Hay que arreglar el All-Star Game

Este artículo es el que cada año hago después del All-Star, donde repaso lo que ha sido el fin de semana de las estrellas en la NBA, donde las 3 jornadas siempre hay algo que contar. Pero este año voy a cepillarme esto porque me da la gana y voy a hablar de algo bastante más serio y que tenemos que hacer entre todos algo. Hay que arreglar el All-Star Game.

Anoche, cuando Marv Albert comentaba que el marcador del Air Canada Centre no tenía un 2 delante en la primera cifra, para poner 200 en los puntos, una parte de mi entraba en un modo de auto combustión interna que hacía que tuviera que escribir esto que estáis ahora mismo leyendo. El partido de anoche se quedó a nada de que dicho marcador entrara en un Efecto 2000 y el Apocalipsis reinara dentro del departamento de IT del comité organizador del ASW, con un marcador de 196-173 para el Oeste, algo que ni los Suns de D’Antoni o los actuales Warriors sueñan en sus noches más húmedas.

Siempre he dicho que el inicio de lo que vemos hoy en día fue en el All-Star de 2004, más concretamente en el partido de Rookies donde por primera vez jugaba LeBron James, Carmelo Anthony…y todo ese famoso Draft de ese mismo año, en esa edición el partido de los jugadores de primer año contra los de segundo, se dedicaron, sobre todo en los minutos finales a hacer un improvisado concurso de mates, con los jugadores quedándose parados en media pista esperando el mate de turno. A partir de este momento, los ASG se han convertido en un concurso de mates-triples en medio de un partido, algo que conforme están pasando los años está haciendo que el récord de anotación se supere edición tras edición.

Sí, desde esta parte del Atlántico vemos el partido como algo más que una pachanga, pero en USA el evento del domingo es algo más que importante, algo que figura hasta en algún contrato que otro con la consiguiente bonificación por jugarlo, todo un honor, todo un hito en tu palmarés el poder asistir a tan magno evento, de hecho, fijaros que hasta los jugadores lesionados tienen que hacer acto de presencia y ser presentados, vamos, es algo que tiene muy buena consideración, pues bien, os lo estáis cargando.

¿Cómo podríamos arreglarlo? Pues la verdad es que no lo se. A mi me gusta el formato y soy clasicista en ese aspecto. Me gusta el Este vs Oeste, los de un lado, contra los del otro, pero hay que hacer algo más para que esto no se convierta en una reunión de colegas con los hijos de los mismos en el banquillo haciendo cucamonas. Hay que ponerle algo de seriedad. Cierto que a esto también afecta la NBA que vemos hoy en día, es decir, una liga donde rara vez se ve algún pique tremendo y donde las rivalidades están contadas con los dedos de media mano. No, no hay la mala leche (o puñeterismo) de los 80 o 90 por decirlo de algún modo.

¿Ideas? Pues sinceramente como decía antes no me vienen muchas, tal vez como alguien dijo que los jugadores fueran elegidos en la misma pista por un entrenador u otro para conseguir algo de pique, pero esto echaría por suelo el misticismo del Este vs Oeste. Otra opción que se me ocurre es algo parecido a lo que han hecho en la NHL donde se han montado una especie de rey de la pista o no se, hacer como en los Rookies un USA vs Mundo? Aunque este año sólo ha habido 1 europeo en pista…

Los jugadores se lo toman como una fiesta, como un premio, como un descanso en una más que sobrecargada temporada, un soplo de aire fresco, pero habría que sentarlos y decirles 4 cosas a estos jugadores.

Me gustaría que en una edición se abucheara, se mostrara el publico cabreado con lo que está viendo. Sí, sois los mejores, pero os quiero ver competir mínimamente, no de risas y defendiendo a lo Harden (antiguamente) cada una de las jugadas, es decir, ni con la mirada. No pido que haya sangra y malos modos, sólo pido que un equipo quiera ganar, que tenga un incentivo para hacerlo y sobre todo para que el otro equipo no lo haga, que tal vez lo que necesitamos es eso.

Necesitamos que los jugadores que acuden a la cita de cada febrero tengan algún tipo de motivación, no se, agregar 10 millones de seguidores en Instagram a los jugadores que ganen o algo similar que haga que esta gente se ponga las pilas y realmente nos muestre algo que recordar. No me gusta lo del factor cancha para la conferencia que gane, como se hace en la MLB por ejemplo, no creo que esto sea una buena vara de medir, pero sí opino que la liga debe hacer algo para que esto no se convierta en partidos de 200 puntos, donde cada uno va a ver que mate o desde donde puede tirar.

Me gusta que sea una fiesta, que hayan cosas excéntricas, pero quiero competición, quiero piques, quiero a ese Iverson motivado para remontar 20 puntos, eso es lo que quiero, no tener que espera a que el partido esté igualado para igual en los últimos 5 minutos ver algo, para eso…que el partido dure 5 minutos.

No lo se, pero Adam Silver que se que lees esto, algo tienes que hacer para que en Charlotte el año que viene no veamos el 200 en el marcador y que sobre todo, cada vez la gente tenga menos ganas de ver el partido, que eso sí que sería triste…

Por qué Pau Gasol no es un All Star

Tras quedarse a 360 votos (guiño guiño) de ser un All-Star, los (ayudantes de los) entrenadores de la NBA, tampoco eligieron a Pau Gasol entre los suplentes. Tres hombres altos (Paul Millsap, Andre Drummond y Chris Bosh) estarán en el banquillo en Toronto, y como imagináis, la decisión no ha sido bien acogida en el Reino de España, que se movilizó con el objetivo de convertir a Pau en All-Star, con una unidad que quizá sólo sea comparable en la historia de este país tan cainita a la que hubo para salvar a Nuria Fergó en la primera semana de Operación Triunfo.

Los análisis más racionales hablan de tongo, alguno se deja llevar un poco por la pasión, e insinúa que detrás de la decisión puede haber quizá un poco de racismo, mientras que los más creativos son capaces de encontrar motivos para la conspiranoia en cualquier lugar de la biografía de los jugadores elegidos. Lo que es plantear que quizá haya habido jugadores que hayan hecho hasta ahora una temporada ya no mejor, que no hace falta, sino, comparable, a la de Pau Gasol, pocos y parias.

Dejando la ironía aparcada, si Pau no es All-Star, es por muy poco. La distancia que separa las temporadas del grupo de los seis mejores hombres altos del Este (añado al ring a Al Horford y Kevin Love) es muy exigua. Y no muy lejos quedarían en méritos individuales tampoco, pese a sus equipos, Brook Lopez y Greg Monroe, y eso sin incluir a la sensación para los estadísticamente impresionables Hassan Whiteside, o el hecho de que Nicolas Batum o Jae Crowder también podían optar a esos puestos que la NBA abre a aquellas tres posiciones que abarcan con la palabra ‘frontcourt‘.

Por tanto, no entiendo la virulencia con la que se ha acogido la decisión, cuando es imposible construir una verdad irrefutable partiendo de que no ha habido tres mejores jugadores interiores que Pau esta temporada, ni de todo lo contrario. Lo que sí podemos, para quien quiera oír un argumento menos reconfortante que echar la culpa al empedrado, es tratar de entender qué han podido ver, o no ver, en Pau Gasol para hacerle semejante desplante. No se trata de restar méritos o de demostrar que no lo merece, porque eso no lo podríamos conseguir. Pero hay un factor que, por realidad o reputación, ha sido determinante.

Y es la defensa. Sí, ya sé que es 5º en tapones en la NBA (parafraseando a Daryl Morey, alguien decidió crear el boxscore, y ese alguien debería ser disparado), 4º en rebotes defensivos y es la última línea del equipo con la 6ª mejor defensa de la Liga. La defensa no parece así un punto flaco de Pau, ¡todo lo contrario! Debería ser otro argumento a favor, como su exquisito juego en cualquier poste, o la posibilidad de conectar un electrizante alley-oop con Jimmy Butler en cualquier momento del partido de las estrellas. Y creo que ha encajado fantásticamente en Chicago, y se siente cómodo, con un sistema que ayuda a sacar su mejor rendimiento. Gasol ha estado fantástico protegiendo el aro en acciones contenidas y muy activo tratando de ofrecer resistencia a cada tiro. Los números lo reflejan, Gasol no ha sido en el conjunto de la temporada una rémora: es posible que sea su mejor actuación en años.

Pero a sus 35 largos, y pese a la pericia acumulada, a Gasol le puedes buscar las cosquillas en algo que se está convirtiendo en imprescindible en la NBA que se está jugando en 2016: defender en movimiento, con los pies. Hemos hablado mucho durante estos últimos años de protección del aro, que es efectivamente interesante, pero con tanta acción ocurriendo a 7 metros de la canasta, y el baloncesto de 4 ó 5 jugadores exteriores estirando hasta la rotura la defensa Thibodeauniana, la mezcla de agilidad, resistencia, gracia e inteligencia para cubrir todo ese terreno y tener un impacto positivo, es clave. Este es el motivo por el que Whiteside, pese a taponar más que nadie hace peor a la defensa de Miami, y Noah y Marc, sin esos números tan aplastantes, han sido jugadores defensivos del año en el pasado reciente. Hace 3 años, Hibbert y Asik era lo que todo equipo andaba buscando, deidades de la verticalidad que valían su peso en oro. Una explosión de tiro y velocidad en la NBA los ha convertido en bloques de cemento inalineables.

Los problemas para defender en movimiento en un espacio abierto, más que la falta de protección del aro (o en algunos casos, unido a), son lo que aleja de mayor gloria y relevancia a otros candidatos al All-Star con unos méritos ofensivos similares a Pau, como Love, Monroe, Lopez o Vucevic. Y lo que está empujando prácticamente fuera de la Liga a jugadores con un pasado tan exitoso como David Lee, Zach Randolph o Carlos Boozer. En el momento que sus habilidades ofensivas, que todavía son superiores a las de muchos jugadores que les quitan el puesto, se ha ido acercando a la media, deja de compensar tenerlos en pista.

La mayoría de estos jugadores serían más que capaces de hacer un trabajo aceptable ante cuatros y cincos que jugaran de espaldas, y bases que raramente penetraran. Algunos tienen la suerte que el personal y cuerpo técnico del equipo que les rodea hace un trabajo brillante desactivando la velocidad para que puedan ser efectivos, y en todo caso, su propia habilidad ofensiva es superior a lo que conceden en el otro lado. Pero en los enfrentamientos ante los mejores y más preparados equipos, estas carencias se ponen de manifiesto: te da la sensación de que no podrías ganar cuando importa con ellos.

Tomemos como ejemplo el partido del pasado viernes frente a los Celtics. Emparejado con un pívot que habita buena parte del tiempo en el perímetro (Jared Sullinger), y con un base incisivo y rápido como Isaiah Thomas, Pau pasó posesiones y posesiones defensivas en tierra de nadie. Thomas se ha aprovechado de muchos hombres altos, no obstante, también es un All-Star con mucho merecimiento, y Stevens y los Celtics, una de las franquicias mejor organizadas de la Liga, llevan toda la temporada tendiendo trampas a los rivales, no ocurre sólo con Pau. Pero durante una noche pusieron en evidencia como se puede aprovechar su falta de velocidad. En jugadas como esta, Gasol no es capaz de ofrecer ninguna resistencia a la bandeja de Thomas, que no puede ser más fácil.

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Este es el tipo de partidos (me viene a la cabeza también el del día 26 de diciembre ante Dallas, en la segunda noche de un back-to-back a domicilio tras una actuación brillante en la victoria del día de Navidad en Oklahoma, o el 9 de enero en Atlanta) que hace que en los informes de los entrenadores visitantes, aparezca como objetivo atacar a Pau, sacarlo de la canasta, ir cuesta abajo contra él. Ese ayudante que tiene que votar en el All-Star a los jugadores para completar el banquillo viene de hacer la semana pasada un informe en el que pide a sus jugadores que pongan a Gasol en cuantos más y más lejanos bloqueos posibles mejor, mientras que al día siguiente da la orden de evitar a alguno de esos otros jugadores que sí fue elegido. Esas cosas acaban pesando en la percepción del jugador, y ante candidaturas parecidas, acaban inclinando la balanza.

Y Pau está siendo atacado: por los números de SportsVU nadie hace frente a más tiros por partido (10.5) cerca del aro que él, estadística que es un arma de doble filo, porque no sabemos qué lleva a ello, ¿cómo diferenciar a esos jugadores que están en el punto de mira constantemente del ataque, de aquellos que llegan a la acción aunque no estén invitados a estropear la fiesta? Eso sólo se puede hacer viendo los partidos, y observando lo que sucede, y creo que con Gasol estamos en el primer caso. Lo curioso es que en general, ir a por él, no está funcionando: tiene uno de los mejores porcentajes defendiendo cerca del aro, pero al tener que estar envuelto en tantas acciones, el equipo es vulnerable en los tableros. Pese a sus buenos números individuales, a los Bulls les cogen rebotes de ataque por encima de la media con Pau en pista.

Esta reputación de Pau es real, de hecho, y aunque yo lo crea injusto y exagerado, analistas NBA como Zach Lowe, Nate Duncan o Jonathan Tjarks, han propuesto más de una vez principio de temporada, con Chicago jugando un baloncesto muy templado, que los Bulls debían sacar a Pau con la segunda unidad, dándole más protagonismo como anotador, y descargándole de carga defensiva. El tiempo y las circunstancias les ha quitado parte de razón, pero sobre el papel, a principio de temporada, era fácil creer que la pareja interior más versátil de Chicago la podrían formar un Mirotic mejorado en su segundo año, y un Noah sano y recuperado de sus molestias. Ninguna de las dos premisas se ha cumplido, y con los dos fuera además ahora mismo, Gasol está siendo el mejor interior de los Bulls esta temporada, aunque los enfrentamientos más desfavorables le puedan hacer quedar mal en partidos puntuales.

Y si dejamos la defensa y su reputación, que creo que ha sido la principal desventaja para Pau en la mente de los votantes, hay que tener en cuenta que en ataque tampoco se ha destacado del resto. Chicago, pese a lo que se esperaba de Hoiberg ha decepcionado en ese aspecto, y de hecho, en cantidad de puntos por posesión y la eficiencia con la que estos se consiguen, hay mejores actuaciones en el Este que la de Pau.

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Hay más cosas en un ataque, por ejemplo, las asistencias, entre las que Pau está con los mejores, pero algo que Gasol no hace tan bien como muchos candidatos es abrir el campo con triples, algo que puede ayudar tanto o más a un equipo que la circulación de balón. Podríamos tirarnos toda la tarde ordenando datos, y cada vez saldríamos con un escalafón distinto, es el problema de comparar jugadores diferentes.

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El caso es que aunque sea igual de imposible y subjetivo elegir de manera conclusiva entre peras y manzanas, tampoco está garantizado asegurar que Gasol ha sido uno de los tres mejores hombres en altos en ataque en el Este en la temporada de 2016.

Y la coda final, saliéndonos de argumentos de puro juego, que se debería rebatir sola, pero veo que no: otra de las piruetas para desacreditar concretamente la elección de Bosh sobre Gasol, es preguntarse cómo va a tener Miami, sexto equipo a día de hoy en el Este, dos All-Star, mientras que los Bulls, terceros, se presentan en Toronto sólo con uno. La idea podría sonar bien hasta que te das cuenta que , a) la relación de proporcionalidad All-Star de un equipo y victorias no es exacta, no hay ni habrá nunca una regla para ello, b) Bosh no tiene la culpa que Wade, jugando peor y contribuyendo menos que él, ya fuese incluido por los fans como titular, c) los Bulls han ganado los mismos partidos que Miami para ocupar esa posición (aunque hayan perdido dos menos), y sólo 4 victorias les separan de la 10ª posición  que ocupan los Hornets; en el Este hay un gran empate técnico en esas plazas y las posiciones son circunstanciales, de hecho, por margen de victorias, Chicago sería séptimo, siendo adelantado por Celtics, Pacers y Hawks, justo encima de Miami, octavo y d) que, por ese criterio de registro de equipos ∝ número de All-Stars, estarían fuera los dos, y Kevin Love acompañaría a LeBron James, único elegido del mejor equipo del Este. Y a lo mejor hasta Al Horford, ya que los Hawks también estaban por encima cuando se cerraron las votaciones, con lo que ello supone de cara a esa inventada prioridad.

La cerveza X es tu favorita y la Y es una puta mierda (donde Y tiende a Cruzcampo) si les ves las etiquetas, pero si te las juntaran en una cata a ciegas con otras 10 del mismo estilo, acabarías escogiendo cada vez es una distinta, posiblemente alguna vez, hasta aquella que dices odiar. Aquí pasa un poco lo mismo, entre un grupo como el propuesto antes no hay respuesta mala. Todos tienen sus fortalezas y sus debilidades, sus luces y sombras, y una producción parecida plasmada en los números de toda la vida. Para mí sólo sería «intocable» Paul Millsap, que se ha distanciado del grupo con un juego al que no encuentras puntos débiles, y creo que Bosh, con el plus que le da ser el candidato que más alterna con diferencia y éxito las dos posiciones interiores, también ha estado un peldañito por encima de la competencia. Pero sí creo que la temporada de Pau ha sido superior a un Drummond que vive de la locura de sus cifras reboteadoras, y no me parece ni siquiera el jugador con más méritos de su propio equipo. Por otro lado, Love y Horford han hecho para mí tantos méritos como Gasol, y me costaría mucho otorgar entre ellos esa tercera plaza de hombre alto en el Este.

El caso es que Pau está fuera del All-Star, pero no ha sido ninguna injusticia, hay más gente con méritos similares que plazas se otorgan. Si Gasol estuviera dentro, alguien con tan buenas credenciales como él se habría quedado fuera. Así es la vida, ahora uno elige si la va a pasar llorando o mirándole a las ojitos.

Episodio 76 – ApocaSUNSis

Volvemos después de Navidades en un programa donde hablamos del apocalípsis Suns, el futuro Trade deadline, Houston Rockets, All-Star y…de Star Wars, esta vez con muchos spoilers, tranquilo que avisamos!

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Las camisetas del All-Star 2016

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El próximo mes de febrero se celebrará en Toronto una nueva edición del All-Star, la primera que se hará fuera de Estados Unidos. Como cada año, adidas ha presentado las camisetas que llevarán los jugadores en el All-Star Game.

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Jugando con los colores rojo, azul y blanco, vamos, los de siempre (ey! no! el año pasado fue blanco y negro!!!), la idea de las camisetas de este año es homenajear al primer partido que se jugó en la historia de la NBA entre Toronto Huskies y New York Knickerbockers donde las letras tenían ese estilo simple pero a su vez claro.

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En la parte de detrás tendremos el logo del All-Star metido dentro de la hoja de arce característica de Canada, así como el skyline de Toronto.

Otro date a tener en cuenta, es que por primera vez en una camiseta del ASG veremos publicidad (además también estará en las camisetas que se pongan a la venta), otras veces ya la habíamos visto en los concursos, pero nunca en el gran acto del fin de semana de las estrellas.

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El Podcast Desde El Sofá: Ep. 49 – PCSOFA 4.0

Esta semana en El Podcast Desde El Sofá, hablamos de la situación de Rondo, del rendimiento de Anthony Davis, de la debacle de Pistons, de las camisetas del All-Star y del PC FUTBOL!

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Las camisetas del All-Star 2015

All-Star 2015

Siempre por estas fechas se acerca el momento en que vemos las camisetas para el próximo All-Star. adidas ha presentado hoy mismo dichas camisetas, una mirada retro y un homenaje a los barrios de NYC, donde se celebrará en febrero.

La camiseta carece del habitual logo East/West que estábamos acostumbrados años atrás, además, se huye del rojo/blaco o blanco/azul y se opta por el blanco y negro que tan de moda han vuelto a poner los Nets en su estancia en Brooklyn.

All-Star 2015

Número grande delante y logo del All-Star en el hombro. Estrellas en uno de los laterales, una por cada gran barriada de NYC y pantalones siguiendo la misma linea. Además, en la parte de detrás, el nombre del jugador irá con apellido incluido es decir, nombre encima del número y apellido debajo

Estilosa, minimalista, retro…es decir, extremadamente jugona.

Mi primera camiseta llevaba el 3

Allen Iverson

Aquellos que son más o menos habituales en La Crónica Desde El Sofá saben bastante bien que aquí un servidor es seguidor lacustre desde épocas ya casi inmemorables (allá por finales de los 80), pero lo que tal vez mucha gente no sepa, es que mi primera camiseta no fue una dorada y purpura, si no fue una negra allá por el 2001, cuando o te la traían de USA o poco había que hacer, con el 3 a la espalda, un logo ultra molón y el nombre de Iverson en la espalda.

Supongo que a estas alturas estaréis ya hartos de leer y leer artículos sobre todo lo que ha significado Iverson dentro y fuera de la NBA, así que como hicimos con McGrady, yo voy a expresar mi recuerdo, lo que para mi ha sido el 3 de Phila, uno de los que sin duda formaría parte de mi Mt. Rushmore, ahora que ha estado tan de moda el debate.

Del mítico Draft del 96, Allen Iverson ha sido una referencia para el jugador pequeño y me explico, como Bill Simmons explica en LA BIBLIA aka The Book Of Basketball, era ese jugador pequeño, ese jugador más cercano a la altura del resto de los humanos que ha hecho cosas más brutales dentro de la pista (y que nuestra generación ha visto). Todo el mundo tiene en mente los innumerables crossovers que ahora habitan por YouTube, pero lo que tal vez mucha gente no sepa, sobre todo los más jóvenes es el boom en la sociedad que supuso la irrupción de Iverson en la liga.

Cuando Iverson consiguió su MVP en la temporada 2000-2001 promediando 31.1 puntos y dominando el juego de una forma insultante, la liga estaba dentro de la llamada época hip-hop, una época donde los Clippers empezan a sacar ese juego molón con Miles & cia y donde el MVP de la liga era el look de la liga: trencitas, ropa extremadamente ancha, colgantes a más no poder (BLING BLING!) y si puede ser alguna camiseta retro también anchota, ese era el look de la liga, esa era la NBA de principios de siglo. Muestra de todo esto fueron los brutales anuncios que el propio Iverson hizo para Reebok con Jadakiss y con producción (brutal) de los Trackmasters:

Así que visto todo esto, el ex-comisionado (leñe! que raro se hace escribir esto) David Stern viendo que la cosa se le iba de las manos y no le gustaba que se relacionara la NBA tan (pero que tan) estrechamente con el mundo hip-hop introdujo el aún vigente y por aquel entonces polémico código de vestimenta. Otro legado más de Iverson.

Pero volvamos a la pista, a ese rectángulo donde el natural de Hampton, VA, era capaz de alumbrar a toda una generación y donde si no llega a ser porque coincidió con los mejores Lakers en muchos años, ese 2001 hubiera sido el año en que habría inscrito su nombre y el de los Sixers en el Larry O’Brien, de hecho, recuerdo más que bien esa final, donde los Sixers eran lo que se podría decir un one-man-team, o lo que es lo mismo, el equipo de Iverson, donde el 3 era todo para no solo el equipo, sino para la ciudad. El primer partido cayó de manos de los de la ciudad de la Gran Campana en un Staples abarrotado donde AI metió 48 y donde dejó uno de los momentos más épicos del baloncesto reciente… con Tyron Lue de protagonista:

Ese fue el único partido que los de LA perdieron en todos los PO y se acabaron llevando el anillo, pero Iverson firmó unas finales dignas de enmarcar con 25,35,35 y 37 ptos respectivamente en el resto de partidos.

Otro de los momentos épicos de Iverson fue aquel All-Star de 2001 en Washington, año 1 DCMC (Después del Concurso de Mates de Carter), donde el 3 de Phila, en este caso el 3 del Este, llevó a su conferencia a una remontada histórica de casi 20 puntos con un final tremendo. La magia de YouTube hace que los últimos minutos estén disponibles y lo mejor de todo, con Montes comentando (NADIE y repito NADIE, superará a Andrés Montes comentando los partidos), así que mejor que le clickeis al play y disfrutéis de lo que era un GRAN All-Star Game, sobre todo del duelo Marbury vs Afro Kobe del final…:

Pero si seguís investigando por YouTube seguro que encontráis cosas incréibles del 3 de Phila, aunque para mi esos dos partidos, son sin duda los momentos.

Los años pasaron y desde aquel 2001 la carrera de Iverson ya no fue lo mismo, en Sixers se pusieron las cotas muy altas para conseguir cosas, con lo cual ya vinieron los traspasos, los problemas y demás, pero de esa época mejor no acordarse.

Anoche, se le retiraba su número en ‘su casa‘, en el lugar donde él disfruto de su mejor juego y donde hizo que todo el mundo quisiera ponerse una cintita, un calcetín roto en el brazo y hacerse trencitas en la cabeza mientras jugaba a baloncesto con ropa 2 tallas mayor a la tuya, a mi me hizo que mi primera camiseta, fuera negra, con logo molón de Sixers y con el 3 a la espalda.