Siempre se habla que el segundo partido de una serie, y más cuando es larga como los PO de la NBA, es un partido de ajustes, donde se van viendo cosas que no habíamos visto antes y donde los entrenadores mueven sus piezas como si partida de ajedrez se tratara para ver si así mejoran lo que van haciendo o mantienen lo del primer partido. Alvin Gentry hizo algo parecido pero sin ser lo mismo, es decir, vio que lo del primer partido funcionaba y siguió con ello, pero además, tuvo una ayuda algo inesperada.
Todas las crónicas apuntaron que el primer partido fue donde Anthony Davis se doctoró en la NBA ganando su primer partido de PO y con unos números dominantes. Lo que nadie podía esperar es que despertara la bestia en forma de Jrue Holiday para destrozar a unos Blazers que dieron mejor cara que en el primer partido pero que no supieron contrarrestar esta versión de 2018 del ‘7 Seconds or Less‘ que plantea Pelicans.
33 puntos, 9 asistencias y sólo una perdida de balón, esos fueron los números de Holiday, unas cifras de super estrella y más cuando se hace en la gran pantalla, en un gran escenario como son los PO y encima fuera de casa. Blazers no supo nunca como parar al jugador californiano, pero lo que fue casi más importante Holiday fue la cabeza de una defensa que supo parar a Lillard y a McCollum de una forma más que efectiva y sin miramientos, atrapando a Lillard con hombres altos en los picks y sin dejarle coger ese ritmo que lo hace lo más parecido a Curry que hay en la liga.
Harkless ayudo bastante a Blazers, pero aún así el equipo de Oregon no tiene a nadie (de momento) para parar a Holiday, y aunque contuvieron, si se puede hacer de alguna forma decente a Davis, el otro gran protagonista se les escapó de las manos y con ella la segunda derrota en la serie para poner un más que preocupante 2-0 para los Pels que encima irán ahora al Smoothie King Center para cerrar un pase a 2R que pocos creían que podría ser tan fácil.
Esta serie la esperábamos larga, muy igualada y en cierto modo lo está siendo aunque el marcador no muestre lo mismo, habrá que ver si Lillard saca SU partido en la serie y puede llevarse uno de los partidos en NOLA para poner las cosas interesantes y cumplir los pronósticos.
Sofi Del Día: Se lo damos a este buen hombre en Boston que a pesar de ser semi arrollado en la banda… no se le cayó ni una gota de su preciada cerveza
Semana corta y rara en La Land (y no, no hablamos de la mujer de Anthony), con derrotas en Porlant y Salt Lake City. Analizamos la actualidad Laker y vemos cómo será la próxima semana donde empieza el Grammy Trip.
LCL Tracklist:
Bell Biv Devoe – Run
The Lox – Filthy America
Blazers, un equipo hecho de la nada, en el cual 4 de sus titulares, por unos motivos u otros decidieron dejar la lluvia de Portland para ir por otros lares. Blazers, ese equipo con McCollum como estrella y con gente como Aminu y Harkless, que siempre han sido carne de rondas altas de draft de las Fantasys. Ese equipo que lo ves jugar y dices: ostias, mola. Porque sí, Blazers molan y mucho.
Damian Lillard, ese All-Star que no fue, ese jugador que quiere estar en la élite pero que parece que estorbe o que no le dejen, es lo más cercano en ser humano a ese alien con el 30 de Warriors y en esta serie ha vuelto a demostrar lo que es.
En este partido, pero en general en la serie, Warriors se vio sorprendido desde casi el inicio, con un equipo descarado, sin nada que perder y donde hasta Ed Davis parece algo y todo esto lo consigue un entrenador, Terry Stotts, que si no llega a ser por el 73-9, este año se hubiera llevado el premio.
Blazers se ha ido en 5, pero por la puerta grande, dejando partidos de 4 Sofis largos y dejando momentos grandes con canastas imposibles y una ética de trabajo en pista que ha sorprendido/gustado al aficionado normal de NBA que no es un yonki del League Pass y que la última vez que vio jugar a Blazers, lo hacía básicamente para rajar de McMillan.
Blazers mola y prometen mucho, pero aún están escalones atrás de Warriors.
Y hoy no hablo de Warriors, ¿para qué? ya estáis seguro cansados de leer al respecto de ellos y casi todo está ya escrito.
Sofi Del Día: A este buen hombre que no sabemos muy bien que estaba haciendo con Mama Curry… con Dell detrás mirando… jo jo jo.
Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…
3. Esos han sido los partidos que hoy he podido ver. Ni los más viejos del lugar recuerdan algo así, yo al menos, no lo recuerdo, así que sólo por eso, así se llama la PO Desde El Sofá de hoy, con lo cual, vamos a hablar un poco de cada partido, además lo haremos en orden y sin marcador simultáneo de la muerte de la ESPN.
La primera parada de nuestro Threepeat particular nos lleva al mejor pabellón de la NBA para muchos, el mítico Fieldhouse de Indiana. Allí, como todos los partidos de la noche de viernes a sábado y como dice la promo, Win Or Go Home, en este caso la situación así era para los locales, los cuales llegaban al partido después de un apocalíptico último cuarto más allá del muro que les hizo perder la oportunidad de apuntillar en casa.
Por ello el inicio de partido parecía clave para todos, pero oye, no fue así, ya que Raptors salió muy enchufado incluso consiguiendo una renta maja, pero todo fue un espejismo. El quinteto que tan buenos resultados le dio a Casey en el G5, ayer no iba ni sin querer, lo cual hacía que Pacers, encarando el partido de una forma muy seria, poco a poco y sin hacer ruido, muy de Vogel esto, iba distanciándose más y más de Raptors.
18-0. Ese fue el parcial que consiguió Indiana que cambió la balanza y que desequilibró el partido totalmente ya en la segunda parte. Durante este tiempo, nadie en Raptors pudo hacer nada, ni las ganas del rookie Powell, ni los tiros de DeRozan, nada.
Pacers vuelve a cruzar la frontera, para un séptimo partido en pleno Jurassic Park donde vete tú a saber que Raptors nos podemos encontrar. Eso sí, espero camiseta molona para el público, como no puede ser de otra forma.
De la meseta nos movemos hacia ese estado que igual (o no) tiene el próximo All-Star. North Carolina, la factoria de churros que decía el gran filósofo Montes. Entramos en el panal.
Con un Jordan medianamente bien acompañado, este partido era el clave para ellos. Después de ganar 3 seguidos, tenían la posibilidad de cerrar en casa, ante su público y ante el (ya) mito #PurpleShirtMan. Pero claro, el 3 de Miami no lo iba a poner nada fácil.
El partido fue igualado a más no poder, con un intercambio constante de golpes por uno y otro bando. Kemba Walker dejando mal mi gafe y con unos Heat que dominaban por dentro más de lo que a Clifford le hubiera gustado.
Sigo sin entender como Zeller juega tanto, sí, lo se, me estoy obsesionando con el tema, pero leñe, cada vez que Jefferson encara a Whiteside, se lo come, en cambio cada vez que sale Zeller es la fiesta de Miami con Gloria Estefan invitada bailando la conga, os hacéis a la idea, pero vamos, ellos verán.
22 triples seguidos llevaba Dwayne Wade fallados hasta los dos que enchufó anoche en los momentos finales del partido, algo tremendo y algo que anoche acabó. Wade en el último cuarto fue el Wade que es una gozada ver y que estamos viendo ya mucho en esta primera dosis de PO. Su enfrentamiento al #PurpleShirtMan fue la gota que colmó el vaso del jugonismo para hacer que el 7o partido se juegue ahora en territorio playero y con DJ Khaled y compañía en la grada. Brutal.
El postre de la noche mañana era ver si los Zombis Grizzlies Clippers conseguían la machada de ganar en el Rose Garden (me niego a llamarlo como unos almacenes chinos de barrio) con un ambiente brutal y con unas ganas de aprovechar la ocasión que ya hacía que la cosa empezara bien para los de Stotts.
El leñazo que se llevo Rivers y su posterior vuelta a las pistas fue la clara descripción de lo que eran los Clippers en ese momento. Un equipo que ha luchado hasta el final, con Jamal Crawford como estilete y muy poco más. Es como ir nadando, ver la orilla, pero saber claramente que no vas a llegar, lo intentas, pero no, te vas a quedar en el camino. Esos fueron Clippers anoche.
La verdad es que a Blazers se les notó nerviosos, lo veían todo demasiado fácil y eso se veía en alguna que otra jugada fácil fallada por los de Oregon.
Pero han conseguido pasar a semis de conferencia. Aquí lo divertido es pensar antes de empezar la liga esa conversación en plan: ‘Oye, Blazers ha perdido 4 titulares, pero van a llegar más lejos que el año pasado‘. I LOVE THIS GAME.
Sofi Del Día: No podía ser para otro, que para #PurpleShirtMan!!!!
Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…
El primer partido les pilló por sorpresa que los Clippers volvieran a su vieja defensa, y les quitaran el balón de las manos a sus exteriores. En el segundo, estuvieron preparados para ello, pero no hicieron las jugadas ni metieron los tiros suficientes. En el tercero, y con esa electricidad que siempre te aporta volver a casa en Playoffs, por fin el ataque de los Blazers volvió a las series, y Lillard y McCollum metieron 59 puntos entre los dos, ayudados por un Plumlee que brilló en su papel de intermediario con 6 puntos, 9 asistencias y 21 rebotes, y Harkless, que tuvo más éxito con esa hercúlea tarea que es defender a Paul, y castigó a los Clippers con incursiones por línea de fondo, viendo que a triples no va a poder ser.
Como Boston y Charlotte antes que ellos, si querían mantener opciones de llegar a segunda ronda, este partido era indispensable, y han hecho su trabajo. Stotts volvió a darle la opción a Lillard de anotar desde el bloqueo y continuación como lo ha hecho toda la temporada, y no tanto sin balón o con esas triquiñuelas que ya te enseñamos en Twitter, y al primer intento, primer triple sobre Griffin, tras poner el bloqueo directo un poco más lejos de lo normal, y provocar un momento de duda en Blake de hasta dónde salir a su encuentro. Como la cosa funcionaba tanto para el como para McCollum, que recibió antes del partido el premio a «Jugador más mejorado» de la temporada, no tuvieron que darle muchas vueltas al coco, sólo soltar el balón a Plumlee cuando la presión era imbatible, y confiar en que el pívot tomara buenas decisiones.
Por su parte, los Clippers estuvieron estancados, individualistas, muy mal desde la línea de 3, donde se nota que Redick no está al 100%, con problemas en el talón, sólo tienen fogonazos de Blake Griffin, y encontraron mucha menos ayuda del banquillo que en el resto de la serie. DeAndre Jordan hizo un buen trabajo en defensa, donde continuó poniendo las cosas difíciles a los exteriores de Portland, pero en ataque, pese a los rebotes ofensivos que cogió, y algún que otro alley-oop, Plumlee apenas le defendió, aprovechando para esperarle en la pintura, y utilizaron un par de veces los tiros libres en su contra (3/10 en el partido), sacándole de la pista a finales del tercer cuarto y manteniéndole fuera hasta que quedaba menos de la mitad del último. Igual fue sencillamente una decisión basada en otros motivos de Doc, pero imposible pensar que las faltas intencionadas no tuvieron algo que ver.
La historia más importante del cuarto partido será ver si los Clippers recuperan el acierto en las suspensiones, ya que los Blazers estuvieron demasiado cómodos para haber sido tan conservadores. Y eso seguramente necesite de más movimiento de balón, para confundir y desequilibrar los cambios en defensa, y poder abrir la autopista al aro para Jordan. Doc intentó inyectar algo de vida en la recta final poniendo a Griffin como 5, pero los Blazers sacaron a Blake de la pintura con unas trenzas de pases en las que los Clippers tuvieron que cambiar, y Portland aprovechó para coger un par de rebotes en ataque que obligaron a Rivers a abortar el experimento inmediatamente (pese al parcial de 6-6). Supongo que en otros partidos podríamos ver esta variante más pronto.
Estad pendientes de esta serie, porque los Blazers ya han llegado, y va a ser lo más interesante del Oeste.
Sofi del día: Stotts, con camisa, corbata, pañuelo y calcetines púrpuras en honor al reciéntemente fallecido en cuerpo, pero no en alma, Prince. Los caminos del funk son inescrutables.
Sofi del día bonus: El partido además tuvo un extra para ver desde el sofá que es la mejor pareja de comentaristas en esta primera ronda de Playoffs: Mark Jones y Doris Burke. Pero manejan perfectamente la información táctica, la personal, y el entretenimiento, y lo hacen, por supuesto, sin bufonadas. Ahora que Burke ya ha aprendido que no necesita demostrarnos lo muchísimo que sabe cada jugada quedando por encima del analista titular, es la pareja más completa. No tienen la experiencia real de Hubie, el swag de Marv Albert o la presencia por encima de todo de JVG, pero sales contento de sus retransmisiones y no les puedes poner un peor. Sólo llevan dos partidos si no recuerdo mal y no me he perdido nada, y a medida que el número de partidos descienda será más difícil verles, una pena, por lo que habrá que aprovechar las oportunidades que nos queden.
Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…
Una de las series que más ganas le tenía de esta primera ronda, por no decir la que más, era el enfrentamiento entre Los Angeles Clippers y Portlant Trail Blazers, es decir, el 4 vs 5 del oeste, Paul vs Lillard y dos equipos que durante la liga regular se han enfrentado en partidos que han resultado ser más que entretenidos y molones.
Así que ahí me disponía yo, cual Jimmy Goldstein en primera fila a disfrutar de la que parece la serie más igualada de la primera ronda, aunque como comenté el otro día, existe un dicho nepalí al respecto de los primeros partidos: nunca sacar conclusiones finales, aún así las otras 3 eliminatorias han sido claramente decantadas para un equipo, con lo cual, poco nos quedaba por aquí.
La primera parte respondió a lo esperaba, mucha igualdad, una sensación extraña de que Clippers iba sobrado, pero mirabas al marcador y te dabas cuenta que no era así, que Blazers estaba aguantando sorprendemente, aunque no le entraba ninguno de los tiros e interiormente Clippers era dominador absoluto con AirBall Jordan y un Blake Griffin con ganas de jugar.
El duelo de bases estaba igualado, mientras Paul protestaba e iba al suelo en cada ocasión que podía a Lillard no se le veía nada cómodo en pista, un detalle que no me gustaba y que de cara a la segunda parte se iba a notar.
Al final del 2Q, un arreón 11-2 de Clippers daba a los de Rivers una pequeña diferencia que se vio ya corroborada en la segunda parte, pero el pfffffff del título no va por el resultado abultado final, sino por el tostón que fue la parte final del partido con los Hackatones, Davis por una parte y Jordan por otro. Insufrible.
Sólo Kaman, un mito, hizo que mis bostezos pararan un rato con un par de leñazos tremendos (ey! y él recibió uno de Crawford que se quedó sin cobrar…), el resto, un tostón y debo confesar que no acabé de ver el partido, no pude, me negué.
Otro cantar para otro día será como cada vez que veo a Clippers me da la sensación de que los árbitros siempre les permiten un poco más que al resto, sobre todo en el Staples, soy el único que lo ve?
Sofi del día: Y ya que estamos, el Sofi del día va para este brutal air ball de Jordan nada más empezar el partido…era un presagio…
La idea no es organizar a los equipos a nivel competitivo, sino estético. Evidentemente ambas cosas van íntimamente ligadas, pero siempre hay equipos que trascienden sus resultados para bien o para mal. Y por supuesto, como todas las clasificaciones pre-temporada se demostrará inútil tras el primer salto entre dos: siempre hay un Boston 2014 o Phoenix 2013 que nos pone la lista patas arriba, y esa es parte de la gracia, precisamente.
Como es la primera edición no vamos a poder hacer el mejor de los homenajes al League Pass, que sería cobraros un 20% más por ofreceros exactamente lo mismo que los últimos tres años. Pero si seguimos por aquí el año que viene, prometemos hacerlo. Así que id retirando unos euros más cada mes a la cuenta ahorro, amiguitos, que luego nos pilla el toro.
Y como es tradición en este tipo de cosas (¿por qué siempre tiene que ser así?), empezamos con lo peor de lo mejor, los equipos que van a poner la L de lamentable y la P de purrela en LP. Y pese a ello, hay cientos de razones para verlos. Y en todo caso, pensad que siempre podría ser peor: hay un montón de equipos FIBA en el mundo.
30 – Philadelphia 76ers
Los Sixers son la entrada más fuerte en la lista, volviendo al número 30 tras estar un año y medio fuera por completo del League Pass de cualquiera persona de bien. No es coincidencia que este evento ocurra al mismo tiempo que vuelven a tener en su rotación más de 5 jugadores NBA de verdad (por los pelos).
Desde los Nuggets de 2003 no se veía en una temporada de 82 partidos un equipo con peor eficiencia ofensiva como la de los Sixers del año pasado. Hubo tanta diferencia entre ellos y el vigésimoquinto equipo (Milwaukee) como entre los Bucks y el tercero (Toronto). La esperanza este año es que con la llegada del virtuoso al poste Jahlil Okafor, más poder empezar desde el principio la temporada con los cañoneros inconscientes Covington y Canaan, la cosa tenga otra pinta.
Y lo cierto es que lo único que separa a este equipo de ser bastante interesante es el (déficit de) talento. Tienen un propuesta atractiva, un ritmo vibrante, comparten el balón y son un equipo que se esfuerza. Ninguno de estos dos años de dejadez competitiva en los despachos han sido el peor equipo de la NBA en victorias. Y el año pasado, pese a ganar un partido menos que en la 2013-2014, lo hicieron con peor plantilla (Turner, Young, Hawes y Allen jugaron todos más de 50 partidos hace dos temporadas), lo que habla de una línea ascendente como equipo.
Pero aunque Brett Brown esté haciendo un buen trabajo, los mimbres no son los suficientes. El año pasado cayeron 27 veces por 15 puntos o más: eso supone que uno de cada tres partidos acabó en paliza. Este año se deberían reducir las diferencias, pero sigue habiendo una probabilidad importante de encontrarte una lucha desigual al poner un partido de los Sixers.
Y pese a ello habrá cosas interesantes que ver. Noel va camino de convertirse en uno de los mejores (y más divertidos) defensores de la Liga, mientras aprende a buscar su espacio jugando junto a un pívot en ataque, y sigue llevando el mejor peinado de la Liga. En su año de novato a efectos de tiempo de juego, Robert Covington tuvo un conjunto de puntos por minuto/eficiencia anotadora equiparables a jugadores de su edad que cobran más de 13 millones al año como Eric Bledsoe o Tobias Harris, y este se le presenta la oportunidad de hacer ruido en la Liga, si es capaz de mantener el ritmo, y demostrar además que es más que un tirador o incluso que se defiende de 4. Jahlil Okafor es un jugador con gran cantidad de recursos ofensivos en el poste bajo al que será interesante ver nacer y crecer. Isaiah Canaan es siempre entretenido de ver como la versión paupérrima de Damian Lillard, Nik Stauskas está buscando redención ya en su segunda temporada, y Kendall Marshall, que por fin había encontrado un hueco, tiene que volver a sacar la cabeza tras partir el LCA de la rodilla. Y siempre es divertido comprobar si alguno de los muchos jugadores que llegan desde la segunda (o la tercera) ronda del Draft vienen para quedarse, a lo KJ McDaniels.
Pero ahora mismo, todo se construye sobre la esperanza y el futuro más que en el presente.
29 – Brooklyn Nets
Este equipo está a una lesión de Brook Lopez del drama en todos los sentidos, y este no es una excepción. Los únicos alicientes de los Nets son prácticamente el habilidoso pívot, un Joe Johnson al que el Padre Tiempo cada año le da un poquito más de Armadillo, y se lo quita de Cowboy (y que nunca fue tan divertido fuera de Phoenix, para empezar), el partidazo que juega una vez cada quincena Bojan Bogdanovic, y el ver a un equipo defender al base rival atrapándolo en el pick’n’roll, esa táctica en vía de extinción. Para de contar. Y eso que con todo el equipo sano, Lionel Hollins, y sin incentivo alguno en tanquear (su elección irá a Boston), tienen quinteto para pelear por las treinta y largas victorias.
Y no sólo es la falta de alicientes en sí, sino que además hay componentes negativos. Como el protagonismo de Jarrett Jack, capitán del equipo de «Jugadores que tienen la mágica virtud de convertir una tarde-noche de martes en la que estás viendo un partido de NBA con una cerveza y unos torreznos, en un momento miserable de tu existencia». El día que el doble en las escenas de acción de Ne-Yo decide que la falta de acierto no le va a impedir soltar horribles triples tras bote, o arramplar por la zona como si fuera un barril de Donkey Kong, es inevitable preguntarte qué haces viendo NBA habiendo un canal entero de YouTube con capítulos de Ilustres Ignorantes, por ejemplo.
Y otra de las cosas que al menos te hacía prestar atención a este equipo los últimos años, que era aquello de que siempre parecían recuperar algún jugón para la causa NBA en sus diligentes unidades de banquillo, pinta difícil este año. Estamos hablando de los Alan Anderson o Shaun Livingston, pero con una apuesta por la juventud y la regeneración de la plantilla, quedan sólo dos candidatos en los que es inevitable tener poca confianza: Thomas Robinson y Andrea Bargnani (miembro ya vitalicio del mismo escuadrón de élite de la desesperanza que Jack).
Aunque reconozco que sería la trolleada definitiva si Bargnani triunfara en New York ahora, y aliciente suficiente para ver a los Nets, no cuento con ello. Tras varios años de verme decepcionado por el producto de Brooklyn, y seguir cayendo, en este por lo menos ya no parto con ninguna expectativa, ni siquiera por su impoluta estética y una de las pistas más molonas de la NBA. Que se lo ganen.
28 – Portland Trail Blazers
Creo que no hace falta mucha explicación: deberían perder muchos partidos, y si sus nuevos compañeros no responden en ataque, la experiencia Lillard que tan valorada estaba en esta, nuestra clasificación, podría convertirse en miserable. Y este es el hombre que va a ejercer el rol de mentor en el vestuario:.¿Qué podría salir mal?
La flow offense de Stotts involucra al quinteto entero y requiere de la versatilidad de todas sus piezas. Los Blazers, en lugar de reconstruir desde cero han elegido traer a jugadores con experiencia dentro de su juventud, pero que presentan carencias en su juego, y tienen un rol claramente secundario. Esto va a poner mucha presión en Lillard y McCollum para obtener ventajas con su bote, porque será crucial para los Blazers ser capaces de ponerse en marcha desde el principio de la jugada. Al mismo tiempo, es de esperar que los rivales ataquen ferozmente el punto de ataque del equipo, y temo que los ahoguen demasiado.
Por otro lado, si Dame y CJ son capaces de sacudirse la presión, porque Henderson, Aminu y Harkless no han demostrado poder ayudar lo suficiente desde las alas, al menos van a encontrar unos hombres altos gustosos de involucrarse, finalizadores, y que ofrecen buen espaciado. Salvo Kaman, ningún big Blazer prefiere esperar el balón en lo más profundo del poste bajo: Plumlee y Davis son prodigios de la continuación, Leonard se ha reconvertido en tirador y Vonleh también necesita recibir a metros de la canasta, para tirar de bote y rapidez, porque fuerza no tiene. Con un elenco tan dinámico, atlético y liviano, la velocidad está garantizada, el problema será… al servicio, ¿de qué? Mucho peso encima de sus generadores.
Además de ver a Lillard en el mayor reto de su carrera (que no para de plantearle un más difícil todavía), reconozco que tengo un nombre apuntado para seguir la pista que me causa curiosidad insana: Meyers Leonard. El año pasado tiró 112 triples, con un 42% de acierto, y mostró unas capacidades defensivas cada vez más aseaditas aunque asuste menos que las pelis nuevas de Shyamalan. Así, va camino de poder convertirse esta misma temporada en todo lo que queríamos de Raef LaFrentz y nunca llegó a ser. En serio, ¿a quién no le mola un verdadero pívot atlético chuza triples?
27 – Los Angeles Lakers
En primer lugar, aclarar que la clasificación de los Lakers no incluye dos factores muy importantes que revalorizaran su LeaguePassabilidad: lo bien que me lo voy a pasar vacilando a nuestro Querido Líder David Chanzá si cuando la cosa vaya mal para los Lakers, y el disfrute de hatear/jeitear (¿Pérez-Reverte, hemos decidido ya cómo se dice en español?) a Byron Scott y Kobe Bryant fuera de la pista, cuando el primero empiece a justificar decisiones miopes con su postureo vieja escuela, y el segundo cuelgue en redes sociales los mensajes para adolescentes intensitos que le han convertido en el Paulo Coelho pasivo-agresivo.
Cualquier conversación sobre Lakers empieza inevitablemente con el Alubio, y a estas alturas todavía tengo el debate interno en marcha: no sé qué esperar de su vuelta. Sospecho que no me va a divertir, porque el baloncesto de Bryant no está preparado para la mediocridad. Desde que nos dejó Michael Jordan (QEPD), él ha sido el funambulista oficial de la Liga, y el espectáculo no se disfruta igual cuando sólo puedes pensar en qué ocurrirá cuando caiga. Ya lo hemos vivido con el propio MJ, con Iverson, con Jordan Crawford, y tendremos esta conversación en unos años cuando la estrella de Westbrook se empiece a apagar.
Por tanto, a priori, y sin saber en qué acabará, la experiencia Kobe es ligeramente negativa de cara a este ránking, y ayuda a compensar el entusiasmo por D’Angelo Williams* y Julius Randle, que es grande por estos lares, y al que se suma la sorpresa que nos dio Jordan «Jefe de las Animadoras» Clarkson el año anterior. Sería genial si todos ellos fueran titulares junto a Kobe, y si bien la juventud, divino tesoro, jugaría en su contra para ser efectivos, los partidos de los Lakers se pasarían mucho mejor.
*Por cierto, no se si es coincidencia o no que el ‘Brown Sugar’ de D’Angelo saliera alrededor de la fecha de concepción del muchacho, pero pinta tiene. Es inevitable que dentro de 3 ó 4 años veamos en primera ronda del Draft a Usher Bailey o Ginuwine Tolbert.
Y más allá de todo esto… pues tampoco hay mucho. Lou Williams, que es lo que Nick Young se debería dar en los dientes por ser, siempre pertenecerá a los jugadores favoritos de la casa. Y la curiosidad habitual de ver a un jugador consolidado en Europa como Marcelinho Huertas es un punto ligeramente positivo. Pero hasta aquí llegamos. Hibbert, salvo por las Finales del Este de 2013, siempre ha sido el perfecto cortarrollos para el espectador. Brandon Bass, es ese jugador al que todos los aficionados Celtics, que adoran a los suyos muchas veces más allá de toda racionalidad, deseaban perder de vista. Y el grupete Nick Young, Metta World Peace y Bob Sacre dan mucho más juego fuera de pista que dentro de ella.
Equipo Top 5, y quién sabe si más para seguir andanzas por Twitter… pero lo de ver sus partidos si eso ya tal.
26 – Detroit Pistons
Como buen equipo de Stan Van Gundy, los Pistons al final ganan en la pantalla, pero a diferencia de anteriores plantillas del Ron Jeremy de la NBA, dan pereza sobre el papel. Y el epítome de todo esto es su nuevo base franquicia: Reggie Jackson, un tipo que para bien o para mal, juega con la misma confianza que otros que son mucho mejores que él, y que a pesar de que no le acompañó el acierto tras su llegada, mostró un liderazgo que no se esperaba tras su tumultuosa salida de OKC. Este equipo es descarado, y cuando te animas a verlo te sorprende gratamente, pero hasta ahora, no es lo suficientemente bueno como para justificar preferirlo a otros muchos.
Lo cierto es que a pesar de la posición aparentemente tan baja, tengo muchas ganas de ver a los Pistons, muchísimas. Lo cual significa que estamos en un gran momento de esta Liga, en la que todos los equipos tienen cosas que disfrutar, o yo soy un yonqui de esto que podría encontrar algo positivo en cualquier plantilla. Y un poquito de las dos cosas va a haber, me temo.
Y realmente puedo ver en este equipo el ya mencionado potencial Celtics’15/Suns’14 de suma tras resta: al sustituir a Monroe por un cuatro abierto por comité (Ilyasova, Morris, Tolliver), por fin Jackson, Caldwell-Pope y Drummond tienen el espacio que necesitan para desplegar sus respectivas habilidades, que en este escenario hipotético vienen mejoradas tras un largo verano de trabajo. Y a eso le unimos una singular navaja suiza en Stanley Johnson, y más tiro con Meeks, Bullock o Martin, y acabamos con un equipo muy, muy entretenido de repente, que vuelve a poner cuatro jugadores fuera, y uno por dentro como en los mejores momentos de Orlando.
El problema es que es igual de fácil imaginar un arranque complicado, con una gira por el Oeste nada más iniciar la temporada, que haga que el hermano de Jeff recupere su faceta más pedagógica con una plantilla aún joven para aspirar. Lo que vaya ocurriendo durante noviembre puede marcar más el desarrollo de la temporada de los Pistons que de muchos equipos, porque a diferencia de otros, su elección del Draft no está traspasada, y SVG además de entrenador, es General Manager, por lo que puede y debe pensar en el medio plazo. Si se desenganchasen pronto de Playoffs, tienen la manta a mano.
Pero si todo fuera bien, por navidades esperamos además el regreso de Brandon Jennings, uno de los placeres culpables de La Crónica, que se rompió en su mejor momento en Detroit, y con un difícil encaje con Jackson que daría mucho que hablar y que ver. Y mientras, le suplirá Spencer Dinwiddie, el mejor bigote de la Liga (lo sentimos, Steven Adams), y otro de esos jugadores a los que el destino les concede al mismo tiempo la oportunidad que el (primer) ultimátum: si no coge el punto a la línea de tres de la NBA, toda su creatividad podría no servirle para escapar del fondo del banquillo, y su final en Detroit.
Quedamos a la espera de acontecimientos.
25 – Orlando Magic
Un equipo con Elfrid Payton, Victor Oladipo, Aaron Gordon, Mario Hezonja, Tobias Harris y Evan Fournier debería estar mucho más alto. Debería. Pero por otro lado, tenemos el contrapeso a la diversión en la figura de Scott Skiles, Nikola «El mejor jugador más aburrido» Vucevic, y el hecho de que por hermosos que luzcan los ingredientes, todavía no tenemos clara cuál es la receta.
Orlando es un conjunto de excitantes individualidades que se solapan entre sí, y todavía no conocen cuál es su destino. El caso es que al final los equiparamos en la lista a Detroit, pero por todo lo contrario: el año pasado era un grupo que te apetecía ver por el nombre, pero que perdía mucha gracia cuando en realidad lo hacías.
Y como los Pistons, no es difícil imaginarse un escenario en el que, con el viento a favor, este equipo pudiera estar 10 posiciones por encima de la lista. De hecho, han tenido partidos con Borrego el año pasado en los que, subiendo el ritmo, han sido decididamente entretenidos. Pero todos ellos fueron excepciones en contraste con lo habitual: repetitivos posteos de Vucevic, Harris haciendo demasiado por su cuenta y riesgo, y Payton y Oladipo tratando de no ahogarse tras bloqueo en zonas superpobladas retándoles a tirar. Pero aunque lo lograran en noches sueltas, un equipo divertido no se consigue simplemente con la orden de salir a correr: aunque haya quien ha sido capaz de reinventarse en un verano, lo bueno se suele hacer esperar.
Y como había talento y teníamos la imagen de ese equipo vibrante de manera esporádica, es inevitable la pequeña decepción al ver que todo queda en las manos de Skiles, un técnico que lo mejor que sabe sacar de sus tropas es el esfuerzo, y que no aguanta tres temporadas en un mismo equipo sin quemar a sus jugadores. Sorprende además cuando los Magic del año pasado sólo presentaron, como mucho, un SKILES DEFCON 4: no eran una banda displicente alérgica a la lucha ni mucho menos. Pero si queremos ser positivos, el ya viajado entrenador ayudará a que no bajen la guardia en ningún momento, y corregirá los momentos de empanada a los que Orlando no es ajeno. Y su última parada en Milwaukee, con una plantilla muy particular, fue más entretenida de lo que su reputación presagiaba.
Veremos en qué acaba todo al final, por ganas nuestras no será.
24 – Dallas Mavericks
De cara a la nueva temporada los Mavs se caen de la parte noble de la clasificación tras más de 15 años garantizando diversión ininterrumpida al espectador neutral de sofá y Dirk Nowitzki sale de mi «Quinteto de jugadores fetiche para ver» por primera vez en un periodo de tiempo similar (hablaremos de la persona que lo sustituye, pero no hoy). Esto que siento en el pecho no lo notaba desde que me di cuenta de que no iba a seguir viendo temporadas nuevas de Los Simpsons.
De cara a esta temporada el quinteto titular ideal de los Mavericks tiene a dos «2014-2015 NBA All-Te duele sentimentalmente verme arrastrarse en una pista 1st Team», un jugador que se rompió el tendón de Aquiles hace siete meses, otro al que le hicieron microcirugía en la rodilla hace cinco (y que se tiró hasta finales de septiembre jugando al gato y al ratón sobre qué tipo de operación le habían realizado, todo muy halagüeño), y un grupo de pívots al que podríamos empezar a llamar amistosamente PXXR GVNG, liderado por Ol’ Beef Dalembert y Kaydy CanePachulia.
Y miras al banquillo, a ver si la cosa mejora y te encuentras a Raymond Felton, JJ Barea y Charlie Villanueva. Y encima Carlisle ya ni se parece a Jim Carrey. Como siempre tienen jugadores interesantes al final de la rotación que Nelson muy hábilmente caza año tras año (para este John Jenkins, aspirante a Maestro del 3+1 y Jeremy Evans, un jugador al que le gustaría vivir por encima del aro) y algo poco habitual en la ciudad donde mataron a JFK: un novato al que apetece ver, Justin Anderson. Pero si estos tres tienen que jugar mucho, es posible que la cosa no vaya bien.
Tengo una pequeña esperanza de que este equipo, que no puede quedar entre los 7 últimos, o su elección se irá a Boston, recupere pronto y bien a Matthews y Parsons (Wes está obcecado con llegar a la Opening Night, y camino de hacerlo… pero las prisas no son buenas consejeras) y lleve a Williams y Nowitzki entre algodones hasta que pueda juntarlos a todos. Y que llegado ese momento el producto sea interesante. En algún momento espero reengancharme a los Mavs. Pero creo que empezamos la temporada en muy mala situación.
23 – New York Knicks
Si no fuera por Carmelo Anthony, habría que haber pensado en poner a los Knicks entre el Fenerbahçe y el Efes Pilsen en la lista, pero la vuelta de Melo, y la esperanza de no ver este año pasar las posesiones por Quincy Acy y Jason Smith, esos playmakers, en el codo de la zona, dan un poco de vidilla a unos Knicks que han apostado por el funcionariado de mostrador con Afflalo, Lopez y compañía, para volver rápido a la respetabilidad, entre otras cosas, porque este año no tendrán una elección de primera de ronda del Draft que puedan llamar suya.
Por los movimientos de personal hechos por Phil desde Montana, Anthony vuelve a ser un alero, y veremos cómo se adapta a la necesidad de una mayor velocidad en su juego tras la lesión y la inactividad desde el lado malo de los 30. Y cómo se adapta el triángulo, que pinta, pasará de dogma a mera inspiración, a un quinteto que aprovechará mucho la tan denostada media distancia.
Volver a ver a Calderón sentirse útil; a O’Quinn salir del anonimato; a Grant, uno de los pocos novatos que estarían preparados para jugar ya; a Porzingis, uno de los muchos que es un melón por abrir; a Galloway, jugador valiente y de dos direcciones tratando de llegar desde la nada; a Derrick Williams, que para que la caída sea más dura, ha empezado a engañar en pretemporada… y hasta a Derek Fisher, para decidir de una vez si es peor entrenando o eligiendo mujeres. Los Knicks tienen más historias interesantes para mi gusto que la mayoría de equipos deslucidos. Y no hay que olvidar la esperanza de que en algún partido cualquiera, por fin le partan la cara a Sasha Vujacic, ni de apuntar la fecha del próximo Knicks-Grizzlies (o donde quiera que pare Matt Barnes por entonces). Es la primera opción real de anticipar un Malice at the Palace.
Y otro motivo para que los Knicks salgan de la puta mierda ganen unos puestos en este ranking de gratis, hay que reconocerlo, es la compañía del Knickerfucker durante toda la temporada en La Crónica. Con Javier Martín haciendo presión a toda pista de lo que pase en New York, se coge al equipo con más ganas. Y que dure lo que tenga que durar.
22 – Denver Nuggets
Si Mudiay es de verdad un mini-Westbrook, aún con las tribulaciones típicas de un novato, Gallinari aguanta en pie, y Mike Malone respeta la idiosincrasia de esta franquicia y la ventaja natural de la altitud, los Nuggets, sobre todo cuando jueguen en Denver, puede ser un equipo muy interesante de ver. Como tengo dudas en mayor o menos grado con que se cumplan las tres cosas, y a eso le sumamos una segunda mitad del verano, en la que se mantuvo en plantilla a Foye, Nelson y Arthur, añadiendo a Mike Miller (¿por qué, Señor?), el globo se deshincha bastante, sobre todo si Malone acaba prefiriendo los veteranos a los muchos y curiosos jóvenes de la plantilla.
Por lo visto en pretemporada y en las declaraciones del técnico, hay verdaderas intenciones de correr, salir a la contra y llevar un playbook liviano. Pero con un base novato, un escolta de 21 años (Gary Harris se perfila de titular, con Wilson Chandler apuntando más hacia una posición interior), dos hombres altos habitualmente en pista, y un nuevo entrenador al que agradar, es inevitable pensar que las cosas quizá no tengan la sincronía necesaria al principio. Y si lo que ocurrió al principio de temporada pasada con los Kings sirve de indicador, Denver puede ser un equipo que busque mucho recibir la falta, lo que aumentaría su eficiencia, pero, a falta de tener una opción de ver el partido condensado en condiciones en la p#t@ aplicación del LP, haría los partidos un poco peores al espectador.
El jugador clave, además de Gallinari por supuesto, para la LeaguePassabilidad de Nuggets, es Faried. El baloncesto es más divertido con un demonio de Tasmania como él en cancha, y garantiza actividad hasta en la noche de miércoles más anticlimática de la temporada. Pero para un entrenador puede pesar más lo que no puede hacer (tirar y defender el aro), que de lo que sí es capaz, como le ocurrió con Brian Shaw, y corre el riesgo de quedarse en tierra de nadie, de ser empujado fuera del protagonismo si entre Gallinari y Chandler por abajo le comen tiempo de ala-pívot, y Lauvergne y Jokic por arriba, le taponan el paso a cinco eventual. Es indiscutible que el ataque completamente estático de los Nuggets es mucho más plomizo con Faried y otro hombre alto que con un tirador, pero lo que hace a campo abierto, más su actividad tras el primer tiro, compensa, al menos en término de espectacularidad para el espectador.
Y el jugador revelación para seguir la pista es sin duda Jusuf Nurkic. Hace poco más de un año ni se le esperaba en la NBA a corto plazo pero hoy es uno de los mayores cabezas calientes de la competición, y rezamos porque Malone no le ayude a madurar demasiado pronto. Para el bien del equilibrio mundial, alguien tan fuerte no debería tener un fusible tan endeble, pero la Madre Naturaleza a veces es juguetona. Veremos cómo llega al inicio de temporada, porque va justo de tiempo, tras recuperarse de una operación de rodilla. Lo que es seguro es que es de esos jugadores que siempre te mantiene en tensión en el sofá porque puede pasar cualquier cosa con ellos. Deportiva, o extradeportiva.