Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…
La verdad es que en los pocos días que llevamos de PO no habíamos visto todavía uno de esos partidos tremendos que por esta época del año estamos acostumbrados. Muestra de ello era que nuestro #SOFIALERT aún no había registrado ningún partido con más de 4 Sofis, ayer esto por fin se acabó con el Clippers vs Spurs.
Todo el mundo decía que no había urgencia por una victoria de Spurs y sinceramente, yo tampoco la veía por ningún lado, el partido se jugaba en el Staples y Clippers tenía el factor cancha, que básicamente de eso se trata, de ganar lo que juegas en tu casa, pero el partido empezó con un ritmo y una actitud de SA que hacía ver que los de Popovich no se querían ir de vacío a Texas.
Duncan, Tim Duncan, ese PF que probablemente sea el mejor de la historia sigue a cada día que pasa, a cada partido que juega engrandando su leyenda, ayer fue uno de esos días, con un inicio brutal acompañado de un movimiento de balón de San Antonio que no habíamos visto en el primer día. Leonard más inspirado y Green acertando desde fuera, eran señal que el partido de anoche no iba a ser como el primero. Aún así, gran acierto por parte de los dos equipos. Se olía un partido molón.
Había un jugador que no estaba, que se le notaba incluso cojo si me apuráis debido a varios problemas que iba atrastrando, Tony Parker no era el base que estamos acostumbrados y parecía que eso podía ser clave en el partido y más si Paul seguía al nivel del primer partido.
El partido continuó con un ritmo bastante elevado y con un nivel muy igualado donde la defensa en un movimiento casi infinito de los Clippers hacía que Spurs tuviera que estar al máximo nivel de concentración parar poder atacarla bien, sobre todo de la mano del juego interior de Duncan y de un Belinelli que surgió cuando nadie lo esperaba.
Entramos en un momento clave. Clippers se mete por delante al final del 3Q, pero dos triples del base titular de Spurs en ese momento, es decir, el aborigen Patty Mills hicieron que los de Popovich entraran en los últimos 12 minutos con ventaja de 3 puntos y con la moral por las nubes por parte de Mills.
El último cuarto, fue 100% PO, un cuarto de esos en que cada posesión cuenta como si fuera la última y donde Spurs nada más empezar de la mano de Leonard cogió una ventaja de +10 que mucha gente pensaba que podía ser definitiva.
Saludos a la familia de Redick, Leonard le hizo un buen regalito…
El final del tiempo regular fue de infarto, con 90-90 a falta de 2 minutos, con una gran defensa de Clippers, con unos tiros libres de Mills después de una perdida que era medio partido de Griffin y al final con un tiro de Paul que falló y cuyo rebote estorbó Barnes a Griffin para el game winner. Prorroga. En este espacio de tiempo de 5 minutos donde todo se juega, parece que hubieramos ido a las Antípodas para ver como un pequeño base de allí manejó el tempo del partido como él quiso con tiros libres y demás. Redick tuvo el triple para empatar el partido a falta de 11 segundos, lo falló y Popovich sonreía en el banquillo viendo como se vuelven a San Antonio ya con el factor cancha a su favor…
Sofi Del Día
Scott Brooks, ayer dejó de ser entrenador de Thunder probablemente en el año que menos culpa haya tenido de todo lo que le ha pasado a OKC, pero bueno, es lo que hay, ahora a ver si la gente de de la franquicia robada a Seattle no tiene que acordarse de aquello de ‘más vale malo conocido que bueno por conocer…’.
Como ya hemos hecho en otras temporadas, iniciamos los PO Desde El Sofá, donde cada día escribiremos sobre lo que hemos visto el día anterior, a nuestra forma y siempre desde el sofá.
Cuando Leonard empezaba fallando un triple completamente solo en una de las primeras posesiones del partido, parecía que San Antonio volvía a la mortalidad, regresando a la media después de un partido memorable e histórico, como Baumgartner de la estratosfera. Pues parecía mal.
Los Spurs volvieron a llevarse por delante a Miami, y aunque quizá estuvieran algo menos brillantes que en el partido anterior, en este destrozaron la voluntad de Miami por completo. LeBron metió 19 puntos en un cuarto, en un partido de las Finales, y los Spurs, ni cosquillas.
Estoy seguro de que podríamos ver los dos últimos partidos de las Finales con la pista de sonido sacada de Trainspotting, y quedaría perfecto. Mientras cuadres la euforia de la heroína con las posesiones de San Antonio, y los efectos devastadores con las de Miami, las frases adaptadas para el cine de Irvine Welsh, funcionarían aún mejor que las de Breen (que ya sabemos que no viste de Tommy), Van Gundy y Jackson.
Los Heat no hicieron absolutamente nada mejor que San Antonio. Nada. No ganaron ni en la estética de las jugadas destacadas, que está vez también va del lado de los Spurs con el mate tras rebote ofensivo y el casi poster a Birdman de Leonard y los pases de Diaw. Es más, si no lo supiéramos, y no enfocaran de vez en cuando a Boris hombro a hombro con LeBron, sería hasta difícil determinar, después de lo visto ayer, quién tiene la ventaja en capacidad atlética.
San Antonio selló la pintura a prueba de LeBron, retó al resto del equipo a batirle, ellos no pudieron, y mientras, la máquina de movimiento perpetuo y pase extra estaba a tope de gasolina. Cuando nos quisimos dar cuenta ya había pasado un cuarto y algo, los de Pop ganaban de 20 y esto había durado menos que cinco duros cuando probabas una máquina nueva en las recreativas.
San Antonio y James han vuelto al pasado durante dos noches, a las Finales de 2007 más concretamente. Nadie más de Miami se presentó a jugar. Si no fuera por las camisetas blancas y los ricachones pitando y yéndose del partido poco después del descanso, podríamos pensar que esto era Cleveland. Tanto los Spurs como James son una versión más bonita y mejorada de lo que teníamos por entonces, pero el desarrollo de los acontecimientos ha seguido el mismo patrón, repetimos una vez más… las dos últimas noches.
Porque no olvidemos que, jugando un poquito a la ciencia ficción, en un universo paralelo en el que MacGruber no se carga el aire acondicionado, esto podría ir 2-2, o peor aún, con San Antonio sufriendo el golpe moral que ahora ha dejado malherido a los de Florida si se hubieran puesto 2 abajo en su campo. O los Heat estaban ya barridos, y Daimiel pasándoselo pipa en el Bongos Cafe en lugar de camino de San Antonio.
Pero como Greg Oden no tiene ruedas, y no es una bicicleta, en estas nos encontramos. San Antonio tiene la mesa puesta. Eso sí, si Miami se levanta de esto, sería la remontada más épica en la Historia de la NBA. Eso es lo que está en juego.
Sofi del día: Jeff Van Gundy hablando del Mundial de fútbol. Los únicos momentos en cuatro años en los que un americano se interesa por el soccer.
Como ya hemos hecho en otras temporadas, iniciamos los PO Desde El Sofá, donde cada día escribiremos sobre lo que hemos visto el día anterior, a nuestra forma y siempre desde el sofá.
Quiero empezar la crónica de hoy haciendo una pregunta a todo aquel que en estos momentos está perdiendo un rato de su vida en leer las (normalmente) tonterías que escribimos por aquí, habéis visto el primer cuarto del partido de anoche? Si la respuesta es negativa, dejad todo lo que estéis haciendo, incluido esta crónica y poneros a verlo YA, pero YA, es decir, no podéis hacer otra cosa… ale, id y luego seguimos.
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Ahora para los que sí han visto el partido…y para aquellos que ya han visto el primer cuarto, viene otra gran pregunta: qué tal? bien? ya se os ha pasado el calentón? teníais pañuelos cerca? esperemos que sí, porque lo que vimos anoche en el American Airlines fue probablemente una de las exhibiciones más brutales que jamas se ha visto en una pista de baloncesto.
Vamos a los números, esos que tan poco me gusta, por el tema del boxescorismo, pero que para hoy vienen más que bien para explicar lo que vimos anoche. Y nada mejor que hacerlo que ver el cuadro estadístico de ese 1Q. (pinchar para ampliar)
Alucinante, sólo prestad atención a los tiros de campo de SA, sólo 2 fallos, sólo 2!!!!! y ya luego no digo los 100% de todos, pero es que si sumamos los tiros libres, nos encontramos con un brutal, tremendo y orgásmico 24/28!!!!! increíble.
Dejemos los números. Vamos a las sensaciones. El equipo de Popovich del primer cuarto y tal vez de toda la primera parte, es la máquina engrasada perfecta de jugar a baloncesto. Un juego basado en el equipo, con una circulación de balón elavada al máximo, donde se busca el bien común. Encima enfrente no estaban los Bobcats o Sixers, no, estaban los actuales campeones de la NBA, un equipo que defiende como nadie y al cual apabullaste durante casi 24 minutos.
Anoche también entró en acción una figura que no lo había hecho hasta ahora, como es Leonard, que sacó su aura de gran jugador tanto en ataque como en su defensa a James, estando muy pegado siempre y sin dejar maniobrar mucho al 6 de los Heat.
Evidentemente San Antonio no aguantó este ritmo, eso ni en el 2K, ni en el NBA JAM, si lo hubieran hecho, estaríamos ante el mejor partido de la historia, pero no fue así. Heat no se escondió hasta el final, reduciendo la ventaja (que llego a ser de +25) a digitos simples, con lo cual, hubo un run run de remontada en el pabellón. Aún así, Leonard siguió con su partido y Danny Green empezó a demostrar.
Pequeños detalles también se vieron anoche. Popovich volvió a sacar a Diaw de inicio, fue un poco la de Bonner contra OKC; pero bien hecha. También se volvió a repetir lo de no jugar a Duncan con Splitter, otra que le salió bien contra OKC… y anoche, le salieron ambas. Por su parte, el ajuste defensivo de Spoelstra en la segunda parte, casi lleva a Miami a dar la remontado, algo que hubiera sido de traca. Lewis sigue demostrando que es más que válido y ayer siguió más que acertado en el tiro desde fuera.
Ganas tremenda de que sea ya jueves…o viernes por la mañana.
Sofi del Día: Al primer cuarto de SA. Nada más que añadir.
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Tenía muchas ganas de ver este cuarto partido. Quería ver como Spurs se readaptaba a jugar con Ibaka y la verdad es que todo se pareció más al tercer partido que a los dos primeros en San Antonio. Thunder barrió por completo a Spurs. La cosa se pone interesante.
Y eso que el partido empezó con unos Spurs queriendo llevar el ritmo del partido en un primer cuarto donde Leonard hizo todo lo que tenía que hacer, literal además, luego no hizo nada más. La lesión de Jackson, también acentuó más esta idea de que la cosa se ponía muy de cara para los de Popovich, pero… empezó el desaguisado. Perdidas, fallos tontos y más y más perdidas…
A partir de este momento OKC tomó el mando del partido con Lamb sustituyendo más que bien a Jackson y la pareja indomable empezando a carburar de forma más que espectacular. Durant se ponía a modo MVP. Mientras tanto Popovich más que cabreado con unos Spurs que no paraban de perder el balón y de no poder con la defensa que había metido Brooks. Westbrook defendiendo al nivel que ya le hemos visto e Ibaka intimidando, no estuvo como el otro día, pero su sola presencia en pista hace que a Splitter se le haga de noche, muy de noche.
San Antonio no sabía que hacer, hasta intentó una zona, que le duró lo mismo que a Diaw un bocata de tortilla de patatas, es decir, más bien poco.
Popovich ya no sabía que hacer y a mediados del 3Q, cuando ya la ventaja de OKC empezaba a ser insultante, tiro de último recurso y sacó de la pista a todos los titulares para meter a Bonner & cia. Movimiento desesperado, tal vez, pero movimiento para probar algo cuando nada sale. Los suplentes lo hicieron bien, pero finalmente no pudieron acabar una remontada que se presumía casi imposible.
Thunder tiene buena pinta. Westbrook está a un nivel que probablemente nunca habíamos visto antes, tanto en ataque, como sobre todo en defensa y esto es primordial de cara a esta eliminatoria y a unas posibles finales. Y Durant… Durant sigue a lo MVP.
Conseguirá OKC repetir lo de hace unos años y ganar 4 seguidos…
Sofi del día: El mate de Cory Joseph a Ibaka es de WOW!
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Es curioso que el único equipo que no llegó a un séptimo partido en el Oeste en primera ronda (y además, contra el mejor rival, por teoría y registro) haya sido descuartizado de esta manera en la siguiente eliminatoria. Pero así es la NBA, y así de esta manera, funcionan los Spurs. Victorias por 24, 17, 15 y 22 anoche, y a pensar en el siguiente rival, y en la salud de Tony Parker.
El base francés le retiró en el segundo cuarto, pero podrá jugar en la siguiente ronda, y los Spurs no lo echaron mucho de menos para finalizar el trabajo en esta. Con Mills insertado junto al resto de habituales del quinteto titular, San Antonio se marcó un parcial de 2-13 al volver del descanso, que ponía el +18 para San Antonio y prácticamente sentenciaba la serie.
Volvió a ser otro triunfo coral, con todos los jugadores contribuyendo de manera parecida, cada uno en su parcela. Por dar un nombre, Kawhi Leonard, que ha estado en su salsa contra los Blazers, lideró está victoria. Apareció por todos lados, lanzó al equipo en las contras, y resolvió con mucha eficacia el desigual emparejamiento ocasional, pero recurrente, con Lillard, que Stotts no pudo o quiso evitar.
Y lo cierto es que los Blazers apestaban a equipo derrotado. Intentar hacer algo que nunca nadie antes ha conseguido en la NBA, remontar un 0-3, con el peso y la frecuencia de los partidos amontonándose en los hombros de una plantilla muy corta era un reto demasiado grande en el que ni ellos mismos parecían confiar. Ayer, por ejemplo, vimos al LaMarcus Aldridge más conformista, aquel que sin acierto no es un jugador importante, y un perímetro dispuesto a cometer más errores que aciertos. Sin Mo Williams, ni Wright por ¿decisión técnica? los Blazers son prácticamente cinco.
Y por supuesto, la defensa de San Antonio también tiene que ver, no les restemos méritos. Las manos siempre rápidas, los interiores robustos en el poste bajo y las ayudas a Lillard siempre apropiadas. Popovich le ha tenido mucho respeto al base, y claramente ha planificado el tenerlo controlado, incluyendo los dos contra uno en la salida del bloqueo con un tercer jugador que sólo reserva para los mejores. No ha sido tampoco la serie de Wes Matthews que no ha aprovechado lo suficiente para hacer pagar a los Spurs estas situaciones, o cuando le asignaban un defensor más pequeño.
Portland tendrá a buen seguro más oportunidades, con un quinteto titular entrando en los que deberían ser los mejores años de sus carreras, y mientras San Antonio continúa haciendo cosas de Spurs. Sean cuales sean los próximos rivales, tienen pinta de ser mucho más incómodos que Portland, un gran emparejamiento para ellos. Pero pese a ello, no se podía solventar mejor.
Sofi del día: Stotts dejó el quinteto titular intacto hasta que quedaban 3 minutos. Ya sé que ahora tienen todo el verano para descansar, pero San Antonio tenía un +28 a falta de 7:30 y un +26 a 5:30, que no son muy diferentes de un +19 a falta de 3:00. De hecho, los suplentes salieron precisamente tras encadenar unas posesiones de acierto. No es que ya importe, pero fue bonita la demostración gráfica de que Stotts es de los que vuelve a encender el móvil cuando se le agota la batería, por si el medidor se ha equivocado o algo.
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Tras sufrir un par de derrotas dolorosas y tempraneras en Playoffs, San Antonio agarró con mano y media un O’Brien, que hubiera sido el cierre perfecto a la dictadura de Duncan y Popovich, que ya va para 14 años desde aquel título en 1999.
No pudo ser, pero los Spurs tienen la maquinaria preparada para un nuevo asalto. La defensa volvió a ser de las mejores de la Liga (llevaban 4 años fuera del Top 5, dos del top 10), y el ataque, como desde que tomaron el testigo de los Suns como estandarte del ataque basado en el bloqueo directo, conducción y distribución a los tiradores, sigue siendo imparable. Mismo quinteto, rotación prácticamente intacta, y el genio de siempre a los mandos. Será duro, y necesitará que su gran trío siga haciendo historia, pero es una plantilla completa y profunda, con los roles bien marcados, y que vuelve a partir como uno de los candidatos más claros del Oeste.
Radiografía de los Spurs
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En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
Un modelo
Decir que los Spurs, como organización, desde el presidente hasta el último jugador del banquillo son el equipo más inteligente de la Liga es algo que sigue siendo verdad, pese a que haya sido repetido tantísimas veces en tantos foros.
Cada vez que la comunidad analítica (o los frikazos de las estadísticas, como son conocidos también dependiendo a quién le preguntes) llega al consenso sobre cómo un equipo debería enfocar una situación o tomar una decisión en base a los datos, descubre que coincide al milímetro con lo que San Antonio ya estaba haciendo.
Van siempre un paso por delante, porque no tienen miedo de aprender y corregir, de copiar a quien tiene éxito, de poner todo en duda. Los Spurs son el triunfo del escepticismo, aunque Popovich diga que «sólo tuvo suerte de draftear a Tim Duncan«. Algo que además es falso, porque no sólo la suerte intervino en esa situación, ejem, tanking, ejem.
Los Spurs son también el éxito de la consistencia, de no hacer casi nada mal. Si repasáis el gráfico de puntos por tiro según la localización, o por tipo de jugada en ataque de San Antonio, veréis que en ninguno bajan de la media: de ahí, siempre para arriba. Pasando hasta llegar al de localización de tiro del rival, podréis observar también algo maravilloso, tienen, como Indiana, la distribución en contra casi perfecta: muy pocas faltas, tiros cerca del aro, o triples, obligando al rival a que acierte desde la parte menos útil de la pintura, y fuera de ella. Los rivales tienen un elevado porcentaje de acierto en tiros de 2 lejanos contra ellos, concretamente el 3º de la Liga. Pero, ¿qué más les da a los Spurs que sus rivales gasten una enorme cantidad de intentos en un tiro que sólo entra un 41.3% de las veces, y es más difícil de rebotear en ataque?
Obviamente, una defensa así necesita de mucho trabajo y el personal adecuado, no se puede obligar simplemente con la mente y el deseo a que el rival elija las peores opciones, pero ese es el concepto sobre el que se construye la tercera mejor defensa de la Liga la pasada campaña. Y en ataque, podrían ir más a la línea y coger más rebotes en el tablero ofensivo, pero nunca es posible tenerlo todo, y ahora mismo tienen un personal magnífico tirando, por lo que pueden ser eficientes sin la necesidad de ser agresivos.
Y en cuanto al rebote en ataque, esa es una de las discusiones todavía abiertas. Yo estoy en el grupo de los defensores de este arte y todas las ventajas que tiene, pero ver como los Spurs apuestan tan claramente en su contra, da que pensar (recortaron por ejemplo el número de veces que Kawhi Leonard atacaba el tablero, y no le volvieron a desatar hasta que se enfrentaron a Miami, equipo horrible recogiendo los fallos rivales).
Puede significar caer en el principio de autoridad, pero… si lo Spurs lo están haciendo así, será por algo.
Dos hombres y medio
El Big 3 de los Spurs es más bien 2 hombres y medio a estas alturas, pero sigue teniendo un insuperable caché.
Tony Parker a sus 30 años tuvo la que es posiblemente la mejor temporada en ataque que le hemos visto (2009, con menos ayuda, quizá sea más meritoria) y no hay base que acabara el año más en forma a ese lado de la pista que él. Es una amenaza para el rival en cualquier punto y situación dentro del arco del triple, y muchos opinan que estamos ante el que es ahora mismo el mejor base del mundo (aunque nos arrodillemos ante él, aquí nos resistimos a quitarle el cinturón aún a Chris Paul).
El EuroBasket con Francia y el tiro imposible que sirvió para poner la puntilla a Miami en el primer partido ayudan aún más a la valoración, que si no es la acertada, tampoco puede estar muy lejos. Lo que es sorprendente es que parece que muchos han conocido a Parker desde este verano, cuando ya son 8 años a este nivel. En algún momento, le dijo a Pop que él no quería convertirse en el nuevo Avery Johnson, un simple director de orquesta, y dejaron de intentar que fuera lo que no es, dándole un mayor peso anotador. 2005, tras ganar su segundo anillo, fue su año revelación, el del final de la transformación: recortaron sus infructuosos intentos desde el triple, llegó por primera vez al All-Star, y no volvió a mirar atrás ni a bajar el pistón, salvo por problemas puntuales de lesiones que le convirtieron en menos importante en alguna otra temporada aquí y allá.
Anotó un increíble 56% de los tiros de media distancia desde la bombilla, y a lo largo del año parecía que cada vez lograba poner un pie en el lado derecho de la pintura, eran dos puntos, más posible tiro adicional. Es el octavo base con más tiros dentro del área restringida, y el tercero con más canastas, ya que con su 64.5% de acierto, es el único que supera el 60% de aquellos con más de 300 intentos. Y aunque su porcentaje de utilización, y sus números en puntos por minuto/partido son los mayores que ha tenido en las últimas cuatro temporadas, su tasa de asistencias es la más grande de su carrera. De hecho, los 20.3 puntos por partido con un 58.8% de tiro verdadero, acompañado de un 40% de asistencias a compañeros, es algo que sólo han superado 4 jugadores en la historia de la NBA. Podría esforzarse un poco más en defensa, pero con la extraordinaria brillantez que demostró en ataque el pasado año, se le perdona, faltaría más.
El otro líder, Tim Duncan tuvo una temporada casi inédita en cuanto a producción para alguien que cumplió 37 años durante los Playoffs (Karl Malone es el único que le supera en números), y volvió a un nivel que parecía haber dejado… casi un lustro atrás, como si fuera un chaval. Ya no salta, pero da igual, porque rebotea, pone los tapones y postea con dos pies en el suelo. Tan tranquilo.
No metía tantos puntos por minuto desde 2007, ha cogido más rebotes que en las cuatro últimas temporadas y nunca, repetimos, nunca, puso tantos pinchos de merluza como este año, mientras sigue sin hacer (o sin que le piten) faltas. El RAPM (+/- normalizado y ajustado) le considera el jugador con más impacto en defensa de toda la NBA, y cuarto mejor en conjunto tras LeBron, Paul y Durant. No había jugado tan bien en general según esta herramienta desde 2008, y en defensa desde 2005. Esperemos que el pacto con el Diablo no le pase luego factura.
Del que no podemos decir lo mismo es de Manu Ginóbili, al que se le notó la edad a lo largo de un año cargado de altibajos, pero que nos sorprendió a ratos con sus trucos de magia habituales (como el Game 5 de las Finales). Habrá que disfrutarle como enanos en todos aquellos momentos de lucidez que tenga, porque muchísimo me temo que estos dos años serán los últimos. Y este tiempo extra que tenemos de él, se lo debemos también seguramente a la victoria de Miami en las Finales.
Según se ha ido haciendo menos joven, Manu ha cambiado su papel por el de distribuidor. Dio 7.1 asistencias por 36 minutos, el máximo de su carrera, y los números por posesión/jugada le colocan como el segundo mayor pasador de la Liga tras LeBron entre todos aquellos que no están considerados bases, algo en lo que él, la verdad, prácticamente se ha convertido. El resto de números individuales dieron un considerable paso hacia atrás, pero pese a todo, el RAPM le consideró el 10º mejor jugador en ataque de la Liga, justo por encima de su compañero Tony Parker (aunque curiosamente, con los mismos grupos de compañeros, el francés es brutalmente superior), lo que suena a uno de esos desajustes que a veces aparecen entre números. O no, que con Ginóbili, quién sabe…
Como los Spurs han formado una de las plantillas más completas que les hemos visto en los últimos 10 años, Duncan y Manu podrán seguir regulando los minutos y los viajes, para estar preparados al final de año. Pero es evidente que sin ellos a un buen nivel, pueden sobrevivir una Temporada Regular, pero no unos Playoffs.
El futuro es Leonard
Si uno mira a los números tradicionales de Kawhi Leonard por minuto, no hay mucha diferencia entre su primer y segundo año en la Liga. Pero sigue mejorando poco a poco, y aunque la excelente forma de Parker o Duncan no le ha permitido que tenga más oportunidades, Popovich ya le está preparando para la sucesión, dándole tareas cada vez un poco más complicadas.
Magnífico cortador, espectacular contragolpista y buen tirador desde las esquinas (un 43% a los lados de la cancha, en contraste con un triste 24.5% en los frontales), a Leonard le dejaron salirse un poco de su papel de finalizador, y se le permitió probar cosas nuevas. Por ejemplo, cuando el equipo rival ponía un defensor grande en Parker y trataba de esconder a alguien más pequeño en él, lo llevaba al poste bajo (muchas veces dando marcha atrás directamente desde su sitio típico en la esquina), y sacaba un precioso y efectivo gancho por encima de su hombre. Y también le involucraron en bloqueos directos como conductor del balón, con esperanzadores resultados.
Y su defensa sigue mejorando y es uno de los más temidos en su posición en la Liga. El RAPM corrobora su valor, considerándole el 11º mejor defensa entre escoltas y aleros de la Liga, y también es bastante superior a la media en la evaluación jugada a jugada.
Ahora mismo los Spurs sólo necesitan un secundario de lujo, que perfeccione y domine el arte del trabajo sucio y las canastas fáciles, pero todo añadido es bueno para un equipo que aspira a todo, y que puede necesitarle más adelante. Su evolución determinará si es un All-Star a medio plazo, o la versión 2.0 de Bruce Bowen. Que ya es algo muy bueno que tener.
El otro 3D
Y con Danny Green los Spurs han tenido un éxito similar. Con un potencial más limitado (26 años por los 22 de Kawhi), el ex-jugador de la Universidad de North Carolina ha metido el 42.9% de los triples desde que llegó a San Antonio y el 43.2% en Playoffs (y ya van dos años completos), y es otro jugador 3D (triples y defensa) más, perfecto para un equipo que ya tiene generadores de lujo.
A diferencia de Leonard, él mete un 43.2% de los triples fuera de las esquinas y es una amenaza desde cualquier punto fuera del arco, como demostró en las Finales frente a Miami, acertando 26 de 49, más de un 50%, y batiendo el récord en un partido de la eliminatoria por el título con 7 canastas.
Si no está tirando un triple o esperando para ello, no se puede esperar mucho más de él que el pase extra a otro tirador aún más solitario, o la penetración en línea recta ante una defensa apurada. Que es nada más y nada menos lo que todo equipo de la Liga querría de su cuarta o quinta opción a media pista. Y con un buen tamaño para jugar de escolta, no tiene la misma talla como defensor que Kawhi pero yo diría que anda por encima por la media (y si sólo contarán las Finales, difícil no darle el título imaginario de «Mejor parador de contraataques» de la Liga).
Otro secundario perfecto para el equipo, que al mismo tiempo le da la situación perfecta para él, jugador que lo tuvo muy complicado para manterse en la NBA
La torre melliza
A Splitter le pagaron bien este verano, firmando una renovación por 36 millones en 4 años, que indica que en San Antonio cuenta con él como pieza importante a medio plazo. Los Spurs le han formado despacito, y tras cocinarle tres años a fuego lento, en este por fin se ganó un puesto de titular.
El RAPM indica que fue mejor con los mismos grupos de gente a su lado que el resto de hombres altos de la plantilla (Bonner, Blair, Diaw), y apunta a que su contribución marca la diferencia sobre todo en defensa, algo en lo que los números se ponen de acuerdo con los ojos.
Por fin recortó el número de faltas, lo que le permite por un lado ser más efectivo, y por otro que Popovich no le haga volver al banquillo cada poco, y la sociedad que formó con Duncan fue aplastante en defensa: con los dos en pista los Spurs reciben 4 puntos por 100 posesiones menos que Indiana, mejor equipo en defensa de la Liga en conjunto (y la marca baja 3 puntos más si lo convertimos en trío y añadimos a Kawhi Leonard, lo que sería la mejor entre los 250 grupos de tres con más minutos de la Liga si hubieran jugado juntos unos 50 minutos más).
Es precisamente con dos torres en cancha, Duncan y Splitter, como los Spurs puedan forzar esa selección de tiro de la que hablábamos antes, en la que el rival no puede acercarse al aro. Lo que ganan los Spurs juntando técnicamente dos pívots, lo pierden cuando a él le toca hacer el papel de ala-pívot móvil y rápido, que no pega del todo con sus habilidades (en la comparación con Indiana, el trabajo de David West), y eso es lo que provoca parte del acierto rival en la media distancia, pero en todo caso, es algo con lo que los Spurs están encantados de vivir en general.
Y lo importante al mismo tiempo, es que con la pareja Splitter–Duncan se anota a buen ritmo. Con Boris Diaw, excelente pasador y triplista ocasional, los Spurs son un equipo más dinámico y efectivo en ataque (3.6 puntos por 100 mejores con Duncan–Diaw que con Tim y Tiago), pero no compensa la diferencia en defensa si con el brasileño los Spurs se mantienen competentes. Pese a no anotar jamás fuera de la pintura, lo que no ayuda al espaciado de San Antonio, es uno de los mejores finalizadores tras bloqueo directo en la Liga, y ya van dos años en los que los números le sitúan en la élite (quizá en otro equipo en el que no tuviera la oportunidad de bloquear para Ginóbili o Parker, la cosa sería diferente, pero está aquí, y lo hace muy bien). Su compenetración con Duncan ha ido mejorando, y también se alimenta cortando bien y recibiendo los pases de The Big Fundamental, y el sistema de San Antonio, al igual que le da inmejorables compañeros con los que cooperar, le roba de una posible fuente de puntos fáciles, ya que es un buen reboteador ofensivo, al que no le dejan trabajar mucho en la tarea.
Es comprensible la cierta decepción con su papel teniendo en cuenta cómo acabó el año, en la serie contra Miami, jugando en cada partido menos tiempo que en el anterior hasta acabar de suplente y sólo 4 minutos en pista en el partido decisivo, pero los Heat son el peor equipo posible al que enfrentarse con dos pívots, y él no es tan bueno como para marcar diferencias. Pero es un titular sólido, que defiende increíblemente bien dentro de las reglas de los Spurs, y al que seguirán necesitando en el Oeste. Aunque tengan que preparar un plan B que no le incluya, por si llegan, y vuelve a tocar Miami.
Más profundos que ¿nunca?
Decíamos antes que los Spurs tenían una de las plantillas más completas, porque además de un quinteto de garantías, con piezas sólidas en todas las posiciones, algo que no siempre han podido disfrutar (recordemos que DeJuan Blair, Roger Mason, Matt Boner, Francisco Elson o Rasho Nesterovic han sido titulares durante largas temporadas en años pasados), el banquillo también es profundo. Repiten 12 jugadores de la plantilla de Playoffs y desde el banquillo saldrán el propio Ginóbili, un lujazo si está bien como sexto hombre, Boris Diaw, Matt Boner (no es lo mismo tener a la Red Mamba como octavo o noveno hombre que como titular), Cory Joseph o el recién llegado Marco Belinelli.
Y la tercera oleada, en la que están De Colo, Mills, el artista antes conocido como Jeff Pendergraph (y ahora como Jeff Ayres) o Aron Baynes esconde como siempre a jugadores sólidos que intentan conservar un tiempo en la franquicia, para que si las lesiones les dan minutos, puedan salir y cumplir en un ambiente familiar (los Spurs sólo cambian cuando es necesario e imprescindible, y deben ser uno de los equipos que mejor aguantan a sus hombres del final de rotación de un año para otro, esta temporada, tres de cuatro). Además han traído una serie de veteranos como Sam Young o Corey Maggette (e incluso invitaron al lesionado Mike Bibby) para tratar de rellenar el último puesto en una plantilla con 14 jugadores con contrato garantizado, en lo que es parte de otro clásico Spur: el reciclaje.
Ayres, Young o Maggette no participarán mucho (Jeff viene a cubrir el papel de Blair, y los otros dos, el de McGrady), así que la única incorporación con pinta de ser importante, es la de Belinelli. Primer jugador transalpino en pasar por esa delegación de la ONU que tienen en San Antonio, tiene nivel más que suficiente para salir desde el banquillo, es una pequeña garantía por si Green tiene un bajón de rendimiento e incluso puede encargarse del balón y ofrecer un Plan B si Ginobili y Parker se perdieran una temporada, y Popovich no confiara en dar la manija a cualquiera del resto del grupo (Joseph, De Colo o Mills). Marco es un tirador que funciona a rachas, que parece mejor de lo que es, y por eso no se ha ganado un puesto de titular, pero también es de esos que se hacen mejores en lugares como San Antonio con un poco de estabilidad. Su mejor temporada fue la de 2011 junto a Chris Paul, y aunque no se le presuponen muchos minutos con Parker, si no hay lesiones de por medio, sí que será interesante verle junto a un Manu, que como ya dijimos, es cada vez más base. A diferencia de Gary Neal, es de esos que se deja hacer mejor por sus compañeros, y pocos hay más apropiados que los de los Spurs.
Muchas veces en esto del baloncesto una canasta puede definir el todo o la nada, no hablo de los game winners, hablo de puntos clave en un partido para llevar la balanza hacia un lado u otro. Anoche en el Oracle Arena se vivieron no uno, sino dos de estos momentos clave.
Faltarían poco más de un par de minutos cuando Thompson lanzaba ya un triple casi a la desesperada, ese triple que en caso de haber entrado hubiera metido totalmente a unos Warriors que ya empezaban a agonizar, pero no lo hizo y se salió de dentro. Esta jugada llegaba justo después de un triple brutal de Leonard que ponía el partido 6 arriba para Spurs, en caso de haber entrado, sólo eran 3 a poco menos de 2 minutos.
Pero justo en la jugada después, en el siguiente ataque de Warrios, bloqueo para Curry, triple de nuevo que se volvía a salir del aro, de nuevo otra jugada de esas claves que por excasos centímetros se iba fuera. Para colmo poco después un desaparecido Parker hundía al equipo de Jackson con otro triple…
En estas dos jugadas se fue el partido. Un partido de que nuestro amigo Popovich habia decidio jugarlo a base de defensa, cerrando de nuevo el tiro exterior de Warrios y obligando a tener que atacar el aro.
Nos ha encantado la serie la verdad, pero también os digo que hubiera sido mucho más molona con Lee en pista al 100% y quien sabe si ayer Barnes no hubiera tenido el percance, qué hubiera pasado.
Ahora llega la final del Este. Popovich buscando a Lupita en casa de los ositos, todo muy bonito y una final de conferencia que NOS PONE MUCHO.
El Detalle: Un integrante de La Crónica se compró la camiseta de Curry recientemente, desde ese momento, Warriors no ha ganado…
Lo mejor que le pudo pasar a San Antonio en 2010, fue caer derrotados con estrépito en segunda ronda de Playoffs ante unos Suns que no eran precisamente los más fieros de la era Nash y les clavaron un 0-4. El equipo venía bajando el número de partidos ganados año a año (de los 63 en 2006, a los 54 en ese verano, perdiendo un poco cada temporada) y lo más fácil era pensar que a la dinastía sólo le faltaba ya un epílogo.
Pero fue en esa serie en la que Popovich se dio cuenta de que si no podía parar ese estilo de bloqueo directo alto con tiradores repartidos alrededor, tendría que unirse a ellos. El año siguiente, los Spurs, que tenían todos los mimbres, empiezan a jugar de esta manera y pasan a tener el mejor récord del Oeste, pero en Playoffs son eliminados por unos Grizzlies que venían lanzados desde que perdieron por lesión a Rudy Gay.
El año pasado, más de lo mismo, los Spurs siguen siendo ese equipo entretenido que mejor ha versionado el 7 seconds or less, otra vez son los mejores en el Oeste, cierran la temporada con 21 de 23 partidos ganados, y las dos primeras rondas de Playoffs con 4-0, y se ponen por delante 2-0 ante Oklahoma City. En ese momento, con Miami sufriendo en Boston, y la máquina de destrucción que se activa cuando LeBron pasa a jugar de 4 todavía arrancando, los Spurs tenían que ser el maxmísimo favorito para el anillo.
Pero llegó, sobre todo, Harden, y los Spurs volvieron a reeditar 2010 y probar de su propia medicina: encontraron alguien que hacía aquello que no podían parar mejor aún que ellos.
Este año es difícil imaginar a un equipo más favorito que Miami, pero me da la impresión que a San Antonio no se le concede ninguna opción en muchos círculos, cuando quizá deberían ser los segundos en la línea de sucesión. El Oeste este año va a ser mucho más complicado, con Clippers, Nuggets y Grizzlies con parciales recientes de victorias propios de los Bulls de los 90, y con un gigante dormido que se está espabilando a ratos en Lakerslandia.
Pero el equipo a batir será seguramente Oklahoma City, y la baja de Harden, aunque superada en general, va a ser sensible contra San Antonio. El año pasado, según Synergy, el 18.1% de las jugadas de OKC fueron un bloqueo directo acabado por el bloqueado, y con 0.89 puntos por jugada, lideraban la Liga, sobre todo por el ahora jugador de Houston, que metía 1.04, frente a los 0.91 de Durant y los 0.85 de Westbrook. Ahora son undécimos en la Liga, con sólo 0.8 puntos por jugada, y la utilizan menos: sólo en el 13.6% de las acciones.
OKC son aún mejores que en ataque el año pasado en general (1 punto mejor por 100 posesiones respecto a la media, comparado con la pasada temporada) pero lo están haciendo peor en aquel aspecto del juego en el que San Antonio es más vulnerable. A falta de un partido por jugar entre ellos el 4 de abril, San Antonio les está ganando este año 2-1 (el de casa gana siempre), y la última victoria ha sido sin Parker, y en los dos primeros partidos, estuvieron sin Ginóbili.
Lo de Miami es otra historia, pero también se puede argumentar que en San Antonio están más o menos preparados para hacerles trabajar. Este año, en el famoso partido en el que Popovich decidió dar descanso a todo el mundo, los Heat ganaron por poco, y será interesante ver qué sucede en San Antonio el día 31 de este mes: los Heat podrían estar ante la oportunidad de conseguir su trigésima victoria consecutiva.
Sé que resulta irrisorio pensar en que un equipo que sufre tanto ante acciones que comienzan en bloqueo directo podría parar a Miami, pero a diferencia de OKC o Phoenix en el pasado, Miami lo utiliza principalmente para crear acciones secundarias, y en eso los Spurs sí son aplicados defendiendo.
Los Heat son el equipo rey en triples laterales y San Antonio son de esos que conocen el secreto: llevan años estando entre los mejores permitiendo pocos intentos desde ahí. En una serie entre ellos, las esquinas en el ataque de Miami se convertirían en Australia en el Risk: estaríamos ante una apasionante batalla estratégica.
Sería interesante también ver el trabajo que Kawhi Leonard, con un año más de experiencia, puede hacer en LeBron. Requeriría una sincronización terrible, porque Miami es el equipo que más daño hace en medio segundo, pero si San Antonio lograra rotar de alguna manera, emparejando a James con Leonard cada vez que esté por el exterior, pero consiguiendo cambiarlo por uno de los hombres altos cuando tratara de postear su más pequeña constitución, tendrían, en teoría, una de las mejores defensas con las que enfrentarse a un ser omnipotente.
En la otra dirección, el ataque de movimiento perpetuo de San Antonio se enfrentaría a la rotación infinita de Miami, en un espectáculo en el que más de una vez habrá que contar si sólo hay 10 jugadores en la cancha. Y San Antonio puede atacar la duda siempre presente con Miami: son un equipo del montón defendiendo a jugadores que postean, y los Spurs son el segundo equipo más eficiente de la Liga haciéndolo, sólo después, de ummm… Miami.
Pero al mismo tiempo que reivindicamos la brillantez a lo largo de la temporada de este equipo y sus opciones de ganarlo todo, tenemos presente que podrían irse también a las primeras de cambio. Imagino a Popovich algo nervioso al pensar en reencontrarse con Harden y los Rockets en primera ronda, y no me extrañaría verles en jugando al gato y al ratón al final de temporada para elegir emparejamientos, aunque esta temporada les hayan ganado las 3 veces que se han enfrentado.
En definitiva: pese a su regularidad, tras unos años de fracaso en Playoffs parece existir el sentimiento de que los Spurs, pese haber estado allí, y haberlo ganado todo (aunque haya pasado ya tiempo), no están preparados para las eliminatorias por el título, pero yo tengo la impresión de que se trata más de un problema de emparejamientos y coincidencias que de algo persistente. Si Tony Parker llega bien tras la lesión, yo no pienso olvidar a San Antonio.