Los Hornets ganaron su tercer partido consecutivo para ponerse por delante en la serie, y podrán cerrar el pase a segunda ronda ante su público, donde este año han estado formidables. Es además, la primera victoria en Playoffs fuera de Charlotte de la segunda era (¿se puede llamar así?) de la franquicia.
Pero el resultado final podría haber sido perfectamente otro porque fue el clásico partido de Playoffs lleno de eventos en el último minuto que podrían haber decantado la victoria de un lado o de otro. Recapitulando sólo situaciones límite o decisiones arbitrales: tenemos un triple de Lin pisando, la falta/tapón ilegal que perfectamente podrían haber pitado en la bandeja a la contra que falla Lee, la falta que podrían haber pitado igual de perfectamente en el último tiro de campo de Wade, la posible recuperación del balón de Miami a falta de dos segundos si Wade no toca el balón pisando fuera, el pase en el último suspiro de Hawes para poner el balón final en juego y la falta intencional que podría haber sido pitada sobre Zeller al final y que podría haber extendido quizá un partido que se decidió por dos puntos. Y no hemos hablado de lo improbable del rebote ofensivo y triple de Courtney Lee, la jugada clave del partido. Pero como la abuela no tiene ruedas, no hay bicicleta, sino victoria de Charlotte.
El tramo final estuvo tenso y entretenido, pero el resto fue un gran intercambio de rachas, sobre todo en la primera parte. En varias ocasiones uno y otro equipo llegaron a pasar de la decena de puntos seguidos sin contestación rival, y algunos quintetos de corte defensivo sobre la pista eran incapaces de ver aro ante defensas con muy buena protección del aro, por acumulación en Charlotte, y por individualidades en Miami.
La única constante parecía ser Dwyane Wade, que volvió a jugar otro partido de los del Artículo 3, en el que hizo lo que le dio gana, y el acierto desde el triple, por fin, de los Hornets, que metieron 12 de 24 (4 de 6 en los últimos 8 minutos), encabezados por 3 de 4 de Marvin «Año de contrato» Williams, que está tratando a la Liga como una tragaperras calentita.
Mientras, el otro hombre camino de pegar el sablazo padre, Hassan Whiteside, va perdiendo importancia a medida que avanza la serie. La defensa de Charlotte le dio juego al principio, pero cuando se asentó, le cerro todas las carreras al aro y las posibilidades de alley-oop mandando defensores a la pintura y retando a Miami a encestar lo que ya no les entra. En el otro lado del campo, Jefferson anota con relativa comodidad en el uno contra uno, y no es un factor en la defensa del perímetro. Su presencia intimidatoria permite a Miami tener más efectivos y más atentos a la defensa del triple que un equipo normal, pero cuando los Hornets son capaces de anotar pese a la oposición, su contribución queda en nada.
Es de destacar que Charlotte mantuvo el quinteto titular de las dos victorias anteriores pese al regreso de Batum, pero estuvieron en negativo, así que en el tramo final, Clifford decidió cerrar el partido con el quinteto que de verdad le gusta, el que empezó la andadura en Playoffs. Sin Jefferson ni Kaminsky. Y así disputó el final salvo por la entrada de Lin por un Batum todavía renqueante.
Por parte de Spoelstra, se atrevió a jugársela con el novato Josh Richardson en lugar de Dragic, y pese al buen hacer en líneas generales de este, un calamitoso airball en un triple en la penúltima posesión le podría costar la confianza de su entrenador para los momentos más calientes. Aunque Dragic, taponado por Walker en la última posesión, tampoco es que inspirara mucha confianza anoche.
La serie vuelve mañana viernes a Charlotte, y los Hornets podrían cerrarla. Lo que sería una pena, porque está bonita… ¡y necesitamos GAME 7!
Sofi del día: Siempre me resultan curiosos los partidos de equipajes blanco contra negro, porque parecen una especie de lucha del bien contra el mal. En estos Playoffs además nos estamos hinchando, ya que ha coincidido en cinco de las ocho series, pero en ninguna como en esta: la negrura y lo poco habitual del equipaje de los Hornets hace el contraste aún más especial. Si este enfrentamiento cuenta, el mal va por delante.