PO Desde El Sofá (V): Hay dos sin tres

Después de ser barridos por los Spurs en las dos últimas series de Playoffs entre ambos, no se repetirá la historia por tercera vez: los Grizzlies han vuelto a ganar a San Antonio en Playoffs.

Y creo que no han sido ni dos ni tres, sino alguna más, las veces que ha tocado abrir una de estar primaverales crónicas desde el sofá con una oda a Zach Randolph, pateador de culos profesional desde 1980yalgo. Entraría a la Wikipedia a buscar qué coño es un haiku para poder dedicárselo, pero me remordería la conciencia cuando vea el mensaje del jefazo pidiendo pasta y, total, Z-Bo tampoco lo iba a leer.

De vuelta en el quinteto titular (junto a James Ennis) después de que ese cambio de Fizdale espabilara al equipo en la segunda parte del partido anterior, el ala-pívot cogió la linde en el segundo cuarto y poco después de mediado el tercer cuarto llevaba ya los 21 puntos con los que acabó el partido, y que dejaron a su equipo fuera del alcance de los Spurs. Además de los legendarios posteos y tiros de media distancia, Randolph añadió el triple con paso atrás desde la esquina (!) y un mate (!!) corriendo el contraataque (!!!) para completar una actuación fulgurante que le ganó los cánticos y el respeto de la buena gente de Memphis.

No fue sólo Z-Bo: Conley cerró el partido y por fin se puso de acuerdo con Marc después de dos partidos en los que parecía que sólo uno de los dos podía jugar bien al mismo tiempo. También los secundarios se hicieron notar esta vez para bien: Selden Ennis atacaron muy bien las recuperaciones defensivas, algo a lo que no se habían atrevido con decisión en anteriores partidos, Green trabajó en el rebote y no dejó que los interiores de San Antonio volvieran a ensañarse con él y Andrew Harrison… pues tiene dos ojos, una nariz y una boca. Después de la rajada contra los árbitros de Fizdale, Memphis estaba en la obligación de poner mucho de su parte, y aunque la cosa empezó muy mal, agotando el reloj de posesión en la primera posesión, a la hora de la verdad nadie falló a la cita, y le dieron al respetable lo que había venido a ver.

Había ganas de marcha, y el ambiente en The Grindhouse pinchó a los Spurs, que estaban tan fuera que Popovich llegó a cambiar al quinteto titular completo a los 75 segundos del tercer cuarto, señalando que no estaba contento ni con el que prepara los PB&J’s. Pero tampoco fue solución, y lo que al descanso era una diferencia de 4, y de 9 en el momento del cambio rápido y furioso, llegó a 18 a final del periodo. Esos 12 minutos fueron terribles para los Spurs, que no acertaron con el triple tras dos partidos brillantes hasta que fue demasiado tarde y llegaron a tener problemas hasta en la línea de tiros libres.

Esta encarnación de los Spurs es la más dependiente de las individualidades que podemos recordar, y cuando Kawhi Leonard tiene una noche simplemente buena, y nadie recoge el guante, puede haber ‘desastres’ como este. Paradójicamente, San Antonio tiene ahora en el alero lo que hace años era el perfecto anti-ejemplo del ADN Spurs. Un jugador finalizador que anota puntos a paladas, muchos en aclarados y yendo a la línea (desde donde sigue inmaculado en la serie, 32 de 32), y es el encargado de rescatar posesiones en coma. Que consigue lo suyo y no crea demasiado por y para los demás. Y atendiendo a lo que está sucediendo en esta serie, que defiende cero.

Que el vigente DPOY pueda en cualquier momento bajar el culo y poner el cinturón de castidad a cualquiera es una cosa. Que en realidad lo esté haciendo, otra. Y salvo unas posesiones del primer partido que podemos contar con los dedos de una mano en las que salió a por un Conley que se les estaba subiendo a las barbas, Kawhi ha estado, como la superestrella que es, aprovechando para coger aire en defensa. No es que los Grizzlies que ha tenido enfrente (Selden y Ennis principalmente) exijan mucho, pero si se está pasando la serie entera en tierra de nadie, ni defendiendo al osito que los Memphis han dejado desamparado en la esquina, ni protegiendo el aro, pues habrá que decirlo.

Y no es malo: les ha sucedido a otros muchos antes. Es muy difícil ser la excepción a estas alturas. Vendrán otras series y otros rivales que le lleven más cerca de sus límites. Pero ahora mismo Kawhi está mucho más cerca de ese Kobe resabiado, ese MJ que dejaba el trabajo sucio a Pippen, que de ser el «Duncan de los alas» que Greg Anthony mencionó en la retransmisión. Y el Plan B, LaMarcus Aldridge, no está muy alejado de esa idea.

Lo único a lo que se debe Pop es a la constante adaptación y actualización de lo que hace. Cada añada de los Spurs sale diferente, y la que vivimos en este momento depende más que nunca de la inspiración de un solo jugador. Y como el resultado han sido 61 victorias y dos victorias muy convincentes antes de este tropiezo, habrá que seguir confiando.

Sofi del día: James F. Goldstein estuvo allí. Take that for data.