Por qué Pau Gasol no es un All Star

Tras quedarse a 360 votos (guiño guiño) de ser un All-Star, los (ayudantes de los) entrenadores de la NBA, tampoco eligieron a Pau Gasol entre los suplentes. Tres hombres altos (Paul Millsap, Andre Drummond y Chris Bosh) estarán en el banquillo en Toronto, y como imagináis, la decisión no ha sido bien acogida en el Reino de España, que se movilizó con el objetivo de convertir a Pau en All-Star, con una unidad que quizá sólo sea comparable en la historia de este país tan cainita a la que hubo para salvar a Nuria Fergó en la primera semana de Operación Triunfo.

Los análisis más racionales hablan de tongo, alguno se deja llevar un poco por la pasión, e insinúa que detrás de la decisión puede haber quizá un poco de racismo, mientras que los más creativos son capaces de encontrar motivos para la conspiranoia en cualquier lugar de la biografía de los jugadores elegidos. Lo que es plantear que quizá haya habido jugadores que hayan hecho hasta ahora una temporada ya no mejor, que no hace falta, sino, comparable, a la de Pau Gasol, pocos y parias.

Dejando la ironía aparcada, si Pau no es All-Star, es por muy poco. La distancia que separa las temporadas del grupo de los seis mejores hombres altos del Este (añado al ring a Al Horford y Kevin Love) es muy exigua. Y no muy lejos quedarían en méritos individuales tampoco, pese a sus equipos, Brook Lopez y Greg Monroe, y eso sin incluir a la sensación para los estadísticamente impresionables Hassan Whiteside, o el hecho de que Nicolas Batum o Jae Crowder también podían optar a esos puestos que la NBA abre a aquellas tres posiciones que abarcan con la palabra ‘frontcourt‘.

Por tanto, no entiendo la virulencia con la que se ha acogido la decisión, cuando es imposible construir una verdad irrefutable partiendo de que no ha habido tres mejores jugadores interiores que Pau esta temporada, ni de todo lo contrario. Lo que sí podemos, para quien quiera oír un argumento menos reconfortante que echar la culpa al empedrado, es tratar de entender qué han podido ver, o no ver, en Pau Gasol para hacerle semejante desplante. No se trata de restar méritos o de demostrar que no lo merece, porque eso no lo podríamos conseguir. Pero hay un factor que, por realidad o reputación, ha sido determinante.

Y es la defensa. Sí, ya sé que es 5º en tapones en la NBA (parafraseando a Daryl Morey, alguien decidió crear el boxscore, y ese alguien debería ser disparado), 4º en rebotes defensivos y es la última línea del equipo con la 6ª mejor defensa de la Liga. La defensa no parece así un punto flaco de Pau, ¡todo lo contrario! Debería ser otro argumento a favor, como su exquisito juego en cualquier poste, o la posibilidad de conectar un electrizante alley-oop con Jimmy Butler en cualquier momento del partido de las estrellas. Y creo que ha encajado fantásticamente en Chicago, y se siente cómodo, con un sistema que ayuda a sacar su mejor rendimiento. Gasol ha estado fantástico protegiendo el aro en acciones contenidas y muy activo tratando de ofrecer resistencia a cada tiro. Los números lo reflejan, Gasol no ha sido en el conjunto de la temporada una rémora: es posible que sea su mejor actuación en años.

Pero a sus 35 largos, y pese a la pericia acumulada, a Gasol le puedes buscar las cosquillas en algo que se está convirtiendo en imprescindible en la NBA que se está jugando en 2016: defender en movimiento, con los pies. Hemos hablado mucho durante estos últimos años de protección del aro, que es efectivamente interesante, pero con tanta acción ocurriendo a 7 metros de la canasta, y el baloncesto de 4 ó 5 jugadores exteriores estirando hasta la rotura la defensa Thibodeauniana, la mezcla de agilidad, resistencia, gracia e inteligencia para cubrir todo ese terreno y tener un impacto positivo, es clave. Este es el motivo por el que Whiteside, pese a taponar más que nadie hace peor a la defensa de Miami, y Noah y Marc, sin esos números tan aplastantes, han sido jugadores defensivos del año en el pasado reciente. Hace 3 años, Hibbert y Asik era lo que todo equipo andaba buscando, deidades de la verticalidad que valían su peso en oro. Una explosión de tiro y velocidad en la NBA los ha convertido en bloques de cemento inalineables.

Los problemas para defender en movimiento en un espacio abierto, más que la falta de protección del aro (o en algunos casos, unido a), son lo que aleja de mayor gloria y relevancia a otros candidatos al All-Star con unos méritos ofensivos similares a Pau, como Love, Monroe, Lopez o Vucevic. Y lo que está empujando prácticamente fuera de la Liga a jugadores con un pasado tan exitoso como David Lee, Zach Randolph o Carlos Boozer. En el momento que sus habilidades ofensivas, que todavía son superiores a las de muchos jugadores que les quitan el puesto, se ha ido acercando a la media, deja de compensar tenerlos en pista.

La mayoría de estos jugadores serían más que capaces de hacer un trabajo aceptable ante cuatros y cincos que jugaran de espaldas, y bases que raramente penetraran. Algunos tienen la suerte que el personal y cuerpo técnico del equipo que les rodea hace un trabajo brillante desactivando la velocidad para que puedan ser efectivos, y en todo caso, su propia habilidad ofensiva es superior a lo que conceden en el otro lado. Pero en los enfrentamientos ante los mejores y más preparados equipos, estas carencias se ponen de manifiesto: te da la sensación de que no podrías ganar cuando importa con ellos.

Tomemos como ejemplo el partido del pasado viernes frente a los Celtics. Emparejado con un pívot que habita buena parte del tiempo en el perímetro (Jared Sullinger), y con un base incisivo y rápido como Isaiah Thomas, Pau pasó posesiones y posesiones defensivas en tierra de nadie. Thomas se ha aprovechado de muchos hombres altos, no obstante, también es un All-Star con mucho merecimiento, y Stevens y los Celtics, una de las franquicias mejor organizadas de la Liga, llevan toda la temporada tendiendo trampas a los rivales, no ocurre sólo con Pau. Pero durante una noche pusieron en evidencia como se puede aprovechar su falta de velocidad. En jugadas como esta, Gasol no es capaz de ofrecer ninguna resistencia a la bandeja de Thomas, que no puede ser más fácil.

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Este es el tipo de partidos (me viene a la cabeza también el del día 26 de diciembre ante Dallas, en la segunda noche de un back-to-back a domicilio tras una actuación brillante en la victoria del día de Navidad en Oklahoma, o el 9 de enero en Atlanta) que hace que en los informes de los entrenadores visitantes, aparezca como objetivo atacar a Pau, sacarlo de la canasta, ir cuesta abajo contra él. Ese ayudante que tiene que votar en el All-Star a los jugadores para completar el banquillo viene de hacer la semana pasada un informe en el que pide a sus jugadores que pongan a Gasol en cuantos más y más lejanos bloqueos posibles mejor, mientras que al día siguiente da la orden de evitar a alguno de esos otros jugadores que sí fue elegido. Esas cosas acaban pesando en la percepción del jugador, y ante candidaturas parecidas, acaban inclinando la balanza.

Y Pau está siendo atacado: por los números de SportsVU nadie hace frente a más tiros por partido (10.5) cerca del aro que él, estadística que es un arma de doble filo, porque no sabemos qué lleva a ello, ¿cómo diferenciar a esos jugadores que están en el punto de mira constantemente del ataque, de aquellos que llegan a la acción aunque no estén invitados a estropear la fiesta? Eso sólo se puede hacer viendo los partidos, y observando lo que sucede, y creo que con Gasol estamos en el primer caso. Lo curioso es que en general, ir a por él, no está funcionando: tiene uno de los mejores porcentajes defendiendo cerca del aro, pero al tener que estar envuelto en tantas acciones, el equipo es vulnerable en los tableros. Pese a sus buenos números individuales, a los Bulls les cogen rebotes de ataque por encima de la media con Pau en pista.

Esta reputación de Pau es real, de hecho, y aunque yo lo crea injusto y exagerado, analistas NBA como Zach Lowe, Nate Duncan o Jonathan Tjarks, han propuesto más de una vez principio de temporada, con Chicago jugando un baloncesto muy templado, que los Bulls debían sacar a Pau con la segunda unidad, dándole más protagonismo como anotador, y descargándole de carga defensiva. El tiempo y las circunstancias les ha quitado parte de razón, pero sobre el papel, a principio de temporada, era fácil creer que la pareja interior más versátil de Chicago la podrían formar un Mirotic mejorado en su segundo año, y un Noah sano y recuperado de sus molestias. Ninguna de las dos premisas se ha cumplido, y con los dos fuera además ahora mismo, Gasol está siendo el mejor interior de los Bulls esta temporada, aunque los enfrentamientos más desfavorables le puedan hacer quedar mal en partidos puntuales.

Y si dejamos la defensa y su reputación, que creo que ha sido la principal desventaja para Pau en la mente de los votantes, hay que tener en cuenta que en ataque tampoco se ha destacado del resto. Chicago, pese a lo que se esperaba de Hoiberg ha decepcionado en ese aspecto, y de hecho, en cantidad de puntos por posesión y la eficiencia con la que estos se consiguen, hay mejores actuaciones en el Este que la de Pau.

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Hay más cosas en un ataque, por ejemplo, las asistencias, entre las que Pau está con los mejores, pero algo que Gasol no hace tan bien como muchos candidatos es abrir el campo con triples, algo que puede ayudar tanto o más a un equipo que la circulación de balón. Podríamos tirarnos toda la tarde ordenando datos, y cada vez saldríamos con un escalafón distinto, es el problema de comparar jugadores diferentes.

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El caso es que aunque sea igual de imposible y subjetivo elegir de manera conclusiva entre peras y manzanas, tampoco está garantizado asegurar que Gasol ha sido uno de los tres mejores hombres en altos en ataque en el Este en la temporada de 2016.

Y la coda final, saliéndonos de argumentos de puro juego, que se debería rebatir sola, pero veo que no: otra de las piruetas para desacreditar concretamente la elección de Bosh sobre Gasol, es preguntarse cómo va a tener Miami, sexto equipo a día de hoy en el Este, dos All-Star, mientras que los Bulls, terceros, se presentan en Toronto sólo con uno. La idea podría sonar bien hasta que te das cuenta que , a) la relación de proporcionalidad All-Star de un equipo y victorias no es exacta, no hay ni habrá nunca una regla para ello, b) Bosh no tiene la culpa que Wade, jugando peor y contribuyendo menos que él, ya fuese incluido por los fans como titular, c) los Bulls han ganado los mismos partidos que Miami para ocupar esa posición (aunque hayan perdido dos menos), y sólo 4 victorias les separan de la 10ª posición  que ocupan los Hornets; en el Este hay un gran empate técnico en esas plazas y las posiciones son circunstanciales, de hecho, por margen de victorias, Chicago sería séptimo, siendo adelantado por Celtics, Pacers y Hawks, justo encima de Miami, octavo y d) que, por ese criterio de registro de equipos ∝ número de All-Stars, estarían fuera los dos, y Kevin Love acompañaría a LeBron James, único elegido del mejor equipo del Este. Y a lo mejor hasta Al Horford, ya que los Hawks también estaban por encima cuando se cerraron las votaciones, con lo que ello supone de cara a esa inventada prioridad.

La cerveza X es tu favorita y la Y es una puta mierda (donde Y tiende a Cruzcampo) si les ves las etiquetas, pero si te las juntaran en una cata a ciegas con otras 10 del mismo estilo, acabarías escogiendo cada vez es una distinta, posiblemente alguna vez, hasta aquella que dices odiar. Aquí pasa un poco lo mismo, entre un grupo como el propuesto antes no hay respuesta mala. Todos tienen sus fortalezas y sus debilidades, sus luces y sombras, y una producción parecida plasmada en los números de toda la vida. Para mí sólo sería «intocable» Paul Millsap, que se ha distanciado del grupo con un juego al que no encuentras puntos débiles, y creo que Bosh, con el plus que le da ser el candidato que más alterna con diferencia y éxito las dos posiciones interiores, también ha estado un peldañito por encima de la competencia. Pero sí creo que la temporada de Pau ha sido superior a un Drummond que vive de la locura de sus cifras reboteadoras, y no me parece ni siquiera el jugador con más méritos de su propio equipo. Por otro lado, Love y Horford han hecho para mí tantos méritos como Gasol, y me costaría mucho otorgar entre ellos esa tercera plaza de hombre alto en el Este.

El caso es que Pau está fuera del All-Star, pero no ha sido ninguna injusticia, hay más gente con méritos similares que plazas se otorgan. Si Gasol estuviera dentro, alguien con tan buenas credenciales como él se habría quedado fuera. Así es la vida, ahora uno elige si la va a pasar llorando o mirándole a las ojitos.

Avance de temporada 2013-2014: Detroit Pistons

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Los Pistons llegaban al verano con dinero que gastar, una elección en el Top 10 del Draft y con el descubrimiento del que puede ser el pívot con más potencial de la Liga en estos instantes. Detroit ha apostado por ganar más pronto que tarde, sin sacrificar mucho en juventud, ofreciendo un contrato multianual a Josh Smith y a Brandon Jennings.

Pero ojo, porque casi todos estos jugadores tienen lagunas enormes en su juego y quizá no combinan de la mejor forma posible. La varianza en las expectativas sobre lo que Detroit puede hacer la temporada que viene es de las más grandes de la Liga, y la elección de Joe Dumars para el puesto de entrenador, Mo Cheeks, no hace más que añadir intriga a las posibilidades de los de Michigan. Lo que es seguro es que este equipo es de los que más curiosidad despierta y uno que va a tener muchos ojos encima al principio de esta temporada.

  • Radiografía de los Pistons

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Torres trillizas

Con el fichaje de Josh Smith para acompañar a Greg Monroe y Andre Drummond, los Pistons van a tener uno de los frontcourt con mayor potencial de la Liga, aunque sólo sea en el League Pass.

Porque este grupo de jugadores, a pesar de lo prometedor de su aspecto si todo funciona, despierta una serie de dudas en cuanto a posiciones y problemas con el tiro. Hasta este año, Greg Monroe había pasado sus dos temporadas en la Liga jugando todos los minutos en la posición de pívot y Josh Smith lleva desde el año 2007 jugando de ala-pívot la gran mayoría del tiempo (más del 85% este año y hace tres temporadas, prácticamente el 100% en el resto) y la coincidencia con Andre Drummond en el quinteto inicial les obliga a bajar un peldaño a una posición más pequeña.

Los problemas que esto genera para ellos es que el cambio incide en algunas de sus patentes debilidades. Monroe es un jugador lento y poco activo, problema exacerbado si se enfrente a ala-pivots, y Smith es un mal tirador, que puede enamorarse demasiado de su lanzamiento de media y larga distancia, que en el puesto de alero tiene que utilizar por obligación

De la pareja MonroeDrummond pudimos tener un aperitivo la temporada pasada (sólo 452 minutos nos dio Frank) que ayudó a crear y confirmar tanto el potencial como los temores. Los Pistons con ellos fueron 2 puntos por 100 posesiones peores que el rival (-4.8 el resto de la temporada) gracias a la mejora en defensa, ya que los quintetos con la pareja estuvieron bien (se hubieran localizado en torno a la media de la Liga). Pero no dieron la talla en ataque, con un terrible número de pérdidas como unidad: en el 18.9% de las posesiones, los Pistons entregaron el balón al rival, por encima de lo que cualquier otro equipo de la Liga hizo el año pasado.

Aunque lo fácil sea echarle la culpa a la dirección del juego, con un jugador limitado como Knight, lo cierto es que con Calderón no fue a mejor, y los números son peores tras el All-Star (sólo 72 minutos con el español, eso sí). Andre y Greg pusieron de su parte, y los quintetos recogieron un tremendo porcentaje de los rebotes en ataque disponibles (35.5%) y la proporción de puntos que consiguieron en la pintura hubiera sido 2º en la Liga, una magnífica cifra. Pero sin ser rodeados por un buen tiro de tres (la cantidad de puntos sacada desde allí hubiera sido 29º en la Liga con un acierto en la media), Detroit volvió con el zurrón vacío en demasiadas posesiones por no ser capaz de penetrar o hacer llegar el balón a sus jugadores en posiciones interiores.

Y aquí viene el otro problema de este grupo: la falta del tiro de los tres para lo habitual en sus (algunos casos nuevas) posiciones.

Josh Smith tiene un 28.4% de acierto desde el triple a lo largo de su carrera, y llegó a abandonarlo en su momento (en 2010 sólo tiró 7). El alero medio en la Liga tira unas 4 veces de 3 cada 36 minutos, y aunque su frecuencia no esté muy lejos de ese número cuando juega en la posición (3 intentos por 36 el pasado año), su acierto está lejos del 36.6% que se espera. Su problema es uniforme, no ha demostrado por ejemplo que tire mejor desde las esquinas, y fuera de la pintura de 2 también tuvo la pasada campaña un porcentaje semejantemente paupérrimo: 30.5%.

Greg Monroe tiró un 30% más que el año anterior fuera de la pintura, pero los 2.7 intentos por 36 minutos es poco para un ala-pívot (de hecho, en la Liga, ahora mismo, los PF tiran 1.5 veces de 3 cada 36 minutos en promedio), y viendo que también acertó sólo un 30%, los rivales no podrían estar más felices de verle incrementar la cifra.

Y con Drummond sí que mejor no contar. Sólo metió 3 canastas fuera de la pintura en todo el año, y en su caso no se le pide más, ya que muchos pivots han sido estrellas viviendo sólo en torno al aro, pero hay carreras que se destrozaron por no llegar al 50-55% de acierto en tiros libres, y este en su año de novato plantó un terrorífico 37.1%. Está trabajando en ello con SHEED!, y en los Pistons están confiados en que puede mejorar, pero si sigue así, veremos mucho Hack-a-Drummond, y su culo en el banquillo acto seguido. No hace falta que desarrolle un juego a media distancia, o un tiro desde la bombilla (aunque por supuesto, todo añadido es bueno) pero lo de la mejora en la línea es imprescindible. De nuevo, ni se le pide que llegue a la media para los pívots (67.9% por si alguien tiene curiosidad), pero sí que pase el umbral a partir del cual al otro equipo no le compensa hacerle falta intencionadamente.

¿Por qué esto es un problema? ¿Si son capaces de anotar a su manera, por qué tendrían que hacerlo tirando de lejos? Si sólo uno de ellos estuviera en esta situación no importaría mucho, pero juntar a tres especímenes tan limitados reduce el espaciado del equipo en la pista, junta a los defensas a los que no les importa darles la distancia suficiente para que tiren, y puede provocar que no sean efectivos en el tipo de jugadas que piensan aprovechar. Por ejemplo, cuando Josh Smith busque sacar rentabilidad a su ventaja de fuerza y altura para postear ante un alero rival, el hombre de Monroe podría acudir a la ayuda sin mucho miedo al pase al poste alto. O cuando Brandon Jennings intente penetrar, se encontrará las ayudas volando hacia él.

En definitiva, el juego interior de los Pistons va a tener una batalla constante a lo largo del año, por tratar de imponer lo mucho que hacen bien a sus debilidades, tratar de intentar que su abusivo tamaño no se vuelva contra ellos. Veremos quién sale ganador.

  • En deshonor a la verdad

Cuando comenzó el periodo de agentes libres probamos con «En deshonor a la verdad» una pieza que pretendía relatar sólo las cosas buenas de un jugador, olvidando y sin mencionar las malas. Empezamos y acabamos con Josh Smith, y  me da pena no haber hecho más, sobre todo, por uno de sus nuevos compañeros, Brandon Jennings. Eso sí, nos lo guardamos para hacer una edición mini en este repaso previo al principio de temporada.

Lo malo, ya lo conocemos, y se basa en pruebas muy evidentes, aparentemente. Su cartel es el de base anotador que acaba siendo egoísta, tira más de lo que debería, y mete muy poco. Su porcentaje no llega al 40% y su carta con apenas un par de zonas verdes ya se ha acabado haciendo famosa de lo mucho que ha sido utilizada en Twitter o vídeos demostrativos.

Mi argumento no es que Brandon Jennings sea uno de los mejores bases anotadores, ni nada por el estilo, pero creo que citar su 39.9% en tiros de campo y su gráfico de zonas calientes es un uso malo de las estadísticas, que hace pasar por horrendo jugador a alguien que navega más cerca de la media de lo que parece.

En primer lugar, semi-parafraseando a Daryl Morey, el General Manager de los Rockets, alguien inventó el porcentaje de tiro de campo, y ese alguien debería ser disparado. Esta métrica penaliza sobremanera a aquellos jugadores que tiran de mucho de 3, un tiro que se convierte con menos frecuencia que el de 2 (35.9% desde el perímetro, 48.4% dentro de la línea) pero que cuenta un 50% más en el marcador. De hecho, el porcentaje efectivo del tiro de 3 (35.9 multiplicado por 1.5, 54%) supera generosamente al de 2, y por eso la Liga en conjunto tira 35% más triples que hace 10 años y más del doble que hace 20. Por tanto, utilizar el porcentaje de tiro sin ajustarlo a triples, en lugar de lo que se conoce como porcentaje de tiro efectivo (aquí explicado más al detalle y con otras variantes), debería suponer pena de prisión inmediata, revisable en cadena perpetua, salvo cuando estemos en una situación que los lanzamientos de tres no intervengan (comparando porcentajes en zonas concretas, o de jugadores que no tiran desde ahí).

Jennings es el séptimo jugador de la Liga que más triples tiró (su porcentaje, 37.5% no está nada mal sin entrar en más consideraciones), y evidentemente, cambia mucho la fórmula que esos 461 intentos (más de uno de cada tres de sus tiros de campo) cuenten con ese 37.5% o el 56.3% que debería. En total, el porcentaje de tiro efectivo de Brandon Jennings es de 46.8%, aún por debajo del 49.6 eFG% que marcó la media de la Liga este año. Pero si hiciéramos la clasificación por porcentajes para jugadores con más de 1000 minutos el pasado año, le auparía de la 234º posición utilizando FG%, al 198º con eFG%.

Si usásemos además otra medida que incluye el tiro libre, el porcentaje de tiro verdadero o TS%, y que ofrece una radiografía completa de los puntos por tiro de un jugador, Jennings se sigue acercando a la media (51%, a 2.5 puntos porcentuales del 53.5% que marca la referencia) y escalando posiciones. De nuevo, ser 191º de 263º no es para dar palmas, pero es bastante mejor que ser 234º.

Pero podemos seguir un poco más adelante. Y es que, Brandon Jennings es un gran jugador protegiendo la pelota, entre los bases que menos balones entrega al rival. De 76 point guards con más de 500 minutos el pasado año, Jennings fue cuarto en minutos, pero duodécimo en pérdidas. Si vemos el porcentaje de pérdidas teniendo en cuenta las asistencias (es decir, cuantas pérdidas por cada tiro, viaje a la línea o pase para canasta), es el 13º del grupo con un 10.7%, sólo por detrás de Hill, Paul, Parker, Calderón y Walker, como sexto entre los titulares. Y diría que no es casualidad, porque su cifra del año pasado, un 9.2%, fue la segunda tras Chris Paul.

Si añadimos a la fórmula de puntos por tiro las pérdidas (ajustando con el número de asistencias dadas para no perjudicar a los pasadores) para crear los llamados puntos por posesión, entonces, Jennings es 159º en la clasificación general de la Liga de jugadores con más de 1000 minutos. Vamos mejorando.

Y frente al gráfico de tiro de la Liga con poco verde, nosotros ponemos este otro, que compara el porcentaje de Jennings con la media de la Liga con una mayor granularidad y detalle, y lo interpretamos.

Está claro que Brandon tiene un problema finalizando sus penetraciones y tirando desde las esquinas, pero el gráfico de la Liga no acaba de enseñar lo bueno que es tirando el triple frontal. Es el sexto jugador que más ha metido en la Liga la pasada temporada, con un porcentaje de acierto, 37.8%, superior a la media (35% el último año). Y con vistas a su nuevo equipo, esta distribución de su puntería es positiva.

Uno de los problemas claros que los Pistons van a tener son lo mal que van a poder estirar el ataque cuando Smith, Monroe y Drummond jueguen juntos. Así que a Jennings no se le pedirá que penetre mucho porque, simplemente, no va a haber espacio, de hecho, los Pistons estarán encantados con la amenaza que supone Brandon en las jugadas de bloqueo y continuación tirando de lejos. Los números le sitúan como uno de los mejores levantándose para tirar (39.8% en triples en estas situaciones, todas con tiro tras bote), y puede penalizar a la defensa que mande esperar cerca del aro al hombre alto. Jennings demandará atención más allá de la línea de 3, lo que va a dar ese medio segundo de ventaja a sus hombres altos, más hábiles en Detroit que en los Bucks. Especialmente interesante será ver la evolución de Drummond, explosivo y potente, pero algo verde leyendo las defensas y ayudas, y que con el nuevo base tendrá que colocar los bloqueos más arriba de lo habitual. Esto le obliga a utilizar un metro más, que para Andre, será aún más velocidad  para encarar el aro o más espacio para cometer errores, sin mucho término medio.

Y sin Monta Ellis a su lado, tendrá más el balón, y no le veremos habitualmente parapetarse en la esquina para tirar. Utilizar su cuerpo para anotar o sacar faltas cerca del aro y el tiro tras pase son sus verdaderos talones de Aquiles, y en Detroit los utilizará algo menos en teoría. Pero lo que más feo queda y más disgusta al aficionado, que son los triples chuzados desde el semicírculo, es más virtud que defecto, ya que por volumen y acierto está en la zona noble de la Liga.

Respecto a sus capacidades como director de juego, las 5-6 asistencias por partido en las que se mueve no inspiran mucho, pero viendo que en Milwaukee no ha tenido mucho talento ofensivo alrededor, ni un entrenador (Skiles casi hasta el final) con ganas de trabajarlo mucho, lucen mejor en contexto. En una entrevista este verano, Joe Dumars comentaba que antes de apretar el gatillo en la operación BJ (pun intended), revisaron horas de vídeo, comprobando que su visión de juego y capacidad de pase eran mejores a la fama, y quedaron contentos con lo que vieron, aunque tal vez necesitarían animarle a hacer esos pases. Yo comparto la opinión que esta parte del juego de Jennings es entrenable, y me parece el típico jugador que si se siente rodeado de jugadores de nivel no le importa pasar el balón.

Lo que si no tiene mucho perdón, y quizá, tampoco, mucho arreglo, es el drama en defensa. Jennings es pequeño, pero no es en jugadas que dependan del tamaño donde se ve superado: no sigue las jugadas en defensa y es un chollo para su rival, que siempre suele estar abierto para tirar. Aunque no tenía el beneficio de estar acompañado por un buen jugador defensivo, ya que su compañero es otro canijo y vago como Ellis, el RAPM (+/- ajustado y normalizado) le echa algo más de culpa a él. Con los mismos grupos de otros 4 jugadores, en más de 1000 posesiones, el equipo era 6 puntos por 100 posesiones peor con Brandon que con Monta. Y su registro total, -3.2 puntos por 100 posesiones en defensa, es el 9º peor en toda la Liga de jugadores con más de 1000 minutos. La esperanza es, que sus números en años anteriores fueron mejores, y que sus defectos son más de interés y compromiso que de habilidad o técnica.

En general, se habla mucho de los hombres altos, pero la de base es seguramente la posición en la que los jugadores se toman más tiempo para demostrar su potencial. Hay una gran cantidad de point guards que han necesitado un cambio de aires, o llegar a su quinta-sexta temporada para demostrar su madurez. Conley es el ejemplo más reciente, pero la Liga tiene muchos. Tony Parker, Chauncey Billups, Baron Davis, Sam Cassell, Steve NashTerrell Brandon… Jennings sólo tiene 24 años, y entra en su quinta temporada, esa en la que tantos otros pegaron el espaldarazo. Por ejemplo, se corresponde con aquella en la que un tal Mo Cheeks (que por afinidad posicional seguro será un buen mentor) fue por primera vez al All-Star.

Con un contrato por unos 8 millones al año, Jennings tiene un gran valor. Ha jugado cuatro temporadas casi completas (una fractura del quinto metatarso en diciembre de 2010 fue su única lesión) y con una NBA que tiende a hacer contratos más cortos, el suyo, de apenas 3 años, llega sin riesgo previo. Está un escalón salarial por debajo de los Curry (no olvidemos que aquí hubo descuento por el tobillo), Lawson o Holiday, vamos, el sitio que le corresponde como jugador talentoso y con proyección, pero con fallos en su juego. Y ojo, que si pegara el salto, saldría muy barato.

  • El escolta en el alero

La mayor duda para este comienzo de temporada en Detroit es quién ocupará el puesto de escolta titular. Las opciones son variadas: el hijo pródigo y prodigio, venerable veterano, al que el arroz puede que se le haya pasado ya (Chauncey Billups), el prometedor novato (Kentavious Caldwell-Pope), el horrible tirador que además es más efectivo jugando de base tróspido (Rodney Stuckey) o el alero converso al que ya han utilizado ahí (Kyle Singler).

Con la necesidad de este equipo de añadir un tirador más, por tener las medidas más típicas en la posición, y el mayor potencial, Caldwell-Pope sería una muy buena opción, pero Cheeks quizá prefiera algo más de experiencia. Aunque se ha ido abriendo más a los novatos (de la época de Philly y la siguiente en OKC como asistente el año de la llegada de Harden e Ibaka no hay queja alguna), en su paso por Portland tenía la fama de no confiar mucho en ellos, con ejemplos como el de Zach Randolph. Por otro lado, KCP está acostumbrado a ser el hombre en Georgia, y aquí Detroit necesita una quinta opción, alguien que no tenga problemas con ser poco más que un espectador en ataque y que tenga ritmo de tiro aunque intervenga poco, algo que no sabemos si puede hacer, ni si es lo que más ayudaría a su desarrollo.

Billups puede ser una opción interesante, y su historial como base le da a Mo la opción de apretar la rienda a Jennings en la pista sin castigarle con el banquillo si quiere corregirle. Pero Mr.Big Shot tras su lesión de Aquiles es más bien Mr.Bad Shot y no sé si tiene la autoridad moral ahora mismo para tutelar a un jugador en los misterios de la selección de tiro.

Quizá la elección también dependa de cómo se organiza una segunda unidad que no tiene un pívot claro (no sé si Josh Harrellson da el nivel) y que el año pasado sobrevivió gracias a la explosión de Drummond, pero este necesita un nuevo protagonista, para que el liderazgo no acabe en Will Bynum o Charlie Villanueva. Estos dos y Stuckey hubieran sido una apuesta prometedora en 2009, pero en 2013, lo que son es 9.4 puntos peores que el rival (por 100 posesiones) cuando se juntan.

Y por último, veremos como integran a Gigi Datome. Tras un gran EuroBasket, podría ser el prototipo de cuatro abierto que este equipo esperaba de CharlieV y una alternativa si hay atasco interior. No confío demasiado en que Cheeks le dé oportunidades, pero cosas más raras se han visto.

La Crónica On Tour: Una noche en el Barclays

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Al descanso no pintaba tan bien. Los Nets se iban 12 arriba (habiendo llegado a tener una ventaja de 17), y tener el partido instalado en ese ritmo glacial que tanto le gusta a Avery Johnson, no ayudaba al espectáculo.

Avanzamos un par de horas, y el panorama es completamente diferente: tenemos el primer tiro ganador sobre la bocina de los Nets en más de 3 años y el primero que se ve en el Barclays Center, en la segunda prórroga.

No es que el partido ganara por el camino en estética, pero sí lo hizo en intensidad, algo que con estos Nets es siempre una garantía, y a lo que los Pistons, que trabajaron durísimo anoche para mejorar el registro de 2-11 que tienen a domicilio, se apuntaron sin dudar. Y por supuesto, en emoción, ya que los dos equipos tuvieron múltiples oportunidades para cerrar el partido a su favor mucho antes.

Joe Johnson fue el ejecutor final, pero toda la noche estuvo a un nivel fantástico. Especialmente cuando acababa Maggette con él. Es curioso como funcionan las percepciones. Maggette ha jugado hasta de PF en los Warriors, y la posición habitual de Joe Johnson es la de escolta, pero JoJo es más grande, y utilizó su tamaño como ventaja es más de una posesión.

Deron Williams también dominó el juego y los Nets ayer pusieron práctica a la teoría de que forman el mejor perímetro de la Liga. Aunque Brandon Knight, todavía está aprendiendo, y no ha desarrollado aún la química necesaria, especialmente con Monroe, para que su defensa tenga impacto en los 2 contra 2, me parece un buen y esforzado defensor en el 1 contra 1, y Deron ayer se plantó en cada jugada en el lugar que deseaba en la pista sin mayor complicación.

El resto del equipo, salvo por los Brook’s, uno renqueante, y el otro irregular, no tiene ese talento, pero sí la disposición a trabajar. Evans ayer no tuvo uno de esos partidos en los que crea caos, ya que contra todo pronóstico, uno de los peores equipos de la Liga reboteando en defensa, mantuvo a uno de los mejores muy por debajo de la tasa media. Pero sí lo hizo Gerald Wallace, jugador espectacular en directo, cuando puedes oír su falta absoluta de miedo estrellándose contra el suelo. Estoy seguro que cada vez que Wallace se lanza desesperadamente a por un balón hay un pequeño terremoto que sacude el Barclays.

Por parte de los Pistons, me queda una buena impresión para el futuro. Drummond sigue demostrando en pocos minutos una maravillosa capacidad de trascender, haciendo el papel ayer de Reggie Evans con la camiseta del rival. En defensa, ya manda a sus compañeros, aunque no le hacen mucho caso, principalmente porque pide cambios continuamente. No todos los equipos ponen esa presión de bloqueos y movimiento de los Nets, así que Drummond puede tomárselo con filosofía.

Knight sigue haciendo muy fácil lo de tirar de 3, y Singler, con el que hablamos antes del partido, y ya compartiremos algún detalle más, demuestra esa habilidad para estar siempre en el lugar adecuado. Monroe no jugó uno de sus mejores partidos anoche, fallando por mucho unos tiros libres que hubieran dado una elevada probabilidad de victoria a Detroit, pero está fuera de toda duda. Hay futuro, pero falta oficio en el presente.

Y respecto a la jugada final: es curioso como un técnico tan obsesionado con marcar todas y cada una de las jugadas, y que mata con un tiempo muerto absolutamente todas las posesiones al final de los partidos, luego acaba proponiendo variaciones tan pobres del aclarado a Johnson o Williams. JoJo acertó con un tiro difícil, ante un defensor con pedigree, pero Avery puso al equipo en posición de tener que afrontar una tercera prórroga.

Afortunadamente, el metro recorre New York 24 horas, y así, tener 10 minutos más de #BaloncestoGratis es un placer que no puedes controlar, pero te puedes permitir, y a mí no me hubieran importado otros 5. Gracias, Avery hiciste lo que estuvo en tu mano.

Respecto a algunas cosas que vimos antes y después del partido… tendríamos que empezar en el calentamiento de un par de horas antes en la pista principal, con Drummond y Kravtsov trabajando con Roy Rogers en todo tipo de movimientos en el poste bajo y tiros a media distancia y desde la línea. Nada fuera de la rutina habitual, excepto por un aparte que hicieron son Slava para ponerle a botar una pelota de tenis mientras hacía skipping. De nuevo, nada que no se haya visto antes, pero me pareció curioso el detalle, y el esfuerzo que demostró Drummond, jugador cuya ética de trabajo y esfuerzo se puso en duda antes, durante y después del Draft, pero del que no tengo dudas ahora. Realizó todo el trabajo al 100%, sin un mal gesto.

Por los Nets, tras ver a los jugadores menos habituales, como Childress, Teletovic, Taylor o Shengelia practicar el tiro, Deron salió a continuación a calentar el lanzamiento de 3, y cuando se fue, volvió Taylor.

En el vestuario tuvimos una interesante charla con el elocuente Stackhouse sobre su papel en el ataque y los triples desde la esquina, que ya ampliaremos, y se fue a estirar un poco para tratar de volver a tiempo para el partido contra los Knicks la semana que viene.

Al acabar, todo fue más rápido. Los dos equipos vuelven a jugar hoy, los Pistons en Detroit contra Indiana, y los Nets en Chicago, y tuvieron que coger el avión justo al terminar un partido que se alargó un poco más de lo previsto.

Como la omnipresencia no es posibilidad, había que elegir en que vestuario estar, y el del ganador siempre parece una buena opción. Preguntas a Brook Lopez sobre cómo se encontró, tanto en salud como en ritmo, a Joe Johnson acerca de las sensaciones al anotar el último tiro, a Gerald Wallace sobre su esfuerzo infinito y a Deron… sobre sus compañeros.

Me resultó curioso que Williams llevara en su maleta una bufanda y una camiseta de los Pittsburgh Steelers. A posteriori, he visto que Deron es fan de este equipo. Como los Nets no juegan hasta el martes, ¿hará Deron una escapada el domingo a su Dallas natal para ver al equipo? Y otra cosa que me llamó la atención es ver a Wallace pedir el box-score al final del partido. Lo que me sorprendió es saber lo primero que mira: «Minutos y pérdidas». Como Crashya estaba casi saliendo por la puerta y el turno de preguntas languidecía, me quedo con la duda si lo de monitorizar sus minutos es por las recurrentes lesiones que atraviesa, o por comprobar su acondicionamiento físico, o…

Y me dejó para el final al actor principal: el Barclays Center. Un estadio fantástico, tan bonito como se puede ver desde el sofá. Está claro que aunque sea multidisciplinar, se ha hecho pensando en el baloncesto, y en transmitir la imagen de marca que han creado para la franquicia. En todo el estadio no parece haber un mal sitio para ver el juego, y una pantalla de generosas proporciones y un buen equipo de sonido (demasiado, incluso) ayudan.

Es bonito, moderno y funcional, por dentro y por fuera. En la parte de atrás, el exterior aún no está terminado, pero poco le queda ya. Merece una visita de todo aficionado a la NBA, pero, en el fondo, es un pabellón… que a veces cuando hablamos del Barclays parece que tiene vida propia.

Esta noche estaremos al otro lado del puente, para vivir el Knicks-Cavs desde el Madison. Ya te contaremos.

Avance de temporada: Detroit Pistons

Pinta a que este será el cuarto año que los Pistons pasan en ese purgatorio en el que son lo suficientemente buenos para no hundirse en los peores puestos de la Liga, y lo bastante malos para no entrar en Playoffs. El equipo sigue rejuveneciendo, añadiendo cinco novatos, y por los movimientos que (no) ha hecho, Joe Dumars ha decidido que este no es todavía el año para competir.

A pesar de ser un grupo joven, en el núcleo principal nos encontramos a gente veterana y con reducido o ningún margen de mejora ya como Bynum, Prince, Maxiell, MaggetteStuckey y Villanueva, y con los jovenes estancados como Jerebko y Daye, los Pistons solo pueden contar a priori como segura la mejoría de Monroe, uno de los mejores anotadores interiores de la Liga ya, con todavía espacio para ser mucho más, y la de Knight que se vio eclipsado por el fabuloso año de Irving o incluso Rubio y Lin como casi rookie, y debería seguir progresando este año.

Detroit necesita defensa, algo que acentúa incluso la marcha de Ben Wallace, y tiro exterior, y todos los novatos que han traído aportan una cosa o la otra. El problema es que a pesar de que no haya indiscutibles más allá de Monroe, hay demasiados jugadores competentes con talento suficiente en este equipo para taparles el paso.

Los Pistons este año huelen a equipo mediocre, por la primera acepción de la RAE y sin querer ser despectivos. Por talento individual, colectivo y concepción de la plantilla. Pero al menos es un aroma al que ya llevan unos años acostumbrados.

Altas: Corey Maggette (Charlotte Bobcats), Andre Drummond (Draft), Kim English (Draft), Kyle Singler (Draft 2011), Vyacheslav Kravtsov (BC Donetsk), Khris Middleton (Draft)

Bajas: Ben Gordon (43.8% de los minutos), Ben Wallace (30.7%), Damien Wilkins (28.9%), Walker Russell (11.2%), Vernon Macklin (4.2%)

Empezamos:

Detroit Pistons en ataque 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.O.
27º 28º 15º 12º 28º
  • Se buscan: canastas

Los Pistons fueron uno de los peores equipos de la Liga en general, y también anotando. No fueron eficientes, y perdieron la pelota con mucha facilidad. En triples, aunque tuvieron un porcentaje en la media, fueron 26º en intentos, y pese a que atacaron mucho el aro (fueron segundos tras Denver en intentos a menos de un metro de la canasta) su porcentaje de acierto allí fue el tercer peor de la Liga (58.5%). De hecho, no están por encima de la media de acierto en ningún rango de tiros de 2 (son 20º, 22º y 28º  al ir aumentando la distancia).

El problema de los Pistons no es por tanto que se conformaran con malos tiros por distancia (su XeFG% estuvo por encima de la media y además también fueron a la línea a un buen ritmo, aunque les habría ayudado tirar más de tres), sino que no hubo el suficiente talento para meterlos. Solo Monroe, Gordon y Jerebko tuvieron un eFG% por encima de la media y al añadirle los tiros libres, solo Stuckey pasa la barrera en TS%. Lo malo es que tuvieron a algunos jugadores realmente ineptos en ataque. Austin Daye tuvo el peor eFG% de la Liga, con un mísero 35%, y solo Speedy Claxton en Atlanta en 2007 y aquel robo inverso del Draft que fue Tskitishvili en su año de novato han tirado más a canasta con ese porcentaje en la última década.

Will Bynum y Ben Wallace fueron 14º y 15º por la cola con su 39.9 y 40.1 eFG% respectivamente, entre todos aquellos jugadores con más de 500 minutos. Sumando a Damien Wilkins y Tayshaun Prince, los Pistons tuvieron 5 jugadores con un eFG% por debajo del 45%, solo por detrás de Charlotte, que tenía 6 jugadores en ese grupo. Teniendo en cuenta que solo 70 personas hicieron la gesta, en estas dos franquicias se encontraron el 15% de los anotadores destroyer. 3 de esos 5 siguen el año que viene, y por cierto, uno de los 6 de Charlotte, Maggette (en su descargo, primer año en su carrera que le pasa), va camino de Michigan, a cambio de Gordon, uno de los que mantuvo a flote al equipo.

No solo Maggette, lo de Daye o lo de Prince, no se corresponde con el resto de su carrera y lo normal sería que regresaran a la media y mejoraran el año que viene. Por otro lado, salvo la recuperación de Villanueva, y un grupo de novatos con mucha destreza, pero que vienen de la 2ª ronda del Draft (Singler, English y Middleton) el equipo no ha añadido tiro exterior para aliviar la presión en el poste bajo, es más, se les ha marchado Gordon.

Aunque todos los movimientos que no han hecho en verano puede que los hagan durante el curso y que este equipo sea diferente (deshacerse de Maxiell o Maggette, reducir el número de jóvenes para dar más minutos a los que se queden…) los Pistons en principio van a sacar una rotación muy parecida a la del año pasado, donde las piezas no encajaban bien. Confiar solo en el crecimiento de Monroe y Knight para mejorar el ataque puede ser peligroso.

Y lo de las pérdidas tiene pinta de continuar el año que viene. De los 11 jugadores que formaron la rotación del equipo (más de 500 minutos jugados) dos de los que más la perdieron ya no están: Ben Wallace fue el que más, y Ben Gordon el 4º tras Bynum Knight, del que es de esperar que mejore en su segundo año. Pero los dos veteranos que lleganMaggette y Villanueva tienen un promedio bastante regular, y los novatos aunque puede que no entren mucho en juego este año, serían motivo de preocupación, especialmente Andre Drummond. Deberían reducirlas ligeramente, pero tampoco habría que esperar una gran mejora.

  • Invitado sorpresa

Como los Pistons vuelven con un equipo muy parecido, podría ser interesante echarle un ojo a su +/- para ver qué funcionó el año pasado. De los 11 quintetos que jugaron más de 48 minutos juntos, solo 4 tuvieron un parcial positivo, y casi la única conclusión que se puede sacar es que cuando Stuckey y Jerebko coinciden (en 3 de los 4 casos) el equipo siempre es mejor que el rival, y en los 6 con rédito negativo no aparecen ellos dos juntos. Los dos tienen además el mejor +/- para una pareja de este equipo con +87 en 556 minutos juntos,y suben (por 48 minutos) si le añadimos a Prince: con los tres al mismo tiempo, los Pistons superan al oponente en 70 puntos por 341 minutos, 9.9 cada 48 minutos, un muy buen registro, y más aún para un equipo cuyo margen de victoria (o de derrota, más bien) fue de -4.8.

El más beneficiado al mirar estos números es evidentemente Jerebko. Los números tradicionales no respaldan mucho esta valoración, e incluso perdió la titularidad frente a Wallace (aunque luego acabó el año Maxiell) por un comienzo de temporada algo dubitativo. La defensa tampoco es su especialidad, ni los números le respaldan en este fase del juego por lo que los aparentes buenos resultados de este equipo con el sueco en pista son casi un Expediente X. Comparado con Maxiell, habiendo jugado los dos prácticamente la misma cantidad de minutos, su producción es un empate técnico. Jerebko anota un poquito más y mejor porque la llegada de Monroe ha hundido la eficiencia de Maxiell, pero el veterano ya ala-pívot consigue que su hombre en defensa anote algo peor.

El éxito de las unidades con Stuckey, Prince y Jerebko en pista, se debe principalmente al ataque, ya que el equipo mete 115.5 puntos por 100 posesiones cuando se juntan ellos tres. A la vista de esto, la mejora seguramente esté en una de esas cosas en las que tanto hincapié se está haciendo en la NBA recientemente: espaciar la pista. Stuckey, aunque cada año se prodigue más, y Prince, tirador más que respetable, sobre todo desde la esquina izquierda del ataque, no lanzan mucho de tres y el juego de Monroe está prácticamente restringido al área más cercana al aro.  Añadir otro jugador en ataque que no sea temido ni con el balón, ni como tirador, ni más allá de la pintura como Maxiell hace más fácil defender a este quinteto. Abriendo el campo algo más sin embargo, Monroe lo tiene más fácil para ir a trabajar y desde las dos esquinas puede haber ahora una amenaza.

El éxito de este quinteto abre para mi gusto una posibilidad interesante que pasa por utilizar en el puesto de 4 titular… a Charlie Villanueva. Pese a haber sido difamado, en parte con razón, en parte por un contrato desorbitado del que él no tiene culpa, si la clave de ese grupo de Detroit es la posibilidad de abrir la cancha extendiendo a los jugadores por el perímetro, hace dos años, metió el 38.7% de los triples intentando 4.3 por partido. Su defensa es horripilante, pero bueno, en fin, vendría a sustituir a Jerebko.

Se puede optar por, y para el futuro de la franquicia seguramente sea mejor, utilizar a los jóvenes, tanto a Jonas, como intentar recuperar al una vez prometedor Daye, o dar más minutos a Drummond moviendo a Monroe al puesto de ala-pívot. Pero probablemente, el año que viene, colocar a Villanueva en el quinteto titular es lo que más posibilidades de victoria daría a los Pistons. Es relativamente joven: con 28 recién cumplidos, está prácticamente en el mejor momento general del arco de la carrera de un jugador NBA (y en la mejor forma de su vida, como dicen todos por estas fechas) y como los dos años de contrato que le quedan parecen inamovibles, ¿por qué no utilizarlo? Su valor solo puede ir a más, y eso no va a suceder si se pudre en el banquillo. Si juega, mete triples y al equipo le va bien, quizá pueden colocarlo, librándose de pagarle un año más y obteniendo algo, aunque sea poco, a cambio. O simplemente utilizarlo ellos mismos.

  • Torres mellizas

Cuando Andre Drummond, jugador de potencial descomunal, pero futuro incierto, caía a los brazos de los Pistons en este Draft, la posibilidad de que formaran el tándem que dominará el juego interior de la Liga de aquí a un lustro se empezó a forjar. Drummond, en mi opinión, está ya preparado, pardilladas de novato aparte, para impactar en partidos con su defensa. Es en ataque donde se necesita más trabajo con él, porque su tiro es absolutamente inexistente. En su primer y único año en UConn, metió el 29.5%… de los tiros libres.

Y aquí viene uno de los grandes problemas para él y para este equipo. En una Liga que migra inexorablemente hacia el small-ball, un tándem de hombres altos solo tiene su justificación cuando los dos pueden castigar al contrario imponiendo sus centímetros en ataque. De Monroe, sabemos que puede hacerlo, Drummond ahora mismo no. Su defensa le puede mantener toda una carrera robando de aquí y de allá, a lo Kwamé, pero será su desarrollo anotando lo que le puede convertir a él en una estrella, y a los Pistons en una franquicia con futuro.

Ya hemos visto con el ejemplo de Jerebko y el mal porcentaje cerca de la canasta, que este equipo lo que necesita es expandirse hacia afuera. Monroe fue magnifíco anotando el año pasado de todas las formas: estuvo por encima de la media de la Liga en efectividad tanto cortando a la canasta, como finalizando bloqueos directos, como posteando a su par. Pero su rango se limita a la pintura, o una zona muy cercana. Y parece imposible a día de hoy esperar de  Drummond algo que no sea finalización en el aro o uso de las segundas oportunidades que él mismo puede crear, lo que en un equipo que además tendría a jugadores que no son precisamente tiradores puros como Stuckey, Maggette o Prince en las alas, me da que pensar que la pareja MonroeDrummond, aunque suene bien, y complementaria, hubiera tenido más sitio hace 10 años que ahora. Me temo que con ellos va a pasar lo que con la OTAN en su día. De entrada, no.

  • Fragilidad perimétrica

Detroit ahora mismo tiene solamente cuatro jugadores, uno de ellos rookie, entre los 15 con contrato, para ocupar el puesto de base y escolta. Salvo experimentos raros con alineaciones grandes, colocando a Prince de escolta, o tirando de Middleton o Singler fuera de posición, lo que además les daría otro novato más, están los que están. Aunque ya tienen la plantilla completa, al training camp han invitado a Jonny Flynn, el base de Syracuse que hace 3 años el Draft colocaba a la par que Ricky Rubio y a Terrence Williams, y no nos sorprendería que uno de los aleros novatos o Kravtsov tuvieran que hacer las maletas para dejar sitio a uno de estos dos.

Stuckey nunca ha jugado una temporada completa, y en 3 ocasiones se ha perdido más de 10 partidos. En las 4 temporadas que lleva Bynum en los Pistons, 63 es el número máximo de partidos que ha jugado. Si permanecieran sanos ellos dos y Knight, que lo jugó todo en su año de debut, con un poquito de Kim English tendrían suficiente. Pero es evidente que las probabilidades de que esto ocurran son ínfimas.

Con los Pistons teniendo todavía unos 2.5 millones de su MLE disponible habría que preguntarse por qué no se han interesado por un año de Barbosa. Sería de golpe, probablemente  el mejor tirador del equipo (con experiencia), y los Pistons ya están acostumbrados a los exteriores bajitos que se emplean en ambas posiciones. Aunque no pueden ofrecer un equipo competitivo para Playoffs, la oferta de los Pistons doblaría económicamente a las de los equipos con el mínimo. No parece buen complemento a largo plazo con Stuckey o Knight, pero en este caso vendría como extintor en caso de incendio. Si no les convence lo que ven en Flynn o Williams, Barbosa solo costaría un par de millones más e incluso podría ser traspasado a lo largo del año, si con sus buenas intervenciones convence a un aspirante que tal vez lo necesite.

Así que sí, los Pistons tienen un problema de profundidad en el perímetro. Pero también otro superficial: los números de Stuckey siguen siendo significativamente mejores cuando juega de base y Detroit está gastando sus recursos colocándole a él o a Knight de escoltas o en el banquillo. Cuando Stuckey dirige la defensa, mete más puntos por tener mejor eFG% (47.8 vs 44.9% la pasada temporada), va más a la línea (12.7 vs. 8.2 por 48 minutos), rebotea algo mejor y hace menos faltas. Además, en defensa, permite 3 puntos por 48 minutos menos de su emparejamiento directo, obligándole a lanzar con peores porcentajes. Puede que también sea cosa del compañero, que cuando juega de base suele hacerlo con Gordon, y de escolta con Knight, y que se apañe mejor con Ben, pero las diferencias también existieron en años anteriores con otras parejas de baile, y si vemos los números de eficiencia por tipo de jugada es mejor respecto a la media en aquellas que implican dominio de balón (aclarados y bloqueos directos) que en tiro tras pase. Su porcentaje en tiros de tres, 28.1% a lo largo de su carrera en 367 triples por 334 partidos también alerta de la situación, aunque poco a poco va mejorándolo y ya este año logró pasar la barrera del 30%.

Tal y como está construida este año la plantilla de los Pistons, Stuckey pinta a escolta a tiempo completo, y aunque la diferencia hasta ahora no haya sido radical, es palpable, y no es la mejor manera de sacar todo el rendimiento de la producción de este jugador.

  • Agua por aquí, agua por allá
Detroit Pistons en defensa 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.D.
22º 24º 21º 24º 10º 17º

No parece tampoco que vaya a ser la defensa lo que haga mejorar a este equipo. Añadir a Maggette y Villanueva si permanece sano por Gordon es un movimiento casi lateral, y si Drummond llegara a jugar unos 1.200 minutos el año que viene, el equivalente de reemplazar a Ben Wallace, me sorprendería que como novato mejorara ya las prestaciones del veterano, que todavía se mantenía en la Liga gracias a su forma de defender y de rebotear atrás, ya que fue el mejor de la rotación del equipo con un DRB% del 23.7%.

Lo mejor que hizo este año el equipo en defensa fue forzar bastantes pérdidas, y no solo con robos, ya que estuvieron entre los 10 peores equipos recuperando balones, sino forzando personales, donde fueron Top 10. El novato Brandon Knight, con 30, estuvo especialmente espectacular, sacando un gran número de faltas de ataque de su rival y obteniendo nuevas posesiones para el equipo.

De todos modos, si Drummond está menos preparado de lo que pensamos para ser un Estopa Mix y reemplazar a Wallace, y Prince, todavía un defensor más que efectivo, pierde minutos para que los reciba Maggette, esto se puede poner aún más feo.

  • Mal porno

Los aficionados creo que, de los Warriors, le dieron este apodo de «Mal Porno» en su día a Maggette y tal vez este año se pueda aplicar a su nuevo equipo: la meten, y hay penetración constante, pero no acabas de quedar satisfecho con lo que estás viendo.

Los Pistons son un equipo que viene cortito de talento anotador, que no va a poder abrir el campo, y en el que no se vio capacidad de creación para el compañero, quedando 28º en asistencias el año pasado, y me sorprendería que no fueran de los peores ataques de la Liga también el año que viene. 102.1 puntos por 100 posesiones puede ser una estimación en línea con la pasada temporada

Y en defensa, no les veo mejorando pero al menos les mantengo la posición que ocuparon este año, que se correspondería con un Índice Defensivo de unos 110.1 puntos en contra. Como sucedía con los Bobcats por ejemplo, creo que son un equipo con pocos jugadores de dos direcciones, y sus Índices están destinados a ser un balancín: dependerá de si emplean más a los aptos para la defensa (Prince, Maxiell) o el ataque (Villanueva, Maggette) que suba de un lado, bajando seguramente del otro.

Esto les daría una esperanza de 21 victorias, bastante por debajo de las 31 que tendrían si proyectamos las 25 del año anterior a 82 partidos. Supondría un gran paso atrás para los Pistons, y no acabo de estar conforme con la predicción pero me la quedaré por tres motivos: son uno de los pocos equipos del Este que en teoría han empeorado la plantilla para el año que viene, haciéndola más joven; ya el año pasado su esperanza de victorias fue menor, de solo 22 victorias, y de alguna manera lograron rascar tres más y finalmente, mantuvieron un bloque bastante sano, en comparación con otros equipos de la parte baja del Este que acusaron bajas más importantes y de más duración. Pero, en fin, a ver qué ocurre con ellos.

Prima de riesgo

Viendo a Oklahoma City este año en las Finales queda claro que se puede montar un equipo ganador a través del Draft, pero es importante acertar con las decisiones, o uno se puede pasar años en bucle sin salir de ahí. Mientras que de muchos jugadores, se conocen las fortalezas y debilidades (aunque siempre haya sorpresas), otros son una incógnita, de la que se habla en términos potenciales. Estos son los jugadores con más riesgo, teniendo en cuenta dónde parece que van a ser elegidos el 28 de junio, en el NBA Draft 2012.

Bradley Beal: Nos encanta Bradley Beal, y además creemos que iría como un guante a equipos que están en posición de elegirle: un escolta como él, al que le gusta y sabe jugar sin balón, y que aporta rango y espacio al ataque, funcionaría perfectamente con bases anotadores como Irving o Wall. Pero lo que en las posiciones que se le ha tenido todo el año en las previsiones, podía convertirle en uno de los robos, se convierte en un pequeño riesgo si se le va a escoger en el Top 4, de donde él mismo no piensa que vaya a bajar (parece, de hecho, que solo entrenará para equipos que tengan una de las 4 primeras elecciones). Y el problema es su tiro de 3 este año en Florida. Un 33.9% no es la mejor carta de presentación para un tirador que puede salir tan alto en el Draft. En los entrenamientos el tiro está luciendo bien, y parece que esta mala temporada desde larga distancia podría ser solo un resultado pasajero. Pero este año con las elecciones más altas solo se puede acertar con las estrellas, y aunque no solo vive de su habilidad de francotirador, ese número está marcado en rojo en todos los informes con su nombre.
Prima de riesgo en: 30 puntos básicos. Beal puede ayudar a un equipo de más formas, aún en el peor caso de que acabe siendo un tirador regulero.

Damian Lillard: Descargo de responsabilidad 1: No he visto ningún partido de Weber St. Descargo de responsabilidad 2: No paro de oír hablar bien de él. Descargo de responsabilidad 3: Fue uno de los grandes ganadores de la Combine. Ahora bien, me preocupa muchísimo de donde viene Lillard. No es que un jugador de una escuela pequeña como Weber State, en una conferencia microscópica como la Big Sky, no pueda ser el mejor jugador del Draft, pero si os fijáis en algún vídeo de sus mejores momentos, como este…

¿No os parece una pandilla de enanos en canastas de mini-basket? En serio, pasé todo el vídeo esperando a que aparecieran Peter Dinklage y Verne Troyer en alguna de esas jugadas. La adaptación a la NBA de Lillard va a ser la más difícil de todos los jugadores de primer nivel este año, porque… comparad la NBA con el vídeo de arriba. Supongo que si sigue escalando en las previsiones (que fuera a Portland en el número 6 no parece nada descabellado ahora mismo) después de entrenar con el resto de jugadores de su promoción, es porque está dando muestras de que también puede competir al máximo nivel. Pero viendo sus números esta temporada, a mí se me enciende una luz roja: su peor partido fue contra California, una escuela de la Pac-12 y también hizo malos números contra BYU, los dos equipos de más nivel a los que se enfrentó. Y solo dos veces en su carrera se ha quedado por debajo de los 10 puntos de anotación, en su primer año, y una de esas veces fue la única vez que se enfrentó a un rival del Top 25, UNLV. Como ya digo, no he visto a Weber St. y no conozco la intrahistoria de estos partidos: el nivel de su equipo era muy inferior, y no me extrañaría que BYU, UNLV y Cal planearan pensando en él y solo en él. Pero esos números están ahí. Con la escasez de bases y la necesidad de algunos equipos que eligen muy arriba, Lillard va a ser un jugador muy deseado, pero no está exento de riesgo.
Prima de riesgo en: 100 puntos básicos. Está impresionando a los ojeadores en todos los aspectos, desde las mediciones, a las entrevistas, y el Universo NBA parece tener muy claro que Damian Lillard les pertenece.

Dion Waiters: Otro que ha escalado posiciones al acabar la temporada yendo de oca en oca, y del que ya se habla como elección segura en la primera mitad, por tener la promesa de algún equipo de la parte alta. Pequeñito para jugar de escolta, tiene más pinta de microondas desde el banquillo (que ha sido, precisamente, su rol en Syracuse) que de titular, que es lo que quieres encontrar en un Draft como este con tus elecciones más altas. Mejor penetrador que tirador, su defensa no es terrible, pero no va a vivir de ella. Sus mejores partidos los hizo este año en el Big East Tournament, en el Madison Square Garden, lo que puede ser una noticia buena o mala: podemos estar delante de un jugador que se crece en el escenario grande, uno de esos jugadores del Stephen Jackson Club que le hacen el amor a la presión, o podemos estar hablando de un jugador que se activa cuando le apetece, y al que dos grandes actuaciones en el mayor escenario de todo han ayudado a sobrevalorarlo.
Prima de riesgo en: 150 puntos básicos. Si las cosas le van mal, aún tiene el talento para ser un anotador con la segunda unidad, y su carrera NBA pinta larga. Simplemente, puede que no sea en el rol que alguien que le escoja arriba tenga pensado.

Perry Jones III: Durante el torneo prometimos llamarle Perro Jones, y lo vamos a cumplir. Creemos que eso ya lo dice todo, Jones es un jugador apático, vago, pasota, que no ha mejorado en Baylor después de quedarse un año más (un indicador que horripila a los ojeadores NBA), el clásico tweener que es lento y no lo suficientemente buen tirador para jugar de alero, pero muy tirillas para hacerlo de ala-pívot. En el caso de Jones, yo solo le veo aprovechando su talento si puede jugar de ala-pívot, pero dependiendo de donde acabe le pueden terminar de arruinar colocándole de alero.
Si le preguntas a él, te dice que la culpa a todos sus males es de Scott Drew, su entrenador, en lugar de reconocer lo que él hace mal. No es que Drew fuera brillante, pero la culpa de lo que pasó este año en Baylor es una cuenta que deberían pagar todos a escote. Y hay muchísimos equipos NBA a los que no les interesa un tío que se esconde y se hace el tonto cuando la camarera viene con el recibo.
Prima de riesgo en: 300 puntos básicos. Casi todas las previsiones le tienen ya fuera de la lotería donde su riesgo se convierte ya casi en oportunidad. Pero de todos modos, Jones tal vez sea el jugador con más papeletas de no encontrar su sitio en la NBA de toda la primera ronda.

Andre Drummond: El caso típico de siempre, pívot de condiciones perfectas y cuerpo de deidad griega que ahora mismo es valorado por lo que puede llegar a ser, más que por lo que ha demostrado. Sí es verdad que en defensa parece bastante hecho, al menos a nivel universitario, pero su habilidad ofensiva, más allá del rebote y palmeo, no es que esté verde, es que es inexistente. Ni movimientos desarrollados en el poste bajo, ni habilidad alguna para tirar, de hecho, podría ser el peor lanzador de tiros libres de la Liga el año que viene, y mira que hay competencia. Si no son capaces de enseñarle a jugar, algo que es más fácil decir que hacer, y se queda en un especialista defensivo en una Liga que parece evolucionar al small ball, ¿merece una elección tan alta?
Prima de riesgo en: 450 puntos básicos. Y depende de en qué posición y para qué equipo sea escogido en la noche del Draft, podríamos verla subir por encima de los 500.

Harrison Barnes: Lo bueno de Barnes, a diferencia de otros primos de riesgo, él sí que ha producido bien en la NCAA, 17.1 puntos de promedio este año. ¿Lo malo? Hay una buena lista. Para empezar, en su segundo año se ha estancado, al igual que Perro Jones, clavando prácticamente lo que hizo en el primero, la mejora es inapreciable, de hecho, diríamos que ha dado un paso atrás como tirador. Segundo, ha estado jugando en uno de los mejores equipos universitarios, con el director de orquesta del año, Kendall Marshall, a su lado, y aunque anota mucho, principalmente lo hace como finalizador, cuando se tiene que crear su propio tiro, es, digámoslo… difícil de ver. Además, su Torneo, que no casualmente, coincidió en los dos últimos partidos con la lesión de Marshall fue flojísimo: 26% desde la línea de 3, 37% tirando de 2, y en los dos primeros partidos ante Vermont y Creighton no dio una sola asistencia.

Y luego está lo de fuera de la pista. Muchos equipos están siendo conectados a Barnes con aquello de es amigo de tal estrella de un equipo, o se lleva muy bien con el jugador franquicia de otro. No hace falta explicar como ha funcionado el nepotismo en la NBA estos últimos años. Los equipos tienen que elegir al mejor jugador, no al coleguita de su estrella, para tenerlo contento. Luego está, el numerito que montó para elegir a que Universidad iba, que fue «La decisión», antes de «La decisión». Tremendo:

y el chaval, antes de entrar a la NBA ya tiene su propio logo (enlazamos una captura porque lo borró de su Instagram), y lleva dos años dando entrevistas hablando y callando las cosas que pueden ser buenas o malas para su marca de la que habla sin tapujos. Un jugador que se cree mejor de lo que es, y que es posible que también parezca mejor de lo que es. Uh-oh.
Prima de riesgo en: 475 puntos básicos. Al igual que Drummond, la noche del Draft puede subir de los 500, pero ahora vemos más arriesgado a Barnes por aquello de no jugar en la posición premium. Equivocarse en un pívot 4×4 es menos pecado que hacerlo con un alero.