Avance de temporada 2013-2014: Oklahoma City Thunder

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Para esta introducción, podríamos utilizar casi palabra por palabra, lo mismo que plasmamos en la de los Knicks. Fueron los dos equipos que más decepcionaron en Playoffs, las dos torres más altas en caer, y estropearon en pocos partidos la imagen que se curraron durante 82, aunque Oklahoma City tiene la disculpa de la lesión de Westbrook.

Como prácticamente repiten equipo esta temporada (la baja de Martin en Oklahoma City podría ser más sensible), hay que fiarse de lo que vimos el año pasado cuando todo iba bien. Los Thunder siguen siendo un equipo candidato a todo este año, y el que más puede mejorar internamente entre los favoritos. Como podéis ver en la radiografía del equipo, los Thunder al completo son el equipo casi perfecto en ataque: salvo por perder bastante la pelota, en todo el resto de aspectos, localizaciones y tipos de jugada están en la media o por encima. Una efectividad y versatilidad tan bestial, que se podrían permitir algún problema aquí y allá (¿el inicio sin Westbrook?), y todavía estarían entre los mejores.

  • Radiografía de los Thunder

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • ¿Mejor equipo en la Temporada Regular?

Pese a perder a James Harden, la pasada Temporada Regular de OKC, fue, en números, superior a la anterior. Ganaron 60 partidos (un 73.2% de victorias), algo más que en el año anterior (71.2%, 49 victorias, en el año con la temporada acortada), el margen victoria creció de 6.1 a 9.2, y progresaron en ambos lados de la pista: siguieron siendo el segundo mejor ataque (pasando de 107.1 puntos por 100 posesiones a 110.2) y en defensa mejoraron de la 9ª a la 4ª posición (reduciendo los puntos encajados por cada centenar de posesiones de 100 a 99.2).

Es más, se puede argumentar que fueron el mejor equipo de la Temporada Regular pasada. Miami ganó 6 partidos más, pero OKC tuvo mejor margen de victoria (9.2 puntos por 48 minutos frente a 7.9) y diferencial (11 puntos mejores que el rival por 100 posesiones, los Heat sólo 9.9) jugando en una división y conferencia mucho más duras: el resto de equipos en la Noroeste ganaron 164 partidos con los Wolves con 31 victorias como equipo más débil, y los equipos de la Sudeste, sólo 114, con los dos peores equipos de la Liga entre ellos.

Oklahoma City mejoró pese a no renovar la plantilla gracias al desarrollo continuado e interno de sus jóvenes jugadores franquicia, y al hecho de que Kevin Martin logró sustituir a Harden en la parte anotadora (y en la defensa poco inspirada, también puede que tengamos empate técnico). James era además un buen asistente y creador de juego, cosa que K-Mart no aportó apenas, pero teniendo en cuenta que muchos de esos pases iban a gente como Durant y Westbrook, que pueden crearse tiros igual de bien para ellos mismos sin ayuda, y crecieron los minutos de Reggie Jackson en la segunda unidad, a costa, principalmente del también traspasado Daequan Cook, OKC pudo sobrevivir sin esa ayuda adicional.

Eso sí, cuando llegaron los Playoffs y Westbrook cayó por el camino, la falta de creatividad fue una auténtica losa y a Ibaka y Martin, que llevaban todo el año realizando un excelente trabajo, pero de manera un tanto parasitaria, se les vio el cartón. En la NBA, para crear buenos tiros necesitas un jugador (o unos cuantos en orden con un sistema detrás) que obligue a la defensa a modificar el plan inicial, sacarla del uno a uno y obligar a alguien a salir de la posición que debía ocupar. Durant hace eso, Westbrook hace eso, y punto.

Por eso necesitan que Russell esté listo cuanto antes mejor, y esperamos que OKC vuelva a ser un equipo avasallador.

  • KD is not nice, and is better

En abril, Kevin Durant aparecía en una icónica portada de Sports Illustrated, que pinta a convertirse en histórica, en la que ponía en una larga cita todas las razones por las que está cansado de ser segundo una vez tras otra en su carrera profesional.

Tras el sabor amargo de su salida de Playoffs, supongo que ya no ve con tan malos ojos aquello de ser segundo, que es un puesto muy digno, que cuesta mucho alcanzar. Y de hecho, que Durant tenga ese papel secundario, es meramente anecdótico y circunstancial: si no hubiera coincidido con LeBron James en el tiempo, quizá sería él el macho alfa.

Pero nos alegramos que mantenga esa determinación, porque le permite seguir creciendo y mejorando, en aspectos en los que ya no parecía posible. Mantuvo sus puntos por posesión con una gran mejora de la eficiencia (pasar del 61 al 64.7% en tiro verdadero con su porcentaje de utilización es increíble), dando más asistencias que nunca, y reduciendo las pérdidas del último año. Tras años acariciándolo, entró por fin en el club del 50-40-90, acariciando el volumen de puntos de Larry Bird. Otra vez que queda segundo.

En el magnífico artículo de Lee Jenkins, se atribuyen las mejoras de este año de Durant a una mejor selección de tiro (al que comparan con manzanas) que le ayudó a conseguir un nerd con su iPad (todo muy de peli, claro), señalándole lo que las estadísticas avanzadas marcaban como sus puntos fuertes. A mi parecer, lo que ha hecho a KD progresar de verdad esta temporada es su mejora en el bote y la conducción del balón (algo a lo que hace referencia el artículo, un poco de pasada). Controla mucho mejor las penetraciones, lo que le permite perderla menos, y ver mejor el campo, tanto para pasar como para buscar su sitio a la hora de tirar.

Así, Durant este año se ha marcado máximos en eficiencia (su porcentaje de tiro verdadero, 64.7%, ya hemos dicho, es tremendo) y asistencias (pasó de 4.5 a 6 por cada 100 posesiones), reduciendo sus pérdidas (de 4.8 a 4.5). Mantiene una tasa de rebote excepcional para un alero, una dimensión en la que creció de verdad el año pasado (se aprovecha de un tamaño de ala-pívot, ya que es tan alto o más que Ibaka), y los números basados en +/- cada vez le dan un mayor valor a su defensa.

El mejor anotador del mundo sigue dando pasos para ser un jugador total. Y sólo tiene 25 años. De la quinta de Curry, Rose, Westbrook, Love, Brook Lopez

  • Westbrook es amor

Tuvo que ser una triste lesión la que ayudara a mucha gente a valorar en su justa medida al Kamikaze de Long Beach, el Ariete de las gafas de pasta, el Martillo pilón que llegó desde UCLA.

Hasta sus más acérrimos críticos, aquellos que se relamían y congratulaban unos a otros cuando OKC ganó el primer partido de Playoffs sin él a pesar de lo exiguo de la diferencia, se han dado de bruces contra la realidad con la misma contundencia con la que juega Westbrook, como una bola de demolición (con Miley Cyrus encima) contra un edificio.

Russell tiene un punto ridículo en todo lo que hace, desde el cómo juega al cómo viste, lo que ayuda a la contumacia y la conjura necia en su contra. Pero en realidad es un superhéroe, no al modo de los profundos y reflexivos personajes que nos trae ahora la factoría Nolan, sino de los de la Marvel. Un Vengador que comete errores y se ríe de ellos, que se puede permitir la chulería porque se sabe mejor, alguien que está obligado a seguir intentándolo, porque no puede quitarse las mallas y el antifaz e irse para casa. Todo en Westbrook tiene un asterisco y una razón de ser.

Sus números individuales son decepcionantes para quien se supone, queremos presentar, como una superestrella. Alguien que apenas iguala la media de la Liga en porcentaje de tiro verdadero (como siempre, no uséis el porcentaje de tiro de campo de toda la vida, el FG% o TC% en español, con gente que tira triples), otro anotador de volumen y poco acierto, un pasador poco regular. Pero cuando se entiende su contexto, y cómo afecta al equipo, es fácil explicar con estadísticas lo que se ve.

Westbrook es un agujero negro, y no en el clásico sentido de chupón (que también, qué coño), sino en el de que atrae y colapsa una defensa entera sobre él. Cada vez que penetra o que amenaza con hacerlo provoca cambios, e inicia una reacción en cadena que acaba con una oportunidad. Y vaya si penetra. Tiene un porcentaje de acierto cerca del aro por debajo de la media, pero como va tantísimo ahí (3ª mayor frecuencia en número de intentos total y 5ª por partido, 6.7, sacándole una buena diferencia al siguiente jugador de perímetro, Harden) y es la zona que mejor esperanza de puntos tiene, aparte de lo que ya hemos hablado que produce en el resto del equipo, el porcentaje es más que perdonable. Esto unido a que es 8º en número de tiros libres por minuto, ayuda a compensar su tembloroso tiro, que sigue siendo, junto a la selección del mismo, el talón de Aquiles.

Y esto tiene réditos palpables en el equipo. Se le echa en cara que lanza más veces por minuto que Durant pese a que su porcentaje de tiro verdadero está 11 puntos porcentuales por debajo, pero es que, como se vio en Playoffs, KD acierta menos sin él. ¿Podría cortarse un poco? Sí, pero aún así OKC sale ganando.

También, con él en pista, y su juego de atracción hacia el medio, el equipo acierta un 39% de los triples, y cuando se va un 34.8%. Para que se vea que no es sólo efecto de la segunda unidad, sin él pero con Durant (504 minutos en la Regular), la tasa permanece casi igual, 34.9%. Por curiosidad, y quizá no por casualidad, ese número es exacto al porcentaje que tuvieron en Playoffs este año.

Y si vemos estadísticas que no usan los valores individuales del boxscore, como el RAPM, nos encontramos con el 5º mejor atacante (y 8º mejor jugador) de la Liga. OKC son 4.8 puntos mejores por 100 posesiones con él en pista que viendo el partido desde el banquillo. Y si cogemos los 242 minutos que jugó sin Durant para ver cómo sería un equipo con Russell como líder (pequeña e inexacta muestra, pero hemos venido a jugar), tenemos un margen de victoria de 5.6 por 48 minutos, lo que hubiera sido 5º en la Liga la última temporada.

Westbrook no es un producto perfecto, desde luego, y sus defectos serían demasiado grandes para permitirle ser efectivo en algún que otro equipo. Pero en estos Thunder, él es el corazón y la rabia, la primera pieza de dominó que cae y hace caer.

  • Ibaka también crece

Si no estuviéramos en el contexto de analizar a OKC quizá os sorprendiera saber que la carta de tiro de este enlace (rojo, por encima de la media; azul, por debajo, cuanto más intenso, mayor diferencia) pertenece a Serge Ibaka.

Aunque el español llevaba tiempo insinuando una buena muñeca, que presentó en sociedad en el 4º partido de las Finales de Conferencia de 2012 ante San Antonio, este año ha empezado a utilizar el tiro de media distancia profusamente y ha añadido el triple ocasional de la esquina, con muy buen acierto especialmente (consideraciones de pequeña muestra aparte) en el lado derecho del ataque.

Su incremento en el número de posesiones que utiliza en ataque (de 15.5 a 18 por 100 posesiones) ha venido acompañado también de una mejora en el porcentaje de tiro verdadero (de 55.6 a 61%) y así produce 4.5 puntos más por 100, un aumento de más del 25% respecto al año anterior.

Además, que su aumento en la producción lo haya conseguido alejándose del aro es aún más importante con Kendrick Perkins todavía en nómina e  imprescindible para Scott Brooks. El pívot es cada año aún un poco menos en ataque y si sigue esta progresión acabará metiéndose puntos en su propia canasta. Si Serge siguiera acechando cerca del tablero en ataque, los carriles para penetrar de Durant y Westbrook se cerrarían de golpe. Así, todavía tienen que lidiar con la ayuda en la mayoría de posesiones pero de un solo hombre, en lugar de dos.

En defensa, Ibaka ha dado el paso de taponador de élite a defensor completo. Entiende mejor el juego, y cada vez tiende más a «reaccionar» en lugar de «actuar», especialmente fuera de la canasta donde en la defensa del bloqueo y continuación comienza a aprovechar todo su potencial. El año pasado, los equipos apuntaron menos en su dirección (defendió prácticamente la misma cantidad de jugadas que Perkins, mientras que la temporada anterior le buscaron bastante más) porque se coloca mejor para cortocircuitar las opciones de pase (aunque todavía no se haya enterado que James Harden es zurdo, como vimos una y otra vez en la primera ronda de Playoffs en el Oeste).

Algo en lo que podría seguir mejorando de cara al año siguiente, es el rebote en defensa. Su balance individual es pobre, y no estamos en un caso en el que un compañero le robe capturas, ya que el del equipo como conjunto también es mediocre (18º en la Liga, sin cambio en la tasa con/sin Ibaka). No le vendría mal a OKC asegurar unos cuantos balones más en su propio tablero, si no sacrifican cosas como la salida a la contra.

  • La mujer barbuda

Me gustaría que alguien me explicara lo de por qué Perkins sigue de titular, jugando más de la mitad de los minutos, y ocupando 9 millones en el espacio salarial de OKC (pudiendo recibir la cláusula de amnistía), pero me temo que la incredulidad es general, y nadie tiene la respuesta a esta pregunta.

Aunque en defensa todavía es palpable su valor (y los números de los servicios que etiquetan el principal defensor responsable en cada posesión lo siguen colocando en la élite: 0.75 puntos por jugada), me temo que esa aportación no justifica al que es seguramente el peor jugador en ataque de la Liga.

Es el segundo peor anotador en puntos por minuto entre aquellos que jugaron más de 1.000, y encima que lanza muy poco, su porcentaje de tiro verdadero, está muy por debajo de la media, un 47.9%. A eso le une una gran facilidad para perder el balón: 1 por cada 3 puntos que mete (2ª peor marca de la Liga entre los habituales tras Tinsley, que es un base y también participa pasando).

Sus números dentro y fuera en ataque no cambian mucho, porque Brooks ya le pone sola y exclusivamente junto a Westbrook y Durant (de los 1954 minutos que estuvo en pista, 1867 fueron junto a los dos, 83 junto uno a de ellos y sólo 4 sin ni uno ni otro), pero el +/- ajustado y normalizado (RAPM) estima que su presencia en ataque cuesta 4.7 puntos por 100 posesiones a OKC, tercera peor marca en toda la Liga tras los mucho menos utilizados Andris Biedrins y Jason Collins.

Cuando juega Collison en su lugar (muestras pequeñas pero ya repetidas en el tiempo otros años), OKC tiene un índice ofensivo 5.9 puntos superior en ataque con el resto del quinteto titular y +4.3 en la versión con Kevin Martin sustituyendo a Sefolosha. Utilizando todas las combinaciones de 4 jugadores iguales, Perkins mejora a Collison en defensa en 4 puntos por 100 posesiones, pero cuesta 7 en ataque, lo que acaba produciendo un rédito negativo para este equipo.

Quizá si entre Thabeet y Adams, Scott Brooks pudiera encontrar un jugador interior desequilibrante para una segunda unidad que no tendrá a Harden ni Martin este año, se atreva a hacer mejor al equipo con Collison de titular. O incluso con Durant e Ibaka, jugando pequeño (algo más difícil, porque ya no hay un escolta/alero suplente que merezca ser titular, y el puesto ala-pívot es demasiada traca físicamente para KD).Pero de momento, me parece que esto es lo que hay, y gracias por haber venido.

  • El banquillo tiene más tela

10 jugadores de los 15 que forman la plantilla de OKC han nacido en 1988 o después, 9 fueron elegidos en la primera ronda del Draft, una cantidad brutal de personal y talento por debajo de los 25 años. Pese a que la posibilidad de que Durant, Westbrook e Ibaka sigan mejorando es más que real, lo más seguro es que un salto de calidad Thunder llegara mediante la aportación y explosión de ese potencial que tienen guardado, y parece que alguien tiene que salir bueno, aunque sólo sea por acumulación.

Además, están bien distribuidos por posiciones, ya que podríamos formar un quinteto de jóvenes promesas con Reggie Jackson en el puesto de base, Jeremy Lamb y Andre Roberson en las alas y Perry Jones y Steven Adams como pívots.

Jeremy Lamb es el que más ojos encima tiene, en primer lugar porque fue una elección en los puestos de lotería, y en segundo porque es el relevo natural en la plantilla de Kevin Martin, y ese puesto de sexto hombre tan importante en este equipo.

Lamb no es un francotirador infalible como Martin, ni un prodigio en la creación tras bloqueo directo en el molde de Harden, y le van a tirar a la arena del Coliseo con un año menos de práctica que al ahora jugador de Houston. Jeremy se ha caracterizado por ser eficiente, cumpliendo en todo sin destacar en nada, pero todavía es una incógnita a este nivel.

La ventaja es que este año, cuando vuelva Russ, OKC repartirá la carga con el base suplente, Reggie Jackson. Teniendo en cuenta que en las plantillas de años anteriores este puesto lo cubrieron los primeros años de Maynor y él mismo con menos experiencia, la posición no ha estado tan bien cubierta desde que la franquicia vino de Seattle.

En Playoffs, cuando la lesión de Westbrook le mandó al puesto de base titular, promedió un más que satisfactorio 14-5-3.5 en Playoffs (58.1% de porcentaje de tiro verdadero), en línea con lo que estaba haciendo por minuto durante la Temporada Regular, aunque orientando su juego hacia la anotación. Como tirador es deslucido pero su mejora a la hora de atacar el aro ha sido palpable: undécimo mejor jugador (mínimo 100 intentos) en porcentaje de tiro cerca del aro, con un magnífico 71% en Temporada Regular, (que mantuvo en Playoffs, 71.4%) después de estar por debajo del 45% en su primera temporada en la Liga. (Pseudo-nota al pie: OKC es un equipo increíble en este aspecto, Ibaka y Durant están encima de él en la clasificación de FG% en el área de no-carga, Sefolosha y Collison justo debajo. Y aún así, OKC son sólo 4º como equipo. El culpable de esto, empieza por W y acaba por Estbrook. Aunque como ya dijimos, lo hace tanto, que no es cosa mala, si superas el 50-55%, y Westbrook tiene un 58.9%, cuanto más vayas mejor).

Por otro lado, y cambiando de tema, Andre Roberson trae unas alucinantes tasas reboteadoras a la Liga, cogiendo más de 11 rebotes por partido en la NCAA. Para un equipo bastante mediocre en los tableros, podría ser una manera de mejorar… pero hay un problema. En realidad es un alero de 2 metros, que en la NBA es más bien tamaño de escolta. Veremos como se traduce una habilidad tan singular, porque si mantiene ese nivel, tendrá una oportunidad, y de hecho, podría ser la llave a un grupo de small-ball, ya que con defensa y rebote es como se tapan gran parte de los agujeros que se crearían si el equipo se hace baijto.

Veremos si entre estos jóvenes pueden producir puntos en una unidad que no tiene mucho impacto ofensivo a priori. Y si no, y ahora de momento para empezar, sin Westbrook, siempre les quedará Fisher.

PO Desde El Sofá (XL): El ciclo de la vida

Si la Temporada 2011-2012 fuera «El Rey León», anoche, con la coronación de Simba, se cerró el ciclo de la vida. Salvo los minutos de la basura, Miami cerró su evolución completa, nunca jamás hubo más de un interior en pista. En estas Finales, las llaves se terminaron de entregar al Rey, y se le puso por fin en el papel que tanto estaba deseando, el que le permite facilitar y ejecutar indistintamente. El Rey en el centro y sus súbditos abiertos ante él. Triple doble, dos orejas, el rabo, el Óscar, el Nóbel y cuatro Grammys.

Chris Bosh, que ayer hizo otro partidazo en las dos partes de la cancha, pero que como siempre, tiene menos relevancia que el palomero de turno que espera en la línea para meter triples de lo que Simba crea (anoche, Mike Miller), sería Pumba, y Dwyane Wade haría de Timón, ese suricato insufrible que te da la sensación que ha sobrado, pero sin él, la cosa no hubiera sido lo mismo.

Y antes que Rafiki Stern validara lo que ya se sabe desde el principio de la película, que LeBron algún día sería coronado rey, hubo un partido, en el que se tenían que terminar de ganar el reinado. Y sobre el enfrentamiento, hay dos líneas de pensamiento: la de que Heat salieron enchufadísimos con un solo objetivo entre ceja y ceja, y los Thunder ya salieron con el partido perdido, y la nuestra. Que el partido no lo entregan, en principio, los estados de ánimo, lo hace Scott Brooks dándonos 20 minutos de Perkins (que encima, según anuncian ahora desde Oklahoma City, lleva tres series jugando lesionado) el día que Miami cerraba el ciclo de la vida. Durante la primera parte Oklahoma City supo ir a la línea con la suficiente regularidad para mantenerse con esperanzas, pero volvieron a morir en la defensa.

El Miami de los bajitos, que me recuerda a la España de fútbol en la Eurocopa en 2008, con su apuesta por los mejores jugadores y mayores talentos para conseguir la mayor proficiencia ofensiva posible, sin importar demasiado tamaños y posiciones establecidas, te obliga a elegir tu veneno cuando el sistema que montan es LeBron-centrista. Y OKC, de las dos malas opciones que tenía, escogió la más peor. Al igual que Boston si tenía el personal para atraverse a parar lo inevitable, Oklahoma City, solo tenía una opción, intercambiar golpes, la lucha en las alturas. Aún con Harden, enquistado, tenían munición para ello. Eligieron el plomo y la lluvia, porque salió en el primer partido, aunque fuera pesar de. Y ahora mueren con ello.

Tendrán tiempo, pero de jóvenes no murieron. Magic decidió unas series como rookie en un 6º partido sin Abdul-Jabbar fuera de posición. Bird lo ganó en su primera visitas a las Finales, como jugador de segundo año, con un solo treintañero en el reparto habitual. Walton y unos Blazers casi tan jóvenes como estos Thunder, lo hicieron en su primera llegada a Playoffs. Y Bryant, Wade, Duncan, Jordan, Pippen, Garnett, Pierce o Oberto también lo ganaron en sus primer viaje.

De hecho, si en vez de al ya Campeón de la NBA, al 3 veces finalista, Kendrick Perkins, hubiéramos visto otro sustituto más jóven y/o inexperto, pudieran haberse traído esto de vuelta a OKC. Pero ellos ya tendrán tiempo.

Hoy es el día del Rey. Y su séquito. Y que os voy a contar…

PO Desde El Sofá (XXXIX): XV

LeBron, como nosotros con las crónicas, decidió marcar con numerales romanos su camino hasta el final. Se puso un «XVI» en su protector bucal, representando el número de partidos que tenía que ganar hasta el anillo. Los XV ya son suyos. Ahora tiene tres partidos para conseguir la I.

Su partido de ayer lo tuvo todo además. A pesar de llegar a un solo rebote del triple doble al último cuarto, al final se quedó sin el último, y su línea se queda solo en un 26-9-12. Anotó cuando quiso, la pasó cuando le hacían más difícil anotar, defendió a casi todo Oklahoma City y paró lo que pudo a Durant. Para añadirle gracia, se retiró a falta de 5 minutos, con lo que todo el mundo temía como una lesión que hubiera cambiado el panorama de las series, y al final solo fueron unos calambres. Intentó volver, clavó un triple estratosférico que puso por delante a Miami ya hasta el final, y se retiró el último minuto con el trabajo casi hecho.

El que lo cerró fue Mario Chalmers, que empezó como en el resto de la serie, fallando tiros abiertos ante una defensa que decidió ignorarle bastante, y acabó el partido enchufadísimo igualando los 25 puntos de Wade. Por parte de Oklahoma City, Durant hizo el partido tipo Wade, es decir, el típico que crees que no ha hecho nada y ha estado mal, pero miras al final del partido y lleva 28 puntos, pero Thunder empezó y terminó en Russell Westbrook.

Sus 43 puntos fueron un increíble esfuerzo que no tuvo recompensa, pero por lo menos sirven para reivindicarse ante un gran número de críticas absurdas. Ahora el dedo acusador se mueve a James Harden, que ayer continuó unas flojísimas finales. Fallos en el tiro, pérdidas y la impotencia de tener que defender a LeBron por muchos minutos, aunque no pueda con él se llevan acumulando en toda la serie. Ahora que tiene por delante un verano en el que puede firmar su extensión con Oklahoma, se le va a recordar mucho estos partidos, pero pese a que hagamos gracietas en Twitter con ello, su rendimiento en las Finales no debería cambiar nada. Su desempeño en la serie contra San Antonio, con una exigencia similar fue perfecto, que haya encajado una mala racha en unas Finales en la que todo su equipo se ha visto además fuera de sitio no debería costarle un dólar.

Y eso que la de anoche podría haber sido una historia completamente diferente, porque la primera parte empezó con Oklahoma City poniéndose la friolera de 17 puntos por delante, detrás, principalmente de Russell Westbrook que jugó como siempre, solo que como esta vez metió más de lo normal no oiréis una queja, y nuestro albañil favorito, Benito Lopera Perrote Nick Collison.

Las ventajas del primer cuarto suelen ser como ese gol tempranero en fútbol que se marca demasiado pronto, pero es que esta vez, ni tiempo para pensarlo tuvieron. La ventaja duró un total de 4:24 minutos, en lo que no nos extrañaría que fuera una remontada récord en las Finales. El motivo: que por fin empezaron a entrar los triples, a partir de esa distribución de otro mundo de LeBron, que se fue al descanso con medio trabajo del triple doble hecho, 10 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias. Cole, Jones, o el negadísisimo hasta ese momento Chalmers, aprovecharon por fin las oportunidades para tirar y sacar ventaja de la atención extra a James. Los últimos 8 minutos del segundo cuarto fueron de intercambio de golpes, y Thunder fue solo 3 arriba al descanso.

En la segunda parte, la igualdad fue máxima. La ventaja no superó los 7 puntos, pero Miami siempre quedaba una canastita por delante. Heat lideró durante 14 minutos el partido, hasta que LeBron se retiró y Oklahoma, con 4 puntos seguidos de Durant volvió a coger la ventaja y metió el miedo en el cuerpo a unos Heat sin MVP. Pero entonces llegó LeBron haciendo ese numerito de Cid Campeador que ya es historia de las finales, de Willis Reed a Paul Pierce, y Miami no volvió a entregar la cuchara. Westbrook facilitó las cosas con una falta estúpida en los segundos finales, tras una gran confusión en el tiempo que le restaba de posesión a Miami, pero Oklahoma City no perdió por eso, ni mucho menos por él.

Decíamos en la anterior crónica, que nadie ha levantado un 3-1. Así que pase lo que pase, veremos Historia.

PO Desde El Sofá (XXXVII): Algo pequeñito

Miami da un paso de gigante ganando uno de los dos primeros partidos en Oklahoma City, y ojo porque un año después volvió a estar muy cerquita de tirar el 2º partido de las series tras tenerlo ganado. El año pasado, dejaron que los Mavericks les remontaran 15 puntos en poco más de 6 minutos, y en este, 7 arriba a falta de menos de un minuto, dejaron que OKC se pusiera a tiro, ya que llegaron a ir 2 abajo a falta de solo 13 segundos, y con la posesión.

Pero el partido no lo perdió Oklahoma en el postrero fallo de Durant. Lo perdió al empezar el primer y el tercer cuarto. Lo perdió cuando Scott Brooks decidió mantener el status quo y seguir sacando a su quinteto con dos jugadores interiores, Perkins e Ibaka, ante el ataque de falso 4, y falso 5 si me apuras, de Miami. Esta unidad de Thunder, es la más limitada en ataque, con un Perkins que no solo no aporta, sino que ocupa la pintura, forzando a Oklahoma City a tirar a media distancia. Si a esto le sumamos, que la ventaja que puedan adquirir en intimidación en defensa, la tiran por la borda cuando Ibaka deja a Battier solo en la esquina para llegar a un tapón que tiene escasas probabilidades de poner… Battier volvió a meter 3 triples de 4 intentos completamente abierto con Ibaka en el emparejamiento, y si alguien no le da un toque a Air Congo, esto puede durar toda la serie.

Y es que Brooks parece que ya se ha dado cuenta de lo que hay. De hecho, a diferencia del primer partido, la alineación con dos interiores solo duró desde los momentos iniciales (al principio, y tras el descanso) hasta el cambio de Ibaka, el primero que suele hacer. En el primer partido usó las combinaciones CollisonPerkins, y CollisonIbaka, pero en este, una vez que superaban la obligación de mantener la titularidad, no coincidieron en pista.

Anoche, solo tuvo dos interiores en pista 15 minutos, en comparación con los 25 del otro día, pero esta vez, con Bosh reemplazando a Haslem en el 5 de inicio de Miami, el resultado fue más catastrófico, 31-14 de parcial en esos 15 minutos, que ya lleva en el total de las finales a un 137-110 a favor de Oklahoma en los 56 minutos que juegan con Durant o incluso Sefolosha de 4, y un 64-84 en contra los 40 minutos en los que Ibaka o Collison juegan de ala-pívot.

Mantener el quinteto titular en esta serie, es una mala idea, y Brooks lo sabe perfectamente. La razón por la que no lo cambia solo puede ser no herir el ego de Perkins que debería ser el sacrificado, o no hacer pagar a Ibaka lo que no merece. Pero aquí está la complejidad de ser un entrenador de élite. También se entrena fuera del parqué. No solo hay que saber de baloncesto, también es obligatorio encantar serpientes. Veremos que decisión toma Scotty para el tercero.

Miami por su parte, se aprovechó de las ventajas, y siguieron como siempre. Cuando en ataque hay movimiento y Wade y LeBron se pueden beneficiar de algún bloqueo, las cosas les resultan más fáciles. En lugar de tener que estrellarse contra Sefolosha una y otra vez, ayer hubo una secuencia en la que Miami ejecutó bien 4 bloqueos seguidos en el poste alto, y los Thunder se vieron obligados a cambiar la asignación en todos los bloqueos, colocando a Perkins en James o Wade, a los que se les ponía una sonrisa cada vez que veían al 5 tan lejos del aro. Luego, de repente, como es costumbre, dejaban de moverse y los 4 hombres sin balón se plantaban dibujando el cuadrado imaginario, y el ataque se atascaba. Ocurrió menos que en el primer partido, anotaron mejor, y pese al susto final, ganaron.

En el plano individual, el partido de James no fue alucinante en números, para su estándar, claro, porque metió 32, pero hay detalles muy importantes. Metió 12 de 12 tiros libres, y casi todo lo que tiró fue en la pintura. Jugó con mentalidad ganadora. Y Wade, fue mucho más brillante e inteligente que en el partido anterior, aunque no es el Wade de siempre. Maldita rodilla. Bosh volvió a jugar dentro y se infló a rebotes ofensivos y Battier que está siendo importantísimo en las Finales, volvió a meter 17 puntos, y sin él Miami no estaría 1-1 en estas series. Seguimos pensando que los halagos en su dirección, especialmente en el aspecto defensivo son desproporcionados, pero reconocemos que si Miami acaba llevándose el anillo, Battier lo podrá lucir con todo el orgullo del mundo.

Miami ganó, pero el quinteto de pequeñitos en Oklahoma volvió a dominar. Si lo pueden seguir haciendo, y Brooks no lo impide, el anillo está en su mano.

PO Desde El Sofá (XXXVI): Oklahoma City da primero

Los de Oklahoma salieron mal, y por supuesto, era cosa de los nervios, y de la inexperiencia, y de ser jóvenes y de la presión… no podía ser porque a veces estas cosas pasan, y no todo tiene que tener un motivo, no, era por el topicazo.

Y lo malo de ir contando la historia por parciales en baloncesto es eso, que la cosa cambia mucho. Es verdad que Oklahoma dejó tiro abierto tras tiro abierto para empezar, y Battier empezó con un 3/3 y siguió con el festival toda la primera parte y Miami se fue en el marcador, pasando la decena de ventaja. Pero anotaban con tanta comodidad, que se nos olvidó que Oklahoma seguía con un ritmo y facilidad similares, solo que soportando el lastre inicial. La ventaja no se ensanchaba, era la del principio, sostenida. Y para finalizar la primera parte, un poquito del caracter de Ibaka y algún descuido de Miami, y Thunder cierra el hueco a 7 puntos. Hay mucho partido.

En el tercer cuarto, Westbrook se activó, y metió 12, sacando canastas de percutir una y otra vez en la zona de Miami con su estilo kamikaze. El desgaste que supone el tren de Russ chocando una y otra vez, está por encima de su porcentaje de tiro de campo, que no le hace justicia. Tienes que tomar con gusto sus ataques de manicomio, porque al final te da mucho más de lo que te quita, y así, por primera vez en todo el partido, en la penúltima posesión del tercer cuarto, Oklahoma City se ponía por delante. Un cuarto, un ganador de la primera batalla.

Y la batalla fue cosa de Durant. Kevin no necesita que le pongan las cosas fáciles, pero encima le ponen a un Wade al que saca 20 centímetros y a un Battier acabado (lo de ayer fue su segunda mejor noche de tiro en toda la temporada, o en otras palabras, casualidad, y no debería tapar el desastre que sigue siendo en defensa, pillerías, broncas, y estopa aparte) y Durant ejecuta igual, porque nobleza obliga. Es un matador excepcional, y encima Spoelstra le pidió ayer que afrontara la suerte suprema, empezando por el descabello.

Mientras en el otro lado Wade fue un desastre y Bosh todavía está poniéndose en forma, LeBron James funcionó bien durante un largo periodo, hasta que dos obreros de esto que le pusieron un muro de doble hormigón: Sefolosha y Collison. Al final, James pareció atinar con el punto de rotura del tabique, pero fue muy tarde, y se necesitaba mucho precisión para acertar con el punto. Con Durant encima, el porcentaje de tiro de LeBron fue del 58%. Con Sefolosha solo el 29%. Así que nos imaginamos quién va a estar con James el próximo partido.

De todos modos, como suele suceder en las Finales, no podemos sacar conclusiones definitivas. El quinteto del último cuarto en Oklahoma City fue inesperado, con Durant jugando de 4, algo que sabíamos que iba a pasar, pero con Fisher en el lugar que habitualmente ocupa Harden, y Collison como pívot. Ayer pudo coger por sorpresa a Spoelstra, que no es el más hábil ajustando en medio de un partido, pero no deberían pillarle dos veces con lo mismo.

Y a LeBron deberían asignarle la marca de Durant ya mismo. Ya vimos en primera ronda la diferencia que había en el juego de Melo dependiendo quien le defendiera, y con Durant la divergencia pinta a ser mayor, por tres motivos: el rango efectivo de tiro de KD es mayor, Oklahoma City tiene más talento e impide doblarle de manera consistente, y los Thunder hacen un mejor trabajo con bloqueos indirectos para generar ventajas a Durant. La única solución es LeBron, que es el único que tiene el rango y la suficiencia para enfrentarse a la asignación, y recupera mejor que nadie en Miami tras ser bloqueado. Ayer, al final del partido Thunder seguía ejecutando su bloqueo en el poste bajo, con Fisher, que además debería ser una amenaza mucho menor que Westbrook para continuar hacia la canasta, ejerciendo de bloqueador, y Battier no pudo seguir a Durant ni una sola vez: cambiaron la asignación para ver como una y otra vez KD anotaba tan cómodo por encima de Wade.

Como aumentar el trabajo en defensa de James probablemente supondría verle menos en ataque, y la diferencia entre las jugadas que él puso en marcha, con las que partían de Wade fue abismal, el verdadero problema lo va a tener Miami en ataque. De los secundarios no se puede pedir mejor partido en esta faceta (35 puntos en 25 tiros para los 4 que anotaron fuera del Trío Calavera), así que muy diferentes tienen que ser los próximos partidos de Bosh y Wade (29 puntos en 33 tiros) para recoger el testigo de LeBron (30 puntos en 27 intentos) y compensar un banquillo que debería regresar a la media. Y Miami tiene que apretar muy fuerte en ataque si sigue sin poder anotar puntos al contraataque: Oklahoma City sigue protegiendo el balón de manera excepcional, como lleva haciendo durante todos estos Playoffs, y ni siquiera una defensa voraz forzando pérdidas como la de Miami pudo robar el balón con regularidad. Solo 4 puntos a la contra de Miami, 20 menos que Oklahoma City.

Si Miami quiere ganar el anillo va a necesitar llevarse al menos uno del Shakespeare Arena, y con el formato de las Finales, lo más normal es que tenga que ganar aquí dos. No sería recomendable dejarlo para el final. Del próximo, no debería pasar.

PO Desde El Sofá (XXVII): No estaban muertos…

La noche en que la buena gente de Oklahoma City le dijo a Lil’ Wayne que hubiera comprado su asiento antes de que se agotaran o que se fuera a pastar, los Thunder aprovecharon la energía del Shakespeare Arena para seguir vivos en la serie.

La clave estuvo en el periodo que comprende el segundo cuarto y los 9 primeros minutos del tercero: 24 puntos anotaron los Spurs en esos 21 minutos pasándose hasta periodos de 4 minutos sin anotar. En ese rato, los Thunder continuaron anotando a su ritmo normal, haciendo 46 puntos, y abriendo poco a poco el hueco hasta la ventaja de 20 puntos que acabaría siendo definitiva.

A los Spurs, que venían de ganar 20 partidos consecutivos en 50 días, se les gripó el ataque un rato, algo que algún día tenía que ocurrir. Al descanso llevaban 13 pérdidas (su media por partido en Playoffs es de 13.6), algunas de ellas muy descuidadas y poco características para este equipo y un Sefolosha brillante en su defensa sobre Parker, y un juego interior muy atento, no dejó a San Antonio en ningún momento acercarse a la pintura para anotar o forzar esas rotaciones desesperadas que inician su perpetuum mobile de pases. Y a pesar de acabar el partido con un muy respetable porcentaje de triples (42.3%), los fallaron en los momentos que parecían claves de este periodo, en los que parecía que podían dar un par de puntos a la herida.

A pesar de que todos los cumplidos van a ir a Sefolosha y sus 6 robos, los de dentro, fueron tan importantes como él. Duncan solo anotó una canasta en la pintura en todo el partido, Perkins solo se dejó batir una vez en el uno contra uno, y Collison, ninguna, y eso que en los momentos en los que Oklahoma se iba en el marcador, el aclarado a Duncan fue el recurso más utilizado por los Spurs, cuando no la perdían antes.

Dudo mucho que este partido se pueda considerar como el inicio de la fórmula de como parar a San Antonio, pero Oklahoma ha logrado contenerlos por un rato y sacar un partido adelante. San Antonio se quita la presión de la racha, pero también el halo de invencibilidad, y puede haber más serie de lo que algunos pensamos.