Avance de temporada 2013-2014: Golden State Warriors

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Golden State volvió a los Playoffs por segunda vez en casi dos décadas… ¡y qué vuelta! Como en la última vez, hasta salieron victoriosos de la primera ronda. Absolutamente letales desde el perímetro, de forma más disimulada los Warriors también tuvieron su primera buena defensa en no se sabe cuántos años y cerraron el rebote defensivo, y todo esto lo lograron, sorprendentemente, sin mucha presencia hasta la recta final de Andrew Bogut.

Uno de los equipos más divertidos para ver y disfrutar, con un jugador tan excitante como Steph Curry, los de Marc Jackson quieren llegar aún más lejos este año, apostando fuerte por Andre Iguodala, y si la salud les respeta, este año deberían ser aún más. 6 jugadores de menos de 25 años, y sólo David Lee con los 30 cumplidos dentro del núcleo del equipo, lo de que este equipo va a hacer mucho ruido, suena a tópico, pero en su caso no podría ser más cierto. Hasta su rabiosa afición cumple con ello.

  • Radiografía de los Warriors

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    En la radiografía intentamos recoger una amplia información estadística de cómo funcionó cada equipo el año pasado, en ataque y en defensa, comparando en que percentil (porcentaje de equipos mejor/peor que ellos) se encuentran respecto al resto de la Liga.
  • ¿Pequeños o grandes?

Cuando David Lee se lesionó en el primer partido de Playoffs, las opciones de los Warriors parecían desaparecer. Golden State acabaría perdiendo el partido (el Andre Miller Game), pero ganaron el siguiente, y el resto ya lo conocemos: destrozaron las opciones y el proyecto de los Nuggets y metieron algo de miedo en el cuerpo a los casi campeones Spurs.

El excelente nivel de los Warriors en general, y Harrison Barnes en particular, abría el debate sobre si esta temporada el equipo debería tener un juego interior tradicional, o la versión de small-ball que tan bien les funcionó en las eliminatorias por el título. Y la llegada de Andre Iguodala estira aún más la discusión, porque podría significar que Barnes, tras ser titular en todos los partidos en su año de novato, y dar la talla, pierda su condición si no pasa al puesto de 4, y si no es él, Klay Thompson, que no ha hecho nada malo para merecer que le sienten.

Yo creo que la buena actuación del equipo en la post-temporada tiene más que ver con un Bogut en condiciones (hasta que duró) que con el cambio de paradigma del equipo. Los quintetos con la pareja BogutLee también fueron bastante buenos, 3.7 posesiones por 100 mejores que el rival, y con la habilidad de Lee como tirador y pasador desde el poste alto, y la cantidad de tiro exterior de los Warriors, no es un equipo que tenga problemas de espaciado si juega con dos grandotes. De hecho, son de los que más trabajan los bloqueos indirectos, y les viene bien tener jugadores capaces de poner buenas pantallas. Yo mantendría a esta pareja, y aprovecharía la versatilidad de Iguodala, Thompson y Curry y las lesiones que vayan apareciendo en el quinteto para hacer sitio y dar minutos a Barnes (o Klay).

Pero hay otra cosa que hay que tener en cuenta: el small-ball que funcionó la pasada temporada fue con Andrew Bogut, no con David Lee. Y tras jugar sólo 786 minutos en 32 partidos, el aussie es el candidato número 1 a caer, y no se puede contar con él como titular fijo para todo el año.

Con Iguodala reforzando la defensa exterior, y teniendo en cuenta que semejante quinteto podría ganar un intercambio de golpes a muchos puntos la mayoría de las noches, si no está Bogut, y a falta de otras opciones (Jermaine O’Neal y Kuzmic son los dos pívots sanos reserva), tendrán que jugársela con Lee de pívot, y su reputación como bastión en la última línea de defensa es de hazmerreír. El año pasado pasó algo de tiempo en la posición (de hecho ha habido momentos en su carrera en la que ha sido habitual), pero siempre ha hecho pareja con jugadores, que aún pequeños en tamaño, son convencionales en la forma, como Landry o Green (sólo 32 minutos con Barnes, dúo prácticamente inédito).

Así que este año seguramente veremos unos Warriors con dos identidades de forma forzosa, y si logran manejar la bipolaridad quizá tengan la oportunidad de utilizar ambas versiones como más les convenga, en función del rival y el momento, y no sólo de la salud y la obligación.

  • JUGÓN

Steph Curry fue una de las revelaciones de la Liga en su cuarto año en la Liga, y barrió el récord de triples en la Regular y en una ronda de Playoffs de 6 partidos, ofreciéndonos la que es, con muy poquita discusión, la mejor temporada que jamás ha hecho un jugador en la NBA respecto al tiro lejano.

Nunca acabó un curso baloncestístico con menos de un 43.7% en triples, pero este año lo ha llevado a otro nivel, alcanzando el 45.3, mientras pasaba de 5 intentos por cada 36 minutos a 7.2. Nadie en la Historia de la NBA había superado el 45% en 7 lanzamientos por 36, salvo Steve Novak, que es un jugador que tira tras pase, y ya es segundo en porcentaje en la lista histórica, tras el mismísimo Steve Kerr (y con Nash también por ahí, con lo cual, un consejo: si tienes un hijo, y quieres que te salga tirador, ya sabes cómo llamarle)

Eso sí, guarden el año pasado en el recuerdo, por si no se vuelve a repetir. Para empezar, los Warriors han perdido a un buen aliado para el volumen de lanzamientos de larga distancia de Curry: Jarrett Jack. No es que al jugar sin balón Steph anote mejor, de hecho su porcentaje es ligeramente peor tras pase que tras bote (44.7% vs 45.7%), y con Jack que sin él (44.8% vs. 46%), pero sí tiene más opciones de tiro, pasando de 9.3 intentos por 100 posesiones sin Jarrett, a 11 cuando él estaba en la pista, y estos fueron tras pase con más frecuencia (53.3% de los triples asistidos sin Jack, 67.8% con su presencia)

Ya documentamos en su momento los intentos de los Warriors para liberar a Curry y a su vez, mover el balón por todo el equipo. Steph a veces parece que podría ponerse a tirar en prácticamente cualquier jugada, pero el equipo acabaría siendo previsible, y con ciertas acciones previas, un equipo con tan buenos pasadores puede conseguir aprovechar otras situaciones, como fallos en las rotaciones rivales, antes de encomendarse a él. Además, perseguir a Curry ante bloqueos, algunos de ellos tremendamente contundentes, acaba por agotar a sus rivales en la marca.

Y esto es más fácil de hacer con un base en pista como Jarrett Jack. Su sustituto, que en minutos e importancia, pese a ser muy diferentes, será seguramente Andre Iguodala, es un excelente e infravalorado pasador (entre los que más asistencias da de aquellos que no son bases, y no muy lejos de Jack en números por minuto) pero ya veremos si Mark Jackson lo utiliza de forma parecida y confía en él para subir el balón. La otra posibilidad, que es hacer coincidir con el base que salga desde el banquillo es algo más oscura, si el elegido finalmente es, como parece, Toney Douglas. El hombre que comparte el récord de la franquicia en New York en triples por partido no es tímido a la hora de tirar y seguramente requeriría de una llamada de Lacob a Woody Harrelson, para que le hiciera los numeritos de hipnosis de «Ahora me ves» y se convirtiera en un pasador. También podrían utilizar al novato Nedovic, pero parece demasiada responsabilidad a estas alturas.

Volviendo a Curry, seguir aumentando su acierto desde el perímetro disparó la cantidad de puntos que consigue, del terreno de muy bueno, a la élite directamente, y con más talento a su alrededor, mantuvo la buena tasa de asistencias que tenía el año pasado, durante una temporada completa, reduciendo además el número de pérdidas.

El debate sobre si es un base o no, ya terminó, más que por sus méritos, por la aceptación que finalmente ha generado la llegada de jugadores con similares características en los últimos años, pero por lo bien que juega sin el balón Curry, si la configuración de la plantilla del equipo le acabara poniendo de escolta, no iba a ser ningún problema: lo de las posiciones, y más en su caso, es una cuestión más semántica que práctica.

Así, tras un año en el que no estuvo ni en el All-Star, ni en los All-NBA Team, hay que contar con él en ambos tinglados para este. A ver si no se vuelven a olvidar de él.

  • Los pipiolos

Ya hemos hablado de como la llegada de Iguodala y la salud de Bogut, podrían mandar a Klay Thompson o Harrison Barnes al banquillo. La decisión será muy dura para Mark Jackson, porque hay motivos para decantarse por cualquiera de los dos.

Las ventajas del primero son la experiencia (un año más de NBA y otro de NCAA, y muchos más minutos decisivos e igualados  a las espaldas), el tiro de tres (volvió a meter más del 40% de los triples, siendo 3º en la Liga este año en intentos), la posibilidad de jugar de escolta/alero y combinar mejor con Iggy (HB es más bien alero/ala-pívot), la creatividad en los bloqueos directos (sobre todo para sí mismo), y el pase (que enlaza algo con lo anterior… y tampoco es para echar cohetes en su caso).

El segundo gana en potencial, tamaño, capacidad atlética, agresividad, rebote (aunque se esperaba algo más de él) y defensa.

Y luego tenemos empate técnico en aparente durabilidad (Thompson ha jugado todos los partidos desde que llegó a la NBA, Barnes sólo faltó en uno) y juventud (dos años le saca Klay a Harrison, pero los dos son unos chavales). Quizá por respetar el orden de llegada, y por todo lo que aporta sin balón (recordemos, ¡211 triples el año pasado!), Thompson parece que parte con ventaja, pero de entrada, en el primer partido de pretemporada, aunque Mark Jackson dijera que son simplemente pruebas, empezó Barnes.

Habrá que ver qué ocurre porque Thompson no pareció progresar demasiado el pasado año (de hecho, con un menor rol por más minutos de Curry, produjo algo menos) y Barnes fue de menos a más, jugando mejor que él en los Playoffs. Aunque a un jugador secundario, lo mejor que puedes pedirle es que estire el campo a base de triples, y en eso Klay es fantástico, a Harrison también hay que respetarlo, y casa bien con Iguodala, que es uno de los mejores pasadores en las alas NBA, y fue el 10º jugador que más asistencias por partido cerca del aro dio. En parte es producto de las salidas a la contra de Denver, pero Iggy (perdón) sabe buscar a sus compañeros por encima del aro, y en un libreto tan maduro y creativo como el de JacksonBarnes también se puede hinchar a cogerle la puerta de atrás a media Liga.

Iremos viendo como avanza la situación durante la temporada si es necesario, porque es una de las batallas por puesto más interesantes de la Liga. En otros equipos, muchas de estas peleas no tienen tanta relevancia porque son jugadores de perfil más bajo, o porque los suplentes de inicio lo son por otros motivos, y seguramente acaben los partidos. Pero en este caso, no es sólo quién empieza, también está en duda y juego quién acaba.

  • Lee on D

Si partimos de que veremos a Lee jugando de pívot cuando Bogut falte (esperemos que no, pero en fin… ya sabéis), sus contribuciones defensivas cobran relevancia. El gráfico que coloca a David como peor defensor interior de la Liga ya se ha hecho famoso (aunque tenga más puntos pintados que muestras, he de añadir, algo que en el fondo, por muy bien que interpoles, es de 1º de Trampas Estadísticas), y hay alguna pista más de futilidad en los números. Por ejemplo, el ránking en Índice Defensivo temporada a temporada de los equipos en los que ha jugado es el siguiente: 26º, 25º, 29º, 23º, 27º, 26º, 27º, y ya este año, 14º.

Pero vamos a proponer una idea revolucionaria… ¿y si David Lee hubiera estado en mal lugar en el momento equivocado? Depués de todo, las muestras que podemos sacar de él en defensa vienen en dos franquicias con problemas endémicos en la defensa, en ocasiones con entrenadores como Mike D’Antoni o Keith Smart, y compañeros de juego interior como McGuire, Radmanovic, Harrington o Randolph y exterior como Ellis, Robinson (dos veces), Jamal Crawford o Duhon.

Veamos números de este año. Los Warriors fueron el mejor equipo de la Liga en el tablero defensivo, y él fue parte importante: el 18º mejor de la Liga, entre aquellos jugadores con más de 1000 minutos la temporada pasada. Con los mismos grupos de 4 compañeros, los Warriors recibían menos puntos con Lee que con Ezeli o Biedrins, y los registros dentro-fuera de pista no difieren mucho comparados con lo de Bogut (sólo 0.3 posesiones por 100 puntos peor). Además, los Warriors la pasada temporada fueron el 7º equipo que menos puntos recibió en la pintura por 100 posesiones, y el tercero que menos encajó en el área restringida, 30 por 100 posesiones (nadie recibió tan pocos tiros como ellos, aunque con el acierto de sus rivales algo superior a la media, undécimo, son terceros en puntos).

Pero si vamos separando estos últimos registros en función de la presencia de David como pívot, la cosa cambia algo. Con Lee en pista los Warriors recibieron 31.6 puntos por 100 posesiones en el área restringida (25.8 sin él), y si reducimos la muestra a aquellos minutos en los que el All-Star jugaba de pívot, la cifra sube a los 35 puntos por 100 posesiones, una de las peores de la Liga.

Si tratamos de dar una opinión más cualitativa, cuando ves jugar a Lee, te encuentras con un jugador activo para salir a defender a los ala-pívots abiertos que tiran de fuera, y poco contundente según la acción se acerca al aro. No es versátil en defensa, y se encuentra en ese limbo en el que están muchos, que hace que sólo defienda bien a jugadores de su mismo tamaño y características, sufriendo contra los jugadores rápidos y más bajos (los cambios en los bloqueos le matan), y contra los fuertes (problema que se agrava cuando está de pívot), pero suple las carencias con inteligencia y ganas.

Si tuviera que dar un veredicto personal, creo que puedes vivir plácidamente con David Lee como tu ala-pívot titular en defensa si la compañía es buena, que no es tan malo como se pinta si está en su sitio y no le fuerzan con desigualdades, pero  por el contrario, te crea muchos problemas si es tu 5 y tu única y principal referencia atrás. Si juega de 4, mejor, y eso encima será señal de que Bogut está bien, y los Warriors en este caso tendrán muchas opciones de estar entre los mejores equipos del Oeste. Como pívot, no es sólo lo que él no pueda hacer: habrá que sumar los problemas que podría tener Harrison Barnes jugando por dentro, lo que convertiría a los Warriors en un equipo mucho más desequilibrado.

Y con semejante contrato también a cuestas, tampoco sería muy de extrañar que no acabase la temporada en el equipo, quizá cambiado por un paquete en que los Warriors no reciban otro jugador de su nivel, pero lo compensen con el ahorro, un pívot solvente y defensivo para jugar pequeño cuando no este Bogut, y algo más de profundidad para el banquillo. Sería difícil porque esto es un proyecto pensado en competir ya… pero cosas más raras se han visto.

  •  El mismo eslabón débil

Al igual que el año pasado, gran parte de las aspiraciones y problemas de este equipo pasan por la salud de sus miembros. Con Curry parece que hemos dejado los problemas atrás (crucemos todo lo cruzable), pero a Bogut no sé si alguna vez lo recuperaremos. Como ya dijimos más arriba, sólo apareció en 32 partidos en Temporada Regular y 12 en Playoffs (todos los que jugaron, pero con un descenso progresivo en minutos e importancia según avanzaban las series) y este año volveremos a ver equilibrismos para mantenerle sano, fresco y produciendo a la vez.

De momento las noticias que llegan desde el Training Camp son positivas, no le duele nada, esperan que juegue 30-35 minutos por partido… y si esto fuera a continuar así, sería fantástico, pero aquí no estamos preparados para ser tan optimistas.

Y es una pena, porque si se hubiera mantenido al 100% y no se hubiera quedado sin alguna de sus facultades, el australiano sería uno de los 5 mejores pívots de la Liga, algo que no entra en absoluto en el terreno de la exageración. Su excelente defensa es capaz de sostener a un equipo entero, en rebote es maravilloso y lo entiende como una tarea de equipo, y en ataque es lo suficientemente dinámico pasando y poniendo alguno de los mejores bloqueos que se ven en esta Liga, para compensar la pérdida por el camino del toque elegante cerca de la canasta que tenía, y su justa habilidad para tirar a media distancia. Su porcentaje de tiro libre nunca fue bueno (en torno al 60% en sus primeros años), pero a partir de 2011, tras la terrible caída contra Phoenix que afectó a su codo, se empezó a convertir en un problemón (44.2% en 217 intentos aquel año). Son cosas que no parece que podrá volver a recuperar, y por eso no volverá a ser un pilar de un equipo en ataque, pero sabe hacerse importante con lo que le queda.

Aunque el juego ofensivo de Bogut ha quedado reducido a la mínima expresión, ofrece más que la típica quinta opción de un equipo, sobre todo en las acciones de interacción con los compañeros. Cuando estuvo en pista más de 25 minutos, los Warriors ganaron 11 partidos de 17 en Temporada Regular y 5 de 8 en Playoffs, lo cual no está nada mal.

Esperemos que este año, el número de partidos con él en pista y no de traje, sean muchísimos más.

  • Cambios en el banquillo

Golden State ha perdido a Carl Landry y Jarrett Jack, parte importante del éxito de los Warriors saliendo desde el banquillo y también cerrando los partidos en la pista, en lo que era, si no recuerdo mal, el equipo que más claramente utilizaba a dos suplentes en esta tarea. Los Warriors les han sustituido por dos jugadores con una reputación más baja como son Marreese Speights y Toney Douglas, pero este año parecen algo más profundos en el resto de la rotación, que el año pasado tuvo prácticamente sólo 8 hombres.

Además de la llegada a la segunda unidad de aquel que se caiga del quinteto cuando estén todos sanos (Thompson o Barnes), continúa Draymond Green, que confirmó en Playoffs que vale para la NBA, Kent Bazemore, está preparado para pasar de toallero de lujo a jugador aprovechable y el prometedor euro Nemanja Nedovic también tendrá oportunidades y podrían ayudar a que los Warriors lleguen a los 10 hombres de confianza.

Lo más flojo quizá sea el puesto de pívot, no por capacidad, sino por salud. Ezeli no volverá hasta entrado 2014, y los únicos suplentes del frágil Bogut para empezar la temporada son Jermaine O’Neal, que llega con 35 años y después de tener problemas él mismo durante años y su elección de segunda ronda, Ognjen Kuzmic, una incógnita a este nivel. Si algo le pasara al australiano, seguramente ocurra como el año pasado, que Lee se encarga de la mayoría de los minutos, y aunque el pívot suplente de turno pueda llegar incluso a salir de titular, sólo estará en pista unos 10-15 minutos.

Avance de temporada: Houston Rockets

Después de quedar tres años seguidos en la que para algunos es la peor posición de la NBA: novenos en el Oeste, fuera de los Playoffs, y con la probabilidad más pequeña en la Lotería, Morey decidió que este verano, caminaba o reventaba, y fue a por su estrella: o por traspaso, o haciendo trizas al equipo con ganas para que le regalaran un montón de tickets para el Draft.

De momento, va por el segundo camino. Solo cinco (y Greg Smith pende de un hilo) jugadores, que disputaron el 29.5% de los minutos, repiten del año pasado. Bueno, y Lin, que llegaría a entrenar con ellos alguna vez.

A falta de tres jugadores por cortar, la plantilla tiene cinco novatos, y solo Machado parece correr peligro de ese grupo, porque los cuatro primera ronda deberían tener sitio asegurado. Martin, Delfino y Livingston son los únicos jugadores con más de tres años de experiencia en la Liga, y Livingston probablemente se está jugando una plaza en el equipo final con el rookie de IONA. Tras estos tres, el jugador de la plantilla con más partidos de titular es Parsons que salió de inicio en 57 la temporada pasada, y el que más veces ha jugado más de 30 minutos es Toney Douglas, con 34 partidos, en ninguno de los dos casos cantidad superior a una temporada completa. Solo el trío veterano (K-Mart, Delfino y Livingston), Douglas, Lin y Parsons, es decir, 6 jugadores, saben lo que es jugar más de 30 minutos NBA, más de 10 veces. Nótese que ninguno de esta media docena forma parte del juego interior del equipo.

Con estos mimbres, McHale va a tener más trabajo que en las Finales del 87.

Altas: Jeremy Lin (El sofá de algún compañero), Omer Asik (Chicago Bulls), Carlos Delfino (Milwaukee Bucks), Jeremy Lamb (Draft), Terrence Jones (Draft), Royce White (Draft), Donatas Motiejunas (Draft 2011), Shaun Livingston (Milwaukee Bucks), Jon Brockman (Milwaukee Bucks), Toney Douglas (New York Knicks), Gary Forbes (Toronto Raptors), JaJuan Johnson (Boston Celtics), Scott Machado (No drafteado)

Bajas: Luis Scola (64.3% de los minutos), Courtney Lee (54.7%), Goran Dragic (54.5%), Kyle Lowry (47.0%), Samuel Dalembert (45.0%), Chase Budinger (40.4%), Marcus Camby (14.3%), Terrence Williams (5,6%), Earl Boykins (3,5%), Courtney Fortson (1.5%)

Empezamos:

Houston Rockets en ataque 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.O.
12º 11º 10º 26º 14º 14º
  • La Linsanity se muda a Texas

Creo que todos conocemos ya de que va la Linsanity, así que miremos al futuro: su nivel de juego en New York podría ser perfectamente sostenible.

Las muestras son pequeñas (la mayor preocupación) pero tanto en su reducido papel en los Warriors, como en los Knicks, todos los indicadores apuntan que Lin tendrá un futuro cercano a algún All-Star por méritos propios. Por lo menos. Aún tomando los últimos 15 partidos de la pasada temporada, empezando por aquel de solo 8 puntos contra Miami en el que parecía que el fenómeno se iba a acabar y a Celincienta le iban a dar las 12, una marca de 14.5 puntos y 6.5 asistencias por partido (con 3.9 pérdidas como dato negativo) en ese parcial le pone en muy buena compañía con otros jugadores con números similares en su misma etapa de desarrollo, segundo año en la Liga.

Aunque el ProBasketball Prospectus le saque como mayor comparable a otro jugador botado de New York al principio de su carrera, Rod Strickland, si no mejora su triple (32.0% de acierto el año pasado) por estilo podría estar predestinado a una carrera en el molde de la de Andre Miller: un efectivo jugador en ataque, que siempre logra que la jugada acabe cerca del aro, bien sea con sus mañosos pases, o plantándose él mismo en la canasta, aunque en su caso a día de hoy, parezca necesitar más la ayuda del bloqueo que un Miller que se sabía buscar espacios con bote y paciencia. Al igual que al veterano base, le ayudará muchísimo que le rodeen tiradores, especialmente si el hombre alto es Asik, y en Delfino y Martin tiene dos jugadores con cierta reputación, aunque su producción esté retrocediendo. Parsons aunque sorprendió como tirador el pasado año, por lo inesperado, tiene un peor porcentaje que Delfino, y la opción de hacer al equipo pequeño, utilizándolo de ala-pívot, donde su 33.7% en triples sí tendría valor, no funcionó demasiado bien en pocos minutos el año pasado. La defensa, donde los dos jugadores cumplen, aunque el vigor juvenil de Parsons le da la ventaja, y su potencial de hacer a los Rockets un equipo que aprieta el tablero en ataque juntándolo con Asik podrían justificar mandar al argentino al rol de sexto hombre. Descartando a Parsons para el puesto de 4, el jugador más interesante para combinar con Lin de inicio, sea tal vez Terrence Jones. Motiejunas es intrigante como tirador, pero la sociedad con Asik haría previsiblemente lento y pesado al equipo, y su rol probablemente esté en sustituir a su compradre internacional. Royce White, si supera los problemas sería un interesante point-forward para hacer coincidir en el campo en la segunda unidad con Toney Douglas y obligar al caliente escolta en cuerpo de base a soltar el balón en el poste alto. Patterson y Morris tienen la ventaja de la familiaridad con McHale, pero no han demostrado mucho, y el atasco es tan grande, como podéis ver, que alguno irá cayendo a lo largo de la temporada. Como el resto de opciones o no me convencen, o les veo en otros roles, por la mezcla de tiro y capacidad atlética unida a su potencial, Jones me parece la mejor opción a priori, especialmente si MartinDelfino son los alas (menos si juega Parsons).

Como no estará rodeado de jugadores ávidos de protagonismo, Lin tendrá la manija al igual que en New York, y podría continuar disponiendo del 30% de utilización a su alcance probablemente. Es capaz de anotar con solvencia y volumen y pasar de manera efectiva. Tiene que cometer menos errores, pero es parte del proceso de crecimiento.

La sorpresa sería que este año Lin no fuera un jugador más que competente. De todos modos, no nos podéis pedir imparcialidad con el tío que mejor relaciona la NBA y los sofás. Aunque sea para dormir.

  • ¿Y el resto qué?

De acuerdo con Synergy, solo hubo 7 combinaciones jugador-jugada con más de 100 apariciones, por los Rockets de este año: el bloqueo y continuación de Lin y DouglasMartin, Patterson, Delfino y Parsons tirando tras pase y Patterson posteando, lo que tiene que ser una de las marcas más pequeñas de la Liga con mucha diferencia (y como curiosidad, Martin, Lin, Parsons y Delfino, por encima de la media… Patterson y Douglas, vagón de cola). Este equipo apenas tiene jugadores con experiencia NBA, y menos aún como anotadores.

En total, los 13 jugadores que ya iniciaron su carrera NBA, han metido entre ellos, 19.076 puntos en 40 temporadas conjuntas (en muchos casos de muy pocos minutos y partidos). Hay 8 jugadores en activo, que han metido más puntos en sus carreras, que estos 13 Rockets en las suyas JUNTOS. Y LeBron estaría a 31 puntos, un partido regular de los suyos, de cogerlos.

Tendrían que anotar 126.9 puntos por partido para que entre todos llegaran a final de la temporada a igualar la carrera anotadora de Kobe a día de hoy. Si Bryant sigue con su ritmo de 20-30 puntos, tardarían un par de temporadas en cogerlo.

Cuando Antawn Jamison ha metido más puntos en la NBA que todo tu equipo junto, tienes un gran problema. Aunque Jeremy Lin llevara su promedio anotador a los 20 puntos, y Kevin Martin también volviera a esa cifra de manera improbable, quedarían muchos puntos por meter, y los Rockets no tienen el talento, en condiciones normales, para hacerlo de manera eficiente. Jeremy Lamb podría convertirse en un anotador excelente en el futuro, pero que lo sea desde ya, es improbable. Por ejemplo, novatos que hayan metido más de 18 puntos por 36 minutos, con un TS% de 55% jugando 1000 minutos como mínimo, solo ha habido 37 en la Historia de la NBA, y apenas 12 fueron jugadores de perímetro. Forbes y Douglas también pueden crear su propio tiro pero serían suplentes, como mínimo, y entre sus 5 temporadas en la Liga, solo la primera de Toney superó de refilón el listón de la media en TS%.

Si no mejoran varios jugadores como anotadores, McHale va a tener un problema, porque ahora mismo hay carencias flagrantes y poco talento como para compensar dos unidades. Que White pudiera contribuir este año, o un base pasador como Machado se hiciera un hueco e impusieran cordura y organización desde el banquillo le vendría bien a un equipo que acumula incapaces frente al aro por sus propios medios y chupones con pretensiones bajo un mismo pabellón.

Y por cierto, este equipo estuvo el año pasado en la parte baja de la Liga en intentos de tiro libre, y el año que viene pinta aún peor. Kevin Martin, un animal en su día, bajó el ritmo la temporada pasada, lo que puede ser mala señal si sigue así. Lin sí va a la línea con frecuencia, pero a un ritmo parecido al que tenía Kyle Lowry, por lo que el equipo tal vez no lo note tanto. Parsons y Patterson tuvieron un porcentaje de tiros libres intentandos de 5.2% y 4.3%, de los peores del equipo, y entre los nuevos, Delfino y Douglas vienen con tasas aún peores, y a Asik aunque le hacen faltas, a veces es a propósito, porque no los mete. Como a los novatos les cueste ir a la línea, y los jugadores veteranos y el equipo no cambien de mentalidad, Houston lo va a pasar muy mal para generar con consistencia la jugada más eficaz en baloncesto.

El tiro de tres, aunque no sea comparable al del año pasado, podría no estar tan mal. El porcentaje combinado de los jugadores con experiencia NBA fue de un 32.7% de acierto, que se clasificaría 25º en la Liga, pero casi todos los veteranos (Martin, Delfino, Douglas…) estuvieron bastante peor que en años anteriores, lo que significa que hay un potencial de recuperación interesante.

  • Como justificar 25.1 millones

No solo fue Lin, los Rockets también invirtieron 25 millones en 3 años en una apuesta mucho mejor de lo que el sentir popular anuncia, pero arriesgada cuanto menos. Asik solo ha sido titular dos partidos en la NBA, y ha jugado más de 30 minutos en 3 ocasiones, y con un juego interior donde él es prácticamente el veterano, y el más caro, deberá estar en pista mucho más para amortizar la inversión (y ya veremos si las faltas se lo permiten… anoche eliminado en 22 minutos). En defensa, salvo porque su producción sea un artefacto de la magia de Thibodeau y la compañía de Gibson, es un jugador que vale eso y más. Los Bulls recibieron 91.5 puntos por 100 posesiones con él en el campo, una cifra microscópica, de la que si bien no es el único responsable, es muy partícipe.

Pero será en ataque, donde ha sido un clarísimo menos para los Bulls estos dos años, donde se tiene que ganar los dólares. Es capaz de hacer una cosa exageradamente bien, coger el 14% de los rebotes ofensivos, algo que le coloca entre los mejores, pero no tiene tiro, es una pérdida a punto de suceder cuando el balón pasa por sus manos para algo más que machacar, con un 48.4% de porcentaje de anotación en tiros libres le da miedo hacerse fuerte como finalizador, y a pesar de tener uno de los cuerpos más enormes de la Liga, le señalan muchas faltas en el bloqueo.

A tirar y a postear va a ser difícil enseñarle a estas alturas (aunque bueno, si McHale no sabe de eso, no sabe nadie) pero bastaría conseguir que evitara las pantallas ilegales y aprovechara su descomunal percha para ser un jugador útil en este ataque. Aunque no maneje la pelota, su combinación de tamaño y agilidad para ir hacia la canasta le pueden convertir en un compañero muy útil e interesante para el bloqueo y continuación con Lin. Sus recursos como bloqueador son limitados y la jugada iba a ser previsible… al igual que el LinChandler que tan bien funcionó el año pasado. Aunque fuera por poco tiempo, Jeremy demostró que puede tener mucho éxito con un hombre que solo continuaba hacia al aro, y eso al menos, puede ofrecerlo Asik. La posibilidad de utilizarlo en bloqueos indirectos para Kevin Martin o algún otro tirador también sería interesante, y es una manera de buscar espacio, sacándole del aro, donde en un mundo ideal, no debería estar, solo aparecer para finalizar o rebotear.

Tendrán que salir un par de cosas bien, y es otra cosa más que en Houston dependerá de que Lin mantenga el nivel, pero Asik tiene maneras de ser aprovechable en ataque.

  • La media no fue buena amiga
Houston Rockets en defensa 2011-2012
Puntos por 100 posesiones EFG% 3P% TL/TC % Pérdidas % Reb.D.
16º 17º 18º 15º 13º

Es increíble lo regulares que fueron los Rockets el año pasado: se situaron entre el 13 y el 18 en los cuatro factores (3P% ya queda incluido en EFG%), para acabar como la 16º mejor defensa del campeonato. Eso unido al 12º mejor ataque, les dio la 17º mayor esperanza de victorias (y sí, 17 es menor que 12 y 16, lo que demuestra que en la NBA mejor destacar en algo…), y en ese puesto quedaron finalmente.

Pero vamos, que este cuadro os lo ponemos a modo informativo del pasado, y como posible índice de referencia del estilo, porque lo que veremos este año será otra cosa. De lo poco que podemos sacar en claro de los datos para aplicar al futuro, es que hay una combinación que no merece la pena repetir. Martin, Parsons y Patterson coincidieron 128 minutos en cancha, y su Índice Defensivo fue desastroso, 118.8 puntos en contra por 100 posesiones. Aunque la sociedad MartinParsons, siempre que no la combinaran con Patterson no fue mala (103.4 por 100) y el Índice cuando Patterson estuvo en cancha fue prácticamente igual a la media del equipo (105.5 vs. 105.2), juntos son como un male-female-male, un trío muy mal avenido.

  • La defensa, ¿nace o se hace?

Supongo que, como en casi todo en esta vida, siguiendo la virtud moral aristotélica, la respuesta estará en el punto medio. Los Rockets tienen buenos mimbres y una serie de jugadores que traen lo que hay tener desde casa. Pero en hacerse, se tarda, y este equipo es muy joven y disjunto, para hacerlo todo funcionar de golpe. Asik es uno de los mejores defensores de la Liga, Lin con su tamaño y empeño fue muy efectivo ante los bases rivales, Delfino puede ir ganando años pero el orgullo argentino le sigue haciendo un hueso de roer, y entre los jóvenes Morris, Parsons, Motiejunas, Jones o White son gente que ha demostrado estar dispuesta a defender, y que funcionarán si no se les hace ir más allá de sus limitaciones.

Conservan (mientras les dure) una carga en Kevin Martin, pero quien más, quien menos, todo equipo tiene algún jugador al que es preferible tapar. Es muy difícil proyectar como funcionarán las rotaciones para estimar el caracter del grupo, pero este equipo tiene pinta de sufrir en el tablero defensivo si Parsons y  Morris no juegan muchos minutos de 3 y 4. Los equipos jóvenes además tienden a cometer y/o ver como les señalan muchas más faltas, así que no nos extrañaría que, salvo en la creación de pérdidas, donde hay más potencial, a los Rockets les cueste llegar a esa media en la que se abonaron en todos los cuatro factores.

  • En resumen

Este equipo seguirá cambiando durante la temporada, y aunque hay potencial, tanto en los jugadores que tienen, como en la posibilidad de orquestar un gran traspaso, para que nos llevemos una gran sorpresa, lo más probable es que los cambios se hagan en el otro sentido (desprenderse de Martin por ejemplo), y que den rienda suelta a la juventud e inexperiencia, haciendo que los Rockets queden predestinados a tocar fondo este año.

El ataque más allá de Lin y Martin pinta feo, lleno de tiradores fraudulentos e incapaces de ir a la línea. Tanto como para estimar 101.8 puntos por 100 posesiones. Y en defensa les veo en el último tercio, pero algo mejor, con un 110.5 de DRtg al acabar la temporada. Esto daría una estimación de 20 victorias, y una elección de Draft bastante buena para el año que viene.

Ya veremos si a Morey le sale la jugada.

La Crónica On Tour vol.4: Grizzlies vs Knicks

La cuarta parada de la Crónica on Tour vuelve a la denominada Meca del Baloncesto, ese espacio mágico en el rectángulo que delimitan la 7ª y la 8ª avenida, con la calle 31 y la 33, en la que el Madison Square Garden comparte sitio con la Penn Station. Allí estábamos de vuelta, el día de San Patricio, en el que además comenzaba la March Madness universitaria, para ver a los New New York Knicks contra los Grizzlies, en el que además, es el último partido que los ‘Bockers han ganado hasta la fecha.

Del excelente repaso del Madison que David ya te hizo en este mismo espacio, solo ha cambiado una cosa: ahora Carmelo es el rey. No exagero si digo que el 90% de las camisetas que se veían por las graderías eran de la nueva estrella en la casa. No sé si sería algo aún temporal, pero la respuesta a la pregunta, de quién son los Knicks ahora, solo tendría una respuesta si nos guiamos por las camisetas que llevaba la gente.

El calentamiento se desarrolló como ya es habitual, con un pinchadiscos invitado que en este caso fue DJ M.O.S., y una selección para el calentamiento muy neoyorquina de Landry Fields: Fabolous, Jay-Z y Notorious. Preparados para ver el partido desde sus asientos de primera fila los actores Tyson Beckford y Steve Schirripa, luchadores de la UFC como Chuck Liddell, Dana White o George St.Pierre, el jugador de Hockey Michael Del Zotto, Adam Horovitz de Beastie Boys y el tenista John McEnroe que recibió la mayor ovación de la noche.

Desde el calentamiento y la presentación de los jugadores, ya se pudo ver que este no es uno de esos partidos en los que el Garden se convierten en una caldera. En un día como San Patricio en el que los neoyorquinos prefieren emborracharse desde el mediodía en Times Square o cualquiera de los abundantes pubs de temática irlandesa de la Gran Manzana, el público olía tremendamente a trasplantado: lleno de turistas y gente a la que el devenir de la franquicia, ni le va ni le viene. Y esto pudimos terminar de constatarlo cuando al introducir los titulares de los Grizzlies entre suaves abucheos, los aplausos ganaron al salir por la pantalla la imagen, y por la megafonía el nombre de Marc Gasol.
Marc Gasol Knicks Grizzlies
Había bastante público español, y se vieron varias banderas de nuestro país (una de las cuales era llevada por un hombre disfrazado de… pollo) pero dando vueltas a la cabeza, la tímida ovación al hermano pequeño podría haber sido ayudada por aquellos que le quieren ver vestido de azul el año que viene como agente libre. O de verde en un día como hoy.

Porque al ser San Patricio los Knicks desempolvaban las camisetas de ese color, y ponían un quinteto en pista (BillupsFieldsAnthonyJeffriesStoudemire), con el que se daba una buena curiosidad en el que los dorsales de todos los jugadores eran dígitos simples.
Marcador Knicks

La historia del partido ya la conocéis: los Knicks masacraron a los Grizzlies por 120 a 99 batiendo el record de la franquicia de canastas de 3 puntos, encestando 20, y Toney Douglas igualó la marca personal de Latrell Sprewell y John Starks, metiendo 9 de ellos. La cosa llegó a tal punto, que en la sección norte del Madison, los fans empezaron a colgar signos del número 3, uno por cada triple conseguido, como se hace en béisbol con las K’s cuando el número de strikeouts que el pitcher consigue en un partido se empieza a disparar.

Si tuviera que hacer la lista de cosas que me llamaron la atención al verlas en persona, son prácticamente las mismas que por la televisión, con la sensación de que los ojos no te engañan: Tony Truco o Trato Allen es verdaderamente capaz de lo mejor y lo peor en un campo de juego; el tiro de Carmelo Anthony es increíblemente elegante y sorprende mucho más en directo al verlo salir de ese cuerpo regordete del que nunca te esperarías una mecánica tan preciosista; Ronny Turiaf se autogrita y se autogolpea en todos y cada uno de los segundos que está en la pista y el balón no está en juego; Shane Battier es rapidísimo cerrando al tirador solitario, numerito de la mano en la cara incluido (ya lo hace en cada tiro que defiende) y aunque las animadoras no bailen especialmente bien, tiene mérito hacerlo con esos taconazos.

Y uno sabe que los Grizzlies no son un rival odiado, ni el equipo se jugaba mucho en el partido, que el marcador fue cómodo, y que esa noche había cosas mejores que hacer en NYC (el día de San Patricio y los 16 partidos que daban comienzo a la Locura Universitaria, con dos equipos locales, Long Island U y St. John, jugando) que acercarse a ver un partido, y que yo tal vez ya esté contaminado por el ruidoso ambiente que se vive en el baloncesto universitario, pero el público del MSG, ese por el que los agentes libres supuestamente se desviven no me pareció para tanto. Tal vez, dadas las circunstancias, haya elegido la peor noche del año para valorar el ambiente, pero para mí, se quedó muy corto. Y es una pena, porque el Madison respira magia en todos los rincones.