Avance de temporada 2013-2014: Memphis Grizzlies

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Llevar a los Grizzlies a su mejor registro de victorias en su (no tan) corta historia, y llegar por primera vez a las Finales del Oeste no le consiguió a Lionel Hollins una renovación del contrato, y pese a la cantidad de puestos que quedaron libres, en el año en el que más entrenadores han cambiado de aires jamás, verá la NBA desde su casa. Lo cierto es que pese a el éxito, asentado en una asfixiante defensa, estos Grizzlies tuvieron muchos problemas en ataque, y las diferencias de Hollins con el nuevo régimen fueron insalvables.

Veremos si su antiguo asistente, Dave Joerger, lleva más lejos una plantilla con aspiraciones reales en el Oeste, y retoca los problemas de tiro y espaciado del campo, que ya son recurrentes en este equipo, y siempre les detienen antes de tiempo en los Playoffs. Si lo consiguen, seguirán llegando cada vez un poco más lejos, quién sabe hasta dónde, y con el mismo núcleo: repiten los siete jugadores más importantes del equipo que cerró la pasada temporada.

  • Radiografía de los Grizzlies

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • Desequilibrio agudo

Memphis tuvo la segunda mejor defensa de la Liga (cerca del empate técnico con Indiana), pero fueron el 18º ataque en Temporada Regular. En Playoffs, contra equipos tan complicados como Clippers, OKC y Spurs no pudieron subir el nivel anotando (se mantuvieron por debajo de los 102 puntos por 100 posesiones) y finalmente, no pudieron parar a San Antonio.

Los Grizzlies fueron el equipo de la Liga que menos triples metió, con una gran diferencia con el resto, y basar su ataque en el poste bajo provocó muchas pérdidas y convirtió su ataque en ineficiente. Fueron el segundo equipo con el ritmo más bajo y en posesiones acabadas en los últimos 4 segundos del reloj, y salvo por una excepción muy concreta (Miami), el resto de equipos son mucho peores cuando esperan al final, que cuando consiguen encontrar un tiro antes.

Por eso una de las cosas que ha prometido el nuevo jefe del corral, Dave Joerger, es que este equipo jugará más rápido. No se trata de «vomitar tiros«, en sus propias palabras, sino de subir la pelota rápido, quizá para encontrar una buena opción temprana, y si no, para tener tiempo para operar y resetear más veces si lo planeado sale mal. Porque los Grizzlies tienen que ser uno de los ataques que más jugadas y formaciones distintas (y relativamente inútiles, porque muchas no eran más que un señuelo) por posesión utilizan: era fácil ver a Marc Gasol tratando de recibir en 3 o 4 puntos diferentes cada vez, hasta que hay un hueco para darle el pase de entrada.

De hecho, las jugadas en Memphis no empezaban realmente hasta que se encontraban en una de estas tres situaciones: Conley doblando la esquina tras bloqueo directo, Marc recibiendo a cualquier altura del poste, y el balón llegando en un aclarado a Randolph, bien de frente o de espaldas. Toda acción y movimiento anterior, y su correspondiente consumo del tiempo, estaban diseñados con vistas a meramente poner al equipo en esta posición, y a partir de ahí es cuando empieza lo bueno. O lo regular. Porque mientras tengan ese problema con el tiro, los rivales van a llenar la zona de gente y el ataque se congestionará, quedando a merced de la brillantez individual de los que ejecutan.

Pero los Grizzlies este año, con un poco de imaginación, deberían tener más opciones, abrir el libreto, y buscar muchas más vías de conseguir puntos. Por ejemplo, fueron el segundo equipo que más pérdidas forzó, y el que más lo consiguió sobre el balón, y por tanto crearon muchas opciones de salir a la contra, pero a pesar de tener más oportunidades que nadie, sólo fueron quintos en puntos tras pérdidas. Con un base tan rápido como Conley, es una pena que no lo aprovechen, pero el resto del quinteto habitual, la verdad, no parece muy preparado para correr la pista. Cuando juegue con Pondexter y Davis, sin embargo, tienen que ser capaces de sacar provecho de este tipo de cosas, y buscar puntos los puntos fáciles que tienen a su disposición, con poco esfuerzo, y sin arriesgar más.

  • Randolph peligra

Aunque todo han sido buenas palabras y carantoñas desde que se ganó el cargo, Randolph peligra con Joerger como líder. El nuevo entrenador ya propuso de puertas adentro la temporada pasada hacerle salir desde el banquillo (no sería nuevo, ya que fue suplente en 20 partidos en 2012 según cogía ritmo al salir de la lesión), y si su intención es jugar algo más rápido, dinámico y con un mejor espaciado del campo, su nombre es el primero que viene a la cabeza como posible cambio.

Z-Bo tiene ya 32 años y 12 temporadas a sus espaldas, y la campaña pasada no fue todo lo eficiente que se espera del jugador más utilizado por un aspirante al título. Su porcentaje de tiro verdadero (50.6% el año pasado) fue el 6º peor de los 54 jugadores que anotaron más de 15 puntos por partido, y cuatro de los cinco los hombres tras él en la clasificación, (Monta Ellis, Rudy Gay, Jrue Holiday y Josh Smith), han cambiado de equipo en los últimos meses (Glen Davis es el único que sigue… porque no lo querrá nadie). Los números quizá engañan un poco porque Randolph es capaz de fallar varias veces en una misma jugada que acaba entrando tras coger repetidamente su propio rebote, pero al mismo tiempo, esto quita algo de valor al impacto en el tablero ofensivo: de los 310 fallos que recogió, volvió a tirar a canasta tras 211.

Y es en el rebote donde Randolph tiene otro valor aparente, que quizá aporte menos de lo que parezca a este equipo. Su porcentaje de capturas en defensa es del 25.6%, por el 19% de Marc, por lo que parece que Zach es imprescindible para que los Grizzlies estén en el Top 10, y la pareja recupere el 74.4% de los fallos rivales. Pero cuando Gasol juega sin Z-Bo, el porcentaje sube al 76.1%. Los Grizzlies no parecen perder mucho control de los tableros sin Randolph, aunque habría que ver si esto no tiene un daño colateral.

Para mejorar su eficiencia en ataque, quizá baste con hacerle llegar menos balones, y repartir la carga del ataque en otra dirección. O con una mezcla de mejor tiro de tres desde las alas que le dé más espacio, y la posibilidad de tener más tiempo para buscar posiciones ventajosas con esos segundos extra que Joerger quiere comprar jugando rápido.

El caso es que Z-Bo es un jugador muy divertido de ver, que hace cosas que vemos a muy pocos en la Liga, y al que bancamos a muerte como espectadores. Pero los Grizzlies tienen otras opciones interesantes, y los números de la pareja ConleyGasol en pista sin Randolph son excelentes y apuntan a que merece hacer la prueba.

Randolph cobra mucho, los encargados de las decisiones en Memphis no tienen miedo en tomar decisiones que puedan ser controvertidas y Joerger no es su mayor fan. En Memphis manejan números y estadísticas y saben que en la NBA ahora mismo los ataques que basan gran parte de su juego en el poste bajo no están funcionando bien. Va a tener que mirar mucho a su espalda esta temporada, y no sólo posteando.

  • Ed Davis, posible sustituto

Y otro factor que podría hacer fácil la decisión, es que los Grizzlies ya podrían tener al sustituto en casa. Davis llegó a Memphis en el traspaso de Rudy Gay, y Hollins no le dio cuerda, repartiendo y compartiendo sus minutos con los de Darrell Arthur, pero el talento de Ed merece mucho más protagonismo, e incluso, el puesto de titular.

La pareja MarcDavis funcionó muy bien (+18.8 puntos por 100, con un 88.9 defensa en 237 minutos, y 76.6% de los rebotes defensivos capturados, más que el RandolphGasol) y si lo restringimos sólo al quinteto titular (con Conley, Allen y Prince) el resultado es aún más extremo, +27.3 con 80.4 de índice defensivo,  en sólo 76 minutos. Son muestras muy pequeñas, y, por supuesto, insostenibles en lo defensivo, pero es más que lógico probar con esta opción.

Las ventajas de Davis también residen en el hecho de que su presencia en pista potenciaría el juego de Conley. Juega por encima del aro y ofrece un muy buen nivel de finalización en los bloqueos y continuación. Conley es uno de los mayores pasadores desde el pick’n’roll de la Liga, especialmente a los hombres altos, aunque Randolph no lo aprovecha, porque, le gusta más recibir de espaldas, o encarando uno contra uno. De hecho, a veces, cuando se implica, se detiene al recibir el pase, para convertir la continuación del bloqueo en un aclarado, algo terrible para la eficiencia de Memphis. Sí es verdad que echarían de menos el pick’n’pop, en el que Randolph tira de media distancia tras el bloqueo,  pero Davis, aunque mal lanzador y sin rango en general, tiene una zona desde donde se atreve con el tiro, en el ala izquierda, que le permite ofrecer el recurso para hacer pick’n’pop laterales desde ese lado, y siempre podría colocarse en las líneas de fondo, amenazando con el corte o el alley-oop, para dar algo de espacio al 2 contra 2 entre Conley y Marc.

También, como dijimos antes, Ed Davis es un hombre alto para salir a la carrera, si no tras fallo de tiro rival, por aquello de implicarle en el rebote defensivo, al menos tras pérdida forzada sobre el balón, y es un jugador de 24 años que está yendo hacia arriba en su carrera, mientras que el juego de Randolph se va a ir erosionando poco a poco.

Quizá no merezca ser titular defenestrando a Randolph, pero si sería una buena opción recortar los minutos de Zach, y sacarle antes cuando el rival lo permita o el equipo se atasque. El RAPM apostaría como jugador en general por Randolph (+1.4 puntos por 100 posesiones, por -0.3 de Davis), pero también nos dice que en las muestras con los mismos compañeros, los Grizzlies fueron 7 puntos por 100 posesiones mejor con Ed en el lugar de Zach.

Es una difícil decisión, en la que intervienen más cosas, y hay que tener en cuenta lo que supondría de cara a la lucha de egos, la motivación, el clima del vestuario, y cómo tendrían que plantearlo para poder explicar la situación a compañeros y aficionados, pero en Memphis se está pensando en ello.

  • El tiro y el puesto de tres

Como ya dijimos, los Grizzlies tienen un problema gordo tirando y acertando desde el perímetro, lo cual es aún más incomprensible en un equipo que utiliza tanto el poste bajo. Los balones que llegan ahí, rara vez salen al perímetro, y Conley, aunque pasa mucho y bien, suele ser a los hombres altos: no saca mucho el balón fuera del arco cuando penetra. Los mayores triplistas del equipo son el propio base y su suplente, Jerryd Bayless, y en general, salvo cuando comparten minutos, tras bote.

Una de las posiciones desde donde tiene que venir la mejora, y que tendrá una competencia feroz para esta temporada es la de 3, la de alero. Tayshaun Prince es el incumbente y la opción con más nombre, pero Mike Miller, la vieja gloria y leyenda desde la línea de triple y Pondexter, el joven revelación, darán guerra.

El ya dos veces campeón de la NBA, y héroe ocasional en las finales Mike Miller tiene tamaño y tiro (más de un 40% en su carrera, entre los mejores en la lista histórica) pero a ratos parece que se arrastra por la pista, y eso suponiendo que tenga la salud suficiente para mantenerse jugando. No nos sorprendería que lo trataran como en Miami, manteniendo sus minutos bajo mínimos para después soltarle la rienda en Playoffs.

Q-Pon tuvo un genial año desde el perímetro cuando le dejaron, llegando casi a esa marca que indica gran nivel que es el 40% (60 de 152, 39.5%)  en Temporada Regular, y superándolo hasta llegar a un magnífico 45.3% en Playoffs. No le hemos visto hacer mucho más en la NBA, salvo algún buen corte ocasional aprovechando el juego de espaldas del equipo (tiene buena química con Randolph) y corre muy bien la pista por si los Grizzlies quieren salir a la contra. Jamás pone el balón en el suelo, por lo que no sabemos qué tal se le da penetrar o botar aunque para ser cuarta o quinta opción de ataque del equipo no es algo imprescindible. Tendrá que ser en tiro y defensa donde deba ganarse el puesto, mejorando lo que hace Prince.

Porque a pesar de que Pondexter es un jugador atento y activo, es un poco pequeño para la posición, y no tiene el impacto que Prince ante el ataque rival. El tiro de Tayshaun es irregular, viene y va, pero su defensa es una constante. Los Grizzlies mejoraron el diferencial con él en la segunda parte de la temporada (aunque cuidado con estos números, ya que hay muchos equipos que se dejan llevar al final del curso baloncestístico), sujetándose sobre todo, en la capacidad de evitar puntos rivales. De todos modos, cumplirá 34 años durante la temporada, y en algún momento su nivel no será suficiente comparado con el de algún compañero jovenzuelo. Tal vez este sea el momento.

  • La defensa, muy bien

Marc Gasol ganó el premio de mejor jugador defensivo del año merecidamente, pero eso significa que muchos jugadores se marcarán como objetivo tener un buen papel frente a él esta temporada. La defensa de Memphis confiaba en su versatilidad mucho más que otros equipos en el resto de candidatos, ya que no le obligaban a esperar atrás, sino que tenía que salir a menudo a disputar tiros y acorralar a jugadores rivales en los bloqueos.

De hecho, la defensa de Memphis es tremendamente elástica, y rara vez Gasol defiende de la misma forma a dos equipos diferentes.  La altura a la cual se coloca ante los bloqueos directos o para su ayuda posterior, depende siempre de su hombre y el base rival. Por ejemplo, contra los Clippers en Playoffs abandonaba a Jordan todo lo posible y más, manteniendo siempre los ojos en Paul, y posteriormente, contra Spurs, y con un base igual de  habilidoso como Tony Parker no hacía lo mismo por no poder dejar solo a Duncan. Todos los equipos realizan estos ajustes más o menos, pero otras franquicias como Chicago o Indiana apuestan por un sistema más rígido, con una serie de reglas, en el que los jugadores mantienen casi siempre la misma misión, y Memphis apuesta mucho más por el uno contra uno, y la individualidad, porque tiene grandes y muy inteligentes defensores en el equipo.

No sólo Marc, también Conley y Allen hacen posible esta libertad. Ya hablamos de cómo los Grizzlies son de los mejores equipos de la Liga forzando pérdidas, y ambos están en los primeros puestos en lista de robos por minuto. Allen es el mejor escolta en defensa en la Liga por RAPM (+/- ajustado y normalizado) y Conley el mejor base, superando por los pelos a Ricky Rubio. El equipo es ligeramente susceptible a la penetración del base tras bloqueo directo, principalmente cuando Randolph está implicado en la jugada, pero este grupo apenas tiene otras debilidades. Cierran bien y rápido el tiro rival, y cuesta mucho anotar de 3 contra Memphis. Y si Tony Allen fuera mínimamente competente en ataque, y por tanto, pudiese jugar más minutos aún en defensa, lo del año pasado podría haber sido histórico para esta era.

  • El banquillo sigue creciendo

Además del tiro exterior, el otro problema recurrente de las últimas temporadas en Memphis era el banquillo. Este año, la segunda unidad parece tener más recursos que en el pasado reciente, con las llegadas de Miller y Koufos, la renovación de Bayless (por parte del propio jugador, que podría haber sido agente libre este verano), y DavisPondexter, de los que ya hemos hablado, y puede incluso que se ganen la titularidad.

Bayless, tras un muy buen año en pocos minutos en Toronto, regresó a la tierra en Memphis, pero sustituyó razonablemente bien a Mayo en el papel del sexto hombre multiusos, que dirige y crea en la segunda unidad, y se gana algún minuto de escolta junto a Conley. Por culpa de los problemas que Allen crea en ataque, los Grizzlies necesitan alguien que ofrezca ambas posibilidades, y con el presupuesto tan limitado, si puede ser alguien que haga las dos cosas mejor, y en Jerryd lo han encontrado a buen precio. Lo más sorprendente quizá sea lo bien que cambia la mentalidad entre las dos funciones: durante toda su carrera ha sido más bien anotador, pero ahora varía su juego en función del rol: cuando él es el base, su porcentaje de asistencias crece hasta el 28.4%, un número que le pone en el rango de frecuencia pasadora de jugadores que se inclinan a compartir el balón como Dragic o Teague.  Y como escolta, también está cumpliendo: en los 644 minutos compartiendo pista con Conley, los Grizzlies fueron un equipo muy potente, 10.4 puntos por 100 posesiones superior al rival, y él mete el 37.6% de los triples. Nunca van a sacar un base puro de Bayless, y es más, la segunda unidad de Memphis el año pasado no tenía mucho finalizador con el que trabajar, pero Hollins consiguió sacarle la solidaridad que tenía por ahí escondida.

El puesto de pívot suplente llevaba años vacante, con soluciones no apropiadas para un equipo aspirante como las que no funcionaron (ThabeetHaddadi), las de perfil muy bajo (Hunter o el final de la carrera de Skinner), y los ala-pivots reconvertidos (Arthur o Speights). Con Koufos, que fue titular en Nuggets el año pasado, Memphis tiene a un 5 de verdad, en forma y con ritmo (y aunque parezca mentira, sólo 24 años) y pese a que cualquier lesión de Marc sería catastrófica para este equipo, por lo menos con Kosta ya tienen hecho el seguro a terceros (y no les ha  hecho falta llamar a Caser).

Lo que en principio les falta es un escolta suplente de garantías. En Playoffs no se necesita una rotación de 11 hombres, y parece que con lo que tienen, sano, puede bastar, pero en Temporada Regular, si Mike Miller está para jugar poco, Pondexter es el único jugador con experiencia para los puestos exteriores del equipo. Hay ganas de ver a su elección de segunda ronda del Draft, Jamaal Franklin, y esta puede ser una forma de darle minutos, pero como no funcione, ahora mismo es el quinto ala del equipo, y es un equipo que tiene un gran riesgo: si se junta una lesión de Prince, Allen o Pondexter con molestias de Miller, pasa a ser el tercero. Los Grizzlies están muy apretados contra la línea que marca el pago del impuesto de lujo y les cuesta hacer hasta el más mínimo movimiento, pero desde luego no les vendría mal reforzarse con otro escolta si se pone a tiro.

PO Desde El Sofá (XXXVII): Y en el cuarto, apareció

Cuarto partido de la serie, Spurs llegan después de meter un serio correctivo a Heat en el tercero, pero apareció él, el que nadie sabía si estaba, el que nadie sabía de su condición, pero sí, apareció Wade.

El cuarto partido de las finales empezó como una partida de ajedrez, Spoelstra metió a Miller titular, esto hacía que Splitter tuviera que defenderlo…45 segundos tardó Popovich en hacer su movimiento y meter a Neal en lugar del brasileño. Small ball baby!.

Después del desconcierto inicial, Spurs empezaron como lo dejaron el martes, es decir, enchufadísimos y con su pareja Neal-Green enchufando triples como si una continuación del tercero se tratara, ventaja inicial larga y momento de poner en marcha la máquina Heat. Spoelstra lo tenía bastante claro, si quería hacer algo en el partido debía de correr, mucho además después de cada rebote ofensivo, y así el amigo cuLebron se fue entonando y poniéndose en modo ATTACK de una forma brutal. Además Bosh estaba muy enchufado tanto en defensa como en ataque…y encima Wade empezaba a resurgir… todo a pedir de boca para los de South Beach.

Miami se iba, lentamente pero se iba y Parker, que parece que estaba bastante bien de sus molestias intentaba mantener a los Spurs no muy lejos. La salida de Diaw y la inspiración de Parker hicieron a Spurs meterse en el partido, pero entonces Wade volvió a aparecer.

El 3 de Miami disipó anoche en la recta final del partido todas las dudas respecto a su estado físico y fue dominante. Claro, si James tiene la ayuda de otro jugador que hace unos números parecidos al suyo, poco puede hacer cualquier equipo, por mucho SA que sea, los cuales además deben de darle algo a Ginobili por que parece que ni está, ni se le espera.

El domingo tenemos el pivotal 5o partido, clave para todo este show, la serie llegará de nuevo a Miami 3-2, hace falta ver quién tendrá 2 bolas de partido y quién irá con el agua al cuello, yo no sabría decir la verdad…

El Detalle: Heat sigue sin perder 2 partidos seguidos desde el 10 de enero, curioso, pero podrían perder el anillo y mantener esta racha…

PO Desde El Sofá (XXXVI): Spurs, man

San Antonio barrió a Miami del AT&T Center, demostrando que pueden ser superiores a los Heat, en una eliminatoria en la que todavía no lo habían acreditado. Los dos partidos que llevábamos hasta ahora nos dejaron una victoria clara del equipo de Florida, y un cara o cruz que cayó de su lado, y nunca habían estado más de 10 puntos por delante en el marcador como nos recordó Mike Breen. Necesitaban una actuación así para que la balanza vuelva a inclinarse, aunque ligeramente, del lado de la espuela.

Con 51 puntos entre Gary Neal y Danny Green, 39 de ellos conseguidos mediante triples, y con San Antonio por fin dominando el rebote ofensivo (19 capturas, el 41.3% de sus fallos, que produjeron 20 puntos en segundas oportunidades), se puede conseguir esa desproporcionada ventaja final de 36 puntos.

Los Spurs están metiendo el 44% de los triples en estas finales, y eso incluye el 3/13 de Manu Ginóbili (la peor selección de tiro en estas Finales con diferencia cuando no le entran, pero Manudo es quien es, porque, precisamente, mete esas), y una actuación pobre en general en el primer partido. No sé cuánto hay de cansancio, y cuánto de mérito Spurs, pero la gran defensa del perímetro que ha estado haciendo todo el año Miami, rotando y llegando a sitios que parecían imposibles, se ha esfumado en estas Finales.

Miami se ha permitido durante todo el año agobiar al jugador que lleva el balón con sus dos-contra-uno, a la vez que recuperaban a tiempo si el balón salía de ahí, y llegaban a todos los pases extra, pero eso sí, llegando siempre al límite. El problema es que San Antonio pone el infinito un poco más lejos.

Y si sus tiradores están enchufados, agradecen esa presión, porque alejando ese uno-contra-dos de la acción, pero con previsión, lo convierten en un cuatro-contra-tres. Popovich parece un maestro de artes marciales, dándole la vuelta a la llave del rival, para que ellos mismos se hagan daño cuando le atacan. Otro ejemplo son los momentos en los que Miami intenta defender al hombre en el poste bajo por delante. Los Spurs, en lugar de intentar forzar el pase y la pérdida, lo intentan utilizar para su propio beneficio. Pop lanza a sus hombres (Green, Leonard, Parker) a penetrar por la línea de fondo, y convierte a Duncan en un bloqueador por la espalda, que abre camino al aro.

En el otro lado, el ataque de Miami, tras concederle la Mención Especial del Jurado a Mike Miller y su 5 de 5 en triples, creo que ya podemos encender la alarma naranja con un LeBron James que está dejando su peor baloncesto del año para el final. Dándole el crédito que se merece a las defensas de Indiana y San Antonio, sus esquemas han aturullado al LeBron anotador, al que el tiro, que es el único recurso que se le permite, le ha abandonado en el peor momento. En Temporada Regular, James estaba metiendo el 40.6% de los triples y el 43.2% de los tiros a media distancia, y en estos tres partidos sus porcentajes han caído al 25% en tiros de tres y al 23.5% fuera de la zona, pese a que los Spurs le animan, con todo el espacio que sea necesario, a que juegue desde ahí.

Como lleva todo el año acreditando que puede tirar (aunque rápido lo olviden algunos), y a falta de saber si habrá algún problema físico del que no sepamos nada, lo que está de moda es culparle a su psique del asunto. Como no entiendo del alma, ni tampoco soy John Cusack, y LeBron no es John Malkovich, en su mente no me puedo meter, pero sí lo recuerdo como el vigente campeón, y un respeto me gusta tenerle. Como este año no ha juntado tres partidos malos, es obligatorio buscarle explicación a esta triada de actuaciones regulares y reguleras ante la tercera mejor defensa por números de la Liga. Cuando igual no la tiene. Las respuestas, como en cualquier serie de moda de esas que viven dejando cosas sin resolver al final de cada capítulo, en el siguiente episodio.

Y sin que sirva de insinuación de Sternato, pues también perjudica a San Antonio por igual, ni de excusa barata: la serie no se está pitando de forma que se invite al juego cerca de los aros. Un servidor la prefiere así, ligera de silbato, con dos equipos honestos que no abusan para darse palos, pero es un estilo que no conviene a LeBron. Anoche se fue de San Antonio sin un tiro libre en 39 minutos, algo que no sucedía desde diciembre de 2009, pese a sus 7 tiros en la pintura (promedia 9 por partido). LeBron sabe que no se está pitando, y con eso también juega. Tal vez demasiado.

De todos modos, al igual que en el anterior, esta victoria vale sólo por un partido ganado, un 25% del Larry O’Brien. Y ya hemos visto que las tornas se cambian rápido. Y más, si Tony Parker se empieza a perder partidos.

El detalle: Un pelín antes de la mitad del segundo cuarto, Splitter se olvidó de que Chris Bosh es zurdo, y ante un tiro suyo a media distancia… le fue a taponar el lado que no era.

PO Desde El Sofá (XL): El ciclo de la vida

Si la Temporada 2011-2012 fuera «El Rey León», anoche, con la coronación de Simba, se cerró el ciclo de la vida. Salvo los minutos de la basura, Miami cerró su evolución completa, nunca jamás hubo más de un interior en pista. En estas Finales, las llaves se terminaron de entregar al Rey, y se le puso por fin en el papel que tanto estaba deseando, el que le permite facilitar y ejecutar indistintamente. El Rey en el centro y sus súbditos abiertos ante él. Triple doble, dos orejas, el rabo, el Óscar, el Nóbel y cuatro Grammys.

Chris Bosh, que ayer hizo otro partidazo en las dos partes de la cancha, pero que como siempre, tiene menos relevancia que el palomero de turno que espera en la línea para meter triples de lo que Simba crea (anoche, Mike Miller), sería Pumba, y Dwyane Wade haría de Timón, ese suricato insufrible que te da la sensación que ha sobrado, pero sin él, la cosa no hubiera sido lo mismo.

Y antes que Rafiki Stern validara lo que ya se sabe desde el principio de la película, que LeBron algún día sería coronado rey, hubo un partido, en el que se tenían que terminar de ganar el reinado. Y sobre el enfrentamiento, hay dos líneas de pensamiento: la de que Heat salieron enchufadísimos con un solo objetivo entre ceja y ceja, y los Thunder ya salieron con el partido perdido, y la nuestra. Que el partido no lo entregan, en principio, los estados de ánimo, lo hace Scott Brooks dándonos 20 minutos de Perkins (que encima, según anuncian ahora desde Oklahoma City, lleva tres series jugando lesionado) el día que Miami cerraba el ciclo de la vida. Durante la primera parte Oklahoma City supo ir a la línea con la suficiente regularidad para mantenerse con esperanzas, pero volvieron a morir en la defensa.

El Miami de los bajitos, que me recuerda a la España de fútbol en la Eurocopa en 2008, con su apuesta por los mejores jugadores y mayores talentos para conseguir la mayor proficiencia ofensiva posible, sin importar demasiado tamaños y posiciones establecidas, te obliga a elegir tu veneno cuando el sistema que montan es LeBron-centrista. Y OKC, de las dos malas opciones que tenía, escogió la más peor. Al igual que Boston si tenía el personal para atraverse a parar lo inevitable, Oklahoma City, solo tenía una opción, intercambiar golpes, la lucha en las alturas. Aún con Harden, enquistado, tenían munición para ello. Eligieron el plomo y la lluvia, porque salió en el primer partido, aunque fuera pesar de. Y ahora mueren con ello.

Tendrán tiempo, pero de jóvenes no murieron. Magic decidió unas series como rookie en un 6º partido sin Abdul-Jabbar fuera de posición. Bird lo ganó en su primera visitas a las Finales, como jugador de segundo año, con un solo treintañero en el reparto habitual. Walton y unos Blazers casi tan jóvenes como estos Thunder, lo hicieron en su primera llegada a Playoffs. Y Bryant, Wade, Duncan, Jordan, Pippen, Garnett, Pierce o Oberto también lo ganaron en sus primer viaje.

De hecho, si en vez de al ya Campeón de la NBA, al 3 veces finalista, Kendrick Perkins, hubiéramos visto otro sustituto más jóven y/o inexperto, pudieran haberse traído esto de vuelta a OKC. Pero ellos ya tendrán tiempo.

Hoy es el día del Rey. Y su séquito. Y que os voy a contar…

PO Desde El Sofá (XXXV): The Finals, el previo

Llegamos al momento clave de la temporada, The Finals, donde Oklahoma City Thunder y Miami Heat se van a jugar en los próximos días quien se lleva el título de la NBA y el anillo. Aquí en la Crónica cada uno va con uno diferente…

Mario Maruenda – Miami Heat en 6

Hace casi dos años, en plena resaca de la Decisión con mayúsculas, hubiera sido impensable. Pero ahora, sí, con los dos finalistas que tenemos, quiero que Miami gane este título. No lloraré si gana Oklahoma, y también me encantaría ver a Durant y compañía con un anillo en la mano, pero creo que mucho tiempo y oportunidades tendrán, y ya es hora de que LeBron lo gane por un motivo: que nadie pueda seguir cuestionado su grandeza.

LeBron este año no ha sido polémico ni prepotente. Se ha visto que la ventaja que adquirió rodeándose de Wade y Bosh, repelente por abusona y simple, no era tanta en una NBA con plantillas que se han sabido completar y complementar mejor y entrenadores más curtidos que el suyo. Y ha tenido que aguantar lo que nadie en todos los pabellones a los que ha ido. Y ha tenido que leer de todo en una prensa caníbal que disfruta con un villano.

También me gustaría que Bosh pudiera ganar su anillo, y veteranos como Juwan Howard, Mike Miller o Shane Battier saboreen la gloria y puedan retirarse tranquilos (y pronto).

Pero todo gira en torno a LeBron. Él es la razón de que Miami esté aquí y suya será la victoria o derrota. Y aunque parezca de otra especie, es humano, como tú y como yo. Es posible incluso, que él sea más sensible que nosotros. Lleva 9 temporadas dándonos un nivel superlativo de baloncesto, y todavía no es suficiente, es motivo de mofa. Si tras 3 MVP’s, un anillo es lo que se necesita para dejar de oír el run-run, que venga pronto. Que venga ya.

David Chanzá – Oklahoma City Thunder en 5

Escribo esto con la camiseta de los Seattle Supersonics de la temporada rookie de Kevin Durant, verde y con el 35 a la espalda. OKC está ante su gran oportunidad, muy probablemente mucho antes de lo que ellos mismos pensaban.

Con un equipo lleno de talento comandado por un Kevin Durant que es un JUGÓN con todas las palabras y sí, así en mayúculas y con dos jugadores que serían franquicia en cualquiera de los otros equipos NBA como son Westbrook y la barba más famosa del mundo entero, James Harden.

Pero a parte de esto, tenemos dos jugadores interiores serios como es Serge ‘Ikea’ Ibaka y Kendrick Perkins con la más que eficiente aportación de otro Sonic como es Collison. Y luego está el factor Fisher, que alguna va a enchufar de esta de las suyas y que puede ganar su sexto anillo y antes que Kobe además… quién lo iba a decir…

Thunder puede empezar este año algo que si las lesiones lo permiten y el GM (y los jugadores) no se vuelve locos, puede hacer que esta franquicia robada de la lluviosa Seattle cree lo que los yankis llaman dinastía