Avance de temporada 2013-2014: Los Angeles Lakers

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Lo que parecía un aspirante al título el año pasado por estas fechas, o al menos aquí lo creímos así, se derrumbó entre polémicas, lesiones y bajones de rendimiento, en un annus horribilis para los Lakers en el que perdieron hasta a su figura paterna, el Doctor Jerry Buss.

La terrible lesión de Kobe en la recta final de la Temporada Regular, fue el antepenúltimo golpe, y el más doloroso, ya que los ecos de aquella rotura del talón de Aquiles, reverberan esta temporada. No sabemos cuándo estará listo (si la Liga ha puesto un Miami-Lakers el día de Navidad es que alguien está muy muy seguro de que estará de vuelta por esas fechas), ni cómo le afectará a sus 35 años, tras 17 temporadas en la élite. Así que los Lakers, rodeados de tanta incertidumbre, han decidido que está será una temporada de transición, y ha rellenado la plantilla con jugadores de dudosa calidad que acompañen también a los magníficos, pero renqueantes (uno más que el otro) Steve Nash y Pau Gasol.

  • Radiografía de los Lakers

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Sacrebleu

Los Lakers tienen la que tal vez sea la peor plantilla al Oeste de Philadelphia del tercer al decimoquinto hombre de la rotación, su mejor jugador está recuperándose de una rotura del tendón de Aquiles con 35 años, 17 temporadas a las espaldas, y la mayor cantidad de partidos jugados (incluyendo Playoffs) de todos aquellos que están en activo, y el segundo espada se perdió 33 partidos, tantos como años tiene, y también se operó al acabar la temporada.

Como Kobe Bryant tiene una voluntad indomable, y Pau Gasol un estatus que recuperar en su último año de contrato, es imposible acabar de dar el paso y borrar a los Lakers de la lista de candidatos a Playoffs. No hay que ir más lejos que el año pasado, en el que al final lograron hacerse un hueco, pese a que a mitad de temporada estaban a 7 partidos del 50% de victorias, y a 8 de los Playoffs, y lo que es peor, hechos polvos anímicamente y con las relaciones entre ellos tensas o rotas. Pero aún sabiendo del orgullo de alguno de los miembros de este equipo, cualquier enfoque racional sobre esta plantilla, teniendo en cuenta el contexto en el que se encuentran sus jugadores más importantes, les pondría a ver los toros desde detrás de la barrera.

El pronóstico sobre este equipo depende muchísimo de lo que suceda con Bryant, un jugador todavía de mucho impacto. Hay una gran incertidumbre acerca de cuándo, y sobre todo, cómo va a reaparecer, lo que afecta al análisis de este equipo, que cambiará completamente si Kobe no está, ya que es uno de los jugadores que más huella dejan en cada posesión (en ataque, y últimamente también, en defensa, pero para mal). Pero de momento, entre recuperación, rehabilitación y vuelta al ritmo, podemos creer que pasará una buena temporada, y el juego de Alubio, de extrema dificultad, no sólo estética, no sé si puede permitirse no estar al 100%.

Si a lo de Bryant añadimos que Nash cumplirá las cuatro décadas de vida durante la temporada, y la profundidad del equipo es nula (no estoy seguro de que los Lakers junten más de 10 tíos con el talento suficiente para jugar, aunque sea de último mono, en la NBA), el pesimismo es inevitable. Los Lakers y D’Antoni, cada uno por su lado, son semi-especialistas en encontrar siempre alguien servicial de entre los proscritos (Earl Clark el pasado año), así que con alguien nos acabarán sorprendiendo, pero con la colección de este año, se presenta todo un reto.

Y es que cuando falta talento en general en casi toda la pista, poco se puede inventar.

  • Manolete D’Antoni

D’Antoni es un americano con doble nacionalidad italiana al que han utilizado durante el último año como cabeza de turco.

Es muy fácil hacerle responsable de todos los males de los Lakers, y no fue su mejor año desde luego, pero si de algo le echaría yo la culpa (dando lecciones desde el sofá, con dos cojones) es de no haber muerto con sus principios, no haber obligado a los jugadores a utilizar su libreto, no haber sido verdaderamente valiente, verdaderamente D’Antoni.

Ya que se iba a llevar tortas de todos lados, que sea por algo. Así, se ha comido hostias por «obligarles a jugar al Modo MDA» cuando en realidad, casi nunca no lo han hecho (bueno, en defensa… je, je, je). Los Lakers fueron uno de los equipos que más posesiones de la Liga empleó posteando, y eso ciertamente no es doctrina D’Antoni. También utilizaron muchos aclarados, y muy poco el bloqueo directo y el contraataque (aunque el personal no invitaba a esto último, la verdad), pero entonces, que no digan que se jugó a su manera.

Los Angeles tiraron mucho de 3, es verdad, pero hay que tener en cuenta que muchos de esos lanzamientos vienen tras devolver la pelota del poste bajo o en tiros imposibles de Kobe (que no anotó desde downtown en 24 partidos de la temporada, y se marcó un 1 de 37 en un periodo entre enero y febrero, en la ya conocida como «Serie de tiro que emocionó a Spielberg«), no en el contexto que Mike desea de penetración y pase.

Es cierto que los Lakers, por culpa de lesiones y renqueos estuvieron desprovistos del talento suficiente para hacer algo durante buena parte de la temporada, pero cuando Kobe, Pau y Dwight compraron lo que les quería vender, el resultado fue precioso. Como una estrella fugaz, eso sí, pero lo fue.

Podremos guardar en la videoteca el recuerdo de lo que pudo haber sido, aquel partido de noviembre contra los Rockets (que, curiosa e irónicamente vino con Bernie Bickerstaff en el banquillo), en el que los Lakers metieron 40 puntos en el primer cuarto, con Kobe atacando desde el bloqueo directo, Howard dispuesto a continuar hacia canasta, y en el que sobrevivieron incluso a tener a Darius Morris y Chris Duhon de tiradores.

En enero volvieron a jugar (y ganar) otros tres partidos con ese chip en la cabeza, con Nash de vuelta y Pau saliendo desde el banquillo, pero tal y como vino, y en parte por las tensiones que estaba provocando tener al español de suplente, se fue.

En definitiva, podrá tener toda la culpa, pero no precisamente por haber jugado como él quería. Ojalá lo hubieran hecho así los Lakers, porque fue bonito mientras duró. Y es una pena que no le haya apoyado más alguien como Kobe, que precisamente eligió el número 8 cuando llegó a la Liga para su camiseta, en honor a su ídolo de infancia. El mismísimo Mike. No Jordan, D’Antoni.

  • La defensa, mal, gracias

Era un problema anterior a D’Antoni o Howard, pero LA siguió el año pasado sin ser capaz de forzar pérdidas o detener al base rival, dos clásicos que ya son endemia para los Lakers. A eso se añadió un horrible balance defensivo en la transición y así fueron el peor equipo en defensa de todos aquellos que se clasificaron para Playoffs, pese a que en el Staples no se pitan las faltas (tercer año consecutivo en el que los Lakers lideran la Liga en menor proporción entre tiros libres del rival y tiros de campo, y reciben aún menos en casa).

Además, se han ido Dwight y Metta World Peace, los dos mejores del equipo en estas tareas, y en la lista de jugadores que han llegado, no vemos nada remotamente parecido a un stopper. Los Lakers del próximo año son una colección de caracteres, a cada cual con peor reputación. Según el RAPM, Pau Gasol (repetimos, PAU GASOL), que fue el 26º pívot el pasado año entre aquellos con más de 1.000 minutos, fue el mejor defensor en este equipo en el que todos puntuaron negativo. Si juega Kaman de titular, los equipos rivales deberían a freír a LA a bloqueos directos, poniendo a Nash y Chris en todos ellos, mientras los aficionados en el pabellón, y nosotros en nuestro sofá nos hinchamos a palomitas.

Además, hay otra baja que quizá haya podido pasar desapercibida. Steve Clifford, el ahora entrenador jefe en Charlotte, y uno de los gurús en esta Liga como asistente defensivo, también lo deja tras sólo un año acompañando a Howard, y aunque su paso no fuera precisamente exitoso (no sabemos lo que le dejaron o no hacer) tampoco parece que le hayan encontrado un sustituto de garantías. Llegan Kurt Rambis y Johnny Davis, y al parecer será el antiguo jugador de los Lakers, y asistente del equipo durante una década el que tendrá algo más de responsabilidad en ese aspecto.

Rambis llevaba nueve años apartado de la organización (a nivel ejecutivo, porque comentaba y analizaba los partidos de la franquicia en televisión), y dos años sin entrenar desde que se fue de los Wolves. Quizá sea injusto juzgarle por sus aventuras en un equipo con tan pocos mimbres como aquellos de Minnesota, pero fueron 28º y 27º en índice defensivo y no parece que Kurt tenga una fórmula mágica, que es lo que necesitan en Los Santos, básicamente.  Además, aunque entiendo que es pronto en el proceso, cuando le han preguntado sobre el plan en este último par de meses, no ha contestado nada más que generalidades. Tener buena química, trabajar en equipo, que todos se comprometan a defender… vamos, la pólvora reinventada y América redescubierta.

Veremos que acaba sucediendo en LA, porque es verdad que a veces un colectivo es mayor que la suma de sus partes, y eso sucede cuando menos te lo imaginas, pero a priori, van a sufrir mucho en este lado del campo.

  • Pívot Gasol

Tras el fallido experimento Howard, Pau podría volver a la posición en la que muchos consideran (y consideramos) que pertenece ahora que ha perdido algo de velocidad: la de pívot. Aunque entre tanto clamor popular, hay que tener en cuenta que si Bynum se hubiera quedado y siguiera vivo, o el experimento Howard hubiese funcionado, estaría jugando de 4, y aquí paz y después gloria.

Lo cierto es que Pau casi ni se debe acordar de la última vez que fue titular de 5 una buena temporada (tendríamos que irnos hasta los terribles Grizzlies de 2007, que jugaban con Stromile Swift y Hakim Warrick), salvo por los momentos en los que Bynum no estuvo disponible por lesiones varias, y él jugó, eso sí, junto a otro 2.15 como Odom.

Aunque ahora vaya a ser pívot, a Pau le conviene, y juega mejor, junto a otro hombre alto que también anote cerquita del aro. Por un lado es un problema cuando le recortan parte de su espacio vital (aunque muchos quieran ver culpables en los entrenadores de perfil bajo de Lakers, ese muñeco tan fácil de atizar, lo de desplazar a Pau poco a poco del poste bajo, para hacer sitio, entonces a Bynum, lo empezó haciendo Phil), pero por otra parte puede desempolvar su juego de pase entre torres, a veces de poste a poste, otras a cortes directos al otro lado del aro, y este año tiene otro compañero que cumple con el manual de estilo en Kaman, pero Chris prefiere recibir él de espaldas o para tiro que en movimiento, así que tal vez otra opción con menos habilidad, pero más directa, como Jordan Hill vendría mejor a Gasol.

A diferencia de otros llaneros solitarios (sin ir más lejos el jugador franquicia de su ídem), Pau necesita a sus compañeros, y se mueve en la misma onda que ellos. Es un jugador emocional, que forma parte del colectivo para lo bueno y lo malo, y si estos Lakers mutan en el desastre que pueden acabar siendo si las cosas no van bien (ni me imagino lo que podría pasar si encima salen mal), será difícil que no le afecte.

Como acaba contrato, y si demuestra que sigue siendo uno de los mejores, podría conseguir una suma golosa para los próximos 3-4 años, Pau tiene incentivos claros por hacer una gran temporada, aunque su equipo no esté en sintonía con él. Ha tenido un verano para recuperarse, está en pista desde el primer entrenamiento, y Nash, que puede ser su mejor socio, de momento, también empieza el año.

Pero ya son un par de temporadas irregulares y por debajo de su mejor nivel y cada vez cuesta un poquito más remontar. Con 33 años no va a jugar como cuando tenía 29, pero puede acercarse a ello. Eso sí, no es fácil.

  • El abuelete de la Liga

Ya hemos hablado de como Nash cumple 40 tacos durante este año, y con Kidd y Juwan Howard retirados, Kurt Thomas es el único que puede quitarle el honor de ser el yayo de la Liga. Supera por unos meses a Camby y Fisher, que son de su misma quinta, y es uno de los 6 supervivientes del Draft de 1996 que entran ya en su 18ª temporada (otro, Kobe, juega en su equipo, pero con cuatro años y medio de vida menos) . Salvo una vuelta a las canchas inesperada (de nuevo de Thomas, o de Jerry Stackhouse) sólo les gana en experiencia Garnett.

No es que lo de Nash no se haya hecho antes, y los avances en medicina, preparación y bienestar seguramente ayudarán a que veamos carreras más largas, pero en cuanto a bases, sólo hay un par de precedentes nada más: el de Kidd el año pasado (que lo acusó muchísimo al final y decidió retirarse un año antes de lo que había firmado), y otro, el estandarte de la durabilidad, John Stockton, que de hecho llegó a los 41, un año más que Steve ahora.

Eso sí, mientras que Nash está jugando menos partidos cada año que pasa (81, 75, 62 con la temporada acortada, 50), John se perdió 22 en toda su carrera, jugando los cinco últimos años al completo (temporada del cierre patronal de 1999 incluida). Y mientras que el jugador de Utah jamás bajó del 46% en porcentaje de asistencias, ni del 19% en utilización, produciendo básicamente lo mismo hasta el último día, Nash pegó un buen bajón en ambas categorías el año pasado, después de llevar 3 años de caída más o menos sostenida.

Si analizamos el número de «jugadas finales» en las que interviene Steve por minuto (tiro, viaje a la línea, asistencia o pérdida), la cifra ha ido bajando: 30.7 en 2010, 29.4 en 2011, 27.7 en 2012 y 21.8 finalmente este año. Phoenix jugaba a un ritmo más rápido por lo que la diferencia real es algo menor, pero en Los Angeles, Nash tomó un papel un tanto secundario, y se ofreció más como tirador (43.8% en triples, 6º mejor porcentaje de la Liga), algo para lo que no hay problema, porque está sobrecualificado, desde luego, y le ayuda a guardar energías y curarse todo lo posible en salud.

Pero cuando no esté Kobe, y con este equipo, recuperará una carga similar a las de Phoenix (tener a Gasol como creador secundario le podría liberar algo más), y habrá que ver si es capaz de aguantarlo durante una buena minutada. Con Blake y Farmar, la de base es quizá la única posición de los Lakers con algo de profundidad, y podrían permitirse tenerle menos de 30 minutos en cancha, porque ahora, lejos del excelente equipo médico de Phoenix… es casi condición indispensable para que aguante de pie.

  • Cajón de…

Hay quien dice «cajón desastre», otros usan «cajón de sastre» (está es la buena) y unos pocos, incluso, «resto de plantilla de los Lakers» (aún mejor). Blake, Farmar, Jodie Meeks, Nick Young, Wes JohnsonJordan Hill y Chris Kaman son el resto del núcleo, tras el Veteran 3, y la razón de tanta desconfianza.

De los 300 jugadores con más minutos (en lugar de los 1000 minutos que requerimos habitualmente, para que nos salgan unos 10 por equipo), los tres fichajes de los Lakers, KamanYoung y Johnson son 173º, 255º y 297º en RAPM, con Meeks y Blake 205º y 256º. Si esto fuera a ser la unidad que sale del banquillo,no estaría mal. Pero en este grupo (más Hill y Farmar, que tienen un nivel comparable a lo largo de sus carreras), tiene que estar el alero titular, el hombre alto que acompañará a Gasol, el escolta cuando y si falta Kobe, y el base que respalde al titular cuarentón que sólo jugó 50 partidos el año pasado, cuatro puestos que podrían dar más de 1.80o minutos cada uno.

Meeks y Young tiran bien, lo que siempre es interesante, así que los Lakers podrían tener un buen equipo en ataque, aún sin Kobe. Pero como ya dijimos, las combinaciones en defensa, no van a ser bonitas.

  • Apostando por los defenestrados

Los Lakers, debido a su situación por encima del impuesto de lujo, incluso sin Howard ni World Peace, tenían muy restringidos sus posibles movimientos (básicamente, utilizar el mínimo de veteranos, y la mini excepción de nivel medio de 3 millones), y han conseguido convencer a jugadores que quizá podrían haber obtenido un poco más en otros sitios, de ir a LA y fichar por debajo del precio de mercado. Pero no da la impresión de que se hayan propuesto hacer la plantilla más competitiva posible. Contrataciones como la de Kaman o Young si van más o menos en la buena dirección de aprovechar lo poco que había, pero en el resto de los casos, los Lakers parecen más pendientes de encontrar una carrera joven que reactivar, que de elegir y negociar con jugadores que les hubieran aportado  una mayor seguridad y veteranía.

Y no lo han hecho mal con esta mentalidad los últimos años, en los que han cambiado la vida a Jordan Hill o Earl Clark. Las apuestas de esta temporada serán Wes Johnson, número 4 del Draft de 2010 y Xavier Henry, duodécimo elegido ese mismo año. Y quizá también podamos incluir a Shawne Williams, 17º en 2006, aunque es algo más mayor (27 años, mayor que Meeks y Farmar y casi alcanza a Young en edad), y su contrato no está garantizado.

Henry tiene la juventud a su favor, ya que cumple 23 al final de la temporada mientras que Johnson, pese a llegar en el mismo Draft, ya tiene 26 años, pero la habilidad para tirar de tres será importante para D’Antoni, y Wes lleva 206 en sus tres años en la Liga (aunque los porcentajes sean subsaharianos) y Xavier sólo 13.

Precisamente eso de los triples es lo que puede hacer que Williams tenga más opciones de las que parece, incluso para optar a un puesto de titular. Hill y Kaman deberían ser muy superiores a él, que lleva un par de temporadas prácticamente sin jugar, por malos minutos y lesiones, pero hace dos años, cuando coincidió con D’Antoni en New York, acertó un 40% de los intentos de 3 (en 5.8 lanzamientos por 36 minutos), mientras que a Hill, el año anterior en los Knicks, le enseñaron la puerta a mitad de temporada.

Es el que más cerca está del perfil de 4 abierto de entre todos los miembros de esta plantilla (obviando quizá inmerecidamente a su elección de 2ª ronda este año, Ryan Kelly), así que aunque es un pobre reboteador y defensor… qué más le da a MDA. De perdidos, al río. Quizá sin Bryant aún no se atreva, porque las habilidades (supuestas) de Kaman creándose su tiro serán necesarias, pero Williams tiene la oportunidad, si aprovecha los minutos que vaya teniendo desde el banquillo, de demostrar que puede contar con él por si quiere abrir la pista cuando vuelva Kobe.

Contratos y novatadas

Vamos a repasar ahora las reglas de los contratos de los rookies, y la situación en la que se encuentran. Desde 1995, la temporada después de aquella en la que Glenn Big Dog Robinson pidió 100 millones de dólares, la NBA implantó una escala salarial para los rookies, que para los elegidos en la primera ronda funciona de la siguiente manera:

  • Los jugadores firman por dos temporadas, y el equipo tiene la opción unilateral de renovarlos para una tercera y una cuarta.
  • Los salarios están tipificados por posición en el Draft. Este año, la primera elección tiene asignado un valor de 4.29 millones, 3.84 la segunda, 3.44 la tercera… y así progresivamente hasta los 850.000 de la 30ª. Los equipos pueden ofrecer desde un 80 al 120% sobre este valor, es decir, por ejemplo, los Wizards este año podrían haberlo ofrecido a John Wall desde 3.429.520 hasta 5.144.280 dólares. La práctica habitual en toda la liga, es dar siempre el 120%, excepto si eres Memphis que este año ha intentado regatear esa diferencia a Xavier Henry y Greivis Vásquez ofreciéndola en concepto de (difíciles de lograr) incentivos. La escala para el segundo año del contrato es de nuevo entre un 80% y un 120% del 107.5% de la escala del primero.
  • El tercer y cuarto año, como ya hemos dicho, son opcionales para el equipo. Si se retiene a un jugador, habrá que pagarle la escala del tercer año, que es un aumento de un 106.9% sobre la escala del segundo año, y en el cuarto, el incremento es variable según posición: empieza en un 26.1% para la elección número 1, y acaba en un 80.5% en la 30ª.
  • Si el equipo no ejerce las opciones de tercer y cuarto año de contrato, se convierte al final de la temporada en agente libre no restringido, es decir, cualquier equipo podría ficharle, y su equipo de origen no tiene ningún derecho a igualarle.
  • Si el equipo ha hecho valer las dos opciones, el equipo tiene hasta el 31 de octubre, el tiempo en el que aproximadamente comienza su cuarta temporada, para ofrecerle una extensión. Esta extensión, que sería efectiva el año siguiente puede ser de hasta 5 años más, y puede ir desde el salario mínimo (992.680 $ este año en la NBA) hasta el salario máximo (13.603.750 en la 2010/2011) estipulado para jugadores de quinto año, que es cuando comienza la extensión, y a partir de ahí incrementarse (o reducirse) hasta en un 10.5% cada año.
  • Si el jugador no tiene una extensión al final del cuarto año, se convierte en agente libre restringido, es decir, cualquier equipo puede hacerle una oferta por cinco años que va desde el mínimo hasta el máximo para jugadores de quinto año, con aumentos (decrementos) del 8% cada temporada. Su equipo tiene derecho a igualar la oferta y quedarse con el jugador en los mismo términos que este hubiese firmado.
  • Otra opción al final del cuarto año es la llamada oferta cualificante, que un equipo puede extender a un jugador para una quinta temporada con ellos, al final de la cual, el jugador se puede convertir en agente libre no restringido. De nuevo, esto significa que el equipo de origen no tiene ningún derecho de tanteo sobre él.
  • Los equipos pueden pasarse del límite salarial para renovar a sus jugadores con contrato de novato (no hace falta que hayan sido drafteados por ellos, pero han tenido que ser traspasados a ese equipo mientras dicho contrato esté vigente), pero para fichar jugadores que terminan el contrato de novato con otros equipos, las opciones son más reducidas: lo máximo que podrían ofrecerle el primer año es el espacio salarial por debajo del límite que tengan, alguna de las dos excepciones de las que disponen los equipos por encima del límite: la excepción de nivel medio (5.765 millones en la temporada 2010-2011) o la bianual que solo se puede gastar cada dos años (2.08 millones), o acordar una firma-y-traspaso con el equipo origen, que lo firmaría con el contrato deseado (recordemos que el club de origen puede renovarlo por la cantidad que deseé hasta el máximo) y después lo traspasaría. Esta última opción tiene que contar, evidentemente, con el beneplácito del club de origen.

Ahora veamos los ejemplos de estas situaciones con los rookies que entran en su cuarto año de contrato, la clase de 2007. De los 30 jugadores de primera ronda, con 23 se han ejercido las opciones de tercer y cuarto año, y por tanto eran elegibles para una extensión hasta el 31 de octubre, que de no recibir, los convierte en agentes libres restringidos el verano de 2011. Las excepciones son Acie Law y Javaris Crittenton, a los que los Bulls y Wizards respectivamente no ofrecieron este verano el cuarto año de contrato, Alando Tucker que fue cortado en marzo por los Timberwolves sin llegar a completar su tercera temporada, Morris Almond al que los Jazz no ofrecieron el tercer año de contrato, Sean Williams al que los Nets cortaron antes de terminar su segundo año (sin ejercer las opciones del tercero y cuarto evidentemente), Tiago Splitter que al llegar esta temporada a la Liga, su primer año de contrato empieza a contar ahora, y Petteri Koponen que no ha jugado aún en la NBA.

De estos 23 jugadores en los que se ha ejercido la opción para una tercera y cuarta temporada, sólo cinco han recibido una extensión. Empezamos con el jugador al que le faltó tiempo para recibir una extensión: Kevin Durant. Como fue elegido en la sgunda posición, el salario que le correspondía en 2007 era de 3.476.000 dólares, pero los entonces Seattle SuperSonics le ofrecieron ese incremento habitual 20%, por lo que en su primer año cobró 4.171.200 dólares. El segundo año su sueldo subió un 7.5% (4.484.040 $), el tercero un 6.9% (4.793.438 $) y el cuarto, esta temporada 2010/2011 está cobrando el 126.2% del año anterior, 6.053.663 dólares. La extensión que entra en vigor el 1 de julio de 2011 está hecha por el máximo tiempo permitido, 5 años, hasta la 2015/2016, y comienza en el salario máximo para los jugadores de quinto año: 13.603.750 dólares. A partir de aquí su contrato se va incrementando un 10.5% al año: 15.032.144 $ (2012/2013), 16.460.538 $ (2013/2014), 17.888.932 $ (2014/2014) y 19.317.326 $ (2015/2016). Un total de 82.3 millones en 5 temporadas.

Otros dos que recibieron extensiones, con cifras bastante bien acogidas por los analistas y managers de la NBA fueron hombres altos: Al Horford y Joakim Noah. Elegidos 3° y 9° respectivamente por Atlanta y Chicago, recibieron la misma extensión: 60 millones de dólares por la longitud de extensión máxima, cinco temporadas. La estructura del contrato de Horford no la conocemos, pero si es la estándar, empezando en una cantidad baja, con subidas del 10.5% cada temporada, cobrará la próxima temporada 9.73 millones y acabará ganando 14.5 en la 2015/2016. Con Noah han sido más creativos, y en lugar de recibir incrementos anuales del 10.5%, el contrato está organizado de otra forma, cobrando 12 millones en la primera, y 13.4 en la última, oscilando el salario durante la duración del contrato. De esta manera, aunque los Bulls tengan que pagarle algo más el año que viene, se ahorrarán dinero y tendrán flexibilidad en las siguientes temporadas.

Otra extensión bastante razonable es la que los Phoenix Suns dieron a Jared Dudley: 22.5 millones por 5 temporadas, una media de 4.25 millones al año, por debajo del salario medio habitual en la Liga. Tampoco conocemos detalles de la estructura de la extensión, que con la forma estándar de subidas empezaría en 3.65 millones para acabar en 5.44.

La extensión polémica fue la última: 45 millones por 5 temporadas para Mike Conley. Teniendo en cuenta como hemos dicho antes, que la única manera de firmar a un agente libre restringido por encima de la excepción de nivel medio (que solo le daría a Conley 33.78 millones en el periodo) es con espacio salarial o con un traspaso, Memphis estaba simplemente luchando contra equipos que tuvieran 9 millones de espacio salarial el próximo verano.

Es decir, a día de hoy, asumiendo un límite salarial como el de este año para la próxima temporada (lo cual con la nueva CBA, es mucho suponer), sus rivales son Cleveland con Mo Williams y Ramon Sessions, Golden State con Curry o Ellis, Indiana con Collison, Minny con Flynn, Ridnour y Ricky esperando, Oklahoma con Westbrook, Sacramento con Tyreke, Toronto que añadiría un cuarto base a Calderon, Jack y Barbosa a los que ya paga 23 millones y Washington que tiene a Wall.

Otros equipos que podrían tener algo de espacio condicional son, Houston si no renueva ni a Yao ni a Brooks (y tendrían a Lowry en plantilla), New York y New Jersey si no se lo gastan antes en un ‘Melo, pero seguirían teniendo a Felton y Harris con contratos de larga duración, y Phoenix si no renovaran ni a Richardson ni a Hill, pero todavía contarían con Nash.

De todos los equipos que tendrían 9 millones para ofrecer a Conley, no veo a ninguno dispuesto a gastarlo en un base. Y si tienen 9 millones, y quisieran un PG, es muy posible que prefirieran dárselos en sus compañeros de promoción Rodney Stuckey y Aaron Brooks, en la misma situación contractual que él.

Por eso, aunque dentro de 5 años miremos en restrospectiva y Conley se convierta en un All-NBA, mereciéndose el contrato que le han dado y más (algo que ahora mismo parece improbable, pero, peores cosas se han visto), la extensión que ha ofrecido Memphis seguirá siendo lamentable. Porque luchaban contra ellos mismos, y nada más. Porque ningún equipo hubiera puesto más de 35 millones encima de la mesa. Porque esos 10 millones, por lo menos, que han regalado, les van a restar una tremenda flexibilidad a la hora de renovar este verano a Marc Gasol y Zach Randolph y O.J. Mayo el que viene.

Mike Conley era el que tenía el contrato de novato. Pero Memphis son los que pagan la novatada.