PO Desde El Sofá (XXXII): Al tercero fue la vencida

Igualados prácticamente al descanso, y con una primera parte que encajaba perfectamente en la historia y paridad de esta serie, parecía que íbamos a seguir teniendo tazas de té en la segunda. Y entonces apareció el MVP, soltó el Kraken, y el partido sólo duró 12 minutos de juego, y 36 de tiempo real más.

Anotando, pasando (Haslem ya está 9 de 12 en estas series desde la línea de fondo izquierda, todos los tiros asistidos, por supuesto) y dirigiendo esa defensa que sólo encajó 13 puntos en el tercer cuarto, LeBron James hizo otro partido para adjuntar a su colección de clásicos en Playoffs. No entra directamente al número 1 de la lista, pero por importancia, tan clave como cualquiera de ellos. Sobre todo porque Wade y Bosh, por los motivos que sean, hicieron uno de los peores partidos, por dejar margen de error, en tres años de Big 3.

Los Pacers apenas percutieron en el rebote ofensivo, y la nueva estrategia anti-Hibbert, el dos-contra-uno por sorpresa, aleatorio e instantáneo, consiguió que dejara de parecer una mezcla de lo mejor de Russell y Olajuwon y jugara sólo a nivel All-Star. El quinteto titular de Indiana no estuvo nada mal en conjunto (dejó sólo un -2), pero debido a las faltas que acumularon Hill y Stephenson, apenas jugaron juntos 16 minutos, cuando su media en tiempo en cancha en estas series es de 27. Así, hubo que tirar del decepcionante banquillo, y tuvimos 18 minutos de DJ Augustin in session y otros 16 de Sam es la mayor ironía que con esa cara se apellide Young, lo cual es dar demasiada ventaja en unas Finales de Conferencia.

El partido fue bronco, con un par de enganchones de hombres altos, entre ellos el que debería haber supuesto la eliminación de Andersen, pero esta vez los árbitros no llegaron con el pito tan suelto como en el anterior, y pudimos ver por fin un partido de baloncesto, y no unas cuantas canastas entre falta pitada y falta pitada.

Miami está a un partido en dos oportunidades de llegar a sus terceras Finales consecutivas. Indiana tiene personalidad, pero será en el próximo partido cuando más tenga que demostrarlo. Veremos.

El detalle: La Iglesia Católica debería ver si uno de los misterios de Fátima era la resurrección de Mario Chalmers. Después de caer al parqué tras ir a por un rebote, retorcerse de dolor, y quedarse inmóvil de repente, en el último minuto del primer cuarto, un simple robo de Wade consiguió devolverle de entre los muertos, para irse a la línea en la contra a clavar un triple.