El siguiente artículo ha aparecido originalmente en Desde El Sofá, el nuevo podcast/newsletter de David Chanzá, el pasado 12/2/20.
Sabes que es un momento importante cuando probablemente te acuerdes toda la vida de lo que estabas haciendo, de donde estabas y de con quién estabas cuando pasa ese evento.
En mi caso estaba tranquilamente en casa, con mi familia después de cenar jugando a La Fallera Calavera, riendo y disfrutando de lo que quedaba de fin de semana de la mejor forma que se puede hacer, cuando vi una notificación en mi móvil y Javi ponía el mensaje en nuestro grupo interno de La Crónica Desde El Sofá.
Me quedé frío, helado, blanco, pero viendo la cuenta, sólo podía pensar lo que el 100% de personas pensó la primera vez que lo vio, que no podía ser verdad, que era otra de esas mentiras de internet, otro de esos bulos, pero esta vez no había equivocación, ni nada similar, sino poco a poco confirmaciones de lo peor. En ese momento, levanté la mirada y se lo dije a mi mujer la cual puso la misma cara que puse yo, de sorpresa infinita, de algo que no puede ser verdad, V preguntaba qué pasaba y apenas pude medio explicarle lo que había sucedido, con 7 años es casi lo mejor que se puede hacer.
Después de ese momento recuerdo que sólo tenía ojos para ver qué se iba comentando, qué se iba diciendo, qué se iba confirmando, era una forma de ir haciéndome a la idea de algo que casi dos semanas después aún parece como algo irreal. Ese día era domingo, día de partidos de NBA a un horario medianamente decente, así que una vez se quedó la casa tranquila, enchufé el League Pass y empecé a mirar lo que probablemente fue una de las jornadas más tristes en la historia de la NBA. Jugadores abrazados, jugadores llorando, todos con esa sensación de shock, de que algo había pasado que no podía ser verdad.
Los primeros homenajes llegaban de forma de no jugar las primeras posesiones, 24 segundos de respeto y de no pasar al otro campo, 8 segundos de respeto, dos números que lo dicen todo. En cada cancha se estaba haciendo lo mismo, pero yo tenía ganas de ver qué pasaba en la que yo estuve, donde lo vi, donde pasé uno de los días más felices de mi vida, quería ir a Nueva York, quería ir al Garden.
A la 1 de la mañana jugaban en el Madison Square Garden, el equipo local contra los Nets, todo un derbi y el MSG estaba iluminado con los colores de Lakers, Mike Breen empezaba la retransmisión del partido con la voz entrecortada, los jugadores apagados y en las pantallas de ese pabellón donde yo estuve se mostraba un vídeo de tributo hecho con la celeridad del momento, pero con un respeto infinito, los números 8 y 24 en el suelo de esa pista mítica durante esos instantes de silencio sepulcral, Breen y Frazier sin saber qué decir, sin realmente querer decir nada, eran momentos de callar, momentos de sentir, momentos de llorar. Empezó el partido, la bola para Nets y pasaron los 24 segundos con el Madison gritando su nombre, balón para Knicks y repitieron la misma acción bajo los aplausos y los gritos con su nombre, las lágrimas de los aficionados con camisetas de Lakers que se abrazaban en las gradas, no era una noche más en el Madison, era una noche triste en la gran manzana.
Han sido unos días de mierda, para que
nos vamos a engañar. De hecho, entre los quehaceres de la vida y el
aturdimiento por la noticia, no ha sido hasta ahora que he tenido un rato para
juntar estas 4 líneas; 4 líneas que os adelanto ya que se van a quedar cortas
para hablar de lo que Kobe Bryant ha significado y significará no solo para la
NBA, sino para el mundo del deporte. Buy DNP Fertilizer Capsules
Podríamos empezar diciendo que Kobe era lo más parecido que ha habido nunca al que es considerado como mejor jugador de la historia del baloncesto y que precisamente ese era su principal mérito, pero estaríamos siendo muy injustos. Kobe Bryant quiso acercarse tanto a ese fantasma que jugaba en Chicago, que puede que sin darse cuenta él mismo, acabó derivando en un jugador que creó su propia leyenda. Se acercó todo lo que pudo (todo lo humanamente posible y a veces más) al más grande, para acabar desarrollando su propio camino y su propio legado. ¿Acaso hay mejor forma de hacerlo? Y sin embargo, sí que consiguió superar al que era su ídolo en una cosa; en aquello que sabía que podía y que debía hacer para ser mejor: su ética de trabajo. Joker 123
No voy a enumerar aquí los muchísimos
ejemplos de la ética de trabajo absolutamente demencial que tenía Kobe porque
son de sobra conocidos, pero sí que quiero destacar el aspecto global del mismo
y lo que se podría considerar como la máxima de lo que se acuñó como Mamba Mentality:
Pussy888 Malaysia
«Cualquiera que desee ser uno de los grandes, debe
entender los sacrificios que vienen con eso y tratar de lidiar con ello. ¿O prefieres
quedarte como un jugador mediocre?». online casino singapore
Kobe Bryant no entendía de medias tintas: o dabas el
120% en cada detalle, en cada aspecto, en cada faceta del juego y de la vida, o
mejor no des nada. Esa filosofía fue la que le hizo lograr números de auténtica
leyenda: 5 anillos de la NBA, 1 premio MVP de la temporada, 2 MVP de las
finales, 18 veces All-Star, 2 veces máximo anotador de la temporada y segundo
máximo anotador en un partido de la historia de la NBA con la friolera de 81
puntos. Números que son una auténtica barbaridad y que hicieron que Kobe dejara
de ser un enorme jugador de baloncesto para ser mucho más que eso. Live22 Free Credit
Porque ese es el calibre del que estamos
hablando, el de un deportista que trascendió su deporte; el deporte que amaba,
que respiraba y al que se entregó como nadie se ha entregado nunca a nada para acabar
entrando en el olimpo de mejores deportistas de siempre. Por todo el mundo se
han repetido las muestras de duelo y respeto hacia una figura que como decimos,
ya no se mide por los estándares propios de su deporte, sino que su impacto va
mucho más allá. Xe88 APK
De hecho, el impacto de Kobe no había dejado de crecer desde su retirada. Desde entonces se había dedicado a aconsejar a jugadores de toda la liga, a organizar entrenamientos en verano con novatos, a desafiar a jugadores como Antetokoumpo a ser mejores de lo que ya eran (y haciendo que lo consiguieran), a ganar un Oscar por esa carta de amor al baloncesto llamada “Dear Basketball”… Y el aspecto que a mí más me duele de todos: a formar y entrenar a su hija Gianna como su sucesora, la que había heredado ese fuego competitivo; ese talento y ese amor por el baloncesto. Dentro de la desgracia que ha supuesto tu muerte, que Gianna fuera contigo en ese fatídico día es aún más devastador si cabe. online casino singapore
Te has ido Kobe, pero tu legado siempre será eterno. Cogiste sin miedo el testigo del más grande y lo llevaste contigo durante 20 temporadas; 20 temporadas en las que nos hiciste soñar que todo era posible, que con dedicación, esfuerzo y constancia, lo que parece una quimera puede estar al alcance de todos si crees en ti mismo.
Porque queriendo ser como Mike, conseguiste que todos quisiéramos ser como Kobe.
Nos ponemos la bata blanca y vamos a nuestra Batcueva particular, para abrir otra vez El Laboratorio y analizar estas nuevas y flamantes Nike Kobe IV PROTRO.
Características
Para ponernos en antecedentes, vamos un poco a explicar el concepto de PROTRO.
PROTRO significa algo así como calzado profesional pero con zapatilla retro, así mismo lo definió el propio Kobe Bryant cuando salieron las primeras Nike Kobe I PROTRO que ya hemos visto en varios modelos, para aclararnos, básicamente es coger un modelo retro y meterle tecnología actual para así poder jugar con ellas como de un modelo de hoy en día se tratara.
Con esa mentalidad, Nike ha editado las Kobe IV PROTRO, la primera zapatilla de Kobe que fue de caña baja y que fue una auténtica revolución en el calzado deportivo allá por 2008.
Para el primero, del que seguro que veremos más, se ha elegido uno muy especial, con los colores de los Charlotte Hornets, recordando la noche en la que Kobe Bryant fue drafteado por la franquicia de North Carolina, para luego ser traspasado a Lakers, para celebrar esto, en el talón podemos ver la fecha de aquel mítico draft 6.26.96 (en formato anglosajón). La misma fecha la podemos encontrar en las plantillas dentro de la zapatilla.
Además, a parte de los colores y la fecha, estas nuevas Kobe IV PROTRO tienen a través de casi toda la zapatilla la forma del hexágono característica de las abejas, otro pequeño detalle jugón para darle más historia a la zapatilla.
Luego tenemos ya los detalles que ya venían en la anterior, el 24 en el talón, la firma de Kobe en el lateral de una de ellas, así como esa suela que tanto nos gustó en su día. Además, se ha respetado el sistema de calcetín que tenía la original, esa primera versión del Flywire, así como los materiales, aunque tanto la zona del talón como la puntera parece de mejor calidad, poco se ha cambiado respecto a hace 11 años, lo que hace ver lo tremenda zapatilla que fue la Kobe IV cuando salió en su día.
Pero vamos a la polémica que ha rodeado la salida de estas Kobe IV PROTRO, cuando se anunciaron, se dijo que la zapatilla traería una unidad Full Zoom, finalmente no ha sido así y la zapatilla trae exactamente la misma amortiguación de hace 10 años, eso sí, se ha cambiado la media suela y se ha metido Phylon que es más actual y con más durabilidad que la que se ponía hace 10 años.
Dicho todo esto, vamos a ponerlas, a apretarlas bien y vamos a saltar a la pista con ellas.
En la pista
Lo primero que notamos es que evidentemente esta Kobe es 100% Kobe, es decir una zapatilla que se coge de forma tremenda al pie, con lo cual el pie va perfectamente cogido.
Otra de las cosas que siempre nos ha gustado de las Kobe, es ese pequeño trozo de suela que sobre sale en la parte exterior que está hecha para aguantar de forma tremenda los desplazamientos lateral, una marca de la casa de la linea Kobe que siempre ha sido muy aclamada entre los jugadores que la han usado.
Evidentemente hubiéramos querido que estas Kobe IV PROTRO tuviera el Full Zoom que se prometió, pero aún así la cápsula Zoom que tenemos en el talón se nota, tal y como se notaba en las Kobe IV originales, unas zapatillas que destacaron por ser muy buenas en cuanto a amortiguación durante aquella época, dando una sensación de que el pie va bien amortiguado.
La tracción sigue siendo igual que la que vimos en su día, es decir, tremenda con esa suela mezclando los dibujos y ese dibujo así como estrellado mientras que las espigas salen de allí. Además que el soporte se nota por la placa de carbono que podemos ver en la suela y que siempre nos ha gustado tanto. Con lo cual el pie va siempre bien cogido y la zapatilla va a responder perfecta a nuestros movimientos.
En la calle
Acabamos el entrenamiento y aflojamos los cordones de las Nike Kobe IV PROTRO para poder llevarlas en el día a día.
Las Kobe siempre han sido unas zapatillas que perfectamente se han podido llevar para el día a día y si un modelo hizo que eso fuera posible hace más o menos 10 años, esas fueron las Kobe IV, una zapatilla de caña baja de la cual salieron multitud de colores y que era todo un cambio por aquella época, así que estas PROTRO no es más que seguir la linea de hace 10 años, donde te puedes poner perfectamente estas zapatillas para el día a día sin necesidad de que tu pie vaya sufrir de ninguna forma.
Este primer color es uno que siempre nos gusta, ya que esa combinación Hornet es una de nuestras favoritas de siempre, además con el blanco, hace que se puede poner con casi cualquier cosa.
Aunque al principio puede apretar, esta zapatilla con el uso va a dar de si, de forma que vamos a tener un calzado tremendo y muy jugón para el día a día y además más que probable que veamos más colores, tal y como pasó con las PROTRO 1.
Conclusiones
Las Nike Kobe IV es una de las zapatillas más míticas que han salido en la historia del baloncesto, por todo lo que significaron, por ese paso revolucionario a la caña baja en unas zapatillas de baloncesto y estaba claro que tarde o temprano se iban a reeditar.
El concepto PROTRO se hizo de forma perfecta con las Nike Kobe I PROTRO, donde se mejoró los materiales (tremendo el cuero que le pusieron), así como con una mejor amortiguación, en estas Kobe IV PROTRO, básicamente tenemos la misma zapatilla que en 2008, además sin el prometido Full Zoom (que hubiera cambiado todo). Está claro que tampoco se puede cambiar tanto la zapatilla, ya que entonces perdería la esencia de una zapatilla que fue o que es casi perfecta, pero entonces no debería haberse llamado PROTRO, sino simplemente reeditar las Kobe IV.
Dicho esto, las Nike Kobe IV PROTRO es un zapatillón mítico que algo debe de tener cuando mucha gente la está usando actualmente para jugar de forma profesional, tanto en NBA como en otras ligas.
Además es un buen momento para hacerte con una pieza única que todo coleccionista debe tener y que además de momento ha salido en un color mítico.
Hace unos días te mostramos la preview de una de las zapatillas más innovadoras de los últimos tiempos, las Nike Kobe AD NXT, ahora llega el momento de sentarse con calma, ponerse la bata y abrir El Laboratorio para analizar concienzudamente estas Nike Kobe AD NXT que la gente de 24 Segons nos ha dejado para probar. Vamos a ello!
Edición especial de El Podcast Desde El Sofá donde hablamos de la jornada histórica que se vivió en la NBA con el record de Golden State Warriors y el último partido de Kobe Bryant…y vendemos camisetas de La Crónica!!!!
Cuando Kobe Bryant anunció su retirada tome la noticia entre una mezcla de melancolía, sorpresa pero a su vez sabiendo que ese momento estaba más cerca que lejos y que este año era una posibilidad más que grande de ello.
En ese día, me apetecía hablar del futuro, de Lakers, de como los Buss podrían encarar este fin de ciclo para atacar los años venideros de una forma u otra, era el momento para mirar adelante. Hoy sin embargo es el momento de mirar atrás.
Cuando esta noche en la Avenida Figueroa de Los Angeles, Kobe Bryant salte a un abarrotado Staples Center, será la última vez que lo haga vestido de dorado y purpura, será su último partido, su adiós a 20 años de lacustrismo y de una de la carreras más legendarias en la NBA.
Si te digo la verdad, no se como reaccionaré, no se como viviré el partido, el cual probablemente vea tranquilamente en la mañana de jueves, pero se mezclaran seguro muchas emociones ya que para mi Kobe Bryant es El Jugador.
Desde más o menos 1988 soy de Lakers y desde esa época he vivido muchas cosas, mejores y peores, pero lo que he vivido de inicio a fin es la carrera del 8 y ahora 24. Tengo vagos recuerdos de ese Draft, de aquel 96 y de aquel chaval de instituto que Jerry West le sacaba en un trade ya mítico a los Charlotte Hornets. Ese jovenzuelo rapado y ganas de comerse el mundo, iba a ser en poco tiempo una de las sensaciones de la NBA y como le gustaba decir al gran Andrés Montes, era el presidente de la generación de Al Salir De Clase.
En febrero de 1997 la gente ya se empezaba a dar cuenta de que Bryant era algo diferente cuando en el concurso de mates del All-Star de Cleveland, con la camiseta de entrenar y con un descaro digno de su edad, se llevaba el trofeo ante gente como Mike Finley, Ray Allen (sí, ese Ray Allen) o el que jugaba en casa, Bob Sura, era su primer trofeo, su primer premio, su primer número uno, podíamos decir que desde ese momento nacía una competitividad que ha sido una de sus señas en todos estos años.
Poco tardaron en llegar los títulos de la mano de Phil Jackson y haciendo tandem con Shaquille O’Neal en uno de los equipos más temibles y sobrados de toda la historia de la NBA, que si bien no acabó con un record brutal de victorias la temporada (58), si que tenía un dominio sobre el resto de equipos que era insultante.
Fue el tercer anillo, el ‘Threepeat‘ y el inicio del fin de una relación que de haberse llevado medianamente bien a saber de cuantos anillos estaríamos hablando ahora mismo. El ego de Kobe pudo con el de O’Neal que dejó Lakers después de que aquel invento con Malone y Payton no saliera todo lo bien que se esperaba, todo sea dicho, culpa de las lesiones.
Este fue el peor momento deportivamente hablando. Los rumores de traspaso siguieron en los años posteriores y claro, uno que es fan de Lakers y de Kobe (en ese orden), no quería que la relación se viera truncada…¿quién se imagina a Bryant en Clippers? Pues estuvo a punto de darse…más cerca de lo que muchos se creen.
Los años venideros fueron un poco travesía en el desierto, pero llegó el 1 de enero de 2006 y el partido entre Los Angeles Lakers y Toronto Raptors. Mucho se ha contado de esa hazaña y mucho se seguirá contando en años posteriores hasta que un día a Curry le dé por enchufar 1000 triples en un partido o algo similar. Aquello que hizo Kobe será por siempre su marca y esa estampa dirigiéndose al banquillo con el dedo en alto, supongo que será la estatua que algún día la franquicia le dedique en la plaza donde ya están Magic, Kareem o Chick Hearn. Los 81 serán su legado eterno y eso ya nadie, amor o odio a parte, va a poder quitarle. De aquel partido me quedo con el recuerdo de verlo tranquilamente al día después, no estaba nuestra pareja favorita, pero sí Daimiel, que justo ese día cambió turno con otro y tuvo la suerte de comentar los 81 de Kobe. La cinta VHS del partido en castellano sigue por aquí cerca a mi lado.
Ese año Kobe Bryant debió ganar el MVP, se lo llevó Nash repitiendo, cuando era el comandante jefe de aquellos Suns de los ‘7 seconds or less‘, ese MVP era de Kobe, por su temporada, con 35.4 puntos por partido y dejando cosas míticas como los 81 y actuaciones brutales como la contra Dallas con 62 puntos o sus 4 partidos con más de 50 puntos. Una barbaridad que no se vio recompensada con un trofeo que debió ser suyo.
Años complicados, donde seguir a Lakers era algo parecido a lo de hoy en día, con la promesa de Bynum, pero el 1 de febrero de 2008, pasó lo que todos sabéis, Mitch Kupchak sacaba su magia y traspasaba engañaba a Grizzlies para conseguir que Pau Gasol vistiera de dorado y purpura. Ese mismo año se llegó a la final de la NBA y ese año consiguió el MVP que se le negó en 2006. Algo había cambiado y la gran prueba de ello fueron los dos consiguientes anillos, uno de ellos vengando la derrota contra Celtics en un séptimo partido que ya es historia viva tanto para él como para Lakers.
Pero sin lugar a dudas mi mayor recuerdo de Kobe Bryant lo viví en directo y no, no hablo de los cientos de partidos que le he visto jugar en estos 20 años, las miles de canastas que le he visto hacer, no, todo pasó el 11 de febrero de 2011, cuando estuve en el Madison Square Garden para disfrutar de un Lakers vs Knicks en la catedral. Lakers venía de un back to back contra Boston, donde por cierto ganaron y sinceramente no esperaba mucho de este partido, el último de Phil Jackson como entrenador en la que ahora es su casa, sólo quería disfrutar del momento y del espectáculo. Y vaya que lo hice.
Lakers jugó un partido tremendo y Kobe hizo de Kobe en el Madison, cascándose 19 puntos en el primer cuarto que fue una auténtica barbaridad y que dejó un buzzer beater donde Felton aún está clavado al parqué del MSG.
Estos años han llegado las lesiones, el no-trade de Paul, el fiasco de Howard y mil cosas más que no son para este momento de recordar, y finalmente Kobe decidió que ya era momento de dejarlo y de que los 20 años como jugador de Los Angeles Lakers acabaran donde tenía que hacerlo en el Staples Center, en su casa y ante su público.
Yo lo veré mañana, tranquilamente, pero siempre por casa tendré sus camisetas, sus zapatillas, sus bobbleheads, sus figuritas, del que para mi es y será el mejor jugador que he visto jugar a esto llamado baloncesto.
Hoy se cumplen 10 años de uno de los momentos más épicos en la historia de la NBA, los 81 puntos de Kobe Bryant ante los Raptors.
Como por aquel entonces no había Crónica como la conoces ahora…aunque sí hablé del partido, ni tampoco Twitter, hoy tenemos algo especial en La Cheslón, en nada, voy a ponerme de nuevo el partido y lo voy a ir comentando aquí en directo conforme voy viendo cosas, algo diferente, algo que no pude hacer hace 10 años, pero que hoy va con todos vosotros… empieza el partido.
Bosh, Peterson, Bonner, JALEN ROSE y Mike WHO???? por Toronto, mientras que por Lakers, Smush Parker (!!!!), Odom, Kwame Brown (!!!!!!!!), Chris Mihm y… Kobe Bryant. Estaría bien decirle alguna cosa a Smush ahora mismo, pero vamos, con el salto inicial: Mihm vs Bosh. Primera bola para Toronto.
La primera canasta del partido…un mate de Smush Parker. Tremendo, la de vueltas que da la vida, Jalen Rose pone cara de WTF, vamos la misma cara que estamos ahora mismo poniendo todos. Más que divertido que los siguientes puntos de Lakers llegaran de la mano de Kwame Brown, todo muy cómico.
Kobe Bryant se estrena al poco tiempo, con una bandeja marca de la casa, que tremendo es verle con esa agilidad de aquel entonces con el 8 a la espalda. Mientras Smush Parker sigue pareciendo un base competente y todo anotando con facilidad.
Raptors empezó el partido muy serio, en los primeros 6 minutos, Con Charlie Villanueva saliendo desde el banquillo y haciendo cosas muy interesantes. Lakers perdidos con jugadas esporádicas, pero sin un plan de juego definido.
Enfocan ahora en banquillo lacustre, y Sasha Vujacic sale a escena con cara de chavalin y de no haber roto nunca un plato, y a su lado el mejor entrenador de la actual NBA… Y ya que estamos con pintillas, tremendo Sam Mitchell y su look de componente de Boyz II Men.
Chris Bosh por aquel entonces llevaba sólo 3 años en la liga y ya demostraba cosas tremendas, todavía no era el amo de Toronto, pero vamos, ya quedaba poco.
Primer tiempo muerto, 25-19 para Raptors a falta de 2:50 en el primer cuarto, de momento, la cosa tranquila, mientras el 43 de Lakers salía a la pista, es decir, sí, amigos, Mr Brian Cook!!. Vaya tela el equipito que tenía Lakers por entonces…
Bryant ya con 10 puntos en 10 minutos… Pero la defensa de Phil Jackson hacía aguas por los cuatro costados y Raptors tenía muuuuucha facilidad para cabar sus ataques en canasta…de qué me suena todo esto? Por cierto, sale Calderon.
El primer cuarto acaba con un marcador muy alto, 36-29 y de momento las defensas se han quedado fuera del pabellón, por la avenida Figueroa.
El segundo cuarto es un poco más de lo mismo, Toronto a su ritmo y Lakers viéndolas pasar, con unas defensas que eso, que no estan, pero con un mayor acierto ofensivo por parte de Chris Bosh & cia. Kobe, sigue anotando y a mediados de cuarto ya lleva 17, y el resto de Lakers, 20.
Tiros libres par Pape Sow, sí, alguien con ese nombre jugó en la NBA.
Acabando el segundo cuarto, Lakers totalmente perdidos en la pista, cometiendo errores, perdidas y haciendo faltas tontas. Mientras, Toronto haciendo un partido infinitamente serio con Mike James anotando con facilidad y Chris Bosh dominando bajo tableros. En Lakers a parte de Kobe, el cual ya empezaba a anotar más fluidamente, Smush Parker es la única referencia ofensiva de los de LA.
Kobe 26 puntos a a media parte. El resultado, 63-49 cuando llegamos al descanso. Toronto sigue dominando con un 62% de tiros de campo frente a la no-defensa de los de Tio Phil.
Lo bueno de ver el partido así, es que ahora puedo darle al pause tranquilamente y beber agua, escribir por aquí y quien sabe si coger algo de comer. Me espera la segunda parte. Quiero ver más a Pape Sow.
Buah, en serio, si los Lakers actuales son una banda, en lo que llevamos de partido, estos Lakers de 2006 eran banda y media. Smush Parker ya se había quitado la cinta, a ver si así hacía algo más. Kobe en el momento que tenía la pelota, sólo pensaba en atacar y atacar, lo tenía claro, o él o nadie, pero 18 arriba Raptors a falta de 10 min para acabar el 3Q. Mala pinta para Lakers.
Empieza el show. Kobe ya lleva 38 y tiene esa mirada de: hoy me entra todo. 2 triples seguidos y la ventaja que rozaba los 20 ya está más cerca de los 10. Pero esa mirada, ya no recordaba esa mirada…
A todo esto, en Lakers, quitando de Kobe, el resto de jugadores seguían con la apatía de la primera parte, vamos o Kobe o nada, así estaban las cosas en 2006. Odom estaba con 0 puntos a estas alturas de la película. Bryant ya había metido 19 puntos seguidos para Lakers hasta un tiro libre de Odom. Es lo que hay. Otro triple. 3 seguidos y Sam Mitchell pide tiempo muerto porque la ventaja ya está en 10 y Bryant lleva 41 a mitad del 3Q. Era ya el 13o partido de la temporada con más de 40 puntos para Bryant.
Stu Lanz y Bill MacDonald, los locutores de Lakers, comentan que Kobe está ‘in the zone‘, y sí, lo está y de forma tremenda, empezando a tirar casi conforme tiene la pelota, pero metiéndolas limpias que es lo mejor de todo, aún así, Raptors sigue arriba a falta de 5 min. para acabar el 3Q.
A falta de 4 minutos para acabar el cuarto, Kobe 21, Raptors 15, ese es el parcial y ya la gente empieza a levantarse de sus asientos cada vez que el 8 de Lakers lleva la pelota…Y mientras Odom, haciendo sus míticas Lamarodomadas que tanto de quicio me sacaban.
En cuarto se va cerrando y la igualdad manda en el marcador, mientras en la tv muestran el calendario de Lakers, cuyo siguiente partido iba a ser frente a los Warriors. 49 Kobe, 23 ya en el cuarto a falta de 120 segundos para acabar el tercer cuarto.
Kobe roba el balón a Calderon, lo lucha en la media pista, casi sale, pero llega a canasta solo y hace mate con violencia mientras grita a la grada. Primera ventaja de Lakers en el partido a falta de 1 minuto para acabar el cuarto, y el de Lower Marion ya con 51 a sus espaldas. Lakers estaba desatados y el Staples ya patas arriba, rendido a Kobe Bryant y todavía quedaba un cuarto. 91-85 al final del 3o. 53 para Bryant.
Chris Bosh jugando con unas Converse, cosas que cambian en 10 años.
Kobe sigue atacando la canasta, pero ahora con menos acierto. Se le empieza a notar cansado y claro, Raptors lo usa para atar a Lakers en el marcador y no irse del partido.
El partido empieza a meterse en la zona divertida, donde se decide quien gana y quien no y Bryant está en fire. En la retransmisión sacan que hace poco consiguió su marca personal contra Dallas, pero vamos, eso iba a quedar en breve en el olvido.
Lakers estaba 7 arriba, pero a parte de lo que se estaba cascando Kobe, los % de Raptors habían bajado de forma alarmante hasta el 30%, con una defensa más presionante de Lakers y para que nos vamos a engañar, no era normal el nivel de acierto de Toronto de la primera parte. Sale Vujacic al campo, cara de chavalin y con el 18 a la espalda…ahhh y con pelo corto.
61 a falta de 6 minutos y a nada de superar esa récord personal que hemos comentado antes, aún queda muuuuuch, demasiado tal vez para Raptors. Con 3 tiros libres, llega a los 64 y supera su récord personal. El público en pie.
70 después de 2 triples. El Staples es una orgía brutal de los aficionados celebrando que están viendo historia, mientras Bryant seguía enchufándolas de todos los colores y Raptors estaba sumidos en una catarsis colectiva que no les hacía hacer nada de nada. Y Kobe seguía con esa mirada a falta de 4:24 para acabar el partido.
15 arriba para Lakers a falta de 3 minutos, Kobe había conseguido dar la vuelta al partido, mientras seguía buscando puntos y más puntos. El partido ya había pasado a segundo plano y todo se resumía en ver en cuantos puntos se quedaría Bryant al acabar. La gente en pie siguiendo los minutos finales. Historia.
Los compañeros quieren sumarse a la fiesta y constantemente buscan a Kobe para que este pueda tirar y subir sus puntos, los cuales a estas alturas del partido vienen en su mayoría a partir de tiros libres donde la grada aprovechar para gritar aquello de M-V-P. 79 a falta de 90 segundos.
Tiros libres. 43 segundos. Bryant mete ambos. 81 puntos y Phil Jackson decide cambiar a Kobe (Devin Green entra por él). Dedo en todo lo alto en una de las imágenes más icónicas de la NBA moderna.
Se acaba el partido, el público se queda a oir a Bryant hablar sobre el partido y sobre sus 81 puntos. Noche histórica en el Staples quedándose a ‘solo’ 19 de la mítica marca de Wilt Chamberlain. La gente grita Kobe, Kobe, Kobe mientras el 8 de Lakers se retira al vestuario.
Una de las pocas tradiciones en La Crónica Desde El Sofá es hacer nuestros picks para el All-Star, este año no iba a ser diferente, así que allá vamos con nuestros elegidos.
David Chanzá
Empezamos los picks partiendo de la base de que para mi Kobe debe ir sí o sí para hacerle el homenaje que se merece en la fiesta anual de la NBA, que este año se disputa en Toronto, así que como al meter a Bryant me fastidiaba mucho el tema, he decidido no incluirlo, pero eh!! Para mi es All-Star.
Empezamos por el Este, donde Culebron James y Paul George son dos plazas más que fijas, sobre todo la del jugador de Pacers que está a un nivel MVP, haciendo cosas que nos recuerdan el brutal jugador que es y que era antes de su desgraciada lesión con el USAB.
Para el puesto de pivot, Andre Drummond es otro fijo. El 5 de Detroit está siendo realmente dominador en esta primera parte de la temporada, cogiendo todo el rebote posible y metiendo esas canastas de alto porcentaje, que es realmente para lo que se le requiere…otro cantar son los tiros libre, pero oye, esto es el All-Star.
Los guard son para Lowry y Jimmy Butler. El de Bulls es sin duda alguna el jugador franquicia de Chicago, siendo claramente la voz cantante tanto dentro como fuera del vestuario, y claro, eso se empieza a notar en un equipo que sigue esperando el regreso de Rose. El All-Star es en la casa de los Raptors y si ya el año pasado llego a jugar el partido del Madison, este año va a repetir en su ACC. Además, leñe, está cuajando una muy buena temporada!!
Cruzamos conferencia y nos plantamos en el Oeste. Stephen Curry tiene su plaza fija, porque sí y punto. Lo mismo podemos decir del tandem de Oklahoma, donde la dupla Durant-Westbrook está demostrando que ambos sanos, es un combo brutal y temible. Ojo sobre todo al temporadon del 0, que si no fuera porque Curry está a un nivel digno de Star Wars, Westbrook sería el claro MVP…ahí lo dejo.
Luego estarían dos debutantes. Draymond Green, el alma de Warrios y el mejor PR de la franquicia (y probablemente de la liga), merece estar en la cita canadiense, por todo lo que aporta en la pista y que canastos, va a haber pocos jugadores que van a empaparse más del ambiente All-Star que el jugador de Michigan. El último puesto sería para Leonard, el cual ya ha dado el paso adelante en todos los sentidos, en unos Spurs que viven a la sombra de la Bahía, pero que ahí están, encontrando a Lupita como siempre.
Mario Maruenda
Pues este es uno de los años que más sencillo me ha parecido hacer los quintetos del All-Star a estas alturas. Los ocho jugadores en los que coincido con El Jefe me parece que dan lugar a muy poquita discusión en cuanto a méritos acumulados esta temporada, lo que nos dejaría un par de plazas libre en el juego interior de cada conferencia en las que el abanico de candidatos se amplía.
La plaza final en el Oeste es para mi gusto un Griffin vs. Green, con Anthony Davis mirando por la ventana desde un edificio en llamas prendido por DeMarcus Cousins, y la del Este es un Cristo en el que se puede proponer tranquilamente a Drummond, Love, Horford, Millsap, Pau, Batum, Bosh, Melo o Vucci Mane, grupo de jugadores de jamón de recebo, que están jugando todos ellos a ese perfecto nivel de… All-Star suplente.
En el Oeste me quedó con Griffin porque intento ignorar los méritos del equipo a la hora de dar los puestos del All-Star que bien justificarían incluir a otro Warrior, y lo que veo cuando el polvo vuelve al suelo es que Blake es y ha sido más estrella que Draymond Green, sin restarle un ápice de mérito al secundario definitivo, que es la segunda pieza más importante del engranaje de uno de los mejores equipos de la Historia, y también debería estar en Toronto.
Y en el Este elijo a Millsap para mi equipo, porque ya me quedé con muchas ganas de incluirle el año pasado, y ya que no está All Dray Dray, al menos meto a su versión de la costa Este, el jugador más completo del grupo, y eterno infravalorado. Aunque desde el punto de vista lúdico Drummond o Melo serían opciones más entretenidas, para que nos vamos a engañar.