Como ya hemos hecho en otras temporadas, iniciamos los PO Desde El Sofá, donde cada día escribiremos sobre lo que hemos visto el día anterior, a nuestra forma y siempre desde el sofá.
No es que San Antonio ‘mereciera’ volver a las Finales a por la revancha ante los Heat. Querer darle pátina de justicia a lo que no es más que una amalgama subjetiva de gustos, simpatías, correcciones imaginarias del destino y narrativas que queremos volver a ver, es de todo menos justo.
Pero el deporte en sí, lo es. Dos equipos frente a frente en la misma pista, con el mismo balón, y reglas idénticas. Pase lo que pase, siempre lo merece el que anota al menos un punto más que el rival.
Y así es como San Antonio se ganó volver a estar en las Finales, aunque cerca estuvo de no merecerlo por el resultado. Un partido fabuloso para el espectador, lleno de alternativas e igualdad, con prórroga incluida. Dos estilos de juego diferentes, dos plantillas armadas a su manera.
Sin Tony Parker desde el descanso (primer gran factor de cara a las Finales), San Antonio no le perdió nunca la cara al partido, y de hecho, llevó la voz cantante en todo un último cuarto, que de haber acabado con otro resultado, habría podido ser el equivalente algo menos doloroso al 6º de las Finales en la pasada temporada.
Cerrando el tercer periodo, los Spurs se marcaron un parcial 9-0, que les ponía 10 arriba, en el que vimos la que seguramente sea la jugada colectiva más brillante de estos Playoffs, que se ejecutó además en el tiempo justo gracias a la perspicacia de Manu, dejando unos segundos para una última jugada en ese cuarto, que acabaría en un 3+1 para Danny Green. Ventaja que por primera vez alcanzaba la decena, sin notar que Parker no estaba, con OKC reducido a su mínima expresión: los fogonazos de sus estrellas, Ibaka mermado aparte. Todo a favor.
Pero de repente, Durant, y sobre todo Westbrook (serie monstruosa, para bien, la suya), que no perdieron la fe, comenzaron a escalar, y San Antonio se iba dejando unos puntitos aquí y allá que tendrían toda la pinta de lamentar. Un par de tiros cerca del aro mal resueltos por Kawhi Leonard, un mal pase que impide aprovechar el emparejamiento Duncan–Fisher, el tapón ilegal que se tragan los árbitros a Manu (luego algo recompensado al no señalar falta en un bloqueo ilegal de San Antonio), un tiro libre fallado por el argentino tras ver en pantalla la siempre fatídica infografía informándonos de que había anotado 41 de los últimos 43, el tiro final del propio Ginobili, y el palmeo fuera de tiempo de Duncan. Las nueve derrotas seguidas en el estado de Oklahoma, tanta oportunidad perdida el día que mejor color tenía para enterrar el gafe, y otra prórroga más en un Game 6 decisivo, hubieran puesto de los nervios a cualquiera.
Pero cualquiera no tiene a Tim Duncan de tótem, que con 7 puntos sobre Ibaka en la prórroga, dejó los fantasmas bien enterrados. A estos, que ahora vienen los de Florida.
La única recomendación que os puedo hacer: si no lo habéis visto, ponedlo ahora mismo. Si ya lo habéis hecho, guardadlo, porque algún día querréis repetir. Hay partidos que se analizan, se comentan o se explican. Este es de los que se disfrutan.
Sofi del día: El fallo de Ginobili en lo que podría haber sido la canasta ganadora en el tiempo reglamentario, acabó con el árbitro James Capers despedido a trompicones… llevándose por delante a Jimmy Goldstein. Leave Jimmy alone!