Hace ya un tiempo pudisteis leer en nuestro Twitter que había un rumor que decía que Wade cambiaría Jordan por Li-Ning, el rumor se cumplió y ya podemos ver su modelo para este año, las Way Of Wade.
Con este fichaje, la marca china espera dar el salto definitivo al mercado americano, si bien ya algunos jugadores lucen Li-Ning, un nombre como Wade es el paso definitivo.
Las Way Of Wade son muy, pero que muy jugonas, con dos colores iniciales llamados Shanghai y Beijing en los colores representativos de los Heat. No sabría decir cual me gusta más, pero me parece un paso adelante en el mundo zapatillil con una zapatilla que claramente te la podrías poner con cualquier cosa. Desde la W hecha con los cordones, hasta la suela semi transparente, pasando por ese toque así dorado en las negras o las lineas grises en las blancas…
Habrá que ver el rendimiento de la misma en pista y sobre todo si esta será la versión final que Wade lucirá en pista (todo apunta a que sí, pero aún no está claro…).
Así que lo dicho, las Li-Ning WoW llegan para hacer MUCHO ruido.
Cuando después de 334 minutos, 6 partidos, dos prorrogas y 3 cuartos del último partido, te juegas el pase a The Finals en 12 minutos es que ha habido de todo pero sobre todo igualdad, en 12 minutos todo se decidió y se demostró que los Heat más jóvenes y más frescos, pudieron con Celtics y se metieron así en su segunda final consecutiva.
El partido fue lo más igualado que hemos visto hasta el momento, si bien durante la primera parte del partido los verdes fueron siempre por delante en el partido y demostrando mucho control sobre el mismo. Rondo haciendo bien las cosas, Pierce anotando y Allen haciendo su faena. En cambio Garnett estuvo muy maniatado, sobre todo por su problema de faltas, una de las claves del partido.
En cambio Heat no se desconectó en ningún momento del partido, con un sorprendete Bosh desde la linea de 3 que con sus triples destrozó en la parte final del partido a Celtics. Lebron a su ritmo y Wade algo desaparecido la verdad… pero llegamos al final, al último cuarto y todo estaba empatado.
Era jugárselo todo a 12 minutos, jugárselo a ver quien era el mejor y aquí se demostró que los Heat estaban más frescos, con las ideas más claras y encima alentados por un AAA lleno hasta la bandera y chillando a más no poder. Celtics estaba bajando los brazos y poco a poco el partido se le fue.
Significativo fue el detalle de Doc Rivers retirando a su Big Three, parecía una gran despedida…
Anoche los Celtics salvaron una bola de partido si lo extrapoláramos al tenis, salió vivo del TD Garden y eso que hizo muchas cosas, no buenas, para estar ya más fuera que dentro en estas finales de conferencia frente a Heat.
Boston sabía que el partido de ayer era clave y por eso, tanto el equipo como los aficionados salieron a morder desde el salto inicial, la gran prueba de ellos el 21-9 inicial, todo a base de un Rondo que estaba a un nivel increíble y sobre todo el acierto desde la linea exterior. Así fuimos deambulando por el partido, con ventajas cómodas para Celtics, pero se veía que esto todavía no se había acabado.
La segunda parte fue todo lo contrario, Celtics se atascaron de una forma brutal en ataque, Rondo cual Chuck Norris, desaparecido en combate y claro, los Heat fueron subiendo y subiendo eso sí, duele ver la rotación de Heat… duele mucho la verdad.
Y qué hizo Heat para remontar? pues defender medianamente mejor y esto juntado con el shock ofensivo de los Celtics, más que nada porque Rondo volvió a ser el Rondo irregular que estamos acostumbrados, pues los de verde no sabían como atacar la defensa de Heat, cosa rara, porque la clave está dentro…
Con todo estoy y con Celtics pidiendo la hora desde la banda, Heat tuvo el ataque para llevarse el 3-1 y no pudo hacerlo… La prorroga fue lo más lamentable visto en bastante tiempo, eso sí, emocionante, pero el 4-2 total del OT refleja como los dos equipos estaban haciendo agua en ataque con Pierce y Culebron fuera por faltas y con un Wade que está haciendo una serie algo floja… Aún así, Wade de nuevo tuvo un triple librado para llevarse el 3-1, pero de nuevo fallo y los Celtics salen vivos.
Nos vamos a Miami, con una posible vuelta de Bosh, quien sabe… Celtics ha salido vivo de un partido donde estaba más fuera que dentro… momento clave? el pivotal decidirá…
Vamos a ser claros, nos da mucha pereza el Este. Así de sencillo, pero, como somos así de masocas lo vemos todo y anoche no faltamos a la cita en Miami para empezar a ver la final del Este entre Heat y Celtics.
Teníamos pocas esperanzas en esta serie y la verdad es que si somos sinceros lo vemos claro para Heat, pero leñe, siempre está ese factor Celtics de garra, veteranía y ‘magia’ por parte de Rondo que puede cambiarlo todo, pero ayer no hubo nada de eso. Ni magia, ni garra, ni veteranía… si hasta Allen falló tiros libres!!! algo que está siendo tremendo en estos PO…
Mientras Culebron y Wade a la suya, es decir, a destrozar todo lo que se le pusiera delante con 52 ptos entre los dos y luego con un poquito de Battier y de Chalmers, victoria sin mucho aprieto… En Celtics se veía hasta un poco de desidia y eso que se pusieron igualados a mitad del partido, pero en ningún momento se veía la posibilidad de ganar o de inquietar a los Heat… si hasta James le vaciló a Garnett… todo muy raro.
Ahora habrá que ver si Doc Rivers ajusta algo en defensa, como puede ser esa zona que utilizó al final o bien Rondo tiene uno de esos días de triple doble o al Big Three le da por aparecer, porque si no me parece a mi que Miami estará pronto repitiendo final…
Aunque ya han pasado unos días después del All-Star, aún estamos de resaca aquí en La Crónica Desde El Sofá y aún nos quedan detalles del partido que merecen ser comentados.
Y hablando de la presentación, Deng se saltó todo el protocolo y lució una camiseta con la silueta de África y con los colores de El Congo… le va a caer multa, pero detalle molón también.
El castañazo de Wade a Kobe fue la jugada más violenta vista en un ASG desde tiempos inmemoriables, de hecho Kobe está day-by-day debido a la rotura de la nariz. Parece ser y dicen las malas lenguas que entre los dos hay mucho pique…y siempre lo habido…
Otra más de CuLeBron, en la última jugada y después de cascarse unas canastas brutales, no le dio la gana tirarse el último tiro… miedo a fallar? vete tú a saber, pero su fama de esconderse en los finales de partido, ya la llevamos hasta el All-Star.
En el último cuarto, en el Este casi siempre tuvimos a Deron Williams de base titular, de hecho, en los momentos cumbres del partido era él y no Rose el que estaba sobre la pista. Muy listo Tom Thibodeau dejando a su chico descansar en los momentos de más desgaste…
En cambio Brooks, no dudo ni un instante de darle el partido a Durant, que fue sin duda el jugador que más minutos jugó de todos los presentes, más destacado del oeste y con ello el MVP. Dos formas diferentes de encarar un ASG desde el banquillo.
Kobe con sus 27 puntos suma en total 271 siendo el máximo anotador en la historia de los All-Star Games, superando ya a Jordan que es el segundo con 262.
Dwight Howard y Westbrook jugaron con las camisetas techfit de adidas, sí, esas que son pegadas al cuerpo. El año pasado las presentaron pero no las usaron, este año no las presentaron y las han usado.
Todo el mundo ha hablado que Bynum jugó muy poco, debido a una especia de revisión en la rodilla que se hizo, pero Steve Nash jugó aún menos… no se sabe muy bien por que, pero ya comentamos que estuvo durante mucho rato hablando con Brooks antes del partido…
El balón del partido fue un modelo exclusivo para el partido, con una estrella en uno de los laterales, con lo cual no se guardaba el mítico dibujo que estamos todos acostumbrados…
En el béisbol, la figura del closer (o cerrador, como dicen en Latinoamérica y prefieren las agencias de prensa aquí en España), el pitcher que sacan los equipos en la novena y última entrada de los partidos apretados para eliminar a los 3 últimos jugadores e irse a casa con la victoria, ha tomado una relevancia casi mística, gracias, en parte a nombres como los de Eric Gagne o Mariano Rivera.
Y en otra buena parte, al márketing asociado a la palabra. Repítanla para sus adentros. The Closer. Suena al nombre del héroe de una película de acción. O incluso el del villano indestructible. Suena al especialista que ante un enorme problema, aparece y lo resuelve de manera instantánea y plúmbea.
La palabra tiene halo porque se aprovecha del énfasis que ponemos en el final de las cosas, la gloria del vencedor, la importancia del último tiro. Y cada vez se usa más y más en los corrillos baloncestísticos. Nos encanta pensar en el último tiro. Con el reloj apretando. Y con el mejor jugador, a poder ser. Y no para agrandar una figura, sino para vilipendiar al blanco preferido en la NBA. Anoche, tras la derrota en el cuarto partido contra Philadelphia, otra vez se ponía la maquinaria en marcha. LeBrick (¿LeDrillo? ¿LePiedra? adaptado cutremente al español) se convertía en trending topic en Twitter. Los habituales, con Skip Bayless a la cabeza, se disponían a atizar.
Y sus compañeros lo corroboran La semana pasada, Sports Illustrated dio a conocer los resultados de una encuesta realizada entre 166 jugadores de la NBA, para conocer a quien quieren ver tirando el último balón del partido. Kobe Bryant domina con un 74% y le sigue Durant con el 8%. Wade, Nowitzki, y Allen también aparecen. LeBron, no. Ni un solo voto al, posiblemente, mejor jugador de la NBA.
La decisión es unánime. LeBron James no es un closer.
Dos preguntas. ¿Seguro? ¿Pasaría algo si no lo fuera?
Empezamos por la segunda. Si el closer se mantiene en el béisbol, no es por su eficacia, ya que la técnica ya ha sido demostrada inútil de manera estadística. Entonces, ¿por qué sigue existiendo esa figura? Es el factor psicológico, el poder identificar a uno de tus jugadores con el momento decisivo, con el final feliz, con el factor añadido, del miedo imbuido en el enemigo. O incluso, en el caso contrario, para poder echar la culpa a alguien.
Pero para que el closer pueda salir a ganar un partido en la novena entrada, sus bateadores tienen que haber conseguido más carreras que las que han permitido sus compañeros de bullpen al equipo contrario. Durante 16 ó 17 entradas disputadas, 9 o más bateadores y por lo menos un lanzador, tienen que haber hecho su trabajo para poder glorificar una noche más a la estrella del rock. Un closer jamás ganará un partido solo.
LeBron James es excelente durante todo el partido. Con los dedos de una mano se pueden contar los jugadores que habrían podido llevar a Miami al segundo puesto en el Este si lo reemplazaran. Si de verdad es un jugador tan horrible en el último minuto, la solución es fácil, su GM se tiene que encargar de rodearlo de jugadores que sí lo sean, que sepan terminar el trabajo en los partidos en los que James no ha sido capaz de dirigir a su equipo con superioridad insultante. Nadie se acordó de estos problemas cuando gracias a él aplastaban a Lakers el día de Navidad. O cuando por fin ganaron, y de 23, a Boston.
Pero, ¿de verdad LeBron James no es un closer? O mejor dicho, ¿existen los closers en baloncesto? Puede que su tiro de larga distancia no sea fiable. Que como muchos creen, en el último minuto no busca la línea por miedo a fallar tiros libres con su porcentaje bajo par. Pero es que, a LeBron, todos los fallos se le cuentan en el «haber», nunca en el «debe», como sucede con otros. Una verdad a medias repetida mil veces, se convierte en dogma de fe, y solo oímos hablar de los fallos de unos y los aciertos de otros.
A Henry Abbott de la ESPN se le ocurrió mirar los números en enero de este año, y viendo todas las situaciones en las que un jugador tiraba a canasta los últimos 24 segundos con su equipo empatado o perdiendo de 1-2 puntos se encontró que en los 15 años, Kobe Bryant es el jugador que más tiros de este tipo ha anotado. Algo fácil cuando has tirado 24 veces más que el siguiente que más lo ha hecho (Vince Carter). Algo feo cuando a pesar de tirar 24 veces más, solo anotaste 5 más que él. Y algo horrible cuando tu porcentaje, un 31.3% se coloca como el 25º de los 30 que han tirado más de 30 tiros. LeBron es el 18. Ray Allen, otro de los elegidos por delante de él en la encuesta realizada, es el 19. Y esto sin tener en cuenta, que olvidando (muchos lo han hecho ya) el periodo de Smushes y Kwames, a Kobe siempre le ha rodeado gente mucho más capaz de quitarle presión, que cualquiera de los Cavaliers a LeBron.
Centrándonos en esta temporada regular, y echando un vistazo a las estadísticas publicadas por 82games.com que resumen el comportamiento de los jugadores cuando quedan 5 minutos por disputar del partido, y ninguno de los dos equipos se distancian en más de 5 puntos en el marcador, lo que podríamos llamar minutos decisivos, cuando aparece el gen clutch, hay empate técnico entre el Yin James y el Yang Bryant.
Kobe promedia 49.8 puntos cada 48 minutos decisivos por los 45.1 de James, pero LeBron tira menos, y lo hace de manera bastante más eficiente (0.6029 sobre 0.5391 en True Shooting %). James utiliza menos a sus compañeros, tanto como para crearse su propio tiro (un 23% de sus canastas en ese periodo son asistidas, ante un 27% para Bryant) como para pasarles (4.9 asistencias LBJ, 7.6 KB por 48 minutos decisivos). A cambio, rebotea mejor, tapona más y la pierde menos. Con LeBron en estos minutos, su equipo ha sido mejor que el rival por 0.33 puntos cada 5 minutos, y con Kobe 0.27. Y quedándonos en esta misma noche, la actuación de Kobe al final también ha dejado que desear. 0-3 en tiros de campo, 1-2 en tiros libres, solo 1 punto en los 5 últimos minutos. A la vista de estos números, ¿alguien puede decirme, realmente, por qué Kobe es indiscutible como el más decisivo y LeBron un paria?
No os voy a engañar, yo también me quedaría con Kobe al final de un partido. O incluso con Carmelo, el gran olvidado en el imaginario, pero rey en las estadísticas de este estilo. Incluso, ni siquiera lo eligiría a él en su equipo, sino a Wade. Pero es solo por sensaciones, por la confianza que me da, porque tengo mejores recuerdos de ellos. Pero basta con echar un vistazo a los números, para darnos cuenta que la percepción, y los ecos de lo que retumba en los medios de comunicación, a veces nos engañan.
Casi todos los jugadores NBA se comportan en los minutos finales de forma similar al resto del partido, pese a que no queramos creerlo. Por cada triple heroico sobre la bocina del que recordamos, hay dos fallos en partidos que no se guardan en el recuerdo, y que lo estampan contra el porcentaje medio de tiro del jugador. Michael Jordan, el jugador que a todos nos viene a la cabeza como infalible con el tiro ganador, anoto 33 de 58 intentos, un increible 56.9%, pero un aumento poco significativo sobre los 29 que hubiera anotado de haberse cumplido el promedio de su carrera. El mejor closer de la historia, apenas es un poco más efectivo que en el resto del partido.
Pero por algún extraño fenómeno, miramos con desconsuelo a LeBron por entrar tibiamente a canasta en una zona donde acierta el 72.1% de sus tiros, al mismo tiempo que pensamos que un tiro de tres de Kobe, de esos que solo mete un 32.3% de las veces en condiciones normales, con dificultad añadida, va a ser la panacea. Y la realidad es que un tiro final es como cualquier otro tiro. La aleatoriedad manda. Diantres, pero si Zach Randolph, con su etiqueta de ilustre perdedor habitual y de tirador de triples pútrido, metió uno en el momento más decisivo este sábado.
Pero nos encanta ver mitos y heroes caídos, recordar los desenlaces y revisitar la historia. Le hemos dado un rol especial al pitcher que sola y exclusivamente sale en la novena entrada con atronadora música de fondo, a pesar de que lo más inteligente sea sacar a ese jugador al campo, quizá antes, quizá después si el emparejamiento es desfavorable. Nos gusta más como suena The Closer, que el antiguo término que se usaba para referirse al lanzador final, Fireman (bombero). Y hace un tiempo, decidieron que les gustaba más bombero que, por ejemplo, eso, último lanzador. Si no hay épica, la inventamos. Y que importa que se sustente en algo.
Y por cierto, anoche, Rivera, el closer de los Yankees, el cerrador por excelencia, la deidad de la última entrada, se dejó empatar el partido por Baltimore. Y hace 4 días, en su actuación anterior, hizo lo mismo contra Toronto. Nadie es perfecto.
Aprovechamos el día de Navidad para hacer un repaso hasta de lo que llevamos de Liga hasta ahora, con más de un tercio de los partidos ya jugados. Damos nuestras elecciones para los Premios y a quién pondríamos en el All Star.
Oeste Chris Paul
Kobe Bryant
Kevin Durant
Dirk Nowitzki Yao Ming Pau Gasol
Banquillo: Steve Nash, Manu Ginobili, Carmelo Anthony, Kevin Love, Tim Duncan, Russell Westbrook, Deron Williams Menciones: Blake Griffin, Monta Ellis, Paul Millsap.
No me convence dejar fuera del quinteto titular a los jugadores del mejor equipo de la Conferencia, y sé que no coincido con muchos metiendo a Love, que está haciendo sus números en uno de los dos peores equipos de la Conferencia por delante de la espectacularidad de Griffin, la anotación de Ellis, la solidez de Millsap o alguna otra propuesta, pero creo que Kevin lo merece. La elección de los titulares es casi por defecto, podría cambiar los cinco y quedarme igual de tranquilo. Este Derrick Rose
Dwyane Wade
LeBron James
Amar’e Stoudemire
Dwight Howard
Banquillo:Rajon Rondo, Paul Pierce, Kevin Garnett, Al Horford, Andrew Bogut, Raymond Felton, Danny Granger Mención: Chris Bosh, Josh Smith
Tres Célticos, dos de Miami y New York, y el resto que se divide entre los equipos de Play-Off que quedan. Merecedores de un sitio en el All-Star en el Este no ha habido mucho más.
MVP Desierto
Cuando los Hornets lideraban la Conferencia Oeste, Chris Paul era la clarísima elección, pero ahora que el equipo de New Orleans ha caído, tenemos que los tres mejores equipos, Boston, San Antonio y Dallas, son ejemplos de claro trabajo coral, en Miami y Los Angeles no podríamos elegir entre los dos machos alfa sin cometer una injusticia y podríamos buscar motivos, y encontrarlos, para añadir a Deron Williams, Derrick Rose, Kevin Durant y Amar’e Stoudemire a la conversación. Si hacemos una lista de 10 jugadores, podríamos encontrar motivos a favor y en contra de todos. Aunque quizá a méritos iguales uno debería quedarse con el mejor jugador, y ese es LeBron, el MVP tradicionalmente es mucho más y en cinco minutos cambiaría de idea, así que el premio queda desierto, y veremos quién lo quiere más de aquí al final de la temporada.
Rookie del Año Blake Griffin
Poco hay que decir. 20.9 puntos, 12.4 rebotes con la que es posible que sea la mejor temporada en una década de un Rookie, y sus promedios parecen ir a más semana a semana. Aunque su condición de novato tiene un asterisco, porque ya lleva una temporada con el equipo, lo que seguramente le haya adaptado en la adaptación a la Liga y a su equipo, con lo que ha hecho Blake hasta ahora, ha sido muy superior al resto de sus compañeros.
Menciones: John Wall, Landry Fields
Jugador Defensivo Kevin Garnett
Los Celtics son el mejor equipo en defensa de la Liga, mejorando incluso en los enfrentamientos señalados, pese a no haber tenido estabilidad en la posición de pivot en toda la temporada, y el principal responsable es el mejor defensor de la Liga por Deffensive Rating, Kevin Garnett. Probablemente en el mejor estado físico desde que llegó a Boston, a sus 34 años ya ha dejado de ser una figura mediática pero su eficacia defensiva es silenciosamente, y quién iba a decirlo para su figura, la mejor de la Liga.
Menciones: Dwight Howard, LeBron James, Andrew Bogut
Sexto hombre Jason Terry
Difícil ir contra el segundo máximo anotador en el segundo equipo del Oeste, pero el hecho de que juegue más de media hora por partido, y que sea el tercero con más minutos en Dallas le convierte en un sexto hombre entre comilllas. Al principio de la temporada hubiéramos puesto aquí, incluso por encima de Jet, a Wilson Chandler pero ya tiene casi tantos partidos como titular (14, los 12 últimos consecutivos) que como suplente (15) por lo que no podemos hablar ya de sexto hombre. Me quedo con ganas de nombrar a Tyrus Thomas: 11.3 puntos, 5.5 rebotes, 1.5 tapones y un magnífico 21.7 de PER viniendo desde el banquillo para jugar 20 minutos por partido, que por cierto, incomprensiblemente, promedia menos minutos que los dos últimos años, cuando está siendo el mejor jugador de la rotación interior de Charlotte. Pero también es muy posible que con Silas deje de ser sexto hombre.
Menciones: Tyrus Thomas, Shannon Brown, Thaddeus Young, Nick Young.
Jugador más mejorado Kevin Love
De 14.0 a 20.9 puntos por partido, de 11.0 a 15.6 rebotes que lideran la Liga, y sus números no han cambiado como producto de un gran incremento de utilización dentro del equipo (Westbroook) o un cambio a un sistema bueno para las estadísticas (Felton). A falta de un jugador que haya saltado del anonimato a la relevancia, que suele ser el típico ganador del premio, nos quedamos con el Wolf.
Menciones: Serge Ibaka, Raymond Felton, Wes Matthews, Arron Afflalo, Roy Hibbert.
Entrenador del año Gregg Popovich
Premio curioso el de entrenador del año, ya que si para el resto, la cantidad de victorias de tu equipo resulta fundamental, en este se premia la diferencia entre las previsiones al principio de temporada y los resultados al final. Que Phil Jackson lo haya ganado una vez, Jerry Sloan, ninguna, y Popovich, al que se lo damos este año, solo una también, mientras que lo tengan en sus vitrinas Johnny Kerr con una temporada de 33–48 (aunque fuera el mejor récord histórico de un equipo en su primera temporada) o Doc Rivers y Hubie Brown con dos 41-41 resulta muy curioso. De todos modos, estos Spurs, no solo lideran la Liga a día de hoy, sino que nadie lo esperaba. Además, Popovich está liderando al equipo en medio de la polémica y el escrutinio del divorcio de Parker, los jugadores veteranos están respondiendo (alguno como Ginobili incluso teniendo el mejor año de su carrera) e incluso ha sido capaz de integrar en una máquina tan bien definida a dos rookies que están ayudando al equipo, algo que otros entrenadores no se atreven a hacer. Menciones: Rick Carlisle, Monty Williams, Jim O’Brien.