Avance de temporada 2013-2014: Indiana Pacers

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El año pasado todavía eran una promesa, y este, ya son una verdadera realidad. Indiana es un equipo que aspira a todo, con un futuro brillante además a medio plazo, ya que muchas de sus piezas son jóvenes y están atadas a contratos de larga duración.

Y este equipo todavía tiene margen de mejora, aunque no parezca posible. La defensa más efectiva de la Liga la pasada campaña, producto del magnífico sistema de Frank Vogel, es casi perfecta, y como mucho puede, y debería, mantenerse. Continúa Roy Hibbert, pilar clave que sostiene la estructura, protegiendo el aro sin necesidad de ayudas, y un grupo de jugadores exteriores magnífico con Paul George de protagonista, que puede emplear su tiempo en proteger el perímetro. Pero estuvieron lastrados por un pobre banquillo, y las incorporaciones a la segunda unidad, además de la vuelta de Danny Granger, harán que esta plantilla sea más profunda. Y un ataque, que empezó mal pero fue mejorando durante el año tiene la oportunidad de empezar a tope en esta nueva temporada.

  • Radiografía de los Pacers

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Quinteto de lujo… 

Junto a los 3 últimos finalistas (Miami, San Antonio y OKC), los Pacers son uno de los seis equipos que pueden comenzar la temporada con el quinteto que más utilizaron el año pasado (Toronto y Washington, son los otros dos). Gracias a que sólo se perdieron 25 partidos entre todos, Hill, Stephenson, George, West y Hibbert fueron el segundo grupo de cinco hombres más utilizado en la Liga la pasada temporada, tras los titulares de los Thunder, y eso que sólo jugaron juntos 64 partidos, porque Vogel tardó 6 encuentros en darle un puesto de inicio a Lance, que no volvería a perder.

Además, son eficaces. Estamos hablando del cuarto mejor quinteto de los 25 con más minutos a lo largo y ancho de la Liga, y el 6º entre los 40 con más de 250 minutos (teniendo en cuenta que dos de los grupos por encima, de Memphis y Toronto, fueron utilizados sólo en la recta final de la Temporada), superando en 12.1 puntos por 100 posesiones a los rivales. Si separamos su actuación en las dos partes del campo, estaríamos hablando de la mejor defensa de la Liga (Indiana como equipo es la #1, y este quinteto mejora ligeramente la marca de todos los minutos del equipo en general) y el sexto mejor ataque.

Si os fijáis en la radiografía de los Pacers, y la clase de tiros que permiten al rival en defensa, no les dejan tirar cerca de la canasta o de 3, fuerzan (si eso es posible) malos porcentajes desde esas zonas, y sólo dejan al rival elegir las peores opciones, suspensiones a media distancia. Además, evitan todo lo posible cometer faltas.

Pese a ser uno de los equipos que más rebotean en ataque y más balones pierden, su balance defensivo es fantástico, y evitan los contraataques rivales. Y a media cancha son un equipo con una magnífica capacidad de mantenerse en su sitio, ya que todos los miembros del quinteto, tienen un gran área de influencia, y tienen que preocuparse de rotar mucho menos que otras defensas de élite.

Por fuera, son un equipo con jugadores sobrados de envergadura, y tremendamente oportunistas, que hacen muy difícil hacer circular el balón mediante el pase. De hecho, los equipos suelen atacar a los Pacers directamente desde el bloqueo directo, porque es la opción menos mala y la única que libra del torrente de pérdidas, y suelen tener que confiar en el tiro del hombre alto, pese a que saben de las pocas expectativas de éxito, ya que es muy difícil atacar a Roy Hibbert. Los equipos con un pívot que tira bien en la zona de la bombilla les pueden dar problemas (perdieron dos veces contra Boston y Garnett en la Temporada Regular y una contra Portland con Aldridge acertando en 7 de 9 lanzamientos más allá del tiro libre) pero David West hace un buen trabajo en general tratando de disputar una clase de tiros que rara vez son eficientes.

En ataque, mejoraron ligeramente el rendimiento del año anterior, con Stephenson en el lugar de Granger, gracias a que jugaron de manera más agresiva: anotaron más puntos tras pérdida rival, a la contra, en la pintura (nótese que una sola canasta puede cumplir estas tres situaciones) y producto de tiros libres. Atacando más el corazón de la defensa rival, también lograron abrir más opciones en el perímetro, y pese a que a lo largo de la temporada George tuvo peor porcentaje de 3 que el año pasado, Hill lo mantuvo y Stephenson está muy lejos del acierto de Granger, los números del quinteto titular desde el triple son iguales a los de la temporada anterior (13.8 intentos por 36 minutos con un 38.6% de acierto en 2012, 13.4 con un 39% en 2013 de los titulares). La adición de Stephenson, en su papel de Mini-Westbrook fue muy importante en esta función, ya que contagiaba al equipo con su intrepidez y determinación, que fue de menos a más según avanzó el año. Está claro que no nació preparado, como su apodo en el circuito neoyorquino, Born Ready, insinuaba, pero ahora ya lo está.

Otra parte muy importante fue el rebote ofensivo. Fueron el cuarto equipo de la Liga que más veces recogió sus propios fallos, y quintos en puntos en segundas oportunidades durante la Temporada Regular, y el mejor equipo en ambas tareas en Playoffs. Teniendo en cuenta que su acierto en tiros de campo fue bastante pobre, la habilidad de volver a tratar de anotar fue muy importante para este equipo.

La otra cara fue el alto número de pérdidas (lideraron la Liga ampliamente en faltas en ataque), pero en conjunto tuvieron una excelente actuación, y son otra muestra de lo que se puede conseguir sin una super-estrella individualista (no, George aún no está en nuestra lista) si los cinco titulares saben qué hacer en ataque.

  • …¿con fecha de caducidad?

Con la vuelta de Granger tras perderse prácticamente el año pasado entero por lesión, Vogel tiene una patata que puede acabar calentita. Con Paul George como fijo, las únicas opciones de aquel que fue hace poco jugador franquicia en Indiana de volver al quinteto pasan por reemplazar a Lance Stephenson (o, moviendo más piezas, en un movimiento improbable, a George Hill).

Después de lo bien que funcionaron los Pacers el año pasado, y la progresión que demostró el joven y rugoso Lance Stephenson, por un lado parece mejor no tocar lo que funciona. Pero si Granger recupera un nivel cercano al que tenía antes de la lesión, es un gran jugador, que además puede ayudar más del lado débil (por decir algo) del quinteto inicial, del ataque, aunque no es ningún mediocre en defensa tampoco.

Granger es mucho mejor tirador que Stephenson, creativo, capaz de poner la pelota en el suelo (los Pacers son otro equipo que puede probar con los bloqueos directos entre hombres exteriores, un GeorgeGranger tiene claro potencial) pero aunque sea un jugador que no retrocede ante una gresca o el juego físico, Stephenson ayudaba a poner un tono de mayor intensidad a las pequeñas cosas. También, Granger ha estado acostumbrado siempre al protagonismo y a detener el balón y ahora mismo, los Pacers son el show de Paul George, y un equipo más afilado, y Danny tendría que volver acatando las nuevas reglas.

Pero ya no es sólo la cuestión de combinarlos en pista de la mejor manera posible esta temporada. Ambos entran en su último año de contrato, y serán agentes libres no restringidos (Stephenson firmó 4 años como elección de 2ª ronda), por lo que necesitan brillar y jugar lo más posible. Lance ha declarado que no le importaría salir desde el banquillo, pero me temo que lo dice con la boca chica (o eso tiene que pensar su agente al menos), y teniendo en cuenta que quizá él tenga más papeletas ahora mismo de ser una parte del futuro de los Pacers que Granger, Indiana querrá tenerle contento. Además, los jugadores de la segunda unidad de los Pacers tienen bastante talento ofensivo, por lo que el que sea relegado a sexto hombre, quizá no pueda tener tanto protagonismo como suele. Así, entre unas cosas y otras, la condición de titular trae una serie de ventajas importantes.

Lo bueno de la NBA, es que muchas veces, este tipo de debates se resuelven solos. Hay muchos minutos a repartir, las lesiones ocurren, y los jugadores tienen bajadas y subidas de rendimiento que convierten decisiones como estas en fáciles vistas a posteriori. Para empezar, como Granger llega justo al principio de temporada, puede empezar como suplente, e ir entrando al quinteto poco a poco si se lo gana. Lo que es seguro es que la competición será dura, y Vogel puede conseguir tenerles en tensión, y dando lo mejor de cada uno durante todo el año. Pero tendrá que manejar la situación con autoridad.

  • Moderad el entusiasmo

Paul George, All-Star en su tercera temporada en la Liga y miembro del tercer equipo All-NBA, le han recompensado con una extensión de 5 años y unos 80 millones, que pueden llegar a una cifra en torno a 95 si este año repite en un equipo All-NBA (o si es MVP, pero me temo que si lo nombran jugador más valioso, en uno de los tres quintetos entra…). Aunque todos estos honores y recompensas son más que merecidos por su trabajo en las dos partes del campo, al joven californiano le falta todavía un nuevo escalón para ponerse al nivel de los mejores líderes de una unidad ofensiva. Acaba de subir otro peldaño en los Playoffs, que tendrá que consolidar durante el año que viene y si sigue su progresión, no tardará en caer el obstáculo final, pero todavía no está ahí.

El año pasado a estas alturas ya sabíamos que era un excelente y sacrificado defensor y veíamos su potencial como segunda opción anotadora. Durante la temporada confirmó esto último y se fue destapando como pasador y creador de juego, demostrando que puede ser el foco de atención en un ataque solidario con jugadores talentosos a su alrededor. Pero todavía no podría tener un impacto masivo en un equipo mediocre sin su presencia, como, por ejemplo, el de Harden en Houston, aunque, por suerte para él, en Indiana no le hace falta.

Es muy versátil en ataque, pudiendo hacer un montón de cosas diferentes bien: tirar tras pase, postear, crear tras bote, sacar faltas, enfrentarse al rival uno contra uno… pero no acaba de tener un go-to move, un recurso infalible al que acudir cuando su equipo lo necesite, o sobre el que pueda añadir más opciones de continuar la jugada. A veces, con jugadores como George a los que se ve tan fluidos en general, cuesta ir a los números, porque es de esperar que pronto te dejarán en ridículo por apuntar al pasado más reciente, pero la realidad es que ahora mismo, sus 17.4 puntos por partido con un TS% medio (53.1%) y un gran número de pérdidas, están en el territorio de los Brandon Jennings o Kemba Walker (de su edad, por cierto), y son de notable más que de sobresaliente.

Pero ese «ahora mismo» con Paul quizá sea «ayer», y para un jugador de 23 años y 3 temporadas, ser un 10 en defensa y un 8 en ataque es fascinante. No estamos restando méritos, sólo advertimos que se está yendo aún más rápido de lo que va él. Con la temporada ya avanzada, los Pacers todavía tenían que tirar de pizarra y bloqueos indirectos para darle ventajas de cara a la conducción y penetración, porque no era nada eficiente empezando los ataques desde arriba, con un simple bloqueo directo.

De los cinco titulares de los Pacers, es el que presenta el peor índice ofensivo en sus minutos en pista (también es el que más minutos ha jugado, y por tanto, más ha coincidido con el circo de los suplentes), y pese a que el RAPM (+/- ajustado y normalizado) le sitúa como 5º jugador exterior en impacto defensivo (hace al equipo 3 puntos por 100 posesiones mejor), al sumarle la contribución al ataque, acaba siendo el 42º jugador con más valor de la pasada temporada. Sus números individuales, además, apenas varían de jugar con el quinteto titular habitual a hacerlo sin ellos, lo cual por un lado es buena señal (su juego no depende de que sus compañeros le hagan mejor), y por otro, significa que no le podemos echar tanta culpa para lo menos bueno al acompañamiento.

George ha tenido la fortuna de caer en una situación perfecta para él en Indiana, un equipo en el que pudo hacerse un hueco utilizando sólo sus virtudes, y desarrollar poco a poco aquellas facetas en las que no era tan especial, con un genial cuerpo técnico alrededor. El equipo que te toca en el Draft puede crear o destrozar tu carrera, y a PG le ha salido «cara». Nos alegramos, y ojalá el año que viene podamos celebrar que ya es una realidad en total plenitud.

  • Otro que también…

Los Playoffs conviertieron a Paul George en estrella mediática, pero seguramente no fue ni siquiera el jugador de los Pacers que más mejoró su reputación. Ese título sería para Roy Hibbert, que con su titánico Game 1 en la segunda ronda contra New York, en la que defendió a uno de los ataques más potentes de la Liga casi por sí solo, y los 22 puntos y 10.4 rebotes que se marcó por partido en las Finales de Conferencia del Este ante Miami pusieron su nombre en toda lista de mejores pivots de la Liga.

A diferencia de otros jugadores que intimidan en las ayudas, esperando agazapados, o tienen su impacto secando el juego del rival de espaldas en el poste bajo, Hibbert protege el espacio aéreo de frente, uno contra uno, situándose atrás y parando cara a cara a todo aquel que se atreva a penetrar en su guarida, con una impresionante movilidad para su 2.18, y además, tras los problemas que tuvo en sus dos primeros años, ya logra hacerlo sin faltas. Eso permite a Indiana poder defender la línea de 3 sin tener que ayudar hacia el centro, y los rivales se tienen que conformar con tirar de media distancia, o acabar las penetraciones en mitad de la pintura con un floater, en lugar de llevarla hacia el aro.

Su RAPM le coloca como 9º defensor con más impacto en la Liga el año pasado, por detrás de todos los sospechosos habituales (Duncan, Dwight, Sanders, GarnettMarc, Asik, Noah y Chandler). Como nada es perfecto, y no se puede capturar todo lo que un jugador significa, el orden quizá sea lo de menos, pero es maravilloso cuando una estadística es capaz de separar en la capa superior al quién es quién del negocio.

Donde Hibbert deja bastante más que desear, porque lo de la serie de Miami es más la excepción que la norma, es en ataque. Contra los Heat, se aprovechó de su extrema debilidad en el interior para abusar y limpiar el tablero, pero, sobre todo a principio de temporada, Roy fue atroz. Hasta el All-Star su porcentaje de tiro de campo fue del 41.4%, una cifra terrible para un hombre alto en especial. En la segunda parte de la temporada, subió al 51% que mantuvo en Playoffs, y el ataque de los Pacers, que fue el 24º hasta el parón, fue 11º de ahí al final.

Lo cierto es que Hibbert tiene algún recurso más de lo habitual en un pívot mastodóntico, ya que pide el balón el los dos lados de la pista por igual, puede tirar desde la bombilla (y mete sus tiros libres), es bastante ligero teniendo en cuenta su tamaño como para continuar tras los bloqueos directos, y pasa bien. El problema es que si no está Bosh delante, no es capaz de ganar ese metro que siempre le falta para llegar al aro, y acaba simplemente dejando volar el balón, una terrible manía. De los 785 tiros a 5 metros o menos del aro, 198 fueron suspensiones, más de uno de cada cuatro, y sólo metió 27, un 13.6%. Y en Playoffs la cosa no mejoró mucho, de hecho, empeoró en acierto (4 de 50, o el 8%), pero tiró menos, cambiándolas por bandejas, mates y ganchos de mejor propósito.

Cuando Dwight Howard es notoriamente mejor tirador que tú desde alguna zona, el sentido común creo que dice que deberías dejarlo. Con Paul George cada vez más desequilibrante y Danny Granger de vuelta o una mayor dosis de Stephenson, los Pacers no tendrán que pasar su ataque por él tanto el año que viene, y le podrán dejar hacer lo que mejor se le da: defender, rebañar en ataque, y abusar sólo del que pueda.

  • El punto débil

Si el quinteto de los Pacers fue magnífico, su banquillo es todo lo contrario. Augustin, Green, Young, Hansbrough y Mahinmi, fueron un arma de destrucción masiva para este equipo y sus aspiraciones a mejores resultados y sólo el pívot francés permanecerá en el equipo.

Como unidad sólo coincidieron 63 minutos, pero su balance es de -10.2 puntos por 100 posesiones y las combinaciones de 4 jugadores de este grupo con cualquier otro, tienen todas diferencia negativa (entre -2.8 y -23.4 puntos por 100). Sin un sólo jugador con un porcentaje de tiro verdadero por encima de la media, la falta de un macho alfa (o beta, incluso) en ataque fue muy dañina para el equipo, y contagiosa cuando se juntaban con otros. Si sumamos los puntos por 36 minutos de los 5, llegan a 58.5, muy lejos de los 70-75 que mete habitualmente un equipo NBA.

EL RAPM (+/- ajustado y normalizado) de todos ellos es negativo (entre los 0.7 puntos por 100 posesiones que estiman que cuesta a su equipo la presencia de Tyler Hansbrough, a los 4.9 de Sam Young), y no hacen falta fórmulas y regresiones para verlo: todos tuvieron un +/- negativo en al menos 10 partidos más de lo que Indiana perdió con ellos. Por ejemplo, Hansbrough, que jugó en todos los 81 (!) partidos de los Pacers, con sus 32 derrotas correspondientes, tuvo un +/- por debajo de 0 en 42 partidos. Sam Young estuvo presente en 20 partidos perdidos, y tiene diferencial negativo en pista en 34. Y así el resto…

Este año, con la llegada de CJ Watson, Chris Copeland y Luis Scola, además de la vuelta de Danny Granger o Lance Stephenson, esta unidad pasará de ser una de las peores de la Liga, a algo que tiene pinta de ser como mínimo, competente. Casi todos estos jugadores son efectivos en ataque, y desesperantes, los tres primeros, en mayor o menor grado en defensa, aunque contra otros jugadores de banquillo, y con Mahinmi (que es el mismo que el año pasado, pero en esta ocasión, rodeado de jugadores que le complementan) protegiendo el aro lo suficientemente bien para que los Pacers mantengan el esquema defensivo, no debería ser un problema.

Y con gente como Scola, tiene potencial de ser brillante. El argentino cumplirá 34 años en Playoffs y su rendimiento ha bajado los dos últimos años, pero es una garantía de consistencia (sólo se ha perdido 8 partidos en 6 años en la NBA) y en Phoenix no se le veía muy motivado. En Indiana podrá jugar menos minutos y dosificarse mejor, y será una opción mejor que Hansbrough si David West se tuviera que perder algún partido. Las únicas áreas en las que pierde Indiana con el cambio son el rebote de ataque (y los viajes a la línea que Psycho-T conseguía a partir de esto) y la intensidad. Para todo lo demás, prefiero a Scola.

PO Desde El Sofá (XV): El Desconocido

No mentimos si decimos que de los 16 equipos que entraron en PO habían dos que eran digamos los ocultos, y para colmo se enfrentaron juntos… uno de ellos, Pacers es sin duda alguna uno de los mayores desconocidos en la liga y ayer, asaltó el MSG.

Anoche seguro que muchos de los que se sentaron en el Madison esperaban ansiosos una victoria fácil frente a esos de amarillo de Indiana, pero pronto se vio que nada de eso, Pacers venía agazapado, sin hacer ruido pero con uno de los equipos más compensados de la liga y sobre todo, con gente con mucha hambre. En cambio en NY parecía que todo se iba a dejar de manos de Anthony, hasta que hubo un gran problema: las faltas.

Melo se cargó y toda la responsabilidad ofensiva caía en Felton y sobre todo en JR, que parece que desde que le dieron el premio al 6o Hombre, se está medio-dejando llevar. Enfrente un quinteto comandado por Paul George y excelentemente secundado por gente como Hibbert y sobre todo por David West, una debilidad personal, destrozaron por dentro a los Knicks mientras que DJ Augustin, irregular a lo bestia durante el año, enchufaba de todo desde fuera.

El segundo y tercer cuarto fueron de dominio absoluto de los de Indiana y ni el arreón épico final de los Knicks pudo ya con una diferencia que parecía que siempre era corta, pero siempre estuvo ahí. Knicks va a tener que cambiar bastantes cosas ante un equipo que te puede hacer daño de fuera y dentro, es decir, no todo debe ser Melo y su juego exterior, porque si no están más que perdidos ante unos Pacers que aunque suelen de vez en cuando ‘irse’, si no pasa eso… son duros, muy duros.

Los Pacers son otro mini-Spurs como Grizzlies y van a dar muuuucha guerra… y sin Granger…

El Detalle: Que no os extrañe ver a Stephenson ultra motivado en estas series, fue una mega estrella jovenzuela de la zona de NYC…

PO Desde El Sofá (VIII): Propia medicina

Los dos equipos con más victorias en cada conferencia han estado intratables, y todos se han puesto con un 3-0, pero los Pacers se dejaron la oportunidad de unirse a ese grupo en Atlanta, y tendrán que volver a jugar en Indianapolis.

Con la peor anotación de un equipo en lo que va de Playoffs, tanto por puntos por partido (69, que están por debajo del mínimo de 71 que marcaron los Celtics), como por 100 posesiones (donde hay aún más diferencia entre los 70.2 de anoche y los 81.7 a los que Boston llegó), la futilidad ofensiva de Indiana rozó lo inaudito. No os dejéis llevar porque haya un par de zonillas verdes en su carta de tiro, que cayeron cuatro tiros nada más desde ahí.

Si no hubo demasiada emoción en los dos primeros partidos, en este mucha menos. En los anteriores, al menos, los Hawks llegaron a acercarse a unos 8 puntos en el último periodo, aunque no pasaran de ahí. En este la diferencia jamás bajó de 10 desde que Atlanta la pusiera en los estertores del primer cuarto, y lo habitual fue verla en un rango entre los 20 y los 25, convirtiendo este encuentro en el más descafeinado de todos los Playoffs. Y si bien en los otros dos de esta serie, pese a la superioridad de Indiana, tuvieron un punto de tensión y ratos de buen y divertido baloncesto, en este casi nada.

Los Hawks cambiaron su quinteto titular, sustituyendo a Kyle Korver por Johan Petro, haciéndose grandes y emparejando a Josh Smith contra un Paul George que jugó a un nivel estelar en los dos primeros enfrentamientos. Este grupo no fue muy brillante per se, ya que en 12 minutos apenas registaron una ventaja parcial de un punto, pero ayudó a establecer un tono mucho más amenazante y contundente para Atlanta. Los de Drew supieron aprovechar la ventaja que suele dar jugar en casa con los árbitros, para ser más físicos y se impusieron en este aspecto a un equipo que suele utilizar eso a su favor como Indiana.

Nadie se fijará en los números de Ivan Johnson, pero su agresividad ayudó a marcar el territorio y fue el catalizador del aumento de la frustración, minuto a minuto, de los Pacers. A mitad del segundo cuarto, David West (tras un tapón de Johnson, precisamente) perdió los nervios e hizo una falta flagrante, de esas que sobran, pero que a veces sirven a un equipo de revulsivo. En este caso, lo que consiguió, fue refrendar aún más la superioridad de los Hawks, que confirmaron que tenían a su rival contra las cuerdas.

Hacíamos hincapié en la previa sobre la necesidad de Atlanta de conseguir puntos tras pérdidas, y anoche lo hicieron, y desde el principio, para acabar con 24 en total. Ante una defensa como la de Indiana, que no te deja rebotear (pese a la gran desventaja en el marcador y el mal partido, los Pacers aún ganaron la batalla del rebote, 52-48), y blinda la pintura y el triple, es necesaria una precisión y disciplina ofensivas que los Hawks no tienen, y por tanto, todos los puntos fáciles que puedan generar al contraataque son importantísimos para ellos. Además, el caos en el que sumieron al ataque de Indiana desde bien prontito parece que les dejo catatónicos para el resto de la contienda.

Por otro lado, cuando ponen a Josh Smith a jugar de alero, consiguen que este se centre más en jugar de espaldas y cerca de la canasta, y eso es una bendición para Atlanta, pese a la pérdida en tiro exterior. Anoche sólo lanzó dos veces de dos a media distancia (las dos fueron dentro, además) y una de ellas fue gracias al espacio creado tras insistir en postear por tercera vez consecutiva a George. Y fue 5 veces a la línea, que no es un gran número para alguien como él (que además luego le cuesta meterlos), pero es más que en los dos partidos anteriores juntos.

Muy buen partido de Al Horford (26 puntos en 22 posesiones y 16 rebotes), que brilla más cuanto mayor es el ritmo (algo que tendrían que tener en cuenta cuando los Hawks sean remodelados este verano) y Atlanta ya tiene al menos una victoria, y se puede meter de lleno en la serie si vuelven a aprovechar la ventaja de campo. Pero, ojo, que Indiana esta vez sabe lo que le espera, y difícilmente repetirá una actuación como la de anoche.

El detalle: Jeff Teague tuvo una horrible caída poco antes del descanso, en la que parecía que se podía haber hecho muchísimo daño en el codo. Menos mal que no fue nada, porque no estamos como para perder a un buen jugador más…

La recomendación: Si aprovechando que es domingo queréis ver algo de NBA en diferido, no os pongáis este partido. E id a por el Bulls-Nets, del tirón. Y si no os habéis enterado de como fue, mejor.

Avance de temporada: Indiana Pacers

El tercer mejor equipo del Este es de los pocos que mantiene intacto el (productivísimo) quinteto con el que finalizaron la temporada pasada, y solo han cambiado un banquillo que fue habitualmente superado por el rival.

Con tres jugadores todavía al lado bueno de la montaña de la progresión, y solo un treintañero, los Pacers deberían tener uno de los quintetos más interesantes el año que viene.

Altas: D.J. Augustin (Charlotte Bobcats), Ian Mahinmi (Dallas Mavericks), Gerald Green (Brooklyn Nets), Miles Plumlee (Draft), Orlando Johnson (Draft), Sundiata Gaines (Brookly Nets),  Sam Young (Philadelphia 76ers)

Bajas: Darren Collison (58.7% de los minutos), Dahntay Jones (32.9%), Louis Amundson (23.5%), A.J. Price (17.8%), Leandro Barbosa (13.6%), Jeff Foster (4.4%), Kyrylo Fesenko (0.5%)

Empezamos:

Indiana Pacers en ataque 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.O.
23º
  • The decision… ¿Hill o Collison?

El quinteto de los Pacers fue una de las mejores unidades de la Liga, sin duda alguna. George, Granger, West y Hibbert, bien con Collison o con Hill, superaron en 10 puntos por 48 minutos a su rival la pasada Temporada Regular, en una muestra enorme de 1238 minutos. Eso es territorio de 67 victorias.

El quinteto fue un poco mejor incluso con Hill que con Collison, lo que puede explicar la decisión de los Pacers de renovar a uno, y traspasar al otro. Con Hill al mando, los Pacers metieron 112.5 puntos por 100 posesiones y recibieron solo 95.9 en 229 minutos de muestra. Con Collison, los índices empeoraron a 110.6 y 100.7.

Y en Playoffs, el quinteto con Hill funcionó aún mejor: 113.5-94.1, en 240 minutos, muchos de ellos jugados contra el eventual campeón, Miami, al que superaron con estos cinco en pista.

Hay dos motivos por los que el equipo funciona mejor en ataque con Hill. El primero, es que pese a una producción anotadora similar, Hill es más eficiente porque tira más de 3. Como podéis ver en el siguiente gráfico, Hill utiliza más los triples que la media distancia, y por un lado mejora la eficiencia personal, y por el otro abre más espacios al resto.

La comparación Hill/Collison, es un caso curioso de como, si se ven los porcentajes habituales sin tener en cuenta la proporción según el tipo de tiros, llegaremos a la conclusión errónea. Los dos jugadores empatan prácticamente en FG% y 3PT% (44.2% y 36.7% de Hill, 44.0% y 36.2% de Collison), y Collison parece compensar y sacarle la ventaja definitiva siendo mejor en tiros libres (83.0% a su favor vs. 77.8%). Pero debido a que Hill tira de 3 y va a la línea con una mayor frecuencia, su TS%, los puntos por posesión, es mayor: 55.7% vs. 52.6%. De hecho, el recién renovado jugador, lidera a los Pacers en esta métrica.

El otro motivo para quedarse con él, es que Hill protege mejor el balón: Collison la pierde 3 veces por cada 2 de su ahora ex-compañero. Aunque no tenga todavía los instintos de un base que juega a tiempo completo, y de hecho, asista mucho menos que el nuevo jugador de Dallas, Hill toma muy pocas malas decisiones, y es un mucho mejor base en el bloqueo y continuación, representando además una mayor amenaza desde la línea de 3, así, los Pacers funcionan mejor con él llevando la manija.

En defensa, además, Hill es posiblemente uno de los mejores bases en la Liga. Con muestras tan grandes, los casi 5 puntos menos por 100 posesiones que recibe el quinteto al intercambiarlo por Collison son significativas. Ante él, los bases rivales anotaron un minúsculo 38.7 eFG% de los tiros, ante Collison, un 47.1%. Los 5 centímetros y 10 kilos de más, unidos a su voluntad, marcan una gran diferencia.

  • Y esto… ¿por qué funciona?

El quinteto de los Pacers carbura tan bien en ataque, porque tiene 5 anotadores de los que te tienes que preocupar, ocupando una enorme cantidad de espacio. Los 3 exteriores (contando con Hill) tiraron más de 4 triples por 36 minutos cada uno, y ninguno bajó del 36% de acierto. Solo 40 jugadores (más de 1000 minutos) alcanzaron esos números la pasada campaña y 4 de ellos (estos 3 más Barbosa) jugaban en Indiana. Solo Orlando, otro de los mejores ataques de la Liga, puso un trío con tanto acierto desde el perímetro en pista.

Si le añadimos que David West es una amenaza desde cualquier punto de la media distancia, donde puede aparecer en cualquier momento, tener a 4 jugadores abiertos, permite operar solo con su hombre a Hibbert en el poste bajo, algo que él, que aunque tiene recursos, no es el anotador más natural en el poste, no podría hacer tan bien si le empezaran a mandar dos-contra-uno.

El ataque de Indiana fue eficiente y muy bien repartido. El TS% medio de la Liga la temporada pasada estuvo en 52.7%, y todos los jugadores del quinteto de Indiana superaron el 53%. Solo ellos, San Antonio y Denver tienen un quinteto con cinco jugadores capaces de anotar por encima de la media. El porcentaje de utilización (estadística que mide como se distribuyen los tiros entre los jugadores) en un caso de reparto ideal debería ser de un 20% para cada uno de los cinco. En este caso, todos los Pacers revolotean cerca de ese umbral con Granger (25.9%) siendo el que más y Hill (17.2%) el que menos, una de las distribuciones más igualadas de la Liga.

Y la eficiencia no vine de un gran acierto en tiros de campo, sino de las contribuciones de más esfuerzo: fueron uno de los mejores equipos yendo a la línea y reboteando en ataque, y por tanto creando opciones eficientes a través de segundas oportunidades, además de perder poco la bola.

Pero lo importante… ¿este ritmo se puede mantener? Hay un indicador poco halagüeño, que es la salud. La buena salud. Granger se perdió solo 4 partidos, Hibbert 1, y West y George ninguno. No son lesionados habituales, pero mantener un quinteto completo sano dos temporadas seguidas no es normal, y es muy posible que este año les toque.

Pero el resto no hace pensar mal. Los números de los más veteranos, Granger y West, salvo por la mejora de Danny con las pérdidas, regresaron un poco incluso, lo que era esperable. Hibbert mejoró algo el porcentaje de tiro y el rebote ofensivo, pero redujo la utilización, y fue un poco peor en tiros libres: el cambio es una consecuencia directa de disminuir un poco su rol, y asumible dentro de su progreso como jugador. Y a pesar del aparente salto que dio (que fue más especial en defensa), los números de Paul George ajustados a ritmo y minutos son clavados a los de su primer año, salvo por una considerable mejora en porcentajes de 3 y desde la línea, que fue lo que marcó la diferencia.

Desde que se empezó a utilizar el tiro de 3, Paul George es el undécimo jugador que mejora su porcentaje de 3 en al menos 5 puntos porcentuales con un volumen de 3.8 triples por 36 minutos, y su incremento de 8.8 es el tercer mayor del grupo. De estos 10 jugadores, solo dos, Peja Stojakovic y Greg Sutton, siguieron mejorando el tercer año, y en 5 de los casos, los jugadores cayeron por debajo incluso del nivel de su primera temporada.

De todos modos, si con tres jugadores por debajo de los 27 años, las únicas trazas de probable regresión son la salud y el acierto desde el triple de George (que yendo unido a un aumento de 4 puntos en el de tiros libres podría ser mejora real de la mecánica), Indiana tiene toda la pinta de mantener o mejorar el nivel el año que viene.

  • La banda del banquillo

Aunque el quinteto titular de Indiana rindiera a un nivel espectacular, el equipo no estuvo entre los mejores la temporada pasada por culpa de un mal banquillo, especialmente en el frontcourt: Hansbrough, Jones y Amundson tienen un +/- negativo, lo que indica que la segunda unidad fue superada por sus rivales. De hecho, en los minutos sin el cuarteto de cuerda titular en pista, los Pacers recibieron más puntos de los que anotaron. Hansbrough, el sexto hombre del equipo, dio un paso atrás la temporada pasada, y a 15 días de cumplir los 27 años, la edad que suele marcar la cumbre de la progresión de un jugador, es lo que es. Pocos se lo toman tan en serio y juegan tantas ganas como Psycho-T, pero la profesionalidad no es suficiente.

Cada año está reboteando menos, tanto en ataque como en defensa, y el 11.3% de los rebotes que cogió el año pasado es una muy mala cifra para un ala-pívot. Sin ser nada especial defendiendo al hombre, ni aportar nada al ataque del equipo pasando (es uno de los mayores agujeros negros de la Liga, y su tasa de asistencias, al igual que el rebote, va decayendo año a año, sin ser nada especial en primer lugar), Hansbrough es un hombre alto anotador unidimensional, que abusa del long 2 y no tiene rango de 3, y que el año pasado ni siquiera fue capaz de meter ese tiro.

Si en 2011, como podéis ver en la imagen, fue uno de los mejores jugadores de la Liga, anotando a media distancia, especialmente desde la bombilla, el año pasado solo fue efectivo desde el codo izquierdo:

Como por edad no le tocaba aún entrar en declive, es de esperar que recupere algo el nivel, regresando a la media el año que viene, pero al mismo tiempo, que lo único que haya mejorado en su carrera haya sido el tiro a media distancia del primer al segundo año, antes de volver al punto de partida en el tercero, da que pensar si no estaremos ante un jugador que cada vez se ve más superado por el nivel NBA. Habrá que ver que tal se entiende con Mahinmi, un jugador muy diferente a Amundson y una bendición para la defensa del segundo grupo, y si no espabila, este año, a diferencia del anterior, Pendergraph está sano detrás de él para darle guerra, y los Pacers, por los fichajes que han hecho, podrían optar por correr, algo que le sacaría de su zona de confort… y puede que del estado de Indiana.

Y en el perímetro, los Pacers van a tener que reemplazar a un grupo que fue muy bueno: Hill al principio de año, Barbosa y Collison al final, y lo van a hacer con una gran elección, y una apuesta con mucho potencial. Augustin no tiene nada que envidiarles, y si no fuera por la defensa, tiene nivel de sobra para rivalizar con Hill por el puesto en el equipo titular. Según han ido pasando las temporadas en Bobcats, D.J. se ha ido convirtiendo en un base de los que pasan primero, segundo y tercero, y su habilidad para encontrar a los hombres altos, algo deficientes en ataque, en las mejores posiciones, será capital para el éxito del equipo. Si Vogel decide mover el control de la segunda unidad de Hansbrough en el poste alto, a la conducción de Augustin, la teoría pinta bien.

Y la apuesta final, que de salirle bien a Indiana los convertiría en favoritos a la 2ª posición en el Este, es Gerald Green. Tras más de dos años completos y unos cuantos meses fuera de la Liga, Green fue excelente en 31 partidos en los Nets, llegando desde la D-League. Debería ser el anotador del grupo, y si Vogel fue capaz de encontrarle situaciones de tiro en estático a Dahntay Jones, en Green tiene un tirador mucho mejor, aunque Jones tuviera un fabuloso año la temporada pasada.

Veremos como funciona, pero el banquillo de los Pacers, tiene mejor pinta en conjunto.

  • La otra cara
Indiana Pacers en defensa 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.D.
17º 22º 12º 21º

Los Pacers, como todo equipo de nivel que se precie, también son buenos en defensa, aunque por motivos casi opuestos. Si en ataque están en la parte alta forzando faltas y cogiendo rebotes, en defensa conceden como los que más. Sin embargo, son un gran conjunto evitando al rival anotar, siendo 6º en eFG% en contra.

Si examinamos el quinteto inicial jugador por jugador, dependiendo de lo que penséis de Danny Granger, todos son defensas productivos, y en algún caso, como el de George, estelares. Como ocurría en ataque, con Hill en pista son un grupo con parciales de élite, físico y correoso, y mucho más malencarado de lo que parece. No suelen aparecer en las listas de bad boys, pero las malas pulgas de West o Granger son notorias, y el año pasado se pudo ver una vez más.

El as de la unidad, desde luego,es George, jugador destinado a aparecer en el All-Defensive Team durante muchos años. Viendo las votaciones, yo estoy casi seguro que en las papeletas debe venir lo de Defensive en letra pequeña, y muchos no lo ven, lo cual sumado a los que votan por reputación, completa el festival. Cuando Jeff Van Gundy pronuncia la palabra fraude para referirse a alguna de las elecciones, poco más voy yo a añadir. Ah, sí, Boozer recibió un voto el año pasado. En serio. Pero paro que nos vamos de tema.

De George se remarca siempre su tamaño para jugar de escolta (2.03 m.) y sus largos brazos, pero lo que realmente le hace especial es la manera de seguir al rival como un perro de presa por la pista: rara vez da espacio al rival, y es tremendamente hábil para evitar engancharse en las pantallas. Sería por esto, tanto o más que por su envergadura, el motivo por el cual lo eligiría a él antes que a cualquier otro escolta para defender una última posesión de partido.

Con magníficos defensores de aclarados, y la amenaza de George en las líneas de pase, tratar de hacer circular el balón manteniendo a Paul en el lado débil, buscando al hombre de Granger, el eslabón más débil, o a West cuando el ala-pívot le gane por centímetros, es la receta a la que se ven obligados los equipos rivales, ante una de las unidades más competentes de la Liga. Corrigieron dos debilidades, ya que a Hibbert desde que está más ligerito es más difícil pillarle en el bloqueo directo, y con Hill por Collison a tiempo completo, la defensa gana aún más amperios y ahora, enfrentarse a Indiana es cada vez más farragoso.

  • En resumen

Los Pacers 2013 tienen el núcleo de los de 2012, reforzado en sus puntos débiles, y con un cierto margen de mejora como equipo joven, y este año deberían volver a repetir puesto entre los mejores ataques y defensas. Anotar 109.5 puntos por 100 posesiones y recibir 105.0 en contra, para una esperanza de 53 victorias es una predicción continuista que confía en que los de Vogel mantienen el nivel.

PO Desde El Sofá (XVII): El invitado no deseado


LeBron con su MVP, segundo partido de la serie tras ganar el primer, el público entregado y todos vestiditos de blanco para la fiesta… fiesta blanca, ibicenca, veraniega… de esos lios que empiezan en Miami a buena hora pero no sabes cuando terminarán… donde todo el mundo lo da todo… chicas guapas… prometía a día inolvidable.

Y eso no paso, porque todo el mundo estaba listo, menos los jugadores… a ambos equipos les costó arrancar y entrar en el ritmo del partido. Los dos primeros cuartos fueron soporiferos, y más cuando estás viendo el partido tumbado en el sofá.

Eso te permite centrarte en otros aspectos del juego, como las dos rubias que había junto al banquillo de los Heat.. o ver a Larry Bird aburriéndose…

Miami hechó de menos a Bosh, pero aun así entre LeBron y Wade mantuvieron a los Heat por encima de los Pacers, a pesar de la gran defensa del equipo de Indiana, por momentos desquiciante para los chicos de Spoelstra. Tal vez el cansancio, el aburrimiento o la desidia de los Heat, dilapidaron el partido en un funesto tercer cuarto donde los Pacers llegaron a ir 10 arriba, gracias al trabajo defensivo de todo el equipo y los puntos de West, Hibbert y George.

Era hora de despertar y el cuarto final prometía emociones, y hay estaba LeBron para lo bueno y para lo malo, sus 10 puntos más el aporte de Wide mantuvieron al equipo a 2 puntos de los Pacers a menos de 2 minutos para el final… falta a favor de los Heat, Lebron preparado para tirar… y fallar. En la siguiente jugada George no fallaría su tiro libre y daría la ventaja final para los Pacers, 3 puntos.

En la jugada final LeBron no se atrevió a tirar el triple decisivo así que Mario Chalmers se la tuvo que jugar… y fallar, ya puestos. Serie igualada y el tercer partido mañana en Indiana.

Quinteto de la Semana (semana 13)

Ha sido una semana rara, que hemos estado de semi-vacaciones, pero aquí llega el quinteto semanal!:

David WestSe cargó a la mascota de los Cavs, una buena forma de empezar el partido ya intimidando
Dwyane Wade – El otro día dijo algo así como que quería cobrar por ir a los JJOO, no llegará a final de mes?
Lil Penny – Hardaway es junto a Jordan el único que va a sacar zapatillas estando retirado… además, parece que volverá Lil Penny…
CJ Watson – ‘Sentó’ a Rose en el banquillo y encima fue decisivo para Bulls
Pau Gasol – Back to back triples?!?!? Que nadie se lo cuente a Scariolo y/o Garbajosa…

David West manda a la mascota de los Cavs al hospital

Creo que hacía tiempo que no poníamos un titular más claro, pero realmente pasó.

El otro día en los momentos previos del Cavs vs Pacers, y durante la presentación del equipo de Indiana, David West le soltó un rijostión a Moondog, que así se llama la susodicha mascota, parece ser que iba en plan de coña, pero se le fue un poco la mano a West y mandó a la mascota al hospital.

Aquí os dejo el vídeo, no se ve muy allá, pero vamos, ahí está West zurrando a la mascota.

Por cierto, fuentes de Cavs comentaron que la mascota está bien, pero algo cabreada…

La última esperanza para David

Como ya te hemos comentado alguna vez, este verano se acaba la CBA (el Collective Bargaining Agreement, vamos, el convenio), y toca negociar una nueva que ponga de acuerdo a jugadores y propietarios. Como podéis imaginar, la cosa no va a ser fácil, con los equipos ansiosos por reducir costes e incluir mecanismos que les puedan librar de los errores que tantas veces cometen, y los jugadores tratando de garantizarse un futuro lo más largo, grande y seguro en lo económico.

Uno de los caballos de batalla es la inclusión de la etiqueta de Jugador Franquicia, que ahora mismo está en funcionamiento en la NFL y que permitiría, de ser aplicada, entre otras cosas, agarraos que vienen curvas… que los Nuggets pudieran tener 3 años más a (un muy descontento) Carmelo Anthony.

A pesar de que David Stern comentó en octubre que no pensaba incluir semejante mecanismo, la realidad es que muchos de los propietarios, especialmente los de los equipos con mercados pequeños, están haciendo todo lo posible para que así sea, porque aumenta su influencia considerablemente a la hora de negociar con los futuros agentes libres. Su inclusión dependerá probablemente del panorama que la NBA prefiera ver: movimiento de los jugadores más importantes en agencia libre, principalmente hacia los equipos de mercados más grandes y con solera, o jugadores que se ven atados a sus clubs.

Ya hemos comentado que en principio esta etiqueta dificulta sobremanera que los cracks de la NBA cambien de equipo, o al menos que lo hagan por un precio injusto, y ahora explicaremos el porqué. En la NFL, cuando un jugador acaba su contrato con un club y se convierte en agente libre, su equipo tiene la posibilidad de nombrarlo Jugador Franquicia. Cada equipo puede nombrar un jugador franquicia al año, y un mismi jugador, puede ser Franquicia tres años.

El primer año que nombras a un Jugador Franquicia, se le hace un contrato de una sola temporada, con un salario que es, como mínimo, el mayor entre el 120% del suyo actual, o la media de los cinco mayores contratos en su posición. Esta media y distinción por posiciones, se hace en una NFL en la que los puestos están muy jerarquizados, para poner al jugador en su contexto: un quarterback cobraría unos 16 millones y un running back 8. En la NBA, en la que la media entre posiciones no es muy dispar, y en la que, habría que definir unas posiciones que no son tan claras, la definición debería cambiar ligeramente. Si fuera implementada tal y como esta, con cifras de esta campaña, en el caso de Carmelo, que cobra este año 17.149.243$, pasaría a ganar como jugador franquicia, al menos, el 120% de esa cantidad, 20.579.091$, ya que la media de los cinco jugadores que más cobrarán la temporada que viene en su posición (LeBron James, Paul Pierce, Rudy Gay, Kevin Durant y Luol Deng) es bastante inferior, 14.466.650$.

Este contrato puede ser exclusivo, o no exclusivo. En el primer caso, el jugador no puede negociar con ningún equipo, y pertenece por completo al club. En el segundo caso, el jugador se convertiría en algo parecido al agente libre restringido de la NBA actual, ya que podría firmar un contrato con otro club, mientras su club de origen tiene derecho de tanteo. En caso de que finalmente, el club no decidiera igualar la oferta, recibiría dos primeras rondas del Draft pertenecientes al que acaba de fichar a su jugador. Esta regla también necesitaría algún ajuste para poder aplicarse a la NBA, ya que en una situación con los mismos parámetros que la actual, al haber escala salarial (en la NFL hay tope para todo el equipo al completo, pero no hay máximo para un jugador), en la mayoría de casos, ningún equipo puede ofrecer un salario por encima del estipulado, por lo que la etiqueta no exclusiva, se convierte en exclusiva en la práctica. Además, el valor de dos primeras rondas del Draft de la NFL es superior al de la NBA.

Si al jugador se le volviera a aplicar la etiqueta al año siguiente, se le volvería a hacer contrato por un año más, con un valor mínimo del mayor entre el 10% del salario del año actual, o de nuevo, la media entre los cinco mejor pagados en su posición. En el caso de Carmelo, se aplicaría la primera cantidad, 22.637.000$ en la 2012/2013, ya que es altamente improbable que la media de los jugadores mejor pagados ese año vaya a estar por encima de ese valor.

La etiqueta se podría llegar a aplicar al mismo jugador una tercera y última vez, también por un solo año más, y en este caso, el salario mínimo será el mayor de estas tres opciones: la media de los cinco jugadores mejor pagados, en la posición que mejor se pague (en el caso de la NFL, léase quarterbacks), el 120% de la media de los cinco jugadores mejor pagados en la posición del jugador, o el 144% del salario del jugador el año anterior. Vamos a poner el ejemplo con Anthony de nuevo, imaginándonos que ya lleva siendo jugador franquicia 2 años, es decir, con las cantidades actuales y del año que viene. La posición mejor pagada el año que viene en la NBA, va a ser la de ala-pivot, en la que los cinco jugadores que mejor cobran (Rashard Lewis, Tim Duncan, Kevin Garnett, Dirk Nowitzki y Pau Gasol) ganarán una media de 20.491.804$. El 120% de la media de los aleros mejores pagados el año que viene sería de 17.359.980$. Y el 144% del salario actual de Melo, es 24.694.909$, y por tanto, esto sería lo que cobraría el año que viene como jugador franquicia, en ese escenario hipotético, en el que lleva dos años siéndolo.

Si cobran tan bien, ¿por qué los jugadores no quieren esta etiqueta entonces? Pues porque lo poco que pueden ganar de más, lo pierden en libertad y en seguridad a largo plazo. Si ya te encuentras entre los jugadores mejor pagados en tu posición, la diferencia entre la actual extensión de contrato (subidas anuales del 10.5%) y las subidas del 20, 10 y 44% no es muy sustancial, especialmente los dos primeros años. Y a cambio, te verías atado a ese equipo a disgusto tres años más, y te encuentras que durante tres temporadas, solo tienes firmada una más de contrato, toda una desgracia si te lesionas de gravedad. En la NBA, en la que este tipo de problemas no son tan frecuentes, la seguridad salarial no preocuparía tanto, pero en una NFL en la que la media de la carrera de los jugadores es 3.3 años, si parece importante firmar por el mayor tiempo y dinero garantizado posible.

Evidentemente, este mecanismo es perfecto para retener a los mejores jugadores en su posición, ya que alarga hasta en tres años la fecha en la que el jugador se convierte en agente libre, dándole un poder en la negociación que ahora mismo no tienen. Los Nuggets ganarían un trienio para traspasar a ‘Melo, con toda la calma del mundo, y sin tener que aceptar ofertas a la baja como la de los Knicks.

Teniendo en cuenta que el jugador al que se le asigna la etiqueta va a pasar a cobrar como uno de los mejores, a un club no le interesaría aplicársela a cualquiera. Por ejemplo, no creo que los 76ers estén por la labor de ofrecer los más de 14 millones que hemos visto que ganarían los aleros, a Jason Kapono, que será agente libre este verano para retenerlo o evitar perderlo. Sin embargo, si puede merecer la pena aplicársela a un jugador que no esté en el Top 5, pero si tenga un buen valor, para ganar poder negociador. Por ejemplo, un caso que se me ocurre, es el de los Hornets, que podrían perder a David West sin recibir nada a cambio este verano.

La franquicia de New Orleans podría optar por convertir a West en franquicia, sobrepagándole el año que viene (recibiría 20 millones) y poniéndole al lado una oferta para extender su contrato de 55 millones por 6 años, inferior a la que el jugador está buscando: más de 10 millones al año. En ese momento, West se encontraría en la siguiente disyuntiva: elegir entre la seguridad que le otorgan 55 millones garantizados, o esperar un año, en el que tendría que recibir una oferta mejor que 35 millones por cinco años si no quiere perder dinero. Aunque a día de hoy parece razonable que pudiera conseguir ese contrato, el jugador estaría tan solo a una mala temporada a sus 32 años, de perder dinero, o incluso, en el peor de los casos, una lesión de gravedad le haría perder esos 35 millones. Y en el caso que decidiera no firmar la extensión, los Hornets han ganado un año para poder traspasarle.

Espero que este artículo os sirva para entender el funcionamiento de la etiqueta de Jugador Franquicia. Aunque como ya hemos comentado, los detalles y cifras tendrían que ser estudiados, la idea básica sería la misma: posponer el periodo de agencia libre de los mejores jugadores, y quitarles la seguridad financiera a largo plazo, de manera que los equipos ganan poder y tiempo para retener o traspasar a sus jugadores de la manera más conveniente.