PO Desde El Sofá (XI): Los Hornets, cerquita

Los Hornets ganaron su tercer partido consecutivo para ponerse por delante en la serie, y podrán cerrar el pase a segunda ronda ante su público, donde este año han estado formidables.  Es además, la primera victoria en Playoffs fuera de Charlotte de la segunda era (¿se puede llamar así?) de la franquicia.

Pero el resultado final podría haber sido perfectamente otro porque fue el clásico partido de Playoffs lleno de eventos en el último minuto que podrían haber decantado la victoria de un lado o de otro. Recapitulando sólo situaciones límite o decisiones arbitrales: tenemos un triple de Lin pisando, la falta/tapón ilegal que perfectamente podrían haber pitado en la bandeja a la contra que falla Lee, la falta que podrían haber pitado igual de perfectamente en el último tiro de campo de Wade, la posible recuperación del balón de Miami a falta de dos segundos si Wade no toca el balón pisando fuera, el pase en el último suspiro de Hawes para poner el balón final en juego y la falta intencional que podría haber sido pitada sobre Zeller al final y que podría haber extendido quizá un partido que se decidió por dos puntos. Y no hemos hablado de lo improbable del rebote ofensivo y triple de Courtney Lee, la jugada clave del partido. Pero como la abuela no tiene ruedas, no hay bicicleta, sino victoria de Charlotte.

El tramo final estuvo tenso y entretenido, pero el resto fue un gran intercambio de rachas, sobre todo en la primera parte. En varias ocasiones uno y otro equipo llegaron a pasar de la decena de puntos seguidos sin contestación rival, y algunos quintetos de corte defensivo sobre la pista eran incapaces de ver aro ante defensas con muy buena protección del aro, por acumulación en Charlotte, y por individualidades en Miami.

La única constante parecía ser Dwyane Wade, que volvió a jugar otro partido de los del Artículo 3, en el que hizo lo que le dio gana, y el acierto desde el triple, por fin, de los Hornets, que metieron 12 de 24 (4 de 6 en los últimos 8 minutos), encabezados por 3 de 4 de Marvin «Año de contrato» Williams, que está tratando a la Liga como una tragaperras calentita.

Mientras, el otro hombre camino de pegar el sablazo padre, Hassan Whiteside, va perdiendo importancia a medida que avanza la serie. La defensa de Charlotte le dio juego al principio, pero cuando se asentó, le cerro todas las carreras al aro y las posibilidades de alley-oop mandando defensores a la pintura y retando a Miami a encestar lo que ya no les entra. En el otro lado del campo, Jefferson anota con relativa comodidad en el uno contra uno, y no es un factor en la defensa del perímetro. Su presencia intimidatoria permite a Miami tener más efectivos y más atentos a la defensa del triple que un equipo normal, pero cuando los Hornets son capaces de anotar pese a la oposición, su contribución queda en nada.

Es de destacar que Charlotte mantuvo el quinteto titular de las dos victorias anteriores pese al regreso de Batum, pero estuvieron en negativo, así que en el tramo final, Clifford decidió cerrar el partido con el quinteto que de verdad le gusta, el que empezó la andadura en Playoffs. Sin Jefferson ni Kaminsky. Y así disputó el final salvo por la entrada de Lin por un Batum todavía renqueante.

Por parte de Spoelstra, se atrevió  a jugársela con el novato Josh Richardson en lugar de Dragic, y pese al buen hacer en líneas generales de este, un calamitoso airball en un triple en la penúltima posesión le podría costar la confianza de su entrenador para los momentos más calientes. Aunque Dragic, taponado por Walker en la última posesión, tampoco es que inspirara mucha confianza anoche.

La serie vuelve mañana viernes a Charlotte, y los Hornets podrían cerrarla. Lo que sería una pena, porque está bonita… ¡y necesitamos GAME 7!

Sofi del día: Siempre me resultan curiosos los partidos de equipajes blanco contra negro, porque parecen una especie de lucha del bien contra el mal. En estos Playoffs además nos estamos hinchando, ya que ha coincidido en cinco de las ocho series, pero en ninguna como en esta: la negrura y lo poco habitual del equipaje de los Hornets hace el contraste aún más especial. Si este enfrentamiento cuenta, el mal va por delante.

PO Desde El Sofá (VIII): East by West

Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…

Quizá porque Memphis queda a la ribera este de Mississippi, y hay un Portland que es la ciudad más grande de Maine, este partido tuvo cosas de la otra conferencia. No dejéis que el resultado, 115-109, os engañe. 37 puntos llegaron en los dos últimos minutos, y ningún partido ha tenido más tiros libres anotados en lo que llevamos de Playoffs ni de cerca: 65 entre ambos equipos.

Los Grizzlies estuvieron por delante en el marcador de forma ininterrumpida desde su primera posesión en ataque, y mantuvieron la ventaja en una horquilla de 6 y 14 puntos durante 32 minutos de juego, hasta que un triple de Batum a falta de 2:23 ponía a los Blazers tan solo a 3 puntos. Entonces, un poquito de Tony Allen, en un corte a canasta, defendiendo bien un triple de Lillard, y saliendo a la contra de esa misma jugada, y Portland se quedaba a 9. La distancia no bajó de dos posesiones, pese a los intentos de CJ McCollum de despistar a los boxscoristas, porque nadie en Memphis fallaba tiros libres.

Los Grizzlies son en líneas generales muy parecidos a los Blazers, pero hacen todo un poquito mejor. No han parado de dominar a este equipo durante los Playoffs, ni en temporada regular. Si el factor diferencial de Portland, Lillard, no destaca, no pueden superar a Memphis a su mismo juego.

Dame ha perdido la magia desde las elecciones al All-Star, está en 3 de 18 en triples en esta serie, y no puede parar a cualquier jugador que los Grizzlies le pongan delante en defensa. Y eso que ayer, por la lesión de Udrih y el mal golpe que se lleva en la cara Conley, tuvo que ser Nick Calathes, en pista los 16 últimos minutos de partido enteritos.

Ayer tuvieron la mejor versión multi-instrumentista de Batum (27/6/4 en 18 tiros), Aldridge encontró ritmo en sus canastas imposibles a partir del segundo cuarto y, antes del maquillaje final, McCollum hizo mucho daño a Grizzlies cuando se enfrentaban las segundas unidades, ayudando a que no echaran mucho de menos a Afflalo, con problemas de faltas.

Pero Marc Gasol dejó claro desde el principio del partido con un par de tapones que en la zona de los Grizzlies no se metían canastas con él delante y Randolph aguantó las embestidas de Aldridge, que no puede acercarse al aro tanto como quisiera o debería ante Z-Bo. Los Blazers se vieron obligados a ganar desde la distancia, y aunque lo hicieron bien, no fue suficiente para seguir el ritmo.

En los Grizzlies, el esfuerzo colectivo habitual: empezó muy bien Courtney Lee, con un primer cuarto de jugón, salvando a los Grizzlies cuando las posesiones se acababan. Conley mientras estuvo en pista, hizo mucho daño en el dos-contra-dos con Gasol, llegando al aro cada vez que Lopez leía mínimamente mal sus intenciones. Randolph fue un goteo continuo para Portland, zafándose de LaMarcus con el bote desde el codo de la zona, y Marc posteó con soltura, metió de media distancia cuando el pívot rival le ignoraba, y se marcó un 13 de 14 en tiros libres. Prácticamente no tuvieron un bache nunca, anotaban regularmente, sin prisa pero sin pausa, contestando metódicamente a Portland.

Memphis dominó la zona estratégica donde esta serie se iba a decidir, el Australia de este enfrentamiento, a ambos lados de la pista. 3-0 para ellos, y para nosotros, partido feo, con Carlesimo que parecía que venía a retransmitir straight outta el bingo más cercano, un equipo arbitral pitando soplapolleces sin balón, un público letárgico porque temen que lo que tienen delante es ya su bestia negra, 26 minutos de Calathes y 17 de Kaman, y Batum poniendo caras dignas del mismísimo Nicolas Cage cada vez que pitaban una falta.

Los hemos visto mejores en estos Playoffs.

Sofi del día:

La jugada más espectacular del partido fue un mate de Kosta Koufos.

No, en serio

Ni tan mal tampoco, ¿no?

2014 FIBA Basketball World Cup Quinteto Ideal

Nos llena de orgullo y satisfacción que la FIBA nos haya dado voz y voto para elegir al quinteto ideal, y al MVP de este Torneo, pero como dijo el narrador en los cómics, o el Tío Ben en la serie y las películas, un gran poder entraña una gran responsabilidad, y nos tomamos las cosas en serio, demasiado en serio.

Por ello, vamos a contar lo que hemos votado, y por qué lo hemos votado. En primer lugar: hay que votar antes del final del tercer cuarto. Es decir, si Serbia le liara la Mundial a Estados Unidos con Dios disfrazado otra vez de Milos Teodosic en el último cuarto, nuestras votaciones no lo reflejarían. Entiendo que se quiera saber el resultado nada más acabar el partido, pero la votación es electrónica, no tienen que recontar papelitos.

Como además somos de los que todavía van a los aeropuertos dos horas antes, nosotros queríamos dejarlo hecho en el descanso, o poco más tarde, no vaya a ser que haya susto, que tenemos ilusión por este momento. Lo habríamos hecho antes aún, pero nos parece importante tener en cuenta LA P#*@ FINAL DEL MUNDOBASKET.

Así que en primer lugar… las normas auto-impuestas:

  • Es un premio a los jugadores: Los equipos tienen ya unos premios que se llaman medalla de oro, plata y bronce. Esto se trata de escoger a los mejores jugadores. Obviamente, cuanto más partidos, y más importantes sean estos, más lo vamos a valorar, y en eso influye mucho el equipo. Pero estamos abiertos a considerar un jugador que se haya quedado eliminado pronto si su actuación fuese superlativa en comparación con el resto. (ESPOILER: no es el caso más allá de semifinales, me temo).
  • Es un QUINTETO ideal: Queremos que tenga sentido como quinteto. Imprescindible que sea algo que un entrenador pondría en pista de manera habitual, no como recurso puntual. Por tanto hay cierto margen para que haya dos bases, dos jugadores interiores parecidos, utilizar con imaginación un jugador versátil… pero con responsabilidad. No vamos a preocuparnos de que sea el mejor quinteto estrictamente en cuanto a cómo combinan de bien (tiene poco tiro, poca defensa, dos jugadores así no compartirían el balón, etc…) pero sí que sea plausible. ¿En que va a influir esto? Sólo vamos a poner dos altos, y con todo el dolor de nuestro corazón, porque a lo mejor haría las cosas más fáciles, este Diaw no lo vemos como alero. Tiene que ir por donde los dos hombres altos, con lo que ello conlleva.
  • Los méritos, los del Mundobasket: El quinteto ideal, dicho así, estaría muy probablemente formado por cinco jugadores de Estados Unidos. Pero se tienen en cuenta los méritos que están haciendo aquí, y sólo aquí. Y si por el motivo que sea, unos quitan parte del espacio y las posibilidades a otros, unos se ven beneficiados por sus compañeros, otros perjudicados… c’est la vie.
  • La defensa importa: Es mucho más difícil atacar que defender, y las estrellas son los mejores jugadores anotando por algo. Cuando uno tiene en cuenta la defensa, se puede pasar de rosca si le da igual peso a las dos cosas. Pero no tanto como el que sólo se acuerda de una. Su peso tiene, y su peso se le dará.

Así que sin más dilación, así hemos votado.

BASE. Milos Teodosic. Este puesto lo teníamos claro desde las semifinales, y a menos que se hubiera metido 18 puntos en su propia canasta en la primera parte de la Final, es suyo. Sus cuartos y semifinales han podido ser dos de los mejores partidos de su carrera, y es el líder en pista, y parte importante fuera, del mejor equipo mortal de este torneo. Además, la única competencia que tenía es la de un Kyrie Irving que ha tenido mucho menor protagonismo en su equipo hasta que incendió la Final (y que además, podríamos colocar de todas maneras en el quinteto), y Ricky Rubio si el Mundobasket se hubiera acabado la semana pasada con cuatro ganadores y estando como estábamos en España.

ESCOLTA. James Harden. Aquí teníamos a Klay Thompson hasta el descanso de la Final. Fijaos cómo estaban en minutos, puntos por partido, y puntos por tiro antes de esta noche, los exteriores más importantes USA:

  • Kyrie Irving: 24:30 minutos, 10.4 puntos por partido, 1.19 puntos por tiro
  • James Harden:  22:14 m, 13.1 ppp, 1.27 ppt
  • Steph Curry: 20:08 m, 10.8 ppp, 1.23 ppt
  • Klay Thompson: 23:52 m, 12.8 ppp, 1.28 ppt
  • Derrick Rose: 17:07 m, 5.4 ppp, 0.69 ppt. ¡Oops!

A empate técnico, Klay Thompson ganaba por su defensa. Y entonces, llegó la final, e Irving y Harden metieron 18 puntos uno, y 17 otro al descanso, pese a un dubitativo inicio de Estados Unidos, y nos hicieron replantear todo, hasta si Irving no tendría que pasar a Teodosic, o Thompson al otro alero que incluimos.

Como además, se vota antes, y sabemos que mucha gente ya lo ha hecho incluso el día anterior, y no hay opción para votar a HARDEN E IRVING, los dos (no aparecen en la lista, y sólo hay una opción de añadir un nombre fuera de ella), suponemos que muchos habrán optado por Thompson por defecto, que sí sale. Así que, pese a la defensa, y que él también ha hecho lo suyo en la primera parte de la Final (cuando votamos llevaba 7 puntos con 2 de 3 en triples, más un +1), nos quedamos con uno de los otros dos… y consultando con la parte de La Crónica que vivió esto desde Bilbao, me ha dicho que Harden ha sido más regular. Que así sea. Y así también sabéis por qué sale Klay Thompson, cuando salga Klay Thompson, como sospecho que va a pasar,

ALERO. Nicolas Batum. En nuestra crónica-epílogo-homenaje a Francia, damos muchos de los motivos y las razones, por los que Batum merece este reconocimiento. Fue el jugador más destacado en la pírrica derrota frente a Serbia, y volvió a liderar al equipo en anotación frente a Lituania. Ha metido 62 puntos en 37 posesiones en 20 horas en sus dos últimos partidos del Mundial defendiendo al mejor jugador del rival con un labio partido. No hubiera estado en el quinteto ideal de la primera fase, pero cuanto más importantes han sido los partidos mejor ha sido. Está dentrísimo, pese a la liada Final que nos ha hecho USA.

Resto de alas: Empezamos por el resto de exteriores en USA: para Irving, Klay y Curry vease la explicación dada al nominar a Harden. Aunque jugara de 4, sí que hubiéramos estado dispuestos a hacerle hueco como 3 a Nemanja Bjelica en esta posición, y quizá deberíamos haberlo hecho, aunque a una escala parecida de reparto coral, nos quedamos con los jugadores de USA. Y lo mismo ocurre con Bogdan Bogdanovic, cuya actuación no ha estado muy lejos de las de los americanos, pero sí lo suficiente, y más en la Final. Es una pena que incluyamos sólo un jugador de Serbia en el quinteto cuando hemos ponderado poner a 3 de USA, o 2 de Francia, pero ya dijimos, que esto va de jugadores, y gran parte de Serbia ha sido el e-qui-po.  Bojan Bogdanovic ha sido quizá el mejor exterior desde un punto de vista puramente de la producción individual (lo que define muy bien a Croacia), pero quedó fuera demasiado demasiado pronto, y Emir Preldzic un poquito más tarde. Gana puntos además por ser extra-clutch pero es el más intermitente de todos los candidatos. Dario Saric es buen candidato tempranero para 2019, pero ahora, ni cerca. Goran Dragic habría sido una buena opción pre-torneo, pero no sé si llevaría siquiera el MVP en casa de sus padres después del Mundial. Y finalmente, JJ Barea ha sido el máximo anotador por partido del Torneo, pero votaríamos antes a la botella de agua de Solán de Cabras que tenemos aquí al lado.

ALA-PÍVOT y MVP: Kenneth Faried Mejor jugador del mejor equipo según crítica y público, su energía infecciosa ayuda un montón a poner el tono a un equipo que más cómodo se siente cuanto más rápido vaya. Su porcentaje de acierto en tiros de campo es imposible (67.6% llegando a la Final, aunque habrá bajado un poco), está metiendo los tiros libres, y gana por un pelo a Anthony Davis en casi todo aquello en lo que se les pueda comparar. Además, una defensa de caos y agresión le ayuda a potenciar sus fortalezas y ocultar sus carencias. Las reglas FIBA y la posibilidad de barrer el aro le han venido genial, y se ha convertido, contra todo pronóstico, en el mejor del Mundial en este equipo, por todo el trabajo hecho hasta hoy.

PÍVOT: Boris Diaw. La del segundo interior a elegir, ha sido, la decisión más difícil sin duda. Pero con las reglas que nos hemos impuesto, nos hemos dejado convencer de ponerlo como cinco. Hemos dado media final a Anthony Davis para que nos demostrara lo contrario, pero nos ha obsequiado con 3 faltas en 3 minutos, y siendo el único con +/- negativo el día que Cousins lleva un +26. Así que, en el momento de votar, la respuesta a la pregunta «¿Por lo que hemos visto en este Torneo, a qué jugador incluirías antes en tu equipo?» es Diaw antes que Davis, Valanciunas o el resto de candidatos. Puede ser una opción más romántica que pragmática. Pero el baloncesto también es pasión.

Resto de pívots: Este se suponía que iba a ser el MundoBasket de Anthony Davis. Ha estado bien, y todavía le quedó tiempo en la segunda parte para rebozárnoslo, pero le han acabado adelantando por la derecha en su propio equipo, aunque fuera por poco, y su actuación esta noche no ha ayudado frente a Diaw. DeMarcus Cousins ha sido por minuto, incluso mejor que sus compañeros (aunque contra rivales teóricamente inferiores), pero llega a la Final con tan solo 13.5 minutos por partido. Eso no lo podemos perdonar ni aunque nos haya dado la imagen del torneo, cuando le puso un enema a Jonas Valanciunas. Un Jonas Valanciunas por otra parte, absoluto merecedor de este reconocimiento, que también ha tenido que cargar un increíble peso anotador en una Lituania que ha jugado 9 partidos, y lo ha tenido que hacer con el peor acompañamiento en el puesto de base de todos los candidatos. Discriminar entre Diaw, Davis y él me ha levantado un mayor dolor de cabeza que la vecina del cuarto.

A partir de aquí nos quedan aquellos jugadores que hemos dejado fuera del corte mucho antes. Pau Gasol ha estado sensacional, y fue casi la única nota positiva del equipo ante Francia, pero ya había muchos candidatos como para compensar que no le hayamos visto en semifinales y la Final. También, pese a los highlights en forma de tapón, le han dejado ejercer de líbero en defensa demasiado como para tenerlo en cuenta. Miroslav Raduljica es un nombre que nos habéis propuesto en Twitter, pero lo veo más como una cara reconocible en Serbia que como un candidato serio para esto. Bjelica también podría haber entrado por esta vía, pero al igual que en el caso de los alas, me parece que, simplemente, él ha sido bueno, divertido y elegante, pero los ha habido mejores. Luis Scola es una leyenda de esto de los Mundiales, pero se fue muy pronto y en un muy mal partido individual. Gorgui Dieng, Hamed Haddadi y Gustavo Ayón, tienen mucha producción individual, que se ve tan perjudicada (pocos partidos) como ayudada por sus malos equipos. Y lo mismo para Andray Blatche, salvo que seas un boxscorista desatado filipino, no puedes decirlo en serio.

La crónica desde la Fase Final (IV): Epílogo para Francia

Serbia estará en un rato en la Final, con medalla ya asegurada, y ya tocará hablar de ellos. Pero la crónica de hoy, queremos que sirva de merecido epílogo a los dos partidos finales de Francia y a lo que han logrado.

Porque el bronce que se han llevado a casa tenía muchas novias. «Podríamos haber sido nosotros, podían haber sido otros siete equipos«, reconocía Boris Diaw. «No creo que pudieras dar un nombre para la tercera plaza al principio del torneo, estaba muy abierto para diferentes equipos, y la cuestión era quién iba a acabar cogiéndolo. Nadie lo iba a regalar tampoco.» Aunque luego la plata se haya puesto también a la venta, y perdieran su oportunidad de hacerse con ella, muchos equipos veían en ese tercer puesto el objetivo más razonable para darse por satisfechos. Es por lo que el bronce ayer para Francia tenía un sabor más especial que de costumbre.

Y más cuando habían perdido el derecho a jugar la Final y volver a ser el mejor equipo europeo por segundo año consecutivo poco más de 18 horas antes. Montados desde el miércoles que eliminaron a España delante de su público en una montaña rusa de sensaciones, salieron planos y fallones contra la Serbia del mejor Teodosic. Lucharon ese partido hasta el final, cuando podrían haberse dejado ir pensando en lo pronto que llegaría la lucha por el bronce, al igual que no se dejaron llevar por la tentación de especular con evitar a España hasta semifinales (hasta cierto punto, no fue una decisión del todo altruista, ya que Grecia, que aún se jugaba a esas horas el cruce con Argentina, hubiera sido un rival duro e incómodo para los franceses en octavos).

No creo en el karma, y para mí el objetivo de un equipo es llegar lo más lejos posible en un campeonato. Si en el sistema de competición actual, ganar todos los partidos no te sirve de más ayuda, no creo que estés obligado moralmente a hacerlo. Pero como sé que queda un buen número de románticos y líricos por ahí, es de justicia reseñar el exquisito comportamiento francés. Además, si decíamos que Serbia ha sido sin duda el mejor equipo de la Conferencia España Madrid en los cruces, nadie ha convencido más que Francia después de los dos finalistas.

El equipo de Collet ha sido uno de los mejores colectivos del campeonato, con una personalidad claramente marcada por sus dos figuras dentro de la pista, Boris Diaw y Nicolas Batum. Una pareja que podría aspirar a los 20 puntos todas las noches, y más en una competición como esta, pero que entiende el baloncesto como lo que es, un deporte en el que se enfrentan cinco contra cinco.

Y los románticos y líricos de los que hablábamos antes además, están enamorados de Diaw. En realidad, todos estamos enamorados de Diaw, por ser de los que eleva al baloncesto a la categoría de arte. Junto a su compañero en San Antonio Manu Ginobili, es el capitán del grupo de «jugadores tan particulares que es imposible que volvamos a ver». Habrá más LeBron, como ha habido más y peores miniJordans, se puede decir que Durant es una versión evolucionada de algo que ya conocimos, algún día habrá un 2.15 que tire como Nowitzki… pero, ¿otro Diaw? ¿Cuántos planetas se tienen que alinear para ver otro tío de más de dos metros, rollizo pero atlético en realidad, con una patología altruista compulsiva, una visión de juego a la que sólo llegan los mejores, mejor pasador mundial «al hueco», y pies de bailarín? ¿Con una sensibilidad psicológica tan grande, que pese a tanto talento, ha sido durante un tiempo poco más que un chiste en la NBA?

Desde su puesto de point-forward supervisa todo lo que ocurre en Francia, cambia el juego de lado, elige (siempre bien) cuando jugar dentro y cuando fuera, y causa una pesadilla a sus rivales cada vez que cambian en un bloqueo. Es una desigualdad constante para los rivales prácticamente en cualquier posición.

Y por otro lado está el jugador de los Blazers, Nicolas Batum. Para mí tan importante o más que Diaw en este equipo. Al igual que Boris, su papel ideal es el de secundario, haciendo pequeñas cosas, participando del juego sin monopolizarlo, y sirviendo de válvula de escape constante a sus compañeros. Pero hace dos cosas que Boris no puede: defender cualquier posición exterior (y algún 4 que otro) con mucho más ahínco, durante mucho más tiempo, y bajarse al barro de la anotación cuando es necesario. En estos dos últimos partidos, en menos de 24 horas, Nicolas ha metido 62 puntos en 37 posesiones defendiendo al mejor jugador (exterior) rival por una buena parte del tiempo, que es algo que Boris, aunque pudiera hacerlo (y por condición física, tengo mis dudas), no se prestaría.

Es cierto que durante el resto del torneo ha estado más desaparecido aparentemente que Diaw, y nunca le podrá ganar en estética. A Boris se le ocurren cosas que Batum (y prácticamente cualquier jugador) jamás podría imaginar, sólo tiene 25 añitos, y mucho peor palmarés. Pero en el contexto del equipo, ningún jugador en este torneo ha tenido más impacto en mayor número de posesiones que él (JJ Barea quizá, pero estamos hablando en términos positivos). En el partido del pasado viernes, mientras anotaba 35 puntos con 8 de 12 en triples, provoca que haya dos Teodosic, el defendido por él, y el que no lo estaba. Y hasta en los partidos que no ha destacado en anotación, y en los que se le ha encasquillado el triple, siempre ha estado ahí en defensa, liderazgo (corrigiendo y animando a sus compañeros), rebote ofensivo, siendo un conductor más del balón… Su Fase Final de Mundial ha sido impresionante, y al igual que Diaw, sigue recibiendo merecidos premios por acudir sin falta, verano tras verano, a su cita con la selección.

Y tener dos válvulas de escape y dos conductores secundarios como Batum y Diaw, son toda una bendición para los bases que saben que el balón no es suyo en exclusiva. Thomas Heurtel y Antoine Diot se han repartido la posición, y han cumplido en su papel. Heurtel se ha equivocado más que un Diot consistente, pero también ha ofrecido mejores mejores momentos como las canastas clave que anotó a España y su tiro de media distancia a la salida del bloqueo.

Más discretos han estado los alas con experiencia NBA, Mickael Gelabale y Evan Fournier. Gelabale ha hecho lo que se le pedía, la verdad, que era trabajo de intendencia, pero toda aportación adicional que no ha habido, hubiera sido bienvenida. Fournier, tampoco ha engañado. Al igual que hemos visto en su etapa en Denver, es capaz de alternar muy buenos partidos (fue el más destacado en octavos frente a Croacia), con otros en los que parece casi transparente. Pese a que el Mundobasket es menos exigente en lo físico que la NBA, es posible que por otros motivos, la zona esté aún más atascada, y con un manejo de balón todavía titilante, sus penetraciones no son tan efectivas entre tráfico. Como tirador también es inconsistente, y así nos queda una lotería para cada partido.

Y para redondear la plantilla, el famoso en este equipo, puesto de pívot. «En el 4 no tenemos problemas, le hemos hecho (a Boris) un contrato de 20 años, pero en el de 5 nos gusta ir cambiando año a año«, bromeaba Vincent. Pese a todo el talento nacido en el país vecino que juega en esa posición, llegaron sin Noah, sin Seraphin o sin Ajinça. Y si bien a Joakim, Collet no lo considera como baja para este torneo («Sólo ha venido en 2011«), sí que había un nombre previsto hasta última hora que acabó cayendo. Ian Mahinmi que se suponía como titular si los problemas físicos lo permitían, dejó la concentración a dos días del comienzo del campeonato.

Collet se quedaba entonces con dos chavales de 21 y 22 años Joffrey Lauvergne y Rudy Gobert, y ha ido mezclándolos, al igual que a los bases, tirando de lo que más necesitara en cada momento de cada partido. Frente a España jugó Gobert un poco más, ante Serbia, Rudy casi todo, pero en el partido del tercer y cuarto puesto frente a Lituania, Lauvergne volvió a llevarse la mayor cantidad de los minutos. Preguntamos a Joffrey si Collet daba alguna explicación pre o post partido sobre por qué había decidido repartir los minutos de esa manera, y aunque la haya, no se la da. Eso sí, ambos tienen confianza plena en lo que su técnico hace, y viceversa.

Cuando hacia falta más circulación de balón y tiro exterior, Lauvergne era el encargado, de abrir la defensa rival. Los que no lo conocíamos, hemos encontrado en este campeonato, no sólo un hombre alto que sabe tirar, sino alguien que ha demostrado tener habilidad también para poner de vez en cuando el balón en el suelo, pasar bien entre postes y cortar oportunístamente por línea de fondo. Cuando se atascaba el ataque, o antes cincos rivales muy estáticos que se quedaban a proteger el aro, Joffrey era el pívot francés.

Cuando se necesitaba defensa o el pívot rival defendía alto (aunque Serbia contrarrestó esto haciendo directamente dos-contra-uno al base), era el turno de Gobert, que es sin duda alguna el mejor ejemplo que puede poner la FIBA para convencer a los equipos NBA de las bondades de esta competición, y la necesidad de que sigan aportando jugadores. Pese a que en Utah también estaba arropado por grandes profesionales en el cuerpo técnico (y Tyrone Corbin), no tenía mentores como Diaw, o siquiera Batum. Y la dedicación que ha podido encontrar en este cursillo intensivo en España difícilmente llega en medio del ritmo partido que juegas 10 minutos-viaje-partido que ni juegas de la NBA.

Le han mimado mucho, y aunque ante Lituania volvió a jugar menos tras crecer su participación durante todo el torneo, no era nada personal, simplemente Collet (otro entrenador tremendamente didáctico y dispuesto a hablar de pizarra con la prensa) eligiendo la mejor manera de jugar sus cartas, al igual que hace con sus bases, o con las oportunidades a Fournier.

Y todo esto redunda también en la camaradería de este grupo, que se hacía tras cada partido una foto de grupo en el vestuario para las redes sociales (Diaw siempre con camiseta) y que ayer hizo pasar a Collet por el Ice Bucket Challenge (aunque confesaran en rueda de prensa que le habían dado un cubito de hielo antes a su entrenador para que se aclimatara). Todo un equipo.

Y ahí están. Oro en el EuroBasket, y ahora bronce. Muchos jugadores jóvenes, algún posible último baile de Tony Parker y… ¿se animará Noah en vista de los éxitos?  «¿Por qué no?» Respondía con pregunta Collet. Sonó más resignado que convincente, pero ¿por qué no?

Notas desde la primera tercera quinta cuarta fila

– ¡Jimmy está aquí! Suponemos que aprovechando la Madrid Fashion Week que está a punto de empezar, Goldstein hizo su aparición en las semifinales del torneo, y allí está en la primera fila junto a Huecco, Romay y compañía. No se relaciona mucho con los seres inferiores (al lado de Jimmy, recordemos, todos lo somos) que tiene al lado de él, salvo cuando salen las Red Foxes, de las que siempre suele tener algún comentario. En el descanso se queda atento a lo que sucede en la pista, de pie en la valla, en lugar de ir a gorronear a la Zona VIP (que tiene un magnetismo especial, porque de allí se ve que no se puede salir hasta bien entrado el tercer cuarto), y un par de personas que supieron reconocer su grandeza le pidieron fotos. Gran amigo de Tony Parker, le suponemos yendo con Francia, a la que aplaudió a rabiar en la ceremonia de medallas, aunque por su afinidad a las modelos soviéticas, creemos que habría hecho lo mismo con Lituania.

– El Team USA ya lleva desde ayer por aquí por el Palacio, y aunque se han saltado la rueda de prensa obligatoria de hoy para el entrenador y un jugador, ayer comparecieron todos por un periodo de tiempo más largo de lo habitual en zona mixta, y además, accedieron a hacerse una foto de familia a mitad de cancha, para lo que invitaron al medio de la pista a todos los reporteros gráficos.

– Si queréis saber lo que vimos al final del entreno de hoy: de un lado, Harden e Irving practicando el tiro tras bote, y después, coger y tirar desde una esquina (Irving gustándose mucho en el manejo de balón, como siempre), mientras en la misma canasta Rose practicaba el tiro libre hablando con Thibodeau.

Del otro lado, una amalgama de jugadores tirando, con Drummond practicando el tiro libre. Al final, Andre y Faried intentaron meterla sentados desde el banquillo, con nulo éxito en todos los intentos (Faried se quedó en alguna cerca).

– También pudimos ver mientras íbamos una sala a otra del pabellón de manera un poco alegal, parte del entrenamiento serio. En él, entrenaban la defensa frente a un equipo de sparrings formado por los entrenadores asistentes de USA, reproduciendo el juego serbio.

Coach K, sobre la Universiada de 1987 en la que el entrenó a USA, y cayeron ante Yugoslavia en Zagreb: «No sé si muchos de aquellos yugoslavos serían universitarios…» «No, no lo eran» contesta entre risas uno de los periodistas serbios.

– Periodistas USA que hayamos visto, están por aquí: KC Johnson, John Schuhmann, Marc Stein, Mark Woods, Sekou Smith, Siro LopezChris Sheridan. Sabemos que anda por aquí el señor Wojnarowski, pero no lo hemos visto, andará poniendo micrófonos por los servicios. Y también está la leyenda Sam Smith, así que si tenéis una copia de «The Jordan Rules» por ahí (la mía anda en tierras lejanas, para mi infinita desgracia), y sois un poco mitómanos, esta es la vuestra.

Sofi del día

Mientras todos los franceses corrían a abrazarse al final del partido, toallas al vuelo, y saltando como si fueran un equipo de animación, Diaw y Batum simplemente respiraban, se miraban, e iban a saludar al equipo lituano, antes de, ahora ya sí, unirse a la alegría del grupo. Los papás de este equipo del que pueden estar muy orgullosos todos los franceses.

Avance de temporada 2013-2014: Portland Trail Blazers

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Los Blazers son otro equipo joven (Aldridge, con 28 años, es el mayor del quinteto titular), que quiere intentar aspirar a las plazas de Playoffs que queden libres en el Oeste. Tendrán competencia (el consenso general apunta a Minnesota, New Orleans y Dallas luchando con ellos por lo que podría ser sólo un plaza, la de los Lakers) pero empieza a haber urgencias por parte de su jugador franquicia de volver a ser relevantes, ya que no ganan una serie de Playoffs desde 2000 (sequía más larga de la Liga).

El núcleo se mantiene intacto, con sus cuatro mejores jugadores todavía en el equipo, han remozado un banquillo que estaba entre los peores de la Liga (siendo generosos con la afirmación), sus cinco novatos tendrán este año una temporada más de experiencia, y además han añadido al pívot que les faltaba el año pasado. Pero es posible que todavía, pese a todo ello, no sea aún suficiente, porque en el Oeste, desde hace muchísimo, no hay nada sencillo.

  • Radiografía de los Blazers

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Tic-tac

El reloj está en la cuenta final para que LaMarcus Aldridge tenga el control de su futuro y decida sobre la continuidad en la franquicia. Su contrato acaba en 2015, dentro de dos veranos, así que este año es vital, para que no empiece a pedir, con más insistencia aún, el traspaso a un equipo aspirante. Los Blazers, tal y como están ahora mismo, no tienen espacio salarial libre en 2014, así que se verán limitados al intercambio de cromos, y a realizar un buen papel esta misma temporada, para poder convencerle.

A los Blazers les falló la pasada temporada, principalmente, la defensa, 4ª peor de la Liga. Jugaron sin pívot todo el año, con JJ Hickson tratando de cumplir en el papel, y fallando en toda tarea defensiva que no tuviera nada que ver con el rebote. De hecho, el cuarteto titular junto a él tuvo un diferencial de -1.8 puntos por 100 posesiones en 1078 minutos, y un magnífico y esperanzador +7.6 en los 348 restantes, 137 de ellos con Aldridge como 5. No es que estas unidades hayan defendido mucho mejor, pero es que en esos ratos sin Hickson, se convierten en una máquina de anotar, especialmente con LaMarcus de pívot.

Es una pena que no esté por la labor de hacerse cargo de la posición, porque los Blazers lucieron un magnífico +96, con un índice ofensivo que rivalizaría con los mejores de la Liga, en los 348 minutos que estuvo de 5 (hay que tener en cuenta, que a veces este tipo de cambios posicionales, se producen sólo cuando las condiciones del emparejamiento son ventajosas, y el éxito no se mantendría incondicionalmente). En los 5 últimos años, salvo en el del lockout, los Blazers siempre han sido excelentes (al menos, +7.4 puntos frente al rival por 48 minutos) con él de pívot.

Al equipo seguramente le iría mejor así, pero le falta la actitud, que se extiende por más aspectos de su juego, en los que se le ve un tanto autocomplaciente. Quizá sea culpa de que en los dos últimos años no ha jugado por nada importante, pero el espaldarazo definitivo que pegó en 2011 ha sido su techo, no otro paso más sobre el que seguir creciendo, y aunque este nivel sea excelente, es otra de sus trazas de Elvin Hayes de imitación. Aquel año revelación sólo intentó un 40% de los tiros de campo desde la media distancia, y ese porcentaje ha ido creciendo al 52% el año del cierre patronal, y el 57% esta temporada, mientras que sus viajes a la línea de tiros libres han ido cayendo recíprocamente campaña a campaña, lo que nunca es buena receta. LaMarcus corre el riesgo de quedarse en buen anotador de volumen, y para de contar. Seguirá siendo el ala-pívot más anotador de la Liga, y el más elegante (eufemismo de otras cosas a veces), pero así difícilmente el mejor.

El caso es que él no quiere ser pívot, ni pegarse, y punto. Como en esta franquicia es el niño mimado, le han traído a Robin Lopez (a cambio de casi nada, además). Pero no sé si será la solución, porque este no deja de ser el hombre que estaba en la última línea de uno de los únicos tres equipos con peor defensa que los Blazers el año pasado, y si Portland fue, junto a Milwaukee, la franquicia que más puntos por partido recibió en el área restringida, unos 37.5 por cada 36 minutos, los Pelicans con Lopez en pista tienen una tasa clavada, de intentos y acierto rival. Lo cierto es que el gemelo malo con nombre de porn-star femenina latina, hizo mejores a los Pelicans cuando estuvo en cancha, y el RAPM (+/- ajustado y normalizado) estima que tiene una contribución positiva en la defensa, de unos 2 puntos por 100 posesiones, pero no es desde luego un impacto suficiente para marcar diferencias, y este equipo lo necesita, porque tiene mucho terreno que recortar.

En el caso de los Blazers, mucha culpa del pobre rendimiento la tiene la manera en la que defienden los bloqueos y continuación, atrapando al base con dos-contra-uno’s. Uno de los ejemplos de que no lo hicieron bien fueron las numerosas oportunidades rivales bajo el aro de Portland, y cómo, pese a que una de las ventajas de este esquema es que genera pérdidas sobre el balón, los Blazers fueron últimos de la Liga provocando este tipo de equivocaciones al rival. Este efecto se ve en los gráficos superiores de la radiografía de los Blazers, que recogen como son uno de los peores equipos ante los cortes de los rivales (que es la situación que se produce cuando el dos-contra-uno falla, el rival tiene ventaja numérica, y acaba encontrando un pase fácil para la anotación cerca del aro).

Otro problema grave que tuvo este equipo en defensa fue contener los contraataques. Portland no cargó mucho el rebote de ataque, pero Hickson sí que estuvo entre los mejores en la lista individual, y la agresividad del reconvertido en pívot les costó el poder recogerse bien ante las transiciones rivales. Lopez tiene una tasa algo menor de rebotes en ataque, pero todavía entre las más grandes de la Liga. El consuelo es que al menos, lo tradujo en canastas mucho mejor, adelantándole y siendo el 7º jugador de la Liga en puntos por partido en segundas oportunidades.

Y hablando de rebotes, Hickson fue un monstruo en el tablero defensivo, quedándose más del 28% de los fallos rivales, mientras que Lopez tiene un mal balance: apenas el 13.4%, menos de la mitad. Robin jugaba al lado de Davis, lo cual le quitaba oportunidades, pero nunca llegó ni al 16% en sus 4 años en Phoenix. Stotts hace hincapié en esto, y obliga a trabajar a sus dos hombres altos, que tuvieron las mejores marcas de sus carreras el año pasado, así que si Lopez este año no lo consigue, sí que lo podemos dar por imposible.

En los motivos para ser optimistas, tenemos la reconversión de Lopez en un intimidador limpio. Uno de los problemas en sus años en los Suns residía en el alto número de faltas que cometía (5 por cada 36 minutos en Arizona), pero el año pasado, actuando como titular, bajó la tasa a 2.8, casi la mitad, mientras que su porcentaje de tapones por jugada marcaba un máximo personal histórico: 5%, o lo que es lo mismo, 1 por cada 20 tiros de 2 rivales, una marca en el Top 20. La intimidación por parte de Hickson es inexistente por lo que ganan algo aquí.

Veremos si el cambio funciona en Portland. La idea de que Lopez pueda ser el ancla en defensa de un equipo enciende un par de luces rojas (la del rebote en defensa, y otra en lo mal que han rendido sus equipos en temporadas pasadas), que pueden ser culpa suya, o de sus anteriores compañeros. Los Blazers cambiarán este año el sistema tras el fracaso del año pasado, retrasando al equipo y siendo menos agresivos, y Robin encaja, ya que en los Hornets (Pelicans, a partir de este año), ya defendía los bloqueos directos esperando atrás.

No sé si esto será suficiente para acercar al equipo a la media de la Liga, pero para entrar en Playoffs, es imprescindible que hagan algo que funcione.

  • No tan joven, aunque preparado

Damian Lillard tuvo un magnífico año de novato, ganando el premio a Rookie del Año con la gorra, liderando la Liga en minutos jugados, y siendo uno de los 56 jugadores que meten al menos 19 puntos por partido en su primera temporada (y sexto miembro desde 2000, juntándose a LeBron, KD, Melo, Griffin y Tyreke Evans), una lista en la que hay 22 superestrellas que están en el Salón de la Fama, y así a ojo, pinta que tiene 10 jugadores más que llegarán.

Su porcentaje de tiro verdadero, 54.6% está en la media, algo impresionante para semejante volumen y estar a estar alturas de su carrera, y su 36.8% en triples pese a la gran cantidad de bombas tras bote que soltó, es también tremendo en contexto. Pero como ya os hemos recordado una vez en Twitter, la proyección de Damian está más limitada que la del novato habitual. Pasó 4 años en la universidad, por lo que es del mismo año que otros jugadores que llevan ya tiempo en la Liga como Paul George, DeMarcus Cousins, Klay Thompson, Greg Monroe o sus coetáneos de la espectacular generación de bases de 1990: Wall, Rubio, Holiday y Walker (a adidas sólo le falta robar a Kemba a Under Armour para hacerse con todos, aunque siempre puede dar el cambiazo con Shumpert, otro hijo de 1990).

Aparte de ver que 1990 fue un buen año para ser jugador de baloncesto (Vucevic, Bradley, Stephenson o Hayward también son de esa generación, y quién sabe si también Shabazz Muhammad…) esto quiere decir que hay que esperar de él un punto de desarrollo parecido al de estos jugadores. Con una menor experiencia NBA que todos ellos, tiene todavía cosas que aprender, y se puede esperar de él un pelín más de mejora que del resto de esa lista. Pero al mismo tiempo, no va a seguir el ritmo de progresión que esperamos ir viendo en Davis, Kidd-Gilchrist, Drummond y compañía.

Pero olvidándonos de lo que puede ser, y volviendo al presente, Lillard es magnífico. Parece un veterano y en momentos finales y partidos igualados, siempre quiere el balón, y muchas cumple. Es un triple a punto de suceder desde cualquier punto, y una solución de ataque instantánea. Tiene pendiente hacer más partícipes de su éxito al resto de compañeros, y mejorar en defensa (algo que quizá no tiene el cuerpo para permitirse), pero, como mínimo, el suelo lo tiene en excelente y moderno anotador.

  • Nic&Wes

Batum y Matthews son una buena pareja, que va a entrar además a la que será su cuarta temporada juntos, pero da la impresión que el francés no ha acabado de arrancar. Nicolas parecía aspirar a ser uno de los aleros más interesantes de la Liga, aquello en lo que Paul George se está convirtiendo: alguien capaz de tirar, crear juego, participar en bloqueos directos y ser un as en defensa. Pero lo cierto es que de momento parece mejor de lo que es, con su elegancia, porte y figura. Es un tipo versátil, que no destaca, ni marca diferencias en nada.

En los Blazers esperaban un líder, y les ha quedado un buen jugador complementario, un tercer espada. Sólo por la posibilidades que tienen sus herramientas, hay que quedarse con él, pero lo cierto es que Matthews, mejor defensor en realidad pese a que Batum tiene el punto de espectacularidad en sus acciones, se amolda mejor el papel de secundario, y es difícil de decidir quién aportó más al equipo la pasada temporada.

Ninguno de los dos es ahora mismo una solución. Pero tampoco un problema.

  • Tremendo maquillaje

El mejor retoque de los Blazers este verano es el banquillo. El quinteto titular de Portland, en más de 1.000 minutos de juego, era 1.8 puntos peor que el oponente por 100 posesiones, pero es que el equipo al completo tenía una marca bastante peor, -4.2 por 100. Esta diferencia es de aproximadamente unas 5 victorias en ese rango, una cantidad importante para una segunda unidad. Además de todos los efectos secundarios que tiene en los que juegan unos suplentes tan horribles: los titulares se tienen que comer unas minutadas importantes (Lillard, novato, lideró la Liga en minutos totales, y tuvieron 3 jugadores entre los 10 con más tiempo por partido en pista), esto puede generar cansacio y lesiones, y Stotts apenas tiene margen o influencia para corregir los errores, porque sabe que por detrás no tiene una alternativa, tiene un castifo.

Como los jugadores del banquillo se mezclan con los de la primera unidad (y hay equipos que no tienen clara la separación entre titulares y suplentes) es muy difícil cuantificar perfectamente el impacto en general de los reservas de un equipo, pero de las maneras en las que podemos hacerlo, es evidente que el de los Blazers se disputa con el de Indiana el título de peor de la Liga.

Fueron el grupo con menos minutos en pista por partido (13.3), menos puntos (18.5), 2º peor eFG% (sólo superados negativamente por los Pacers) y peor porcentaje de acierto desde el triple. No somos fans acérrimos del PER, pero da una idea aproximada de la producción boxscorista, y ningún jugador del grupo supera al 12.1: por ponerlo en perspectiva, de los 344 jugadores con más de 500 minutos por partido, no hay ningún suplente de los Blazers entre los 225 primeros, pero hay 5 entre los 40 últimos, y 3 entre los 10 que cierran la lista.

Los Blazers han reconstruido este grupo, diciendo adiós a 6 de los 10 jugadores que formaban parte de su banquillo (se han quedado con 4 novatos, dos americanos, el prometedor Meyers Leonard y Will Barton, y los dos europeos, Freeland y Claver), y de los que se fueron, sólo Maynor ha vuelto a firmar un contrato NBA a fecha de redacción de este documento.

Eso sí, Neil Olshey no ha tropezado en la piedra dos veces, y este año ha invertido para formar un grupo que parece más fuerte y con más recursos, y en el que todavía hay apuestas jóvenes y con proyección.

Mo Williams, Earl Watson, el número 10 del Draft, CJ McCollum, y el 31, Allen Crabbe, son un gran avance ante los Ronnie Price, Nolan Smith y Sasha Pavlovic del año pasado en el perímetro. Este Mo Williams que pasa la treintena está seguramente en la parte baja del Top 30 de bases de la Liga para esta temporada, pero al mismo tiempo, por temas de edad, proyección y aspiraciones, no se encuentra entre los 30 directores de juego con más motivos para ser titular. Una vez que se quedó sin silla en el juego, los Blazers hicieron un buen trabajo, arrancando por un buen precio a quien ya hizo bien el papel de sexto hombre en Los Angeles en 2012. Además, su habilidad para jugar con y sin balón, permite a los Blazers utilizarle como complemento de McCollum, dándole al rookie el papel en el que más les interese formarle, y dejando para Williams el otro que sobre.

Con Dorell Wright sucede algo parecido que con Williams, en el sentido de que su nivel está en el límite entre merecer la titularidad y ser más que comprensible su suplencia, pero pese a sus 9 años de experiencia, el alero tan solo tiene 27 años, y está a punto de entrar en las que en teoría serán sus mejores temporadas. Por lo pronto, mejorará muchísimo a un Claver, que pese a su «notable alto», decepcionó en su año de novato. La inexperiencia se notó, y la verdad es que fue de menos a más, encadenando algún partido resultón en la recta final del año, así que Víctor todavía tiene crédito en Portland, pero este año será mucho más complicado conseguir minutos y si los quiere, tendrá que ganárselos a base de triples. Mantener el 35.5% en 3.4 intentos por partido en los 9 jugados en abril, tras acertar un 25% el resto del año, sería un buen comienzo.

Lo que puede quedar algo más flojo es el juego interior, que sólo tiene a Leonard, Freeland y Thomas Robinson, jugadores con un año de experiencia nada más (con la posibilidad de añadir a Wright o Claver haciendo de ala-pívot abierto puntualmente). Leonard fue el único jugador que demostró algo en el banquillo Blazer el año pasado, y de hecho, el equipo jugó mejor cuantitativamente con él que con Hickson la pasada campaña (aunque curiosamente perdieran los 9 partidos en los que él fue titular).

Leonard es un jugador enorme, con unas fabulosas condiciones físicas, pero que todavía está intentando entender el juego a este nivel. Ya no son sólo los problemas habituales con comprender cómo y hacia donde se debe mover una defensa, o de qué maneras distintas en función del tipo de rival tiene que asfixiar los bloqueos directos: tiene problemas de colocación en otro tipo de asuntos que jugadores de su edad y experiencia ya manejan perfectamente como el de situación ante un rebote o para sellar a su hombre y pedir un balón en el poste bajo. Compartió pista habitualmente con jugadores incapaces de hacer un pase de entrada, lo que acrecentó el problema, pero no hemos visto a Leonard jugar de espaldas, porque nunca estuvo en una posición para reclamar el balón.

Cuando la colocación no es un problema, en situaciones que puede recibir en carrera o en transición, Leonard consigue anotar con más facilidad que el pívot habitual, por lo que su carrera no parece peligrar ni mucho menos todavía. Además, su 40% en tiros de fuera de la pintura, no es brillante, pero no está nada mal teniendo en cuenta su punto de desarrollo. Son los minutos los que tal vez no se gane si no mejora la defensa, el rebote y la frecuencia de sus faltas (7º en personales realizadas por minuto). Si lo hace, es posible que a final de año el que ocupe el puesto de banquillo sea Robin Lopez.

Y acabamos la ronda a los suplentes de los Blazers con Thomas Robinson, que hace un año por estas fechas era el número 5 del Draft, y ahora comenzará una nueva aventura en el que será su tercer equipo hasta la fecha. Sorprende lo suyo, teniendo en cuenta que en teoría una de sus cualidades era estar preparado más o menos inmediatamente para dar el salto a la NBA, y lo dudoso era su techo, no el suelo.

La realidad es que nos hemos encontrado con un jugador absolutamente incapaz de anotar con ritmo en este nivel, al que no le funciona ningún recurso. Está anotando un 21.4% de las suspensiones, no se involucra en los bloqueos y continuacion, y no puede aprovechar la agilidad para levantarse del suelo en ataque.

Lo positivo es el rebote, donde esperábamos un titán, y el primer año en este apartado ha cumplido (28º en tasa entre jugadores con más de 1.000 minutos), pero destaca más en el tablero de ataque, lo cual no aprovecha mucho, porque gran parte de esas segundas oportunidades quedan ceremoniosamente taponadas por el rival.

De todos modos el talento está ahí y viene de una organización disfuncional donde muchos han fracasado como es Sacramento (por Houston estuvo de paso). Con Aldridge, no va a tener ni la presión ni la carga de ser titular, pero tendrá que hacerse un nombre ante los suplentes de otros equipos.

El Top 10 de hoy

No somos mucho de poner vídeos de Tops de la NBA, pero el de hoy es más que curioso…

Mega Mate de Durant, bien… mega tapón de Lebron, bien… mega asistencia de.. Perkins?!?!, mega mate de… Batum?!?!?! ante McGee!!!!!! y… mucho Lin, Lin, Lin, Lin, Lin…. game winner incluído…

Pioneros olvidados

En la historia reciente de la Liga, los Trail Blazers, han hecho honor a su nombre, y han sido pioneros. Dejando atrás el estigma de los Jail Blazers, que tanto juego dio dentro y fuera de la cancha, fueron el equipo joven que iba camino de formar una dinastía si las piezas cuadraban bien. Hace tan solo dos años, nadie hablaba de los Thunder. Ahora nadie lo hace del equipo de la Rip City.

En el verano de 2007, teníamos delante un exhuberante equipo con un Brandon Roy que deslumbró como Rookie del Año, el pivot que dominaría a toda su generación en Greg Oden, un elegante ala-pivot, LaMarcus Aldridge, que fue elegido número dos del Draft, y era un jugador franquicia que en los Blazers solo tendría que hacer de tercera pieza de lujo, complementando perfectamente con su gusto ofensivo y su buen tiro de lejos, la defensa y la anotación interior de Oden. Además, gracias a la agresividad de su directiva, y a los profundos bolsillos de su propietario, Paul Allen, consiguieron un grupito de jugones con potencial All-Star, de los que esperaban que alguno se consolidaría, al menos, como titular de excepción: Outlaw, Jack, Webster, Rodriguez, Frye, Freeland y Koponen en Europa… Al año siguiente, se le añadirían Rudy, Batum y Bayless perdiendo solo a Jack, y por si fuera poco, en el verano de 2009 tendrían espacio salarial para dar unos 10 millones a un buen veterano que redondearía el equipo. El futuro era suyo.

Esa temporada 2008/2009 (hace dos años estamos hablando, aunque parezca tan lejos) inundó los despachos de la Conferencia Oeste de miedo. En su tercer año en la Liga, con Roy como auténtico general del ataque del equipo de Oregon, los Blazers fueron el mejor equipo en ataque de la Liga, y su Offensive Rating (113.9) lideraba la competición. Mientras, aquí en España, había que aguantar y leer chovinistas y catetas letanías sobre lo que malo era Roy, lo congestionado que estaba el ataque Blazer (sí, ese, el más eficiente de la Liga), solo porque Brandon y McMillan le quitaban el puesto y el balón a nuestro Rudy Fernández. ¿Se estaba equivocando el entrenador sin aprovechar bien a Rudy? Sí. Pero tampoco le hacía falta.

Las esperanzas para los que que querían dinamitar el futuro dominio Blazer eran pocas, pero todas se han cumplido. La primera, Oden. Después de perderse toda la primera temporada por lesión, no cundió el pánico porque en la segunda estuvo relativamente sano, jugando 61 partidos más los 6 de Play-Off. Aún así, su historial, y esos 21 encuentros en los que no jugó hacían intuir que la salud del gigante era el primer punto débil de la armadura de los de Portland. Y así ha sido. En los dos últimos años, solo 21 partidos en cancha, y quién sabe si lo volveremos a ver jugar. Y mientras la sombra de Durant, la más alargada del mundo, ocupando las casi 2000 millas que hay de Oklahoma a Portland.

La siguiente, que no fueran capaces de aprovechar el espacio salarial. La clase de 2009 era muy floja, y tras perder las pujas por Hedo Turkoglu y Paul Millsap, se tuvieron que conformar con Andre Miller y el traspaso más tarde por Marcus Camby. Viéndolo ahora, el haberse librado de Turkoglu parece una bendición, y la llegada de Millsap hubiera supuesto desplazarlo a él, o a su máximo valor actual, Aldridge, fuera de posición. Pero estoy seguro que Camby y Miller no eran lo que los Blazers se esperaban cuando empezaron a ahorrar de cara a la agencia libre.

Otro problema que han tenido, es que no han sido capaces de convertir ninguna de las promesas en All-Star, ni de cerca. Solo Batum y Fernández se han quedado y la aportación de Rudy, muy a nuestro pesar, es bastante modesta comparada con todo el potencial que encerraba el mallorquín. Y de los que se han ido, solo dos, Frye y Outlaw, son titulares. Y ninguno en un equipo de Play-Off.

El penúltimo y más devastador golpe, es el deterioro de Roy. Brandon cayó al puesto 6 en un Draft tremendamente mediocre, por ser ya un veterano (cuatro años en la universidad, cuando la moda era uno y fuera) y por las dudas que había sobre sus rodillas. Antes de empezar la mejor temporada de este equipo, en el verano de 2008, tuvo que pasar por el quirófano para que le quitaran una pieza del cartílago. Lo bien que aguantó las tres primeras temporadas fue un espejismo que hizo pensar a todo el mundo que las alarmas encendidas sobre su salud eran realmente conservadoras. Pero ya la temporada pasada, en la que se perdió unos cuantos partidos por culpa de su menisco, empezó a minar el ánimo en la franquicia. Roy no volvería jamás a estar al 100%. Y eso, si lo pueden volver a poner en pista. Toda una pena, porque ver jugar a Brandon es una auténtica delicia. Y siento pena por todos aquellos que no lo hayan podido apreciar por vanidades patriotas.

Ahora los Blazers no sabrán si podrán volver a ver jugar jamás a sus dos mayores reclamos, Roy y Oden. El veterano Camby también estará fuera un tiempo indefinido tras ser operado en la rodilla izquierda, y el equipo ha perdido todos los posibles activos en talento joven que tenían. El buen hacer de la franquicia, el estirón que ha pegado Aldridge este año, el talento de Batum y Rudy, y el sorprendente Wesley Matthews, que no fue drafteado en 2009, pero si se volviera a repetir la elección sería un Top 10 como mínimo, dan una buena base para tratar de volver a reconstruir.

Pero de aquel equipo pionero, que tanto ilusionó en tres años, apenas queda nada.