Vamos a empezar fuerte: 48 puntos en 15 tiros y 24 de 24 en tiros libres hizo Dirk Nowitzki anoche.
Con esto creo que no haría falta ya seguir escribiendo esto, pero vamos a comentar un poco también como fue el partido, primero de la final de Conferencia Oeste entre los Dallas Mavericks y los Thunder de Oklahoma City.
Todos sabíamos que esto iba a ser un duelo entre las dos estrellas Robin Hood vs Durantula, y así fue, a los números mencionados del aleman hay que añadir los 40 puntos de Durant y su 18 de 19 en tiros libres, es decir, otra barbaridad de actuación pero que quedó más que eclipsada. Aún así, el otro día también apuntábamos otras claves para esta serie como podían ser los banquillos con Harden y Terry a la cabeza, Terry sumó 24 puntos, pero al show de Texas se apuntó JJ Barea, que se puso el disfraz de Nash para destrozar a los Thunder que no sabían como parar al pequeño puertoriqueño… a Robinson lo humilló, literal.
Que no se me pase comentar sobre Westbrook, ayer de nuevo tuvo uno de esos partidos que las mandarinas vuelan (3 de 15 en tiros de campo) con decisiones más que discutibles y con una nula dirección de equipo, lo cual se noto en el ataque de los Thunder, que van a tener que mejorar mucho en aportación de gente como el propio Harden o Collinson en defensa si quieren tener oportunidades ante estos Mavs que siguen siendo aquellos que barrieron a Lakers.
Como apunte inicial, fue tremendo ver a: Ibaka, Collinson, Westbrook, Durant y Sefolosha intentar para a Dirk… ninguno pudo… y Brooks ya no tenía ideas.
Tremendo Robin Hood.
PD: Os dejo como regalo esta canción que le han dedicado desde la Alemania natal… igual de tremendo que la actuación de anoche…
Ya ni nos acordábamos que los Mavs estaban esperando rival, y es que después del 4-0 a Lakers, el equipo de Mark Cuban ha tenido tiempo suficiente para descansar una barbaridad y encarar esta final frente a Thunder.
Final abierta a más no poder, con dos equipos que si a principios de temporada te dicen que iban a llegar hasta aquí, no te hubieras creído nada de nada, pero ahí están, sin duda los dos mejores equipos del Oeste durante los PO y que se van a enfrentar en unas series que tienen muy buena pinta.
Westbrook se va a comer con patatas a Kidd, así de claro y sencillo. El veterano base de los Mavs le pasa como a Fisher, sufre con bases rápidos y habilidosos, precisamente lo que es Westbrook. En cambio creo que la clave de nuevo va a estar en las estrellas, tanto Nowitzki como Durant no tienen a nadie en el otro equipo que les pueda defender de tú a tú, ya que, aunque Ibaka puede poner en problemas a Dirk, no creo que el aleman se frene ahora. Durant por su parte tendrá delante a Stevenson o Marion, algo totalmente superable. Por dentro será muy interesante ver el duelo entre Chandler y Perkins o Collinson…
Los banquillos, con Harden y Terry a la cabeza van a ser otra de las grandes claves en esta serie, ya que ambos equipos cuentan con gente que va a salir muy motivada desde el banquillo.
En esta serie vamos a ver hambre, ante dos franquicias que ven un sueño muy cercano el llegar a The Finals…
El partido de anoche en Dallas era un must-win para Lakers, casi un match ball si habláramos de tenis y la verdad es que el equipo angelino lo encaró como tal.
Con Odom en el quinteto titular debido a la sanción de Artest, jugando con todo, salió Phil Jackson para intentar dar una vuelta de tuerca más a la eliminatoria. Pronto se vio que el sistema funcionaba… en cierto modo, ya que si bien es cierto que en ataque la cosa iba fluida, en defensa se seguían viendo los mismos agujeros que se habían visto en los dos partidos anteriores, pero oye, la bola entraba, así que… bien.
Pero el problema siguió siendo el tiro exterior, Lakers acabó con un pauperrimo 3 de 13 en triples, mientras que los Mavs, con un Stojakovic que parecía aquel de los Kings, terminó con 12 de 29, muchos más tiros, pero muchos más metidos, con lo cual, a pesar de que Lakers salió con los altos y cargando sobre todo (como debía ser…) el juego interior, la balanza se fue hacia los de Carslile. Tal vez lo peor es que la gran mayoría de esos 12 triples fuera tiros librados sin defensa… y de nuevo otra ventaja, esta vez de 8 puntos, al garete…
Nowitzki estuvo al nivel brutal que está mostrando. Robin Hood hizo 32 ptos, con 4 triples (tirando SOLO!) y 9 rebotes. Gasol de nuevo volvió a naufragar… y aquí podría entrar en terreno pantanoso que lo voy a reservar para otro post cuando Lakers queden eliminados, pero seré claro: no quiero a este Gasol en mis Lakers…
3-0, nadie se podía imaginar esto, golpe duro a todo el lacustrismo… La primera serie de PO de Phil Jackson con Lakers acabó con 4-0 para aquellos Spurs de Duncan y Robinson… acabará la última también 4-0?
De nuevo volvió a pasar, los Dallas Mavericks se han puesto 0-2 y los cimientos de Lakers están tambaleándose como si algo hubiera sacudido el Staples y no hubiera dejado a nadie de pie… ese algo tiene nombre y apellidos: Dirk Nowitzki.
Robin Hood ya demostró en el primer partido que estaba enchufado, estaba con ganas de demostrar y con ganas de hacerse notar, después de una temporada donde se ha hablado poco de él, pero donde ha hecho una de las temporadas más completas desde su MVP a mediados de década, y así lo hizo, sacó de la chistera todas sus flechas, sacó el arco y las clavó de todos los colores.
Pero lo mejor de Dirk no fue su exhibición, fue que ha dejado al descubierto lo que a lo largo de los años siempre se ha visto: Gasol no puede con él. Nowitzki cabrea a Pau, lo desahucia, lo lleva hasta tal extremo que el 16 de Lakers ya no vuelve a ser el mismo, ni en defensa ni en ataque, y claro, tanto Dirk como los Mavs en general se dan cuenta de este agujero y lo explotan al máximo, algo que parecía muy bien pensado por la mente rapada de Rick Carslile…
Qué puede venir ahora? esa es una gran pregunta, Lakers no se ha visto con ninguna así desde ‘El Traspaso’, así que todo lo que viene es nuevo, experiencias, presiones… y lo peor de todo, a hacerlo fuera de casa, en un ambiente que siempre ha sido hostil y con unos Mavs los cuales no hay que olvidar acabaron con el mismo record que Lakers en la liga regular.
En cambio por parte de Mavs, todo ha salido como ellos esperaba, es decir, han ganado fuera y encima se llevan el bonus de haber ganado 2. A todo esto hay que sumar las dudas que ahora mismo hay en Lakers… Todo perfecto… todo parece un plan perfectamente ideado por esa mente ‘genial’ llamada Mark Cuban.
PD: Anoche pudo haber sido el último partido de Phil Jackson en el Staples… que duro suena…
En el béisbol, la figura del closer (o cerrador, como dicen en Latinoamérica y prefieren las agencias de prensa aquí en España), el pitcher que sacan los equipos en la novena y última entrada de los partidos apretados para eliminar a los 3 últimos jugadores e irse a casa con la victoria, ha tomado una relevancia casi mística, gracias, en parte a nombres como los de Eric Gagne o Mariano Rivera.
Y en otra buena parte, al márketing asociado a la palabra. Repítanla para sus adentros. The Closer. Suena al nombre del héroe de una película de acción. O incluso el del villano indestructible. Suena al especialista que ante un enorme problema, aparece y lo resuelve de manera instantánea y plúmbea.
La palabra tiene halo porque se aprovecha del énfasis que ponemos en el final de las cosas, la gloria del vencedor, la importancia del último tiro. Y cada vez se usa más y más en los corrillos baloncestísticos. Nos encanta pensar en el último tiro. Con el reloj apretando. Y con el mejor jugador, a poder ser. Y no para agrandar una figura, sino para vilipendiar al blanco preferido en la NBA. Anoche, tras la derrota en el cuarto partido contra Philadelphia, otra vez se ponía la maquinaria en marcha. LeBrick (¿LeDrillo? ¿LePiedra? adaptado cutremente al español) se convertía en trending topic en Twitter. Los habituales, con Skip Bayless a la cabeza, se disponían a atizar.
Y sus compañeros lo corroboran La semana pasada, Sports Illustrated dio a conocer los resultados de una encuesta realizada entre 166 jugadores de la NBA, para conocer a quien quieren ver tirando el último balón del partido. Kobe Bryant domina con un 74% y le sigue Durant con el 8%. Wade, Nowitzki, y Allen también aparecen. LeBron, no. Ni un solo voto al, posiblemente, mejor jugador de la NBA.
La decisión es unánime. LeBron James no es un closer.
Dos preguntas. ¿Seguro? ¿Pasaría algo si no lo fuera?
Empezamos por la segunda. Si el closer se mantiene en el béisbol, no es por su eficacia, ya que la técnica ya ha sido demostrada inútil de manera estadística. Entonces, ¿por qué sigue existiendo esa figura? Es el factor psicológico, el poder identificar a uno de tus jugadores con el momento decisivo, con el final feliz, con el factor añadido, del miedo imbuido en el enemigo. O incluso, en el caso contrario, para poder echar la culpa a alguien.
Pero para que el closer pueda salir a ganar un partido en la novena entrada, sus bateadores tienen que haber conseguido más carreras que las que han permitido sus compañeros de bullpen al equipo contrario. Durante 16 ó 17 entradas disputadas, 9 o más bateadores y por lo menos un lanzador, tienen que haber hecho su trabajo para poder glorificar una noche más a la estrella del rock. Un closer jamás ganará un partido solo.
LeBron James es excelente durante todo el partido. Con los dedos de una mano se pueden contar los jugadores que habrían podido llevar a Miami al segundo puesto en el Este si lo reemplazaran. Si de verdad es un jugador tan horrible en el último minuto, la solución es fácil, su GM se tiene que encargar de rodearlo de jugadores que sí lo sean, que sepan terminar el trabajo en los partidos en los que James no ha sido capaz de dirigir a su equipo con superioridad insultante. Nadie se acordó de estos problemas cuando gracias a él aplastaban a Lakers el día de Navidad. O cuando por fin ganaron, y de 23, a Boston.
Pero, ¿de verdad LeBron James no es un closer? O mejor dicho, ¿existen los closers en baloncesto? Puede que su tiro de larga distancia no sea fiable. Que como muchos creen, en el último minuto no busca la línea por miedo a fallar tiros libres con su porcentaje bajo par. Pero es que, a LeBron, todos los fallos se le cuentan en el «haber», nunca en el «debe», como sucede con otros. Una verdad a medias repetida mil veces, se convierte en dogma de fe, y solo oímos hablar de los fallos de unos y los aciertos de otros.
A Henry Abbott de la ESPN se le ocurrió mirar los números en enero de este año, y viendo todas las situaciones en las que un jugador tiraba a canasta los últimos 24 segundos con su equipo empatado o perdiendo de 1-2 puntos se encontró que en los 15 años, Kobe Bryant es el jugador que más tiros de este tipo ha anotado. Algo fácil cuando has tirado 24 veces más que el siguiente que más lo ha hecho (Vince Carter). Algo feo cuando a pesar de tirar 24 veces más, solo anotaste 5 más que él. Y algo horrible cuando tu porcentaje, un 31.3% se coloca como el 25º de los 30 que han tirado más de 30 tiros. LeBron es el 18. Ray Allen, otro de los elegidos por delante de él en la encuesta realizada, es el 19. Y esto sin tener en cuenta, que olvidando (muchos lo han hecho ya) el periodo de Smushes y Kwames, a Kobe siempre le ha rodeado gente mucho más capaz de quitarle presión, que cualquiera de los Cavaliers a LeBron.
Centrándonos en esta temporada regular, y echando un vistazo a las estadísticas publicadas por 82games.com que resumen el comportamiento de los jugadores cuando quedan 5 minutos por disputar del partido, y ninguno de los dos equipos se distancian en más de 5 puntos en el marcador, lo que podríamos llamar minutos decisivos, cuando aparece el gen clutch, hay empate técnico entre el Yin James y el Yang Bryant.
Kobe promedia 49.8 puntos cada 48 minutos decisivos por los 45.1 de James, pero LeBron tira menos, y lo hace de manera bastante más eficiente (0.6029 sobre 0.5391 en True Shooting %). James utiliza menos a sus compañeros, tanto como para crearse su propio tiro (un 23% de sus canastas en ese periodo son asistidas, ante un 27% para Bryant) como para pasarles (4.9 asistencias LBJ, 7.6 KB por 48 minutos decisivos). A cambio, rebotea mejor, tapona más y la pierde menos. Con LeBron en estos minutos, su equipo ha sido mejor que el rival por 0.33 puntos cada 5 minutos, y con Kobe 0.27. Y quedándonos en esta misma noche, la actuación de Kobe al final también ha dejado que desear. 0-3 en tiros de campo, 1-2 en tiros libres, solo 1 punto en los 5 últimos minutos. A la vista de estos números, ¿alguien puede decirme, realmente, por qué Kobe es indiscutible como el más decisivo y LeBron un paria?
No os voy a engañar, yo también me quedaría con Kobe al final de un partido. O incluso con Carmelo, el gran olvidado en el imaginario, pero rey en las estadísticas de este estilo. Incluso, ni siquiera lo eligiría a él en su equipo, sino a Wade. Pero es solo por sensaciones, por la confianza que me da, porque tengo mejores recuerdos de ellos. Pero basta con echar un vistazo a los números, para darnos cuenta que la percepción, y los ecos de lo que retumba en los medios de comunicación, a veces nos engañan.
Casi todos los jugadores NBA se comportan en los minutos finales de forma similar al resto del partido, pese a que no queramos creerlo. Por cada triple heroico sobre la bocina del que recordamos, hay dos fallos en partidos que no se guardan en el recuerdo, y que lo estampan contra el porcentaje medio de tiro del jugador. Michael Jordan, el jugador que a todos nos viene a la cabeza como infalible con el tiro ganador, anoto 33 de 58 intentos, un increible 56.9%, pero un aumento poco significativo sobre los 29 que hubiera anotado de haberse cumplido el promedio de su carrera. El mejor closer de la historia, apenas es un poco más efectivo que en el resto del partido.
Pero por algún extraño fenómeno, miramos con desconsuelo a LeBron por entrar tibiamente a canasta en una zona donde acierta el 72.1% de sus tiros, al mismo tiempo que pensamos que un tiro de tres de Kobe, de esos que solo mete un 32.3% de las veces en condiciones normales, con dificultad añadida, va a ser la panacea. Y la realidad es que un tiro final es como cualquier otro tiro. La aleatoriedad manda. Diantres, pero si Zach Randolph, con su etiqueta de ilustre perdedor habitual y de tirador de triples pútrido, metió uno en el momento más decisivo este sábado.
Pero nos encanta ver mitos y heroes caídos, recordar los desenlaces y revisitar la historia. Le hemos dado un rol especial al pitcher que sola y exclusivamente sale en la novena entrada con atronadora música de fondo, a pesar de que lo más inteligente sea sacar a ese jugador al campo, quizá antes, quizá después si el emparejamiento es desfavorable. Nos gusta más como suena The Closer, que el antiguo término que se usaba para referirse al lanzador final, Fireman (bombero). Y hace un tiempo, decidieron que les gustaba más bombero que, por ejemplo, eso, último lanzador. Si no hay épica, la inventamos. Y que importa que se sustente en algo.
Y por cierto, anoche, Rivera, el closer de los Yankees, el cerrador por excelencia, la deidad de la última entrada, se dejó empatar el partido por Baltimore. Y hace 4 días, en su actuación anterior, hizo lo mismo contra Toronto. Nadie es perfecto.
Así lucía este pasado sábado una de las entradas al American Airlines Center de los Dallas Mavericks después de las nevadas en Texas. Atención al peinado de Steve Nash en el vídeo que estaban pasando: uno de los mejores momentos de la franquicia… y de los peores del canadiense.
Pau Gasol: Su inicio de temporada ha sido brutal, incluso se le metió en la carrera del MVP, ahora ya con la entrada de Bynum, sus números han bajado, pero no deja de ser un año brutal para el de Lakers. Dirk Nowitzki: Nadie esperaba que los Mavs estuvieran haciendo lo que están haciendo y mucho de eso es gracias a Robin Hood. Kobe Bryant: Está en modo diesel, moderándose mucho, pero sigue siendo el mejor. Manu Ginobili: Podríamos aplicar la misma historia que con Dirk, los Spurs es el mejor equipo de la NBA y todo por ese cambio de juego, el más beneficiado, Manudo! Emeka Okafor: El lamentable sistema de puestos para el All-Star ha hecho que la lista de pivots del Oeste para elegir sea lamentable, así que con Okafor quiero dar mis respetos al brutal inicio de temporada que tuvieron Hornets.
Amaré Stoudemire: Ahora mismo para mi el MVP de la liga y gran valedor del resurgir de los Knicks. LeBron James: Empezó mal, bueno regular, pero ahora mismo parece que ha encontrado su hueco en los Heat. Derrick Rose: La lesión de Boozer hizo que se tuviera que tirar el equipo a la espalda y ahora con Boozer está disfrutando todavía más. Sin duda el mejor base del este. Dwyane Wade: Los Heat son su equipo y en cada partido demuestra quien es el que manda. Dwight Howard: Aunque carente de muchos movimientos que por cierto sí tiene Gasol, Howard es dominante y sin duda el mejor pivot del este.
Si de algo está sirviendo este inicio de temporada en la NBA es para ver que hay gente muy pero que muy solida ya en la liga y eso que apenas llevamos unos pocos días, es gente que… se ha cortado el pelo.
Por una parte tenemos a los Lakers, invictos en el momento de escribir esto y que tienen a un ex-melenudo, Gasol, que este verano a parte de descansar le dio por retocarse un poco el pelo y está demostrando que todo eso le está sirviendo para ser ya jugador de la semana y llevar las riendas de unos Lakers que con la ayuda de un banquillo que está sorprendiendo, son de momento el equipo a batir.
Luego esta Dirk Nowitzki, el aleman siempre empieza la temporada con la melena al viento hasta que el otro día dijo por twitter que se la cortaba, lo hizo… y al día siguiente su canasta le daba la victoria a los Mavs enfrente a los Celtics, unos Mavs que tienen a Tacañon Carlisle de entrenador de pelo siempre más que rehecho y que ahora luce un agresivo rapado, se habrá quitado las esposas defensivas? quien sabe.
También está el caso de Vujacic, sí, ya se que apenas juega en Lakers, pero él también se cortó el pelo hace nada y bien, de todos es conocido que hace unas semanas anunció su compromiso con Maria Sharapova, así que otro que le ha ido bien el corte de pelo.
Pero claro siempre hay excepciones a la norma y eso lo tenemos en el caso de Chris Bosh, que en los Heat de los Superamigos anda más perdido que el que drafteo a Miralles para los Heat. Con sólo 14.5 ptos por partido y una pauperrima cifra de 5.4 rebotes, empiezan a demostrar de lo sobrevalorado que estaba en Raptors, un equipo donde todo el juego pasaba por sus manos y claro… así subían los números, así que también el cortarse el pelo ha servido para demostrar lo que realmente era.