La ventana

Hay un término en el ámbito periodístico norte americano que siempre me ha fascinado. Una expresión que seguro que todos vosotros habéis oído y habéis leído en multitud ocasiones y que muchas veces probablemente haya pasado por delante sin dar mucha importancia, la ventana.

Tendría que investigar bien, pero probablemente el origen sea algo militar, ya que en alguna película que otra también aparece. La traducción directa al castellano sería algo así como la oportunidad, pero claro, una oportunidad no se abre o se cierra o está algo cerrada o algo abierta, en cambio una ventana sí.

Cuando se habla de la ventana en deporte, se habla de eso, de una serie de oportunidades que están ahí y como una ventana, cuanto más abierta, más oportunidades hay. Esa ventana se puede abrir, se puede cerrar o simplemente puede dejar de existir.

La ventana de Houston Rockets para asaltar el anillo no sabemos si está más abierta o cerrada que lo estuvo el año pasado.

Hagamos un poco de memoria. Houston Rockets el año pasado fue el mejor equipo durante la temporada regular de la NBA, con 65 victorias (!!!) haciendo una de las mejores temporadas en la historia de la liga, con el récord de triples anotados en lo que de momento es el momento cumbre del MoreyBall, es decir, 3>2.

La llegada de Chris Paul el año pasado trajo consigo muchas dudas, ya que ver a un jugador como Paul, muy acostumbrado al tiro de media distancia a la filosofía de tirar de 3 o hacer bandeja, fue uno de los puntos clave en la temporada pasada. Pero el resultado no pudo ser mejor. Paul quitaba a Harden de su faceta organizativa del juego, con lo cual, el 13 de Houston podía hacer y deshacer en ataque casi a su antojo y con ello consiguió su anhelado MVP. Todo era perfecto, todo funcionaba extremadamente engrasado.

El equipo confeccionado por Morey estuvo exactamente a un partido de ganar a Golden State Warriors en las finales del Oeste, estuvo probablemente a unos 27 triples fallados de ganar el Oeste en el séptimo partido de dichas finales, es decir, estuvo a nada de jugar la final de la NBA, donde probablemente hubiera tenido un amplio porcentaje de posibilidades de asaltar un nuevo anillo para la franquicia de Texas, desde que allá por los 90, aprovecharan de forma genial los años sabáticos de Jordan.

Pero no fue así.

La sensación de oportunidad perdida ha llegado a la franquicia de Houston y este verano tenían que afrontar cosas importantes para su espacio salarial.

Chris Paul renovó por 4 años a 40 millones por temporada. Un contrato de niveles everísticos y siendo claramente un pequeño peaje a su incorporación la pasada temporada. Además, una de las grandes incógnitas del verano que era Clint Capela, también finalmente acabó firmando su renovación en Houston por 5 años a 18 millones la temporada. Con este espacio claramente cubierto y con Harden también con un contrato sabroso, las renovaciones de Ariza y Mbah a Moute se antojaban complicadas al menos y así fue.

Trevor Ariza ha decidido llevar su talento al desierto de Arizona, donde formará parte de Phoenix Suns, mientras que Mbah a Moute volvía a Clippers dejando un poco huérfano el apartado defensivo de un equipo, que precisamente en ese apartado fue lo que hizo ponerse a nada de asaltar el Oeste.

Con estas salidas y con el espacio salarial cogido con pinzas, las incorporaciones que ha hecho Morey sólo podían ser por contratos mínimos, como han sido la de Michael Carter-Williams (ex-Rookie del año, sí, así fue la clase ese año…), Gerald Green que nunca sabes si realmente te puede aportar o restar, James Ennis, es decir, intendencia pero nada realmente para substituir lo perdido, ahhhh y también llegó… Carmelo Anthony.

Melo, de la clase de 2003, entra en su 16º año como profesional y llega en el momento más bajo de su carrera, siendo carne de traspaso por pipas y siendo una leyenda viva en Atlanta Hawks, a un equipo donde todo va sobre ruedas y donde su aportación puede ser como lo que vimos en Thunder o tal vez algo más. Su nuevo entrenador: Mike D’Antoni.

Volvemos ahora unos años atrás. Linsanity en el momento cúspide cuando aquellos Knicks aprovecharon la lesión del 7 ex de Nuggets, para darle las llaves del equipo a un joven semi asiático que puso patas arriba el Madison Square Garden en varias ocasiones (aún recuerdo el partido contra Lakers…) y donde su historia llegó a sitios donde nadie pensaba que podía llegar. A Melo, un jugador al que le gusta ser el foco de todas las miradas, todo esto no le acabó de convencer mucho e hizo que la relación empezara a no funcionar. Si a esto le sumamos los malos resultados, así como un equipo que no estaba hecho a la idea de D’Antoni, hizo que esa relación se desgastara de forma casi insuperable. Ahora, unos años después, se vuelve a encontrar con el mismo entrenador.

Ambos no se han cansado en decir que está todo superado y que no será problema, pero siempre estará ahí.

Habrá que ver también el rol de Anthony dentro del equipo. Nos hemos cansado de oír que el FIBAMELO es lo que realmente vendría bien a este equipo, pero ahí creo que no estoy de acuerdo. FIBAMELO es un jugador tirando mucho de 3 (en distancia FIBA) que realmente son tiros de 2 de larga distancia, como en su día hacía Chris Paul, eso para el sistema de Morey-D’Antoni es básicamente una herejía, así que no veo que ese FIBAMELO sea lo mejor para el sistema. Además, parece que el rol de salir de banquillo era otra posibilidad, algo que nunca tampoco le ha gustado al jugador de la Universidad de Siracusa, pero por mi parte voy a dejar un gran voto de confianza, ya que tampoco se pensaba que Paul podría encajar en este equipo y si no se llega a lesionar estaríamos hablando ahora del primer anillo de Harde, Paul…

Melo tendrá que poner de su parte, así como D’Antoni y va a ser uno de esos checks que tenemos todos en mente en comprobar este año, ver como Carmelo Anthony se acopla a un sistema tan determinado como el de Houston Rockets. Una auténtica incógnita.

Además, Houston Rockets probablemente vuelva un poco a la media y la brutal temporada del año pasado no se repita, con un Oeste donde Warriors se ha reforzado, donde Spurs tiene ahora a DeRozan, donde Nuggets pintan bien y donde, no lo olvidemos, está LeBron James en Lakers, los cuales probablemente no sean un rival directo de estos Rockets, pero no deja de ser otro foco de atención en una conferencia ya de por si cargada de focos y estrellas.

Con todo esto, tenemos que volver a la ventana y no sabemos si sigue corriendo bien el aire o si por lo contrario está ya un poco cerrándose y dejando pasar una ocasión única que tuvieron el año pasado mientras fallaban triple tras triple.

Y es que ya lo dice el dicho: Vivir o morir del triple.