Con Steve Nash camino de Los Angeles, tras haber tenido pie y medio en New York, los Nets llegando a Brooklyn gastando todo el dinero que pueden y trayéndose el que tal vez sea el contrato más desproporcionado de la Liga, y el resto de equipos gastando el dinero, en algunos casos, el máximo, en agentes libres, cabe preguntarse si el cierre patronal del pasado verano sirvió para algo. Si las diferencias entre equipos se agrandan, y los propietarios siguen metiéndose en contratos de muchos dólares…
Nosotros creemos que sí. Y empezamos por refutar la línea de pensamiento que gastando como lo están haciendo los equipos van a volver a perder dinero: los propietarios de franquicias NBA, al final del año pagan lo mismo a los jugadores, den los contratos que den. Y esa cantidad se redujo considerablemente con el nuevo convenio.
La cantidad que los jugadores cobran, es un porcentaje del ya famoso BRI (Basketball Related Income, Ingresos Relacionados con el Baloncesto). Al final del año, tras calcularse el BRI (el dinero total que los equipos han ingresado por entradas, derechos de retransmisión, etc.) se le asigna a los jugadores una cantidad determinada, que depende de un porcentaje fijo, tengan los contratos que tengan. Si el montante total de la suma de los contratos que han firmado los jugadores es menor que esta cantidad, la diferencia se reparte entre todos. Si fuera mayor, se descuenta también proporcionalmente de su sueldo. A los jugadores se les retiene un 10% que se les devuelve, con más dinero aún si los salarios quedaron por debajo, a final de temporada.
Y como ya sabréis, el porcentaje de dinero que se paga a los jugadores del BRI, bajó con el nuevo convenio, de un 57% a una cantidad entre el 49 y el 51%. Es decir, firmen los contratos que firmen, los propietarios pagan lo mismo, y esta cantidad es menor ahora que antes del cierre patronal. Así que cuando veáis los contratos que se dan, no os preocupéis mucho por los pobres propietarios, que ellos, como grupo en total pagan lo mismo. La preocupación, si acaso, por alguno en particular que superando el impuesto de lujo, y pagando la multa, pague lo suyo y lo de sus compañeros.
Y ahora vamos al segundo punto, al de la igualdad. ¿Uno de los motivos del cierre patronal no era tratar de acercar las diferencias entre equipos grandes y equipos pequeños? Sí, y hay mecanismos para tratar de evitarlo, pero algunos van a entrar en marcha a medio plazo.
Hay cosas de las que el cierre patronal no puede evitar, y es que en Los Angeles y Miami hace calor y hay playa, y en Milwaukee te mueres del frío. En New York están las mejores discotecas y en Oklahoma City a lo mejor tienen algún pub. En Texas y en Florida no se paga a Hacienda la parte correspondiente al impuesto estatal, y en Portland, Oregon, se paga el 11%. En Boston hay una tradición de 17 títulos ganados, y en Denver no han llegado siquiera a una final. Hay desigualdades que simplemente no se pueden compensar. Pero lo peor, es que hay General Managers inútiles, ineptos, que son incapaces de ver el panorama general y el concreto, de pensar, ni a corto, ni a medio, ni a largo plazo. Necesitan gafas de cerca y gafas de lejos, y se han puesto las lentillas al revés.
Respecto a los mecanismos del nuevo convenio, vamos a hablar de algunos de ellos, que deberían hacer más difícil a los equipos hacerse dinastías como las que se están viendo. En primer lugar, la antigua excepción de nivel medio, o MLE, que permitía a todos los equipos, pasaran o no el límite, 5 millones en un nuevo jugador, se ha modificado, dividiéndose en dos, la MLE, y la Mini-MLE. Ya desde el año pasado, los equipos por encima del impuesto de lujo (como los Lakers, por ejemplo) solo pueden pagar esa Mini-MLE de 3 millones a los agentes libres, y si un equipo la utiliza estando por debajo, su límite salarial se transforma en un límite duro, que se coloca 4 millones por encima del umbral del impuesto de lujo.
Por ejemplo, los Lakers, al estar por encima de esos 70.3 millones que marcan el nivel salarial a partir del cual se paga el impuesto de lujo, solo pueden usar la Mini-MLE de 3 millones. Los Nets, que se encontraban por debajo de esos 70.3 millones, podían utilizar la de 3 o la de 5, pero si utilizaban la de 5, su masa salarial este año no podía pasar en ningún momento, y con ninguna excepción (ni siquiera los salarios mínimos) de 74.3 millones. Es por eso, por lo que tras ofrecer la MLE completa de 5 millones a Mirza Teletović, los Brooklyn Nets, han tenido que convencerle (oliendo a chamusquina, por supuesto) para que se rebajara el salario a 3, ya que de otra manera, juntar a Dwight Howard con Deron, Johnson y Wallace este año, hubiera supuesto mantener a todo el equipo bajo esos 74.3 millones, para lo que los Nets tendrían que haber fichado otros 8 jugadores con contrato mínimo… de rookie. Es decir, todo el banquillo completo de los Nets hubiera estado formado por jugadores de segunda ronda o no drafteados.
Otro mecanismo que entrará en vigor el año que viene, es la modificación de los firma-y-traspaso. Movimientos como el que ha permitido llevar a Reggie Evans a Brooklyn Nets, o el que ha llevado a Steve Nash a Lakers (o pudo llevarle a New York) no serán permitidos el año que viene. El año que viene no podrán hacer un movimiento de firma-y-traspaso los equipos que queden por encima de ese límite de 74.3 millones o los que utilicen la MLE. Por tanto, a partir de la próxima temporada, el único tipo de acceso que equipos como Lakers (que superan esos 74.3 millones en masa salarial) tendría a agentes libres sería con los 3 millones de la MLE. No hubieran podido firmar a Nash el próximo verano.
Y el otro mecanismo que se va a imponer, pero que funcionará también de manera paulatina, es el aumento de las multas por situarte por encima del umbral del impuesto de lujo, los 70.3 millones. Este año todavía funciona de manera directa, 1 dólar pasado, 1 dólar pagado, por lo que los Lakers, que ahora mismo tienen unos 88.7 millones comprometidos, pagarán la diferencia, 18.4 millones, de multa. Y cada contratación que hagan ahora (el fichaje de alguien con la Mini-MLE de 3 millones, la renovación de Ebanks, contratos por el mínimo) lo pagarán doble.
El año que viene, el aumento es progresivo: se paga $1.50 por $1 si te pasas entre 0 y 5 millones, $1.75 entre 5 y 10, $2.50 entre 10 y 15, $3.25 entre 15 y 20, y .$50 de incremento sobre esos $3.25 cada 5 millones a partir de ahí. Por tanto, si los Lakers entraran el año que viene con una masa salarial de 88.7 millones, en vez de pagar 18.4 de multa, pagarían 7.5 por los primeros 5 millones, 8.75 por los siguientes, 12.5 por el tercer tramo, y otros 11.5 millones por el tramo de los 15 a los 18.4. Es decir, los 18.4 millones de multa de este año, serían 39.8 en 2014. Y de 2015 en adelante, a los equipos que hayan estado los 3 últimos años por encima del límite, pagarán un dólar más en cada tramo. Es decir, esos 18.4 millones de multa hoy, que el año que viene son 39.8, son 58.2.
Por tanto, los mecanismos están ahí. Los Lakers no habrían podido hacer el movimiento para fichar a Steve Nash el año que viene, y lo que pagan en impuesto de lujo se duplicará en 2014 y se triplicará de 2015 en adelante para una misma cantidad. Incrementar el salario va a ser casi imposible en el futuro, y no solo porque las multas se hagan mayores, que tal vez hay equipos y magnates rusos que pueden permitírselo, sino porque los movimientos por encima del límite se reducen prácticamente a la Mini-MLE de 3 millones.
Y lo único que les quedará son los traspasos directos, por supuesto. Jugador por jugador, igualando salarios. Y aquí es donde entran en juego los General Manager rivales, muchos de los cuales no tienen dos dedos de frente, y a los que seguirán tangando como medio de supervivencia. En Phoenix, compañeros de división de los Lakers, ahora firman como agente libre a Goran Dragic, el hombre al que mandaron a Houston junto a una elección de 1ª ronda mejor que las dos que les han dado los Lakers por Nash. La primera de ellas, la de 2013, es además, la peor entre la de Los Angeles y las de Miami. Una primera ronda en las últimas posiciones, en un Draft malo como va a ser teóricamente el de 2013, tiene poco valor, tal vez incluso, ligeramente negativo, por aquello de dar un contrato garantizado de al menos 2 años a un jugador que pueda no tener suficiente nivel. No nos extrañaría que acaben vendiéndola. Y de la de 2015, ya veremos, pero por ahí andará.
La reforma del convenio ha puesto unas mayores restricciones en lo que estos equipos pueden hacer, solo que algunas van a ir entrando en vigor paulatinamente, y sus efectos se empezarán a ver poco a poco. Lo que no pueden solucionar ni uno ni mil cierres patronales, es el encanto de ciertas franquicias. Ni curar la ineptitud de los herrados General Managers que abundan en la Liga. ¡Ay si Francisco de Quevedo fuera contemporáneo y escribiera sobre la NBA!