Desmontando a Lin

Vaya por delante que me encantaría que Jeremy Lin se convierta en una estrella en la Liga. Me fascinan las historias de currantes, esas con un punto de perdedor (si es que a alguien que ha ido a Harvard se le puede catalogar de tal cosa), las que encabezan artículos y párrafos con un «contra todo pronóstico», las de dormir en sillones o en aeropuertos. Si bien a veces en esta era 2.0 en la que las noticias y las reacciones llegan por todos lados, tanto bombo puede saturar un poco, y yo estoy un poco aburrido de tanto Lin para allá, Lin para acá, la histeria tenderá a remitir y nada me gustaría más que Jeremy sobreviera a todo esto.

Pero uno, que es un poco escéptico, bastante rabelesiano, y amante, más de los números que de la luna cuando cae la medianoche, no puede parar de ver los astéricos en las actuaciones del taiwanés nacido en California, en vez de sentarse y simplemente disfrutar del espectáculo.

Empezamos por lo bueno, que lo hay: Jeremy Lin indiscutiblemente tiene nivel para jugar en la NBA. Poniéndole todos los peros que se quiera, está produciendo, cosa que mucha gente que también recibe minutos y oportunidad para tirar, no está haciendo. Y con Lin, New York, una franquicia que estaba desangelada, gana partidos. Desde que empezó la locura con los 25 puntos a New Jersey, los Knicks han encadenado 7 consecutivos ganando. En Toronto incluso, con él metiendo la canasta de la victoria. Aunque no mantenga los 24.4 puntos y 9.1 asistencias que promedia en este periodo mágico, que le pondrían en territorio MVP directamente, si se estabilizara en torno al 18/8 estaría metido de lleno en la conversación del All-Star… ya para el año que viene. Y no para darle pases a Shumpert en el concurso de mates, precisamente.

Ver jugar a Jeremy Lin además es muy divertido. Lo hace sin miedo, con agresividad, penetrando constantemente, dividiendo los dos contra uno como solo los mejores lo hacen, algo que es buena señal para su futuro. En la NBA moderna es importantísimo que el base ataque la canasta: puede crear mejores y más fáciles asistencias y si logra ir a la línea, estará ante el tiro más eficiente con el que se puede acabar una posesión después de un mate. Los mejores bases lo hacen. Durante estos 7 partidos, Lin promedia 8 tiros libres intentados por partido lo que le pondría 4º en la Liga por detrás de Howard, Durant y Love. Su 71.4% de acierto, aunque mejorable, no está mal. La receta para ganar, la sabe.

Es tremendamente inteligente, y a diferencia del resto de bases que tienen en New York, sabe ejecutar e interpretar perfectamente los bloqueos y continuación, algo que le va a venir muy bien a los Knicks, que tienen al que quizá sea, el mejor hombre alto en la Liga en esta situación, Amar’e Stoudemire, y otro de los más infravalorados en este aspecto, Tyson Chandler, que aunque no aporte el componente del tiro a media distancia, pone una presencia y envergadura a las pantallas como muy poquitos pueden hacer, finaliza bien cerca del aro, y mete sus tiros libres. Aunque la vuelta de Amar’e conlleve una pequeña bajada en los números de anotación de Lin, deberían aumentar sus asistencias (en los dos partidos con Stoudemire, 11 y 13 asistencias, nuevos récords personales) y la eficiencia del ataque de New York. Amar’e hará mejor a Lin y al equipo. ‘Melo… ya veremos.

Y hablando de compañeros, otro minipunto para Lin por la compañía con la que ha tenido que trabajar. A Steve Novak también lo han cortado dos veces, a Jared Jeffries también le cortaron los Rockets, Mike Bibby fue cortado por viejales, Bill Walker fue relleno en el traspaso del alguacilillo Nate Robinson y Landry Fields es una segunda ronda del Draft. El talento no sobraba, y él ha hecho lo que tenía que hacer.

Una vez que hemos comentado lo que nos gusta y por qué creemos que Lin tiene futuro en la Liga… vamos con los palitos. Los números de Jeremy Lin están algo… inflados. El sistema D’Antoni le permite acabar un volumen de posesiones comparable a los mejores jugadores de la Liga. Su porcentaje de uso esta temporada es del 31.1%. Sexto en la Liga por detrás de Kobe, Westbrook, James, Anthony y Durant. Y si pudiéramos aislar la estadística para estos últimos 7 partidos, creo que adelantaría a algunos de estos jugadores para ponerse al nivel de Kobe… o superarlo.

Es decir, Lin finaliza muchísimas jugadas con su tiro, con un pase, o con una pérdida, (de las que luego hablaremos y juega muchos minutos a un buen ritmo). Es decir, tiene más oportunidades de generar números. Para entender, y poder comparar la producción de un jugador, es importante ligarla al número de oportunidades que tiene. Es el mismo motivo por el cual la temporada anotadora de LeBron es mucho mejor que la de Kobe aunque Bryant anote casi un punto más por partido: hay una diferencia de 4.5 tiros por partido. En el caso de Lin, si comparamos los números con los bases que irán al All-Star, vemos lo siguiente:

Jugador Nº de posesiones/partido que acaban en tiro, asistencia o pérdida
Jeremy Lin 35.5
Deron Williams 32.3
Russell Westbrook 31.2
Derrick Rose 30.3
Tony Parker 28.6
Chris Paul 26.6
Steve Nash 25.6

Es decir, y con el ejemplo más extremo, Lin finaliza 10 posesiones por partido más que Nash, un 40%, y más que muchos otros bases de la Liga. Si le dieran de 5 a 10 oportunidades más por partido para tirar o pasar, y eligiéramos las mejores rachas (suponiendo que esta es la mejor racha de Lin) muchos bases de nivel medio se acercarían a la producción de Lin. Un ejemplo bastante cercano: José Manuel Calderón. En sus últimos 4 partidos está promediando 22 puntos y 10 asistencias utilizando 27.4 posesiones por partido (11.1/8.8 en 20.8 posesiones finalizadas en promedio en el total en la temporada, 15 menos que Lin en su semana fantástica). En muchos casos, más de los que nos creemos, aparecen rachas muy buenas de jugadores por 5~7 partidos, y el aumento de producción es lineal con el de las oportunidades.

Ahora, si vemos el número de posesiones con resultado negativo (tiro fallado o pérdida), Lin también lidera la tabla, pero le han alcanzado Westbrook y Williams, que no son tan eficientes como el resto de sus compañeros en el All-Star.

Jugador Nº de posesiones/partido que acaban en tiro fallado o pérdida
Jeremy Lin 14.9
Russell Westbrook 14.9
Deron Williams 14.6
Derrick Rose 12.5
Tony Parker 11.6
Chris Paul 9.2
Steve Nash 8.3

Además, durante estos 7 partidos ha perdido el balón 5.3 veces por partido, por encima del 4.4 con el que lidera la Liga Westbrook. De seguir así, pulverizaría el récord de la Liga que puso Pistol Pete Maravich con 5 en cada encuentro en el ’78, primer año que se empezaron a registrar oficialmente. Obviamente, al igual que esperamos que los números positivos, los puntos y las asistencias, vayan regresando a la media, sobre todo porque el número de jugadas finalizadas por él tenderá a bajar, también el número de pérdidas debería de ir disminuyendo.

Y en cuanto a los resultados del equipo, los Knicks llevan 7 partidos ganados… con un calendario muy muy favorable. Han ganado a 4 de los 7 peores equipos de la Liga. Solo han ganado a un equipo que lleve más victorias que derrotas, los Lakers, que además, fuera de casa están entre los 10 peores de la Liga, llevando un registro de 5-10. Solo han jugado dos veces en el segundo partido de un back-to-back (contra Minnesota y Sacramento) mientras que 4 de estos 7 rivales se han enfrentado a ellos en la segunda noche de dos partidos consecutivos (Nets y Lakers además de los Wolves y Kings).

Está claro que esos partidos hay que ganarlos, tampoco queremos restar mérito gratuitamente. El jugador de segundo año ha ayudado a llevar a los Knicks a la victoria todas esas noches, y hay que estar ahí, pero hay que entender que su racha ha llegado en el que probablemente sea el periodo con el calendario más favorable para los Knickerbockers en todo el año.

Mañana viernes juegan contra los Hornets, el segundo peor equipo de la Liga por lo que la fiesta debería continuar, pero el domingo los Knicks en general, no solo el base, tienen un gran reto en Dallas, con un equipo que descansa el sábado.

Deseamos que Jeremy Lin siga soñando despierto, y sería bueno tanto como los aficionados como para la Liga, haber descubierto una nueva estrella… pero no son Lingotes de oro todo lo que reluce.

(A ver si pensabais que os ibais a librar del juego de palabras).

Stringer y Avon

Cuando Kevin Durant se perdió por lesión un par de partidos contra Boston y Milwaukee en noviembre, Russell Westbrook lideró al equipo en ambos partidos fuera de casa y fue nombrado mejor jugador de la semana. Un poco más tarde, el 1 de diciembre, con Durant también fuera, Westbrook le colocó a los Nets un 38-15-9. El columnista de la ESPN Bill Simmons, se preguntaba si la situación entre Durant y Westbrook no acabaría como la de Avon Barksdale y Stringer Bell, primero y segundo del clan que controlaba la droga en West Baltimore en la maravillosa serie de HBO The Wire.

Por su carácter urbano y callejero, The Wire es un lugar común de las referencias cruzadas entre la cultura popular y el baloncesto. Reciente tenemos el maravilloso artículo del periodista Quique Peinado sobre la relación entre la serie, la ciudad de Baltimore y el baloncesto. En el caso que nos ocupa la comparación se sustenta en el momento de la serie en el que Avon, dueño y señor indiscutible de la Barksdale Organization, va a la cárcel, y su número dos, Stringer Bell, se convierte en el macho alfa. Algo tiene el poder, que todo el que lo prueba no sabe después apartarse a un lado. Y ahora que Westbrook sabe lo que significa ser el jugador franquicia y puede cumplir ese papel, ¿por qué iba a querer dejarlo?

En las relaciones de equipo, los de Oklahoma parecen un equipo ejemplar. Kevin es el compañero que todos querríamos: no ha dudado en extender su contrato a la primera ocasión que tuvo, pidió a la Sports Illustrated que Krstic y Sefolosha le acompañaran en la portada del semanario, y no tiene problemas en que su madre lleve las camisetas del resto de sus compañeros en primera fila del Ford Center entre otros muchos detalles de los que la prensa se ha hecho eco. Uno no se imagina a LeBron James dejando a Gloria vestir el número 13 de Delonte West. Oops.

Pero ya veremos si Russell está tan rápido para firmar la extensión. Está jugando a nivel All-Star, aunque por culpa de la profundidad del Oeste y la ascendencia de los veteranos, no lo sea al final. Con la nominación de esta semana, lidera la Liga en veces que ha sido nombrado Jugador de la Semana, tres, por delante de Nowitzki y el quinteto Este del All-Star completo (Rose, Wade, James, Stoudemire y Howard) que lo han sido solo dos. Durant, ninguna. Pese a estar anotando menos (22.5 a 28.2) y de manera menos eficiente (.534 contra .591 de True Shooting) que Durant, da 8.4 asistencias por partido y su porcentaje de utilización dentro del equipo es prácticamente idéntico al de Kevin: 31.2% Durant por 31.1% de Russell. Westbrook no es Durantula, pero para Oklahoma es casi tan importante.

Estoy seguro que su agente, Arn Tellem, va a pedir el máximo para él, cualquiera que sea este después de negociar la nueva CBA. Si los Thunder tienen ganas de negociar, le enseñarán el contrato de Rondo (lejos del mínimo, aunque firmado antes de su explosión a supernova) y argumentarán los motivos por los que está por debajo de Paul y Williams en el escalafón. Todo lo que no sea presentarse en su casa de California el primer día que se abra el plazo con todo el dinero garantizado del mundo, es poner a prueba cuanto de Stringer Bell tiene Westbrook.

O simplemente, pagarán lo que se merece y punto pelota, que para casos como este han estado siendo responsables financieramente todo este tiempo. No creo que en el futuro vivamos una situación como esta en Oklahoma. Los Thunder tienen el ambiente, el vestuario, la organización y la flexibilidad económica necesaria para gestionar esta situación de manera satisfactoria. Pippen, que fue mucho mejor que Westbrook, también probó lo que significaba liderar a un equipo en solitario, no lo hizo nada mal, pero recibió a Jordan a la vuelta de sus aventuras por las Ligas Menores de béisbol con los brazos abiertos.

Prefiero pensar, que la relación de Westbrook y Durant, será como la de McNulty y Bunk, brindando por los años que nos quedan por vivir.

P.D: Hablando de Westbrook, quién nos iba a decir que la clase de UCLA de la temporada 07/08 iba a ser la de mayor valor NBA en 2011: Darren Collison, Russell Westbrook, Luc Richard Mbah-a-Moute y Kevin Love sería un cuarteto más apetecible ahora mismo para formar un equipo que otros grandes grupos de la década como los Florida Gators de 2007 (Taurean Green, Corey Brewer, Marreese Speights, Joakim Noah y Al Horford), los Connecticut Huskies de 2004 (Emeka Okafor, Ben Gordon, Charlie Villanueva, Josh Boone, Hilton Armstrong y Marcus Williams), los Kentucky Wildcats de 2010 (John Wall, Eric Bledsoe, Patrick Patterson, DeMarcus Cousins y Daniel Orton), los North Carolina Tar Heels de 2005 (Raymond Felton, Marvin Williams Rashad McCants y Sean May) y los Ohio State Buckeyes en 2007 (Greg Oden, Mike Conley y Daequan Cook). Pues ese equipazo de UCLA fue eliminado por Tigers de Derrick Rose, Chris Douglas-Roberts y Joey Dorsey en las semifinales, aunque ese partido está ahora mismo invalidado por las irregularidades en los reclutamientos de Memphis.