Un séptimo partido en unos PO de la NBA es de las cosas más jugonas que un amante a este deporte de la canasta puede ver. 3-3, todo por decidir donde un equipo ya ha tenido la oportunidad de ganar y donde otro viene por debajo. El punto máximo de competitividad y donde cada pequeño detalle importa.
Como vosotros, yo he visto ya bastantes, cada temporada tenemos la suerte de vivir alguno, sin ir más lejos la temporada pasada nos ofreció uno de los mejores en bastante tiempo, el Clippers vs Spurs de primera ronda, donde los de Paul dejaron a Popovich sin la oportunidad de encontrar a Lupita de nuevo.
Y qué pasa cuando ese 7o partido sucede en la final de la NBA? Una temporada de 1230 partidos de liga regular (más muchos de PO) se deciden en 48 minutos de basket (si no hay OT), lo máximo. Si encima juega tu equipo, más todavía y si encima es un Lakers vs Celtics. El orgasmo absoluto.
Mañana del 18 del junio del 2010. Ya se sabía el ganador, ya se había jugado ese 7o partido entre las dos franquicias más laureadas de la NBA, algunos estarían celebrándolo y otros pensando en la oportunidad perdida. Yo me levantaba, nervioso y poniendo en funcionamiento todos y cada uno de los mecanismos anti spoiler que los años y la experiencia me han hecho ir creando. En esta ocasión ni iba a encender el móvil el cual estaba en su modo avión.
Me sentaba delante del ordenador, sí, en esta ocasión no hubo sofá ya que por aquel entonces aun no tenía de un mecanismo eficiente para ver el Lp en la tv. Play. Empieza el partido.
Tranquilos que no os voy a resumir el partido, ni voy a aburrios con números y estadísticas, yo ese día tampoco estaba para eso. Sólo quería que al acabar el partido Lakers tuviera un punto más que el rival, sólo eso, nada más.
Recuerdo nervios infinitos, durante esta época, en el LP cuando había un tiempo muerto, no estaba cortado como ahora, es decir, te comías la mítica pantalla de Game Break que ahora mismo todos tenéis en mente. En esos momentos yo me levantaba de la silla, bebía agua, caminaba un poco…, porque claro, no quería pasar adelante no fuera que el reproductor hiciera algo raro y pam…spoiler. No, no quería.
No fue el mejor partido de Kobe, para nada, pero eso daba igual, había que ganar fuera como fuera y aquellos tiros libres de Vujacic o el triple de el amigo Ron Ron fueron claves para que Bryant finalmente cogiera la bola y saliera corriendo para celebrar el anillo.
El anillo era lacustre y lo celebré casi como si estuviera en el Staples, unas horas más tarde eso si.
Enchufaba el móvil, casi a medio día y efectivamente, varios mensajes al respecto del partido, alguno de ellos enviado ‘en directo’ durante el encuentro, así que de nuevo mis mecanismos anti-spoiler habían hecho su función. Mucho se habló a posteriori de que Celtics no tenía a Perkins e incluso Doc Rivers siempre ha dicho (y dirá) que nunca perdió una serie con su quinteto inicial, pero fue anillo para los de dorado y purpura, el 5o anillo de Kobe, el 2o de Gasol, el último de Phil Jackson… y se había ganado en un 7o partido en el Staples ante Boston Celtics…
Lo máximo.