PO Desde El Sofá (VI): A esto le queda cuerda

La NBA descubrió a Zach Randolph en unos Playoffs. Los más que nunca Jail Blazers, habían perdido los 3 partidos que abrían la primera ronda de 2003 contra los Mavs, y Cheeks, que lidiaba con las lesiones de Pippen, Anderson y Sabonis, decidió sentar a Antonio Daniels y probar poniendo de titular a un inexperto jugador de segundo año que estaba bastante atrás en la rotación. Z-Bo respondió con un 25-15, metió 22 puntos en el siguiente partido en Dallas, y otros 21 para empatar la serie en el sexto partido. Pero Portland perdió el definitivo y no volvimos a ver a nuestra Tortuga Ninja favorita jugando las eliminatorias por el título hasta 2011, ya en Memphis.

Con lo poco que duraron los Grizzlies en 2012, y por falta de ritmo debido a la lesión que le mantuvo fuera casi toda la (corta) temporada, aquellos primeros partidos, y los de la locura que fue 2011 son prácticamente lo único interesante que habíamos visto de Zach en Playoffs. Los dos de este año habían sido bastante decepcionantes para lo que se espera de él, y Hollins, de hecho, no le sacó del banquillo al final del segundo.

Anoche, aunque volvió a acabar con cinco faltas, la cuenta no creció hasta el final, con el partido ya decidido, y gracias a que no le pitaron nada en el primer cuarto (algo que claramente limitó su agresividad y tiempo de juego en encuentros anteriores), los Grizzlies le buscaron pronto y a menudo, y Memphis sacó partido de una de esas ventajas teóricas que tenían en esta serie. No llegó a los 34 puntos que marcan su máximo en Playoffs, pero cerca se quedó: 27, y 13 de ellos en un primer cuarto en el que los Grizzlies construyeron la ventaja que no iban a entregar en todo el partido.

La noche en la que Mutombo se había acercado a entregarle a Marc Gasol ese premio al Jugador Defensivo del Año delante del público del FedEx Forum, los Ositos tenían la obligación de defender bien, y lo hicieron: sólo 82 puntos para los Clippers, y un horrible partido del hombre que les mueve, Chris Paul. El ataque angelino pareció ignorarlo al principio del partido, organizando su ofensiva a partir de Billups y Griffin, y aunque es relativamente habitual que CP3 vaya apareciendo poco a poco, esta vez parece que no cogió el ritmo en ningún momento. La defensa Grizzly fue muy agresiva con él, sin miedo a rodearlo, con la intención de obligar a que fueran sus compañeros los que tendrían que batirles, y la esperanza de que el desgaste fuera haciendo mella. Sus tres pérdidas al descanso, o un airball quedando 4 minutos, demostraban que no era su día.

Otra de las cosas fiables a lo largo de la temporada que ayer le falló a los Clippers fue el banquillo. Como nadie hubiera imaginado, el mejor suplente del partido fue Quincy Pondexter, y en LA sólo apareció Odom. Malgastar sus 3 triples, cantidad que no metía desde hace 15 meses, el día que pierden de 12, no tiene perdón de Jimmy Goldstein, que además estaba allí, viéndolo en vivo.

Memphis controló el tempo y el tono, no hay nada que pareciera ir en contra de su dirección. Y así, siguiendo la corriente, fue día para disfrutar de Randolph, que además, protagonizó uno de los momentos ¿divertidos? de la noche, cuando tras una dura falta de Barnes bajo el aro, se rebotó con él, y mientas contactaba con un amago de cabezazo, al mismo tiempo parecía querer abrazarlo y hacerle una carantoña (vídeo en CBS Sports). Muy bipolar todo.

El caso es que carreras parecidas a la de un tipo como Randolph ya hemos visto otras veces, y no siempre han acabado bien. Trayectorias similares estaban kaput a estas alturas. Es un placer que él siga por aquí, y en el mejor momento del año. Larga vida a Z-Bo.

El detalle: El criterio arbitral de esta serie es como una contra de Tony Allen, o como una caja de bombones. De vez en cuando se cansan de pitar y todo mandoblazo es válido. Y cuando no lo tienen muy claro, con la doble falta lo arreglan.