Oklahoma City Thunder (1) – Houston Rockets (8)
El morbo de esta serie creo que no haca falta explicarlo: Harden vuelve al lugar del que nunca queríamos haberle visto salir. Venganza`es la palabra recurrente, pero las revanchas son menos cuando uno es feliz, y James no se puede quejar de lo que ha encontrado en Texas.
Houston ha llegado aquí un año pronto, seguramente. Los Rockets ahora mismo conservan uno, sólo UN, jugador de la plantilla que acabó el año pasado y los jugadores con más de dos temporadas de experiencia se cuentan con la mano de un personaje de Los Simpsons. Es una franquicia nueva, con una reconstrucción a medio hacer, el equipo feliz de estar aquí, el del más que ayer pero menos que mañana. Si alguien aún tenía alguna duda sobre si el jugador de la barba zurda estaba entre los Elegidos, ya no puede sostenerla más, pero los Rockets son un equipo más preparado para divertir que para vencer a los mejores de la Liga: están 9-17 contra los equipos de Playoffs del Oeste y sólo han ganado la serie particular a los Warriors.
Y los Thunder han sido particularmente abusones con ellos. Aunque les ganaran un partido, remontando 14 puntos, en tres enfrentamientos este año, OKC les ha metido 119, 124 y 120. Si el nivel va a ser ese, Houston podría superarlo algún partido, pero no cuatro.
La amenaza principal de Houston es su bloqueo y continuación, y OKC no sólo conoce a Harden, sino que han sido los cuartos mejores de la Liga defendiéndolo esta temporada. Los rivales de los Thunder tienen un porcentaje del 38% en tiros de campo y pierden la pelota en el 19% de las jugadas etiquetadas con este tipo. Ibaka es cada día un poco mejor en este aspecto, y su defectillo, que es quizá presionar demasiado al hombre con el balón, se convierte en una especie de virtud en el caso Houston-Harden.
Más indicios de que OKC no es un buen emparejamiento: Houston es el equipo que más pierde la pelota (incluso cuando ajustamos y tenemos en cuenta su elevado ritmo) y OKC el equipo más eficiente en puntos por jugada a la contra, y la cosa que mejor hace Houston, que es no conceder puntos en segundas oportunidades (lideran la Liga, un punto para apuntar a Asik) no le sirve de mucho frente a un equipo que no basa en eso su ataque, como lo hubieran podido utilizar, contra, por ejemplo, Denver.
Houston no puede especular, y tiene que salir, como han hecho el resto del año, a retar al rival a que metan más puntos que ellos. Lo único malo es que ellos llevan piedras y algún cuchillo, y los Thunder vienen con pistolas.
San Antonio Spurs (2) – Los Angeles Lakers (7)
Ya tenemos el circo montado: los Spurs están jugando mal, los Lakers vienen como un tiro, y son los Lakers, y siempre están ahí, y… Y si el pobre Kobe no se hubiera lesionado muchos les verían como indudable favorito en esta serie, pero yo veo unas opciones muy reducidas.
Es verdad que les ganaron sin Bryant el penúltimo partido de la temporada, pero es inevitable moderar el entusiasmo de una victoria a un rival con una motivación muy diferente, que decidió jugar los minutos claves con Cory Joseph en la pista y Tony Parker en el banquillo.
Los Lakers tienen la 18ª defensa por 100 posesiones de la Liga, la peor de cualquier equipo en Playoffs, empatados con los Brooklyn Nets. Desde el All-Star tienen un registro de 20-8 más típico del líder del Oeste que del equipo que entró en Playoffs la última jornada, pero su defensa fue la misma estadísticamente, sólo superada negativamente por la de los Knicks entre los equipos que siguen jugando. En los dos partidos sin Kobe sí han sido espectaculares (92.4 puntos, marca que lideraría la Liga muy sobradamente), pero… ¿a quién va usted a creer, a dos partidos o a sus propios ojos?
Supongo que parte de lo que alimenta la creencia de que los Lakers pueden pasar de ronda es el rival. Con Thunder el pesimismo sería mucho mayor, pero San Antonio ha perdido 7 de sus últimos 10 partidos y parecen una presa fácil. Ya hablamos de los Spurs hace justo un mes, y de por qué no hay que olvidarse de ellos, pero es razonable pensar que algo no funciona, uniendo lo que se está viendo últimamente a movimientos como el despido de Stephen Jackson. Si un equipo con Popovich y Duncan está descarrilando, no nos enteraremos hasta que la última rueda se haya soltado y el tren se haya estrellado, pero yo prefiero pensar que San Antonio simplemente ha estado con el modo de ahorro de energía activado en los últimos partidos, preocupándose de que todos lleguen bien.
Dwight Howard podría y debería tener una serie monstruosa pero la última vez que estuvo en Playoffs, con dudosa compañía, 27 puntos y 15 rebotes por partido le sirvieron para irse por la puerta grande en primera ronda. Y era Atlanta. Lo de las Torres Gemelas con Gasol podría estar muy bien si Pau no hubiera entregado la cuchara los dos últimos años junto a Bynum, ese jugador al que muchos todavía consideran mejor, o más completo, o con más recursos, o yo qué sé que eufemismo, puesto al lado de Howard.
Los Spurs son vulnerables a un base anotador con rango, ayudado de bloqueos directos u otras acciones previas y Lin, Lillard, Curry, Harden o Jennings tienen partidos de más de 30 puntos esta temporada contra San Antonio, por lo que si Steve Blake es el de sus dos últimos partidos y no el de los 674 anteriores (¿notáis una tendencia aquí?), los Lakers tienen esperanza, pero casi todas estas actuaciones superlativas del base rival han coincidido en días que no ha jugado Parker. Si el francés está cerca de su nivel, el chollo se acaba.
Y luego está D’Antoni. Aquí en La Crónica, contra la creencia popular, no pensamos que MDA haya matado a Manolete, disparado a Kennedy, o sea guionista de Revolution. Los Lakers son un equipo con tanto talento como falta de profundidad, que se podía permitir cualquier cosa, menos una: las bajas. Y se las ha llevado de tres tazas en tres tazas. 45 partidos en el Oeste con medio equipo en la enfermería o renqueante, este año, no se consiguen pese al entrenador, aunque tome alguna decisión equivocada. Ahora bien, el historial de D’Antoni en Playoffs, da miedo. Ha ganado 26 partidos y ha perdido 29, en series eso es un 5-5, con 3 eliminaciones en 3 intentos frente a San Antonio, y una notoria falta de imaginación, ampliamente documentada, antes de convertirse en el muñequito de pim-pam-pum más vendido en California.
Sé que es muy fácil creer, porque Gasol es muy bueno, español y Campeón del Mundo, Howard es también muy bueno, y (*miro al resto de la plantilla de los Lakers*), uhm… eh… uhm… Jodie Meeks jugó en Kentucky… pero los Lakers de los dos últimos años eran aún mejores, tanto en potencial como en la realidad, y llegaron donde se lo merecieron. Esto no es el March Madness, son los Playoffs de la NBA, la sorpresa hay que darla en cuatro partidos, no en uno.
El deporte nos gusta por eso, porque es imprevisible y todo puede suceder. Y los Lakers tienen opciones, claro, hasta los Bucks contra Miami tienen las suyas. Pero no son mejor equipo que los Spurs. No están ni cerca. La cantidad de cosas que les tendrían que salir bien y funcionar diferente a lo que llevamos viendo todo el año a unos y otros darían para una lista enorme. Y sin Vino, menos.
Denver Nuggets (3) – Golden State Warriors (6)
Al ver que Steph Curry se enfrentaba a los Nuggets, equipo que tiene carné de socio vitalicio en el club de los que más triples reciben, fue un acto reflejo comprobar cuales son los récords en un partido de Playoffs: 6 en cuarto, 8 en una mitad, 9 en un partido. Lo de la serie depende del número de partidos jugados, va de los 17 en una de cuatro a los 28 en una de siete. Curry ya le ha metido 7 este año a los Nuggets en uno de sus enfrentamientos, y en cuatro partidos contra ellos lleva un total de 16, así que en la Temporada Regular ha estado en ese rango. Los Nuggets no tienen pinta de pensar en bajar el ritmo de juego porque sean Playoffs, así que puede que estemos en ese extraño caso que puedes ver venir el récord… si no lo hubiéramos acabado de gafar. Lo siento, Steph.
Los dos mejores jugadores de Golden State ocupan las posiciones desde las que más daño se le hace a Denver, la de base más-bien-tirador, y la de ala-pívot más-bien-abierto (partidos de Bosh de 40 puntos, Love 34, Jamison 33 y ¡oh! David Lee con 31, lo atestiguan), y los mejores defensores de Denver sobre el balón (Iggy, Brewer y Koufos), coinciden con las posiciones de menos talento ofensivo en Golden State, o en el caso de Klay Thompson con un tirador. Los Nuggets son susceptibles a ser vencidos por un equipo que abuse con éxito de las suspensiones, y los Warriors son este año EL equipo.
Pero a pesar de esto, los Nuggets les ganaron 3 de los 4 partidos cara a cara, como han hecho con casi todo el Oeste. Tienen el segundo mejor registro contra equipos de la Conferencia (su 38-14 es un partido peor que el 39-13 de los Thunder) y ganarían el desempate a todos los equipos (salvo a los Campeones de División, por esa regla) porque no han perdido ni una serie en todo el año. Además, son el mejor equipo en casa de toda la Liga, donde sólo han dejado escapar 3 de 41 partidos en todo el año. Denver pese a sus cosillas, es un muy, muy buen equipo.
Son los que más atacan y con muchísima diferencia, el aro rival, y los Warriors, aún con Bogut, como nunca ha estado al 100%, han sido mediocres defendiéndose en la distancia más corta. El otro puntal de su eficiencia son los tiros libres, donde son terceros en intentos por partido (su porcentaje como equipo es paupérrimo, al nivel de los equipos que sufren el hack-a-player, Lakers y Detroit, pero aún así, un 70% es mucho mejor que cualquier tiro de campo) y los Warriors mandan demasiado a su rival a la línea. Y en los minutos finales, son tras Miami el equipo más fiable de la Liga, así que si hay un final apretado, los Nuggets tienen las de ganar por lo que hemos visto esta temporada (siempre que la cosa no tenga que ir a la pizarra lolasa de Karl para el último tiro).
El mayor problema en Denver es que han perdido a uno de los jugadores que más ha contribuido a todos esos espectaculares números. La baja de Gallinari es sensible hasta en un equipo tan profundo. El italiano era el muy mejor triplista en uno de los peores equipos en este aspecto en la Liga, y el jugador que más y mejor iba a la línea. Wilson Chandler ha recogido el testigo y está metiendo el 41.3% de los triples este año, pero sin ningún otro jugador capaz de abrir el campo con consistencia lo más mínimo, los Nuggets van a necesitar que Chandler no baje una pizca el nivel. Lo malo es que el porcentaje a lo largo de su carrera (32.3%) invita a las dudas.
Los Nuggets van a tener problemas cuando los equipos bajen el ritmo, lleguen a Colorado descansados, y se ajusten mejor a sus particularidades. La ventaja de la profundidad de la plantilla, se difumina en Playoffs cuando las rotaciones se acortan. Y los Warriors van a obtener un torrente de puntos por encima de lo normal en 2 ó 3 partidos solamente por tirar bien. Pero la distancia en ejecución global que hay entre los dos equipos es importante, y pese a las bajas, Denver merecer ser considerado el favorito.
Al igual que el Thunder-Rockets, esta eliminatoria promete ser divertida si lo que te gusta es el baloncesto rápido y poco especulativo, y no te importa, o incluso te entretiene, ver a jugadores cometiendo errores garrafales (JaValeeee). Pero eso sí, esta va a estar mucho mucho más iguodala.
Los Angeles Clippers (4) – Memphis Grizzlies (5)
Tenemos repetición de la mejor primera ronda del año pasado (remontada de 27 puntos en el primer partido incluida), que los Clippers ganaron 4-3, pero esta vez con las tornas cambiadas, y más partidos (de ser necesario) en Los Angeles. 8 de los 10 jugadores que fueron titulares el año pasado repiten (sólo Rudy Gay y Randy Foye faltarán a la cita), y las identidades de ambos equipos se mantienen. Los Grizzlies tienen la segunda mejor defensa en puntos por 100 posesiones y los Clippers el cuarto mejor ataque, y será interesante ver esta lucha de estilos.
Mirando los números de la serie pasada, la única conclusión es que el equipo que metió más puntos en cada partido lo acabó ganando, pero según se van acumulando los enfrentamientos entre equipos estos dos años, los Clippers ya tienen una ventaja de 9 a 5 sumando los partidos de Temporada Regular y Playoffs.
A pesar de su buen hacer en general en casi todos los aspectos de la defensa, los Grizzlies tienen un punto débil, bueno, mejor dicho, algo más flojo, que es la defensa de los bloqueos directos, en los que son meramente normales, mientras que los Clippers son, por números, el mejor equipo de la Liga atacándolos. A lo largo de la temporada han empezado a mejorar negando cada vez más al bloqueo, idea además especialmente buena contra unos Clippers en los que los hombres altos no te hacen pagar desde la media distancia (Griffin está en ello aún), pero Chris Paul es un hombre malo malo, y básicamente le da igual como tengas pensado defenderle. Aunque prefieren dejar a Marc como última línea de la defensa, y aún con el riesgo que suponen Griffin y Jordan cortando hacia un aro protegido por Randolph, y teniendo en cuenta que Hollins no es de hacer muchos cambios, y pese a que CP3 ya ha sacado a Gasol a bailar alguna vez… espero verle defendiendo lejos de la canasta más de lo normal, para desactivar las amenazas lo más pronto posible.
Por el otro lado, los Grizzlies van a poner a prueba, y de qué manera, si la mejoría defendiendo en el poste bajo de los Clippers es real. Con Marc distribuyendo desde el poste alto no pueden defender por delante, como es habitual en ellos y van a buscar mucho a Randolph. Griffin tiene relativo éxito cuando le defiende encima y no le deja darse la vuelta (cuando Z-Bo logra ponerse de frente con bote, Blake está K.O.), pero esto es más fácil decirlo que hacerlo, y le podría cargar de faltas rápido.
De lo que no se tienen que preocupar en Los Angeles es de los triples: los Grizzlies son el equipo que menos tira (y menos mete) con mucha diferencia. Son los dos extremos, pero el equipo que más lanza por posesión, los Knicks, lo hace el doble de veces que ellos. Los Clippers tienen un registro de 16-3 cuando su rival mete 5 triples o menos, y los Grizzlies han estado en esa situación la friolera de… 53 partidos. No es ninguna sorpresa por tanto que los Grizzlies tengan el segundo ataque más regular del campeonato, especialmente desde que Gay se fue.
Esto les marca a los Clippers una especie de frontera: si son capaces de llegar a los 95 puntos frente a esta defensa (para Playoffs, con la bajada habitual de ritmo seguramente haya que corregir un poco a la baja, hacia 90 aproximadamente: el año pasado promediaron 90.7 puntos en la serie), seguramente se lleven el partido. Los 5 mejores ataques de la Liga, entre los que están el de Paul y compañía, han anotado 95 puntos o más 9 de 15 veces frente a ellos (registro grupal en estos partidos: 9-6), y los Clippers lo han hecho bien contra defensas como la de Indiana o Chicago.
Entre esto, los enfrentamientos directos, y el factor cancha, me decantaría ligeramente hacia ellos, pese a que los Grizzlies llevan a favor un mejor balance en minutos finales (los Clippers, aunque tengan el mejor ataque tras Miami, y ese mito de los últimos minutos que es CP3, no parecen capaces de conseguir parar al rival con su defensa). Si hay muchos partidos igualados, será algo en lo que fijarse y una buena señal para Memphis.
Al igual que el enfrentamiento entre el 4 y el 5 en el Este, y como dicta la lógica, este es el más igualado también en esta parte del cuadro, y la serie promete ser larga. Con un espectáculo como el del año pasado, nos conformamos.
Y hasta aquí hemos llegado… Podrás leer nuestras crónicas a partir del sábado
(Las estadísticas de este artículo han sido sacadas de la página web de la NBA, Basketball-Reference, mySynergy y nba wowy!. El autor no se hace responsable de las opiniones vertidas por sí mismo. Básicamente porque si necesitara un abogado, sólo podría permitirse a uno de oficio.)