Anoche tenía unas ganas tremendas de ver el partido en Brooklyn, los Nets habían dicho que iban a jugar toda la serie de negro, pero… no, anoche de blanco… la primera en la frente.
Siempre se ha dicho que el segundo partido en unas series de PO es un partido de ajustes y el equipo de Thibodeau lo hizo pero a base de bien: defensa. Los Bulls fueron los Bulls y se sobrepusieron a las bajas apretando todo lo apretable en defensa y saliendo rápidos nada más coger el rebote, pero sobre todo, hubieron 2 factores diferenciables, Noah y la defensa a Deron.
El base de los Nets estaba teniendo unos números brutales desde el All-Star, actuación que repitió en el primer partido, así que aquí llegó el primer ajuste: Hinrich en modo lapa sobre él y adiós Williams, y con ello, adiós Nets. Además, casi literal, adiós Nets. La sensación que dio el equipo de Brooklyn era de un equipo que se sostiene demasiado en uno de los bases más jugones de la liga, y cuando éste no está, el resto del equipo lo nota, ya que jugadores como Gerald Wallace o Joe Johnson están siendo un poco pluf la verdad, pero el potencial como se dice en estos casos, haberlo, haylo. Sin encima en labores defensivas no aparece Evans, entonces ya…
Sólo López parecía que quería hacer algo decente en el lado de los del Brooklyn, incluso Joe Johnson pareció asomar mínimamente con 2 triples seguidos, pero era el partido de la defensa, del equipo, del conjunto, y la franquicia de Chicago sabe muy bien lo que es esto.
Noah, el cual está limitado en minutos por su lesión, demostró que hace más el que quiere, que el que puede, y sacó de quicio al ataque de los Nets, si encima sumamos la inoperancia ofensiva de estos, tenemos lo que más le gusta a Thibodeau, un partido controlado. Noah no está ni por asomo al 100%, pero esa casta que siempre ha demostrado hacen que jugadas como el tapón casi al final de partido, levante al resto de compañeros y jugadores como Nate Robinson, que siempre ha sido algo sospechoso, rinda a un nivel más que decente.
Los Bulls roban el factor cancha y sólo me queda pensar en que cuando dos plantillas son parecias (contando las bajas), la dirección de banquillo es clave y aquí el de Bulls,… es superior.
El Detalle: Rose en el banquillo… vestido de calle, no quiero ni imaginar lo que podrían dar de si estos Bulls con todos sanos…
En una jornada (repartida en dos días) en la que el equipo de casa, y por tanto, favorito teórico, había ganado todos los partidos, Thunder no tenía pensado ser el único en dar la nota, y de hecho, su victoria es seguramente la más clara de todas.
Salieron fuertes y Houston tardó más de seis minutos en anotar su primer tiro de campo. El equipo de Brooks se replegaba más rápido que de costumbre quitándole a los Rockets cualquier posibilidad de correr, mientras que ellos sí lo hacían, algo que Houston tardó en ajustar. Harden (al que el público, desgraciada e incomprensiblemente recibió con abucheos) fallaba sus primeros tiros, y le buscaban en defensa donde OKC consiguió un par de canastas fáciles haciendo cortar a su hombre.
Brooks empezó a tirar de un banquillo capitaneado por el inoperante Fisher, y McHale simplemente retiró de la pista a Greg Smith, su eslabón débil y se hizo pequeño. Dejó tres titulares en pista junto a Delfino y Beverley, que con 8 puntos en la primera parte revolucionó el partido, y Houston llegó a empatar.
Pero cuando el quinteto titular (Perkins incluido) volvió a la pista, OKC despegó de la misma manera que al comenzar el partido. Los tapones en la ayuda de Ibaka (gran partido el suyo en ambos lados) y los robos a Lin, que jugó una primera parte desastrosa (3 pérdidas, sólo 4 puntos y 5 tiros fallados), generaban canastas fáciles al otro lado, para marcharse al descanso con una ventaja de 13 puntos y lo que podía haber sido un parcial final de 10-0, que Harden congeló recorriendo toda la cancha en los 3 segundetes que le dejaron.
Westbrook tenía un 10-7-7 en el boxscore a mitad del partido (se quedó a dos rebotes del triple-doble, sin jugar un segundo en el último cuarto), y aunque como de costumbre, Durant anotó más y algo mejor, Thunder no hubiera sido lo mismo sin la agresividad suicida de Russell, que obligaba, como si su torso ejerciese una iracunda fuerza gravitacional, a todos los defensores de los Rockets a salirle al encuentro al corazón de la zona.
En la segunda parte OKC jugó tranquilo, administrando la ventaja, sabiéndose superiores. Cuando hasta Perkins se permite el lujo de convertirse en el playmaker en un contraataque, es probablemente momento para el rival de empezar a pensar en el siguiente partido, aunque aún estés a mitad del tercer cuarto. La distancia se fue abriendo poco a poco, en 10 puntos más, y en Oklahoma City la metía hasta el espectador que sacan a tirar desde el centro del campo: 20.000 dólares de premio.
En el último cuarto hasta Fisher se apuntó a la fiesta con un par de triples, y llegaron a los 100 puntos cuando Houston todavía no estaba en 70, momento en torno al cual, los titulares que quedaban, desaparecieron de la pista para no volver.
OKC es muchísimo mejor equipo, pero Houston todavía puede robar algún partidillo de esos en los que meta 15-20 triples y Harden se sienta flex. Horríficos en el tiro, como anoche, no va a ser. Unos cuantos jugadores de su plantilla aún presentan carencias en aspectos básicos del juego, y simplemente, todavía no tienen la menor idea de cómo parar a OKC. Con este ya son cuatro los partidos que han jugado entre ellos este año, y en ninguno ha metido Thunder menos de 119 puntos.
Cuando entrevistaban a Durant tras el partido, por la megafonía del Shakespeare Arena, y para los pocos aficionados que quedaban allí, ya que alguno se fue antes, se podía oír el «Takin’ care of business». Vaya si lo hicieron.
Empieza lo bueno y divertido. Anoche empezaron los PO de la NBA y como ya os dijimos, vamos a contar cada día lo que vamos viendo.
Anoche ya tuvimos un primer grandioso partido, el jugado en el Pepsi Center, entre los Nuggets y Warriors, en lo que tiene pinta de ser la serie más divertida de ver, aunque la lesión de Lee puede cambiar bastante las cosas.
Nuggets se plantaba en el partido sin Faried, aunque vestido de corto, ya se comentó que o hacía excesivamente falta o no jugaría y no lo hizo, esto más la baja de Gallinari dejaba al equipo de Karl un poco cojo, pero bueno, son los Nuggets y si por algo son conocidos es por su laaaaaaaaargo banquillo.
El partido fue intenso, digno de PO, pero se notaba que habían nervios, muchos nervios, como por ejemplo en un debutante como Curry, que se cascó un 0-9 para empezar, estamos en PO y cosas así suelen pasar. McGee también debutaba e hizo uno de los mates de la temporada tirando a Bogut al suelo y tal vez ganándose una técnica no pitada, pero bah, nos da igual, el mate fue brutalísimo. En breve, otra del bueno de JaVale… un tapón agarrando el balón más que dudoso que creo que podemos hablar del tapón ilegal del año. Todo 100% JaVale.
El partido seguía a un ritmo intenso, con unos Warriors jugando a lo suyo y apretando el defensa y unos Nuggets que hacían exactamente lo mismo. Hasta que llegó la lesión de Lee. Ahí los Warriors echaron de casta, toda la del mundo para poder afrontar el final del partido, aunque Curry estaba algo más apagado, su triple casi al final del partido fue uno de los de marca de la casa para empatar el partido a falta de 15 segundos fue BRUTAL.
Pero apareció Andre Miller, que se estaba marcando un partido casi épico y a sus 37 años de edad metía su primer game-winner de su carrera, dejando a los Warriors muy al borde de la orilla y encima con bajas.
Esta serie va a ser divertida, todos sabemos que Curry va a tener un día que se irá a los tropecientos puntos, mientras que en los Nuggets cualquier día puede salir cualquiera…además, está McGee…
El Detalle: La brutalísima defensa de Iguodala a Jack en las jugadas finales del partido…
James Goldstein, Jimmy Goldstein, uno de los aficionados mas reconocidos dentro de la NBA y una de las piezas angulares de nuestra filosofía en La Crónica Desde El Sofá.
Con una casa digna de películas, series y anuncios, con linea de ropa, siempre acompañado de módelos a cada cual más joven y con un Instagram digno que sigáis ya o ya.
Jimmy es season ticket holder de Lakers y de Clippers, además, sentándose en el mismo sitio y lo más curioso, es declarado anti Laker y tal vez aficionado de Bucks, su ciudad natal… Pero el amigo Goldstein es más conocido por las ‘palizas’ que se pega en PO, donde igual en el mismo día lo podemos ver en 2 pabellones diferentes, así que vamos al juego…
Lo vamos a llamar #DondeEstaJimmy y la idea es que vía Twitter y usando ese hashtag, nos mandéis capturas o fotos de las pantallas, de allí donde veáis a Jimmy, para tenerlo controlado siempre… Este sería un buen ejemplo:
Así que ya sabéis, empieza #DondeEstaJimmy! Todas las capturas las iremos subiendo a nuestro Facebook.
Llega la época del año que más nos gusta del año, no, no es la primavera, pero casi, son los PlayOffs de la NBA o como a nosotros nos gusta decirlo, los PO Desde El Sofá. Para ello os hemos vuelto a preparar lo mejor de lo mejor para todo estos días, nuestra programación de PO.
Hemos empezado ya analizando la primera ronda de los PO, primero el este y luego el oeste. Iremos haciendo esto conforme vayan pasando rondas y lleguemos a lo más divertido.
También ya es habitual, todos los días tendréis el volumen y capítulo de los PO Desde El Sofá, incluso igual algún día por partida doble. Básicamente ahí contaremos que hemos visto la noche anterior,… puede ser un partido, pueden ser varios, algún detalle… cualquier cosa.
Luego, en los partidos como siempre estaremos haciendo de las nuestras en Twitter como siempre pero ahora más y mejor…
Y además os estamos preparando un par de sorpresitas que creemos que os van a gustar…
Señores, llegan los PO y está va a ser la programación de La Crónica Desde El Sofá.
El morbo de esta serie creo que no haca falta explicarlo: Harden vuelve al lugar del que nunca queríamos haberle visto salir. Venganza`es la palabra recurrente, pero las revanchas son menos cuando uno es feliz, y James no se puede quejar de lo que ha encontrado en Texas.
Houston ha llegado aquí un año pronto, seguramente. Los Rockets ahora mismo conservan uno, sólo UN, jugador de la plantilla que acabó el año pasado y los jugadores con más de dos temporadas de experiencia se cuentan con la mano de un personaje de Los Simpsons. Es una franquicia nueva, con una reconstrucción a medio hacer, el equipo feliz de estar aquí, el del más que ayer pero menos que mañana. Si alguien aún tenía alguna duda sobre si el jugador de la barba zurda estaba entre los Elegidos, ya no puede sostenerla más, pero los Rockets son un equipo más preparado para divertir que para vencer a los mejores de la Liga: están 9-17 contra los equipos de Playoffs del Oeste y sólo han ganado la serie particular a los Warriors.
Y los Thunder han sido particularmente abusones con ellos. Aunque les ganaran un partido, remontando 14 puntos, en tres enfrentamientos este año, OKC les ha metido 119, 124 y 120. Si el nivel va a ser ese, Houston podría superarlo algún partido, pero no cuatro.
La amenaza principal de Houston es su bloqueo y continuación, y OKC no sólo conoce a Harden, sino que han sido los cuartos mejores de la Liga defendiéndolo esta temporada. Los rivales de los Thunder tienen un porcentaje del 38% en tiros de campo y pierden la pelota en el 19% de las jugadas etiquetadas con este tipo. Ibaka es cada día un poco mejor en este aspecto, y su defectillo, que es quizá presionar demasiado al hombre con el balón, se convierte en una especie de virtud en el caso Houston-Harden.
Más indicios de que OKC no es un buen emparejamiento: Houston es el equipo que más pierde la pelota (incluso cuando ajustamos y tenemos en cuenta su elevado ritmo) y OKC el equipo más eficiente en puntos por jugada a la contra, y la cosa que mejor hace Houston, que es no conceder puntos en segundas oportunidades (lideran la Liga, un punto para apuntar a Asik) no le sirve de mucho frente a un equipo que no basa en eso su ataque, como lo hubieran podido utilizar, contra, por ejemplo, Denver.
Houston no puede especular, y tiene que salir, como han hecho el resto del año, a retar al rival a que metan más puntos que ellos. Lo único malo es que ellos llevan piedras y algún cuchillo, y los Thunder vienen con pistolas.
San Antonio Spurs (2) – Los Angeles Lakers (7)
Ya tenemos el circo montado: los Spurs están jugando mal, los Lakers vienen como un tiro, y son los Lakers, y siempre están ahí, y… Y si el pobre Kobe no se hubiera lesionado muchos les verían como indudable favorito en esta serie, pero yo veo unas opciones muy reducidas.
Es verdad que les ganaron sin Bryant el penúltimo partido de la temporada, pero es inevitable moderar el entusiasmo de una victoria a un rival con una motivación muy diferente, que decidió jugar los minutos claves con Cory Joseph en la pista y Tony Parker en el banquillo.
Los Lakers tienen la 18ª defensa por 100 posesiones de la Liga, la peor de cualquier equipo en Playoffs, empatados con los Brooklyn Nets. Desde el All-Star tienen un registro de 20-8 más típico del líder del Oeste que del equipo que entró en Playoffs la última jornada, pero su defensa fue la misma estadísticamente, sólo superada negativamente por la de los Knicks entre los equipos que siguen jugando. En los dos partidos sin Kobe sí han sido espectaculares (92.4 puntos, marca que lideraría la Liga muy sobradamente), pero… ¿a quién va usted a creer, a dos partidos o a sus propios ojos?
Supongo que parte de lo que alimenta la creencia de que los Lakers pueden pasar de ronda es el rival. Con Thunder el pesimismo sería mucho mayor, pero San Antonio ha perdido 7 de sus últimos 10 partidos y parecen una presa fácil. Ya hablamos de los Spurs hace justo un mes, y de por qué no hay que olvidarse de ellos, pero es razonable pensar que algo no funciona, uniendo lo que se está viendo últimamente a movimientos como el despido de Stephen Jackson. Si un equipo con Popovich y Duncan está descarrilando, no nos enteraremos hasta que la última rueda se haya soltado y el tren se haya estrellado, pero yo prefiero pensar que San Antonio simplemente ha estado con el modo de ahorro de energía activado en los últimos partidos, preocupándose de que todos lleguen bien.
Dwight Howard podría y debería tener una serie monstruosa pero la última vez que estuvo en Playoffs, con dudosa compañía, 27 puntos y 15 rebotes por partido le sirvieron para irse por la puerta grande en primera ronda. Y era Atlanta. Lo de las Torres Gemelas con Gasol podría estar muy bien si Pau no hubiera entregado la cuchara los dos últimos años junto a Bynum, ese jugador al que muchos todavía consideran mejor, o más completo, o con más recursos, o yo qué sé que eufemismo, puesto al lado de Howard.
Los Spurs son vulnerables a un base anotador con rango, ayudado de bloqueos directos u otras acciones previas y Lin, Lillard, Curry, Harden o Jennings tienen partidos de más de 30 puntos esta temporada contra San Antonio, por lo que si Steve Blake es el de sus dos últimos partidos y no el de los 674 anteriores (¿notáis una tendencia aquí?), los Lakers tienen esperanza, pero casi todas estas actuaciones superlativas del base rival han coincidido en días que no ha jugado Parker. Si el francés está cerca de su nivel, el chollo se acaba.
Y luego está D’Antoni. Aquí en La Crónica, contra la creencia popular, no pensamos que MDA haya matado a Manolete, disparado a Kennedy, o sea guionista de Revolution. Los Lakers son un equipo con tanto talento como falta de profundidad, que se podía permitir cualquier cosa, menos una: las bajas. Y se las ha llevado de tres tazas en tres tazas. 45 partidos en el Oeste con medio equipo en la enfermería o renqueante, este año, no se consiguen pese al entrenador, aunque tome alguna decisión equivocada. Ahora bien, el historial de D’Antoni en Playoffs, da miedo. Ha ganado 26 partidos y ha perdido 29, en series eso es un 5-5, con 3 eliminaciones en 3 intentos frente a San Antonio, y una notoria falta de imaginación, ampliamente documentada, antes de convertirse en el muñequito de pim-pam-pum más vendido en California.
Sé que es muy fácil creer, porque Gasol es muy bueno, español y Campeón del Mundo, Howard es también muy bueno, y (*miro al resto de la plantilla de los Lakers*), uhm… eh… uhm… Jodie Meeks jugó en Kentucky… pero los Lakers de los dos últimos años eran aún mejores, tanto en potencial como en la realidad, y llegaron donde se lo merecieron. Esto no es el March Madness, son los Playoffs de la NBA, la sorpresa hay que darla en cuatro partidos, no en uno.
El deporte nos gusta por eso, porque es imprevisible y todo puede suceder. Y los Lakers tienen opciones, claro, hasta los Bucks contra Miami tienen las suyas. Pero no son mejor equipo que los Spurs. No están ni cerca. La cantidad de cosas que les tendrían que salir bien y funcionar diferente a lo que llevamos viendo todo el año a unos y otros darían para una lista enorme. Y sin Vino, menos.
Denver Nuggets (3) – Golden State Warriors (6)
Al ver que Steph Curry se enfrentaba a los Nuggets, equipo que tiene carné de socio vitalicio en el club de los que más triples reciben, fue un acto reflejo comprobar cuales son los récords en un partido de Playoffs: 6 en cuarto, 8 en una mitad, 9 en un partido. Lo de la serie depende del número de partidos jugados, va de los 17 en una de cuatro a los 28 en una de siete. Curry ya le ha metido 7 este año a los Nuggets en uno de sus enfrentamientos, y en cuatro partidos contra ellos lleva un total de 16, así que en la Temporada Regular ha estado en ese rango. Los Nuggets no tienen pinta de pensar en bajar el ritmo de juego porque sean Playoffs, así que puede que estemos en ese extraño caso que puedes ver venir el récord… si no lo hubiéramos acabado de gafar. Lo siento, Steph.
Los dos mejores jugadores de Golden State ocupan las posiciones desde las que más daño se le hace a Denver, la de base más-bien-tirador, y la de ala-pívot más-bien-abierto (partidos de Bosh de 40 puntos, Love 34, Jamison 33 y ¡oh! David Lee con 31, lo atestiguan), y los mejores defensores de Denver sobre el balón (Iggy, Brewer y Koufos), coinciden con las posiciones de menos talento ofensivo en Golden State, o en el caso de Klay Thompson con un tirador. Los Nuggets son susceptibles a ser vencidos por un equipo que abuse con éxito de las suspensiones, y los Warriors son este año EL equipo.
Pero a pesar de esto, los Nuggets les ganaron 3 de los 4 partidos cara a cara, como han hecho con casi todo el Oeste. Tienen el segundo mejor registro contra equipos de la Conferencia (su 38-14 es un partido peor que el 39-13 de los Thunder) y ganarían el desempate a todos los equipos (salvo a los Campeones de División, por esa regla) porque no han perdido ni una serie en todo el año. Además, son el mejor equipo en casa de toda la Liga, donde sólo han dejado escapar 3 de 41 partidos en todo el año. Denver pese a sus cosillas, es un muy, muy buen equipo.
Son los que más atacan y con muchísima diferencia, el aro rival, y los Warriors, aún con Bogut, como nunca ha estado al 100%, han sido mediocres defendiéndose en la distancia más corta. El otro puntal de su eficiencia son los tiros libres, donde son terceros en intentos por partido (su porcentaje como equipo es paupérrimo, al nivel de los equipos que sufren el hack-a-player, Lakers y Detroit, pero aún así, un 70% es mucho mejor que cualquier tiro de campo) y los Warriors mandan demasiado a su rival a la línea. Y en los minutos finales, son tras Miami el equipo más fiable de la Liga, así que si hay un final apretado, los Nuggets tienen las de ganar por lo que hemos visto esta temporada (siempre que la cosa no tenga que ir a la pizarra lolasa de Karl para el último tiro).
El mayor problema en Denver es que han perdido a uno de los jugadores que más ha contribuido a todos esos espectaculares números. La baja de Gallinari es sensible hasta en un equipo tan profundo. El italiano era el muy mejor triplista en uno de los peores equipos en este aspecto en la Liga, y el jugador que más y mejor iba a la línea. Wilson Chandler ha recogido el testigo y está metiendo el 41.3% de los triples este año, pero sin ningún otro jugador capaz de abrir el campo con consistencia lo más mínimo, los Nuggets van a necesitar que Chandler no baje una pizca el nivel. Lo malo es que el porcentaje a lo largo de su carrera (32.3%) invita a las dudas.
Los Nuggets van a tener problemas cuando los equipos bajen el ritmo, lleguen a Colorado descansados, y se ajusten mejor a sus particularidades. La ventaja de la profundidad de la plantilla, se difumina en Playoffs cuando las rotaciones se acortan. Y los Warriors van a obtener un torrente de puntos por encima de lo normal en 2 ó 3 partidos solamente por tirar bien. Pero la distancia en ejecución global que hay entre los dos equipos es importante, y pese a las bajas, Denver merecer ser considerado el favorito.
Al igual que el Thunder-Rockets, esta eliminatoria promete ser divertida si lo que te gusta es el baloncesto rápido y poco especulativo, y no te importa, o incluso te entretiene, ver a jugadores cometiendo errores garrafales (JaValeeee). Pero eso sí, esta va a estar mucho mucho más iguodala.
Los Angeles Clippers (4) – Memphis Grizzlies (5)
Tenemos repetición de la mejor primera ronda del año pasado (remontada de 27 puntos en el primer partido incluida), que los Clippers ganaron 4-3, pero esta vez con las tornas cambiadas, y más partidos (de ser necesario) en Los Angeles. 8 de los 10 jugadores que fueron titulares el año pasado repiten (sólo Rudy Gay y Randy Foye faltarán a la cita), y las identidades de ambos equipos se mantienen. Los Grizzlies tienen la segunda mejor defensa en puntos por 100 posesiones y los Clippers el cuarto mejor ataque, y será interesante ver esta lucha de estilos.
Mirando los números de la serie pasada, la única conclusión es que el equipo que metió más puntos en cada partido lo acabó ganando, pero según se van acumulando los enfrentamientos entre equipos estos dos años, los Clippers ya tienen una ventaja de 9 a 5 sumando los partidos de Temporada Regular y Playoffs.
A pesar de su buen hacer en general en casi todos los aspectos de la defensa, los Grizzlies tienen un punto débil, bueno, mejor dicho, algo más flojo, que es la defensa de los bloqueos directos, en los que son meramente normales, mientras que los Clippers son, por números, el mejor equipo de la Liga atacándolos. A lo largo de la temporada han empezado a mejorar negando cada vez más al bloqueo, idea además especialmente buena contra unos Clippers en los que los hombres altos no te hacen pagar desde la media distancia (Griffin está en ello aún), pero Chris Paul es un hombre malo malo, y básicamente le da igual como tengas pensado defenderle. Aunque prefieren dejar a Marc como última línea de la defensa, y aún con el riesgo que suponen Griffin y Jordan cortando hacia un aro protegido por Randolph, y teniendo en cuenta que Hollins no es de hacer muchos cambios, y pese a que CP3 ya ha sacado a Gasol a bailar alguna vez… espero verle defendiendo lejos de la canasta más de lo normal, para desactivar las amenazas lo más pronto posible.
Por el otro lado, los Grizzlies van a poner a prueba, y de qué manera, si la mejoría defendiendo en el poste bajo de los Clippers es real. Con Marc distribuyendo desde el poste alto no pueden defender por delante, como es habitual en ellos y van a buscar mucho a Randolph. Griffin tiene relativo éxito cuando le defiende encima y no le deja darse la vuelta (cuando Z-Bo logra ponerse de frente con bote, Blake está K.O.), pero esto es más fácil decirlo que hacerlo, y le podría cargar de faltas rápido.
De lo que no se tienen que preocupar en Los Angeles es de los triples: los Grizzlies son el equipo que menos tira (y menos mete) con mucha diferencia. Son los dos extremos, pero el equipo que más lanza por posesión, los Knicks, lo hace el doble de veces que ellos. Los Clippers tienen un registro de 16-3 cuando su rival mete 5 triples o menos, y los Grizzlies han estado en esa situación la friolera de… 53 partidos. No es ninguna sorpresa por tanto que los Grizzlies tengan el segundo ataque más regular del campeonato, especialmente desde que Gay se fue.
Esto les marca a los Clippers una especie de frontera: si son capaces de llegar a los 95 puntos frente a esta defensa (para Playoffs, con la bajada habitual de ritmo seguramente haya que corregir un poco a la baja, hacia 90 aproximadamente: el año pasado promediaron 90.7 puntos en la serie), seguramente se lleven el partido. Los 5 mejores ataques de la Liga, entre los que están el de Paul y compañía, han anotado 95 puntos o más 9 de 15 veces frente a ellos (registro grupal en estos partidos: 9-6), y los Clippers lo han hecho bien contra defensas como la de Indiana o Chicago.
Entre esto, los enfrentamientos directos, y el factor cancha, me decantaría ligeramente hacia ellos, pese a que los Grizzlies llevan a favor un mejor balance en minutos finales (los Clippers, aunque tengan el mejor ataque tras Miami, y ese mito de los últimos minutos que es CP3, no parecen capaces de conseguir parar al rival con su defensa). Si hay muchos partidos igualados, será algo en lo que fijarse y una buena señal para Memphis.
Al igual que el enfrentamiento entre el 4 y el 5 en el Este, y como dicta la lógica, este es el más igualado también en esta parte del cuadro, y la serie promete ser larga. Con un espectáculo como el del año pasado, nos conformamos.
Y hasta aquí hemos llegado… Podrás leer nuestras crónicas a partir del sábado
(Las estadísticas de este artículo han sido sacadas de la página web de la NBA, Basketball-Reference, mySynergy y nba wowy!. El autor no se hace responsable de las opiniones vertidas por sí mismo. Básicamente porque si necesitara un abogado, sólo podría permitirse a uno de oficio.)
En condiciones normales, esta eliminatoria debería ser como una escena del crimen de CSI, de esas en las que apagan la luz y al mirar con la linternita encuentran de todo y un poco más. Miami y su MVP están haciendo una de las mejores temporadas de la Historia de esta competición, y Milwaukee es un equipo lleno de carencias que ha llegado a los Playoffs por no estar en la Conferencia equivocada.
Si miramos a sus últimas derrotas, para apretar a Miami se necesita defensa, rebote, mala leche y un anotador interior con cierto rango, cosas que a Milwaukee no le salen de dentro. El manual de la buena victoria inesperada, habla además de que al equipo inferior le interesa ralentizar el ritmo (en noticias relacionadas, los 5 últimos equipos que han ganado a Miami: New York, Indiana, Utah, Boston y Chicago juegan todos a una velocidad por debajo de la media) y los Bucks son los terceros más rápidos de la Liga tras el experimento de Houston y los siempre estimulados y estimulantes Nuggets.
Milwaukee ha sido uno de los pocos equipos que les han ganado, venciendo en uno de sus cuatro enfrentamientos, en diciembre, pero no creo que se puedan sacar muchas conclusiones de esa victoria que se fraguó en el último cuarto de un back-to-back para los Heat. Jennings ha jugado bien contra ellos en media esta temporada (23.8 puntos con 58.8 TS%), pero para superar a Miami se necesita mucho más.
Mirar al ataque de Miami en Synergy, seguramente haya provocado alguna crisis de angustia a algún entrenador rival. Son de los equipos más eficientes en casi cualquier faceta del juego, no aparentan ninguna debilidad. Son primeros posteando, en aclarados, en tiros tras pase, en jugadas con bloqueos directos finalizados por el bloqueador o cortando a canasta. Segundos a la contra. Sextos cuando es el bloqueado el que se encarga de tirar a canasta. Una bestialidad que además amenaza con poner una marcha extra en Playoffs.
La mínima esperanza que tiene Milwaukee es someter a Miami en los tableros, y requeriría liberar al novato John Henson junto a Larry Sanders. Podrían hacerlo, pero seguramente, por su bisoñez y poca compenetración, acabarían siendo vacilados como un niño pequeño ante un equipo que exige tanta precisión en las rotaciones y coordinación como Miami.
Al igual que hicieron durante la temporada, los Bucks son tan anárquicos y pueden juntar tanta munición en momentos puntuales, que de cuatro oportunidades, en algún partido pueden largarse por delante y no mirar atrás. Pero Miami es muy mal emparejamiento y peor rival para ellos. Y encima, los Bucks no van a utilizar siquiera su super-camiseta (semi) retro del ciervaco para animar los partidos.
New York Knicks (2) – Boston Celtics (7)
El que vive del triple, muere del triple. Los Knicks respiran tiros de tres, ergo… siguen siendo favoritos. New York va a ser uno de los casos más divertidos de seguir de los Playoffs precisamente por esto, porque su estrategia conlleva la mayor varianza de todos los equipos que se presentan. Esto les hace ser más susceptibles de lo normal tanto para lo malo, como para lo bueno. Lo que quiere decir que una sorpresa con la firma Knickerbocker debería extrañar menos, pero aún así, seguiría siendo un sobresalto mayúsculo, pese a las lesiones, y por mucho que se lo quisiera apuntar algún «yalodecíayo«.
Pero, ¿pueden hacer algo los Celtics para tratar de anular el bombardeo neoyorquino? Ya hemos comentado alguna vez, que la mejor forma de defender el triple, por lo general, es evitar concederlo y los Celtics este año han estado en tierra de nadie en ese aspecto, después de colocarse entre los mejores en años pasados, cuando su defensa funcionaba a alto rendimiento. Poco a poco han ido escalando posiciones, y ahora mismo tienen el 5º mejor índice defensivo de la temporada, pero no presentan la misma solidez del pasado reciente. Y defender a los Knicks no es lo mismo que a otras franquicias: contra New York, un equipo que estira la pista hasta el extremo y hace mover todo desde el pase, corres el riesgo de perseguir fantasmas. Avery Bradley, su excelso defensor exterior, es particularmente un halcón encima del hombre que lleva el balón, pero esa ventaja se pierde cuando el rival no está dispuesto a ponerlo en el suelo.
De todos modos, hay aspectos del emparejamiento con los Knicks bastante amables con Boston. Los Celtics, durante todo el año, han sido una de las peores defensas en contraataques (penúltimos en la Liga en puntos concedidos por posesión, según Synergy), pero los Knicks son el equipo que menos puntos anota de esta manera: sólo el 8.8% vienen de ahí. De hecho, no supone una debilidad muy grande en el Este, donde todos los equipos por encima de ellos, salvo Atlanta, están entre los 10 peores.
New York es mejor con dos bases en pista, y con esa configuración, los Celtics pueden permitirse más minutos de su mejor anotador exterior, Jason Terry. Y Green y Pierce pueden jugar juntos perfectamente contra este equipo, una pareja que en 1000 minutos en pista han hecho que el equipo sea 7.1 puntos por 100 posesiones mejores que el rival.
Uno de los motivos por los que Boston apostó dos veces por Jeff Green, es precisamente la necesidad de alguien que poder emparejarse con los dos jugadores por los que iba a pasar el futuro reciente en el Este: Melo y LeBron. Con la ridícula muestra que son 93 minutos en 4 partidos, a Carmelo le ha costado más de lo normal (0.86 puntos por tiro, frente al 1.12 que promedia esta temporada) anotar con Green delante, y no ha llegado a cerrar un partido redondo contra los Celtics. Quizá por la naturaleza competitiva del enfrentamiento, pero Anthony ha ido a la línea menos que de costumbre contra Boston, y si la tendencia se mantuviera en Playoffs, serían menos puntos fáciles para los Knicks.
Aún así, New York lleva todo el año demostrando ser capaz de anotar a un nivel sobresaliente en cualquier situación, y con una consistencia que Boston jamás ha alcanzado. Los Celtics nunca son un rival agradable, aunque suene a tópico, pero los Knicks llevan, simplemente, siendo demasiado buenos, demasiado tiempo.
Indiana Pacers (3) – Atlanta Hawks (6)
Los Pacers llegan a Playoffs con el título de la división Central, la mejor defensa de la Liga (en puntos por 100 posesiones) y un quinteto que juega de memoria: 1218 minutos juntos, segundo con más tiempo en pista tras el de OKC. Desde el All-Star han sido el segundo mejor quinteto con más de 150 minutos en el Este, superando a sus rivales por 12.8 puntos cada 100 posesiones tras… ¿Atlanta?
Los Hawks quizá sean peor equipo y hayan demostrado mucho menos este año que Indiana, pero hay indicaciones de que este enfrentamiento podría resultar más disputado de lo que parece. Todavía no está muy claro cómo de útiles son las estadísticas por quintetos, pero cuando juega Devin Harris, los cinco de Atlanta funcionan al mismo nivel que los de los Pacers. A pesar de esto, a Larry Drew le gusta utilizar también en el puesto de 2 a DeShawn Stevenson, especialmente por los emparejamientos defensivos*, ya que es peligroso enfrentarse a según qué equipos y su combinación de alas con Harris y Kyle Korver. En este caso, con Lance Stephenson como escolta nominal en los Pacers, es una apuesta menos arriesgada y seguramente veamos mucho a Devin.
*Prueba nº 428 de que las estadísticas de quintetos las carga el Diablo: los Hawks son mejores con Harris en defensa y con Stevenson en ataque, algo contraintuitivo que engaña a los ojos. Por otro lado, tiene una explicación, y es que Stevenson juega más contra equipos más aptos atacando. Por ejemplo, con Stevenson en el quinteto «titular» han jugado 26 minutos contra Miami, 34 contra New York y 17 contra Oklahoma City, y con Harris sólo 13 contra los Knicks, y nada contra Heat y Thunder. Diferencia 77-13 contra los mejores ataques de la Liga.
Pero no es sólo el hecho de que si Drew es valiente se puedan permitir más minutos de Harris por Stevenson: para mí, la pieza fundamental, el centro de operaciones del ataque de los Pacers, reside en David West, y si Josh Smith, en año de contrato, quiere demostrar que se encuentra en la élite defensiva, no va a tener mejor oportunidad de demostrarlo. Tiene la envergadura y la versatilidad para enfrentarse al juego de poste a poste al que te somete West, y si miramos los números de sus enfrentamientos directos, ha logrado mantener al jugador de los Pacers en sus promedios y nunca le ha permitido más de 24 puntos. Indiana es un equipo que tira mucho de posteos, y con un Hibbert que poco a poco se ha ido poniendo a tono tienen una ventaja teórica ante Horford, pero muchas veces el encargado de hacer el pase de entrada, como es tendencia en la Liga, es el otro grande desde el poste alto (aunque en los Pacers es George muchas veces el responsable), y si Smith es capaz de interrumpir la circulación, los Pacers no podrán abusar del recurso.
Más motivos para creer en Atlanta: una de sus debilidades, la poca profundidad de la plantilla, especialmente desde que perdieron a Louis Williams no es tanto problema ante un equipo que está igual o peor, y los Hawks son, quizá tras los Nuggets o Miami cuando activa el modo destrucción, el mejor equipo de la Liga robando y saliendo a la contra, frente a los Pacers que son el segundo que más balones pierde. En este aspecto creo que puede estar la clave de esta eliminatoria. Ante una defensa como la de Indiana, conseguir puntos fáciles es imprescindible, y Atlanta tiene las condiciones para aprovechar una de sus pocas debilidades y convertirlo en su mayor esperanza. Si los Hawks son capaces de sacar 20 o más puntos en pérdidas por partido de manera consistente, seguramente estemos coqueteando con la sorpresa.
Pero bueno, suficiente cariño para los Hawks. Quien haya llegado hasta aquí se estará preguntando por qué Indiana está por encima de Atlanta entonces, pero los Pacers son claros favoritos. Son el mejor equipo reboteando en la Liga enfrentándose al quinto por la cola, y están cabeza con cabeza junto a Chicago por ser el equipo que más y mejor defiende la línea de 3, una parte importante del ataque de Atlanta (los Hawks son el tercer equipo que más puntos consigue proporcionalmente desde el triple), que saca muy pocos tiros libres.
Los Playoffs conllevan una bajada en el ritmo de los partidos y una vuelta de tuerca a la defensa, y los Pacers, como uno de los equipos más lentos y aguerridos se van a encontrar como pez en el agua. Pero tampoco deberían despistarse mucho.
Brooklyn Nets (4) – Chicago Bulls (5)
No hemos querido hacer mucha referencia a las lesiones hasta ahora por lo poco que se sabe a estas alturas, en la que todo jugador con la más mínima duda ha quedado fuera. Pero en el caso de Chicago parece imposible hacer un análisis sin ponerlas en contexto. No ya la de Rose, con el que a falta del más mínimo rumor que insinúe su participación, no contamos, sino la de Noah, que desde el 21 de marzo ha jugado 3 partidos, o la de Gibson, cuya presencia ha sido testimonial en abril.
Con una plantilla ridículamente corta por culpa del nuevo convenio colectivo (que de cara a los mismos Playoffs no es tanto problema, pero sí en partidos anteriores), un entrenador que exprime a sus jugadores como Kobe Bryant a sí mismo, y ese aroma de año sabático que lleva impregnando toda la temporada, es muy difícil saber en qué estado se van a presentar los Bulls a Playoffs.
El quinteto que se esperaba como habitual sólo ha jugado 25 partidos junto, no coincidía desde febrero, pero su registro juntos es de 17-8, nivel de 2º del Este. Dejando el escolta como comodín, cuando los otros cuatro han coincidido, la muestra crece algo y el nivel se mantiene, 24-14.
Los mejores Bulls son seguramente superiores a los mejores Nets y esta temporada les han ganado 3 veces. Pero el lado favorable de los Nets lo llevamos viendo en febrero, marzo y abril, y el de los Bulls ahora mismo es un recuerdo.
Intentemos sacar algo en claro. El buen final de temporada de Brooklyn ha tenido varios padres. El más indudable, el jugador en el que se pensó para liderar a la franquicia: Deron Williams. En su mejor estado de forma desde que llegó a la costa Este, sus números de antes y después del All-Star parecen de dos jugadores distintos. 6.7 puntos más por partido, su porcentaje de tiro (verdadero) ha subido del 54 al 62%, y ha aumentado las asistencias, todo esto reduciendo el número de pérdidas. D-Will llega a los Playoffs en forma y aunque no ha coincidido mucho frente a frente con Hinrich (sólo 9 veces, 2 de ellas este temporada) y ahora está Thibodeau maquinando detrás, promedia 20 puntos con un 50% de tiros de campo frente a él. Y ha realizado buenos partidos contra Boston en su día, o Chicago en temporadas anteriores.
Otra parte importante de la mejoría es que los Nets se han convertido en el segundo mejor equipo reboteando desde el All-Star, coincidiendo con que Reggie Evans juega 5 minutos más por partido. Williams, Johnson y Lopez son un par de puntos por 100 posesiones mejor en ataque sin él, pero los Nets pasan de coger el 71.2% de los rebotes en defensa, al 76.4%. Frente a los Bulls, 5º mejor equipo reboteando en ataque, después de ser los primeros el año pasado, el pequeño sacrificio será necesario, aunque pierdan la opción de dar trabajo a Boozer.
Los Bulls son, como ya comentamos antes hablando de los Pacers, uno de los equipos que mejor se defiende de los triples y los Nets tiran bastante, pero también saben ganar sin ellos: en Indiana lo hicieron metiendo sólo 4, y en su única victoria frente a los Bulls 15 puntos nada más llegaron más allá de la línea de tres. Chicago es un equipo con una gran disciplina y rara vez se deja despistar en bloqueos indirectos, es muy difícil pillarles desprevenidos, pero de eso sí que se tienen que preocupar menos en Brooklyn, un grupo altamente individualista que con Carlesimo ha dejado aún más de lado este tipo de acciones sin balón.
Si les modulan el derecho al triple, los Nets van a necesitar encontrar otras maneras de anotar con regularidad y Joe Johnson, que ya sufrió a los Bulls en Playoffs hace un par de años, puede ser la clave. En los seis partidos que jugó en 2011 con los Hawks, en los dos que él pasó de 20 puntos y metió más de un triple, ganaron, en los otros cuatro, perdieron. Johnson no se ha creado un nombre en Playoffs, más bien, al contrario, es el momento en el que más gente aprovecha para recordar cuanto cobra, pero nunca es tarde para que tenga un buen par de noches, y entre él y Lopez, que aparece por primera vez en unos Playoffs, y también tiene que lidiar en el plano individual con un defensor de élite, se calibrarán las opciones de los Nets.
Aunque a alguien le engañen los puntos en contra por partido, que hacen parecer a los Nets una de las 5 mejores defensas, en realidad están en la segunda mitad, por debajo de la media. Por lo que es un alivio para ellos que el ataque de los Bulls, lo mires como lo mires, esté en el tercio de cola. Y podría ser peor si a Nate Robinson, con la colaboración de Jimmy Butler no les hubiera dado por hacer un puente y arrancar el Dos Caballos.
Son el tercer equipo que menos produce desde el triple (su quinteto titular tira pocos y mete el 34%), no salen a la contra y son la antítesis de Miami: por tipo de jugada sólo aparecen en el Top 10 de la Liga en canastas tras rebote ofensivo, una situación muy particular, y en la que sólo son octavos. Brooklyn son uno de los mejores equipos de la Liga evitando conceder faltas de tiro, por lo que lo tendrán complicado intentándolo por ahí. Si de repente apareciera un base joven y talentoso capaz de plantarse en el aro rival cuando le apetece… Chicago tiene un registro de 18-2 esta temporada cuando mete 100 puntos o más y ha perdido las 14 veces que no ha llegado a 83 puntos (su única victoria metiendo 83, por cierto, fue ante Brooklyn). Si anotan, ganan, porque su defensa es casi una constante. Así que probablemente, el ganador de la serie va a ser el menos malo en el lado de la canasta en la que ataque Chicago.
En definitiva es la eliminatoria más igualada y más incierta a mayores. Sumado a que son dos de los equipos con el ritmo más lento de la Liga, esta eliminatoria podría ser la menos interesante para el espectador neutral durante los primeros 46 minutos… y la más los dos últimos de cada partido.
¡Esto es todo, amigos!™ Volvemos pronto con el Oeste.
(Las estadísticas de este artículo han sido sacadas de la página web de la NBA, Basketball-Reference, mySynergy y nba wowy!. Ningún animal ha sido dañado durante el rodaje, aunque alguna parte de alguno puede haber sido consumida como aperitivo durante su realización)
Entramos de nuevo en el laboratorio espacial de La Crónica Desde El Sofá para analizar y revisar un nuevo modelo de zapatillas, además uno que teníamos unas ganas tremendas de probar, el último modelo del MVP Derrick Rose, las adidas D Rose 3.5.
Características
Este nuevo modelo de las zapatillas de Derrick Rose, es un paso más adelante de adidas dentro de conseguir una zapatilla casi perfecta. Ya hace más o menos un año os analizamos las Rose 2.5 y vimos en ellas un potencial tremendo, pues bien, estas D Rose 3.5 van más allá y consiguen todo lo que faltaba.
Lo primero que destaca al verla es su diseño, inspirado en la secuencia Fibonacci, toda la zapatilla está cubierta por esa gráfica, lo cual la hace más que diferente. Las partes laterales están realizadas con Sprint Web, la malla de adidas para dar ligereza y transpiración a las zapatillas, pero todo con la famosa secuencia. Los tobillos de nuevo, como en el modelo 2.5, están super protegidos con una especie de tobillera donde también se incluye el logo de Rose.
El talón está construido con Sprint Frame dándole firmeza y haciendo que el talón esté muy bien sujeto, aquí en el talón, es donde vemos las 3 míticas franjas que siguen por toda la suela en un toque muy jugón. Ya que estamos con la suela, esta es diferente a la típica que iba mostrando adidas en sus últimos modelos, sin sistema Torsion, pero con un agarre tremendo que recuerda a las zapatillas de tenis y su suela, algo sorprendente pero que, como veremos luego, es más que efectivo.
La lengüeta de las D Rose 3.5 trae el nuevo logo de la rosa introducido en el anterior modelo metido dentro de la secuencia Fibonacci, en la zona interna podemos leer bordado ‘Rooted in Chicago‘. En la puntera de la zapatilla y uniendo con la SprintWeb hay un bordado interno pero con una especie de pegatina por encima con un toque de color muy jugón.
En la pista
Pero vamos a lo importante… Había oído hablar muy bien de estas D Rose 3.5 y la verdad es que cumplen todas las espectativas, la primera sensación es de tremenda ligereza, igual no tanto como las Crazy Light, pero si que notas que la malla Sprint Web hace su faena. Segunda gran característica que nota el pie: comodidad brutal. Así que con estas primeras sensaciones nos ponemos a jugar y empezamos a ver que como las 2.5, este nuevo modelo protege los tobillos y agarra el pie de una forma tremenda.
En cuanto a amortiguación, estas D Rose han ido más allá del anterior modelo y se nota el empeño que ha puesto adidas en hacer unas zapatillas casi perfectas, además, la suela de tenis como la llamo se nota, y en pista externa de asfalto se agarra de una forma brutal, es decir, sumamos muy buena amortiguación y agarre y tenemos una muy buena sensación de control del pie.
Con lo cual tenemos unas zapatillas que dan un rendimiento brutal en pista y que pueden servir sobre todo para jugadores con mucho desplazamientos y con ganas de ir con algo cómodo y que casi no te das cuenta que llevas. adidas lo ha conseguido, ha mejorado de forma tremenda el modelo anterior.
En la calle
Si en las 2.5 decíamos que les faltaba algo para ser jugonas en la calle, pero con el diseño de estas D Rose 3.5 han conseguido ese punto que se necesitaba para tener unas zapatillas ultra jugonas para el día.
Además, la comodidad que notamos en la pista, también se ve reflejada cuando aflojamos los cordones y nos ponemos unos vaqueros, además, empiezan a salir colores muy molones, estas son las Home, pero las Away son tremendísimas y ya ni decimos las cositasque estánempezando a salir…
Finalmente indicar también que la caja es algo diferente a las típicas de adidas, ya que es toda negra con la serigrafía más brillante en los detalles y con el logo de la rosa también serigrafiado, además de un llaverito con el logo…
Con lo cual, estas adidas D Rose 3.5 son unas zapatillas de nivel altísimo ya que suman todo lo que se necesita, es decir, prestaciones en pista, características ténicas y jugonismo total, con lo cual el resultado es más que sobresaliente.