Avance de temporada 2013-2014: Orlando Magic

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Equipo en plena y completa reconstrucción y con el peor registro de victorias la pasada temporada, los Magic empiezan a formar un gran núcleo joven (8 jugadores por debajo de los 25 años), pero todavía tienen en plantilla unos cuantos veteranos que no casan con el proyecto como Jameer Nelson, Arron Afflalo, Glen Davis o el amenazado con el corte, Hedo Turkoglu.

Veremos como se las apaña Jacque Vaughn para tenerles contentos e integrarlos junto a las promesas en crecimiento de este equipo, que no tiene prisa por ser competitivo aún. La plantilla apenas se ha renovado, con la llegada de Oladipo, número 2 del Draft y un par de jugadores destinados a ser fondo de armario de la rotación (Jason Maxiell y Ronnie Price), por lo que será difícil no ver más de lo mismo, o algo muy parecido.

Pero esto se trata de aprender y de seguir construyendo de cara al futuro de la franquicia, que luce mucho mejor que el presente.

  • Radiografía de los Magic

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • To-do list

La lista de cosas que en Orlando deberían mejorar, si es que tienen ganas de hacerlo ya, es larga. Jacque Vaughn es un entrenador astuto y  que está al día de estos problemas y cómo resolverlos, pero muchos han sido producto del personal con el que tuvo que trabajar y resignarse. Para empezar, este equipo fue horrible yendo a la línea, acertando desde la línea de 3, y forzando pérdidas rivales.

En el contexto de una Liga que tira cada vez más de fuera, y en la que por tanto, el número de intentos de tiro libre está disminuyendo con el tiempo, los Magic de la temporada pasada fueron el equipo que menos tiros libres lanzó por partido en la Historia de la NBA (y los 76ers no estuvieron muy lejos de ellos). Fueron un grupo comodón, que se conformaba con tirar y encomendarse a las suspensiones, sin ser tan buenos como deberían para meterlas. La llegada de Oladipo puede ser una infusión de carácter al equipo, y si lograra contagiar algo de esa mentalidad al equipo, al modo de Westbrook en OKC, sería una muy buena noticia para el equipo.

Lo del tiro de tres, no tiene mucho arreglo a priori. A algunos de los miembros de la plantilla les faltaba el año pasado el rango para ser amenazas desde aquí, y otros como Afflalo, buen pistolero tras pase y como opción secundaria del ataque, no pudo crearse el propio tiro con garantías, quizá producto de la falta de talento anotador alrededor y debido a sus problemas físicos en la recta final del año. Ninguna nueva incorporación resuelve este problema a priori (Oladipo fue fantástico en acierto en Indiana el año pasado, pero con un bajo volumen y tras naufragar en su primera temporada), y este año no tendrán ni a Udrih ni a Redick durante buena parte de la temporada, así que tendrá que ser el desarrollo interno de los jugadores ya en plantilla (Harris, Harkless, que el espléndido tirador Doron Lamb justifique más minutos) lo que evite una marca que podría amenazar los récords en futilidad más recientes. El equipo tiró muchísimo de media distancia, tiros de 2 lejanos, y quizá estén limitados a ello por el personal, pero eso es una fórmula perdedora en la NBA: necesitan a quien pueda dar un paso atrás.

Y en lo de forzar más pérdidas, es igual que con los tiros libres, otro aspecto en el que el nuevo y flamante novato puede ayudar a poner el tono. Los Magic estuvieron entre los peores equipos de la Liga sacando faltas de ataque, forzando fallos en la línea de pase y fueron el peor con diferencia provocando errores sobre el balón. Así es como un equipo joven acaba tercero por la cola en puntos a la contra, sólo detrás de las franquicias de New York. Lo cierto es que en la segunda mitad de la temporada, con más minutos de Harkless, el mejor causando pérdidas y Harris, dispuesto a correr, los números mejoraron algo, pero todavía estaban en el tercio inferior. Este equipo, tal y como está construido, seguramente intente correr algo más este año, especialmente con Oladipo de base, aunque si no pueden forzar pérdidas, las ocasiones serán mucho menos claras: casi les viene mejor trabajar más la jugada de contra secundaria que la directa, con AfflaloHarris como tiradores rezagados.

Los mayores problemas están identificados, pero ¿la conveniencia de resolverlos? Eso tal vez es lo que más falla.

  • Regreso al futuro

Una de las pocas cosas en claro que sacó Orlando el año pasado es que Nikola Vucevic y Tobias Harris son jugadores de quinteto titular NBA.

A estas alturas hace 12 meses, estábamos hablando de dos incógnitas, que ahora ya son realidad. Vucevic fue uno de los mejores reboteadores de la temporada pasada (5º en la Liga por porcentaje) y aunque no es habitual que le hagan partícipe del juego, su tiro desde la bombilla, donde alcanza el 50% y su actividad en el tablero ofensivo, le permiten ser un buen y efectivo secundario en ataque. El siguiente paso en su desarrollo le tiene que llevar a finalizar en carrera y con potencia cerca del aro. Tiene manos seguras para recibir pases y elegantes para finalizar, pero aún carece de la fuerza para aguantar el contacto y sacar faltas. Orlando es el equipo de la Liga que menos va a la línea, y es en parte por culpa de su hombre grande: de los 85 jugadores de 2.08 metros o más con suficente tiempo de juego, Nikola es el octavo que menos va a la línea por minuto. Si se repartieran papeles en la NBA, ahora mismo el montenegrino caería en el grupo de los blanditos, pero no es un caso perdido. Y cuando sea algo más fuerte para anotar mejor, le llegará más el balón, y por tanto, también podrá devolverlo más, porque su habilidad pasando también es destacable.

Tobias Harris por su parte, se desmelenó al llegar a Orlando. Aunque hay mucho riesgo en las estadísticas de la última mitad de la temporada, sus 17.3 puntos por partido desde que llegó a Orlando están en línea con lo que hacía en Milwaukee en las pocas oportunidades que Skiles (y Boylan) le daba. Un anotador elegantísimo, es uno de los claros candidatos a ser jugador revelación el año que viene, y un favorito de los aficionados en cuanto se propague de boca en boca la necesidad de echarle un ojo a este chico, porque está en esa lista glamourosa de jugadores que tienen éxito haciendo difícil lo difícil, que atrae mucha más gente a la tele y los pabellones que los que simplifican lo imposible.

Harris es un jugador singular y contradictorio. Atrapado entre la duda sobre si es alero o ala-pívot. Verde, pero con gestos de veterano. No es un tirador regular, aunque anote desde cualquier lado de la cancha. Deja una serie de ganchos, floaters y tiros a tabla en lugar de finalizar con autoridad en el aro, y aún así va a la línea tantas veces por minuto como muchos hombres altos de los que se pegan. No es atlético, y, sin embargo, su primer paso es explosivo. Es versátil, porque hace muchas cosas bien, no porque no destaque en nada.

Jugar de ala-pívot ayuda mucho a su juego ofensivo porque coge desprevenido con su bote y su juego de cara a casi todos los rivales, y es demasiado rápido para ellos. Tiene tamaño para llevar a los aleros al poste si finalmente cambia de posición, pero no sé muy bien como anda exactamente de juego de espaldas. Por su habilidad y destreza en las proximidades del aro cuando lanza sus brazos arriba, tiene maneras, pero tendríamos que verlo. Como ya hemos comentado en el análisis de algún otro equipo, las noticias sobre el giro al small-ball a lo largo y ancho de la Liga han sido ampliamente exageradas, y siguen imperando los 4’s tradicionales, por lo que si quiere mantener la ventaja actual, tendrá que trabajar en todas esas pequeñas cosas que le permitan defenderse en el puesto. Por lo pronto, en el rebote, cumplió.

Y otra cosa mala que le podría pasar a Harris es enamorarse mucho de sí mismo, y enrocarse en el onanismo de todo lo que puede hacer. Su perfil, el de anotador solitario, de cantautor que escribe y toca el mismo su canción, puede ser dañino para un equipo si no es efectivo.Quizá sea muy injusto que en el reparto de papeles en la NBA no estén los de más talento individual, pero es así. La Liga está llena de gente que fracasaría en uno-contra-uno con jugones repartidos por China o ligas poco reputadas en Europa. Si no eres lo suficientemente bueno para echarte un equipo a la espalda a este nivel, mejor ser cola de león que cabeza de ratón.

Tiene 21 años y apenas pasó un año por la Universidad, en un programa que no está entre los destacados produciendo jugadores NBA (Tennessee) pero del que salieron Allan Houston o Bernard King. Lo que quiero decir con esto no tiene nada que ver con su linaje, sino con el hecho de que es un melón todavía por abrir. Sólo 11 jugadores de la NBA eran el año pasado más jóvenes que él. Necesitaba minutos y ya los tiene, para equivocarse y aprender, que son dos cosas que a menudo van de la mano.

Ahora, si la cuestión es si estos dos (magníficos) jugadores, como pareja, son el futuro de este equipo la respuesta es más nebulosa. No es porque con ellos en pista los Magic tuvieran una mala marca (el diferencial de -7.1 por 100 posesiones está en línea con el -7.8 en conjunto), algo de lo que no les podemos culpar, y no es que no puedan llegar a serlo, pero la NBA sigue siendo un juego de grandes hombres, especialmente fuertes y agresivos en el interior, y con estos dos, los Magic tendrían una de las parejas más dúctiles. Si ambos ponen kilos en el cuerpo (más fácil que lo haga Vucevic) y en el corazón, quizá acaben siendo compatibles, pero ahora mismo, parece fácil que los mejores equipos de la Liga abusen de su falta de dureza y contundencia.

Por eso no sorprende que uno de los dos agentes libres que han contratado los Magic, pese al perfil bajo de la contratación, cubra ese hueco de testiculina. Jason Maxiell quizá no juegue demasiado, pero además de poder enseñar a todos los jóvenes interiores de Orlando el arte del palmeo del rebote a un compañero, es un tipo duro que hará crecer como hombres a los niños con los que le van a juntar (recordemos que también están Nicholson y O’Quinn, que entran en su segundo año en la Liga).

Y otra cosa que hay que esperar: que los minutos a Glen Big Baby Davis no vayan a costa de los Baby Magic. Si en Orlando quieren tanquear, y perder partidos a esgalla, ponerle de titular es la mejor opción que pueden tener. Con los dedos de una mano de los Simpson se cuentan los jugadores que tiran tanto metiendo tan poco y defendiendo tan mal. Por lo pronto, no participará con el equipo en el Training Camp, y eso quiere decir que no estará al 100% para comenzar la temporada.

Pero nos tememos que con Harris y Vucevic, una gran cantidad de derrotas también se antoja inevitable por bisoñez y falta de acompañamiento. Así que ojalá sean los titulares. Porque ellos son su futuro, ya sea dentro de este equipo, o como relucientes piezas para poner en el mercado… y así nos lo pasaremos mejor todos.

  • Heart-Less

Si Harris es el duodécimo jugador más joven de la Liga (sin incluir los novatos que llegan este año), Maurice Harkless es el cuarto, y sin duda el jugador más verde (no por ser fan de Boston) de la plantilla de Orlando. Tuvo mucha suerte en caer en un equipo en el que pudieran darle tiempo en pista, y apostar por él: desde que recuperó la titularidad a finales de enero tras una lesión de Afflalo, no la volvió a soltar, promediando 35.7 minutazos por partido, lo que le convirtió en el 20º jugador con más presencia en toda la Liga durante los últimos tres meses.

Aunque tiene muy buenas condiciones físicas, más aún comparadas por ejemplo con las de Harris, lo que mostró la pasada temporada en su caso  pinta más a jugador secundario que referencia, aunque por supuesto, tenga tiempo para darnos la sorpresa. No crea diferencias en ataque , donde su caja de herramientas sólo tiene aquellas destinadas para finalizar, y la penetración ocasional cuando ve el camino más o menos libre, y no participa del juego colectivo.

En defensa tiene los típicos problemas de un recién llegado a la Liga en la comunicación y ejecución de los sistemas en grupo, pero destaca individualmente gracias a sus condiciones, brillando además en las categorías box-scoristas y de ligas fantásticas: fue 38º en stocks, robos+tapones, por minuto jugado.

La falta de tiro es un problema que ya era conocido cuando se le eligió, especialmente para jugar de alero, pero al menos hay una puntita de esperanza con el 35% de acierto (en tan solo 35 intentos) desde la esquina izquierda. Si puede mantenerlo, teniendo en cuenta su habilidad para hacer el movimiento «finta-y-ataque-recto-al-aro-si-el defensor-me-dejo-solo-y-ahora-vuelve-volando» puede que haya encontrado un sitio en ataque. Y también tiene que mejorar en tiros libres.

Lo más problemático es su aparente pasividad y la falta de participación. Mejoró según creció la confianza en él, pero en muchos partidos pasaban los minutos, y no había noticias de Harkless. No aprovechó demasiado los minutos para mi gusto, siendo un jugador con bastantes cosas que mejorar. Habrá que ver como sigue su progresión.

  • ¿¡Oladipo de base!?

Orlando probará, si no nos han engañado, a Oladipo de base esta temporada. El riesgo es mínimo si a Orlando no le preocupa perder partidos, y aunque el titular actual, Jameer Nelson, no es desastroso, ha caído en picado desde su cumbre personal en 2009 y ahora mismo es discutible que esté entre los 30 mejores en el puesto para este año alrededor de la Liga, y con 32 años a cumplir durante la temporada, seguro que no es Top 30 a medio plazo.

La progresión de Victor Oladipo me recuerda mucho a la de Russell Westbrook. No aparecían en las listas de mejores jugadores de insituto en 2006 y 2010 respectivamente. Los dos pasaron un par de años en universidades de postín, y antes de comenzar su segunda, y a la postre, última, temporada, las previsiones del Draft no les incluían en ningún puesto. Pero un gran año sophomore, en el que se hicieron notar por su intensidad, les catapulta directamente al Top 5 del Draft, con dudas sobre si deberían ocupar en la NBA de bases, la posición en la que no jugaron habitualmente en la universidad.

Pero dos carreras se desarrollan igual, hasta que dejan de hacerlo. Con Westbrook, su altura hacía obligada la transición al puesto de base, mientras que con Oladipo es una apuesta más arriesgada e innecesaria, que puede tener éxito siguiendo el molde que precisamente la figura de Russell ha creado. Victor tiene pinta de que puede atacar el aro con el mismo desenfreno, pero habrá que ver si esto tiene un efecto positivo en sus compañeros.

Aunque no cristalice en la posición, seguramente le venga bien a su desarrollo la experiencia en conducción del balón, conciencia de las líneas de pase y creación tras bote. También es interesante que vaya cogiendo ritmo tirando tras pase, pero hay muchas jugadas y maneras (que Vaughn bien conoce de su paso por San Antonio) para lograr que un jugador que sube el balón e inicia la jugada, pueda tirar posteriormente.

En general, será un año de desarrollo donde seguramente prime más el aprendizaje y el proceso que los resultados.

  • El resto de la tropa

A no ser que Orlando pegue el petardazo al principio de temporada, y empiece a ganar partidos y ver con buenos ojos pensar en los Playoffs, los Magic tendrán que escuchar ofertas por sus veteranos. Afflalo y Davis en realidad son relativamente jóvenes para crecer con este grupo, y el primero especialmente, tiene talento y ocupa ahora mismo una posición con hueco (si Oladipo es base, eso deja a E’Twaun Moore y Doron Lamb como el resto de escoltas de la plantilla), pero están en el mercado por el precio adecuado.

Por tanto, es muy posible que la plantilla que comienza la temporada en Orlando sea diferente de la que veamos al final (como el año pasado en parte, también) pero por lo pronto, Afflalo empezará presumiblemente como titular. Su reconversión de jugador secundario 3D (triples y defensa) a segunda o incluso primera opción en ataque ha sido infructuosa, y por el camino ha perdido ambas cosas. Cuando vuelva a su rol, seguro que será diferente, pero no sabemos si eso podrá ser pronto, o en este equipo.

A la sombra de los tres jóvenes que más prometen y de los que ya hemos hablado, están Andrew Nicholson y Kyle O’Quinn, elecciones del Draft de los Magic el pasado año. Son relativamente veteranos, ya que ambos pasaron 4 años en la universidad, y cumplirán 24 años a lo largo de la temporada, pero todavía encajan en el proyecto de reconstrucción de Orlando.

Nicholson demostró el año pasado que puede anotar. Vaya si puede. De hecho, sus 16.9 puntos por cada 36 minutos son más de los que nunca consiguió hasta esta temporada Glen Davis, y lo hizo con un porcentaje de tiro verdadero que Big Baby no había visto en su vida. Así que si Orlando necesita un anotador chuponcete unidimensional que juegue por dentro, pero con algo de tiro de media distancia, Nicholson>Davis. Peor reboteador de lo esperado (tiene una gran envergadura), y sin rango de 3 (lanzó 1.7 triples por partido con un 43.4% de acierto en su último año en la NCAA, pero no intentó ninguno en Orlando), su tiro desde las líneas de fondo fue automático y metió un 45.3% de los tiros a más de 5 metros de la canasta. Jugó muchos minutos de la basura, así que habría que ver lo que hace frente a una mayor y más dura competición, pero fue un año esperanzador para un jugador que puede hacer carrera de sexto hombre, sobre todo si resuelve los problemas en los tableros.

Por su parte, si Nicholson era una buena receta de anotación casi inmediata, O’Quinn lo mismo con el rebote. 17º de la Liga en capturas por oportunidad (más de 500 minutos jugados), entre Larry Sanders y Kenneth Faried, Kyle limpió los tableros cuando salió a cancha. Juega duro, hace el trabajo sucio, y no se complica ni intenta hacer lo que no puede. También metió más de un 45% de los tiros de media distancia, lo que le puede convertir en un jugador más útil en el futuro que otros reboteadores que no se han hecho un hueco en la Liga, como Haddadi, Dorsey o Shavlik Randolph. Lo que debería intentar de controlar es el número de faltas, no porque le puedan eliminar y le recorte los minutos, ya que eso es algo menos problemático como suplente, pero se van acumulando para el equipo: fue 6º en la Liga en infracciones por minuto.