vagancia, creo que los problemas vienen más de atrás, del verano del 92. En el Dream Team, el equipo que marcó una época, había un jugador universitario. Pero, contra todo pronóstico, no era el dominante pívot que podía destrozar a los frágiles europeos, y que iba a ser elegido indiscutiblemente número 1 del Draft, sino Christian Laettner. Así, Shaq se quedó sin visitar Barcelona y sin tomar un cursillo acelerado como becario al lado de Ewing y Robinson, y tras cumplir con el equipo, aprovechó la primera y más ridícula excusa para borrarse del barco para siempre.
Periodistas: Los periodistas adoran a Shaq, porque es una auténtica mina. Auténtico y divertido, a lo largo de los años, no ha parado de regalar citas ingeniosas, divertidas, desafiantes, ignorantes, sarcásticas… Su presencia ha sido una de las más polarizantes, si no la que más, en los últimos tiempos en un vestuario NBA. Con uno de los mayores sentidos del humor de la Liga, Shaq ha alternado referencias a Einstein y sus anécdotas, despectivos juegos de palabras con los nombres de sus rivales (declaró que «nunca ha estado en las Islas Caymán» al ser preguntado por Chris Kaman) y relatos de sus intentos de ligar con Tori Spelling «Le pregunte por su número de teléfono y no me lo dio, me dijo: Dame el tuyo. Había que intentarlo«. Él fue el primero en llamar Half Man Half Amazing a Vince Carter, y también el primero en llamar Erica a Dampier. Mi preferida, sin duda, cuando al ser preguntado al volver de Grecia si había visto el Partenón, y el Big Aristotle reconoció que «no puedo recordar el nombre de todos los clubs a los que fuimos«.
Quinto: Ese es el puesto que ocupa Shaq ahora mismo en la lista de los mayores anotadores de la Historia. Con 28.596 puntos, solo Abdul-Jabbar, Karl Malone, Michael Jordan y Wilt Chamberlain han metido más que él aunque Kobe le debería superar la temporada que viene (está a 729 puntos). También lo podemos encontrar en la zona noble de otras categorias: es 5º en tiros de campo anotados, 7º en tapones (que se empezaron a contar en el año ’73), 12º en rebotes, 17º en tiros libres anotados y 23º en partidos. De los jugadores en activo hasta esta temporada, lidera todas esas clasificaciones menos tiros libres (Kobe ha anotado más) y partidos (que le supera Kidd).
Ru-Paul: El «Ru-Paul de los hombres altos«, así llamó nuestro amigo a Chris Bosh después de que este se quejara de que O’Neal acampaba en la zona tras un partido de 45 puntos ante Toronto. Desprecios como este han formado parte de la carrera de Shaq, pero resalto este incidente en especial, porque el contexto en el que ocurrió es un microcosmos de la carrera de O’Neal: ese partido con Phoenix le convertía en el primer jugador de la Historia que metía 45 puntos en un partido con cuatro franquicias distintas. Tan bueno, tan volátil. La dualidad IDGAF, en estadísticas.
Superman: Antes de Dwight Howard, Orlando y la Liga tuvieron a su propio Superman. El hombre de los mil motes, entre los que hay que incluir el «Artículo 34» del inolvidable Andrés Montes, usó mucho, especialmente al principio de su carrera, este apodo, refrendado por el enorme logo del Hombre de Acero tatuado en su brazo izquierdo. No es de extrañar por tanto, que el siempre belicoso pívot se mostrara «ofendido» el año pasado por lo que él consideraba una apropiación indebida de Howard, su heredero más directo, y la presencia más imponente en una cancha NBA desde, um, él mismo.
Twitter: Con un vídeo colgado en su Twitter, el jugador de los Celtics se despedía del baloncesto en activo. «Lo hicimos, 19 años, baby. Quiero agradeceroslo, y por eso os lo cuento a vosotros los primeros, me voy a retirar.» Con esa complicidad con su seguidores, Shaq anunciaba que después de este agridulce año, en el que solo ha jugado 37 partidos de Liga Regular (nunca jugó tan pocos) y con tan solo 4 apariciones desde el mes de febrero hasta el final. Siempre un hombre de su tiempo, ha estado atento a colocar su marca en las redes sociales. Creó su Twitter, @SHAQ hace ya un tiempo, en noviembre de 2008, bajo un alias diferente al que utiliza ahora, y fue de los primeros jugadores de baloncesto en utilizarlo con regularidad e interactuar con sus seguidores. El Gran Cactus cuelga vídeos de todo tipo, y ya está pidiendo a sus 3.8 millones de seguidores hasta el momento, que le ayuden a encontrar un nuevo apodo más acorde con su nuevo estado civil.
Universidad: Todo un Doctor, Shaq empezó su relación con la universidad en LSU, Louisiana State University, que fue su casa durante tres largos años. Largos sobre todo para el resto de pivots de la Conferencia SEC. Más conocida por el football que por el basket, pese a haber sido la casa de Bob Pettit y Pistol Pete Maravich, era perfectamente apropiada para acoger a un jugador que también tenía más pinta de deffensive lineman que de jugador de baloncesto. A pesar de que fue elegido All-American un par de años, el talento que le rodeaba no le ayudó a llegar nunca lejos en el Torneo de la NCAA: a pesar de clasificarse para el baile en sus tres temporadas en el equipo, no llegó a octavos, los Sweet Sixteen, en ninguna de ellas. En el año 2000 se volvió a pasar por allí para completar su Grado en Estudios Generales, algo así como un «tú eliges los cursos». Sumado a un máster de la Universidad de Phoenix, y su Doctorado en Liderazgo y Educación por la Barry University, la singularidad de O’Neal se extiende más allá de la excentricidad fuera de la cancha.
Vagancia: La distancia que separaba a O’Neal de ser el pivot más dominante de la Historia, la marcaba él, poniendo su vagancia en medio. La V podía ser la letra de la velocidad, ya que ha sido uno de los mejores libra por libra (sin que sirva de precedente, hay que utilizar esta frase al revés) que se haya visto en cualquier deporte, pero si habéis llegado hasta aquí, os habréis fijado como esta retahila no puede ser más agridulce: cuánto hemos hablado de lo que O’Neal podría haber sido… Se ha presentado habitualmente a los campus de verano pasado de kilos y fuera de forma, nunca trabajó lo suficiente en su tiro libre, y dejó que los celos y la parafernalia malmetieran a la pareja que formaban él y la eternidad. Peor para él. Y para nosotros.
Wade: Su escudero en el cuarto anillo, nunca sabremos quién ayudó más a quién, pero parece claro que los dos se necesitaron el uno al otro (y un poquito a Danny Crawford) para ganar aquel campeonato de 2006. Como siempre, y no debería sorprender a nadie ya, Shaq quemó los puentes de la relación con Wade, experimentando otro déjà vu al tener que volver a salir de otra franquicia por la puerta de servicio y dejando las llaves al joven escolta, al que este año comparó con Kobe, como «pequeños chicos que dominan el balón y tiran 30 veces por partido que no se pueden comparar conmigo«. Desde Phoenix, Cleveland y Boston, no ha desperdiciado oportunidad de tirar una chinita al «Chico Maravilla» como él lo llamaba, y veremos si el rugido aumenta ahora que Wade puede volver a ganar sin él, como hizo Kobe en su día, acompañado además del LeBron que él ya estaba mayor para llevar a Tierra Prometida, y del RuPaul de los hombres altos.
X-Men: Shaq quisó añadir a su carrera cinematográfica un papel en X-Men 2, pero los productores no estuvieron por la labor, así que siente que conformar con su Steel. Todo un personaje, ha aparecido en 11 películas y algunas series de televisión, además de tener su propio reality show: Shaq Vs. Empezó compartiendo pantalla con Nick Nolte y Ed O’Neill en Ganar de Cualquier Manera (Blue Chips), y fue el protagonista absoluto haciendo de genio de la lámpara en Kazaam y de superhéroe en Steel, dos películas que aparecen en listas de las peores de la historia con la misma asiduidad que él en las de mejores pívots. Para los que os interese esta faceta del Gigante, aparecerá en Jack and Jill, película con Adam Sandler, Al Pacino y Katie Holmes que se estrenará a finales de año
Yao: El gran pívot chino tiene el honor de ser la primera persona en desplazar a Shaq de algo: el quinteto titular de All-Star. Un fijo en el quinteto titular, ya desde su temporada rookie, (primero desde Jordan), hasta, precisamente, la llegada de Yao en 2003, Shaq fue al Partido de las Estrellas 14 veces de manera consecutiva, hasta que su declive y las lesiones le apartaron en 2008, para volver una última vez en 2009. Además, Mingprovocó uno de los episodios más desagradables en la carrera de Superman, cuando su peculiar humor fue catalogado de racista al ser preguntado por un Yao que estaba a punto de entrar en la Liga y responder «Decidle que Ching-chong-yang-wah-ah-so» acompañando el numerito con poses de Kung-Fu chusco. De todos modos, es querido en el país más poblado del mundo, y más aún a raíz de su contrato de esponsorización con la firma Li-Ning. Lástima que no podamos hablar más de baloncesto por culpa de las lesiones del gigantón chino.
Zen Master: Su entrenador en Los Angeles, Phil Jackson, el Maestro Zen, pareció alinearse con Shaq cuando la relación con Kobe se convirtió en «yo o él». Pero en 2006 abrió la Caja de Pandora al hablar de Shaq como «el único jugador que he entrenado al que no le gustaba trabajar«, a lo que el grandullón respondió comparando a Jackson con Benedict Arnold, uno de los traidores más famosos de la Historia Estadounidense. Desde ahí se han estado intercambiando achuchones de mayor o menor magnitud y en 2008 Shaq acusó a Phil de nunca decirle las cosas a la cara y de diseñar la ruptura entre ellos, aunque luego le dio un abrazo y un besito cuando se reencontraron en un Suns-Lakers. En 2009, cuando calificó de «estrategia de marketing» su relación con Kobe, repartió también flores para Phil, al que llamó «mejor entrenador de la Historia«, por lo que su relación ahora mismo, parece buena.
El 3-0 se avecinaba como algo insuperable, lo que nadie esperaba es que Mavs se plantara en el cuarto partido de una forma tan seria y con ganas de que todo continuara igual.
Se vio desde el principio del partido, el primer cuarto del partido, podía ser perfectamente el quinto cuarto del anterior partido, ya que estábamos viendo una continuación más de todo lo que estaba siendo la serie. Lakers un querer y no poder con una sensación de impotencia terrible.
De hecho, todo iba de tal manera que ni Nowitzki tuvo que ponerse en modo MVP, simplemente jugar y jugar. De nuevo el juego exterior de los Mavs fue clave, cada tiro de 3 entraba… y otro,… y otro, 9-10 en triples Jason Terry..., de una forma que entre que la defensa de Lakers era digna de NBA Jam (es decir, inexistente) y que en ataque nada entraba, la ventaja sumaba y sumaba sin parar, ante la desesperación de todos y la cara de perplejidad de Phil Jackson era todo un poema.. su último partido…
Mención a parte merece Bynum, así como Odom (algo rigurosa la expulsión del 7 de Lakers, eso sí), se borraron del partido, Bynum de una forma lamentable y que le va a hacer perderse algún que otro partido del inicio del año que viene (si hay liga claro…), dos borrones a la salida de uno de los mejores entrenadores de la historia de este deporte, Phil Jackson, el cual se sentó por última vez en los banquillos en el partido de anoche.
Hasta aquí han llegado Lakers, el cabeza de serie no.2 del oeste también fuera, quedando una final de conferencia más abierta que nunca.
PD: Esta semana ya analizaremos tranquilamente a Lakers…