Sueño de una tarde de verano

El domingo estuvimos en el North Greenwich Arena (O2 Arena para los amigos) para presenciar la final de los JJOO de Londres 2012, en el partido que enfrentó a la favorita EEUU y a selección española de los Gasol, Navarro, Rudy y compañía.

Lo malo es que nosotros nos sabemos mejor los nombres de las estrellas de EEUU y claro, había para llenar 2 o 3 firmamentos. El Dream Team de Londres 2012 no ha defraudado, tanto por su capacidad mediática como por el juego que han desplegado en algunos momentos de la competición.

Los Durant, Bryant, James, Williams, Anthony, Paul y compañía se pasearon por la ciudad del Big Ben y no perdieron ninguno de sus partidos antes de llegar a la gran final. Porque no nos equivoquemos, España era el equipo ideal para disputar y disfrutar de una gran final olímpica.

Y el partido no decepcionó, lo ajustado del resultado final, 107 – 100, es una buena muestra del esfuerzo de los jugadores de ambos equipos. Además el ambiente, mucho más NBA que en la anterior cita que presenciamos a orillas del Támesis. Y es que aunque los españoles, como aficionados al baloncesto, seguimos siendo muy casual (eso de ir al partido de baloncesto, con la camiseta de la selección de fútbol..) el gran número de estadounidenses le daban toque especial, seguramente lo más cercano a ser un pabellón NBA a este lado del Atlántico.

Y como Shakespeare soñó de noche, los estadounidenses y españoles nos preparamos para hacerlo a la hora del té. Y soñamos hasta el final, aunque  la calidad del combinado norteamericano abrumara el juego español por momentos y se viera claramente quien iba a ser el vencedor. Tampoco hay que quitar ojo al gran partido de los Gasol o de un motivado Ibaka, pero España es España y somos españoles y criticamos lo nuestro: no nos gusto la rigidez defensiva del sistema de Scariolo o el teatro-drama de Navarro y Rudy.

Y mientras las estrellas a lo suyo, a tirar a canasta, coger rebotes y anotar sin parar. Un gran Kevin Durant escoltado por LeBron James y Kobe Bryant sentenciaron el juego del bloque europeo.

En definitiva, una gran final, seguramente, uno de los mejores partidos de selecciones de baloncesto que se recordará durante años y el broche de oro para la competición olímpica. Los españoles contentos, recortamos la distancia 2 puntos respecto a Pekín y los norteamericanos satisfechos, no se esperaba menos de ellos.

Ambientazo en Londres y a la espera que sea el principio de una gran amistad con el baloncesto, dado que no es un deporte muy reconocido por estas tierras.

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