Como ya hemos hecho en otras temporadas, iniciamos los PO Desde El Sofá, donde cada día escribiremos sobre lo que hemos visto el día anterior, a nuestra forma y siempre desde el sofá.
Nos vamos de nuevo al Barclays Center, Brooklyn, la gran manzana, para ver el cuarto partido de la semis del este entre Nets y los Heat, un partido que podía significar un punto y a parte en la serie o bien ser casi el punto y final.
Miami empezó dominando, con un Lebron James que se había puesto en modo ataque y que encima lo hacía con Deron Williams y Paul Pierce visitando el banquillo pronto por problemas de faltas, todo esto sólo hacía que nuestro amigo Culebron se empezara a hinchar a meter, cosa que hacía feliz a sus Heat.
Nets nunca se fue del partido y en un segundo cuarto algo extraño, Deron parecía que quería volver a ser aquel que algunas semanas fue el mejor base de la liga y mediante un parcial de 12-2, el equipo de Jay Z (el cual estaba en el partido junto con Beyoncé…pero sin Solange) se ponía por encima…hasta que se dejó llevar, sí, tal cual. La defensa de Kidd se tomó un respiro y esto frente a un James en Attack Mode, no se puede hacer, Heat 7 arriba al descanso.
Una de las cosas que más me gustó el año pasado de la franquicia de los Nets, era el ambiente que había en el Barclays Center, anoche no se vio nada de ese ambiente, incluso se escuchaba a parte del público celebrando canastas de Miami, algo más que raro. Apagado, muy apagado. Y mientras tanto James seguía sumando, pero sin mucha más ayuda por parte del resto de los Heat, con lo cual Nets siempre al acecho.
Y llegamos a ese último cuarto donde todo se decide y donde en los minutos finales, más concretamente a falta de solo 4, Brooklyn Nets se ponía por delante y ahora sí, esto parecía despertar a la parroquia Net, pero aquí se acabó. El nivel de sequía de anotación de los de BKN fue increíble y no volvieron a meter nada, todo lo contrario en Heat que con un triple desde la esquina de…BOSH! dejaba el partido ya sentenciado para el 3-1. Lebron falló el tiro libre final para irse con 50, casi y a pesar de haber dado un paso tremendo para pasar a las finales de conferencia, su cara era de cabreo por haber fallado ese tiro libre…cosas de Culebron.
Sofi del Día: Se lo lleva Spike Lee que estaba en primera fila viendo el partido con la camiseta de Lincoln de Jesus Shuttlesworth
Nuestra segunda parada en la Crónica On Tour tiene el mismo destino que la primera, el Madison Square Garden, pero esta vez para un partido con menos carga emocional como es el New York Knicks vs Atlanta Hawks.
Al contrario del otro día contra Lakers, esta vez decidimos ir al pabellón con algo menos de tiempo por delante, aún así, conforme nos acercamos a la entrada, vemos que la animación sigue en aumento, pero ni comparación a lo que vivimos contra Lakers, donde camisetas de los dos colores se mezclaban, esta vez poca gente de Atlanta.
Esta vez tenemos las entradas mejor situadas y no tenemos que ascender tanto por las entrañas del MSG, estamos en la zona contraria que el partido de Lakers y justo detrás de una de las canastas. Al entrar al pabellón hacemos el mismo ritual que en el anterior y cargamos de comida para no perdernos nada antes del entrar. Al llegar, nos damos cuenta que nuestras entradas son realmente mejores que las anteriores y admiramos la grandeza del Madison, vemos los estandartes, es impresionante.
Hoy voy con mi camiseta comprada el día de Lakers de Amaré, un poco chaquetero, lo sé, pero este era un souvenir que no podía faltar, al llegar a nuestros asientos y después de las fotos de rigor, nos sentamos y volvemos a disfrutar de la comodidad de los asientos del MSG, curiosamente iguales que a los del otro día de Lakers, es decir, el MSG tiene los mismos asientos para todos, estés donde estés.
Miro a la pista y veo a unos niños tirando a canasta, desconozco quienes son, pero una fuerte sensación de envidia me recorre el cuerpo, de nuevo me fijo en el techo, el mítico techo del Garden y de nuevo me estremece.
Poco para empezar y conforme se va llenando de gente, a menor ritmo que el otro día, salen los jugadores a calentar, New York Knicks sale con su chandal retro, señal que repetirán el equipaje del 69, me gusta. ATL sale de rojo, como mandan los cánones. Me pregunto si ATL saldrá con alguna retro… la respuesta es no.
Como el otro día con Shawne Williams, el marcador muestra la música elegida por Landry Fields en el pre partido, Black & Yellow de Wiz Khalifa, Moment 4 Life de Nicki Minaj y Six Foot Seven Foot de Lil’ Wayne… buenos picks por parte del rookie de los Knicks… Los equipos calientan tiro como el otro día, me fijo en Joe Johnson y en Mike Bibby, dos ‘leyendas’ de la NBA que están a ‘pocos’ metros, el tiro de JJ es tremendo.
Se acerca el momento del himno, pero antes salen a mitad de la pista Amaré Stoudamire y Landry Fields, este es el último partido pre-All-Star y ambos son la representación de Knicks en LA, ambos dan las gracias a los fans por el apoyo y los votos, gran ovación y en seguida momento del himno, mucho menos emotivo que el del otro día…
Tiempo de las presentaciones, los Hawks reciben sus correspondientes ‘buus‘ además muy acentuados ya que el anterior partido entre ambas franquicias acabó con una buena pelea entre los jugadores…
Se apagan las luces, es la hora de los Knicks. Aunque ya lo vi el otro día, vuelves a ponerte en modo piel de gallina cuando el MSG se oscurece y los jugadores son presentados con el público gritando sin parar. Las luces se vuelven a encender y me fijo en Spike Lee, está ya en su sitio con la misma indumentaria que el otro día, es decir, gorro naranja llamativo a más no poder y su camiseta retro naranja de Fields.
El partido está a nada de empezar y me fijo que el del asiento de delante se ha pedido una cerveza con una caña extraña no se muy bien de qué… algo peculiar. El partido empieza con Horford ganando el salto a Mozgov… y los primeros minutos son de una calidad más bien espesa, aunque los Hawks salen algo más enchufado. Mola ver jugar Bibby y a Johnson.
Al poco de empezar me empiezo a dar cuenta que detrás tengo un buen aficionado de los Knicks, comenta cada jugada, se lamenta en cada una de ellas, pero sin chillar mucho, como si se lo hablara a él mismo… es muy fan de Gallinari…
Llegamos a la media parte, pocos puntos como buen partido del Este y al estar en un anillo inferior al del otro día, decido darme una vuelta para ver el ‘ambiente’ del MSG. Mientras voy girando por el anillo, me fijo de nuevo en los estandartes, sobretodo en los de campeones, era otra época para los Knicks… demasiado tiempo?
De repente veo que en una de las puertas pone Team Store, así que allí que me voy, al meterme para dentro nada más cruzar el pasillo, me encuentro en lo que sería la tienda de los Knicks, llena de mil cosas todas con el logo del equipo. Al estar en obras, la tienda comparte espacio con la de los Rangers, aún así da gusto estar en esta tienda. Como no podía ser de otra forma, algo cae entre mis manos: una simpática camiseta de Mr. Happy con el logo retro de los Knicks, bonita para combinar con vaqueros. Allí en la tienda veo uno de los artículos más curiosos que me deja Nueva York… una manta con mangas de los Knicks!.
Al salir de la tienda sigo dando la vuelta al pabellón por mi anillo… y al ver todo el movimiento decido bajar… hasta donde me dejen, total, si me llaman la atención diría un simple: I’m lost sorry! y todos contentos. Así que bajo todo lo que puedo, justo hasta ya tienes que llevar pulserita para entrar, es decir, casi nivel de pista. Aquí el pabellón impresiona más, es ENORME. Nadie me dice nada, así que sigo por ese anillo y veo una especie de bar VIP de Coca-Cola… pero a este no se puede entrar…lástima.
El partido sigue a un ritmo tranquilo, con los Knicks dominando el partido y con un Amaré especialmente motivado, supongo que se juntaba el partido pre-All-Star y la batalla que hubo una semana antes… El tercer cuarto es justo donde los Knicks dan la puntilla, con dos triples de Fields que sentencian el partido para Knicks.
Al final la victoria fue para los locales por 102-90, con un Amaré con 23 ptos y Chadler con 20. Por parte de los Hawks, mucha aportación del quinteto pero poco más, Marvin Williams 17, Josh Smith 14, Horford 12, Bibby 15 y Johnson 11, vamos partido más que discreto por parte de ATL.
En este partido menos VIPS que contra Lakers: Forrest Whitaker, Matthew Modine, jugadores de los NY Yankees y el gran Dominique Wilkins que estaba comentando para la TV de los Hawks… Así también se vio muchísima menos animación que contra Lakers, menos bailes de las Knicks City Dancers y menos camisetas para el público… aún así pude coger un par de tubos de estos para hacer ruido, buen recuerdo.
Nuestro tiempo en el Madison se acababa y la verdad es que una sensación de pena me invadió… volvimos a pasar antes de irnos por la tienda, admirando como el MSG se vaciaba dejando los asientos casi desiertos… al salir una placa dando las gracias por la visita… era el mejor colofón para este sueño hecho realidad.
Primer partido en directo de NBA y por lo tanto nerviosismo e ilusión a niveles casi parejos, sobre todo cuando te encuentras en una de las ciudades más mágicas del mundo como es Nueva York. Además, iba a cumplir un pequeño gran sueño, ver a los Lakers de Kobe Bryant en acción.
Nos acercábamos a la hora de partido y decidimos ir con bastante tiempo de antelación, para disfrutar del ambiente previo a un partido de estas características. Conforme nos acercábamos al Madison, se empezaban a ver las camisetas y gorras de Knicks y algún que otro fan de Lakers. Yo iba con mi sudadera de Lakers y debajo una de las primeras camisetas que he tenido y la primera Laker, una del Threepeat amarilla con el 8.
Llegamos al Madison, imponente por fuera con su forma redonda, pero pronto te das cuenta que allí nada es lo que parece ya que la entrada al pabellón se encuentra por la 7a Avenida, justo en frente de la entrada del tren/metro de Penn Station, parece más bien la entrada a un edificio (de hecho lo es) que a un pabellón. Conforme entramos en las entrañas del edificio la gente ya está preparada para el partido. Vemos una cola de gente separada del resto, según tengo entendido en cada partido se ponen a la venta entradas de última hora y para este partido habían muy pocas, de eso avisaban unos encargados de los Knicks con megáfonos, avisando que era un Sold Out, es decir, todo vendido… con lo cual las entradas sueltas se podían contar casi con los dedos de las manos…
Antes de meternos en la zona de taquillas, donde ya está realmente la entrada al pabellón y previo primer control de entrada, compramos merchandising de los Knicks, recuerdos de una jornada que será inolvidable: gorras, dedos de gomaespuma y yo me hago con uno de mis objetivos, la camiseta blanca swingman con el 1 de Amaré…
Llegamos a la zona de taquillas, dos colas, una hacia la zona de las torres A/B y otra hacia las C/D, nos ponemos en la nuestra y ahí empezamos a sondear el ambiente pre-partido: gente ataviada con las ropas más diferentes de los colores característicos de Knicks, así como bastante gente Laker, más de la que esperaba. Cerca de nosotros, un doble de Kobe. Era tremenda la semejanza física con Bryant…
Los tornos se abrieron y poco a poco la manada fue lentamente hacia la puerta, pasamos nuestra entrada y nos metemos en las entrañas del Madison para subir hasta nuestro sector, que por cierto, era la parte más alta del pabellón. Mediante escaleras mecánicas vamos subiendo por nuestra torre, no sin antes pasar por la zona de avituallamiento donde, como es debido, cargamos al estilo americano: mucho de todo y bien grande.
Ya bien cargados de provisiones y después de subir mucho (ya no se podía subir más…) llegamos a nuestro sector, donde un amable empleado de los Knicks nos indica la situación exacta de los asientos… en ese momento levanto la vista y delante mía el interior de uno de los pabellones más míticos que se pueden visitar, momento de admiración y emoción. Disfruto de ese momento mientras dejo las provisiones debajo de unos asientos que luego resultaron ser extremadamente cómodos, me pongo de pie y sigo disfrutando. Estoy en el Madison Square Garden, voy a ver a Lakers y voy a ver a Kobe Bryant.
Los momentos previos al partido, son momentos de fotos, de no perderse cada uno de los rincones que nuestra vista llega a abarcar, la pista, las gradas, el marcador, el techo, los aficionados llegando… todo.
Salen los equipos a calentar, primero los Knicks a ritmo de DJ Fatman Scoop (DJ invitado al partido) y después de un vídeo que muestra la historia de Knicks, la gente aplaude a rabiar, al poco tiempo salen los Lakers y la gente de nuevo aplaude, aunque ya se oye algún ‘buu‘ característico, recordar que la gente en USA no pita para abuchear, sino que dice ‘buuuu‘.
Durante el calentamiento me fijo en ambos equipos, no hacen la típica rueda que conocemos en Europa, si no que cada uno va tirando y hace sus propios estiramientos. Con la ayuda de unos mini prismáticos miro a Lakers… Gasol, Bynum, Odom y Kobe que ya estaba en su zona favorita tirando de 3… Spike Lee ya está sentado en su asiento, luciendo un más que llamativo gorro naranja, a juego con su camiseta de Landry Fields.
En el marcador se muestra la música que ha elegido Shawne Williams para antes del partido, Safe 2 Say de Fat Joe, PSA de Jay-Z y Breathe de Fabolous, buenos temas, DJ Fatman Scoop los pincha los tres y mientras disfruto de la música empiezo a notar que cada vez hay más y más gente.
De repente veo unas banderas americanas que están a punto de entrar al campo, los jugadores se alinean y se hace el silencio. Las banderas llegan al medio de la pista, ya despejada, es el momento del himno. El speaker presenta a Jenna Ushkowitz de Glee que interpreta el himno de una forma tremenda (después me entero que esta chica ya con 13 años cantó en su día el himno también en el Madison…), que himno más bonito tienen los americanos, siempre lo digo y vivirlo en directo hace que gane mucho.
Los jugadores se van a sus banquillos y llega la presentación de Lakers, ‘buus‘ grandes para la misma, hasta que llega el momento Kobe y se oyen algunos gritos de admiración, no recuerdo si el mío entre ellos, tal vez sí… De repente se apagan las luces, el pabellón ruge mientras el marcador muestra un tremendo vídeo de presentación con el lema This Is Your Team, es la hora de los Knicks. Amaré sale el último viniéndose abajo todo el Madison, momento brutal.
Momento inicial del partido, ambos equipos con equipajes retro, Lakers jugando de amarillo con su equipaje de los 80, mientras que los Knicks de azul con el equipaje que le dio el anillo en la 69-70…salto entre dos entre Bynum y Mosgov, empieza el show.
Del partido voy a contar más bien poco, sólo impresiones, pero no puedo dejar pasar lo que sentí al ver la primera canasta tanto de Lakers (tiro libre de Bynum) como la primera de Kobe (un tremendo triple marca de la casa), es algo que se tiene que vivir, algo único.
El primer cuarto fue una brutal exhibición del 24 angelino con 19 puntos a cada cual más tremendo y con un buzzer beater contra Felton que hizo que todo el Madison exclamara entre ‘ooooh‘ y rugidos de los aficionados Lakers, muchos por cierto. Un primer cuarto de Kobe digno de grabar y dejarlo guardado, tremendo e inolvidable.
El partido estuvo medianamente disputado durante la primera parte, hasta que Lakers tomó el mando y ya la segunda parte fue un querer y no poder de Knicks mientras Lakers iban poco a poco sumando Kobe acabó con 33 ptos y 10 rebotes sin jugar el último cuarto mientras que Gasol sumó 20 ptos. Por parte de Knicks, Amaré hizo sus números con 24 ptos y 10 rebotes.
A destacar del partido, a parte del primer cuarto de Kobe, el alley-hoop que se marcó el bueno de Shanon Brown, brutal como coge el balón con una mano y la mata con 2, highlight tremendo. Por parte de los Knicks, me gustó Felton, parecía muy motivado ante el partido (y los focos que atraía), así como la primera parte en general de Amaré, que me demostró que es uno de los grandes ahora mismo en la liga.
Pero el partido dio para más, en las gradas teníamos a Kanye West, Rex Ryan (entrenador de los Jets), Anna Wintour (Vogue), Jessica Stam (módelo de Victoria’s Secret), Jeremy Piven (actor de Entourage) y Liev Schreiber (actor en Salt, X-Man: Lobezno, CSI…). Cada tiempo muerto era una fiesta en el MSG, a veces teníamos a las Knicks City Dancers o lo que es lo mismo, las cheerleaders de los Knicks, otras veces a los Knicks City Kids, otro grupo de baile, esta vez formado por niños que hacían unas cosas realmente tremendas. Y ni que decir del grupo de animación que lanzaban camisetas y demás y que evidentemente, ni usando los pistolones que tenían llegaban hasta donde estabamos nosotros.
El partido iba llegando a su fin, con una victoria clara de Lakers, lo cual hizo que las gradas del Madison se vaciarán conforme iba pasando el partido. Con lo cual allí nos quedamos los aficionados Lakers que incluso se atrevieron a cantar el ‘We Want Tacos’, mítico cántico del Staples cuando Lakers gana sobrado y el otro equipo no pasa de 100…
Sonó la bocina, se acabó y bajo el techo de un Madison bastante vacío, ambos equipos se iban a vestuarios, Lakers con una victoria más y Knicks con una sensación de querer y no poder. Nosotros, después de otras fotos de rigor, empezamos a marchar también, volviendo por esas escaleras mecánicas (ahora paradas) que nos llevaron por donde habíamos venido hasta la 7a Avenida, de nuevo llena de gente que salía del partido y de gente que simplemente pasaba por allí.
Los New York Knicks han andado durante muchos años por esa cuerda floja llamada Ni Fu Ni Fa, una cuerda en que muchas veces se han caido y muchas veces se hablaba del verano del 2010, como la época donde todo iba a cambiar. Este cambio se basaba en hacer hueco salarial suficiente como para atraer a dos de esas estrellas que durante el pasado verano iban a estar libres, sin equipo.
La jugada no salió como ellos esperaban y LeBron James, el gran objetivo, decidió llevar su juego a Miami, quedándose los Knicks tan sólo con Amaré Stoudamire y se empezó a buscar una segunda estrella… sin éxito.
Ya mentalizados con que Amaré iba a ser la piedra angular del proyecto, se decidió hacer un equipo alrededor de él, lógico. Se apostó por uno de esos bases que prometen pero que por una cosa u otra aún no ha dado el estiron, Raymond Felton era el jugador, el cual después de unas ‘buenas’ temporadas en Bobcats daba el salto de calidad hacia los Knicks en busca de ser el Nash que Amaré necesita.
Alrededor de estas piedras, un elenco de incognitas con Wilson Chandler como mayor promesa y con un Gallinari al cual se le iba a pedir mucho más este año.
La temporada no empezó nada bien, con un juego irregular y con derrotas frente a equipos que, a priori, no deberían presentar tal batalla. La gente empezaba de nuevo a soltar aquello de: otro año más…
Hasta que llegó mitad de noviembre, Felton poco a poco estaba más y más suelto, Amaré cada vez a mejor nivel y D’Antoni se había encontrado con un rookie con unas cualidades baloncestísticas dignas de un veterano, Fields, que ha dado ese paso adelante que se presuponía para otros jugadores. A partir de esta fecha, de 15 partidos, 14 victorias con Amaré a un nivel de MVP haciendo más de 30 puntos de partido y sobre todo con un Felton que empezaba a cumplir todo por lo cual habían apostado en NYC.
Pero tal vez lo más importante esté en el pabellón, en el viejo y mítico Madison, que otros años ha dado la espalda al equipo, no dejando de asistir, si no siendo un público frío que se limitaba a ir al pabellón a ver que pasaba ese día. Ahora el Garden es algo más, es un factor más, un jugador más que puede dar ese empujón en muchos partidos. El Madison vuelve a vibrar con los Knicks, eso el equipo lo nota y se contagia dejando a D’Antoni muy pero que muy feliz ya que su juego de correr y anotar se ve muy beneficiado con este ambiente.
La pasada semana los Knicks tuvieron dos platos fuertes en el MSG, Celtics y Heat. Ambos partidos fueron derrotas, pero derrotas muy diferentes a lo que estaban acostumbrados en la ciudad que nunca duerme. Contra Celtics, sólo una genialidad de Pierce (y un reloj mal ajustado) les privó de la derrota. Contra Heat, los Knicks aguantaron durante gran parte de partido, hasta que no pudieron con el último arreón de LeBron & Cia.
Estos Knicks tienen buena pinta, no creo que para emular a la época de los Frazier, Reed y compañía, pero si para entrar ‘fácil’ en los Play-Offs y ahí empezar a soñar. Pero ahora bien, Donnie Walsh sigue pensando en que falta otra estrella que acompañe a Amaré, el objetivo es Carmelo Anthony, pero aquí hay mucho que hablar.
Evidentemente los Nuggets pedirán bastante si el trade se hace y ese bastante más que probablemente incluya a Fields o Chandler o ambos, además de algún que otro jugador más como podría ser Gallinari, así que los Knicks tienen que valorar una cosa muy importante, quieren mantener el bloque que se está demostrando que es muy válido o quieren a Melo y ver qué pasa? esa es la gran duda.
Mientras tanto, el MSG se lo pasa bien y Spike Lee disfruta en los partidos… y tal vez eso sea lo más importante.