Sé que venís aquí buscando una crónica, pero es que el partido no tuvo historia. Ninguna. Boston metió la primera canasta, y no volvió a estar por delante en todo el partido. Nunca se acercó. Perdió de 14. Fin.
Sería de justicia que habláramos de Prigioni, que hizo, tal cual, el partido que todo el mundo tenemos en nuestras cabezas cuando pensamos en Avery Bradley. O de Melo y JR (que fue expulsado por una de las suyas, un feo codazo a Terry), que siguen metiendo lo imposible. O de Felton, que hizo uno de esos partidos de los de su fase de madurito interesante. Pero es inevitable pensar en Boston.
Por primera vez seguramente desde que formaron el Big 3, Ainge podría explotar el proyecto este verano sin oír quejas. No digo que deba ni que vaya a hacerlo, pero a diferencia de otros años, en los que habría encontrado oposición por tierra, mar y aire, creo que en estos momentos, todo el mundo le entendería y de atizar algo, sería el cómo. Siempre habían igualado o superado las expectativas en Playoffs, lo que daba crédito y apagaba la lucecita de «Insert coin» un año más, pero con un topetazo como el de este año, la partida queda abierta para otros jugadores.
Para mí, la clave para tomar una decisión es Garnett. Los Celtics no son viejos como plantilla, pero es indudable que para dos de sus tres mejores jugadores, el final está cerca. Pierce está jugando muy mal en Playoffs, pero ha tenido una Temporada Regular notable. Simplemente, la lesión de Rondo le ha hecho cargar un peso tan descomunal que le ha dejado sin gasolina a estas alturas. Con la sorpresa positiva que ha sido Jeff Green, creo que los Celtics son irónicamente uno de los equipos que mejor podrían regular los minutos de The Truth de la próxima temporada en esta Liga, porque si va a pensar en Playoffs está claro que lo necesita.
Pero KG no tiene sustituto, y tampoco sé si remedio a estas alturas. Pese a que sus números son una fotocopia de los del año pasado, viéndole anoche me dio por primera vez la impresión de que él no quería estar ahí. Puede que simplemente se diera cuenta que el año había acabado, pero fue tan, tan, extraña esa sensación de ver a Garnett con los brazos caídos…
Tenga o no una reencarnación más esta gloriosa era, los Celtics tienen que comprar ataque y anotación. Aún a riesgo de que las diferencias tan grandes que han acabado teniendo los partidos lo desfiguren, su seña de identidad en estos Playoffs, al menos ha estado ahí. El índice defensivo tras tres partidos, 99.7, está bastante bien, y más con New York enfrente. El grandísimo problema es que se han quedado en 85.8 puntos por 100 posesiones, y eso es horrible. Los Kentucky Wildcats de 2012 no podrían ganar a los Bobcats, pero a lo mejor sí que llegaban a los 86 por 100 contra los Knicks, que son una defensa seria, pero no el acorazado Potemkin.
Este año han sido 20º en ataque y 6º en defensa, y aunque en parte se nota muchísimo la falta de Rondo, es un problema anterior a él, y que llegaban cargando desde hace tiempo. Si Ainge se ve capaz de remozarla con los pocos recursos que tiene, por las limitaciones habituales de espacios y topes salariales, y Garnett está listo para otro baile, ¿por qué no?
Oiremos hablar mucho de la reconstrucción de Boston, y a los Knicks los seguiremos teniendo por aquí. Y aún queda por lo menos un partido para cerrar esta serie. Pero la diferencia pareció anoche tan, tan grande… que cuesta creerlo.
El detalle: La diferencia en acierto de Jason Terry de jugar en casa a hacerlo fuera es increíble, su porcentaje efectivo baja del 59.4 al 45.6% cuando no está en Boston. Anoche metió 11 puntos en 9 tiros de campo (3 más desde la línea). Si los Celtics pudieran usarle sólo en el TD Garden (y en las posesiones de ataque nada más), sería un jugador bastante interesante.