Encrucijada en DC

En la capital de Estados Unidos reside uno de los equipos con mayor incertidumbre en la NBA para los próximos años, Washington Wizards, un equipo que parecía con un futuro tremendo y que ahora mismo todo son incógnitas.

Cuando en julio de 2014, Ernie Grunfeld firmaba a Paul Pierce, todo el mundo vio en este movimiento una primera piedra para atraer al hijo pródigo a casa, que no es otro que el 35 de Thunder, Kevin Durant. La gente ya empezaba a hacerse sus pajas movidas mentales en plan: Pierce será el encargado de reclutar a Durant cuando éste quede libre, qué gran movimento, ya está todo cantado, etc, etc, etc. Y todo esto se veía acrecentado al ver que Lebron James volvía a casa.

Wizards tenía a Pierce, a un Wall ya llegando a su plenitud y con Beal demostrando que puede ser una pieza más que codiciada para cualquier franquicia y con futuro prometedor. La cosa pintaba bien.

La temporada fue medianamente como todo el mundo esperaba de un equipo que sin ser élite del Este, si que es uno de los animadores, por decirlo de alguna forma, quedando 5os a sólo 3 victorias de tener el factor cancha en primera ronda frente a Raptors, aunque sinceramente no hizo falta porque todo el mundo recuerda el 4-0 que los de DC cascaron a los norteños. Todo un manotazo encima de la mesa.

La gente empezaba a ver a Wizards de forma diferente y Randy Wittman, uno de los entrenadores más criticados de toda la NBA, se sacaba de la manga una formación dandole mucho protagonismo al número 3 del Draft de 2013, Otto Porter, de esta forma llegó a la serie contra el equipo de moda en el Este (y casi en la NBA con permiso de Warriors), Atlanta Hawks.

Lo que pasó en  esa serie ya nos lo cabemos todos, con partidos épicos (quien no recuerda el triple no válido de Pierce?!?!) y que aunque la serie acabó 4-2 para Hawks, perfectamente podía haberse ido de la mano de los capitalinos y así situarlos en las finales de conferencia, bastante antes de lo que esperaban.

Pero en verano Paul Pierce, el cual sólo había firmado un año, decide salir a la agencia libre y notifica a Grunfeld que va a firmar con Clippers y que se marcha de Wizards. Con lo cual, una de las piedras filosofales del proyecto de Washington para atraer a Durant se iba por el mismo camino que había venido, en busca del anillo con Doc Rivers a su casa de LA. Así que todo por el aire y a volver a pensar.

Con todo esto nos metemos en la nueva temporada donde Wizards no está jugando como todo el mundo pensaba, firmando en verano veteranos y estructurando el proyecto sobre esa base. Las lesiones tampoco han ayudado, sobre todo Bradley Beal, la gran esperanza por tierras del Capitolio y que está teniendo una temporada más que irregular.

John Wall, el jugador franquicia, ha visto como ha pasado de presentar zapatillas nuevas a quedarse sin contrato de ropa deportiva, que aunque esto puede ser un simple detalle más, para esta gente este tipo de cosas afecta y más cuando en su día el 2 de Wizards era la imagen de Reebok. Vamos, ha pasado del todo a la casi nada.

A Wall le quedan todavía 3 años de contrato, justo los mismos que a Gortat, los dos jugadores ‘base’ del equipo. Bradley Beal acaba este año, pero es agente libre restringido y todo apunta a que Washington no le va a dejar escapar ni de coña. Otros jugadores más de intendencia como Dudley o Sessions acaban este año y pueden ser carne de traspaso para intentar rascar algo por ellos. Mientras que huele que los días de Nene en DC se acaban este verano también…

Washington tiene una dura tarea por delante. Con una plantilla con varios veteranos ya en la cuesta abajo de su carrera y con varios jovenes los cuales ahora mismo son una gran incognita, el futuro que tiene por delante Grunfeld no es tan rosa y bonito como el que ideó en su día, ahora todo. Después de 13 años delante del proyecto de Wizards, el crédito ya se le empieza a ir acabando después de varias metidas de pata y lo de firmar a veteranos este verano es algo que está resultando ser un desastre para lo que todo aventuraba como un equipo joven y molón de ver.

Fuera ahora mismo de PO, con Wittman más que cuestionado, el futuro que espera a Wizards no es para nada aquel que se vislumbraba hace un par de veranos, cuando todo el mundo pensaba que iba a ser la el destino preferido para el MVP de Seat Pleasant y cuando ya se empezaba a hablar del Big 3 con Durant, Wall y Beal.

Habrá que ver que movimientos vemos por DC en verano, pero ahora mismo, si tuviera que apostar, cosa que como sabéis es más bien gafarrón por estos lares, diría que Kevin Durant no jugará en DC el año que viene…