¿O sería mejor decir ‘Episodio 1, volvemos al principio como todos los años’?
Comenzamos una nueva aventura en La Crónica desde el Sofá. Desde esta columna pretendo dar una opinión sesgada, unilateral y posiblemente surrealista de la actualidad de los New York Knicks, ese maravilloso equipo que no se come un rosco desde hace más de 40 años pero que por unas o por otras siempre está en primera plana. Aquí podréis encontrar, dependiendo del calentón de la semana, opiniones coherentes y pausadas, análisis extraordinarios y maravillosos o simplemente un cubo de espuma procedente de mis entrañas acompañado de una crítica estructurada hacha en mano. De momento como todavía no han empezado las cagadas gordas puesto que no ha empezado la temporada voy a intentar ser relativamente analítico, dejaré el lado ‘ultrilla’ para cuando la emoción inunde el raciocinio.
Primero un resumen de lo que me pareció la temporada pasada. Bajo mi punto de vista la temporada pasada había claramente una falta de talento en el equipo que partido tras partido quedaba en evidencia. Aún con Carmelo en el campo a medio gas y especialmente después del All Star cuando Anthony decide parar para recuperarse se evidencia esta falta de talento y liderazgo en la pista de manera llamativa. Cada jugador sirve para un rol específico, esto no me lo invento yo, y el año pasado se le pidió a jugadores secundarios que asumieran roles mucho mayores dejando a estos jugadores en evidencia y mostrando mucho más sus carencias que virtudes. El ejemplo más claro lo tenemos en Tim Hardaway JR. un jugador que recibió infinitos palos por sus defectos y que se acabó traspasando por una primera ronda de draft media, con todo lo que eso supone puesto que desconoces el rendimiento del chico nuevo por completo. Cuando Hardaway jugó 30 minutos sus carencias defensivas eran una rémora constante y en ataque se convertía un tirador de feria incapaz de enlazar una buena racha o hilvanar un juego regular. El problema es que Hardaway no es un jugador para que compita 30 minutos en la pista, es un chico que debería salir 10-12 minutos cuando en la posición rival no hay un jugador excesivamente desequilibrante para poder emparejarle con dicho jugador y que no te haga un roto y además aprovechar los espacios que genere la estrella, estrellas, o jugadores principales en ataque para beneficiarse de su tiro. FIN. No vale para más, no está preparado, y si le pides que ofensivamente sea uno de tus puntales durante 30 minutos no lo va a ser y en contraposición en defensa te van a abrir ‘el aro’ constantemente. Pues este caso concreto sucedió con muchos jugadores, así que me vengan a mi patética memoria se me ocurren: Larkin, Wear, Aldrich, Shumpert, Dalembert, Amundson, Lance Thomas, Jason Smith y por supuesto JR Smith. Si, dale bolas a JR Smith durante 30 minutos que verás las úlceras que te salen después de un mes trasnochando para ver a semejante díscolo dinamitar el ataque. A partir de aquí y bajo esta premisa nada vale, nada de lo del año pasado vale, todos eran jugadores extralimitados en muchos casos intentando hacerlo lo mejor posible pero no dando más de sí porque no eran lo suficientemente eficaces para el rol que les pedían desempeñar. De aquí en adelante en ocasiones puntuales seguramente compare el juego de este año con el del año pasado (si es que me alcanza la memoria) pero en principio a rasgos generales entierro lo sucedido el año pasado, el peor año de la franquicia, puesto que no considero que dé para mucho mas.
Por otro lado tenemos el verano. El verano en New York puede suceder de dos maneras muy distintas. La primera es la habitual: ‘no tengo pasta’. Es decir, tienen pasta pero por los límites salariales no pueden reventarla en jugadores de medio pelo emulando a Isiah Thomas. La segunda opción que últimamente es frecuente dado el sentido común que gobierna en las oficinas es: ‘tengo pasta’. Y tener pasta está muy bien, no voy a explicar porque está muy bien tener pasta pero creo que es algo evidente. Dada esta situación se abren otras dos variantes, la primera nunca se ha dado, la que sería algo tipo: ‘acabamos de firmar a la mejor estrella del mercado’. No, eso sería demasiado fácil, como cuando sonó Michael Jordan allá por mediados de los 90 con la clara intención de presionar a los Bulls para que se esforzasen en completar una plantilla aún mejor. En 2010 se optó por ir a por segundos platos, es decir, LeBron nos dio calabazas y nuestra opción fue Amare Stoudemire y rodearlo de unos cuantos jugadores competentes. No habría sido mala opción de no ser por el físico de Amare y la calidad de los servicios médicos, famosos en el planeta por retirar de la práctica activa del baloncesto a Allan Houston entre otras muchas proezas. Diría, desde el desconocimiento de los servicios médicos de las otras 29 franquicias, que los servicios médicos de los New York Knicks son los peores de toda la NBA y posiblemente de todas las ligas profesionales mundiales y que mi sobrino de 12 años con un estetoscopio es más efectivo que los señores de bata blanca que se pasean por el Madison.
Vuelvo al lio que me pierdo, íbamos por las opciones en verano cuando tienes euros. Este verano hemos optado por una versión diferente a la hora de desparramar los euros. Se sabe que la franquicia intentó ir a por LaMarcus Aldrige y éste les dijo muy políticamente que no quería jugar de pívot además de que supongo que valorando la opción de San Antonio todo lo que le llegase al portafolio le sonaría a broma. En lugar de ir a por un segundo plato, lo que sería Greg Monroe por ejemplo, del que se dijo que tenía una oferta por el máximo de la franquicia que luego desmintió Jackson, se ha ido a conjuntar una serie de jugadores que sobre el papel deberían ocupar roles diferentes dentro de la plantilla del equipo. A priori y teniendo ya a Carmelo Anthony parece una gran idea. Dispones de dos bases de perfil completamente distinto y que supuestamente se complementan como son Calderón y Galloway además del rookie del que nada se debe esperar pero algo se puede recibir. En el puesto de escolta han firmado a un ya veterano que ha demostrado ser un jugador aplicado y trabajador capaz de rendir en ambos lados de la pista. En la rotación interior has drafteado con el número 4 a lo que debería ser tu referente para los próximos 10 años y para quitarle la presión de la prensa de New York en los primeros meses le has rodeado de gente con oficio, energía, capacidad reboteadora y algo de talento como son Séraphin, O’Queen, Williams y Robin López. Hasta aquí parece que todo obra con sentido común, puede que se quede algo corta la rotación en las posiciones de base y escolta pero es algo que se puede ir apañando a medida que trascurra la temporada puesto que los principales roles parecen establecidos y cubiertos. Veremos en que acaba todo esto.
Respecto a lo que podemos esperar para la temporada que viene, hace dos o tres días en una rueda de prensa previa al Media Day Jackson decía que iba a estar más encima del staff técnico asesorando sus decisiones ya que consideraba que había estado demasiado apartado del mismo. A mi Phil Jackson me parece un señor inteligente y me molesta de sobremanera que se haya dado cuenta de este detalle después de un año puesto que era evidente que si el entrenador era novato, las piezas no eran las adecuadas para el sistema que se venía intentando implantar y los resultados no estaban siendo positivos tampoco parece necesario ser un gurú del baloncesto, algo que Jackson se supone que sí es, para darse cuenta de que ahí hace falta experiencia para intentar reorganizar el barco. La experiencia me dice que nuestro principal hándicap nuevamente serán los servicios médicos. No tienes recambio para Carmelo Anthony, no tienes un jugador en toda la plantilla que sea capaz de asumir el rol de anotador principal durante un breve periodo de tiempo ya sea cuando descanse Anthony o cuando se lesione, que lo hará. Además Robin López es un jugador que siempre se pierde algún partido por problemas físicos y eso se va a maximizar con nuestros amigos los preparadores físicos y nuestros amigos de las batas blancas. Con Calderón tampoco sé si contar puesto que su declive físico es evidente y, nuevamente, nuestro staff no va a salir de la nada a solucionar problemas y a mejorar rendimientos sino sospecho que será todo lo contrario, idearán un método infalible para recuperar el físico de nuestros chicos que acabará por arruinarles de una u otra manera. Son tantos años viendo como pierdes soldados antes de llegar a la batalla que ya desmoraliza solo el hecho de pensar que en algún momento tendrán que pasar por la enfermería y posiblemente no vuelvan. Además del problema con la durabilidad de nuestros jugadores hay que contar con el tiempo de adaptación de los nuevos. No olvidemos que en esta franquicia nadie tiene paciencia, y cuando digo nadie me refiero al propietario, que es el todopoderoso y el que cuando se cansa, se aburre o no tiene nada que hacer en casa entra por la puerta de su oficina del Madison y hace y deshace a su antojo. Es complicado que con la alta rotación de jugadores que tenemos se adapten los unos a los otros rápidamente. Tardarán en empezar a jugar en equipo y los primeros meses deberemos sobrevivir de talento e improvisación individual, y no olvidemos que el equipo está construido como un equipo precisamente, no como un núcleo de talento individual que hay que hacerlo funcionar sino como un conjunto de peones que juntos deberían conseguir más de lo que podrían conseguir por separado y eso es algo que requiere tiempo.
Veremos que acontece en el Media Day esta noche e intentaré escribir todos los Lunes de manera periódica sobre el equipo, algo que hasta que comience la temporada me va a resultar complicado pero que en cuanto la pelota naranja surque los cielos seguramente se convertirá en un punto de desahogo personal.
Postdata: Se aceptan críticas solo si son feroces.