PO Desde El Sofá (IX): Mojo Picón

Estamos en tiempo de playoffs y como es ya habitual en La Crónica Desde El Sofá cada día tendréis una pequeña crónica de lo que hemos visto la noche anterior (o probablemente durante el día tranquilamente) y al final, el Sofi diario…

Londres, 1999. En un estudio fotográfico, tras una sesión y una partida de ajedrez sugerente, pero poco sutil, Austin Peligro Powers se dispone a darle lo suyo y lo de su prima a la rusa Maria Umpajote. Pese a que había llegado como enemiga, los encantos de Austin la habían dominado, y estaba a punto de ser sometida. Entonces, ocurre una catástrofe, una desgracia, un cataclismo. Powers ha perdido su mojo y no puede culminar la faena. Tendrá que viajar al pasado si quiere recuperarlo.

En idéntica situación se encontraba Deron Williams hasta ayer. Estaba siendo el peor jugador de Brooklyn en la serie, la cabeza de turco de la corta derrota en el segundo partido, el centro de las mofas.

Entonces, de repente, como le ocurrió a Austin Powers, parece que se le activó la lucecita que le recordaba que aunque ese Gordo Cabrón que son las lesiones le hubiera robado físicamente el mojo, eso no se podía quitar. Porque lo llevas dentro.

Williams volvió a ser el de Utah, y como si estuviera en uno de sus mejores días en los Jazz, metió 35 puntos, dio 7 asistencias, y lideró a los Nets a la victoria y al empate a 2 en la serie entre el mejor equipo del Este y aquel que entró el último día.

Y no son sólo los números, Deron lo hizo todo. Metió triples, tanto librados como imposibles, hasta un total de 7. Penetró con precisión por la zona de Atlanta y acabó con seguridad en tráfico o a aro pasado. Surtió de magníficos pases a las continuaciones del bloqueo de Brook Lopez y hasta se permitió algún crossover de aquellos que hace tiempo que no veíamos. Trajo la bolsa de trucos completa al partido, y todos lo agradecemos. Aunque falló la oportunidad de matar el partido en el tiempo reglamentario, y dejó algo de tiempo para que Atlanta tuviera su oportunidad, ese fue el único manchón en un partido por otra parte impoluto, en el que los de Brooklyn se llevaron la victoria.

Al final, un triple de Bogdanovic y un dos+uno a la virulé de Young (aunque no metiera el tiro libre) partieron las esperanzas en la prórroga de unos Hawks que se acababan de poner por delante con un triple de Carroll desde la esquina, pero vieron como Brooklyn, al igual que durante todo el partido, tenía respuesta inmediata y contundente.

Los Nets redujeron la rotación a su mínima expresión, jugando prácticamente con 7 hombres, con Bogdanovic de metralleta titular por el ya defenestrado novato Markel Brown y Jarett Jack y Alan Anderson desde el banquillo. Durante casi todo el último cuarto, se hicieron pequeños, con Anderson de ala-pívot, sabiendo que un mermado Paul Millsap se está viendo más obligado a jugar por fuera y no les iba a castigar. Le dieron a Atlanta su propia medicina: circulación de balón, espaciado perfecto y acierto de larga distancia. El balón no se pegaba en las manos de nadie no llamado Joe Johnson, y los Hawks no podían utilizar su defensa abrasiva, de manos rápidas y dos-contra-uno, porque no tenían a quién atrapar.

De todos modos, los Hawks se pudieron llevar el partido perfectamente. Estuvieron por delante una gran parte del tiempo, y tuvieron una última jugada para ganar, pero en una aparente confusión entre Teague y Millsap, no lograron sacar siquiera un tiro. Kyle Korver tuvo una poco característica noche aciaga con el tiro, que no se debería volver a repetir, y Jeff Teague pareció por fin coger en el último cuarto el punto a la porosa defensa del bloqueo y continuación de los Nets. Y aunque mal físicamente, Horford y Millsap siguen siendo una pareja de muchos kilates.

La cara amable es la de DeMarre Carroll, que continúa realizando un grandísimo papel en estas series, metiendo triples, defendiendo bien a Joe Johnson, penalizando los despistes en el tablero de Brooklyn con rebotes ofensivos, e incluso sorprendiendo con algo de balón en sus manos. Es el jugador más dispuesto a pasar la bola de todo el quinteto, y el que mejor representa ahora mismo el baloncesto de continuidad que hemos visto en Atlanta durante la temporada. Lo único malo sigue siendo su peinado.

Lo que sí parece problemático y preocupante es el banquillo. La baja de Sefolosha se empieza a notar porque Bazemore, Schroder y Scott no están jugando un buen baloncesto, sobre todo el base alemán, una fábrica de balones perdidos. Hollins no bromea y sólo utiliza a sus mejores hombres, lo que les está costando una desgracia en forma de parciales en contra a los Hawks.

La eliminatoria sigue adelante, se garantiza que al menos irá al sexto partido, y dadle una oportunidad, porque está mucho más entretenida de lo que debería. Al menos ayer.

Sofi del día

Welcome back, Deron! We missed you!